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En 1849 se inició la llegada de los culíes chinos, originada por la

escasez de mano de obra en la agricultura debido a la abolición de la


esclavitud por el Presidente Ramón Castilla. El destino no fue
exclusivamente agrícola, en los primeros años se les destinó tanto a la
agricultura como al trabajo en las islas guaneras y en la servidumbre
urbana.

Un mercado favorable fue la exportación de guano. Este tipo de


comercio fue una de las formas de acumulación de capitales en el siglo
pasado.
Los gobiernos que se sucedieron en la segunda mitad del siglo pasado
dieron apoyo, tanto al tráfico como al silenciamiento, al duro trato que
los hacendados infligieron a los culíes.

Mediante ley de 1849, llamada " Ley China", se permitió el ingreso


masivo de los trabajadores chinos. En octubre de 1849 acoderó en el
puerto del Callao la barca danesa Frederick Wilhem" trasladando a los
primeros 75 culíes chinos al Perú. Entre los años 1849 a 1880 el lucrativo
negocio de importar trabajadores desde China Imperial trajo entre 90 y
100 mil chinos al puerto del Callao y a otros puertos peruanos. La
durísima travesía demoraba cerca de 120 días en realizarse.
La sociedad peruana de la primera mitad de siglo XIX era una sociedad
estratificada, donde las diferencias étnicas se relacionaron con las
socioeconómicas.
La diferencia social se basó en el acceso a una buena reputación social, la
riqueza y la educación. Desde la segunda mitad de siglo XVIII surgió la
asociación entre el color de piel y la condición social del individuo. No
obstante, este proceso no excluyó el desarrollo del mestizaje cultural y
de cierta movilidad social.
Economía a inicios de la República

Después de la guerra, dentro y fuera de nuestro territorio para lograr


nuestra, la economía peruana se encontraba en crisis. El costo de la
guerra había sido alto. Muchos criollos
y nobles peruanos tuvieron que
financiar la independencia aportando
dinero o productos; igualmente otros
sectores como la iglesia también se
vieron afectados; mientras que los
sectores más pobres, a falta de
recursos, aportaron su propio
sacrificio.
La dependencia peruana se acrecentaría con los años y el dominio
económico inglés sería cada vez mayor acompañado por el dominio
norteamericano. Pasamos así de una dominación española a una
dominación inglesa. El Perú seguía siendo un país minero y poco a poco
se fue recuperando de la guerra de independencia.

Por ello el sector comercial constituía un débil grupo, que pierde fuerza a
partir de la pérdida del dominio del Pacifico Sur, a la vez que el Perú no
contaba con industria naval, había perdido gran parte de ella en la
guerra de independencia y la superioridad británica era evidente.
La minería, la agricultura, el comercio y el sistema fiscal, que
constituyeron la base del sistema económico colonial, colapsaron debido
a las guerras independentistas.
El comercio con Gran Bretaña representaría el 50% del comercio peruano
con el exterior en esta época. La balanza comercial desfavorecía al Perú,
es decir, eran mayores las importaciones que las exportaciones. Gran

Bretaña arruinó la producción artesanal de textiles, pues los textiles


británicos irrumpieron en las zonas andinas del sur, en donde abundaba
lana de oveja y perjudicando la peruana.

Se mantendrá la producción de azúcar, para ser exportada a Inglaterra y


en los años siguientes a la independencia y especialmente en el período
del boom guanero alcanzará un gran nivel de exportación. Igualmente se
fue desarrollando el ron de caña, pero la producción vinícola se verá
perjudicada por las importaciones de licores y vinos procedentes de
Francia.

La deuda pública nació con la


independencia, tanto interna
como externamente, en el
proceso de los gastos que
demandaban las guerras
independentista y la
organización de la burocracia.
El primer préstamo fue
decidido con San Martín de 1,200.00 libras esterlinas. El segundo
autorizado por Bolívar por un monto de 616,515 libras esterlinas. A esto
se sumaba las deudas contraídas con Chile, la Gran Colombia, con
Venezuela y EEUU.
Aparte de los criollos ilustrados de las principales ciudades antiguas y
virreinales (Lima, Arequipa, Cusco y Trujillo), cuyas vidas reprodujeron
una mescla de vida aristocrática y de las burguesías europeas y
estadunidenses, se sumaron a las élites otros grupos regionales
conformados por hacendados, funcionarios, comerciantes o militares.
Estos eran personas importantes en sus localidades y actuaban como
intermedios entre los pobladores locales y en el estado central. Su poder
acumulado les permitía construir una amplia red de clientes locales.
Muchas veces lograron ser nombrados como funcionarios públicos,
alcanzando los cargos de parlamentarios o de presidentes.

