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UNIVERSIDAD DE OCCIDENTE

SEDE QUETZALTENANGO.
PROGRAMA DOCTORAL

Luis Alberto Fernández Ramírez.


Carne: 1901022001

Seminario: Proceso Económico I.


Tutor: Víctor Rosal.
Marzo, 2,019
LA DETERMINACIÓN DEL SALARIO.
I. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVO.

En el devenir del análisis del libro “El Proceso Económico” del autor
Manuel Ayau, se expusieron una serie de ideas a efecto de comprender al menos
meridianamente como funciona o como debería funcionar la economía de los
individuos, haciendo especial énfasis a la cooperación social, como modelo para
el logro de los fines perseguidos.

Dicha obra invita a reflexionar sobre como los actos de cada ser humano
en lo particular forman parte de aquella coordinación o cooperación que de modo
espontáneo va desarrollándose en la sociedad, permitiendo su adecuada
evolución y desarrollo; así como la convivencia armónica entre sus miembros, no
solo en el ámbito económico sino trascendiendo a otros planos de vida.

Sin embargo hubo un punto que llamó poderosamente la atención, como lo


fue el hecho que el autor aborda el tema de la determinación del salario y la
exposición de la ley económica que sirve para su fijación. Extremo este que no es
observado en la realidad, pues para la fijación de los salarios en general, no se
toma en cuenta el factor de la productividad, sino por el contrario es el ente
gubernamental quien lo fija al menos en su parámetro mínimo, de lo cual parece
existe consenso a nivel internacional, incluso respaldado por la Organización
Internacional del Trabajo quien también regula el tema.

La intención del presente trabajo es que a través de las siguientes páginas,


pueda exponerse esas ideas contrapuestas hasta el momento, a efecto de analizar
el modo más certero y acorde a la realidad para la fijación de un parámetro tan
importante como lo es el salario, tomando en consideración que una buena parte
de la población se desempeña en relación de dependencia, esto es, que venden su
tiempo y su trabajo a cambio precisamente de ese salario.
Para el efecto se analizará el tema inicialmente desde la óptica meramente
económica (lo expresado por el autor), para luego cotejar dicha información con
el aspecto jurídico imperante en el país y las consecuencias que dicha regulación
conlleva para la inversión, generación de empleo y consecuente desarrollo social.
Para poder tener una visión y opinión más informada sobre este aspecto y poder
llegar a conclusiones racionales sobre si la normativa que tiene como finalidad
proteger a la clase débil de la relación laboral (los trabajadores), realmente los
protege o termina por afectarles.
II. ANÁLISIS DE LA LEY ECONÓMICA.

(Ayau Cordón, 2009), al referirse al tema de la determinación del salario,


de forma rotunda y contundente ha manifestado:

Hay una “Ley” económica que enuncia: el nivel de salarios en cada clase de actividad
lo determina la productividad marginal del trabajo. Esa ley, al igual que la ley de
gravedad o las leyes de termodinámica, no la puede derogar congreso alguno ni la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Al hacer un análisis e interpretación más profunda del pensamiento antes


enunciado, pueden extraerse una serie de ideas base que son necesarias de
explicar, a efecto de estar en capacidad de dar un adecuado grado de alcance y
comprensión a lo que el autor postula.

Inicialmente es necesario determinar que se entiende actualmente por


salario, (Ossorio, 1982) lo explica del modo siguiente:

Académicamente, el estipendio o recompensa que los amos dan a los criados por razón de
su servicio o trabajo. Por extensión, estipendio con que se retribuyen los servicios
personales.
Esas definiciones son –como otras muchas de la Academia- jurídicamente equivocadas;
en primer lugar, porque en la actualidad el salario no está referido únicamente al servicio
doméstico, sino a todos los trabajadores, especialmente obreros, y de modo más
característico a los que cobran a destajo, por horas, jornadas (de donde se derivan las
expresiones jornal y jornalero), semanas o quincenas; ya que la retribución que se percibe
por meses es llamada sueldo; y, en segundo término, porque hay retribuciones por servicios
personales que no son salario –ni tampoco sueldo-, como sucede con los honorarios que se
pagan a los profesionales liberales y con la retribución de quienes por cuenta propia
realizan servicios u obras para otras personas. De ahí que el concepto de salario lleve
implícita una relación de trabajo subordinado entre quien lo paga y quien lo recibe.
Precisamente por eso el problema salarial constituye uno de los temas más importantes
tanto en el terreno económico y en el social cuanto en la protección que le otorga el Derecho
Laboral en lo que respecta a su cuantía…
El salario no exige que el pago se haga en dinero, aunque eso sea lo más corriente; sino
que puede serlo también, por lo menos parcialmente, en especie (alimentos, habitación y
otros bienes de uso). La determinación de los salarios ha dado siempre origen a muy
diversas teorías de fundamento político y económico: libertad absoluta de contratación
para ambas partes sobre la base de la ley de la oferta y la demanda, ley de bronce del
salario, regulación absoluta por el Estado, libertad contractual partiendo de la obligación
de respetar los salarios mínimos… (el subrayado es propio)

Por su parte (Ayau Cordón, 2009) respecto a la noción de salario señala:

Al hablar de salarios, me refiero a la remuneración total del trabajador, es decir, a la


suma de lo que se le paga en efectivo, más el costo de lo que se le paga en especie. Lo que
se le paga en especie consiste de ración de comida, seguro social, tiempo no trabajado pero
pagado y cualquier otro gasto causado por el hecho de trabajar.

