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Andreína Mujica:

«Ahora soy yo quien contrademanda a Glenna Cabello Rondó n, có nsul de Maduro en


Francia»

Milagros Socorro

—¿Tiene usted otro nombre, algú n seudó nimo con el que haga publicaciones o con el
que se le conozca?
La inesperada pregunta de la comisaria hizo titubear a la ciudadana Andreína Mujica
Á ñ ez, nacida en Caracas, el de 27 de noviembre de 1970 y ciudadana europea de 2013.
—Ya estaban por terminar las dos horas de interrogatorio al que me habían sometido
en la orefectura del Distrito 16 de París -explica Mujica- cuando me preguntaron eso.
La conocida periodista y fotó grafa, formada en la UCV (Universidad Central de
Venezuela), con cursos de posgrado y pasantías de formació n en diversas instituciones
venezolanas y europeas, había sido citada por la policía francesa para que respondiera
por la denuncia formulada por la có nsul del régimen de Nicolá s Maduro en París, Glenna
del Valle Cabello Rondó n, quien había acusado a Mujica de haberla amenazado de
muerte en una nota Facebook, del 12 de marzo de 2019, donde Mujica denunciaba las
violaciones de los derechos humanos perpetradas por la dictadura y la detenció n del
periodista Luis Carlos Díaz. En esa publicació n, Mujica aludía a la connivencia entre el
consulado y la tiranía.
—¿Podría usted resumir los eventos que la llevaron a una comisaría de policía
a declarar?
—El 17 de mayo del 2021 recibí en mi celular una llamada de la prefectura de policía
francesa, avisando que llegaría una citació n por una demanda hecha el 14 de marzo de
2019 por la có nsul Glenna Cabello en mi contra por “amenaza de muerte”. Como en
estos momentos no tengo ingresos para pagar un abogado, busqué ayuda. Yo había
entrevistado a François Zimeray, quien fuera embajador de Francia a cargo de los
derechos humanos en Dinamarca, quien junto a Jessica Finelle son abogados registrados
en la Corte Penal Internacional. Por suerte, ellos decidieron tomar mi caso en pro de la
defensa de la libertad de expresió n y los derechos humanos.
Preparamos la defensa y el 7 de junio a las dos de la tarde (hora europea) me
presenté con mis abogados para el interrogatorio. Anexamos documentos que prueban
cuá l es la situació n de Venezuela, cuyo régimen no es reconocido en Francia, (ni má s de
50 países); y donde se exponía la curiosa paradoja de que el hermano de la có nsul,
Diosdado Cabello Rondó n, es el segundo hombre má s fuerte en Venezuela, por cuya
cabeza el gobierno de los Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de 10 millones de
dó lares, pero su hermana me denuncia porque yo significo un peligro para ella y su
familia…
—Si la demanda había sido hecha en 2019, ¿por qué no la vinieron a interrogar
a usted sino hasta 2021?
—Tendrían muchos expedientes por delante. Este caso activó la justicia francesa
porque es un deber en este país que cualquier denuncia debe seguir el debido proceso.
—¿Usted amenazó a la cónsul Cabello?
—Jamá s. Ni a ella ni a nadie. Mi herramienta es escribir y hacer fotografías. En mi
muro de facebook del 12 de marzo del 2019 hay varios podcast donde exijo la liberació n
inmediata de mi colega Luis Carlos Díaz, entonces detenido por el SEBIN, por cierto,
ó rgano de “inteligencia” que maneja el señ or Cabello. Dado que su hermana era ya
có nsul en París, escribí el pod explicando su filiació n con el má s alto poder en
Venezuela. Dicho pod (reposteado 114 veces), tuvo una ristra de comentarios, entre los
cuales la có nsul destaca los de Rafael Tavarez y Rafael de Pool, quienes emplearon un
lenguaje poco apropiado, a los que nadie le dio siquiera un like de respaldo. Sin
embargo, ella respondió insultá ndome, en términos soeces, impropios para un
diplomá tico, amenazá ndome y terminó denunciá ndome ante la ley por algo que no
había hecho.
—¿Era la primera vez que usted era amenazada?
—No. A finales de los añ os 90, Juan Barreto, quien fuera ideó logo de la revolució n y
luego parlamentario y alcalde de Caracas nos amenazó a mi madre y a mí. Barreto había
atacado a un amigo con un arma blanca en mi casa y yo había sido testigo del violento
hecho. Haber contado lo que ocurrió me hizo ganar un enemigo de peso en el chavismo.
