Está en la página 1de 10

Expediente: 

SJ-14702/2018
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD- MEDIDA CAUTELAR: EDUARDO ALFREDO FELLNER C/
ESTADO PROVINCIAL

(Resolución Interlocutoria)

Libro de Acuerdos Nº 4,  Fº 46/54,  Nº 16. En la Ciudad de San Salvador de Jujuy, Provincia de
Jujuy, República Argentina,  a los ocho días del mes de abril del año dos mil diecinueve, los Señores
Jueces del Superior Tribunal de Justicia, Dres. Sergio Marcelo Jenefes, Laura Nilda Lamas González,
Federico Francisco Otaola, Beatriz Elizabeth Altamirano, Pablo Baca, María Silvia Bernal, Clara A.
De Langhe de Falcone, Sergio Ricardo González y -por habilitación- el Sr. Juez de la Cámara Civil y
Comercial Dr. Daniel Alsina, bajo la presidencia del primero de los nombrados, vieron el Expte. Nº
SJ-14702/18 caratulado: “Acción de Inconstitucionalidad – Medida Cautelar Innovativa: Eduardo
Alfredo Fellner C/ Estado Provincial”, del cual,

El Dr. Jenefes dijo:


  El Sr. Fiscal de Estado, Dr. Mariano Miranda con el patrocinio letrado de la Dra. Alida Colina, en
representación del Estado Provincial, formula reclamo ante el cuerpo en contra del decreto de
Presidencia de trámite, de fecha 23 de mayo de 2018 (fojas 14/16 y vta), el que dispuso hacer
lugar a la Medida Cautelar solicitada por el actor (fs. 8 y vta).
  Sostiene la improcedencia de la cautelar otorgada, argumentando que de las constancias de la
causa, no se desprende que el Ministerio Público de la Acusación “haya iniciado” o este llevando
adelante “acciones y procesos disciplinarios” en contra del Dr. Diego Cussel, en su calidad de Fiscal
de Investigación, que deban suspenderse, indicando además, que tampoco hay peligro en la
demora, faltando así, uno de los extremos necesarios para el otorgamiento de la medida cautelar.
  Expresa que al no existir proceso disciplinario pendiente en contra del Sr. Fiscal Dr. Diego Cussel,
el actor no demostró que exista peligro futuro sobre el objeto de la acción principal ni perjuicio
irreparable.
  Alega que la Ley Nº 5895 no violenta garantías constitucionales ni el orden institucional. Cita -
para reafirmar su postura- jurisprudencia de este Alto Tribunal (registrada en L.A Nº 50 Fº
2459/2464, Nº 823) en donde se dijo “siendo la declaración de inconstitucionalidad un acto de
suma gravedad institucional, debe siempre ser considerado como la última ratio del ordenamiento
jurídico por lo que, como regla de hermenéutica, se presume que las normas guardan ajuste a la
Constitución y que, sólo cabe declarar lo contrario, cuando no haya interpretación posible para
compatibilizarla con ella. También es ineludible subrayar que no está al alcance de los jueces
valorar la conveniencia o eficacia de los medios pergeñados por el legislador para alcanzar los fines
perseguidos en el diseño de las políticas de Estado”.
  Agrega el reclamante que no existe agravio concreto ni el actor logra acreditar el interés
debidamente requerido por nuestro ordenamiento local.
  Por último, formula varios interrogantes y razonamientos para finalmente solicitar -al Cuerpo en
Pleno- el rechazo de la medida cautelar proveída por Presidencia de Trámite.
  Encontrándose firme la integración del Tribunal, corresponde sin más dictar resolución.
  Cabe aclarar, para una mejor comprensión de la causa, que la presente instancia se inaugura por
la acción de inconstitucionalidad y medida cautelar solicitada por el Dr. Eduardo Fellner, con el
patrocinio letrado de los Dres. Horacio José Aguilar y Carlos Hernán Cuneo, en la cual pretende la
declaración de inconstitucionalidad de los arts. 21 y 17, inc. f y n, de la Ley Nº 5895  “De Creación
del Ministerio Público de la Acusación” como así también de todas las demás disposiciones de
dicha ley, que en forma directa o indirecta, aborden la materia referida en los arts. 146, apartado
3 inciso 7, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 177 y concordantes de la Constitución de la Provincia.
Sostiene que los artículos citados, violentan la independencia del Poder Judicial y su autonomía
funcional, en virtud de ser contrarios a lo normado en la Constitución Provincial.
  Como medida cautelar solicita se ordene, al Ministerio Público de la Acusación, se abstenga de
adoptar medidas de naturaleza disciplinaria en contra del Dr. Diego Cussel, por los hechos y causas
que originaron el pedido de Jury de Enjuiciamiento; intervenir a través de cualquiera de sus
órganos y/o integrantes, en la valoración de la conducta del Fiscal así como participar del trámite
de remoción de los Fiscales Penales. 
  Fundamenta tal pedido en que -por cuerda separada- peticionó Jury de Enjuiciamiento del Fiscal
de Investigación Penal, Dr. Diego Cussel, entendiendo que por su inconducta, debe ser removido
de su cargo, conforme arts. 172 y siguientes de la Constitución Provincial.
  Solicita la medida cautelar, por la gravedad institucional y necesidad de salvaguardar el orden