Estas ideas expuestas nos dan una clara noción que el concepto de salario
es un suma lo que se le paga al trabajador (sujeto en relación de dependencia)
por ocasión del trabajo que realiza (el cual puede ser en dinero y en especie).
Nótese que para poder hablar válidamente del término salario es necesario que
exista esa relación de dependencia o de subordinación entre quien lo paga y quien
lo recibe. Lo cual nos lleva necesariamente a determinar los conceptos de
empleado o trabajador y de empleador o patrono.

(Congreso de la Republica de Guatemala., 1947), al referirse a dichos


conceptos establece:

Artículo 2º, Patrono es toda persona individual o jurídica que utiliza los servicios de uno
o más trabajadores, en virtud de un contrato o relación de trabajo…
Artículo 3º, Trabajador es toda persona individual que presta a un patrono sus servicios
materiales, intelectuales o de ambos géneros, en virtud de un contrato o relación de
trabajo.
Continuando con el análisis de las ideas expuestas por el autor Manuel
Ayau, es adecuado referirse a las clases de actividades que él menciona. Debe
recordarse que por virtud de la cooperación social que dentro de una colectividad
los individuos realizan de forma espontánea unos con otros; y en atención a la
diversidad de talentos y habilidades de cada sujeto en particular posee, fue
posibilitándose y desarrollándose la noción de la división del trabajo, que no es
más que el hecho que cada persona se dedicara a aquellas actividades donde su
capacidad y productividad fuera mayor en comparación con las restantes, lo cual
ha permitido a través del intercambio tanto directo como indirecto que las
personas dispongan de una variedad de productos y servicios que sería imposible
obtener si todas las personas se dedicaran a lo mismo. De este desarrollo y
avance de la sociedad es que hoy tenemos diversidad de actividades económicas
a las cuales las personas se dedican, tales como (carpinteros, sastres, mecánicos,
panaderos, agricultores, maestros, enfermeras, albañiles, domésticas, cocineros,
reposteros, herreros, futbolistas, entre otro sin fin de actividades que podrían
mencionarse.)

La particularidad de esta división del trabajo, es decir de las distintas


clases de actividades que el autor menciona, es el hecho que no todas tendrán la
misma cantidad de retribución en concepto de salario, lo cual no es en modo
alguno discriminatorio, sino por el contrario deviene de una noción que es acorde
a la realidad y sobre todo que responde de forma directa a la especialización
requerida para el desempeño del trabajo, esto es al grado de conocimiento,
destreza y experiencia exigible para quien va a prestarlo; pero sobre todo al grado
o rango de productividad que dicha actividad económica arroje dentro de la
sociedad (que debe ser el marco para la fijación del salario, según la ley
económica analizada.)

Este aspecto que cualquier persona podría entender fácilmente, por simple
sentido común, es invisibilizado y no tomado en cuenta por parte de la legislación
gubernamental que regula el tema de fijación de los salarios (actualmente -2,019-
fijados mediante el Acuerdo Gubernativo 242-2018 del Ministerio de Trabajo y
Previsión Social, toda vez que en Guatemala únicamente se reconocen tres
actividades económicas y como consecuencia se prevé o fija el salario mínimos de
solo dichas actividades, estas son:
- Actividades agrícolas.
- Actividades no agrícolas.
- Actividad exportadora y de maquila.

Siendo dicha división a todas luces insuficiente, para reflejar la realidad


del contexto social, esto es la diversidad de actividades económicas que los
particulares de hecho realizan, las cuales no se agotan en las tres categorías
antes enunciadas. Lo que la legislación erróneamente intenta hacer es encasillar
las actividades económicas en alguna de estas tres categorías que son
extremamente generales, pero lo peor de todo es equiparar y homogenizar los
salarios de tales actividades económicas (al menos en su rango mínimo, lo cual
se analizará más adelante), aun y cuando las mismas en la realidad no se
correspondan unas a otras en lo absoluto.

