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HISTORIA DE LA HERBOLARIA EN MÉXICO

México y la herbolaria antigua.


Denominamos Herbolaria al conjunto de conocimientos relativos a las propiedades curativas de
las plantas.
En el mundo prehispánico la enfermedad de los pueblos la concebían como producto de la
acción de los seres que habitan los pisos celestes y el inframundo. y que a través de los
elementos de la plataforma: el viento, agua, sol, polvo, animales, etc., daba como consecuencia
un desequilibrio en el cuerpo del hombre. La enfermedad era producto del este desequilibrio
corporal, que se mantenía gracias a la dualidad de los elementos vitales: el color y el frió, la luz
y la oscuridad, lo seco, lo húmedo, arriba y abajo.
En este caso la medicina se ocupaba (en esta cosmovisión) de ayudar al enfermo a recuperar
ese equilibrio que ya lo había perdido. Las plantas medicinales fueron un recurso al que los
habitantes de Mesoamérica se auxiliaban para buscar la cura a sus enfermedades. El
conocimiento y utilización de las plantas por las sociedades humanas tiene una larga e
interesante historia, reconociéndose que desde siempre los vegetales satisfacen muy diversas
necesidades y una de ellas es la recuperación y el mantenimiento de la salud. Específicamente
en México, la herbolaria surgió de la misma forma con los grupos prehispánicos. En esa época,
la medicina primitiva se vinculaba de manera íntima con la religión y la magia, pues los pueblos
concebían la enfermedad como producto de la acción de sus dioses y el desequilibrio corporal.

Esta historia es milenaria y se remonta a los tiempos en que


dominaban los grupos humanos, que organizados en bandas
nómadas o seminómadas recorrían el territorio buscando
cobijo temporal en cuevas y sustento en la práctica de la
caza, la pesca y la recolección de plantas silvestres. Estos
grupos, grandes conocedores de las posibilidades
alimenticias y propiedades curativas de la flora silvestre,
heredaron toda su sabiduría a los pueblos agrícolas.
Las plantas medicinales eran el recurso esencial al que los indígenas recurrían para la cura de
sus enfermedades. Estas plantas eran utilizadas de diversas formas, como ungüentos, pócimas,
vaporizaciones, etc. Además, esto les proporcionaba un orden y una organización, pues tenían
médicos o "tictl" que dominaban ciertas especialidades, por ejemplo, parteros, hueseros o
yerberos. Incluso, tenían escuelas donde enseñaban a los más jóvenes el uso y el arte de curar.
También había mercados de plantas medicinales que el pueblo en general visitaba para
comprar o consultar a los médicos.
El empleo de las plantas en cuanto terapia de curación tiene su origen en los pueblos según su
desarrollo y conocimiento del medio biótico, como lo muestra los pueblos asiáticos como China,
la cual se remonta a 8,000 años antes de Cristo, entre los egipcios y hebreos a 3,000 años
antes de Cristo; no obstante es con los griegos cuando empiezan a difundirse, de manera
concreta en el mundo occidental, los usos medicinales de determinadas plantas curativas.
Posteriormente, a nuestro país llega junto con los españoles un caudal de conocimientos
médicos, como los remedios de origen vegetal, mismos que se combinan en forma integral con
las especies nativas usadas en esos tiempos por los tictl o médicos indígenas. A partir de la
conquista empieza a fusionarse la herbolaria mexicana con las especies y con los
conocimientos traídos del Viejo Continente.
La medicina prehispánica, al igual que la primitiva
europea, estuvo íntimamente vinculada a la religión y a la
magia, de manera que los pueblos mesoamericanos
pudieron asociar e identificar cualidades y poderes de
plantas, animales y elementos de su naturaleza a los de
las especies vegetales introducidas por los europeos,
incluyendo las traídas por naturistas y otros viajeros, las
cuales han aportado nuevos conocimientos a la medicina
local.

Libros de herbolaría antigua.

A partir del siglo XVI, con la llegada de los españoles, los remedios nativos y las especies
prehispánicas se fusionaron o complementaron con los conocimientos de los conquistadores.
Fue de esta forma, que la herbolaria mexicana se desarrolló notablemente, ya que los
españoles, al quedar maravillados con la belleza y diversidad natural del territorio, construyeron
hospitales de herbolaria medicinal.

En el siglo XVI se solicita que el vasto conocimiento del país sea escrito, creando documentos
importantes sobre el tema, tal es el caso de Fray Bernardino de Sahagún quien se interesó
desde el inicio en los mitos, las costumbres y por supuesto, las enfermedades y los recursos
vegetales y animales que se utilizaban para atender la salud de la población.

En la obra de Sahagún, denominada Historia general de las cosas de la Nueva España, escrita
en 1548, dedica el libro undécimo a las Hierbas medicinales, mencionando los nombres de las
plantas en lengua nahuat, enfermedad para la que se utiliza y forma de uso: por este libro y por
la manera de investigar de Sahagún, tomado del saber de los ancianos podemos decir que fue
el primer libro etnobotánico médico de la época.