constitucional, –alegando- que de no adoptarse lo peticionado, se permitiría que el Ministerio
Público de la Acusación aplique sanciones disciplinarias, frustrando de tal forma, la participación
de quienes, por norma Constitucional, deben  realizar dicha función.
        Que en proveído de fs. 14/16 y vta.,  Presidencia de Trámite hizo lugar a la medida cautelar
incoada, resolviendo suspender las acciones y procesos disciplinarios con respecto al Dr. Diego
Cussel, en su calidad de Fiscal de Investigación Penal, hasta tanto se dicte sentencia en el proceso
principal.
  En consecuencia, corresponde resolver el reclamo ante el Cuerpo deducido por el Estado
Provincial a cuyos efectos, atañe enfatizar, que en la actual instancia solo se realiza un análisis
provisorio de la situación fáctica descripta, correlativa a la naturaleza igualmente provisoria de las
resoluciones sobre medidas cautelares, sin que esto implique adelanto de opinión sobre la
cuestión principal.
         Sobre la procedencia de la queja esgrimida por la demandada,  este Superior Tribunal ya
tiene jurisprudencia reiterada, en el sentido que: “Como tantas veces lo hemos dicho, para el
establecimiento de medidas como la que nos ocupa deben converger, al menos, dos requisitos: la
verosimilitud del derecho que se dice conculcado y el irreparable perjuicio que importaría la
demora del trámite del juicio principal, al extremo de hacer ilusorio el ejercicio de aquel derecho.
La ausencia de uno o ambos, determina el rechazo de la pretensión”(Libro de Acuerdos N° 64, F°
151/152, N° 51).
  Es decir, para la procedencia de la medida cautelar peticionada es necesario verificar no sólo la
verosimilitud del derecho y el peligro en la demora, sino también, al ser una medida contra una ley
-en sentido adjetivo- ese acto de gobierno debe resultar manifiestamente ilegítimo.
  Con respecto al requisito de verosimilitud en el derecho - en este caso medida de no innovar-, es
necesario que se acredite “prima facie” la manifiesta arbitrariedad de la norma, dado el rigor con
que debe apreciarse la concurrencia de los supuestos que la tornan admisible. Ello es así porque
los actos de la administración gozan de presunción de legitimidad y fuerza ejecutoria, razón por la
cual, en principio, ni los recursos administrativos, ni las acciones judiciales mediante las cuales se
discute la validez de éstos, suspenden su ejecución (CNFed. CA, Sala IV,14/V/92, Playas
Subterráneas S.A.; 18/IX/86, Incidente: Subpga S.A.C.I.C.; 19/IX/91, Joyart S.A.; 19/VI/98, Aranda
Giusani; 22/VI/99, Nestlé Argentina S.A.; Sala V, 8/IX/99, Defensor del Pueblo de la Nación;
12/VII/99, Rutas Pampeanas S.A.).
  De esta forma, la verosimilitud del derecho debe surgir de manera manifiesta de los elementos
aportados a la causa, sin exigirse un examen de certeza y dejando el análisis de las relaciones que
vinculan a las partes, al tiempo del pronunciamiento de la sentencia de mérito.
  Respecto al requisito del peligro en la demora, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
estableció, que para acceder a cualquier medida precautoria, debe evidenciarse fehacientemente
el peligro en la demora que la justifique, el que debe ser juzgado de acuerdo a un juicio objetivo o
derivar de hechos que puedan ser apreciados incluso por terceros: el presupuesto es aún más
exigible cuando la demanda interpuesta tiende a cuestionar la legitimidad de un acto
administrativo (“Caceres Valdemar y otros –Inc Med c/ EN Justicia-SSI-GN-Dto
1081/05 s/ personal militar y civil de las FFAA y de Seg).
  Asimismo, se requiere la irreparabilidad y la inminencia del daño. El verdadero peligro que se
pretende resguardar está vinculado con la posibilidad cierta de que se produzca un daño
inminente e irreparable. Como señala Gallegos Fedriani “no existe medida cautelar que no se dé
para disipar un temor de daño inminente; constituye la razón de ser jurídica y de hecho de las
medidas cautelares, que sustancia con ellas”. Respecto al concepto de irreparabilidad, señala este
autor que debe ser entendido por su naturaleza, con independencia de la reparación que pueda o
no obtenerse, en la medida que conforme esa naturaleza, la gravedad del derecho conculcado
puede no ser adecuadamente reparado en dinero. En tal sentido, será suficiente que no se pueda
reponer las cosas a su estado anterior o que la reparación in natura sea imposible o en los hechos
muy dificultosa (Gallegos Fedriani, Pablo O., Las medidas cautelares…, cit., p. 69.-Simón Padrós,
Ramiro, La tutela cautelar en la jurisdicción contenciosa administrativa, cit., p. 172).
  En la misma línea doctrinal, Maizal refiere que “existe gravamen irreparable cuando: la sentencia
no puede reponer las cosas al estado anterior a la ejecución del acto y la diferencia resultante no
es adecuadamente compensable en dinero; o la sentencia sí puede disponer tal reposición, pero la
ejecución del acto durante el transcurso del pleito provocará necesariamente perjuicios que no