Dicho de modo simple, la ley lo dice, pero no es lo que en realidad sucede


a diario en la sociedad, su efecto es, no reconocer la diversidad de actividades
económicas que de hecho existen y en consecuencia no tratarlas particularmente
ya que cada cual merece salarios en atención a su productividad, no de modo
genérico para todas, lo que pone de manifiesto el error que se comenta.
Avanzando en el análisis realizado, el autor menciona que los salarios de
cada actividad, deben ser determinados según la productividad marginal del
trabajo. Dicho concepto económico, (Economipedia., s.f.), lo define como:

La productividad marginal es la variación que experimenta la producción de


un bien al incrementar una unidad de un factor productivo del mismo,
permaneciendo el resto constante.
Es un índice económico que se utiliza para expresar y medir cambios en el resultado de un
proceso productivo una vez que cambian las variables que inciden en el mismo, esto es, los
factores productivos. Esta medida expresa buenamente las variaciones y la intensidad de
éstas ante cambios de elementos productivos, consiguiendo así descifrar la importancia
de cada uno de ellos para el cómputo total.
Está íntimamente relacionada con la Ley de los Rendimiento Decrecientes, que señala
que cuando se añaden cantidades adicionales de un determinado factor productivos (por
ejemplo, empleados, máquinas, etc) a la producción de un bien o servicio, permaneciendo
el resto de factores constantes, existe un punto (llamado punto de equilibrio) a partir del
cual la producción total se incrementa cada vez menos. Con ello no se indica que la
producción no crezca, sino que cada vez que se añaden nuevas unidades crece menos
proporcionalmente.
En este sentido, la productividad marginal es una asimilación de la ley de elasticidad,
que señala en qué medida y proporción se incrementa la producción al incrementar en una
unidad un factor productivo.

Esta noción de productividad, como factor clave para determinar los


salarios, equivale a decir que a un trabajador no se le paga por el simple hecho
de estar a disposición de su patrono o de llegar a su trabajo, se le paga por
producir, ya que dicha producción es lo que determinará su salario. Ello implica
como lógica consecuencia el interés de este por ser más productivo, es decir, más
eficaz en su desempeño, ya que es un incentivo que su salario se fije con base a
la productividad; contrario a lo que sucede con un trabajador que sabe que tiene
su salario asegurado a fin de mes, independiente de lo que realmente produzca.
Esto a su vez se convierte en un pasivo fuerte para el empresario, quien
evidentemente necesita que la producción y consecuentemente sus ingresos
económicos se incrementan para poder realizar los pagos de salarios, lo cual en
modo alguno podrá lograr cuando no existe una adecuada producción o incluso
la misma se paraliza por conflictos laborales (huelga por ejemplo.)

III. ANÁLISIS CRÍTICO DEL MODELO NORMATIVO.

El autor concluye su enunciado, expresando que la ley económica antes


citada, al igual que la ley de gravedad o las leyes de termodinámica, no la puede
derogar congreso alguno ni la Organización Internacional del Trabajo.

Es importante tener presente lo siguiente, esta “ley económica”, a la que


se hace referencia no es una creación humana deliberada o fabricada con el
propósito de regular un marco de acción para conseguir fines específicos. Al
contrario dicha ley no es más que el resultado de los fenómenos que se han visto
de modo espontáneo en la sociedad a lo largo del tiempo. No ha sido creada, sino
simplemente descubierta, como sucede con el tipo de leyes a las cuales el autor
hace referencia que son las leyes de las ciencias naturales concretamente. Vale
la pena aquí recordar el pensamiento que ha expresado (Hayek, 1973), al
referirse a este tipo de leyes, cuando señala:

No es en modo alguno accidental que continuemos aplicando el término <ley> tanto a las
normas invariables que rigen a la naturaleza física como a aquellas otras que gobiernan
las conductas de las gentes. Ambas fueron en un principio consideradas independientes
de la voluntad humana. Aunque las tendencias del pensar antropomórfico primitivo
hicieran que los seres humanos atribuyesen a menudo uno y otro tipo de leyes a la
intervención de algún ente sobrenatural, lo cierto es que fueron tenidas por verdades
eternas que, si bien cabía descubrir, no era posible alterar.
Ello implica que existen ciertas leyes sobre todo de tipo natural o físico
que son propias del ambiente en el que nos desenvolvemos todos, es decir, están
allí nos guste o no; y no es factible cambiarlas a voluntad, ya que ello no solo
resulta imposible sino además devendría contra natural. Esto funciona y es
aplicable a la ley económica antes mencionada, ya que la misma busca guardar
un equilibrio armónico entre los miembros de la sociedad y por ende fijar bajo
parámetros lógicos la retribución del trabajo o fijación del salario que es
exactamente lo mismo.

Sin embargo, conforme a la pugna entre los conceptos de individualismo y


de colectivismo, han existido una serie de opiniones y posiciones totalmente
opuestas entre sí, las cuales han buscado dividir a los miembros de la sociedad y
fraccionarlos en grupos o clases en éste caso, así por ejemplo en el ámbito
económico y social hoy en día es común hablar de la burguesía, clase patronal o
dueños de los recursos por un lado en contraposición a la clase obrera, proletaria
o marginada por el otro.