a) LA CLASE ALTA. La clase alta peruana, al igual que las demás de


Latinoamérica, a finales del siglo XIX e inicios del XX apostó por la
búsqueda de un modelo copiado de Europa y Norteamérica.
Así, tratando de imitar a estas sociedades, muchas veces
menospreciaron lo nativo. Hacia 1895, se calcula que la clase alta de la
ciudad de Lima estaba formada por más de 18 mil personas. Este sector
de la población encontró, principalmente, tres maneras a través de las
cuales mantuvo la unidad social. Por un lado, los lazos de parentesco; es
decir, los matrimonios entre personas de la misma clase social para
perpetuar el estatus. Por otro lado, la defensa de la familia, considerada
como una institución primordial, que debía mantenerse en la más
constante armonía. Finalmente, establecer espacios comunes,
exclusivos y excluyentes. De ahí que sus puntos de encuentro se
hallasen en clubes o cafés determinados, además de matricular a sus
hijos en determinados colegios que permitían el afianzamiento de estas
relaciones.

b) La clase media. Este sector estaba compuesto por individuos muy


diversos. NO se reconocieron formalmente como una clase social, bien
se constituyeron a partir de la imitación de la clase alta. Este sector de la
sociedad incluía a pequeños comerciantes o propietarios
manufactureros con pequeñas
Industrias, empleados públicos, descendientes de inmigrantes y
empleados de empresas comerciales o firmas extranjeras. La mayoría
buscaba la posibilidad de tener una vida segura en función de la carrera
militar o un cargo público. Algunos se dedicaron al trabajo intelectual.

c) La clase baja. Estaba conformada básicamente por artesanos,


obreros y vendedores ambulantes. En las ciudades, especialmente
en Lima, en los callejones y casas de vecindad donde residían, fueron
desarrollando su identidad, asociada a la que llamamos criolla. Esta
vez el término, a diferencia de la época colonial, había sufrido un
cambio. La cultura criolla supuso un estilo de vida y un código de
solidaridades entre iguales, así como combinar la picardía y la
bravura con el objetivo de obtener las mayores ventajas de la vida.
LA LEY DE INMIGRACIÓN DE 1849

Ante la falta de mano de obra, el congreso de Perú promulgó la ley


general de inmigración. (1849) para fomentar el ingreso de inmigrantes.
Entre las cláusulas contempladas en dicha ley se estipulaba un pago (30
pesos por individuo) a aquellos hombres de negocios que lograran
introducir al país más de cincuenta trabajadores migrantes de entre 10 y
40 años

a) Migraciones.
Durante el siglo XIX la configuración social del Perú se nutrió con la
incorporación de nuevos grupos de pobladores que se integraron de
manera definitiva a la sociedad peruana. A la diversidad de lenguas y
etnias autóctonas se añadieron otras culturas foráneas. A los españoles y
africanos se sumaron inmigrantes de otros países europeos y asiáticos.

B) Migraciones europeas

El intento por regular y, en muchos casos, propiciar la migración europea


se dio desde inicios de la república. En 1849, por ejemplo, se promulgó
una ley de inmigración que
favorecía la introducción de
pobladores de diversas
regiones del mundo.
Pero esta se derogó en 1853,
durante el gobierno de
Echenique. No obstante, en
1857 la llegada de
inmigrantes alemanes se
materializó y formaron una
colonia en la margen
izquierda del río Pozuzo.

Pero la ayuda prometida del


gobierno peruano no fue
igual de tangible. Por el
contrario, debido a la carencia de vías de comunicación esta población se
mantuvo aislada durante cerca de 120 años. Recién en 1970 se construyó
la primera carretera, con ayuda del gobierno alemán.