son adecuadamente compensables con dinero” y si el perjuicio es puramente patrimonial “cuando
la evaluación de los daños y perjuicios resulte tan difícil que impida llegar a una indemnización
plenamente restitutoria: así, una medida que afecte la reputación o clientela de una empresa o la
fama de sus principales productos o vulnere su secreto técnico o comercial; cuando por aplicación
de las reglas sobre responsabilidad aquiliana, no pueda eventualmente otorgarse una
indemnización plena” (Mairal Héctor, Control judicial de la Administración Pública, Buenos Aires,
Depalma, 1984, p. 818 y ss ).
  Lo expresado nos conduce a rechazar la reclamación ante el Cuerpo deducida. Del análisis
provisorio de las actuaciones se observan cumplidos los extremos legales requeridos ya que, con la
documentación aportada por el actor, se encuentra acreditada prima facie la verosimilitud del
derecho invocado. Más aún cuando la Ley 5895 tiende a disponer y resolver cuestiones
institucionales trascendentes.
  Si bien el objeto de estudio  para la procedencia de la medida cautelar, es principalmente, la
competencia disciplinaria otorgada por Ley 5895 al Ministerio Público de Acusación,
encontrándose la misma reglada dentro del derecho administrativo sancionador, a este último se
le exige el cumplimiento de los principios constitucionales que han de regir para el derecho penal.
Entre estos principios, se encuentra el de non bis in idem: “Nadie puede ser juzgado dos veces por
el mismo delito, ya sea que en el juicio se lo absuelva o se lo condene”.
  Este principio, prohíbe la duplicidad o repetición de procesos, respecto de los mismos hechos.
Asimismo la aplicación de este principio en derecho administrativo sancionador obliga a que, una
vez que se ha sancionado administrativamente un hecho ilícito, dicho hecho no pueda ser
nuevamente objeto de un procedimiento sancionador.
  Del estudio de lo peticionado surge, que se encuentran acreditados los extremos legales exigidos
para la procedencia de la medida cautelar, pues de lo contrario, se correría el riesgo, ante la
existencia del pedido de Jury de Enjuiciamiento, de someter a múltiples procesos y sanciones al
denunciado, por los mismos hechos, violando de manera categórica la Legislación Nacional e
Internacional que nos rige.
  Por lo demás, las argumentaciones vertidas por el demandado con respecto a la improcedencia
de la medida solicitada, en tanto no existe al momento de la interposición de la acción proceso
disciplinario en trámite, lo cual equivaldría a la inexistencia de peligro en la demora, resulta
improcedente.
  Para su comprensión, es necesario en este punto distinguir las medidas cautelares innovativas de
aquellas de no innovar.  La prohibición de innovar es una medida  cautelar tomada en un proceso
judicial con el propósito de no modificar el “status quo” o sea el estado de cosas existente,
emanada de la autoridad judicial, a pedido de parte interesada. Esta medida impide al titular del
bien sobre el que recae la medida, enajenarlo, gravarlo, modificarlo, etcétera. Tuvo su origen en el
procedimiento romano del sistema formulario, donde trabada la litis, la cosa litigiosa no podía
modificar su situación, de hecho o de derecho.
  La Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha sosteniendo que la medida cautelar innovativa "es
una decisión excepcional porque altera el estado de hecho o de derecho existente al tiempo de su
dictado en razón de que configura un anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo final  de
la causa, lo que justifica una mayor prudencia en la apreciación de los  recaudos que hacen a su
admisión" (Fallos: 316:1833, 319:1069 y 320:1633, entre otros).
  En consecuencia, la falta de proceso disciplinario en trámite, y/o la ausencia de prueba de ello, no
es obstáculo al dictado de una medida cautelar de no innovar, dado que justamente, el fin de lo
solicitado es el mantenimiento del status quo, lo cual garantiza el desarrollo del proceso principal.
         En último lugar y a los fines de dar certeza sobre el alcance de la medida cautelar dictada, la
misma, solo procede con respecto a las acciones y procesos disciplinarios que pudieran producirse
con respecto al Dr. Diego Cussel en su calidad de Fiscal de Investigación Penal, las que se
encuentran comprendidas dentro de las competencias otorgadas al Ministerio Público de la
Acusación por Ley 5895, hasta tanto se dicte sentencia en el proceso principal.
  Conforme lo expuesto corresponde, rechazar el reclamo ante el cuerpo deducido y, en su mérito,
confirmar la decisión de Presidencia de Trámite de fecha 23 de mayo de 2018.
  Imponer las costas de la presente instancia a la vencida y diferir la regulación de honorarios
profesionales de los letrados intervinientes para su oportunidad.
  Los Dres. María Silvia Bernal, Sergio Ricardo González y Daniel Alsina (por habilitación) adhieren
al voto que antecede.

