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La historia de la filosofía contemporánea, hecha desde los años centrales del siglo
XX, tiene que situar a los pensadores de la última centuria en una perspectiva
desusada, que no coincide con el modo habitual de representarse sus figuras. En
efecto, nosotros tenemos que interpretar la filosofía del pasado próximo llevando
como guías dos ideas rectoras: una, la comprensión de ese tiempo, distinto aunque
cercano; la otra, la necesidad de explicar cómo de esa filosofía viene la nuestra, y
cómo a ese tiempo sucede el que nos ha tocado vivir. Esto impone, en primer lugar,
una apreciación de la significación de los filósofos del siglo XIX que no corresponde
a la que estuvo vigente entonces. Algunos pensadores oscuros y mal entendidos por
su contorno aparecen hoy como lo más sustantivo y eficaz de la filosofía del siglo
pasado. Y dentro de su obra, con frecuencia las dimensiones menos notorias y
famosas en su tiempo se revelan como decisivas y aun como anticipaciones de los
más profundos descubrimientos de nuestros días.
Porque, claro es, tanto se desvirtúa la realidad mediante adiciones como mediante
supresiones. Lo que mi pensamiento superpone a las cosas, las altera y falsea; pero
no menos falsedad significa la parcialidad, el tomar la parte por el todo, el cree
que algo real es, sin más, la realidad. Repetidas veces la filosofía ha identificado una
porción o elemento de lo que hay con la totalidad de ello, y constantemente ha tenido
que esforzarse para corregir ese error e integrar la visión de la realidad con los
elementos que se habían dejado fuera y con su ausencia falseaban la perspectiva.
Pero el error con que comienza el siglo XIX es más grave; porque define lo real, es
decir, formula una tesis metafísica, y al mismo tiempo no se da cuenta de ello, hasta
el punto de que niega su posibilidad; es decir, no toma su interpretación de la
realidad - los hechos sensible - como lo que es, una interpretación, sino como la
realidad misma; parte de ese supuesto sin tener siquiera conciencia de él. Por eso, el
problema que se planteará a la filosofía después del positivismo es doble: primero,
descubrir la realidad auténtica, lo que se llamará después la realidad radical, y, en
segundo lugar, reivindicar la necesidad y la posibilidad de la metafísica.
II. Concepto
En este período la mayoría de los filósofos más importantes trabajaron desde las
universidades, especialmente en la segunda mitad del siglo. Algunos de los temas
más discutidos fueron la relación entre el lenguaje y la filosofía (este hecho a veces
es llamado «el giro lingüístico»). Los principales exponentes de este «giro»
fueron Martin Heidegger en la tradición continental y Ludwig Wittgenstein en
la tradición analítica.
FILOSOFÍA ANALÍTICA
La filosofía analítica fue desarrollada a inicios del siglo XX tras las obras y análisis
que realizaron destacados filósofos como Bertrand Russell, George Edward Moore,
Ludwig Wittgenstein, Karl Popper, Gottlob Frege, varios integrantes del Círculo de
Viena, Saul Kripke, Donald Davidson, entre otros.
Un gran número de estos filósofos llevó a cabo sus trabajos desde las universidades,
por tanto, contaban con amplios conocimientos académicos. Sin embargo,
anteriormente, en el siglo XVIII y XIX muchos los filósofos establecían sus posturas
fuera de la academia.
La filosofía analítica fue concebida, en buena parte, por los filósofos anglosajones
del Reino Unido, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, entre otros países.
Esta rama filosófica se caracterizó por enfocarse especialmente en los análisis del
lenguaje y del conocimiento a través del desarrollo lógico y su justificación. Por tal
motivo, la filosofía analítica ha resultado a fin a las investigaciones científicas.
FILOSOFÍA CONTINENTAL
También considera que normas de este tipo son una muestra clara de
decadencia porque es algo que no va con nosotros sino contra nosotros
mismos, de manera que, no estamos capacitados para soportar una disciplina
como esa.
Según él, no se le debería dar tanta importancia a lo que Dios hubiese
estipulado, mas bien, lo que importa son las decisiones que el ser humano
tome por sí mismo.
Ya que Dios está fuera de esta esfera, la verdad que pudiese hallarse en Él
sería algo totalmente inaccesible; por eso asegura que no hay algo más que
este mundo. Que todos los temores que tenemos son cosas infundadas por
nuestros antepasados debido a la incertidumbre de cosas como la vida y la
muerte.
Es muy apropiado que la filosofía contemporánea critique las ciencias, pues desde
un principio han sido rivales, por así decirlo.
Indicar una confluencia no quiere decir afirmar identidad y, por eso, importa
atender al complejo juego de similitudes y diversidades aquí presentes.
