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Bloque símbolos

Sobre palmas y lauros de oro

El 15 de agosto de 1909, al cumplirse 410 años del descubrimiento del


lago de Maracaibo por Alonso de Ojeda en 1499, se escucharon por
primera vez los acordes marciales del himno del Zulia. Los versos fueron
escritos por el poeta Udón Pérez y la melodía es del compositor José
Antonio Chávez, quienes obtuvieron ese honor al ganar los respectivos
concursos convocados para elegir letra y música de la canción oficial del
estado. A partir de ese momento, en todas las escuelas se canta, después
del Gloria al Bravo Pueblo.

El primero de enero de 1908, el general Ignacio Lares fue nombrado


presidente constitucional del estado Zulia. Iba a desempeñar el cargo hasta
agosto de 1909, lo que no es mucho tiempo para ejercer un mandato. Lares
haría, pues, un gobierno de escasa relevancia. Se le recuerda por la
construcción de un puente de madera sobre la Cañada Nueva, en el punto
denominado El Brinco, que el pueblo bautizó con el nombre de Puente Lares y
que con ciertas modificaciones todavía existe
FOTO PUENTE LARES

Pero, sobre todo, el general Lares pasó a la historia por haberle dado su
himno al Zulia. En abril 1909 el gobernante abrió dos concursos con el objeto
de conseguir la música y la letra del himno. El certamen constituyó un gran
acontecimiento en Maracaibo. Al final, de las diez composiciones poéticas que
se presentaron fue escogida la del poeta Udón Pérez, quien fue galardonado
con una pluma de oro. Y el premio a la música fue para José Antonio Chávez,
poeta, abogado y tercer rector de la Universidad del Zulia, en su primera época.
FOTO DE UDÓN PÉREZ

El coro del himno del Zulia dice así: “Sobre palmas y lauros de oro / yergue
el Zulia su limpio blasón / y su flamea en su plaustro sonoro / del progreso el
radiante perdón”.
Un sol sobre celeste y negro

Aunque el Zulia tuvo himno a comienzos del siglo XX, debió esperar
hasta el término de la centuria para ostentar un pabellón. Fue el 23 de
enero de 1991 cuando se declaró oficialmente la Bandera del Zulia, según
decreto 231 del entonces gobernador Oswaldo Álvarez Paz. Finalmente, la
enseña se enarbolaría por primera vez el 28 de enero de 1991, en
conmemoración de la declaración de Independencia de la entonces
Provincia de Maracaibo de España, que se produjo en 1821.

El 5 de agosto de 1990, la Secretaría de Educación del Zulia abrió un


concurso público para escoger el diseño de su estandarte. Tras la deliberación,
el jurado escogió la propuesta de José Antonio Urdaneta. La enseña tiene dos
franjas. La superior, de color azul celeste, representa la hidrografía local, el
golfo, los ríos y, en especial, el lago de Maracaibo, núcleo de integración
histórica y cultural de la región; y escenario de la Batalla Naval del Lago, última
acción bélica en territorio venezolano, que sellaría la independencia frente a
España. La franja negra inferior simboliza el petróleo, riqueza zuliana que
constituye la base fundamental de la economía regional y nacional.
BANDERA DEL ZULIA

El sol ubicado en el centro alude a la riqueza del Zulia en agricultura,


ganadería, minería, así como al calor y la hospitalidad del pueblo zuliano.
El relámpago blanco que atraviesa el sol evoca al rayo del Catatumbo, que
centellea en el Sur del Lago, y sirve de guía a los barcos que surcan el Lago.
DETALLE DEL SOL (que aparece en la bandera)

En las banderas oficiales, en la esquina superior izquierda aparece el


escudo del estado. En la actualidad, la gran mayoría de los municipios del Zulia
tiene su propia bandera, himno y escudo.
Un tributo a la venezolanidad

El actual escudo del Zulia fue adoptado oficialmente en el 21 de marzo


de 1917. Mide 50 centímetros de largo por 30 de ancho y los colores de
los cuarteles, amarillo, azul y rojo, son un homenaje a la bandera nacional
en prueba de la voluntad venezolanista de los zulianos. Esta nuestra de
apego a la Nación se debe a que los intereses comerciales de Maracaibo
mantuvieron a esta provincia unida a España, incluso después de la firma
del Acta de Independencia, el 5 de julio de 1811.

La prolongada relación con España explica el hecho de que Maracaibo no


figura entre las siete provincias firmantes del Acta de Independencia
(simbolizadas con siete estrellas en la bandera nacional: Caracas, Cumaná,
Margarita, Barinas, Barcelona, Mérida y Trujillo); y que la Corona española le
concediera a Maracaibo, en 1813, el título de "Muy noble y leal", que aún reza
en el escudo de armas de la ciudad.
FOTO DE LA BANDERA NACIONAL

El barco, en el cuartel azul, representa la navegación por el Lago.


La torre, en el amarillo, tiene un doble simbolismo: alude al Castillo de San
Carlos y el Fuerte de Zapara, protectores de la entrada al Lago, así como a la
firmeza con que los zulianos han defendido sus derechos. El relámpago, en el
cuartel rojo, remite al Rayo del Catatumbo y también al respeto de los zulianos
por la cultura y el arte.
FOTO DEL ESCUDO

El escudo aparece flanqueado por una hoja de plátano, expresión de la


abundancia de ese fruto y de la fertilidad de la tierra zuliana; y por una palma
que honra la gloria de los héroes locales en la gesta de independencia. Al pie
del escudo aparecen dos fechas: 24 de agosto de 1499, por la llegada de
Alonso de Ojeda al lago de Maracaibo; y 28 de enero de 1821, efeméride de la
independencia regional.
FOTO DETALLE DEL ESCUDO
Bloque físico

Un mapa alrededor del lago

Todo en el Zulia se relaciona con el lago de Maracaibo, ese saco de


agua rodeado de montañas y unido al mar por un angosto canal, que
conecta la región con el Caribe. En torno a la cuenca se ha establecido un
trazado cartográfico que ha sufrido numerosas variaciones a lo largo de
su historia. La última transformación fue establecida por la Ley de
División Político-Territorial, del 21 de julio de 1989, que eliminó el término
distrito. El estado quedó dividido en municipios y éstos en parroquias.

En 1995, la Asamblea Legislativa del estado Zulia reformó la ley local y los
17 municipios que tenía para la fecha se convirtieron en 21. Así, el territorio
extendido a partir de las riberas del lago quedó organizado en cinco
subregiones divididas en 21 municipios.
FOTO AÉREA DEL ZULIA

Las subregiones y sus respectivos municipios son: la capital: Maracaibo,


Jesús Enrique Lossada, La Cañada de Urdaneta, y San Francisco; la Guajira:
Almirante Padilla, Mara y Páez; la Costa Oriental del Lago, constituida por
Baralt, Cabimas, Lagunillas, Miranda, Santa Rita, Simón Bolívar y Valmore
Rodríguez; Perijá: Machiques de Perijá y Rosario de Perijá y Sur del Lago:
Catatumbo, Colón, Francisco Javier Pulgar, Jesús María Semprún y Sucre.
MAPA ACTUAL DEL ZULIA

Las principales ciudades son: Maracaibo, Cabimas, Santa Rita, Ciudad


Ojeda, Lagunillas, Alta Gracia, Mene Grande, Santa Bárbara, San Carlos del
Zulia y Machiques.
FOTO DE MARACAIBO
Un gran anfiteatro natural

Visto desde arriba, el Zulia es una porción de tierra en forma de


herradura, de 63.100 kilómetros cuadrados. Es la cuarta entidad con
mayor superficie del país, después de Bolívar, Amazonas y Guárico; y
ocupa el 7% del territorio nacional. Extendido sobre la depresión del lago
de Maracaibo, entre dos cadenas montañosas, su medio físico está
constituido por dos grandes unidades geomorfológicas: la cuenca del
lago, con las amplias planicies que lo circundan, y la cordillera de Perijá.

El Zulia se ubica en el extremo noroeste de Venezuela, frente a las costas


del mar Caribe. Limita al norte con el golfo de Venezuela. Al sur, con los
estados de Mérida, Táchira y Trujillo. Al este, con Lara y Falcón. Y al oeste, la
Sierra de Perijá constituye una frontera natural con Colombia.
VISTA AÉREA DEL ZULIA

Del total de su superficie, 50.362 kilómetros cuadrados corresponden al


área continental o tierra firme, y 12.780 km2 al lago de Maracaibo y al golfo de
Venezuela. Unos 1.253 km2 son costeros, de los cuales 184 son marítimos,
728 lacustres y 340 fluviales.
FOTO DEL GOLFO DE VENEZUELA

Está encerrado en un sistema montañoso que, por el este, lo separa de


Colombia. Al sur, las montañas se acercan mucho a la orilla del lago, dejando
en la esquina sureste, un pequeño espacio con ciénagas y ríos pequeños, que
discurren en una fértil zona de llanuras húmedas, regadas por ríos de gran
caudal, cuyos sedimentos caen al lago. Al norte hay unas llanuras, de clima y
composición distintas a las del sur, más bien áridas, que sustentan una
vegetación muy diferente. Al noreste, lo recorre un ramal de la cordillera andina
que le da forma de gran anfiteatro. Y, por el oeste, lo circunda la Sierra de
Perijá, que asoma a la península de la Guajira.
FOTO DE MONTAÑAS
Una selva sepultada

El lago de Maracaibo debe su existencia a un fenómeno geológico que


produjo el hundimiento del espacio donde se encuentra desde hace
millones de años. Esto sucedió al tiempo que en el centro del actual
territorio nacional se efectuaba una declinación del terreno que daría lugar
a la aparición del golfo Triste y al desprendimiento de lo que hoy es la isla
de Trinidad.

El espacio lacustre está rodeado por la cordillera de los Andes, que lo bordea
por el sur y el sureste; y por una sus prolongaciones, la Sierra de Perijá, hacia el
oeste. Ambas cadenas montañosas comenzaron a emerger hace unos 40
millones de años, en el eoceno, primer periodo de la era terciaria, el mismo en
que aparecieron los simios en el planeta.
FOTO DE LOS ANDES

Ya en el último periodo de la era terciaria, el plioceno, se había formado una


depresión entre la serranía y la cordillera. Entonces ocurrió algo increíble: la
inmensa selva que estaba allí fue descendiendo en el foso hasta desaparecer; y
en su lugar se formó el lago de Maracaibo, ya en la era cuaternaria.
IMAGEN AÉREA DEL LAGO

Esa masa selvática sepultada fue transformándose progresivamente hasta


dar origen a los hidrocarburos (petróleo y gas) que, tras largo proceso, se
conformarían en gran cantidad en el lago.
IMAGEN DE TORRES PETROLERAS EN EL LAGO
Trece de cada cien venezolanos son zulianos
El XIII Censo de Población y Vivienda, realizado por el Instituto
Nacional de Estadística (antes OCEI), en 2001, determinó que el Zulia
tiene 2.983.679 habitantes. De este total, 1.477.566 son hombres y
1.506.113 mujeres. La población femenina constituye 50,5% de la
población, lo que representa un índice de 98,1 hombres por cada 100
mujeres. En la actualidad, los zulianos suman el 12,94% de todos los
venezolanos.

Pero los resultados de ese censo no incluían la población indígena. Y, como


el Zulia es, precisamente la entidad con mayor cantidad de indígenas, el mismo
Instituto Nacional de Estadística ofrece un cuadro donde establece que la
población total del estado en 2001 era de 3.224.204. Y para 2006, sería de
3.553.354 habitantes.
CUADRO ESTADÍSTICO DEL INE

Este estado, el más poblado del país, experimentó un incremento de


748.374 personas (33,5%) con respecto al censo de 1990. Esto significa que
creció a una tasa promedio anual de 2,7%.
FOTO DE MULTITUD

Su concentración poblacional es predominantemente urbana. Los


municipios Maracaibo y San Francisco (que forma parte del casco urbano de la
capital zuliana) concentran 52,6% de la población total de la entidad. Los
restantes diecinueve municipios presentan valores porcentuales de población
inferiores a 8 cada uno.
FOTO DE MULTITUD EN MARACAIBO
Capital, Maracaibo

Ubicada al noroeste del mapa nacional, se encuentra en la orilla


occidental del lago; justamente en su punto más estrecho, frente al brazo
que comunica al estuario con el golfo de Venezuela. Es la segunda ciudad
del país en lo económico y lo cultural; y también es la ciudad más
poblada, después de Caracas. Aunque su crecimiento y desarrollo se
deben al descubrimiento del petróleo, a principios del siglo XX, no hay
duda de que su privilegiado emplazamiento geográfico determinó su
surgimiento como gran urbe en ese extremo del país.

Para comprender la vitalidad de Maracaibo, y su predestinación a ser un


polo urbano exactamente en el lugar donde se encuentra, es preciso partir de
la noción de hinterland, término de origen alemán (en castellano, traspaís) que
designa a una región, situada al interior de un litoral, que depende, sobre todo
en lo económico y comercial, de una localidad portuaria.
ILUSTRACIÓN

Al encontrarse en ese sitio estratégico, único acceso natural de entrada o


salida a la zona comprendida por las planicies del Zulia y el piedemonte andino
que rodean al lago, Maracaibo se convirtió, casi desde su fundación, en la
cabeza de ese vasto hinterland lacustre y, por tanto, en centro regional. En la
actualidad, su área urbana alcanza los 176 kilómetros cuadrados (según el
plano elaborado por la actual Alcaldía de Maracaibo).
ILUSTRACIÓN

Maracaibo ejerce la capitalidad del Zulia desde el año 1678, cuando la


capital de la extensa “Provincia de Mérida, Espíritu Santo de La Grita y ciudad
de Maracaibo” fue trasladada al puerto marabino, lo que le concedió el control
hegemónico del occidente venezolano en lo económico y administrativo. Para
el 2005 año se estima que los maracuchos superen el millón y medio de
habitantes
ILUSTRACIÓN
Un lugar, muchas temperaturas

Cuando se piensa en el Zulia, suele venir a la mente la idea de un lugar


tremendamente caluroso. Y eso es cierto… sólo en parte. La verdad es
que ese rasgo notorio que da el calor lo identifica en las zonas planas,
que, en verdad, constituyen la mayor parte del territorio zuliano. Pero
también es cierto que en la amplia cuenca del lago de Maracaibo y del
golfo de Venezuela se encuentran todos los climas y ambientes posibles
en la zona intertropical, por lo que el Zulia es una síntesis de los climas
de todo el territorio venezolano.

