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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

VICERRECTORADO ACADÉMICO

ESCUELA DE ESTUDIOS GENERALES

ÁREA DE INGENIERÍA

INMIGRACIÓN EN EL PERÚ: CHINA, JAPONESA, AFRICANA, JUDÍA,


ITALIANA

ASIGNATURA:
REALIDAD NACIONAL
DOCENTE:
WILFREDO QUIROZ
INTEGRANTES:
● LLOCLLA MAMANI JHONATAN JAVIER
● OCAMPO MALLQUI ANDRE MAURICIO
● SALAZAR ZELA ALVARO
● VERGARA CORPUS JAMIR JOSEPH JOHAN

LIMA-PERÚ

2019
INMIGRACIÓN CHINA AL PERÚ

En 1849 se inició la llegada de los culíes chinos, originada por la escasez de mano
de obra en la agricultura debido a la abolición de la esclavitud por el Presidente
Ramón Castilla. El destino no fue exclusivamente agrícola, en los primeros años se
les destinó tanto a la agricultura como al trabajo en las islas guaneras y en la
servidumbre urbana.

En este comercio o trata de semi-esclavos participaron y se enriquecieron


hacendados, políticos y comerciantes. Este tipo de comercio fue una de las formas
de acumulación de capitales en el siglo pasado.

Los gobiernos que se sucedieron en la segunda mitad del siglo pasado dieron apoyo,
tanto al tráfico como al silenciamiento, al duro trato que los hacendados infligieron a
los culíes.

Se denomina Inmigración china en el Perú al proceso de ingreso masivo de la


población proveniente de China hacia el Perú. Entre los siglos XIX y XX, la población
en sus inicios se concentró en los valles costeños, a lo largo del Ferrocarril Central
del Perú (Lima–La Oroya–Huancayo) en la sierra central, y la selva central andino-
amazónica (Tarma, Chanchamayo). Posteriormente la inmigración alcanzó diversas
zonas en el país, convirtiéndose en la colonia de asiáticos más numerosa en el
territorio nacional y cuyo aporte es considerado influyente, tanto en la composición
étnica como en diversas áreas de la cultura peruana. Otro grupo de colonos chinos
llegaron después de la fundación de la república de Sun Yat-sen en 1912, la Segunda
Guerra Mundial y el establecimiento del régimen comunista en 1949.

HISTORIA

Inicios: 1950

Inmigrantes chinos trabajando en el cultivo de algodón (1890).

Colectividad China del Perú - Danza del León


Los inicios

Los inmigrantes chinos en el siglo XIX (1849) realizaban un viaje de cuatro meses
desde los puertos de Macao (territorio portugués en aquel entonces) o Hong Kong, y
se asentaron como peones contratados o culí. Provinieron sobre todo de Macao,
Hong Kong y Cantón. Además, hubo culíes que provinieron de Fujian.

Cien mil trabajadores del sur de China, donde el 95% eran cantonés y casi todos
hombres, fueron contratados entre 1849 a 1874. En el gobierno de Ramón Castilla se
organizó la creación de la comisión para la creación del reglamento de la Policía Rural,
liderada por Manuel Pardo y Lavalle y Antonio Salinas y Castañeda, fomentó el arribo
de los trabajadores chinos para reemplazar la mano de obra esclava. Aunque se
consideran que los culíes fueron virtualmente reducidos a esclavos, ellos también
representan una transición histórica del esclavo al trabajador libre.

Trabajaron principalmente en tres sectores económicos. Primero, fueron enviados a


las plantaciones de azúcar. Segundo, trabajaron en las minas costeras de guano,
donde se convirtieron en una mano de obra importante (que contribuye en gran
medida al auge del guano del Perú) hasta el final del siglo. Tercero, fueron contratados
para la construcción del Ferrocarril Central del Perú en la Sierra Central, donde miles
de chinos construyeron esta importante infraestructura de transporte. Una vez
culminado el contrato, muchos chinos se asentaron en el barrio chino de Lima
(también conocido como la Calle Capón, que se convirtió en uno de los primeros
barrios chinos en el Hemisferio occidental), se integraron en las comunidades
campesinas de la sierra central o se fueron a la selva central, donde fundaron colonias
chinas. Algunos culíes liberados (e inmigrantes posteriores) establecieron muchos
pequeños negocios. Esto incluye a las chifas (palabra que deriva del chī fàn, que
significa "comer arroz" en mandarín).
Barrio Chino de Lima

Aparte, a finales de 1860 se comenzó el asentamiento de los comerciantes chinos de


California en el barrio comercial de La Concepción. Es en este periodo donde se
evidencia la creación de grandes importadoras de bienes provenientes de China y
Norte América. Estos negocios fueron los importadores de productos manufacturados
chinos y comida. Una de estas fue “La Casa Win On Chong” que vendía ingredientes
especiales a los dueños de chifas. Los chinos trabajaban como peones para los
grandes señores. Tenían que firmar un contrato de 8,10 o 14 años trabajando.
La Guerra del Pacífico

Durante el conflicto armado entre peruanos y chilenos algunos culíes se unieron al


ejército chileno bajo la promesa de revertir su situación de esclavitud. No obstante,
cuando se entró a la capital, los chilenos atacaron a los dueños de negocios chinos
en el mercado de La Concepción generando la necesidad de cooperación para
defender sus derechos y demostrar que estaban dispuestos a integrarse a la sociedad
peruana.

Con el fin de la guerra entre Perú y Chile (1884), el barrio estaba en una mala
condición dado que sufrió particularmente de las demandas de los ocupantes
chilenos. Los mercados en quiebra fueron vaciados por los comerciantes, las rentas
en todos lados fueron muy altas, los vendedores ambulantes estaban fuera de control,
invadiendo las cuadras de las calles aledañas en una frecuencia creciente. Solo unas
cuantas grandes empresas como las compañías comerciales, Wing On Chong y Pow
Lung, sobrevivieron a la crisis. Aprovecharon la oportunidad de adquirir los sitios
vacantes para incrementar el número de los almacenes y puntos de ventas. Esta
resistencia frente a la crisis y el control de la distribución de los productos necesarios
por los negocios chinos de pequeña escala afectaron la relación entre los chinos y los
peruanos. A vista de la creciente hostilidad hacia los chinos y la inhabilidad de las
autoridades peruanas para controlar los crecientes números de inmigrantes, el
gobierno optó a medidas que agraviaba las condiciones de la clase laboral y los
dueños de pequeñas tiendas.

