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EL JUICIO ARARIO

Derecho Agrario y su proceso

Cervantes Colin Karla Ivonne


Herrera Esquivel Carlos Alfredo
Ochoa Gonzales Zurizadday
Petterzon Castellanos Miguel Alejandro
Quezada Ortiz María del Cielo
Lic. Patricia Margarita de Lucio Martínez
LDE V Vespertino
CU UAEMex Ecatepec
Introducción

En el presente trabajo correspondiente al segundo parcial, abordaremos el tema


del juicio agrario, desde luego, antes de abordarlos temas que son los más
relevantes se le dará una explicación y concepto sobre el juicio agrario, pasando
por la demanda, interés, legitimación, emplazamiento, su procedimiento, y sus
formas de ejecución, adentrándonos en lo más profundo posible de estos y demás
temas, explicando su importancia y su relevancia dentro del derecho agrario,
dando un punto de vista objetivo.

Queremos partir desde un punto de partida sólido, pues de acuerdo con la Ley
Agraria, el juicio agrario es el conjunto de pasos regulados jurídicamente con el
objeto de sustanciar, dirimir (averiguar, indagar por medio de las pruebas) y
resolver las controversias que se susciten con motivo de la aplicación de la
legislación agraria, de aquí sabemos de dónde partir y hacia dónde dirigirnos con
lo que será requerido desde las partes que intervienen hasta las medidas de
apremio, de este supuesto, podemos partir con la investigación teórica.

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El procedimiento agrario

Una vez practicado el emplazamiento, la copia de la demanda se entregará al


demandado o a la persona con quien se practique dicho emplazamiento.

Por su parte, el demandado deberá contestar la demanda a más tardar en la


audiencia; puede realizarlo por escrito o mediante su comparecencia. En este
último caso, el tribunal solicitará a la Procuraduría Agraria que coadyuve en su
formulación por escrito, lo que deberá ejecutar en forma concisa. En su actuación,
dicho organismo se ha de apegar a los principios de objetividad e imparcialidad.

Será optativo para las partes acudir asesoradas. En caso de que una de las partes
se encuentre asesorada y la otra no, se suspenderá el procedimiento y se
solicitarán de inmediato los servicios de un defensor de la Procuraduría Agraria,
quien, para enterarse del asunto, gozará de cinco días contados a partir de la
fecha en que se apersone al procedimiento (art. 179, LA). Si al ser llamado a
contestar la demanda el demandado no está presente y consta que fue
debidamente emplazado, acción que el tribunal debe comprobar con especial
cuidado, continuará la audiencia, y en caso de presentarse durante ella el
demandado, podrá intervenir según el estado en que se halle dicha diligencia y no
se le admitirá prueba sobre ninguna excepción si no demuestra el impedimento de
caso fortuito o fuerza mayor que le impidió presentarse a contestar la demanda.

Confesada expresamente la demanda en todas sus partes y explicados sus


efectos jurídicos por el magistrado, y cuando la confesión sea verosímil, se
encuentre apoyada en otros elementos de prueba y esté apegada a derecho, el
tribunal pronunciará sentencia de inmediato; en caso contrario, continuará con el
desahogo de la audiencia (art. 180, LA).

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Las partes.

Estas son el actor (quien demanda), el demandado o reo, y en determinados


casos los terceros procesales.

Terceros procesales. El art. 78 del CFPC regula la figura jurídica del tercero en el
proceso, interviniente o tercerista, y consiste en que cuando un tercero tenga una
controversia con una o varias de las partes en juicio, y la sentencia que en este se
haya de pronunciar deba influir en dicha controversia, pueden las partes
interesadas hacer venir al tercero, siempre que en el juicio aún no se celebre la
audiencia final. Las partes pueden hacer venir al tercero con interés realizando su
petición en la demanda y dentro del mismo proceso, sujetándose a las reglas
ordinarias; también puede el tercero realizarlo por sí, formulándola en los mismos
términos, con la finalidad, en ambos casos, de que se resuelva la tercería
conjuntamente con la reclamación primitiva, para lo cual se suspenderá el
procedimiento en el juicio inicial hasta que la tercería se encuentre en el mismo
estado.