Este sesgo social (propio del colectivismo) ha dividido a los miembros de la


sociedad entera, contraponiéndolos entre sí y perpetuando un conflicto que no
debiese existir, cual si fueran los unos contra los otros; sin darse cuenta las
personas que todos se necesitan mutuamente para su respectivo desarrollo
personal, (cooperación social.)

Pero, ya que esto no fue entendido en lo absoluto y por el contrario a lo


largo del siglo pasado se dieron una serie de inagotables luchas entre las clases
sociales antes mencionadas, que desembocaron a su vez en la aparición y
reafirmación varias ideologías y corrientes doctrinarias, que dieron origen a la
supuesta necesidad de proteger al más débil, esto es, a la clase denominada
trabajadora.
Y para lograr este fin específico, se hizo necesario que el Estado en una
función paternalista y tutelar (aparentemente), interviniera de modo coercitivo
en la esfera privada de los ciudadanos, buscando a través de la emisión de
normas jurídicas controlar y regular las relaciones de trabajo entre los miembros
de la sociedad, a tal punto de invisibilizar y hacer nula la autonomía de la
voluntad de las personas, puesto que ya no importa lo que estos quieran o a que
acuerdos arriben, es el gobierno el que impondrá los únicos márgenes válidos
sobre los cuales se puede pactar.

Una muestra de ello se encuentra en la propia ley suprema del país; en


efecto (Asamblea Nacional Constituyente, 1985), en sus artículos 101 102 y 106
establece:

ARTICULO 101. Derecho al trabajo. El trabajo es un derecho de la persona y una


obligación social. El régimen laboral del país debe organizarse conforme a principios de
justicia social.

Artículo 102. Derechos sociales mínimos de la legislación del trabajo. Son derechos
sociales mínimos que fundamental la legislación del trabajo y la actividad de los
tribunales y autoridades… f) Fijación periódica del salario mínimo de conformidad con
la ley…

ARTÍCULO 106 Irrenunciabilidad de los derechos laborales. Los derechos consignados


en esta sección son irrenunciables para los trabajadores, susceptibles de ser superados a
través de la contratación individual o colectiva, y en la forma que fija la ley. Para este fin
el Estado fomentará y protegerá la negociación colectiva. Serán nulas ipso jure y no
obligarán a los trabajadores, aunque se expresen en un contrato colectivo o individual de
trabajo, en un convenio o en otro documento, las estipulaciones que impliquen renuncia,
disminución, tergiversación o limitación de los derechos reconocidos a favor de los
trabajadores en la Constitución, en la ley, en los tratados internacionales ratificados por
Guatemala, en los reglamento u otras disposiciones relativas al trabajo. En caso de duda
sobre la interpretación o alcance de las disposiciones legales, reglamentarias o
contractuales en materia laboral, se interpretarán en el sentido más favorable para los
trabajadores.

Es así como en el país y en la mayoría de países del mundo se fue


desarrollando tanto doctrinaria como normativamente el Derecho del Trabajo o
Derecho Laboral como en otros sitios se le conoce, que no es más que la
intromisión arbitraria del Estado en las relaciones eminentemente particulares
de los individuos como lo son las laborales (patrono-trabajador.)

Dicha rama de derecho se encuentra plagada de ideologías de tipo


socialista y colectivista, tal y como se desprende de los propios considerandos del
Código de Trabajo (Decreto 330) antes citado, que es el cuerpo legal que rige este
tipo de relaciones donde se evidencia esa influencia antes mencionada, para el
efecto regula:

Que esas características ideológicas del Derecho de Trabajo y, en consecuencia, también


las del Código de Trabajo, por ser éste una concreción de aquél, adaptada a la realidad
de Guatemala, se pueden resumir así:

a) El Derecho de Trabajo es un Derecho tutelar de los trabajadores, puesto que trata de


compensar la desigualdad económica de éstos, otorgándoles una protección jurídica
preferente;

b) El Derecho de Trabajo constituye un mínimum de garantías sociales, protectoras del


trabajador, irrenunciables únicamente para éste y llamadas a desarrollarse
posteriormente en forma dinámica, en estricta conformidad con las posibilidades de
cada empresa patronal mediante la contratación individual o colectiva y, de manera
muy especial, por medio de los pactos colectivos de condiciones de trabajo.

c) El Derecho de Trabajo es un derecho necesario e imperativo, o sea de aplicación forzosa


en cuanto a las prestaciones mínimas que conceda la ley, de donde se deduce que esta
rama del Derecho limita bastante el principio de la “autonomía de la voluntad”, propio
del Derecho común, el cual supone erróneamente que las partes de todo contrato tienen
un libre arbitrio absoluto para perfeccionar un convenio, sin que su voluntad esté
condicionada por diversos factores y desigualdades de orden económico-social.

