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DIMENSIONES JURÍDICAS
CONTEMPORÁNEAS
PERÚ
LOS REGISTROS Y LAS PERSONAS
DIMENSIONES JURÍDICAS
CONTEMPORÁNEAS
PERÚ
•O
REGISTRO NACIONAL DE IDENTIFICACIÓN T ESTADO CIVIL
COMITÉ EDITORIAL
Colaboradores:
Tiraje:
1000 ejemplares, primera edición, agosto 2010
9 111111
78997294358
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación, por cualquier medio o procedimiento, sin
el permiso expreso de los editores.
PRESENTACIÓN
3
No obstante, somos conscientes que el uso de la tecnología, siendo
imprescindible, no reemplaza cabalmente el rol que corresponde a cada
una de las personas que componen el RENIEC, las cuales no se limitan a la
aplicación mecánica de los medios tecnológicos o normativos que se ponen
a su disposición, sino que son actores de la conexión dinámica entre nuestra
institución y la sociedad entera. El registrador civil no realiza sólo una tarea
automatizada, regular, sino que está llamado a transformar las disposiciones
generales de nuestra institución en actos concretos que respondan a las
necesidades cambiantes de la vida social en toda su complejidad, sin vulnerar,
desde luego, los principios de legalidad y de igualdad que deben conducir
su actuación en todo momento. El contacto permanente con una realidad
social como la nuestra, que excede las posibilidades de expresión registral,
convierte al registrador civil en un operador jurídico que está en contacto
permanente no sólo con normas positivas sino con políticas públicas,
decisiones judiciales y, sobre todo, valores constitucionales. Por eso, además
de los medios tecnológicos más avanzados, el RENIEC debe garantizarle una
base académico-doctrinal que ilumine su interacción con los derechos más
fundamentales de las personas.
En este sentido, nos hemos empeñado, desde hace algunos años ya, en
consolidar los fundamentos de nuestra estructura y actuación jurídica, no
sólo emitiendo normativas internas coherentes, como lo es el Manual de
Procedimientos Registrales, que contiene toda la normativa que deben aplicar
los registradores, sino además impulsando el desarrollo de la investigación
sobre temas registrales, tanto dentro como fuera de la institución.
4
teórica a sus actuaciones y proyectos. El RENIEC considera que es parte de
su misión el proveerse también de un respaldo doctrinario que redunde en
beneficio de las personas a quienes debe servir por mandato constitucional.
Por todo esto, es para mí un honor, como Jefe Nacional del RENIEC, presentar
a la comunidad académica nacional e internacional, el libro Los Registros y las
Personas: Dimensiones Jurídicas Contemporáneas, que se coloca en la senda
de importantes ediciones institucionales previas, expresando una vez más
el esfuerzo por consolidar la reflexión jurídica nacional sobre los registros
civiles y de identificación.
5
PRÓLOGO
7
integrante del Sistema Electoral no parece ser la más adecuada, toda vez
que sus valores de incidencia electoral son bastante menores respecto a su
quehacer cotidiano en el campo de la identificación y el estado civil de las
personas, es claro que la condición de órgano constitucional autónomo ha
contribuido al positivo desarrollo de la institución.
8
la base para que el gobierno pueda establecer políticas de planificación,
estrategia y los programas de desarrollo socioeconómico.
9
su contenido, su aplicación a sectores específicos de la población, como
el niño, y el tratamiento del problema de la indocumentación. También
se presentan trabajos vinculados a la temática del derecho al nombre,
con interesantes aportes y reflexiones sobre su desarrollo en convenios
internacionales, así como el cambio de nombre o rectificación de partidas.
Como podrá observar el lector, este libro elaborado por el RENIEC nos ofrece
una variada y rica gama de trabajos y temas que relacionan el derecho a
la identidad y los registros civiles con un conjunto de aspectos de otras
disciplinas jurídicas.
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ÍNDICE DE AUTORES
(Orden Alfabético)
ESPECIALISTAS NACIONALES
/ 13
ÍNDICE GENERAL
Presentación 3
Prólogo 7
Índice de Autores 11
/ 15
CAPÍTULO III. El DERECHO A LA IDENTIDAD
16
19. CHRISTIAN DONAYRE MONTESINOS. Una Aproximación al Derecho
al Nombre y a los Mecanismos Previstos para su Protección
en el Perú. 371
23. JOSÉ ANTONIO CARO JOHN. Protección Penal del Honor de las
Personas Jurídicas. 431
/ 17
30. EMILIA BUSTAMANTE OYAGUE. Obligaciones del Registrador de
Estado Civil del RENIEC. Notificación al Presunto Progenitor
Consignado como Padre en la Partida de Nacimiento de un Menor. 641
18 \„
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
*
Doctor en Derecho y Magíster con mención en Derecho Civil por la Pontificia Universidad Católica
del Perú. Miembro de Número de la Academia Peruana de Derecho y de la Academia Nacional de
Historia. Ex Director General de la Academia de la Magistratura. Profesor ordinario de la Pontificia
Universidad Católica del Perú (PUCP) y docente en las Escuelas de Postgrado de las Universidades:
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Femenina del Sagrado Corazón y en
Universidad Particular de San Martín de Porres. “Visiting Scholar de la Robbins Collection” de
la Universidad de California (Berkeley) y profesor visitante de la Universidad de Sevilla. Editor de
la revista Crónicas de Historia del Derecho, fundador y miembro del comité editorial de la revista
Diálogo con la Jurisprudencia, ex director de la revista Ius et Praxis, que edita la Facultad de Derecho
de la Universidad de Lima, codirector de la Revista Peruana de Derecho y Literatura.
1 Mejía C., Víctor M. La doctrina del abuso del Derecho. Tesis presentada para optar por el grado de
Bachiller en Derecho. Arequipa, Universidad Nacional de Arequipa, 1941, p. 11.
2 Actas de las sesiones de la Comisión Reformadora del Código Civil peruano. Primer Fascículo, p. 90.
El proyecto fue presentado el 7 de febrero de 1923; en el segundo anteproyecto se mantuvo la regla
en el artículo IV del Título Preliminar con la misma redacción. Vid. Segundo Anteproyecto del Título
Preliminar y Libro Primero del Código Civil del Perú, p. 3. En el proyecto de la Comisión Reformadora,
ya en el artículo III, la redacción se torna más sencilla: “La ley no ampara el abuso del Derecho”. Vid.
Proyecto del Código Civil, p. 1. En la versión oficial se mantuvo esa redacción y no sufriría alteraciones.
22
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
[…] porque el sistema que proclama el abuso del derecho, como expresión
de una responsabilidad de orden civil, envuelve un evidente exceso de
lenguaje. Lo verdadero en este orden de ideas es que ningún derecho es
absoluto e ilimitado, y que cuando el agente se excede de los límites de su
derecho el acto que practica es ilícito, determinando una responsabilidad
civil. La sola teoría de los cuasidelitos resuelve el vacío que se pretende
legislar. La fórmula del código alemán es, como dice Planiol, de aplicación
difícil e imposible por su marcada tendencia general. En efecto, para que
el uso del derecho sea prohibido es necesario que el agente no tenga otra
finalidad que irrogar un daño a tercero; pero el agente puede percibir en
ello un interés personal y esto bastaría, según la fórmula alemana, para que
el acto fuese lícito3.
(…) el principio o teoría del abuso del derecho no resiste una discusión desde
el punto de vista del Derecho puro; que la moral siempre ha condenado la
idea del abuso y que ese concepto es el mismo del Derecho contemporáneo,
pero que cree que su consignación en el Código suizo y en el Código alemán
obedece a un criterio docente de la norma legislativa. Este criterio tiene,
naturalmente, mucha importancia, porque facilita la educación jurídica en el
sentido de que los derechos no llevan consigo la facultad del uso y del abuso;
que en los cuasidelitos se trata de la reparación más que de la oposición
al acto abusivo; que tampoco le satisface la terminología del enunciado,
porque habla del “manifiesto” abuso, que parece admitirla posibilidad
de consagrarlo como legítimo, hasta cierto punto, lo que es inaceptable.
3 Actas de las sesiones de la Comisión Reformadora del Código Civil peruano. Primer Fascículo, 20.ª
sesión del miércoles 21 de febrero de 1923.
4 Ibidem, p. 98.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Calle replicó, en defensa de la novedosa institución, que la teoría del abuso del derecho
estaba consagrada en el Código alemán (artículo 226°), el cual “prohíbe ejercitar un
derecho cuando su ejercicio sólo puede tener por objeto causar un perjuicio a otro”6.
Finalmente, Olaechea recomendó postergar su discusión para cuando se estudiase el
Libro de las Personas, lo cual fue aprobado por la Comisión7.
Habría que tener presente que en el Código Civil de 1852 no existía ningún precepto
general sobre el abuso del derecho. Entonces se instaló en la conciencia del jurista que
quien ejerce su derecho conforme a las leyes no está obligado a reparar el perjuicio
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
que causare por su ejercicio, ya que éste sería un supuesto de un daño permitido
o justificado por la legislación. Pero, ¿cuál sería su límite? Sólo se consignaban en
el viejo código algunos artículos en los que, a propósito de una situación concreta,
se rechazaba el uso desmedido de un derecho. Entre éstos destaca notoriamente
el artículo 2211°, aunque el mismo se encontraba ubicado en el título referente a
las obligaciones que nacen de delitos o cuasidelitos, ofreciendo a los jueces la
posibilidad de admitir la indemnización de los daños causados cuando, en el ejercicio
de un derecho, se hubiere elegido voluntariamente por el titular del mismo un modo
perjudicial para ejercerlo.
A la declaración contenida en el artículo III del Título Preliminar del Código Civil de
1852, que instituía: “A nadie puede impedirse la acción que no está prohibida por
la ley”, propone Calle, como lo exhibía el artículo 2° del Código Civil suizo, ampliar
dicha fórmula: “La ley no protege el manifiesto abuso del derecho”. En cuanto al
anteproyecto, el punto VI proponía la siguiente redacción: “A nadie puede impedirse
al acción que no está prohibida por la ley; pero ésta no protege el manifiesto abuso del
derecho”11. Para Calle no quedaba duda que las personas, con la excusa de proteger
su derecho particular subjetivo, abusaban de éste, con lo que ocasionaban un daño,
tanto a la otra persona como a la esencia misma del Derecho.
En sesión del 14 de julio de 1926, tres años después de haber sido cuestionada su
propuesta original, Calle sustentó en un memorándum su posición sobre el abuso
de Derecho12. Recurrió a los antecedentes legales del Landrecht prusiano de 1794, al
Código Civil alemán de 1900 y al Código Civil suizo de 1907. También se apoyaría en su
exposición en el pensamiento de autores refractarios del positivismo exegético, como
los franceses Saleilles, Josserand, Gény y Porcherot, y autores latinoamericanos como
el argentino José F. Castiglione, cuyo texto El abuso del Derecho se publicaría en 1921,
y el uruguayo Juan José Amézaga. Calle culminaría su exposición citando una bella
11 Ibidem, p. 90.
12 Actas de las sesiones de la Comisión Reformadora del Código Civil peruano. Sexto Fascículo,
p. 190 y siguientes.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Sobre este punto, Juan José Amézaga en su obra Culpa aquiliana (Montevideo, 1914)
menciona que el tratadista Deffau-Lagarosse llegó a descubrir que el fundamento
histórico en el cual descansaría la doctrina del abuso del derecho tendría su origen en
la acción pauliana, porque suponía una sanción contra el fraude del deudor cuando
éste, en ejercicio libre de su derecho de disposición, que como propietario posee
sobre sus bienes, causaba daño a su acreedor15.
Calle también participa de las opiniones vertidas por el jurisconsulto galo Louis-Étienne
Josserand (1868-1941), fuente teórica principal en esta materia, cuando señala que
el abuso del derecho constituye “una teoría movible, una noción maravillosamente
flexible; es un instrumento de progreso, un procedimiento de adaptación del Derecho
a las necesidades sociales”16. Para el profesor y decano de la Universidad de Lyon, y
luego magistrado de la Corte de Casación francesa, la teoría del abuso del derecho,
lejos de requerir de la intervención legislativa, permite diferirla, ya que es el juez
quien recibe la batuta del legislador y es el encargado de adecuar el Derecho escrito
a la realidad, siendo ésta la función social del juez que reclama Calle para atenuar del
rigorismo de la máxima dura lex sed lex. Aquello implica que la doctrina del abuso del
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
derecho “imprime a los derechos, a medida que las costumbres se transforman, una
orientación nueva”17.
Así, para este jurista la doctrina del abuso del derecho permite la actualización de la
justicia con sabia nueva proveniente de la asimilación de la realidad. Al respecto, Calle
proclama su iusnaturalismo por medio de las palabras de Maurice Hauriou (1856-
1929):
Conforme a una visión iusnaturalista, la noción de abuso del derecho se presenta para
Calle, en verdad, como el resultado de una conciliación entre las exigencias del Derecho
estricto y las de la equidad o, mejor dicho, “como un procedimiento de moralización
de la administración de justicia”19. Calle propone que al artículo III del Título Preliminar
del Código Civil de 1852 se le agregue el segundo acápite del artículo 2° del Código
Civil de Suiza: “La ley no protege el manifiesto abuso del Derecho”.
17 Actas de las sesiones de la Comisión Reformadora del Código Civil peruano. Sexto Fascículo, p. 197,
161.a sesión del miércoles 14 de julio de 1926.
18 Ibidem, pp. 200-201. Desgraciadamente en este caso, como en muchos otros, Calle no cita la obra de
Hauriou y ello es frecuente en muchas otras fuentes; esto en gran medida porque las intervenciones
fueron orales.
19 Ibidem.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
La vida de la figura del abuso del derecho no tardó en calar hondo en la doctrina
peruana. Así, el profesor trujillano Álvaro Mendoza Diez sostenía que el principio del
abuso del Derecho:
Pero no todo era color de rosas para la flamante institución. Para el magistrado L. A.
Eguiguren, profesor honorario de la Universidad de Columbia, la fórmula del abuso
del derecho “es vaga e imprecisa”. Parece referirse, insiste este brillante juez, a todos
los derechos y no nos es dable interpretar concisamente su contenido. Agrega luego:
“Aquella fórmula queda librada al arbitrio amplio de los jueces. Somos de parecer,
por lo mismo, que la jurisprudencia peruana adopte un criterio mixto para establecer
el abuso del derecho en cada caso, atendiendo a la intención de causar daño, al
criterio de la culpa, a la falta de interés legítimo o de utilidad y al concepto finalista
del derecho”21.
20 Mendoza Diez, Álvaro. Filosofía del abuso del Derecho. Un ensayo de reinterpretación. Trujillo, 1959,
pp. 34-36.
21 Eguiguren, Luis Antonio. El abuso del Derecho. Lima, 1948, p. 10. El lector también puede
revisar la misma obra del mismo autor en: García Rada, Domingo. Biblioteca de Cultura Peruana
Contemporánea. Tomo II: “Derecho”. Lima, Ediciones del Sol, 1963, p. 193.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
La figura del abuso del derecho conmocionó también al mundo judiciario. Así, en
la memoria leída por el Presidente de la Corte Suprema Carlos Zavala Loayza, en la
apertura del año judicial el 18 de marzo de 1942, expresaba su elogio, tras encomiar
las bondades del código, que se haya incluido el moderno concepto, derivado de la
“eternamente repetida máxima del ‘summun jus, summa injuria’, haciendo ganar a
la teoría en fuerza y extensión al constituirse el abuso ya no en acto exclusivamente
malicioso sino contrario al espíritu de un derecho determinado, cuya mejor explicación
nos la da el paso de la ley Aquilia al principio de la responsabilidad sin culpa”22.
22 Anales Judiciales de la Corte Suprema de la República, Año judicial de 1942, Tomo XXXVIII, 1943,
p. 382.
23 Cfr. Anales Judiciales de la Corte Suprema de la República, Año judicial de 1946, Tomo XLII, 1947,
p. 492.
24 Ibidem, p. 486.
25 Ibidem, p. 487. El legislador transitaría por el sendero correcto al pretender el cultivo de valores
en la sociedad, “la conducta humana debe tender al cultivo de los valores del espíritu; solo así es
aceptable la coerción que acompaña a la regla de Derecho”. El Código de 1936 en varios artículos
había recogido preceptos morales y los había transformado en jurídicos, así tenemos el artículo III del
Título Preliminar, “[n]o se puede pactar contra las leyes que interesan al orden público o las buenas
costumbres”; el artículo IV del Título Preliminar, “[p]ara ejecutar o contestar una acción es necesario
tener legítimo interés económico o moral”; el artículo 1103°, “[s]e puede poner cualesquiera
condiciones que no sean contrarias a las leyes ni a la moral”; el artículo 1328°, “[l]os contratos son
obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos, y deben ejercitarse según las reglas de la buena
fe”.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
José León Barandiarán, uno de los juristas más eminentes en la historia del Derecho
Civil peruano, puso la pica en Flandes cuando en forma resuelta consideró que la
negación del abuso del derecho constituía un principio informante del entero Derecho
privado que se configura por los elementos de la ausencia de ventaja y perjuicios a
terceros28. De modo que “no basta tener la legitimidad activa, es decir, la capacidad
intrínseca en el titular de un derecho para obrar ejercitando éste, sino que precisa
que tal ejercicio, que la utilización del medio para hacer efectivo el derecho, sea uno
adecuado, regular y no excesivo, irregular o abusivo”29.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
DERECHO A LA IDENTIDAD
21.- Este Tribunal considera que entre los atributos esenciales de la persona,
ocupa un lugar primordial el derecho a la identidad consagrado en el inciso 1)
del artículo 2º de la Carta Magna, entendido como el derecho que tiene todo
individuo a ser reconocido estrictamente por lo que es y por el modo cómo es.
Vale decir, el derecho a ser individualizado conforme a determinados rasgos
distintivos, esencialmente de carácter objetivo (nombres, seudónimos,
registros, herencia genética, características corporales, etc.) y aquellos otros
que se derivan del propio desarrollo y comportamiento personal, más bien
de carácter subjetivo (ideología, identidad cultural, valores, reputación,
etc.).
* Rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Ministro de Educación (2000-2001),
Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional. Miembro de Número de la
Academia Peruana de Derecho y de la Academia Peruana de la Lengua. Doctor en Derecho y Magíster
en Derecho con mención en Derecho Civil por la Escuela de Graduados de la Pontificia Universidad
Católica del Perú. Regidor del Concejo Provincial de Lima Metropolitana (1981-1983). Doctor Honoris
Causa de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Profesor Honorario de la Universidad
Católica Santa María de Arequipa, Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Universidad
Nacional de Piura, Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco y Universidad Inca Garcilaso de
la Vega.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
23.- Queda claro que cuando una persona invoca su identidad, en principio
lo hace para que se la distinga frente a otras. Aun cuando a menudo tal
distinción pueda percibirse con suma facilidad a partir de datos tan
elementales como el nombre o las características físicas (por citar dos
ejemplos), existen determinados supuestos en que tal distinción ha de
requerir de referentes mucho más complejos, como puede ser el caso de
las costumbres, o las creencias (por citar otros dos casos). El entendimiento
de tal derecho, por consiguiente, no puede concebirse de una forma
inmediatista, sino necesariamente de manera integral, tanto más cuando
de por medio se encuentran planteadas discusiones de fondo en torno a la
manera de identificar del modo más adecuado a determinadas personas1.
La identidad distingue por rasgos objetivos como son las características anatómicas
del cuerpo, pero también por elementos subjetivos: cultura, cosmovisión, valores,
características del carácter, etc. La identidad es la complejidad misma de la persona,
que en última instancia conduce a su dignidad y al respeto de la misma, según manda
el artículo 1° de la Constitución. La identidad es, así sumamente trascendente para
cada ser humano: lo hace distinto y único en toda la grey humana.
El Tribunal dice que la identidad es ser reconocido “por lo que es y por el modo cómo
es”. Involucra así, desde el punto de vista constitucional, a todas las dimensiones del
ser humano que lo hacen original2.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
El apellido
14. Designación común de una estirpe que cada uno porta debido a su
pertenencia al grupo y a la que se diferencia por este apelativo. El apellido
es el nombre de la familia que sirve para distinguir a las personas, y es
irrenunciable e inmodificable. Debe figurar primero el apellido paterno y
luego el apellido materno.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Al lado del nombre, que es uno de los rasgos objetivos más caracterizado jurídicamente
de la identidad, el ser humano puede también exigir el reconocimiento de su identidad
cultural o ideológica. No sólo porque son verdad (lo que sería recurrir al derecho de
rectificación informativa), sino porque ese ser humano es de una manera y no de otra.
Muchas veces podremos defender a una persona de agresiones a sus derechos por
aquel derecho específico que se le vulneró; pero también porque se ha incumplido
con su derecho a la identidad. La variedad de circunstancias hace que la casuística sea
en la práctica incontable. Lo importante es saber que es un argumento poderoso para
garantizar vida digna a cada ser humano.
1.- Todo joven tiene derecho a: tener una nacionalidad, a no ser privado de
ella y a adquirir otra voluntariamente, y a su propia identidad, consistente
en la formación de su personalidad, en atención a sus especificidades y
características de sexo, nacionalidad, etnia, filiación, orientación sexual,
creencia y cultura.
El joven (la Convención, en su artículo 1°, considera jóvenes a las personas entre los
quince y los veinticuatro años de edad) está en desarrollo y, por consiguiente, su
identidad está también en una etapa acelerada de formación. Por ello, la Convención
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Dos textos nos parecen importantes destacar de la doctrina peruana sobre la identidad.
Son los siguientes:
4 García Toma, Víctor. Los derechos fundamentales en el Perú. Lima, Jurista Editores, 2008, p. 85.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Este problema puede ser extendido a multitud de otros casos. Por ejemplo, puede
suceder que el dato del domicilio que figura en el Documento Nacional de Identidad
no sea el correcto (porque la persona se mudó). En ese caso no valdrá tal información
para identificar a la persona, pero sí la demás que dicho Documento Nacional de
Identidad contiene. Este problema puede ocurrir cuando quien revisa la identidad
de la persona sabe que no vive donde el Documento Nacional de Identidad dice que
habita.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
ha dicho también que para obtener este último hay que pasar por trámites razonables
y que no se puede considerar que dicho documento es de automática obtención. El
RENIEC está autorizado a exigir los pasos de identificación mínimos indispensables
para poder entregar el Documento Nacional de Identidad.
La identidad tiene relaciones que deben ser conocidas explícitamente, con muchos
otros derechos fundamentales. A continuación, destacamos aquellos que son más
importantes dentro del artículo 2° de la Constitución.
Son muchas las conexiones del derecho a la identidad con los demás derechos
fundamentales. Todo ello puede también protegerse mediante los procesos
constitucionales.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
A manera de resumen
De estos rasgos, hay algunos de naturaleza objetiva y que constan en los archivos
del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil. A su vez, de todos ellos, unos
cuantos son mencionados en el Documento Nacional de Identidad.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
El RENIEC viene llevando a cabo diferentes esfuerzos que tienen por objeto la
consolidación de una disciplina con instituciones y criterios jurídicos basados en el
enunciado de que el fin supremo de la sociedad y del Estado, lo constituyen la defensa
de la persona humana y su dignidad; a partir del cual, el ejercicio de esta función tan
próxima a los hechos más esenciales de la vida personal y, situada en el intersticio
de diversas disciplinas jurídicas, exige del registrador civil un debido razonamiento
jurídico y un adiestramiento en la combinación de los conocimientos provenientes
tanto del derecho público como del privado.
Desde luego, esta exigencia parece normal en tiempos como los nuestros, en los
que se van dejando de lado las visiones tradicionales de las diversas disciplinas del
Derecho, para dar lugar a una posición más integral de la función pública, dentro del
marco de un Estado Constitucional de Derecho, para dar pie a una posición particular,
una visión propia, íntimamente ligada a la misión que le toca realizar al Registrador
Civil y su resonancia en la vida de las personas.
*
Abogado, titulado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos el año 1978. Actualmente
ejerce el cargo de Jefe del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil del Perú – RENIEC que
es un Organismo Constitucional autónomo. Fue elegido en dicho cargo por el Consejo Nacional de la
Magistratura por los periodos 2002-2006 y 2006-2010. También fue elegido Presidente del Consejo
Latinoamericano y del Caribe de Registro Civil, Identificación y Estadísticas Vitales por el período
2008-2010.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Una de las cosas que han quedado claras a lo largo de estos quince años de existencia
del RENIEC es que el desarrollo de la función registral civil implica un carácter distinto
a la estructura, mecanismos y principios previstos para otros tipos de registros en el
país. La diferencia de procedimientos advertidos para incorporar de manera rápida e
inmediata el Registro Personal al RENIEC permite, justamente, advertir que el “Registro
de Estado Civil” tiene esencialmente por objeto garantizar el derecho a la identidad de
las personas, establecer su estado civil y proteger su derecho a relacionarse frente al
Estado y la sociedad, en su calidad de sujetos de derecho.
Esta autonomía y desarrollo del registro civil conlleva una gran responsabilidad
institucional, que comienza con la tarea del registrador civil, encargado de calificar
los documentos que sustentan un pedido concreto de inscripción, hasta llegar a las
máximas instancias, encargadas de delinear las políticas más generales.
La creación del RENIEC, como órgano rector del sistema registral civil en el Perú, se
inició con la Constitución Política de 1993; pero se hizo realidad recién con la sanción
de la Ley N° 26497 de 1995 y su reglamento respectivo. A pesar de existir desde el
Código Civil de 1852, el Registro del Estado Civil en nuestro país no había merecido
antes el nivel de organización que ofrece ahora el RENIEC, como una institución de
carácter nacional que asume directamente la responsabilidad de registrar los hechos
y actos vitales. Predeciblemente, este nuevo participante del procedimiento registral
se ha encontrado con una historia compleja y bastante desordenada de normas e
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
instituciones que ha debido de asumir como propia, ya que muchos de sus efectos
pueden prolongarse hasta ahora. Así, por ejemplo, lo recuerda Marcial Rubio Correa,
cuando señala que “hay hechos que se prueban aún hoy con los registros parroquiales
y no con los civiles”1, refiriéndose al hecho de que recién con el Código Civil de 1936
se dio a los registros civiles “validez general y excluyente”2. En ese sentido, es obvio
entonces que una inscripción parroquial por la cual se acredite la administración
del sacramento del bautismo, matrimonio o defunción, realizada antes del 14 de
noviembre de 1936, conserve aún su validez, a pesar de que a la fecha, el Código Civil
de 1984 establezca valor legal sólo a las inscripciones emitidas por las Oficinas de
Registros del Estado Civil, efectuadas con posterioridad a la fecha antes mencionada.
El peso de esta herencia recibida por el RENIEC y la forma cómo encarar el desarrollo
de las actividades inherentes a su misión son los elementos que lo convierten en un
registro particular. Las situaciones que le toca afrontar provienen, muchas veces,
de tiempos en los que los escenarios y las leyes eran distintas a las actuales; pero
ante lo cual se requiere no sólo de una simple aplicación ultractiva de las pasadas
normas, sino de criterios de interpretación que reconozcan como su punto de partida
la tarea sensible de garantizar la identidad de las personas, independientemente de
las condiciones en las que viven o han vivido, o de las inexactitudes registrales que
pudiesen haberse producido.
1 Rubio Correa, Marcial. El ser humano como persona natural. Lima, Pontificia Universidad Católica del
Perú (PUCP), 1992, p. 214.
2 Idem, p. 213.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
A lo largo del proceso de formación y consolidación del RENIEC se pudo, hasta cierto
punto, acoger las experiencias de los otros tipos de registros del país, quedando, sin
embargo, un espectro amplio de situaciones que exigían posturas propias, novedosas.
Entre lo que se acogió estuvieron, en tanto fue compatible con nuestra misión, los
principios registrales señalados por el Código Civil vigente, por ser la base del Derecho
Registral. Sin embargo, la situación particular del RENIEC, a la que nos hemos referido
líneas arriba, acabó por demostrar que estos principios registrales eran necesarios,
pero no suficientes en la construcción de un sistema registral civil unitario y seguro,
que tenga a la persona como objeto de regulación jurídica.
A pesar de los múltiples cambios que se han dado en el ámbito de los registros, desde
la entrada en vigencia del Código Civil actual, es posible sacar algunas impresiones
preliminares de la forma en la que este cuerpo normativo, que reemplazó al Código
Civil de 1936, sistematizó en su momento la normatividad registral. Algunas de las
normas que se mencionarán en este acápite se encuentran derogadas; de hecho, se
derogaron con la entrada en vigencia de la Ley N° 26497, que creó el RENIEC; a pesar
de lo cual conservan un interés analítico que ayudará a entender, genealógicamente,
el estado actual de los registros civiles en el Perú.
En su versión original, el Código de 1984 se ocupó tanto de los Registros del Estado
Civil como de los Registros de Propiedad; así como del registro de mandatos y
poderes, el de testamentos, el de personas jurídicas, entre otros que se encuentran
enumerados expresamente. Por su nivel jerárquico normativo, se puede afirmar,
sin temor a equívocos, que dicho código pretendió consagrar las bases del Derecho
Registral Peruano, sin que eso significara entrar a ocuparse de los asuntos particulares
que debían seguir rigiéndose más bien por las leyes de la materia. Pero si bien no se
ocupó de los aspectos institucionales de los registros, es decir, no modificó el sistema
registral de la época, sí abarcó su normativa más general y en especial los llamados
principios registrales.
Sin embargo, el legislador prefirió separar al Registro del Estado Civil del tratamiento
general que les dio a los demás e incluirlo en el “Libro de las Personas” (Libro Primero),
51
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
al final de la sección relativa a las Personas Naturales (artículos 70°-75°)3. Uno podría
pensar que esta separación se justifica por el carácter especial de los hechos y actos
relativos al estado civil, a saber, sucesos vitales como el nacimiento, el matrimonio y la
defunción4; pero dicha justificación pierde respaldo cuando se descubre que, entre los
varios registros contenidos en el Libro IX se encuentra el Registro Personal, aquél en
el que se inscribían la incapacidad de las personas, su desaparición, muerte presunta,
entre otros hechos que resultan tan trascendentes como el nacimiento, el matrimonio
o la defunción. Se ve, entonces, que no fue la dimensión “personal” del registro del
estado civil lo que propició su tratamiento diferenciado, sino el Registro Personal
hubiera seguido también la misma suerte.
La explicación es tal vez más simple de lo que pudiera pensarse. Al parecer la idea
de contar con un Libro dedicado especialmente a los Registros Públicos se originó
en el seno de la Comisión Revisora, no de la Comisión Reformadora. Es decir, en
el anteproyecto original del Código Civil, las normas del registro de propiedad se
hallaban incluidas en el Libro de Derechos Reales, como ocurría en el Código de 1936.
No existía, entonces, diferencias entre el registro civil y el de propiedad, pues ambos
integraban los libros de las materias del Código con las que guardaban mayor relación.
En este mismo sentido, aunque de manera inversa, llama la atención que las normas
relativas al Registro del Estado Civil (Libro I) no mencionen los principios registrales,
3 Como se sabe, estos artículos fueron derogados con la Ley que creó el Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil.
4 “Artículo 70°: Los registros del estado civil son públicos. En ellos se inscriben los nacimientos, los
matrimonios y las defunciones. El reglamento de dichos registros determina los demás actos
inscribibles conforme a ley” (artículo derogado).
52
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
¿Puede afirmarse a partir de esta sistematización del tema registral en el Código Civil
de 1984, que los principios registrales no se aplican (o no se aplicaban con la misma
contundencia) a los Registros del Estado Civil? La respuesta es, sin lugar a dudas:
NO. Los principios registrales, aunque contenidos en el Libro IX del Código Civil, se
aplicaban también a los registros contenidos en el Libro I. Como bien lo señalaba el
artículo 70° del Código Civil (artículo derogado): “Los registros del estado civil son
públicos”. Al ser públicos, es decir, al estar disponibles ante el requerimiento de
información de todo interesado, los datos que contienen deben ser verídicos, reales.
De hecho, de manera más directa, el artículo 73° expresaba que: “Las partidas de
inscripción prueban los hechos a que se refieren, salvo que se declare judicialmente
su nulidad”. Evidentemente, al ostentar esta calidad probatoria, su inscripción debe
cumplir con ciertos procedimientos y, éstos a su vez, con ciertos principios, muchos
de los cuales pueden considerarse como de sentido común. Uno de los pocos autores
que ha estudiado los Registros Públicos en su generalidad, es decir, sin identificarlo
únicamente a los registros de bienes, sino incluyendo en sus reflexiones al registro
del estado civil, ha sido el jurista chileno Fernando Fueyo, quien señala la importancia
de los principios registrales en el estudio de lo que él llama la Teoría General de los
Registros6.
53
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
7 Como lo señala el profesor Fernández Sessarego, ponente del Libro I, no se podía regular el tema
de los registros civiles de forma minuciosa pues el Código Civil debe aspirar a cierta permanencia,
característica ajena a las normas registrales específicas, que cambian con cierta frecuencia. Por eso
los registros del estado civil ocuparon apenas cinco artículos, en los que se trataban los asuntos más
generales. Cfr. FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho de las Personas: Exposición de motivos y
comentarios al libro primero del Código Civil peruano. Lima, Studium, 1986, p. 141.
54
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
En el Derecho, que es una disciplina normativa, los principios son considerados como
los parámetros básicos sobre los que se asienta todo elemento normativo general o
particular. Por ejemplo, las reglas que conforman las diversas áreas jurídicas responden
todas, en mayor o menor medida, a los principios propios de su especialidad, en primer
lugar; pero también a principios más generales como los principios constitucionales,
que envuelven todo el sistema jurídico, o los llamados principios generales del
Derecho. Una utilidad inmediata de contar con los principios como una experiencia
adicional al de las simples reglas es que ayudan a resolver las situaciones en las que los
operadores jurídicos se encuentran con las llamadas lagunas del Derecho, vale decir,
casos que no han sido previstos por ninguna norma concreta, pero que es necesario
resolver. Se podrá, en tal caso, aplicar alguna regla conexa haciendo uso de la analogía
o se “inventará” una norma deducida de los principios que informan la especialidad
del Derecho involucrada.
Pero, más allá incluso de esta consecuencia práctica importante, los principios se
elevan, además, como guardianes de los valores que inspiran a las diversas ramas
del Derecho. Es evidente que, por su calidad, dichos valores no pueden ser excluidos
sin consecuencias inmediatas en el carácter de la práctica legal que se lleva a cabo.
Puede haber, sin duda, casos más graves que otros, pero siempre la afectación será
ineludible. Una disciplina que desconoce los valores que la informan, se desconoce en
el fondo a sí misma. Por eso, los principios garantizan el nivel valorativo del ejercicio
legal-institucional, lo cual no siempre pueden hacer las reglas, por más que se las
interprete adecuadamente.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
En el campo que nos interesa, que es el del Derecho Registral, se han ido decantando
con el tiempo el reconocimiento de ciertos principios a partir de la práctica registral
concreta. A nivel doctrinario, así como en el Derecho de otros países, pueden reconocerse
ciertas discrepancias sobre algunos de los principios o sobre sus características, pero
el consenso es grande respecto de la mayoría de ellos. Su importancia, en todo caso,
está fuera de discusión. De hecho, una de las bondades de la Carta de Buenos Aires,
que se produjo en el Primer Congreso Internacional de Derecho Registral, celebrado
en esa ciudad entre los meses de noviembre y diciembre de 1972, fue la definición
siguiente: “Los principios de derecho registral son las orientaciones fundamentales
que informan esta disciplina y dan las pautas en la solución de los problemas jurídicos
planteados en el derecho positivo”8.
a. Principio de Legalidad
56
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
b. Principio de Rogación
c. Principio de Especialidad
d. Principio de Publicidad
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
e. Principio de Legitimación
Este artículo se refiere a los efectos que la inscripción en el Registro produce. El principal
sería el hecho que el titular del derecho inscrito está facultado ante el Estado y los
terceros para ejercer dicho derecho en la realidad extra registral sin limitaciones de
ningún tipo (salvo que existan limitaciones inscritas). Esto se conoce como legitimidad
activa. Pero además existe la legitimidad pasiva, que consiste en el derecho de los
terceros a relacionarse con el titular del derecho inscrito, con la seguridad que le da
precisamente dicha inscripción sobre el derecho de esa persona.
f. Principio de Impenetrabilidad
Lo cierto es que, más allá de las relaciones complejas que pueden existir entre los
distintos valores que subyacen al ordenamiento legal, la seguridad jurídica parece
especialmente conectada a los principios registrales. Desde el momento en que
58
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
los registros de los que venimos tratando son “registros jurídicos”, es decir, no sólo
informativos sino probatorios, la seguridad jurídica aparece, a la vez, como su origen y
finalidad. Al final, podemos incluso decir: los principios registrales son manifestaciones
de la seguridad jurídica. Así lo explica Delgado Scheelje:
Como se ve, para Delgado Scheelje, los principios registrales son medios o instrumentos
de la seguridad jurídica. Aunque nosotros los hemos denominado manifestaciones, en
el fondo se intenta transmitir la misma idea. Lo importante es esta conexión íntima,
casi identificatoria, de la que debemos ser conscientes al momento de trasladar el
análisis de los principios registrales a la labor de los Registros del Estado Civil.
4. Los principios registrales del Código Civil y el Registro del Estado Civil y de
Identificación
Existe una duda razonable acerca de si pueden trasladarse los principios de los registros
de propiedad al Registro del Estado Civil y de Identificación, sin modificaciones. El
asunto no ha sido aun problematizado directamente; pero, a partir de una lectura
superficial de los textos publicados en estos últimos años sobre los registros civiles,
puede desprenderse la idea de que el consenso está aún lejos de ser alcanzado. Lo
que sí ha quedado claro es que el Registro del Estado Civil, por su calidad misma de
Registro Jurídico, precisa de principios que guíen la tarea del registrador. Decir esto
podría parecer vano, pero deja de serlo si es que se repara en el hecho de que la
59
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
literatura civilista, que siempre ha mencionado los registros civiles al tratar la rama
conocida como “derecho de las personas”, no acostumbraba mencionar la necesidad
de contar con principios registrales13. A lo sumo, se habló en un momento del “principio
de territorialidad”14. Se debe reconocer, por ende, que fueron sobre todo los registros
inmobiliarios los que dieron origen a esta importante sistematización de “pautas”
orientadoras de la tarea registral.
13 Borda, León Barandiarán, Fernández Sessarego, entre otros, trabajan el tema de los registros civiles,
sin mencionar el tema de los principios registrales. Notable excepción es el trabajo de FUEYO LANERI,
Fernando, Teoría General de los Registros, en la que, como su nombre lo indica, el autor trata de
superar la clásica aproximación académica a los registros como si éstos fuesen solamente registros de
propiedad y propone, en cambio, una visión más general que dé cuenta con justicia de los registros
civiles.
14 Fernández Sessarego, Carlos. Op. cit., p. 143.
15 Durand Carrión, Julio. El nuevo sistema de registro civil en el Perú. Lima, Pacífico Editores, 2008, p. 190.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
La legislación sobre los Registros del Estado Civil ha sido excluida del Libro I del Código
Civil, donde históricamente siempre ha tenido un lugar. Vemos, pues, que no sólo el
Código de 1984, sino también los Códigos Civiles precedentes, como el de 1852, que
se había ocupado de los registros civiles. Con la creación del RENIEC, se derogaron
las disposiciones que el Código Civil tenía sobre los Registros del Estado Civil, para
inaugurar una legislación propia que diera el respaldo normativo a la renovación
institucional de los registros civiles.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Las consecuencias de esta relación son importantes, pues uno de los logros del Código
Civil de 1984 es el haber consagrado en su Libro Primero una visión personalista del
derecho, fundada no sólo en el respeto de las personas, sino en la promoción de la vida
en general, incluida la de la persona no nacida, a saber, el concebido. La preeminencia
de la persona, entendida en su compleja realidad existencial, que sobrepasa lo biológico
y psicológico para enmarcarla dentro de una historia, es decir, un pasado, presente y
futuro, que hace de ella un ser social en desarrollo constante, es un principio que debe
presidir todas las acciones del Estado y, desde luego, el de aquellas instituciones que
más ligadas se encuentran al complejo de derechos personales. Esto significa que la
misión del RENIEC, aunque no se diga expresamente en las leyes y demás normas que
la regulan orgánica y funcionalmente, se supedita también al valor de la persona como
sujeto de derecho y a la protección de sus derechos.
17 León Barandiarán, José. Tratado de Derecho Civil. Tomo 1, Lima, W. G., 1991, p. 184.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
El propio ponente del Libro Primero del Código Civil, el Dr. Carlos Fernández Sessarego,
ha expresado en diversos artículos, reseñas y libros la inspiración personalista de su
trabajo codificador. En múltiples oportunidades ha recordado su formación en la
literatura y la filosofía existencialistas, a través de autores de reputación universal
como Emmanuel Mounier o Jean-Paul Sartre. Desde luego, no se necesita compartir
la misma inclinación por el existencialismo para reconocer la importancia capital de la
persona como fundamento de nuestro ordenamiento jurídico. La propia Constitución,
norma fundamental, señala en su artículo primero el lugar preferente de la persona en
sus relaciones con la sociedad y el Estado.
Esto debe tomarse en cuenta al reflexionar sobre los principios registrales. Las
situaciones que ha debido enfrentar el registrador civil desde la creación del RENIEC,
en su intento por construir un sistema registral unitario que propicie una verdadera
seguridad jurídica, han sido muchas veces paradójicas; todo lo cual demandaba una
actividad creativa que, sin ser arbitraria, consiguiera los objetivos que se buscaban,
a saber, el registro adecuado del estado civil de las personas, para que ellas puedan
desarrollar plenamente su vida social tanto en el ámbito privado como público.
63
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
Conclusiones
A partir de la creación del RENIEC como órgano rector del Sistema Registral Civil en
el Perú, se gesta en nuestro país el desarrollo del novísimo Derecho Registral Civil,
elaborado sobre la base de la estructura, mecanismos y principios del Derecho
Registral recogidos en el Código Civil vigente. Sin embargo, por su especialidad, los
principios registrales que inspiran la actividad registral trascienden los señalados
taxativamente en la norma civil, para reconocer aquellos que se encuentran regulados
en la Constitución Política del país y los valores que la inspiran; por la naturaleza del
bien jurídico tutelado, que es la persona humana.
64
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
65
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
BIBLIOGRAFÍA
• ESPINOZA, Juan. Derecho de las Personas. 4.a edición, Lima, Gaceta Jurídica,
2004.
• ETO CRUZ, Gerardo. Derecho de las personas. Trujillo, Editorial normas legales,
1988.
• FUEYO LANERI, Fernando. Teoría General de los Registros. Buenos Aires, Astrea,
1982.
• LEÓN BARANDIARÁN, José. Tratado de Derecho Civil. Tomo 1, Lima, W. G., 1991.
66
ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
• RUBIO CORREA, Marcial. El ser humano como persona natural. Lima, Pontificia
Universidad Católica del Perú (PUCP), 1992.