La Dra. Lamas González dijo:


I.- A los fines de una adecuada comprensión de la cuestión sometida a conocimiento y dentro del
acotado margen que impone la materia que nos convoca, deviene necesario efectuar –de manera
sintética- un detalle de los antecedentes que le precedieron.
El 16 de Mayo de 2018, Eduardo Alfredo Fellner, por sus propios derechos y con el patrocinio
letrado de los Dres. Horacio José Aguilar y Carlos Hernán Cúneo, promovió Acción de
Inconstitucionalidad de los Arts. 17, Incs. f) y n), y 21, y concordantes de la Ley 5895 “De Creación
del Ministerio Público de la Acusación” (fs. 1/10), solicitando se le asigne el trámite previsto en los
Arts. 1 y siguientes de la Ley 4346 –y sus modificatorias- y, en la etapa procesal correspondiente se
dicte sentencia haciendo lugar a la misma en todas sus partes.
En lo medular, afirmó encontrarse legitimado en tanto -de forma concomitante a su presentación-
promovió un pedido de Jury de Enjuiciamiento en contra del Agente Fiscal del Ministerio Público
de la Acusación, Dr. Diego Cussel, por considerar que el aludido funcionario había incurrido en las
causales previstas por el Art. 172, apartado 2º de la Constitución de la Provincia.
A los fines de fundar su pretensión, indicó que la Ley mencionada creó el Ministerio Público de la
Acusación y que –al respecto- no existía controversia sobre su pertenencia a la estructura del
Poder Judicial; de allí que todo lo atinente a la inamovilidad de un funcionario de éste, designado
con acuerdo de la Legislatura, debía ser tratado y resuelto con apego a las disposiciones de la
Carta Magna, por lo que –a su entender- los artículos cuestionados de aquella Ley se encontraban
dislocados del sistema constitucional.
En la misma oportunidad, formuló Pedido de Cautela (fs. 8, Punto VI), a cuyo fin afirmó que se
encontraba acreditado el supuesto de verosimilitud del derecho para su despacho, pues de los
antecedentes de su presentación, se verificaba un caso de grave afectación de las instituciones y
del sistema constitucional descripto.
Sostuvo que, de no adoptarse las medidas urgentes que solicitaba, y permitir que el Ministerio
Público de la Acusación y/o sus organismos avanzaran en el control de la conducta del Dr. Diego
Cussel por las materias que eran objeto de su pedido de Jury de Enjuiciamiento, se podría frustrar
la participación oportuna de quienes según la Constitución de Jujuy son los verdaderos y únicos
órganos con competencia y autoridad para realizar esa especial y específica función (tal lo dicho).