Cabe agregar que, si el tercerista se adhiere a una de las partes, será


coadyuvante; si no, será interviniente principal. También puede comparecer dentro
del proceso a deducir sus derechos o bien ya en la ejecución, como en el caso de
que al pretender ejecutar una sentencia resulte que la propiedad corresponde al
tercero, lo que sería la tercera excluyente de dominio.

Litis consorcio. Consiste en la pluralidad de personas que pueden actuar en un


juicio, ya como actores o como demandados. Esta figura jurídica procesal se halla
en el texto del art. 5 del CFPC, donde se establece que siempre que una parte,
dentro de un juicio, esté compuesta de diversas personas, deberá tener una sola
representación, para lo cual los interesados nombrarán un representante común.
También indica que, si se trata de la actora, el nombramiento de representante se
efectuará en la demanda o en la primera promoción, sin lo cual no se le dará
curso. Si fuera la demandada, el nombramiento se formulará en un plazo que
concluirá a los tres días siguientes al vencimiento del término

del último de los emplazados para contestar la demanda, y cuando la multiplicidad


de personas surja en cualquier otro momento del juicio, se nombrará
representante común en el plazo de cinco días, a partir del primer acto procesal en
que se tenga conocimiento de esa multiplicidad. Si el nombramiento no lo realizan
los interesados dentro del término correspondiente, lo hará, de oficio, el tribunal de
entre los interesados mismos. Por su parte, el representante está obligado a hacer
valer todas las acciones o excepciones comunes a todos los interesados y las
personales de cada uno de ellos, pero si estos no cuidan de darlas a conocer en
forma oportuna al representante, queda esté libre de toda responsabilidad frente a
los omisos. El representante común tendrá todas las facultades y obligaciones de
un mandatario judicial.

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Cabe destacar que será litis consorcio activo cuando se trate de los actores y litis
consorcio pasivo si se refiere a los demandados.

La ejecución en materia agraria

La ejecución de las sentencias en materia agraria la reglamenta el Capítulo VI del


Título Décimo de la Ley Agraria. Así, el art. 191 de dicha ley dispone que los
tribunales agrarios están obligados a proveer la eficaz e inmediata ejecución de
sus sentencias

Artículo 191.- Los tribunales agrarios están obligados a proveer a la eficaz e inmediata
ejecución de sus sentencias y a ese efecto podrán dictar todas las medidas necesarias,
incluidas las de apremio, en la forma y términos que, a su juicio, fueren procedentes, sin
contravenir las siguientes reglas:

I. Si al pronunciarse la sentencia estuvieren presentes ambas partes, el tribunal las


interrogará acerca de la forma que cada una proponga para la ejecución y procurará que

Lleguen a un avenimiento a ese respecto; y

II. El vencido en juicio podrá proponer fianza de persona arraigada en el lugar o de


institución autorizada para garantizar la obligación que se le impone, y el tribunal, con
audiencia de la parte que obtuvo, calificará la fianza o garantía según su arbitrio y si la
aceptare podrá conceder un término hasta de quince días para el cumplimiento y aún
mayor tiempo si el que obtuvo estuviera conforme con ella. Si transcurrido el plazo no
hubiere cumplido, se hará efectiva la fianza o garantía correspondiente.

(ADICIONADO D.O.F 9 DE JULIO DE 1993)

Si existiera alguna imposibilidad material o jurídica para ejecutar una sentencia relativa a
tierras de un núcleo de población, la parte que obtuvo sentencia favorable podrá aceptar
la superficie efectivamente deslindada, en cuyo caso la sentencia se tendrá por ejecutada,
dejándose constancia de tal circunstancia en el acta que levante el actuario.

(ADICIONADO, D.O.F 9 DE JULIO DE 1993)

En caso de inconformidad con la ejecución de la parte que obtuvo sentencia favorable, se


presentarán al actuario los alegatos correspondientes, los que asentará junto con las
razones que impidan la ejecución, en el acta circunstanciada que levante.

(ADICIONADO, D.O.F 9 DE JULIO DE 1993)

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Dentro de los quince días siguientes al levantamiento del acta de ejecución, el tribunal del
conocimiento dictará resolución definitiva sobre la ejecución de la sentencia y aprobará el
plano definitivo.

