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Sobre el autor
Introducción
Capítulo 1. Recupera el control de tu salud
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4.5 Te explico cómo me alimento yo
4.6 Preguntas frecuentes sobre tu nueva nutrición
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Capítulo 9. Resumen Ejecutivo
Anexos:
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Sobre el autor
José Ramón Iracheta (9-6-71), Vicepresidente Global en Essity,
compañía líder mundial en salud e higiene, 11.3B€ facturación,
50.000 empleados, ventas en 150 países.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por ICADE,
con 25 años de experiencia como ejecutivo en multinacionales de
primer nivel y una complicada agenda profesional: 200 días de viaje,
100 aviones y decenas de eventos, presentaciones, charlas y
conferencias cada año. Casado, con dos hijos adolescentes, un perro
y vida social que atender. Apasionado de la nutrición, entrenamiento
y salud, intenta inspirar a otros ejecutivos a cuidarse y alcanzar su
mejor estado físico y de salud a pesar de sus ocupadas vidas.
Colaboraciones
• Psicología y nutrición:
Elena Iracheta Ruiz, Psicóloga de la Unidad de la Mujer, Hospital
Ruber Internacional.
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Introducción
«Antes de curar a alguien pregúntale si está dispuesto a renunciar a
las cosas que le enfermaron.»
Hipócrates
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Siguiendo esta fórmula, que desarrollaremos en detalle a lo largo del
libro, los resultados que conseguirás van a ser magníficos,
mejorando tu salud a niveles que jamás habrías imaginado y a la
vez ahorrando tiempo y dinero. ¿Suena interesante?
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Si estás leyendo este libro es porque piensas que necesitas mejorar
tu salud, que quizá no ha ocupado un puesto en el pódium de tus
prioridades últimamente. Pero no te preocupes porque no eres solo
tú: la mayoría de los ejecutivos y gente muy atareada en nuestra
sociedad está en la misma situación.
Por supuesto que existe una manera correcta y sencilla de
alimentarse para perder peso, no recuperarlo, y alcanzar niveles de
salud muy elevados, pero lo primero que debes hacer es
deshacerte de todo lo que crees saber sobre dietas,
alimentación y ejercicio. Porque ya te adelanto que todo ello
está definitivamente mal:
Suena fuerte, pero cuando acabes de leer este libro estoy convencido
de que estarás de acuerdo con esta afirmación.
Para empezar, te diré que no soy médico sino economista y he
dedicado los últimos 25 años a trabajar como ejecutivo en
multinacionales, alguna de ellas en el sector de la alimentación, por
lo que tengo una dilatada experiencia en llevar una vida súper
ocupada, como probablemente sea la tuya. Y es en ese contexto de
largas jornadas laborales, numerosos viajes, compromisos
profesionales y además una vida familiar y social que mantener, en
el que me he esforzado durante muchos años intentando encontrar
la fórmula perfecta para cuidar la salud, o sea conseguir el
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Es decir, averiguar cuál es el método más eficaz para, invirtiendo el
menor tiempo y esfuerzo posible tanto en entrenar como en llevar
una alimentación adecuada, conseguir los mejores resultados.
Y, además, proponer cómo incorporarlo a nuestras vidas con
agendas tremendamente complicadas; no vale con solo decir que
la solución es marcharse a una granja en el campo o a una cabaña en
las montañas a respirar aire puro y llevar una vida tranquila y
contemplativa. Tiene que adaptarse a las complicadas agendas que la
mayoría de nosotros tenemos.
No esperes encontrar aquí un compendio de términos médicos o
complicadas explicaciones, sino sencillas recomendaciones sobre
cómo optimizar alimentación y ejercicio al alcance de cualquier
persona y que pueden adaptarse de manera fácil a la vida de la
mayoría, incluso con muy poco tiempo disponible.
Pero para ello, por supuesto, lo primero que necesitamos es
manejar información correcta.
Durante los últimos años he aplicado algunas de las mismas técnicas
que utilizamos en nuestras actividades profesionales para explorar el
campo de la salud y el bienestar, enfocando esta búsqueda de
información y optimización como uno más de mis proyectos
laborales:
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o De manera que he sido vegano, vegetariano,
cruditariano, frutariano, y algunas más, ¡que quizá
no tengan ni nombre descriptivo!
o También practico numerosos deportes y he
entrenado de manera intensiva para todo tipo de
carreras: desde 5 kilómetros hasta maratones,
carreras de montaña y ultras, al igual que triatlones
de todas las distancias, desde sprint hasta ironman.
• Analizar objetivamente qué resultados he obtenido con
cada una de ellas y compararlos.