II.- Presidencia de Trámite, resolvió -por decreto de fecha 23 de Mayo de 2018- “hacer lugar a la
medida cautelar solicitada, debiendo en consecuencia, suspenderse las acciones y procesos
disciplinarios con respecto al Dr. Diego Cussel en su calidad de Fiscal de Investigaciones Penal, las
que se encuentran comprendidas dentro de las competencias otorgadas al Ministerio Público de la
Acusación por Ley 5895, hasta tanto se dicte sentencia en el proceso principal” (fs. 14/16 vta.).
III.- Notificada aquella resolución, el Sr. Fiscal de Estado, Dr. Mariano Miranda, con el patrocinio
letrado de la Dra. Alida Colina, formuló Aclaratoria y -en subsidio- interpuso Reclamo ante el
Cuerpo.
Para fundarlos, denunció omisión de consignar qué acciones o procesos disciplinarios respecto del
Dr. Diego Cussel debían suspenderse, a la vez que indicó que –para suspender- resultaba necesario
que hubiera una tramitación actual de un procedimiento disciplinario, extremo que el presentante
no había acreditado en modo alguno.
Afirmó que no existían en la causa constancias que el Ministerio Público de la Acusación haya
iniciado o esté llevando adelante acciones y procesos disciplinarios con respecto al funcionario
antes mencionado que debieran suspenderse, razón por la cual no existía fundamento fáctico que
justificara la medida cautelar dispuesta.
Sostuvo que –en función de ello- ni el peligro en la demora, ni el gravamen irreparable, ni la
verosimilitud en el derecho habían sido demostrados por el solicitante, no siendo suficiente la
simple afirmación de que se encontraba en riesgo el funcionamiento de las instituciones y el orden
constitucional.

IV.- Rechazada la Aclaratoria –por decreto de Presidencia de Trámite de fecha 05 de Junio de


2018- y a fin de resolver el Reclamo ante el Cuerpo interpuesto en subsidio, se mandó a integrar el
Tribunal (fs. 78), el que quedó conformado el 04 de Julio de 2018 (fs. 107), por lo que estos autos
se encuentran en estado de ser resueltos.

V.- Adelantando opinión, disiento con la solución a la que arriba el Sr. Presidente de Trámite, al
considerar que corresponde hacer lugar al Reclamo ante el Cuerpo interpuesto por el Estado
Provincial, y dejar sin efecto la medida cautelar ordenada el 23 de Mayo de 2018, por las razones
que seguidamente paso a exponer.