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ALGUNOS PRESUPUESTOS DEL DERECHO CIVIL Y EL DERECHO REGISTRAL Capítulo I
68
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Mia Harbitz *
Bettina Boekle-Giuffrida*
Introducción
∗ Mia Harbitz: especialista sénior en la División de Capacidad Institucional del Estado del Sector de
la Capacidad Institucional y Finanzas de la Vicepresidencia de Sectores y Conocimiento del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID).
∗ Bettina Boekle: candidato de Doctorado en ciencias políticas en el Instituto de Estudios
Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín.
*
Nota Importante: Las opiniones expresadas en esta publicación pertenecen a los autores y no
necesariamente reflejan los puntos de vista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
72
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
demográfica, los cuales son determinantes para la capacidad del Estado de planificar
y ejecutar políticas y programas adecuados de desarrollo socioeconómico. El servicio
de registrar y proveer un documento originario a los ciudadanos y al mismo tiempo
proporcionar insumos a las estadísticas vitales pone al registro civil al centro de la
institucionalidad de un país y al centro del contrato social entre el Estado y el ciudadano.
Esto destaca la importancia de tener un registro civil autónomo, universal y eficiente,
capaz de atender la demanda cuantitativa y cualitativa de un sistema de registro de
personas ante varios clientes. Lo contario o la falta de priorización por parte de las
autoridades políticas para invertir en sistemas de registro civil ha contribuido a “un
escándalo de invisibilidad”, sobre todo en los países con mayor debilidad institucional
(Setel, PW et. al., 2007). Países en los cuales faltan las reglas y los “checks and
balances”, que no cuentan con infraestructura y servicios sociales básicos, y donde la
posibilidad de participación ciudadana es limitada, suelen tener registros civiles más
débiles y, consecuentemente, elevadas tasas de subregistro.
Marco teórico
1 En general, se pueden distinguir tres vertientes del institucionalismo: el institucionalismo del rational
choice (que se enfoca en las preferencias racionales de los actores llamados “players” dado la conexión
de esta vertiente con la teoría del juego), institucionalismo sociológico (examina las estructuras de
relaciones entre el Estado y la sociedad) e institucionalismo histórico (se concentra en el contexto
histórico en el cual se encuadran las instituciones).
73
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
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EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
75
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
histórico que en muchos gobiernos han abusado de los datos de identificación para
controlar a la población en tiempos de autoritarismo, dictadura y genocidio —como
fue el caso de Ruanda en 1994—, el registro civil es un tema políticamente sensible,
que merece una atención específica para cada nación.
Considerando que estamos a cinco años de la fecha límite para cumplir con los
ODMs, debemos utilizar esta coyuntura para realizar otro esfuerzo para que los países
puedan cumplir. Según Ban Ki-Moon, Secretario General de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), se requiere US$ 35 billones cada año, a partir del 2010, para
llegar a las metas de los ODMs. Ki-Moon es “cautelosamente optimista” en que las
metas sean alcanzables. No obstante, es claro que muchos de los países en vías de
desarrollo no van a poder cumplir con las metas. Una carencia muy grave y que a la
vez constituye uno de los más grandes desafíos es la falta de una institucionalidad que
respalde el cumplimiento de los ODMs y permita al país tener las herramientas para
medir y monitorear los indicadores a partir de los datos del registro civil. Ocho de los
indicadores dependen de la información de las estadísticas vitales que, a su vez, tiene
su origen en el registro civil de nacimientos y defunciones. Como estas bases de datos,
en la mayoría de los casos no se encuentran confiables o completas, el propio sistema
estadístico de la ONU usa bases de datos alternativos para medir el cumplimiento con
las metas de los ODMs4.
Al acordar los ODMs, sus metas e indicadores quedó claro que el monitoreo y las
mediciones iban a ser retos fuertes, sobre todo para los países más pobres por la
falta de la capacidad de recolección de datos en su totalidad y de manera continua. Si
bien muchos países han fortalecido sus institutos estadísticos, aún persiste parte del
problema por la falta de confiabilidad en los datos y tardanza en obtenerlos. Países
donde no existe un vínculo fuerte entre el registro civil y el instituto de estadística
van a producir estadísticas vitales incompletas, en el mejor de los casos, y estadísticas
vitales erróneos, en el peor de los casos. En ambos casos se da origen a una enorme
incertidumbre respecto a la capacidad institucional y perjudica tanto al ciudadano
4 Véase http://unstats.un.org/unsd/mdg.
76
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
En comparación con otras regiones del mundo, las tasas estimadas de subregistro de
nacimientos en America Latina son menos graves. No obstante, si usamos estas tasas
promedio en América Latina calculadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF) de subregistro de nacimiento de 11% (2007), en realidad estamos
hablando de millones de niños. Ellos se quedan desprotegidos y excluidos, sin nombre,
sin nacionalidad, sin derecho, sin patria y sin protección por la ley. Por otro lado, el
Estado se queda sin información trascendental para desarrollar políticas nacionales
y programas sociales. A pesar de iniciativas en muchos países, hasta el momento
ha sido imposible erradicar el subregistro de nacimientos y la indocumentación de
ciudadanos. Si bien no existen datos confiables sobre la indocumentación de adultos
en América Latina, se han observado evidencias anecdóticas que las tasas más o
menos corresponden a las tasas de subregistro de nacimientos.
5 http://unstats.un.org/unsd/demographic/products/vitstats/Sets/SeriesA_Jan2010_complete.pdf
77
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Para que los países y la ONU puedan medir el avance real del cumplimiento con las
metas de los ODMs, mediante el monitoreo de las variables, es determinante que
contemos con sistemas de estadísticas que provengan de fuentes de datos vitales
confiables, como el registro civil. Todavía no existen las condiciones óptimas en todos
los países para que el flujo de datos sea seguro y oportuno, como se indica en el
reporte de la ONU. Por lo tanto, la medición de los ODMs en América Latina debe
fundamentarse teniendo en cuenta bases de datos alternativos, como las encuestas
demográficas de los hogares (por ejemplo para medir la mortalidad materna) en vez
de usar datos del registro civil que no tendrían carácter de muestra (como en el caso
de las encuestas) a menos que sean continuos y por lo tanto más exactos.
¿Cuáles son las condiciones importantes para asegurar un sistema de registro civil
eficiente? En el ciclo político, en cada fase de la construcción de la política habrá
variaciones y alteraciones. Sin embargo, las siguientes condiciones deberían ser tomadas
en cuenta para aumentar la posibilidad de alcanzar una política universal del registro
civil del Estado. La primera condición para que el registro civil sea eficiente es el marco
institucional para una política de gestión de identidad (identity management). Antes
que haya cualquier implementación de programas o acciones específicas, el ente del
registro civil nacional debe iniciar una discusión con las demás instancias involucradas
(sistema de salud, instituciones de estadística y órganos electorales, entre otros) sobre
el marco institucional de la política. La misma debe abarcar tanto el registro civil como
6 A partir del 2005 existe la Health Metrix Network (HMN) en la Organización Mundial de la Salud
(OMS), una iniciativa global que aboga por mejorar las estadísticas de salud y, por ende, las estadísticas
vitales.
78
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
En países cuyo nivel de institucionalidad es media o baja (ver tabla siguiente) o con
registros civiles incipientes, tendrán más dificultad en formular bien el marco legal
pues no siempre existen los entes adecuados para tal proceso o los entes tienen
responsabilidades poco claras o, peor aún, estén concurriendo por la autoridad entre
sí. Lo último también puede ocurrir en países con instituciones establecidas. Otros
factores que —según la tabla presentada líneas abajo— tienen influencia positiva
sobre el subregistro es la presencia en el territorio nacional y la interconexión entre
oficinas. Ambos factores requieren un marco legal concertado y claramente definido
para apoyar un sistema interconectado con una implementación transversal. La
interconexión abarca detalles técnicos de la base de datos; pero también temas
aparentemente sencillos que son de mucho impacto, como la comunicación y la
colaboración, tanto intra como interinstitucionalmente.
7 Registro civil es la anotación continua, permanente y obligatoria de hechos vitales. Identificación civil
es la verificación, registro, manejo y conservación de datos personales con el fin de establecer una
identidad civil única.
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EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Estas condiciones no son exhaustivas, pero son ejemplos importantes para garantizar
una política del Estado respecto del registro civil. En su ausencia parcial o total,
llegaremos a sistemas incompletos y tasas de subregistro variadas. Tomando los siete
países hispanoparlantes que según UNSTATS tienen sus estadísticas vitales más del 90%
completas, y correlacionando este factor con los índices de alfabetización, el contexto
institucional (por ejemplo estabilidad democrática, el grado de modernización del
Estado y presencia geográfica del registro civil) e interconexión entre las oficinas del
registro civil, queda claro que países con contextos más estables y mayor presencia
en el territorio nacional cuentan tendencialmente con menores tasas de subregistro.
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EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Notas:
Una conclusión parcial es que los países con las instituciones más fuertes tienen
menos problemas con la cobertura por su presencia territorial, la interconexión y las
menores tasas de subregistro de nacimientos.
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EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
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EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Conclusión
83
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
BIBLIOGRAFÍA
• GUEBERT, Jenilee. Plans for the 2010 G8 Muskoka Summit. June 25-26, 2010.
http://www.g8.utoronto.ca/evaluations/2010muskoka/2010plans/2010-
g8plans-100326.pdf.
84
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
• WHITLEY, Edgar A. y Gus HOSEIN. Global Challenges for Identity Policies. Nueva
York, Palgrave Macmillan, 2010.
85
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
1. Introducción
88
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
89
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
A su vez, la Convención sobre los Derechos del Niño es el documento jurídico que
reseña las bases constitutivas del reconocimiento del derecho a la identidad refiriendo
a la inscripción del nacimiento, el derecho a un nombre y a una nacionalidad; siendo
elocuente respecto de la responsabilidad de los Estados para proteger y hacer efectivo
este derecho. En sus artículos 7° y 8° estipula:
El artículo 8º indica:
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EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Es útil analizar la situación respecto de los efectos del acceso diferencial a la identidad
legal desde el enfoque del “curso o trayectoria de vida”3, ya que éste analiza la
secuencia de eventos a lo largo de una vida completa y también da cuenta de las
influencias intergeneracionales, definiendo la “trayectoria de vida desde la niñez en
adelante como influenciada por el ambiente prevalente histórico, social económico y
cultural”. (Halfon y Hochstein, 2008).
91
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
92
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
2. Identidad y la ciudadanía
93
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Por ello puede afirmarse que las relaciones sociales (de poder) y las prácticas
culturales van moldeando identidades y estereotipos a partir de las cuales se asumen
determinados roles en la sociedad: de ese modo se asume el ser mujer, el ser hombre,
el ser indígena, el ser afrodescendiente, etc. En ese sentido, es posible considerar
que los niños y niñas que crecen en condiciones de exclusión social, o en grupos
minoritarios discriminados económica, cultural y/o étnica o racialmente pueden
tener dificultades para desarrollar una identidad positiva, es decir, una sensación
positiva de su propio yo. La “clasificación social” de ciertos grupos, su estigmatización
en categorizaciones, tales como “minorías étnicas”, “migrantes”, etc., condiciona la
posibilidad de generar una percepción identitaria positiva y de autopercibirse y ser
reconocido como ciudadanos/ciudadanas.
Sonia Fleury afirma que la ciudadanía implica “el derecho a tener derechos”, lo
cual supone la inclusión de los derechos sociales en la concepción de ciudadanía
incorporando de ese modo la necesidad de abarcar los intereses y necesidades de los
grupos vulnerados y/o dominados. “Los derechos sociales no se limitan —como señala
Bobbio— a las libertades genéricas de los individuos (sino que)… son ejercidos por
sujetos concretos, por lo grupos singulares de la sociedad; en consecuencia se trata
de exigencias que se expresan a través de demandas de una intervención pública”.
(Fleury, 2004).
94
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Sin embargo, y a pesar de ello, los datos disponibles5 indican tendencias que permiten
delinear un estado de situación que muestra inequidades en el acceso a la identidad
legal. Estos datos señalaban para el 2006 que al menos un 14% de los niños y niñas
en la región tenían problemas de documentación. El promedio de subregistro de
nacimientos entre 1996 y el 2006 en el grupo 0 a 5 años era del 11% (UNICEF, 2008) y
para el grupo de 0-5 años llegaba aproximadamente al 17% (UNICEF 2007).
Esta situación, a su vez, se agravaba entre los sectores en situación de pobreza y entre
los grupos étnicos (indígenas y afrodescendientes). En estos grupos, esos porcentajes
95
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
pueden alcanzar hasta el 30% o más de los niños y niñas sin su registro adecuado de
nacimiento y —en el caso de la población adulta— los niveles de indocumentación
pueden, en promedio, alcanzar un rango entre el 10% —en el promedio general de
la población— a un 30% y hasta un 50% entre los grupos más vulnerables (pobres,
indígenas y/o afrodescendientes, mujeres viviendo en zonas rurales)6.
Existe, por lo tanto, una fuerte asociación entre pobreza, ruralidad, condición étnica,
género y subregistro de nacimientos e indocumentación. Ser pobre, indígena o afro
y mujer son tres factores que marcan una profunda inequidad en el acceso a la
información y en el trato y asesoramiento necesario para la realización de trámites y
gestiones en las oficinas públicas.
6 Bolivia: 10% al 18% de los niños/as, se estima que en las áreas rurales (con alta concentración
de población indígena) se puede duplicar y triplicar la estimación. Ecuador: 15% de los niños/as.
Guatemala: 5% al 10% de niños/as y se estima que puede ascender al 20% en población rural e
indígena. Panamá: 6% para el total de población; en población indígena puede superar en 7 veces
esta cifra. República Dominicana: 32% en menores de 1 año; 18% entre 1 y 4 años, 30% en población
rural. Fuente: Estudios realizados por la autora para el BID entre el año 2007 y el año 2009. Ver: www.
iadb.org.
96
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
El análisis de los datos presentados hasta aquí coloca un conjunto de aspectos sociales
y culturales que condicionan el acceso de las personas a la identidad legal. Éstos son
los llamados “determinantes sociales y culturales”, que se refieren a las condiciones
materiales y simbólicas en que las personas viven (presente), las que son el resultado
de su historia personal y social (pasado) y son la base desde la cual construyen su
proyecto de vida (futuro). Implican la existencia de aspectos estructurales que dan
origen a situaciones de desigualdad y a diversas formas de elaborar esas posiciones de
sujeto y de clase. Son “las características sociales en que la vida se desarrolla”.
97
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
98
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
El valor económico productivo del varón frente al valor reproductivo de las mujeres,
en el marco de economías familiares de subsistencia de los grupos étnicos, condiciona
la priorización de la “legalización” de la existencia de los varones en detrimento de las
mujeres indígenas y afro, en tanto es en ellos en quienes recae la responsabilidad de
establecer los vínculos de intercambio económico productivo y, por lo tanto, son los
que se relacionan con el ámbito público. En este último, la “identificación legal” de los
varones se constituye en un elemento de “reconocimiento y pertenencia”.
Por otra parte, el analfabetismo y los bajos niveles educativos alcanzados por las
mujeres indígenas y afrodescendientes que viven en zonas rurales en América Latina
y el Caribe dificultan su comprensión de las gestiones y trámites requeridos para
efectivizar las inscripciones de nacimientos en los Registros Civiles. El escaso dominio o
poca fluidez en el manejo del idioma español, que es predominante entre las mujeres
indígenas rurales, refuerza esta dificultad.
99
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Por lo tanto, puede afirmarse que los niveles de pobreza, la pertenencia a grupos
étnicos (indígenas y/o afrodescendientes), el lugar de residencia urbano-rural, el sexo
y las relaciones de género, el acceso a la educación (analfabetismo), el idioma/lengua,
los hábitos y pautas de atención de la salud (especialmente del parto), se constituyen
en determinantes sociales y culturales que inciden de manera diferencial en el acceso
al derecho a la identidad legal y a la condición de ciudadanía.
Las políticas públicas son entendidas como una visión de largo plazo, como una
aspiración respecto del funcionamiento deseable de una sociedad y, por ello, implican
una acción intencionada. Puede decirse que en una sociedad democrática las políticas
públicas expresan el gobierno en acción, en la medida que éstas regulan la distribución
de bienes colectivos y la relación entre el Estado, la economía y la sociedad.
Según Oszlak y O´Donnell las políticas públicas son el conjunto de las tomas de
posición (acciones u omisiones) del Estado frente a una cuestión, con la intención
100
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Los datos y el enfoque propuesto hasta aquí nos indican que no puede pensarse
una política pública de identidad legal sin incorporar, en primer lugar, la noción de
derecho, es decir, abordar el acceso a la identidad legal como derecho humano básico
y fundamental; y, en segundo lugar, considerar, reconocer, conocer, dimensionar,
analizar y actuar sobre los efectos de los determinantes sociales y culturales como
factores claves del acceso inequitativo al derecho a la identidad.
101
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Sonia Fleury señala que “en las sociedades donde la ciudadanía, en tanto dimensión
igualitaria y cívica, no está generalizada y, por ende, se convive con altos niveles de
exclusión y desigualdad, el papel del Estado es crucial para inducir procesos sociales
que promuevan condiciones de innovación e inclusión”. (Fleury; 2004)
De modo tal que si los gobiernos de la región se proponen avanzar hacia el acceso
universal a la identidad legal, ello requiere la decisión política y técnica de construir
políticas públicas que reformulen los marcos legales vigentes, transformen los modelos
administrativos y avancen en la incorporación de innovaciones tecnológicas, al mismo
tiempo que promueven la construcción de una relación positiva con la ciudadanía a
partir de garantizar el acceso universal al ejercicio de los derechos y gestionar sobre la
base de la transparencia y la confiabilidad en las instituciones.
Responder estos interrogantes requiere una reflexión sobre los modos actuales de
gestión de la política pública en general y en particular de la referida a la identidad
legal.
102
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
En ese sentido, cabe señalar el predominio en los Estados de la región de una lógica
de formulación e implementación sectorial de la política pública que obstaculiza el
abordaje integral de las cuestiones sociales relevantes, en este caso, del acceso a la
identidad legal; ello genera un uso ineficiente de los recursos públicos, fragmentando
la oferta de los servicios y logrando un relativo bajo impacto en la resolución de los
problemas de la población.
Por ello se requiere de un abordaje integral del problema del subregistro de nacimientos
y la indocumentación; esto es superar la visión de dichos problemas exclusivamente
como “procedimiento técnico de acreditación de identidad”, incorporando una visión
integral que considere los determinantes sociales y culturales como factores que
inciden en el acceso a la identidad legal, definiendo además a esta cuestión social como
eje transversal a la gestión de una política pública que contribuya en la construcción y
ejercicio de una ciudadanía integral e inclusiva.
Cuando la mirada se amplía más allá del campo específico del registro e identificación
surge la posibilidad de pensar estrategias de intervención que quedan fuera del
campo específico de incumbencia de los Registros Civiles —como responsables en
primera instancia de los procesos de registro de nacimientos y/o documentación—
y que involucran activamente a otros actores dentro y fuera del Estado (otros
ministerios públicos como los de educación, salud, desarrollo social, trabajo, cultura,
organizaciones de la sociedad civil, etc.). Al mismo tiempo posibilita el diseño de
estrategias innovadoras en el campo específico y modalidades intersectoriales de
gestión de la identidad legal.
Esa visión integral, que demanda intersectorialidad, coloca a los problemas de registro
y documentación como un eje transversal de la política pública, en la medida que el
no acceso a la identidad legal impide o dificulta el acceso al conjunto de los derechos y
prestaciones del Estado. Esa transversalidad requiere la “articulación y coordinación”
de las distintas unidades de organización del Estado, comenzando por la producción
de información confiable y accesible.
5. A modo de conclusión
103
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
garantizan la identidad legal —en tanto derecho humano y social— para todas las
personas, independientemente de su edad, raza, sexo, pertenencia étnica, lengua,
nivel educativo, condición socioeconómica, capacidades físicas y mentales, etc.
Ello presupone la decisión política de construir una nueva relación entre los ciudadanos
y ciudadanas y el Estado basada en la superación de las brechas de inequidad, la
remoción de factores que generan discriminación y en el respeto de la diversidad,
reconstituyendo la confianza y credibilidad en el Estado por parte de la ciudadanía.
104
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
105
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
BIBLIOGRAFÍA
106
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
• SKLIAR, Carlos. “La Cuestión del Otro”. Documentos PRIGEPP, 2008. Ver en: www.
prigepp.org
• UNICEF: “Asegurar los derechos de los niños indígenas”. Italia, Innocenti Digest 11.
Florencia, noviembre, 2003.
107
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Mustafa DÖNER*
Turquía posee una larga tradición en el ámbito del registro civil. La implementación de
los registros civiles data del primer censo poblacional llevado a cabo en 1904, durante
los últimos años del Imperio Otomano. La proclamación de la República de Turquía en
1923, no obstante, aportó cambios significativos en el modo como los registros civiles
eran conducidos. En 1928, con la aceptación del alfabeto latino, se abandonó el uso
de letras y números arábicos. En 1934 se otorgó apellidos a cada familia e individuo,
aboliendo la práctica de los apelativos. Pero no fue sino hasta 1972, con la sanción de la
Ley N.° 1543, y su sucesora, la Ley N.° 1587, que se inició el camino a la modernización
del Sistema de Registros Civiles en Turquía. Las enmiendas legislativas autorizaron al
Ministerio del Interior a conservar el registro de familias en forma electrónica y, de ese
modo, facilitar el desarrollo de las transacciones del registro civil; a tomar medidas
que garanticen la seguridad y privacidad de los registros electrónicos; a decidir sobre
el uso de firmas electrónicas en todo tipo de transacciones del registro civil llevadas a
cabo en forma electrónica; y en conocer las solicitudes de información de los registros
conservados en forma electrónica. La ley también señala que los registros civiles,
compuestos por el registro familiar, registros especiales y microfilms, conservados en
papel o en forma electrónica, son documentos oficiales estructurados sobre una base
distrital y familiar, e incorporan información usada para determinar los derechos y
obligaciones de las personas, su identidad, sus relaciones familiares, su nacionalidad
y su estado civil. Además, los registros son documentos que deben conservarse
indefinidamente. En la actualidad, la legislación principal que se ocupa de todos los
aspectos del registro civil es la Ley N.° 5490, del 29 de abril de 2009.
La modernización del sistema del registro civil en Turquía culminó el año 2000 con la
implementación del Sistema Central del Registro Civil o “MERNIS”, por sus siglas en
turco.
110
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
El proyecto tiene una larga historia que, luego del intenso trabajo de fines de la década
de 1990, finalmente se implementó el año 2000, continuando sus exitosas operaciones
y su evolución desde entonces.
Hacia el año 2000, cada ciudadano turco recibió un número único de identificación
nacional con el fin de:
111
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Por otro lado, conforme a lo ordenado por la Ley de los Servicios de Registro Civil, Ley
N.° 5490, los extranjeros domiciliados en Turquía también integran un “Registro de
Extranjeros” y se les otorga un número de identificación de extranjería. La información
es proveída por el Directorio General de la Policía Nacional y los extranjeros que
forman parte de este registro están obligados a notificar cada cambio de su estado
civil a las oficinas de Registros Civiles.
112
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
El principal logro del sistema es que anula la necesidad de exigir documentos tales
como extractos o copias de los registros de estado civil o los certificados de dirección
domiciliaria que son necesarios para la prestación de servicios, a los ciudadanos o las
oficinas del registro civil. En lugar de eso, la información requerida puede ser obtenida
electrónicamente de forma segura y en cualquier momento del Directorio General del
Registro Civil y Nacionalidad vía el KPS. La disponibilidad electrónica del estado civil de
una persona, así como su información domiciliaria, contribuye significativamente a la
simplificación de los procesos administrativos y de negocios, en la medida en que los
proveedores de servicios públicos y privados ya no solicitan la información personal de
forma impresa pues son capaces de verificar electrónicamente la información dada.
113
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
G2G
G2B
G2C
• Los ciudadanos son los usuarios finales de los servicios públicos en los cuales
los beneficios consolidados del MERNIS y el KPS se perciben mejor, pues
ninguno de los servicios públicos con acceso al KPS requieren documentos
114
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
115
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
LA INFORMATIZACIÓN DE LOS
REGISTROS CIVILES EN EUROPA Y EN ESPAÑA.
EL CONVENIO Nº 30 DE LA COMISIÓN INTERNACIONAL DEL ESTADO CIVIL1*
INDEX:
I. Aprobación del Convenio.- II. Objetivos y contenido del convenio.- III.
Participación española en la negociación del Convenio. Contexto legislativo
español en la materia.- IV. Objetivos estratégicos del Gobierno español
en materia de Servicios de la Sociedad de la Información: A) Aspectos
generales: 1. Introducción. 2. Papel de la Administración del Estado. B)
El Registro Civil como organismo de información de valor estratégico.- V.
La informatización de los Registros Civiles como presupuesto para una
aplicación efectiva del Convenio Nº 30 de la CIEC: A) Los hitos normativos
del proceso de informatización de los Registros Civiles. B) Los objetivos de la
informatización de los Registros Civiles. C) Evolución y etapas del proceso de
informatización.- VI. La fase actual del proyecto: digitalización de los fondos
documentales del registro civil.
1 La Comisión Internacional del Estado Civil (CIEC) es una organización intergubernamental que
tiene por objetivo el promover la cooperación internacional en materia del estado civil y mejorar
el funcionamiento de los servicios nacionales del estado civil. Con esta finalidad mantiene al día la
documentación legislativa y jurisprudencial dando a conocer el derecho de los Estados miembros, les
brinda información y opiniones de sus expertos, efectúa estudios jurídicos especializados y técnicos,
edita publicaciones y elabora convenciones y recomendaciones. Para mayor información consultar:
www.ciec1.org
*
Registrador adscrito de la Dirección General de los Registros y del Notariado. Vocal Permanente de la
Comisión Internacional del Estado Civil. Miembro de la Comisión Nacional de Informatización de los
Registros Civiles. Presidente del Consejo de Dirección del CIDDRIM.
118
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
El texto del Convenio, de acuerdo con lo previsto en el artículo 27.4 del Reglamento de
la CIEC, pasó a considerarse definitivamente adoptado el 14 de diciembre del 2000, al
haber vencido el plazo de tres meses previsto al efecto sin que se recibiese en la sede
de la Secretaría General de la CIEC, en Estrasburgo, ninguna solicitud motivada de
modificación. En dicho momento, se procedió a la apertura del proceso de firma del
Convenio, cuya firma solemne tendrá lugar durante la próxima reunión de la Asamblea
General en Atenas en septiembre de 2001.
El eje central del Convenio estriba en atribuir a los datos del estado civil transmitidos
por vía electrónica con firma digital el mismo valor jurídico y fuerza probatoria que a los
transmitidos por las vías tradicionales habitualmente empleadas por los Encargados
de los Registros Civiles (cfr. artículo 3°). A tal efecto, se ha considerado necesario
119
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
120
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
datos cuyo intercambio o expedición estén previstos en otro convenio del que formen
parte tales Estados (vid. artículo 8°).
III. PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA EN LA NEGOCIACIÓN DEL CONVENIO. CONTEXTO
LEGISLATIVO ESPAÑOL EN LA MATERIA
Por otra parte, en nuestro país ya existían con anterioridad al Real Decreto - Ley
14/1999, del 17 de septiembre, sobre firma electrónica, precursor de la actual Ley
121
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
A) ASPECTOS GENERALES
1.- Introducción
122
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
procesar y circular cantidades de datos cada vez mayores a costes cada vez más bajos
y velocidades cada vez más altas. Ello ha impulsado el desarrollo de la Sociedad de la
Información, que consiste en la incorporación creciente de estas tecnologías a todos
los ámbitos económicos y sociales. Uno de sus máximos exponentes es la explosión de
Internet, que en pocos años ha llegado a todos los rincones del mundo.
A este respecto, las Administraciones Públicas deben asumir el liderazgo que les
corresponde para asegurar que esta “revolución social” nos lleve a una Sociedad más
avanzada y equilibrada. Se trata de un reto histórico del que es plenamente consciente
el Gobierno; para ello la citada Iniciativa, INFO XXI, impulsada en 1999, estableció
objetivos ambiciosos con la finalidad de que España forme parte del vagón delantero
de la revolución tecnológica junto con los países más avanzados. Éste es el objetivo
final de la Iniciativa Estratégica del Gobierno para la Sociedad de la Información.
123
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Las Administraciones Públicas tienen un papel regulatorio para evitar que las fuerzas
del mercado deriven en situaciones de desigualdad social o territorial. Para ello, la
Administración del Estado ha adoptado una actitud institucional activa, que ha de
permitir alcanzar un desarrollo armónico y sostenible a medio plazo y garantizar una
mayor calidad de vida y bienestar social de los ciudadanos.
En este orden de cosas, por parte de la Administración General del Estado (en
lo sucesivo, AGE), en los últimos años se han llevado a cabo un gran número de
actuaciones encaminadas a la promoción de distintos aspectos de la Sociedad de la
Información entre los ciudadanos, las empresas y la propia Administración que, en
su conjunto, suponen un considerable esfuerzo. Por ello, el Gobierno ha considerado
necesario integrar las distintas actuaciones y programas ya existentes en una
estrategia coherente, evitando la duplicación de esfuerzos mediante la elaboración
de una Iniciativa Estratégica de la Sociedad de la Información en España, que permita
asegurar una Sociedad de la Información para todos. Esta tarea se ha encomendado,
por acuerdo del Consejo de Ministros, de fecha 9 de abril de 1999, a la Comisión
124
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Dicha Comisión ha definido las siguientes acciones prioritarias relacionadas con las
competencias del Ministerio de Justicia:
125
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Situación en el mundo
126
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
127
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
El Registro Civil es una institución jurídica fundamental en la vida de los ciudadanos que
requieren sus servicios para la realización de numerosos trámites y procedimientos,
en tanto que instrumento concebido para la constancia oficial de la existencia, estado
civil y condición de las personas y para la formación de títulos de legitimación de
estado.
Por ello, como se ha indicado, una de las acciones prioritarias, dentro de los objetivos
de la Administración en este campo, es la de impulsar el proceso de modernización
128
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
El artículo 105° del Reglamento del Registro Civil, redactado por el Real Decreto
1917/1986, de 29 de agosto, habilitó al Ministerio de Justicia para decidir, sin perjuicio
de la conservación de los libros, la informatización de los Registros y la expedición de
certificaciones por ordenador.
129
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
necesario crear en la Ley del Registro Civil, del 8 de julio de 1957, la base jurídica
para superar la forma de documentación tradicional, estableció la previsión legal para
proceder a la informatización efectiva del Registro Civil como medio de coadyuvar a
hacer realidad su modernización en beneficio de los administrados.
130
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
pleno respeto a los límites legales sobre publicidad restringida, protección de datos
personales y al derecho a la intimidad personal y familiar.
Los objetivos perseguidos por la informatización de los Registros Civiles van dirigidos
a desarrollar las funcionalidades antes aludidas y pueden sintetizarse del siguiente
modo, según la definición que de los mismos hace la orden ministerial del 19 de julio
de 1999:
3. Permitir la conexión de los datos sobre hechos relativos a una misma persona
inscritos en Secciones diferentes de diversos Registros Civiles, coadyuvando a
la cognoscibilidad de los datos registrales que requiere la posibilidad de un
conocimiento real y efectivo de los mismos.
131
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
1.- El 19 de julio de 1999 se aprueba una orden ministerial que establece la regulación
y líneas básicas a que se ha de atener el proceso de informatización de los Registros
Civiles de España. Se adopta un criterio de informatización gradual dando preferencia
a los Registros Civiles principales, a cargo de magistrados, en número aproximado de
400. Esta informatización se refiere no sólo a los índices y bases estadísticas, sino a
todo el proceso de integración de datos registrales y a la redacción de los propios
asientos en las cuatro Secciones (nacimientos, matrimonios, defunciones y tutelas
y representaciones legales). Respecto de los Registros Civiles delegados, a cargo de
los Jueces de Paz, en número superior a los 7 000, la informatización comenzará una
vez concluida la informatización de los Registros principales y dando preferencia a la
recuperación de los índices.
132
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
3.- Una vez concluidos o muy avanzados los trabajos antes indicados, se decidió
instalar una plataforma de pruebas “en real” en un Registro Civil de la provincia de
Madrid (Móstoles), con instalación de equipos, programas y técnicos informáticos,
realizando simultáneamente la formación de los funcionarios en tal Registro
destinados. La instalación de esta plataforma tuvo lugar en el mes de mayo de 2000 y
en ella se vienen desarrollando desde entonces las pruebas pertinentes, con resultado
satisfactorio, permitiendo al tiempo la introducción de las mejoras aconsejadas por
dicha experiencia.
5.- El citado concurso se anunció en el BOE a finales del mes de junio, con arreglo
al pliego de condiciones técnicas y económicas finalmente aprobadas por la CIABSI
(Ministerio de Administraciones Públicas). El plazo de presentación de plicas y
ofertas finalizó en septiembre del año 2000 y tras ser inicialmente declarado
desierto el concurso, se dio lugar a un segundo procedimiento de “contratación
negociada”, conforme a la legislación de contratos de las Administraciones Públicas,
procedimiento que se resolvió con la correspondiente adjudicación del contrato en el
mes de noviembre de 2000, encontrándose en la actualidad dicho contrato en fase de
ejecución y cumplimiento.
133
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
Pero, además de los objetivos antes enunciados, el artículo 9°, Nº 1 de la Orden del
19 de julio de 1999, auténtica clave de bóveda de toda la construcción intelectual
del diseño del proceso de informatización al que nos estamos refiriendo, fijaba una
finalidad adicional consistente en la recuperación informática de los archivos anteriores
a la informatización de los Registros Civiles. En particular dicha disposición preveía que
la recuperación informática de los asientos relativos a inscripciones anteriores a la
implantación de la aplicación informática se realizaría progresivamente en función de
las posibilidades presupuestarias y abarcaría todas las inscripciones de nacimiento,
matrimonio y defunción practicadas en los Registros Civiles desde 1950.
134
EL ROL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL REGISTRO DE IDENTIDAD Capítulo II
135
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
140
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
3 Ibidem, p. 26 y ss.
4 Manual de Derecho Civil y Comercial. Tomo II, p. 89.
141
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
como sujeto de derecho tiene aptitud de ser parte de una relación jurídica y es, por
eso, que siendo la capacidad de goce inherente a la persona humana, es la expresión
de su personalidad jurídica. La capacidad de ejercicio o de obrar es la que le reconoce
a la persona humana la posibilidad, como sujeto de derecho y cumplidos los requisitos
legales, para, por sí misma, adquirir los derechos y contraer deberes y obligaciones en
su vida de relación.
142
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Bautismo, expidiendo las respectivas partidas. Nuestro Código Civil de 1852 introdujo
la institución de los Registros de Estado Civil, cuyo funcionamiento fue encargado
a las municipalidades por Ley del 1 de febrero de 1856, lo que fue posteriormente
confirmado por Ley del 14 de octubre de 1892, pero reconociéndose la validez de
las partidas parroquiales de bautismo. El Código Civil de 1936 dispuso la inscripción
obligatoria de los nacimientos en los Registros de Estado Civil manteniéndolos a cargo
de las municipalidades y reconociendo la validez de las inscripciones parroquiales sólo
hasta el 14 de noviembre de 1936, fecha de su entrada en vigencia. El Código Civil
vigente desde 1984 reiteró el encargo a las municipalidades, complementándose sus
disposiciones mediante el Decreto - Ley N.° 26127 hasta la entrada en vigencia de la
Constitución Política de 1993 y su derogación por la Ley N.° 264978.
8 Vide, del autor. “El Sesquicentenario de los Registros de Estado Civil”, en Revista del Foro, diciembre
del 2002.
143
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
filiación que le corresponde en aplicación del Código Civil, así como con la demás
información requerida para los efectos de la inscripción de su nacimiento.
El Código Civil legisla además el caso del hijo adoptado y el del nacido de quien
no se conoce a sus progenitores. El adoptado lleva los apellidos del adoptante o
adoptantes (artículo 22°) y concluido el procedimiento legal de adopción, el acta
correspondiente se inscribe en el Registro de Estado Civil donde corre la inscripción de
su nacimiento (artículo 379°). Si se trata de un nacido de quien se ignora el nombre de
sus progenitores, la inscripción de su nacimiento se hará con el nombre que le asigne
el registrador del estado civil.
144
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
constituida por la inscripción del nacimiento (artículo 25°). Este derecho confiere a
su titular la facultad de exigir que se le designe por su nombre y apellidos y a pedir la
cesación de cualquier hecho violatorio de su nombre y que, como consecuencia de tal
ilicitud, se le indemnice (artículo 26°).
Las normas legales y reglamentarias que regulan las funciones del RENIEC han
establecido los requisitos y los plazos para la inscripción de los nacimientos y han
previsto las inscripciones fuera del plazo, dentro de la función tutelar que cumple
respecto al derecho de identidad de la persona humana.
Lo mismo no ocurre con el sobrenombre o apodo, aun cuando sea un elemento que
identifique a la persona, pues ha sido impuesto por personas distintas y no por la
propia persona.
Puede ocurrir que se presenten casos de homonimia, esto es, que dos o más personas
se identifiquen con el mismo nombre y apellidos, sin que tal situación se origine
en una ilicitud, sino, simplemente, por corresponder a los apellidos de los padres y
al prenombre escogido, pudiendo mediar o no un vínculo de parentesco entre los
homónimos. Cuando uno de los homónimos toma conocimiento de la posibilidad de
ser confundido con otro, que se encuentra incurso en responsabilidad penal y que
ha sido requisitoriado, la Ley N° 27411, complementada por la Ley N° 28121, han
establecido procedimientos judicial y administrativo de protección al homónimo,
disponiendo que el RENIEC otorgue Certificados de Homonimia.
145
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Los motivos justificados no los indica el Código Civil ni tampoco una norma legal, pero
se entiende que deben de estar referidos a una situación muy particular y que afecte
el ámbito jurídico de la persona y que la conduzca a un mejor ejercicio de su derecho
a la identidad y a su identificación, máxime si el cambio, modificación o adición al
nombre puede alcanzar al cónyuge y a los hijos menores de edad (artículo 29°, in fine).
146
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Como puede apreciarse, pues, el RENIEC es la entidad del Estado que reconoce el
derecho a la identidad de la persona humana, que lo preserva y que coadyuva a su
materialización, facilita su identificación y lo dota de seguridad jurídica. Sin embargo,
ésta viene a ser la identidad estática que Fernández Sessarego distingue de la identidad
dinámica9. La primera viene a ser la que se mantiene en el transcurso del tiempo y es
la que se encuentra plasmada en la documentación a la que hemos hecho referencia;
mientras que la dinámica está compuesta por un complejo conjunto de atribuciones
y calificaciones.
147
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
La Identidad deriva del latín Identitas y la acepción en Derecho es “hecho de ser una
persona, la misma que se supone o busca”1.
El Interés Superior del Niño es un principio que aparece por primera vez en la
Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y actualmente en la Convención
sobre los Derechos del Niño (1989) y en el Código de los Niños y Adolescentes del
Perú (Ley N.° 27337). No hay una definición exacta de dicho principio, sin embargo
considero que es la prevalencia de los derechos humanos del niño frente a los
*
Presidente de la “Comisión de Estudio y Defensa del Niño, Niña, Adolescente y
Familia” del Colegio de Abogados de Lima. Presidente del Instituto de Estudios
Jurídicos Sociales. Catedrático en las Universidades: Mayor de San Marcos, Femenina
del Sagrado Corazón UNIFÉ, de Lima y San Martín de Porres, en ésta fue jefe de la
Oficina de Proyección Social y Extensión Universitaria. Asimismo fundó el Instituto
de Investigaciones Sobre Derecho del Menor. Presidente de la Comisión de Familia y
Menores del Colegio de Abogados de Lima. Ha sido Juez Titular del Tercer Juzgado de
Menores de Lima, Vocal Superior y Presidente de la Corte Superior del Callao; miembro
de la Comisión de Reforma Judicial y en ésta Director de las Áreas de “Administración
de Justicia” y “Capacitación de Jueces de Paz”. Autor del Proyecto Regular y del Plan
Nacional Descentralizado de Capacitación de Jueces de Paz. Procurador de Menores.
Fiscal del Tribunal Contra la Especulación y Acaparamiento. Premiado por el Ilustre
Colegio de Abogados de Lima con la orden “Vicente Morales y Duarez” y la Facultad
de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; con
la Condecoración José León Barandiarán. Autor de las obras Derecho de Menores,
Derecho del Menor Infractor, entre otros.
1 Diccionario Básico de la Lengua Española. Barcelona, Editorial Planeta, 2001, p. 741.
150
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Nuestro Código Civil define a la persona humana como “sujeto de derecho desde su
nacimiento”. Sin embargo hay que hacer notar que nuestra Constitución Política, el
Código Civil señalan que la vida humana comienza con la concepción; sin embargo,
el concebido es sujeto de derecho para todo cuanto lo favorece, condicionando los
derechos patrimoniales a que nazca vivo.
Según el artículo 22º del Reglamento del RENIEC, son hechos inscribibles en el Acta
de Nacimiento:
2 Chunga Lamonja, Fermín, Carmen CHUNGA CHÁVEZ y Lucía CHUNGA CHÁVEZ. Derecho del Niño,
Niña y Adolescente. Lima, Editorial Grafimundo Inversiones SAC, 2008, p. 208.
151
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Señala en los artículos siguientes que el plazo varía entre 3 y 30 días para la respectiva
inscripción del nacimiento3 si fuese en hospitales del Ministerio de Salud, el Instituto
Peruano de Seguridad Social, así como en hospitales y demás centros de salud públicas
o privadas que cuenten con Oficinas Registrales en el primer plazo y en el segundo
plazo en la Oficina Registral de cuya jurisdicción se produjo el nacimiento o en la
correspondiente al domicilio del menor.
Se prescribe en el reglamento que los menores que no hubiesen sido inscritos dentro
de los plazos mencionados podrán ser registrados por cualquier persona que ejerza la
patria potestad, la tenencia o la guarda5.
3 Nota del Editor: Existe un nuevo plazo de 60 días de acuerdo a la Ley N.° 29462.
4 Nota del Editor: Existe un nuevo plazo de 60 días de acuerdo a la Ley N.° 29462.
5 Reglamento de Inscripciones del RENIEC.
152
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Los antecedentes nos sirven como marco referencial para realizar un estudio del
artículo 21° del Código Civil, el mismo que a la letra dice:
La modificación del artículo precedente se realizo por la Ley Nº 28720, del 25 de abril
del 2006, y podría originar diferentes interpretaciones en el momento de la inscripción
del nacimiento del niño o niña habida cuenta que en nuestro Código Civil vigente
existen artículos contradictorios que discriminan a los menores a los que califican en
lo referente a la filiación paterno filial en: hijos matrimoniales, extramatrimoniales,
adoptivos y alimentistas.
