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Pedagogía Universitaria Vol. XX No.

3 2015

LOS INDICADORES ACTUALES DE LA EFICIENCIA


ACADÉMICA: NECESIDAD DE SU PERFECIONAMIENTO
CURRENT ACADEMIC EFFICIENCY INDICATORS: NEED FOR
IMPROVEMENT

M. Sc. Delma de la C. Hernández Falcón. Profesor Auxiliar º


Dr. C. Antonio Vargas Jiménez. Profesor Titular ºº
Dr. C. José Luis Almuiñas Rivero. Profesor Titular ººº
Dr. C. José Luis García Cuevas. Profesor Titular ºººº

º Dirección de Posgrado. Ministerio de Educación Superior. Cuba.


ºº Dirección de Formación de Profesionales. Ministerio de Educación Superior. Cuba.
ººº CEPES. Universidad de La Habana. Cuba
ºººº Oficina del Ministro. Ministerio de Educación Superior. Cuba.

delma@mes.gob.cu

RECIBIDO 13/05/2015 APROBADO 16/10/2015


Palabras claves: evaluación académica, eficiencia académica, acreditación académica
Keywords: academic evaluation, academic efficiency, academic accreditation.
Resumen
La eficiencia académica y la problemática de la calidad y el rendimiento de las
universidades cubanas siempre ha sido centro de atención en la evaluación institucional y
toma de decisiones dentro de la estrategia de desarrollo del sistema universitario. En el
presente artículo se analiza el estadio alcanzado por la educación superior cubana y los
retos para la evaluación de la eficiencia académica en las universidades, se abordan los
principales estudios que se realizan en nuestro país sobre la misma tomando como base un
análisis crítico de los enfoques e indicadores utilizados. Finalmente, se hace una síntesis
sobre la problemática actual relacionada con la misma en las universidades adscritas al
Ministerio de Educación Superior y se proponen indicadores cuantitativos que deben
incluirse en las estadísticas anuales del sistema.
Abstract
The academic efficiency and quality issues and performance of the universities, has always
been the center of attention on the institutional evaluation and decision-making within the
general development strategy of the university system. In this paper, the stage reached by
the Cuban Higher Education and the challenges for institutional evaluation of universities
is discussed, particularly those related to academic efficiency, studies in our country on the
same are addressed in a critical analysis of the approaches used in evaluation. Finally a
summary of the current problems related to it in the universities of Ministry of Higher
Education and a proposal of a new indicator for each year statistical system.

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INTRODUCCION
La educación superior constituye un pilar fundamental del país con su potencial científico-
técnico y cultural, y en particular por el rol que desempeña en la formación de los
profesionales que demanda la economía y la satisfacción de los compromisos
internacionales. Por tanto, las investigaciones y estudios que tiendan a la búsqueda de
expresiones cuantitativas y cualitativas, que coadyuven a la elevación de la calidad y
eficiencia del proceso académico revisten una importancia cardinal.
La eficiencia académica y la problemática de la calidad y el rendimiento de las
universidades cubanas, siempre ha sido centro de atención en la evaluación institucional y
toma de decisiones dentro de la estrategia de desarrollo del sistema. En este sentido toda
cuestión relacionada con sus indicadores, como son aquellos vinculados con las bajas y el
rezago o la repitencia de los estudiantes universitarios, son fenómenos no deseables que
han sido enfrentados en cada una de las etapas de su desarrollo con políticas y estrategias
nacionales e institucionales orientadas a disminuir su impacto negativo en lo individual,
institucional y social.
Esta problemática ha sido objeto de estudio en varias realidades universitarias. En Cuba
también en distintos momentos se han desarrollado propuesta de indicadores cuantitativos,
diversos estudios conducidos en algunas universidades (ALMUIÑAS, 1994; CRUZ, 2001;
TORRES y LIMA, 2003; HERNÁNDEZ, 2003; ALMUIÑAS y col. 2005; ALMUIÑAS y
col. 2009; CAPÓ y col. 2011; VARGAS y col. 2012) abordan otros indicadores
cuantitativos y algunas manifestaciones cualitativas de la eficiencia académica, que
aportan mayor riqueza al análisis al brindar una valiosa información para conocer el
comportamiento académico de los estudiantes; de su tránsito por el sistema, evaluar lo que
está pasando en el proceso formativo y sus resultados, mostrando la capacidad del sistema
para alcanzar sus objetivos.
Sin embargo en la actualidad el problema esencial radica en que el sistema estadístico de
las universidades, aunque ya se encuentra integrado a un sistema automatizado nacional
(SIGENU 1), no aporta los indicadores suficientes relacionados con la eficiencia académica
del proceso docente educativo, que permita a los directivos realizar análisis más rigurosos
para la toma de decisiones.
El presente artículo tiene como objetivo analizar con un enfoque crítico los indicadores de
eficiencia académica que en la actualidad se utilizan en las universidades y proponer
algunos que deben incorporarse para lograr incrementar el rigor del análisis y su
proyección para la toma de decisiones. En su contenido se analiza el estadio alcanzado
por la educación superior cubana y los retos para la evaluación institucional de las
universidades relacionados con la eficiencia académica, se abordan los estudios realizados
en nuestro país sobre la misma con un análisis crítico de los métodos utilizados en su
evaluación y se propone la incorporación de algunos indicadores necesarios.