Según información del Instituto Nacional de Estadística, el clima del Zulia


está dominado por las altas temperaturas durante todo el año. “Cerca del 80%
del territorio tiene un régimen térmico elevado, mientras que el 20% restante
está sujeto a variaciones derivadas de las diferencias de altitud. En el norte, el
clima es semi-árido. La temperatura media anual es de 27,8° C. Este es el
clima de la ciudad de Maracaibo. Sobre las riberas del lago domina el clima de
sabana, caracterizado por temperaturas que pueden superar los 35° C”.
ILUSTRACIÓN

Pero desde la península de la Guajira hasta el piedemonte de la


serranía de Perijá, a lo largo de apenas 260 kilómetros, se dan todas las
gradaciones de lluviosidad imaginables: desde unos 250 mm. anuales al
norte hasta más de 4.000 mm., en la misión de El Tukuko, al sur.
ILUSTRACIÓN

Los tipos climáticos de la zona intertropical son los que están por
debajo de los 600 metros; y, por encima de esa altura, cinco pisos
térmicos o climáticos: el piso intermedio o subtropical, templado, frío, de
páramo y helado (a partir de los 600, 1.500, 2.200, 3.000 y 4.700 m.
aproximada y respectivamente). Estos últimos se dan en las zonas
montañosas de la Sierra de Perijá.
ILUSTRACIÓN
Un enorme sube y baja

El paisaje del Zulia tiene cuatro tipos de topografía, es decir, de niveles


en el relieve de los suelos. El lago, centro de todo, está bordeado por dos
ramales de la cordillera de los Andes, uno que va hacia occidente y otro,
al oriente; ambos constituyen el relieve de montaña. En el centro,
formando una hondonada, se encuentran los relieves premontanos (de
alturas menores a los 2000 metros sobre el nivel del mar), los
piedemontes (por debajo de los 400 metros) y las áreas aluviales
cuaternarias, que constituyen extensas planicies.

El relieve de montaña está conformado por las dos continuaciones del


sistema andino. En la porción occidental fronteriza está la Sierra de Perijá
cuya divisoria de aguas sirve de límite con Colombia. La Sierra se divide en
tres secciones: al sur, la Serranía de Motilones, continuación de los Andes
colombianos; al centro, la Serranía de Valledupar, con las mayores alturas,
entre ellas el Pico Tetari, de 3.360 m; y al norte, los Montes de Oca.
FOTO DEL PICO TETARI

En la costa este, se extiende la Sierra del Empalado o de Ciruma, donde se


encuentra la reserva hidráulica de la zona oriental del lago con ríos de corto
recorrido pero de escurrimiento importante. Este ramal sirve de límite con el
estado Lara. Hay altitudes por debajo del nivel del mar, como Lagunillas, que
desciende hasta cuatro metros.
FOTO DE LA SIERRA DE CIRUMA

El relieve premontano bordea a las montañas y forma llanuras suaves en


las zonas bajas. El piedemonte es una zona de transición entre las montañas y
las tierras planas. Y las áreas aluviales cuaternarias están constituidas por
material sedimentario del arco montañoso que bordea al lago. Esto ha dado
lugar tanto a extensas planicies y a la aparición de espacios de pobre drenaje
donde se han formado ciénagas y pantanos al suroeste del lago. La Alta
Guajira, al noroeste, es la zona más baja del Zulia.
FOTO DE PLANICIES
Siete tipos de suelos

Los suelos de todos los lugares son el resultado de la coincidencia de


factores físicos, químicos y biológicos, que van desde los parámetros
climáticos e hidrográficos, pasando por el material original y su variada
composición mineral, hasta la presencia de microorganismos y especies
de flora y fauna. En el caso del Zulia, que presenta una gran variedad de
climas, desde los muy secos hasta los muy húmedos, la variedad de
suelos es de magnitud extrema.

En el libro “El Zulia su espacio geográfico”, los autores hacen una


clasificación de siete tipos de suelos, a partir de su composición y de la utilidad
que presentan para la práctica agrícola. Son éstos: Litosol, suelos jóvenes, de
roca dura, pendiente inclinada y fuertemente erosionados. Se encuentran en la
Sierra de Perijá y tienen grandes dificultades de uso.
DETALLE DE LA SIERRA

Regosol, suelos jóvenes, de roca blanda, pendiente menos inclinada y


franco-arenosos, están en la zona norte. Regosol aluvial, favorecidos por el
exceso de agua, tienen gran fertilidad y se encuentran en el sur del lago y en
los márgenes de los grandes ríos de la planicie occidental. Desérticos, de baja
humedad y unos cuantos centímetros de arena sobre material calcáreo, ocupan
la zona norte en una franja que llega hasta Castilletes.
DETALLE DE SUELO DESÉRTICO

Pantanos, muy limitados en su uso, con mal drenaje, están en el suroeste


del lago en el área inundable del río Catatumbo. Gromoseles, de textura
arcillosa y color oscuro, están en la planicie oriental y occidental. Y los amarillo-
rojizos, son los fuertemente desarrollados en la agricultura; con altas
temperaturas y pluviosidad abundante que aceleran la descomposición de los
minerales. Se localizan tanto en la planicie occidental como en la oriental.
DETALLE DE SUELOS HÚMEDOS
La hidrografía como identidad

El agua es uno de los componentes más importantes del espacio físico


del Zulia. Con excepción de la zona norte del estado, todo su territorio
está cruzado por una inmensa red de cursos de agua que drenan en el
lago. La región cuenta, además, con casi todos los ambientes acuáticos
conocidos: desde el marino, en el golfo de Venezuela; el lacustre; el
fluvial, por los ríos que se desplazan en todas las direcciones cardinales;
y el acuífero, que se encuentra en los grandes depósitos de aguas
subterráneas.

Desde luego, la mayor expresión hidrográfica del Zulia es el lago de


Maracaibo (que trataremos en capítulo aparte) núcleo colector de todos los ríos
de la zona. A lo largo de la historia geológica, los materiales sólidos aportados
por los ríos afluentes al lago fueron formando las anchas tierras de las riberas
lacustres.
ILUSTRACIÓN

Estos ríos provienen de las tres divisorias de aguas que demarcan la


cuenca: la divisoria de Perijá, la andina y la de Ciruma. Los que se originan en
Perijá forman subcuencas de gran desarrollo, como el sistema Guasare-Socuy-
Cachirí, río Santa Ana y río Catatumbo, en el suroeste. Los del sur del lago
drenan las tierras bajas del Zulia, altamente fértiles. Y los que vienen de la
costa oriental constituyen la reserva hidráulica de los centros poblados
establecidos alrededor de la industria petrolera.
ILUSTRACIÓN

Al lago desembocan cerca de 135 ríos, que aportan aproximadamente


1.900.000 litros de agua dulce por segundo. De todos los ríos tributarios del
lago, los tres más extensos son el Catatumbo, que tiene una longitud de 450
kilómetros cuadrados (150 de ellos discurren en Venezuela y el resto, en
Colombia); el Escalante, que ingresa por los Andes venezolanos; y el Limón,
totalmente zuliano, que va desde la cordillera de perijá hasta el Tablazo.
ILUSTRACIÓN
Anatomía del lago de Maracaibo

Más que de un bolsón de agua, hablaremos del Sistema Lago de


Maracaibo, formado por el golfo de Venezuela, la bahía del Tablazo, el
estrecho, el lago propiamente dicho y un área territorial de 78.180
kilómetros cuadrados drenados por ríos que avenan en todas las áreas
acuáticas del Sistema. Estos ámbitos lacustres y marinos se relacionan
entre sí, pero al mismo tiempo cada uno tiene un comportamiento
individual. En este capítulo nos concentraremos en el lago y en los
siguientes abordaremos los otros componente del Sistema.

Colector de todos los ríos de la zona, el lago de Maracaibo es, desde luego,
la mayor expresión hidrográfica del Zulia, del que ocupa una buena porción:
12.870 kilómetros cuadrados y unos 550 kilómetros de costa. Es el más grande
de Suramérica y el más extenso del mundo con comunicación al mar, un caso
único en la geografía mundial. En su saco cabe Maracaibo treinta veces.
ILUSTRACIÓN

El volumen de agua contenido en la tinaja que ves en el mapa está


calculado en 280.000 millones de metros cúbicos de agua (cada metro
cúbico son mil litros). Una batimetría (que es el estudios de las
profundidades oceánicas mediante el trazado de mapas de isóbatas, lo
que a su vez es un término geográfico que expresa a una curva para la
representación cartográfica de los puntos de igual profundidad en
océanos y mares, así como en lagos grandes) nos indica que la mayor
profundidad de éste es de 32 metros, en la zona centro oriental.
ILUSTRACIÓN

La profundidad media del lago es de 26 metros. El 87% de su área


(10.500 km2) presenta una hondura de diez o más metros. El hundimiento
lento y continuado del área de su depresión es responsable no sólo de la
uniformidad en la concavidad del fondo lacustre, sino también de la mayor
estabilidad de dicha área, cuando la comparamos con la sismicidad de los
relieves andinos.
ILUSTRACIÓN
El golfo de Venezuela

Ese cuello del lago de Maracaibo, que puede verse claramente en


el mapa, está orientado hacia el golfo de Venezuela, del que
hablaremos aquí. Es la bahía más grande del país. Por su
configuración geográfica y por estar unido al lago, del cual es la
única salida, el golfo de Venezuela constituye un espacio de gran
importancia para el comercio, la circulación marítima y la seguridad
y defensa del occidental del país.

El golfo de Venezuela se ubica en el noroeste del país y está


constituido por una masa de agua marítima que tiene una superficie total
de 17.840 km2, sin incluir la bahía de El Tablazo (con ésta, que forma
parte del golfo, la superficie se eleva a la cifra de 18.500 km2). Es la
salida del lago de Maracaibo; y de todo un circuito geográfico-económico,
en el cual se produce y egresa la mayor parte de la producción nacional. A
través de sus aguas sale el 83,21% del petróleo que exporta Venezuela.
MAPA DONDE SE VEA EL GOLFO

Parte del circuito hidrográfico lacustre, el ancho de su boca, entre


Punta Macolla y Punta Espada, es de 111,12 kilómetros. La profundidad
de sus aguas varía entre 15 y 60 metros; y la mayor porción de la
columna de agua, unas tres cuartas partes, alcanza profundidades entre
los 20 y 40 metros. Por ello el lecho del golfo constituye una extensa y
llana plataforma submarina.
ILUSTRACIÓN un dibujo con una línea que marque el golfo.

La ribera occidental del golfo está bordeada por costas cuya mayor
longitud pertenece a Venezuela; mientras que una pequeña franja litoral,
de Castilletes a Punta Espada, pertenece a Colombia. El tramo costanero
que lo bordea por la parte oriental, que empieza en Punta Macolla
(península de Paraguaná), es enteramente venezolano. A Venezuela le
corresponde 94,7% del perímetro litoral del golfo y a Colombia un 5,3%;
por tanto, casi todo el perímetro costero que bordea al golfo pertenece a
nuestro país.
ILUSTRACIÓN
Bahía El Tablazo y Barra de Maracaibo

Inmediatamente debajo del golfo de Venezuela está la Bahía El


Tablazo, de forma rectangular y con una extensión de 610 kilómetros
cuadrados, que, en general, tienen poca profundidad. Limita al sur
con el brazo de Maracaibo; y se comunica con el golfo por el canal
de la barra de Maracaibo y las bocas llamadas de Cañonera y
Cañonerita. En él se mezclan, con mayor intensidad, las aguas más o
menos dulces que vienen del lago, por el sur, con las saladas que
vienen del golfo de Venezuela por el norte.

El origen de El Tablazo se encuentra en la interacción fluctuante entre


las aguas marinas y las lacustres; por lo que constituye una zona de
transición o una especie de laguna intermedia entre ellas. En castellano
antiguo, tablazo significa un sector marino extenso y de escaso fondo. Al
sur de El Tablazo está la llamada Barra de Maracaibo, un banco de arena
que se forma en el sector de equilibrio entre las aguas de origen lacustre
y las marinas, por lo cual la navegación se hacía peligrosa.
MAPA DONDE SE VEA LA BAHÍA EL TABLAZO

Para fines de siglo XIX, por el desarrollo de la navegación a vapor y


del diseño de barcos cada vez mayores y de mayor calado, comenzó a
considerarse seriamente la posibilidad de profundizar (o dragar) el canal
natural creado por la salida de las aguas lacustres. Tras muchos estudios,
esta canalización se llevó a cabo a mediados del siglo XX, en varias
etapas, para hacérsele las mejoras necesarias para el tránsito de
tanqueros de gran capacidad.
ILUSTRACIÓN un dibujo que marque la bahía

Finalmente, el canal quedó con una profundidad de 13,5 metros (45


pies) y una extensión de cien100 metros. Esto fue muy auspicioso para la
navegación pero provocó un creciente proceso de salinización del lago,
puesto que permitió la entrada del agua salobre del golfo.
ILUSTRACIÓN
El estrecho o brazo de Maracaibo

Justo antes de llegar al lago de Maracaibo, si vinieras por el


norte, se encuentra el Estrecho, del que podríamos decir que
constituye el cuello del enorme espejo de agua. Hacia él mira la
ciudad de Maracaibo, lo mismo que la población de Los Puertos de
Altagracia, ubicada en la Costa Oriental. Como ya debes haberte
dado cuenta, el brazo o estrecho de Maracaibo conecta al lago con El
Tablazo.

Por el estrecho se produce la salida al mar del agua salobre del lago y
el ingreso de agua salada que viene del mar Caribe por la vía del golfo.
Sucede algo curioso: tanto la dirección de entrada como la de salida
tienen una dinámica de duración de seis horas. Al terminar una fase,
comienza la otra, gracias a una actividad incesante gobernada por el
cambio de las mareas.
ILUSTRACIÓN

La bahía El Tablazo y el estrecho son las zonas estuarinas del Sistema


Lago de Maracaibo (significa que constituyen la desembocadura de una
caudalosa masa de agua en el en el mar), pues en ellas se conjugan las
aguas frescas y saladas, condicuiión necesaria para fomentar un estuario.
ILUSTRACIÓN

El estrecho abarca un área de 479 kilómetros cuadrados. Tiene una


longitud de 40 kilómetros. Y un ancho variable: 6 kilómetros en su extremo
norte y un máximo de 17 kilómetros en su extremo sur. En la parte más
angosta se construyó el Puente Rafael Urdaneta sobre el lago de
Maracaibo (del que hablaremos más adelante) para unir sus dos costas y
permitir la comunicación entre unas poblaciones que, antes de la
existencia del puente, se comunicaban a través del ferry en un viaje que
duraba 45 minutos para cruzar el estrecho de Maracaibo.
ILUSTRACIÓN
Un lago castigado

La contaminación del lago de Maracaibo es, en la actualidad, uno de


los problemas ambientales más graves de Venezuela. Tres son las causas
de este deterioro del espejo de agua: los derrames de petróleo; el
continuo drenaje de las aguas negras de las poblaciones ubicadas a su
alrededor; y la salinización del lago, que tiene dos orígenes: por un lado,
el crecimiento urbano, que ha causado deforestación, y, por el otro, el
continuo dragado del canal de navegación para permitir el paso de barcos
de gran calado, lo que permite el ingreso de una mayor cantidad de agua
de mar.