El artículo 21° rescata el derecho del niño a tener su verdadera identidad y a conocer
a su progenitor biológico tratando de eliminar la discriminación y evitando la
judicialización para obtener el derecho que le corresponde.
6 Nota del Editor: Existe un nuevo plazo de 60 días de acuerdo a la Ley N.° 29462.
7 Código Civil. Lima, Jurista Editores, 2010, p. 37.
153
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Sin embargo, el artículo que será materia del comentario nos obliga a recordar que las
uniones de hecho pueden ser propias o impropias, sólo las propias son reconocidas
por la ley en el artículo 326º del Código Civil cuando señala que: “La unión de
hecho, voluntariamente realizada y mantenida por un varón y una mujer, libre de
impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes
a los del matrimonio origina una sociedad de bienes que se sujetan al Régimen de
Sociedad de Gananciales, en cuanto le fuere aplicable, siempre que dicha unión haya
durado por lo menos dos años continuos”.
Estas clases de uniones no están amparadas por la ley por razones obvias. Antes de
presentar varios casos, señalaremos el aspecto legal que se presenta ante el encargado
de la inscripción.
1.- En el caso de las uniones de hecho propias no existen problemas, siempre que la
declaración para la inscripción la hagan simultáneamente ambos convivientes. Sin
embargo, sería conveniente que el RENIEC tenga un registro de uniones de hecho,
tal como se ha establecido en varias municipalidades.
154
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Hay que hacer notar que para la inscripción del nacimiento no se señala entre los
requisitos que se acompañan un “certificado de soltería”, que podría ser una solución
para conocer el verdadero estado civil del o de los solicitantes.
Planteada esa hipótesis, resulta que el fraude se habría consumado ya que según lo
señala el artículo 361º del Código Civil existe la presunción “pater ist” presunción “juris
tantum”; es decir, el hijo nacido durante la vigencia del matrimonio o de los 300 días
siguientes a su disolución tiene por padre al marido. Es decir, sólo cabe la negación
de la paternidad por el cónyuge en razón de que aun cuando la madre declare que no
es de su marido el hijo, o sea, condenada como adultera la presunción queda vigente
siendo el titular de la acción negatoria el padre y la puede ejercitar dentro de los 90
días después del nacimiento o a partir de que conozca el hecho antes mencionado.
A pesar de ello, el artículo 363° del C.C. acepta como válida la prueba del ADN y otras
de validez científica con igual o mayor grado de certeza.
Se trata, en este caso, de una colisión de derechos: el derecho del cónyuge de ejercitar
o de no ejercitar su acción negatoria. De hacerlo se sabría que es fundada su negación
y de no hacerlo se estaría privando al niño o niña de una de las características de la
identidad y a conocer a su verdadero padre o madre. Hay que hacer notar que la
madre puede impugnar el nacimiento de un presunto hijo dentro de igual término que
el del presunto padre matrimonial, en los casos de parto supuesto o de suplantación
del hijo (artículo 371° del C.C.).
¿En qué consiste la colisión? Hemos definido el principio del “Interés Superior del
Niño” como la prevalencia de los derechos humanos del niño frente a los similares
155
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Para finalizar, no hay que olvidar que la Ley N.° 28457 regula el proceso de filiación
judicial de paternidad extramatrimonial en base a la prueba del ADN, cuyo costo debe
ser abonado actualmente por la parte demandante (en este caso la madre), lo que ha
motivado su inoperatividad por razones económicas. Sin embargo, el 16 de marzo del
2010 el Congreso de la República ha aprobado en primera votación y dispensado de
segunda la modificación de la ley antes mencionada en su artículo 2º, la cual consistiría
en que el presunto padre demandado sería el que debería pagar el costo de la prueba
biológica del ADN, salvo causa justificada.
156
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
1. Antecedentes
1 La extensión y el desarrollo del derecho a la identidad personal, objeto del presente documento,
responde a la delimitación temática y espacial establecida para este libro colectivo.
* Abogada y Conciliadora Extrajudicial. Docente en la universidad de Lima. Egresada de la Maestría
en Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente es consultora
del Despacho de la Fiscalía de la Nación. Se ha desempeñado como consultora del Banco Mundial,
Directora Nacional de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Justicia, Asesora del Gabinete de Asesores
de la Presidencia del Consejo de Ministros, consultora jurídica de la Alta Dirección de la Presidencia
del Consejo de Ministros, Agente del Estado Peruano ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, entre otros. Coordinadora académica y miembro de la Plana Docente y de Evaluadores
del Centro de Conciliación y Arbitraje de la Universidad de Lima/CEPSCON 2000 y 2001. Moderadora
de diversas investigaciones jurídicas y Jurado de Título de Abogado en la Facultad de Derecho
de la Universidad de Lima. Ha sido coordinadora de diversos cursos universitarios como los de
Legislación Comercial, Curso Fundamentos de Ciencia Política, Cultura Política, en la Universidad
de Lima. Ponente en diversos certámenes jurídicos a nivel nacional e internacional, especialmente
relacionados con el derecho a la protección de datos personales. Miembro del Comité de Redacción
de dataprotectionreview.eu., revista jurídica de la Comunidad de Madrid. Ex miembro y actual
asesora de la Red Iberoamericana de Protección de Datos.
2 DE CUPIS, Adriano (1961), aunque desde una óptica limitada pues se refiere sólo a los signos
distintivos de la persona, como es el caso de nombre, que junto con otros, dan una idea estática de la
identidad personal. Apud FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho a la identidad personal. Buenos
Aires, Editorial Astrea, 1992, p. 53.
3 Ibidem, pp. 60-63.
158
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
2. Marco normativo
• Declaración Universal de los Derechos Humanos. Artículo 6°. “Todo ser humano
tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.”6.
4 Apud Fernández Sessarego, Carlos. Los 25 años del Código Civil Peruano de 1984. Lima, Motivensa
Editora Jurídica, 2009, p. 369.
5 Los cuales aparecen en negritas, resaltado hecho por nosotros.
6 El derecho a la identidad es considerado como uno de los derechos personalísimos más importantes.
7 El nombre es un elemento estático de la identidad que constituye un dato objetivo que permite la
identificación del individuo.
159
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
• Convención Americana sobre los Derechos Humanos (Pacto de San José). Artículo
3°. Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica. “Toda persona tiene
derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica.”. Artículo 18°. Derecho al
Nombre. “Toda persona tiene derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus
padres o al de uno de ellos. La ley reglamentará la forma de asegurar este derecho
para todos, mediante nombres supuestos, si fuere necesario.”. Artículo 20°.
Derecho a la Nacionalidad. “1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. 2.
Toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació si
no tiene derecho a otra. 3. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad
ni del derecho a cambiarla.”. Si bien es cierto que, en la presente Convención, no
hay referencia explícita al derecho a la identidad, sí se le puede considerar de
modo implícito por lo dispuesto en su “Artículo 29°. Normas de Interpretación.
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el
sentido de: (…) c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser
humano o que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno,…”
cláusula general que, sin duda, incluye el derecho a la identidad y que le da un
sustento suficiente ante una pretensión de amparo del mismo.
Artículo 7°.
1. El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá
derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en
la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.
160
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Artículo 8°.
1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño
a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las
relaciones familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.
Artículo 1° (…)
2. La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá considerarse un
criterio fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las
disposiciones del presente Convenio.
161
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
ley. Con esto se da protección a lo que se ha venido a conceptualizar como “la verdad
personal”11, entre otros bienes jurídicos dignos de tutela. Asimismo, el artículo 4°12,
contenía la denominada cláusula abierta de los derechos que implícitamente reconocía
el derecho materia de este estudio. Cláusula que responde al reconocimiento que
históricamente y de manera paulatina se viene dando a los derechos humanos y que
permite por el desarrollo doctrinal y jurisprudencial, ir incorporando paulatinamente
el reconocimiento positivo de otros derechos.
En este apartado haremos un breve recorrido a las veces en que la Constitución vigente
señala expresamente a la identidad.
11 Artículo 2°. Inciso 5. Apud FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Los 25 años del Código Civil Peruano de
1984. Lima, Motivensa Editora Jurídica, 2009, p. 356. “Verdad personal” como núcleo del derecho a
la identidad.
12 Artículo 4°.- La enumeración de los derechos reconocidos en este capítulo no excluye los demás que
la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que derivan de la dignidad del hombre,
del principio de soberanía del pueblo, del Estado social y democrático de derecho y de la forma
republicana de gobierno.
13 Artículo 19°.- Derecho al nombre. Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre. Éste
incluye los apellidos.
14 Artículo 32°.- Protección jurídica del seudónimo. El seudónimo, cuando adquiere la importancia del
nombre, goza de la misma protección jurídica dispensada a éste.
15 Artículo 2°.- Derechos fundamentales de la persona
Toda persona tiene derecho: 1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su
libre desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.
162
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Asimismo, dentro del Capítulo II17 de los Derechos Sociales y Económicos se señala que
el “… educando tiene derecho a una formación que respete su identidad, así como al
buen trato psicológico y físico”18.
Por otro lado, y dentro del Capítulo VI19 del Régimen Agrario y de las Comunidades
Campesinas y Nativas también se reconoce que el Estado debe respetar la identidad
cultural de aquéllas, en sentido relacional con el Convenio sobre pueblos indígenas y
tribales ya mencionado al hacer referencia al marco normativo supranacional.
Para finalizar las referencias expresas que a la identidad hace la Constitución de
1993, encontramos que en el Capítulo XIII20 Del Sistema Electoral, le asigna a uno
de los organismos constitucionales autónomos21, como es el Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil (RENIEC), la tarea de inscribir los nacimientos, matrimonios,
divorcios, defunciones y otros que modifican el estado civil de las personas; así
como, el deber de mantener el registro de identificación de los ciudadanos y emitir
los documentos que acreditan la identidad de los mismos. Importantísima función si
tomamos en cuenta sólo el Documento Nacional de Identidad, o DNI, que en nuestro
ordenamiento jurídico tiene una doble función, de acuerdo con lo establecido por el
Tribunal Constitucional, pues por un lado permite que el derecho a la identidad se
163
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Luego de haber hecho un recorrido general de la legislación más importante que forma
parte del ordenamiento jurídico peruano sobre el derecho a la identidad, vamos a
desarrollar los aspectos esenciales de este derecho del individuo, como es el derecho
a la identidad personal.
164
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
24 Siverino Bavio, Paula. Persona, Derecho y Libertad. Nuevas Perspectivas. Escritos en homenaje al
profesor Carlos Fernández Sessarego. Lima, Editora Jurídica Motivensa, 2009, pp. 167-168.
25 Ghersi, Carlos A. Derechos fundamentales de la persona humana. Buenos Aires, Editorial “La Ley”,
2004, pp. 142-143.
165
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
La identidad del ser humano, concebida como una unidad inescindible, puede
entenderse desde dos ámbitos o facetas, que la mayoría de la doctrina ha identificado,
como identidad estática e identidad dinámica; así la identidad, siendo una sola, se
presenta en una doble vertiente29.
26 Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la identidad personal. Buenos Aires, Editorial Astrea, 1992,
p. 113.
27 De lo que se desprende que la estructura social no debe colocarse por encima del individuo
distorsionando su realidad existencial.
28 Rivera, Julio César. Apud GHERSI, Carlos A. Derechos fundamentales de la persona humana. Buenos
Aires, Editorial “La Ley”, 2004, p. 142.
29 Fernández Sessarego, Carlos. Los 25 años del Código Civil Peruano de 1984. Lima, Motivensa Editora
Jurídica, 2009, pp. 354-355.
30 El nombre y el sexo, por ejemplo pueden variar legalmente, pero no con la rapidez propios de los
elementos de la identidad dinámica. En estricto, el calificativo de estático, por la razón señalada está
siendo cuestionado.
166
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Que se presenta al ser humano concreto con atributos que no son propios de su
personalidad, o que se los distorsionen o se omitan determinados rasgos que por
su relevancia permitan caracterizarlo de modo completo y cabal, hará que estemos
ante un falseamiento o desfiguración de la identidad personal. Sin embargo, frente
a una situación concreta es evidente, por otro lado, que podemos tropezarnos con
dificultades para diferenciar con nitidez, si se ha producido también la violación de
otros intereses jurídicos tutelados por otros derechos diferentes al de la identidad
personal.
31 Fernández Sessarego, Carlos. Los 25 años del Código Civil Peruano de 1984. Lima, Motivensa Editora
Jurídica, 2009, p. 354.
32 “Verdad personal”, verdad biográfica, verdad histórica.
167
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
33 Es común que con un tratamiento inadecuado de uno o más datos personales, sea
suficiente para afectar a la identidad y a varios otros derechos. Lamentablemente en
el Perú no tenemos una ley general que proteja los datos personales, sólo contamos
con una legislación dispersa que no cumple con una protección adecuada de los datos
de los que somos titulares y que se tratan muchas veces sin nuestro conocimiento
y menos con nuestro consentimiento. Puede verse ZAMUDIO SALINAS, María de
Lourdes. “Perú: La protección de los datos personales”, en Revista de la Facultad de
Derecho de la Unifé, 2010.
168
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
BIBLIOGRAFÍA
• FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Los 25 años del Código Civil Peruano de 1984.
Lima, Editora Jurídica Motivensa, 2009.
169
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
EL DERECHO A LA IDENTIDAD
1. Cuestiones Previas
* Juan Francisco Vergara Gotelli: Ex Presidente del Tribunal Constitucional. Ex Fiscal Superior Provisional
de la Corte Superior de Justicia del Callao, ex Decano del Colegio de Abogados del Callao, ex Vocal
Titular de la Corte Superior de Justicia de Lima por un periodo de 10 años. Ha sido miembro de
la Comisión que redactó el Código Procesal Civil, en representación del Poder Judicial. Profesor
Universitario en la especialidad de Derecho Procesal Civil, miembro fundador y primer Presidente
del Instituto Peruano de Derecho Procesal Civil (INDEPRO). Ex Presidente del Tribunal de Honor del
Colegio de Abogados del Callao, ex Presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor, miembro
de la Comisión de Análisis y Crítica de Resoluciones Judiciales y miembro elegido por la Asamblea
de Delegados de la Comisión de Bienestar Social del Colegio de Abogados de Lima. Autor de la obra
La Reforma del Poder Judicial (comprobaciones, reflexiones y propuestas) del año 2004 y actual
Magistrado del Tribunal Constitucional por un periodo de cinco años.
* Evelyn Piqué Buitrón: Asesora del Tribunal Constitucional del Perú. Pasante en el Tribunal
Constitucional Español. Egresada de la Maestría con mención en Derecho Constitucional y Derechos
Humanos de la Escuela de Postgrado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cuenta con
Estudios de especialización en Derecho Procesal. Egresada del Postítulo en Derechos Fundamentales
del Centro de Educación Continua de la PUCP. Conciliadora Extrajudicial acreditada por el Ministerio
de Justicia. Cuenta con el Diplomado de Alta Especialización en Derecho Procesal Constitucional, por
la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
172
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
mayor desarrollo, hasta verificarse la complejidad que traía aparejada, por lo que en el
trabajo realizado por Eduardo A. Belforte y Gissela G. Zenere, intitulado Derecho a la
Identidad se puede observar una serie de conceptos que se encuentran entrelazados
y sin los cuales no sería posible referirnos a la identidad, puesto que expresan que “La
identidad del ser humano en tanto constituye una unidad, presupone un complejo de
elementos, una multiplicidad de aspectos vinculados entre sí, de los cuales unos son
de carácter predominantemente espiritual, psicológico o somático, mientras que otros
son de diversa índole, ya sea cultural, religiosa, ideológica o política.”. Es ante dicha
realidad que el concepto de identidad se convierte en la unión de varios conceptos
que tienen directa incidencia en el ser humano. No podemos olvidar que el término
íntimamente ligado a la existencia del ser humano perfila a éste como “uno mismo”,
“único”, diferente a los demás, brindándole aquella singularidad de la que gozamos
cada de uno de nosotros como integrantes de la sociedad, debiéndose identificarnos
por cualidades y características que sólo pertenecen a un sujeto, y a nadie más. El
concepto se extiende aún más cuando la identidad no sólo de una persona sino de un
grupo de personas (identidad colectiva), pudiéndolas identificar por sus costumbres,
características, usos, etc., que hacen de dicha comunidad una singularidad en la que
sus integrantes se encuentran unidos por su pertenencia a ella.
2. Concepto
173
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Entonces al expresar que la identidad se traduce al ser humano como único, estamos
señalando que todas sus características y atributos están dirigidos, en su conjunto, a
diferenciarlo de los demás, haciendo al ser humano exclusivo y único.
Las características y atributos a las que hacemos referencia son, por ejemplo,
características físicas, psicológicas, personalidad, creencias filosóficas o religiosas,
principios, etc., las cuales van a formar al ser humano, no sólo física ni psíquicamente,
sino espiritual, ideológica y sentimentalmente, haciendo todo un cuerpo completo
y complejo difícil de repetir en otro ser humano. Juan Carlos Huamancayo Pierrend,
expresa en el libro homenaje Fernández Sessarego, citando a Juan Espinoza Espinoza
que “el hombre en su dimensión de coexistencialidad tiene el derecho a que no se
le deforme, distorsione o desnaturalice su propia personalidad”, expresando en el
mismo acto que la identidad de una persona no implica únicamente sus características
físicas invariables, o su verdad biológica respecto de su origen, sino que se encuentra
174
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
configurada por todos aquellos sentimientos y vínculos sociales y familiares que van
generando durante su desarrollo de infante a adulto y que forman parte de su entorno.
Asimismo que dicho entorno requiere del respeto del íntegro de la sociedad a efectos
de no afectar su personalidad/identidad2.
2 Calderón Puertas, Carlos Alberto y otros (Coordinadores). Persona, Derecho y Libertad. Nuevas
Perspectivas. Escritos en homenaje de Carlos Fernández Sessarego. Artículo de Juan Carlos
Huamancayo Pierrend. Lima, Editora Jurídica Motivenza, 2009, p. 138.
175
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Es así que el principio de dignidad del ser humano no sólo se erige como un valor
supremo que justifica la existencia del Estado y de los objetivos que éste cumple, sino
que se irradia hacia todos los otros derechos, constituyendo su fundamento esencial.
Es en esa línea que en el artículo 1° de la Constitución Política del Perú se expresa que
“La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de
la sociedad y el Estado”, por lo que es evidente la ligazón existente entre la dignidad
humana y el resto de derechos fundamentales. En tal sentido, al existir esta íntima
relación entre el derecho a la dignidad y los demás derechos fundamentales, es claro
que el derecho a la identidad también responde al principio-valor dignidad. Es decir,
el derecho a la identidad como todo derecho fundamental se deriva de la dignidad
inherente del ser humano y como tal es de carácter universal, inalienable, intransferible
e irrenunciable, razón por la cual le pertenece a todas las personas, sin discriminación,
estando obligado el Estado a garantizarlo mediante la ejecución de todos los medios
de los que disponga para hacerlo efectivo.
Es así que a la identidad como derecho fundamental desde que constituye un ámbito
de tutela y protección, residiendo ahí su exigibilidad y ejecutabilidad, otorgándole
a cualquier persona la facultad de reclamar su afectación por un ente estatal o por
uno particular ante los órganos jurisdiccionales. Es bajo esta perspectiva que se ha
señalado que el derecho fundamental a la identidad contiene —como contenido
esencial— el derecho a tener una personalidad, el derecho al nombre y el derecho a
tener una nacionalidad. Cabe señalar que algunos países han ampliado su contenido
esencial; pero en la generalidad coincidimos con la mayoría de doctrinarios. Por ello el
derecho fundamental a la identidad está concebido como todo aquello que le brinda
singularidad y a la vez lo diferencia de los otros seres humanos, por lo que el contenido
esencial expuesto son aquellos que hacen al ser humano único e irrepetible.
176
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
3 Sentencia del Tribunal Constitucional (STC N.° 2273-2005-HC/TC), publicada el 13 de octubre de 2006.
177
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
178
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
4 Calderón Puertas, Carlos Alberto y otros (Coordinadores). Persona, Derecho y Libertad. Nuevas
Perspectivas. Escritos en homenaje de Carlos Fernández Sessarego. Artículo de Paula Siverino Bavio.
Lima, Editora Jurídica Motivenza, 2009, p. 163.
179
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
En el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos se señala (artículo 24°, incisos
2 y 3) que “Todo niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y deberá
tener un nombre.; [y que] Todo niño tiene derecho a adquirir una nacionalidad.”.Y así
podríamos mencionar otra serie de normas nacionales y extranjeras que expresan la
preocupación en buscar el garantizar y proteger el derecho a la identidad y todos los
conceptos afines a él.
Por ello, el derecho a la identidad constituye uno de los supuestos para el libre
desarrollo de la personalidad del ser humano, el que podría verse afectado si el
Estado, o cualquier persona, lo desconocen. El reconocimiento de este derecho resulta
esencial para la construcción de una ciudadanía colectiva, entendida ésta como el
desarrollo del sentido de pertenencia e integración a una determinada comunidad
política en la cual se es sujeto de derechos y obligaciones. En otras palabras, en el
180
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
5 Rabinovich-Berkman, Ricardo. Derecho Civil. Parte General. Buenos Aires, Editorial Astrea, 2000, p. 435.
181
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
182
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Se evidencia entonces que lo que en apariencia parece ser un concepto simple, tiene en
la realidad gran implicancia en el desarrollo de los derechos civiles y políticos e incluso
en el aspecto social, puesto que la identificación del ser humano es una forma por la
que éste puede presentarse ante la sociedad e interactuar en ella, desenvolviéndose
en conformidad con sus exigencias.
Pues bien, dado que hemos examinado aquellos elementos que suelen permanecer
inalterados en el tiempo, pasaremos a evaluar la compleja y riquísima estructura de la
dimensión subjetiva de la identidad.
Debemos señalar que cada ser humano es un ente único, singular, irrepetible y
complejo. Único, en el sentido que comprende tanto la determinación biológica
que integra a nuestros seres como a la psicológica que configura un mundo interno
expresado en la singularidad propia de cada uno, lo que significa distinción de seres
humanos en razón del raciocinio, emociones, capacidad de expresión, etc., que al fin
identifica a ese ser como tal, pudiéndose agregar también manifestaciones propias en
cuanto a las letras, las artes, las ciencias o el silencio mismo, todo lo que convierte a
dicho ser en irrepetible. Independientemente de las explicaciones que determinan la
personalidad condicionada por factores genéticos o por condicionamientos exógenos,
cada individuo se va gestando día a día, no sólo en la niñez y en los naturales cambios
que operan sobre la persona en la adolescencia, sino porque cada hombre y cada mujer
se redescubren y se reinventan cada día, cada hora, cada instante, al comprender lo
complejo de su ser, el cuestionamiento de el porqué de las cosas, el propósito de sus
183
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Pero esa verdad personal con la que se identifica el sujeto, “exige (…) que cuando
alguien se refiera a ‘esa’ persona la describa ‘tal cual es’, con fidelidad a su ‘verdad
personal’”7.
6 Vega Mere, Yuri (1996). “Intimidad, identidad e informática”. En Ius et Praxis. Nº 26, Fondo de
Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima, Lima, p. 55.
7 Vega Mere, Yuri (1996). Op. cit., p. 56.
184
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Una de las sentencias más emblemáticas y controvertidas hasta el día de hoy, caso en
el que precisamente tuvimos un voto singular que consideró que se había abordado
el caso de manera errónea; pero sin negar que dentro de su contenido se expresaban
cuestiones de importancias referidas al derecho a la identidad, relacionadas con el
documento de identificación nacional, el libre desenvolvimiento de la personalidad,
entre otros. Dicha sentencia —STC 2273-2005-PHC/TC— más conocida como el
Caso Karen Mañuca Quiroz Cabanillas, expresó en sus fundamentos 25 y 26, que el
DNI posibilita la identificación personal, constituye un requisito para el ejercicio de
derechos civiles y políticos; así como para el desarrollo de actividades comerciales y
de carácter personal. Más aún, el Tribunal Constitucional dejó abierta la posibilidad
de que la negativa a expedirlo sea causa suficiente de vulneración de otros derechos
fundamentales:
185
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Considero pertinente señalar que a raíz de la invitación que nos hiciera el RENIEC para
participar en la presente publicación, revisamos algunos libros en los que se trataba
de temas singulares constituidos por conflictos que denotan la falta de identificación
y de corroboración al momento de la detención de una persona, trayendo como
consecuencia que en muchas oportunidades se cometan arbitrariedades que afectan
otros derechos, como por ejemplo, el de la libertad individual.
186
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
por el Poder Judicial y su ejecución por la Policía Nacional del Perú (PNP),
con la finalidad de evitar afectaciones a los derechos fundamentales de
las personas con iguales o similares nombres y apellidos al de las personas
requisitoriadas; y el segundo, la falta de implementación del Registro
Nacional de Requisitorias del Poder Judicial, que imposibilitaba la entrega
de certificados de homonimia a los ciudadanos y ciudadanas en libertad que
lo solicitaban. Durante el año 2001, la Defensoría del Pueblo advirtió que
en el Sistema de Identificación de Personas de la PNP, estaba registrado un
total de 855 000 requisitorias, de las cuales el 62% eran ilegales, pues no
contenían los datos de identidad establecidos en la ley.8.
Conforme al artículo 55° de la Carta Fundamental, los tratados celebrados por el Estado
peruano y en vigor forman parte del derecho nacional; por ello es que, los tratados
sobre derechos humanos, ratificados por el Estado, por pertenecer al ordenamiento
jurídico interno, son derechos válidos, eficaces y de aplicación inmediata. En tal sentido,
el Derecho al Reconocimiento de la Personalidad Jurídica si bien no se encuentra
previsto de manera expresa en el texto de nuestra Constitución, encuentra acogida en
el artículo 16° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: “Todo ser humano
tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica”; así
como en el artículo 3° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: “Toda
persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica”.
Así también las instancias internaciones se han pronunciado teniendo por ejemplo
que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la sentencia de fecha 25 de
noviembre de 2000 (Caso Bámaca vs. Guatemala, fundamento 179) señaló lo siguiente:
8 Informes Defensoriales – Informe N.° 118. Afectación de los derechos a la libertad personal e
identidad por mandatos de detención ilegales. Lima, 2007, p. 11.
187
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
188
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
(…)
10. Según el Reglamento de Inscripciones del RENIEC, aprobado por el
Decreto Supremo Nº 015-98-PCM, el Sistema Registral es el “(...) conjunto
de órganos y personas del Registro que tienen a su cargo la ejecución de los
procedimientos administrativos de inscripción a que hacen referencia la Ley
y el presente Reglamento, así como los órganos de apoyo, asesoramiento y
control del Registro”; el Archivo Único Centralizado es la oficina encargada de
recopilar, centralizar, ordenar y custodiar los Títulos Archivados (documentos
que posee el Registro, los cuales sustentan los hechos inscritos), así como
de proporcionar la información necesaria a los diversos órganos del sistema
registral; y el Archivo Personal es aquel que contiene la información sumaria
de los hechos inscritos relativos a cada persona natural.
11. De igual manera, según lo dispuesto por el artículo 8º de la Ley
Nº 26497, para el ejercicio de sus funciones, el RENIEC mantiene
estrecha y permanente coordinación, entre otras entidades, con las
municipalidades provinciales, distritales y de centros poblados menores.
Asimismo, la Primera Disposición Complementaria de la referida norma
dispone que el personal y acervo documentario de las oficinas del
registro civil de los gobiernos locales se incorporan al RENIEC.
189
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Por otro lado, y de manera sucinta, creemos importante mencionar que cada
vez vemos a nivel nacional los conflictos de regiones, pueblos o naciones que se
identifican como grupos humanos protegidos por el Estado en atención a su identidad
como grupo pero distinguidos del resto de la civilidad, por sus propias peculiaridades.
Para ello, mencionaremos que el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) contempla el tema de la identidad bajo la consideración de que se trata
de pueblos identificables por sus costumbres y usos, esencialmente.
Un breve análisis sobre la doctrina que orienta ese tratado podemos iniciarlo desde
el análisis de algunas de las consideraciones establecidas en el preámbulo de dicha
organización:
190
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Artículo 7.1. Los pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir sus
propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida
en que este afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual
y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en
la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural.
Además, dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación
y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional
susceptibles de afectarles directamente.
Por todo esto concluimos señalando que es deber del Estado implementar un sistema
registral para inscribir de manera eficaz, con apoyo obviamente de las instituciones
gubernamentales y municipales, los hechos vitales (nacimiento y defunción) y actos
civiles (matrimonio y demás actos que modifican el estado personal) de sus nacionales
y otorgarles sus documentos de identidad, lo que se verifica actualmente a través
de la expedición de la partida de nacimiento y del DNI. Del mismo modo, respecto
a la nueva perspectiva del derecho a la identidad de los grupos humanos, creo
conveniente mencionar que es el Estado quien debe garantizar este derecho para los
grupos humanos sin que exista de por medio interés alguno, ya que nuestro país se
caracteriza de poseer una población pluricultural.
191
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
192
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
A MANERA DE INTRODUCCIÓN
UN PROBLEMA LATENTE…
Muchos Poderes del Estado, instituciones, así como diversos organismos —tanto
públicos como privados— nos encontramos comprometidos en la lucha contra el
problema de la indocumentación, por lo que estamos en la búsqueda de soluciones
efectivas que permitan a todo peruano registrar su identidad, debiendo acotar que
en la actualidad, observamos un esfuerzo conjunto, destacándose la existencia de
diversos programas, como por ejemplo los que desarrolla la Defensoría del Pueblo1.
*
Jueza Superior Titular de la Corte Superior de Lima. Abogada, egresada de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, con Maestría en Derecho con mención en Derecho Civil. Conciliadora Extrajudicial
con especialización en Derecho de Familia; cuenta con especialización en Derechos Humanos,
Violencia Familiar y Derecho Procesal Civil. Catedrática Universitaria y en cursos de la Academia de
la Magistratura. Fue discente en el Tercer y Quinto Curso PROFA ocupando los primeros lugares.
Es autora de diversos artículos jurídicos; expositora y ponente en eventos académicos nacionales e
internacionales en la especialidad de Derecho de Familia, Derecho Civil y Derecho Procesal Civil.
1 Mediante el programa “Ciudadanía e Identidad” la Defensoría del Pueblo busca desarrollar acciones
de supervisión, defensa, promoción y difusión del derecho a la identidad de todos los peruanos y
peruanas, en especial de aquéllos pertenecientes a los grupos más vulnerables, para que ejerzan
su derecho a la identidad como paso previo a la ciudadanía, logrando su inclusión social. Para
ello se involucrará a las instituciones públicas y privadas, promoviendo el fortalecimiento de la
institucionalidad democrática y los derechos humanos, a fin de contribuir con la construcción de una
cultura de paz en el Perú.
194
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
de las personas y su relación con los registros civiles, que concuerda perfectamente
con lo establecido en nuestra Constitución Política del Perú de 1993, la cual establece
que: “toda persona tiene derecho a la vida, a su Identidad, a su integridad moral,
psíquica y física a su libre desarrollo y bienestar”, debiéndose precisar que también
señala que: “La Comunidad y el Estado protege especialmente al niño y adolescente”2.
Al respecto, debemos acotar que muchas instituciones, entre las que destaca el
RENIEC3, se encuentran poniendo en marcha programas de difusión con la finalidad de
crear conciencia respecto a la importancia y relevancia de inscribir los diversos actos
jurídicos —sobre todo los de índole personal— en los registros públicos.
Conocemos que muchas mujeres, sobre todo de la zona andina o de la selva, alumbran
a sus hijos en sus casas e incluso en las orillas de los ríos, por lo que dichos niños o
niñas no cuentan con los Certificados de Nacido Vivo, documento que es sumamente
importante pues en base a ellos se inscribe al niño en el registro de nacimientos4.
En el ámbito jurisdiccional hemos conocido muchos casos en los cuales los niños
fueron consignados en el Certificado de Nacido Vivo con datos equívocos; por
ejemplo, se señaló que era niña, cuando en realidad era hermafrodita, por lo que
con el paso de los años, creció como un niño en lugar de ser una niña, en tanto, su
identidad se desarrolló más como varón que como mujer. También hemos conocido
195
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
casos en los cuales se consignaron datos equivocados de los padres, lo que conllevó
a que la partida de nacimiento también contenga errores respecto a su parentesco
materno o paterno filial. Finalmente, hemos conocido de casos de adopción por
excepción —prohijamiento— en los cuales los codemandantes, legalmente figuraban
como padres pues el Certificado de Nacido Vivo contenía hechos que no eran ciertos
respecto a la filiación, implicando que la partida de nacimiento también tenga datos
que no correspondían a la realidad, situación que con el tiempo se tuvo que rectificar
debiendo, dichas personas, confesar la verdad sobre la inexistencia de la filiación
biológica para que regularizar la situación legal.
Éste es el caso de una adolescente de doce años que siempre pensó que Luisa y
Juan eran sus padres, cuando realmente ellos habían pagado en un hospital de
provincia para que redactarán un Certificado de Nacido Vivo, como si Luisa hubiera
sido quien alumbró a la adolescente, cuando en realidad ésta fue entregada por su
madre biológica, quien no deseaba tener a su bebé. Ante la comisión de estos actos,
los jueces envían copias certificadas al Ministerio Público, aun conocemos que han
existido muchos casos en los cuales los fiscales no han formalizado denuncias o en los
cuales los jueces penales no han encontrado responsabilidad penal pues consideran
que dichos actos fueron en beneficio de los niños, niñas o adolescentes, quienes
cuentan con una familia que protege su interés superior. Debemos precisar que este
tipo de situaciones, así como la carencia del Certificado de Nacido Vivo, complica la
posibilidad de que dichas personas puedan obtener posteriormente el Documento
Nacional de Identidad (DNI) conforme a su verdad biológica.
Hoy en día se debe orientar a los progenitores sobre la importancia de que el niño sea
registrado y obtenga su Documento Nacional de Identidad, en tanto, ello permitirá
identificarlos plenamente, a fin de evitar actos de sustracción, trata o traslados ilícitos
de niños, niñas y adolescentes.
Cabe acotar que las políticas trazadas en torno a ellos se basan en el interés superior
del niño5, por lo que se priorizan todas las acciones que son más beneficiosas para el
5 Hablamos de interés superior del niño, niña y adolescente cuando hacemos referencia a todo aquello
que es favorable para el desarrollo integral de éstos. Obviamente, éste es considerado como un
principio garantista en la Doctrina de Protección Integral en el Derecho de Infancia.
196
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
desarrollo integral de éstos, lo que lleva a construir una base sólida respecto a su vida
futura y, por ende, de la familia y su comunidad.
Debemos recordar que el primer documento que identifica a una persona después
del alumbramiento es el Certificado de Nacido Vivo; es menester precisar que la
expedición de dicho certificado está generalmente a cargo del Ministerio de Salud o
del médico que intervino en el alumbramiento. Por otra parte, debemos precisar que
el Certificado de Nacido Vivo no es un documento de identidad, pues tan sólo constata
el nacimiento.
Asimismo, se debe acotar que el mencionado documento, luego deberá ser presentado
ante la Oficina de Registro Civil, que se encargará de expedir la Partida de Nacimiento
con la cual el nuevo ciudadano queda inscrito en los Registros Civiles y, por ende, es
un ciudadano peruano que gozará de sus derechos plenamente.
• Porque los lugares donde funcionan las oficinas de Registro están alejados de
su lugar de residencia.
• Limitaciones en los Registros de Nacimientos.
• Discrimación de las madres —sobre todo en las zonas alto andinas o
selváticas— al momento del Registro.
• El desconocimiento de los padres respecto al derecho a la identidad que tiene
todo niño, niña o adolescente.
197
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
La Defensoría del Pueblo, en reiterados informes6, señala que existe una serie de
obstáculos que afectan la inscripción de los nacimientos:
En primer lugar, el cobro de tarifas irregulares. Existen documentos que indican que en
muchas provincias se cobra por la expedición de los Certificados de Nacido Vivo y de
las Partidas de Nacimiento a pesar que dichos trámites son gratuitos. Es así que según
la Defensoría se inspeccionaron 698 Oficinas de Registro Civil comprobando que el
sesenta y tres por ciento cobraba por la inscripción de nacimientos, situación que en
los últimos años casi se encuentra controlada.
Finalmente, debemos recordar que la época de la violencia interna que vivió nuestro
país, en los años 80, dejó huella en los registros civiles, pues muchos fueron destruidos,
saqueados o incendiados parcialmente, por lo que, en consecuencia, existe un número
no determinado de ciudadanos en la sierra central y sur que requieren ser reinscritos,
sobre todo en los departamentos de Junín, Huánuco, Ayacucho y Puno. Debemos
acotar que muchas de estas personas tampoco cuentan con una copia certificada de
su partida por lo que no se cuenta con una fuente probatoria fidedigna al respecto.
Evolución Institucional
198
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
fue creado en julio de 1995 con la finalidad de unificar las distintas organizaciones
que se encargaban de acreditar identidad civil; al respecto debemos acotar que hasta
ese entonces eran las municipalidades las encargadas de mantener los registros
civiles respectivos, por lo que la idea de crear el RENIEC era unificar. En la actualidad,
apreciamos que en muchas municipalidad ya han transferido las partidas de
nacimiento al RENIEC, por lo que si se desea sacar una copia certificada de una partida
debemos acudir a la oficina de dicha dependencia. Respecto a las municipalidades,
existe aún un gran problema y es que éstas no suelen estar interconectadas, por lo que
los registros civiles que funcionan dentro de las municipalidades tampoco lo están,
creando problemas de coordinación, haciendo que los trámites sean más largos y
complicados.
1.- Personas casadas que celebran segundos matrimonios civiles sin haberse
divorciado, convirtiéndose en bígamos y generando matrimonios nulos.
2.- Personas casadas que deciden casarse nuevamente ante otra municipalidad,
generándose dos partidas matrimoniales entre las mismas personas.
3.- Personas que tienen dos partidas de nacimiento con distintos nombres, lo
cual aprovechan para casarse dos veces con dos personas distintas.
4.-Personas que no cumplen con los requisitos para contraer matrimonio civil y
luego acuden ante otra municipalidad casándose en matrimonios masivos.
Por los actos antes expuestos, es importante que el RENIEC asuma plenamente su
función unificadora y simplificadora para la cual fue creado, esfuerzo que debemos
reconocer se está tratando de cumplir en los últimos años.
¿QUÉ ES EL NOMBRE?
El nombre consta de dos elementos: Por una parte, el nombre propiamente dicho, el
cual también se llama ‘nombre de pila’ y, por otra, el apellido, también denominado
199
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
‘nombre de familia’, en tanto, coincide con el primer apellido tanto del padre como de
la madre, acreditando la filiación existente entre el niño y éstos.
Desde el punto de vista de la naturaleza jurídica del nombre, se han dado distintas
teorías:
Por lo tanto, podríamos concluir que desde el punto de vista de nuestro ordenamiento
jurídico, el nombre es una institución mixta (es un derecho y un deber); por un lado,
el individuo tiene el derecho de usar un nombre y defenderlo y, por otro lado, tiene el
deber de tenerlo para ser individualizado dentro de la sociedad.
En cambio, los atributos de la persona han sido definidos como ciertos atributos
jurídicos inseparables de las personas, que constituyen la base y esencia de su
personalidad (la capacidad, el domicilio, el patrimonio).
Dados los conceptos, debemos precisar que existen diversas posturas, algunos
consideran al nombre como un derecho personalísimo; mientras que otros lo
consideran como un atributo de la personalidad. En nuestra opinión, el nombre es un
elemento constitutivo del derecho a la identidad. Así, nuestro Código Civil (artículo
19°) considera a esta institución no sólo como un derecho de la persona, sino también
como un deber que le permite la atribución de sus distintas relaciones jurídicas
producto de los actos jurídicos celebrados. ¿Cuál posición asumiría usted?...
200
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Conforme lo establece nuestra normativa vigente7, todo niño tiene derecho a llevar el
nombre, el cual será establecido por los padres al nacer8.
En aquellos casos de niños en abandono, será la persona responsable de su cuidado,
sea el tutor legal u otro, quien deberá consignarle un nombre aunque se desconozcan
sus apellidos; es así que en sus documentos sólo constará, por ejemplo: Juan Pablo,
Juan Gabriel, José Carlos, entre otros.
Cuando al nacer el niño, los padres se encuentran separados, pueden suceder las
siguientes situaciones:
• Por una parte, que los padres se encuentren casados y el niño haya sido
procreado por ambos cónyuges. En este caso, no existe mayor problema
respecto al nombre del niño, pues los apellidos que le corresponden serán los
de cada uno de ellos.
• Por otra, la madre está casada pero el padre biológico es un tercero ajeno a la
relación matrimonial. En este caso, de acuerdo con el Código Civil peruano, el
niño debería llevar el apellido de los cónyuges, en tanto no sea cuestionada
su paternidad. Esta postura legal atenta contra el derecho a la identidad del
niño, en tanto, éste tiene el derecho a un nombre que corresponda a sus
padres biológicos.
201
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Cabe recordar que, en nuestro país, el RENIEC9 decretó a través de una normativa que
si sólo la madre iba a inscribir a un niño, no se iba a consignar el nombre del presunto
padre, salvo que él acudiera junto con ella.
Es así que el artículo 37º del Decreto Supremo N.° 015-98 del Reglamento del Registro
Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) señalaba que, en el caso de los hijos
extramatrimoniales, si ambos padres no concurren de manera conjunta, el registrador
civil, bajo responsabilidad funcional, no podrá anotar los apellidos del padre que esté
ausente.
Resulta claro que el artículo 37° del Reglamento de Inscripciones del RENIEC no sólo
era inconveniente, sino que también era ilegal, pues aún en el marco del (derogado)
202
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
artículo 392° del Código Civil, no existía en rigor un impedimento para referir el nombre
del progenitor ausente en el acto de inscripción o reconocimiento.
Con esta premisa, debemos precisar que mediante la Ley N.° 28720 se expidió una
importante modificación al interior de la regulación del derecho al nombre en nuestro
Código Civil, la cual facilita el acceso a este derecho de muchos recién nacidos en
nuestro país que por alguna razón carecen de apellidos. En efecto, dicha ley modificó
los artículos 20° y 21° del citado cuerpo legislativo; así como el tratamiento que se
le da a los supuestos en los cuales el padre o la madre efectúen separadamente la
inscripción del nacimiento de un hijo nacido fuera del vínculo matrimonial, permite
que cualquiera de los dos que realice la inscripción revele el nombre de la persona con
quien hubiere concebido dicho hijo.