La fase anti-asiática

En 1918, las clases bajas de Lima, influenciadas por los sindicatos, rechazaron a los
asiáticos y su barrio. No obstante, los intelectuales, aunque apoyaran los movimientos
sociales, tenían una diferente percepción del barrio, gracias a la comida chifa. Esta
era la paradoja de una ciudad complicada e insaciable, a pesar de las crecientes
demostraciones anti-asiáticas se generó un afecto por el barrio por su atractivo
exótico que había sido descubierto recientemente. Se rechazaba a la sociedad china
por sus integrantes, pero se valoraba los elementos culturales, especialmente la
gastronomía, por los aportes nunca antes vistos en nuestra sociedad.

1950–hoy

Después del gobierno militar de 1968 algunos de los empresarios ricos emigraron a
Estados Unidos y Canadá por temor al comunismo, dejando una población
desorientada política y culturalmente. Aún peor, el gobierno decretó al barrio como
insalubre y ordenó a los incontables habitantes a irse, y los que se quedaron lo
hicieron por un apego a los templos, clubes e instituciones tuvieron una vida difícil.
Los jóvenes y los chinos nacidos peruanos buscaron irse del barrio para demarcar su
creciente estatus social y para estar más cerca de las nuevas escuelas sino-peruanas
y los nuevos clubes que se movieron fuera del barrio chino a nuevas zonas
residenciales como San Borja. Esta separación que golpeó a las bases de la
educación, religión y políticas de la comunidad, apuntó en parte a extraer a los tusans
(peruanos chinos) convertidos y chinos del barrio chino, prometiendo una educación
en lenguaje chino, la continuación de las prácticas chinas y la garantía de la identidad.

Recientes inmigrantes chinos en el Perú llegaron desde Hong Kong y Macao, por
miedo a su retorno al gobierno comunista en 1997 y 1999, mientras que otros han
provenido de diversas partes de China continental, Taiwán y comunidades chinas del
sudeste asiático, incluyendo Malasia, Indonesia, Singapur. Muchos chinos indonesios
y malayos llegaron al Perú después de los disturbios y masacres anti-chinas en esos
países en los años 1960, 1970 y finales de 1990. Estos últimos inmigrantes chinos
hacen de Perú el hogar de la comunidad de origen chino más grande de América
Latina.8

Rol en la economía actual

La inmigración china en el Perú, culturalmente fue de rasgos singulares por su


adaptación y transformación en la cultura popular peruana. Un plato de arroz chaufa
en la tradicional chifa Ton Kin Sen del Barrio Chino (Calle Capón) de Lima - Perú.
El caso más destacable es la cadena de supermercados de Wong y Metro, la primera
fundada en 1942 por Erasmo Wong Chiang que luego fue adquirida junto con la
segunda por Cencosud. Otra cadena de supermercados especializada en productos
chinos es Hong Kong Market, fundado por un inmigrante cantonés en 1966. Otras
influencias en la economía son Tai Loy (útiles, artículos de oficina, juguetes) y Lau
Chun creadas alrededor de 1970 por sino-peruanos de segunda y tercera generación.
Además de compañías como SamCorp que cubre distintos rubros como la
elaboración de alimentos, bienes raíces, comerciales de TV y radio y entretenimiento,
aparte de su operación inicial, productos de plástico.
INMIGRACIÓN JAPONESA EN EL PERÚ

La inmigración japonesa al Perú comenzó a finales del siglo XIX, como un acuerdo
entre el gobierno de Japón y del Perú, pues Japón vivía una crisis demográfica,
mientras que el Perú necesitaba de mano de obra para los trabajos en las haciendas.

Principales causas de la inmigración japonesa:

● Pagar altos impuestos por sus tierras, lo que causó que muchas las perdieran.
● La importación de máquinas agrícolas de occidente hizo que la presencia del
campesino no fuera muy indispensable
● La sobrepoblación que padecía Japón
● El desempleo
● La pobreza

CRONOLOGÍA

El 21 de agosto de 1873 se firmó en el Japón el Tratado de Paz, Amistad, Comercio


y Navegación entre la República del Perú y el Imperio del Japón. En él se estableció
la posibilidad de que los japoneses pudieran viajar al Perú

En 1897 arribó al Perú el primer representante del Imperio japonés, unos años
después el entonces empresario Augusto B. Leguía gestiona el ingreso de japoneses
para el trabajo agrícola en haciendas de la costa; de esta manera Leguía contacta
con Teikichi Tanaka, contratista de la "Compañía japonesa de inmigración" iniciando
así un importante movimiento migratorio desde Japón hacia el Perú.

El 3 de abril de 1899 llegaron al puerto del Callao los primeros 790 inmigrantes
japoneses a bordo del barco Sakura Maru. La mayoría eran agricultores que tenían
por destino las grandes haciendas azucareras ubicadas en la costa peruana

Desde esa fecha hasta 1923 llegaron al Perú 102 grupos más de inmigrantes, traídos
por distintas compañías contratistas con contratos por cuatro años. la llegada de
japoneses al Perú se generaliza. entre el presidente peruano Augusto Bernardino
Leguía Salcedo (presidente de 1908 a 1912 y de 1919 a 1930), y Teinichi Tanaka,
contratista de la “Compañía japonesa de inmigración.”

En 1917 se fundó la Sociedad Central Japonesa, hoy Asociación Peruano Japonesa.

A partir de 1930 esta inmigración masiva de japoneses al Perú empezó a estar mal
vista por otras partes de la sociedad peruana que empezaron a presionar durante
años al gobierno peruano para que limitara o prohibiera la entrada de japoneses.