1
SIGENU: Sistema Informatizado de Gestión Universitaria. MES.

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DESARROLLO:
El contexto internacional se mueve en inciertos escenarios de tipo económico, social,
cultural, científico tecnológico, demográfico y ambiental, que en décadas anteriores no
estaban presentes con la intensidad y volúmenes con que se presentan en el momento
actual. Esto se traduce, al interior de los países de la América Latina, en insuficientes
sistemas nacionales de salud y educación, incremento de la pobreza, la marginación, la
emigración, el desempleo, las epidemias, el analfabetismo y la invasión cultural, crisis de
valores y otras manifestaciones que han sido el resultado de la globalización neoliberal.
En este escenario, la educación superior en América Latina tiene importantes retos que
enfrentar en la formación de profesionales, la calidad y eficiencia académica del proceso y
la elevación de los egresos.
En la Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y
el Caribe (CRES 2008) se señala: “Los desafíos y retos que debemos enfrentar son de tal
magnitud que, de no ser atendidos con oportunidad y eficacia, ahondarán las diferencias,
desigualdades y contradicciones que hoy impiden el crecimiento de América Latina y el
Caribe con equidad, justicia, sustentabilidad y democracia… El objetivo es configurar un
escenario que permita articular, de forma creativa y sustentable, políticas que refuercen el
compromiso social de la educación superior, su calidad y pertinencia. Esas políticas deben
apuntar al horizonte de una educación superior para todos y todas, teniendo como meta el
logro de una mayor cobertura social con calidad, equidad y compromiso con nuestros
pueblos; deben inducir el desarrollo de alternativas e innovaciones en las propuestas
educativas, en la producción y transferencia de conocimientos y aprendizajes, así como
promover el establecimiento y consolidación de alianzas estratégicas”. (UNESCO-
IESALC, 2008, pag 3 y 4.)
Cuba, no ha estado exenta de los impactos globales que han influido en el desarrollo
económico y social y provocado serios problemas para el avance de algunos sectores
importantes. Hoy se afana en la actualización del modelo económico basado en la
propiedad socialista; los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la
Revolución, aprobados en abril del 2011 en el VI Congreso del Partido Comunista de
Cuba (PCC, 2011), plantean retos significativos en relación a la calidad de la formación de
los profesionales, la eficiencia académica, la formación y superación de los docentes con
vistas a mejorar la labor educativa, el perfeccionamiento de la red de universidades y la
distribución adecuada de las matrículas en las diferentes carreras en función de las nuevas
demandas de la economía y la sociedad, la actualización de los programas de formación e
investigación en función de la proyección económica y social del país, entre otros.
La política social del estado revolucionario cubano ha implicado la inversión de
cuantiosos recursos materiales, humanos y financieros para atender la educación. En el
transcurso de los últimos 55 años, las universidades han formado 1 374 723 profesionales,
en un proceso continuo y creciente de universalización de la educación superior.
Desde el año 2000, como parte de la estrategia de enriquecimiento cultural, se planteó el
reto a las universidades de una nueva ampliación del acceso a los estudios universitarios,
con aún mayor inclusión social, creándose los “Cursos de Continuidad de Estudios”, de
forma semipresencial en las Sedes Universitarias Municipales (SUM), a los cuales
accedían sin realizar exámenes de ingreso los jóvenes egresados de Programas de