5.1.- Como es sabido, para la procedencia de las medidas cautelares se requiere la concurrencia de
dos extremos ineludibles: la verosimilitud del derecho invocado y el peligro irreparable en la
demora.
Cabe considerar que estos requisitos son acumulativos y no simplemente alternativos, razón por la
cual -para el despacho de la cautela- se impone, inexorablemente, el concurso de ambos recaudos.
Y si bien la admisibilidad de las medidas precautorias no exige el examen de certeza sobre la
existencia del derecho, pesa sobre quien la solicita la carga de acreditar prima facie la existencia
de ambos requisitos, ya que resulta exigible que se evidencien fehacientemente las razones que
las justifican (Fallos: 341:619).
Ahora bien, considero que en el sub examine no se han acreditado por parte del peticionante,
ninguno de los extremos arriba aludidos (Confr. Fallos: 329:5160); máxime, si se tiene en cuenta
que las medidas cautelares no están dirigidas a adelantar a futuro la garantía jurisdiccional del
derecho invocado, pues ello sin duda importaría un menoscabo al derecho de defensa y del
debido proceso en perjuicio del afectado (Cfr. L.A. N° 57, F° 61/64, N° 14).

5.2.- En relación a la verosimilitud del derecho, el peticionante se ha limitado –textualmente- a


alegar “…una grave afectación de las instituciones y del sistema constitucional…”, con la simple
afirmación que –de no concederse- “…se podrá frustrar la participación oportuna de quienes
según la Constitución de Jujuy son los verdaderos y únicos órganos con competencia y autoridad
para realizar esa especial y específica función” (En referencia al Tribunal Instructor y Jurado de
Enjuiciamiento establecidos por los Arts. 174 y 175, respectivamente, de la Carta Magna
Provincial).
Tal como se desprende de los propios términos empleados por el actor y el tiempo verbal por él
utilizado, se ha invocado una situación futura e hipotética, que no pasa de ser una conjetura sin
otro fundamento más que su alegación.
En efecto, no logró demostrar -como era esencial- de qué modo los sujetos llamados a intervenir
se encontrarían impedidos de actuar, ni tampoco de qué manera los actos que denuncia tienen -
con relación a él- la entidad suficiente para causar un gravamen que difícilmente podría revertirse
en el supuesto de que la sentencia final de la causa admitiese la pretensión (conf. Fallos: 328:4309;
329:3890; 329:5160).
En este sentido, el Alto Tribunal de la Nación ha dicho que resulta “…insuficiente la mera alegación
de un perjuicio” (Fallos: 335:1213); de allí, que la simple hipótesis o conjetura de aquél esgrimida
por el peticionante, sin vinculación suficiente con la afectación de su derecho, no alcanza para
habilitar el dictado de una medida como la solicitada.