Esta situación empeoró gravemente durante:

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

Ya que el imperio japonés se unió al eje formado por Alemania e Italia, mientras Perú
se unía al bando aliado y declaraba la guerra al eje. En este contexto empezaron a
existir rumores en la sociedad peruana de que Japón quería conquistar el Perú.
Expulsión de unos 1800 ciudadanos peruanos de origen japonés.

En 1939 la comunidad japonesa en Perú sufrió saqueos a causa de la propagación


de rumores anti japoneses. Como resultado, unas 650 casas japonesas fueron
atacadas y destruidas en Lima. Otras medidas contra los peruano-japoneses fueron,
por ejemplo, en 1940 se decretó que los japoneses-peruanos que viajaran al
extranjero para estudiar a Japón podría perder la nacionalidad peruana.

Alrededor de 26.000 inmigrantes de nacionalidad japonesa vivían en Perú en 1941.


Ese mismo año, el ataque a Pearl Harbor por parte de Japón, marcó la entrada de los
Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Es entonces que el gobierno
estadounidense creó Oficina de Servicios Estratégicos y estuvo atento a la continua
inmigración japonesa al país.

Todas las instituciones de la comunidad japonesa fueron disueltas, las publicaciones


en idioma japonés fueron prohibidas, y las reuniones de más de tres japoneses
podrían constituir espionaje. Los japoneses no fueron autorizados a abrir nuevos
negocios, y los que lo tenían se vieron obligados a subastarlos. Los depósitos de
propiedad japonesa en bancos peruanos se congelaron. En 1942, a los japoneses no
se les permitía arrendar tierras (estas leyes fueron promulgadas de manera conjunta
con los Estados Unidos). La libertad de los japoneses a viajar fuera de sus
comunidades de origen también fue restringida.

Ya que el imperio japonés se unió al eje formado por Alemania e Italia, mientras Perú
se unía al bando aliado y declaraba la guerra al eje. En este contexto empezaron a
existir rumores en la sociedad peruana de que Japón quería conquistar el Perú.
Expulsión de unos 1800 ciudadanos peruanos de origen japonés.

En 1945 el Gobierno Peruano declaró oficialmente la guerra al Japón. Al fin del


conflicto bélico, regresan los primeros cien deportados.

En 1953 reinician las relaciones entre Perú y Japón. En la década del 80 se inició la
emigración de nikkeis peruanos al Japón. Se calcula que de los casi 100 mil
integrantes de la comunidad peruano japonesa

Al conmemorarse el 90 aniversario de la inmigración japonesa al Perú, el 3 de abril


de 1989 el gobierno del presidente Alan García promulgó un Decreto Ley que
establecía esta fecha como el "Día de la Amistad Peruano Japonesa".
LA COCINA NIKKEI

Nuestra cocina es una mezcla heterogénea de las diversas influencias culturales. Una
influencia importante fueron los inmigrantes japoneses y sus descendientes a través
de la combinación de la cocina japonesa y peruana conocida como Cocina Nikkei la
cual se ha convertido en una sensación gastronómica en muchos países.

Las raíces particulares de esta fusión radican en la importancia de los productos


frescos, animado por la próspera industria pesquera de Perú, los japoneses supieron
usar los peces frescos y mezclarlo perfectamente con el ceviche, que es nuestro plato
bandero.

los platos japoneses se combinaron con los sabores y técnicas de cocina de los
indígenas peruanos. Así, el pescado fresco se combinó con maíz, ají, yuca y las
muchas variedades de papas.
INMIGRACIÓN AFRICANA EN EL PERÚ

En 1502, llegaron los primeros esclavos negros de África a América. Fueron traídos
para reemplazar la mano de obra indígena, que iba disminuyendo ostensiblemente
en las colonias españolas. Entre 1492 y 1700, unos tres millones de africanos fueron
sacados de sus tierras, de manera violenta, para ser esclavos de los conquistadores
en América.

Eran traídos en buques especiales, llamados "Ataúdes" o "Tumbeiros". Estos


nombres eran expresión de las características de tales expediciones mercantilistas,
porque llegaban vivos a América sólo la mitad de los africanos que habían salido de
África.

Venían enmarrocados (amarrados), apiñados en las bodegas de los buques, sin las
mínimas condiciones de higiene, sin la adecuada alimentación; en estas condiciones
aquellos negros eran presa fácil de enfermedades y epidemias.

En América, miles de africanos esclavos fueron vendidos a los hacendados y


habitantes de las ciudades españoles en los llamados mercados de trata. Para este
fin eran exhibidos encadenados apenas arribaban mientras eran denigrantemente
subastados. Los precios varían de acuerdo al sexo, fortaleza, salud y edad. Una vez
adquiridos pasaban a ser patrimonio de su amo, quien disponía de su destino y de su
vida. Tenían un valor en dinero y pertenecían a alguien y los alimentaban para
utilizarlos en faenas y servicios que el amo creyera conveniente. Si el amo quería
deshacerse del esclavo, lo ofertaba en el mercado de trata de esclavos, poniendo un
sobreprecio, para recuperar su inversión y sacar algún dividendo.

Historia

En 1502, llegaron los primeros esclavos negros de África a América. Fueron traídos
para reemplazar la mano de obra indígena, que iba disminuyendo ostensiblemente
en las colonias españolas. Entre 1492 y 1700, unos tres millones de africanos fueron
sacados de sus tierras, de manera violenta, para ser esclavos de los conquistadores
en América.

Eran traídos en buques especiales, llamados "Ataúdes" o "Tumbeiros". Estos


nombres eran expresión de las características de tales expediciones mercantilistas,
porque llegaban vivos a América sólo la mitad de los negros que habían salido de
África. Venían enmarrocados (amarrados), apiñados en las bodegas de los buques,
sin las mínimas condiciones de higiene, sin la adecuada alimentación; en estas
condiciones aquellos negros eran presa fácil de enfermedades y epidemias.

