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Capitulo Cuarto: El rol de género.

4.1 - Roles de género

Los roles o papeles de género son comportamientos aprendidos en una


sociedad, comunidad o grupo social dados, en los que sus miembros
están condicionados para percibir como masculinas o femeninas ciertas
actividades, tareas y responsabilidades.
Estas percepciones están influenciadas por la edad, la clase, la raza, la etnia,
la cultura, la religión u otras ideologías, así como por el medio geográfico,
económico y político. A menudo se producen cambios de los roles de género
como respuesta a al cambio de las circunstancias económicas, naturales o
políticas, incluidos los esfuerzos por el desarrollo, los ajustes estructurales u
otras fuerzas de base nacional o internacional
En un contexto social dado, los roles de género de los hombres y las mujeres
pueden ser flexibles o rígidos, semejantes o diferentes, y complementarios o
conflictivos.

Tanto las mujeres como los hombres desempeñan múltiples roles o papeles
en la sociedad: productivo, reproductor, director en la comunidad, etc.
Percibidos habitualmente como responsables de ganar el pan de la familia,
los hombres están en condiciones de dedicar más tiempo a un único rol
productivo, y desempeñan sus múltiples roles de uno en uno. En contraste
con ellos, la mujer suele asignárseles sólo secundariamente este rol de
obtener ingresos; tienen que desempeñar sus roles simultáneamente y
equilibrar las demandas conflictivas de unos y otros dentro de sus
limitaciones de tiempo.

4.2 - Rol de género y funcionamiento familiar

En el desarrollo histórico de la humanidad se han ido transmitiendo valores a


través de la cultura, la religión, las costumbres, etc., relacionadas con el
papel y rol que deben asumir los diferentes sexos en la sociedad. Por lo
general la mujer se destinaba a la procreación, el cuidado de los hijos y del
hogar, mientras que del hombre se esperaba que fuera capaz de garantizar
la satisfacción de las necesidades de su familia y su subsistencia. La mujer,
por tanto, era relegada al ámbito doméstico, y el hombre era el que mantenía
un vínculo con el exterior del sistema familiar.

Hay 3 elementos básicos en cuanto al género, que son:

 Asignación de género: Se da desde el momento del nacimiento por los


órganos genitales.

 Identidad de género: Son los aspectos biológicos y psicológicos que se


establecen desde los primeros años de vida.

 Rol de género: Conjunto de normas establecidas socialmente para cada


sexo.

La familia constituye el espacio primario para la socialización de sus


miembros, siendo en primera instancia el lugar donde se lleva a cabo la
transmisión de los sistemas de normas y valores que rigen a los individuos y
a la sociedad como un todo.
De esta manera, desde muy temprano, la familia va estimulando el sistema
de diferenciación de valores y normas entre ambos sexos, asentando así
tanto la identidad como el rol de género. Las reglas sociales van deslindando
de manera clara las expectativas relacionadas con los roles que las personas
deben asumir. Igualmente, la idea que se tiene sobre el rol de padre, madre,
esposa o esposo, está condicionada en gran medida por la sociedad de la
cual somos resultado.
El contexto familiar refuerza la diferenciación genérica, dando actividades
diferentes a niños y a niñas; a las niñas se les destinan aquellas relacionadas
con el hogar, servir, atender a otros; mientras que a los niños se reservan
actividades de competencia que les permiten tener un mayor control sobre el
medio externo, lo cual es una forma muy importante de ir delimitando las
normas de comportamiento y dejando claras las expectativas sociales hacia
cada sexo. La familia, por tanto, es el principal eslabón del proceso de
tipificación sexual dado que es formadora por excelencia y de difícil
sustitución.
Este proceso de tipificación sexual se observa en las familias, no solo en el
proceso de transmisión de estos valores a las nuevas generaciones, sino
como parte intrínseca, importante e indiscutible de las pautas relacionales
que se establecen entre sus miembros, que conlleva, en no pocas ocasiones,
a alteraciones en las relaciones familiares y en el funcionamiento familiar.
Como indicadores de un funcionamiento familiar adecuado puede
considerarse la flexibilidad en las reglas y roles familiares, es decir que estas
no sean rígidas, que no se impongan, sino que sean claras y que se asuman
conscientemente por los miembros existiendo complementariedad entre los
integrantes del sistema familiar para su cumplimiento, con el objetivo de
evitar la sobrecarga y sobreexigencia en algún miembro. Sin embargo,
cuando analizamos este indicador desde el concepto de género nos damos
cuenta que están indiscutiblemente relacionados y que las problemáticas del
rol de género, en cuanto a las normas establecidas para cada sexo,
imposibilita en muchos hogares su comportamiento adecuado,
manteniéndose, por lo general, un modelo tradicional de distribución de las
tareas domésticas que da a la mujer la mayor responsabilidad ante ellas y
mantiene el hombre un rol periférico.
Al unirse a esto la creciente independencia e incorporación de la mujer a las
actividades sociales, se provoca inevitablemente una sobrecarga y sobre
exigencia en ella, dinámica que se hace aún más compleja al tratar la familia,
y el propio hombre, de incorporarse cada vez más a estas tareas, para tratar
de asumir un rol diferente en aras de lograr mayor complementariedad, pero
al no cambiar sus valores aparecen conflictos en la relación asignación-
asunción del rol, lo que afecta necesariamente los procesos de interrelación
familiar.
Esta situación se convierte en un espiral, dado que las madres educan, en la
mayoría de los casos, a sus hijos en patrones sexistas, mientras que exigen
que el padre participe más en las tareas del hogar, con lo que provocan que
no queden claros los roles y valores en la familia.
Varios autores señalan que el proceso de entrenamiento a que es sometido
el hombre, estimula en ellos el uso de la violencia para dominar a otros, para
ejercer el poder y para resolver conflictos, mientras por otra parte se les
restringe el contacto con el mundo de los afectos, y se le obliga no solo a
inhibir sus sentimientos, sino también a no sentir.
La forma de expresar los sentimientos para los hombres y las mujeres se
refuerza continuamente de manera que se llega a tomar como normal la
actitud que encierra contenidos discriminantes para ambos; como, por
ejemplo, el considerar que la mujer debe ser más emotiva, y asociar a los
hombres a la rudeza y la agresividad.