Otra de las obras fundamentales del siglo XVI es el famoso Librito de las Hierbas Medicinales de
los indios de Martín de la Cruz, un curandero indígena que se editó en 1552. Este documento
fue un regalo de los indios al rey de España para que se suspendiera la orden de retirar a los
indígenas que asistían al Colegio de Santiago Tlatelolco.

Además de estos textos hay un tercer libro que también


hablaba de los árboles, hierbas y arbustos medicinales, el
nombre era Historia Natural de la Nueva España, escrita
por Francisco Hernández, la cual es el resultado de las
observaciones y colectas de las expediciones que realizo
el autor a las regiones de Puebla, México, Tlaxcala,
Oaxaca, Michoacán, Morelos, entre otros estados.

En la actualidad existen amplios sectores sociales


interesados en las plantas medicinales, entre ellos se
cuentan desde quienes tienen un interés meramente pragmático hasta los estudiosos e
investigadores de un alto nivel de especialización en los distintos ámbitos del conocimiento
desde donde se puede uno acercar a este objeto de estudio.

La herbolaria mexicana constituye el patrimonio más importante de la cultura de nuestros


pueblos ancestrales, y representa la fuente de desarrollo de la medicina alternativa. Asimismo,
México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en riqueza taxonómica de plantas medicinales,
después de China, con 4,500 especies existentes

Algunas plantas medicinales de México para el mundo.

Espinosilla. Uso Medicinal Evita la caída del cabello y quita la caspa, la planta se hierve y se
aplica en enjuague durante quince días.

Estafiate. Uso Medicinal Se usa como tratamiento del dolor de estómago y para curar la diarrea
o el empacho.

Capulín. Uso Medicinal Alivia la tos y se puede usar como jarabe para los niños al agregarles
canela y azúcar.

Epazote de zorrillo. Uso medicinal Se usa frecuentemente para tratar lombrices y se


recomienda para el aire, la bilis o aliviar empacho.

Hierba del pollo. Uso medicinal Era usada en caso de heridas también se usaba para calmar
cólicos e inflamación de vientre.

LA HERBOLARIA SURGIÓ 2 MIL AÑOS ANTES DE LA LLEGADA DE LOS MEXICAS A


TEOTIHUACÁN

Periódico La Jornada
Jueves 31 de julio de 2014, p. 2

Especialistas del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional


Autónoma de México (UNAM) determinaron que la alimentación de los pueblos del Valle de
México incluyó mayor número de plantas y animales de lo que se pensaba.

“Actualmente atribuimos a la época mexica el uso de plantas –que hoy son parte de la
alimentación– y herbolaria tradicional en el país, pero no es así: los mexicas documentaron
estos conocimientos, que ya tenían más de dos mil años cuando llegaron al Valle de México”,
explicó Emily McClung.

Agregó: Eso es algo que solemos ignorar, pero el estudio de sitios arqueológicos más antiguos
arroja dicha información. No siempre podemos decir cómo preparaban sus alimentos, qué
mezclas hacían o cómo elaboraban sus salsas, aunque sabemos que el conocimiento de estas
plantas es mucho más antiguo de lo que se piensa.

Laboratorio de paleoetnobotánica.

Emily McClung, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, estudia en el Laboratorio de


Paleoetnobotánica y Paleoambiente cómo vivían los habitantes de Teotihuacan.

Como arqueólogos entrenados en botánica vemos aspectos de subsistencia, alimentación y


diferencias entre distintos sectores de la población al conocer quiénes tuvieron posibilidad de
usar o consumir ciertos productos y quiénes no, precisó la investigadora.
La investigadora trabaja con una técnica llamada de flotación, que consiste en tomar muestras
del sedimento, separarlas en agua mediante mallas finas –de menos de 0.5 mm de apertura– y
observarlas en el microscopio esteoreoscópico.

Esto nos permite ver y evaluar las condiciones de conservación. Así, descubrimos datos no
evidentes a simple vista, porque muchas semillas económicamente importantes en México son
diminutas (algunas tienen 0.5 milímetros de diámetro o incluso 0.2, como las de chía, verdolaga,
epazote y huauzontle).

El laboratorio, que se especializa en la identificación de restos de plantas conservados en


excavaciones arqueológicas, así como en el análisis de sedimentos, suelos y otros depósitos
geológicos en los que puede haber evidencia botánica en buen estado de preservación, se
planteó, desde que fue fundado, la recuperación e identificación de semillas y otras partes
vegetales conservadas en excavaciones, en áreas tanto domésticas como de almacenamiento o
preparación de alimentos, por ejemplo, en fogones y vasijas”.

Los especialistas han encontrado simientes que no imaginaban que se hubieran usado hace dos
mil años, como la verdolaga y el jaltomate (pariente del tomate y el jitomate, pero en miniatura y
morado). Nos parecía inconcebible que se consumiera en Teotihuacan, pero lo encontramos por
todos lados.

