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TEMA 44.- LA PROSA MEDIEVAL.

LA ESCUELA DE
TRADUCTORES DE TOLEDO. ALFONSO X. DON JUAN
MANUEL.

1.- La prosa medieval.

1.1.- Introducción.

Nace en romance mucho después del verso. Por ella se


entiende discurso que va hacia delante frente al verso, considerado
como discurso que vuelve según medida: el verso tenía mayor
prestigio, mientras que la prosa tenía que disociarse del romance
vulgar e irle ganando terreno al latín como lengua de cultura.

De ahí que fuera inicialmente, eminentemente didáctica.


Mientras que en Francia e Italia las primeras muestras de prosa son
jurídicas, en España son religiosas: las glosas. Las emilianenses
datan de fines del IX y principios del X y proceden del Monasterio de
San Millán de la Cogolla. Está en latín y es una miscelánea religiosa
que al final incluye un glosario y varios comentarios en romance. Las
glosas silenses proceden del Monasterio de Santo Domingo de Silos
y tienen un glosario similar al anterior, pero, esta vez, a una
compilación de los pecados agrupados en torno a los Diez
Mandamientos para la confesión.

1.2.- Tipología (López Estrada)

-壱 Sermones: la Iglesia va evangelizando en romance al pueblo por


medio de este género, que ya existía en la tradición bíblica-latina.
A partir de finales del siglo XII va introduciendo cuentos breves,
sermones, refranes,... convirtiéndose en un antecedente de la
literatuta cuentística y de exempla, al tiem po que toma buena
parte del acervo de la oralidad del pueblo.

-壱 Prosa gnómica o sentenciosa: Es didáctica y sentenciosa: son


guías muy populares de comportamiento para el creyente bajo
formas de máximas, pensamientos, citas apócrifas o ciertas de
autoridades de la Antigüedad,... que fueron agrupadas en
summas.

-壱 Proverbios y refranes: expresaban una experiencia y un consejo


que se encerraban en una oración breve: en ellos se mezclaba
lo culto con lo popular. Sirvieron de libro de referencia a
muchos autores del siglo XIV.

-壱 Prosa histórica y legislativa: a pesar de no ser literatura, López


Estrada se limita a destacar que toman categoría artística por
la calidad de su prosa, al ser la lengua de cancillería la que
irradia la norma. Se conservan un resumen en castellano de la
Historia Roderici y fragmentos en las Chronicas Navarras.

-壱 Ficción (Exempla):Es el primer género de ficción en el Medievo.


Básicamente, es un relato breve moral o moralizado que se cita
en apoyo de una doctrina, por lo que carecen de autonomía.
Entran en España en el siglo XII y empiezan a decaer a finales
del siglo XV. Aunque entra por vía árabe, tiene un origen
occidental: la oratoria práctica de Cicerón y Quintiliano,
ejemplarmente difundida en el Medievo por El libro de los
dichos y hechos memorables, de Valerio Máximo.

-壱 Ficción (Fábulas): Es un relato de índole verosímil, no realista,


de preferente predominio de los protagonistas animales
personificados. Se agrupaban en Isopetes (por el fabulista
Esopo, lo que delata su origen igualmente occidental). Junto a
los exempla, darán lugar a los cuentos.

-壱 Ficción (Cuentos): Eran relatos breves, pero de una extensión


mayor a los dos tipos anteriores. La figura principal es el
narrador como voz que sirve de referente moral, religioso y
filosófico: de ahí que apenas existieran diálogos. Los
protagonistas son seres humanos o personificados.

-壱 La influencia oriental de los cuentos es notable: el sentido de


lo didáctico es eminentemente oriental. De hecho, como luego
veremos, el Arzobispo Don Raimundo crea, ya en el siglo XI, la
primera escuela de traductores une a árabes, judíos y
cristianos para verter, generalmente con el latín como lengua
puente, obras de origen oriental. En esta línea se escribe
Disciplina clericalis, obra de principios del siglo XII del judío
español Pedro Alfonso. Es la primera colección de cuentos
orientales conocida en occidente: se compone de 34 cuentos
engarzados entre sí por una ficción que sirve de marco, donde
un padre alecciona a su hijo mediante una sucesión de cuentos
que no retoman la trama: es una estructura acumulativa y
abierta: trama-exempla.

1.3.- La escuela de traductores de Toledo.

Al-Ándalus puso al alcance de Europa libros en árabe, no sólo


de escritores árabes, sino también títulos y pensamientos
hindúes, persas y grecolatinas perdidas entonces en la tradición
occidental.

