El estado actual de la ciencia jurídica permite afirmar que el derecho
procesal pertenece al ámbito del Derecho público y viene a regular las relaciones entre los ciudadanos y el Estado con motivo del ejercicio de la jurisdicción que es una función pública estatal. Entonces, los particulares respecto del Estado no están en igualdad (entre ellos sí) sino de subordinación, en el cual el Estado aparece en un plano superior y les informa su decisión. En este contexto, el derecho procesal puede considerarse como un derecho formal, debido a que no regula directamente el goce, uso o disfrute de un derecho o de un bien, sino que establece la forma de las actividades que deben realizar para obtener del Estado la garantía del goce del bien. En este tenor de ideas, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), señala en el artículo 257 lo siguiente: “El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público”. De ahí que, el derecho procesal se caracteriza por ser un derecho instrumental o de contenido técnico jurídico, en el sentido de no ser un fin en sí mismo, sino que sirve de instrumento para lograr la observancia del derecho sustancial o material, porque sus normas están dirigidas a hacer efectivas otras ramas del derecho. Este estudio abordará las cuestiones previas contempladas en el Código de Procedimiento Civil de 1986, tomando en cuenta que en el artículo 346 lo define como: 1° La falta de jurisdicción del juez, o la incompetencia de éste, o la litispendencia, o que el asunto debe acumularse a otro proceso por razones de accesoriedad, de conexión o de continencia (Declinatoria de conocimiento).2° La ilegitimidad de la persona del actor por carecer de la capacidad necesaria para comparecer en juicio (Falta de capacidad procesal).3° La ilegitimidad de la persona que se presente como apoderado o representante del actor, por no tener capacidad necesaria para ejercer poderes en juicio, o por no tener la representación que se atribuya, o porque el poder no esté otorgado en forma legal o sea insuficiente (Falta de capacidad de postulación o representación).4° La ilegitimidad de la persona citada como representante del demandado, por no tener el carácter que se le atribuye. La ilegitimidad podrá proponerla tanto la persona citada como el demandado mismo, o su apoderado (Falta de representación del citado).5° La falta de caución o fianza necesaria para proceder al juicio (Falta de cautio judicatum solvi).6° El defecto de forma de la demanda, por no haberse llenado en el libelo los requisitos que indica el artículo 340, o por haberse hecho la acumulación prohibida en el artículo 78 (Defecto de forma del libelo/Acumulación prohibida). 7° La existencia de una condición o plazo pendientes (Falta de mora).8° La existencia de una cuestión prejudicial que deba resolverse en un proceso distinto (Prejudicialidad).9° La cosa juzgada (Cosa Juzgada).10° La caducidad de la acción establecida en la ley (Caducidad). 11°La prohibición de la ley de admitir la acción propuesta, o cuando sólo permite admitirla por determinadas causales que no sean de las alegadas en la demanda.
Por lo tanto, las cuestiones previas pueden considerarse como un medio
defensivo, del cual hace uso el demandado, cuando le falta al libelo de la demanda algún presupuesto procesal o requisito de procedibilidad previsto en la ley. Sumado a esto, las cuestiones previas puede ser consideradas como alegaciones que hace el demandado y que no tocan el fondo de la controversia, pero que impiden, modifican o difieren su examen de manera transitoria hasta tanto se subsanen la falta de ciertos presupuestos necesarios para la validez o legitimidad del proceso, o que extinguen definitivamente la pretensión sin haberse discutido su mérito. No obstante, estas alegaciones se pueden tomar en cuenta como un medio defensivo que tiene por objeto la depuración de vicios, defectos u omisiones en el proceso y garantizar así el verdadero ejercicio del derecho a la defensa, tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999) en el ordinal 1° del artículo 49 El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas; en consecuencia: 1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley. (…).
.Cabe destacar, que las cuestiones previas tienen una función de
saneamiento procesal, para que en el desarrollo de la misma litis, los sujetos procesales se encuentren en un plano de igualdad de condiciones normativas, debido a que se evitará decidir en base a falsos supuestos procesales o actos constitutivos írritos, salvaguardando la actividad pública que deriva de la interferencia continua del interés general y del individual. Dadas las condiciones que anteceden, los ciudadanos cuentan con la seguridad jurídica, esta se fundamenta en conocer, comprender y confiar en el sistema que la representa, ella tiene como objetivo que el ciudadano identifique la organización, los derechos y obligaciones que le son inherentes (normas mínimas) y cómo se garantizan para que de no obtenerlo hacer que la provea la justicia. Ahora bien, López (2006), define la seguridad jurídica como: (...), un valor estrechamente ligado al Estado de Derecho que se concreta en exigencias objetivas de: corrección estructural (formulación adecuada de las normas del ordenamiento jurídico) y corrección funcional (cumplimiento del Derecho por sus destinatarios y especialmente por los órganos encargados de su aplicación).