d) El Derecho de Trabajo es un Derecho realista y objetivo; lo primero, porque estudia al


individuo en su realidad social y considera que para resolver un caso determinado a
base de una bien entendida equidad, es indispensable enfocar ante todo la posición
económica de las partes, y lo segundo, porque su tendencia es la de resolver los diversos
problemas que con motivo de su aplicación surjan, con criterio social y a base de hecho
concretos y tangibles;

e) El Derecho de Trabajo es una rama del Derecho Público, por lo que al ocurrir su
aplicación, el interés privado debe ceder ante el interés social o colectivo; y

f) El Derecho de Trabajo es un Derecho hondamente democrático porque se orienta a


obtener la dignificación económica y moral de los trabajadores, que constituyen la
mayoría de la población, realizando así una mayor armonía social, lo que no
perjudica, sino que favorece los intereses justos de los patronos; y porque el Derecho
de Trabajo es el antecedente necesario para que impere una efectiva libertad de
contratación, que muy pocas veces se ha contemplado en Guatemala, puesto que al
limitar la libertad de contratación puramente jurídica que descansa en el falso
supuesto de su coincidencia con la libertad económica, impulsa al país fuera de los
rumbos legales individualistas, que sólo en teoría postulan la libertad, la igualdad y
la fraternidad.

Como puede apreciarse del análisis e interpretación del considerando


antes transcrito, aquella relación que se daba entre los particulares de forma
libre y espontánea, que desencadenaba en una cooperación social donde todos
buscaban su propio progreso, y por ende se lograba el progreso de la colectividad
en su conjunto, no solo de una clase; fue menoscabada en su totalidad por los
sesgos colectivistas, que dividieron a sus miembros, confrontándolos a unos
contra otros (ricos versus pobres), lo que hizo necesario que el Estado irrumpiera
en la libertad de las personas, limitando o incluso eliminando las mismas, y por
ende regulara a través de la normativa jurídica este tipo de relaciones.
Y una de las intromisiones más evidentes e importantes, fue a través de
la fijación de un mínimo del salario de forma coactiva, es decir, anuló toda
negociación o acuerdo que las personas pudieran tener en torno a la fijación del
salario que se iba a pagar y a devengar respectivamente y fijó mediante una
norma cuál debería ser el salario mínimo, es decir, aquella cantidad por debajo
de la cual nadie podría pagar por el trabajo de otro.

Pero lo que es más grave y se relaciona directamente con el punto que se


analiza, es que se inobservó y se buscó anular la ley económica antes enunciada,
ya que de modo alguno el salario iba a ser fijado en base a la productividad que
sería el criterio lógico para su fijación, sino por el contrario dicho salario quedaría
fijado de modo normativo por parte del gobierno sin tomar en cuenta si los dueños
o empresas producían o no, o si era un cantidad suficiente para los trabajadores,
o de un modo mucho más amplio las consecuencias que en el sistema social,
laboral y económico generaría una modificación a tal salario cada cierto tiempo.
(Nótese como una acción deliberada, produce consecuencias en otros ámbitos
sobre los cuales no se quiso hacer cambio alguno.)

A guisa de ejemplo se comentan algunos criterios doctrinarios de autores


de Derecho para pretender describir y justificar la fijación de salarios mínimos
de modo coercitivo y unilateral por parte del Estado. (Fernández Molina, 2006),
ha señalado:

Dentro de la concepción general del Derecho Laboral, el tema de los salarios mínimos
ocupa un lugar preponderante. Una de las principales aspiraciones de todo ordenamiento
laboral, es la obtención de salarios que permitan una existencia digna del trabajador.
Nuestra Constitución, en el literal a) del Artículo 102 proclama el derecho (social) a
condiciones económicas satisfactorias que garanticen al trabajador y a su familia una
existencia digna, y en el literal siguiente señala que todo trabajo será equitativamente
remunerado, salvo lo que al respecto determine la ley. La implementación de salarios
mínimos se fundamenta pues en esa necesidad de asegurar mínimos decorosos a los
trabajadores. Adicionalmente se justifica como un contrapeso a un presunto poder de
controlar el mercado por parte de los empresarios. Los efectos colaterales de la fijación del
salario mínimo son diversos y merecen atención especial, tomando en cuenta que de por
medio está el ingreso de subsistencia de un gran sector de la población. Por otra parte,
inmersos en economías de altos índices inflacionarios, a veces los aumentos de salarios
mínimos y de los salarios en general, no son tales aumentos sino que reajustes. Esto es, el
salario nominal se aumenta, pero se mantiene, o acaso se reduce, el salario real que es el
que en última instancia importa.