Medidas de apremio

Para el cumplimiento de las sentencias, el numeral antes citado ha hecho


permisible el empleo de todas las medidas, incluidas las de apremio, en la forma y
términos que el tribunal estime procedentes. Conforme al art. 59 del CFPC, las
medidas de apremio son las siguientes: a) multa hasta por 120 días de salario
mínimo general vigente en el Distrito Federal. Si el infractor fuese jornalero, obrero
o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe de su jornal o
salario de un día. Tratándose de trabajadores no asalariados, la multa no
excederá del equivalente a un día de su ingreso, y el auxilio de la fuerza pública.
De no ser suficientes las medidas de apremio, el tribunal podrá proceder contra el
rebelde por el delito de desobediencia.

Reglas para la ejecución

El art. 191 de la Ley Agraria dispone que no se deberá contravenir las reglas
siguientes:

a) Si al pronunciarse la sentencia se encuentran ambas partes, el tribunal las


interrogará acerca de la forma que propongan para la ejecución de la sentencia,
procurando que se avengan a ese respecto;

b) El vencido dentro de la forma anterior podrá proponer fianza, ya sea de persona


arraigada en el lugar o de institución autorizada para garantizar la obligación que
le fue impuesta, a lo que el tribunal, con audiencia de la parte vencedora, calificará
el importe de la fianza o garantía según el arbitrio del tribunal, y de aceptarse
podrá concedérsele un término hasta de 15 días para el cumplimiento y aun mayor
tiempo, siempre y cuando el vencedor estuviere conforme.

Si, transcurrido el plazo, el vencido no cumple con lo ordenado, se hará válida la


fianza o garantía correspondiente,

Ante la imposibilidad material de la ejecución de una sentencia relativa a tierras de


núcleos de población, se permite la ejecución de la sentencia de manera parcial
sobre la superficie realmente deslindada, con la condición de que ello sea
aceptado por el vencedor, en cuyo caso se tendrá por ejecutada, dejándose
constancia en el acta que al efecto levante el actuario.

De haber inconformidad por parte del vencedor, se presentarán al actuario los


alegatos correspondientes, los que asentarán junto con la exposición de las
razones que impidieron la ejecución mediante el acta circunstanciada que al efecto
levante; el tribunal del conocimiento debe resolver de manera definitiva en un

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plazo que no exceda de 15 días sobre la ejecución de la sentencia, y en su caso
aprobará el plano definitivo.

Por otra parte, de acuerdo con el art. 167 de la Ley Agraria, es perfectamente
permitido que en supletoriedad de la ley de la materia se pueda recurrir al CEPC,
con la limitante de que no se oponga directa o indirectamente con lo antes
señalado o bien con las demás disposiciones de dicho ordenamiento,

Es de advertirse, del contenido del referido art. 191 de la Ley Agraria, que el
funcionario encargado de la ejecución será el actuario, al que se le reconocen
funciones de ejecutor.

Conclusiones

Es de suma importancia que existencia de una norma sustantiva justa y de


órganos especializados, honestos y eficaces, que apliquen lo marcado a la ley al
caso concreto, así como la sencillez, transparencia y fluidez del proceso
establecido para dicha aplicación, configuran los tres componentes esenciales de la
seguridad jurídica en la tenencia de la tierra. El más mínimo defecto o desviación
de cualquiera de ellos podría afectar gravemente el proceso de administración e
impartición de justicia.
De poco serviría una magistratura eficiente y proba si tiene que aplicar una norma
sustantiva injusta a través de un procedimiento oscuro e ineficaz; del mismo modo
en que tampoco serviría de mucho una norma sustantiva justa y un enjuiciamiento
idóneo en manos de un órgano jurisdiccional incompetente o corrupto. De forma
semejante, la existencia de tribunales responsables y de normas sustantivas justas
pierde eficacia y se empantana ante un procedimiento inadecuado. Como se
expresó, la seguridad jurídica en la tenencia de la tierra depende del estado que
guarde cada uno de los componentes mencionados. De ahí la importancia de la
norma adjetiva y de la existencia de un sistema de enjuiciamiento específico para
lo agrario.

Bibliografía
Proceso civil e ideología, Valencia, Tirant lo Blanch, 2006 Navarro, G. N. G.
(2015). Derecho agrario. Oxford University Press.
Revista Iberoamericana de Derecho Procesal, núm. 6, 2004, pp. 15-50,

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