Análisis del discurso Basado en: “Introducción al análisis del discurso” (Manzano, 2005)
Al comunicarnos, debemos tomar en consideración que el ser humano
es un ente social que se desenvuelve dentro de una estructura de la que absorbe los conocimientos y pensamientos conforme a la cultura que la integra: lenguaje, hábitos y moral, entre otros. En la sociedad, el lenguaje permite estructurar las ideas con base en el mismo contexto, aludiendo a una misma visión ideológica que consiente la creación de un discurso. A pesar de que se asocia el término “discurso” con la comunicación oral, su significado es aún más complejo ya que no es solamente unir frases y decirlas en voz alta. Un discurso puede estar implícito en un texto, una obra gráfica o una lectura tediosa, ya que involucra otros elementos como el contexto, la ideología, la cultura y más. Como lo señala Manzano (2005): Un discurso es más que una colección de frases. Incluye, como veremos, ideología, cultura, contexto complejo. Los discursos son compendios que transmiten significados y proponen comportamientos sobre asuntos que pueden ser muy específicos o muy generales. Cada vez escuchamos más expresiones como “el discurso de los medios” “el discurso de la derecha” “el discurso del mercado”, etc. Y no es que estos agentes tomen un micrófono ante las cámaras y lean un texto escrito. Un discurso puede ser desde eso, un texto breve escrito, hasta una amplia colección de películas, libros y leyes, por ejemplo. Es como si alguien que piensa de un modo definido creara muchas películas, muchos libros y muchas leyes desde su visión particular del mundo, su propia ideología, su forma de entender las cosas, sus objetivos, su versión de lo bueno y lo malo, etc. No es una persona concreta quien se encuentra tras esos discursos, sino muchos agentes que comparten esos mismos elementos y que trabajan, muchas veces, sin ser conscientes del discurso que elaboran, mantienen y propagan. Un ejemplo de la versión amplia es el discurso belicista. En este se pueden identificar muchos elementos, incluyendo las argumentaciones que sostienen una intervención armada en nombre de principios universales como la justicia o la libertad; pueden identificarse agentes como las entidades responsables de llevar la misión a cabo (como el ejército de un país concreto); se identifica el reparto de papeles en el escenario: quiénes son los buenos y quiénes los malos, por ejemplo; etc. El discurso belicista se observa en declaraciones de líderes ante los medios, en libros, en foros de discusión, en conferencias.
Así pues, identificar el discurso es más difícil de lo que parece, ya que
son muchos los aspectos que pueden estar integrados en el mensaje, elementos culturales, sociales, económicos y políticos, son unos de los presentes. Los discursos constituyen tal vez la herramienta más persuasiva para conseguir modelar actitudes, es decir, formas de pensar, sentir y actuar.
Para analizar un discurso es necesario,
obviamente, identificarlo primero. Si hablamos del discurso de una unidad muy concreta (como una obra plástica o una comparecencia de un político ante los medios), la tarea parece más fácil. Pero hay que considerar que esa unidad se genera desde un todo más amplio. Analizando varias unidades concretas, el discurso en sentido amplio va aflorando con nitidez, tomando forma y mostrándose cada vez con mayor claridad en toda su complejidad.
Como el discurso genera realidad, analizarlo implica descubrir no sólo
sus elementos característicos, sino su funcionamiento, es decir, cómo consigue construir realidad y esa en concreto. De acuerdo con Manzano (2005), analizar el discurso implica: 1) Identificar los componentes que rodean al discurso, que hacen comprensible su contenido, su cometido y su efecto: a) Contexto (físico, psicológico, político, cultural...). b) Asunto o tema (explícito e implícito). c) Los agentes y los pacientes implicados (quien lo genera, para quién, sobre quién, qué relaciones de poder alimentan). d) Productos (qué materiales se están generando desde ese discurso, con qué funciones, mediante qué canales). 2) Entrar en su contenido denso: a) Ideología (valores, actitudes, visión del mundo...). b) Recursos lingüísticos (expresiones, metáforas...). c) Argumentaciones (lógica, heurísticas, recursos...). d) Técnicas de persuasión empleadas. e) Propuestas de acción implícitas y explícitas. f) Estrategias de apoyo y legitimación (datos, expertos, tradición...). 3) Generar un modelo completo sobre el discurso, que considere la relación entre todos los elementos analizados, su génesis, su expresión y sus consecuencias. En el llamado análisis crítico del discurso, hay más que los puntos anteriores, puesto que el analista se plantea seriamente qué se puede hacer para enfrentarse al discurso como herramienta de poder, cómo intervenir. El objetivo del análisis crítico del discurso es asumir una posición con el fin de descubrir, desmitificar y, al mismo tiempo, “desafiar” una posición o dominación mediante un análisis crítico del discurso opuesto. Lo componentes del discurso son: Contexto: el discurso es temporal, es decir, tiene un momento histórico determinado. Es importante conocer cuáles fueron los puntos clave más destacados de cada época para identificar los discursos presentes, con base en los valores estéticos, movimientos sociales o acontecimientos relevantes (como guerras, intervenciones o depresiones) que se suscitaban durante la elaboración de la obra. El discurso también es geográfico, pues la forma de percibir el mismo suceso cambia de acuerdo al lugar en donde se encuentre la persona. El momento y el lugar apuntan a un contexto social y cultural concreto. Es importante