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La segunda:
La sorpresa de que en todos los casos el padre hubiera de ser inculpado como perverso,
sin excluir a mi propio padre, la intelección de la inesperada frecuencia de la histeria,
en todos cuyos casos debiera observarse idéntica condición, cuando es poco probable
que la perversión contra niños esté difundida hasta ese punto. (La perversión tendría
que ser inconmensurablemente más frecuente que la histeria, pues la enfermedad sólo
sobreviene cuando los sucesos se han acumulado y se suma un factor que debilita a la
defensa).
Acá aparece un dato que, a mi juicio, no apareció casi nunca, excepto en la carta 52; me
refiero a la cuestión del padre como perverso, luego se hace referencia a la perversión
contra niños, cuestión que no había aparecido en ningún caso visto en clase. Digo, todos
datos que para Freud y Fliess se notan frecuentes, pero que en lo que va del año creo que no
1
En la nota introductoria al ensayo sobre las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad, Strachey
se refiere a esta carta como el momento en que Freud admitió “La importancia de las fantasías como base
de los síntomas histéricos… en relación con su autoanálisis”:
2
Afirma Strachey que en esta carta “Freud anuncia por primera vez… sus dudas acerca de la teoría de la
etiología traumática de las neurosis, teoría que había sostenido durante los cinco años anteriores, como
mínimo”. Es decir que cabe entender por este descreimiento en “la ‘neurótica’” un descreimiento en la
teoría de la etiología traumática. En esto concuerda Masotta, que sobre esa frase dice “Se cita siempre una
carta de Freud a Fliess de 1897 (del 21 de septiembre) en la que con pesar confiesa a su amigo “que ya no
cree más en su neurótica”, a saber, en la teoría traumática y en la utilidad de las consecuencias que de
ella había
extraído".
vimos. Tendré que consultar. Acá Masotta dice escuetamente que Freud descubrió que las
historias sobre “escenas sexuales relatadas sobre la primera infancia no habían en verdad
ocurrido”.
El tercer grupo:
Bueno, este parrafito habla por sí mismo. Acá estaría, entre paréntesis, la solución que ve
Masotta en esta carta, la piedra de toque y pivote fundamental del psicoanálisis, el concepto
de “fantasía”.
En cuarto lugar:
Luego Freud refiere que todo eso lo predispuso “para una doble renuncia”. Renunció
doblemente; renunció a “”la solución cabal de una neurosis” y renunció “al conocimiento
cierto de su etiología en la infancia”. Luego refiere que se encuentra desorientado: “Ahora
no sé dónde estoy”, que se da cuenta de que no alcanzó “la inteligencia teórica de la
represión y su juego de fuerzas”. Además admite una crítica ante el avance de las teorías
neurológicas del tipo de la predisposición hereditaria para la enfermedad, como uno de los
Janet. “Parece de nuevo discutible que sólo vivencias posteriores den el envión a fantasías
que se remontan a la infancia; con ello el factor de una predisposición hereditaria recobra
una jurisdicción de la que yo me había propuesto desalojarlo”.
En el penúltimo párrafo Freud reflexiona sobre sus propias dudas, a las que se refirió en la
carta.
En la última nota al pie Strachey afirma que todos esos años en los que Freud sustuvo y
creyó en su “neurótica” fueron un “error” que Freud descubrió. Aparte de eso, hay
controversias acerca de cuándo fue que dejó de tener esas dudas sobre su teoría, sobre su
“neurótica”. Strachey afirma que “Es probable que sus incertidumbres sólo se disiparan con
el cabal hallazgo de la índole dinámica de las mociones pulsionales sexuales presentes en la
infancia, y con la comprobación plena de que las fantasías pueden obrar con toda la fuerza
de las vivencias reales”.