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La filosofía contemporánea es el período actual de la historia de la filosofía, sigue


a la filosofía moderna, empieza entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Las principales corrientes de esta época fuero la filosofía analítica el positivismo
lógico, la fenomenología, el existencialismo y el postestructuralismo. Los filósofos
más representativos de esta última etapa de la filosofía serían Marx, Nietzsche,
Sartre, Russell y la malagueña, María Zambrano.

Marxismo
Karl Heinrich Marx, uno de los filósofos más importantes
Marx es el uno de los principales representantes de la filosofía
contemporánea y su obra, es el resultado de la influencia de la filosofía hegeliana,
del socialismo utópico francés, y de la economía política inglesa. A partir de
aquí, Marx desarrolla su filosofía, pero partiendo de una pensamiento novedoso. A
diferencia de Hegel, considera que la idea de que todo lo real es racional, además
de un error, supone un freno en el desarrollo político, ya que viene a decir que hay
que aceptar las cosas como son, vengan como vengan, sin intentar cambiar nada.
Pero esto no es posible en una sociedad capitalista, que abusa que del proletariado,
perpetuando la diferencia de clases. Así, Marx, propone una revolución que
acabe por transformar el estado para, finalmente, aniquilarlo.
El filósofo, invierte la dialéctica hegeliana y la aplica a la historia y a la economía y
así, nace el materialismo histórico. Según la teoría marxista, la tensión producida
entre la clase obrera y el capitalista, llevará irremediablemente a su destrucción,
debido al empobrecimiento generalizado del proletariado, como consecuencia de la
acumulación de la riqueza en manos de unos pocos. Y estas mismas
contradicciones internas provocarán su destrucción.
El expropiador será expropiado, pero no sin antes pasar por una serie de etapas.
Para la transformación de la sociedad en una sociedad sin clases, es decir,
comunista, es necesario un proceso, que empieza por una primera fase
de dictadura del proletariado, para seguir con una fase socialista y finalmente,
culminar el proceso revolucionario con la abolición de la propiedad privada, la
desaparición de las clases sociales y la aniquilación del estado.
“La historia de todas las sociedades es la historia de luchas de clases.” Marx
y Engels. El Manifiesto del Partido Comunista.

. Marxismo
Es una corriente filosófica que fue desarrollada por Karl Marx, entre
otros grandes pensadores como Engels, Roxa Luxemburgo,
Gramsci o Luckas. El marxismo se centra principalmente en 4 temas
fundamentales, a saber:
1. 1. La lucha de clases
2. 2. La crítica del capitalismo
3. 3. El concepto de alienación y la plusvalía
4. 4. El comunismo como superación del capitalismo