En 1850 llegaron al Perú irlandeses que salieron de su país debido a las


hambrunas causadas por el fracaso de las cosechas. Uno de los colonos
más destacados fue William Grace. Este irlandés se empleó en una
compañía inglesa de vapores que transportaba guano a Estados Unidos y
Europa, empresa con la que se asoció, formado W. R. Grace conocida
como la Casa Grace. Esta empresa desempeño un papel muy importante,
durante la ocupación chilena, en la refinanciación de la deuda externa
del Perú. Funcionó en el Perú hasta 1968, a inicios del gobierno militar.
Otra colonia importante de europeos en el Perú fue la italiana.

Su presencia ha quedado registrada desde el censo de


1857. Para ese entonces la población limeña arrojó un total de 94 195
habitantes, de los cuales 3 469 eran italianos. Crearon instituciones
como la Sociedad Italiana de Beneficencia y Asistencia (1862) y la
Sociedad Italiana de Instrucción y Educación Civil (1872).

En 1873 se formó la Sociedad de Inmigración Europea, para favorecer la


llegada de mano de obra. Esta sociedad estuvo presidida por el
ciudadano italiano Aurelio Denegrí.
c) Migraciones asiáticas

Luego de la abolición de la esclavitud, la ausencia de mano de obra


impuso la necesidad de traer una cantidad considerable de chinos,
denominados culis. La mayoría llegó para cumplir las labores realizadas
antes por los esclavos negros. La migración china estuvo destinada a las
haciendas costeras para luego diversificarse hacia negocios de
exportación, restaurantes y bodegas. Los abusos cometidos contra estos
inmigrantes en las haciendas obligaron al gobierno peruano a intervenir.
Se originó una campaña internacional denunciando que el trato que se
les daba era una forma encubierta de esclavitud que, para 1869, ya
estaba éticamente cuestionada.

El debate ocasionó ese tema sacó a la luz muchos escándalos. El más


importante fue el sonado caso de la barca María Luz, en 1872. Esta
barca, de bandera peruana, traía culis. Uno de ellos logró escapar
nadando hasta refugiarse en un buque británico en el puerto de
Yokohama de Japón. Tras las denuncias de maltratos a los que eran
sometidos en el barco, el gobierno japonés embargó el buque, su
tripulación y su carga humana. Después de este hecho, las condiciones
de inmigración cambiaron.

Por el contrario, la inmigración japonesa tuvo otro carácter. En primer


lugar, porque se dio después de haberse establecido relaciones
diplomáticas entre el Japón y el Perú. El convenio se rigió bajo pautas
legales muy distintas a las de la primera migración china. En 1899 se
realizó el ingreso formal del primer contingente de japoneses, aunque
para entonces ya había japoneses en el país.
La inmigración de chinos se dio como mano de obra de bajo costo que
requerían en las haciendas
costeñas del Perú a mediados
de siglo XIX. Se calcula en 250
mil la población que mantiene
una pureza en su origen étnico
y cerca al 2% de la población
peruana tiene algún ancestro
chino, pues muchos chinos
perecieron al igual que la
población negra producto del
trabajo esclavizante, dado que
su trato fue inhumano, tal es
así que en la guerra del pacifico
muchos culíes fueron
encontrados encadenados en
los cañaverales.

El chino, llega al Perú, bajo el nombre culíes" en 1849. Firmaban un


contrato en donde se comprometían a trabajar durante ocho años para
los grandes señores terratenientes. Generalmente estos contratos se
firmaban en Macao; este permitía ingresar al Perú sin problemas.
Asimismo, aseguraba al intermediario entre los chinos y los
contratantes. Cumplidos los ocho años, se retiraban a las ciudades en
donde vivían de pequeños negocios, generalmente de comida. En ese
momento en que se produce el mestizaje de la comida china con la
criolla peruana que resultaría en el popular chifa.
LOS CHINOS EN LAS ISLAS GUANERAS
Desde que fue descubierto el guano como abono, en la década de 1840-50,
la explotación fue incrementándose año tras año. Recién en 1853 el Gobierno
peruano tuvo un estudio de su contenido y planos elaborados por Raimondi
para su mejor conocimiento.

