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Versión : 06
Fecha : 04.07.2018
Página : 1 de 22
FACULTAD DE DERECHO
MONOGRAFÍA
Autor(es):
Bacalla Chuquizengo, María Carolina
García Neyra, Carmela
Ventura Sánchez, Lucio
Asesor:
Chiclayo - Perú
2019
INTRODUCCIÓN
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Capítulo I: La terminación del proceso administrativo
(Ruíz, 2016) Nos dice que; Por lo general, la resolución final pone punto final al
procedimiento administrativo, sin embargo, éste puede terminarse por otras
causas, como el desistimiento, la declaración de abandono, y el convenio de las
partes, siempre y cuando no sea contrario al ordenamiento jurídico ni verse sobre
materias que no sean susceptibles de transacción y que tenga por objeto
satisfacer el interés público, con el alcance, efectos y régimen jurídico, siendo
esta la conciliación. (p. 157)
Según (Gowland, 2012) Nos dice que; El modo normal y lógico de terminación
del procedimiento es que se dicte una resolución que resuelva sobre las
cuestiones de fondo que se planteaban en el mismo. Sin embargo, en algunos
casos, no se pueden resolver las cuestiones de fondo que se discutían en el
procedimiento por concurrir determinadas causas que impiden que ésta se dicte.
En estos supuestos se suele hablar de una terminación anormal del
procedimiento. (p. 133-134)
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“La conclusión del procedimiento es un momento natural del ciclo vital de
la voluntad administrativa del Estado. Pero no aparece de modo único,
sino que existen varios supuestos en los cuales puede afirmarse que el
procedimiento administrativo ha terminado.” (Urbina, 2001, p. 523)
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Para (Enterria & Fernández, 1981) Esto es parte de lo que se denomina
administración concertada que permite buscar una armonía entre los intereses
generales y los intereses particulares que como ya lo hemos señalado es la
finalidad primordial del derecho administrativo moderno, tal que la Administración
ya no se impone sino que pretende una solución acordada con el administrado,
incluso en procedimientos administrativos bilaterales. (p. 503)
1.3. Desistimiento:
(Napurí, 2013) Nos dice qué; El desistimiento implica la conclusión del
procedimiento por decisión expresa del administrado, sin que exista
pronunciamiento respecto al fondo de lo que es materia del procedimiento
administrativo por parte de la autoridad competente, por ello la doctrina lo
considera un modo anormal de terminación del procedimiento. (p. 545)
Así mismo afirma (Napurí, 2013) menciona qué; el desistimiento se
diferencia claramente del abandono, que opera por la inactividad del
administrado, y de los silencios administrativos o la caducidad, que
funcionan ante la inactividad de la Administración. El desistimiento opera
como resultado de la voluntad del administrado y por convenir a su
derecho. Además, debe distinguirse el desistimiento de la nulidad sea de
oficio o sea el resultado de la resolución de un recurso administrativo,
puesto que mientras el primero permite mantener la validez de los actos
administrativos emitidos, los mismos que quedan sin efecto, la nulidad
arrastra la de los actos que también contienen el vicio que dio origen a la
nulidad. (p. 545)
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1.3.1. Desistimiento del procedimiento y de la pretensión:
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pruebas). En el primer caso, su efecto es finalizar el procedimiento
iniciado por el administrado sin incidir en el derecho sustantivo que
sustenta la pretensión, por lo que no impide su planteamiento en otro
procedimiento. (p. 545)
En cuanto a la forma del desistimiento, para su aceptación debe ser
realizado por escrito con firma certificada. Por su propia naturaleza,
cuando confluyan pluralidad de administrados (procedimientos
multilaterales: contenciosos o concurrenciales), el desistimiento de uno no
surtirá efectos para los restantes. (p. 546)
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de algún acto realizado en el procedimiento puede realizarse antes de que
haya producido efectos. (p. 547)
Asimismo (Napurí, 2013) afirma qué, el administrado puede desistirse de
un recurso administrativo antes de que se notifique la resolución final en
la instancia, determinando como consecuencia que la resolución
impugnada quede firme, salvo que otros administrados se hayan adherido
al recurso, en cuyo caso solo tendrá efecto para quien formuló el
desistimiento. (p. 547)
(Fernández, 2015) Asegura qué; Transcurrido un plazo sin que se hubiese
realizado el acto necesario para continuar el trámite de la demanda, del
incidente o de cualquier otra actuación que se promueva a instancia de
parte. Vencido este último término sin que el demandante o quién
promovió el trámite respectivo haya cumplido la carga o realizado el acto
ordenado, quedará sin efectos la demanda o la solicitud, según el caso.