Las traducciones se iniciaron en el siglo X en el monasterio de


Ripoll con el latín como lengua final. Tal monasterio fue cita de
todos los hombres sabios de Europa, independientemente de sus
confesiones.

Cuando Toledo fue conquistada en 1085 se vio que allí había


una enorme tradición bibliográfica y un fuerte polimorfismo de
culturas. En el siglo XI se iniciaron allí las primeras traducciones
eclipsando a Ripoll. La figura clave de esta empresa es Raimundo,
arzobispo de Toledo de 1126 a 1152: reunió a musulmanes,
cristianos y hebreos en una gran biblioteca.

Además de la sabida tradición musulmana, los judíos aportaron


toda la tradición hispanojudía y su sabiduría en traducciones del
árabe, pues todos ellos eran habitantes de Al-Ándalus que habían
venido a Toledo refugiándose de las represiones almohades.

La dificultad de traducir directamente al latín –pocos eran los


que dominaban la lengua de origen y la latina- hizo preciso que un
judío realizara un tosco borrador intermedio en castellano, que a
veces, incluso, pudo ser oral. Este borrador era vertido al latín
por cristianos generalmente. Recuérdese que tales traducciones
no eran literarias sino literales: de ahí múltiples los calcos
morfosintácticos de otras lenguas que delatan estos libros.

Fue Fernando III quien, en la primera mitad del siglo XIII, notó
la necesidad de fijar los borradores castellanos. Por un lado, las
lenguas romances se van revalorizando como lengua de cultura
cada vez más; por otro, el cristiano era la lengua común a las tres
etnias, lo que facilitaba el trabajo.

La necesidad de fijar un modelo para los traductores fue una


de las causas que llevaron Alfonso X a fijar lo que conoceremos
como castellano alfonsí.

1.4.- Fernando III.

Es el verdadero iniciador e impulsor de la prosa en castellano


en la primera mitad del siglo XIII. La obra producida bajo sus
auspicios pueden dividirse en los siguientes grupos:

-壱 Obras didáctico morales: Dentro de la literatura gnómica y de


refranes destacan El libro de los doce sabios y El libro de los
cien capítulos, mientras que la literatura de debates aparece
en El diálogo del Cristiano con el judío. Bonium o Bocados de
ogro es un libro de cuentos con cuento-marco: un rey persa va
a la India en busca de un sabio hindú quien le alecciona.

-壱 Obras históricas y legislativas: Hizo, entre otros títulos, Historia


de los godos –con poemas épicos prosificados- y la traducción
del Fuero Juzgo.
-壱 Calila e Dimna: Se tradujo del árabe en 1251 por orden de
Alfonso X, aún infante, aunque bajo la protección de Fernando
III.

-壱 Sendebar o Libro de los engaños e asayamientos de la muyeres,


de 1253: proviene de un manuscrito árabe, que, a su vez, es
traducción de uno sánscrito. Es didáctico pero con notas
picantes por influencia de los fabliaux franceses y de la misma
sensualidad árabe. Inaugura en la tradición hispánica dos
cuentos luego recurrentes: el de Trotacoventos y el de la
lechera. En cuento marco, se cuenta cómo la madrastra de un
príncipe intenta seducir a éste sabiendo que él ha de silenciar
la propuesta. El príncipe pide consejo a sus sabios y éstos le
aleccionan con exempla misóginos. Tras cada uno de ellos se
reanuda la trama y, efecto, las ideas del exemplum se cumplen.
Tiene por tanto una estructura cerrada: trama-exemplum-
trama.

-壱 La doncella Teodora se sitúa en la literatura gnómica, donde esta


doncella es aleccionada por un grupo de sabios.

2.- Alfonso X.

Sucede en su labor a Fernando III durante su reinado, de 1252


a 1284. Promueve la traducción y redacción en castellano de
obras jurídicas, históricas y científicas, además de literarias; pero lo
más importante es que hace de este idioma lengua de cancillería.
Según se deduce del Libro de la ochava esfera, incluso llegó a
participar en la corrección de textos en castellano drecho
personalmente. Tal modalidad seguirá siendo el esqueleto base de la
norma castellana hasta los Siglos de Oro; no sólo desde el punto de
vista ortográfico, sino del propio sistema: introdujo oraciones más
largas, perfeccionó el sistema de las conjunciones, explicaba los
cultismos que luego han quedado integrados en nuestro idioma,...

2.1.- Obras históricas.