Indudablemente, la alimentación de los teotihuacanos incluyó plantas y animales en un número


mayor de lo registrado, porque la conservación durante dos mil años se logra con dificultad. Sin
embargo, los investigadores tienen una idea amplia sobre qué variedades pudieron haber
utilizado como fuentes de vitaminas y proteínas.

Aunque el equipo de McClung, no estudia animales, en términos generales encontró que los
pobladores de Teotihuacan se alimentaron de venados, guajolotes, perros, aves y varios tipos
de roedores silvestres.

Los científicos han registrado una larga lista de plantas en la zona, como maíz, amaranto,
huauzontle, epazote, verdolaga, aguacate, frijol, ayocote, huizache, biznaga, chile, tomate,
calabaza, ciruela, tejocote y capulín. Otro producto importante fue el nopal y su fruto, la tuna.
Con seguridad usaban las pencas y su fibra, explicó la investigadora.

Todo eso da a los antropólogos una idea de cómo vivía y qué consumía la sociedad
teotihuacana antes de desaparecer. Hemos encontrado plantas parecidas en el sur de la cuenca
de México y en el valle de Teotihuacan, que datan del periodo formativo (del 2500 antes de
nuestra era hasta el año 100 d.C.), aunque no propiamente en la ciudad prehispánica referida.

En las pirámides de la Luna, del Sol y de Quetzalcóatl hay entierros a manera de ofrenda, de las
que algunos individuos son parte. Esto se relaciona con el inicio de la construcción, de una
nueva etapa o con la terminación.

En la construcción de la Pirámide de la Luna, dijo, se han detectado siete niveles. En los


rellenos entre cada uno se conservan sedimentos con restos botánicos provenientes de tierra de
cultivo.

Sabemos que no ha sido alterada desde que fue puesta en la construcción, por tanto nos
permite conocer los tipos presentes en los campos de cultivo que estuvieron relativamente cerca
del centro ceremonial. Uno se puede imaginar la organización sociopolítica y socioeconómica de
Teotihuacan. Pensemos en una comunidad que se da el lujo de arrasar con sus campos.

Añadió que en el aspecto político se demuestra que las autoridades tienen la capacidad de
construir algo inmenso; por otro lado, está el simbolismo de la pirámide, que refiere poder y
control. “Desde la perspectiva referida, es una representación del poder del Estado.

Es interesante porque hay un paralelo con lo que pasa hoy: áreas que fueron primordiales en la
producción de comestibles ahora son utilizadas para fraccionamientos, edificios
gubernamentales, hospitales y aeropuertos. Se arrasan los campos agrícolas en aras de una
imagen de modernización, desarrollo y bienestar, concluyó.

5 REMEDIOS POPULARES CON MANZANILLA

1. Después de cada comida y con el propósito de facilitar la digestión,


se recomienda tomar una taza de té de manzanilla cuya preparación
consiste de 10 gramos de hojas de manzanilla en medio litro de agua
y se cuece durante 10 minutos.
2. Para desinflamar y desinfectar llagas en la boca; se puede usar en compresas sobre las
partes inflamadas o gárgaras. Para ello, se elabora una Infusión con una cucharada de
manzanilla por taza de agua hirviendo. Se deja 10 minutos y se toma una taza tres veces al día.
Esta misma infusión, arriba expuesta, también puede emplearse, como compresas o mediante
un cuentagotas, en las infecciones o inflamaciones oculares y como loción de belleza para
luchar contra las imperfecciones del cutis (acné, granos infectados, etc...)
3. Para combatir ansiedad y cefalea, se puede elaborar un vino. Para ello, se requiere un 1 litro
de vino blanco seco y se deja macerar 50 gramos de flores de manzanilla durante 10 días. Se
toman 2 copitas al día, una por la mañana y otra antes de acostarse que además ayuda a
combatir el insomnio.

4. Para dolores menstruales, se recomienda beber una taza de té de manzanilla preparados con
10 gramos de flores o ramas por litro de agua y, a la vez, aplicar fomentos de la misma planta
sobre el vientre.
5. Para los dolores reumáticos, resulta excelente aplicar, mediante fricciones suaves, el aceite
de manzanilla sobre las coyunturas inflamadas. Para ello, se prepara una maceración en 1/2
litro de aceite extra virgen de oliva, 100 gramos de flores secas y se agita cinco veces por día,
durante seis días. Pasado el sexto día, se deja la vasija sin tocar, durante 24 horas, para poder
separar el aceite de las flores.

Referencias bibliográficas.

https://www.mexicodesconocido.com.mx/mexico-y-la-herbolaria-antigua.html
https://www.clubplaneta.com.mx/cocina/la_herbolaria_en_mexico.htm
http://www.facmed.unam.mx/sms/temas/2010/09_sep_2k10.pdf
http://www.jornada.unam.mx/2014/07/31/ciencias/a02n1cie
Xavier, L. (1998). La Herbolaria en México. México.

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