Asimismo, esta ley establece que el hijo llevará el primer apellido del padre o de la
madre que lo inscribió, así como del presunto progenitor, aunque en este último caso
no se establece vínculo alguno de filiación. Claramente podemos observar cómo las
203
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Además, se precisa que cuando la madre no revele la identidad del padre, podrá inscribir
a su hijo con sus apellidos. En este punto cabe comentar que una de las principales
dificultades prácticas que se presentan en la aplicación de esta norma tiene que ver
con aquellos casos en los que no se pudiera comunicar al supuesto progenitor que se
ha inscrito a un recién nacido con su apellido, por desconocerse su domicilio. En tal
sentido, consideramos que si no es posible ubicar el paradero del supuesto progenitor,
ello no debe detener el proceso de inscripción del hijo con los dos apellidos. Por lo
tanto, el próximo reglamento debería permitir que la notificación de la inscripción,
se haga por nota u otro medio, sin que el costo de ello afecte al progenitor que ha
realizado la inscripción. Consideramos que sólo así se estaría respetando el propósito
buscado por la ley y se tomaría en cuenta el principio del interés superior del niño, en
este caso, el recién nacido.
Ahora bien, a pesar de los beneficios de la modificación introducida por esta ley
en materia del derecho al nombre, cabe precisar la existencia de un error en dicha
norma. En efecto, no podemos hablar de que esta ley regule la inscripción por
204
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
separado del nacimiento de todos los casos de hijos extramatrimoniales, pues, según
lo establecido en el artículo 386° del Código Civil, son hijos extramatrimoniales
los concebidos y nacidos fuera del matrimonio, y no solamente los nacidos fuera
del vínculo matrimonial como señala la norma. Asimismo, de conformidad con la
definición de hijo matrimonial establecida por la presunción “pater est quem nuptiae
demostrant”11 y contenida en el artículo 361° del Código Civil, el hijo nacido dentro de
los 300 días siguientes a su disolución tiene por padre al ex cónyuge. Por lo tanto, un
hijo extramatrimonial, sería aquél concebido y nacido fuera del matrimonio, o nacido
luego de transcurridos 300 días de su disolución. Por lo expuesto, el nuevo artículo 21°
del Código Civil debería contemplar la inscripción por separado de todos los supuestos
de hijos extramatrimoniales. Debiéndose resaltar que el derogado tratamiento
mencionaba el acto de reconocimiento y no el de inscripción del nacimiento del hijo,
dos actos jurídicos distintos, ya que el reconocimiento implica el establecimiento de
una relación paterno-filial; mientras que la inscripción del nacimiento es sólo un acto
administrativo, de carácter declarativo.
Sólo queda esperar que una futura reglamentación de la norma precise concretamente
los alcances de aplicación de esta ley, que tiene muchas aptitudes para ser eficiente si es
aplicada adecuadamente. Por lo que somos de la opinión, que este hecho salvaguarda
los derechos y el interés superior del niño, respecto de los casos de exclusión de
nombre o de usurpación de nombre que posteriormente tanto daño le hace.
Realmente debemos precisar que es muy cierto —salvo excepciones12— que sólo la
madre conoce quién es realmente el padre de su hijo.
Por lo tanto, debemos precisar que toda mujer que ejerce responsablemente su
maternidad, será una madre responsable que, se presume, declarará quién es el
progenitor del niño, niña o adolescente, coadyuvando en el establecimiento de la
identidad filiatoria de su hijo.
205
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
¿QUÉ ES IDENTIDAD?
Desde un punto de vista psicológico, puede decirse que identidad personal es la que
hace que cada quien sea “uno mismo” y no “otro”.
Se trata, pues, de un conjunto de rasgos personales que conforman la realidad de cada
uno y se proyecta hacia el mundo externo permitiendo que los demás reconozcan a
la persona desde su “mismidad”, esto es, en su forma de ser específica y particular.
206
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
otros actos que modifican el estado civil de las personas, además de las resoluciones
judiciales o administrativas que son susceptibles de inscripción.
En el extranjero, los actos se registran ante las representaciones consulares del Perú,
a cargo de funcionarios consulares, las que se constituyen en Oficinas Registrales
Consulares, las mismas que dependen directamente del Ministerio de Relaciones
Exteriores, en lo concerniente a su actividad registral ejerciendo las funciones que
señala el RENIEC. Cabe destacar que son actos inscribibles:
a. Los nacimientos.
b. Los matrimonios.
c. Las defunciones.
d. Las resoluciones que declaran la incapacidad y las que limitan la capacidad
de las personas.
e. Las resoluciones que declaren la desaparición, ausencia, muerte presunta y
el reconocimiento de existencia de las personas.
f. Las sentencias que impongan inhabilitación, interdicción civil o pérdida de
la patria potestad.
g. Los actos de discernimiento de los cargos de tutores o curadores, con
enumeración de los inmuebles inventariados y relación de las garantías
prestadas, así como cuando la tutela o curatela acaba o cesa en el cargo el
tutor o curador.
h. Las resoluciones que rehabiliten a los interdictos en el ejercicio de los
derechos civiles.
i. Las resoluciones que declaren la nulidad del matrimonio, el divorcio, la
separación de cuerpos y la reconciliación.
j. El acuerdo de separación de patrimonio y su sustitución, la separación de
patrimonio no convencional, las medidas de seguridad correspondientes y
su cesación.
k. Las declaraciones de quiebra.
207
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
EL REGISTRO DE NACIMIENTOS
El 28 de noviembre del año dos mil nueve, en el Diario Oficial El Peruano fue publicada
la Ley N.° 29462, que establece la gratuidad de la copia certificada del acta de
nacimiento, la cual equívocamente se le suele llamar “partida de nacimiento”.
1. Inscripción de nacimiento.
2. Expedición de la primera partida de nacimiento.
3. Expedición de la copia certificada de la partida de nacimiento destinada sólo
a obtener el DNI del recién nacido.
4. Expedición del Certificado de Nacido Vivo.
Cabe acotar que la inscripción del nacimiento se hará dentro de los sesenta días
siguientes, después del alumbramiento, en las oficinas registrales correspondientes.
Debemos acotar que en algunos centros de salud, hospitales de ESSALUD, Fuerzas
Armadas, PNP u otras clínicas u hospitales la inscripción del acto de nacimiento
se realizará obligatoriamente en la Oficina de Registro Civil que allí funcione. Es
menester precisar que en algunos lugares de difícil acceso13 se realizará la inscripción
de nacimiento ordinario en un plazo de noventa días calendarios de ocurrido el
alumbramiento.
13 Nos referimos a centros poblados, zona de selva y ceja de selva, zona de frontera, comunidades
nativas y campesinas.
208
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Pasados los sesenta días, los niños, niñas y adolescentes pueden ser inscritos a pedido
o solicitud de sus padres, tutores o hermanos mayores de edad. Para ello, se debe
cumplir con lo siguiente:
209
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Las inscripciones de nacimientos realizadas en las oficinas consulares, así como las
copias certificadas otorgadas por éstas, tienen validez en todo el Perú. Previamente a
su presentación en cualquier institución en el Perú, las copias literales deberán estar
certificadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Asimismo, debemos señalar que en las actas de nacimiento se inscriben los siguientes
actos:
a.- El nacimiento.
b.- El reconocimiento de hijos.
c.- La paternidad o maternidad declarada por resolución judicial firme.
d.- La declaración de paternidad o maternidad por resolución judicial firme de la
acción contestatoria normada en el Código Civil.
e.- Las adopciones, así como su renuncia regulada.
f.- Las rectificaciones judiciales dispuestas de conformidad con el artículo 826°
del Código Procesal Civil, así como las notariales y las previstas en el Reglamento
de la Ley Orgánica del RENIEC.
210
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Asimismo, para los casos en los cuales el asiento registral se lleve a cabo en las Oficinas
Consulares, se notificará por correo certificado y, de ser el caso, por publicación, según
lo establecido en la DI-074-GOR/012, Ley N.° 28720, debiéndose acotar que los gastos
de notificación serán asumidos por el declarante.
14 De conformidad con lo dispuesto por el Reglamento de Inscripciones del RENIEC y la Directiva DI-072-
GOR/011, “Aplicación de los Artículos 46º de la Ley N.° 26497 y 23º del Reglamento de Inscripciones
del RENIEC”, la inscripción extemporánea del nacimiento se efectúa cuando hubiere vencido el plazo
de sesenta (60) días calendario previsto para la inscripción del nacimiento ordinario.
211
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Es preciso destacar que en caso el mayor de edad haya sido declarado judicialmente
interdicto, deberán presentar copia certificada de la Resolución Judicial de Interdicción,
acreditando su relación con la persona a inscribirse con el documento pertinente.
En nuestro país miles de peruanos no tienen sus partidas porque residen en zonas
muy distantes a las poblaciones en las que nacieron. Además, no poseen los recursos
económicos necesarios para tramitar dicho documento. Por ello, el RENIEC se
encuentra gestionando su entrega gratuita, cualquiera sea el lugar de su nacimiento.
212
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Debemos acotar que los derechos de los niños y adolescentes —que se encuentran en
la Convención de los Derechos de Niños— son considerados derechos humanos, por
lo que ellos tienen derecho, desde su nacimiento, a un nombre y a una nacionalidad.
Es así que, como todos los derechos humanos, el derecho a la identidad se deriva de la
dignidad inherente al ser humano, razón por la cual le pertenece a todas las personas
sin discriminación, estando obligado el Estado a garantizarlo, mediante la ejecución de
todos los medios de los que disponga para hacerlo efectivo.
213
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
En este contexto, es importante precisar que según un informe emitido por UNICEF se
calcula que aproximadamente el 15% de los niñas, niños y adolescentes nacidos en el
Perú no son registrados (cerca de 94 mil 200 niños), lo que constituye una violación
del Derecho Humano de todo niño a recibir una identidad desde que nace ya que no
es simplemente carecer de un documento, sino estar en una situación de desventaja
para ejercer sus derechos y ser considerado como parte integrante de la sociedad,
situación que el RENIEC se está preocupando por subsanar.
Ante dicha interrogante, podemos señalar que las principales causas pueden ser:
214
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Finalmente, queremos concluir este artículo citando al papa Juan XXIII quien señaló:
15 Juan XXIII, Pacem in Terris, 9, CE 2536, OGM 213; efr Pío XII, rm 24-XII-1942, CE 347ss, DP-11 840 ss).
215
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
A manera de introducción
*
Juez Supremo Provisional de la Sala Civil Transitoria, Corte Suprema de Justicia del Perú. Especialista
en Derecho Civil, Comercial, Constitucional. Magistrado nombrado por el Jurado de Honor de la
Magistratura en 1994. Primer Presidente de la Sala de Derecho Público de la Corte Superior de Lima.
Ex Presidente del Jurado Electoral Especial de Lima, 1998. Presidente de la Asociación de Jueces para
la Justicia y Democracia, 2000-2001, 2007. Presidente de la Corte Superior de Justicia de Lima periodo
2001-2002. Profesor Principal de la Academia de la Magistratura. Profesor Universitario en la Cátedra
de Derecho Judicial de la Universidad de Lima.
218
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
219
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
I. Identificación jurídica
Pero, esta teoría que recoge Fernández Sessarego tiene, a su vez, fuente en la
Jurisprudencia italiana, la cual pone de relieve tres características del derecho a la
identidad:
220
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
3- Exterioridad. La relación del sujeto con los demás miembros del colectivo. Su
existencialidad misma.
221
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Abordando una dimensión más jurídica que natural, y siguiendo con el análisis de
Ferrari Stella, citando a su vez a D´Antonio, la identidad accesible al derecho es un
presupuesto de la persona considerado como un bien personal titulado por el derecho
objetivo3. Compartimos dicha definición en el sentido que cada persona es propia de sí
y en sí misma. Capaz de actuar y generar derecho, pero ello, a partir precisamente que
tal derecho de acción personal le corresponde en exclusiva a cada individuo. Nadie
puede decidir por otro; salvo el caso de los incapaces obviamente. Pero en condiciones
normales, el bien personal de la persona está entonces determinado por su identidad
misma.
En un plano menos abstracto y más concreto, Siverino Bavio nos refiere que el derecho
a la identidad implica el derecho a la proyección y reconocimiento (legal y social) de la
autoconstrucción personal4. Ello entendemos quiere decir que la tesis de Fernández
Sessarego toma cuerpo material de manera positiva; esto es, que según dicha autora,
para el reconocimiento social del individuo se requiere del reconocimiento legal que
transforme las características intrínsecas, en un sujeto de derechos y obligaciones a
través de la ley. Nada más acertado.
En efecto, y como quiera que para que el individuo pueda transformar sus elementos
intrínsecos en derivados, y teniendo en cuenta que éstos los desarrollará en un
colectivo, debe observar ciertas reglas mínimas de convivencia; pero éstas no podrán
ser identificables para él, en tanto no quede integrado legalmente al colectivo.
Si bien los derechos humanos son naturales a la persona, no obstante para poder
ejercerlos a plenitud, requiere de un mínimo de reconocimiento de orden legal que
lo inserte en la sociedad como sujeto de aquéllos. Por ello, la doctrina coincide en
afirmar que para reclamar y ejercer los derechos individuales, es necesario acceder a la
identidad legal; y es ahí en donde paradójicamente se advierten ciertos inconvenientes
de orden práctico que es entendido como barreras de acceso a la identidad legal.
222
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
En ese orden cronológico, el primer tipo de identidad legal que percibimos es la Filiación.
El artículo 19º del Código Civil peruano5 es la norma que materializa los derechos de
la persona nacida viva a través del reconocimiento de sus nombres y apellidos. Nótese
que la norma positiva no sólo acoge el derecho de la persona humana a su nombre,
sino establece el deber de llevarlo. Si bien la identidad de la persona humana como
derecho implica el reconocimiento de sus elementos intrínsecos, es necesario que
asuma el deber de llevar un nombre para desarrollar los elementos derivados. Sin
embargo, la pregunta apuntaría a cuestionar la imposición de un deber de quien no
ha tenido la capacidad de decidir su nombre mediante el acto jurídico de la filiación.
5 Artículo 19º. Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre. Éste incluye los apellidos.
223
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
que adquiere capacidad jurídica para ejercer sus derechos; de ahí, la obligación de
inscribirse en los registros civiles correspondientes.
La filiación civil, por lo tanto, puede definirse como el acto de identificación primario
que obtiene un individuo a través del reconocimiento de su nacimiento e identificación
parental. Sin embargo, el hecho que este segundo elemento no se pueda presentar en
los hijos no reconocidos a través de la partida de nacimiento, no le resta identidad
al nacido vivo. En todo caso, queda el camino para el reconocimiento de la filiación
judicial a través de un debido proceso.
6 Artículo 3°. - La inscripción en el Registro es obligatoria. El derecho a solicitar que se inscriban los
hechos relativos a la identidad y estado civil de las personas es imprescriptible e irrenunciable.
Son hechos inscribibles, los siguientes:
a) Los nacimientos.
b) Los matrimonios.
c) Las defunciones.
d) El nombramiento de curador interino a que se refiere el artículo 47° del Código Civil.
e) La declaración de ausencia de las personas por resolución judicial firme.
f) La designación de administrador judicial de los bienes del ausente por resolución judicial firme.
g) La imposición de interdicción civil por resolución judicial firme.
h) La imposición de suspensión, extinción y restitución de la patria potestad por resolución judicial
firme.
i) La imposición de incapacidad para el ejercicio de la patria potestad, tutela o curatela por
resolución judicial firme, de conformidad con el inciso 5) del artículo 36° del Código Penal.
j) La determinación de la patria potestad por resolución judicial firme, de conformidad con el
artículo 421° del Código Civil.
k) La imposición de la pérdida de la administración y del usufructo de los bienes de los hijos así
como su restitución por resolución judicial firme.
l) La declaración de tenencia del menor y su variación, por resolución judicial firme.
m) Los actos de discernimiento de los cargos de tutores, guardadores o curadores, con enumeración
de los inmuebles inventariados notarial o judicialmente y la relación de las garantías prestadas,
así como cuando la tutela, guarda o curatela acaba, o cesa en el cargo el tutor, guardador o
curador.
n) La rehabilitación de los interdictos en el ejercicio de sus derechos civiles por resolución judicial
firme.
o) Las declaraciones judiciales de quiebra.
p) Las naturalizaciones, así como la pérdida y recuperación de la nacionalidad.
q) Las resoluciones que declaran la nulidad de matrimonio, el divorcio, la separación de cuerpos
y la reconciliación.
r) El acuerdo de separación de patrimonio y su sustitución, la separación de patrimonio no
convencional, las medidas de seguridad correspondientes y su cesación.
s) Las sentencias de filiación.
t) El reconocimiento de hijos.
u) Las adopciones.
v) Los cambios o adiciones de nombre.
w) Las anotaciones preventivas sobre restricciones de facultades del titular de la inscripción y/o de
las resoluciones que a criterio del juez deban ser inscritas preventivamente.
x) Los demás actos que la ley señale.
224
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Al margen del listado del artículo 3º del Reglamento del RENIEC antes comentado, todas
aquellas modificaciones del estado civil de la persona merecen igual obligatoriedad
de inscripción. El que se da por causa del matrimonio o su conclusión vía el divorcio,
la soltería como estado natural y la viudez; son actos de estado civil de obligatoria
inscripción.
En todos ellos la ratio legis está comprendida en este caso, más que por el ejercicio de
un derecho personalísimo en cuanto al estado civil. Es básicamente una justificación
de orden patrimonial para establecer la calidad de los bienes de las personas, los
cuales estarán ligados estrechamente al estado civil de las personas. No es pues tanto
la obligación derivada del registro de su sentimiento de la vida afectiva, sino de sus
consecuencias, a través de la disposición patrimonial que se crea por ley mediante la
adopción de los derechos civiles del matrimonio, el divorcio y la sucesión del cónyuge
causante.
Por lo tanto, se puede afirmar válidamente, que el registro cumple un papel subsidiario
de protección a los derechos patrimoniales de las personas vinculadas por lazos
afectivos generadores de estados civiles, más que de simple identificación de los
mismos.
225
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Como se indica, este grupo abarca todos aquellos datos de información que permitan
identificar aún más a las personas. Que no sólo sean simplemente identificadas a través
de la consignación de sus nombres y estados civiles, sino que puedan peculiarmente
ser diferenciadas de todo un gran género.
Esta clasificación persigue dos grandes objetivos: uno propio y otro común. El
primero, referido exclusivamente a la plena identificación del individuo para que sea
diferenciado del resto de ciudadanos; además, para lograr su identificación plena por
innumerables causas. Identificación de fallecidos como NN, búsqueda de personas
desaparecidas, aclaración de homonimias, definición verdadera del nombre ante la
concurrencia de “alias”, etc. Como se precia, estas causas afectan sólo y únicamente al
individuo que aparece en el registro.
226
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
También, que como consecuencia de todo ello, el Estado puede planificar adecuada y
oportunamente sus grandes políticas sociales, para la protección de los ciudadanos en
general. Políticas preventivas y restauradoras, como protección a los discapacitados,
seguridad social, cuidado a personas de la tercera edad mediante regímenes
adecuados, etc.
227
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Y
EL PROBLEMA DE LA INDOCUMENTACIÓN
*
Especialista legal para la mejora de procesos operativos del Sistema de Administración de Justicia.
Consultora internacional con 25 años de experiencia en diseño y dirección de proyectos sociales con
gobiernos locales y regionales. Profesora Principal en la especialidad de “Teoría del Estado, Ética y
Realidad Social” en la Academia de la Magistratura; profesora del curso Introducción a la Metodología
de la Investigación Jurídica y Miembro del Consejo Editorial de la Revista de la Facultad de Derecho de
la Pontificia Universidad Católica del Perú; profesora de los cursos de Legislación del Sector Agrario,
Registral y Notarial en la Universidad Nacional Agraria La Molina.
1 Tugendhat, Ernst. “Identidad Personal, Nacional y Universal”. En Ideas y valores. Santa Fe de Bogotá,
1996, N.° 100, p.4
2 No queda claro si es en 1946 o en 1956, pues el autor hace referencia más adelante que el desarrollo
del concepto de identidad lo realiza Erikson en su libro El problema de la identidad del yo en 1956.
230
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
231
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
La pregunta que engloba por la identidad es entonces ¿cómo quiero vivir, cómo quiero
organizar mi futuro dentro de los límites estrechos de la libertad?
Otro enfoque muy interesante y que nos permite identificar mejor el concepto de
identidad es el de la relación entre la identidad y los procesos sociales. El proceso de
la identidad hasta ser un individuo adulto presupone, ineludiblemente, la pertenencia
a un sistema social concreto. Las formas de interacción dinámica entre identidad y
procesos sociales como lo describe Peter Berger:
4 Ibid., p. 9.
5 Id.
232
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
La identidad se forma por los procesos sociales y las relaciones sociales la mantienen,
la modifican o incluso reforman.
La identidad se la percibe como dinámica, en tanto que el sujeto tiene una partición
activa en las estrategias que forman parte de las prácticas sociales (parafraseando a
Foucault). Así:
6 Berger, P. y Th. Luckmann. “La construcción social de la realidad”. Amorrortu, Buenos Aires, 1972,
216, en AYMERICH, Ignacio, “Identidad individual y personalidad jurídica”. Anuario Filosófico XXVI/
2- Universidad de Navarra, 1993, pp. 395-396.
7 Ymerich, Ignacio. Op. cit., pp. 397-398.
8 Ibid., pp. 398-399.
233
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
origen jurisprudencial, esto debido a que ante la casi habitual inercia del legislador
en la revisión y actualización de los Códigos ha correspondido a la jurisprudencia la
creación supletoria de derechos que amparen intereses existenciales no tutelados
legislativamente, colmando así un vacío o supliendo una deficiencia u oscuridad de
la ley9.
También refiere11 que la Corte de apelaciones de Milán, mediante fallo del 22 de mayo
de 1964, expresaba que el derecho a la identidad personal exige que “la figura de un
individuo no pueda ser falseada”; luego la Corte Suprema de Italia, mediante fallo del
13 de julio de 1971, define al derecho a la identidad personal como “el derecho de cada
individuo a ser reconocido en su peculiar realidad”, lo que supone reconocerlo con los
“atributos, calidad, caracteres, acciones, que lo distinguen respecto a cualquier otro
individuo”. Pero, es sin lugar a dudas el pronunciamiento del Pretor de Roma, de fecha
6 de mayo de 1974, que por primera vez, y a partir de un pronunciamiento judicial,
que se hace referencia a la identidad personal como un nuevo interés del ser humano
digno de ser tutelado por el derecho. Este autor refiere que correspondió a los jueces
descubrir que, con independencia de algunos derechos específicos de la persona
9 Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la identidad personal. Buenos Aires, Ed. Astrea, 1992, p 45.
10 Ibid., p. 54.
11 Ibid., pp. 55-57.
234
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Ante este hecho, el juez encontró que mediante el afiche publicitario se habían
lesionado dos derechos subjetivos de las personas involucradas en la propaganda
electoral: el derecho a la imagen y el derecho a la identidad personal. El derecho a
la imagen, tipificado en el artículo 10° del Código Civil italiano pues las imágenes que
aparecían en el cartel publicitario habían sido utilizadas sin el expreso consentimiento
de los interesados, requisito indispensable así señalado en la legislación. El derecho
a la identidad personal, no regulado en el ordenamiento jurídico, pero sustentado
en una “cláusula general” de rango constitucional, el juez encontró que se había
desnaturalizado hasta en tres oportunidades la identidad personal de los sujetos,
cuyas imágenes se reproducían en el cartel publicitario:
12 Macioce, Francesco. Tutela civile della persona e identitá personale. Papua, CEDAM, 1984, p. 4; en
Fernández Sessarego, Carlos. Nuevas tendencias en el derecho de las personas. Lima, Universidad de
Lima, 1990, p. 151.
235
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
En este fallo se reconoce por primera vez el “Derecho de cada uno a que no le
desconozcan sus propias acciones”, a que “no le atribuyan la paternidad de acciones
que no le son propias”, en definitiva que no se vea “alterada la propia personalidad
individual”13.
13 Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la identidad personal. Op. cit., pp. 58-59.
14 Fernández Sessarego, Carlos. “Daño a la identidad personal”. En Revista Thémis 2da época. Lima,
Pontificia Universidad Católica del Perú, N.° 36, 1997, p. 248.
15 Pero por ejemplo se puede solicitar el cambio de nombre a la autoridad judicial, en lo que se refiere
a la talla ésta varía permanentemente durante la etapa de crecimiento hasta que la persona llega a la
edad adulta en donde las variaciones de la disminución de la talla son menos sensibles.
16 Fernández Sessarego, Carlos. Loc. cit.
17 Ibid., p. 249.
236
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Este derecho a “ser uno mismo” es construido por la persona en su desarrollo y paso
por la vida. Desde el momento que la persona nace, en el círculo social y familiar
en el que se encuentra y por las diferentes elecciones que realiza en la construcción
de su paso por la vida, en lo político, en los aspectos morales, éticos, religiosos, las
actividades a las que se dedica y por la proyección de todo esto a la sociedad.
18 De Cupis, Adriano. I diritti della personalitá, p. 399. En FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho a la
Identidad personal, pp. 105-106.
237
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Esta específica situación jurídica subjetiva faculta al sujeto a ser socialmente reconocido
tal como “él es” y, correlativamente, a imputar a los demás el deber de no alterar la
proyección comunitaria de su personalidad. La identidad personal es la “manera de
ser” como la persona se realiza en sociedad, con sus atributos y defectos, con sus
características y aspiraciones, con su bagaje cultural e ideológico. Es el derecho que
tiene todo sujeto a “ser él mismo”19.
19 Fernández Sessarego, Carlos. “Nuevas tendencias en el derecho de las personas”, Op. cit., p. 201.
20 Landa Arroyo, César. Los derechos fundamentales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
Lima, Palestra, 2010, p. 112.
21 (FJ 23). Nº 02273-2005-PHC/TC .
238
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad
mediante un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando
son citados por cualquier autoridad.
Incluso en el artículo 89° establece que además del castellano, también son lenguas
oficiales el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes en las zonas donde
predominen. De esta manera el constituyente otorga una protección fundamental a los
ciudadanos y ciudadanas peruanas que pertenecen a otros grupos etnolingüísticos y
que, muchas veces, cuando se encuentran frente a las autoridades no tienen posibilidad
de interactuar con ellas por el idioma. Si bien éste es un derecho constitucionalmente
consagrado, su aplicación en la práctica deja mucho que desear.
19. (…) “Si bien se trata de conceptos jurídicos indeterminados, este Tribunal
considera que se trata de dos ámbitos de protección de la identidad cultural,
entendidos como identidad de un grupo social y también como expresión
cultural general. Por un lado se trata de la identidad de los grupos étnicos,
es decir, de “(...) aquellas características, cualesquiera que puedan ser que,
al prevalecer dentro del grupo y distinguirlo de los demás, nos inclinan a
considerarlo un pueblo aparte. Para el hombre de la calle un pueblo es el
equivalente de lo que el informado llama un grupo étnico” (Azkin, Benjamín,
Estado y Nación, FCE, México, 1968, p. 34); y, por otro, de la identidad cultural
general, esto es, de la identidad de todo grupo social que se genera en el
proceso histórico de compartir experiencias y luchas sociales comunes para
autodefinirse como pueblo. Por ello, puede afirmarse que entre identidad
cultural e identidad étnica existe una relación de género a especie.
22 http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/00006-2008-AI.html
239
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
240
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Identidad étnica, dice la sentencia del Tribunal, constituye “la especie”. Por lo general,
cuando se habla de grupos étnicos como sujeto de protección se hace referencia a
los denominados pueblos indígenas (agrupados en Comunidades Campesinas o
Comunidades Nativas), aquellos que, pertenecen a distintas familias etnolingüísticas.
Por lo general grupos humanos preexistentes al periodo colonial.
El Convenio 169 de la OIT, ratificado por el Estado peruano, considera como ámbito
de aplicación del mismo “a los pueblos tribales en países independientes, cuyas
condiciones sociales, culturales y económicas les distingan de otros sectores de
la colectividad nacional, y que estén regidos total o parcialmente por sus propias
costumbres o tradiciones o por una legislación especial”; y a los pueblos “considerados
indígenas por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una
región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o la colonización
o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea
su situación jurídica, conserven todas sus propias instituciones sociales, económicas,
culturales y políticas, o parte de ellas”.
Este convenio toma en cuenta el aspecto subjetivo al hacer referencia que la “conciencia
de su identidad o tribal deberá considerarse un criterio fundamental para determinar
los grupos a los que se aplican las disposiciones del presente Convenio”.
241
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
242
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
243
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
En esta norma pareciera que los derechos reconocidos al niño y al adolescente son
los relacionados a los aspectos estáticos de la identidad: el derecho al nombre, el
reconocerlo por características físicas, la vinculación con los padres (según la
clasificación de Fernández Sessarego); sin embargo en él encontramos que se hace
referencia “al desarrollo integral de su personalidad”, consideramos que se incorporan
los aspectos dinámicos de la personalidad.
Con la aparición del Estado moderno, en donde éste debe asumir una serie de roles
orientados a regular las relaciones entre los individuos y, entre éstos y el Estado, surge
la idea de identificar a cada ciudadano mediante un documento, en principio, para
poder ordenar la administración y los servicios que brinda ésta en beneficio de los
ciudadanos. Así, la Ley Orgánica del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil,
Ley N.° 26407, establece:
244
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Con lo que el Estado peruano ha marcado la pauta que para que las personas que
quieran hacer uso de su ejercicio de personalidad, para el derecho deben contar
con este documento24. Al respecto, el Tribunal Constitucional, en relación con el
Documento Nacional de Identidad, EXP. Nº 4444-2005-PHC/TC25, precisa que:
21. (…), en nuestro ordenamiento jurídico, el DNI tiene una doble función;
por un lado, permite que el derecho a la identidad se haga efectivo, ya que
posibilita la identificación precisa de su titular; y, por otro, es un requisito para
el ejercicio de los derechos civiles y políticos que se encuentran consagrados
en la Constitución Política del Perú. Dicho documento, además, es esencial
para el desarrollo de actividades comerciales, trámites judiciales y otros de
carácter personal, de modo que su carencia comporta una limitación de
varios derechos ciudadanos, uno de los cuales está referido a la libertad
individual, razón por la que este Colegiado se considera habilitado para
emitir pronunciamiento sobre el particular.
Y ello por cuanto el artículo 2.1 de la Constitución expresamente refiere que
toda persona tiene derecho a la identidad, derecho que comprende tanto al
derecho a un nombre —conocer a sus padres y conservar sus apellidos—, el
relativo a tener una nacionalidad y la obligación de que el Estado reconozca
su personalidad jurídica.
24 El DNI debería consignar el nombre (sin los apellidos) del padre y la madre, lo que reduciría en parte
los problemas de homonimia actualmente existentes.
25 http://tc.gob.pe/jurisprudencia/2006/04444-2005-hc.html
245
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Adicionalmente, a la cifra de personas que no cuentan con DNI, hay que aumentarle
la de los niños y niñas menores de 18 años que no cuentan con partida de nacimiento.
Según el Censo Nacional del 2007 esta cifra ascendía a 277 596. Esto constituye uno
de los principales problemas del Estado peruano, por ello ya el “Plan Nacional de
Restitución de la Identidad: documentando a las personas indocumentadas 2005-
2009”, reconocía esta situación, por lo que señaló:
26 El Programa Juntos, que viene dando importantes resultados para combatir la pobreza en nuestro
país, del 2005 a enero del 2010, ha logrado otorgar el DNI a 107 085 mujeres titulares beneficiarias
del programa, que antes del mismo eran indocumentadas. Si bien este gran esfuerzo ayuda a reducir
la brecha, no la elimina.
27 http://www.reniec.gob.pe/portal/grias/LIBRORENIECFINAL.pdf p42
246
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Este medio millón de peruanos y peruanas que no tienen su DNI, no cuenta con la
herramienta que el Estado nos otorga a los ciudadanos y ciudadanas para “todos
los actos civiles, comerciales, administrativos, judiciales y, en general, para todos
aquellos casos en que, por mandato legal, deba ser presentado.”. (Artículo 26° de la
Ley Orgánica del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil). En este mismo
sentido, la Ley N° 27444, que regula el Procedimiento Administrativo General, en
su artículo 113° señala que “Todo escrito que se presente ante cualquier entidad
debe contener “Nombres y apellidos completos, domicilio y número de Documento
Nacional de Identidad…”. Con lo que más de medio millón de personas adultas en el
país no pueden interponer ninguna acción administrativa ante el Estado peruano.
Por lo que viendo al Estado peruano desde la perspectiva de los que nada tienen,
de los pobladores analfabetos o semianalfabetos, campesinos (234 532) o migrantes
asentados en zonas marginales (329 955) que no cuentan con partida de nacimiento
y menos con DNI ven al Estado peruano como “un monstruo grande y pisa fuerte”28.
28 Recordemos cómo en el periodo de la lucha contra el terrorismo, las fuerzas del orden asumían que
si una persona no tenía su DNI era sospechoso de terrorismo, por lo que inmediatamente era privado
de su libertad. Y no era puesto en libertad hasta que uno de los familiares le traía “sus documentos”.
247
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
las autoridades intervienen una persona varón, pobre y sin documentos, asumen de
inmediato que se trata de un delincuente.
De los datos obtenidos en el Censo del 2007, el INEI realiza el siguiente análisis:
Por otro lado, señala las actividades económicas a las que se vinculan los
indocumentados:
En las políticas de Estado, aprobadas por los distintos grupos políticos, como primer
objetivo: “Democracia y Estado de Derecho”, en la primera política de “Fortalecimiento
del Régimen Democrático y del Estado de Derecho” señalaron que el Estado “fomentará
248
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Por su parte, en el proyecto del “Plan Perú 2021. Plan Estratégico de Desarrollo
Nacional”, documento elaborado por el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico
(CEPLAN), establece como eje 1: “Derechos Fundamentales y dignidad de las personas”,
el Objetivo específico 1: “Vigencia plena y efectiva de los derechos y libertades
fundamentales”.
31 CENTRO NACIONAL DE PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO (CEPLAN). Plan Perú 2021. Plan Estratégico de
Desarrollo Nacional. Proyecto para la discusión. Lima, Editora Diskcopy SAC, 2010, p. 146.
249
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Con relación a los planes de gobierno, también debemos mencionar el “Plan Nacional
de Restitución de la Identidad: Documentando a las Personas Indocumentadas 2005-
2009”, elaborado por el RENIEC el año 2005.
La Defensoría del Pueblo, por su parte, mediante Resolución Administrativa N.° 056-
2009/DP-PAD, de fecha 10 de agosto del 2009, ha aprobado el Manual de Operaciones
del Programa Identidad y Ciudadanía, en virtud del cual tiene como objetivo contribuir
con la inclusión social de la población más vulnerable.
Existe entonces intención política de los organismos del Estado de reducir y, si fuera
posible, erradicar el problema de la indocumentación en el país. Pero, mientras esto
no se logre los ciudadanos, servidores y funcionarios públicos deben ser conscientes
que el derecho a la identidad está muy por encima de la presentación del Documento
Nacional de Identidad de las personas.
32 Ibid.
250
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
33 http://tc.gob.pe/jurisprudencia/2008/02432-2007-HC.html
34 Ibid., párrafo 12.
251
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
Es clave que el Estado y sus funcionarios tomen conciencia de esto a fin de evitar
agravar la situación de desprotección que existe en relación con los indocumentados.
Una primera posibilidad es la que el Estado brinde sus servicios sin necesidad de exigir
a los ciudadanos que muestren su DNI. Si bien la Ley N.° 26407, Ley Orgánica del
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil establece, en su artículo 26°, que
el DNI constituye “la única cédula de Identidad Personal para todos los actos civiles,
comerciales, administrativos, judiciales y en general, para todos aquellos casos en
que, por mandato legal, deba ser presentado”, no señala, al menos expresamente, que
es necesario portar el mismo cada vez que uno necesite ingresar a una dependencia
pública, incluso solamente para obtener información, información que muchas veces
está colocada en la web y para la cual no es necesario acreditar poseer un DNI. Ésta
es una práctica adoptada por muchas dependencias públicas, la que consideramos
atenta con ese medio millón de peruanos mayores de 18 años que no cuentan con el
DNI.
Otra posibilidad, que no es excluyente con la anterior, es que el Estado asuma de una
manera mucho más eficiente y comprometida la responsabilidad de garantizar que
cada uno de los nacidos en este país sean sujetos de derechos, deberes y obligaciones e
impulsar masivamente el otorgamiento del DNI desde el momento que nacen o desde
muy temprana edad. Algunos programas sociales han incluido esto como parte de sus
252
EL DERECHO A LA IDENTIDAD Capítulo III
253
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
A su vez, dentro de la categoría de los derechos subjetivos, hoy es pacífica la tesis que
califica tal derecho como un derecho de la personalidad, ya sostenida en el siglo XIX
por autores hoy clásicos (Gierke, Ferrara, etc.), debiendo entenderse definitivamente
superada su asimilación a los derechos de familia o de propiedad. Igualmente, deben
entenderse hoy superadas las reticencias para la aceptación del carácter de auténticos
*
Registrador adscrito a la Dirección General de los Registros y del Notariado (en lo sucesivo a
esta institución se le denominará DGRN). Miembro de la Comisión Internacional del Estado Civil.
Diplomado en Derecho Europeo.
258
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Pero, no sólo los nombres y apellidos de los españoles constan en el Registro Civil
español. En ocasiones, el nombre y apellidos de un extranjero deben acceder también
al Registro Civil español; por ejemplo, en caso de que el extranjero haya nacido en
España. En dichos casos, la competencia de las autoridades registrales españolas
deriva del artículo 15° Ley de Registro Civil (en lo sucesivo, LRC). Es por ello que tales
autoridades, esto es, los Encargados de los Registros Civiles Municipales y Consulares
españoles y también la Dirección General de los Registros y del Notariado tienen la
necesidad de conocer la ley aplicable en tales casos internacionales.
Es en este contexto en el cual hay que situar el nuevo Convenio (N.º 31) sobre el
reconocimiento de apellidos, aprobado por la Asamblea General de la Comisión
Internacional del Estado Civil durante su reunión de Antalya (Turquía), en septiembre
de 2005.
Este Convenio continúa la obra emprendida desde hace medio siglo por la Comisión
Internacional del Estado Civil en materia de nombre y apellidos de las personas. El
primer paso en este proceso se dio con el Convenio N.° 4 (hecho en Estambul, el 4
de septiembre de 1958) relativo a los cambios de apellidos y de nombres que obliga
259
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Por su parte, el Convenio N.° 21 (La Haya, el 8 de septiembre de 1982, en vigor para
España desde el 1 de julio de 1988) relativo a la expedición de un certificado de
diversidad de apellidos quiso facilitar a estas personas la prueba de su identidad, pero
dejó subsistir las causas de estas divergencias.
Son competentes para expedir el certificado las autoridades del Estado parte del que
el sujeto es nacional y las autoridades del Estado parte por cuyas leyes se le atribuye,
aunque sea nacional de otro Estado, un apellido diferente del que resulta de la
aplicación de su ley nacional.
260
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Pues bien, particular importancia tiene para la comprensión del nuevo Convenio,
aprobado sobre reconocimiento de apellidos su principal antecedente, esto es, el
Convenio de Munich de 1980, cuyas líneas fundamentales se examinan a continuación.
El Convenio de Munich fija la ley aplicable al nombre y apellidos de las personas físicas,
incluyendo todas las personas físicas, ya sean hijos “legítimos” o no, matrimoniales o
extramatrimoniales, adoptivos o no.
261
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Desde un punto de vista crítico, se ha afirmado por algunos autores (Calvo Caravaca
y Carrascosa González) que el punto de conexión retenido por el artículo 1° del
Convenio de Munich, nacionalidad de la persona física, es criticable al prescindir de la
aplicación de Derechos correspondientes a países que pueden estar más vinculados
con la situación, y por considerar más acorde con el principio del derecho al libre
desarrollo de la personalidad, las normas de conflicto que admiten la denominada
autonomía de la voluntad conflictual, permitiendo la elección entre la ley nacional
y la ley del país de residencia habitual del sujeto, proponiendo a estos efectos como
modelo el artículo 37° de la Ley de Derecho Internacional Privado de Suiza de 1987.
Pero como después se indicará, tampoco la solución a la que llega el Tribunal de Justicia
de las Comunidades Europeas (en lo sucesivo, TJCE)1 en el caso “García Avello” pasa
por la aplicación de la ley más vinculada al caso, pues hace prevalecer en supuestos
de binacionalidad la ley en conflicto menos conectada al supuesto de hecho, esto
es, la de la nacionalidad no coincidente con la de la residencia habitual. De hecho la
solución del Tribunal tampoco se adapta a los Derechos que acogen el denominado
principio de la autonomía conflictual, permitiendo al interesado optar entre la Ley de
la nacionalidad y la de la residencia habitual.
1 Nota del Editor: Institución creada en 1952 por el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea del
carbón y del acero.
262
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Precisando el ámbito de la ley nacional del sujeto, se ha de señalar que ésta regula
la determinación del nombre propio y de los apellidos de la persona física, la lengua
en la que pueden figurar el nombre y apellidos, nombres admisibles y rechazables, el
procedimiento y requisitos del cambio de nombre y apellidos, la alteración del orden
de los mismos y la determinación de las personas legitimadas para elegir el nombre
del recién nacido.
El Convenio también da respuesta al interrogante sobre ¿cuál es la ley que rige las
llamadas “cuestiones previas” a la determinación del apellido de la persona física? El
263
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
apellido de una persona puede depender de una cuestión previa como su filiación,
matrimonio, adopción, etc. El artículo 1°, Nº 1 in fine del Convenio de Munich dispone
que: “las situaciones de que dependan los nombres y apellidos se apreciarán según la
ley de dicho Estado”, si bien sólo a los efectos de determinar el nombre y apellidos de
las personas concernidas. Así, por ejemplo, en el caso de una adopción constituida ante
un juez español respecto de un menor de edad extranjero y a favor de un matrimonio
también extranjero, será la ley nacional del menor la aplicable para valorar la validez
de la adopción y no la ley española reclamada por el artículo 9°, Nº 5 del Código Civil.
La regla ha sido criticada porque hace variar el estatus jurídico del sujeto, según
la cuestión se plantee como previa o principal. En realidad, se trata de una regla
introducida en el Convenio de Munich para propiciar que los Encargados de Registros
Civiles apliquen sólo una ley a todas las cuestiones relativas al nombre: la ley nacional
del sujeto.
Por el contrario, la responsabilidad civil por uso indebido del nombre y apellidos de
la persona física se rige por la ley designada por el artículo 10°, Nº 9.I del Código civil,
esto es, la ley del lugar donde hubiere ocurrido el hecho de que derive, pues se trata
de un supuesto de responsabilidad no contractual.
La ley designada por el Convenio de Munich sólo puede dejar de aplicarse en dos
casos:
1º) Si la ley estatal designada resulta ser manifiestamente incompatible con el orden
público (artículo 4° del Convenio). Los supuestos de contradicción con el orden
público español pueden ser muy variados: Leyes de Estados que permitan un
cambio absolutamente libre de apellido, o la imposición de apellidos vejatorios o
de nombres discriminatorios por razón de sexo, raza, religión, etc., las que obliguen
a la mujer casada a adoptar el apellido del marido en contra de su voluntad, etc.