Además de los factores mencionados, es preciso apuntar que la lluvia arroja


al lago todas aquellas sustancias que llegan a la atmósfera, como son las
materias orgánicas en descomposición y los gases resultantes de la
combustión o quemado de gasolina. También escapan a la atmósfera los gases
ácidos producidos por las plantas generadoras de electricidad y de la industria
petroquímica. Asimismo, los gases generados en Paraguaná son arrastrados al
lago por los vientos y se precipitan en el caudal lacustre cuando llueve.
ILUSTRACIÓN

La lluvia arrastra hasta los ríos que avenan en el lago y hacia éste todo lo
que encuentra en la superficie de la tierra, incluida mucha basura. En las zonas
con actividad agrícola se botan los desechos propios de esta labor, como son
los fertilizantes. Como si fuera poco, también hay una descarga constante de
aguas residuales domésticas e industriales. Todos estos procesos afectan muy
seriamente la supervivencia de varias especies de peces.
ILUSTRACIÓN

Este deterioro sostenido originó, en el año 2004, la aparición masiva y hasta


ahora incontrolada de una planta llamada lemna o lenteja de agua, que había
vivido siempre en lagunas y ríos tranquilos de la cuenca, pero nunca había
llegado hasta el lago. Cuando lo hizo, invadió el 20% de su superficie total.
ILUSTRACIÓN DE LA LEMNA
Sinamaica y Cocinetas

El Zulia posee muchas lagunas. Algunas de ellas, de pequeñas


dimensiones, se encuentran en el ecosistema llamado ciénaga, del que
trataremos en capítulo aparte. Pero hay dos que revisten especial
importancia por su tamaño y por su significación geográfica y estratégica.
Son ellas, respectivamente, la laguna de Sinamaica y la laguna de
Cocinetas.

La laguna de Sinamaica es un Parque Nacional, ubicado en la Guajira


venezolana, bajo la jurisdicción del municipio Páez, al norte del Zulia y a una
hora de Maracaibo. Tiene una extensión de 50 kilómetros cuadrados y está
cruzada de anchos canales con manglares y cocoteros, por lo que constituye
un lugar muy bonito y singular que los visitantes recorren en embarcaciones.
FOTO DE SINAMAICA

Los habitantes de Sinamaica, que son varias decenas de familias de la etnia


añú-paraujana, viven básicamente de la pesca, la artesanía, la agricultura y el
turismo. Habitan, aún hoy, en viviendas palafíticas, construidas sobre la laguna
o en sus orillas. De manera que las tiendas, la farmacia y la escuela parecen
sembradas en las aguas y el transporte entre ellas se realiza en canoas y
lanchas.
DETALLE DE LAS CANOAS

Más abajo de Castilletes, en el sector venezolano de la Guajira, se


encuentra la laguna de Cocinetas, una albufera, cuyo cuerpo de aguas
pertenece a Venezuela en su totalidad. Albufera se llama a la laguna
litoral, en costa baja, de agua salina o ligeramente salobre, separada del
mar por una lengua de arenas. El sector de la orilla de esa albufera que
pertenece a Colombia es una costa seca, es decir, con orillas pero sin
aguas. Además de cazón, jurel, mero y pargo, se ha comprobado la
existencia de ostras de mangle, en abundancia, lo que constituye uno de
los bancos naturales de ostras más importantes de Venezuela.
FOTO DE LA LAGUNA DE COCINETAS
La maravilla de las ciénagas

Otra característica de la cuenca del lago de Maracaibo es la existencia


de pantanos y ciénagas, que se forman en relieves hundidos y con mal
drenaje donde se empozan las aguas de lluvias y de escorrentías o
fluviales con sus sedimentos. Se originan con mayor facilidad cuando los
suelos son impermeables e impiden la filtración del agua a las capas más
profundas de la tierra. Las más grandes son la de Juan Manuel de Aguas
Blancas y Aguas Negras, ubicada entre los ríos Santa Ana y Catatumbo; y
la de los Olivitos, en la bahía El Tablazo.

El Parque Nacional Ciénagas de Juan Manuel de Aguas Blancas y Aguas


Negras se localiza al suroeste del lago. Su nombre le viene de las claridades y
oscuridades que, al mismo tiempo, son características de sus aguas. Está
conformado por dos polígonos, con una superficie de 182.400 y 43.730
hectáreas, respectivamente. Abarca un conjunto de lagunas, pantanos de agua
dulce y salobre, ríos de curso lento, llanuras aluviales inundadas
estacionalmente y lotes boscosos cenagosos.
FOTO DEL PARQUE JUAN MANUEL

También llamado Ciénagas del Catatumbo, este parque tiene una


importancia vital para el lago, por lo que el área se decretó como reserva para
proteger la vegetación que cubre su fachada y las riberas de los brazos y caños
que la cruzan. La zona es un verdadero santuario con una rica avifauna propia
del ecosistema. Las aves acuáticas son las reinas del lugar y se ven
abundantes garzas blancas, azules, garzones soldados, patos y cari-caris.
FOTO DE GARZAS BLANCAS

La ciénaga de Los Olivitos está en el extremo nororiental del lago. Con


una superficie de 26.000 hectáreas, es un refugio de fauna silvestre creado en
1986. Está formado por bosques, manglares, albuferas, salinas y playas. Aquí
se ha censado 243 especies y subespecies de vertebrados terrestres, y es
también hábitat de muchas aves migratorias como el flamenco, que sólo aquí
nidifica (de julio a marzo, alberga alrededor de 20.000 flamencos, lo que
representa más de la mitad de la población de esta especie en Venezuela).
FOTO DE LOS FLAMENCOS EN LOS OLIVITOS
Rodeadas de agua por todas partes

El Zulia cuenta con dieciocho formaciones de tierra en medio del agua


-islas e islotes- producidas por la acción de millones de años de
transformaciones geológicas del planeta; por sedimento petrificado al
paso del tiempo; o por desprendimientos de tierra firme debido a
movimientos telúricos. Los islotes han surgido por mediación artificial,
debido a la acumulación de sedimentos consecuencia del dragado del
canal de navegación del lago.

En el insular municipio Almirante Padilla, de 139 kilómetros cuadrados,


ubicado en la salida del lago hacia el mar, se encuentra un archipiélago
formado por quince islas. Son ellas: San Carlos, Toas, Zapara, Pescaderos,
Pájaros, Pedro Colina, San Bernardo; y los islotes Maraca, Bajo El Frío, Los
Bajos, Los Gusanos, Juan Zenón, Camargo, isla Azul e isla de Perros. Por
hallarse en la frontera entre el golfo de Venezuela y el caudal lacustre, muchas
de estas islas cuentan con playas de agua dulce y de agua salada.
ILUSTRACIÓN

En la isla de Toas, la más grande del Zulia con sus tres kilómetros de
superficie, se encuentran las salinas de El Toro y Aracho, yacimientos de lignito
sulfurosos, arcillas de explotación en el sector sur y un pequeño yacimiento de
mineral cuprífero. La extracción de piedra caliza es la principal fuente de
empleos en Toas, ya que se ha industrializado para obtener cemento.
FOTO DE ISLA DE TOAS

En el municipio Santa Rita, en la Costa Oriental del lago, están las islas de
Pájaros y de Providencia; y en el municipio Miranda, la isla El Hicacal, una
acumulación sedimentaria que está en la ciénaga Las Palmitas. En la isla de
Providencia se instaló, por decreto de Simón Bolívar, en 1828, un leprocomio
para albergar a los pacientes de Mal de Hansen o lepra, que funcionó hasta
1985. En la actualidad, está abandonada y en ruinas pero todavía se mantiene
en pie la pantalla de cine.
FOTO DE LA ISLA DE PROVIDENCIA
Sierra de Perijá

Asiento de las comunidades indígenas yukpa y barí, la Sierra de Perijá


constituye el límite oeste de Venezuela. Ocupa 17.800 kilómetros
cuadrados, en unos 200 km. de largo con una anchura media de 50 km.
(que alcanza hasta unos 75 km. en la subregión Perijá). Zona de
exuberante vegetación, constituye el pulmón vegetal de la región y es
sitio de especial cuidado, ya que allí se encuentran las nacientes de los
ríos e importantes extensiones de las cuencas hidrográficas que
producen gran parte del agua que consume el estado.

Desde el punto de vista de la orografía (parte de la geografía física que trata


de la descripción de las montañas) la Cordillera de Perijá se divide en tres
lineamientos montañosos: al norte, la Serranía de Montes de Oca; al sur, la de
Motilones, y en el centro, la de Valledupar, compartida con Colombia. Allí está
el imponente pico Tetari, páramo zuliano, con una altura de 3.750 metros.
PANORÁMICA DEL TETARI

Entre la vasta riqueza de la Sierra destaca la posesión del área cársica


(terreno de piedra caliza) más extensa de toda Venezuela. Allí está la Cueva
del Samán, la de mayor longitud del país, ubicada en el valle del río Socuy: ha
sido recorrida en 18 km. y aún falta por explorar. En el interior de las cavernas
se han descubierto peces, crustáceos, arácnidos e insectos ciegos que son
endémicos de estas formaciones. A esta biodiversidad se suma el hecho de
que la Sierra de Perijá sirve de refugio a la mitad de los dieciocho órdenes de
mamíferos que habitan el planeta.
FOTO DE LA CUEVA DEL SAMÁN

Reservorio de fauna silvestre, en 1978 se declaró Parque Nacional a una


buena parte de esta cadena montañosa, en el tramo llamado Sierra de los
Motilones. Es un área protegida de 295.288 hectáreas, donde la temperatura
oscila entre los 6° C y los 26° C. En las partes más altas se puede admirar una
vegetación de páramo, junto con bosques nublados.
FOTO DEL PARQUE NACIONAL
Relámpago del Catatumbo

Observado al sur del lago, hay acuerdo en que el Relámpago del


Catatumbo es un fenómeno atmosférico único en el mundo pero,
aunque diversos equipos científicos se han ocupado de estudiarlo,
todavía no se sabe qué lo produce. Lo cierto es que el chispazo
fosforescente que destella en las noches del Zulia no tiene un patrón
fijo de aparición ni de duración: es posible que por varios días no se
produzca. Y como en los últimos años es menos visible no falta
quien piense que está en vía de extinción, lo que tampoco se ha
demostrado.

Durante cientos de años podía verse en el cielo un chispazo constante


que servía de guía para la navegación nocturna en las aguas del lago de
Maracaibo, cuyo acceso desde el mar Caribe es complejo. A este prodigio
alude la segunda estrofa del Himno del Zulia, que dice: "La luz con que el
relámpago / tenaz del Catatumbo / del nauta fija el rumbo / cual límpido
farol".
ILUSTRACIÓN

Cuando la atmósfera no estaba tan contaminada, el Relámpago del


Catatumbo o Faro de Maracaibo podía ser apreciado a centenares de
kilómetros de distancia, en los Andes, en Maracaibo y desde el Mar
Caribe, durante casi todo el año. La región de ocurrencia es el Parque
Nacional Ciénagas de Juan Manuel, una zona pantanosa e inhóspita, casi
permanentemente inundada con abundante nubosidad y pluviosidad.
ILUSTRACIÓN

Las descargas eléctricas duran varios segundos pero a veces son tan
frecuentes que se superponen unas a otras, por lo que ese resplandor, aunque
fluctuante en intensidad, puede aparecer como continuo en el tiempo. Es
posible que la sequía de los cuerpos de agua donde se produce haya
disminuido la cantidad de gases que generan la descarga; y por eso, en épocas
recientes, el fenómeno se ausenta cada cierto tiempo.
ILUSTRACIÓN
Fauna silvestre

Aquí hablaremos de las especies no domesticadas que habitan el


Zulia. Ya hemos visto que este estado tiene zonas muy distintas, por lo
que posee también variados conjuntos animales en cada uno de esos
ecosistemas. En las aguas del golfo de Venezuela así como en las del
lago y en los diversos ríos y lagunas existe una rica fauna. En tierra la
variación de las especies es, asimismo, muy importante. Incluso, hay
hábitats que constituyen reservorios, como la Sierra de Perijá y los
ambientes húmedos costeros.

Entre las especies propias del Zulia, los mamíferos más relevantes son: oso
melero del Zulia, delfín de río, picure zuliano, chigüire y pereza de dos dedos.
Entre las aves: chicagüire, especie endémica de la cuenca del lago, galandra,
paují copete de piedra, perdiz montañera y polla de ciénaga. Los reptiles
dignos de mención son: lagarto basilisco, iguana y morrocoy negro del Zulia.
ILUSTRACIÓN

En el lago hay 130 especies. Entre ellas destacan: róbalo, jurel, carite,
bocachico, manamana y curvina. También hay bagre, corocoro, dorado,
doncella, lisa, raya, tiburón, pargo, pez espada y pez rey. Entre los moluscos y
crustáceos, se hallan: la broma, gasterópodo (molusco de un pie carnoso
mediante el cual se arrastra) que perfora la madera sumergida dañando las
embarcaciones; almeja, ostión y ostra, caracoles como el chipichipe,
camarones, cangrejos (de río y de mar), como el cangrejo azul, importante
recurso de exportación, entre otros.
ILUSTRACIÓN

La Ciénaga Juan Manuel guarece especies propias o endémicas: pájaro


sangre de toro, piripiro y pato ala azul, son algunas de ellas. Los Olivitos cuenta
con más cien especies de avifauna; allí vivie el caimán de la costa (en peligro
de extinción). La Sierra de Perijá es un gran reservorio de fauna silvestre como
el oso frontino, los cunaguaros y el colibrí de Perijá.
ILUSTRACIÓN.
Flora

La conformación geográfica del Zulia propicia una variación climática


en la que se registran tres tipos de clima: seco, con un promedio de 28º C
y lluvia escasa, es el más representativo de la región; lluvioso, por encima
de los 27º C y abundante precipitación; y lluvioso moderado para
montañas altas y nubladas, de temperatura templada, entre 12º C y 14º C
promedio y con precipitaciones moderadas por la nubosidad. Este
abanico de condiciones determina la existencia en el estado de casi todas
las clases de vegetación que hay en el país.

Entre la Alta Goajira y Castilletes, zona marcada por condiciones


ambientales extremas, se observa un paisaje pedregoso con especies
vegetales como tunas, cardones y cujíes. El bosque espinoso tropical se
presenta en zonas bajas (que llegan hasta los 200 metros) como Paraguaipoa,
donde observamos jobo, guamache, fuche y guayacán.
ILUSTRACIÓN

Entre los 500 y los 800 metros, como Maracaibo y la Costa Oriental del
Lago, encontramos vera, curarí, jabillo y apamate. En el casco urbano, la
vegetación ha sido profundamente modificada con la introducción de muchas
especies ornamentales y frutícolas. En el bosque muy seco tropical, desde el
río Guasare hasta el Sur del lago, hay cedro amargo, guásimo pardillo, samán
y roble.
ILUSTRACIÓN

El bosque húmedo tropical se observa hacia los 1.000 metros, en tanto que
el bosque húmedo premontano aparece hacia los 1.500 metros. Las especies
más frecuentes son mijao, apamate, comoruco y araguaney. En el área de
mayor elevación del Zulia, con alturas de 2.500 a 3.000 m, se encuentran
especies como guásimo, saisai y cobalonga. Y la Sierra de Perijá posee
diversos bosques con camoruco y cobalonga.
ILUSTRACIÓN
Economía: mucho más que petróleo

Aunque el principal recurso del Zulia es el petróleo, la economía del


estado cuenta con muchas otras actividades independientes de aquél,
como la ganadería, la agricultura, la pesca, la industria, la explotación
forestal y la minería. De hecho, de todas las entidades venezolanas, el
Zulia ostenta una mejor distribución de las actividades económicas, ya
que cada uno de los municipios que lo conforman posee riquezas y
posibilidades de desarrollo que lo caracterizan y dinamizan su quehacer
económico.