Qué es el marxismo? El ideal de Karl Marx como doctrina


comunista puede ser resumida, y os explicamos qué es el
materialismo dialéctico y el materialismo histórico.
El comunismo tiene gran cantidad de doctrinas. La más prolífera y conocida es la
marxista. Recibe el nombre de su creador, Karl Marx, quien fue un filósofo y un
periodista revolucionario alemán del siglo XIX.
Su primera obra importante fue el Manifiesto Comunista en 1848. La frase
principal de dicha obra resume, en gran medida, la doctrina marxista: “La
historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de
las clases sociales”.
Las teorías de Marx tuvieron como asesor y ayudante a Friedrich Engels. Él
participó también en la redacción del Manifiesto Comunista (es legado de
ambos) y en “El capital“.
Para los marxistas, la sociedad se divide en dos clases: el proletariado y la
burguesía. La lucha constante entre estas dos facciones es lo que provoca
el avance o el retroceso de la civilización, que durante su desarrollo, siempre ha
estado en conflicto.
El pensamiento marxista se puede dividir en dos componentes: uno científico
y otro filosófico. El primero hace referencia al materialismo histórico. Este
concepto parte de que la base material de una sociedad es lo que determina el orden
social y, como consecuencia, determina la evolución y el desarrollo de dicha
sociedad.
El materialismo histórico puede servir, por tanto, para analizar distintas
sociedades y sus evoluciones a lo largo de la historia. Marx afirmaba que la historia
del desarrollo de la civilización está ligada al desarrollo de la producción y de
los modos de producción.
De ahí se podría derivar que las fuerzas productivas y las relaciones entre ellas
tendrían una relación directa con dicha evolución. Es decir, Marx ligó la lucha de
clases a la evolución de los modos de producción y de la humanidad.
El segundo componente de la doctrina marxista es el materialismo dialéctico.
Este ha sido objeto de varias y polémicas elaboraciones. Básicamente lo que Marx
plantea es que la filosofía especulativa no sirve de nada, ya que sólo crea
contradicciones.
Él aboga por una concepción del mundo basada en su teoría del materialismo
histórico. En otras palabras, la concepción del mundo y de la historia es, para
Marx, algo completamente empírico, en el sentido de que se puede argumentar
con el análisis histórico que él plantea.
Su segunda obra llegó casi 10 años después del Manifiesto Comunista con la
publicación del primer libro de “El capital”, donde analizaba el capitalismo. De
esta obra surge el pensamiento económico del marxismo, que gira sobre dos
conceptos fundamentales: el valor y la plusvalía.
Para Marx, el valor es le expresión de la cantidad de trabajo social (tiempo
invertido) contenida dentro de una mercancía, es decir, cuánto se ha invertido en
producir esa mercancía.
Según él, en el capitalismo, ese trabajo social se convierte en una mercancía a
merced de los mercados. Las jornadas serían pagadas no por lo que haces, sino
por cuánta gente está dispuesta a hacerlo. La plusvalía sería todo el trabajo extra
que se consigue en el capitalismo a través de la explotación de la fuerza del trabajo.
Al margen de estas teorías, también plantea un modelo sociopolítico alternativo
al existente. El propósito que tenía era el de terminar en un sistema comunista.
Para ello propone que las clases obreras se hagan con el poder en una
revolución, que se termine la religión (“La religión es el opio del pueblo”) y
que la propiedad individual ya no tenga cabida, puesto que es sólo un
mecanismo de obtención de votos.
Esto es lo que Marx llama “dictadura del proletariado” y que, supuestamente,
debería ser una fase intermedia. Sin embargo, a lo largo de la historia los líderes
soviéticos han permanecido en dicha fase sin llegar a aplicar la segunda parte.
El marxismo es la doctrina comunista en la que más gobiernos se han
inspirado. Mao, Lenin, Stalin y Trotsky fueron los principales líderes que lo
intentaron aplicar. Lenin introdujo varios cambios a esta filosofía, por lo que
muchas veces se habla del “marxismo-leninismo”.
Pero, como ya se ha mencionado, nunca ha terminado por culminar con todo lo
que la Revolución de Octubre y el propio Karl Marx prometían.

Vitalismo
Continuamos con esta lección sobre las principales corrientes de la filosofía
contemporánea para hablarte ahora del vitalismo. El máximo representante de esta
corriente de la filosofía contemporánea es Nietzsche, y toda su filosofía se centra,
por un lado, en la crítica de la cultura occidental y por el otro, en el intento de
superación de esa cultura, a la que considera decadente, al fundamentarse en la
metafísica, la religión y la moral, que han invertido los valores de la vida, para
transformarlos en el producto del resentimiento contra la misma.
Cuatro son los ejes de la filosofía nietzscheana:
La muerte de Dios, supone también el final de la metafísica occidental, la eliminación
del mundo inteligible y de todos los mundos, porque este, es el único mundo que
existe. Así, ya no queda más fundamento de la moral, que la voluntad libre y
creadora.
El superhombre, constituye la superación del último hombre, que es aquel que no
ha asumido la muerte de dios, ni la perdida de sentido, es decir, aquel que
representa al nihilismo negativo y característico de la civilización occidental. Pero
en su aspecto positivo, el nihilismo, es lo que hace posible el nacimiento del
superhombre, ese hombre capaz de aceptar la muerte de dios, y por ende, de los
valores tradicionales, y transmutarlos. Porque solo destruyendo, se puede llegar a
construir.
La voluntad de poder, es la esencia misma de la vida, una fuerza vital expresión del
dinamismo de la vida, del devenir, es creación y la afirmación del eterno retorno de
lo mismo.
El eterno retorno, supone el fin de toda finalidad, de toda trascendencia, e implica
una dura crítica contra la concepción del tiempo lineal de la tradición occidental, ya
que, para este autor, lo único que existe es el instante, y justo ahí, se muestra la
eternidad, la intemporalidad.