En caso de intervención del orden público internacional, procede la aplicación de
la ley material española como Lex Fori.
2º) En caso de que resulte imposible conocer el Derecho extranjero aplicable (artículo
5° Convenio), supuesto que puede producirse por una prueba incompleta o
264
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
insuficiente del Derecho extranjero o por una total falta de prueba de dicho
Derecho extranjero. En estos casos, se aplicará la ley de la autoridad que conoce
el caso (Lex Fori).
Por ello, el reenvío no puede admitirse, ya que sería otra causa de no aplicación de
la ley extranjera, pero no prevista por el Convenio. En esta línea, la Dirección General
de los Registros y del Notariado, cuando ha aplicado el Convenio ha entendido que
se trata de un Convenio de ley aplicable que señala la ley estatal material que rige el
nombre de la persona física. En consecuencia, en ningún caso la Dirección General
de los Registros y del Notariado ha entendido el artículo 1° del Convenio como una
norma que resuelve un “conflicto de sistemas” y que remite al Derecho Internacional
Privado del Estado, del que es nacional el sujeto. Tan sólo cabe dudar acerca de la
admisibilidad, ante la laguna del Convenio, del reenvío de retorno o de primer grado,
por aplicación del artículo 12° del Código Civil.
Aplicación del artículo 9°, Nº 9, párrafo segundo del Código Civil, conforme al cual: “a
los efectos de este capítulo, respecto de las situaciones de doble nacionalidad previstas
en las leyes españolas se estará a lo que determinen los tratados internacionales, y, si
265
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
II.- Para unos españoles con filiación determinada que se inscriben dentro
o fuera de plazo, hay que consignar, en principio, los correspondientes
apellidos paterno y materno (cfr. artículo 109° C.C.; 55° LRC y 194° y 213°,
regla 1.ª, RRC), siendo, pues, el primer apellido el primero de los del
padre aunque sea extranjero. No ha de importar que los nacidos, además
de la nacionalidad española por filiación materna, tengan también la
nacionalidad portuguesa por filiación paterna y que esta legislación
establezca otro orden de apellidos, porque en estas situaciones de doble
nacionalidad de hecho, no previstas en las leyes españolas, prevalece
siempre la nacionalidad española (cfr. artículo 9-9 C.C.).
266
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
(García Avello, patronímico del padre), desestimándose la petición del padre español
que había solicitado que se inscribiesen con los apellidos que les correspondían según
el Derecho español (García como primer apellido paterno y Weber como primero
materno).
267
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
1º. La sentencia García Avello está basada en los inconvenientes prácticos, tanto
de orden profesional como privado, que se derivan del hecho de no poder utilizar
268
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
2º. La sentencia García Avello está fundada en la negativa del Estado belga de acceder
a un “cambio de apellidos” solicitado por los padres y legales representantes de dos
niños hispano-belgas, cuyo objeto era que el apellido resultante de dicho expediente
de cambio viniese a coincidir con el apellido que tales niños tenían atribuido por parte
de las autoridades españolas, a pesar de tener padres e hijos su residencia habitual en
Bélgica. Es esta imposibilidad legal del cambio de apellidos solicitado, lo que el Tribunal
de Luxemburgo declara contrario al Tratado CE. Sin embargo, el intento de extender
la conclusión de incumplimiento del Tratado al Estado español tropieza con el hecho
de que la legislación española sí admite tales cambios, conforme al artículo 59° y 60°
de la Ley del Registro Civil. La práctica administrativa de la Dirección General de los
Registros y del Notariado, aplicando conjuntamente dichas disposiciones de Derecho
interno y la propia jurisprudencia del TJCE, viene concediendo las autorizaciones de
cambios de apellidos desde finales de 2003 en los casos de los binacionales español-
comunitario, siendo el supuesto de los niños hispano-portugueses el más frecuente.
3º. Además, se ha de reparar en que el cuadro jurídico general en el caso español está
integrado, además de por las normas internas, por el Convenio de Munich de 1980
sobre ley aplicable a los apellidos, de la Comisión Internacional del Estado Civil, del
que son Estados Parte tanto España como Portugal, pero no Bélgica.
269
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
5º. Con objeto de compatibilizar el régimen legal belga de cambio de los apellidos
respecto de los binacionales belga-comunitario con la sentencia del Tribunal de
Luxemburgo, del 2 de octubre de 2003, el artículo 39° de la reciente ley del 16 de julio
de 2004, por la que se aprueba el nuevo Código de Derecho Internacional Privado de
Bélgica, país que era precisamente el Estado demandado en el citado caso, establece
la regla de que en caso de ciudadanos belgas que tengan igualmente la nacionalidad
de otro Estado miembro de la Unión europea, los cambios de apellidos voluntarios
realizados de conformidad con las reglas relativas a la determinación de apellidos
aplicables en este último Estado serán reconocidos en Bélgica, salvo cuando dicho
cambio sea contrario al orden público belga, o bien cuando, habiendo sido dicho
cambio resultado de una resolución judicial, ésta no haya sido reconocida en Bélgica.
Hay que entender que esta modificación legal, en tanto no se establezca lo contrario,
es suficiente para adecuarse a las exigencias de la jurisprudencia del TJCE, siendo así
que tal reforma se limita a recoger tales exigencias en el campo de los cambios de
apellidos, sin extenderlas al ámbito de la atribución directa de los mismos.
270
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
conduce a aplicar la ley del país del domicilio del apátrida o, a falta de domicilio, la ley
del país de residencia de dicho sujeto.
V. EL NUEVO CONVENIO SOBRE RECONOCIMIENTO DE APELLIDOS (ANTALYA, 2005)
I. INTRODUCCIÓN
1. Los efectos sobre los apellidos del matrimonio (artículo 1°) y de su disolución
(artículo 2°), especialmente cuando los cónyuges son de nacionalidad diferente;
incluimos en esta parte los efectos sobre los apellidos de la constitución y de la
disolución de una relación de pareja de hecho (artículo 3°).
2. Los apellidos atribuidos a un niño que tiene dos o más nacionalidades (artículo
4°).
271
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Igualmente debe entenderse que quedan fuera del Convenio los títulos nobiliarios.
La razón de tal exclusión se encuentra en la propia naturaleza jurídica de los títulos
nobiliarios que no son “derechos de la personalidad” (vid. Sentencias del TS de 10 de
octubre de 1960 y de 21 de mayo de 1971). Se trata de “concesiones” de la Autoridad
pública del Estado de que se trate, que se pueden usar como “añadidos” al nombre
pero no constituyen “signo identificativo de la persona”: no forman parte del nombre
de las personas físicas. El Convenio en proyecto es, en consecuencia, inaplicable a los
títulos nobiliarios.
Esta solución (Lex Cartae Concessionis) se siguió en el dictamen del Consejo de Estado,
de 10 septiembre 1981, que permite utilizar en España el título nobiliario extranjero
de “Marqués de Olivara” a favor de don José María Ruiz Mateos, concedido por la
República de San Marino en 1978. También la siguió la Resolución de la Dirección
General de los Registros y del Notariado del 20 de enero de 1997, en relación con un
título nobiliario expedido por autoridades húngaras.
272
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
de una de las leyes estatales concurrentes frente a las demás, entrando en tensión
los principios de la nacionalidad, la residencia habitual y la denominada “autonomía
de la voluntad conflictual”. Añadía dificultad a la negociación el interés de los
distintos Estados por preservar determinados principios esenciales de sus respectivas
legislaciones internas en la materia, como pueden ser el principio de la unicidad de
los apellidos de los hermanos de doble vínculo, en que insistió especialmente Francia,
el derecho de elección del denominado “apellido de familia”, por el que porfiaba
Alemania y que finalmente se erigió en la gran triunfadora del Convenio, o el principio
de inmutabilidad o conservación de los apellidos de la mujer casada invocado por
España a fin de obtener la introducción de una reserva que permitiera una vinculación
parcial al Convenio exclusivamente en lo concerniente a los apellidos de los hijos
plurinacionales, que cerca estuvo de obtenerse. La resistencia de los Estados a ver
afectados estos principios materiales se comprende tanto más cuanto advertimos
que algunos de ellos han procedido a reformas legales recientes en la materia, como
sucede en el caso de Francia con la ley del 18 de junio de 2003, o en el caso de Bélgica
con su flamante nuevo Código de Derecho Internacional Privado, aprobado por ley del
16 julio de 2004.
273
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Por lo que se refiere a los hijos plurinacionales, la ley preferente que había de ser
objeto de reconocimiento era la designada por la acumulación de tres criterios de
conexión: lugar de nacimiento en el Estado de la residencia habitual de los padres que,
además, debía coincidir con el Estado de una de las nacionalidades del hijo.
2 Todos salvo Croacia, Suiza y Turquía (Hungría y Polonia se han incorporado en la última ampliación).
274
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El resultado de esta votación mostraba dudas sobre su validez jurídica, dado que los
Estatutos de la Comisión Internacional del Estado Civil exigen que las decisiones deben
ser adoptadas por la mayoría simple de los votos emitidos (vid. artículo 7°), razón por
la cual en la siguiente reunión de la Asamblea General de la Comisión, que tuvo lugar
en Antalya (Turquía) en septiembre de 2005, se reprodujo la votación, en esta ocasión
con el resultado de nueve votos a favor y cinco abstenciones, quedando formalmente
adoptado y abierto a la firma3.
A) PRIMERA PARTE
1) Artículo primero. Efectos del matrimonio sobre los apellidos de los cónyuges.
Este artículo se limita ahora al reconocimiento de las declaraciones hechas por los
cónyuges sobre el apellido que ostentarán durante el matrimonio. El Convenio deja,
pues, fuera de su campo de aplicación la situación en la cual el matrimonio mismo no
comporta ningún cambio de los apellidos de los cónyuges, así como el caso opuesto
de cambio de apellidos de uno o ambos consortes, operado “ipso jure” a causa
del matrimonio. La modificación es claramente favorable a las tesis sostenidas por
Alemania, que es de los pocos países que reconocen el derecho de libre elección del
denominado “apellido de familia”. Por el contrario, los sistemas legales basados en
la inmutabilidad de los apellidos de los cónyuges, por efecto directo del matrimonio,
quedan fuera del principio de reconocimiento.
275
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El texto no exige que la declaración, para ser reconocida, sea hecha en el momento
de la celebración del matrimonio. Puede que el Estado en el cual sea realizada la
declaración permita a los cónyuges escoger un “apellido de familia” sin fijar un plazo
sobre esta elección; por ejemplo, con ocasión del nacimiento del primer hijo.
276
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
La reserva fue aprobada por ocho votos a favor (Bélgica, España, Francia, Grecia,
Hungría, Italia, Luxemburgo y Turquía), dos votos en contra (Alemania y Austria) y seis
abstenciones (Croacia, Holanda, Polonia, Portugal y Reino Unido), estando aquí en la
aprobación de esta reserva la clave de la aprobación del Convenio y en cuya votación
el voto favorable de España fue determinante como resulta de la relación numérica
anterior. Se trata, en definitiva, de una reserva correlativa a la introducida en el artículo
6° del Convenio de Munich de 1980 que tras consagrar la regla en su artículo 1º de
que “los nombres y apellidos de una persona se determinarán por la ley del Estado
del cual dicha persona sea nacional”, admite en el artículo 6º que cualquier Estado, en
el momento de la firma, de la ratificación, de la aprobación o de la adhesión, podrá
declarar que se reserva la aplicación de su ley interna si la persona interesada tiene su
residencia habitual en su territorio”, lo que desvirtúa por completo el principio general
de partida.
277
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
2) Artículo 2°. Efectos de la disolución del matrimonio sobre los apellidos de los
cónyuges.
El artículo 2° contempla los efectos de la disolución del matrimonio sobre los apellidos
de los ex cónyuges. Se aplica en todos los casos de disolución del matrimonio, bien se
trate de un divorcio, de una anulación de matrimonio o de la defunción de uno de los
cónyuges (este último caso solamente respecto del párrafo primero).
El párrafo segundo regula el caso en que la recuperación del apellido ostentado antes
del matrimonio disuelto constituye un efecto automático de la ley. El reconocimiento
de esta recuperación legal del apellido debe ser admitido sólo si corresponde a la
voluntad presumida del ex cónyuge concernido, la mayoría de las veces de la esposa. El
texto prevé que esta recuperación “ex lege” será reconocida, a falta de una declaración
contraria del ex cónyuge afectado, si está prevista por la ley del Estado contratante
del que el ex cónyuge posea la nacionalidad y en el que el divorcio o la anulación del
matrimonio haya sido pronunciado. Sería el caso de una mujer portuguesa, casada
con un alemán del que había tomado su apellido, y del que obtiene el divorcio en
Portugal. Esta mujer recuperaría de pleno derecho, según la ley portuguesa, el apellido
que tenía antes de su matrimonio y esta recuperación de apellido será reconocida en
los Estados contratantes. En cambio, y salvo declaración contraria, una mujer turca
que tenga su residencia habitual en Alemania, que se haya casado con un alemán y
adquirido como apellido el de su marido, conservaría este apellido, conforme a la ley
278
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
alemana, después del divorcio pronunciado en Alemania, aunque, según la ley turca,
debería readquirir el apellido que ostentaba anteriormente.
Este artículo permite a los Estados contratantes extender por medio de una declaración
expresa a las parejas de hecho las disposiciones de los artículos precedentes. Tiene un
carácter facultativo porque presupone el reconocimiento de la situación de la unión
estable de hecho, que no es objeto específico de regulación por el Convenio.
B) SEGUNDA PARTE
279
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
En cambio, la situación del niño plurinacional nacido en un Estado del que no tiene
la nacionalidad no se regula por el Convenio. Tampoco se regula la situación del niño
nacido en un Estado no contratante.
Este principio, sin embargo, no está contemplado en el Convenio que hace posible
que distintos hermanos plurinacionales nacidos en distintos países se vean atribuidos
y reconocidos distintos apellidos. La Comisión trató de superar este inconveniente
mediante la introducción de un segundo párrafo, que paso a analizar (además de
reconocerse la posibilidad de que un Estado determinado invoque el orden público
interno para denegar el reconocimiento del apellido atribuido a uno de los hermanos
en el extranjero que rompa con el citado principio de unicidad de los apellidos).
El párrafo segundo del artículo 4° del Convenio introduce una excepción a la regla
anterior del párrafo 1º, con el fin de respetar la voluntad contraria de los padres y que
responde, además, a las exigencias derivadas de la antes citada Sentencia del Tribunal
de Justicia de la Unión Europea recaída en el caso García Avello, causa inmediata del
proceso de “relectura” del Convenio, como antes se dijo.
280
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Interesa destacar que con objeto de compatibilizar el régimen legal belga de cambio
de los apellidos respecto de los binacionales belga-comunitario con la sentencia del
Tribunal de Luxemburgo del 2 de octubre de 2003, el artículo 39° de la reciente ley del
16 de julio de 2004, por la que se aprueba el nuevo Código de Derecho Internacional
Privado de Bélgica —país que era precisamente el Estado demandado en el citado
caso—, establece la regla de que en caso de ciudadanos belgas que tengan igualmente
la nacionalidad de otro Estado miembro de la Unión europea, los cambios de apellidos
voluntarios realizados de conformidad con las reglas relativas a la determinación de
apellidos aplicables en este último Estado serán reconocidos en Bélgica, salvo cuando
dicho cambio sea contrario al orden público belga, o bien cuando habiendo sido
dicho cambio resultado de una resolución judicial, ésta no haya sido reconocida en
Bélgica. Precepto sobre cuyo modelo, en mi opinión, habría que trabajar en vista a una
eventual modificación del artículo 55° de la Ley del Registro Civil español. En definitiva,
se trata de potenciar la autonomía de la voluntad conflictual con la admisión de fueros
electivos entre las distintas leyes nacionales del sujeto.
281
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
282
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
C) TERCERA PARTE
El artículo 5° se refiere a los cambios de apellidos de una persona que tenga dos o más
nacionalidades, de las que una por lo menos es la de un Estado contratante.
283
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
284
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
que sean consecuencia de un cambio de estado civil de las personas, cambios que, sin
embargo, quedan cubiertos por el artículo 5° del nuevo Convenio.
Al respecto hay que diferenciar, según que el cambio de estado tenga lugar judicial
o extrajudicialmente. En el primer caso, a su vez, hay que distinguir según que la
resolución judicial recaída tenga o no su origen en un procedimiento de divorcio o
anulación del matrimonio o en otro tipo de procedimiento.
Por último, las cuestiones de estatuto personal previas a un cambio de apellidos que
no resulten de una resolución judicial, por ejemplo un reconocimiento voluntario de
paternidad, no se incluyen en el párrafo 3 del artículo 5°. En consecuencia, no cabrá
que un Estado contratante rechace el reconocimiento del cambio de apellido por el
hecho de tener un motivo para rechazar el reconocimiento de paternidad. Tal negativa
sólo podría ser fundada sobre el orden público (artículo 7°).
285
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
1. LA INSCRIPCIÓN REGISTRAL
Lo importante es que esta inscripción debe ser hecha sin necesidad de ningún
procedimiento. Esta eficacia registral supone, pues, atribuir al reconocimiento un
efecto ejecutivo directo. La autoridad requerida para proceder a la inscripción de
286
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
En caso de que el apellido extranjero, en la forma determinada que haya de ser objeto
de reconocimiento, esté redactado en caracteres propios de un alfabeto distinto del
latino, surge el problema de determinar la grafía que ha de utilizarse para inscribir
dicho apellido extranjero.
El problema radica, pues, en los apellidos escritos en alfabetos distintos del latino,
como el cirílico, árabe, griego, hebreo, chino, japonés, etc. Ante tal situación (M.
Requejo Isidro) caben tres opciones: a) Transliteración: es la asignación de un carácter
gráfico latino a cada carácter gráfico no latino; b) Transcripción: es la redacción en
alfabeto latino de la “pronunciación fonética” del nombre escrito en alfabeto no
latino; c) Traducción: se impone el nombre occidental que corresponde a la traducción
del nombre extranjero escrito en caracteres no occidentales.
El nuevo Convenio aprobado (igual que el de Munich) calla sobre estos extremos, con
lo que parece que deja la cuestión en manos del Derecho nacional de la persona, según
algunos autores, o en manos de la Lex Fori, según mi parecer. En el Derecho español
no existe una regla expresa sobre la cuestión, lo que suscita una fuerte “inseguridad
jurídica”. La práctica registral, con apoyo en el artículo 59.5 de la Ley del Registro Civil,
sigue la técnica de la transcripción: el nombre extranjero expresado en “caracteres no
latinos” se inscribe en caracteres latinos de manera que su pronunciación se asemeje
lo más posible a la pronunciación original del nombre extranjero. Es la técnica de la
“adecuación fonética a la lengua española”, como la denomina la Dirección General de
los Registros y del Notariado (vid. Resolución DGRN de 16-2ª de septiembre de 2003).
En todo caso, la resolución del problema debe respetar las exigencias propias
del Derecho comunitario. Así, en la STJCE 30 marzo 1993, recaída en el caso
Konstantinidis, el nombre de un ciudadano griego que trabajaba como masajista y
287
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El párrafo 2° incorpora, sin embargo, una excepción a este principio que, aplicado al pie
de la letra, retrasaría mucho tiempo la aplicación efectiva del Convenio. Para evitar tal
efecto, se admite cierta retroactividad, en el sentido de que las atribuciones y cambios
de apellidos que resulten de una declaración hecha antes de la entrada en vigor del
Convenio podrán, a petición de los interesados, ser inscritos en los Registros oficiales
si satisfacen las condiciones de reconocimiento previstas por el Convenio. Los cambios
de apellidos concedidos por la autoridad pública, particularmente los apuntados en el
artículo 4° párrafo 2, no quedan cubiertos por esta disposición.
Para abordar esta última cuestión, hay que comenzar recordando la reciente aparición
del concepto de la “ciudadanía europea”, como una nueva cualidad jurídica de la persona
originada por ser nacional de un Estado miembro de la Unión europea, y de la que se
288
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
desprenden una serie de derechos. La fuente legal de este nuevo “estatus jurídico”4
se encuentra en el artículo 17° del Tratado CE, conforme al cual: “Será ciudadano de
la Unión toda persona que ostente la nacionalidad de un Estado miembro”. El Tratado
de Ámsterdam estableció claramente el principio de compatibilidad y no sustitución
entre la ciudadanía europea y la nacionalidad propia de los súbditos de cada Estado
miembro, al afirmar que: “La ciudadanía de la Unión será complementaria y no
sustitutiva de la ciudadanía nacional”.
4 Algún autor en la doctrina española habla abiertamente de nuevo estado civil por referencia a la
“ciudadanía europea”: DÍAZ-AMBRONA, María Dolores. “Los derechos de la persona en el ámbito
comunitario”, en la obra colectiva Derecho Civil Comunitario, 2.ª edición, 2004, p. 86.
5 Ya aplicado por el TJCE, por ejemplo, en su Sentencia del 3 de octubre de 2000, respecto de las tarifas
aplicadas por gastos médicos a las personas no afiliadas al régimen nacional de la seguridad social.
289
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Los hechos del caso son los siguientes: el niño Leohnard Matthias Grunkin-Paul de
nacionalidad alemana y nacido en Dinamarca, donde continúa residiendo, el 27 de
agosto de 1998 fue inscrito en el Registro Civil danés con los apellidos indicados
(Grunkin-Paul), determinados de conformidad con la ley danesa. Los progenitores
del niño, ambos de nacionalidad alemana, separados, no utilizan un apellido familiar
común y se niegan a otorgar al hijo el apellido familiar de uno solo de los progenitores,
a lo que les obliga la ley alemana. En su lugar instan de las autoridades competentes
de esta última nacionalidad el reconocimiento el apellido “Grunkin-Paul” atribuido
con arreglo al Derecho danés, reconocimiento denegado por los órganos competentes
de la jurisdicción ordinaria alemana, basándose en que conforme al artículo 10°,
apartados 1 y 3 de la EGBGB el apellido de una persona está sujeto al Derecho del
Estado cuya nacionalidad posea dicha persona, admitiéndose la aplicación del Derecho
de otro Estado tan sólo cuando uno de los progenitores posea la nacionalidad de ese
otro Estado, circunstancia que no concurre en este caso en que tanto el padre como
la madre son alemanes.
Las dudas del Amtsgericht alemán, órgano promotor del la cuestión prejudicial, se
centran en dilucidar si, dada la prohibición de discriminación contenida en el artículo
12° del Tratado CE y habida cuenta del derecho a la libre circulación que confiere el
artículo 18° del mismo Tratado a todos los ciudadanos de la Unión, puede mantenerse
la normativa alemana en materia de conflicto de leyes consagrada por el artículo 10°
del EGBGB, en la medida en que se basa exclusivamente en la nacionalidad por lo que
respecta a las normas aplicables para la determinación del apellido, produciendo como
resultado que determinados ciudadanos de la Unión se verán obligados, en virtud de su
nacionalidad, a utilizar apellidos diferentes en distintos Estados miembros de la Unión
Europea. En definitiva, la cuestión estriba en si la existencia de diferentes normas de
Derecho Internacional Privado en los distintos Estados miembros de la Unión Europea
en materia de atribución y determinación de apellidos es o no compatible con los
principios de libre circulación y no discriminación por razón de nacionalidad.
290
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
En línea con esta interpretación, el Reino de España, a través de la Abogacía del Estado
ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, previo dictamen en tal sentido de
la Dirección General de los Registros y del Notariado, se ha personado en el citado
procedimiento solicitando del Tribunal una declaración favorable a la compatibilidad
del artículo 10° del EGBGB alemán, en cuanto hace aplicación del estatuto personal de
la nacionalidad a la determinación de los apellidos, con el Tratado CE.
La sentencia que recaiga en este procedimiento habrá de ser objeto, pues, de un atento
estudio por las consecuencias que pueda tener no ya en el Convenio de reconocimiento
de apellidos, sino en el conjunto de los sistemas de Derecho Internacional Privados
europeos.
291
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
*
Magistrada titular del Poder Judicial. Jueza del Décimo Cuarto Juzgado Especializado en lo Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lima, desde 1994. Presidenta de la Asociación de Jueces para la Justicia
y Democracia. Miembro de la Comisión sobre la Reforma de la Constitución Política del Estado.
Presidenta de la Comisión para la Corporativización de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Lima.
Integrante de la Comisión encargada de Confeccionar los “Manuales de Organización y Funciones
de los Módulos Corporativos de apoyo a las Salas Corporativas y a los Juzgados Especializados del
Distrito Judicial de Lima”. Es docente de la Academia de la Magistratura, de la Universidad Nacional
Federico Villareal, Universidad Garcilaso de la Vega y Universidad San Juan Bautista. Expositora
conferencista y panelista en diversos eventos académicos en temas de la especialidad de Derecho
Civil, Constitucional, Derechos Humanos y derecho Judicial.
1 http://www-pj.gob.pe/servicios/trámites/indez.asp
294
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
2 Dada la confusión que existe entre los términos acción, pretensión y proceso; conviene dejar aclarado
que en este trabajo el término “acción” será utilizado en uno de los sentidos que la doctrina le asigna,
es decir, como sinónimo de derecho; “(…) de modo que si se habla, por ejemplo de que el actor
no tiene derecho estará significando (…) que el actor carece de un derecho efectivo que el juicio
deba tutelar.”. COUTURE, Eduardo. Fundamentos del derecho procesal civil. Buenos Aires, Ediciones
Depalma, 1985, p. 61.
295
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Entre las normas del sistema internacional, el inciso 2) del artículo 24º del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos prescribe que “Todo niño deberá ser
inscrito inmediatamente después de su nacimiento y deberá tener un nombre”; el
Principio N.° 3 de la Declaración Universal del Niño establece el derecho de todo
niño a tener un nombre desde su nacimiento. Como vemos éste, lo cataloga como
un derecho; aquél, como deber del Estado y de las personas a quienes legalmente
corresponde la inscripción del nacimiento y, además, como derecho del niño a tener
un nombre.
El inciso 1) del artículo 7º de la Convención sobre los Derechos del Niño3 es más preciso
al respecto; detalla los derechos que nacen con el nacimiento señalando que “El niño
será registrado inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde
éste a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer
sus padres y a ser cuidado por ellos.”; el inciso 1) del artículo 8º impone a los Estados
Partes el compromiso de “(…) respetar el derecho del niño a preservar su identidad,
incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la
ley sin injerencias ilícitas.”.
Las normas del sistema americano son menos restrictivas porque reconocen que son
titulares del derecho el niño y, en general, todas las personas. El artículo 18° de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos señala que: “Toda persona tiene
derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al de uno de ellos. La
ley reglamentará la forma de asegurar este derecho para todos mediante nombres
supuestos, si fuera necesario.”. De esta forma, en el sistema americano se incorpora el
derecho al nombre como parte del núcleo duro de derechos humanos consignado en
el artículo 27° de la Convención4.
3 Aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Resolución
Nº 1386 del 20-11-59.
4 Salmón, Elizabeth. “El Derecho a la Identidad y al Nombre como Parte de las Obligaciones
Internacionales del Estado Peruano en Materia de Derechos Humanos”. En Derecho al nombre e
identidad 3 estudios. Lima, Abel Castellanos Chaúd E.I.R.L. Servicios Gráficos, 2006, p. 33.
296
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
5 Caso del artículo 41º de la Ley Nº 26497 que al establecer las características del registro del estado
civil, como obligatorio y personal, agrega que el derecho a inscribir actos relativos a la identificación
de las personas es imprescriptible e irrenunciable. El artículo 2º del Reglamento de la Inscripciones
del RENIEC, que prescribe que el nombre está compuesto de los prenombres y los apellidos de la
persona y el artículo 3º, letra v), que los cambios o adiciones de nombre son inscribibles. El Capítulo
V de la Sección Primera del Reglamento regula los procedimientos registrales relacionados con la
rectificación de partida de nacimiento, que pueden incidir sobre las inscripciones del nombre.
6 Torres Vásquez, Aníbal. Código Civil Actualizado. Tercera edición, Lima, Alpiste Bazalar, 1996, p. 33.
297
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Es base de todos los derechos que la Constitución Política reconoce a las personas;
reconocido ello por el Tribunal Constitucional, así lo ha reconocido señalando que ello
es así porque trata de un principio-derecho que justifica la existencia misma del Estado
y el cumplimiento de sus objetivos, orientación que se manifiesta desde el primer
7 Guzmán Ferrer, Fernando. Código Civil. Tomo I. Lima, Editorial Científica, 1971, p. 96.
298
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
artículo de la Carta, que considera el respeto de la persona humana como fin supremo
de la sociedad y el Estado 8.
Por lo tanto, la dignidad humana es un valor “(...) que diferencia al ser humano de
los demás seres vivientes, (…) que hace que el ser humano sea considerado un ser
superior, independientemente de su origen y de la situación en que se encuentre. (…)
hace del ser humano el centro del universo, a pesar del pequeño lugar que ocupa en
el cosmos (…) obliga a que sea tratado como un fin en sí mismo y no como un medio
para lograr otros fines.”9.
Si esto es así, todo derecho individual debe ejercitarse orientándose hacia el respeto
de la dignidad de la persona, porque si aquél se vulnera, el derecho a la dignidad
humana, igualmente, será afectado.
299
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Los derechos humanos se relacionan entre sí; así sucede con el derecho de identidad
que comprende los derechos a la personalidad jurídica, al nombre y a una nacionalidad
que, a su vez, se encuentran regulados en los artículos 3º, 18º y 20º de la Convención
Americana de Derechos Humanos; 6º y 15º de la Declaración Universal de Derechos
Humanos; 16º y 24°, incisos 2) y 3), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.
13 CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (CIDH). Caso Bámaca Velásquez. Sentencia del
25 de noviembre de 2000. Serie C, Nº 79, párrafo 179. Citado por NOVAK Fabián y Sandra NAMIHAS
en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Manual para magistrados y auxiliares de justicia.
Primera edición, Lima, Academia de la Magistratura, 2004, p. 211.
14 Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la Identidad, citado por FERRARI, Miriam. http://usuarios.
multimania.es/Miriam_Ferrari.doc.html
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Este derecho emana del derecho a la dignidad de la persona humana y del derecho a
la igualdad que está reconocido en el inciso 2) del artículo 2º de la Carta y en el inciso
15 Espinoza Espinoza, Juan. “Rectificación de Partida y cambio de sexo”, en Autos & Vistos Comentarios
Jurisprudenciales. Lima, Gaceta Jurídica Editores, enero 2006, p. 168.
16 La definición es de la Corte Constitucional colombiana, citada por NOVAK, Fabián y Sandra NAMIHAS.
En op. cit., p. 215.
17 Bernales Ballesteros, Enrique. La Constitución de 1993. Análisis comparado. Lima, Editora Jurídica
Grijley E.I.R.L, 1996, p. 89.
18 Informe Defensorial Nº 107-2006/DP “El Derecho a la identidad y el ciclo de la documentación,
Segunda Supervisión 2005-2006”, aprobado por Resolución Defensorial Nº 0046-2007-DP, publicado
el 14 de octubre de 2006.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
1) del artículo 37º del Código Procesal Constitucional; su primer reconocimiento legal
está en los artículos 1º de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano,
aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente francesa del 26 de agosto de
1789, y 7º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se relaciona con el
derecho a la no discriminación por cualquier causa y, específicamente, por razón de la
orientación sexual de la persona.
En la sociedad moderna la sexualidad presenta diversas aristas que han influido, incluso,
en el concepto tradicional de familia20; no existiendo acuerdo entre los estudiosos del
tema para una clasificación única de los sexos. Fisiológicamente, no hay discusión que
los sexos son dos: femenino y masculino, y que la orientación sexual que la mayoría
considera “normal” está dada por la atracción de un sexo hacia el otro; sin embargo,
esa orientación psicológica y sociológicamente presenta variantes que el derecho no
puede ignorar, como la homosexualidad y la transexualidad, siendo irrelevante para
nuestro análisis examinar otras variaciones de la orientación sexual que la literatura
19 Leibholz, Gerhard. “La igualdad como principio en el derecho constitucional alemán y suizo”, en
Politics and Law, A. W. Sitjhoff, Leyden (1965) p. 302. Citado por JOSEF PARTSCH, Karl. “Principios
fundamentales de los derechos humanos; autodeterminación, igualdad y no discriminación”. En
Ensayos sobre derechos humanos, op. cit., p. 118.
20 El Derecho no puede ignorar la existencia de uniones de homosexuales, así como los intentos
de estas parejas por adoptar niños; las legislaciones de varios países, entre ellos, Países Bajos,
Canadá, Sudáfrica, México y España, han regulado las primeras permitiendo el matrimonio entre
homosexuales.
302
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Según esto, el derecho al nombre no depende del sexo, de modo que aquel bien puede
ser cambiado si la persona lo solicita fundándose en motivo razonable, como en este
caso fue que la modificación del nombre se hubiese ya dispuesto por mandato judicial.
Sería interesante saber cómo hubiera resuelto el Tribunal si el cambio se hubiese
basado, simplemente, en la necesidad de lograr correspondencia entre el nombre y la
transexualidad del peticionante.
En la sentencia no aparece el motivo interno por el cual se pidió el cambio; sin embargo,
parece razonable suponer, como lo hace Cieza24, que si una persona inscrita con sexo
y nombre de varón pide cambiar éste por uno de mujer, es porque se trata de un
transexual; suposición que, por otro lado, tiene sustento en el hecho que la mayoría
de prenombres identifican el sexo del titular, de modo que si hablamos de Rosa se
entenderá que nos referimos a una mujer, por lo cual si solicita cambiar su nombre
por el de Pedro, válidamente, se podrá pensar que lo hace porque psíquicamente se
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
25 Estas normas fueron, en su momento, cuestionadas por la Defensoría del Pueblo en el Informe
Defensorial Nº 74 denominado “La Afectación de los derechos a la identidad y a la igualdad de los/as
hijos/as extramatrimoniales en la inscripción de nacimiento”, aprobado por Resolución Defensorial
Nº 023-2003/DP. En el informe se manifestó que la disposición por la que se prevé que los hijos se
inscriban con los apellidos del progenitor que lo reconoció dificulta que el niño/a pueda conocer a sus
padres, afectándose el derecho a la identidad. Además, esas normas crean una situación por la cual
el niño/a será reconocido/a públicamente como hijo/a extramatrimonial, lo que puede propiciar su
discriminación y estigmatización, restringiendo el pleno goce del derecho al nombre, estableciendo
como criterio de diferenciación el solo origen de la filiación, lo que contraviene el mandato de no
discriminación contenido en el artículo 2º inciso 2) de la Constitución. Por el contrario, el Estado
debería permitir que el niño/a lleve el apellido del progenitor aun cuando no lo haya reconocido, en
atención al principio del interés superior del niño, regulado en el artículo IX del Código de los Niños
y Adolescentes. Ello no genera efectos filiatorios, pues el reconocimiento y la sentencia declaratoria
de paternidad o maternidad son los únicos medios de prueba de la filiación extramatrimonial, de
acuerdo al artículo 387º del código Civil”.
305
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
del derecho al nombre con la filiación, marcando diferencias entre hijos matrimoniales
y extramatrimoniales por razón de los apellidos con los cuales debían ser inscritos.
La reforma constituyó un gran avance hacia la igualdad de los hijos, reconociéndose
al extramatrimonial el derecho de llevar los apellidos de ambos padres cuando el
nacimiento es inscrito sólo por uno de ellos y declara el nombre de la persona con quien
lo procreó, sin generarse vínculo de filiación entre el inscrito y el supuesto progenitor.
En este caso, la norma impone al registrador el deber de poner en conocimiento de
éste la declaración.
A pesar del avance que significó la modificación de esas normas, el legislador mantuvo
vinculados el derecho al nombre y la filiación en el último párrafo del referido artículo
21º, prescribiendo que en caso la madre que inscribe al hijo se niega a revelar el
nombre del presunto padre, podrá registrarlo con sus propios apellidos. Se desconoció
la autonomía de ambos derechos que, si bien están relacionados, son diferentes en
contenido y finalidad; el derecho al nombre se adquiere por el hecho del nacimiento
y otorga a su titular el derecho-deber a un nombre propio y apellidos; en tanto que la
filiación se adquiere por haber nacido dentro del matrimonio, por el reconocimiento
de los padres o por declaración judicial; y otorga al titular el derecho a ser considerado
hijo, creando lazos afectivos con sus progenitores y adquiriendo el derecho a usar sus
apellidos, a sucederlos y reclamarles alimentos26.
306
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Afirmar lo contrario, podría llevar al absurdo de que una persona reclame obligaciones
alimentarias o derechos sucesorios de otra, sólo por razón del apellido sin que las
unan lazos de parentesco; de modo que podría demandar a su hermano, tío o abuelo
con el mismo apellido, aun cuando no sean los legalmente llamados a dicha prestación
ni respecto de quienes, el reclamante tuviera vocación hereditaria27.
En este orden de ideas, el último párrafo del artículo 21º del Código Civil es contrario
al sentido en que, según el Comité, debe ser interpretado el artículo 24º del Pacto;
porque discrimina al hijo inscrito por la madre que se niega a declarar el nombre del
padre, subordinando su derecho al nombre y a ser inscrito con los apellidos de sus
progenitores —aún cuando no lo hubiesen reconocido—, al derecho que tiene aquélla
de no revelar el nombre del supuesto progenitor y de inscribirlo con sus propios
apellidos, con lo cual madre e hijo parecerán hermanos.
27 Ibidem, p. 39.
28 Trigésimo Quinto periodo de Sesiones 1989. 07-04-89.
29 “Artículo 24°.- 1. Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna (…) a las medidas de protección
que su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia como de la sociedad y del estado.
(…) 2. Todo niño será inscrito después de su nacimiento y deberá tener un nombre”.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
30 El enfrentamiento entre derechos constitucionales debe resolverse, según el criterio del balancing
o ponderación, sometiéndolos a los juicios de adecuación, necesidad, proporcionalidad e interés
público; en el caso propuesto, hecho ese análisis, debe prevalecer el interés superior del niño que
viene protegido por el Principio 2º de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, el inciso 1)
del artículo 3º de la Convención sobre los Derechos del Niño, el artículo IX del Código de los Niños y
Adolescentes, y con mayor amplitud, por el artículo 1º de nuestra Constitución en cuanto consagra
como derecho fundamental y principio rector de todos los demás derecho, el de la dignidad humana.
31 Salmón, Elizabeth. Op. cit., p. 40.
308
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
En similar sentido, se puede decir que una cosa es el derecho al nombre, que se tiene
por el solo hecho del nacimiento, y otra el derecho de filiación, que se obtiene en
los casos previstos en la ley (hijo matrimonial o hijo extramatrimonial reconocido
voluntariamente o por declaración judicial.
Al debatirse la aprobación del artículo 15º del Código Civil de 1936, antecedente
legal del 29º del Código Civil de 1984, se opinó por la libertad irrestricta al cambio de
nombre33 y, por eso, la norma no estableció de manera expresa la exigencia de motivos
justificados, aunque ella se pueda inferir por sujetarse el cambio a autorización judicial.
El legislador del código vigente, en cambio, fue específico refiriéndose a los motivos
justificados como requisito para el cambio, en consonancia con el interés público que
subyace en el derecho al nombre y que se expresa en dos aspectos: por uno, el Estado
protege el derecho al nombre como parte del derecho a la identidad personal; por el
otro, se impone el deber de no cambiar el nombre, salvo motivos justificados y por
autorización judicial.
32 León Barandiarán, José. Tratado de Derecho Civil, Tomo I, Título Preliminar y Derecho de las Personas.
Primera edición, Lima, Walter Gutiérrez Editor, 1991, p. 158.
33 En el debate para la aprobación del artículo 15º del Código Civil de 1936, “(…) Refiriéndose a la
segunda observación (del señor Oliveira), el señor Calle dijo: (…) no había inconveniente para que
ese cambio pudiera autorizarse defiriendo a la simple voluntad de la persona que lo solicitaba y por
motivos que a él solo le incumbieran.”. GUZMÁN FERRER, Fernando. Op. cit., pp. 96-97.
309
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
la absoluta certeza que éste se dirige contra el obligado a satisfacerlo. Además confiere
seguridad al ejercicio de los derechos políticos, mediante los cuales se consolida el
sistema democrático, que faculta a la persona humana elegir o ser elegido, ejercer
cargos públicos y, en general, participar en la vida pública del país.
310
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
De acuerdo con los dos primeros cuerpos normativos, los órganos competentes del
RENIEC tramitan las solicitudes para rectificar actas de nacimiento e inscripciones, por
errores en el nombre de los padres, declarantes o del titular u omisiones en ellas.
Proceden en los siguientes casos38:
36 Las que se relacionan con este derecho son el inciso j) del artículo 7º que establece que el RENIEC vela
por el irrestricto respeto del derecho a la intimidad e identidad de la persona y los demás inherentes
a ella, derivados de su inscripción; y el artículo 56º que autoriza efectuar rectificaciones o adiciones
en las partidas en virtud de resolución judicial, salvo disposición distinta de la ley y que mediante
decreto supremo se establecerán los actos sujetos a procedimientos administrativos y a resolución
judicial.
37 Este cuerpo legal reglamenta, en el Capítulo V, lo relativo a la rectificación del acta e inscripción por
errores, entre otros, del nombre.
38 Información tomada del Manual para la Identificación y Subsanación de Errores en Actas de
Nacimiento. Puede ser consultado en página web del RENIEC: http://www.reniec.gob.pe
311
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
hay documentos de sustento y el dato enmendado coincide con el primer apellido del
titular; si no es así, procede la vía notarial o judicial.
4) Si las enmendaduras son del segundo apellido o prenombre del padre, procede la
rectificación si hay documento de sustento o expediente que permita verificarlo; caso
contrario, el interesado debe recurrir a la vía judicial o notarial.
5) Las mismas reglas se aplican cuando las enmendaduras son del primer o segundo
apellido o prenombre de los declarantes, siempre que los datos aparezcan del acta
cuando se trata de los padres o que consten de documentos de sustento o del
expediente, en caso se trate de terceros. Si ello no es así, la rectificación debe hacerse
en la vía judicial o notarial.
6) Si hay error en el nombre del titular por dato mal consignado por el registrador
en el acta39, la corrección administrativa procede si el error es del primer o segundo
apellido, cuando hay expediente o documento de sustento para verificarlo. De no
haberlos, la rectificación procede si la verificación puede hacerse con otros datos del
acta; si no, el interesado debe acudir a la vía judicial o notarial.
7) Si hay falta de coincidencia en el prenombre del titular, el registrador hace la
rectificación si hay expediente o documento de sustento; caso contrario el interesado
debe recurrir a la vía judicial de rectificación de partida.
8) Si hay falta de coincidencia entre el dato exigido en el acta de nacimiento, respecto
del primer o segundo apellido o en el prenombre de la madre o del padre, siempre
que el registrador pueda verificarlo; si no, el interesado debe recurrir a la vía judicial
o notarial.