En América, miles de negros esclavos fueron vendidos a los hacendados y citadinos


españoles en los llamados mercados de trata. Para este fin eran exhibidos
encadenados apenas arribaban mientras eran denigrantemente subastados. Los
precios varían de acuerdo al sexo, fortaleza, salud y edad. Una vez adquiridos
pasaban a ser patrimonio de su amo, quien disponía de su destino y de su vida.
Tenían un valor en dinero y pertenecían a alguien y los alimentaban para utilizarlos
en faenas y servicios que el amo creyera conveniente. Si el amo quería deshacerse
del esclavo, lo ofertaba en el mercado de trata de esclavos, poniendo un sobreprecio,
para recuperar su inversión y sacar algún dividendo.

Vida miserable

Los esclavos vivían en las haciendas en barracas o barracones; en las ciudades,


estas barracas estaban ubicadas en un rincón de los huertos o solares. Dichas
barracas, como es de suponer, propenden al hacinamiento y la promiscuidad.

Las mujeres negras esclavas, en las haciendas y en los solares virreinales, fueron
destinadas para labores domésticas. Sin embargo, muchas de ellas, en las haciendas,
principalmente costeñas, hacían labores de campo, como por ejemplo, en los viñedos
y algodonales, conocidas en este último caso, como "apañadoras".

Los varones efectuaban el trabajo más pesado tanto en las zonas urbanas como en
las haciendas. Por ejemplo, limpieza de excusados, galpones, porquerizas,
caballerizas, etc.

Los amos retribuían este servicio gratuito con la vivienda y la alimentación que les
proporcionaban. Los esclavos no podían salir de la propiedad del patrón y carecían
de libertad. Al esclavo que infringía alguna norma, se le castigaba severamente, por
lo que existieron varios sistemas de tortura. Sea cual fuere el castigo acordado para
el esclavo rebelde, se cuidaban de no desfigurarlo, dado que, de ser así, su precio de
venta en el mercado, disminuiría. Sin embargo, se tiene noticia de que al negro muy
rebelde o cimarrón, le cortaban las orejas, lo castraban e incluso le cortaban las
manos.

A fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, se formaron unas rancherías en los
alrededores de la ciudad de Lima, como en Huachipa, Carabayllo, Monte Zambrano,
etc. Fueron hechas por negros esclavos, que en busca de su libertad, habían preferido
huir y rebelarse contra el opresor sistema. Estas rancherías en lo posible, se ubicaban
en las zonas menos transitadas, con bosques para ocultarse de sus perseguidores.

Alrededor del año 1710, esas rancherías evolucionaron hasta convertirse en


palenques. Los palenques, entonces eran asentamientos rurales de negros
cimarrones, rebeldes.

Finalmente, el 3 de diciembre de 1854, el entonces presidente de Perú Ramón


Castilla, mediante una ley dictada desde Huancayo decretó el fin de la esclavitud y la
libertad plena de los negros.
INMIGRACIÓN JUDÍA

La historia de los judíos en el Perú se remonta a inicios del siglo XX, con orígenes
muy diversos como consecuencia de su diáspora; entre ellos están los alemanes,
polacos, rusos, turcos, etc. La mayoría de origen asquenazí, con raíces en Europa
Central y Oriental, aunque también existen otros grupos étnicos, especialmente de
origen sefardí. Con el paso de los años, la población judía en el Perú ha ido
disminuyendo en detrimento de otros lugares en el mundo, principalmente Israel. La
población hebrea en el país andino está compuesta por aproximadamente unos
12.000 miembros, de los cuales, más del 96% se concentra en la capital peruana,
donde la comunidad cuenta con tres sinagogas, de las cuales, dos son asquenazíes
(una alemana y la otra rumana) y la otra es sefardí. De las tres, dos pertenecen a la
corriente ortodoxa, mientras que la restante (la alemana), pertenece a la corriente
masortí.

HISTORIA
Los orígenes de la presencia judía en el Perú se remontan a la llegada de los
conquistadores españoles. Eran sefardíes provenientes de la Península Ibérica. En la
actualidad existen descendientes de aquellos primeros colonizadores de origen judío
principalmente en la sierra norte y parte de selva alta adyacente a ella, debido al
contacto cultural y étnico con la sierra sur del Ecuador (Ver:Apellidos Pardo, Calle,
Etc.). Sin embargo, la presencia de la Inquisición obligó a muchos a convertirse o
exiliarse en regiones menos hostiles del virreinato, por lo que no existen cifras
fidedignas de la presencia judía en el Perú hasta el siglo XIX, cuando comienzan a
llegar judíos, principalmente de Alemania y Rusia, aunque integrados a las colonias
de sus países de origen. Uno de los primeros datos concretos de la presencia judía
en el Perú es la construcción del actual Cementerio judío, que data de abril de 1868.
En 1870 se fundó la "Sociedad Hebrea de Beneficencia", que integraban, entre otros
miembros, Jacobo Herzberg, Miguel Badt, Natazzius Hurwitz, Paul Ascher y Jacobo
Brillman.

Hacia la década de 1910, llegan judíos asquenazíes y sefardíes, quienes se integran


a las comunidades formadas por los pocos judíos alemanes ya establecidos en el
país, principalmente en Lima. En la década siguiente continúa la inmigración,
fundamentalmente de jóvenes asquenazíes, quienes, en su mayoría, se dedican al
negocio al crédito en ciudades del interior como Arequipa, Trujillo , Cusco, Abancay,
Huánuco, Piura y Chiclayo.

En esos años, los sefardíes forman la "Sociedad de Beneficencia Israelita Sefardita"


(1928) y los asquenazíes la "Unión Israelita del Perú" (1923). En 1925 se funda la
"Organización Sionista del Perú" que busca reagrupar a las dos comunidades,
además de a los judíos alemanes establecidos previamente.

En la década del treinta la comunidad judía florece. En 1935 se funda la "Sociedad


Israelita de Socorro Mutuo de los Judíos", agrupando a judíos, fundamentalmente de
origen alemán y de ideas y rituales liberales. Se crean los movimientos juveniles
Macabi, Ashajar, Ashomer y Betar. Se abren las sinagogas asquenazí (1934) y sefardí
(1933) en locales propios. En 1938, sin embargo, la Cancillería peruana prohíbe
totalmente la inmigración judía al Perú.

