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Factótum 7, 2011, pp.

8-13
ISSN 1989-9092
http://www.revistafactotum.com

Del ser-para-la-muerte al ser-para-el-inicio:


Martin Heidegger y Hannah Arendt

Miguel Ahumada Cristi

Colegio Católico Madre Ana Eugenia, Pudahuel (Chile)


E-mail: miguel.ahumada.cristi@gmail.com

Resumen: Comparamos en este artículo el ser-para-la-muerte de Martin Heidegger con el ser-para-el-inicio de


Hannah Arendt. Mientras en Heidegger la muerte es el “fin” del hombre como ser individual, esto es, lo separa de
su facticidad, en Arendt la muerte es el “fin” del hombre como ser intersubjetivo, es decir, como ser político.
Palabras clave: Martin Heidegger, Hannah Arendt, metafísica, Dasein, ser-para-la-muerte, ser-para-el-inicio.

Abstract: In this paper Martin Heidegger's being-toward-death and Hannah Arendt's being-toward-beginning are
compared. Whereas death is for Heidegger the “end” of man as an individual being, i.e. Separates him from his
facticity, birth is for Arendt the “end” of man as an intersubjective (political) being.
Keywords: Martin Heidegger, Hannah Arendt, metaphysics, Dasein, being-toward-death, being-toward-beginning.

1. Introducción (Sein-zum-Tode) y el ser-para-el-inicio. Aunque


en muchas ocasiones se ha puesto al ser de
Heidegger reveló a Arendt que ella fue la Arendt como la antítesis del ser de Heidegger,
musa de su Sein und Zeit. Llegó incluso a mostraremos que tal afirmación no es
confesarle que si ella no hubiese aparecido en completamente cierta.
su vida no hubiese podido escribir el libro (cf.
Safranski, 1997: 174). La dedicatoria de la
obra fue aceptada afectivamente por Arendt;
2. Diferentes puntos de partida
empero, su contenido filosófico es distante del Si se habla de nacimiento es imposible
pensamiento arendtiano. obviar a la vez el trato con la muerte. Esto
En efecto, si se puede decir que hay un sucede sobre la base de un espacio temporal.
Dasein en la obra de Arendt, tal Dasein es muy Es decir, el hombre como ser biológico nace y
de Arendt. Es un ser-para-el-inicio1 o un ser muere. Esta es la premisa para desvelar las
para un comienzo que no tiene fin. Ello, porque diferencias entre estos grandes pensadores
según ella, aunque la muerte sea inevitable, el alemanes. Para no caer en juicios que puedan
hombre no vino al mundo a morir, sino a vivir, ser injustos, abarcaremos precisamente sólo el
en virtud de generar nuevos comienzos a opuesto trascendental de Arendt a la ontología
través de su aparición activa en el mundo, heideggeriana. Mientras para Heidegger el ser-
condición interminable gracias al en-el-mundo es ser-relativamente-a-la-muerte,
acontecimiento de la natalidad. para ella, aunque también es ser-en-el-mundo,
Es precisamente lo que acabamos de no lo es hacia la muerte, sino hacia un inicio
señalar aquello en lo que vamos a profundizar a interminable que se renueva gracias a la
lo largo de los siguientes apartados. Nos natalidad.
centraremos pues en una cierta diferencia entre En Heidegger, el tiempo no puede ser
el Dasein de Heidegger y el de Arendt, cuyas entendido como un ente aislado del ser. El ser,
formas respectivas son el ser-para-la-muerte por su parte, tampoco puede ser entendido
1
Ser-para-el-inicio es una categorización nuestra, que en el
como tiempo, y sólo el Dasein puede
transcurso de esta parte se podrá entender por completo. Fernando interrogarse sobre el tiempo, su tiempo. El
Bárcena emplea el término “ser para el nacimiento” del mismo modo filósofo comienza El ser y el tiempo señalando
que nuestro ser-para-el-inicio cuando explica la diferencia entre el ser que su obra está encaminada hacia una
en Heidegger y el ser en Arendt. Cf. Bárcena (2002: 6).