(p. 242)
(Urbina, 2001) Nos dice qué; En el desarrollo de un procedimiento pueden
producirse más de una manifestación de la voluntad de desistirse por
parte del administrado en relación con el alcance o con el objeto sobre el
cual recaen. Así podemos tener desistimiento total: del procedimiento o
de la pretensión, y desistimiento parcial: de un acto procesal o de un
recurso administrativo ya interpuesto. (p. 546)
Así también (Urbina, 2001) comenta qué; El desistimiento de un recurso
impugnativo ya interpuesto por el administrado es un caso singular de
desistimiento de acto procesal que como todos los de su especie afectan
única y exclusivamente a la persona que lo presenta y tiene como
exclusivo propósito que la decisión de la autoridad adquiriera firmeza. (p.
547)
(Amat, 2006) Nos dice qué; El desistimiento y la renuncia conducen a la
finalización del procedimiento. En primer lugar, dispone que tanto el
desistimiento como la renuncia se pueden hacer por cualquier medio que
permita tener constancia de ello. En definitiva, el desistimiento y la
renuncia tienen en común la retirada voluntaria del interesado de la acción
con la cual había iniciado el procedimiento, el efecto del desistimiento
produce efectos solo en el procedimiento concreto iniciado con la
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solicitud, de modo que puede volver a iniciarse otro procedimiento
mediante una nueva solicitud. (p. 36-37)
“Se trata de dos formas anormales de terminación del procedimiento que
tienen en común el consistir en una declaración del interesado que lo inició
en la que expresa su voluntad de apartarse del procedimiento.” (Falla,
1987)
1.4. El abandono:
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1.4.1. Abandono y verdad material:
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renuncia o desistimiento que son verdaderos actos jurídicos o concretas
manifestaciones de voluntad del interesado. (p. 548)
En sus comentarios sobre la ley 27444 (Urbina, 2001) divide a los presupuestos
en:
d. Decisión de la autoridad:
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La doctrina y legislación comparada conceptúan que el abandono del
procedimiento necesariamente debe ser declarado por la autoridad y notificado
al particular, atendiendo a que afecta sus intereses. (p. 548)
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Capítulo II: El silencio Administrativo como fin del procedimiento:
El silencio administrativo vendría a ser una presunción o ficción legal por virtud
de la cual, trascurrido cierto plazo sin resolver la Administración, y producidas
además determinadas circunstancias se entenderá denegada u otorgada la
petición o el recurso formulado por los particulares.
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Hoy en cambio, se ha querido utilizar también el silencio administrativo como un
arma para combatir la pasividad o negligencia administrativa, suponiéndole
entonces, una interpretación positiva que, no obstante, sigue siendo excepcional.
manera rápida y eficiente, sin que ello afecte los derechos constitucionales y
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2.2. Objetivo de la ley del silencio administrativo:
La administración encausa sus actos para dirigirse hacia ella a través del llamado
procedimiento administrativo cuando sus efectos se dirigen sobre los
administrados siendo que dicho procedimiento nos ubica en una serie de reglas
animadas por a solidez y coherencia de las etapas de dicho acercamiento del
Estado a sus ciudadanos. Dentro del mismo procedimiento existe una doble
clasificación:
Una vez hecho esta pequeña introducción tenemos que la ley busca incidir en
aquellos procedimientos en los que se hace presente la evaluación previa o dicho
de otra forma, la norma se dirige a los procedimientos administrativos de
evaluación previa, que son los más usados por los administrados cuando se trata
de sus derechos o intereses alegados ante el poder público y en los que la
respuesta de la administración es muy lenta.
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2.- Recursos destinados a cuestionar la desestimación de una solicitud o actos
administrativos anteriores y
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Bajo esta redacción se establece taxativamente la obligación implícita del
funcionario público en emitir un pronunciamiento expreso en el plazo emanado
de la propia ley o en todo caso en el máximo esperado situación que se enmarca
dentro de los derechos del administrado. Se puede considerar además, que
dicha obligación se desprende el principio de legalidad a tenor de lo normado por
el artículo IV inciso i numeral 1 de la ley del Procedimiento Administrativo
General.