Consecuentemente, la seguridad jurídica hace referencia al conjunto de leyes que
garantizan la seguridad y el orden jurídico. De igual modo, representa la garantía de la aplicación objetiva de la ley, de tal modo que los individuos saben en cada momento cuáles son sus derechos y sus obligaciones. En este contexto, es necesario resaltar que en el antecedente legislativo más remoto sobre las Cuestiones Previas se encuentra en el Código de Procedimiento Civil promulgado el 12 de marzo de 1836. Posteriormente, estas fueron normadas en el Código de Procedimiento Civil promulgado el 4 de julio de 1916, bajo las denominaciones de excepciones dilatorias y de inadmisibilidad. De ahí que, no fue sino hasta la derogación del precitado Código, mediante la promulgación del Código de Procedimiento Civil publicado en Gaceta Oficial Número 3.970 Extraordinario de fecha 13 de marzo de 1987, que superó la discusión sobre la identidad o diversidad de los conceptos jurídicos excepciones dilatorias y de inadmisibilidad agrupándolas todas bajo el título de cuestiones previas en once (11) alegatos, concebidas como la solución que permite librar el proceso de vicios, con la finalidad de regularizarlo y evitar una reposición inútil. Por lo tanto, el sistema de las cuestiones previas se encuentra establecido en el Código de Procedimiento Civil, que fue sin duda una de las reformas más importantes de ese texto legal tiene, como lo expresa Rengel Romberg (1987): (...) la función de resolver acerca de la regularidad del procedimiento, ya sea para determinar si se cumplen las condiciones en las cuales los sujetos procesales (juez y partes) deben actuar, ya sea para resolver sobre la regularidad de la demanda o de cualquier otro requisito de las instancias. (p.60).
En otras palabras, el sistema de las cuestiones previas pueden ser considerada
como la depuración del proceso, en el sentido de determinar la contestación de la demanda (momento preciso de la contraposición de los argumentos de las partes) si la relación jurídico-procesal puede realmente constituirse conforme a los requisitos de ley. Por esta razón, Rengel Romberg (ob.cit), señala que las distintas cuestiones previas previstas en el artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, tienen una función dirigida a regular y formar una verdadera relación procesal, tal como “unas están dirigidas a los sujetos procesales(ordinales1°, 2°, 3°, 4° y 5°), otras a la regularidad formal de la demanda(ordinal 6°), a la pretensión(ordinales7°, 8° Y9°) y, finalmente, a la acción(ordinales10° y 11°)”. (p.60). Sin embargo, cada una de ellas tiende a preservar una situación procesal distinta. El ordinal que se tomó en cuenta en esta investigación fue el 4º, referido a “la ilegitimidad de la persona citada como representante del demandado, por no tener el carácter que se le atribuye. La ilegitimidad podrá proponerla tanto la persona citada como el demandado mismo, o su apoderado (Falta de representación del citado)”. Entonces, la norma antes transcrita es similar a la del ordinal 4° artículo 248 del antiguo CPC de 1916, pero ahora con dos aclaraciones: 1) Que no es la ilegitimidad del demandado, sino -lógicamente- la del citado como su representante y -precisamente- por no ser tal; y 2) Que la puede alegar la persona citada sin ser representante o el demandado mismo o el apoderado de éste. Se observa claramente, que el actor subsana el defecto (según lo ordena el aparte tercero del artículo 350 CPC actual) "mediante la comparecencia del demandado mismo o de su verdadero representante", disposición que, manda a aplicar el artículo 354 para la sentencia a dictarse cuando no se subsane voluntariamente. Ahora bien, lo anterior es algo incomprensible, debido a el actor carece de los medios adecuados para obligar al demandado mismo o a su verdadero representante a que comparezcan ante el Tribunal en contra de su voluntad. Y a estos últimos es posible que no les convenga procesalmente, ni les interese colaborar con el actor para ayudarle a darle curso a la demanda que ha ejercido contra ellos. Desde luego que el actor carece de los medios adecuados para obligar al demandado mismo o a su verdadero representante a que comparezcan ante el Tribunal en contra de su voluntad. Se evidencia que en la actualidad esta situación se ha manejado de una manera empírica y totalmente casuística, aplicando el mero criterio personal y el parecer propio de cada uno de los jueces a quienes se les ha presentado; pero desde el punto de vista técnico – jurídico no es posible que este estado de cosas permanezca así indefinidamente en el tiempo, porque ello no brinda la indispensable seguridad jurídica que es propia del derecho como sistema garantizador. De lo antes expuesto, conlleva al investigador a realizar una revisión exhaustiva y detallada sobre los inconvenientes derivados de la sustanciación de la cuestión previa del ordinal 4° del artículo 346 del código de procedimiento civil. De esta situación problemática emergen las siguientes interrogantes: ¿Conocer los factores que inciden en la falta de representación como cuestión previa? ¿Cuáles son los elementos jurídicos utilizados en la sustanciación de la cuestión previa del ordinal 4° del artículo 346 del código de procedimiento civil en Venezuela? ¿Cuáles son las consecuencias de la responsabilidad jurídica en la sustanciación de la cuestión previa del ordinal 4° del artículo 346 del código de procedimiento civil en Venezuela?
REFERENCIAS
Congreso de la República de Venezuela (1986). Código de Procedimiento Civil de.
Gaceta Oficial, 1986-01-22, N. 3694, extraordinario,
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000). Gaceta Oficial de la
República de Venezuela, 5.453 (Extraordinario), Marzo 24, 2000. López, D.(2006). ¿Qué es la seguridad jurídica?. (Documento en Línea). Disponible: https://www.dejusticia.org/que-es-la-seguridad-juridica/ (Consulta: 2021, Mayo, 07). Redenti, J. (s/f). Derecho Procesal Civil. (Documento en Línea). Disponible: http://www.ulpiano.org.ve/revistas/bases/artic/texto/DERYSO/5/deryso_2004_5_1 63-202.pdf (Consulta: 2021, Mayo, 07).
Rengel Rómberg (1987). Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano según el