1. Sentido
El concepto de sentido hermenéutico es, sin duda, más amplio. Se trata "también"
del sentido de enunciados lingüísticos y estructuras proposicionales, no obstante,
asimismo, de actos, de personalidades, de hechos históricos, de objetos culturales de
todo tipo y, en general, de "totalidades" y "estructuras". Esta amplitud del concepto
hermenéutico de sentido lo compromete en principio con cierta imprecisión. No
obstante, si ella es innegable, no se puede pasar por alto el explícito intento de
Dilthey en delimitar y articular los diversos modos de significación en una teoría
unitaria universal de la misma, de la cual el sentido lógicoproposicional representa
tan sólo un aspecto. Dilthey diferencia tres formas de "expresión de la Vida"
(Lebensausdrücke) (una en sentido propio y dos en sentido amplio), correspondientes
e correlacionadas internamente a tres modos del entender (Verstehen) y de la
significación (Bedeutung): a) el entender lógico posee como rasgo esencial su carácter
no contextual; b) el entender técnico tiene naturaleza teleológica, dirigiéndose a
actos que ostentan una finalidad inmanente; c) el entender vivencial, finalmente, que
es el correlativo de la "expresión" (Ausdruck) en sentido estricto, supone la
manifestación de un interior en un exterior e, inversamente, la interpretación de
aquel a partir de éste.
a) ¿Es todo sentido susceptible de una formulación lingüística o hay sentidos que
son intrínsecamente extra-lingüísticos?
Una forma "técnica" que asume ésta importante discusión, si bien no la única posible,
se refiere a la interpretación del noema husserliano.
b) En otros casos, más que de paralelos, se trata del carácter clave que asumen ciertas
nociones como, por ejemplo, concepto y objeto, estado de cosas (Sachverhalt) y hecho
(Tatsache), el carácter no contextual de la significación lógica y la correlativa
posibilidad de desenvolver una semántica pura,28 la antecedencia del juicio con
respecto al concepto, la negación de que el juicio sea una reunión de
representaciones y afirmación de que se trata de una reunión del contenido de las
representaciones, diferencia entre concepto (Begriff) y representación (Vorstellung),
etc.
3. Subjetivo-objetivo
En síntesis, debe concederse que, entre las tres líneas principales de la filosofía
contemporánea, existe irreductibilidad metódica. Con todo, la constatación de este
hecho no compele a afirmar la existencia de un hiato absoluto entre las mismas. La
diferencia metódica es justamente consecuencia de un marco temático compartido
dado por el concepto de significación y con respecto al cual ellas constituyen
opciones diversas. El reconocimiento de la irreductibilidad metódica es, por tanto,
un argumento que no sólo no invalida nuestra tesis sino que, por el contrario, la
confirma desde una perspectiva inesperada.
Por su parte Raúl Fornet Betancourt (2004a) nos dice que entiende la
interculturalidad no como una posición teórica ni como un diálogo entre culturas o
tradiciones filosóficas distintas sino como una ‘postura’ o ‘disposición’. Una actitud
del ser humano que se dispone a vivir sus referencias identitarias en relación con los
‘otros’. Se trata de una actitud que abre al ser humano hacia un proceso de
reaprendizaje y de reubicación cultural y contextual, que por sacarnos de nuestras
seguridades teóricas y prácticas, nos permite percibir el analfabetismo cultural del
que nos hacemos culpables cuando creemos que basta una cultura, la ‘propia’, para
leer e interpretar el mundo. La interculturalidad es experiencia y vivencia de la
impropiedad de los ‘nombres propios’ y nos lleva a pensar que nuestras prácticas
culturales deben ser también prácticas de traducción.
Parece que transitar por el espacio intercultural no es sencillo, es muy fácil caer en
el terreno de la propia tradición, la propia lengua, ocupando sin darnos cuenta
territorios que no nos pertenecen. Sin embargo este riesgo no puede llevarnos a la
parálisis, a ser meros espectadores (pos-modernos) de lo que acontece a nuestro
alrededor. Debemos movernos en este espacio con una actitud especial y con los
cuidados necesarios para evitar caer en un solapado colonialismo cultural.
Wilhelm Dilthey y José Ortega y Gasset nos hablan que el hombre es un ser
histórico. El hombre posee y hace la historia y se desenvuelve dentro del proceso
histórico de la sociedad y cultura; y esa historicidad o el devenir histórico
constituye su esencia. Además nos dicen que la filosofía es un complemento de
la historia.
WEB GRAFÍA:
https://www.significados.com/filosofia-contemporanea/
https://www.monografias.com/trabajos108/filosofia-contemporanea/filosofia-
contemporanea.shtml
https://afilosofarsehadicho.jimdofree.com/filosofia-para-grado-
once/filosof%C3%ADa-contempor%C3%A1nea/
https://conceptodefinicion.de/filosofia-contemporanea/
https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_contempor%C3%A1nea
http://prod77ms.itesm.mx/podcast/EDTM/P112.pdf
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0101-31732002000100003
https://www.teseopress.com/tesisdoc/chapter/capitulo-ii-filosofia-intercultural-2/
https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_intercultural