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“interpretación del tiempo como posible La continuidad (tò synechés) en


horizonte de toda la comprensión del ser”. Aristóteles tiene relación con el espacio y el
Es por ello que instala una nueva vinculación tiempo. Por lo tanto, movimiento, espacio y
entre el ser y el tiempo en relación a su tiempo están vinculados entre sí como
espacio temporal: el hombre, que, como ser formas o modos de lo continuo (Aristóteles,
que se interroga sobre la muerte, vive Física, IV; cf. Vigo, 2007: 86-87).
interpretando el fenómeno de la facticidad. Por su parte, Heidegger cree que en
Por lo tanto, el análisis hermenéutico de la Aristóteles y en los griegos se entiende
facticidad de Heidegger parte no desde un kínesis como un movimiento procesual, por
“sobre” la vida fáctica, sobre el tiempo o lo tanto, tiene un fin peculiar; ello, porque
sobre el ser, sino “desde” el ser y desde el los griegos definen kínesis como un
tiempo. Se trata de un comprender desde movimiento hacia un fin con sentido y
dentro, en medio de la vida, las dirección. A tal definición, Heidegger
singularidades que afloran hacia la sagazmente le da una forma distinta. Para
comprensión desde la facticidad propia del él, al igual que para Arendt, este fin no es
ser humano. (cf. Heidegger, 2008: 32-41) un acabamiento, por una razón, aunque
Nuestra tesis es que Arendt acoge parte difícil de acceder, muy sencilla: no da cabal
de la ontología de Heidegger y la transforma respuesta completa al aspecto de la
desde su propia perspectiva, cual es continuidad y el carácter incesante de la vida
reemplazando el concepto “muerte” por del ser, es decir, algo que nunca tiene un
“inicio.” En otras palabras, transforma el ser- final establecido. En efecto, para Heidegger
para-la-muerte en ser-para-el-inicio. la muerte es también una continuidad
Ello, desde luego, porque ella es una incesante, y aunque se trate de un
pensadora política. La pregunta que ella se acabamiento que está listo para nosotros, no
hace es ¿cuál es el fin y propósito de la nos encaminamos hacia ella como cual
política? La pluralidad, responde; vale decir, hormiga que se dirige a su hormiguero. La
la diferencia que paradójicamente vincula a muerte es en Heidegger el “fin” de una
todas las personas. En Heidegger, la continuidad incesante.2
pregunta es muy distinta. Se trata de Para él la vida siempre se dirige a un
descubrir y resolver la pregunta que τέλος (télos) u horizonte último, que es un
interroga por el sentido del ser, y puesto que horizonte indeterminado (en tanto no tiene
se trata de una pregunta sobre el ser en fin) pero determinante (en tanto aparta al
particular, termina necesariamente en ésta: ser-ahí, en lo particular, del mundo). En
¿Quién es el ser? Para Heidegger, es Dasein. efecto, este horizonte tiene una movilidad
que lo hace infinito, razón por la cual a él no
3. El ser-para-la-muerte en Heidegger se llega; por lo tanto, la vida se hace
incesante en su direccionalidad. Dicho de
El punto es este: en Heidegger, el otro modo, el télos es inconmensurable, aun
Dasein contiene una vida en movimiento sabiendo que determina la existencia sin que
(kínesis) que se caracteriza por volcarse a sí se llegue a él.
misma en el sentido de anticiparse a ella. La Según Di Cesare (1999), en Aristóteles
anticipación más pura, o posibilidad todo movimiento persigue siempre un télos
extrema, es la muerte. Por ello es que pero no se agota en él. De este modo, el
Dasein no es un ente, sino un existente que concepto enérgeia de Aristóteles sirve a
puede, en lo particular, dejar de existir, Heidegger como modelo de una vida de
morir (cf. Heidegger, 2008: 145-157). movimiento incesante, pues al contrario de
Escogimos, por razones de espacio, el entélechia (que es un acto concluido) es un
más importante punto de partida para movimiento que jamás cesa y “en virtud del
ambos: Aristóteles. En relación a kínesis, cual el proceso de realización jamás llega a
Vigo señala: concluirse” (Di Cesare, 1999: 91-92).
De modo que si, según Arendt, el télos
“[L]a concepción aristotélica del es el inicio y la natalidad, también tendrá un
movimiento natural se orienta básicamente carácter incesante, es decir, la continuidad
a partir del caso provisto por los cambios incesante es la natalidad, que a diferencia de
de tipo procesual, de los cuales la la muerte es capaz de generar
continuidad es una de las características
estructurales más importantes.” (Vigo, 2
La muerte en Heidegger no puede ser entendida sólo como
2007: 85) un fin biológico, sino como el último fin de una vida incesante, es
decir, la finitud no vivida por el Dasein. El paso del ser al no-ser
no es una experiencia, no podemos contarla o recordarla porque
el ser pasó a no-ser.