La explotación del guano estaba en manos de consignatarios, quienes


utilizaron la mano de obra china, polinésica y negra para la exportación. Las
peores condiciones de trabajo que encontraron los chinos fueron en las islas
guaneras. Por este motivo, cuando apenas se iniciaba la trata amarilla a Perú,
se prohibió, así se precisaba en los contratos, que los culíes fuesen a trabajar a
las islas. Pero, como el
cumplimiento de las
prohibiciones estaba
condicionado a las
"necesidades nacionales", los
chinos trabajaron siempre en
las islas y lo hicieron junto a
presidiarios, a negros
manumisos o libres y a los
canacas (nativos de Oceanía).

El "Illustrated Times" de Londres, el 5 de marzo de 1859 nos narra lo


siguiente:

" ... Quien escribe esta crónica visitó hace poco tiempo las Islas de Chincha.
El trabajo de excavación de guano lo hacían los chinos y había entre 250 a 300
embarcaciones cargando. Algunos han dicho que habría guano sólo para ocho
o diez años si se hacían extracciones en tal cantidad como se estaba efectuando
entonces". Sin embargo, en un artículo aparecido en el "Guano Diggers" en
"Household Worlds" 1853, el escritor estimaba que había 250 millones de
toneladas en las islas de Chincha y que tomaría 180 años para limpiarlas. El
valor de los depósitos estaba estimado en 1,250 millones de Libras
Esterlinas...".

Testigos oculares pintaron un sombrío cuadro de la suerte que corrían los


culíes empleados en las islas de guano. Unos sesenta obreros chinos
consiguieron burlar la vigilancia de sus guardianes y se suicidaron sobre las
rocas, "... dos docenas de azotes (a los chinos) los dejaban sin respiración y
cuando los soltaban, al cabo de treintainueve, después de dar unos pasos
vacilantes, caían al suelo. Eran llevados al hospital y las más de las veces si se
recuperaban, se suicidaban".

El gobierno peruano envió una comisión científica a las Islas Chincha para
efectuar los planos y medir el guano que contenía. Dicha comisión estuvo
integrada por Antonio Raimondi, José Castañón, Fermín Asencios, Francisco
Cañas, José Eboli y Manuel J. San Martin. Raimondi nos narra su viaje: "Visité
en 1853 las afamadas Islas de Chincha formando parte de su comisión enviada
por el Supremo Gobiemo, con el objeto de medir la cantidad de guano que
existía. Vi con asombro ese inmenso depósito de amoníaco, de más de cuarenta
metros de espesor que desgraciadamente ha concluido con poco provecho de
Perú.

Pude en aquella ocasión convencerme con mis ojos, por los restos de las
aves, y por los huevos transformados en guano, hallados de materia orgánica,
es realmente formada de excrementos de aves marinas acumuladas
lentamente durante muchísimos siglos y, por consiguiente, que no tiene origen
misterioso e hipotético que ha querido darle recientemente un viajero
alemán..."

La correspondencia entre Raimondi y Alejandro Arrigoni es bastante


elocuente para apreciar el trato inhumano que se les infligió a los chinos.
Arrigoni escribió a Raimondi el 26 de febrero de 1853: "En las tardes les curo
las espaldas abiertas por los látigos a estos pobres desdichados y al día
siguiente en la mañana vuelvo a curarle las mismas heridas abiertas
nuevamente por el látigo...". "Los víveres que consumimos en el Hospital son
bastante apreciables: galletas, carne salada, tocino, arroz, frijoles, harina,
manteca, azúcar, cacao, ají y vinagre. Todo esto, en los primeros días, era de
buen sabor: pero al poco tiempo el tocino y la carne salada empezaban a tener
un sabor a rancia, las galletas se agusanaban y los frijoles se llenaban de

gorgojos. La dieta diaria de los chinos era elemental: arroz y pescado".

Un testigo de la vida en las islas de Chincha fue Ricardo Palma, quien tenía
19 años de edad en ese entonces. Palma recibió
su nombramiento de oficial 3º del cuerpo
político, el 7 de febrero de 1852, día de su
cumpleaños, pero recién se embarcaría el 13 (16
en otros documentos) de marzo del año siguiente
en la goleta "Libertad" de estación en las islas de
Chincha. Ostentaba el cargo de contador que lo
asumió a partir de octubre de 1853, en remplazo
del oficial del mismo grado de nombre José Ezeta.
Mientras Ezeta esperaba un nuevo destino,
Palma tuvo que desempeñar otras tareas en el bergantín "Libertad" como el de
comandante de la nave en algunas veces.