Evidentemente esto afecta la expresión libre de los sentimientos y la


transmisión de afecto dentro de la familia.
Por lo que hemos podido ver, la problemática de la asignación de un rol de
género a hombres y a mujeres va más allá de una significación social vista
de manera abstracta, ya que interfiere de manera palpable y ostensible en la
vida cotidiana, en las pautas de interrelación familiar y en la dinámica interna
de la familia, afectando, en muchas ocasiones su funcionamiento y sobre la
base de ello, a la salud familiar.
Todas estas transformaciones sociales que, indiscutiblemente han generado
cambios en los valores y patrones asignados genéricamente, y por tanto
presuponen también cambios en las pautas de relación interna familiar, están
avaladas por legislaciones sociales como el Código de la familia y el Código
de la niñez y la juventud, lo cual contribuye a que nuestra sociedad se vaya
perfilando cada vez más hacia un equilibrio y flexibilidad adecuados en
cuanto al rol de género que favorezca la armonía y la salud familiar.

4.3 - Algunos conceptos de género y sexo:


• El rol de género es una conducta estereotipada por la cultura que
puede variar debido a que son tareas o actividades que se reparte a una
persona por el sexo al que pertenece. (INMUJERES, 2004)
• Los roles de género son aquellos comportamientos socialmente
determinados por hombres y mujeres, basados precisamente en las
diferencias que se perciben socialmente y que definen las conductas
supuestamente apropiadas para unos y otras. (Centro de Mujer Flora Tristán)
Un ejemplo muy claro es que se asigna a los hombres roles políticos, jefes
de empresas; y a las mujeres el rol de ama de casa, enfermeras, maestra y
el rol reproductivo.
• El concepto de sexo refiere a las diferencias y características
biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas de los seres humanos
que los definen como hombres o mujeres; son características con las que se
nace. (INMUJERES, 2004)
• El sexo es la característica física, biológica, anatómica y fisiológica del
ser humano, que lo define como macho y hembra. Se reconoce a partir de
datos corporales genitales; el sexo es una construcción natural, con la que se
nace. (Definición de FAO)
• En cambio el género es el conjunto de ideas, creencias y atribuciones
sociales, que se construye en cada cultura y momento histórico con base en
la diferencia sexual. (INMUJERES, 2004
• El género es el conjunto de características sociales, culturales,
políticas, psicológicas, jurídicas, económicas asignadas a las personas en
forma diferenciada de acuerdo al sexo. Refiere diferencias y desigualdades
entre hombres y mujeres por razones sociales y culturales. Estas diferencias
se manifiestan por los roles (reproductivo, productivo y de gestión
comunitaria), que cada uno desempeña en la sociedad, las
responsabilidades, conocimiento local, necesidades, prioridades
relacionadas con el acceso, manejo, uso y control de los recursos (Definición
de FAO)
• Los estereotipos son concepciones preconcebidas acerca de cómo
son y cómo deben comportarse las mujeres y los hombres (INMUJERES,
2004)
• La participación se refiere al protagonismo de hombres y mujeres
mediante el acto voluntario, motivado por el interés y el deseo de hacer
presencia, opinar, comentar, sugerir y tomar decisiones, en acciones y
procesos que buscan favorecer las condiciones de vida (Definición d la FAO)
Masculinidad y Feminidad. Consideran que el hombre y la mujer adultos son
construcciones sociales; que en realidad el ser humano nace sexualmente