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Formación Especiales, y otros procedentes de diversas fuentes de ingreso,


fundamentalmente, trabajadores.
A partir del año 2004, se fundan y ponen en funcionamiento, además de los 65 centros
universitarios que existían, 3150 SUM distribuidas en los 169 municipios del país. Esta
ampliación permitió multiplicar las cifras de nuevo ingreso y llevar la matrícula en
ascenso vertiginoso que en el curso académico 2007-08 alcanzó su pico máximo con
743979 estudiantes en pregrado (Gráfico No. 1) (MES, 2015). Estas cifras permitieron
alcanzar una tasa bruta de escolarización terciaria 2 superior de 65% en el año 2009,
similar a la de los países más desarrollados y superior a la de la mayoría de los países
latinoamericanos. (SÁNCHEZ y col., 2010).
Gráfico No. 1: Evolución de la matrícula en la educación superior cubana.

Fuente: Prontuario de estadística. Ministerio de Educación Superior. 2015


Sin embargo, estas políticas si bien permitieron que un mayor número de jóvenes se
beneficiaran con la posibilidad de cursar estudios universitarios, trajeron sus
consecuencias. Por ejemplo, la masificación, la diversificación de los tipos de curso y la
flexibilización de las normativas están relacionadas con la baja promoción y retención en
todos los tipos de cursos, influyendo directamente sobre la eficiencia académica del
proceso formativo, la cual no se ha comportado de forma proporcional a las matrículas y ha
ido disminuyendo progresivamente (SÁNCHEZ y col., 2010).
En particular, la eficiencia académica terminal 3 de las carreras del curso regular diurno
del Ministerio de Educación Superior (MES), ha presentando en los últimos 14 cursos una
tendencia decreciente con un valor de 42,8% en el curso académico 2013-14. (Gráfico No.
2)
Para elevar la eficiencia, en el año 2010, se comenzaron a introducir algunas
transformaciones y se implementaron políticas de manera que desde el propio proceso de
ingreso se pueda contribuir a la formación de un profesional más competente. (MES, 2010;
SÁNCHEZ, y col., 2014). Según estas políticas, muy en síntesis, se aplican los mismos
principios y exigencias, en todos los escenarios y modelos pedagógicos; se ofertan las
carreras en correspondencia con las necesidades socioeconómicas del país y las
posibilidades de las universidades de ofrecer carreras con garantía de calidad y solo se
permite ingresar a los estudiantes que hayan aprobado todos los exámenes previstos.

2
Tasa bruta de escolarización terciaria: Proporción total de jóvenes matriculados en las universidades con respecto a la población total
de 18 a 24 años.
3
Eficiencia académica terminal: Proporción de egresados de la cohorte del total que matriculó el primer año al comenzar la carrera.
Eficiencia académica vertical: Proporción de estudiantes de los diferentes años académicos que promovieron en un curso escolar.

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Gráfico No 2: Evolución de la eficiencia académica terminal de las carreras del curso


regular diurno del MES.

Fuente: Elaboración personal a partir de Información Estadística. Prontuario de Estadística.