Según constata el Diccionario de Historia de Venezuela de Fundación Polar,


la actividad económica de la región zuliana registra una variada evolución
desde hace algunos años, observándose una saludable tendencia hacia la
diversificación. A partir de la década de 1960, se experimentó un crecimiento en
las actividades agropecuarias, industriales, de la construcción, comercio,
finanzas, transporte y comunicaciones, lo que ha contrarrestado la hegemonía
del petróleo.
ILUSTRACIÓN

A diferencia del resto del país, donde el sector terciario (el de los servicios)
es el que más contribuye al Producto Interno Bruto (PIB, la suma monetaria de
los bienes y servicios producidos en un país), en el Zulia la preeminencia la
tiene el sector primario (el de la generación de materias primas) y de allí
proviene su principal aporte a la Nación.
ILUSTRACIÓN

Las posibilidades de desarrollo económico del Zulia son enormes dado el


cúmulo de riquezas de la región: vastas reservas de hidrocarburos; inmensas
extensiones de suelos de buena calidad (gran parte de la producción agrícola
nacional proviene de las tierras fértiles del sur del lago); yacimientos de carbón;
industria petroquímica; y su vecindad con el golfo de Venezuela y la región
caribeña, que le garantiza una significativa producción pesquera.
ILUSTRACIÓN
La tierra donde brota el mene

La cuenca petrolífera del lago de Maracaibo es la más productiva del


país y una de las mayores del mundo. Por eso, cuando en 1922 comienza
el desarrollo de la industria petrolera, al saltar un incontenible chorro de
petróleo en el pozo Los Barrosos No 2, en el campo de Santa Rosa de
Cabimas, la vida socioeconómica de la región, que permanecía casi igual
a la de los tiempos coloniales, cambió totalmente. Y a partir de 1925, el
petróleo desplazó al café como principal producto de exportación.

Mucho antes de que se iniciaran los trabajos de exploración en búsqueda


de hidrocarburos –e, incluso, de la llegada de los europeos-, los indígenas que
poblaban las riberas del lago de Maracaibo sabían de su existencia, porque en
algunos lugares emergía una sustancia oscura y untuosa a la que dieron el
nombre de mene; y que usaban como medicamento para curar heridas, como
brea para calafatear sus embarcaciones y como recubrimiento de sus cestas
para hacerlas impermeables.
ILUSTRACIÓN

Para hacerse una idea del impacto que produjo la explotación del petróleo
en el Zulia, veamos las cifras que ofrece el Diccionario de Historia de
Venezuela de Fundación Polar, donde dice que con la industria petrolera,
Maracaibo pasó de 235.750 habitantes, en 1950, a 1.249.670 en 1990; esto
significa que en apenas cuarenta años quintuplicó su población. Otras
localidades situadas en zonas de plena explotación petrolera tuvieron también
un crecimiento explosivo: Cabimas de 42.294 habitantes pasó a 165.755
(triplicó su población) y Ciudad Ojeda de 4.444 habitantes a 73.473 (se
multiplicó casi por quince).
ILUSTRACIÓN

Como la mayor parte de los yacimientos petroleros se encuentran bajo el


agua, al resolverse los problemas técnicos para explotar el petróleo del
subsuelo lacustre, el lago de Maracaibo se convirtió en un bosque de torres y el
Zulia pasó a ser una entidad petrolera conocida en todo el mundo.
ILUSTRACIÓN
La asombrosa historia del Barroso

Aunque las exploraciones resultaron en el hallazgo de petróleo desde


el año 1914, cuando la Caribbean Petroleum, Co., filial de la Royal Dutch
Shell, inició la perforación del pozo Zumaque I, en lo alto del cerro La
Estrella, en Mene Grande, a quince kilómetros al este del lago, la
verdadera –e inmensa- potencialidad petrolera del Zulia se conoce en
toda su magnitud con el reventón del pozo Barroso 2, del campo La Rosa
de Cabimas, el 14 de diciembre de 1922. Ese día ocurrió algo
impresionante.

A las 6 de la mañana del 14 de diciembre de 1922, la pequeña comunidad


de La Rosa dormía plácidamente, acostumbrada al ruido proveniente del
taladro de perforación que estaba en las afueras del pueblo. Pero una hora más
tarde, del fondo de la tierra surgió un potente alboroto, “como miles de trenes
en marcha”, dijo un testigo, y, repentinamente, con un rugido que helaba la
sangre, el petróleo saltó del pozo en un chorro de 60 metros que se abrió en el
aire como el paraguas de un titán”.
ILUSTRACIÓN

Horrorizados, los pobladores salieron a la calle y entonces el petróleo los


bañó como si fuera lluvia negra. El incesante chorro se elevaba hacia el cielo y
salpicaba los alrededores. Casi 100.000 barriles de petróleo por día
comenzaron a salir. Las calles de La Rosa, que eran de tierra, parecían
pavimentadas y las zanjas a sus lados se llenaron del espeso líquido. Las
aguas del lago, casi un kilómetro adentro, también se tiñeron de negro.
ILUSTRACIÓN

La columna de petróleo tenía un diámetro de treinta centímetros y eran tan


elevada que podía verse desde los techos de Maracaibo. Cuando se detuvo el
fluido, se habían esparcido 150.000 metros cúbicos de petróleo en la atmósfera
del Zulia. El Barroso había expulsado más de 100.000 barriles diarios durante 9
días.
ILUSTRACIÓN
Además de hidrocarburos, otras minas

Zulia posee el 92% de las reservas probadas y semiprobadas de


carbón mineral del país, así como abundantes yacimientos de arenas
silíceas, baritas, calizas, arcillas, cobre y sal. En la sierra de Perijá es
posible la instalación de complejos para la producción de cemento, cal,
carbonatos de calcio y derivados asociados. La extracción de arena y
grava se realiza en las zonas adyacentes al lago y en ríos como Cogollo,
negro y Tamare.

Las principales reservas carboníferas, localizadas en el municipio Mara, con


extensión en Páez, cubren una extensión de 42 kilómetros de largo y de uno a
tres, de ancho. La explotación de los yacimientos carboníferos del río Guasare,
situado a 80 kilómetros al oeste de Maracaibo, y el desarrollo del programa
sidero-carbonífero por la Corporación de Desarrollo de la Región Zuliana
(Corpozulia), permiten prever que el carbón extraído se usará principalmente
en la alimentación de una planta termoeléctrica para producir 2.000.000 mw,
que sería la primera en Venezuela en producir electricidad con carbón. También
se emplearía como material energético y reductor para la producción de acero
en la Siderúrgica del Zulia.
ILUSTRACIÓN

Otra ocupación minera de relativa importancia es la extracción de caliza,


materia prima para la fabricación de cemento, un recurso abundante en los
municipios Almirante Padilla y Rosario de Perijá. Se estima que la región posee
9.500 millones de toneladas de reserva de piedra caliza, en las zonas de
Cachirí, Socuy y río Apón.
ILUSTRACIÓN

El clima seco del sector más septentrional del estado ha facilitado la


formación de salinas que suelen ser explotadas en intensidad variable, según
los años. Las arcillas, así como la arena, son explotadas en diversos sectores;
en las cercanías de Maracaibo existen grandes alfarerías que trabajan las
arcillas locales para proveer de ladrillos, bloques y tejas a toda la entidad.
ILUSTRACIÓN
Frutos de la tierra

En el Zulia está el 15% de las tierras agrícolas de buena calidad de


Venezuela y el 9% de las de mediana calidad. La política salarial
establecida por la actividad petrolera restó mano de obra al sector
agrícola, pero la región ha procurado asegurar el abastecimiento
agropecuario difundiendo y financiando técnicas modernas de cultivo y
recolección. De resultas, la entidad es la principal productora nacional de
plátano, uva, níspero y cambur.

En la mayor parte de Zulia se desarrolla una escasa estepa, con monte


espinoso, y bosques xerófilos. Sin embargo, tiene suelos de alto potencial
agrícola y ricos acuíferos subterráneos que permiten el cultivo de caña de
azúcar, cacao, maíz, yuca, caraotas, bananos y plátanos. Asimismo, tiene el
48% de la siembra de palma aceitera.
ILUSTRACIÓN

El alto potencial de los suelos del sur del lago permite un significativo
desarrollo agrícola. En las sabanas cercanas a Machiques y la Villa del Rosario
y en otros sectores propicios, se cosecha maíz y frijol. En las tierras bajas y
húmedas, el cultivo del plátano en grandes superficies, ubica al Zulia en el
liderazgo nacional de producción de este fruto. Las explotaciones forestales del
suroeste del estado proveen principalmente madera de construcción como el
saquisaqui, el mijao, el charo y el samán y, en menor proporción, el cedro para
muebles.
ILUSTRACIÓN

El tomate es cosechado en las sabanas occidentales y en menor escala, el


pimentón. La yuca se obtiene en todos aquellos sectores propicios de las
tierras del sur; es decir, allí donde los suelos no están empantanados. La caña
de azúcar permitió la fundación, en la segunda década del siglo XX, de un
central azucarero en la costa sur del lago. El arroz y el cacao se obtienen en
cantidades menores.
ILUSTRACIÓN
La tierra del ganado limonero

Primer productor de leche, con el 50% de la producción nacional, y


líder también en la de carne (con el 33% del aporte), el Zulia ostenta más
del 30% de las áreas aptas para la ganadería del país. Es la región que
tiene el mayor número de cabezas de ganado; en la actualidad, posee
cerca de un millón de cabezas de ganado vacuno de carne y genera más
de quinientos millones de litros de leche al año. Las granjas avícolas lo
convierten en la segunda entidad productora de carne de aves y la cuarta,
de huevos.

El ganado llegó al Zulia, como al resto del país, con la conquista. Los
descendientes de aquellos rebaños que trajeron los españoles constituyen hoy
el llamado ganado criollo limonero, caracterizado por su pequeño porte y por
ser, debido a ello, productor específicamente, de leche. A diferencia de éste, el
denominado mosaico perijanero es el ganado resultante de los cruces con
otras razas, como la cebuina y las de procedencia europea, como holstein,
pardo suizo y cebú, de porte mayor que el anterior y, por tanto, de doble
propósito: leche y carne.
FOTO DE REBAÑO BOVINO

Las zonas sur, sureste y oeste del Zulia constituyen las zonas más
productivas del país en ganado bovino, produciendo más de la mitad del
consumo nacional de leche, queso y mantequilla. En las tierras áridas del norte
predomina la cría de caprinos y les hacen compañía en cifra considerable, los
ovinos.
FOTO REBAÑO CAPRINO

En la zona de la Guajira hay abundante ganado cabrío así como lanar,


mientras que el porcino se encuentra en cualquier parte, incluso en condiciones
de semilibertad. En los últimos años se ha intensificado la cría de búfalos, por
sus ventajas de adaptabilidad y rendimiento sobre el vacuno. El porcino
constituye una cría secundaria y se practica, principalmente, en los municipios
El Rosario y Machiques.
FOTO REBAÑO BÚFALOS
La otra riqueza bajo el agua

Estudios arqueológicos practicados en el yacimiento La Pitía, de 2.000


años de antigüedad, demuestran que los indígenas de lo que hoy es el
Zulia practicaban la pesca desde hace, por lo menos, esa cantidad de
años. No podía ser de otra manera: en ese lugar ha tenido que
desarrollarse esa actividad, gracias a la presencia del lago, los
numerosos ríos y la proximidad del golfo de Venezuela. Al día de hoy, la
actividad, desde luego, constituye un rubro económico de relevancia.

Con la llegada de los europeos se trasladan a América los métodos


pesqueros de aquel continente. Y se inicia en el Zulia la llamada pesca
artesanal tradicional. En 1948, comenzó a operar en el golfo de Venezuela el
San Giorgio I, el primer barco de arrastre, para explotar los camarones, lo que
generó gran polémica sobre sus consecuencias. En 1955 ya había ocho barcos
operando en esa área.
ILUSTRACIÓN

En tiempos más recientes, la pesca artesanal disminuyó enormemente (por


la contaminación del lago, por el precio de las embarcaciones y de los aparejos
de pesca) y dio paso a la conformación de empresas de producción y
comercialización. En la actualidad, las campañas de pesca se realizan en el
golfo de Venezuela para capturar carite, mero, jurel, sardinas, robalo y
curvbina, entre otros.
ILUSTRACIÓN

En 1998, había en el Zulia 16.700 pescadores artesanales, con 4.771


embarcaciones registradas, 40 empresas dedicadas al procesamiento de
productos y subproductos pesqueros, entre ellos al cangrejo, camarón,
almejas, aleta de tiburón y otros frutos del mar, además de comercializadoras
de pescados, crustáceos, moluscos y mariscos. Gran parte de la producción se
exporta. Además, hay pesca deportiva, sobre todo del sábalo.
ILUSTRACIÓN
La industria zuliana

En las últimas dos décadas se ha incrementado la industrialización en


el Zulia de manera notable. Aparte de las refinerías de San Lorenzo y Bajo
Grande, funcionan otras diversas plantas industriales. La entidad reúne el
mayor número de procesadoras de leche pasteurizada y en polvo del
país; así como productoras de queso y mantequilla. Destacan, además,
las industrias azucarera, de muebles, metalmecánica, fabricación de
papel, caucho, cemento y productos químicos.

Las industrias zulianas se encuentran establecidas principalmente en los


municipios San Francisco y Maracaibo, donde se conjugan las condiciones
necesarias para su instalación: concentración demográfica, servicios públicos,
puertos e infraestructura. Allí hay industrias a toda escala con preponderancia
en las de mediana dimensión y productoras de plástico, cauchos, vestidos,
maquinaria eléctrica, material de transporte, industrias alimenticias y de
bebidas orientadas al mercado final.
ILUSTRACIÓN

La industria basada en las pieles y el cuero, incluyendo la del calzado, está


concentrada en los alrededores de Maracaibo. El transporte por agua de los
troncos obtenidos en las selvas del sur del estado facilitó el auge los
aserraderos en el sector norte y la instalación de astilleros en Maracaibo, que
trabajan en la construcción de embarcaciones para la pesca y la navegación
por el lago, utilizando metales y productos plásticos.
FOTO DE ASTILLERO

La producción de cemento es de las más altas del país. Otra producción a


destacar es la de barnices y lacas, así como la de loza y arcilla para usos
domésticos. Frente a Maracaibo, en la parte nororiental de la barra, está la
Petroquímica de El Tablazo, el segundo complejo petroquímico de Venezuela,
inaugurada en 1972. Está integrada por las plantas de olefinas, de cloro soda y
la planta de Nitroven, que produce amoníaco y úrea.
FOTO DE LA PETROQUÍMICA
Bloque Histórico

Un nombre, una historia

Varias son las versiones acerca del origen del término Zulia. Se ha
dicho que es una voz de origen chibcha que designa una planta también
conocida como palomita (lobelia erinus) de hermosas flores azules. Hay
una leyenda según la cual Zulia era una princesa indígena, hija del
cacique Cisnera, que continuó la lucha de su padre contra los españoles
hasta su muerte. Y está también la explicación del científico Adolf Ernst,
quien ha dicho que proviene de una palabra guaraní (arawuaco), que
significa "río que se derrama".