conocer los conflictos sociales, las relaciones de poder y los problemas propagados por los medios de comunicación, así como los líderes de opinión que los transmiten. En cada momento y lugar, hay diferentes instituciones de poder que transmiten las ideas con mayor fuerza que otras (estructuras religiosas, políticas, económicas, por ejemplo). Por último, es importante considerar los elementos psicológicos presentes en la época y lugar, es decir el cómo llegar no a un grupo sino a un individuo determinado, por ejemplo, mediante las campañas publicitarias (enfocadas a grupos específicos) que, conociendo los gustos, valores o actitudes, diseñan mensajes específicos para ellos. Piensa en películas de vampiros: Drácula 2000, Blade, Entrevista con el vampiro, Van Helsing, incluso Crepúsculo… Todas ellas están basadas en Drácula de Bram Stoker, pero mediante las adaptaciones de tiempo y lugar también cambia la percepción que los espectadores tienen sobre los vampiros y su carácter: ¿son bondadosos o sanguinarios?, ¿aman beber sangre o se odian por ello? Posturas polares que solo convergen en el personaje al que se refieren y cuyas ideologías dependen de la visión particular de los directores y productores de dichas obras. Asunto: es el tema que aborda el discurso, de qué trata. Para identificarlo es necesario analizar la obra objetivamente. En ocasiones es fácilmente identificable, pero en otras, será necesario realizar una investigación sobre el contenido del mensaje, es decir, a quiénes menciona, qué lugares o acontecimientos señala, cuál es la postura frente al tema, entre otros. Si desconocemos el asunto sobre el que versa el discurso, el análisis está condenado al fracaso y se quedaría en un mero comentario.
Agentes y pacientes: se refiere a las personas que están
involucradas en el discurso: agentes son quienes están detrás y pacientes a quiénes les dirigen el mensaje. En ocasiones, el discurso lo defiende públicamente una persona, una institución u otra instancia social, pero en ocasiones el agente no se da cuenta que lo está compartiendo, ya que los discursos se han afianzado en el inconsciente colectivo y se han normalizado mediante los procesos de socialización en una época, lugar y entorno sociocultural concreto, con unos individuos que se comportan de acuerdo a determinados patrones generales, poniendo como ejemplo el machismo en México. Es por ello que para hacer un análisis completo es necesario identificar los diferentes actores involucrados puede ser un agente creador (que produce el mensaje) o transmisor (que lo replica) y un paciente directo (el grupo o persona a quien se dirige) o indirecto (quien lo recibe, aunque no era público meta).
Modos y soportes: son los recursos mediante los cuales
se distribuye el mensaje pueden ser panfletos, volantes, videos, incluso memes. Dependiendo de las posibilidades, la penetración del mensaje puede ser muy local o global al utilizar medios de comunicación masiva como la televisión o el internet.
Ideología: es un concepto complejo que define la esencia de un
grupo consolidado y como tal posee una misión, un papel que desempeñar y que justifica su existencia. Los miembros del grupo cuentan con un perfil concreto, medido en buena parte en términos de valores y actitudes comunes. “Lo demás” es percibido de una forma determinada y excluyente, ya que la ideología incluye una forma concreta de concebir el mundo. El sistema de valores de la ideología establece las prioridades y las normas de comportamiento, constituye la guía para realizar juicios morales y justifica el establecimiento de la misión o papel trascendente del grupo. La ideología que define al grupo establece aspectos relacionados con la identidad de esa comunidad, de tal forma que sus miembros se reconocen como tales y sienten simpatía y adscripción, al mismo tiempo que se sienten, como grupo, diferentes al resto. En la formación de esta identidad son fundamentales los elementos mencionados: el sistema de valores, las actitudes y la misión grupal.
Argumentación: es el sistema mediante el cual se defiende la idea
propuesta en el discurso. En algunas ocasiones se utilizan estereotipos, prejuicios, propaganda o falacias que permiten la instauración de una idea sin argumentarla sólidamente. En la ideología machista los estereotipos de hombre y mujer son fundamentales mientras que, en la ideología neoliberal, se considera a las personas como individuos que buscan optimizar su satisfacción y aspiran cada vez a más. A través de la persuasión, los agentes pueden hacer que su mensaje llegue a las personas y no solo penetre en sus ideas sino en sus emociones, siendo así más fuerte la potencia del mensaje. En resumen, analizar un discurso incluye conocer el contexto en el que se desenvuelve el mensaje, el tema que trata, los actores que están involucrados, los medios de comunicación y otros recursos utilizados para transmitirlo y las ideas que son expuestas, así como la estructura en la que estas se presentan. Por lo tanto, no hay que tomarse a la ligera cualquier mensaje político, social o cultural que pudiera tener una carga ideológica desconocida. Referencias Chomsky, N. y Ramonet, I. (2001) Cómo nos venden la moto. Barcelona: Icaria. Manzano, V. (2005). Introducción al análisis del discurso. Recuperado de personal.us.es/vmanzano/docencia/metodos/discurso.pdf Silva, O. (2002) El análisis del discurso según van Dijk y los estudios de la comunicación. Razón y palabra, 26. Recuperado de http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores//n26/osilva.html. Derechos Reservados 2019 Tecnológico de Monterrey Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin expresa autorización del Tecnológico de Monterrey.