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constantemente nuevos inicios. Señala totalidad del ser ahí. El otro “fin” es
Arendt que: el “comienzo”, el “nacimiento”.
(Heidegger, 1980: 403)
“[E]l resultado y fin de una acción es,
simplemente, que la acción carece de fin. Según Colomer (1990: 520-530) la
El proceso de un acto puede literalmente muerte en Heidegger no es sino la
perdurar a través del tiempo hasta que la conclusión de una inconclusión, pues
humanidad se acabe.” (Arendt, 2009: 253) mientras existe el ser-ahí, nunca está
acabado, ni la muerte misma lo determina.
Carece de fin porque gracias a la Ello porque no hay posibilidad de
natalidad, entendida como nacimiento y experimentar el tránsito del ser-ahí al no
como inicio, es que surge la posibilidad de ser. Señala que nuestra vida en movimiento
comenzar algo nuevo, cuestión que permite incesante no rompe la finitud de nuestro ser,
la acción carezca de un final. Pues los pero sí conecta al ser con su posibilidad de
nuevos son portadores de la acción, que dejar de ser. Tal estado del ser ahí, no
viene desde antes de su nacimiento y que significa que la muerte sea el fin, un haber
les sobrevivirá. llegado al fin, sino Sein-zum-Ende (ser para
Como vemos, aunque la muerte y la el fin) en medio de la facticidad.
natalidad son contrarios, parecen abrirse La vida fáctica en Heidegger es la vida
camino desde el mismo principio: el carácter que se hace en lo diario. Con esto quiere
incesante de la vida. Esto conduce a la significar que la vida humana es
pregunta clave: si Arendt y Heidegger interpretación que se otorga a aquello que
entienden el ser como un ser de movimiento ocurre en la cotidianidad. En efecto, la vida
incesante, ¿por qué para Heidegger la humana es una vida vivida desde el viviente,
muerte es su “fin”, y para Arendt no tiene fin que desde dentro se interpreta como un
puesto que hay natalidad? Las razones proceso de centro interno que se vive en
parten de un fin distinto. Como sabemos, primera persona porque
Heidegger caracteriza al Dasein3 como un
ser capaz de interpretar, necesitado de “[L]a esencia del ser-ahí está
interpretación y en estado de interpretado.4 en su existencia […] y es un “yo
Todo aquello, en cuanto se desenvuelve en soy”, “tú eres”. Y el ser-ahí es en
la vida fáctica, un arrojo al mundo del cual cada caso mío, a su vez, en uno u
no se puede escapar hasta la muerte. Esta otro modo de ser.” (Heidegger,
1980)
visión del ser es para Heidegger un modo de
vivir rodeado de posibilidades hasta dejar de
ser; o bien, la posibilidad más extrema de Dicho de otro modo, la hermenéutica
Dasein, la muerte. Sin embargo, la muerte heideggeriana es un estudio del ser en
no es la finitud de kínesis del ser. Es por cuanto ser de la facticidad y su relación con
esta razón que Heidegger debe dejar en el ser-ahí.
claro que Esta visión del ser es para Heidegger un
modo de vivir rodeado de posibilidades hasta
“[L]a muerte sólo es el “fin” del “dejar de ser”, o bien, la posibilidad más
ser ahí formalmente tomada, sólo es extrema de Dasein, morir. En efecto, para
sino de los fines que encierran la Heidegger la muerte no es un
acontecimiento, puesto que no se vive. Esto,
3
El ser-ahí proyecta su ser en cuanto a posibilidades que porque para él la cotidianidad es justamente
constituyen su existencia misma. Dasein no es un ente, sino un el ser “entre” el nacimiento y la muerte. El
existente, es un ser contenido en su existencia. En efecto, Dasein, situado en la vida fáctica, vive su
existencia, Dasein, y ser-en-el-mundo, son lo mismo. Para
Heidegger este modo de ser del hombre es un “yo mismo”, el vida interpretando las posibilidades como
cual vive sólo su propio ser arrojado a la vida fáctica. una manera de anticiparse a la muerte, el
4
Como el Dasein es ser-en-el-mundo, debe necesariamente saber que el ser llega al fin, y el fin de la
entenderse a si mismo. Interpretarse dentro de la vida fáctica es existencia se da mientras se puede estar
interpretar los acontecimientos que le suceden, i.e. se comprende
proyectándose hacia ella. El ser entonces es
de acuerdo a su existencia. El interpretar supone que su ser-en-
el-mundo es también para otro, y si bien se dijo en la cita anterior un ser-relativamente-a-la-muerte. Pero esta
que el ser-ahí vive su propio ser como un “yo mismo”, este se espera, que tiene carácter temporal, se da
rodea de otros seres, por ello es que necesita interpretar al otro en la cotidianidad, y esto mismo hace
en las mismas condiciones de mundo que él (entendido mundo ignorar voluntariamente el acontecer futuro
como su modo de ser en la vida fáctica). Estos dos modos de
interpretar -a sí mismo y al otro- constituyen la auto-interpretación de la muerte. Esto es así porque de esta
(apertura a lo otro), lo que significa que toda interpretación que forma el ser-ahí escapa de la preocupación
haga el Dasein, en relación a las posibilidades que constituyen su de morir, por cuanto la envolvente
existencia, es una interpretación acerca de sí mismo. De este cotidianidad le otorga otras preocupaciones
modo, es que el ser-ahí esta determinado en sus posibilidades.

