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Consenso vs Conflicto

en los clásicos de la
sociología

Sociología de
los medios de
comunicación
social

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Concepto 4: Consenso vs Conflicto. Continuidad vs discontinuidad

Se pretende trabajar los ejes consenso – conflicto abordando concretamente, la


propuesta que presenta cada autor en su obra como posible resolución para los
problemas sociales generados a partir del surgimiento de la sociedad capitalista. No se
pretende, desde ya, agotar las posibilidades que los lineamientos teóricos generan,
sino reflexionar desde éste lugar, conflicto – consenso, sobre algunas diferencias
teóricas que presentan los pensadores.

Si para Marx el trabajo no trae al obrero más que dolor y alienación, no hay posible
reconciliación en la división del trabajo social tal como ha existido históricamente. En el
transcurso de la historia y a través del paso de diferentes modos de producción, no se
ha dado otra relación laboral que no implicara el enriquecimiento exagerado del
dominante y la explotación y expropiación del dominado.

Como el autor lo manifiesta:

“Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros


y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre,
empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y
abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación
revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases
beligrantes.” (2003, p. 27).

En las modernas sociedades burguesas, el proletario oprimido, despojado de su


naturaleza, no encuentra goce alguno en su trabajo. Para él sólo implica sufrimiento y
resignación y la pérdida de sí mismo. Nada posee más allá de su fuerza de trabajo.

Es por ello que la emancipación del hombre, su liberación del yugo esclavizador de la
máquina, el conflicto con la naturaleza y con los otros hombres, no habrá de
resolverse manteniendo las condiciones históricamente impuestas. Opresor y oprimido
deberán dejar de ser, para Marx, los componentes de la sociedad, para que el hombre
logre retornar a su naturaleza y recuperar su ser genérico.

Y la intención de Marx no es la mera teorización. Para el autor, el comunismo ha de


trascender el estado de las cosas como un movimiento real superador. Los objetivos
que Marx describe como básicos para el desarrollo del comunismo son: en primera
instancia, la formación de conciencia de clase del proletariado (lo que el autor llama
clase para sí). El derrocamiento de la burguesía como clase dominante (y en
consecuencia la abolición de la propiedad privada) y la toma del poder por parte de la
clase proletaria.
En la sociedad burguesa la concentración del capital se reparte entre unas pocas
manos. Su continuidad depende exclusivamente del trabajo asalariado y es por esto
que Marx afirma que, a la par que la burguesía avanza cava su propia fosa y cría sus
propios enterradores... el proletariado es un movimiento autónomo de un enorme
poder (además de ser mayoría en términos numéricos) y que hace tambalear bajo su
poderío la base material de la sociedad que lo oprime. Según Marx, con el tiempo
desarrollaría tanto la voluntad como la capacidad de generar una revolución.

La abolición de la propiedad privada y en consecuencia, el fin de la división del trabajo


social tal como se ha descripto anteriormente, es para Marx el punto de partida para
cambiar la historia de opresión entre clases dominantes y dominadas.

La distribución desigual del trabajo y sus productos vería su fin a partir de que el
proletariado, una vez consciente de su situación de opresión, pudiera conformar una
comunidad libre de antagonismos de clases y en donde el libre desarrollo de todos
fuera consecuencia del libre desarrollo individual.

En palabras de Marx, solo aboliendo la sociedad capitalista es posible desentrañar la


alienación de la sociedad. Solo en la medida en que el hombre pierda sus cadenas
podrá reencontrarse con su ser genérico.

En contraposición a Marx, Durkheim propone la formación de grupos ocupacionales


como medio de superación de la anomia. Este pensador no ve conflictos irresolubles
en la moderna sociedad capitalista. Para él las sociedades se encuentran
potencialmente en armonía y el hombre encuentra –en el marco de la división del
trabajo y la solidaridad orgánica- contención y saludables reglas y limitaciones para su
vida en sociedad.

Por otra parte, tal como señala Ritzer (1993), Weber criticaba el capitalismo tanto
como Marx, sin embardo no defendía la revolución. Weber postulaba en todo caso un
cambio paulatino de la sociedad, no violento. Tenía poca esperanza que “la masa”
pueda llevar adelante cambios que transformen la sociedad en algo mejor, su
esperanza estaba en los grandes líderes políticos (no autoritarios). Tenía preferencias
por las democracias como forma política por su dinamismo y como medio para generar
líderes políticos.
Además de estas diferencias entre los autores, no es posible ignorar otros ejes de
discusión que subyacen –en forma opuesta- el pensamiento de Karl Marx y Emile
Durkheim.

Nos referimos puntualmente a aquellos conceptos relativos a la diferente mirada de


uno y otro autor respecto del cambio social. No es posible dejar de notar la presencia
constante en torno a la discusión en torno a la continuidad – discontinuidad,
claramente perceptible.

Nos encontramos con un Marx de la crisis y la ruptura, de la revolución y del quiebre


profundo y definitivo en la historia. Una ruptura que es cíclica según la mirada de éste
autor, pero que apunta a la discontinuidad a partir de situaciones revolucionarias
sociales.

En contraposición, Durkheim, desde su postura reformadora, propone una solución a


las patologías de la época adoptando una posición optimista y conciliadora. Sugiere
procesos de cambio paulatinos y pone énfasis en el progreso de la sociedad en el
marco de un sistema social que se ha desarrollado históricamente volviéndose
progresivamente más complejo.

Ambos autores comparten la preocupación por las temáticas trabajadas: el orden


social y el cambio social. Ambos proponen respuestas a la problemática introducida
por la sociedad capitalista, aunque desde visiones radicalmente diferentes: Marx
desarrolla su propuesta emancipadora desde la discontinuidad y el conflicto, Durkheim
sugiere disminuir la anomia y fortalecer los lazos sociales desde una mirada de
consenso y continuidad. Es importante rescatar sin embargo, una sensación que nos
queda cuando leemos a Marx tanto como a Durkheim, una idea común a ambos
pensamientos: la fe en el ser humano.
Bibliografía citada
Marx, K. y Engels, F. (2003). Manifiesto Comunista. Buenos Aires: Ed. Prometeo.

Ritzer, G. (1993). Teoría Sociológica Clásica. Madrid: McGraw-Hill.

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