MES 2015
También se flexibilizaron las regulaciones para el pase de año que, a partir del 2010,
permiten el pase con dos asignaturas pendientes o arrastres, uno de cada semestre y da la
posibilidad de repetir hasta dos años diferentes durante la carrera (MES, 2010: pág. 13) 4
Estas políticas, encaminadas a elevar la exigencia a niveles adecuados de conocimientos
para ingresar a la universidad, junto a la elevación del rigor en todos los tipos de curso, han
sido un filtro importante para garantizar la calidad del proceso, pero han tenido una
importante repercusión en los resultados docentes y en particular, en la eficiencia
académica de las diferentes carreras, que ha seguido una tendencia a disminuir.
Al incrementarse la repitencia y el pase de año con asignaturas pendientes, el sistema
estadístico establecido por el MES se complejiza, lo que permite la introducción de errores
por las vías tradicionales de cálculo.
EL ESTUDIO DE LA EFICIENCIA ACADEMICA EN LAS UNIVERSIDADES
ADSCRITAS AL MES.
Según Almuiñas y col., (2005) 5, en nuestro país uno de los indicadores más significativos
y comúnmente utilizados para evaluar la eficiencia interna del proceso de formación de
profesionales en las diferentes carreras, facultades, instituciones y en el sistema
universitario global es la eficiencia académica o terminal, también conocida como
eficiencia de egreso o eficiencia de graduación. Esta es una de las manifestaciones de una
parte del rendimiento académico universitario en el marco de dicho proceso que influye
conjuntamente con otras variables externas e internas en los niveles de efectividad del
mismo.
Los indicadores cuantitativos resultan referentes necesarios para las diferentes
dimensiones, variables y criterios que se asuman dentro de la metodología de evaluación y
acreditación del rendimiento y la calidad educativa, y constituyen instrumentos de mucho
valor e importancia teórica, metodológica y práctica en la dirección científica de la
formación de los profesionales en las universidades. A continuación se definen algunos de

4
MES. Resolución 120/2010. Reglamento de organización docente de la educación superior.
5
Estudio sobre la repitencia y las bajas en la educación superior, agosto, 2015.

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los conceptos que más se utilizan en nuestro país cuando se trata de evaluar la eficiencia
académica:
El término eficiencia procede del mundo laboral productivo, donde las normas, criterios y
procedimientos de medida se refieren a la productividad del trabajador y de la
organización. Es un criterio que apunta, entre otros, hacia la racionalidad de los procesos y
del uso de recursos y que en la educación a través de representaciones empíricas se expresa
en los resultados de un proceso escolar, dando lugar a la eficiencia académica.
Desde una visión economicista, la eficiencia se suele identificar con una relación particular
entre costos, tiempos y efectividad, que implica conseguir un mayor resultado en menor
tiempo y a menor costo.
Se puede definir entonces a la eficiencia como el nivel óptimo de funcionalidad y
congruencia para posibilitar la concreción de metas con calidad. Se refiere a la coherencia
entre recursos invertidos, esfuerzos desplegados y tiempo empleado para el logro de los
objetivos.
El concepto de eficiencia académica limpia o terminal lo define Almuiñas como “la
relación entre la cantidad de egresados de un centro educativo, del total que constituyó la
cohorte al inicio de la carrera o nivel de enseñanza” (ALMUIÑAS 1994, 36).
A partir de esta definición, en las universidades en Cuba se utilizan, fundamentalmente,
dos indicadores vinculados con la eficiencia académica desde el punto de vista
cuantitativo:
Eficiencia académica limpia, terminal (o del ciclo): Estudiantes que se gradúan en un
ciclo completo (cinco o seis años según el tiempo de duración de la carrera) con
respecto a los que comenzaron el primer año, se obtiene mediante la fórmula siguiente:
Multiplicación de los valores de promoción
limpia, uno tras otro en los cinco años de
la carrera de forma inclinada.
Eficiencia del ciclo = = %
100000000 (En el caso de 5 años de la carrera)

Eficiencia académica vertical: Consiste en multiplicar los valores de promoción


limpia, uno tras otro en los cinco o seis años de un mismo curso académico de forma
vertical, lo que da criterios cuantitativos que reflejan de una manera más inmediata los
resultados del trabajo desarrollado en cada curso, se obtiene mediante la fórmula
siguiente:
Multiplicación de los valores de promoción
limpia, uno tras otro en los cinco años de
un mismo curso de forma vertical.
Eficiencia del curso = = %
100000000 (En el caso de 5 años de la carrera)

El MES analiza anualmente la eficiencia académica obtenida en los cursos regulares


diurnos por todas las universidades, tanto la limpia o terminal, como la vertical de cada

