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Sumado a lo anterior, José Montenegro Bacca (1977) añade como esencia de este término su
naturaleza como derecho intrínseco al trabajador, definiéndolo “ desde el punto de vista del
trabajador subordinado de empleador privado, es el derecho de aquel de conservar su empleo
durante toda su vida laboral, siempre que nos sobrevenga justa causa de despido judicialmente
comprobada” ( Universidad Externado de Colombia, 2006).
La precisión conceptual anteriormente realizada, nos es útil para entender de forma clara, el
alcance de este derecho constitucional y su diferencia con la estabilidad laboral reforzada por
discapacidad, puesto que en la estabilidad laboral reforzada por salud, como es mencionada
por los doctrinantes, hace referencia a una limitación o enfermedad adquirida durante la
vigencia de un contrato laboral, es por ellos que la distinción puede vislumbrarse en la
sentencia T-441 de 1993 con Magistrado Ponente José Gregorio Gonzales Galindo, donde
la corte decide el reintegró de una minusválido, cuya limitación fue adquirida antes de la
celebración del contrato de trabajo. A su vez, dictamina que
“Privar a un minusválido de su trabajo, sin que medie una causa justificada que vaya mucho más allá del
simple uso de un poder discrecional, implica entonces flagrante violación de la Carta Política; claro
desconocimiento de derechos constitucionales fundamentales: el de igualdad material y el del trabajo.”.
(Sentencia T-441 de 1993 con Magistrado Ponente José Gregorio Gonzales Galindo).
Por otra parte,la Corte en consonancia con sus anteriores fallos emana la sentencia C-531 de
2000 con Magistrado Ponente Álvaro Tafur Galvis donde analiza la constitucionalidad del
artículo 26 de la Ley 361 de 1997, estableciendo el condicionamiento de la exequibilidad en
consideración del pago de la sanción, resultado de la terminación unilateral del contrato de
trabajo por el empleador dentro de los ciento ochenta días de incapacidad del trabajador, esta
comprende el pago de una indemnización de ciento ochenta días de salario en razón del
despido. Lo anterior, no faculta al empleador para que despida al empleado en estado de
debilidad manifiesta, sin la debida autorización de la oficina de trabajo. consecuencialmente a
esto el despido en tales condiciones será ineficaz y se procederá al reintegro del trabajador.
De igual modo, el desarrollo jurisprudencial ha estado acompañado de concepciones
doctrinales y de la reglamentación de las limitaciones que pueden causarse por enfermedades
de naturaleza laboral o no laboral, por ello se creó el Decreto Reglamentario 2463 de 2001,
que aporta la calificación y el grado de severidad de las limitaciones que puede tener el
trabajador, especificado en el artículo séptimo de esta norma, cuyo contenido dice
“ARTICULO 7º-Grado de severidad de la limitación. En los términos del artículo 5º de la Ley 361
de 1997, las entidades promotoras de salud y administradoras del régimen subsidiado, deberán clasificar
el grado de severidad de la limitación, así: Limitación moderada, aquella en la cual la persona tenga entre
el 15% y el 25% de pérdida de la capacidad laboral; limitación severa aquella que sea mayor al 25% pero
inferior al 50% de pérdida de la capacidad laboral y limitación profunda, cuando la pérdida de la
capacidad laboral sea igual o mayor al 50%.” (Decreto Reglamentario 2463 de 2001)
La distinción realizada en el decreto previamente descrito, sigue vigente en la actualidad y ha
sido instrumento jurídico para la resolución de un sin número de casos tanto para las altas cortes
como para los jueces jurisdiccionales.
En correspondencia con el anterior decreto, la corte en la sentencia T-1040 de 2001 con
Magistrado Ponente Rodrigo Escobar Gil, expresa que los empleadores están en la
obligación de reubicar a aquellos trabajadores que durante la ejecución de su contrato sufren
disminuciones en sus condiciones de salud, acompañado de la calificación médica que acredite
el porcentaje de disminución de la capacidad laboral por parte del trabajador. Introduciendo
así, el concepto de “debilidad manifiesta” en casos similares al anteriormente mencionado.