En la década del cuarenta, se fusionaron todas las comunidades judías existentes en


el país, formando una sola. Se crea el "Directorio de la Colectividad Israelita del Perú"
(1942) como órgano representativo de toda la judería peruana y se crean y unifican
los servicios comunes: ampliación del cementerio, hogar de ancianos, colegio judío
León Pinelo (1946), dos movimientos juveniles sionistas Hanoar Hatzioní y Betar,
grupos de mujeres sionistas (Wizo, OSE, Pioneer Women), Comité Peruano Pro
Palestina Hebrea que consigue el voto peruano para la Partición, campaña pro
víctimas de guerra, se crean la Asociación de Crédito Israelita del Perú, la Asociación
Médica Israelita del Perú y empieza a circular diariamente el boletín de la Jewish
Telegraphic Agency. En esta década se fortalece notablemente el vínculo con la
educación judía y la causa sionista. En los años cincuenta los judíos de todo el país
emigran fundamentalmente a Lima, en búsqueda de un marco social y educativo judío
para sus hijos, creándose diversas instituciones judías.

En las décadas siguientes, el aumento del antisemitismo y las crisis económicas


sucesivas incrementan la emigración, principalmente a Estados Unidos, Israel y
Argentina, reduciéndose la población judía actualmente a unos doce mil judíos
radicados en el Perú.
INMIGRACIÓN ITALIANA EN EL PERÚ

Debido a la crisis económica en Italia fue durante el periodo 1918-1938, que se


produjo una fuerte ola migratoria de italianos al Perú y también a otros países de
Sudamérica, especialmente a Argentina y Brasil.
En Perú, el presidente Manuel Pardo (de 1872 a 1876) fomentó la inmigración
europea, para lo cual envió comisionados hacia el viejo continente con el objeto de
promocionar su propuesta. La denominada “Sociedad de inmigración europea”
empezó a funcionar a base del Decreto Supremo promulgado el 17 de diciembre de
1872. Este organismo se dividía en veinticinco miembros, para representar cinco
secciones que correspondían a Inglaterra e Irlanda; Francia, Bélgica y Suiza;
Alemania, Austria y Holanda; Suecia, Noruega y Dinamarca e Italia, España y
Portugal. Ese mismo año se había empezado a discutir un proyecto de ley para
fomentar la inmigración europea el que fue aprobado el 28 de abril de 1873. Estas
buenas intenciones tuvieron su fin en 1876, acabado el buen gobierno de Pardo. En
la “Historia de la República del Perú”, su autor, Jorge Basadre, señala: “Antes de que
se produjera tan lamentable hecho llegaron al Perú como 4,7000 inmigrantes de Italia,
comprendiendose en este número de familias y muchos hombres solos. El gasto de
esta inmigración entre flete de mar, viajes en tierra, auxilios y otros se calculó en 600,
soles” (Sexta Edición – Tomo VII – Pág. 103).
Los italianos que llegaron al sur del Perú no arribaron acogiéndose a esos dispositivos
legales ni para formar parte de “la inmigración oficial”. Lo hicieron, como lo hacen
hasta hoy la mayoría de las personas que emigran de un país: llamados por un
familiar, por un amigo, por un paisano.

La inmigración italiana empezó durante el Virreinato de Perú. Sin embargo, a


principios del siglo XX, se fue reduciendo la tendencia migratoria debido a varios
factores: en primer lugar, la crisis económica de 1875 y, posteriormente, a los efectos
de la Guerra del Pacífico, o guerra del Salitre, que fue un conflicto armado acontecido
entre 1879 y 1883 que enfrentó a Chile contra los aliados binacionales Bolivia y Perú.
El Perú fue vencido en dicha guerra; como consecuencia, fue invadida por Chile que
ocupó Lima la capital de la República del Perú y sus principales ciudades, hasta 1883.
Esta derrota militar condujo a una crisis de las actividades económicas y comerciales
del país, incluyendo el abandono de los puertos y la destrucción de gran parte de la
estructura de producción.

Presencia en el Perú
La historia de las comunidades de los migrantes presentes en el Perú es muy antigua,
en el país se establecen italianos, tiroleses, vascos, españoles, anglosajones,
franceses, hebreos, alemanes y minorías de descendencia africana que han dejado
algunas tradiciones populares. Los italianos, en especial, tienen una presencia
constante en el Perú.

En un segundo momento se propone la verdadera inmigración. Estos flujos


migratorios han sido continuos en el tiempo y en número más elevado de inmigrantes,
con el auge del Guano de la isla, en Perú. Los italianos se establecieron en las
regiones costeras centrales y sureñas.

Entre los primeros italianos que llegaron con los conquistadores están:

El Capitán genovés J. Batista Pastene y, especialmente, quienes formaban parte del


clero y estaban ligados a la corona española. Luego un Virrey, el napolitano Nicolò
Caracciolo, quien gobernó el Perú. El señor Giuseppe Garibaldi, militar y político quien
visita el Perú. Tiempo después obtuvo la ciudadanía peruana.

Muy significativo es el aporte en el arte introducido por prestigiosos maestros. Y,


seguramente la figura del milanés Antonio Raimondi -quien recorre el Perú por 17
años y se queda unos 30 estudiando su geografía, su flora y fauna, su historia, su
etnografía y su folclore- es, sin lugar a dudas, el más importante símbolo de la fuerte
hermandad entre ambos países. Su obra “El Perú” es una de las primeras en donde
trata de abarcar y explicar toda la riqueza del país para así buscar crear un sentido
unitario de lo peruano. Él es considerado como “El descubridor del Perú moderno.”

¿Por qué al Perú?