La denominación de esta entidad proviene del río Zulia, afluente del


Catatumbo. Este territorio recibió el nombre de departamento del Zulia por ley
del 25 de junio de 1824, del Congreso Constituyente de Colombia, que
estableció la división política de la República en los departamentos de
Venezuela, Zulia, Orinoco y Maturín.
ILUSTRACIÓN

La Constitución Federal de 1864 cambió la denominación de provincia por


la de estado; y la antigua provincia de Maracaibo pasó a llamarse oficialmente
estado Maracaibo. A finales de ese año, la Constitución estatal, le dio el
nombre de estado Soberano del Zulia. Tras varios cambios en su
conformación, debido a que se le agregaron varios estados vecinos que luego
serían separados de la entidad, el estado Zulia quedó definitivamente
configurado en 1890.
ILUSTRACIÓN

En comparación con el resto del país, el Zulia se sumó tardíamente al


movimiento de independencia, hasta que el 28 de enero de 1821 se produce el
Pronunciamiento de Maracaibo, donde la provincia se declara favor de la Gran
Colombia, estimulados los zulianos por el héroe de la causa emancipadora
Rafael Urdaneta.
ILUSTRACIÓN
Mínima historia de Maracaibo

Tres fundaciones tuvo Maracaibo. La que se celebra en la actualidad


es la primera, la del 8 de septiembre de 1529, por el alemán Ambrosio
Alfínger, quien convirtió una ranchería indígena llamada Maracaibo en
"pueblo de cristianos”, que luego sería devastada por los piratas.
Cuarenta años después, en 1569, el capitán Alonso Pacheco la refunda
bajo el nombre de Ciudad Rodrigo de Maracaibo. Y en 1574, el capitán
Pedro Maldonado la vuelve a fundar, llamándola Nueva Zamora de la
Laguna.

La hostilidad de los aborígenes que poblaban el actual territorio del Zulia y


la ausencia de corrientes de agua cercanas al sitio donde fue fundada
Maracaibo dificultaron la permanencia de los poblados que se fueron
implantando. A medida que los expedicionarios conocían mejor el territorio, y se
descubría la posibilidad de comunicar a Pamplona y Tunja con el lago, a través
del río Zulia, se decidió la fundación definitiva de un poblado que sirviera de
centro para la penetración y explotación de la región.
ILUSTRACIÓN

Por eso se dice que Maracaibo nació para ser puerto, porque desde el siglo
XVI los conquistadores españoles encontraron allí un punto de embarque y
desembarque de frutos y mercaderías en la garganta que comunica al lago con
el Caribe. Y además, estaba muy cerca de los centros de producción
agropecuaria generadores de los productos que circularían a través del puerto.
ILUSTRACIÓN

Sobre el origen del nombre de Maracaibo hay varias versiones. Un


documento del Archivo General de Indias menciona la existencia de un cacique
prehispánico llamado Maracaibo. Algunos aseguran que proviene de la voz
guaraní maracayar, que significa mano de tigre. Pero también hay quien afirme
que esa palabra en realidad significa río de loros.
ILUSTRACIÓN
Los abuelos de todos los zulianos

A la extraordinaria diversidad de la cuenca del lago de Maracaibo y del


golfo de Venezuela desde el punto de vista físico, como ya hemos visto,
debe añadirse la complejidad de la geografía humana de los zulianos de
hoy, cuyo más remoto antecedente se encuentra en aquellos primeros
pobladores, de diferentes pueblos indígenas, que ocupaban el territorio
antes de la llegada de los europeos.

A partir del siglo XVI, a los antepasados aborígenes van a sumarse los
españoles provenientes de Andalucía, Cataluña, Galicia, Castilla y el país
vasco, principalmente. A finales de esa centuria se añadirán al árbol
genealógico los tatarabuelos llegados de África, por mediación del comercio de
esclavos, para trabajar en las haciendas cacaoteras y de caña de azúcar.
IMAGEN DE POBLACIÓN ESCLAVA

Durante el siglo XIX a estos grupos se agregarán italianos,


norteamericanos, antillanos y alemanes. El historiador Germán Cardozo Galué
dice que desde Manchester, Liverpool, Nantes, Boston, Nueva York y una
decena más de puertos, arribaron a Maracaibo, a partir de 1830, cientos de
inmigrantes, aventureros, agentes comerciales y hombres de negocios, que
para principios de la década siguiente, se habían establecido en las principales
zonas productivas de la provincia.
ILUSTRACIÓN

En el siglo XX se reafirmará la presencia norteamericana, española e


italiana, con las oleadas provenientes de Colombia y, en menor grado, de otras
partes de Suramérica. Asimismo, en esta época, por la demanda de la industria
petrolera, ingresa al Zulia la mano de obra proveniente de los estados
orientales. Desde los Andes, por la ruta de exportación del café, las
embarcaciones aguardaban en los puertos del sur del lago la llegada del
ferrocarril del Táchira para trasladar la emigración andina. Los falconianos
llegarían desde Coro, siguiendo el camino real, para alistarse en los campos
petroleros de Cabimas y Lagunillas.
ILUSTRACIÓN
Casas en el agua

La ocupación del lago por los ancestrales pueblos de agua supuso el


desarrollo de técnicas de adaptación a las nuevas condiciones
ambientales donde debían vivir los aborígenes que originalmente eran
pobladores de tierra y debieron radicarse en el medio acuático para huir
de la plaga y las fieras que habitan en la maleza. El palafito, una de las
más remotas tradiciones arquitectónicas de América, es la mayor
demostración del ingenio natural que ha permitido la ocupación milenaria
de estos espacios.

Todavía hoy pueden verse casas palafíticas frente a las costas


empantanadas del lago o en el estuario del río Limón. Los llamados pueblos de
agua son: Sinamaica, Nazareth de El Moján, Santa Rosa de Agua, Lagunetas,
Congo Mirador, Punta Concha, Tomoporo, Ceuta, Motatán del Lago, San
Timoteo, Misoa, Pueblo Viejo, Lagunillas de Agua y Zapara. Están ubicados en
aguas de lagunas tranquilas y salobres, cercanas a manglares; y son lugares
muy ricos en fauna marina que asegura el alimento cotidiano de sus
moradores.
VISTA PANORÁMICA DE UN PUEBLO DE AGUA

Tal como ha escrito Ramón Paolini, las casas están construidas sobre
troncos de mangle o de vera, que actúan como pilotes anclados al suelo de la
laguna, generalmente de composición blanda, por lo que es necesario
enterrarlos con firmeza para evitar, lo más posible, las infaltables reparaciones
submarinas. Estas maderas son extremadamente duras y llegan a resistir bajo
el agua más de cincuenta años. El entablado del piso está ligeramente
despegado entre sí, para que circule aire y se produzca un espacio interior
siempre fresco, gracias al fragor del agua cuyo nivel está a unos ochenta
centímetros.
IMAGEN DE UN PALAFITO

El tiempo promedio para construir un palafito varía entre una semana a un


mes, dependiendo del número de personas que trabajen la edificación. Para ir
de una casa a otra, se usan frágiles cayucos o canoas, hechos de un sólo
tronco. E incluso los niños usan este medio de transporte para ir a la escuela.
FOTO DE UN NIÑO EN CANOA
Por el puerto pasa todo

El emplazamiento estratégico de Maracaibo, sobre la barra que


conecta el lago con el Caribe, predispuso a la ciudad a ser el puerto por
donde transitaría toda la producción de su cuenca. Durante el periodo
colonial fue el paso obligado para la exportación del cacao proveniente de
las plantaciones del sur del lago, como luego lo sería para la
comercialización del café andino. Y a partir del siglo XX será el principal
puerto para la exportación petrolera nacional.

Ya en 1607, tal como apunta el Diccionario General del Zulia, Maracaibo


estaba considerado como uno de los tres grandes puertos de la Gobernación
de Venezuela, con La Guaira y Coro, adonde llegaban barcos de España y
Canarias; y se comerciaba con Cartagena, Santo Domingo, Puerto Rico,
Margarita y Cumaná, pagándose almojarifazgos de salida y entrada; además
de establecer comunicaciones en una encrucijada de rutas lacustres con
marítimas.
ILUSTRACIÓN

Hasta finales del siglo XVIII, el puerto era sólo una planchada que permitía
la carga y descarga, pero en 1797, el rey aprobó la construcción de un muelle
de madera sólida. En 1837, la Diputación Provincial decretó la construcción de
un nuevo muelle, que se inauguró en 1840. Medio siglo después, en 1892, se
remodeló el puerto y se decidió construir un malecón para buques de gran
calado, rellenar la orilla del lago, construir un edificio para la Aduana y el
resguardo, locales para almacenes y un aljibe.
IMAGEN DEL PUERTO EN EL PASADO

En 1948, Maracaibo tenía el tercer puerto del país en extensión con 500
metros cuadrados, de importación y exportación petrolera y no petrolera. En la
actualidad, tiene 35 hectáreas disponibles para acopio de mercancías; 1.500
metros de muelle con capacidad para atracar buques con calado de hasta 12
metros; silos verticales con sistema automatizado de descarga; y capacidad
para 30 mil toneladas métricas de almacenamiento de granos, entre otros
servicios.
IMAGEN DEL PUERTO EN LA ACTUALIDAD
Navegación en el Zulia

La navegación en el Zulia se remonta a los tiempos de los


desplazamientos intertribales en sus canoas, a través de las rutas fluviales
y las aguas del lago, mucho antes de la llegada de los españoles en el siglo
XVI. Ya en el XVIII, cuando Maracaibo era una aldea grande, había un tráfico
lacustre muy intenso. Durante la colonia se usaban los veleros. En el siglo
XIX se impusieron las embarcaciones a vapor y en 1937 llegaron los ferrys.
Pero siempre hubo un medio de transporte muy popular, que eran las
piraguas.

Impulsados por su aspiración de obtener riquezas, los conquistadores


usaron las únicas vías disponibles de transporte: la lacustre y las fluviales. Así,
se dieron a la navegación, primero para el traslado de tropas y alimentos, luego
vinieron las fundaciones de pueblos y haciendas; y después, el intercambio
comercial y transporte de pasajeros. La navegación por el lago y los ríos del
Zulia tuvo su época dorada entre finales del siglo XIX y la primera mitad del XX.
Y entró en decadencia a partir de 1952, al construirse las principales carreteras
de la región.
ILUSTRACIÓN

El domingo de carnaval de 1937 llega al lago el Coquivacoa, primer ferry,


con capacidad para 24 carros y 200 pasajeros, que surca el lago e inaugura
una nueva modalidad de transporte para vincular sus riberas oriental y
occidental. Posteriormente llegaron otros, todos con nombres que empezaban
por “C” (no sé sabe por qué): Catatumbo, Carabobo, Cacique, Cabimas, Colón,
Caroní, Cumarebo, Caracas, Cordillera, Ceuta y Coro. Estas naves
comenzaron a desaparecer cuando se erigió el puente General Rafael
Urdaneta en 1962.
IMAGEN DE UN FERRY

Desaparecidas ya por la existencia de vías terrestres y del Puente sobre el


Lago, navegaron por mucho tiempo las piraguas, embarcaciones ovaladas de
madera, de seis metros de largo por dos de ancho, con vela y motor
rudimentario de diesel. Mercados flotantes que surcaban el lago repletos de
productos, serían sustituidas por los vaporcitos, nuevas lanchas de motor. En la
actualidad, el transporte lacustre ha perdido importancia y sólo lo usan las
empresas petroleras.
IMAGEN DE PIRAGUA
Batalla naval del lago

El 24 de julio de 1823 tuvo lugar, en el lago de Maracaibo, la última


acción en las campañas navales que selló definitivamente la
independencia respecto de España. La batalla se libró entre la escuadra
republicana, regida por el general José Prudencio Padilla, y la realista
mandada por el capitán de navío Ángel Laborde y Navarro. A
consecuencia del triunfo patriota, el último Capitán General español en
Venezuela, general Francisco Tomás Morales, tuvo que firmar una
capitulación, el 3 de agosto de ese año.

La flota patriota se componía de los bergantines Gran Bolívar -comandado


por su capitán, el francés Nicolás Joly-, Independiente, Marta y Confianza. Las
goletas: Leona, Espartana, Independencia, Emprendedora, Antonia Manuela,
Manuela Chitty, y la Peacock. Las flecheras Barinesa, Guñeres, Cariaqueña,
Tormentosa, Voladora, Emprendedora, más tres bongos armados y varios
botes armados y equipados. En total: 10 buques y una escuadrilla sutil, a las
órdenes del capitán de fragata Walter D. Chitty, de 14 naves entre flecheras,
lanchas, bongos y botes.
IMÁGEN DE LA BATALLA NAVAL

El Diccionario de Historia de Venezuela de Fundación Polar dice que fueron


destruidos muchos buques realistas y capturados otros. Sólo tres goletas
lograron escapar y se pusieron al abrigo del castillo San Carlos. Las pérdidas
de los republicanos fueron de 8 oficiales y 36 individuos de tripulación y tropa
muertos, mientras que las de los realistas resultaron mayores, sin contar los 69
oficiales y 368 soldados y marineros que quedaron prisioneros.
IMÁGEN DE LA BATALLA NAVAL

En dos horas de recio combate se decidió la acción. Y al verse derrotados los


realistas, el general Francisco Tomás Morales capituló ante el general de brigada
Manuel Manrique, entregó el resto de los buques españoles, la plaza de
Maracaibo, el castillo San Carlos, el de San Felipe en Puerto Cabello, así como
todos los demás sitios que ocupaban los españoles. Y el día 5 de agosto, la
Corona salió definitivamente del territorio venezolano, después de una
revolución independentista que había durado quince años.
IMÁGEN DE LA BATALLA NAVAL
Casa de Morales o Casa de la Capitulación
En el lado oeste del Palacio de Gobierno del estado Zulia hay un
caserón al que se le conoce con dos nombres: Casa de Morales o Casa de
la Capitulación. Se trata de una construcción colonial donde vivió el
último Capitán General español en Venezuela, general Francisco Tomás
Morales, y en la que se firmó el Tratado de Capitulación de las fuerzas
realistas, tras la victoria alcanzada por la Armada republicana en la batalla
naval del lago.

Declarada monumento histórico en 1965, la Casa de Morales es la única


edificación civil de la época colonial que sigue en pie en Maracaibo. Aunque no
hay registros confiables sobre su construcción, se cree que fue erigida en el
año 1750 por una familia de origen cubano, de apellido Manzelvo Zuloaga,
como su residencia particular. De hecho, fue casa de familia hasta 1822,
cuando entra a Maracaibo como Capitán General y decide ocupar la casa más
grande y lujosa de la ciudad, desalojando para ello a sus legítimos dueños y
convirtiéndola en su Cuartel General y lugar de habitación.
ILUSTRACIÓN

La casa contaba con numerosas habitaciones, salones de reuniones,


comedores y caballeriza. No se conservaron sus muebles originales porque en
sus más de dos siglos de existencia ha pasado por muchas manos. Morales
residiría allí escasamente un año, (porque en julio de 1823 las tropas realistas
son derrotadas en la batalla naval del lago) pero antes de mudarse firmó allí el
Tratado de Capitulación, uno de los documentos que certifican la
independencia de Venezuela.
ILUSTRACIÓN

Posteriormente, fue utilizada como Oficina de la Intendencia Militar de


Independencia, entre los años 1823 al 1829. De 1829 a 1841 funcionó un
Cuartel de Armas. De 1841 a 1863 funciona como asiento del Gobierno del
estado Zulia, hasta la inauguración del Palacio de Gobierno, el 14 de abril de
1863. Una vez restaurada, en 1977, fue reabierta como Museo Histórico
Nacional.
ILUSTRACIÓN
La catedral y la basílica

Los dos templos más importantes del Zulia son la catedral de


Maracaibo y la basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá. La primera es
la antigua iglesia matriz, dedicada a los apóstoles San Pedro y San Pablo,
que hoy se levanta donde estuvo la primitiva iglesia, construida, al
parecer, en la tercera fundación de Maracaibo, en 1574, como una choza
de paja. La segunda atesora la tablita donde, según cuenta la leyenda, la
imagen de la Virgen se apareció a una humilde lavandera, el 18 de
noviembre de 1709.

