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Sentencia C-299/98: Por El Trabajador
Sentencia C-299/98: Por El Trabajador
Si bien las personas son libres para actuar y expresarse, la ejecución de una
agresión, mal trato o injuria en contra de otra persona, evidentemente
configuran un hecho ilícito, un abuso o desbordamiento de los derechos de
quien es agresor y la vulneración de los ajenos y, por tanto, traspasan los
límites impuestos por la Constitución. Por tanto, la limitación a la libertad
que tiende a frenar su mal uso y pretende la defensa de los derechos de los
afectados por estas conductas, encuentra su soporte en la Carta Política. No
se puede considerar que al cometer un delito o una actuación reprochable en
contra de la honra o la integridad física de una persona se está ejerciendo un
derecho. Cuanto se presenta este tipo de situaciones en el marco de una
relación laboral, la norma pretende sancionar con la terminación del
contrato a quienes puedan agredir o lesionar a las personas allí indicadas y,
esto se ajusta a la Carta Política, pues la Constitución no protege las
conductas o comportamientos ilícitos.
Temas:
Libre desarrollo de la personalidad en el
contrato de trabajo
Causales de terminación del contrato de
trabajo evaluación
Magistrado Ponente:
Dr. CARLOS GAVIRIA DÍAZ
I. ANTECEDENTES.
"Artículo 62. Son justas causas para dar por terminado unilateralmente el
contrato de trabajo:
a) Por parte del patrono:
(…)
3. Todo acto de grave violencia, injuria o malos tratamientos en que incurra
el trabajador fuera de servicio, en contra del patrono, de los miembros de su
familia o de sus representantes y socios, jefes de taller, vigilantes o
celadores.”
El demandante considera que la norma transcrita viola los artículos 16, 20, 25
y 53 de la Carta, por las siguientes razones:
IV. INTERVENCIONES
V. CONSIDERACIONES DE LA CORTE
A. Competencia
La Corte Constitucional es competente para conocer de la presente demanda
en virtud del artículo 241-5 de la Constitución. B. LA NORMA
DEMANDADA
El numeral 3 del literal a) del artículo 62 del Código Sustantivo del Trabajo,
que se demanda en esta ocasión, consagra una de las causales que permiten al
empleador dar por terminado el contrato laboral por justa causa, de manera
unilateral.
Dice la norma acusada que si el empleado ejecuta algún acto grave de
violencia, injuria o malos tratamientos en contra del patrono, los miembros
de su familia o sus representantes o socios, jefes de taller, vigilantes o
celadores, por fuera del lugar de trabajo, el empleador tiene facultad legal de
dar por terminada la relación laboral.
El demandante estima que limitar la libertad de expresión y acción del
trabajador con respecto al empleador, lejos del ámbito del trabajo, es
inadmisible porque las obligaciones adquiridas por el empleado se
circunscriben al lugar donde ha de cumplirse el contrato; de lo contrario, se
estaría llevando la relación laboral a una situación de “esclavitud”.
1. Obligaciones de las partes en un contrato de trabajo : Respeto y
lealtad mutuos
De toda relación de trabajo surge para los contratantes un conjunto de
derechos y obligaciones que deben cumplir, los cuales se encuentran
estatuidos en la Constitución, la ley, los reglamentos y el mismo contrato.
Que se le exija al trabajador en aras del debido respeto y lealtad para con el
empleador no ejercer actos de violencia, injuria, ni maltratamientos contra el
y las demás personas señaladas en la norma acusada, aún fuera del servicio,
no viola la Constitución, pues uno de los fines esenciales del Estado es
precisamente, "asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden
justo" (art. 2 C.P.) y no puede olvidarse que "la paz es un derecho y un deber
de obligatorio cumplimiento" (art. 22ib).)
Cierto es que la ley laboral garantiza la estabilidad del trabajador y, por ende,
la vigencia del contrato, pero cuando ocurren ciertos hechos que dificultan el
desarrollo normal de las relaciones de trabajo, se puede terminar
legítimamente el vínculo, pues el trabajador puede poner fin a la relación
laboral si el patrono, sus familiares o sus representantes, ejercen algún "acto
de violencia, malos tratamientos o amenazas graves" contra él o los miembros
de su familia. Del mismo modo, -según la norma que se estudia- el
empleador tiene la facultad de dar por terminado el contrato de trabajo, si él,
su familia o sus representantes sufren una agresión grave, injuria o maltrato
por parte del trabajador.