9) Cuando la falta de coincidencia se da en los apellidos y prenombre de los declarantes,
si éstos son los padres, siempre que los datos fluyan de los documentos de sustento
o del expediente; caso contrario el interesado debe recurrir a la rectificación judicial
o notarial
312
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
las normas generales de los artículos 750° a 762° y las especiales de los artículos 826º
a 836º del Código Procesal Civil. Se tramita como proceso no contencioso y procede
cuando se indica en la solicitud con precisión lo que se solicita y el juez considera
atendible el motivo. Quedan incluidos en este procedimiento las correcciones
que conforme las normas del Reglamento de Inscripciones del RENIEC no son de
competencia de los registradores.
La solicitud debe ser publicada por una sola vez, en el diario oficial y en uno de
mayor circulación del lugar del proceso, para lo cual los documentos que contienen
el edicto deben estar autorizados por abogado, como requisito para la publicación,
cuya finalidad es garantizar a los terceros tener conocimiento del pedido y formular
la contradicción que autoriza el artículo 753º del Código Procesal Civil. Los medios
probatorios ofrecidos por el solicitante y por el contradicente, de haberlos, se actúan
en audiencia única, en la que el juez expide la resolución que corresponda. El juez
puede obviar todo ese trámite aceptando la rectificación cuando lo que se pretende
es emendar errores por haberse consignado entre nombres y apellidos la palabra
“de” o por haber error manifiesto de ortografía, de sexo o similar que fluya del propio
documento.
40 Lingán Cabrera, Luis. El cambio de nombre. Cajamarca, Círculo de Estudios Ius Filosóficos, Revista
Jurídica Cajamarca. http://www.derechoycambiosocial.com/rjc/Revista15/nombre.htm.
41 Varsi Rospigliosi, Enrique. “Composición del Apellido. Análisis y Crítica Jurisprudencial”, en Revista
Diálogo con la Jurisprudencia Nº 100, op. cit., p.121. CIEZA MORA, Jairo, op. cit., p. 109. Exposición de
Motivos del artículo 15º del Código Civil de 1936, comentario del señor Oliveira, 97. Aportes de los
señores Calle y Oliveira a la exposición de motivos de los artículos relativos al derecho al nombre del
Código Civil de 1936, GUZMÁN FERRER, Fernando, op. cit.; LEÓN BARANDIARÁN, José, op. cit.,
pp. 156-162. Fundamento 20º de la sentencia del Tribunal Constitucional Nº 02273-2005-PHC/TC del
20 de abril de 2006.
313
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Según las normas que regulan la rectificación de partida, su objeto es corregir errores
en la inscripción del nombre mediante la adición, supresión o cambio de acentos o
de una o más letras del prenombre o de los apellidos (Mari por María, Lorenzo por
Lorenz, Cóndor por Condori); supresión de preposición “de” (León de Vivanco por
León Vivanco); el remplazo de una letra por otra por errores de ortografía (“s” por
“z”; “ll” por “y”; “cc” por “x”), etc.; es decir, se ha considerado el verbo “rectificar”
en sentido estricto. Se verá Infra que ésa no es la finalidad del proceso de cambio de
nombre.
El artículo 15º de la Ley N.° 26662 delimita la competencia notarial señalando que
mediante este procedimiento se corrigen errores u omisiones, entre otros datos,
del nombre y apellidos, siempre que resulten del tenor de la partida o de otros
documentos probatorios; pero, en ningún caso, se seguirá el trámite notarial para
cambiar el nombre o los apellidos.
42 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (RAE). Diccionario de la Lengua Española. 21.ª edición, tomo II.
314
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
nombre. Un sector, opina de ambas que nada obsta para que lo pueda tramitar el
juez de paz letrado, como proceso no contencioso; otro, que la competencia debe
corresponder al juez especializado civil por la importancia de la materia y porque si
ella no ha sido específicamente determinada por ley, corresponde aplicar el inciso 1)
artículo 49º del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que le
asigna en forma expresa el conocimiento de toda materia cuya competencia no haya
sido atribuido a otros órganos jurisdiccionales43. No faltando, quienes sostienen que
debe tramitarse como proceso contencioso.
Para tomar una posición frente a estas opiniones se requiere, previamente, repasar
los conceptos de jurisdicción, administración, jurisdicción contenciosa y jurisdicción
no contenciosa; así como revisar los antecedentes legales del derecho al cambio de
nombre.
315
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
45 Monroy Gálvez, Juan. Introducción al Proceso Civil. Santa Fe de Bogotá, Editorial Temis, 1996, p. 203.
46 Monroy Gálvez, Juan. Op. cit., pp. 221 a 227.
316
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
También se hace una división de la jurisdicción por razón de la naturaleza del servicio
que presta, en cuyo caso se habla de jurisdicción contenciosa y jurisdicción no
contenciosa o voluntaria; denominándose a los procesos que se tramitan en cada una,
proceso contencioso y proceso no contencioso, respectivamente.
Por el proceso contencioso, una persona o varias recurren a la jurisdicción para que
resuelva una controversia o conflicto de intereses surgido como consecuencia de sus
relaciones con otra u otras personas, planteando contra ellas una o más pretensiones.
Por eso se dice que la jurisdicción contenciosa es adversus volentes porque tramita
asuntos donde las partes son adversarios con intereses opuestos; aunque bien puede
suceder que estén de acuerdo con obtener la misma declaración en la sentencia, por
ejemplo, la división y partición. Entonces, “(…) basta que deba hacerse una declaración
judicial pedida por una persona frente a otra y para vincular u obligar ésta, para que se
trate de un asunto de jurisdicción contenciosa.”47.
En cambio, se entiende por jurisdicción voluntaria, “la que ejerce el juez en actos
o asuntos que, o por su naturaleza o por el estado en que se hallan, no admiten
contradicción de parte, emanando su parte intrínseca de los mismos interesados,
que acuden ante la autoridad judicial, la cual se limita a dar fuerza y valor legal a
aquellos actos por medio de su intervención o de sus providencia, procediendo sin las
formalidades esenciales de los juicios.”48.
47 Devis Echeandía, Hernando. Teoría General del Proceso. Segunda edición, Buenos Aires, Editorial
Universidad S.R.L., 1997, p 102.
48 Vicente Y Caravantes, José de. Tratado histórico, crítico, filosófico de los procedimientos judiciales en
materia civil según la nueva Ley de Enjuiciamiento. Tomo IV, Madrid, Gaspar y Roig Editores, 1858, p.
295. Citado por MONROY GÁLVEZ, Juan, op. cit., p. 231.
317
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
del cual la decisión que lo acoja no causará perjuicio a persona conocida49; es el caso
de la sucesión intestada donde quienes se consideran herederos no pueden hacer su
propio nombramiento, debiendo solicitar la intervención del juez para dar legitimidad
a su derecho sucesorio e inscribirlo en los Registros Públicos.
En este tipo de proceso no hay pretensiones opuestas, porque lo que pide el solicitante
es que se reconozca un hecho o se modifiquen actos que le conciernen, pretendiendo
que se les dé legalidad, como puede ser la rectificación de una partida de nacimiento
por error en el nombre o que se cambie el nombre inscrito por nombre que no lo está,
pero que el solicitante usa como propio. Recurriendo a la jurisdicción el interesado
puede conseguir que se dé certeza a un hecho, situación o actuación, a los que
pudo estar fácticamente vinculado; pero respecto de los cuales requiere obtener su
reconocimiento judicial, para que sean reconocidos por otros.
49 Couture, Eduardo. Fundamentos de Derecho Procesal Civil. Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1985,
p. 45.
50 Ortells Ramos, Manuel. Derecho Procesal Civil. 3.ª edición, Navarra, Editorial Aranzadi S.A., 2001, p.
89.
51 Devis Echeandía, Hernando. Op. cit., p. 103.
318
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Carnelutti decía que la jurisdicción voluntaria es una jurisdicción especial debido a que
la jurisdicción no sólo está para resolver conflictos entre partes sino para prevenirlos,
resultando necesaria su intervención, básicamente, para satisfacer un interés público,
cuyo objeto es que se administren correctamente los intereses privados54.
319
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Los casos de jurisdicción voluntaria están previstos en el artículo 749º del Código
Procesal Civil: inventarios (los interesados podrían hacerlos pero no podrían
protocolizarlos), administración de bienes, adopción (adoptantes y adoptado
pueden estar de acuerdo pero sólo el juez puede darle legalidad); autorización para
disponer derechos de incapaces; declaración de desaparición, ausencia o muerte
presunta; patrimonio familiar; ofrecimiento de pago y consignación; comprobación de
testamentos; inscripción y rectificación de partida; sucesión intestada; reconocimiento
de resoluciones judiciales y laudos expedidos en el extranjero; solicitudes que, a
pedido del interesado y por decisión del juez, carezcan de contención; y los que la ley
señale.
Este artículo tiene su antecedente inmediato en el artículo 15º del Código Civil de 1936
que prescribía: “Nadie puede cambiar de nombre o apellido ni añadir otro a los suyos,
sin autorización obtenida por los trámites prescritos en el Código de Procedimientos
Civiles para la rectificación de las partidas del estado civil”.
55 Gómez Sánchez Torrealva, Francisco Alberto. “La identidad como reflejo de la personalidad”, en
Diálogo con la Jurisprudencia Nº 98, Lima, Gaceta Jurídica, 2006, pp. 57-65. Citado por CIEZA MORA,
Jairo. “El cambio de sexo y el derecho a propósito de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional
Peruano”, en Diálogo con la Jurisprudencia Nº 100, enero, 2007, Año XII, Lima, Gaceta Jurídica, 2007,
p. 109.
320
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Así, pues, para el legislador del Código Civil de 1936 el cambio de nombre debía
tramitarse como rectificación de partida en proceso no contencioso; sin embargo, el
legislador del Código de 1984 no reguló nada al respecto, aunque debemos recordar
que a la entrada de su vigencia todavía regía el Código de Procedimientos Civiles,
cuyas normas quedaron reproducidas, salvo la relativa al Ministerio Público, en los
artículos 828° del Código Procesal Civil (publicidad de la solicitud) y el artículo 753°
(derecho a formular contradicción). Al entrar en vigencia el Código Procesal Civil, al
igual que su predecesor, no reguló en forma expresa el proceso de cambio de nombre,
manteniéndose, así, aparente vacío legal que ha producido los desacuerdos que
motivan este trabajo.
Comparando las normas del Código Civil relativas al cambio de nombre y las del actual
Código Procesal Civil, relativas a la inscripción de partida, se ve que ninguna prevé
la intervención del Ministerio Público; pero los requisitos exigidos para su ejercicio
son los mismos: i) motivos justificados que sustenten sea el pedido, debiendo el
solicitante adjuntar los medios probatorios que los acrediten; ii) resolución judicial
que autorice la solicitud; iii) publicidad de la solicitud, y iv) inscripción; requisito que si
bien no menciona el Código Procesal Civil, de más está decir que la resolución recaída
en un proceso de rectificación de partida debe ser inscrita bajo el principio que la
modificación de un acto debe observar la formalidad requerida para su constitución.
321
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
322
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Las dos últimas preguntas no merecen mayor comentario porque están contestadas
con la respuesta que el autor propone como probable, toda vez que conforme las
normas generales de la representación procesal establecidas en el artículo 66º del
Código Procesal Civil, deberá designarse curador procesal.
58 Este autor sostuvo que el cambio de nombre debía ser tramitado en proceso abreviado en el artículo
“Cambio de nombre ¿Ante quién lo tramito? Derecho desde Cajamarca, que puede ser consultado
en http://luislinganderechoypolitica.blogspot.com/2007-2009; pero posteriormente, en el artículo
que se ha comentado a lo largo de este trabajo sostiene que debe tramitarse como proceso no
contencioso.
59 “El procedimiento debe ser el que se señala en el Código de Procedimientos Civiles (se ha visto que
sus normas se han reproducido en el vigente) para la rectificación de las partidas del Registro Civil
(…)”. LEÓN BARANDIARÁN, José. Tratado de Derecho Civil. T.1. Título Preliminar y Derecho de las
Personas. Lima, WG Editor, 1991, p. 159.
60 Olmos Huallpa, René. Las pretensiones procesales en el Código Civil. Lima, Editora Jurídica Grijley,
abril 2992, pp. 6-7. Citado por LINGÁN CABRERA, Luis. Op. cit.
61 Varsi Rospigliosi, Enrique. Op. cit., p. 122.
323
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Sobre el juez competente, nos parece que la diferencia reconocida entre cambio
de nombre y rectificación de partida, por sí sola, no es suficientemente fuerte para
sustraer el primero, de la competencia del juez de paz letrado; sin embargo, teniendo
en cuenta que la competencia se determina sólo por ley, de conformidad con el
primer párrafo del artículo 6º del Código Procesal Civil, y si este código, al igual que
el Código Civil y la Ley Orgánica del Poder Judicial, no establecen en forma expresa la
competencia del proceso del cambio de nombre, serán de aplicación los artículos 5º
del Código Procesal Civil y artículo 49º inciso 1) de la citada Ley Orgánica, conforme a
los cuales la competencia corresponde al juez especializado civil.
Conclusiones:
324
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
325
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Recomendaciones
1. Que los jueces de paz letrados al calificar las peticiones de rectificación, y los
civiles al calificar las de cambio de nombre, no admitan aquellas que se fundan
en errores que corresponde al registrador enmendar, conforme la ley de la
materia.
Propuestas
3 Se agregue un artículo al Código Procesal Civil con el N.° 827 y siguiente texto:
“Cambio de Nombre. Las normas de este subcapítulo son aplicables a las
326
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
327
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
INTROITO
*
Abogado por la Universidad de Lima y Licenciado en Derecho por la Universidad Alcalá de Henares
de Madrid/España. Especialista en Administración Pública y Gerencia de Gobiernos, con Máster en
Administración y Gerencia Pública por el INAP de Madrid-España y Diploma de Estudios Avanzados
(DEA) del Programa de Doctorado de Gobierno y Administración Pública de la Universidad Complutense
de Madrid/España. Especialista en Derechos Humanos, con estudios de postgrado en Ginebra-Suiza;
Estrasburgo-Francia, San José de Costa Rica y Florencia-Italia. Ha dictado cursos, conferencias y
seminarios en las universidades Privada de Piura; ESAN y Femenina del Sagrado Corazón; la Academia
de la Magistratura y el Colegio de Abogados de Lima. Ha prestado servicios de asesoría y consultoría
profesional, tanto a instituciones públicas peruanas como la Contraloría General de la República; el
Ministerio Público; el Poder Judicial; la Defensoría del Pueblo; la Presidencia del Consejo de Ministros;
el Ministerio de Educación; el Ministerio de Justicia; el Ministerio de Transportes y Comunicaciones;
el Ministerio de Agricultura; Superintendencia de Entidades Prestadoras de Salud (SEPS); Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC); y, al Consejo Nacional de Educación (CNE). Servicios
similares se han prestado a instituciones financieras y organismos internacionales que financian
proyectos en el país como el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo, Comisión Europea, Agencia Española de Cooperación
Internacional, Organización Internacional de Migraciones, Organización de Estados Americanos,
Federación Internacional de la Cruz y de la Media Luna Roja y Corporación Financiera Internacional
del Banco Mundial.
330
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Por otra parte, y aún cuando formalmente escapa de nuestro ámbito de investigación,
no podemos dejar de referirnos a las normas nacionales que regulan el Derecho al
Nombre, me refiero principalmente a la Constitución Política del Perú de 1993 y al
Código Civil de 19843.
1 Referencia tomada del Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición. Versión
Electrónica en: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=nombre. Nombre
(propio). 1. m. Gram. El que, sin tener rasgos semánticos inherentes, se aplica a seres animados o
inanimados para designarlos; p. ej., Antonio, Toledo.
2 La Antroponimia (del griego άνθρωπος; “persona” y όνομα; “nombre”) es la rama de la onomástica
que estudia los antropónimos, o sea, los nombres propios de las personas, incluyendo sus apellidos,
e intentando explicar su origen, evolución y variación en función de su localización, época y cultura.
3 Debemos de mencionar que existe además otra normativa nacional que también regula el Derecho al
Nombre como por ejemplo: la Ley Orgánica de RENIEC; la R.M. 181-2005-MIMDES; entre otras.
331
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El NOMBRE
Según la Biblia (Génesis: 2:19. “Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del
campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había
de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.”) el
nombre del primer ser es Adán5, el segundo es Eva (Génesis: 3:20. “Y llamó Adán el
nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.”).
4 Lamentamos no haber obtenido información validable que nos dé pistas sobre el origen de los
nombres autóctonos quechuas, aymaras o amazónicos; no obstante, no es difícil suponer que con
ellos sucedió lo mismo que con otros homínidos; es decir, recurrieron a las formas onomatopéyicas,
a los sonidos de la naturaleza y a la interpretación que de ella hacían a través de los mitos que les
permitían a estos hombres comprender el origen del universo, de los seres que lo habitaban y de
los fenómenos naturales que presenciaban. Posteriormente aquello fue evolucionando y se fueron
luego asignando características diferenciadoras a cada ser humano, por ejemplo, Pachacutec, del
vocablo quechua “Pachakutiq” que puede traducirse al español como: “el que [cambia, transforma,
revoluciona] (el rumbo de) la [tierra, mundo, universo]”; así mismo fue común en el Runasimi
(quechua) denominar a las personas según estados emocionales; por ejemplo “Kusi” que significa
Alegre. En todo caso es propio afirmar que con esta lengua sucedió lo que con muchas otras, los
nombres aparecen como una necesidad del lenguaje para la identificación de los individuos y las
cosas.
5 DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Vigésima segunda edición. Versión Electrónica en: http://
buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=adán. Del lat. bíblico Adam, y éste del hebr.
ādām, Adán, personaje bíblico. Nótese que él además nombró a todos los seres de la Tierra y aire,
ojo que no se dice que haya hecho lo mismo con los seres del agua, los cuales fueron creados según
el mismo Libro refiere en 1:21 “Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que
se mueve, que las aguas produjeron según su género”, situación que resulta por lo menos ilógica y se
desprende de una simplista interpretación literal, estéril sin duda, como lo es aquella que, partiendo
del 1:27, “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”,
afirma la existencia de “Lilith”, quien al igual que Adán fue hecha a imagen y semejanza de la divinidad
y por tanto tendría, digamos, su mismo estatus ontológico.
332
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Cada país ha normado el nombre con el cual se nos denomina y diferencia del resto,
generalmente se lleva primero el denominado “nombre de pila” (praenomina), que es
aquel que los padres nos asignan al nacer y que tiene nuevamente un origen cristiano
proveniente del Bautismo y de la Pila Bautismal; seguidamente llevamos el apellido
(nomina)7, que procede del latín appellitāre, appellāre, que significar “llamar”.
Generalmente se lleva sólo el del padre (Estados Unidos de Norteamérica) o el del
padre y el de la madre (Perú), en algunos países se puede llevar solo o primero el
apellido de la madre y luego el del padre (España, Portugal, Brasil y Chile); cada vez
son menos los países donde se obliga a la mujer casada a agregarse el de su cónyuge
o a llevarlo en exclusiva.
EL DERECHO AL NOMBRE
Ciertas atribuciones son inherentes a la naturaleza del ser humano, son inseparables
de ella y a la vez actúan como derechos y deberes, son irrenunciables e imprescriptibles
y no pueden ser objeto de gravamen alguno ni transferirse.
“La individualización permite que cada hombre sienta plenamente su “yo” personal,
y que los demás se lo reconozcan, posibilitando el desarrollo de su personalidad.
Una vez señalado, “aislado” en el grupo, el individuo cobra vida propia, autónoma y
emprende la ruta de su realización personal.”8.
6 En la lengua rusa, por ejemplo, si un ruso llamado Iván Petróvich Popov tuviera un hijo llamado Iván y
una hija llamada Irina, sus nombres completos serían Iván Ivánovich Popov e Irina Ivánovna Popova;
es decir, el nombre del padre formado usualmente añadiendo el sufijo -ovich o -evich para el género
masculino y el sufijo -ovna o -evna para el femenino.
7 Tibet y Java no lo usan.
8 Pliner, Adolfo. El nombre de las personas. Segunda edición, Editorial Astrea, 1989, p. 50.
333
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
9 Rivera, Julio César. Instituciones de Derecho Civil. Parte General. Buenos Aires: Editorial Abeledo
Perrot, 1992, p. 611.
10 Código Civil de 1984. Artículo 19°.- Derecho al nombre. Toda persona tiene el derecho y el deber de
llevar un nombre. Este incluye los apellidos. Artículo 20°, modificado por el Artículo 1° de la Ley N.°
28720, publicado el 25 abril 2006, cuyo texto es el siguiente: “Artículo 20°.- Apellidos del hijo. Al hijo
le corresponde el primer apellido del padre y el primero de la madre.”.
11 Nos referimos a las personas naturales o físicas, en el caso de las personas jurídicas el nombre se
conoce como “razón social”.
334
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
12 Fue el nombre que el tristemente famoso psicólogo Mario Poggi Estremadoyro le puso a la tercera de
sus hijas.
335
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
De gran importancia es la “Convención sobre los Derechos del Niño”, la cual establece
expresamente en su artículo 7°, inciso 1° que:
Nótase que se agrega a favor del recién nacido la inscripción (en el registro civil) del
nombre, esto permite, como ya se dijo, individualizar (yo), diferenciar (único entre
todos) e identificar (partida o cédula de nacimiento).
336
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
“Insta a todos los Estados Partes a que intensifiquen sus esfuerzos para
cumplir las obligaciones que les impone la Convención sobre los Derechos del
Niño de preservar la identidad del niño, lo que comprende su nacionalidad, su
nombre y sus relaciones familiares, tal como los reconoce la ley, posibiliten la
inscripción del niño inmediatamente después del nacimiento, cualquiera sea
su condición, velen por que los procedimientos de inscripción sean sencillos,
expeditos, eficaces y gratuitos y hagan tomar conciencia de la importancia de
registrar los nacimientos a nivel nacional, regional y local”.
Dicho lo anterior, en este punto estamos en capacidad de afirmar que los instrumentos
internacionales de derechos humanos reconocen la efectiva vigencia y universalidad
337
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
del derecho al nombre; a la elección del mismo por parte de los padres, en tanto
que ello es inherente a la patria potestad, y se encuentra regido por el principio de
libertad; y, la obligatoriedad de su inscripción en el respectivo registro.
Sumilla:
338
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
en la tramitación del caso en la jurisdicción interna y ante los órganos del sistema
interamericano.
Alegatos:
15 En el numeral 114 de la Sentencia se lee que: “La Comisión no alegó la violación del artículo 18° de la
Convención.”, del mismo modo en el numeral 124 de la misma se lee: “El Estado no presentó alegatos
específicos sobre el artículo 18° de la Convención.”.
339
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
16 Cfr. Caso Yatama, supra nota 13, párr. 183; Caso De la Cruz Flores. Sentencia de 18 de noviembre de
2004. Serie C N.° 115, párr. 122, y Caso “Instituto de Reeducación del Menor”, supra nota 106, párr. 125.
340
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
341
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Fallo:
Sumilla:
17 La Sentencia en su parte final indica que fue redactada en español e inglés, haciendo fe el texto en
español, en San José, Costa Rica, el 8 de septiembre de 2005.
342
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
seis meses), Ernestina y Erlinda Serrano Cruz se dirigieron con un grupo de pobladores
a las montañas, rumbo al caserío “Los Alvarenga”, al cual llegaron después de caminar
durante tres días, y en donde se escondieron por el mismo periodo de tiempo, a pesar
de que les faltaba agua y alimentos. La señora Suyapa Serrano Cruz decidió apartarse
del lugar donde se encontraban su padre y hermanas, para no ponerlos en riesgo,
debido a que su bebé lloraba, y se escondió junto con su hijo en un lugar cercano.
El señor Dionisio Serrano y su hijo Enrique fueron a buscar agua a una quebrada
cercana “por insistencia de sus hijas”. Al quedarse solas, las niñas Ernestina y Erlinda
comenzaron a llorar y fueron descubiertas por “las patrullas de militares”. Según
indicó la Comisión, la señora Suyapa Serrano Cruz tenía certeza de que los soldados se
llevaron a sus hermanas, debido a que escuchó cuando un soldado preguntó a otros
si debían llevarse a las niñas o matarlas, a lo cual otro soldado respondió que se las
llevaran. En cuanto se dejaron de escuchar ruidos, la señora Suyapa empezó a buscar a
sus dos hermanas y luego volvió su padre, quien también las buscó en los alrededores
del lugar en el cual las había dejado.
La Comisión señaló que Ernestina y Erlinda Serrano Cruz “fueron vistas por última
vez hace 21 años, en el momento en que un helicóptero de las Fuerzas Armadas
salvadoreñas las transportaba” del lugar de los hechos a un lugar denominado “La
Sierpe”, en la ciudad de Chalatenango. La Comisión afirmó que no hay elementos
de convicción que permitan determinar de manera fehaciente si los militares que
capturaron a las niñas las entregaron al Comité Internacional de la Cruz Roja o a la
Cruz Roja salvadoreña. Asimismo, la Comisión señaló que estos hechos formaron
parte de un patrón de desapariciones forzadas en el contexto del conflicto armado,
presuntamente “perpetradas o toleradas por el Estado”.
La Comisión indicó que la señora Cruz Franco estuvo en Honduras “como refugiada en
un campamento”, junto con su hija Suyapa. Asimismo, la Comisión señaló que debido
a que “los hechos ocurrieron en momentos en que los recursos judiciales internos
resultaban inoperantes”, recién el 30 de abril de 1993 la señora María Victoria Cruz
Franco, madre de las presuntas víctimas, presentó una denuncia ante el Juzgado
de Primera Instancia de Chalatenango por la supuesta desaparición de Ernestina y
Erlinda. La madre de las niñas interpuso la denuncia “un mes y medio después de
que se renovaran las esperanzas de la población salvadoreña en su Poder Judicial”,
debido a que el 15 de marzo de 1993 se publicó el informe de la Comisión de la
Verdad de Naciones Unidas. Asimismo, el 13 de noviembre de 1995 la señora Cruz
343
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Alegatos18:
De la Comisión:
“117. En cuanto al artículo 18° de la Convención, en relación con el artículo
1.1 de la misma, la Comisión señaló que:
a) tal como lo indicara la Comisión Internacional de Juristas, el derecho
a la identidad, en particular tratándose de niños y de desaparición forzada,
es un fenómeno jurídico complejo que adquirió relevancia con la adopción de
la Convención sobre los Derechos del Niño. Este derecho ha sido reconocido
por la jurisprudencia y por la doctrina tanto como un derecho autónomo,
así como expresión de otros derechos o como un elemento constitutivo de
éstos. El derecho a la identidad está íntimamente asociado al derecho al
reconocimiento de la personalidad jurídica, al derecho a tener un nombre,
una nacionalidad, una familia y a mantener relaciones familiares. La
supresión o modificación total o parcial del derecho del niño a preservar su
identidad y los elementos que lo integran compromete la responsabilidad
del Estado; (…).
c) la experiencia de la Comisión en otros países en situaciones similares
a las de este caso es que a los niños se les cambia el nombre al ser entregados
a personas distintas de su familia biológica. “El expediente de este caso
contiene elementos de prueba de que dicha práctica también se registró en
El Salvador durante el conflicto armado”; (…).
e) “de seguir con vida, hasta el momento [,] se desconoce si [las
hermanas Erlinda y Ernestina Serrano Cruz] mantienen los apellidos de sus
padres, aún cuando éstos fueron legalmente establecidos con anterioridad a
18 En el “romano” IX: Violación de los Artículos 17°, 18° y 19° de la Convención Americana, en relación
con el artículo 1.1 de la misma (Derecho a la Protección a la Familia, Derecho al Nombre y Derechos
del Niño), presentamos los alegatos de las partes.
344
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
su desaparición”; y
f) las autoridades estatales permitían con “completa facilidad y
displicencia” el cambio de nombre de los niños, “el invento de nombres, el
cambio de la fecha de nacimiento de los niños”, todo lo cual era “registrado
en alcaldías municipales, organismos estatales sin que haya ningún tipo de
control para que estos cambios de nombres y de identidad se cumplan”. Por
ello, el Estado, además, incumplió las obligaciones contenidas en el artículo
1.1 de la Convención Americana.”
345
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Del Estado:
346
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
De la Corte:
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Fallo:
Los votos disidentes que seguidamente ofrecemos en cita apelan a esta insólita decisión
de la mayoría de la Corte de no pronunciarse sobre las alegadas violaciones al artículo
18° de la Convención.
10. (…). “Al proceder como lo hizo, aceptando estos términos de dicha excepción
preliminar, la mayoría de la Corte se atuvo al voluntarismo estatal, dejando
desprotegidas a las personas que se consideran víctimas de violaciones
continuadas de derechos humanos de particular gravedad, ocurrentes en el
conflicto armado salvadoreño, y resultantes de la práctica documentada de
la desaparición forzada de niños y niñas y de la sustracción de su identidad y
nombre durante dicho conflicto armado” (párr. 16).
“II. La Construcción Jurisprudencial Eludida.
1. La Relevancia del Derecho a la Identidad.
a) Sentido y Alcance del Derecho a la Identidad.
13. Dadas las circunstancias del presente caso, no veo cómo eludir la
cuestión del derecho a la identidad de las dos hermanas desaparecidas hasta
348
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
la fecha, Ernestina y Erlinda Serrano Cruz. Es ésta una cuestión que debió
haber sido objeto de una construcción jurisprudencial por parte de la Corte,
por cuanto, en mi entender, no hay cómo disociar el derecho a la identidad,
de la propia personalidad jurídica del individuo como sujeto tanto del derecho
interno como del derecho internacional. Para esto, debió la Corte haber
examinado conjuntamente las violaciones alegadas en el presente caso del
derecho al nombre (artículo 18° de la Convención Americana) y del derecho a
la protección de la familia (artículo 17° de la Convención). El respeto al derecho
a la identidad habilita al individuo defender sus derechos, y tiene por lo tanto
incidencia asimismo en su capacidad jurídico-procesal tanto en el derecho
interno como en el derecho internacional.”
“23. El derecho al nombre, consagrado en la Convención Americana (artículo
18°), también se encuentra expresamente reconocido en la Convención sobre
los Derechos del Niño (artículo 7(1)) así como en la Carta Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos (artículo 6(1). Y aunque la Convención Europea de
Derechos Humanos no lo prevea expresamente, la Corte Europea de Derechos
Humanos ha, sin embargo, sostenido que tal derecho se desprende del artículo
8° (derecho a la vida privada y familiar) de la Convención.
24. En el entendimiento de la Corte Europea, “al constituir un medio de
identificación personal y una conexión a la familia, el nombre de un individuo
concierne a su vida privada y familiar”19. No se trata del nombre per se, sino
más bien del nombre como “bien de la identidad personal”, designando la
persona humana que con él se identifica20, y mediante el cual ejerce y defiende
sus derechos individuales. El derecho a la identidad, conformado por el
contenido material de los derechos al nombre y a la protección de la familia,
no sólo amplía el elenco de los derechos individuales, sino además contribuye,
a mi juicio, a fortalecer la tutela de los derechos humanos.”
19 Cfr. CtEDH, caso Stjerna versus Finlandia, Sentencia del 25.11.1994, Serie A, n. 299-A, p. 60, párr. 37;
CtEDH, caso Burghartz versus Suiza, Sentencia del 22.02.1994, Serie A, n. 280-B, p. 28, párr. 24.
20 Fernández Sessarego, Carlos. Op. cit. supra n. (9), pp. 25 y 75.
349
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
“e) Conclusión.
41. La Corte Interamericana, en la línea de su interpretación
evolutiva de la Convención Americana21, no podía eximirse, como lo hizo en la
presente Sentencia, de proceder a la necesaria construcción jurisprudencial a
que me referí anteriormente. No veo, en suma, cómo eludir la constatación por
esta Corte de que el Estado demandado ha violado el derecho a la identidad
(con sus componentes consagrados en los artículos 18° y 17° de la Convención
Americana, supra, sobre los derechos al nombre y a la protección de la familia),
en relación con el artículo 1(1) de la Convención, en perjuicio de Ernestina y
Erlinda Serrano Cruz, por no haber determinado el paradero de las dos
hermanas desaparecidas hasta la fecha, restablecido sus nombres y vínculos
familiares.”
VOTO DISIDENTE DEL JUEZ MANUEL E. VENTURA ROBLES. RESPECTO DEL PUNTO
RESOLUTIVO TERCERO
21 Evidenciada sobre todo, con tanto énfasis, en sus tres históricas y pioneras Opiniones Consultivas n.os 16,
17 y 18, sobre, respectivamente, El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de
las Garantías del Debido Proceso Legal (OC-16/99, del 01.10.1999, Serie A, N° 16, párrs. 32, 34, 36 y 42);
Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño (OC-17/02, del 28.08.2002, Serie A, N° 17, párrs. 20-22);
y Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados (OC-18/03, del 17.09.2003, Serie A,
n. 18, párrs. 54 y 120). Y evidenciada asimismo en sus Sentencias en los casos de los “Niños de la Calle”
(Villagrán Morales y Otros versus Guatemala), Sentencia del 19.11.1999, Serie C, N° 63, párrs. 192, 193 y
194; de Cantoral Benavides versus Perú Sentencia del 18.08.2000, Serie C, N° 69, párrs. 98, 100 y 101; de
Bámaca Velásquez versus Guatemala, Sentencia del 25.11.2000, párrs. 126, 157 y 209; de los Hermanos
Gómez Paquiyauri versus Perú, Sentencia del 08.07.2004, Serie C, N°. 110, párrs. 165 y 166; del “Instituto
de Reeducación del Menor” versus Paraguay, Sentencia del 02.09.2004, Serie C, N° 112, párr. 148; de Tibi
versus Ecuador, Sentencia del 07.09.2004, Serie C, N° 114, párr. 144; entre otros.
350
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
351
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
22 Cfr. Caso Carpio Nicolle y otros. Sentencia de 22 de noviembre de 2004. Serie C, N.° 117, párr. 128;
Corte I.D.H., Caso Masacre Plan de Sánchez. Reparaciones (artículo 63.1 Convención Americana
sobre Derechos Humanos). Sentencia de 19 de noviembre de 2004. Serie C, N.° 116, párr. 97; Caso
Tibi. Sentencia de 7 de septiembre de 2004. Serie C, N.° 114, párr. 257; Caso de los Hermanos Gómez
Paquiyauri. Sentencia de 8 de julio de 2004. Serie C, N.° 110, párr. 230; Caso 19 Comerciantes.
Sentencia de 5 de julio de 2004. Serie C, N.° 109, párr. 261; Caso Molina Theissen. Reparaciones
(artículo 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 3 de julio de 2004.
Serie C, N.° 108, párr. 81; Caso Myrna Mack Chang. Sentencia de 25 de noviembre de 2003. Serie C,
N.° 101, párr. 274; Caso Bulacio. Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C, N.° 100, párr. 114;
Caso Trujillo Oroza. Reparaciones (artículo 63.1° Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Sentencia de 27 de febrero de 2002. Serie C, N.° 92, párr. 114; Caso Bámaca Velásquez. Reparaciones
(artículo 63.1° Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 22 de febrero de 2002.
Serie C, N.° 91, párr. 76; Caso Cantoral Benavides. Reparaciones (artículo 63.1 Convención Americana
sobre Derechos Humanos). Sentencia de 3 de diciembre de 2001. Serie C, N.° 88, párr. 69; Caso de
los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros). Reparaciones (artículo 63.1 Convención Americana
sobre Derechos Humanos). Sentencia de 26 de mayo de 2001. Serie C, N.° 77, párr. 100; Caso de la
“Panel Blanca” (Paniagua Morales y otros). Reparaciones (artículo 63.1 Convención Americana sobre
Derechos Humanos). Sentencia de 25 de mayo de 2001. Serie C, N.° 76, párr. 200; Caso Barrios Altos.
Sentencia de 14 de marzo de 2001. Serie C, N.° 75, párr. 47 y 48; Caso Bámaca Velásquez. Sentencia
de 25 de noviembre de 2000. Serie C, N.° 70, párrs. 200-202; y Caso Castillo Páez. Sentencia de 3 de
noviembre de 1997. Serie C, N.° 34, párrs. 86 y 90.
352
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
23 Cfr. Caso “Instituto de Reeducación del Menor”. Sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C, N.°
112, párrs. 152, 159, 164, 167, 170 y 171; y Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros).
Sentencia de 19 de noviembre de 1999. Serie C, N.° 63, párr. 144, 147 y 191.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
354
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
conceptos que van más allá del plano meramente biológico y tocan a la propia
personalidad.
9. El Derecho al Nombre se relaciona de forma directa con los artículos 7° y 8°
de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, dado que
en ellos se consagra de manera explícita el Derecho a la Identidad, esencial en
la vida de todo ser humano, pues resulta imprescindible para la construcción
de vínculos entre cada uno los miembros de la familia, y entre cada individuo
con la sociedad y el Estado. Estos elementos del Derecho a la Identidad son
indispensables tanto para los niños como para los adultos miembros de una
familia, dado que la identidad de cada uno de dichos miembros afecta e
influye en la de los otros, así como en su relación con la sociedad y con el
Estado.
10. El Derecho al Nombre es fundamental al ser humano y como tal los padres,
la sociedad en su conjunto y el Estado, tienen el deber de promoverlo y de
protegerlo de forma cabal, oportuna y eficaz.
11. El Sistema Internacional de Derechos Humanos cuenta con instrumentos
internacionales que brindan suficiente protección al Derecho al Nombre, toca
a los estados nacionales asegurar la presencia en su derecho interno de estos
mandatos.
12. La promoción de la existencia de los instrumentos internacionales que
brindan protección al Derecho al Nombre, es un deber de las organizaciones
internacionales y nacionales, que al ser cumplido aseguraría que los
ciudadanos se alejen de la indefensión a la cual los arrincona la ignorancia de
su vigencia.
355
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
*
Fiscal Adjunto Superior Civil. Especialista en Derecho de Familia, Justicia Penal Juvenil y Violencia
Familiar. En el tema específico de Violencia Familiar experiencia académica: Tesis del título de
abogado en el año 1997 fue sobre Violencia Familiar, titulada Violencia Familiar: Hacia una Visión
Integral del Problema en las Relaciones Familiares. El año 2009: Pasantía en España por el Ministerio
Público, presentó tres proyectos al Ministerio Público, una Directiva de la Actuación de los Fiscales
de Familia a nivel nacional, una modificación al Reglamento de la Unidad de Atención a Víctimas
y Testigos y la creación de un Registro de Medidas de Protección. Representante de la Fiscal de la
Nación ante la Comisión del Congreso que se encuentra elaborando el Proyecto de Modificación a la
Ley de Violencia Familiar. Profesor de la Academia de la Magistratura.
358
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El 15 de agosto del 2002 nació Rodolfo Ramírez Gonzales. Así consta en su partida de
nacimiento donde también aparece el acta de reconocimiento efectuada el 5 de abril
del 2005, por su papá Jaime Salinas Chuquillanqui. A pesar de este hecho, Rodolfo no
lleva el primer apellido de su padre y madre tal como lo preceptúa el artículo 20° de
nuestro Código Civil, pues para hacerlo necesita que sus padres inicien un proceso no
contencioso de rectificación de partida de nacimiento ante un notario o ante un juez
de paz letrado1.
Donde Rodolfo vive no hay notario ni juez de paz letrado, y si lo hubieran esta situación
no cambiaría mucho las cosas pues sus padres no tienen dinero para pagar los gastos
de los trámites notariales, ni para contratar a un abogado que les inicie el proceso
judicial, por eso en la libreta de notas del colegio siguen figurando los apellidos de
su mamá como si fuera hermano de ella, y así saldrán sus certificados de estudios y
documentos de identidad mientras no se resuelva el problema que tiene.
El 4 de junio del 2007 se emitió la Ley N.° 29032, cuyo artículo 2° dispuso:
1 Proceso que debe efectuarse de conformidad con lo preceptuado en la Ley N.° 26662 del 22 de
septiembre de 1996. Aunque en el caso de los notarios correrán igualmente el riesgo que no les
acepten la rectificación por considerar ésta un cambio de nombre en los términos establecidos en el
artículo 29° del Código Civil.
359
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
La aplicación de esta ley está evitando que casos como los de Rodolfo vuelvan a ocurrir,
pues desde su entrada en vigencia se ha ordenado la emisión de una nueva partida de
nacimiento ante el reconocimiento voluntario o judicial efectuado por el progenitor,
con posterioridad a la fecha de inscripción. Sin embargo, esta ley no ha modificado
la situación de los niños que como Rodolfo han sido inscritos con anterioridad a su
vigencia, por lo que el problema de identidad persiste en la actualidad.
2 Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la Identidad Personal. Buenos Aires, Astrea, 1992, p. 113.
3 Ibidem, p. 114.
360
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
4 Es por ello que algunos autores como Pagano, Solari y Krasnow consideran al nombre como un
derecho que integra tanto la faz estática como dinámica del derecho de identidad, pues su uso
acompaña la construcción de la identidad social. Se puede consultar al respecto GIL DOMÍNGUEZ,
Andrés y otros. Derecho Constitucional de Familia. Tomo II, Buenos Aires, Ediar, 2006, p. 841.
361
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El artículo 6° de nuestro Código de los Niños y Adolescentes, Ley N.° 27337, incluye
como parte del derecho de identidad no sólo el derecho a tener un nombre y, en
la medida de lo posible, a conocer a sus padres, sino que también señala de modo
expreso que este derecho incluye el de llevar sus apellidos.
Ahora bien, correspondiéndole al niño llevar el primer apellido del padre y de la madre
(artículo 20° del Código Civil) no existe ningún problema cuando se trata de un hijo
nacido en el matrimonio donde cualquiera de los padres puede inscribirlo llevando la
partida de matrimonio. En cambio, en el caso de los hijos extramatrimoniales, hasta
antes de la emisión de la Ley N.° 29032 que anteriormente hemos glosado, para que
el niño lleve el apellido de ambos padres necesariamente tenían que ir a inscribirlo
ambos, pues de hacerlo la madre no podía mencionar el nombre de la persona con
quien lo había tenido, consignándose en la partida sólo sus apellidos a continuación
del nombre de su hijo, como si fuera su hermano, más delante de ser reconocido por
su padre se consignaría una anotación al margen de la partida, con la respectiva acta
de reconocimiento, pero se mantenían sus nombres inalterables, tal como pasó en el
caso de Rodolfo.
Esta situación, a la luz del principio constitucional de igualdad entre hijos matrimoniales
y extramatrimoniales, consagrado en el artículo 6° de Nuestra Constitución, era
abiertamente inconstitucional pues además de implicar una diferencia de trato
inaceptable, posibilitaba la discriminación y estigmatización de los hijos que no habían
sido reconocidos en forma oportuna por sus padres.