Una de las principales es la Crónica General o Estoria de


España (versión definitiva de 1270-1274). Trata de agrupar todas las
noticias sobre España desde Noé hasta su predecesor, Fernando III,
afán inédito en las letras castellanas. Según Menéndez Pidal, el
último tercio no fue revisado por Alfonso X, sino por su sucesor
Sancho IV (reinado, 1258-1295), mientras que Diego Catalán aduce
que esta parte fue reformulada en la segunda mitad del siglo XIV.
Hay digresiones sobre temas no ibéricos sino occidentales,
como Roma, el papado,... Tal vez, según Francisco Rico, fue este giro
hacia la historia universal lo que no satisfizo al monarca e hizo que la
abandonara como proyecto.

Sus fuentes son las crónicas latinas y árabes medievales sobre


la del Tudense y la del Toledano. Igualmente tomó en cuenta, para
los primeros capítulos, el Antiguo Testamento y otros textos
eclesiásticos.

La intensidad con que narra el Medievo se intensifica al


resumir y prosificar algunos poemas épicos, algunos de ellos
perdidos, como La condesa traidora, Cantar de Sancho II, Romanz
del Infant García, Bernardo del Carpio, Mió Çid y Los siete Infantes
de Lara.

Otra obra historiográfica importante es la General Estoria,


donde, con el mismo método que la anterior, trata de recoger en seis
partes la historia de todos los pueblos vivos en el siglo XIII.

Parte igualmente del Antiguo Testamento, pero las partes


históricas de la Biblia toman asiento en la Historia Escolástica de
Pedro Coméstor (especialmente para los datos profanos), y las
Glossas ordinarias y las Antigüedades judías, de Josefo. Esta vez
añade una interpretación histórica de los mitos, tomados de las
Metamorfosis, de Ovidio.

2.2.- Obras científicas.

Fueron las más divulgadas y traducidas, y las que le reportaron


al rey el sobrenombre de El Sabio. En las Tablas Alfonsíes y en los
Libros del saber de la Astronomía, usados hasta el Renacimiento, se
describe los movimientos de los planetas y las medidas del tiempo
siguiendo a Tolomeo.

El Picatrix y el Lapidario tratan de astrología y de las


propiedades astrológicas de las piedras según su signo astrológico,
respectivamente.
Por último, en el Libro de axedrez, dados y tablas, traducido
del árabe, se da el mejor tratado de ocio de la Europa de su tiempo.
Plantea en él al hombre en una nueva dimensión cultural: la
necesidad del ocio.

2.3.- Obras jurídicas.

Continúa unificando y sintetizando saberes, pero esta vez con


la intención de unificar jurídicamente su reino: son importantes el
Fuero real –promulgado antes de su muerte- el Setenario –incluido
en Las Siete Partidas- y Espéculo. Pero su obra capital es Las Siete
Partidas: es un auténtico manual de marco de convivencia. Por eso
incluye disquisiciones acerca de lo religioso, la amistad, lo didáctico,
lo lúdico,.. todo lo que había que regular de las costumbres y usos de
su época:
Estructura del Las Siete Partidas.

I.- Religión y estados eclesiales.


V.- Empréstitos, cambios y
II.- Emperadores, reyes y otros compras.
señores.
VI.- Testamentos y herencias.
III.- Justicia.
VII.- Delitos civiles y sanciones.
IV.- Matrimonio y familia.

3.- Don Juan Manuel y la prosa del siglo XIV.

-壱 Es el siglo de la aparición de la burguesía con cierta pujanza, la


iglesia se ve sometida a numerosas herejías y las calamidades
provocan manifestaciones religiosas extremas: el espíritu
caballeresco se ve debilitado como estamento por sus
continuas luchas contra los nobles. En este contexto, Don Juan
Manuel, sobrino de Alfonso X, se integra de lleno en su clase:
lucha contra los reyes y llega a aliarse con el monarca
musulmán de Granada: sus libros están dirigidos a apuntalar la
conciencia de pertenecer a un clase, la caballeresca.

-壱 No obstante, este sentimiento de pertenencia se compensa con un


extremo individualismo literario hasta el punto de dedicarse a
la escritura exclusivamente. Es la primera vez que esto sucede
en las letras hispánicas: retoca continuamente sus obras con
sentido de propiedad intelectual; no cumple con la humilitas
propia de la retórica: finge desconocer el latín para mostrarse
original y defiende la primacía del castellano; otro rasgo de su
individualismo es insertar sus obras en su tiempo e insertarse
él mismo como personaje.