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curso académico, a partir de las informaciones estadísticas que ofrece cada universidad
(MES, 2015).
La promoción se utiliza como expresión más directa de los logros docentes y que según
Vecino Alegret (1986:89), “es el indicador fundamental para medir los resultados de
cualquier sistema de educación. Es el punto de partida para obtener los indicadores de
eficiencia académica, y se define como la cantidad de estudiantes aprobados del total de la
matrícula inicial definitiva, expresado en porciento”.
Si se entiende como promoción el pase de año de los estudiantes, al elevarse la repitencia
se introducen diferencias en los diferentes controles estadísticos; la matrícula inicial de
cada curso académico puede cambiar por las altas que se producen, introduciendo errores
que de hecho alteran el valor de la eficiencia final del ciclo de graduación, que ya no puede
llamarse “eficiencia académica limpia”, ya que incluye también los promovidos con
asignaturas pendientes.
Al no ser limpia la promoción, e incrementarse la repitencia, las matrículas iniciales de
cada curso académico no coinciden necesariamente con los promovidos del año anterior,
por cuanto en el cálculo de la eficiencia del ciclo, se introducen errores, y como se expresó
anteriormente, deja de ser limpia.
Un ejemplo que puede ponerse de estas circunstancias actuales es la eficiencia académica
de las carreras adscritas al MES del curso diurno (2013-14), mediante el cálculo tradicional
de la eficiencia académica limpia o terminal, aporta un 42.8% (ver gráfico 2); sin embargo,
si se calcula con el indicador eficiencia académica total o del ciclo el resultado es otro.
El indicador eficiencia académica total o del ciclo expresa la relación entre la cantidad de
estudiantes que se gradúa en el curso actual con cantidad de estudiantes que fueron
matricula total del primer año cinco cursos atrás, expresado en porciento. Este indicador
incluye los rezagos por licencia y la repitencia:
Graduado de cada curso escolar
Eficiencia Académica total o del ciclo = _______________________________ x 100
Matrícula inicial al inicio del ciclo (cinco años atrás)

Esta cohorte aparente 6 tuvo 8745 graduados de una matrícula de primer año de 16307, lo
cual da un total de 53.62%, lo cual es significativamente superior al 42.8% que se obtuvo
anteriormente.
Estas cifras tienen una gran importancia, no solo como indicador de calidad y progreso del
proceso docente educativo, sino que en nuestro país son el punto de partida para que el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, calcule la demanda de profesionales para el
quinquenio siguiente, o sea cuanto hay que ingresar cada curso a las universidades para
lograr las cifras de graduados que requiere la economía del país cinco años vista.
Dadas las circunstancias, sería de interés calcular esta demanda de profesionales con el
indicador de comportamiento eficiencia académica total de cada ciclo de cinco años, por
ser en estos momentos de mayor precisión que la eficiencia académica que se calcula y

6
Cohorte aparente: Formada por el total de estudiantes que se gradúan en un curso académico y que incluye altas de otras cohortes
incorporadas durante la carrera.