Nos corresponde ahora abordar la relación existente entre el interés superior del
niño y su derecho al nombre, para el efecto en primer lugar debemos recordar que el
interés superior del niño no es un principio novedoso que ha nacido con la Convención
y mucho menos, que recién con ella se haya incorporado en nuestra legislación
nacional, muy por el contrario. Así por ejemplo, la Declaración de los Derechos del
362
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Niño de 1959 ya lo reconocía explícitamente, del mismo modo que diversos artículos
de nuestro Código Civil han hecho referencia al mismo, claro que con distintas
denominaciones: “bienestar de los hijos” (artículo 340°), “lo más beneficioso para los
hijos” (artículo 341°) “interés del menor” o “intereses del menor” o “intereses de los
hijos” en distintos artículos tales como 421°, 460°, 535°, 606°, inciso 4, 619°, 640°,
643°, 654° y 606°, inciso 15.
No debemos perder de vista que aunque con el interés superior del niño sucede
lo mismo que con todo “principio”, es decir, es difícil establecer su alcance, por
encontrarse como tal dentro de las llamadas “definiciones marco”6, en constante
evolución y susceptible de distintas lecturas, pues “cada época y cada cultura define
qué es lo mejor para la niñez en función de un determinado sistema de valores y de
representaciones sociales”7, es posible y necesario asumir una definición, por lo que
para el propósito de la relación y rol que le toca jugar al interés superior con el derecho
al nombre, utilizamos la definición que hace Grosman, quien señala que el interés
superior del niño, recogido en el artículo 3.1 de la Convención de los Derechos del
Niño, es “el conjunto de bienes necesarios para el desarrollo integral y la protección
de la persona y los bienes del un menor (…) y entre ellos el que más conviene a su
situación histórica determinada”8.
5 Gamarra Rubio, Fernando. Interés Superior del Niño: Estudio Doctrinal y Normativo. Normas Legales
Legislación Peruana. Tomo 330, noviembre 2003, p. 50.
6 Grosman, Cecilia. “Los Derechos del Niño en la Familia, Discurso y Realidad”, 1998, citado en
MARTÍNEZ RUIZ, Amalia. Convención sobre los Derechos del Niño, Rubinzal Culzoni Editores, Buenos
Aires, 2002, p. 101.
7 Grosman, Cecilia. Los derechos de los niños en la familia. Buenos Aires, Editorial Universidad, 1998,
p. 26.
8 Buitrago, Sergio citado en MARTÍNEZ RUIZ, Amalia, en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Rubinzal Culzoni Editores, Buenos Aires, 2002, p 104.
363
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Por ello, la protección del interés superior del niño exige la búsqueda de lo más
favorable a la protección de su derecho al nombre, es decir, la maximización de
su ejercicio que no es otro que la concreción material de tener en su partida de
nacimiento el nombre que le corresponde (con los apellidos de sus progenitores) y
que con ello este documento exteriorice de modo integral tanto el ámbito estático
como dinámico de su identidad. Este mandato de optimización hacia la administración
pública implica de modo concreto no sólo la decisión de eliminar todas las barreras
burocráticas, normativas y operativas que obstaculizan su ejercicio sino también el de
implementar las medidas que sean necesarias para facilitarlo. Es decir concretar el
derecho al nombre como una exigencia de su interés superior.
Lo peor de todo es que bastando la sola apreciación objetiva de este documento para
constatar que en sí mismo expresaba una incorrección, un error cuya consecuencia
trasciende el contenido de su “partida” y afecta de modo directo la construcción de su
identidad personal; las decisiones administrativas no pudieron proteger por sí mismas
su derecho al nombre debido a que existía un conjunto de normas legales “obstáculo”
que lo impedían.
364
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
pueda usar como sus apellidos el primero del padre y de la madre como toda niña,
cuya filiación paterno y materno filial se encuentra plenamente establecida9.
La instancia administrativa denegó este pedido en razón de que el artículo 29° del
Código Civil señala que no se puede cambiar el nombre ni hacerle adiciones, salvo
motivo justificado y mediante autorización judicial. Asimismo, se invocaron como
sustento jurídico el artículo 392° del Código Civil, que impedía al momento de la
inscripción revelar el nombre de la persona con quien se había procreado el hijo,
como los artículos 20° y 21° donde se señalaba que únicamente al hijo matrimonial
le correspondía el primer apellido del padre y el primero de la madre; mientras que
el hijo extramatrimonial, le correspondían los apellidos del progenitor que lo había
reconocido. Llevando únicamente el primer apellido de sus padres si ambos lo habían
reconocido.
9 Tomado del Compendio Concordado de Normas Vinculadas a la Identificación y Estado Civil de las
Personas Naturales. Tomo III, LIMA, RENIEC, 2006, pp. 924-927.
10 Esta misma ley prevé, en su artículo 2°, que el progenitor que de mala fe imputara la paternidad
o maternidad de su hijo a persona distinta con la que hubiera tenido el hijo, será pasible de las
responsabilidades y sanciones civiles y penales que correspondan, señalando además que el
presunto progenitor que se considere afectado por la consignación de su nombre en la partida de
nacimiento de un niño que no ha reconocido, puede iniciar un proceso de usurpación de nombre, de
conformidad con lo establecido en el artículo 28° del Código Civil y de acuerdo a la vía del proceso
sumarísimo.
365
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
redimensionado sus alcances desde la emisión de la Ley N.° 29032, aspecto que
abordaremos a continuación.
La Ley N.° 29032 establece la exigencia de emitir de oficio una nueva partida de
nacimiento en caso de que el reconocimiento se efectúe con posterioridad a la
inscripción, en el que se consigne como apellidos del niño el primer apellido de sus
dos progenitores de conformidad con lo preceptuado en el artículo 20° del Código
Civil; es decir, tanto en el caso de Rodolfo como en el resuelto en la jurisprudencia
administrativa citada, de haberse producido su reconocimiento por posterioridad
a la vigencia de esta ley, ya no tendrían necesidad de iniciar un proceso judicial de
rectificación de partida.
366
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Hay quienes pueden, en una aplicación estrictamente literal de esta norma, entender
que la emisión de la nueva partida es de oficio en el caso de los reconocimientos
efectuados con posterioridad a la emisión de esta ley y que allí termina su contenido
normativo, cuando al señalar que en cualquiera de los casos de reconocimiento se debe
emitir una nueva partida de nacimiento, es en realidad un mandato de optimización
del contenido existente en el registro y como tal permite que a su amparo se concrete
la necesaria correspondencia entre la realidad y lo que aparece en la partida de
nacimiento, sin necesidad de recurrir a un proceso judicial, pues la norma ya no
considera necesaria esta vía en estos casos11.
La norma señala que con posterioridad a su emisión debe emitirse de oficio una nueva
partida, este mandado es hacia el futuro. Sin embargo al mismo tiempo, la ley autoriza
la emisión de una nueva partida en todos los casos de reconociendo voluntario o
judicial con posterioridad a la inscripción, mandato que debe entenderse a la luz
del interés superior del niño, como de optimización y como tal faculta a la entidad
administrativa la emisión de una norma interna que permita la rectificación a pedido
de parte del error que se evidencia con la comprobación de la propia partida.
11 El punto I, Objetivo de la Directiva 263-GRC/017, aprobada mediante Resolución Jefatural N.° 406-
2010-JNAC/RENIEC, señala que en ningún caso se podrá cambiar el nombre del titular contenida en
el Acta de Nacimiento que no surja de un error u omisión. Nosotros consideramos que en este caso
no estamos propiamente ante un cambio de nombre sino ante una rectificación por error pues de
tratarse en puridad de un cambio de nombre la vía idónea no sería el Proceso no Contencioso; ante
el Juez de paz letrado sino el proceso seguido ante el juez especializado.
367
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
5. Conclusión
El Interés Superior del Niño implica que en toda medida concerniente al niño y al
adolescente que adopte el Estado, mediante sus poderes y demás instituciones
(entre las que se incluye el Registro Civil), debe preferirse lo que le sea más favorable,
consideramos que la emisión de una directiva que implemente la rectificación
administrativa de las partidas de nacimiento en el caso de los reconocimientos tardíos
efectuados con anterioridad a la emisión de la Ley N.° 29032, no sólo es deseable sino
necesaria para la maximización del ejercicio integral del derecho de identidad de los
niños y adolescentes mediante la eliminación de una barrera que impide su ejercicio
por los problemas y dificultades que hemos expresado tiene el acceso a la justicia.
Tenemos fe que el RENIEC afrontará este problema como corresponde pues en los
últimos tiempos ha dado muestras de una notable evolución en la comprensión de los
368
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
problemas del ciudadano, estableciendo, por ejemplo, una subsanación masiva de las
inscripciones que por una práctica registral errada hayan consignado el único apellido
del titular en el campo del segundo apellido (Resolución Jefatural N.° 682-2009-JNAC/
RENIEC). Estamos convencidos que ésta no será la excepción.
369
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Resulta un tanto difícil aproximarse al estudio del derecho al nombre sin poner en
evidencia su estrecha relación con el derecho a la identidad reconocido en el inciso 1
del artículo 2° de la Constitución. Aun cuando esto no significa que su eficacia dependa
de éste, resulta especialmente importante destacar esa vinculación prácticamente de
continente y contenido por cuanto saca a la luz la necesidad de garantizar uno y otro
derecho de cara a contribuir con el proceso de individualización del ser humano. En
efecto, entre los elementos a considerar respecto del nombre y que interesa poner de
manifiesto es que constituye un atributo de la persona que permite identificarlo como
un sujeto distinto a los demás y, por lo tanto, claramente individualizable tanto en sus
derechos como en sus deberes.
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Máster en Administración Pública por el
Instituto Universitario Ortega y Gasset, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. Estudios
de Maestría en Derecho Constitucional por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Diplomado
en Docencia Universitaria por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Profesor Titular de
Derecho Constitucional de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad Peruana de
Ciencias Aplicadas. Miembro de la Asociación Peruana de Derecho Constitucional. Autor de diversos
libros y trabajos publicados en el Perú y el extranjero. Expositor en múltiples actividades académicas
nacionales e internacionales. Asesor Principal del Congreso de la República. Docente de la Academia
de la Magistratura .
372
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
personal que debe proyectar la autoconstrucción del sujeto1. Es más, como puede
inferir el lector, dejar de lado este importante elemento que caracteriza al nombre lo
convierte —paradójicamente— en un medio de transgresión justamente del derecho
a la identidad, por cuanto termina por destruir la proyección personal y de sí mismo
que ha construido el individuo.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 19° del Código Civil, toda persona tiene el
derecho y el deber de llevar un nombre, el cual incluye los apellidos. Para un sector
de la doctrina esta fórmula normativa resulta discutible por el concepto de situación
373
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
jurídica subjetiva que le subyace ya que, según afirma, no es posible que en una misma
posición jurídica coincidan una situación de poder (como el derecho subjetivo) y una
de deber (como el deber jurídico)3. En todo caso, la posición a la cual se adscribe
nuestro Código Civil, como se ha podido apreciar, es aquella que, a contracorriente de
esta última, sostiene que sí es posible tal coincidencia4.
3 Espinoza Espinoza, Juan. “La Ley N.° 28720 y el mal entendido derecho a la identidad del menor”. En
Actualidad Jurídica N.° 150. Lima, Gaceta Jurídica, mayo 2006, pp. 49-50; ESCOBAR ROZAS, Freddy.
“El derecho subjetivo. Consideraciones en torno a su esencia y estructura”, en Ius et Veritas. Año IX,
N.° 14, Lima, 1998, p. 231.
4 En este sentido se encuentra también destacada doctrina como, por ejemplo: FERNÁNDEZ
SESSAREGO, Carlos. El histórico problema de la capacidad jurídica. En: AA. VV. Diez años. Código civil
peruano. Tomo I, Lima, Universidad de Lima, 1995, p. 104; VEGA MERE, Yuri. “Derecho privado”, en
AA. VV. Diez años. Código civil peruano. Tomo I, Lima, Universidad de Lima, 1995, p. 69.
5 Sentencia de fecha 20 de abril de 2006 y publicada el 13 de octubre del mismo año.
6 “Las personas jurídicas son independientes de las personas naturales que la integran y/o representan.
La persona natural, cuando actúa como tal, tiene la obligación de usar su nombre, lo que no ocurre
con las personas jurídicas, a las cuales basta con indicar el nombre social adoptado para cumplir con
la obligación de identificarse” (Exp. N.° 3868-99-Lima).
374
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
2.1. Dime cómo te llamas y te diré quién eres: Los componentes del nombre. El
prenombre (una perspectiva crítica a las fórmulas normativas que pueden
terminar desnaturalizándolo) y los apellidos.
A este respecto, es preciso advertir que antes el artículo 33° del citado Reglamento
limitaba a dos el número de prenombres susceptibles de ser llevados por una persona
y a renglón seguido señalaba que “No podrán ponerse prenombres que por sí mismos
o en combinación con los apellidos resulten extravagantes, ridículos, irreverentes,
contrarios a la dignidad o al honor de la persona, así como al orden público o a las
buenas costumbres, que expresen o signifiquen tendencias ideológicas, políticas
o filosóficas, que susciten equívocos respecto del sexo de la persona a quien se
pretende poner, o apellidos como prenombres”. La autoridad encargada de denegar
las inscripciones que se solicitaban y que estaban inmersas en aquella prohibición era
nada menos que el registrador.
Son evidentes los peligros que entraña una fórmula normativa, como la reseñada no
sólo de cara al derecho a la identidad sino también frente a principios tan esenciales en
un Estado que se precie de ser Constitucional, como son los de igualdad e interdicción
de la arbitrariedad. En efecto, claramente se manifiesta tanto un problema de
igualdad en la ley (¿por qué impedir la inscripción de un prenombre que manifieste
una tendencia ideológica, política o filosófica?) como un claro riesgo para la vigencia
de la igualdad ante la ley, por cuanto al final queda a criterio del operador jurídico
—en este caso del registrador— la interpretación de los alcances del citado precepto
375
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
2.2. Porque todo tiene un comienzo: la inscripción del nombre del recién nacido
Ahora bien, dada la especial importancia que reviste el nombre para efectos de la
identificación e individualización de la persona, el Código Civil precisa que desde el
nacimiento se debe contar con un nombre (prenombre y apellidos)7, máxime si “…
el incumplimiento de la obligación de registrar el nacimiento y subsecuente nombre
de una persona impide la obtención del documento nacional de identidad (DNI) y la
expedición de alguna constancia por el Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil, y, consecuentemente, el ejercicio de los derechos para los que se requiere la
previa obtención del DNI o la previa identificación de la persona” (Expediente N.°
2273-2005-PHC/TC, FJ 20). Eso sí, “… una cosa es la posibilidad de ser identificado,
la que se realiza, como se ha señalado ya, con el nombre, cuya prueba se remite a
la inscripción del nacimiento en el registro del estado civil, y otra cosa muy distinta
7 “La inscripción del nacimiento es el acto oficial en virtud del cual la persona legitimada por ley pone
en conocimiento del funcionario competente del registro de estado civil, el nacimiento de una persona
y el nombre propio con el que quedará inscrita…” (FJ 20) (Expediente N.° 2273-2005-PHC/TC).
376
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
En esa línea de pensamiento, convendría traer a colación el artículo 6° del Código del
Niño y el Adolescente, Ley N.° 27337, en donde se señala también de manera expresa
que el niño y el adolescente tienen derecho a la identidad, lo que incluye el derecho a
tener un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer
a sus padres y llevar sus apellidos. Siendo además obligación del Estado preservar la
inscripción e identidad de los niños y adolescentes, sancionando a los responsables
de su alteración, sustitución o privación ilegal, de conformidad con el Código Penal.
377
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
religiosa de la localidad”. Habría que dejar dicho, eso sí, que en el caso del adoptado
no se presenta mayor inconveniente como quiera que, según señala el artículo 22° del
Código Civil, aquél lleva los apellidos del adoptante o adoptantes, los cuales son de
fácil identificación.
Téngase presente entonces cómo mientras que el Código Civil se limita a señalar que
el recién nacido, cuyos progenitores son desconocidos debe ser inscrito con el nombre
adecuado que le asigne el registrador del estado civil, el reglamento va más allá y sin
perjuicio de reconocerle aquella facultad al registrador lo exhorta a hacerlo previa
consulta a la institución nacional encargada de velar por los derechos de los menores
o en defecto de ésta, a la autoridad educativa o religiosa de la localidad.
Ahora bien, normalmente las personas suelen conservar sus nombres; sin embargo,
es perfectamente posible solicitar un cambio o adición a ellos, tal como lo prevé el
artículo 29° del Código Civil y el literal v) del artículo 3° del Reglamento. Para estos
efectos, se requieren motivos justificados y autorización judicial, debidamente
publicada e inscrita. El cambio o adición tendrá consecuencias, de ser el caso, incluso
en el cónyuge y los hijos menores de edad.
378
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
temor; constituyen situaciones que judicialmente podrían ser valoradas para proceder
a un cambio de nombre8.
Eso sí, de dicho cambio o adición no es posible inferir alteración alguna en la condición
civil de quien lo obtiene ni mucho menos constituye prueba de filiación (artículo 30°
del Código Civil). Asimismo, aquellos que se consideren perjudicados por el cambio o
adición podrán cuestionar dicho acto administrativo en sede judicial (artículo 31° del
Código Civil).
Para efectos del cambio o adición al nombre, convendría traer a colación el supuesto
contenido en el artículo 24° del Código Civil. De conformidad con este precepto
normativo, “la mujer tiene derecho a llevar el apellido del marido agregado al suyo y
a conservarlo mientras no contraiga nuevo matrimonio. Cesa tal derecho en caso de
divorcio o nulidad de matrimonio”. En caso que se trate de una separación de cuerpos,
según reza dicho precepto legal, la mujer conserva su derecho a llevar el apellido del
marido y de existir controversia, ésta será resuelta por el juez. A nuestro juicio, es lesivo
al principio de igualdad que el Código Civil prevea sólo la posibilidad de que la mujer
lleve el apellido del marido y no viceversa. Es más, lo aconsejable sería dejar que los
cónyuges decidan libremente conservar o alterar sus nombres como consecuencia del
matrimonio. Así, igualmente, es cuestionable la práctica generalizada en nuestro país
de que los hijos lleven primero el apellido del padre seguido del de la madre9. Somos
de la opinión que nada debería impedir que al momento de su registro se decida una
fórmula diferente sin que esto signifique generarle un perjuicio al menor, tal como se
prevé en otros ordenamientos jurídicos como el Código Civil alemán (artículo 1355°
de BGB).
2.4. Alguna huella siempre quedará: El registro y su importancia para la prueba del
nombre
8 “El cambio de apellido importa el cambio de nombre, razón por la cual debe ser objeto de un proceso
especial, y no es viable en vía cautelar” (Expediente N.° 98-1087-Lima).
9 En el caso “Karen Mañuca Quiroz Cabanillas” el Tribunal Constitucional a este respecto se limita a
señalar que “Debe figurar primero el apellido paterno y luego el apellido materno” (FJ 14).
379
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
garantizada por el Estado y concretamente por el RENIEC. De hecho, tal como relata
el artículo 25° del Código Civil, la prueba referente al nombre resulta de su respectiva
inscripción en los registros de estado civil. En efecto, conforme ha destacado el Tribunal
Constitucional peruano en el caso “Karen Mañuca Quiroz Cabanillas”:
Como se sabe, en lo que se refiere a los derechos fundamentales —entre ellos está
sin discusión alguna el derecho a la identidad personal y como parte de él, el derecho
al nombre—, el Estado Constitucional asume la obligación no sólo de reconocerlos y
respetarlos, sino también de tutelarlos. En ese sentido, debe proveernos mecanismos
procesales adecuados, esto es, premunidos de aquellas características que los erijan en
medios eficaces de protección frente a las circunstancias y el derecho que se alega; así
como de autoridades idóneas, es decir, que cuenten con las garantías de imparcialidad,
especialización, independencia (en el caso de las autoridades judiciales), entre otros,
que nos aseguren que estén en condiciones de atender las exigencias que se derivan
380
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El derecho que nos asiste a todos a exigir la tutela del derecho al nombre no sólo se
deriva de la misma Constitución, es decir, del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
(inciso 3 del artículo 139°), sino que también ha sido reconocido expresamente en
el Código Civil, pues en su artículo 26° señala que “Toda persona tiene derecho a
exigir que se le designe por su nombre” y en caso sea vulnerado, “… puede pedirse
la cesación del hecho violatorio y la indemnización que corresponda”. Asimismo,
el artículo 6° del Código del Niño y el Adolescente sostiene que a la par de que al
Estado le asiste la obligación de preservar la inscripción e identidad de los niños y
adolescentes, sancionando a los responsables de su alteración, sustitución o privación
ilegal, de conformidad con el Código Penal; también en caso se produjese dicha
alteración, sustitución o privación, debe restablecer la verdadera identidad mediante
los mecanismos más idóneos. Ahora bien, ¿cuáles son esos mecanismos?
381
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Téngase presente que según el artículo 78° del Reglamento, las personas a que se refiere
el artículo 72° del mismo cuerpo normativo pueden también solicitar cancelaciones
de las inscripciones, siguiendo el mismo procedimiento que aquí hemos descrito en
cuanto le fuera aplicable. Eso sí, de conformidad con el artículo 98° del Reglamento, las
rectificaciones y cancelaciones de las inscripciones producto de errores u omisiones
del propio Registro son gratuitas.
En el ámbito judicial, el artículo 826° del Código Procesal Civil regula el proceso de
inscripción y rectificación de partida. Se trata de un proceso no contencioso mediante
10 En este caso el artículo 73° del Reglamento exige la publicación de un aviso en donde se dé cuenta de
la solicitud de rectificación. Así, cuando la rectificación es solicitada en la ciudad de Lima, dicho aviso
será publicación en el Diario Oficial El Peruano; mientras que si tiene lugar en otra localidad, se hará
en la publicación judicial local. El aviso se realiza por una sola vez, a costo del solicitante y en él debe
consignarse la siguiente información: i) la Oficina Registral ante la cual se hubiera presentado, ii) el
nombre del Registrador, iii) el nombre del solicitante, iv) el dato cuya rectificación se solicita, y v) la
fecha de presentación de la solicitud.
382
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Las personas legitimadas para iniciar este proceso son: en el caso de la rectificación de
partida de nacimiento, el representante legal del incapaz y, a falta de aquél, cualquiera
de sus parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad; así
como también la misma persona que solicita la rectificación, si es mayor de edad, o si
ha fallecido, sus parientes dentro de los grados mencionados. Presentada la solicitud,
se procede a publicar un extracto de ella por una sola vez en la forma prevista en los
artículos 167° y 168° del mismo Código Procesal Civil, esto es, mediante edictos, los
mismos que deberán ser autorizados por abogado.
De conformidad con el artículo 750° del mismo cuerpo normativo, los juzgados de
paz letrados tienen competencia exclusiva en los procesos de inscripción de partidas;
mientras que las solicitudes que se refieren a rectificación de partidas se pueden
ventilar tanto ante los juzgados de paz letrados como ante notario. Los requisitos de la
solicitud son los mismos que se exigen en todo proceso y que están recogidos en los
artículos 424° y 425° del Código Procesal Civil, obviamente en lo que resulte aplicable
según el caso.
383
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
solicite, concederá al oponente o a su apoderado cinco (5) minutos para que sustente
su oposición oralmente, procediendo a continuación a resolverla. Esta decisión del juez
es susceptible de ser apelada durante la audiencia. Excepcionalmente será posible que
el juez se reserve su decisión del caso por un plazo que no excederá de tres (3) días
contados desde la conclusión de la audiencia, en este supuesto se tendrá un plazo de
tres (3) días posteriores a la notificación para presentar la apelación.
Según el artículo 829° del Código Procesal Civil, las personas cuyos nacimientos se
hayan inscrito en los Registros del Estado Civil de las municipalidades de la República y
Consulados del Perú, en cuyas partidas figuren por error entre sus nombres y apellidos
la palabra “de” o las letras “y”, “i”, “e” o “a” u otro error manifiesto de ortografía, de
sexo o similar que fluya del propio documento, podrán pedir su rectificación. Para
estos efectos, el juez dispondrá de plano la rectificación correspondiente sin seguir el
trámite antes mencionado.
Siguiendo con los mecanismos de protección judicial del derecho al nombre, convendría
hacer referencia al artículo 28° del Código Civil, en virtud del cual “Nadie puede usar
nombre que no le corresponde. El que es perjudicado por la usurpación de su nombre
tiene acción para hacerla cesar y obtener la indemnización que corresponde”. Estamos
ante el proceso denominado “indemnización por usurpación de nombre”. Los casos
que han permitido una aproximación a los alcances de este mecanismo procesal son
los referidos a los hijos a los cuales se les atribuye el apellido de su presunto progenitor.
Así, de conformidad con el artículo 21° del Código Civil, cuando el padre o la madre
llevan a cabo de manera separada la inscripción del nacimiento del hijo nacido fuera
del vínculo matrimonial, podrá revelar el nombre de la persona con quien lo hubiera
tenido. En este caso, el hijo llevará el apellido del padre o la madre que lo inscribió,
384
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
11 Espinoza Espinoza, Juan. “Usurpación de nombre”. En Código civil comentado. Tomo I, Lima, Gaceta
Jurídica, 2003, p. 28. Citado por PLÁCIDO, Alex. “Cuando la asignación de los apellidos del hijo
extramatrimonial reconocido separadamente sentaba las bases de su estigmatización. A propósito
de la Ley N.° 28720”. En Actualidad Jurídica. Tomo 153, Lima, Gaceta Jurídica, agosto 2006, p. 289.
12 Obviamente, el progenitor no reconociente, luego de haber tomado conocimiento de la revelación de
su nombre en una inscripción de nacimiento, puede: o bien concordar con la mención, supuesto en
el cual procede realizar el posterior reconocimiento filial conforme al artículo 391° del Código Civil, o
disentir con dicha mención y en este caso procede a impugnarla. Para hacer efectiva la indemnización
por usurpación de nombre tendríamos que encontrarnos en este último supuesto.
385
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Por último, cabe hacer mención entre los mecanismos de protección judicial del
derecho al nombre al hábeas corpus. Si bien es cierto que el artículo 25° del Código
Procesal Constitucional no hace una mención expresa a este derecho dentro de los
susceptibles de ser tutelados a través de dicho proceso constitucional, por su estrecha
relación con el derecho a la identidad personal, cuya eficacia depende además de
la existencia y disposición del Documento Nacional de Identidad, habrán algunas
circunstancias en que será posible exigir su tutela, invocando para estos efectos el
inciso 10) del artículo 25° del Código Procesal Constitucional13, máxime si conforme
ha destacado nuestro Tribunal Constitucional, “… de la existencia y disposición
del Documento Nacional de Identidad depende no sólo la eficacia del derecho a la
identidad, sino de una multiplicidad de derechos fundamentales” (FJ 26) (Expediente
N.° 2273-2005-PHC/TC). Un claro ejemplo de lo afirmado lo constituye el caso “Karen
Mañuca Quiroz Cabanillas”, mencionado en múltiples ocasiones en este trabajo.
Habría que recordar, eso sí, que en estos casos se seguiría en principio el procedimiento
contemplado en el artículo 31° del Código Procesal Constitucional, según el cual el
juez podrá constituirse en el lugar de los hechos (no creemos que ésta sea una opción
eficaz de cara a la protección del derecho al nombre; pero en todo caso conviene
no descartarla de antemano) o, de ser el caso, citar a quien o quienes ejecutaron
la violación requiriéndoles expliquen la razón que motivó la agresión, y resolverá de
plano en el término de un día natural, bajo responsabilidad. Contra dicha decisión
procede luego una apelación y, con posterioridad, dependiendo de las circunstancias
del caso, el recurso de agravio constitucional, para que así sea finalmente el Tribunal
Constitucional el que resuelva de manera definitiva el tema, por lo menos en sede
nacional (artículo 24° del Código Procesal Constitucional), por cuanto, como se sabe,
siempre existe la posibilidad de seguir las acciones en sede internacional por expresa
referencia tanto del artículo 205° de la Constitución Política del Estado como del
artículo 121° del Código Procesal Constitucional.
13 Además, habría que tener presente que el listado de derechos contenido en el artículo 25° del Código
Procesal Constitucional es enunciativo mas no taxativo.
386
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
4. CONCLUSIONES
387
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
388
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Sobre la naturaleza jurídica del nombre se han sostenido diversas teorías (Guillermo
Borda). En efecto, una primera teoría consideraba al nombre como un derecho de
propiedad y fue sostenido en un momento por la jurisprudencia francesa, pero
abandonada por cuanto el nombre es algo inmaterial que está fuera del comercio
y le falta el contenido económico, que es la característica esencial de los derechos
patrimoniales. Una segunda teoría considera que el nombre forma parte de la
responsabilidad del hombre, lo que tiene un fondo de verdad. Otra teoría considera al
nombre como una institución de policía civil, porque sirve para la identificación de las
personas; de ahí su inmutabilidad, que se apoya en una razón de seguridad social. Una
cuarta teoría considera que la verdadera naturaleza jurídica del nombre está dada por
la confluencia de dos puntos de vista: el nombre como un derecho de la personalidad
y una institución de policía civil.
Particularmente, creemos que es esta última teoría la que ha inspirado el artículo bajo
comentario y por ello consagra categóricamente que “Toda persona tiene el derecho
y el deber de llevar un nombre”. No obstante, la doctrina moderna proclama hoy
*
Doctor en Derecho por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con estudios de postgrado en la
Universidad de Buenos Aires, Argentina; la Organización de Estados Americanos en Río de Janeiro,
Brasil, y la Escuela Iberoamericana de Defensa de la Competencia del TDC de España. Premio
Nacional, Primer Puesto Concurso Nacional de Investigaciones Universitarias de Postgrado de la
Asamblea Nacional de Rectores (ANR) 2007. Docente Universitario al nivel de Pregrado y Postgrado
de la PUCP, USMP, UNMSM, AMAG. Asesor Legal del RENIEC, especialista en Derecho Registral Civil.
Ex Vicepresidente de la Sala de Defensa de la Competencia del Tribunal del Instituto Nacional de
Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI). Miembro de
la Comisiones de Estudio y Consultas del Colegio de Abogados de Lima. Experiencia en asesoría y
consultoría en Civil, Administrativo, Competencia, Protección del Consumidor y Propiedad Intelectual
Derecho Empresarial.
390
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Otro sector de la doctrina considera a la identidad como una extensión del derecho
al nombre. Nuestro Código Civil no regula el derecho a la identidad, tal como ha
sido concebido por la doctrina (Delia Revoredo). Coincidimos en que el derecho a
la identidad tiene un contenido más amplio que el derecho al nombre y que abarca
el derecho a la libertad, la integridad psicosomática, la identidad sexual, entre otras
prerrogativas que el Derecho reconoce a todo hombre y que no pueden ser negados
ni discutidos por nuestro sistema jurídico.
El artículo 19° no regula la libertad y el derecho que tienen los padres para escoger
el nombre o los nombres de pila de sus hijos y todo parece indicar que el legislador
optó por dejar estas cuestiones a la ley o el reglamento que regule el registro civil. No
obstante, consideramos que éste es un tema de capital importancia a fin de evitar que
los padres atenten contra la función identificadora e individualizadora del nombre al
asignar a sus hijos nombres inadecuados para personas, dificultando su futuro proceso
de socialización, afectando incluso la dignidad y el decoro. Al respecto consideramos
que en un país como el nuestro esto es grave.
391
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
EL RECONOCIMIENTO
392
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El Código Civil peruano no tiene una norma expresa y taxativa que establezca la
naturaleza del acto jurídico del reconocimiento como acto constitutivo o declarativo
de la filiación, por lo que es necesario asumir este tema con un criterio lógico-jurídico,
en atención a las tendencias modernas del Derecho, atendiendo a los principios de
razonabilidad, eficiencia, eficacia, celeridad, informalismo, simplicidad, veracidad y
verdad material, entre otros, que son principios rectores de la eficiencia social de las
normas jurídicas.
Sobre este tema el jurista Héctor Cornejo Chávez expresaba: “El Código no trae
disposición expresa que caracterice el reconocimiento como acto constitutivo o
meramente declarativo de la filiación. Es pues, forzoso resolver la cuestión con criterio
lógico y atendiendo a la dirección imperante en el Derecho Contemporáneo”.
- La patria potestad.
- Los alimentos.
- El Derecho hereditario.
- La filiación o relación paterno-filial, en la cual obviamente está incluido el
derecho al nombre, conforme lo señala el artículo 21° del Código Civil.
- Otros (tutela, autorización nupcial, etc.).
3 Cornejo Chávez, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 tomos, Lima, Studium, 1991.
393
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Esta norma, expresa Cornejo Chávez, modificó el Código Civil de 1936 con el fin de
que el apellido no refleje la condición extramatrimonial y asemeje, también en esto,
la situación de todos los hijos. Por lo tanto, es claro que el acto del reconocimiento
tiene efectos sobre el nombre de la persona y como tal, consignar en ese entonces
—antes de la dación de la Ley N.° 29032— en la partida de un hijo el nombre con el
apellido del padre que lo ha reconocido, en mi opinión no era modificar el nombre de
la persona, sino que se estaba cumpliendo con registrar legalmente uno de los efectos
jurídicos que se derivan directamente del acto jurídico del reconocimiento, es decir, la
filiación paterno-filial.
Agrega Cornejo Chávez que “reconocer a un hijo, produce el mismo resultado que
investirlo de un estado que antes no tenía”, en este caso se enviste al hijo de la relación
paterno-filial que se establece a través del apellido del padre.
Una formalidad legal no podría afectar la esencia de un acto de amor filial como es el
reconocimiento, no se puede mediatizar los efectos de un acto que es en principio un
acto humano y no un tecnicismo legal sujeto a condiciones.
Existe un largo debate sobre los apellidos de los hijos extramatrimoniales y la facultad
del registrador de integrar los apellidos en el caso de reconocimiento posterior por
parte del padre. Al respecto, es importante señalar que todo niño tiene derecho a
saber quién fue su padre y que éste le otorgue su apellido, con lo cual no sólo se
garantiza el disfrute de todas las prerrogativas que el Derecho de Familia le concede,
sino también por el significado y la trascendencia social que tendrá en su vida de
relación.
394
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El artículo 33° del Reglamento de Inscripción del RENIEC, Decreto Supremo N° 015-98-
PCM, publicado el 25 de abril de 1998, estableció en su momento que:
395
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Este artículo llenó un gran vacío en la legislación peruana sobre el agudo problema de
la asignación de nombres de pila o prenombres en beneficio de los niños; sin embargo,
se derogó 72 horas después por el Decreto Supremo N.° 016-98-PCM, sin haberse
generado un debate sobre el tema. Aunque es verdad que la norma era imperfecta,
pudo mejorarse la redacción del artículo, mediante modificaciones adecuadas,
creando a su vez los mecanismos legales que permitieran su aplicación. Creo que se
actuó precipitadamente.
En el Perú muchas veces se asignan nombres que no guardan relación con nuestra
cultura y que son inadecuados para seres humanos, generando a los menores un
problema en su futuro proceso de socialización y en su vida de relación, por citar
algunos ejemplos, existen casos en que a un menor se le ha puesto el nombre de “Rock
And Roll”, “Made in USA”, “Neurona H20”, etc. Estos nombres son evidentemente
inadecuados para personas; sin embargo, por la “libertad de los padres” al respecto
se cometen este tipo de atrocidades y los registradores poco o nada pueden hacer
porque la ley no los faculta para oponerse o rechazar un nombre de esta naturaleza,
como sí sucede en Argentina, por ejemplo, donde el registrador se opone y si los
padres no están de acuerdo apelan la decisión del registrador a la Corte, quien es la
que finalmente decide sobre la procedencia del nombre, pudiendo incluso cambiarlos.
Con relación a las facultades de oposición del registrador sobre nombres inadecuados,
me permito proponer que el registrador civil pueda oponerse o negarse a inscribir a un
niño cuyo nombre es manifiestamente inadecuado para seres humanos, con el respaldo
de las disposiciones del Código del Niño y del Adolescente, que expresan que se debe
proporcionar al niño todas las condiciones para su desarrollo físico y psicológico; y en
ese sentido, un nombre inadecuado le va a causar indiscutiblemente problemas en sus
relaciones sociales futuras, sentirá vergüenza, sufrirá probablemente burlas sobre su
nombre y ello afectará su proceso de socialización. Sobre este punto también podrían
actuar las Defensorías Municipales del Niño y del Adolescente (DEMUNAS).
Cabe señalar que la moderna corriente de los Derechos del Niño, cuya temática está
siendo hoy muy difundida socialmente, apunta también a interpretar teleológica,
funcional y eficientemente las normas jurídicas que en el fondo favorecen a los
menores y promueven el desarrollo e integración de la familia, entre las cuales se
puede mencionar el reconocimiento de hijos extramatrimoniales.
396
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El tema de los menores tiene larga data y ya ha sido puesto en el tapete en varios
eventos jurídicos sobre Derecho de los Niños. Así por ejemplo, Peter Ustinov,
Embajador Permanente de UNICEF ha dicho “Todos los niños se parecen porque tienen
la misma mirada”, por ello deben mejorarse las legislaciones para su desarrollo.
El primer paso sobre el nombre de los niños lo dio, en 1927, el profesor Enrique
Rodríguez Fabrejat, Ministro de Educación de la República Federativa del Uruguay,
cuando adelantándose a su época afirmó: “Todo para el niño”; “El hijo es solamente
hijo y debe abolirse la distinción jurídica de hijos legítimos y (sic) ilegítimos”.
Por otra parte, en diciembre de 1927, con ocasión de la creación del Instituto
Internacional Americano de Protección a la Infancia (hoy Instituto Interamericano
del Niño), la maestra, poetisa y Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, publicó
su propia declaración sobre los “Derechos del Niño” en la que afirmó: “El niño
sudamericano tiene derecho a nacer bajo legislaciones decorosas que no hagan pesar
sobre él durante toda su vida, la culpa de los padres”; “El niño tiene derecho a nacer
bajo códigos o profundamente cristianos o sencillamente sensatos”.
Por lo expuesto y para garantizar que los recién nacidos cuenten con un nombre que
guarde relación con nuestro idioma y nuestra cultura, el Reglamento de Inscripciones
del RENIEC debe considerar una norma que evite nombres extravagantes, inadecuados,
rimbombantes, cuya estructura dificultosa muchas veces genera errores de inscripción,
constituyendo a veces sonidos de difícil pronunciación hasta para los propios padres. Y
es que la ley no puede ser sólo un instrumento regulador; sino también educador, que
oriente nuestra idiosincrasia saturada de modelos y aptitudes alienadas, sin que esto
397
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
1. No podrán inscribirse los nombres que sean extravagantes, ridículos o que susciten
equívocos respecto de la persona a quien se imponen.
2. Los nombres deben ser de preferencia en idioma castellano, no pueden inscribirse
los extranjeros a menos que estén castellanizados por el uso. También pueden ser
nombres quechuas que es el otro idioma oficial del Perú. Es importante respetar
la unidad idiomática en la asignación de nombres.
3. No se pueden imponer primeros nombres idénticos a los de los hermanos vivos.
La prohibición sólo se refiere al primer nombre, el segundo puede ser igual.
4. No se pueden imponer más de tres nombres de pila.
5. No se pueden imponer nombres en diminutivo.
6. Se prohíbe la asignación de nombres impropios de personas.
7. Se prohíben los nombres que hagan confusa la designación de la persona o
que induzca en su conjunto a un error sobre el sexo. En tales casos los nombres
ambiguos deben ir precedidos de uno que claramente identifique el sexo.
8. No se puede imponer más de un nombre compuesto.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
LEGISLACIÓN COMPARADA
Cabe señalar que en el caso de Argentina, la norma que contiene algunas de las
limitaciones expuestas es la Ley 18.248. Asimismo, la institución encargada de la
materia es la Dirección Nacional de Registro de las Personas, cuyas resoluciones
denegatorias de nombre son recurribles ante el Tribunal de Apelaciones en lo Civil
dentro de los 15 días de notificadas.
En el caso de España, la materia es regulada por la Ley de Registro Civil del 8-6-57 y
el Reglamento del Registro Civil del 14-11-58. La institución encargada es la Dirección
Nacional del Registro y del Notariado.
En nuestro país en el año 1987 se presentó un proyecto de ley del Registro Civil (proyecto
N.° 288 del 12-11-85). En el artículo 12° se establecía que ninguna persona podía ser
inscrita con más de dos nombres propios y se prohibían los nombres extravagantes
que atenten contra la moral, bajo responsabilidad del registrador. Sin embargo, dicho
proyecto no prosperó y se sustituyó por otro que no consignó este artículo. Por ello,
sostengo que el artículo 33° del Decreto Supremo N.° 015-98-PCM tuvo buenas
intenciones, por lo tanto, debió mejorarse su redacción y crear los mecanismos para
su correcta aplicación. No debió derogarse abruptamente, sino propiciar un debate
sobre el tema.
399
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
400
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Así, por ejemplo, el artículo 54° de la Ley de Registro Civil Español expresa: “Tratándose
de españoles, los nombres deberán consignarse en alguna de las lenguas españolas”;
y el artículo 192° del Reglamento del Registro Civil Español permite excepcionalmente
la imposición de nombres extranjeros, siempre que no tengan traducción usual a
cualquiera de las lenguas españolas.
Muchas veces nos preguntamos por qué nuestros padres nos asignaron el nombre
que llevamos y siempre se nos ha dicho que antiguamente se asignaban los nombres
según el santo que correspondía a nuestra fecha de nacimiento y eso nos viene de
tradición, por influencia española, pues cabe recordar que en España, por Orden
Real del 18 de Mayo de 1938, se exigía que los nombres imponibles pertenecieran al
Santoral Romano que con exagerado rigor había sido establecido.
Por otra parte, al reformarse el artículo 54° de la Ley de Registro Civil Español y
los artículos 192° y 193° de su Reglamento por ley del 4 de enero de 1977 fueron
derogadas tres importantes restricciones a la libertad de imposición de nombres. Así
tenemos que:
401
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Expondremos aquí algunas conclusiones sobre el tema del nombre, propuesto por
Francisco Luces Gil (España) en su obra Registro Civil.
Finalmente, reitero que el tema de la asignación de nombres en el Perú tiene que ser
objeto de un amplio debate, el cual pienso que deberá llevarse a cabo teniendo en
consideración estas premisas:
402
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
BIBLIOGRAFÍA
• JOSSERAND, Louis. Derecho Civil. Tomo I, vol. I, Buenos Aires, Bosch y Cía. Editores,
1980.
• LUCES GIL, Francisco. Derecho Registral Civil. Segunda edición, Barcelona, Editorial
Bosch, 1980.
• DURAND CARRIÓN, Julio. Derecho Registral Civil Peruano. Primera edición, Lima,
Editorial San Marcos, 1995.