Por su parte, (Bino Ponce, 1,999) en similares término expresa:

Guillermo Cabanellas, designa como Salario Mínimo, un límite retributivo laboral que
no cabe disminuir; la suma menor con que puede remunerarse determinado trabajo, en
lugar y tiempo determinado.
Dicho en otras palabras, salario mínimo es el menor salario que se puede pagar a
cualquier trabajador subordinado.
Legalmente el salario mínimo, es aquel que todo trabajador tiene derecho a devengar para
cubrir sus necesidades normales de orden material, moral y cultural y que le permitan
satisfacer sus deberes como jefe de familia.
La importancia del salario mínimo, radica en que, constituye una garantía económica
para los trabajadores, cuando no existe límite inferior retributivo y cuando los patronos
explotando coyunturas económicas o el desamparo de los trabajadores implantan salarios
ínfimos. Así mismo porque protege el núcleo familiar y a la sociedad toda, y evita la
injusticia que significa abonar una retribución insuficiente.
Es importante, también, por la intervención del Estado, el cual no puede permanecer
indiferente ante la situación de hecho que deriva de retribuciones inferiores a aquellas que
corresponden a la producción que el trabajador realiza en beneficio de la empresa.

Es así como el Código de Trabajo al regular lo relativo al salario mínimo y


principalmente su forma de fijación y periodicidad, estableció:

Artículo 103.- Todo trabajador tiene derecho a devengar un salario mínimo que cubra sus
necesidades normales de orden material, moral y cultural y que le permita satisfacer sus
deberes como jefe de familia. Dicho salario se debe fijar periódicamente conforme se
determina en este capítulo, y atendiendo a las modalidades de cada trabajo, a las
particulares condiciones de cada región y a las posibilidades patronales en cada actividad
intelectual, industrial, comercial, ganadera o agrícola…

Artículo 105.- Adscrita al Ministerio de Trabajo y Previsión Social habrá una Comisión
Nacional del Salario, organismo técnico y consultivo de las comisiones paritarias,
encargadas de asesorar a dicho Ministerio en la política general del salario…

Artículo 111.- Las Comisiones Paritarias de Salarios Mínimos deben tomar en cuenta,
para mejor llenar su cometido, las encuestas que sobre el costo de la vida levante la
Dirección General de Estadística… así como sobre las posibilidades patronales…

Artículo 113.- El Organismos Ejecutivo, con vista de los mencionados informes y


dictámenes debe fijar anualmente mediante acuerdos emanados por conducto del
Ministerio de Trabajo y Previsión Social, los salarios mínimos que han de regir en cada
actividad, empresa o circunscripción económica. En los considerandos de los referidos
acuerdos deben consignarse las razones en que descanse la fijación de salarios mínimos.

Artículo 115.-La fijación del salario mínimo modifica automáticamente los contratos de
trabajo en que se haya estipulado uno inferior y no implica renuncia del trabajador, ni
abandono del patrono, de convenios preexistentes más favorables al primero…

Lo anterior implica y quiere decir:


- Que el salario mínimo debería ser suficiente para cubrir las necesidades
básicas el trabajador en todos sus ámbitos de vida.
- Que dicho salario mínimo será fijado periódicamente, es decir, sufrirá
constantes cambios.
- Que el salario mínimo será fijado mediante acuerdo por el Ministerio de
Trabajo y Previsión Social cada año, en base a la información recibida por
parte de la Comisiones Paritarias de Salarios Mínimos y la Comisión
Nacional del Salario Mínimo.
- Que en los considerandos de dicho acuerdo se expresarán las razones para
fijar determinado mínimo en concepto de salario.
Resulta importante contrastar lo que se dice en la ley con lo que sucede en la
realidad. En primer punto la intención de fijar un salario mínimo es brindar a la
persona trabajadora condiciones dignas para su desarrollo, esto es, que cuente
con medios suficientes para cubrir sus necesidades básicas, lo cual es loable,
necesario y todos estaríamos de acuerdo con tal posición. Sin embargo al
establecer salarios sin considerar realmente las posibilidades de quien debe
pagarlos, (ya que no son fijados por parámetros de productividad), lo que en
realidad genera es un efecto contrario al que deseaba ya que por una lado provoca
desempleo, puesto que al aumentar el salario mínimo muchas empresas optan
por despedir y disminuir en número a sus trabajadores ya que solo puede pagar
un salario mayor pero a un número menor de estos (lo cual podría ser verificado
en varias empresas cada vez que se decreta un aumento al salario mínimo).
Sumado a ello no obstante en teoría se aumente nominalmente el salario, es
decir, se pague más dinero al trabajador, paradójicamente dicho dinero le
alcanza para menos, derivado a la inflación que muchas veces se genera, no solo
aumentan los salarios, sino automáticamente aumentas los precios de los
productos, lo que implica que lejos de mejorar la calidad de vida de los
trabajadores disminuye pues su poder adquisitivo, tal y como lo señala
Fernández Molina en la parte final de la transcripción.