• Y cuando he encontrado algo que realmente ha funcionado,
lo he probado durante suficiente tiempo para verificar que
resulte sostenible en mi vida, que supongo resulta tan
complicada y ocupada como la tuya. Es decir, que no valen
soluciones milagrosas que prometen un beneficio
inmediato, pero no se pueden mantener en el tiempo o son
incluso nocivas a largo plazo.
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y actualizaré mis opiniones y recomendaciones. Lo que pienso es
que, seguro que me voy a equivocar, aunque ¡espero equivocarme
cada vez menos!
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Yo mismo he estado en el lugar en el que te encuentras ahora y he
realizado – y lo continúo haciendo – una completa transformación
en mi vida para evolucionar y convertirme en la mejor versión posible
de mí mismo. Como te decía, en este camino he descubierto
numerosas teorías y he probado las que me han parecido más
interesantes, adaptándolas a mi realidad y estilo de vida: ocupada y
sin tiempo que perder.
Después de muchos años, los resultados más recientes han sido
sorprendentes. Tanto que amigos, familia y compañeros de trabajo
con los que tengo trato a diario, a pesar de saber que yo era una
persona que siempre había llevado un estilo de vida bastante sano,
notaban un cambio y empezaban a preguntarme «qué es lo que hago
para estar así de bien», refiriéndose a un estado físico y mental
fantástico, emitiendo gran positividad y con un nivel de energía casi
inagotable.
Mi respuesta era sencilla:
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eran mis hábitos de vida que a darme consejos sobre cómo mejorar
mi salud. Me hizo mucha gracia uno de sus comentarios al final de
un chequeo, cuando me dijo: «En fin, mi obligación profesional como tu
médico es darte alguna recomendación, pero como no se me ocurre nada más, lo
mejor que puedo decirte es que si corres de noche utilices algún elemento reflectante
por seguridad».
Así que aquí estamos, ¡dispuestos a difundir y compartir estos
conocimientos con quien quiera transformar su vida!
La verdad es que no te puedo contar la típica historia personal de
haber perdido 30 kilos, o de haberme recuperado de alguna
enfermedad complicada, porque como te decía siempre he intentado
cuidarme y en general he conseguido mantenerme sano, aunque es
verdad que la mayoría del tiempo realizando un gran esfuerzo tanto
en horas de entrenamiento como cuidando la alimentación. Lo que
quiero compartir contigo es la diferencia de resultados en mi estado
físico durante los últimos años siguiendo diversas formas de
nutrición y entrenamiento, para que te hagas una idea de dónde
vengo, la progresión que he obtenido y por qué pienso que el estilo
de nutrición y entrenamiento que propongo en este libro es el
adecuado para gente muy ocupada.
Echa un vistazo a estas fotos:
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• La fotografía de la izquierda es del verano de 2013, con 42 años.
Tenía alrededor de un 20% de índice de grasa corporal y seguía
una alimentación estándar. O sea, que comía de todo según las
recomendaciones habituales de la pirámide nutricional (mayoría
de carbohidratos y pocas grasas), pero la realidad era tenía que
hacer dieta de vez en cuando para librarme de esos kilitos de más
que iban cayendo. Ya sabes, días de pasar hambre, recortar
calorías, y estar en general de bastante mal humor, para
comprobar desanimado cómo al final siempre los recuperaba y
seguía subiendo de peso irremediablemente cada año. En cuanto
a la actividad física, solo realizaba ejercicio aeróbico pensando
que eso era lo mejor para adelgazar. Habitualmente escuchaba
que había que sudar para perder la grasa: te suena, ¿no? Así que me
aplicaba con esfuerzo y salía a correr interminables kilómetros,
lo que me terminaba produciendo numerosas lesiones: fascitis
plantar, tendón de Aquiles, cintilla rotuliana, cadera, y un largo
etcétera. Los resultados no eran ni mucho menos los que yo
esperaba por el esfuerzo que dedicaba y empezaba a tener la
impresión de que, pasados los 40, estaba ya en esa cuesta abajo
física de la que todo el mundo habla en la que, hiciera lo que
hiciese, no iba a tener mucho éxito.
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tremendo tanto en la alimentación como en el
entrenamiento.
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adaptar esta propuesta a tu estilo de vida y a tu situación actual para
que sea sostenible en el tiempo.
Como te decía antes, existen numerosos enfoques sobre cada uno
de los temas tratados aquí y he probado bastantes de ellos con los
resultados que te he enseñado. Lo que te puedo asegurar es que lo
que propongo aquí funciona de verdad. A mí me ha dado unos
resultados fantásticos y también a aquellos con quienes lo he
compartido, empezando por mi propia familia y amigos cercanos.