El gobernador de las islas era el capitán de fragata Pedro José Carreño. Las
Islas de Chincha eran tres y se las identificaba como la del Norte, la del Centro
y la del Sur. Situadas frente a Pisco, distaban de tierra aproximadamente
dieciocho kilómetros. En los correspondientes derroteros, que sobre la costa
del Perú escribieron Aurelio García y García en el siglo pasado y Rosendo
Melo en los primeros años del presente, hay información muy apreciable
sobre ellas. Una flotilla de botes, balandras y lanchas cisternas las surtía de
agua que llevaban desde Paracas y los víveres se cargaban en Tambo de
Mora.

La peonada, constituida por chinos traídos desde la colonia portuguesa de


Macao (de allí el mote de "macacos"), realizaba su tarea de palear las
deyecciones de las aves en condiciones infrahumanas desde las primeras luces
del alba hasta el atardecer. El penetrante olor a amoníaco del guano era
insoportable, a lo que se unía el sol calcinante, el mal trato de los capataces
peruanos y el ensañamiento inusitado de los caporales chinos (cuchillos de sus
hermanos de raza) y la mala comida. Muchos culíes, para librarse de ese
infierno, como ya lo dijimos, optaron por el suicidio. Las islas servían además
como lugar de reclusión: "En el presidio establecido en la Isla Norte se
encuentran más de doscientos rematados, gente inmoral de suyo y con la que
es preciso ejercer la más activa vigilancia" -decía el comandante de las islas a la
jefatura superior del departamento de marina del 7 de noviembre de 1853. Las
enfermedades comunes de todos los días, eran bronquitis, reumatismo y
diarreas.

Todo eso, sin duda, fue visto por don Ricardo Palma, quien estuvo en las
islas de Chincha hasta el mes de marzo de 1854, en que lo trasladaron a la
Comandancia General de Marina en calidad de amanuense.

Sin embargo, de aquella época no quedó recuerdos en sus Tradiciones. ¿Por


qué, ni aún con el correr de los años, no dijo
algo al respecto?

Las protestas sobre el trato a los chinos


empezaron a preocupar en las relaciones
internacionales del Perú con China. En 1857
ocurrió un acontecimiento que originó un
conflicto diplomático. La barca nacional
"Carmen" era capitaneada en marzo de 1857
por el italiano Luis Camagli, desplazaba 343
toneladas y era propiedad de Pedro Denegri,
dueño también de la "Petronila
EL ACCIDENTE DEL MARILUZ
En mayo de 1872. Partió del Callao el barco peruano "Mariluz" con
destino a Macao, con el objeto de traer 255 culíes para las haciendas
del Norte. Debido a una tormenta, la mencionada nave fletada por
Emilio Althaus sufrió una grave avería el 10 de julio de 1872, teniendo
que efectuar una escala obligada en Yokohama, en territorio japonés. El
trato para los culíes era inmisericorde, morían un tercio en el trayecto.
Uno de ellos escapó y se refugió
en una nave británica, en donde
solicitó ayuda, protección y
amparo. El Encargado de Negocios
de la Gran Bretaña, por denuncia
del comandante del barco inglés,
gestionó ante las autoridades
japonesas una investigación para
llegar a la verdad en cuanto a la
grave denuncia del chino evadido.
Se estableció que las condiciones
eran insuficientes y atentatorias a
la vida y en consecuencia se
determinó que los culíes se
encontraban en libertad para
abandonar el "Mariluz".

Nuestros asuntos en el Japón


estaban en manos de la Legión
Norteamericana. Por este motivo, el Encargado de Negocios
Estadounidenses comunicó los hechos al Gobierno Peruano. El
presidente Manuel Pardo decidió enviar una Misión Diplomática al
mando del Comandante García y García. Este llegó con diez
representantes a Yokohama y, el 3 de marzo de 1873, presentó en Edo
(Tokio) sus credenciales al Emperador Meiji, llamado Ten Ho, el "Hijo del
Cielo". A la presentación de las credenciales al Emperador se realizó un
acto significativo en el puerto de Karuhue, donde por primera vez se izó
la bandera peruana y se tocó el Himno Nacional en el Japón. Esta
ceremonia tuvo su similar el 19 de octubre en el Callao, donde también
se izó la bandera japonesa y se dejó escuchar el Himno Imperial del
Japón.
Las negociaciones se centralizaron en dos puntos: la solución del
problema del barco
"Mariluz" y la firma de un tratado permanente de paz, amistad,
comercio, navegación y relaciones diplomáticas con el Japón.