Por las siguientes razones:

• Necesidad de nuevos mercados a donde llevar los excedentes de producción de la


metrópoli.
• Explotar los recursos naturales y la materia prima para la industria.
• Necesidad de ejercer el poder y su prestigio militar y político. Las colonias servían
de abastecimiento.
• El interés de demostrar la superioridad de la cultura occidental sobre las demás.
• La expansión demográfica europea, agravada por la crisis económica, provocaba la
emigración hacia territorios geográficos estratégicos principalmente Argentina, Brasil,
Perú y México porque en ese tiempo estas eran las colonias europeas más
importantes y con más riquezas.
Perú era la colonia con mayor presencia de europeos ya que fue la principal de toda
Sudamérica y contaba con españoles, italianos, franceses, etc. Italia, en especial,
aportó mucho a la cultura peruana y su presencia fue importante en algunas partes
del país como Lima, Arequipa, Moquegua, Tacna y Trujillo.
Historia
Durante las últimas décadas del dominio colonial español se dio un paulatino
incremento de la presencia de italianos en el Perú. Al igual que en siglos anteriores,
durante las primeras décadas del siglo 19, la mayoría de ellos eran genoveses. Los
más ricos comerciantes italianos en Perú desde las primeras décadas del siglo
pasado estaban relacionados con el comercio marítimo. Según informaciones de los
primeros cónsules sardos, de una muestra de 52% ricos italianos en el Perú, 28% se
ocupaban del comercio naval, uno era médico, el otro prestamista. De los 38%
dedicados al comercio cuatro eran vicecónsules en ciudades del interior del país.
Entre los que pueden ser considerados los pioneros de la moderna inmigración
italiana al Perú se encuentran cinco comerciantes ligures llegados en la primera
década del siglo XIX: Antonio Dagnino, quien radica en el Callao desde 1802, y Félix
Valega quien llegó en 1806. Y quienes junto con otros “capitanes de Nao” y
tripulaciones se establecieron definitivamente en suelo Peruano (muchos marineros
desertaban de sus barcos para establecerse en el Perú y dedicarse al comercio),
Valega era natural de Spotorno pequeño puerto de la ribera oeste de la Liguria
(poniente), y llegó en el mismo barco que trajo a Abascal, el último Virrey del Perú,
(Sequi 1911:c-130) y también al músico genovés Andrea Bolognesi, de la corte del
Virrey, quien fuera padre de unos de los héroes más legendarios del Perú, Coronel
don Francisco Bolognesi. Se sabe que Valega llegó a poseer una notable fortuna y
que financió la Catedral del Callao. Ambos se casaron con damas peruanas en
ceremonia conjunta en 1811. Es interesante observar que Dagnino castellanizó su
apellido transformándolo en “Dañino”. Las tres hijas de Alega se casaron con
Giuseppe Canevaro, Pietro Denegri y un tal Di Negro, todos ricos comerciantes, que
juntos a otros comerciantes italianos llegaron formar parte de la primera élite
empresarial italiana en el Perú, a partir de mediados de la década de 1830 y las
siguientes, que con el inicio de la época dorada de la explotación del guano, formaron
parte de los cimientos del futuro desarrollo industrial en el Perú. En cambio, el grueso
de los inmigrantes italianos desarrollaba actividades mucho más modestas (pulperos,
chinganeros, fonderos, artesanos, etc.) Por 1851 llegó al Perú: Giuseppe Garibaldi
junto a otros muchos italianos; Giuseppe Eboli, Steban Siccoli, Antonio Raimondi,
Arrigoni, etc., quienes participaron en la fracasada rebelión de Milán en 1849 y como
parte de la secuela de la ola migratoria política a consecuencia de los fracasos
revolucionarios de 1848-1849 en Italia. En 1858 la población de Lima 100% de
habitantes, de los cuales los extranjeros eran unos 63% y de esa cantidad, la colonia
italiana estaba conformada por el 19%, que también la colonia alemana y española
eran el más numeroso solo en la ciudad de Lima, todo esto mientras ocurría la
bonanza de la explotación del guano, ya en 1860 la colonia italiana de distinguía por
ser la de mayor prosperidad relativa. Un Cónsul italiano que visitó América del Sur a
mediados de la década de 1860 decía que en el Perú había” italianos muy ricos, muy
industriosos y quizás los más activos que en algún otro país de América” (Galli 1867),
y en 1876 llegaron ser más italianos. En un informe consular publicado en Italia en
1883, donde se presentan las propiedades de los inmigrantes italianos en varios
países se destaca el hecho de que los inmigrantes italianos radicados en el Perú
resultan ser los más ricos cuyo capital ascendía a unos 210 millones de liras (Gallenga
1883). Por esas épocas fueron creadas numerosas instituciones italianas, como La
Beneficencia Italiana, el Hospital Italiano, el colegio Santa Margherita, el Banco
Italiano, Compañías de Bomberos, etc.
Inmigrante italiano promedio (por lo general de origen ligur) abría una pequeña tienda
o pulpería y luego con el producto de sus ahorros de varios años establecía un
negocio mayor vendiendo el anterior a otro italiano que recién se iniciaba como
comerciante. Los inmigrantes italianos cuyo origen no era Liguria estaban
compuestos básicamente por Piamonteses, en gran parte provenientes de la
provincia de Alejandría (colindante con Ligurina). Luego había lombardos y grupos
menores de inmigrantes de otras regiones, cuya presencia también era significativa.
Solo durante el siglo XX llegaron al Perú pequeños contingentes de inmigrantes de
las regiones del sur de Italia, las que siempre han sido minorías frente a los ligures.
El fin de la época dorada de la explotación del guano y tiempo después el inicio de la
guerra del Pacífico, significó para la colonia italiana un duro golpe, en esta guerra
muchos italianos que se identificaban con el Perú, llegaron a combatir a su lado,
contra un enemigo que solo deseaba destruir el país a cualquier precio. Muchos
italianos ofrendaron sus vidas, como el heroico marino genovés Pietro Luigui Storace
en combate naval contra los chilenos o como los casi 105 italianos, casi todos
bomberos fusilados tras el incendio de Chorrillos, entre otros también fusilados en
Arica e Iquique por chilenos. Entre la lista de los italianos afectados por los
bombardeos de chilenos sobre Iquique y Arica en 1879 figuran muchos apellidos de
inmigrantes asentados en Tacna y otros puertos peruanos. Los apellidos más
comunes son: Solari, Macchiavello, Casaretto, Cavagnaro, Canepa, Parodi, Ciara
etc., todos ellos apellidos de familias ligures.
Luego de la guerra el flujo migratorio se niveló y en su mayoría, los inmigrantes que
llegaban eran parientes de los que estaban establecidos en el Perú. Al comenzar el
siglo XX los inmigrantes italianos siguieron llegando. En 1903, eran casi 22.000 sin
contar los que no estaban registrados, luego el fin de la primera guerra mundial,
impulsa una nueva cantidad de italianos hacia el Perú que luego va declinando hasta
el fin de la segunda guerra mundial que muestra un leve aumento. Gente laboriosa,
no importaba que la faena fuese agotadora, muchos de esos inmigrantes llegaron
para forjarse un porvenir, muchos de esos apellidos quedaron sepultados por el
tiempo, de aquí les rindo un homenaje a aquellos que fueron olvidados, pero otros
miles aún subsisten y son parte del Perú de hoy.
Es recién con la independencia del Perú en 1821 en que extranjeros de diversas
partes del mundo comienzan a emigrar a las costas del Pacífico sur, siendo El Callao
y Valparaíso los puertos con mayor llegada.
Antonio Raimondi recorre el Perú por 17 años y se queda treinta estudiando su
geografía, su flora y fauna, su historia, su etnografía y su folclore. Su obra El Perú es
una de las primeras en donde trata de abarcar y explicar toda la riqueza del país para
así tratar de crear un sentido unitario de lo peruano. Entre sus grandes aportes se
encuentra el estudio que hizo del guano de la isla de las islas de Chincha, que poco
tiempo después dará un auge económico que renueva la leyenda del oro de los Incas.
En 1851, Giuseppe Garibaldi, por entonces guerrillero italiano, visitó el Perú y preparó
unos bonos para el empréstito Mazzini, para conseguir fondos para la campaña por
la unificación de Italia. El escritor Ricardo Palma (autor de las Tradiciones Peruanas)
escribió la tradición “Entre Garibaldi y yo”, en donde cuenta algunos hechos y
anécdotas de esta visita.
El auge de la inmigración al Perú se desata a partir de 1840, en que ocurre el furor
del guano. Perú se convirtió en el mayor exportador mundial de guano de la isla,
principal fertilizante que se utilizaba para intentar aumentar la producción agrícola en
Europa.
Época colonial
Durante el reinado de Carlos V se dio privilegios de libre circulación a todos los
súbditos de los reinos de su imperio, entre ellos a los italianos. Algunos participan en
el descubrimiento de América como pilotos, cartógrafos y comerciantes. En esta
época destacan Américo Vespucio, Juan Caboto (descubridor de Terranova) y
Verrazano. Se dice por ejemplo que el primer italiano que quiso llegar al Perú fue uno
de los que protestaron contra Francisco Pizarro en la Isla de Gallo en 1520: Antonio
Rovaldi. Sin embargo, a partir de 1549 se declaró totalmente prohibida la llegada de
no peninsulares a los virreinatos, debido principalmente a propuesta de funcionarios
españoles celosos de la competencia extranjera.
Un ejemplo es la expedición que unos italianos que querían llegar al Perú que se
realizó en 1537: partieron desde Cádiz, pero la nave encalló en la costa argentina y
no pudieron llegar. Otros que sí pudieron llegar fueron Nicolao del Benino (minero y
cronista que acompañó al pacificador Pedro de La Gasca en las guerras civiles),
Girolamo Benzoni (viajero y escritor de Historia del mundo nuovo) el padre Bernardo
Bitti, Francesco Carletti (mercader de esclavos que estuvo en Lima en 1593 y otros
viajeros.