En cambio, en las sociedades en las que existe entre los socios y los
trabajadores de la empresa un contacto permanente y directo, es obvio que un
problema grave entre ellos, aunque ocurra fuera del lugar de labores,
entorpece el normal desarrollo de las relaciones de trabajo, y afecta
seriamente el funcionamiento de la empresa.
1 González Charry Guillermo, Derecho Laboral Colombiano, Vol. I, Relaciones Individuales, Ediciones
Doctrina y Ley, Santafé de Bogotá, 8va. edición, 1994.
Entonces, no le asiste razón al actor pues el precepto acusado no puede
considerarse como una forma de esclavitud ya que no regula ningún aspecto
relativo a la labor contratada y, mucho menos, al horario laboral, fuera del
ámbito de trabajo.
El numeral 3 del literal a) del artículo 62 del C.S.T. no vulnera los derechos
antes mencionados; de hecho, no se puede considerar que al cometer un delito
o una actuación reprochable en contra de la honra o la integridad física de una
persona se está ejerciendo un derecho. Cuanto se presenta este tipo de
situaciones en el marco de una relación laboral, la norma pretende sancionar
con la terminación del contrato a quienes puedan agredir o lesionar a las
personas allí indicadas y, esto se ajusta a la Carta Política, pues la
Constitución no protege las conductas o comportamientos ilícitos.
Dado que la norma demandada no contiene una lista de las conductas que
configuran los hechos allí señalados, se debe determinar en cada caso
particular y concreto si los ultrajes, insultos, ofensas, injurias, improperios o
actos de violencia, en que incurre el trabajador son realmente graves y
ameritan que el empleador tome la decisión de dar por terminado el contrato
de trabajo. Por tanto, los hechos que dan lugar a la configuración de la causal
referida deben ser analizados por el empleador en forma razonable, objetiva e
imparcial y estar plenamente demostrados para evitar decisiones injustificadas
que puedan perjudicar al trabajador.
Si, luego de confrontar las versiones sobre los hechos, el empleador concluye
que en realidad éstos existieron, y que su gravedad es tal que definitivamente
entorpecen las relaciones laborales hacia el futuro, puede legalmente terminar
de manera unilateral el contrato de trabajo; y el empleado, (afectado su
derecho a trabajar, pues al momento de ejercer esta opción ya ha sido retirado
de su puesto) si aún persiste en su descontento, podrá acudir a la jurisdicción
laboral, para que el juez evalúe objetivamente los hechos y sus consecuencias,
y diga la última palabra respecto al conflicto.
De otra parte, es preciso recordar que el Código Sustantivo del Trabajo exige
en el parágrafo del mismo artículo 62 -declarado exequible por la Corte en la
sentencia C-594/97, con ponencia del magistrado Alejandro Martínez
Caballero-, que quien pretenda finalizar unilateralmente la relación de trabajo,
debe dar a conocer a la otra la causal o el motivo de su decisión. Causal que,
se repite, debe estar plenamente demostrada. En consecuencia, no es posible
alegar con posterioridad, causales distintas a las invocadas.
VI. DECISIÓN
R E S U E LV E :
Cuando se da por terminado el contrato de trabajo con justa causa el patrono está
en la obligación de expresar al trabajador el motivo del despido unilateral, sin
que se encuentre contemplado un "procedimiento previo" para adoptar la
correspondiente determinación, y sin que este pueda aplicarse por analogía
cuando se trata de la imposición de sanciones. Cosa distinta es que se pueda oir
previamente al trabajador en ejercicio del derecho de defensa, para los efectos de
la terminación unilateral del contrato de trabajo con justa causa y en el evento de
que se trate de aplicar al mismo, la sanción de despido, pues de lo contrario
estaría ordenando la existencia de un procedimiento previo que no se encuentra
determinado en la empresa respectiva.
Magistrado Ponente:
Dr. CARLOS GAVIRIA DIAZ
Es bien sabido que cuando se da por terminado el contrato de trabajo con justa
causa el patrono está en la obligación de expresar al trabajador el motivo del
despido unilateral, sin que se encuentre contemplado un "procedimiento
previo" para adoptar la correspondiente determinación, y sin que este pueda
aplicarse por analogía cuando se trata de la imposición de sanciones.
Fecha ut supra,
HERNANDO HERRERA VERGARA
Magistrado