Está en la página 1de 8

FUNDAMENTOS DE LA DENUNCIA ADMINISTRATIVA DE LOURDES.

CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES.

Artículo 222. Deber de denunciar

Toda persona a quien le conste que se ha cometido un hecho probablemente


constitutivo de un delito está obligada a denunciarlo ante el Ministerio Público y en caso
de urgencia ante cualquier agente de la Policía.

Quien en ejercicio de funciones públicas tenga conocimiento de la probable


existencia de un hecho que la ley señale como delito, está obligado a denunciarlo
inmediatamente al Ministerio Público, proporcionándole todos los datos que tuviere,
poniendo a su disposición a los imputados, si hubieren sido detenidos en flagrancia.

Quien tenga el deber jurídico de denunciar y no lo haga, será acreedor a las


sanciones correspondientes. Cuando el ejercicio de las funciones públicas a que se
refiere el párrafo anterior, correspondan a la coadyuvancia con las autoridades
responsables de la seguridad pública, además de cumplir con lo previsto en dicho
párrafo, la intervención de los servidores públicos respectivos deberá limitarse a
preservar el lugar de los hechos hasta el arribo de las autoridades competentes y, en su
caso, adoptar las medidas a su alcance para que se brinde atención médica de urgencia
a los heridos si los hubiere, así como poner a disposición de la autoridad a los detenidos
por conducto o en coordinación con la policía.

No estarán obligados a denunciar quienes al momento de la comisión del delito


detenten el carácter de tutor, curador, pupilo, cónyuge, concubina o concubinario,
conviviente del imputado, los parientes por consanguinidad o por afinidad en la línea
recta ascendente o descendente hasta el cuarto grado y en la colateral por
consanguinidad o afinidad, hasta el segundo grado inclusive.
Registro: 2003187.
Tesis: IV.2o.A.34 A (10a.).
Tribunales Colegiados de Circuito.
Décima Época.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Libro XVIII, Marzo de 2013, Pág. 2167