neutral y que luego es socializado en hombre o mujer. Esta socialización,
dicen, afecta a la mujer negativa e injustamente. Por ello, las feministas
proponen depurar la educación y los medios de comunicación de todo
estereotipo y de toda imagen específica de género, para que los niños
puedan crecer sin que se les exponga a trabajos "sexo-específicos".
Relaciones familiares: padre, madre, marido y mujer. Las feministas no sólo
pretenden que se sustituyan estos términos "género-específicos" por
palabras "género-neutrales", sino que aspiran a que no haya diferencias de
conducta ni responsabilidad entre el hombre y la mujer en la familia. Según
Dale OLeary, ésta es la categoría de "roles socialmente construidos" a la que
las feministas le atribuyen mayor importancia porque consideran que la
experiencia de relaciones "sexo-específicas" en la familia son la principal
causa del sistema de clases "sexo/géneros".
- Ocupaciones o profesiones. El tercer tipo de "roles socialmente construidos"
abarca las ocupaciones que una sociedad asigna a uno u otro sexo.
En tal sentido, Susan Moller Okin escribe un artículo en el que se lanza a
pronosticar lo que para ella sería el "soñado futuro sin géneros:"No habría
presunciones sobre roles masculino o femenino; dar a luz estaría
conceptualmente tan distante de la crianza infantil, que sería motivo de
asombro que hombres y mujeres no fueran igualmente responsables de las
áreas domésticas, o que los hijos pasaran mucho más tiempo con uno de los
padres que con el otro. Sería un futuro en el que hombres y mujeres
participen en número aproximadamente igual en todas las esferas de la vida,
desde el cuidado de los infantes hasta el desempeño político de más alto
nivel, incluyendo los más diversos tipos de trabajo asalariado. Si hemos de
guardar la más mínima lealtad a nuestros ideales democráticos, es esencial
distanciarnos del género. Parece innegable que la disolución de roles de
género contribuiría a promover la justicia en toda nuestra sociedad, haciendo
así de la familia un sitio mucho más apto para que los hijos desarrollen un
sentido de justicia"
Las diferencias existentes entre los hombres y las mujeres son de naturaleza
biológica y de carácter social:
El término sexo se refiere a unas diferencias biológicamente determinadas
con carácter universal entre los hombres y las mujeres.
El término género se refiere a unas diferencias sociales y relaciones entre los
hombres y las mujeres aprendidas, cambiantes con el tiempo y que
presentan una gran variabilidad entre las diversas culturas y aun dentro de
una misma cultura. Estas diferencias y relaciones son una construcción
social, y han sido aprendidas a través del proceso de socialización. Son
específicas de un contexto y pueden ser modificadas.
4.4.- Los estereotipos de género.

Los estereotipos de géneros se manifiesten con más fuerza incluso que los
étnicos. Las mayorías de las personas describen a las mujeres como
sensibles, cálidas, dependientes y orientadas a la gente, en tanto que los
hombres son considerados independientes, dominantes, agresivos y
orientados hacia el trabajo y la consecución de objetivos.El primer
aprendizaje de estos roles se obtiene en el ámbito familiar y escolar, a través
de los padres y maestros. Los niños desarrollan los estereotipos de género
con el solo hecho de observar a sus mayores. Los estereotipos de género
están tan enraizados en nuestra cultura ya que las personas los aprenden
naturalmente, como parte de su crecimiento.

4.5 .-Estereotipos y medios de comunicación.