Qué es Vitalismo:
La palabra vitalismo tiene varias acepciones. En su acepción común, se entiende
por vitalismo la condición de expresar vitalidad. Es decir, una persona vitalista
sería aquella que expresa gran energía, motivación y alegría en la experiencia
vital.
Sin embargo, el término vitalismo también agrupa diversas doctrinas de
pensamiento, tanto científicas como filosóficas,según las cuales la vida no puede
ser reducida a factores físicos, mecánicos o químicos.
Vitalismo en la ciencia
La primera formulación del vitalismo como doctrina deriva de la ciencia natural.
Como corriente, el vitalismo está relacionado con los estudios de la biología del
siglo XVIII, y surge como reacción al mecanicismo propugnado por diversos
enfoques científicos del siglo XVII.

En este sentido, la teoría vitalista fue desarrollada y defendida por Paul Joseph
Barthez, miembro de la escuela de Montpellier en Francia. Para los pensadores de
esta corriente, existe una separación evidente entre el mundo vivo y el inerte, esto
es, entre el mundo animado y el inanimado.

No se trata de un planteamiento religioso en sí, según la cual el ser humano está


dotado de ánima, de alma, lo cual puede ser entendido como un fenómeno
sobrenatural.

Se trata más bien de un principio vital que moviliza a los seres, el cual es
responsable de sus comportamientos, y que no se puede atribuir a principios
mecánicos o físicos. Este principio se denomina "fuerza vital" según Claude
Bernard, "entelequia" según Hans Driesh y "fuerza dominante" según Johannes
Reinke.

Vitalismo en la filosofía
En la filosofía, el vitalismo se ha expresado en diferentes corrientes y tiene
distintas implicaciones, aunque parte del mismo principio. También se conoce
como filosofía de la vida.
Se formuló entre los siglos XIX y XX en contraposición al racionalismo filosófico.
Para los filósofos de esta corriente, la vida no es mera respuesta a los
mecanismos racionales y, además, es valiosa en sí misma y no en función de
elementos que le son ajenos.

Para el vitalismo filosófico en general, la vida humana es vista como un proceso y,


como tal, no puede ser reducida al comportamiento mecánico o al mero
racionalismo.

En este sentido, se dieron al menos dos corrientes de vitalismo filosófico:

1. Aquella que propugna la exaltación de la vida desde el punto de vista biológico y


2. Aquella que propugna la vida en un sentido histórico o biográfico.
En la primera, sobresalen elementos como la valoración del instinto, incluido el
instinto de supervivencia, la intuición, el cuerpo, la fuerza y la naturaleza. Uno de
sus teóricos sería Friedrich Nietzsche.
En la segunda, sobresale la valoración de la experiencia vital en sí, el decir, el
valor del conjunto de experiencias humanas que una persona acumula a lo largo
de su existencia, lo que valoriza además la perspectiva y la teoría de las
generaciones. En esta tendencia podemos mencionar al español Ortega y Gasset.

Fenomenología
Edmund Husserl, es el principal representante de esta corriente filosófica, que se
ocupa de todos los fenómenos, pero a partir de una reducción de los mismos. Este
genial pensador desarrolla una teoría, partiendo del concepto de intencionalidad,
para hacer una división entre los fenómenos físicos y los psíquicos.
En su pensamiento se pueden distinguir 3 etapas:
La etapa pre-fenomenológica, fundamentalmente psicologista.
La etapa fenomenológica, marcada por una fenomenología pura y trascendental.
La etapa de retiro, en la que se preocupa por cuestiones éticas y sociales.

Existencialismo, otra de las corrientes de la filosofía contemporánea

El autor de Ser y Tiempo pretende en esta obra, construir una ontología que permita
recuperara el sentido del ser, pero para ello, antes de analizar a aquel que se
plantea la pregunta, el ente. En sus obras posteriores, su pensamiento cambia de
dirección, para centrarse únicamente en el ser, como autorrevelación.
En la primera parte de Ser y Tiempo, el autor, analiza la estructura básica del Dasein
o ser ahí, que se divide en ser en el mundo y en ser con los otros. Esto conlleva,
para el filósofo, a una situación angustiosa, porque el ser, aparece arrojado en un
mundo impersonal e inauténtico. La única existencia auténtica, dice Heidegger, es
la voz de la conciencia, es decir, el ser mismo del Dasein.
La segunda parte la dedica a analizar el concepto de tiempo, pero un tiempo
diferente al tiempo físico y lineal, sino como ser mismo del Dasein, que una vez es
consciente de su finitud, una vez que conoce la angustia de la temporalidad,
empieza a vivir como ser para la muerte.

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