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de acuerdo a las posibilidades que se puedan significa un “no todavía”, “aún hay tiempo”,
dar en la vida fáctica. 5 en otras palabras, abre el tiempo para dar
Esto es lo que precisamente incomoda a nuevos sentidos a las cosas, para un
algunos filósofos posteriores a Heidegger. “renacer” (cf. Anders et al., 2008). No
Romano (2008), por ejemplo, repara que obstante esto último, es justo aclarar que a
Heidegger se detenga con tanto interés en la Romano, a diferencia de Arendt, no le
importancia de la muerte descuidando una interesa en demasía el carácter público del
posible analítica de la natalidad como acontecimiento del nacer, sino más bien su
acontecimiento. Sin embargo, para su implicancia en el “yo” existenciario, a partir
contra, él mismo descuida el concepto de de la natalidad.
kínesis heideggeriano, lo que lo hace
alejarse de un juicio filosófico completo. Si 4. El ser-para-el-inicio en Arendt
para Romano el ser es más que un ser-
hacia-la-muerte, es un ser desde donde se Hannah Arendt señala que no obstante
puede siempre generar nuevos sentidos, lo siendo la muerte un acto inevitable, el
que, en verdad, genera un-ser-hacia-la-vida, nombre no es ser-en-el-mundo para morir,
aun reconociendo la muerte como algo sino para comenzar lo nuevo en compañía
ineludible. Quiere significar, a nuestro juicio, de otros hombres; es decir, el ser en el
que a través de la existencia y los mundo se da sólo en compañía de seres-en-
acontecimientos que se nos presenten, el-mundo. En esta misma línea, Castoriadis
somos capaces de dar nuevos sentidos a las (2005) –lector de Arendt y en sintonía con
cosas que ya estaban, donde el su pensamiento– sostiene que el hombre
acontecimiento de la natalidad es el don de históricamente ha sido capaz de crear y de
una oportunidad que irrumpe para que ello poner sentidos donde antes no lo había. La
suceda (cf. Romano, 2008: 32-42). No capacidad de crear del ser humano “propone
obstante, este dar nuevos sentidos a las y pone una forma nueva”, i.e. da el salto
cosas que ya estaban, no es algo que sobre lo que ya había (lo que en verdad, es
Heidegger desconozca.6 De hecho, la muerte generado por el acontecimiento mismo). En
en Heidegger abre la vida como posibilidad, efecto, Castoriadis quiere salvar al hombre
puesto que también para él la muerte de una creencia determinista y finita
(muerte). La creación (como nacimiento de
5
Cf. Heidegger (1980: 253-256). Es necesario agregar, para algo nuevo) en Castoriadis, significa que a
una mayor comprensión, que en Heidegger la vida fáctica está
llena de acontecimientos que nos hacen escoger entre
partir de un acontecimiento, como para
posibilidades, pero la vida misma espera un fin, un descanso sin nosotros lo es el nacimiento o lo nuevo, se
retorno, a decir de Heidegger, la posibilidad más extrema, la puede dar “el establecimiento de un nuevo