TUTELA JUDICIAL EFECTIVA Y PRINCIPIO IN DUBIO PRO ACTIONE O FAVOR


ACTIONIS. INTERPRETACIÓN DE LA QUE DEBE PARTIR LA JURISDICCIÓN
CONTENCIOSA ADMINISTRATIVA PARA RESPETAR ÉSTE Y LOS PARÁMETROS
CONVENCIONALES Y CONSTITUCIONALES DE AQUÉLLA, RESPECTO DE LAS
CAUSAS DE IMPROCEDENCIA Y SOBRESEIMIENTO DEL JUICIO, PREVISTAS EN
LOS ARTÍCULOS 56, FRACCIÓN VII Y 57, FRACCIÓN II, DE LA LEY DE JUSTICIA
ADMINISTRATIVA PARA EL ESTADO DE NUEVO LEÓN. Los artículos 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, sustentan el derecho humano a la protección judicial
efectiva, que incluye contar con recursos sencillos, rápidos y efectivos para impugnar la
vulneración a derechos fundamentales. En ese sentido, acorde con los artículos 1o. y
103, fracción I, de la Carta Magna, como el juicio de amparo es la vía idónea para
garantizar el respeto al mencionado derecho humano, en el estudio de constitucionalidad
del acto reclamado emanado de la jurisdicción contenciosa administrativa, al que se le
atribuya contravenir aquél, habrá de tomarse en cuenta que los órganos encargados de
ésta deben asumir una actitud de facilitadores del acceso a la jurisdicción, porque si bien
es cierto que han de ajustar sus actos a las disposiciones legales aplicables, también lo
es que en la interpretación para sustentar sus actuaciones deben favorecer la eliminación
de actos u omisiones innecesarias que obstaculicen la indicada prerrogativa o la hagan
nugatoria. Resulta orientador en este aspecto, el informe 105/99 emitido por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en el caso 10.194, "Palacios, Narciso-Argentina"
de 29 de septiembre de 1999, en donde estableció que lo que protege ese derecho es
que el acceso a la justicia no se convierta en un desagradable juego de confusiones en
detrimento de los particulares, en tanto que se argumentó que las garantías a la tutela
judicial efectiva y al debido proceso imponen una interpretación más justa y beneficiosa
en el análisis de los requisitos de admisión a la justicia, al punto de que por el principio
in dubio pro actione o favor actionis, hay que extremar las posibilidades de interpretación
en el sentido más favorable. Así, dicho organismo sustentó que las garantías relativas a
la eliminación de las trabas que impidan u obstaculicen el acceso a la jurisdicción, a la
interpretación de las normas reguladoras de los requisitos de acceso a la jurisdicción en
forma favorable a la admisión de la pretensión evitándose incurrir en hermenéuticas
ritualistas (in dubio pro actione o favor actionis), y a que no se desestimen aquellas
pretensiones que padecen de defectos que pueden ser subsanados, implican la
obligación para las autoridades jurisdiccionales de resolver los conflictos que les plantean
las partes de manera integral y completa, evitando formalismos o interpretaciones no
razonables u ociosas que impidan o dificulten el enjuiciamiento de fondo y la auténtica
tutela judicial, pues el aludido principio in dubio pro actione o favor actionis, exige que los
órganos judiciales, al interpretar los requisitos procesales legalmente previstos, tengan
presente la ratio de la norma, con el fin de evitar que los meros formalismos o
entendimientos no razonables impidan un enjuiciamiento de fondo del asunto. En ese
contexto, para respetar los parámetros convencionales y constitucionales de la tutela
judicial efectiva y el principio in dubio pro actione o favor actionis, la jurisdicción
contenciosa administrativa debe partir de una interpretación convencional de las causas
de improcedencia y sobreseimiento del juicio, previstas en los artículos 56, fracción VII y
57, fracción II, de la Ley de Justicia Administrativa para el Estado de Nuevo León, en la
que, sin desatender los requisitos procesales, se facilite el acceso a la obtención de un
pronunciamiento de fondo de lo pretendido, tomando en cuenta la pretensión real que
derive del estudio integral de la
demanda, a la que habrán de quedar vinculadas procesalmente las demandadas, pues
si solamente se atiende a la denominación literal con la que el actor calificó su pretensión
y a la respectiva negativa lisa y llana de las autoridades demandadas, ese proceder
eventualmente deja a merced de interpretaciones rigoristas carentes de razonabilidad el
debido examen de la naturaleza y verdadera pretensión de anulación de los actos
impugnados.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.

Amparo directo 221/2012. Acebeth Hernández Arzola y otros. 31 de octubre de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Elías Gallegos Benítez. Secretario: Mario Enrique Guerra Garza.
Registro: 2018780
Tesis: 1a. CCVI/2018 (10a.)
Primera Sala.
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Décima Época
Libro 61, Diciembre de 2018, Tomo I
Pág. 337.
Tesis Aislada(Constitucional)

PRINCIPIO PRO ACTIONE. EN SU APLICACIÓN A CASOS EN LOS QUE NO EXISTA


CLARIDAD RESPECTO A SI UN ASUNTO ES O NO JUSTICIABLE, DEBERÁ
PREFERIRSE LA PROTECCIÓN DEL DERECHO DE ACCESO A LA JURISDICCIÓN.-
Los criterios que establecen que en caso de duda debe favorecerse a la parte trabajadora
–pro operario–, a la parte imputada por la comisión de un delito –pro reo– o a favor de
quien intenta una acción –pro actione– constituyen cláusulas de cierre que carecen de
relación con la selección o construcción del derecho aplicable, ya que tiene que ver con
la solución de cuestiones referentes al sentido de un asunto o a aspectos derivados de
éste. Ahora bien, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver
el amparo en revisión 375/2013, sostuvo que el principio in dubio pro actione opera como
un criterio para resolver casos de duda en torno a si el Poder Judicial debe o no intervenir
en el conocimiento de una cuestión, en términos de su justiciabilidad. Esto es, los
órganos jurisdiccionales deben tener claras las facultades y atribuciones que delimitan
su ámbito o esfera competencial en función de los medios de impugnación cuyo
conocimiento les ha sido constitucional y legalmente conferido; sin embargo, en casos
donde no exista claridad respecto a si un asunto es o no justiciable, debe preferirse la
protección del derecho de acceso a la jurisdicción. Esto no implica obviar o soslayar
requisitos de procedencia o admisibilidad (reglas de competencia), ni omitir
interpretaciones que resulten más favorables a las personas (principio pro persona), sino
adoptar un criterio de cierre ante la duda acerca de si un requisito de procedencia –que
ha sido considerado válido según su interpretación más favorable a la persona– se
encuentra o no acreditado, o si un asunto puede encuadrarse dentro de un supuesto de
competencia del órgano respectivo.

