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En el siglo XV, la escolástica comienza a debilitarse y las sociedades europeas viven notables
cambios político-económicos (fin del feudalismo), científicos (auge de la experimentación) y
socioculturales (amplio desarrollo de las artes, surgimiento del protestantismo y la sociedad
burguesa). Todo esto permitió una profunda transformación en la filosofía, desarrollando su etapa
moderna hasta el siglo XVIII.
Filosofía renacentista
En sí misma no es una escuela filosófica con características bien definidas, sino un conjunto de
proyectos intelectuales antiescolásticos. Aquí se cuenta el humanismo, que colocó al ser humano
como centro de interés filosófico, político y artístico y que recuperó la visión antropocéntrica de la
filosofía clásica. También se desarrollaron importantes discusiones sobre ética (alejadas del
cristianismo) y de filosofía natural, que le daba mayor peso al materialismo. Destacan filósofos,
artistas y científicos como Nicolás de Cusa, Giordano Bruno, Tommaso Campanella, Paracelso,
Leonardo Da Vinci, Rafael y Miguel Ángel.
El Racionalismo
Afirmaba que el ser humano es capaz de entender el mundo y de obtener conocimiento cierto, el
Racionalismo fue uno de los temas fundamentales de la filosofía moderna. Esta escuela toma su
nombre de la centralidad que tiene el uso de la razón para comprender la realidad y considera que
la experiencia personal obtenida por medio de los sentidos es capaz de estimular la inteligencia,
pero un conocimiento verdadero no puede limitarse a ella, sino a la aplicación del entendimiento y
de conceptos de alcances universales e innatos. Es importante confiar más en la razón que en los
sentidos. Destacan en esta corriente René Descartes y sus ideas sobre la duda metódica. También
sobresalen Baruch Spinoza y Gottfried Leibniz.
El Empirismo
La Ilustración
El liderazgo alemán
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, se produjo un florecimiento de la filosofía alemana, la
cual llegó a tener influencia mundial. Puede mencionarse a Immanuel Kant, quien desarrolló el
pensamiento crítico sobre el Racionalismo y el Empirismo. Fue el fundador del Idealismo clásico
alemán. Seguidor del Idealismo fue también Georg H. Friedrich Hegel, quien aportó de manera
fundamental en la dialéctica, el derecho o el estudio del Estado. Opuesto a Hegel estaba Arthur
Schopenhauer, pesimista y desconfiado ante la sociedad, quien propuso más bien pensar desde el
irracionalismo y la voluntad.
Destacan entre los pensadores modernos Karl Marx y Friedrich Nietzsche. El primero es el mayor
representante del materialismo dialéctico, quien planteó que la existencia no puede estar
separada de las formas en que se produce la vida, como el trabajo. El segundo dedicó su obra a
cuestionar la ética vigente y proponer una Revolución moral y estética que permita a los seres
humanos liberarse y elevar su propio potencial.
La filosofía contemporánea es, por supuesto, heredera de siglos de aportes elaborados por la
antigüedad, la Edad Media y la filosofía moderna. De esta última, se ha alimentado de pensadores
a los que el filósofo francés Paul Ricoeur llamó “Maestros de la sospecha”: Karl Marx, Friedrich
Nietzsche y Sigmund Freud.
La filosofía contemporánea se ha desarrollado desde finales del siglo XIX, durante el siglo XX y
hasta la actualidad. Este es un periodo marcado por el gran desarrollo de la industria y el comercio
global, producto de la Segunda Revolución industrial y posteriormente por la Revolución digital.
Así, el capitalismo comercial, industrial y financiero fue desarrollándose y convirtiéndose en el
sistema económico predominante en el mundo.
Esta corriente filosófica se desarrolló sobre la base del pensamiento de Karl Marx y Friedrich
Engels, a finales del siglo XIX. El Materialismo Dialéctico plantea, en términos muy generales, que
la vida está sustentada en la materia y en las relaciones que los grupos humanos establecen entre
ellos. La capacidad de desarrollar la vida y el avance de la historia radican en las relaciones de
producción, es decir, en los vínculos que establecen aquellos que disponen de medios de
producción (industriales/burgueses) y aquellos que para vivir solo disponen de la venta de su
fuerza de trabajo (obreros/ proletarios).
Desde esta perspectiva, los cambios en la realidad se producen cuando al interior de los
fenómenos materiales surgen conflictos y contradicciones que, al enfrentar unos elementos con
otros, generan un salto hacia un estado cualitativamente más avanzado (dialéctica). En este
contexto, las contradicciones internas del capitalismo se dan porque los que trabajan son pobres y
quienes se aprovechan de los trabajadores son ricos, razón para que estalle un proceso
revolucionario que lo derribe e instaure el socialismo. Esta fue la ideología oficial de la ex Unión
Soviética y la tensión entre capitalismo/liberalismo y socialismo/materialismo dialéctico, lo que
marcó la época de la Guerra Fría.
Neopositivismo
Aparece en la primera mitad del siglo XX y plantea que la realidad solo puede comprenderse por
medio del conocimiento estrictamente científico y comprobable. Sin embargo, ese conocimiento
no alcanza a los objetos reales en sí mismos, sino a cómo se presentan ante los sentidos y pueden
ser comprendidos por la experiencia personal o el lenguaje. Justamente por la importancia de las
palabras, el Neopositivismo trató de estudiar la lógica del lenguaje, de los juicios y las
matemáticas. Producto de este interés se desarrolló la filosofía del lenguaje y la filosofía analítica
que se practican preferentemente en Estados Unidos e Inglaterra. Entre sus representantes están:
el británico Bertrand Russell, el alemán Ludwing Wittgenstein y los miembros del llamado Círculo
de Viena.
Intuitivismo y Vitalismo
Estas corrientes próximas al idealismo surgieron en la primera mitad del siglo XX, en
contraposición al materialismo y el racionalismo. Para el intuitivismo, la realidad se aprehende
desde la intuición, la cual no es igual a la pura experiencia sensible ni al conocimiento abstracto.
De la misma forma, el vitalismo considera que la naturaleza de la vida no radica únicamente en las
interacciones físicas, químicas o mecánicas de los objetos físicos, sino que en ellos radica un
impulso vital.
Un notable representante de esta línea filosófica fue el francés Henri Bergson, quien propuso el
concepto de “duración pura” para explicar la existencia. La duración es el fluir del tiempo que se
presenta a la consciencia sin estar atravesada por alguna estructura de interpretación. Además, se
oponía a la dialéctica materialista que planteaba la oposición de fuerzas y el conflicto; más bien,
consideraba que el cambio histórico se genera por evolución, sin alterar necesariamente las
desigualdades de clase o la violencia, lo cual sería inevitable.
Fenomenología
Fue fundada por el alemán Edmund Husserl, quien propuso que para la comprensión de la realidad
se deben cumplir al menos dos requisitos:
2) La reducción trascendental, que plantea que el propio sujeto que experimenta la realidad no es
en sí mismo puramente material y social, sino consciencia trascendental.