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UNI V ERS IDAD P E DAG ÓGI CA

NACIONAL

EL N IÑ O Y E L PRO C E SO
E N S U D E S A RRO L L O
D E L CO N OC IM I E N TO
PROFR. MA. CELIA SÁN CHEZ LEÓN

LECTURA “ORGANIZACIÓ N DEL PROCESO


DE CRECIMIENTO”

NORMA ANGÉLICA FLORES


LOZANO

ENTREGA: SÁBADO 12 DE SEPTIEMBRE DE 2015


Lectura “Organización del proceso de crecimiento”

J.M. Tanner, Educación y desarrollo físico. México, Siglo Veintiuno., 1979, p. 63-83.

El crecimiento del niño es un proceso muy regular y organizado. Aunque los niños sean
gemelos, la organización del desarrollo es tal, que los procesos de diferenciación y,
crecimiento se autoestabilizan y buscan sus metas. Esta capacidad de autocorrección y
búsqueda de metas ahora es mejor entendida debido a que se ha estudiado mejor la dinámica
de las sustancias que interactúan en el interior. Sin embargo, aún sabemos muy poco acerca
de la organización real de estas complicadas pautas de crecimiento.

Gradientes de crecimiento
Una manera en que se exhibe la organización del crecimiento es mediante la presencia de
gradientes de crecimiento. De acuerdo a esto y observando la gráfica de los gradientes se
puede ver que a todas las edades cubiertas por los datos, el pie está más cerca del estado
adulto que la pantorrilla. En caso de los brazos, se parecen mucho en el modo de crecer
aunque la diferencia sexual reaparece (las niña tienen más largos que los niños todos los
segmentos del brazo y las piernas). El adelanto del crecimiento en el brazo en comparación
con la pierna refleja otro gradiente de crecimiento que se asemeja mucho al del recién nacido,
donde la cabeza es relativamente mucho mayor que el cuerpo.

En cuanto a la estatura, es progresivo hasta la edad de 13 años; pero de los 13 a los 17 el


gradiente desaparece y lo suplanta una influencia particular sobre un componente, sobre todo
en el empujón de la adolescencia, que afecta la longitud del tronco más que a las de la cabeza u
el cuello o de la pierna. Los gradientes pueden ser muy localizados, por ejemplo hay un
gradiente que regula el crecimiento de los dedos de manos y pies.

En cuanto al cerebro, no hay razón para dudar que gran parte del crecimiento del cerebro esté
organizado. Y además, no todos los gradientes conducen a diferencias en los adultos.

Desorganización del crecimiento


La multitud de reacciones químicas que ocurren durante la diferenciación y el crecimiento
exige engarce de la máxima precisión. Así para obtener agudeza visual normal tiene que
armonizarse estrechamente el crecimiento del cristalino del ojo con el crecimiento en
profundidad del globo del ojo.

Estas fuerzas reguladoras armonizan la velocidad de crecimiento de una parte con la de otra o
el ritmo de una reacción química con el de otra. Si las fuerzas genéticas originales empiezan
siendo demasiado desequilibradas, no puede haber desarrollo normal. Ej. el mongolismo.

Hay sicólogos y siquiatras de niños que creen que variaciones diferenciales en la velocidad de
desarrollo de distintas estructuras y funciones pueden explicar algunas diferencias
individuales en la estructura de la personalidad, así como explican diferencias de estructura
morfológica. Diferentes funciones psicológicas también pueden desarrollarse de modo
inarmónico, tal vez por la interacción del niño y sus padres o maestros. Si la interacción
necesaria para el desarrollo de una actividad sicológica es demasiado pequeña, no aparece la 2
actividad que debiera seguir, lo hace tardíamente o con deformación.

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Periodos críticos
Por periodo crítico se entiende determinada etapa de duración limitada durante la cual una
influencia particular, de otra parea del organismo en desarrollo, o del medio, evoca una
respuesta particular. La respuesta puede ser benéfica, y hasta esencial para el desarrollo
normal o puede ser patológica.

Un ejemplo de periodo crítico para un acontecimiento patológico se observa cuando algunos


niños, cuyas madres padecen sarampión, nacen con cataratas y otros defectos. Otro periodo
crítico con cierto estímulo normal se presenta más tarde en la génesis del aparato reproductor
masculino. Hacia las doce semana, el testículo fetal segrega una hormona que hace los
genitales exteriores previamente indiferenciados formen un pene y un escroto.

Etapas de desarrollo: generales y singulares


Se ha discutido mucho si el desarrollo es continuo o si ocurre en “etapas”. El crecimiento físico
no se realiza en una serie de saltos, sino continuamente. A veces se dice que hay etapas en el
desarrollo de las habilidades motoras –gatear, andar, etc- sin embargo, la habilidad de andar
se desarrolla gradualmente.

Se le llama etapa a un punto final arbitrario o culminación de una serie de desarrollos


continuos. Al parecer sólo aparecen etapas discontinuas de desarrollo en el ser humano en
funciones complejas, es decir en funciones para las que han de integrarse muchas partes del
cerebro.

También en el desarrollo emocional se han descrito etapas, pero no tenemos conocimiento


cierto sobre el punto. En los mamíferos no se dan saltos marcados ya que desde el punto de
vista evolucionario, es éste un mecanismo peligroso pues el período de transición es de gran
vulnerabilidad. Incluso en el campo estrictamente anatómico los distintos sistemas se
desarrollan en sucesión y con grado considerable de independencia.

La mejor manera de considerar el desarrollo es como una serie de múltiples procesos que se
traslapan temporalmente y están enlazados unos a otros.

Predicción de las dimensiones adultas a partir de las infantiles


Uno de los resultados de la regularidad del crecimiento y de las fuerzas que devuelven al niño
a su curva después de alguna perturbación es que puede predecirse la estatura adulta
sabiendo las estaturas en años anteriores.

Al nacer, la predecibilidad es baja porque las dimensiones del recién nacido dependen en gran
medida del medio materno y no de los genes del feto. Durante el último mes del embarazo el
feto frena su crecimiento, al parecer a causa de influencias uterinas.

El aumento de la correlación del año en adelante parece reflejar un fenómeno de gran


importancia. Al parecer no todos los genes son activos en el nacimiento y a lo largo de toda la
vida despiertan genes durmientes hasta entonces, o al menos, producen nuevos efectos que a
edades anteriores eran incapaces de producir. Por ejemplo, ciertas enfermedades que surgen
hasta edades avanzadas. 3
A medida que el niño crece, intervienen más genes y no solamente se predice cada vez mejor
la condición adulta del niño, sino que el parecido con sus padres en tamaño se vuelve más
marcado. Sin embargo, esto cambia durante la adolescencia por el empujón de otros genes.

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