Amparo en revisión 271/2016. Marlene Prada Bautista. 5 de abril de 2017. Cinco votos de los Ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien formuló
voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Norma Lucía Piña Hernández. Ponente: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Guerrero Zazueta.
Registro: 2002600
Tesis: I.3o.C. J/4 (10a.)
Tribunales Colegiados de Circuito.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Décima Época.
Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 3
Pág. 1829..
Jurisprudencia(Constitucional, Civil).

PRINCIPIOS DE FAVORECIMIENTO DE LA ACCIÓN (PRO ACTIONE), DE


SUBSANACIÓN DE LOS DEFECTOS PROCESALES Y DE CONSERVACIÓN DE LAS
ACTUACIONES, INTEGRANTES DEL DERECHO FUNDAMENTAL A LA TUTELA
JUDICIAL EFECTIVA. SU APLICACIÓN EN EL PROCESO.- En aplicación de estos
principios, inspirados en el artículo 17 de la Constitución Federal y en el diverso
numeral 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y que forman parte
del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, los órganos judiciales están
obligados: a interpretar las disposiciones procesales en el sentido más favorable para la
efectividad del derecho a la tutela judicial efectiva, con el objeto de evitar la imposición
de formulismos enervantes contrarios al espíritu y finalidad de la norma, así como el
convertir cualquier irregularidad formal en obstáculo insalvable para la prosecución del
proceso y la obtención de una resolución de fondo (favorecimiento de la acción); a
apreciar, conforme al principio de proporcionalidad que impone un distinto tratamiento a
los diversos grados de defectuosidad de los actos, los vicios en que pudieran incurrir las
partes y a partir de las circunstancias concurrentes, la trascendencia práctica e incluso a
la voluntad del autor, dar la oportunidad de corregirlos o inclusive, suplir de oficio los
defectos advertidos, cuando ello sea necesario para preservar el derecho fundamental
en cita, con la única limitante de no afectar las garantías procesales de la parte contraria
(subsanación de los defectos procesales) y, a imponer la conservación de aquellos actos
procesales que no se ven afectados por una decisión posterior, en aras de evitar
repeticiones inútiles que nada añadirían y sí, en cambio, afectarían el derecho a un
proceso sin dilaciones indebidas y el principio de economía procesal (conservación de
actuaciones).

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 180/2012. Policía Auxiliar del Distrito Federal. 12 de abril de 2012. Unanimidad
de votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretario: Karlo Iván González Camacho.
Amparo directo 210/2012. Servigas del Valle, S.A. de C.V. 12 de abril de 2012. Unanimidad de
votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretario: Karlo Iván González Camacho.
Amparo directo 226/2012. Policía Auxiliar del Distrito Federal. 19 de abril de 2012. Unanimidad
de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Ana Lilia Osorno Arroyo.
Amparo directo 239/2012. Policía Auxiliar del Distrito Federal. 26 de abril de 2012. Unanimidad
de votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretaria: María Estela España García.
Amparo directo 412/2012. 21 de junio de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Francisco
Mota Cienfuegos. Secretaria: María Estela España García.
Registro: 2003387
Tesis: XXI.2o.P.A.5 K (10a.).
Tribunales Colegiados de Circuito.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Décima Época.
Libro XIX, Abril de 2013, Tomo 3.
Pág. 2279..
Tesis Aislada(Común)