LA GUERRA CON CHILE

Durante la guerra con Chile (1879-1882) muchos italianos se inmolan defendiendo al


Perú.
Luigi Zolli murió el 2 de noviembre de 1879 en la captura de Pisagua por los chilenos.
Francisco Bolognesi comandó las tropas peruanas en la batalla de Arica y murió en
plena batalla. Domingo Pescetto fue alcalde de Arica ante la invasión de las tropas
chilenas, y se encargó de negociar la rendición de la ciudad sin que fuese destruida.
Pedro Luis Storace Merlini murió a bordo de la lancha “Urcos” en un combate frente
al Callao el 16 de setiembre de 1880.
Ante la inminente llegada de las tropas chilenas a la capital, los italianos residentes
en Lima deciden permanecer en la ciudad. La defienden como bomberos voluntarios
en las compañías anteriormente fundadas por italianos (“Roma N.º 2” e “Italia N.º 5”
en el Callao y “Garibaldi Nº 6” en Chorrillos). Ante el ataque de las tropas chilenas y
el incendio del balneario de Chorrillos el 13 de enero de 1881, los bomberos de la
compañía Garibaldi N.º 6 intentan atender las emergencias: 34 de ellos son
asesinados por tropas chilenas. En los días siguientes otros 56 bomberos corren la
misma suerte.

DESPUÉS DE LA GUERRA CON CHILE

Después de la guerra con Chile el Perú empieza su reconstrucción. En pocos años


Lima recupera su esplendor de antaño y vuelve a convertir en uno de los focos cultural
en Sudamérica. Destacan la pintura, escultura, música y arquitectura y muchos
artistas italianos llegan a la capital para mostrar sus obras o enseñar su técnica.
Comienzan a fundarse las primeras instituciones italianas: la “Società Cannotieri
Italia” (1901) agrupaba a los italianos que practicaban remo en el balneario de La
Punta. El “Circolo Sportivo Italiano” se funda en 1910.
A partir de 1914 la crisis en Italia hace que muchas familias italianas se ven obligadas
a emigrar. Muchos llegan a Perú por tener aquí lazos de compadrazgo con familiares
lejanos o paisanos que los ayudan a dar el primer paso. En un primer momento la
migración es “de ida y vuelta”, es decir que cuando las cosas mejoraban en Italia
regresaban por un tiempo y algunos de la familia se quedaban cuidando sus
propiedades en el Perú. Gran parte de los que vienen son de los pueblos de los
alrededores de Génova, principal puerto de Italia.
En poco tiempo familias enteras se establecen en Lima, El Callao, Tacna, Arequipa,
La Merced, Trujillo, Piura y otras ciudades. Destacan Emilio Sequi, periodista
fundador de La Voce d’Italia, Juan Bautista Agnoli, médico que organizó la lucha
contra la peste bubónica, Aquiles Boggiano, fundador del hospital italiano, José
Mazzini, médico psiquiatra, entre otros.
La comunidad italiana comienza a cobrar importancia en número y en poder
económico: adquieren propiedades, inauguran fábricas, bodegas, restaurantes,
panaderías, bancos, etcétera. Además, aparecen los italianos de segunda y tercera
generación.