La fecha de la reedificación de aquella primera choza para convertirla en


templo no se conoce. Pero la documentación demuestra que en 1610 se inician
los libros parroquiales de matrimonio, lo que indica que para esa fecha ya se
había construido el templo. Posteriormente, sufriría muchas transformaciones y
en 1813 se pide su elevación a catedral. Esta obra arquitectónica, declarada
monumento histórico nacional, en 1960, conserva tesoros como la Santa
Reliquia de Maracaibo o Cristo Negro y la imagen de San Sebastián, santo
patrono de la capital zuliana.
IMAGEN DE LA CATEDRAL

Al principio era una modesta ermita, con paredes y piso de barro, y techo de
palma y enea, dedicada a San Juan de Dios, en 1686. En 1724 se inició la
construcción de una iglesia mayor y en 1855 pasa a llamarse parroquia de
Nuestra señora del Rosario de Chiquinquirá y San Juan de Dios. Y en 1920, el
para Benedicto XV autoriza la elevación del templo a la categoría de Basílica
Menor, la primera instituida en Venezuela.
FACHADA DE LA BASÍLICA

La basílica de La Chinita se levanta en la parroquia Chiquinquirá del


municipio Maracaibo, en pleno casco central de la ciudad. El 12 de octubre de
1942, tuvo lugar la consagración oficial de la basílica; y en 1960 fue declarada
monumento histórico nacional. Allí puede verse la tablita, enmarcada en así
como su lujoso trono, diseñado y elaborado en 1893 por el artista zuliano Julio
Árraga.
TRONO DE LA CHINITA
“Ahí vienen los piratas”

La riqueza derivada de la preeminencia comercial de Maracaibo y


Gibraltar, en el siglo XVII, atrajo hacia el Zulia la codicia de los
piratas, quienes invadieron las poblaciones del lago y las saquearon,
dejando a su paso fuego y desolación. Entonces el gobierno de la
época se propuso acabar con aquel azote mediante la construcción
de fortificaciones para repeler los ataques antes de que ingresaran al
lago y a sus poblados.

Al ser salida natural de un extenso territorio, esta región tuvo una posición
estratégica muy importante durante toda la época colonial, lo que explica el
hecho de que Venezuela tenga más fortificaciones militares de esa época que
México o Perú. En el Zulia se conservan el Castillo de San Carlos, declarado
monumento nacional en 1965 y uno de los pocos castillos coloniales de
América, así como las ruinas de dos torreones en la costa.
CASTILLO DE SAN CARLOS

El castillo de San Carlos fue construido en 1681 (en sustitución del primitivo
Castillo de la Barra Grande, levantado en 1645, con madera y barro). Su planta
tiene forma de estrella, con un diámetro aproximado, entre una y otra punta, de
60 a 70 metros. Sus muros tienen 1.5 metros de espesor, y una altura de 3.5
metros en las secciones más elevadas. Sobre su irregular terreno se alinean
galerías de celdas para prisioneros; y al noreste, en dirección al mar y
defendiendo la entrada principal, se ubica la “media luna” de Nuestra Señora
de la Soledad, defensa de forma triangular para desviar balas de cañón.
DETALLE DEL SAN CARLOS

En el extremo oeste de la isla de Zapara se construyó, en 1648, lo que fue


la segunda fortaleza de la barra de Maracaibo, una edificación de planta
cilíndrica llamada torreón de Zapara. Más tarde, en 1715, se erigiría el torreón
de Caño Paijana, la última y más modesta de las fortificaciones de la barra,
dotada de una atalaya cuya función era rechazar algún ataque y enviar pronto
aviso al castillo principal. En la actualidad, el torreón de Zapara sobrevive a la
furia del viento y al movimiento de los médanos, y al de Caño Paijana se lo
tragaron las dunas de Caimare Chico.
RUINAS DEL TORREÓN DE ZAPARA
Teatro Baralt

Un mismo nombre designa a dos edificaciones de igual naturaleza: el


primer teatro Baralt se inauguró el 24 de julio de 1883, en conmemoración
del centenario del natalicio del Libertador, y fue derribado en 1928 para
construir un segundo teatro Baralt, que abriría sus puertas el 19 de
diciembre de 1932. Éste pervive hasta hoy, en muy buenas condiciones
puesto que fue objeto de una restauración que se prolongó por doce años
hasta su reapertura, el 18 de julio de 1998.

Las dos edificaciones se levantaron en el mismo lugar donde, en 1839, se


colocó la primera piedra para erigir un teatro para Maracaibo. El primer edificio,
con capacidad para mil personas, tenía un interesante artilugio compuesto por
doce mangueras giratorias de hierro galvanizado, que atravesaban
verticalmente el edificio para su mejor ventilación. Ésta es la primera referencia
al condicionamiento ambiental mecánico en la historia de la arquitectura
venezolana.
IMAGEN DEL VIEJO TEATRO BARALT

El actual teatro Baralt, de sobria arquitectura con referencias estilísticas de


diversas corrientes, sobre todo antillana y del art deco, fue diseñado por el
ingeniero belga Leon Achiel Jerome Hoet. El espacio interior, incluido el
plafond, una obra singular de tendencia abstracto-geométrica, que suele
fascinar al visitante, fue decorado por el artista plástico zuliano, Antonio Angulo.
Fue declarado monumento histórico nacional en 1981.
TEATRO BARALT ACTUAL

Los dos teatros han recibido ese nombre en honor de Rafael María Baralt,
periodista, escritor, filólogo e historiador, nacido en Maracaibo el 3 de julio de
1810. Baralt perteneció al ejército patriótico cuando era adolescente, por eso
fue testigo de la batalla naval del lago. Es autor, junto con Ramón Díaz
Martínez, del Resumen de la Historia de Venezuela, en tres volúmenes. Fue el
primer americano en ingresar a la Academia Española de la Lengua, en Madrid,
donde murió a los 49 años.
IMAGEN DE RAFAEL MARÍA BARALT
Puente sobre el lago General Rafael Urdaneta

Inaugurado el 24 de agosto de 1962, a un costo de 350 millones de


bolívares, el puente sobre el lago General Rafael Urdaneta comunicó las
orillas occidental y oriental del gran estuario, a la vez que sirvió de
tránsito entre el pasado dictatorial y la democracia. En la construcción de
la estructura de 8.678 metros de largo se emplearon casi tres mil
trabajadores que vaciaron tres millones de sacos de cemento y ubicaron
22 mil toneladas de cabillas.

Las poblaciones de Maracaibo (en la costa occidental del lago) y Altagracia


(en la costa oriental) se comunicaban a través del ferry, en un viaje para cruzar
el estrecho de Maracaibo que duraba 45 minutos. Esa situación limitaba el
desarrollo del estado Zulia, por lo que en 1957, el gobierno de Venezuela
contrató al ingeniero italiano Ricardo Morandi para el diseño del puente
General Rafael Urdaneta, cuya construcción duraría 40 meses.
PUENTE

Inaugurado en 1962 por el presidente Rómulo Betancourt, fue la primera y


más trascendente obra del entonces nuevo régimen democrático, instaurado
luego de la caída de Pérez Jiménez en 1958. Fue, en su momento, la
estructura de concreto pretensado más largo del mundo. En 2002, el Instituto
del Patrimonio Cultural lo declaró Bien de Interés Cultural.
PUENTE

En la noche del 6 de abril de 1964, el supertanquero Esso Maracaibo, de


189 metros de largo y 27 de ancho, derribó 216 metros de la construcción. La
embarcación había tenido un cortocircuito y quedó a la deriva. Su tripulación,
capitaneada por Avelino González, trató de sacarlo del canal y encallarlo para
evitar la colisión, pero el Esso Maracaibo arremetió de costado, con sus 36 mil
toneladas, contra las pilas 31 y 32. Casi 300 toneladas de concreto le cayeron
en la proa, abriéndole una tronera que comenzó a manar buena parte de los
262 mil barriles petróleo que llevaba de Las Salinas hacia Aruba. Cuatro
vehículos cayeron al vacío y al día siguiente se recuperaron cuatro cuerpos.
PUENTE IMPACTADO
Rafael Urdaneta, más héroe que epónimo

Al general Rafael Urdaneta suele llamársele héroe epónimo del Zulia. Y


aunque en un sentido estricto no lo es, ya que el estado no lleva su
nombre, muchas obras e instituciones en la región sí lo llevan. Como el
municipio vecino a Maracaibo, que le reclama a ésta ser la cuna del
general, la plaza y el parque trazados en su memoria, la urbanización
diseñada por Carlos Raúl Villanueva, la base aérea, la universidad
privada, la institución responsable de la rehabilitación del casco central
de Maracaibo y, claro, el puente sobre el lago.

Rafael Urdaneta nació en Maracaibo el 24 de octubre de 1845. Militar y


político, hizo sus estudios de primaria en Maracaibo; luego marchó a Caracas
donde cursó latinidad y, vuelto a Maracaibo, en 1799, estudió filosofía en el
convento de franciscanos. En 1810 se incorporó al movimiento revolucionario
patriótico que estalló en Santa Fe de Bogotá, donde se encontraba por aquella
fecha. Estuvo presente en 26 batallas, 9 sitios y 2 asaltos a fortalezas.
URDANETA

Con Bolívar combatió en la primera batalla de Carabobo, el 28 de mayo de


1814, y obtenida la victoria, se ocupó de la persecución de los vencidos. Entre
1823 y 1824 ejerció la presidencia del Senado de Colombia y desde marzo de
1824 hasta julio de 1827 gobernó como intendente, el departamento del Zulia.
En diversos periodos se desempeñó como ministro de Guerra y Marina; y en
1830 asumió la máxima magistratura de Colombia, hasta el 28 de abril de
1831, cuando renunció.
URDANETA

Urdaneta murió en París, el 24 de octubre de 1788. En 1936, se creó, en la


casa natal del prócer zuliano, en Maracaibo, el Museo Rafael Urdaneta, donde
se conservan sus más importantes reliquias y documentos; entre ellos, una
Memoria de su puño y letra, la espada que le obsequiara Simón Bolívar y la
bandera nacional utilizada en Zumaque el día de la nacionalización de la
industria petrolera. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 16 de
mayo de 1876.
URDANETA
Hitos de modernidad

La intensa actividad comercial, industrial, económica, demográfica y


cultural que tenía su centro en el puerto de Maracaibo dio origen al
surgimiento de importantes grupos de inversionistas que procuraron la
modernización de la región. Esto explica que el Zulia fuera pionero en
diversas actividades en el contexto nacional e inclusive continental, como
es el hecho de poseer la primera empresa eléctrica, el primer banco y la
primera banda musical del estado.

Según ha recordado el historiador Germán Cardozo Galué, en 1879 se crea


la Banda Musical del estado Zulia, la más antigua del país. En 1883 se funda el
Banco de Maracaibo, considerado el decano de los bancos nacionales porque
fue el primero que logró consolidarse. En 1888 abre la Escuela de Artes y
Oficios y aparece el número inaugural de la Revista El Zulia Ilustrado, que
incluye por primera vez en el país imágenes fotográficas y fotograbados.
MARACAIBO EN EL SIGLO XIX

En 1888 se instalan en Maracaibo las primeras redes telefónicas y se


inaugura la primera planta de energía eléctrica del país. A finales del siglo XVII,
la ciudad se alumbraba mediante el encendido de astillas resinosas untadas de
grasa; luego se usaron candiles de barro y velas de sebo. En 1848 la
diputación provincial de Maracaibo ordenó la colocación de 14 faroles de
kerosene en igual número de esquinas, lo que desalojó el maloliente aceite de
coco como combustible. El 24 de octubre de 1888, Maracaibo se convirtió en la
primera ciudad de Venezuela con suministro eléctrico continuado y la segunda
de Suramérica, después de Buenos Aires.
ILUSTRACIÓN

En ese período se desarrolló una intensa actividad intelectual. La


producción bibliográfica en Maracaibo alcanzó su máximo nivel en la década de
1890, con 133 títulos; y circulaban, en promedio, unos seis periódicos diarios, a
pesar de que la ciudad no alcanzaba los 40.000 habitantes. Y en 1897, a trece
meses del nacimiento del cine, ocurrido en diciembre de 1895, con la
proyección de unos cortos filmados por los hermanos Lumiere, en Francia, el
fotógrafo, periodista y empresario zuliano, Manuel Trujillo Durán, rodó un par de
películas que no se han conservado.
MARACAIBO EN EL SIGLO XIX
Arquitectura tradicional y petrolera

La arquitectura colonial, trasplantada al Zulia, así como al resto del


país, fue adaptándose con el tiempo a la realidad ambiental y cultural de
la región. Es así como en este lugar se desarrolló un tipo de vivienda muy
específica cuyos elementos estructurales principales son el uso de la
madera; muros de barro, piedra de ojo y varas de caña; cubierta de caña y
tejas planas venidas de las Antillas, junto al color como expresión
plástica. A este tipo de construcción vendrían a sumarse influencias
llegadas con la industria petrolera.

La vivienda tradicional del Zulia tiene un módulo de diseño que, al repetirse,


produce unidad en su fachada continua. Como ha explicado el arquitecto Pedro
Romero, esta vivienda expone al sol su lado menor, o sea, la fachada principal;
al tiempo que sus muros laterales, de mayor longitud, no quedan expuestos a
la radiación solar. La ventilación se resuelve por la amplitud de las ventanas y
puertas de la fachada y la existencia del patio interior para inducir la corriente
de aire. Esto, unido a la capacidad de aislamiento térmico del material usado
en los muros y la altura del espacio, explica la adaptación climática de esta
arquitectura.
CASAS - FACHADA CONTINUA

A partir de 1914, fecha del inicio de la explotación petrolera a escala


comercial, se desarrollará la llamada arquitectura petrolera, que partiendo de
patrones y tecnologías propias de las concesionarias norteamericanas y
europeas, generaría edificaciones y viviendas adaptadas a las particulares
condiciones ambientales y culturales de los sitios de enclave. Esto llevó a la
producción y comercialización de modelos prefabricados, especialmente
diseñados para su localización tropical.
ARQUITECTURA PETROLERA

Las compañías petroleras Shell y Creole, como ha apuntado Ramón Paolini,


traen pinturas desconocidas en la región, brillantes, aceitosas, en colores fuertes,
que sirven para identificar las instalaciones industriales y las tuberías. Traen teja
plana de Aruba y Curaçao, y láminas corrugadas de zinc tejano para nuevas
cubiertas. Los zulianos comenzaron a usar esas pinturas para decorar las
fachadas de sus casas y cambiaron la enea y la broza de los techos de sus casas
lacustres y aledañas a la ribera por esas láminas corrugadas de color pardusco.
FACHADA EN COLOR BRILLANTE
Mercado Principal de Maracaibo

Como corresponde a una ciudad de sus dimensiones, Maracaibo tiene,


en la actualidad, diversos mercados, como el de Las Pulgas, en la avenida
Libertador, con un área de 40.000 metros cuadrados; el Mercado de
Comerciantes Minoristas, en Las Playitas y el Mercado Santa Rosalía,
entre otros. Aquí contaremos la historia de un lugar que albergó
sucesivamente a varios centros de comercio a lo largo de la historia, un
solar ubicado entre el lago y la calle Comercio, que en la actualidad es un
centro de arte.