De igual manera, en la sentencia T-519 de 2003, con Magistrado Ponente Marco Gerardo
Monroy Cabra, la corte determina la necesidad probar la conexidad o el nexo de causalidad
entre la condición de debilidad manifiesta y la desvinculación laboral, como una carga al
trabajador para poder alegar que la terminación unilateral por parte del empleador, cuando el
trabajador padeciese de una debilidad manifiesta o enfermedad constituye un acto
discriminatorio y un abuso del derecho por parte del empleador.
Siguiendo esta línea jurisprudencial, la corte agrega en la sentencia T-263 de 2009 con
Magistrado Ponente Luis Ernesto Vargas Silva que el trabajador que se encuentre en una
situación de debilidad manifiesta como resultado de la grave afectación de su salud, tiene
derecho a conservar su trabajo y a permanecer en él hasta que se configure una causal objetiva
que amerite su desvinculación laboral (más la autorización de la autoridad laboral
correspondiente), y que cuando la relación laboral dependa de un contrato de trabajo a término
fijo o de obra o labor contratada, el trabajador tiene derecho a conservar su trabajo, aunque el
término del contrato haya expirado o la labor para la cual fue contratado haya expirado.
Análogamente, en la sentencia T-490 de 2010 con Magistrado Ponente José Ignacio Pretelt
Chaljub la corte amplía la aplicación del derecho de estabilidad reforzada por salud a los
contratos de prestación de servicios, cuando el empleador no renueve la orden de servicios sin
la autorización previa de la oficina del trabajo. Lo anterior, se fundamenta en que esta
corporación no discrimina el tipo de relación laboral ni la naturaleza de la discapacidad, pues
es un derecho fundamental de todo trabajador la estabilidad laboral reforzada por estar en una
condición de debilidad manifiesta. En consecuencia solo podrá darse la terminación unilateral
del empleador del contrato de trabajo cuando medie una justa causa objetiva y la autorización
del inspector del trabajo.
Por otra parte, la corte en varias sentencias como las sentencias T-148 de 2012 con
Magistrado Ponente Juan Carlos Henao Pérez y T-116 de 2013 Magistrado Ponente
Alexei Julio Estrada que la discapacidad no trae consigo “un perjuicio irremediable”1, y por
el hecho de que esta se vea presente en determinados asuntos no se puede relevar al juez de
realizar un estudio minucioso de la afectación en cada caso particular, en este sentido
manifiesta que aquellos grupos que gozan de una protección especial pueden sufrir perjuicios
que probablemente se aproximen a la calidad de irremediables debido a la prolongación del
estudio minucioso del juez.
Por otra parte, con la finalidad de garantizar con mayor certitud el derecho estudiado, la corte
en la sentencia T-251 de 2016 Magistrado Ponente Alberto Rojas Ríos se encargó de
establecer una diferencia entre los términos discapacidad, invalidez y debilidad manifiesta, en
la que expresó que la discapacidad es el género en el que se habla de una “restricción o
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impedimento del funcionamiento de una actividad”2,que si es severa, es decir, supera el 50%
se traduce en una invalidez, casos que no deben ser objeto de protección especial de estabilidad
laboral reforzada, toda vez que quien se encuentra en esta posición “debe gozar de una pensión
de invalidez puesto que no se encuentra en condiciones de continuar laborando”3, así pues
quien tiene una pérdida de capacidad laboral con un porcentaje inferior al 50% se encuentra en
condición de debilidad manifiesta; la Corte es enfática en manifestar que no es necesaria la
calificación en estos casos siempre que sea evidente la afectación en el estado de salud que
lleve al trabajador a no realizar de manera ordinaria sus labores.