Creo que la prueba más evidente de que estoy convencido de que
esto funciona es no solo hacerlo yo, sino involucrar a la gente más
cercana a mí, porque evidentemente nunca haría nada que pudiera
causarles problemas.
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Te voy a explicar de una manera muy clara y detallada cómo mejorar
tu salud de forma fenomenal sin importar tu punto de partida.
Aunque pienses que tu situación es complicada o no tengas muchas
esperanzas en conseguir realizar un cambio porque en el pasado no
pudiste hacerlo, no te preocupes, ahora podrás conseguirlo.
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Capítulo 1
Recupera el control de tu salud
Por ejemplo, cuando no tienes claro qué hay que hacer realmente
para bajar de peso y no recuperarlo y decides seguir una dieta que
ha hecho algún conocido o que te han recomendado, estás
«delegando» el control de tu salud y poniendo un parche temporal
que casi nunca tiene éxito a largo plazo.
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Me imagino que ya habrás experimentado lo difícil que es seguir
durante mucho tiempo una dieta. Habitualmente te aconsejan que
reduzcas de manera significativa lo que comes cada día y que comas
muchas veces en pequeñas cantidades, no saciándote nunca y
obsesionándote en intentar eliminar unas pocas calorías de aquí y de
allá. Este es el camino que lleva a estar una gran parte del tiempo
con hambre, de mal humor y con poca energía. Y, además, ¡para
nada!, porque, ¿funcionan las dietas convencionales?
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Y otro más: en mi pueblo hace una temperatura media anual perfecta
de 20º. Bueno, quiero decir que en invierno hace 0º y en verano 40º,
así que dependiendo de cuando vengas, ¡trae abrigo o bañador!
Es obvio que estos ejemplos muestran que la información y los datos
se pueden sesgar para solo mostrar una parte de la realidad: la que
interese enseñar.
Veamos un ejemplo del mundo de la alimentación: una dieta clásica
te indica que reduzcas tu ingesta 2.100 calorías por semana. Y
lógicamente te recomiendan que reduzcas 300 al día. O sea que asumen
que producirá el mismo efecto reducir 300 calorías al día que las
2.100 en un solo día porque de lo que se trata simplemente es de
crear un déficit calórico para adelgazar. Y esto es lo que
habitualmente escuchamos y creemos que es cierto.
Pues te diré que no es así, que esto es totalmente falso, como
veremos más adelante. El hecho de comer o no comer -es decir,
cuándo comer-, tiene un impacto muchísimo mayor en nuestro
organismo que simplemente reducir unas cuantas calorías.
La realidad es que no llevamos incorporado de serie un contador de
calorías, sino un aparato digestivo mucho más sofisticado que
procesará y utilizará los nutrientes de los alimentos que le
proporcionemos de manera distinta. El hecho de cuándo comer, al
que nadie parece prestarle demasiada importancia, o se malinterpreta
pensando que lo saludable es hacer 5 ó 7 comidas al día, en realidad
tiene una repercusión fundamental en nuestra salud, tanto para el
control de peso como para evitar la aparición de enfermedades,
como veremos más adelante.
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valorará tanto las calorías totales como la presencia de grasas totales,
grasas saturadas y sal, así como el contenido en proteína o fibra,
dando una «valoración de la calidad nutricional global del producto».
Lo que pudiera parecer una buena iniciativa, en la práctica se muestra
totalmente erróneo; fíjate en el siguiente ejemplo:
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acumular desechos y toxinas, todavía es capaz de lidiar con ellos sin
que surjan graves enfermedades digestivas, cardiovasculares,
mentales, o de cualquier otra índole.
Pero a medida que pasan los años y se acumulan miles de días
llevando unos hábitos perjudiciales para tu salud, los problemas
empiezan a aparecer de forma inexorable.
Con la vida tan ajetreada que llevamos, solamente consideramos
nuestra salud como prioritaria cuando tenemos un problema y hay
que atenderlo. En nuestro día a día hay mil actividades que
realizamos antes que dedicar un tiempo a pensar en nuestra salud y
tomar las decisiones que convienen para mantenerla o mejorarla
anticipándonos a las dificultades. Es decir, que en muchos casos:
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▪ Nadie nos ha educado sobre nutrición, ejercicio y salud.
▪ Nos fiamos de la información que recibimos a través de los
medios y la publicidad, en bastantes ocasiones sesgada,
malintencionada o simplemente errónea.
▪ No dedicamos tiempo a investigar y probar qué necesita
realmente nuestro cuerpo porque no lo consideramos una
prioridad hasta que aparecen los problemas.
▪ Nos limitamos a poner parches cuando sufrimos
enfermedades, pero continuamos con unos hábitos dañinos
para nuestro organismo.
http://jriracheta.com/el-libro/
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