DE LA POST GUERRA A NUESTROS DIAS

Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la inmigración italiana al Perú va


descendiendo paulatinamente hasta casi desaparecer. Ello porque la situación en
Europa hace casi imposible conseguir una manera de viajar y porque todos los
jóvenes son enviados a la guerra. En ese momento muchos italianos o sus
descendientes pierden contacto con sus familiares en Italia, algunos por unos años y
otros para siempre.
Acabada la guerra, se inicia la reconstrucción de Europa. En Italia se desarrolla un
crudo debate que argumenta que los italianos deben quedarse en su país “para
reconstruir la patria”. La rápida reconstrucción de la economía hizo que las
migraciones disminuyeran considerablemente.
Actualmente son muy pocos los italianos que emigraron al Perú. Si lo hacen se debe
principalmente a razones académicas o profesionales o familiares. Por el contrario,
debido a la recesión económica que afecta al país, muchos peruanos se han
establecido en varias ciudades italianas por los mismo que tienen más facilidades
porque tiene descendencia italiana.

LOS ITALIANOS EN PERÚ

Desde que llegaron al Perú, los italianos han desempeñado un importante papel en
la vida económica, social y cultural en el país. Desde la independencia del Perú, a
inicios del siglo XIX, personas de diferentes nacionalidades migraron hacia el país. El
apogeo económico debido al auge del guano mediados del siglo XIX hizo que llegara
una oleada de emigrantes de distintas latitudes, siendo los chinos, japoneses,
italianos y africanos los más numerosos. Cada grupo se especializó en distintos
oficios de la sociedad; los italianos destacaron principalmente en el comercio y en la
industria.
La inmigración italiana fue un fenómeno que duró aproximadamente cien años, desde
mediados del siglo XIX hasta poco después de empezada la Segunda Guerra
Mundial. El periodo de mayor inmigración fue durante las dos guerras mundiales,
entre los años 1918 y 1938. Muchas familias italianas se vieron obligadas a enviar a
sus hijos menores donde sus parientes lejanos en diversas partes del mundo debido
a la crisis económica. Así, los lugares principales de emigración italiana fueron en
América, hacia EEUU, Argentina, Brasil Perú, Venezuela, Chile. A través de los años
hemos visto cómo los antiguos inmigrantes italianos se han desarrollado
convirtiéndose en una de las comunidades más importantes del país. Su influencia se
nota día a día en el mundo de los negocios, en la arquitectura, en la cocina y en la
tecnología. En este reportaje les presentaremos una mirada de la comunidad italiana
en el Perú, con su historia, sus principales personajes, sus costumbres y las
principales instituciones italianas afincadas en el Perú.

ITALIANOS QUE HICIERON HISTORIA EN EL PERÚ

Muchos de los italianos o sus descendientes han desempeñado un papel fundamental


en la historia del Perú: héroes, biólogos, investigadores, empresarios, artistas,
escritores, historiadores, ETC. A continuación, les presentamos una galería con los
principales.

APORTES:

La música de nuestros pueblos que nos hermana y -desde sus compositores e


intérpretes italianos como Paolo Beccaria (Pablo de los Andes), Fernando
Sannicandro, o los descendientes de origen italiano como Chabuca Granda, Mario
Cavagnaro y muchos más- nos une y permite estrechar lazos de amistad y también
nos permite conocernos más.
Para sacar una visa: paciencia y buen humor
Hace una década, sacar una visa era un trámite que demoraba a lo mucho unos tres
días. Ahora, con suerte, puede demorar tres semanas. Si uno quería demostrar que
tenía antepasados italianos para sacar la nacionalidad, entre papeleo, entrevista,
pagos y un largo etcétera demoraba entre un año y año y medio. Ahora demora
aproximadamente ocho años…
Los problemas de las instituciones italianas
A pesar de ser una de las colonias más importantes en el país, las instituciones
italianas afincadas en el Perú pasan por diversos problemas. Desde la falta de
presupuesto hasta la burocracia, muchos ocurren debido a un asunto de fondo: la
poca comunicación entre las instituciones y el gobierno italiano.
La cocina italiana en su mesa La cocina Italia influye mucho en nuestra comida
nacional por esto la gastronomía peruana es una de las tres más ricas y apreciadas
del mundo.
ACTUAL COMUNIDAD ITALIANA

En las primeras décadas del siglo XX se acabó la emigración desde la región italiana
Liguria y empezó una desde el sur de Italia (Basilicata, Sicilia).

En 1910 residían apenas 6 000 italianos, casi todos en el área de la capital y sus
alrededores. Los italianos eran 3 774 en 1940, casi como en 1850. Crecieron a 5 716
en 1961 y se redujeron a 4 062 en 1981.

Actualmente unos 3000 italianos de idioma italiano, son residentes en el Perú,


concentrados en el área metropolitana de la capital, aunque muchos de ellos quizás
sean italo-peruanos con derecho a doble nacionalidad.

La comunidad italiana tiene en la escuela "Colegio Antonio Raimondi" de Lima su


principal centro de estudios, especializado en la difusión del idioma italiano, y en el
periódico Il Messaggero Italo-peruviano su mejor fuente de información.

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