muerte propia. La relación que tiene el Dasein con su finitud (la eidos, de una nueva esencia.” (Castoriadis,
muerte); es decir, hasta donde llega lo define como un ser-para-
la-muerte. Por lo tanto, la muerte no se cumple como las otras
2005: 99)
posibilidades, porque la muerte es la finitud, es determinante e Sin embargo, aunque esto parezca cierto
ineludible. En consecuencia, la muerte no se vive porque “saca al ¿Por qué Arendt declara que la natalidad nos
ser ahí justamente de la posibilidad de experimentar este tránsito asegura el aspecto de continuidad? Para
[del ser al no ser] y de comprenderlo como experimentado”
(Heideger, 2008: 260). No obstante, el ser-ahí tiene nociones de Arendt, somos seres destinados a iniciar y
la muerte por la experiencia de muerte de los otros, aunque estas continuar. Y aun cuando la muerte ha
referencias se proyectan sólo como un fin posible, que como ocupado un lugar relevante en la reflexión
posibilidad es indescriptible, porque sólo se puede entender como filosófica y religiosa, meditatio mortis es
un fin que jamás deja de ser posibilidad, ya que no es una
posibilidad común que en lo ordinario termina por acabarse. Por
una cuestión puramente humana y se hace
ello es que se puede entender como un vuelco del ser del “ser- presente cada vez que el hombre se
ahí” al ya “no ser-ahí” y no como un saber lo que se experimenta interroga sobre su existencia. Arendt concibe
en la muerte, ya que la muerte es en sí, inexperimentable. la muerte no como el término de la
Heidegger sostiene en este caso que “el morir no es un hecho
dado, sino un fenómeno que hay que comprender
existencia, sino como un final biológico que,
existenciariamente, […] que es peculiar en cada caso” (Heideger, aunque sea ineludible, no es el fin del ser,
2008: 262). puesto que la vida no es esperar la muerte
6
Heidegger utiliza para esto el término Augenblick (en Heidegger tampoco), sino un comenzar
(literalmente “pestañeo”), un tiempo vivido que no pasa sin dejar lo nuevo, blindado por la infinitud de la
una trascendencia en el ser, ya que puede ser fundamental en
nuestras vidas, inclusive nos puede hacer renacer (iniciar nuevas
natalidad. Sin embargo, observamos que
cosas). Un Augenblick puede ser, por ejemplo, el nacimiento de hasta en estas “similitudes” entre Heidegger
un hijo, o cuando los tesalonicenses escucharon a San Pablo, sus y Arendt hay diferencias, pues para Arendt
vidas se trasformaron definitivamente en un renacer. no es la vida fáctica (la cotidianidad) lo que
Precisamente a Heidegger le interesa en San Pablo el concepto
del tiempo kairos como el instante en que nuestra vida comienza
hace al hombre olvidar una muerte biológica
a tener nuevos sentidos. Este kairos puede cambiar la vida de segura, esto sólo lo hace ocupar su tiempo
una persona en un cien por ciento, para mejor o para su contra.