REPOSICIÓN DEL PROCEDIMIENTO PREVISTA EN EL ARTÍCULO 91, FRACCIÓN


IV, DE LA LEY DE AMPARO. PROCEDE CUANDO SE RECURRE EL AUTO QUE
TIENE POR NO INTERPUESTA LA DEMANDA DE AMPARO.- Aunque la reposición
del procedimiento del juicio de amparo contemplada en el numeral 91, fracción IV, de la
Ley de Amparo, se refiere a la revisión interpuesta contra sentencias definitivas, no existe
obstáculo para que proceda cuando se promueva el referido recurso contra el auto que
tiene por no interpuesta la demanda de amparo, ante la falta de precepto específico en
la ley de la materia que regule las violaciones cometidas en el procedimiento que culmina
con esta clase de determinaciones, pues donde existe la misma razón debe regir la
misma disposición.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL


VIGÉSIMO PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión (improcedencia) 425/2012. Martha Karina Sujias Simón. 20 de diciembre de


2012. Unanimidad de votos. Ponente: Zeus Hernández Zamora, secretario de tribunal autorizado
por la Comisión de Carrera Judicial del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las
funciones de Magistrado. Secretario: Vicente Iván Galeana Juárez.
Amparo en revisión (improcedencia) 411/2012. Yolanda Martínez García. 31 de enero de 2013.
Unanimidad de votos. Ponente: Jacinto Figueroa Salmorán, Juez de Distrito en el cargo de
Magistrado de Circuito. Secretario: Luis Rubén Rizo Navarro.
Amparo en revisión (improcedencia) 428/2012. Holiva Portillo Gervacio. 31 de enero de 2013.
Unanimidad de votos. Ponente: Jacinto Figueroa Salmorán, Juez de Distrito en el cargo de
Magistrado de Circuito. Secretario: Luis Rubén Rizo Navarro.
Registro: 163591
Tesis: I.4o.A.724 A.
Tribunales Colegiados de Circuito.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Novena Época.
Tomo XXXII, Octubre de 2010.
Pág. 3150..
Tesis Aislada(Administrativa)

PROCEDIMIENTO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. CARACTERÍSTICAS DE LOS


PRINCIPIOS QUE RECOGE EL ARTÍCULO 50 DE LA LEY FEDERAL RELATIVA.-
El artículo 50 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo,
tácitamente y por integridad del sistema, recoge los principios de tutela judicial efectiva,
pro actione, iura novit curia y de eficiencia, previstos en los artículos 17 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, por lo que es obligación de las Salas del Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa considerarlos al resolver los conflictos que se les planteen. Así, el
principio de tutela judicial efectiva implica, en primer lugar, el derecho de acceso a la
jurisdicción, es decir, a que el gobernado pueda ser parte en un proceso judicial, dando
con ello inicio a la función de los órganos jurisdiccionales; en segundo, el relativo a que
en dicho proceso se sigan las formalidades esenciales, a fin de no dejar al justiciable en
estado de indefensión y, en tercero, el derecho a obtener una sentencia sobre el fondo
de la cuestión planteada y su cabal ejecución. A su vez, el principio pro actione exige
que los órganos judiciales, al interpretar los requisitos procesales legalmente previstos,
tengan presente la ratio de la norma, con el fin de evitar que los meros formalismos o
entendimientos no razonables de las reglas procesales impidan un enjuiciamiento del
fondo del asunto. Por su parte, el principio iura novit curia que significa, literalmente, el
Juez conoce el derecho, es utilizado para referirse al principio de derecho procesal según
el cual, el Juez conoce el derecho aplicable y, por tanto, es innecesario que las partes
prueben en un litigio lo que dicen las normas. Finalmente, el principio de eficiencia implica
excluir cualquier interpretación que anule o prive de eficacia algún precepto
constitucional, además de que aquélla no debe hacerse en función de la intención de las
partes, sino a partir de la necesidad de producir un efecto útil en el momento de su
aplicación.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 139/2010. Autoensambles y Logística, S.A. de C.V. 1o. de julio de 2010.
Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretaria: Aideé Pineda Núñez.
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre

Derecho de protección contra la detención arbitraria.

Artículo XXV. Nadie puede ser privado de su libertad sino en los casos y según las
formas establecidas por leyes preexistentes.

Nadie puede ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter netamente


civil.

Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que el juez verifique
sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dilación injustificada, o, de lo
contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho también a un tratamiento humano
durante la privación de su libertad.

También podría gustarte