Luego, en 2010, Anastasia Mazzone me envió un mail con un lenguaje muy bajo al
descubrirse su relació n con Wilmer Ruperti; su hermana hizo uso del Messenger de
Facebook advirtiendo que me haría todo el dañ o posible… Y yo sigo sin entender por
qué pensaron que yo había tenido algo que ver en la divulgació n de ese romance si yo
no vivía ya en Venezuela y no tenía idea. Aú n guardo las amenazas.
—¿Usted insultó a la cónsul Cabello Roncón?
—Jamá s. Yo no insulto. Primero, por que soy muy respetuosa de la lengua y luego
porque solo con decir “representante de un régimen con tal cantidad de demandas
internacionales por violaciones de derechos humanos” es suficiente para dar la catadura
de alguien.
—¿Ha tenido usted algún contacto con la señora Cabello? ¿La conoce? ¿Han
coincidido en algún lugar o evento?
—No. En mi vida la he visto en persona. Solo sé lo que de ella documenta la
Poderopedia: que Glenna Cabello (26-12-1959) es consejera de la Misió n Permanente
de Venezuela ante la ONU; y que es hermana del presidente de la AN y vicepresidente
Psuv, así como José David Cabello, ministro para Industrias, director del Centro
Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) y superintendente Seniat. La trato como
có nsul de Venezuela, porque ese es su cargo, no por otra cosa. Es a ella a quien se le
debe exigir respuestas de las acciones del gobierno que representa en el país donde
hago vida, como periodista y como ciudadana.
—¿Por qué hizo usted esa publicación?
—Es mi deber denunciar los atropellos a la libertad de expresió n y la persecució n a la
prensa y a los periodistas. Para empezar, lo aprendí en mi casa. Mi padre fue un hombre
de principios, de valores democrá ticos, fundador de sindicatos y del Colegio Nacional de
Periodistas; fue preso y torturado en la dictadura anterior. No es posible, pues, que
viviendo en Francia, el país de los Derechos Humanos por excelencia, y democracia
donde no se toleran calumnias e intimidamiento a un periodista, me quedara callada.
—Su padre, el escritor y periodista Héctor Mujica, fue candidato a la
Presidencia por el PCV. ¿Tuvo alguna simpatía o respeto por Chávez?
—Papá siempre manifestó reservas frente a Chá vez por venir del á mbito militar. No
olvidar que mi padre había sido perseguido por la dictadura del general Pérez Jiménez.
No creía que los militares pudieran regir democrá ticamente un país. Al comienzo de la
Presidencia de Chavez, este lo llamó en vivo por ‘Aló Presidente’, (se ve que no
previeron que papá se mostraría crítico) y papá , que lo aludió diciéndole “muchacho”,
dejó claro que despreciaba profundamente el hecho que la izquierda llegase al poder a
través de un militar. Tal vez por eso, mi padre ha sido borrado de la historia por el
chavismo, lo cual para mí es un gran honor.
—Su hermano, Héctor Michel Mujica Ricardo, fue nombrado embajador en
Francia en 2013 (y despedido por gaceta oficial en diciembre de 2020). Trabajó
con Glenna Cabello y, de hecho, en mayo de 2017 ambos denunciaron ataques
contra los diplomáticos venezolanos en Francia y “la revolución bolivariana”.
¿Cuál ha sido su reacción ante la denuncia contra usted?
—Mi hermano Michel no se comunica conmigo desde mayo de 2017, cuaando le
remití una carta pú blica. En esa misiva le decía: «Tú , como embajador designado en los
tiempos de Maduro; sí, Nicolá s, el dictador má s perverso, cínico y desalmado en la
historia de las dictaduras de nuestro querido continente, te pido que te pronuncies en
favor de la democracia, aquella por la cual nuestro padre dejó pegada su salud a punta
de torturas, electricidad en los testículos, mientras su cuerpo colgaba sobre un rin
afilado para cortar sus pies por cansancio. Mi padre, nuestro padre, no soportaría tantas
muertes, tantas torturas, tal injusticia. […] Estos muertos [me refería a las decenas de
venezolanos que Maduro había asesinado, herido y encarcelado en el marco de las
protestas de 2017] son los nuestros, son tuyos y míos, pero yo no ostento una posició n
en el poder; tú sí, hermano, y confío en tu rectitud, en tu honestidad. Es preciso que te
pronuncies. Es decir, debes ayudarme, ayudarnos y ayudarte. Tienes cinco hijas, mis
sobrinas, cuatro nietos, que no merecen cargar con la vergü enza de un padre y abuelo
