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CONTRATOS MERCANTILES
Alumnos:
HERNANDEZ CRISTINA
ACEVEDO RODÍGUEZ ÁLVARO EMMANUEL
CABRERA CANCHÉ GERARDO ANTONIO
MARTÍNEZ CHABLE JHONADAN
SAMUDIO SOLIS ANA LAURA
Docente:
CEH REYNA MODESTO MARCIAL
“CONTRATOS DE GARANTÍA”
Para que a un fiador se le pueda predicar la solidaridad será menester que exista
pluralidad de fiadores respecto del mismo fiado, a fin de que así el acreedor de
este pueda exigir la totalidad de la fianza de cualesquiera de los fiadores
solidarios. Las consideraciones anteriores quedan todavía más claras si se toma
en cuenta la naturaleza jurídica del contrato de fianza, que como los demás de
garantía tiene un carácter accesorio en relación con el contrato principal al que
siempre va subordinado. El fiador es únicamente sustituto del deudor, pero no
es el deudor; es decir, es un responsable sin deuda (sin ser deudor) para el caso
de que el deudor no cumpla con su obligación, y ni el CCF ni los códigos de los
estados consideran al fiador como el deudor.
De conformidad con lo dispuesto por el art. 2854 del CCF, el fiador no es deudor,
sino responsable sin deuda, y por ello no está obligado a conservar su patrimonio
como garantía del acreedor, como sí lo debe hacer el deudor bajo pena de
incurrir en actos en fraude de acreedores; de ahí que el fiador, como garante del
deudor frente al acreedor, es totalmente libre de disponer de sus bienes cuando
y como le plazca, sin que por ello cometa ilícito civil o penal alguno y sin que esté
obligado a hacerle saber dicho acto de disposición al acreedor de su fiado, y
menos aún pedirle permiso o autorización, ya que cuando la ley ha querido
impedir dicha enajenación o libre disposición del fiador, así lo hace en forma
expresa, como ocurre únicamente en las fianzas judiciales y legales, en las que
la ley señala de manera expresa que los fiadores no pueden enajenar sus bienes,
pero no así en las voluntarias, como es el caso de la fianza otorgada por el
suscrito, en la que el fiador no tiene tales limitaciones.
El contrato de fianza debe constar por escrito, para lo cual, con anterioridad a su
celebración, las instituciones de fianzas deben tener elaborados los documentos
relacionados con la oferta, la solicitud y los contratos de fianzas, así como la
derivada de ellas, para ser presentada a revisión a las autoridades por lo menos
30 días antes de su utilización o puesta en operación. Asimismo, las instituciones
de fianzas deben incluir en los contratos respectivos las cláusulas invariables
que administrativamente se señalen y el contenido de los artículos exigidos por
la LISF.
ELEMENTOS REALES.
En el contrato de fianza, la póliza constituye el elemento objetivo o real del
contrato, en el que constan los derechos y las obligaciones de la institución de
fianza y del beneficiario. La ley exige que dichas pólizas sean expedidas en
forma numerada por la institución de fianzas. Se trata del documento expedido
por una institución de fianzas en el cual se consignan los nombres o las
denominaciones sociales del beneficiario, fiado, solicitante e institución fiadora,
la obligación garantizada, el monto por el cual responde la institución de fianzas,
la vigencia de la fianza y los derechos y las obligaciones de la institución garante
y del beneficiario.
ELEMENTOS PERSONALES.