Por otra parte, la Corte con el objetivo de unificar las interpretación constitucional sobre el
alcance de la estabilidad laboral reforzada por salud, emite la sentencia de unificación SU-
049 de 2017 con Magistrada Ponente María Victoria Calle Correa, realizando las siguientes
precisiones. Primero, el derecho a la estabilidad ocupacional reforzada no es exclusivo a los
trabajadores que poseen la calificación con la pérdida de la capacidad laboral, bajo las
categorías de la Ley 361 de 1997 sino que es aplicable a cualquier trabajador que evidencien
una situación de salud que le obstaculice o impida sustancialmente el desempeño de sus labores
de forma regular. Segundo, el trabajador tiene derecho al pago de la indemnización de 180 días
de salario cuando le sea vulnerado su derecho a la estabilidad laboral reforzada, originada por
una relación de trabajo dependiente o por un contrato de prestación de servicios independiente.
Así mismo, en sentencias como la T 048 de 2018 con Magistrado Ponente Antonio José
Lizarazo Campo, la corte puntualiza algunas de las consecuencias de la protección de los
trabajadores en estado de debilidad manifiesta cuando son sujetos de un despido, como
“(i) que el despido del trabajador o la terminación del contrato, no produzca efectos jurídicos y la
consecuente obligación de recibir todos los salarios y prestaciones sociales dejadas de percibir; (ii) el
derecho al reintegro a un cargo de iguales o mejores condiciones o, como se ha venido reconociendo
recientemente, la renovación del contrato, en ambos casos las condiciones laborales deben estar acordes
con sus condiciones de salud[17]; (iii) el derecho a recibir capacitación en caso de que el empleado deba
Finalmente, la corte en la sentencia C 200 de 2019 con Magistrada Ponente Gloria Stella
Ortiz Delgado, en este pronunciamiento la corporación introduce la noción de “debilitamiento
de la cosa juzgada”, resultado del cambio en las condiciones materiales de la interpretación del
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texto constitucional. De igual modo, al revisar la constitucionalidad del literal A del numeral
15 del artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo y Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social declaró la exequibilidad condicionada fundamentada en que
“la Corte condicionó la norma en el sentido de que el despido del trabajador o la terminación del contrato
de trabajo por razón de su condición de salud, sin la autorización de la oficina de Trabajo, no produce
efectos jurídicos y sólo será eficaz si se obtiene la respectiva autorización. En caso de que el empleador
contravenga esa disposición, deberá asumir, además de la ineficacia jurídica de la actuación, el pago de
la respectiva indemnización sancionatoria equivalente a ciento ochenta días del salario, sin perjuicio de
las demás prestaciones e indemnizaciones a que hubiere lugar de acuerdo con el Código Sustantivo del
Trabajo y demás normas que lo modifiquen, adicionen, complementen o aclaren. “
Igualmente, asevera que la garantía contenida en la Ley 361 de 1997 solo aplica cuando el
empleador tiene pleno conocimiento del grado de severidad de la discapacidad que posee el
trabajador, por tanto si este no está notificado de la certificación de la discapacidad no podrá
hacerse efectivo la protección de la estabilidad laboral reforzada.
●
● Senado de la República de Colombia. (7 de febrero de 1997) Ley 361.
Calle Correa]
● Corte Constitucional, (10 de mayo de 2000) Sentencia C - 531. [MP Álvaro Tafur
Galvis]
● Corte Constitucional, (15 de mayo de 2019) Sentencia C - 200. [MP Gloria Estella
Ortiz Delgado]
Escobar Gil]
● Corte Constitucional, (26 de junio de 2003) Sentencia T - 519. [MP Marco Gerardo
Monroy Cabra]
Vargas Silva]
Estrada]
● Corte Constitucional, (22 de febrero de 2018) Sentencia T - 048. [MP Antonio José
Lizarazo Ocampo]
●
● Decreto Ley 2351 de 1965, numeral 15, literal a, artículo 7.
Vergara].
Martínez Caballero].
Pretelt Chaljub]
Ríos]
● Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, (15 de julio del 2008) radicado:
● Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, (11 de abril de 2018) radicado: