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VICERRECTORADO ACADÉMICO
ÁREA DE INGENIERÍA
ASIGNATURA:
REALIDAD NACIONAL
DOCENTE:
WILFREDO QUIROZ
INTEGRANTES:
● LLOCLLA MAMANI JHONATAN JAVIER
● OCAMPO MALLQUI ANDRE MAURICIO
● SALAZAR ZELA ALVARO
● VERGARA CORPUS JAMIR JOSEPH JOHAN
LIMA-PERÚ
2019
INMIGRACIÓN CHINA AL PERÚ
En 1849 se inició la llegada de los culíes chinos, originada por la escasez de mano
de obra en la agricultura debido a la abolición de la esclavitud por el Presidente
Ramón Castilla. El destino no fue exclusivamente agrícola, en los primeros años se
les destinó tanto a la agricultura como al trabajo en las islas guaneras y en la
servidumbre urbana.
Los gobiernos que se sucedieron en la segunda mitad del siglo pasado dieron apoyo,
tanto al tráfico como al silenciamiento, al duro trato que los hacendados infligieron a
los culíes.
HISTORIA
Inicios: 1950
Los inmigrantes chinos en el siglo XIX (1849) realizaban un viaje de cuatro meses
desde los puertos de Macao (territorio portugués en aquel entonces) o Hong Kong, y
se asentaron como peones contratados o culí. Provinieron sobre todo de Macao,
Hong Kong y Cantón. Además, hubo culíes que provinieron de Fujian.
Cien mil trabajadores del sur de China, donde el 95% eran cantonés y casi todos
hombres, fueron contratados entre 1849 a 1874. En el gobierno de Ramón Castilla se
organizó la creación de la comisión para la creación del reglamento de la Policía Rural,
liderada por Manuel Pardo y Lavalle y Antonio Salinas y Castañeda, fomentó el arribo
de los trabajadores chinos para reemplazar la mano de obra esclava. Aunque se
consideran que los culíes fueron virtualmente reducidos a esclavos, ellos también
representan una transición histórica del esclavo al trabajador libre.
Con el fin de la guerra entre Perú y Chile (1884), el barrio estaba en una mala
condición dado que sufrió particularmente de las demandas de los ocupantes
chilenos. Los mercados en quiebra fueron vaciados por los comerciantes, las rentas
en todos lados fueron muy altas, los vendedores ambulantes estaban fuera de control,
invadiendo las cuadras de las calles aledañas en una frecuencia creciente. Solo unas
cuantas grandes empresas como las compañías comerciales, Wing On Chong y Pow
Lung, sobrevivieron a la crisis. Aprovecharon la oportunidad de adquirir los sitios
vacantes para incrementar el número de los almacenes y puntos de ventas. Esta
resistencia frente a la crisis y el control de la distribución de los productos necesarios
por los negocios chinos de pequeña escala afectaron la relación entre los chinos y los
peruanos. A vista de la creciente hostilidad hacia los chinos y la inhabilidad de las
autoridades peruanas para controlar los crecientes números de inmigrantes, el
gobierno optó a medidas que agraviaba las condiciones de la clase laboral y los
dueños de pequeñas tiendas.
La fase anti-asiática
En 1918, las clases bajas de Lima, influenciadas por los sindicatos, rechazaron a los
asiáticos y su barrio. No obstante, los intelectuales, aunque apoyaran los movimientos
sociales, tenían una diferente percepción del barrio, gracias a la comida chifa. Esta
era la paradoja de una ciudad complicada e insaciable, a pesar de las crecientes
demostraciones anti-asiáticas se generó un afecto por el barrio por su atractivo
exótico que había sido descubierto recientemente. Se rechazaba a la sociedad china
por sus integrantes, pero se valoraba los elementos culturales, especialmente la
gastronomía, por los aportes nunca antes vistos en nuestra sociedad.
1950–hoy
Después del gobierno militar de 1968 algunos de los empresarios ricos emigraron a
Estados Unidos y Canadá por temor al comunismo, dejando una población
desorientada política y culturalmente. Aún peor, el gobierno decretó al barrio como
insalubre y ordenó a los incontables habitantes a irse, y los que se quedaron lo
hicieron por un apego a los templos, clubes e instituciones tuvieron una vida difícil.
Los jóvenes y los chinos nacidos peruanos buscaron irse del barrio para demarcar su
creciente estatus social y para estar más cerca de las nuevas escuelas sino-peruanas
y los nuevos clubes que se movieron fuera del barrio chino a nuevas zonas
residenciales como San Borja. Esta separación que golpeó a las bases de la
educación, religión y políticas de la comunidad, apuntó en parte a extraer a los tusans
(peruanos chinos) convertidos y chinos del barrio chino, prometiendo una educación
en lenguaje chino, la continuación de las prácticas chinas y la garantía de la identidad.
Recientes inmigrantes chinos en el Perú llegaron desde Hong Kong y Macao, por
miedo a su retorno al gobierno comunista en 1997 y 1999, mientras que otros han
provenido de diversas partes de China continental, Taiwán y comunidades chinas del
sudeste asiático, incluyendo Malasia, Indonesia, Singapur. Muchos chinos indonesios
y malayos llegaron al Perú después de los disturbios y masacres anti-chinas en esos
países en los años 1960, 1970 y finales de 1990. Estos últimos inmigrantes chinos
hacen de Perú el hogar de la comunidad de origen chino más grande de América
Latina.8
La inmigración japonesa al Perú comenzó a finales del siglo XIX, como un acuerdo
entre el gobierno de Japón y del Perú, pues Japón vivía una crisis demográfica,
mientras que el Perú necesitaba de mano de obra para los trabajos en las haciendas.
● Pagar altos impuestos por sus tierras, lo que causó que muchas las perdieran.
● La importación de máquinas agrícolas de occidente hizo que la presencia del
campesino no fuera muy indispensable
● La sobrepoblación que padecía Japón
● El desempleo
● La pobreza
CRONOLOGÍA
En 1897 arribó al Perú el primer representante del Imperio japonés, unos años
después el entonces empresario Augusto B. Leguía gestiona el ingreso de japoneses
para el trabajo agrícola en haciendas de la costa; de esta manera Leguía contacta
con Teikichi Tanaka, contratista de la "Compañía japonesa de inmigración" iniciando
así un importante movimiento migratorio desde Japón hacia el Perú.
El 3 de abril de 1899 llegaron al puerto del Callao los primeros 790 inmigrantes
japoneses a bordo del barco Sakura Maru. La mayoría eran agricultores que tenían
por destino las grandes haciendas azucareras ubicadas en la costa peruana
Desde esa fecha hasta 1923 llegaron al Perú 102 grupos más de inmigrantes, traídos
por distintas compañías contratistas con contratos por cuatro años. la llegada de
japoneses al Perú se generaliza. entre el presidente peruano Augusto Bernardino
Leguía Salcedo (presidente de 1908 a 1912 y de 1919 a 1930), y Teinichi Tanaka,
contratista de la “Compañía japonesa de inmigración.”
A partir de 1930 esta inmigración masiva de japoneses al Perú empezó a estar mal
vista por otras partes de la sociedad peruana que empezaron a presionar durante
años al gobierno peruano para que limitara o prohibiera la entrada de japoneses.
Ya que el imperio japonés se unió al eje formado por Alemania e Italia, mientras Perú
se unía al bando aliado y declaraba la guerra al eje. En este contexto empezaron a
existir rumores en la sociedad peruana de que Japón quería conquistar el Perú.
Expulsión de unos 1800 ciudadanos peruanos de origen japonés.
Ya que el imperio japonés se unió al eje formado por Alemania e Italia, mientras Perú
se unía al bando aliado y declaraba la guerra al eje. En este contexto empezaron a
existir rumores en la sociedad peruana de que Japón quería conquistar el Perú.
Expulsión de unos 1800 ciudadanos peruanos de origen japonés.
En 1953 reinician las relaciones entre Perú y Japón. En la década del 80 se inició la
emigración de nikkeis peruanos al Japón. Se calcula que de los casi 100 mil
integrantes de la comunidad peruano japonesa
Nuestra cocina es una mezcla heterogénea de las diversas influencias culturales. Una
influencia importante fueron los inmigrantes japoneses y sus descendientes a través
de la combinación de la cocina japonesa y peruana conocida como Cocina Nikkei la
cual se ha convertido en una sensación gastronómica en muchos países.
los platos japoneses se combinaron con los sabores y técnicas de cocina de los
indígenas peruanos. Así, el pescado fresco se combinó con maíz, ají, yuca y las
muchas variedades de papas.
INMIGRACIÓN AFRICANA EN EL PERÚ
En 1502, llegaron los primeros esclavos negros de África a América. Fueron traídos
para reemplazar la mano de obra indígena, que iba disminuyendo ostensiblemente
en las colonias españolas. Entre 1492 y 1700, unos tres millones de africanos fueron
sacados de sus tierras, de manera violenta, para ser esclavos de los conquistadores
en América.
Venían enmarrocados (amarrados), apiñados en las bodegas de los buques, sin las
mínimas condiciones de higiene, sin la adecuada alimentación; en estas condiciones
aquellos negros eran presa fácil de enfermedades y epidemias.
Historia
En 1502, llegaron los primeros esclavos negros de África a América. Fueron traídos
para reemplazar la mano de obra indígena, que iba disminuyendo ostensiblemente
en las colonias españolas. Entre 1492 y 1700, unos tres millones de africanos fueron
sacados de sus tierras, de manera violenta, para ser esclavos de los conquistadores
en América.
Vida miserable
Las mujeres negras esclavas, en las haciendas y en los solares virreinales, fueron
destinadas para labores domésticas. Sin embargo, muchas de ellas, en las haciendas,
principalmente costeñas, hacían labores de campo, como por ejemplo, en los viñedos
y algodonales, conocidas en este último caso, como "apañadoras".
Los varones efectuaban el trabajo más pesado tanto en las zonas urbanas como en
las haciendas. Por ejemplo, limpieza de excusados, galpones, porquerizas,
caballerizas, etc.
Los amos retribuían este servicio gratuito con la vivienda y la alimentación que les
proporcionaban. Los esclavos no podían salir de la propiedad del patrón y carecían
de libertad. Al esclavo que infringía alguna norma, se le castigaba severamente, por
lo que existieron varios sistemas de tortura. Sea cual fuere el castigo acordado para
el esclavo rebelde, se cuidaban de no desfigurarlo, dado que, de ser así, su precio de
venta en el mercado, disminuiría. Sin embargo, se tiene noticia de que al negro muy
rebelde o cimarrón, le cortaban las orejas, lo castraban e incluso le cortaban las
manos.
A fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, se formaron unas rancherías en los
alrededores de la ciudad de Lima, como en Huachipa, Carabayllo, Monte Zambrano,
etc. Fueron hechas por negros esclavos, que en busca de su libertad, habían preferido
huir y rebelarse contra el opresor sistema. Estas rancherías en lo posible, se ubicaban
en las zonas menos transitadas, con bosques para ocultarse de sus perseguidores.
La historia de los judíos en el Perú se remonta a inicios del siglo XX, con orígenes
muy diversos como consecuencia de su diáspora; entre ellos están los alemanes,
polacos, rusos, turcos, etc. La mayoría de origen asquenazí, con raíces en Europa
Central y Oriental, aunque también existen otros grupos étnicos, especialmente de
origen sefardí. Con el paso de los años, la población judía en el Perú ha ido
disminuyendo en detrimento de otros lugares en el mundo, principalmente Israel. La
población hebrea en el país andino está compuesta por aproximadamente unos
12.000 miembros, de los cuales, más del 96% se concentra en la capital peruana,
donde la comunidad cuenta con tres sinagogas, de las cuales, dos son asquenazíes
(una alemana y la otra rumana) y la otra es sefardí. De las tres, dos pertenecen a la
corriente ortodoxa, mientras que la restante (la alemana), pertenece a la corriente
masortí.