Para el "impase" del barco, se firmó un protocolo que sometía el


mencionado problema al arbitraje del Zar de todas las Rusas, quien
debía señalar si el Japón se excedió o no en la actitud adoptada. Las
negociaciones tuvieron lugar en San Petersburgo. Nos representó el
diplomático José Antonio Lavalle. Dos años después, en 1875, el Zar dio
su fallo. Por razones humanitarias, el Japón había cumplido con liberar a
los culíes. El Perú aceptó plenamente el fallo.

El Comandante García y García terminó su misión con la firma de un


Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación, que establecía
representantes diplomáticos en ambos países. En cuanto a las
importaciones y exportaciones mutuas, se aplicaría la cláusula de la
nación más favorecida. Ambas naciones se reconocían iguales derechos,
privilegios e inmunidades y las ciudades y puertos estarían abiertos a los
barcos de ambos países, facilitándose el intercambio comercial.
EL FIN DE LA ESCLAVITUD
Preocupado el Gobierno Chino por la suerte de sus connacionales, decidió
enviar una comisión para investigar con las autoridades peruanas la condición
de los culíes. En 1887 se creó una comisión mixta compuesta por
representantes del gobierno peruano y del imperio chino. La comisión visitó las
haciendas de varios valles costeños. Estuvo presente en Cañete, Huaura, Supe,
Pativilca, Ica, Pisco, Palpa, Nazca, Santiago, Santa, Nepeña, Zaña, La Leche,
Jequetepeque, Santa Catalina (Trujillo) y en dos haciendas cajamarquinas,
donde también trabajaban chinos. No pudo ingresar a la hacienda del valle
Chicama, con excepción de Tulape, propiedad de la familia Larco, porque los
dueños se opusieron.

La comisión comprobó que muchos chinos ya no estaban en condición de


contratados o recontratados, pues había transcurrido mucho tiempo desde que
concluyeron los plazos de trabajo.

Al no poder pagar los hacendados un mayor incremento de sueldo dejó a


los trabajadores chinos. Algunos hacendados tuvieron que dar lotes de terreno
a sus ex trabajadores por no poder
pagarles o trataron de revivir la
institución del "yanaconaje" con la
población campesina de la sierra.

Luego de la Guerra del Pacífico,


la situación fue diferente en
la agricultura costeña,
generándose una masiva migración
interna de campesinos de la sierra
hacia la costa que originó un precio
más cómodo para el hacendado. Por
ello, el trabajador chino fue dejado
de lado. A fines del siglo XIX, la
presencia china en el campo era
mínima.
TEMA 2

SUB TEMA: LA GUERRA CON ESPAÑA (1864-1866)


La causa principal da la guerra fue la negativa de España a ratificar la
independencia del Perú y a establecer relaciones diplomáticas con
nuestro país, bajo el argumento de que no se le había pagado la deuda
reconocida en la Capitulación de Ayacucho.

España envió en 1662 una supuesta expedición científica hacia América


al mando de Luís Hernández Pinzón. Cuando la expedición se encontraba
en el litoral peruano, se produjo un incidente en la hacienda Talambo que
dejó como saldo un
peruano y un español
muertos. España
reclamó una sanción y
envió a Eusebio Salazar
y Mazarredo como
comisario regio. El
Perú protestó, porque
ese título sólo era válido
en las colonias
españolas. Por su parte,
Salazar acusó al Perú de
querer iniciar una
guerra y se retiró.
Pinzón aprovechó esta
situación y ocupó las islas guaneras da Chincha en abril da 1864.