Ya en 1580, Nueva Zamora de Maracaibo recibía del interior de la región


lacustre frecuentes embarques de harina, jamones, bizcochos; y despachaba,
en retorno, cargas de cuero, sal, sebo, bálsamos y maderas, productos de la
industria local, a los que se añadían las ropas, vinos, aceites e instrumentos de
labranza llegados de ultramar. En 1816 se construye el primer Mercado Público
de Maracaibo.
ILUSTRACIÓN

En 1886 se inaugura, en el mismo sitio, el llamado Nuevo Mercado, con 60


ventorrillos para la venta de víveres, licores y mercancías al por menor; y 198
puestos para los productos del consumo que a diario fluyen de las costas y
campos del Zulia. En 1927 un incendio lo destruyó completamente y, un año
después, el general Vicencio Pérez Soto, gobernante local, encargó a Londres
una estructura prefabricada de hierro, estilo Art Nouveau, que sería inaugurado
en 1931 como el flamante Mercado Principal de Maracaibo.
MERCADO

Este mercado tendría vigencia hasta 1972, cuando su insuficiencia se hizo


evidente, dado el crecimiento de la población. En 1979, la gran escultora y
promotora cultural, Lía Bermúdez, propuso que la hermosa estructura, de
importante valor histórico, fuera destinada para un centro cultural. En 1886 fue
declarado monumento nacional y en 1990 se designa al antiguo Mercado
Principal de Maracaibo como el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez.
MERCADO
Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez

Ubicado frente al malecón, donde estuvo el Mercado Principal de


Maracaibo, se encuentra el Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez,
desde su inauguración, el 4 de noviembre de 1993, tras un intenso trabajo
de restauración que perseguía adaptar la estructura de hierro fundido a las
necesidades de una institución cultural y a las exigencias ambientales de
una ciudad caracterizada por su clima hostil, sin alterar las hermosas
características de su arquitectura original.

Cerrado con vidrieras para garantizar el control termo-acústico de sus


instalaciones, la sede del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (CAM-
LB) se caracteriza porque su nave central ocupa un monoespacio de altura
equivalente a seis pisos, con arcos reticulados y una bóveda de crucería
coronada por una cúpula que sirve de tragaluz. Sus fachadas las definen
grandes arcos, romanillas, vitrales, y en cada esquina presenta una cúpula
menor elevada sobre hierro fundido.
IMAGEN EXTERIOR DEL CAM-LB

Considerado el mayor exponente de reciclaje arquitectónico del país, en sus


3.000 metros cuadrados, el espacio se ha organizado en dos grandes áreas: el
área Expositiva, con 1.674 metros cuadrados, que pueden distribuirse en módulos
y albergar varias muestras a la vez; y el área de Artes Escénicas y Espectáculos,
con 1.300 metros cuadrados y 19 metros de altura en la nave central, dotada de
un novedoso sistema de butacas sobre tarimas móviles que permite tres tipos de
configuración de las salas según las necesidades del espectáculo.
IMAGEN INTERIOR DEL CAM-LB

Lía Bermúdez, fundadora y presidenta del CAM-LB, es una artista plástica


de importante y reconocida obra escultórica, que puede verse en muchos
espacios públicos, como la escultura-relieve, realizada en hierro en 1982, que
está en la estación Colegio de Ingenieros de Metro de Caracas y la escultura
en hierro ubicada en el interior del edificio Polar, en Plaza Venezuela, Caracas.
Nacida en Caracas, en 1930, su obra aparece siempre entre los más
relevantes aportes artísticos del siglo XX venezolano.
FOTO DE LÍA
Algunas plazas del Zulia

Curiosamente, el Zulia, que por su generalizado clima cálido debería


contar con muchas zonas verdes para el esparcimiento público, cuenta
con pocos parques. Lo que sí ha tenido tradicionalmente en abundancia
es plazas; y la lista de ellas, ya en el siglo XIX, es extensa. Al finalizar el
siglo XX, casi todas las poblaciones zulianas tienen, por lo menos, su
plaza Bolívar y en los poblados mayores las hay que honran también a
sus personajes locales, además de curiosidades como la plaza de la
Iguana en La Cañada de Urdaneta.

Durante la colonia, la plaza Mayor de Maracaibo era llamada también de


San Sebastián, patrono de la ciudad. Posteriormente, ostentó el nombre de La
Pirámide, por un monumento con esa forma; en 1873 fue inaugurada por
Venancio Pulgar, con forma nueva forma octogonal, bajo la denominación de
La Concordia; y en 1905 se inauguró una estatua ecuestre del Libertador, que
le determinó el nombre de plaza Bolívar.
PLAZA BOLÍVAR

Al final de la avenida Bella Vista, en un bonito recodo frente al lago, se


encuentra la plaza del Buen Maestro, inaugurada durante la administración del
general gomecista, Vicencio Pérez Soto. A los visitantes sueles sorprenderles
el hecho de que Maracaibo cuente con una plaza dedicada a la reina
Guillermina, que gobernó Holanda entre 1890 y 1948; fue donada en los años
50 por el Rotary Club en reconocimiento a la resistencia de la monarca
holandesa ante la amenaza hitleriana.
PLAZA REINA GUILLERMINA

La plaza Baralt, inaugurada en 1888, tiene gran relevancia por ser lugar de
concentración popular. La plaza de la República, construida en 1945, destaca
por su obelisco de 49 metros de altura, que tiene en su base los escudos de las
20 entidades federales que existían para la época. La plaza de La Muñeca fue
inaugurada en 1910, fecha centenaria de la declaración de la independencia,
por lo que tiene una estatua de la libertad que los maracuchos bautizaron con
el cariñoso nombre de Muñeca.
ALGUNA DE LAS PLAZAS MENCIONADAS
Museo de Arte Contemporáneo del Zulia

Entre otras muchas paradojas de Maracaibo hubo una, durante el siglo


XX, de difícil explicación y es que la ciudad tenía un importante
movimiento plástico, con numerosos artistas en muy variadas
expresiones y no contaba con un museo que conservara, estudiara y
exhibiera su obra. Esto cambió el 24 de octubre de 1998, cuando se
inauguró el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia, Maczul, como parte
de la Universidad del Zulia.

En 1991, cuando se conmemoraba el centenario de la fundación de la


Universidad del Zulia, ésta celebró la fecha con la cesión en comodato de 3.6
hectáreas de terreno para la construcción del museo, y la entrega de su diseño
arquitectónico, elaborado por las arquitectas Ana María Borjas y Thaís Ferrer,
de la Unidad de Planificación Física de LUZ.
MACZUL

Así fue como a catorce meses de finalizar el siglo XX, Maracaibo inauguró
el museo que atesoraría la inmensa producción artística local y mostraría el
arte contemporáneo del resto del país y del mundo, con la exposición "El
infinito canto de este sol", en la que se recogíann muestras del arte, historia y
cultura del Zulia entre 1780 y 1998. Con sus 13.000 metros cuadrados, en un
terreno de 36 mil metros cuadrados, el Maczul es el museo más grande
Venezuela.
MACZUL

El edificio, de estructura modular, cumple con todos los requerimientos de la


museística internacional y está desarrollado en tres niveles, con siete salas de
exposición interconectadas entre sí. También cuenta con todos los servicios
técnicos de almacenamiento de obras, una bóveda de 2.000 metros cuadrados
para alojar la colección permanente, laboratorio y taller de conservación y
restauración. Asimismo, dispone de espacios de servicio al público, auditorio
con capacidad para 220 personas, y jardines para exposiciones extramuros y
actividades recreacionales.
MACZUL
Bloque cultural

Los zulianos son distintos

Ya se ha dicho que las generalizaciones son odiosas y que, en


verdad, no suelen abarcar a todos los individuos incluidos en la
noción sistematizadora. Pero habrá que reconocer que los zulianos
son singulares en el contexto nacional, no sólo por la particularidad
de su acento y léxico, sino también porque tienen rasgos de
conducta y formas de relacionarse que los identifican y, sobre todo,
los distinguen de sus compatriotas del resto del país.

Aun cuando no hay homogeneidad en el Zulia, debido a que se trata de un


mosaico pluricultural donde coexisten zonas de alta concentración de la etnia
wayúu, como Mara y Páez, con el sector afrozuliano del sur del lago y la zona
central, altamente urbanizada, que comprenden Maracaibo y San Francisco,
damos por hecho que hay un diferenciación del zuliano atribuible al relativo
aislamiento geográfico de la cuenca por varios siglos. Pero dejemos que sean
los zulianos quienes expongan su particularidad.
ILUSTRACION

El escritor e historiador Rutilio Ortega apunta al carácter extrovertido del


zuliano. “Apegado a su tierra, vivaz, franco, extrovertido, abierto y
comunicativo, sencillo, igualitario, lleno de iniciativas, enemigo de las
restricciones y formulismos, altivo y agresivo; amigo de las bromas y chistes,
irónico y ‘mamador de gallo’ en extremo; rasgos que son resultado de algunas
de situaciones vividas por el colectivo marabino: la condición de puerto, su
apertura a los cambios”.
PANORÁMICA DE MARACUCHOS

Según el filósofo del derecho, José Manuel Delgado Ocando, “el


visitante suele quedarse perplejo frente a los métodos de abordaje del
zuliano pero luego, cuando cae en la cuenta de que éste no está
actuando en forma agresiva y que lo que busca es un mecanismo de
aproximación, establece una sintonía. Lo otro es la afición del zuliano por
lo excesivo: lo más común es apelar en las conversaciones a hipérboles
conscientemente falsas”.
ILUSTRACIÓN
Lenguas indígenas del Zulia

La región zuliana es la zona de mayor concentración de población


indígena del país (representa el 1.6% de la población total del estado)
y tiene la peculiaridad de que allí están representadas las tres
principales familias lingüísticas indígenas de Venezuela (donde
estos grupos hablan más de veinte lenguas diferentes). Son éstas: la
arahuaca o arawaca, con el guajiro o wayuu y el paraujano o añú; la
caribe, con el yukpa; y la chibcha, con el barí.

El lingüista y profesor de LUZ, José Álvarez, explica que no todas las


lenguas indígenas de Venezuela gozan de la misma vitalidad y que, en
este sentido, la situación de las lenguas indígenas del Zulia es variada.
Los paraujanos o añús, gente de agua y pescadores por excelencia se
concentran en el noroeste del Zulia, tanto en rancherías palafíticas como
en tierra firme; han dejado de hablar su lengua y sólo hablan castellano.
ILUSTRACIÓN

Por contraste, el guajiro ha aumentado su número de hablantes y en


la actualidad pasan de 200.000, por lo que es la más hablada del conjunto
indígena en todo el país (y también hablada en Colombia por unas 12.000
personas)). Conviene destacar que el guajiro tiene una literatura rica e y
muy hermosa, entre cuyos exponentes destacan Miguel Ángel Jusayú y
Ramón Paz Ipuana.
ILUSTRACIÓN

El barí, hablado en la parte superior de la sierra de Perijá, cuenta con


unos 1.500 hablantes, únicos representantes en Venezuela de la familia
lingüística chibcha. Y la lengua de los yukpas, único grupo étnico de
filiación caribe que reside en el occidente del país, es hablada por unos
4.000 usuarios en Venezuela (y 2.000 en Colombia) en asentamientos
ubicados en los valles de la Sierra de Perijá, desde el río Santa Rosa en
el sur, hasta el alto río Guasare, ríos Palmar y Lajas, en el norte.
ILUSTRACIÓN
Aquí se habla de vos

Muchas peculiaridades tiene el habla del Zulia: las más evidentes son
su entonación y el uso del voseo. Pero también son particulares, en los
hablantes de la zona, el uso frecuente de arcaísmos, exclamaciones,
expresiones hiperbólicas, un ritmo conversacional más rápido que otras
hablas venezolanas y, desde luego, la recurrencia a zulianismos. Es,
asimismo, singular el hecho de que los zulianos se solazan en su léxico y
pocas cosas les resultan más graciosas que las ocurrencias lingüísticas
de sus propios comprovincianos.

El voseo es muy común en Latinoamérica pero el del Zulia tiene la cualidad


especial de ser diptongado: si en Centroamérica, en el cono sur e incluso en
los Andes venezolanos dicen “vos tenés” o “vos querés”, en la región zuliana se
dice “vos tenéis” o “vos queréis”, con lo que la sílaba final se convierte en un
diptongo, es decir, un conjunto de dos vocales diferentes que se pronuncian en
una sola sílaba. Esto, además, con una musicalidad muy propia que con
frecuencia se presta para la caricatura.
ILUSTRACIÓN

El léxico (vocabulario perteneciente a una región) zuliano tiene rasgos


comunes con el andino, falconiano e incluso con el de Colombia, pero su mayor
conexión es con el castellano caribeño del que constituye una muestra
significativa. Por eso en el Zulia escuchamos palabras que no circulan en el
resto de Venezuela pero sí en la costa colombiana, en Puerto Rico, Cuba y
República Dominicana.
ILUSTRACIÓN

A continuación una pequeña muestra de zulianismos. Cobres (dinero), marullo


(movimiento leve de las olas del lago), cotizas (cholas), mollejero (lío,
escándalo, pelea), refistolero (vivaz, juguetón), enlosado (acera), arbolario
(alborotado), cascarrañoso (áspero), cepillao (granizado de hielo, raspado),
esperrugío (feo, desaliñado), rache (cierre, cremallera), gallitos (cotufas),
lampazo (coleto), volantín (cometa, papagayo), busaca (bolsa), firifiri (persona
muy delgada), grillúo (fanfarrón, persona inmodesta), moñera (liga o lazo para
recoger el cabello).
ILUSTRACIÓN
No es juego

Por más de un siglo, el béisbol ha sido el deporte favorito en el Zulia.


Su introductor en la región, en 1896, fue Juan Bessón, periodista,
historiador, político y parlamentario, así como gran entusiasta del
deporte. Entre los grandes peloteros del Zulia se cuentan: José Antonio
Casanova, Dalmiro Finol, José “Carrao” Bracho, Luis Aparicio “el Grande
de Maracaibo” y su hijo Luis Aparicio “el Junior”, Teolindo Acosta, los
hermanos Pompeyo y Víctor Davalillo; y, más recientemente, Wilson
Álvarez y Gustavo Chacín.

