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HUMANIZACIÓN ANIMAL

Andrés Felipe Calle Cardona

Octubre de 2019

Universidad Cooperativa de Colombia

Humanidades III
“El hombre es la medida de todas las cosas” afirmó en algún momento el sofista

Protágoras haciendo referencia, no sólo al racionalismo o a las adversidades que pasaron las

masas para conseguir derechos fundamentales, sino más bien, a una insondable sensibilidad

que ha dispuesto el ser humano, y que, en los últimos tiempos se ha visto en aumento. En esta

sensiblería, de cierta forma, los animales salen permeados o impregnados. No es un secreto

que nuestro entorno natural, y con ello, los seres irracionales, fueron paulatinamente

sometidos por el ser más indefenso: el hombre. Durante centenares de años el hombre ha

usado y abusado de ella, y no hace más de un siglo ha nacido cierta conciencia ciudadana de

cuidarla y tener una actitud condescendiente con los animales.

Además la humanización, también puede definirse como: “antropomorfización” que

viene del latín: anthropos (ser humano) y morphe (figura) que significa: el que tiene la forma,

figura o la apariencia humana. De esta forma, en este texto, se pretende desarrollar los puntos

a favor de ésta problemática, abordando el por qué de ésta, hasta los efectos positivos que

puede llegar a tener en un ser humano, teniendo en cuenta algunos los límites.

Podría decirse, según Acero (2016) afirma: “más que humanizar se puede discutir

acerca de una relación “humano-mascota” más cercana”, pero que como frontera se encuentra

al antropomorfismo, que desde un punto de vista a fondo, viene siendo meramente la

atribución de las motivaciones, características y comportamientos humanos a entidades no

humanas.

Asimismo, en la humanización animal pueden hallarse como eje central dos

dimensiones o aspectos, que son: La substitución humana o carencia afectiva, y la otra es la

moda que le da pie a la industria dirigida a mascotas que incita a las familias a acoger a las
mascotas como miembros de la familia. Entonces, es así como aparecen los dos bandos, el

que defiende la humanización, y a su vez, el que la rechaza rotundamente. Esta problemática,

desde la neutralidad, ataca a los argumentos a favor. Es decir, pesa más el rechazo,

empezando por mencionar las vestimentas animales:zapatos, trajes, gorras, camisetas, entre

otras prendas primorosas, con que “hermosean” a las mascotas, a estas les generan

inconvenientes con el asunto de la salud. Romero (2018), afirma:

“El colmo de la estulticia y de la insolidaridad viene de la mano de quienes

humanizan a los animales con aspavientos tales como vestirles con ropa confeccionada al

efecto (una industria puntera donde hay en juego muchos millones). Les visten como si se

tratara de personas racionales; sepan que el perro no suda y que esos ropajes en invierno no

hacen más que perjudicarle, pues yo les he visto dormir sobre los montones de nieve y como

si nada. Sepan que los perros cambian tanto el pelo como la piel en función del clima que

esperan.”

Desde el punto de vista a favor, el bando débil, tiene poca resonancia frente a la

diversidad de argumentos en contra. Pero, algunos expertos, para hacer fuerte su modo de ver

la situación, se centran en otros aspectos, como el ¿por qué? y aspectos del comportamiento

humanos que explican la humanización. Por ejemplo, que los humanos hacemos uso de

lenguaje verbal y no verbal para expresarnos sentimental y emocionalmente, de manera que

necesitamos nombrar y hablar con los animales de compañía para expresar nuestra empatía

(Acero, 2018). Esto, a la final, no sería humanizar, sino, entendiéndolo desde otra

perspectiva, es parte en la que cada rol accede con sus propias particularidades e intereses.
De esta manera, viendo la problemática desde otro semblante, también se hace

necesario destacar la discutible problemática australiana: la obesidad, que viene siendo un

gravísimo problema de salud pública. Según Capó (2016) asevera: Una forma de promoción

del ejercicio, ha sido mediante la tenencia de un perro. En este país se ha estimado que habría

un ahorro potencial de 175 millones de dólares en servicios del área de la salud, si todos los

propietarios de perros caminaran diariamente durante 30 minutos con su mascota.

En términos concluyentes, como dijo en algún momento Mahatma Gandhi: “La grandeza y el

progreso moral de una nación puede medirse por la forma en que trata a sus animales”. El

trato que se le da a un animal, puede decir mucho sobre el comportamiento humano, sobre las

relaciones interpersonales de cada quién. El respeto por su bienestar, y comodidad es una de

tantas muestras de los valores que guardamos como sociedad.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

➢ Miguel Capó. (S.F). HUMANIZACIÓN Y DESHUMANIZACIÓN DE ANIMALES.

Bienestar animal, 3, 2,3.

➢ Revista Semana. (2018). ¿Por qué tratamos a los animales como humanos?.

26/09/2019, de Revista Semana Sitio web: https://www.semana.com/vida-

moderna/articulo/por-que-tratamos-a-los-animales-como-humanos/570753

➢ Leonardo F Gómez G, Camilo G Atehortua H,Sonia C Orozco P . (9/08/2007). La

influencia de las mascotas en la vida humana. Revista colombiana de ciencias

pecuniarias, 1, 4.

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