EI Perú busco una salida diplomática al conflicto y en enero de 1865 firmo


el Tratado Vivanco-Pareja, por el cual el Perú aceptaba la autoridad del
comisario reglo y pagaba la deuda de la independencia, además de los
costos de transporte de la Armada española. Este por su parte, mantendrí
ocupación de las as guaneras hasta que el cumpliera con sus obligaciones.
La población rechazó la firma del tratado y se produjeron levantamientos.
En 1865, Manuel Ignacio Prado dio un golpe de Estado y destituyó a Pezet.
Prado rechazó el tratado, exigió la retirada de la flora española y busco el
apoyo de Bolivia, Chile y Ecuador para enfrentar a España.
El primer combate ocurrió en el puerto de Abato, en febrero de 1866, en
el que triunfo la escuadra conjunta peruano-chilena. En represalia, la
Armada española bombardeo el puerto de Valparaíso y marchó hacia el
Callao. Al tomar conocimiento de esto, el ministro de Guerra, José Gálvez,
inició las obras de defensa en el puerto. EI combate se libró al mediodía
del 2 de mayo de 1866, Ante la tenaz resistencia peruana, la flota
española se retiró tras dejar grandes daños materiales y cerca de dos mil
muertos, entre los que se encontraba el propio ministro José Gálvez. Las
relaciones entre España y Perú solo se normalizaron cuando ambos
firmaron un tratado de paz en 1809.

DESARROLLO DE LA GUERRA Y EL GOLPE DE MARIO


IGNACIO PRADO

Tras concluir la guerra se convocaron a elecciones, en las que resultó


elegido Mariano Ignacio Prado, Prado
intento enfrentar la crisis económica
solicitando un nuevo préstamo a los
consignatarios amovió una nueva
Constitución (1867) de carácter era Sin
embargo, ante las sublevaciones del
José Balta, Prado renuncia a la
presidencia y convocó a nuevas
elecciones, en las que triunfó Balta.

José Balta gobernó entre 1868 y 18?2, en medio de constantes crisis. En


el aspecto material tuvo que atender las labores de reconstrucción del
país luego del devastador terremoto de 1668. Balta mostró un especial
interés por la modernización material del país, aunque las obras públicas
se concentraron principalmente en Lima. En el ámbito económico se
enfrentó dificultades más serias. Las cuantiosas deudas con gobiernos
extranjeros y con los consignatarios del guano, además del continuó
gasto en obras de infraestructura poco productivas, habían puesto al país
al borde de la bancarrota
EL CONTRATO DREYFUS

La razón principal da la crisis era la irresponsabilidad con la que se había


manejado el dinero obtenido por la venta de guano. La única salida para
el país era efectuar una profunda reforma al sistema de explotación y
comercialización del guano. Para emprender esa tarea, Balta nombró a
Nicolás de Piérola ministro de Hacienda en 1869.

Presentó una salida para afrontar de la supuesta obtención de mayores


beneficios de la explotación guanera; acabar con el sistema de
consignaciones y sustituirlo por un contrato monopólico con alguna
compañía extranjera. Esta modalidad le permitiría al Estado ejerce un
mayor control sobre comercialización del producto evitar los fraudes. Así,
en 1870, el Congreso aprobó la firma de un contrato con la casa francesa
Dreyfus, en medio de las protestas de los consignatarios.

LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS Y GEOGRÁFICOS

Los primeros trabajos relacionados con la historia y la geografía son los


relatos de viajeros que llegaron a nuestro país por cuestiones políticas,
asuntos personales o interés científico. Uno de los primeros libros en
aparecer fue Peregrinaciones de una paria, de la francesa Flora Tristán,
en el que describe con severidad la sociedad y la política del país.

Otros viajeros cumplieron una labor destacada fueron alemán Juan


Mauric Rugendas y los franceses Max Fladiguet y Theodore Fisquet Ellos
representaron en sus acuarelas imágenes de nuestro país, y las
difundieron por el mundo a través de los álbumes de viajes. Por ejemplo,
en el álbum histórico de la expedición de La Bonite, el barco que
transportó a Radiguet, se muestran cien grabados de los lugares que visitó
en su ruta, de los cuales catorce trataban sobre el Perú.
EI científica de Antoni Raimon fue otro viajero importante nuestro
país escapando de las guerras de su país y se dedicó a estudiar la
naturaleza. Recorrió casi todo el territorio peruano, anotando las
características de la flora, la fauna y los minerales, así como los usos y
costumbres de diversos pueblos. Fundó el Museo de Historia Natural en
Lima y permaneció en nuestro país hasta su muerte, en 1890.
El ARTE DECIMONÓNICO

El costumbrismo fue la principal corriente artística de la primera mitad del


siglo XIX. Presentaba las siguientes características:

• EI gusto por lo pintoresco, que se manifestaba en la representación


de escenas típicas regionales.