Libros conservados 1Libros perdidos


O Libro infinido: se educa a unO El libro de los sabios.
hijo para que mantenga lasO El libro de las cantigas.
costumbres caballerescas. O El libro de la caballería.
O Libro de la caza: manual de ocioO El libro de los engennos.
noble para los de suO Las reglas de trovar.
estamento.
O Crónica abreviada: Resumen de
la Chrónica General , de
Alfonso X.
O Tractado de la asunción de la
Virgen.
O El conde Lucanor
O El libro de los estados: los
describe en la línea de las
danzas de la muerte.
O El libro del caballero y del
escudero: en él ambos
mantienen un diálogo, o
fabliella, donde aquél
adoctrina a éste sobre las
esencias de la caballería.

2.1.- Libro de los exemplos del conde Lucanor e de


Petronio.

Consta de siete partes: en los dos prólogos alega que el libro


está escrito para que el hombre –debemos de entender “el
caballero”- lo aproveche en este mundo y guarde fama, hacienda y
honra para salvar su alma. Dice escribir para lectores legos y
desconocedores del latín con la intención que arriba señalamos. Su
público, no obstante, son los nobles: los temas tratan los problemas
propios de éstos y las soluciones on propias de esta perspectiva.

En las partes segunda, tercera y cuarta las escribió, aduce,


por petición del noble Jaime de Xérica, quien le encareció la
obscuritas como señal de prestigio y docta letra: son cien, cincuenta
y treinta proverbios, respectivamente, del acervo tradicional, pero
manipuladas y oscurecidos por mero juego literario. Con ello se
demuestra que no escribía para legos, como escribía en el prólogo,
sino para una elite de la cultura romance: su estamento.

La quinta parte retorna al conde Lucanor y a su Petronio:


ahora expone éste claramente, sin exempla, qué debe hacer un
hombre para salvar su alma.

2.1.1.- La primera parte.

No obstante, es la primera parte la que cuenta con mayor


fama e influencia: estructuralmente responde al conjunto de cuentos
que están en función de uno principal que les sirve de marco. En
nuestro caso se trata de los exempla que Petronio le ofrece a su
señor para ilustrar una idea social. Esta idea social es de tipo
práctica: siempre remite al ideal ético de su estamento: salvar el
alma cuidando en la tierra la fama, la hacienda y la honra.
La lengua y estilo de la obra presenta, según Joaquín
Casalduero, una evolución de lo más fácil a lo más oscuro: lo fácil
serían los exempla, propios dl adoctrinamiento directo; mientras que
los proverbios son orientados a la condición de elite culta de su
estamento.

Utiliza la amplificatio de repetición por variación (repetición


léxica, sinónimos juntos, enumeraciones,...) acumulativos para
aclarar o alargar los cuentos, y la abreviatio para las síntesis de
verso y proverbios.

La estructura de cada exemplum es la siguiente:


/ Marco primero:
/ Presentación del asunto.
/ Fabliella, o diálogo preparatorio que plantea el tópico puer-
senex.
/ El conde pide el consejo.
/ Petronio lo anuncia. Como la petición, está en estilo directo y
en tiempo presente.
/
/ Exemplum::
/ Presentación.
/ Planteamiento.
/ Desenlace.
/ Vuelta al marco inicial:
/ Enseñanza de Petronio.
/ Síntesis de ésta en versos en tiempo futuro, que expresan
universalidad de conductas prácticas futuras.
Los antecedentes se encuentran en el Sendebar y en Disciplina
clericalis. De éste toma las sentencias finales a modo de síntesis
de Petronio y su estructura abierta-acumulativa, mientras que
del primero recoge el tipo de sabio fiel a la instrucción práctica
de su señor. Sin embargo, a diferencia de éstos, su conciencia
de clase le lleva a anular el carácter tradicional e impersonal de
los cuentos: es un libro hecho por un noble y para nobles de su
tiempo, no de otro.

Para la Juan Luis Alborg, el predominio de la primera persona


es igualmente de influencia árabe; este influjo lo remarca Mª Jesús
Lacarra al atender al sentido pragmático, y no religioso o espiritual,
de la obra, diferenciándose en esto de la clerecía del siglo XIII.

Por otro lado, parece evidente la influencia dominica en el


libro. La orden la funda Domingo de Guzmán en 1213 dando una
clara primacía a la literatura sermonística. Tras el Concilio de
Letrán, esta orden desarrolló un gran número de breviarios de
cuentos para los sermones de la homilía. Don Juan Manuel,
estrechamente relacionado con esta orden, tomó los cuentos mismos
y el recurso de la amplificatio para los prólogos: el sermon se inicia
con una sentencia que luego aclara con este recurso.

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