5.3.- Por su parte, respecto al segundo recaudo –esto es, la concurrencia del peligro en la demora-
su examen “…pide una apreciación atenta de la realidad comprometida, con el objeto de
establecer cabalmente si las secuelas que lleguen a producir los hechos que se pretenden evitar
pueden restar eficacia al reconocimiento del derecho en juego, operado por una posterior
sentencia” (Fallos: 329:2111; 329:5160).
Este requisito presupone un temor fundado, y no la simple aprehensión del solicitante en la
probable configuración de un daño al derecho o interés jurídico cuya satisfacción procura. A su
vez, es preciso que éste sea irremediable.
En el caso, y dentro del marco provisional propio de las medidas como la analizada, advierto que
no se ha logrado acreditar –ni ofrecido probar- el alegado peligro sobre el derecho que esgrime el
peticionante, como tampoco que -de producirse el perjuicio- el mismo fuera de difícil o imposible
reparación ulterior.
No se ha demostrado que el Ministerio Público de la Acusación haya desplegado acciones o
evidenciado actitud dirigidas a iniciar un procedimiento disciplinario en contra del Sr. Agente
Fiscal, Dr. Diego Cussel; tampoco se acreditó que materialmente aquel procedimiento se hubiera
iniciado; mucho menos, que –de existir- el mismo implicara una supuesta duplicación en las
medidas sancionatorias de la misma entidad y por los mismos hechos que denuncia el actor o que
tuviera la trascendencia suficiente para generar un impacto irreparable en su derecho.
Esto así, toda vez que -tal como se dijera y surge de las actuaciones agregadas por cuerda, Expte.
Nº 682/18- el accionante ha ejercido amplia y efectivamente aquel derecho, al promover e instar
el procedimiento constitucional de Jurado de Enjuiciamiento en contra del Sr. Agente Fiscal,
poniendo en marcha el mecanismo aludido y excitando la jurisdicción respectiva, sin ningún
obstáculo -ni fáctico ni jurídico- que haya menguado su capacidad de operar el recurso previsto en
el Art. 173 de la Constitución de la Provincia de Jujuy.
5.4.- Finalmente, ponderando el hecho indiscutible de que, en razón de la coincidencia del objeto
de la demanda y de la cautela, el dictado de esta última tendría los mismos efectos que la
sentencia definitiva (Fallos: 327:2490), corresponde concluir en su improcedencia. Más aún, si se
aprecia que no se han acreditado razones suficientes que demuestren –en este estrecho marco de
conocimiento- que el mantenimiento de la situación existente podría tornar ineficaz la solución a
dictarse en la cuestión de fondo (Fallos: 315:96).

VI.- Por las razones expuestas, corresponde hacer lugar al Reclamo ante el Cuerpo interpuesto por
el Estado Provincial, y –en su mérito- revocar la medida cautelar dispuesta por Presidencia de
Trámite el 23 de Mayo de 2018 y que obra a fs. 14/16 vta.
En consecuencia, las costas del presente deberán imponerse al actor vencido (Art. 102 del
C.P.Civil) y diferirse la regulación de honorarios hasta tanto se cuente con base para hacerlo.
Tal es mi voto.

El Dr. Otaola dijo:


Visto los autos puestos a mi consideración, me permito respetuosamente disentir con la decisión
adoptada en el voto de Presidencia y sus fundamentos.
En primer lugar, cabe puntualizar que la cuestión traída a conocimiento de este Tribunal reviste un
carácter complejo en sí misma, sustentada en razones fácticas, por lo que resulta difícil un
pronunciamiento en el restringido marco de conocimiento propio de un proceso cautelar. Ello así,
en tanto la inconstitucionalidad alegada por el accionante deberá ser analizada a la luz del debate
y prueba que se produzcan durante el proceso principal.
Atento la naturaleza de la cuestión planteada, no puede soslayarse que para determinar la
verosimilitud del derecho invocado necesariamente habría que anticiparse sobre los presupuestos
sustanciales de la pretensión, los que constituyen el objeto de la acción deducida. De esta manera
se corre el riesgo de adelantar o insinuar un pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión
debatida.
En este orden de análisis, no puede obviarse –al tiempo de sustentar la verosimilitud del derecho-
una valoración sobre la presunción de legitimidad que debe reconocerse a los actos de las
autoridades constituidas, más aun cuando estamos frente a un acto legislativo (ley en sentido
formal), lo cual acota de manera ostensible el margen para la procedencia de una cautelar, sea
ésta innovativa o de no innovar.
Teniendo en cuenta entonces, que debe tenerse una especial prudencia en la apreciación de los
recaudos que tornen viable la concesión de la medida, no basta sustentar la verosimilitud del
derecho en la mera aseveración que el art. 21 de la ley 5895 infringe el sistema constitucional de la
Provincia, y que podrá frustrar la participación de quienes – según la Constitución Provincial- son
verdaderos órganos con competencia y autoridad para realizar esa específica función, y referir el
riesgo de perjuicio en lo potencial.
Además de ello, el pedido cautelar resulta meramente dogmático, denuncia una grave afectación
de las instituciones y del sistema constitucional, sin fundamentar el perjuicio concreto que de no
concederse la medida causaría a su parte.
En mi opinión, de las consideraciones que anteceden, corresponde hacer lugar a la reclamación
ante el cuerpo interpuesta por el Estado Provincial y revocar la resolución de Presidencia de
trámite recurrida, y en su mérito rechazar la medida de no innovar solicitada por el Dr. Eduardo
Alfredo Fellner.
Las costas se imponen al actor vencido. En virtud de no tener implicancia patrimonial, y por lo
tanto no ser susceptible de apreciación económica el thema decidendum, y por aplicación de los
arts. 17.a, 20 y 32 de la ley 6112/18 de Aranceles, estimo que los honorarios profesionales de
Fiscalía  de Estado deben fijarse en la suma de pesos nueve mil ($9.000) y los de los Dres. Horacio
José Aguilar y Carlos Hernán Cuneo, en la suma de pesos dos mil cien ($2.100), para cada uno de
ellos, más IVA si correspondiere.
Tal es mi voto.
Las Dras. Beatriz Elizabeth Altamirano y Clara Auora De Langhe de Falcone adhieren al voto del Dr.
Otaola.