• La tendencia al realismo, es decir, la representación de lee aspectos


sociales y políticos cercanos e inmediatos.
· La inclinación por el juicio crítico, que se expresaba en 1a ironía y la
sátira de personajes y costumbres.
En la literatura, el costumbrismo estuvo representado por autores como
Felipe Pardo y Aliaga, Manuel Ascencio Segura y Manuel Atanasio
Fuentes Ellos utilizaban la prensa para presentar sus críticas a la sociedad,
sus opiniones políticas y parte de sus obras.

La pintura costumbrista estuvo representada, fundamentalmente, por


Ignacio Merino y Francisco Fierro, más conocido como Pancho Fierro Las
acuarelas de este artista multa autodidacta destacan porque muestran
aspectos de la vida cotidiana de la época

CAMBIOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

A partir de 1850, los abundantes ingresos del guano también propiciaron


una renovación artística que se expresó en una fuerte influencia del arte
contemporáneo europeo, en especial el italiano y el francés. Esta
tendencia se acentuó en la costa, región más vinculada al comercio
internacional.

En ámbito de pintura apareció nueva generación de artistas, entre los que


sobre salieron Juan de Dios laguna, Francisco Laso y Luís Montero. Este
último pintó en 1868 1a obra más representativa e importante de la
época Los funerales de Atahualpa

Le arquitectura se vio impulsada por la mayor construcción de obras


públicas como parte de le modernización de la ciudad. Se edificaron, por
ejemplo, el Mercado Central de Lima, el Hospital Dos de Mayo. La
Penitenciaria de Lime y el Palacio de la Exposición.
El crecimiento de la ciudad, que obligó a derribar las murallas coloniales
en 1868, dio origen a un espíritu urbanístico que buscaba la simetría de
les construcciones, la organización de la ciudad a través de calles y
avenidas principales y la construcción de plazas centrales, como la de Dos
de Mayo. Estos sitios fueron decorados con esculturas de bronce y
mármol elaboradas por artistas europeos especialmente italianos, como
Ulderico Tenderini y Francesco Pietro Santi.
Hstoria gografia y economía (MIMEDU)
1. Castro Mendoza, Mario. "La Marina Mercante de la República", Lima.
1980.
El Comercio, Lima 5 de octubre de 1851. pág.

2: "Saludamos con placer al guerrero, sostenedor de la independencia


de la República del Uruguay por la feliz llegada a esta capital".

3-Fracase, 10 de julio de 1859. pag. 509.


Garibaldi, Vittotio Emanuele Cavou Nel Fatti Della Patria - Bologna
Zanichelli. actualmente en poder del Museo del Risorgimento de la
ciudad de Milán.

2 -El 6 de diciembre 1851. Garibaldi tuvo la famosa pelea con el francés


Ledos. El Comercio. 10 de diciembre de 1851. pág. 3, col. 4.

Durante el tiempo que navegó en el "Carmen" Garibaldi llevó un diario a


bord Actualmente el diario se encuentra en el "Archivo de Estado de
Palermo" (A.S.P.). Archivo 1, número 202.

Garibaldi partió definitivamente del Perú el 31 de octubre de 185

Antonio Ralmondi. El Perú. Mis primeros viajes. Parte preliminar, tomo I.


capitulo I, 1874.

Raimondi el 28 de julio de 1850. Murió en Lima en 1895.

10.Libro copiador Nº 47, folio 636, Escalafón de Marina. Libro copiador


Nº 693, folio 192, Goleta "Libertad" 1853, Documentos 38 y 40 del
Museo Naval.

No sólo en las Isla de Chincha.


También se les explotaba en los depósitos de Pabellón de Pica y Punta
Lobos, incluso cuando ya se protestaba por tanto abuso.
Ídem 10.

Goleta "Libertad" 1853. Comandancia General de Marina. Documento Nº


8. folios 12 y 13.
Humberto Rodríguez Pastor, "Hijos del Celeste Imperio en el Perú"
(1850-1900) , p.26,

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