HISTORIA
Los orígenes de la presencia judía en el Perú se remontan a la llegada de los
conquistadores españoles. Eran sefardíes provenientes de la Península Ibérica. En la
actualidad existen descendientes de aquellos primeros colonizadores de origen judío
principalmente en la sierra norte y parte de selva alta adyacente a ella, debido al
contacto cultural y étnico con la sierra sur del Ecuador (Ver:Apellidos Pardo, Calle,
Etc.). Sin embargo, la presencia de la Inquisición obligó a muchos a convertirse o
exiliarse en regiones menos hostiles del virreinato, por lo que no existen cifras
fidedignas de la presencia judía en el Perú hasta el siglo XIX, cuando comienzan a
llegar judíos, principalmente de Alemania y Rusia, aunque integrados a las colonias
de sus países de origen. Uno de los primeros datos concretos de la presencia judía
en el Perú es la construcción del actual Cementerio judío, que data de abril de 1868.
En 1870 se fundó la "Sociedad Hebrea de Beneficencia", que integraban, entre otros
miembros, Jacobo Herzberg, Miguel Badt, Natazzius Hurwitz, Paul Ascher y Jacobo
Brillman.
Presencia en el Perú
La historia de las comunidades de los migrantes presentes en el Perú es muy antigua,
en el país se establecen italianos, tiroleses, vascos, españoles, anglosajones,
franceses, hebreos, alemanes y minorías de descendencia africana que han dejado
algunas tradiciones populares. Los italianos, en especial, tienen una presencia
constante en el Perú.
Entre los primeros italianos que llegaron con los conquistadores están:
Desde que llegaron al Perú, los italianos han desempeñado un importante papel en
la vida económica, social y cultural en el país. Desde la independencia del Perú, a
inicios del siglo XIX, personas de diferentes nacionalidades migraron hacia el país. El
apogeo económico debido al auge del guano mediados del siglo XIX hizo que llegara
una oleada de emigrantes de distintas latitudes, siendo los chinos, japoneses,
italianos y africanos los más numerosos. Cada grupo se especializó en distintos
oficios de la sociedad; los italianos destacaron principalmente en el comercio y en la
industria.
La inmigración italiana fue un fenómeno que duró aproximadamente cien años, desde
mediados del siglo XIX hasta poco después de empezada la Segunda Guerra
Mundial. El periodo de mayor inmigración fue durante las dos guerras mundiales,
entre los años 1918 y 1938. Muchas familias italianas se vieron obligadas a enviar a
sus hijos menores donde sus parientes lejanos en diversas partes del mundo debido
a la crisis económica. Así, los lugares principales de emigración italiana fueron en
América, hacia EEUU, Argentina, Brasil Perú, Venezuela, Chile. A través de los años
hemos visto cómo los antiguos inmigrantes italianos se han desarrollado
convirtiéndose en una de las comunidades más importantes del país. Su influencia se
nota día a día en el mundo de los negocios, en la arquitectura, en la cocina y en la
tecnología. En este reportaje les presentaremos una mirada de la comunidad italiana
en el Perú, con su historia, sus principales personajes, sus costumbres y las
principales instituciones italianas afincadas en el Perú.
APORTES:
En las primeras décadas del siglo XX se acabó la emigración desde la región italiana
Liguria y empezó una desde el sur de Italia (Basilicata, Sicilia).
En 1910 residían apenas 6 000 italianos, casi todos en el área de la capital y sus
alrededores. Los italianos eran 3 774 en 1940, casi como en 1850. Crecieron a 5 716
en 1961 y se redujeron a 4 062 en 1981.