El Dr. Baca dijo:


Comparto la solución propuesta por los Dres. Laura Nilda Lamas González y Federico Francisco
Otaola.
Cabe advertir que de las constancias obrantes en autos no resulta que el Ministerio Público de la
Acusación haya instaurado procedimiento disciplinario en contra del Agente Fiscal Dr. Diego
Cussel.
En efecto, de la presentación de fs. 1/10 no surge constancia de que exista tal procedimiento. En
la presentación de fs. 71/74, por otro lado, el Sr. Fiscal de Estado sostiene también que no existe
constancia de que se encuentre en curso o se haya iniciado un procedimiento en contra del Dr.
Cussel.
Efectuado el examen íntegro de las actuaciones, sólo resulta –a fs. 67- que existen actuaciones
administrativas por la actuación de los Sres. Agentes Fiscales Dr. Diego Cussel y Dra. Liliana
Fernández, pero no se indica sobre qué versan estas actuaciones ni ningún otro dato que pueda
llevar a suponer que se trata de una cuestión disciplinaria por los hechos que se invocan en autos.
De modo que no es posible sostener que exista una situación que involucre un peligro para los
derechos del peticionante ni –mucho menos- la inminente eventualidad de un perjuicio
irreparable.
Y tampoco es posible sostener que, aunque no exista procedimiento disciplinario en trámite, lo
mismo resulte procedente el dictado de una medida cautelar de no innovar para mantener el
status quo respecto de acciones que pudieran producirse con respecto al Dr. Cussel, pues los
agravios que pudieran tornar procedente una medida cautelar tienen que ser ciertos, debiéndose
necesariamente referir el riesgo de perjuicios concretos y no meramente potenciales.
Como sostuviera este Superior Tribunal de Justicia, para que exista realmente agravio el
presentante debe acreditar –prima facie- su interés, es decir el perjuicio que sufre con la
resolución atacada y ese gravamen debe ser actual y no la amenaza de un futuro y eventual
perjuicio” (L.A. Nº 40, Fº 408/410, Nº 149).
Establecido lo anterior no resulta pertinente analizar los restantes requisitos para la procedencia
de medidas cautelares como la que nos ocupa.
Por lo expuesto debe hacerse lugar a la reclamación ante el cuerpo interpuesta por el Dr. Mariano
Gabriel Miranda, con el patrocinio de la Dra. Alida Colina, en contra de la resolución de fecha 23
de Mayo del 2018.
Tal es mi voto.

Por ello, el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Jujuy,


RESUELVE:
1º) Hacer lugar a la reclamación ante el cuerpo interpuesta por el Estado Provincial y revocar la
resolución de Presidencia de trámite recurrida, de fecha 23 de mayo de 2018, y en su mérito
rechazar la medida de no innovar solicitada por el Dr. Eduardo Alfredo Fellner.
2º) Imponer las costas al actor vencido.
3º) Diferir la regulación de honorarios profesionales de los letrados intervinientes para su
oportunidad.
4º) Registrar, agregar copia en autos y notificar por cédula.

También podría gustarte