En segundo término, es importante hacer notar que esta constante


modificación del salario mínimo aleja la inversión (sobre todo la de tipo
extranjero) pues no propicia de modo alguno seguridad jurídica y reglas claras
para quienes deseen montar un negocio o instalar una empresa, alejándose con
ello posibles fuentes de trabajo, bastaría ver el índice de desempleo formal que
hay en el país, para darnos cuenta que lo que se necesita para realmente mejorar
la calidad de vida de los trabajadores es atraer la inversión y crear nuevas y
mejores fuentes de empleo. Véase como con mayor productividad todas las partes
se benefician, ya que el movimiento económico es un ámbito donde todos ganan,
de aquí que sea necesario romper la idea que lo que uno se enriquece es el
empobrecimiento de otro, lo cual es falaz.

Un tercer aspecto a tomar en cuenta es que la normativa antes transcrita


señala que uno de los parámetros para fijar el salario mínimo lo constituye la
información que sobre el costo de vida emita la Dirección General de Estadística.
(Actualmente Instituto Nacional de Estadística.) Nótese el doble error: por una
parte para fijar el salario se tienen en cuenta las necesidades de quien lo recibe
(costo de vida) más no las posibilidades de quien lo paga (productividad) y quede
evidenciado como la normativa regula totalmente al contrario de lo que postula
la ley económica planteada por Ayau. Si pudiéramos hacer un ejercicio de
formulación de la fijación del salario mínimo en término legales sería: El nivel
de salarios en cada clase de actividad lo determina la necesidad del trabajador
en atención al costo de vida. Véase la diametral divergencia con la ley económica
citada. Por otra parte, el tomar información de costo de vida de las oficinas de
estadística resulta un error, toda vez que en el mejor de los casos nos describirá
únicamente el costo de la vida pasada, no la actual. Tal y como lo expresa (Mises,
1949)

Vano, por completo, resulta el ampuloso aparato con que los funcionarios de las oficinas de
estadística pretenden cifrar los correspondientes índices expresivos del poder adquisitivo del
dinero y la variación del costo de la vida. En el mejor de los casos, esos numerosos índices no
constituyen más que torpe e impreciso reflejo de cambios que ya acontecieron.
IV. ANÁLISIS CRÍTICO DEL ACTUAL ACUERDO GUBERNATIVO DE
FIJACIÓN DE SALARIO MÍNIMO.

Como ha quedado expuesto en el país por mandato legal, el salario mínimo


se fija a través de la decisión gubernamental que se tome para el efecto.
Actualmente para el año 2,019 se han fijado los salarios mínimos respectivos,
dividiendo en tres las actividades económicas. (Ministerio de Trabajo y Previsión
Social, 2018), emitió el acuerdo gubernativo 242-2018 a través del cual dichos
montos quedaron fijados. Dicho acuerdo establece:

Considerando: Que al no existir acuerdo en la Comisión Nacional del Salario, corresponde


al Organismo Ejecutivo la fijación del mismo. El Organismo Ejecutivo ha analizado… la
situación económica del país y de los distintos sectores productivos; considerando que el
número de trabajadores guatemaltecos que cuentan con un empleo formal y digno ha
disminuido y el de aquellos trabajadores que se encuentran en la economía informal, o en
situación de subempleo o desempleo directo ha aumentado, lo que requiere tomar medidas
necesarias para crear condiciones que permitan la generación de más empleos formales y
apoyar el aumento de la competitividad de las empresas guatemaltecas en aras de
desarrollar una mayor inversión nacional y extranjera, para que de esta manera puedan
crearse nuevas fuentes de empleo para los guatemaltecos.

Nótese como lo expuesto en páginas anteriores es confirmado con el punto


considerativo del acuerdo, el desempleo ha aumentado, existe división entre las
clases antagónicas creadas (patronos y trabajadores) -pues no existió ningún
acuerdo para la fijación del salario mínimo-, la inversión es necesaria para la
creación de nuevas fuentes de empleo.

Dicho acuerdo continua regulando:

Considerando: Que para fijar el salario mínimo deben tomarse en cuenta tanto las
necesidades de los trabajadores, el nivel general de salarios en el país, así como distintos
factores económicos que incluyen las posibilidades de los empleadores, los niveles de
productividad, competitividad y la importancia de promover, alcanzar y mantener un alto
nivel de empleo, promoviendo de esta forma el desarrollo integral de la población
guatemalteca. En congruencia con la necesidad de reactivar la economía del país, es
conveniente fijar como salarios mínimos los mismos que rigieron para el año dos mil
dieciocho.