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evaluación previa sin que la entidad hubiera emitido pronunciamiento sobre lo
solicitado, los administrados podrán presentar una declaración jurada ante la
propia entidad que configuró dicha aprobación ficta, con la finalidad de hacer
valer el derecho conferido ante la misma o terceras entidades de la
administración, constituyendo el cargo de recepción de dicho documento prueba
suficiente de la resolución aprobatoria ficta de la solicitud o trámite iniciado.
Debe ponerse atención en que dicha declaración jurada sirve como una garantía
de constatación de la no actuación del ente administrativo, pues la norma
establece que esta sirve para hacer valer el derecho no solo ante la propia
entidad administrativa que debió emitir pronunciamiento y no lo hizo sino ante
otras entidades administrativas. Bajo lo precisado, el administrado no sólo
cuenta con el artículo 2 de la ley en comentario, sino también con la mencionada
declaración jurada- que sirve como medio fehaciente de prueba del actuar
omisivo del funcionario.
Otra de las novedades que nos trae la Ley del Silencio Administrativo es la
utilización de la carta notarial cuando el funcionario se niegue a recibir la
declaración jurada como medio de aprobación del procedimiento. Así, el
conducto notarial se convierte en vía alterna cunado se dé la negativa a
decepcionar dicha declaración del administrado; cerrando el círculo de la
discrecionalidad en exceso de la administración al no reconocer el derecho
alegado por el administrado.
negativo:
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La primera disposición transitoria de la ley del silencio administrativo señala que
el silencio administrativo negativo será aplicable en aquellos casos en los que se
expongan significativamente el interés público, incidiendo en la salud, el medio
Siempre hay que tener en cuenta la naturaleza del silencio administrativo: es una
presunción o ficción legal, por la cual, sin expresión material, se considera la
existencia de una decisión que pone fin al procedimiento. Para nuestro caso, se
considera negativo.
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En efecto, el pase de la sede administrativa a la sede judicial requiere de la
expresión o decisión de la sede administrativa y de no producirse, se bloquearía
las pretensiones planteadas.
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presunción de la administración pública. Ni tampoco, la ley sustituye la voluntad
de la administración pública cuando ésta no responde a las peticiones que se le
formulen.
Recordemos:
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establecido para el pronunciamiento de la administración pública sin
haberse producido éste, se considera aprobada la solicitud del particular;
Expliquemos:
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Es así, que, si la administración durante un determinado plazo fijado en la norma
legal correspondiente no se pronuncia, quedan removidas las limitaciones im-
puestas.
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del silencio administrativo negativo, será de aplicación el silencio administrativo
positivo en las siguientes instancias resolutivas.
Por lo tanto, Morón (2005) dice en su opinión que tiene igual trascendencia
jurídica el acto expreso que el presunto derivado del silencio administrativo, sin
permitirse desvirtuarlo vía interpretación teleológica de la voluntad del instructor
silente; tal fuera el caso si del análisis del comportamiento del funcionario, de sus
antecedentes o proyectos se infiriera que su propósito no coincide con el
impuesto por la ley ante el silencio administrativo.
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presumiendo que, a ciertos efectos, dicha voluntad se ha producido con un
contenido, bien negativo o desestimatorio o bien positivo o afirmativo.
Los efectos del silencio administrativo son distintos si son positivos o negativos,
sin embargo, el silencio tiene el efecto de configurar en virtud de la cual se abre
el acceso a la instancia siguiente (silencio negativo), es decir tiene un efecto
jurídico de naturaleza procesal: denegatoria ficta; o bien se configura un acto
presunto que otorga aquello que se solicitó (silencio positivo), es decir, da lugar
a un acto presunto con los mismos atributos de la resolución expresa.
Sin embargo Calle (2007) manifiesta que la ley del silencio administrativo,
busca poner freno a la lentitud, discrecionalidad, y al abuso que los distintos
agentes de la administración pública, realizamos frente a una petición de los
administrados, imponiendo que frente a la inacción, en los supuestos que la Ley
señala, la petición del administrado, se da por aceptada, dentro de los límites de
su solicitud y más aún crea la figura de la declaración jurada, para convalidar la
declaración ficta, de su solicitud y hacerla valer no sólo ante la misma
administración, sino también ante otros entes públicos administrativos.