Juan Besson (1881 – 1951), con algunos jóvenes zulianos que estudiaban
en los Estados Unidos -y en sus vacaciones traían sus implementos deportivos
para practicar- fundaron dos equipos, el Maracaibo y el Unión. Pero pronto se
perdió la incipiente afición y el béisbol desapareció. A partir de 1912, William
Phelps, socio del Bazar Americano, que importaba efectos deportivos, logró
arraigar de nuevo el juego en Maracaibo y así se retomó su práctica hasta la
actualidad.
FOTO DE JUAN BESSON

También en 1896, el muy emprendedor Juan Besson iniciaría en el estado


la práctica del fútbol, el tenis y el ciclismo. Primero se funda el Club Ciclista
Zuliano y un año después, en 1897, el Veloz Club, que encabeza Juan Besson.
El 6 de julio de 1898 se proclama oficialmente como primer campeón de
velocidad al joven Federico Wilson. En los últimos tiempos las estrellas del
pedal zuliano han sido Daniela Larreal, Alveiro Hernández y Deivis Urdaneta.
DANIELA LARREAL

En la temporada 1969-79 surgió el equipo Las Águilas del Zulia, actual


divisa beisbolística del estado. Durante catorce torneos nacionales el equipo no
pudo llegar a la serie final, pero en 1983-84 y 88-89 lograron no sólo ser
campeones de Venezuela sino también de la Serie del Caribe. La gran figura
del béisbol zuliano es Luis Aparicio, nacido en Maracaibo el 29 de abril de 1936
y debutante en las grandes ligas en 1956, con los Medias Blancas de Chicago.
Aparicio es el único venezolano exaltado al Hall de la Fama de Cooperstown, lo
que ocurrió en 1984.
LUIS APARICIO
La Chinita, un culto salido de las aguas

A la Virgen de Chiquinquirá la trata el zuliano como un miembro de la


familia y la llama Chinquita, Chinca, la China y Chinita. En Maracaibo
abundan las personas llamadas Chiquinquirá, aludidos como Chincas y
Chincos; y su nombre llevan barrios, parroquias, cementerios, colegios,
hospitales y el principal aeropuerto de la región. En la actual Constitución
del Zulia, promulgada en 2003, se incluyó una fotografía de su imagen. Y
es personaje constante en las gaitas.

La devoción a la Chinita se inicia en Maracaibo el 18 de noviembre de 1709,


días después de que, según relata el historiador conocido como Hermano
Nectario María, una mujer pobre y sencilla, “entretenida en lavar ropa, tropezó
fortuitamente con una pequeña tabla blanca y lisa, pero averiada, en la que
nada llamaba la atención”. La mujer llevó la tabla a la modesta casa donde
vivía, en el número 5 de la calle que después se llamó El Milagro, y la usó
como tapa de la tinaja del agua. Pero un día notó que aparecían en ella indicios
de haber sido una imagen religiosa, por lo que la puso en uno de los aposentos
de la casa.
CHINITA

Un día, la mujer oyó unos golpes que daba el cuadro en la pared. Llena de
curiosidad “se encaminó hacia el cuadro y, con gran sorpresa, advirtió que se
iluminaba y aparecía en él una imagen perfecta de Nuestra Señora de
Chiquinquirá. No pudiendo contener su emoción, corrió a la calle y exclamó a
grandes voces: ¡Milagro! ¡Milagro! Acudieron al punto los vecinos y
contemplaron con asombro y regocijo la vivísima luz que iluminaba la sagrada
imagen y testificaron su milagrosa renovación”.
CHINITA

La “tablita de la Virgen”, como dicen los zulianos, es de madera resinosa.


Originalmente, fue pintada al temple, es decir, elaborada con pigmentos o
colores naturales mezclados con clara de huevo; y fue hecha entre 1600 y
1700. Se usaron los colores carmín, blanco, azul (hoy ennegrecido por el
tiempo), sepia y negro. Y presenta la Virgen y el niño. Algunos historiadores
han sugerido que la imagen habría sido robada por unos piratas en una iglesia
de las costas de Colombia, y que, luego de navegar y hacer sus tropelías en
las islas antillanas, llegaron al lago, donde la pintura cayó a las aguas.
CHINITA
¡Venga gaita!

Al estudiar la historia de la expresión musical zuliana por excelencia,


el investigador Rafael Molina Vílchez concluyó que el vocablo gaita viene
de gaits, que en lengua germánica significa cabra y se refiere a la bolsa
aérea o fuelle, hecha con el cuero del animal, del instrumento que todavía
conservan escoceses y gallegos. La gaita zuliana no incluye ese
instrumento de viento pero sí se origina en elementos hispanos
enriquecidos posteriormente con aportes de otras proveniencias.

Aunque la fecha del nacimiento de la gaita aún no se ha determinado, lo


cierto es que en el convento de San Francisco, en Maracaibo, se encontró una
partitura del año 1660, que resultó ser una “gaita a san Sebastián”, sobre cuyo
pentagrama puede leerse prima gaita. A este remoto documento gaitero le
seguirá un largo silencio, ya que el siguiente data de 1823, y en él se alude a
las gaitas en celebración por el triunfo del general Padilla en la batalla naval de
lago.
ILUSTRACIÓN

Una de las principales características de esta manifestación netamente zuliana


es su temática, que, aunque diversa, suele concentrarse en los siguientes
tópicos: la protesta (frente al autoritarismo, los malos gobernantes, el
centralismo y la carestía); la manifestación de aspiraciones colectivas de la
región; plegarias a la Chinita; evocación del pasado zuliano; valorización de las
tradiciones locales; y, algo curioso, la promoción publicitaria de productos o
establecimientos comerciales.
ILUSTRACIÓN

Tocadas con cuatro, furro, tambora, y charrasca de metal (la maraca se ha


perdido), en la gran mayoría de las gaitas se alternan un solista, que intercala
una estrofa de cuatro octosílabos, y el coro, que repite una estrofa que, por
general, consta de seis u ocho versos octo o heptasílabos. Ejemplo de coro
octosílabo (tomado de “Preguntale a Carruyo”, de Abdénago Borjas): La gaita
es la popular / expresión del sentimiento / que lleva el zuliano acento / en la
tradición pascual / no le vengan a imponer / reglas, compás ni un sirullo /
preguntámele a Carruyo / cómo las hacía él.
ILUSTRACIÓN
Música, fiestas y artesanías

Como ocurre en todo el país, donde cada población conserva


numerosas fiestas populares y prácticas culturales tradicionales de todo
orden, el Zulia ostenta un enorme catálogo de manifestaciones, que van
desde fiestas patronales y una multitud de géneros musicales, hasta una
variada artesanía que en algunos casos, como el de Luis Montiel,
constituye una elevada muestra de arte. La pluralidad de estas
expresiones refleja la diversidad de los grupos humanos de la región y
sus diferentes paisajes.

Jamás podremos resarcir a África por habernos aportado el contingente


poblacional llegado en el siglo XVII mediante la ominosa trata de esclavos. A
ello se le deben muchos aportes, entre ellos el de la percusión musical, que en
el Zulia fraguó en las bandas de tambores llamadas chimbángueles, de
sonoridad y belleza indescriptibles. Los wayuu, por su parte, tienen una vistosa
danza, llamada yonna, donde las parejas, que bailan descalzas, van
describiendo círculos.
PAREJA BAILANDO YONNA

Las principales fiestas religiosas del Zulia son: San Benito, Bobures, 1 de
enero; San Benito y acto sacramental de los Reyes, Gibraltar, 6 de enero; San
José, San José de Perijá, 19 de marzo; Santa Mónica, La Concepción, 4 de
mayo; San Juan y San Pedro, sur del lago, el 29 de junio; Virgen del Carmen,
San Carlos del Zulia, San Rafael, San Timoteo y Machiques, el 16 de julio; San
Bartolomé, Sinamaica, 24 de agosto; Virgen del Rosario, Cabimas, 5 de
octubre; Nuestra Señora del Rosario, Lagunillas, 28 de octubre; San Benito;
Feria de la Chinita, Maracaibo, 18 de noviembre.
FOTO CHIMBÁNGUELE

La máxima figura del diseño y confección de los tapices en el Zulia, Luis


Montiel Jarariyú (conocido como Luis Montiel, a secas), nació en Laguna de
Pájaros, Guajira, en 1914. Aprendió de su abuela el arte de tejer pellones
(manta gruesa que se usa como silla de montar) y por muchos años trabajó en
forma anónima en su rancho de Mali-Mai, hasta que el Centro de Bellas Artes
de Maracaibo se propuso hacer una exposición sobre culturas autóctonas y lo
contactó. A partir de ese momento, el artista tejedor se hizo conocido en todo el
país y en el extranjero.
TAPIZ DE LUIS MONTIEL
Perfume de coco

Venezuela se encuentra, después de Italia, entre los países de


más alto consumo de pastas. En el Zulia esta costumbre ha fraguado
en un plato muy rico, generalmente incomprendido por los
caraqueños, que es la macarronada criolla, donde se alternan los
macarrones con papas y huevos cocidos, rebanadas de tomate y
cebolla, y mucho queso de año, manjar lácteo propio de la región.
Pero el platillo zuliano más generalizado, que no falta en la mesa
local, es una combinación sublime: plátano y queso.

Además del plátano, preparado de muchas maneras (torta de plátano, yo-


yos, patacones, arepas, hallacas y conservas de plátano, entre otras), la marca
distintiva del condumio zuliano es el coco, que se usa como elemento de sabor
y perfume. El coco se ralla y, una vez desmenuzado, se exprime para extraer
su jugo o leche de coco, que servirá de base para la cocción de platillos como
chivo, carnero, mojito (pescado mechado), iguana, pollo, frijoles, arepas,
conservas y quesillo en coco.
PLATO

La mesa wayuu se caracteriza por el consumo de chivo y ovejo. Se ha


sugerido que la alta salinidad de los suelos de la península de la Guajira le
aporta a estas carnes un sabor particular. Uno de los platos preferidos de los
wayuu es el friche, un guiso de vísceras de ovejo. En todo el estado hay el
hábito de consumir carnes de cacería como iguanas, (capturadas en los
montes), conejo, carrao, yaguaza, venado, lapa, váquiro y palomita, entre otras.
PLATO

La dulcería zuliana incluye dulces de hicaco, limonzón, lechosa con piña,


cascos de guayaba e higos; buñuelos de yuca con miel de abeja y majarete.
Especial mención merecen los huevos chimbos: ponquecitos de yema de
huevo batida y escalfada, que luego se sumergen en almíbar espeso y se
rocían con ron. El resultado es un postre muy sabroso y de vistoso color
dorado. La merienda zuliana por excelencia es la mandoca, fritura hecha a
partir masa de maíz endulzada y aromatizada con anís.
PLATO
Artes y literatura

La reapertura de la LUZ, en 1946, y la creación de otros importantes


centros de educación superior, dieron fuerte impulso a una tendencia que
ya era secular en la región hacia el cultivo de las artes, la literatura y la
ciencia. En la actualidad, el estado exhibe relevantes muestras de avance
científico y de reflexión intelectual, así como una formidable producción
artística, que posee, incluso, rasgos propios, como la Escuela de
Maracaibo, movimiento plástico de orientación neofigurativa.

El historiador Augusto Mijares, observó que: “Sería muy natural creer que la
fama literaria de Maracaibo comenzó con Baralt, y hasta podríamos pensar que
la gloria de este eminente zuliano estimuló hasta cierto punto el propio genio de
la ciudad natural hacia el cultivo de las letras. No es así, sin embargo, sino al
contrario: el genio literario de Maracaibo es anterior a Baralt y no éste su
iniciador sino producto de una inclinación que ya había ido dando fama a la
ciudad del lago desde los tiempos coloniales y cuando apenas era poco más
que una aldea”.
ILUSTRACIÓN

Ya en el siglo XIX había en Maracaibo un ambiente ilustrado, como consta


en la observación del viajero francés, Depons, quien dijo que “lo que más honra
a los maracaiberos es su singular viveza de espíritu y su aplicación a la
literatura”. En esa tradición se inscribirían narradores, ensayistas y poetas
como Udón Pérez, José Ramón Yépez, Hesnor Rivera, César David Rincón,
Mercedes Bermúdez, César Chirinos, Blas Perozo Naveda, Laura Antillano,
Miguel Ángel Campos y Jacqueline Goldberg, entre muchos otros.
ILUSTRACIÓN

El grupo Apocalipsis, constituido en 1955, con el objetivo original de renovar


el lenguaje de la poesía en el Zulia, rápidamente trascendió este límite para
abarcar las artes plásticas, lo que redundaría en el surgimiento de la Escuela
de Maracaibo, conformada por artistas como Lía Bermúdez, Paco Hung,
Emerio Darío Lunar, Francisco Bellorín, Henry Bermúdez, Ender Cepeda,
Édison Parra, Hernán Alvarado, Carmelo Niño, Edgar Queipo, Ángel Peña,
Nerio Quintero, Pedro Morales, Gunther Castillo, Pedro Piña, Edgar Petit,
Ofelia Soto, Mary Bellorín, Irma Parra, Mónica Socorro, Karem Arrieta, María
Margarita Romero y otros.
OBRA DE ARTE
Soles de Maracaibo

Cuando el Papa Juan Pablo II visitó Maracaibo, el 27 de enero de 1985,


en su primer viaje a Venezuela, durmió en el palacio arzobispal, en una
habitación decorada con gran sencillez, excepto por un detalle. En la
mesa de noche reposaban la oración que rezaba de niño y una foto de su
madre, más o menos lo mismo que le preparaban sus anfitriones de todo
el orbe, pero la cama donde pasaría la noche estaba vestida de manera
excepcional: el cubrecamas era una primorosa pieza de lencería tejida a
mano con soles de Maracaibo.

Los soles de Maracaibo son encajes o tejidos bordados a mano con figuras
trazadas en forma de sol (en el sentido de que, partiendo de un punto central,
las figuras se organizan en forma de rayos de bicicleta): arañas, mariposas,
margaritas, azucenas y otras figuras. Es una tradición zuliana heredada de
costumbres hispánicas, que, al parecer, llegaron a través de las islas Canarias.
El primer testimonio acerca de estos encajes apareció en El Fonógrafo, el 3 de
octubre de 1893, donde se aludió a un pañuelo de soles hecho por una niña de
ocho años, alumna de la escuela dirigida por Eleuteria de Castro.
FOTO DEL ENCAJE

Tejido en un bastidor cuadrado, de madera, el dibujo del sol de Maracaibo


va surgiendo a partir de una corona (centro donde convergen todos los rayos)
muy visible porque tiene un relieve formado por hilo. Tradicionalmente, los
soles de Maracaibo se tejían para adornar las iglesias. Pero en el siglo XIX
llegaron los alemanes y los ingleses, se asentaron en las casas de El Milagro y
Los Haticos, descubrieron a las tejedoras y sus prodigiosos soles. Y
comenzaron a hacer encargos: manteles para doce personas, faldellines para
los bautizos, mantillas y hasta trajes de novias, confeccionados en su totalidad
de soles llegaron a hacerse.
FOTO DEL ENCAJE

FIN

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