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Para elaborar o para comprender un texto es indispensable conocer mucho más que las reglas que
rigen para el uso adecuado de un idioma. Para construir o interpretar un texto, además de reglas
lingüísticas, se pone en juego todo el aparato psíquico y social de una persona, es decir, las
emociones, los deseos, la ideología, la cultura en general de un individuo.
Cuando construimos un texto usamos todos los recursos que la lengua nos ofrece. Pero es
necesario destacar que, todos esos recursos lingüísticos son atravesados por la ideología del sujeto
que produce el texto. Por esta razón, lo que se transmite en un acto de comunicación no es sólo
información, sino además, la manera en que los sujetos que se comunican consideran a esa
información.
En este sentido, la ideología del enunciador desempeña un rol fundamental. Y es esta ideología la
que lleva a que cada persona realicemos una u otra elección de palabras para referir informaciones.
Esta elección representa una HUELLA que el sujeto deja de sí en el enunciado. Esta huella es
portadora de sentidos, es una marca que significa y que puede ser interpretada por los receptores.
En conclusión: “EXISTEN MODOS DE DECIR QUE SON INDICATIVOS DE LO QUE PIENSA Y
SIENTE EL HABLANTE”
Por ejemplo:
• Los intendentes del norte santafesino dijeron que la crisis es severa
• Los intendentes del norte santafesino admitieron que la crisis es seria
(La elección de los verbos no es inocente. Cada uno de ellos encierra un sentido que tiene que ver
con el grado de
compromiso en relación a la información.)
Los titulares son elementos muy importantes en la redacción de un medio gráfico dado que son lo
primero –o quizá lo único– en lo que los lectores reparan.
El lingüista Tony Trew analizó en un famoso artículo el tratamiento que la prensa dio a la represión
de un motín de la población negra de Salisbury, Sudáfrica, en tiempos del apartheid. El autor
analizó:
. la importancia que tiene la organización sintáctica,
. la terminología elegida,
. el orden de los elementos que componen un título.
SUBJETIVEMAS
Del conjunto de elementos que forman parte de la situación de enunciación, el que más interesa
es el enunciador –la persona, el conjunto de personas o la institución que produce el enunciado.
Es por esto que se estudian aquellos recursos que dan cuenta de la posición que el enunciador
adopta respecto de su enunciado.
Comparemos los casos que siguen:
Doctor. – Me cuesta terriblemente darte esta mala noticia. Lo lamento mucho, pero no podemos
operarte.
Doctor: - No podemos operarte.
En el primer caso, la subjetividad del enunciador, el sentimiento que experimenta frente a lo que
dice, aparece expresada en el enunciado por palabras como “cuesta”, “terriblemente”, “mala”,
“lamento”. En el segundo caso, en cambio, no se utilizan palabras de este tipo, sino que el
enunciado es neutro, limpio de toda subjetividad.
Las palabras y expresiones que muestran la subjetividad del enunciador se denominan
subjetivemas. Pueden manifestar sentimientos, carga afectiva u opinión respecto de aquello sobre
lo que se habla.
Veamos los siguientes ejemplos:
a) La gendarmería reprimió durante la manifestación.
b) La gendarmería puso orden durante la manifestación.
c) La gendarmería intervino durante la manifestación.
En el primer caso, el periodista valora negativamente la acción de la gendarmería. En el segundo,
la valoración es positiva y en el tercero, la posición del periodista no se manifiesta. El verbo
“reprimir” y la expresión “poner orden” son subjetivemas; el verbo “intervenir” es neutro.
La teoría de la Enunciación y el análisis del discurso han categorizado las huellas del
enunciador según los siguientes aspectos:
• Los índices de persona
• Los índices espacio temporales
• Los tiempos verbales
• Las cargas valorativas en el léxico seleccionado
• La polifonía
• LOS ÍNDICES DE PERSONA
Cuando un sujeto construye un texto, se establece como locutor y también establece un locutario y
un referente. Lo hace a través de elementos gramaticales: PRONOMBRES y/o DESINENCIAS
VERBALES que indican personas.
Ej. Yo – nosotros .- ellos – este – ese – aquel, etc. SON DEÍCTICOS (Deixis - del griego iknumi-
que significa mostrar o indicar)
Los sustantivos y adjetivos subjetivos pueden ser evaluativos o afectivos. Los primeros, implican
una evaluación del enunciador frente a una persona, un objeto, un hecho o situación. Esa
evaluación puede ser a través de un juicio de valor positivo o negativo o referirse a aspectos
cualitativos o cuantitativos. Por ejemplo: “Estás hermosa” “Estás horrible”. Los segundos,
manifiestan una reacción emocional del enunciador. Por ejemplo: “¡Es espantoso lo que le sucedió
a María!”.
Los verbos subjetivos: algunos pueden expresar subjetividad y se clasifican en axiológicos, que
expresan una evaluación del enunciador, en términos de bueno/malo. Por ejemplo: “La profe de
Lengua en vez de hablar vocifera; o de sentimiento, que son generalmente axiológicos y afectivos
al mismo tiempo. Por ejemplo, “Camilo ama profundamente a su abuela Esther”.
Los SUBJETIVEMAS son las palabras (sustantivos, adjetivos o verbos) que conllevan cargas
valorativas.
Los subjetivemas pueden vincularse a lo AFECTIVO o a lo VALORATIVO
• “Las ambiciones políticas del Siglo XX son intolerables”
• “La enorme cantidad de edificios afectados...”
• “Fueron encontrados en una casucha...”
Modalizadores son marcas de subjetividad que manifiestan la actitud del enunciador respecto de la
información expuesta en un enunciado y que se transmite según la manera en que el enunciador
presenta lo dicho. Pueden clasificarse en dos grupos: los que modifican la enunciación y los que
modifican el enunciado.
Modalizadores del enunciado: caracterizan el modo en que el enunciador evalúa el contenido del
enunciado. Estos modos son de dos clases: lógicos, el contenido de lo enunciado es evaluado en
términos de verdad, falsedad o incertidumbre. Por ejemplo: “Es posible que nos vayamos de
vacaciones”. Y los apreciativos el contenido del enunciado se evalúa en término positivo o negativo.
Por ejemplo: “Es una suerte que puedas irte de vacaciones”
La modalización en los enunciados puede expresarse mediante varios recursos: El modo verbal
(Indicativo, Imperativo o Subjuntivo), los verbos que transmiten evaluación (criticar, alabar, estimar,
creer) y los reforzadores de la modalización, que generalmente son adverbios (felizmente,
afortunadamente, desgraciadamente, lamentablemente)
La modalidad puede ser implícita o explícita por ejemplo la diferencia entre decir: “Cerrá la puerta”
y ¿Cerras la puerta?”, esta última expresión si bien parece un pedido en realidad encierra una orden
implícita.