Véase como la legislación tergiversa e intenta modificar la ley económica


de la que venimos hablando, ya que el acuerdo analizado señala varios puntos a
tomar en cuenta para fijar el salario mínimo y uno de ello es precisamente el
nivel de productividad. Cuando este parámetro debería ser el principal sino el
único a tomar en cuenta para la fijación de dicho salario (aun y cuando se
considera que lo más adecuado es no fijar salarios gubernamentalmente sino
dotar de plena libertad a los contratantes, sobre todo porque las actividades
económicas son muy variadas y la ley solo contempla tres: actividades agrícolas,
actividades no agrícolas y actividad exportadora y de maquila, siendo a todas
luces insuficientes)

Sin menoscabo de lo anterior, este acuerdo fija un punto importante que


se distingue de las típicas fijaciones de salarios, que está contenido en el artículo
9 del mismo que establece:

Artículo 9. Promoción e implementación de sistemas de remuneración salarial modernos


y congruentes con la labor del trabajador. Se designa al Ministerio de Trabajo y Previsión
Social para que coordine acciones conjuntas con el Instituto Técnico de Capacitación y
Productividad –INTECAP- para que dentro del marco de sus atribuciones presten la
asesoría que requieran los centros de trabajo interesados en aplicar esquemas voluntarios
de remuneración en atención a la producción y generación de resultados de sus
trabajadores.

Como puede apreciarse, es un tímido intento de fijar salarios de un modo


diferente y más acorde con la realidad, esto es remuneración en atención a la
producción y logro de resultados. Se acerca mucho más a lo que la ley económica
plantea, en el sentido que los salarios deben ser determinados por la
productividad del trabajo. No es un sistema de remuneración salarial moderno,
de hecho esto ha sido entendido así de forma espontánea desde siempre, pero esa
visión positivista de querer creer que todo debe ser ideado por alguna menta
específica (constructivismo) lleva a querer plantear de ese modo las cosas,
cuando en la realidad no son así.

Por último ojalá en un futuro puede entenderse que el conglomerado social


no debe estar dividido en clases o ningún otro tipo de separación; que cada quien
en búsqueda de disminuir su nivel de satisfacción hará su mayor esfuerzo para
conseguir su propio progreso y el de su familia. Esto creará escenarios ideales de
cooperación social espontánea que permitirá acrecentar la productividad y hará
viable la creación de la riqueza para ahí si mejorar la calidad de vida de toda
persona. No es con simples aumentos al salario nominal como esto se logra, es
aumentando la productividad y el poder adquisitivo de lo que se gana. Para todo
esto el papel del Estado no debe ser el que hasta hoy tiene interviniendo y
restringiendo la liberta de las personas, al contrario debe apartarse y permitir
la real libertad, limitando su campo de acción al mínimo necesario, prestando los
servicios básicos (infraestructura, carreteras) y creando condiciones (seguridad,
certeza jurídica, cumplimiento de contratos) para que la cooperación social se de
libremente.
V. CONCLUSIONES.

1. El salario, es la retribución tanto económica como en especie, que se le


paga al sujeto en relación de dependencia; como producto del trabajo que
éste realiza para otra persona. Sin estos requisitos, las retribuciones que
alguien pague a otro no son consideradas salario.

2. El salario debe ser fijado en atención a cada actividad económica según la


diversidad existente y no encasillado en alguna categorización
generalizada.

3. El salario no es pagado a un trabajador por el simple hecho de llegar a


trabajar, sino principalmente por producir.

4. En contraposición a las conclusiones anteriores, en Guatemala por virtud


de la regulación legal en materia laboral, el salario no es fijado acorde a
parámetros de productividad, sino que es fijado un mínimo y este es
revisado periódicamente, lo cual es perjudicial para el sistema económico
del país e incluso para el propio trabajador.
VI. REFERENCIAS

Asamblea Nacional Constituyente. (1985). Constitución


Política de la República de Guatemala. Guatemala :
Cultural Guatemalteca.
Ayau Cordón, M. F. (2009). El Proceso Económico. Guatemala.:
Litografía Múltiples Gráficos.
Bino Ponce, C. E. (1,999). Introducción al Estudio del
DErecho Individual del Trabajo Guatemalteco. Guatemala.
Congreso de la Republica de Guatemala. (1947). Código de
Trabajo. Guatemala.: Cenadoj.
Economipedia. (s.f.). www.economipedia.com.
Fernández Molina, L. (2006). Derecho Laboral Guatemalteco.
Guatemala: OSCADEL S.A.
Guatemala., C. d. (2018). Código de Trabajo. Guatemala:
CENADOJ.
Hayek, F. A. (1973). Derecho Legislación y Libertad, volumen
I. España: Unión Editorial S.A.
Ministerio de Trabajo y Previsión Social. (2018). Acuerdo
242-2018. Guatemala: Litografía Nacional.
Mises, L. (1949). La Acción Humana. Madrid: Unión Editorial
S.A.
Ossorio, M. (1982). Diccionario de Ciencias Jurídicas,
Políticas y Sociales. Argentina: Heliasta S.R.L.

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