que se quedó en silencio ante la barbarie». También le recordaba que Octavio Paz había
renunciado al mismo cargo, en India, 48 horas después de la matanza de estudiantes en
la Plaza de Tlatelolco. Pero Michel no renunció . Maduro lo despidió en diciembre de
2020.
Su respuesta para mí fue muy dura. Me prohibió acercarme a él y a sus hijas en París,
donde siguen residenciados, lo cual he respetado.
—¿Usted espera un gesto de simpatía de su hermano ahora que el chavismo ha
dirigido su maquinaria de persecución a periodistas y opositores hacia usted?
—Qué má s quisiera. Mi hermano Michel, como siempre le hemos llamado, no Héctor,
pues así crecimos, cambió con su designació n como embajador. Siempre había un
hombre dulce, solidario. Una vez que mis padres murieron, él era como un papá ,
teníamos las mejores relaciones. Mi carta pretendía apoyarlo para que saliese del
infierno que es ser funcionario de un régimen totalitario en nuestro país.
Michel es un profesor universitario muy respetado, un excelente soció logo, có mo y
por qué terminó siendo representante diplomá tico sin tener la carrera solo lo sabe él…
por mi parte, lo respeto. Cuando termine la pesadilla en Venezuela, espero poder
ayudarle. No soy ni seré verdugo de mi hermano. Conservo sus mensajes y también los
míos solo para garantizar que no será n adulterados por nadie. Pero soy incapaz de ir
contra mi familia, Y, por doloroso que sea, entiendo que ellos se hayan apartado de mí.
Estamos hablando de un secuestro de país, má s de dos décadas con un mismo gobierno,
con presos políticos, activistas políticos perseguidos y encarcelados. A nadie le pido que
se pronuncie a mi favor, pero sí espero que comprendan que tengo una posició n política
muy clara y firme, que creo en la democracia y en la defensa de la libertad de expresió n
y el respeto a los derechos del hombre. Como le dije a Michel en mi carta: no tengo otra
salida. Callar es morir un poco.
—¿Tiene usted miedo?
—El miedo es tan democrá tico como la opció n de defender los derechos humanos y
las libertades, no reniego de él, pero no me paraliza. Me activa. Mi padre sufrió las
torturas de una dictadura y hasta el día de su muerte padeció las secuelas de los golpes,
la electricidad en los testículos, los planazos en la espalda. Los intensos dolores le
quietaron la capacidad de caminar. Ni la morfina lo calmaba. Yo vi su sufrimiento,
estuve con él en vísperas de su muerte. Nadie hará que olvide eso ni que deje de honrar
su ejemplo y su memoria.
—Su abogado, el célebre François Zimeray, declaró que: “Mientras los medios
de comunicación independientes en Venezuela son objeto de la brutal represión,
en todo el mundo, la red diplomática venezolana se utiliza para la intimidación
selectiva de periodistas y opositores. ¿Piensa irse de Francia?
—No. En todo caso, no por eso. Yo viajo por trabajo y por ver a mis amigos y sus
hijos. El régimen nos expulsó del país donde hubiéramos hechos una vida en cercanía,
pero lucho contra ese designio del autoritarismo visitá ndolos. Tengo un principio en la
vida, heredado, y es la amistad. París me dio un nuevo hogar, pero no puede darme los
afectos de la universidad, de los tiempos de colegio… Mantengo las amistades de mi
vida, muchas de ellas de 40 añ os o má s.
—Finalmente, ¿qué salió de ese interrogatorio en la policía?
—Como afirmó mi abogado, en reciente declaració n, yo fui liberada de inmediato
porque quedó claro que la denuncia era totalmente infundada. “Estamos considerando
presentar una denuncia contra la có nsul por denuncia calumniosa”, dijo el abogado
Zimeray. Así, pues, ahora soy yo quien contrademanda. Con toda seguridad,
acostumbrados como está n a hacer lo que les da la gana en Venezuela y a usar la
“justicia” para oprimir y avasallar, no esperan que la justicia francesa actú e de manera
imparcial. Pero Francia es una democracia, aquí no podrá n manipular la justicia. No
pueden pretender intimidar y calumniar a una periodista venezolana en suelo europeo.
No me voy a quedar de brazos cruzados, yo no subestimo la maldad del chavismo.
—¿Qué respondió cuando le preguntaron si era conocida por otra apelación?
—La verdad: me llaman Peluche.

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