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en posibilidades que se dan antes de la través de esta condición somos capaces de


muerte. A su juicio, lo que en verdad organizar cuerpos políticos que aseguren la
permite al hombre escapar de la muerte es libertad.
la natalidad, no la muerte misma, pues sabe En Arendt la muerte es principium
que su vida se conserva a través de ese individiationis, i.e. la muerte nos aleja del
milagro, y porque mediante el nacimiento vivir con otros. La muerte es en cada caso la
entra el hombre en el mundo y se conserva muerte de uno mismo; es dejar de compartir
en él mediante su don y capacidad de dar físicamente el espacio mundano (Arendt,
vida. Del mismo modo, tampoco la vida 2002: 276), cuestión que Heidegger pensó
fáctica, lo cotidiano, nos aleja de la del mismo modo.
preocupación de la muerte, sino la vita La diferencia transcendental es que
activa política (cf. Arendt, 2008). Arendt se aventuró a declarar la natalidad
Una frase muy recurrente en Arendt, que como la esencia más pura y divina de la vida
recoge de San Agustín (De Civitate Dei, libro y acción humana. Según ella porque es el
12, cap. 20) es initium ut esse homo creatus quiebre de la muerte, la continuidad de un
est, “para que haya un comienzo el hombre principio infinito, puesto que el hombre
fue creado”. Aunque, como sabemos, Arendt aparece en el mundo con la natalidad. La
no es religiosa, la frase sirve muy bien a su acción, como capacidad de generar nuevos
propuesta mayor, i.e. el hombre no llegó al comienzos, hace que su aparición en el
mundo para morir, sino para dar mundo no sea a través de meditatio mortis,
continuidad; vale decir, para comenzar, para sino de un vivir activo en donde dejamos de
iniciar, para ser principio y ser comienzo. ser “algo” que va morir y nos transformamos
Esta relación entre continuidad e inicio se en “alguien” portador de inicios que carecen
debe a que el hombre continúa el mundo de un final (Birulés, 2007: 86-87). En efecto,
que le precede, que desde atrás le empuja Arendt siempre cree que “la natalidad
hacia delante, y, estando ya en mundo es derrota a la muerte posibilitando la
capaz de iniciar. Pero este iniciar, que permanencia” (Birulés, 2007: 208).
intenta abrir camino hacia el futuro, lo Para Arendt, los “mortales” son hombres
remite precisamente al pretérito, es decir, lo que se dejan sobrepasar por la conciencia
empuja hacia atrás. Por lo tanto, el hombre biológica sobre su existencia. Los inmortales,
da inicio a sus acciones en el intervalo que los “para siempre”, son aquellos cuya acción
existe entre el pasado y el futuro (Arendt, trasciende la vida individual desde el
1995: 79-81). nacimiento hasta la muerte, carácter sólo
Lo que en verdad une a los hombres alcanzable en un espacio de libertad donde
entonces es su condición humana de se produzcan acontecimientos significativos
iniciadores, no su condición de ser finito, que para la felicidad y libertad del hombre. Ello
mueve y orienta sus vidas. En este sentido, porque
sostiene Arendt que:
“[L]a tarea y potencial grandeza de los
“[C]ada final en la Historia contiene hombres radica en su habilidad de producir
necesariamente un nuevo comienzo: este cosas –trabajo actos y palabra– que
comienzo es la promesa, el único mensaje merecen ser, y, al menos en cierto grado,
que le es dado producir a un final. El lo sean imperecederas con el fin de que, a
comienzo antes de convertirse en un través de dichas cosas, los mortales
acontecimiento histórico, es la suprema encuentren su lugar en un cosmos donde
capacidad del hombre; políticamente se todo es inmortal a excepción de ellos
identifica con la libertad del hombre. mismos. Por su capacidad de realizar actos
Initium ut esse homo creatus est, dice inmortales, por su habilidad en dejar
Agustín. Este comienzo es garantizado por huellas imborrables, los hombres, a pesar
cada nuevo nacimiento; este comienzo lo de su propia mortalidad individual,
constituye, desde luego, cada hombre.” alcanzan su inmortalidad y demuestran ser
(Arendt, 2007: 640) de naturaleza divina.” (Arendt, 2009: 31)