Los estereotipos son utilizados frecuentemente por los medios de


comunicación. Para llegar al gran público, las imágenes de distintos grupos
sociales transmitidas a través de la prensa, radio, televisión, deben ser
inmediatamente reconocidas por un gran número de personas. Esto minimiza
los costos de producción, aunque, al mismo tiempo, supone un juicio de valor
sobre el grupo al que estas imágenes representan. En este sentido, la
televisión desempeña un papel fundamental. Por ejemplo, en Estados
Unidos, los programas de televisión transmiten una imagen desagradable de
los latinos: es poco probable que sean protagonistas de una historia y, a
menudo, aparecen como personas violentas e inestables. El retrato que la
televisión hace de grupos étnicos no mayoritarios, por ejemplo, africanos que
han llegado a Europa de forma ilegal, contribuye a reforzar una imagen
negativa del grupo. En ocasiones, incluso la propia cobertura informativa
sobre las vidas de estos grupos desfavorecidos, que centran la atención en
la violencia y la pobreza en la que viven, puede tener una repercusión
negativa. Muchas personas pueden asociar estas imágenes exclusivamente
con estos grupos y desarrollar cierto grado de prejuicio hacia ellos.
4.7.- Género y sociedad
Como inicio debemos darnos cuenta que las sociedades crearon su cultura
alrededor de la diferencia sexual de los individuos además de determinar
ciertas características que se les impusieron dentro de la sociedad.
En el desarrollo histórico de la humanidad se han ido transmitiendo valores a
través de la cultura, la religión, las costumbres relacionadas con el papel y rol
que deben asumir los diferentes sexos en la sociedad. Por lo general la
mujer era destinada a la procreación, y asumía el cuidado del hogar y de los
hijos, mientras que del hombre se esperaba que fuera capaz de garantizar la
subsistencia de su familia. Por lo tanto, la mujer asumía un vínculo doméstico
y el hombre un vínculo con exterior de su familia.

Con surgimiento de las clases sociales aparece también la discriminación a


la mujer. A lo largo del desarrollo de la sociedad los individuos fueron
aprendiendo, a través del proceso de socialización el comportamiento que
cada uno debía sumir según fuera varón o mujer. Esta diferencia abarca
normas de comportamiento, actitud, donde lo femenino debe someterse a lo
masculino provocando una relación de dominación del varón sobre la mujer,
que es desvalorizada socialmente.
“Hablar de mujer desde una perspectiva de género, es referirnos a una
historia de supeditación que nace con la implantación del patriarcado en las
comunidades primitivas y no ha dejado de ser así en las comunidades
contemporáneas” (como se cita en Herrera, 2000, pág. 569).
Sin embargo, no solo mujer sufre de esta diferenciación también el varón que
es víctima de las expectativas de la sociedad, sobre su comportamiento, del
cual se espera que tenga una fortaleza, valentía entre otras cosas.
El género es entonces una categoría en la que se agrupan aspectos
psicológicos, sociales y culturales de la femineidad-masculinidad y que es
producto de un proceso histórico de construcción social. El género va más
allá del sexo dado que este se limita a las características biológicas y
anatómicas mientras que en el género se integran características
económicas, sociales, políticas, jurídicas y psicológicas además de las
sexuales.
Hay 3 elementos en cuanto al género:
 Asignación de género: Desde el momento del nacimiento por los
órganos genitales.
 Identidad de género: Aspectos biológicos y psicológicos que
establecen desde los primeros años de vida. Es el esquema ideo-
afectivo más primario, consciente e inconsciente, de la pertenencia a un
sexo y no al otro.
 Rol de género: Es el conjunto de deberes, aprobaciones, prohibiciones
y expectativas acerca de los comportamientos sociales apropiados para
las personas que poseen un sexo determinado, son normas
establecidas socialmente para cada sexo.
4.8 Conclusiones
- Con inicio del desarrollo humano también ha ido desarrollándose la
diferencia sexual que se imponía dentro de una sociedad, y con inicio del
surgimiento de clases sociales se ha dado la discriminación a la mujer,
viéndola como el sexo débil y el cual debe encargarse del hogar y de la
procreación y el hombre es el que debe mantener este hogar.
- Así como la mujer sufre de una desvaloración en la sociedad, el varón
también sufre ya que es víctima de expectativas de la sociedad, sobre su
comportamiento y su rol.
4.9 Bibliografía
• P. Herrera (2000) pág.568-573 ,“Rol de género y funcionamiento
familiar”
http://www.bvs.sld.cu/revistas/mgi/vol16_1_00/mgi08600.htm
• Centro de la mujer Peruana Flora Tristán, ”Género y biodiversidad-
Ayacucho y San Martin”
• P.Aguilar, J.Valdez, N.Gonzales, A.Lopez “Roles de género de
hombres y mujeres en el México contemporáneo” Universidad Autónoma del
Estado de México
http://www.cneip.org/documentos/revista/CNEIP_18_2/207.pdf
• L. Fernandez “Roles de Género- Mujeres Académicas” – Universidad
de la Habana Organización de Estados iberoamericanos /
http://www.oei.es/salactsi/lourdes.htm
• PDF. INMujeres 2004 “Impacto de Estereotipos y roles de género en
México”

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