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adicionalmente, incorporarlo a los indicadores que el MES utiliza para evaluar la calidad y
el progreso del proceso.
De estos cálculos, se deduce que otro indicador que se impone comenzar a retomar en
consideración en las estadísticas oficiales del MES y de cada una de sus universidades es la
cantidad de repitentes o % de repitencia, ya que este indicador muestra el rezago de cada
cohorte y retrasa o alarga el tiempo de graduación.
Según ALMUIÑAS y col. (2005, 2009) con las informaciones estadísticas disponibles no
es posible precisar cuántos estudiantes se gradúan realmente del grupo que entra como
nuevo ingreso cada año escolar, y en qué tiempo se gradúan, o sea cada cohorte de ingreso
qué tiempo demora para agotarse, un valor directamente proporcional a la repitencia y el
rezago.
ALMUIÑAS y col. (1994) en el trabajo “El Modelo de Cohorte: Un instrumento de
evaluación” 7 proponen 27 indicadores para evaluar la eficiencia académica en su
dimensión cuantitativa, agrupados en cuatro categorías: comportamiento, tiempo,
transferencia y gastos.
Estos indicadores son muy importantes y deben ser considerados, debido a que por
ejemplo, esos autores plantean que el rezago aumenta los tiempos de tránsito de la
cohorte y como consecuencias: hace que el sistema se encarezca, no cuesta lo mismo un
graduado, cuando toda la cohorte se gradúa a los cinco años del ciclo, que cuando hay un
porcentaje que lo hace uno o dos años después; la otra consecuencia es que el rezago
ocupa capacidades que podrían ser utilizadas para incrementar las matrículas de nuevo
ingreso, sobre todo, en aquellas carreras en que hay mayor demanda y no existen
suficientes capacidades en las universidades para satisfacerla.
Dentro de los indicadores de tiempo de tránsito por las universidades, plantean además que
el tiempo promedio de permanencia de los titulados en el sistema, indica el tiempo
promedio-en años- que cada titulado requiere, para concluir sus estudios, tomando en
cuenta que no todos lo logran en el tiempo de duración normal del ciclo. Este indicador
aumenta en la medida que la cantidad de estudiantes que se gradúa fuera del ciclo normal
es mayor y por tanto el sistema se hace menos eficiente. También el tiempo promedio que
demora un estudiante en titularse tiene alta correlación con el gasto que implica la
formación profesional.
Habría entonces que ver, con el incremento de los tiempos de la cohorte, cómo cambia la
eficiencia académica total si se mide adicionando los resultados de los graduados que
repitieron uno o dos años, o sea el año +1 y el año +2.
Otro de los indicadores cuantitativos que más influye en la eficiencia es la deserción,
fracaso escolar o baja, que se refiere al fenómeno de no continuación de los estudios por
parte de los educandos, y que tiene implicancias en tres planos importantes: en el plano
personal de quienes abandonan sus estudios, en el plano social y en el plano institucional.
Este fenómeno se produce con mayor incidencia en los dos primeros años de estudio, o
ciclo básico de la carrera, es uno de los que más afecta los valores de eficiencia académica

7
Modelo de Cohorte. CEPES, Almuiñas y col., 1994.

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y cantidades de titulados de cada cohorte y que sin embargo tampoco se ofrecen en las
estadísticas de cada curso escolar (ALMUIÑAS y col., 2005, 2009).
En resumen, las diferentes manifestaciones empíricas de la eficiencia académica señaladas
son utilizadas frecuentemente en los diagnósticos, evaluaciones institucionales y en
procesos de planificación institucional en las instituciones de educación superior (IES).
Están vinculadas fundamentalmente con la eficiencia interna institucional, ya que expresan
algunos de los logros obtenidos y son expresiones descriptivas además de parte del
funcionamiento y rendimiento de las IES.
Por tanto, son referentes cuantitativos también de la trayectoria académica de los
estudiantes matriculados en una carrera, facultad, institución y sistema universitario. Sus
potencialidades analíticas pueden contribuir en el desarrollo de estudios más complejos y
profundos que exijan del análisis de dicha trayectoria, entre otros elementos, así como
insumos útiles para abordar problemas vinculados con la población estudiantil en cada uno
de los niveles señalados anteriormente.
Al realizar un análisis más profundo, y dadas las condiciones que ya tienen todas las
universidades adscritas al MES de informatización del proceso docente de pregrado
mediante el SIGENU, tal vez sea tiempo de incorporar los indicadores mencionados
propuestos por Almuiñas y col. u otros adicionales, que permitan un análisis más profundo
y riguroso para la toma de decisiones.

CONCLUSIONES
• Son insuficientes las mediciones alrededor de la eficiencia académica que se realizan
hoy en las universidades que permitan orientar mejor la toma de decisiones para la
optimización de los recursos en función de los resultados.
• Se precisa incluir nuevos indicadores en el estudio de la eficiencia académica de las
universidades: los indicadores propuestos en el Modelo de Cohorte pueden enriquecer
la información para el análisis.
• Dentro de esos indicadores, que deben incluirse en las estadísticas actuales del MES, se
encuentran los siguientes: la eficiencia académica total del ciclo, para el año en curso y
para el año +1 y año +2; la repitencia o rezago, las bajas y el tiempo promedio de
permanencia de los titulados en el sistema.

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