Asimismo, el comienzo, que está antes y 5. Conclusión


estará después de nuestra existencia, es la
garantía de romper un final predecible del En suma, lo cierto es que el ser-ahí en
que nos hacemos conscientes cuando nos Heidegger es también un ser activo, su
preguntamos sobre nuestra muerte. Sin conexión con el mundo es a partir de la
embargo, dado que hay un comienzo, la experiencia del mundo en tanto estamos
libertad encuentra un amplio y fértil terreno, unidos a él. Mediante la acción en el mundo
y, puesto que comenzar algo nuevo es nos insertamos en él para hacernos cargo de
característica existencial del hombre, a nuestra vida. A eso Heidegger llama vida

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auténtica. Para Heidegger, la vida ya es es un problema del individuo consigo mismo,


“infinita” y lo demuestra en su metáfora del como ocurre en Heidegger (Abbagnano,
horizonte: por más que me acerque a él no 2007: 829). El ser de Arendt tiene una vida
lo alcanzaré. Nunca la vida ha de descansar activa por el hecho que comparte el mundo
mientras el horizonte sea nuestro “fin”, con otras personas. Eso explica por qué su
puesto que a él no se llega. La actividad del acción sólo es posible por cuanto hay otros.
hombre se hará entonces inconmensurable e Esto mismo lo hace un ser que puede
incesante. generar interminables inicios gracias a la
En este sentido, compartimos la actividad del ser y a la natalidad.
reflexión de Prinz (2002: 208-209), quien Lo que verdaderamente separa a estos
señala que Arendt comparte absolutamente dos autores es que:
esta nueva orientación del ser, pues también
ella en toda su obra desarrolla ampliamente “Heidegger había redescubierto la
el concepto de vida activa. Pero al describir praxis pero la había encerrado en el
este ser activo, Arendt se aleja bastante de horizonte de un rígido solipsismo de la
Heidegger. Aun cuando conserva de decisión. Arendt retoma esta intuición pero
Heidegger el carácter incesante de la la invierte en una exaltación del carácter
intersubjetivo, plural, público, es decir,
movilidad del ser, para ella una vida
político, del actuar.” (Volpi, 2008: 18)
auténtica no sólo se vive en lo particular, no

Referencias

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Arendt, H. (1995) De la historia a la acción. Barcelona: Paidós.
Arendt, H. (2002) La vida del espíritu. Barcelona: Paidós.
Arendt, H. (2007) Los orígenes del totalitarismo. 3ª ed. Madrid: Alianza.
Arendt, H. (2008) Martin Heidegger cumple ochenta años (1969). In Anders et al. (2008).
Arendt, H. (2009) La condición humana. 5ª ed. Barcelona: Paidós.
Bárcena, F. (2002) Hannah Arendt: Una poética de la natalidad. Δαίμων. Revista de Filosofía,
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Birulés, F. (2007) Una herencia sin testamento: Hannah Arendt. Barcelona: Herder.
Castoriadis, C. (2005) Los dominios del hombre. Barcelona: Gedisa.
Colomer, E. (1990) El pensamiento alemán de Kant a Heidegger. Barcelona: Herder.
Di Cesare, D. (1999) Humboldt y el estudio filosófico de las lenguas. Barcelona: Anthropos.
Heidegger, M. (1980) El ser y el tiempo. México D.F.: FCE.
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Safranski, R. (1997) Un maestro de Alemania. Barcelona: Tusquets.
Vigo, A. (2007) Aristóteles. Una introducción. Santiago de Chile: IES.
Volpi, F. (2008) Introducción. In Anders et al. (2008).

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