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ESTATUILLAS PALEOLÍTICAS DE LA FECUNDIDAD

NOMBRE: VENUS DE WILLENDORF.

LUGAR DONDE SE ENCUENTRA: Aldea austríaca de WILLENDORF.

FECHA DE CONSTRUCCIÓN: Paleolítico (28.000—25.000 a. C.)

DESCRIPCIÓN: Es una figurilla de pocos centímetros de altura, labrada en piedra,

resaltando extraordinariamente el vientre y los senos, mientras que las piernas son
insignificantes, los brazos ligeros y la cabeza sin ningún rasgo aparente.

FUNCIÓN: Estos cuerpos ovoides, de forma elemental, estática, fantásticos en su

deformidad, son seres originarios, rítmicos, encerrados en sí mismos. Incluyen una idea y una

potencia: la fuerza primordial de la vida, la que asegura la continuidad de la especie y de la


existencia de los muertos en el más allá.

Estas Venus, que todavía no pueden llamarse divinidades, son las antepasadas de la Gran Diosa

o de la Madre Naturaleza, cuyo culto será esencial a partir del Neolítico, a consecuencia de

los mitos agrícolas, y que con el tiempo serán el origen de todas las diosas del amor y la
fecundidad de la historia posterior.
EL TEMPLO MÁS ANTIGUO DEL MUNDO Y EL
NACIMIENTO DE LA RELIGIÓN

NOMBRE: TEMPLO DE GÖBEKLI TEPE

LUGAR DONDE SE ENCUENTRA: Sudeste de Turquía, cerca de la frontera con Siria.

FECHA DE CONSTRUCCIÓN: Neolítico precerámico (IX milenio a. C.)

DESCRIPCIÓN: Las casas o templos son edificios megalíticos redondos. Los muros están
hechos de piedra seca sin trabajar e incluyen numerosos pilares monolíticos de piedra caliza
en forma de T con más de tres metros de altura. Otro par de columnas más grande aparece
emplazado en el centro de las estructuras. Hay evidencias de que las estructuras estaban
techadas: el par central pudo haber soportado el tejado.
Las prospecciones geomagnéticas indican que debe de haber unos 200 pilares. Los pisos
estaban hechos de terrazo (cal pulida) y hay un banco bajo adosado alrededor de todo el
muro exterior.
Los relieves de los pilares incluyen zorros, leones, jabalíes, asnos salvajes, garzas, patos,
escorpiones, hormigas, arañas, muchas serpientes y unas pocas figuras antropomorfas. Hay
también esculturas exentas que podrían representar jabalíes o zorros, aunque, como están
muy incrustadas de cal, es difícil decirlo.

FUNCIÓN: el uso primario del yacimiento fue ritual, una "catedral en la colina", lugar de
peregrinación que atraía devotos desde más de ciento cincuenta kilómetros de distancia.
LOS MENHIRES

NOMBRE: MENHIR DE MOLLET

LUGAR DONDE SE ENCUENTRA: se descubrió en abril del 2009 en la


localidad barcelonesa de Mollet del Vallés (España), en el yacimiento del Pla de les Pruneres.

FECHA DE CONSTRUCCIÓN: Neolítico Final, entre el 3300 y el 2200 a. C.

DESCRIPCIÓN: Mide 4,90 metros de altura y 68 centímetros de ancho, con un peso de cerca
de 6 toneladas. Está hecho de arcosa, una roca sedimentaria formada a partir de la erosión
de rocas graníticas. Formado por un solo bloque esculpido en busto redondo o en bajorrelieve,
representa una figura humana.

FUNCIÓN: Se desconocen los significados rituales concretos que inspiraron el alzamiento y


disposición de los menhires neolíticos, sólo se sabe con seguridad que eran, como
otros monumentos similares de la época, construcciones funerarias. A sus pies suelen
hallarse tumbas con restos o cenizas de difuntos, cerámicas, etcétera. Los grandes
conjuntos megalíticos serían necrópolis y los menhires habrían desempeñado el papel
de lápidas vinculadas a la conmemoración y el culto de los antepasados. Ciertos menhires
podrían haber sido tributos a las divinidades o, en el caso de los menhires esculpidos,
representaciones de las mismas.
Caso aparte son ciertos menhires europeos cristianizados cuyas cruces y/o escenas bíblicas
talladas muestran cómo esta religión asimiló o reutilizó monumentos asociados a épocas y
creencias anteriores.
Lo más frecuente en el Neolítico, respecto a las atenciones al cadáver son: enterrarlo
(inhumación) o quemarlo (incineración). La inhumación significa devolver el cuerpo a la Tierra,
a la Gran Diosa Madre, que dispensa la vida, la muerte y la resurrección. La incineración se
relacionaba con las virtudes purificadoras del fuego, o con el deseo de facilitar al espíritu el
paso a otro mundo convertido en fluidos invisibles (los gases y vapores de la combustión).
En las paredes de algunos se ven grabados signos figuras antropomorfas, series de trazos
paralelos, y huesos decorados; todo ello relacionado con el culto a la Gran Diosa Madre.

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