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Capítulo III: La conciliación y resolución en la terminación del proceso:
Cuando se trate de cuestiones conexas que no hubieran sido planteadas por los
interesados, el órgano competente podrá pronunciarse sobre las mismas,
poniéndolo antes de manifiesto a aquéllos por un plazo no superior a quince días,
para que formulen las alegaciones que estimen pertinentes y aporten, en su
caso, los medios de prueba.
(Napurí, 2013) Nos definen que los contenidos de estos procedimientos son:
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Por otro lado, en los procedimientos iniciados a petición del interesado, la
resolución que se pronuncia sobre el fondo será congruente con las
peticiones formuladas por este, sin que en ningún caso pueda agravar su
situación inicial, es decir, sin que exista una resolutio in peius. La
limitación a la resolutio in peius pretende evitar que la Administración
genere desincentivos a la tramitación de procedimientos administrativos
que puedan resultar incómodas para la misma. (p. 544)
Opera sin perjuicio de la potestad de la administración de iniciar de oficio
un nuevo procedimiento, si se cumplen los requisitos que habiliten el
mismo. Esto último implica que para que la administración pueda emitir
un acto de gravamen en contra del administrado deberá hacerlo efectivo
en otro procedimiento, teniendo en cuenta las limitaciones que existen
para el empleo de las facultades revocatorias de actos administrativos por
parte de la Administración Pública. (p. 544)
Por otro lado, en los procedimientos iniciados de oficio, debe entenderse
que la resolución deberá ser congruente con los supuestos de hecho que
habilitaron la resolución que apertura el procedimiento de oficio, así como
con su contenido. Debe entenderse de igual manera que la resolución
debe ser concordante con los fines perseguidos por la autoridad respecto
al procedimiento iniciado de oficio. (p. 544)
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producen a lo largo del procedimiento administrativo de evaluación previa. (p.
530)
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cuantitativas posteriores al petitorio, o de la información oficial a que se
tuviere acceso y consten en el expediente. (p. 531)
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La conciliación, del latín conciliatio, verbo conciliare, significa ajustar los ánimos
de los que se oponen entre sí, avenir sus voluntades y pacificarlos; instituto que
tiene como misión facilitar un proceso judicial o extrajudicial, mediante un
acuerdo amigable las diferencias de sus derechos, cuidando los intereses de
libre disposición, y respetando el debido proceso en caso de encontrarse en el
Órgano Jurisdiccional.
Es un medio alternativo de resolución de Conflictos, o arreglo de diferencias entre dos
o más personas, gracias a la participación activa de un tercero, que en este caso es el
conciliador, en el Derecho Frances, el conciliador convoca a las partes en litigio, para
el día y hora que determine, para proceder a la tentativa probable de conciliación.
Para el derecho anglosajón la Conciliación es una alternativa de resolver
disputas en que las partes -incluida los intereses futuros en disputa- arreglan
mediante los servicios de un conciliador, quien dialoga con las partes por
separado en atención de resolver sus diferencias.
Según JUNCO (1994) infiere que La conciliación contencioso administrativa es
un mecanismo alternativo de resolución de conflictos, a través del cual las partes,
una de ellas una persona jurídica de derecho público, dirimen un conflicto de
contenido patrimonial existente, siendo la otra una persona natural o jurídica -de
derecho privado o público-, con la colaboración de un tercero, objetivo e
imparcial, quien propone fórmulas de arreglo e impulsa las planteadas por las
partes, con el fin de llegar a una cuerdo.
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Es importante tener en cuenta que el éxito de una conciliación va a depender de
que las partes entre sí se valoren y se respeten mutuamente. Además, el consenso
debe partir del reconocimiento del derecho ajeno y no de la negación de éste. p:94
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para las conciliaciones judiciales y el artículo 16 de la ley 26872 para las
conciliaciones extrajudiciales.
3.5. Clases de conciliación
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Conclusiones:
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Bibliografía
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14. Urbina, J. C. (2001). Comentarios a la Ley del procedimiento
administrativo general. Lima: Gaceta Jurídica.
Anexos:
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