403
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Consideraciones iniciales:
Para ello realizamos un crítica a la obra doctrinaria del ilustre Carlos Fernández Sessarego3,
quien señalaba que existía un deber de no cambiar de nombre, salvo motivos justificados
*
Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Magíster en Derecho con Mención
en Derecho Civil y Comercial por la misma universidad. Egresado de los estudios doctorales en
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Actualmente Notario de Lima. Ex Juez Titular
Especializado en lo Civil y Ex Vocal Superior Provisional de la Corte Superior de Lima. Actualmente
es profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima en el curso de Derecho Registral y
Notarial; de la Escuela de Derecho de la Universidad César Vallejo de Lima en los cursos de Derecho
Registral y Notarial, Lógica Jurídica y de la Maestría en Derecho Civil de la Universidad de San Martín
de Porres de Lima en el curso de Derechos Reales. Ha ejercido anteriormente docencia universitaria
en materia jurídica en la Universidad Privada de Chiclayo, en la Universidad San Juan Bautista de Lima
y en la Universidad UTELESUP de Lima. Es miembro del Consejo Directivo de la Escuela Peruana de
Derecho Registral y Notarial. Ha escrito artículos de índole jurídica en revistas especializadas y libros
homenajes.
1 ARIAS MONTOYA, Oswaldo Arnulfo. “El Derecho al Cambio de Nombre”. En Persona, Derecho y
Libertad, Nuevas Perspectivas – Escritos en Homenaje al Profesor Carlos Fernández Sessarego.
Coordinadores CALDERÓN PUERTAS, Carlos Alberto; María Elisa ZAPATA JAÉN y Carlos Augusto
GONZALES. Lima, Motivensa Editora Jurídica, 2009, p. 243 y ss.
2 Artículo 29°.- Cambio o adición de nombre
Nadie puede cambiar su nombre ni hacerle adiciones, salvo por motivos justificados y mediante
autorización judicial, debidamente publicada e inscrita.
El cambio o adición del nombre alcanza, si fuere el caso, al cónyuge y a los hijos menores de edad.
3 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho de las Personas. 10.ª edición actualizada, Lima, Editora
Jurídica Grijley, 2007, p. 112.
406
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
y mediando autorización judicial. Para realizar esta crítica nos atrevimos precisamente
en base a dos obras fundamentales del ilustre humanista y civilista4, en cuanto que
propugnan privilegiar el principio libertario de protección a la realidad existencial del ser
humano, frente a la apariencia jurídica o incluso a una seguridad jurídica mal entendida.
Terminábamos señalando que era necesaria una modificación sustantiva del dispositivo
legal (artículo 29° del C.C.) para diferenciar el cambio de los prenombres que podría
admitirse de manera más abierta, con el de los apellidos, cuya modificación sí exigiría
mayor formalidad. En el presente trabajo se realiza una revisión somera de la legislación
comparada sobre el tema y se expone una propuesta de modificación legislativa del
artículo 29° del Código Civil, debidamente sustentada.
Veamos, en la medida de lo que nos ha sido posible, cómo es que se afronta el tema del
cambio de nombre en la legislación comparada.
a) Francia:
4 Fernández Sessarego, Carlos. Derecho y Persona. Lima, Ediciones Inesla, 1990 y FERNÁNDEZ SESSAREGO,
Carlos. Derecho a la Identidad Personal. Buenos Aires, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma
S.R.L., 1992.
407
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
hasta el cuarto grado. El cambio de apellido se extiende a los hijos del solicitante de pleno
derecho, cuando sean menores de trece años; si son mayores se sigue la misma regla que
en el caso del cambio del prenombre.
Por su parte el Código del Proceso Civil francés establece que la solicitud de cambio de
nombre constituye un expediente de jurisdicción voluntaria (artículo 1005-2).
b) Italia:
En Italia el artículo 6° del Código Civil establece que no son admitidos los cambios,
agregados y rectificaciones al nombre (prenombre y apellidos) excepto en los casos y
con las formalidades que establezcan las leyes específicas sobre la materia. El tema está
ampliamente regulado como veremos a continuación.
El artículo 84° del Reglamento para la revisión y la simplificación del ordenamiento del
estado civil, aprobado por Decreto del Presidente de la República del 03 de noviembre
del 2000, N.° 396, dispone que cualquier persona puede cambiar el prenombre o añadir
otro prenombre haciendo la solicitud al Ministerio del Interior exponiendo las razones
de su pedido. La solicitud se presenta ante el prefecto de la provincia en que reside el
solicitante, quien reúne la documentación necesaria y la remite al Ministerio del Interior
(artículo 85°).
408
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
En el caso que se solicitara la modificación del prenombre o de los apellidos por ser
ridículo o vergonzoso, o porque revela un origen natural, basta con la intervención del
prefecto y no del Ministro del Interior con un procedimiento similar al anteriormente
reseñado, pero obviamente mucho más breve (artículos 89° al 92°).
c) España:
Asimismo, en virtud de dicha norma, se modifica la Ley sobre el Registro Civil, del 08 de
junio de 1957, disponiéndose que quedan prohibidos los nombres que objetivamente
perjudiquen a la persona, los que hagan confusa la identificación y los que induzcan a
error en cuanto al sexo.
409
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Es preciso indica que el régimen general para el cambio de nombre que establece la antes
citada norma sobre el Registro Civil español, dispone que el cambio de nombre se solicita
ante la autoridad judicial, la que es la única que podía permitirlo, salvo la excepción de la
norma sobre la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas al que
nos hemos referido en el inicio de este apartado.
Como vemos, la norma va mucho más allá del tema de este trabajo, aunque lo toca
más que tangencialmente y sin duda es un tema de debate propio. Lo interesante
es que respecto al cambio de nombre en estos casos (nueva identidad de género) el
procedimiento es ya sólo de carácter administrativo.
d) El Salvador:
En El Salvador, mediante el Decreto N.° 1073 (con rango de Decreto Legislativo) de fecha
13 de abril de 1982, se dictó la Ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria y
de otras diligencias. En el apartado referido a la identidad personal, en el artículo 31°
se estableció que cuando una persona natural trate de establecer que es conocida con
nombre o apellidos que no concuerdan con los asentados en su partida de nacimiento (es
decir, el cambio de nombre), podrá comparecer ante notario, presentando su partida de
nacimiento, cualquier otro documento relativo a la identidad que se trata de establecer
y ofreciendo dos testigos idóneos.
410
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
e) México:
En el Distrito Federal de México, mediante Ley del 10 de octubre del 2008, se reformó el
artículo 135° del Código Civil para dicha demarcación, incorporándose el artículo 135° b)
que establece que es posible pedir al juez el levantamiento de una nueva acta de nacimiento
por reasignación de concordancia sexo-genérica, previa la anotación correspondiente en
su acta de nacimiento primigenia, cuando se requiera el reconocimiento de identidad de
género.
Por otra parte, en cuanto al régimen general de cambio de nombre el mencionado Código
Civil establece que puede solicitarse el cambio de nombre por enmienda (artículo 135°) y
que dicha solicitud se tramita ante el juez como un simple incidente de rápida resolución.
f) Brasil:
En Brasil el tema del cambio de nombre está regulado por la Ley N.° 6.015, del 31 de
diciembre de 1973, que establece disposiciones sobre los registros públicos. Allí se
establece que quien pretenda que se restaure, suprima o rectifique un asiento del
Registro Civil requerirá, en petición fundamentada y recaudada con documentos o con
lo indicado por testigos, que el juez ordene lo solicitado, oído el Ministerio Público y los
interesados, en el plazo de cinco días. Si hay impugnación, el juez abrirá lo solicitado a
prueba por diez días, oyéndose a los intervinientes por tres días. En todo caso resolverá
en un plazo que no excederá de cinco días.
411
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Puede observarse que en Brasil el trámite si bien es judicial, resulta muy breve y que se
diferencia el cambio de nombre propiamente dicho (además de otras modificaciones),
de la corrección ortográfica que es mucho más simple.
g) Colombia:
En Colombia, mediante Decreto 999 (con rango de ley) de 1988 (23 de mayo), se señala
competencia para las correcciones del registro del estado civil, se autoriza el cambio de
nombre ante notario público y se dictan otras disposiciones (sumilla de la norma).
En esta norma se establece que las personas inscritas en el registro del estado civil podrán,
por una sola vez, disponer la modificación del registro mediante escritura pública, para
sustituir, rectificar, corregir o adicionar su nombre, todo con el fin de fijar su identidad
personal.
Asimismo se dispone que la mujer casada pueda, mediante escritura pública, adicionar o
suprimir el apellido del marido precedido de la preposición “de”, en los casos en que ella
lo hubiere adoptado, o hubiese sido establecido por la ley. Dicha escritura pública deberá
inscribirse en el correspondiente registro civil del interesado.
h) Argentina:
En Argentina, mediante la Ley N.° 18.248, de fecha 10 de junio de 1969, se legisló sobre
el nombre de las personas. De entrada habría que decir que la mencionada legislación es
de las más restrictivas en dicha materia.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Es de verse que esta regulación tiene mucha similitud con la actual normatividad
sobre el tema de nuestro Código Civil y parecería ser su antecedente más inmediato.
Lo interesante es que la corrección de errores y omisiones materiales se hace en sede
administrativa.
i) Chile:
En Chile, la Ley N.° 17.344, del 22 de septiembre 1970, regula la materia, indicando
que cualquier persona puede solicitar, por una vez, que se le autorice para cambiar sus
nombres y apellidos, o ambos a la vez, en los casos siguientes:
Asimismo, se podrá pedir autorización para traducir sus nombres o apellidos al idioma
castellano y para cambiarlos si su pronunciación o escrituración es difícil en castellano. La
competencia para tales fines corresponde al juez, mediante un proceso de naturaleza no
contenciosa, en el que cabe oposición.
Se aprecia que en nuestros tiempos, en los que el derecho a la identidad no hace más que
afirmarse, en contrapeso con la difuminación de los contornos filosóficos y psicológicos
de lo que sea la persona humana, las legislaciones tienden a considerar el cambio de
nombre (prenombres y apellidos) como un derecho, que incluso en países como El
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Salvador y Colombia puede hacerse efectivo ante notario mediante la Escritura Pública,
en la que se contenga la declaración de notoriedad respecto a la verdadera concordancia
entre el nombre y la real identidad personal.
Código Civil:
El cambio o adición del nombre alcanza, si fuere el caso, al cónyuge y a los hijos menores
de edad.
414
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
TÍTULO II
Artículo 15°.- Objeto del trámite.- El cambio de uno o más de los prenombres, así como
las rectificaciones que tengan por objeto corregir los errores y omisiones de nombre,
apellidos, fecha de nacimiento, de matrimonio, defunción u otros que resulten evidentes
del tenor de la propia partida o de otros documentos probatorios, se tramitarán ante
notario.
En ningún caso se podrá seguir el trámite notarial para cambiar los apellidos de la persona,
el sexo u otra información contenida en la partida que no surja de un error evidente.
Justificación:
415
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
En el caso del cambio de los apellidos, o incluso de una modificación ulterior del o de los
prenombres, deberá recurrirse obligatoriamente ante el juez competente, justificando la
solicitud de manera suficiente. Se trata de evitar que algunas personas pudieran abusar
de la posibilidad del cambio de prenombre queriendo realizar dicho trámite en forma
reiterada ante notario; en razón de ello se limita la posibilidad del cambio de prenombre
ante notario a una sola vez, debiendo recurrir al juez si es que por alguna razón justificable
pudiera volverse a modificar al prenombre.
En el caso de los apellidos, estando a que éstos implican también la vinculación paterno
filial, es conveniente que se haga una apreciación judicial, tomando en cuenta la
excepcionalidad de dicha petición, que generalmente se sustenta en graves motivos de
rechazo a la identificación en relación a los progenitores.
La propuesta no se pronuncia sobre el tema del cambio de sexo y la forma de hacer la
llamada concordancia sexo género.
PALABRAS FINALES
Sin duda alguna el nombre quiere expresar lo que es la persona. Pero, igualmente, sin
duda este esfuerzo es —al menos en alguna medida— un fracaso. Somos mucho más
de lo que aparentamos ser: hay un misterio escondido en cada ser humano. Cuando
el nombre nos ha quedado estrecho, como una piel vieja y gastada, el Derecho debe
permitirnos cambiarlo, para así afirmar nuestra verdadera identidad.
Las reformas a nuestra legislación y en particular al Código Civil no deben hacerse por
afanes de innovación que se agoten en sí mismas, sino partiendo de las exigencias de
los hombres y mujeres que no encuentran adecuada solución a sus necesidades en el
ordenamiento positivo vigente. El Derecho debe responder al reto de hacer posible una
convivencia social que permita el desarrollo personal y cree las condiciones mínimas para
acercarnos al ideal de la vida buena, o con palabra aún más elevada, de la felicidad.
Esperamos haber contribuido en ese propósito.
416
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
*
Doctor en Derecho, Universidad de Navarra, Pamplona, España. Obtuvo el máximo calificativo:
“Sobresaliente cum laudae”. Especialista sobre la Unión Europea por la Asociación Gallega de Estudios
Europeos (AGEE) y la Universidad de la Coruña, España. Certificado de suficiencia investigadora con
calificación de Sobresaliente, expedido por el programa de doctorado de la Universidad de Navarra.
Participó en el PAC RIM Summer Seminar in U.S. Studies en el Instituto de las Américas, Center of U.S-
Mexican Studies de la Universidad de California, San Diego; beca concedida por la Oficina de Asuntos
Públicos (Public Affairs Section) del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (authorized
to make the Grant and Agreement by the Mutual Education and Cultural Exchange Act of 1961;
commonly know as the Fulbright-Hays act. Autor de reconocidas obras en la especialidad de Derecho
Constitucional, expositor y conferencista de numerosos eventos académicos. Decano de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Piura, profesor ordinario de las cátedras de: Derecho Constitucional
I y II, Derecho de Integración en la Facultad de Derecho de la Universidad de Piura, Profesor del
programa de Maestría en Derecho de la Universidad de Piura, Catedrático Jean Monnet de Derecho
Comunitario Europeo. Miembro del Consejo Consultivo de la Revista de Derecho de la Universidad de
Piura y miembro del Consejo Consultivo de la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso
de la República. Profesor Asociado de la Academia de la Magistratura.
1 El DVD tiene por título “Cinco claves para el establecimiento de metas. ¿Por qué las personas no
establecen metas?”.
418
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
soles; un poco más de un dólar, una ganancia que se distribuirá entre el bolsillo del
productor (conocido como pirata, por tanto desconocido, lo cual agrava el problema)
y el vendedor al mínimo costo. El problema no sólo queda ahí pues pasa el tiempo,
el referido DVD sigue circulando por las calles y hasta la fecha tengo en mi poder
tres ejemplares gracias a preocupados amigos que, sin conocer que estoy al tanto
del tema, lo siguen encontrando a la venta y adquieren para mostrármelo y seguirme
sorprendiendo.
***
Sirva la introducción del párrafo precedente para afirmar, con conocimiento de causa,
que los actuales progresos de la técnica permiten registrar y reproducir imágenes e
información acerca de hechos más íntimos o reservados a la vida de las personas. Por
otra parte, es bastante corriente que organismos estatales manejen un importante
caudal de información sobre los ciudadanos (fotos, datos laborales, domésticos,
preferencias de consumo, créditos adquiridos, etc.). Todo lo anterior nos lleva a
reconocer la importancia que en la vida ordinaria de las personas existen espacios
personales, sociales y espirituales que les pertenecen con exclusividad y que resulta
ilegítimo cualquier intromisión no consentida o que no se funde en un interés público.
Nos encontramos entonces con la necesidad de proteger el derecho a la imagen frente
al cada vez mayor avance de las nuevas tecnologías; para lograr nuestro propósito nos
ocuparemos de estudiarlo dentro del ámbito de los derechos humanos.
Como sabemos, y es preciso recordar, los derechos humanos son el conjunto de bienes
(humanos) reconocidos y garantizados por el Derecho para que la persona pueda
satisfacer las necesidades propias de su condición humana2. La histórica y célebre
Carta Magna inglesa de 1215, el documento constitucional más antiguo del mundo,
dispuso por primera vez que “ningún hombre libre puede ser detenido, mantenido
preso, expropiado, desterrado o proscrito, salvo por decisión judicial basada en la
2 Véase Castillo Córdova, Luis. Los Derechos Constitucionales. Elementos para una teoría general.
Lima, Palestra Editores, 2007, p. 37.
419
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
ley”3. Esta fórmula, antes que la libertad religiosa, se convirtió en la madre de todos
los derechos fundamentales, la cual es conocida por la doctrina como “la protección
contra la detención y la persecución penal arbitraria” 4. En efecto, como consecuencia
del reconocimiento de la libertad individual con el paso del tiempo se fueron realizando
nuevas conquistas judiciales en torno al reconocimiento de todos los bienes humanos
que promueven la plena realización de la persona hasta nuestros días.
3 La importancia histórica de Edward Coke, un juez inglés, para el desarrollo del Estado constitucional
moderno, difícilmente puede exagerarse; pero su contribución más efectiva fue la ampliación de este
principio fundamental a todos los ingleses libres. El juez Coke realizó una interpretación histórica y
lo dedujo directamente de la Carta Magna, siendo reconocido en la Petition of Rights de 1628, la
cual tuvo dos efectos. El primero fue que el rey no posee un derecho soberano para las detenciones
arbitrarias y, el segundo, que se trata de un derecho que se puede invocar ante la judicatura. Por eso,
que la fórmula de Coke sólo es una variación de lo dispuesto por la Carta Magna inglesa de 1215;
véase Kriele, Martín. Introducción a la Teoría del Estado. Buenos Aires, Depalma, 1980, pp. 209-210.
4 Véase Kriele, Martín. Introducción a la Teoría del Estado…, pp. 208-209.
5 Véanse los artículos 33°, 50°, 94° y 3° de las constituciones de Argentina (artículo 33°), Colombia
(artículo 94°), Perú (artículo 3°) y la Constitución venezolana de 1961 (artículo 50°).
420
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
iberoamericanas6. En todo caso, esta cláusula será más o menos retórica en relación
con el grado de independencia e inamovilidad que posean los jueces.
Con el paso del tiempo, las constituciones modernas también fueron reconociendo
los llamados derechos de la personalidad, propios del Derecho Civil, entre ellos el
derecho a la propia imagen7. De esta manera, la Carta de 1993 establece, en su artículo
2°, inciso 7, que toda persona tiene derecho “al honor y a la buena reputación, a la
intimidad personal y familiar así como a la voz y a la imagen propias (…)”. Nuestro
sistema jurídico establece el derecho a la imagen y a la voz como derechos autónomos,
diferenciados del derecho a la intimidad, aun cuando un mismo acto pudiera afectar
los tres derechos.
El derecho a la propia imagen, junto con los derechos a la intimidad personal, familiar
y al honor, contribuye a preservar la dignidad de la persona salvaguardando una esfera
6 La frontera entre judicialismo y normativismo debe quedarnos clara para comprender los presupuestos
de la novena enmienda de la Constitución norteamericana, en ese sentido Pereira Menaut nos dice
que “el Derecho es plural, no monista. La visión judicialista ayuda a percibir esa pluralidad porque, si el
Derecho consiste en sentencias que resuelven casos concretos, ex definitione no formará un sistema
completo, cerrado ni perfecto. Un normativista extremo será, posiblemente, monista y sistemático y
querrá convencernos de que el Derecho consiste sólo en normas; en cambio, un judicialista extremo
siempre tendrá que admitir principios y regulae iuris generales, aunque sólo sean las producidas por
la jurisprudencia y sus comentadores”. Cfr. PEREIRA MENAUT, Antonio Carlos. Lecciones de Teoría
Constitucional. Madrid, COLEX, 2006, p. 269.
7 El artículo 15° del Código Civil peruano de 1984 reconoce el derecho a la imagen y a la voz
requiriéndose el consentimiento de la persona.
421
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
8 Morales Godo, Juan. “Comentario al artículo 2°, inciso 7, de la Constitución de 1993”, en GUTIÉRREZ,
Walter. La Constitución comentada, análisis artículo por artículo. Tomo I, Lima, 2005, pp. 119-120.
9 Véase el trabajo de NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. “El derecho a la propia imagen como derecho
fundamental implícito. Fundamentación y caracterización”, en Revista IUS ET PRAXIS, Año 13, N.° 2,
pp. 260-262.
10 El derecho a la autodeterminación informativa garantiza que el individuo sea capaz de disponer y
controlar el tipo de datos que sobre él se hayan registrado, a efectos de preservar su imagen erivada
de su inserción en la vida en sociedad; véase el Exp. N.° 01797-2002-HD/TC.
11 Véase la Sentencia del Tribunal Constitucional español STC 231/1988, Fundamento jurídico 3 y STC
99/1994, Fundamento jurídico 5.
12 Véase la Sentencia del Tribunal Constitucional español STC 81/2001, Fundamento jurídico 2.
13 Véase el artículo 5° de la Constitución de Brasil de 1988.
422
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
previstos en el artículo 8.2, constituye una intrusión ilegítima; mientras que el artículo
7.6 establece que también lo sería el empleo del nombre, de la voz o de la imagen para
fines publicitarios, comerciales o de naturaleza similar14.
14 Véase, Martínez Álvarez, Eduardo. “El derecho a la imagen”, en Juris Doctor, Revista Jurídica
On-Line. Ver: www.jurisdoctor.adv.br/revista/rev-01/art13-01.htm.
15 En el Perú este concepto no se ha recogido en la Constitución de 1993 sino más bien gracias a la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Un intento por introducirlo se dio gracias al proyecto de
reforma de la Constitución de 1993 preparado por el Congreso, el cual consistió en una transcripción
literal del artículo 53.1 de la Carta española de 1978.
423
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
No obstante, pese a que la teoría absoluta fue reiterada en más de una oportunidad18,
el Tribunal Constitucional español se empieza a inclinar hacia una concepción más
16 Sobre las teorías absoluta y relativa el profesor Francisco Rubio Llorente nos dice que “[l]a doctrina
del Tribunal Constitucional respecto de esta oscura noción ha evolucionado con el tiempo desde lo
que cabría llamar una concepción dura a otra más blanda o, para utilizar expresiones habituales en la
doctrina alemana, enfrentada desde hace más tiempo con el problema, que tiene allí su origen, desde
una concepción “absoluta” a otra “relativa” (o “relativista”) del contenido esencial. De acuerdo con
la primera de ellas, los derechos fundamentales tendrían una estructura análoga en cierto sentido
a la de ciertas frutas: un núcleo duro, impenetrable, rodeado de una sustancia más bien blanda, de
la que cabe separar trozos o capas sucesivas. De acuerdo con la segunda, la estructura del derecho
es homogénea; no hay dentro de ella, como en la anterior, dos partes diferenciadas, sólo una de
las cuales sería indisponible para el legislador, los límites constitucionales a la acción configuradora
de éste vienen, en consecuencia, más que del interior mismo del derecho, de la relación existente
este y los restantes derechos (eventualmente, también, con otras finalidades constitucionalmente
protegidas)”. Cfr. RUBIO LLORENTE, Francisco. “La configuración de los derechos fundamentales en
España”, en Liber Amicorum a Héctor Fix Zamudio, Vol II, Corte Interamericana de Derechos Humanos,
Costa Rica, p. 1340; sobre las teorías absoluta y relativa también véase CARPIO MARCOS, Edgar. La
interpretación de los derechos fundamentales. Lima, Palestra editores, serie Derechos y Garantías,
número nueve, 2004, pp. 85-96.
17 Cfr. Sentencia del Tribunal Constitucional español (en adelante STC) N.° 11/81 del 8 de abril de 1981.a
18 Véanse por ejemplo las sentencias del Tribunal Constitucional español, STC 13/84, de 3 de febrero de
1984, y STC 196/87 de 11 de diciembre de 1987.
424
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Como mencionamos anteriormente, las teorías absoluta y relativa han sufrido serios
cuestionamientos en la doctrina contemporánea pese a que las resoluciones de más de
un tribunal constitucional han optado ya sea por una, u otra, al momento de conocer
y argumentar una decisión en torno a la protección de un derecho fundamental; sin
embargo, pese a su gran difusión, especialmente de la teoría absoluta, compartimos
los tres cuestionamientos que se hacen en torno a ellas.
19 Cfr. La sentencia del Tribunal Constitucional español, STC 71/94 de 3 de marzo de 1994.
20 Véase el Exp. N.° 0004-1996-AI/TC. De acuerdo con el profesor Luis Castillo la primera vez que el
Tribunal Constitucional peruano se manifestó sobre el contenido de un derecho fue gracias a un voto
singular en la sentencia que resuelve la acción de inconstitucionalidad interpuesta por 36 congresistas
contra la Ley N.° 26592; la cual reformaba la Ley N.° 26300 disponiendo que para la procedencia del
referéndum, “se requería se una iniciativa legislativa popular que habiendo sido rechazada por el
Congreso, haya obtenido al menos 48 votos a favor. La cuestión a dilucidar consistió si la exigencia
previa de intervención del Parlamento con 48 votos suponía o no la ‘la satisfacción de una condición
tan desproporcionada, que la propia institución del referéndum se vea gravemente lesionada, al
extremo de habérsele desnaturalizado, y en consecuencia —aunque no se diga expresamente así—
haberse afectado su contenido esencial’”; cfr. CASTILLO CÓRDOVA, Luis. Elementos de una Teoría
General de los Derechos Constitucionales. Lima, ARA editores, 2003, pp. 148-149.
425
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
21 En ese sentido, véase el trabajo del profesor Luis Castillo en Castillo Córdova, Luis. Los Derechos
Constitucionales. Elementos para una teoría general. Lima, Palestra editores, 2005, pp. 246-249.
22 “Esto quiere decir que el contenido del derecho no puede quedar definido de antemano y para
siempre: sino —y como debe ser— el contenido terminará de definirse teniendo en cuenta las
particulares circunstancias del caso concreto, más aún cuando su finalidad es regir efectiva y
plenamente en la realidad”; cfr. Castillo Córdova, Luis. Los Derechos Constitucionales…, p. 242.
426
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Los jueces no pueden realizar una tarea mecánica dado que ningún caso judicial es
igual a otro; por eso, en la medida que el trabajo de los miembros del Tribunal cumplan
con su función de ser el último garante de los derechos en la jurisdicción nacional,
se podrá enriquecer progresivamente las pautas de interpretación para descubrir
el contenido de los derechos fundamentales en cada caso concreto. No olvidemos
que la determinación del contenido constitucional de los derechos no se realiza de
modo alguno mediante un ejercicio semántico de lo que significan las palabras de
la Constitución, sino más bien a partir de la naturaleza humana y su dignidad única
e inmutable. Lo cual se convierte en algo muy cercano a “un mar sin orillas” para la
descubrir el contenido de los derechos fundamentales a través de cada caso judicial,
pero siempre como un concepto de carácter abierto23.
23 En el mismo sentido, véase Toller, Fernando. “Resolución de los conflictos entre derechos
fundamentales”, en AA.VV: La interpretación constitucional. Tomo II, México, Editorial Porrúa, 2005,
p. 1253.
427
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
persona. La imagen personal no puede ser utilizada por los medios libremente por el
solo hecho de ser captada en espacios públicos, ya que también se protege en dichos
espacios; naturalmente que en estos lugares se renuncia a la privacidad pero no al
derecho de control de su propia imagen como a su autorización para su reproducción
y posterior difusión.
Se ha precisado que la relación del derecho al honor y a la imagen puede dar lugar a
cuatro situaciones diferentes: se puede lesionar conjuntamente ambos derechos24,
se puede lesionar el derecho al honor y no el derecho a la imagen cuando se publica
la imagen en forma justificada en atención a otros bienes constitucionales y no se
afecta la integridad de la persona; se pueden afectar ambos derechos cuando no
existe justificación por otros bienes constitucionales de la captación, reproducción o
publicación de la imagen de la persona y al mismo tiempo se afecta su integridad
personal.
24 “El honor es un derecho único que engloba también la buena reputación, reconocida
constitucionalmente. Así lo ha postulado también el Código Procesal Constitucional, que deja de
mencionar la buena reputación. Y si bien tiene una base en la dignidad humana y, por lo tanto, se
cuestionaría su reconocimiento a favor de la persona jurídica, el honor se ha entendido como “(...) la
capacidad de aparecer ante los demás en condiciones de semejanza, lo que permite la participación
en los sistemas sociales y corresponde ser establecido por la persona en su libre determinación (...)”.
Protege a su titular contra el escarnecimiento o la humillación, ante sí o ante los demás, incluso
frente al ejercicio arbitrario de las libertades comunicativas, al significar un ataque injustificado a su
contenido. Forma parte de la imagen humana (quizás por ello el equívoco de incluir en la demanda el
cuestionamiento a la imagen)”. Cfr. Exp. 04611-2007-AA (Fundamento jurídico 6 a 40).
428
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
25 Cfr. Becerra Palomino, Enrique. “Derecho a la intimidad”, en Libro homenaje a Carlos Rodríguez
Pastor. Lima, Editorial Cultural Cuzco, 1992, p. 133; citado por Morales Godo, Juan. “Comentario al
artículo 2°, inciso 7, de la Constitución de 1993”, en Gutiérrez, Walter. La Constitución comentada,
análisis artículo por artículo…, p. 121.
429
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Finalmente, el contenido del derecho a la imagen está compuesto por lo que cada
persona desee libremente mostrar de su personalidad, lo que incluye el modo de
vestir, peinarse, maquillarse, hasta los gestos y actitudes, dentro de una esfera de
libertad personal. La demanda de amparo es una garantía cuando no existiera una
vía igualmente satisfactoria para la protección de este derecho. Nos ponemos en
el caso de una persona que sufre un despido arbitrario en su empleo por tener el
pelo demasiado largo o incluso llegar al trabajo con barba. El derecho a la imagen,
reconocido constitucionalmente, garantiza la libertad de actuar mientras no se
perjudique a un tercero y sea un acto ilegal, ni a buenas costumbres. Al respecto,
también existe un derecho patrimonial de comercializar la propia imagen y lucrar con
ello, por ejemplo a través de publicidades. Esto también implica que nadie pueda
utilizar con fines personales y ánimo de lucro la imagen de otro, sin su autorización,
como fue nuestro caso expuesto en la introducción de este trabajo. El derecho a la
imagen impide entonces comercializar por ejemplo el retrato de una persona sin su
consentimiento (el cual también podría revocarse) o el de sus sucesores si el afectado
hubiese muerto, salvo para fines culturales (como por ejemplo la organización de
un congreso en torno a la figura de un intelectual o artista reconocido). Un derecho
reconocido en el artículo 2°, inciso 7, de la Constitución peruana que también está
protegido por la acción de amparo26.
*****
26 Los incisos 2 y 3 son los textos modificados por el artículo de la Ley N.° 26470 del 09/06/95. Los textos
originales establecían: 2) La Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos
por la Constitución. No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales emanadas
de procedimiento regular. 3) La Acción de Hábeas Data, que procede contra el hecho u omisión, por
parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se
refiere el artículo 2º, incisos 5), 6) y 7) de la Constitución”.
430
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
I. Introducción
*
Doctor en Derecho (Dr. iur) por la Universidad de Bonn (Alemania). Magíster en Derecho comparado
(LL.M) por la Universidad de Bonn (Alemania). Abogado por la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos (Perú). Profesor de Derecho Penal Económico en la Universidad Peruana de Ciencias
Aplicadas. Profesor de Derecho Penal del Doctorado en Derecho y Maestría en Derecho Penal de la
Universidad de San Martín de Porres. Profesor de Derecho Penal en la Maestría en Derecho Penal y en
la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor visitante del Instituto
de Criminología de la Universidad de Guayaquil. Profesor visitante de la Cátedra Latinoamericana de
Derecho Penal Económico de la Universidad Externado de Colombia.
1 El motivo podría radicar fundamentalmente en la construcción antropomórfica del Derecho, en
especial de los derechos fundamentales. Cfr. VON SAVIGNY, Friedrich Carl. System des heutigen
romischen Rechts. Tomo II, Aalen 1984, p. 2 y p. 331 y ss.
432
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
del todo superada2. El quid de la problemática reside más bien en la determinación del
ámbito de delitos que pueden cometerse contra la persona jurídica3.
2 En ese sentido tenemos las Sentencias del Tribunal Constitucional Español, que en diversas
ocasiones ha reconocido a las personas jurídicas la titularidad de derechos fundamentales y, por
ende, tácitamente la posibilidad de que tutela de los mismos en caso de que se vean afectados.
Cfr. STC 137/1985. del 17 de octubre, STC 64/1988, de 12 de abril; STC 23/1989, de 2 de febrero;
STC 139/1995, del 26 de septiembre. De igual forma también en la región tenemos las sentencias
de la Corte Constitucional de Colombia en el mismo sentido de reconocer la existencia de derechos
fundamentales en las personas jurídicas. Cfr. Sentencia T-050-93; Sentencia T-094-00. También
nuestro Tribunal Constitucional reconoce esta titularidad, cfr. STC Exp. N.° 0905-2001 AA, caso CAJA
DE AHORRO Y CRÉDITO DE SAN MARTÍN, fundamento jurídico N° 5.
3 Lo trascendental a efectos de determinar la calidad de sujeto pasivo de la persona jurídica es la
determinación de la naturaleza del objeto de protección tutelado en la norma penal. De esta forma,
aquellos tipos penales donde el objeto de protección precise de una calidad exclusiva de la naturaleza
humana, no serán susceptibles de tutela a favor de la persona jurídica, como es el caso de los delitos
contra la libertad sexual, o los delitos contra la vida, el cuerpo y la salud. Cfr. RAMÓN RIBAS, Eduardo.
La personalidad jurídica en Derecho Penal. Granada, 2009, pp. 1 y ss.
4 Cfr. Kaufmann, Arthur. “Zur der Beleidung von Kollektivpersonlichkeiten”, en ZStW, 1972, p. 441.
433
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
5 Citado por JAKOBS, Günther. “La misión de la protección jurídico-penal del honor”, en Estudios de
Derecho Penal. Madrid, 1997, p. 426.
6 Sobre la base de identificar el honor con la dignidad de la persona física, sostiene SALINAS SICCHA,
Ramiro. Derecho Penal. Parte especial. Lima, Idemsa, 2004, p. 277: “creemos decididamente que
únicamente la persona natural o física puede ser titular del bien jurídico honor, y por tanto sólo
la persona natural puede ser sujeto pasivo de una conducta dolosa que lesiona el honor”; en el
mismo sentido, UGAZ SÁNCHEZ-MORENO, José. Prensa juzgada: treinta años de juicios a periodistas
peruanos (1969-1999). Lima, UPC, 1999, pp. 87-88: “el honor es un bien jurídico privativo de la
persona física, toda vez que se deriva de la persona humana y está íntimamente vinculado al
desarrollo de la personalidad, atributo que solamente pueden ostentar las persona naturales. En tal
sentido, únicamente puede ser agraviada de delito contra el honor la persona humana, mas no las
jurídicas u otras entelequias”.
7 STC. Exp. N.° 318-96-HC/TC, caso MOSCA MOTTA, primer párrafo.
434
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
8 Pronunciada por Pedro Crespo en la obra El Alcalde de Zalamea, de Pedro Calderón de la Barca.
9 Para un mayor detalle de la importancia de la previsibilidad de la norma cfr. JAKOBS, Günther. Sobre
la normativización de la dogmática jurídico-penal. Bogotá, 2004, pp. 15-20.
435
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
436
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
12 Hirsch, Hans Joachin. Ehre und Beleidigung. Grundfragen des strafrectlichen Ehrenschutzes.
Karlsruhe, 1967.
13 STC 185/1989, de 13 de noviembre, fundamento jurídico N.° 4.
14 En ese sentido: STC Exp. N.° 4099-2005-PA, caso GÁLVEZ BERRÍO, fundamento jurídico N.° 6.
15 Cfr. STC 214/1991, de 11 de noviembre, fundamentos jurídicos N.° 1 y 8.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
16 Cfr. STC Exp. N.° 4099-2005-PA, caso GÁLVEZ BERRÍO; STC Exp. N.° 0905-2001 AA, caso CAJA DE
AHORRO Y CRÉDITO DE SAN MARTÍN; STC Exp. N.° 0446-2002 AA, caso Garate Montoya; entre otras.
17 STC Exp. N.° 4099-2005-PA, caso GÁLVEZ BERRÍO, fundamento jurídico N.° 8.
438
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
439
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
440
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
que no necesariamente reciben el estatus de persona22, lo cual hace que sea necesario
redefinir el concepto de persona para desligarlo exclusivamente de la figura del ser
humano23.
En el plano del Derecho Penal esta separación entre el individuo, entendido como
entidad física que existe sólo en un plano fenomenológico, y la persona concebida como
un constructo producto del Derecho existente en un plano inmaterial, es sumamente
clara en el moderno sistema del Derecho Penal denominado funcionalismo jurídico-
penal24. Según el principal exponente de este sistema, Günther Jakobs, la distinción
entre el individuo y la persona radica en el significado atribuido a sus acciones25. Por
un lado, mientras que el significado de las acciones del individuo se derivan de un
código naturalístico de satisfacción/insatisfacción, la acción de la persona tiene per
se un significado resultante de un código normativo de libertad/responsabilidad.
Para el individuo tener un auto deportivo y manejarlo a la máxima velocidad tiene el
significado de un placer extremo de disfrute, no obstante, para la persona el disfrute
tenido como producto de la acción es irrelevante, pues lo que cuenta es el significado
que la acción en un sentido jurídico como una infracción de tránsito.
22 Cfr. Jakobs, Günther. “En los límites de la orientación jurídica: Derecho penal del enemigo”, en
Terrorismo y Derecho. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2009, pp. 29-26.
23 Una clara muestra entre esta diferenciación entre el hombre en sentido natural y la persona en
sentido jurídico, con un profundo raigambre hegeliano es la aportada por LESCH. Cfr. LESCH, Heiko.
Intervención delictiva e imputación objetiva. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1995,
pp. 13-39.
24 Cfr. Jakobs, Günther. Sociedad, norma y persona en una teoría de un Derecho penal funcional. Madrid,
1996, p. 50 y ss.
25 Cfr. Jakobs, Günther. Sobre la normativización de la dogmática jurídico-penal, cit., p. 16 y ss.
26 Cfr. Jakobs, Günther. “Strafrechtliche Zurechnung und die Bedingungen der Normgeltung”, en
NEUMANN/SCHULZ (Edit.). Verantwortung in Recht und Moral. Stuttgart 2000, p. 57 y ss.
441
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
27 Lo pone de relieve al analizar críticamente esta cuestión en los finalistas MARAVER GÓMEZ, Mario.
“La recepción del finalismo en España: algunas consideraciones de carácter metodológico”, en Revista
Jurídica (Universidad Autónoma de Madrid) N.° 5, 2001, p. 165 y ss., 187, donde anota que, si se quiere
“partir de un concepto ontológico de acción de carácter preexistente e inmutable, la finalidad se acabaría
identificando con el mero control del proceso causal y difícilmente podría tener relación con el valor
o aportar alguna utilidad de carácter sistemático”. Al mismo tiempo, si se pretende “dar un sentido
normativo al concepto de acción, se terminará renunciando a su carácter ontológico”.
28 Jakobs, Günther. La imputación objetiva en el Derecho penal. Buenos Aires, 1996, p. 67.
29 Según la conocida definición del introductor de este término en la sociología alemana, DAHRENDORF,
Ralf. Homo Sociologicus. Ein Versuch zur Geschichte, Bedeutung und Kritik der Kategorie der sozialen
Rolle. 15.ª ed., Opladen, 1977, p. 32 y s., 56; en el mismo sentido, LUHMANN, Niklas. Rechtssoziologie.
3.ª ed., Opladen, 1987, p. 86, para quien “roles son haz de expectativas”. El concepto de rol tiene
un arraigo en el Derecho Penal de una forma más expresiva de lo imaginado. Por ejemplo, en la
medida que el instituto dogmático de la “posición de garante” de los delitos de omisión se refiere
a una posición determinada en el mundo del deber jurídico, en vez del individuo como tal, estamos
hablando en el fondo, con otras palabras, de un “rol” determinado que debe cumplir el garante. Cfr.
al respecto, con mayor detalle, SÁNCHEZ-VERA, Javier. “Algunas referencias de historia de las ideas,
como base de la protección de expectativas por el Derecho Penal”, en Cuadernos de Política Criminal
N.° 71, Madrid 2000, p. 391 y ss., 411 y ss.
442
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
El rol más general es el de persona en Derecho, lo que con una elegante claridad se
resume en la famosa frase de Hegel: “Sé una persona y respeta a los demás como
personas”33, que para Sánchez-Vera el mandato jurídico “sé una persona” obliga
a superar toda individualidad. Los otros no son “respetados” en su carácter de
individuos, sino precisamente en su carácter de personas. Se trata, pues, del concepto
443
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
La explicación precedente sienta la base para establecer quién es portador del derecho
al honor en el ámbito del Derecho Penal. El problema que encierra la no distinción
entre el concepto de individuo (sistema psicofísico) y el concepto de persona (sistema
de derechos y deberes) ha conducido a la doctrina tradicional a fusionar en un solo
concepto ambos mundos dando lugar a la creencia errónea que en el ámbito del
Derecho Penal el honor es un concepto inseparable de la dignidad y que únicamente
444
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
el ser humano (individuo) por estar provisto de una dignidad inseparable del sistema
psicofísico es el único portador de un derecho al honor. Esta forma de pensar descuida,
sin embargo, una realidad jurídica incontrovertible, que la persona es un concepto
normativo y no naturalístico, que “la persona no es algo dado por la naturaleza, sino
una construcción social”36, que engloba tanto a la persona física como a la persona
jurídica. Por ello en el caso concreto de la persona jurídica, nada imposibilita que se le
reconozca un derecho al honor como un aspecto de los derechos de su personalidad
dentro de la sociedad. En el mundo social de nuestros días es indiscutible que la
persona jurídica es un actor corporativo provisto de un estatus en el plano formal con
el deber de fomentar una “cultura empresarial de fidelidad al derecho”37 y en el plano
material como ciudadano corporativo que “participa en los asuntos públicos”38. Es por
ello que la persona jurídica goza plenamente de un valor de consideración que legitima
una protección penal de su honor para reforzar y garantizar su cabal participación
corporativa en la sociedad.
Pero en lo que se alcanza a apreciar, el punto máximo alcanzado por quienes hacen
depender el concepto de honor de la dignidad del ser humano es el reconocerle a la
persona jurídica sólo un derecho a la reputación, mas no al honor. Precisamente a
este punto es el que tácitamente ha llegado nuestro Tribunal Constitucional, que pese
a inclinarse por un concepto “normativo” de honor, fundado en los valores sociales,
normas y principios vigentes al interior de una sociedad, termina dándole al honor
una doble dimensión arrastrando inevitablemente por esa vía el naturalismo dentro
del concepto de honor39. Por un lado, está una primera dimensión de protección
a la autoestima de la persona, cuyo ámbito de delimitación no sería otra cosa que
la autovaloración del individuo, llegándose por esta vía a lo sumo a una dignidad
objetivada. Por otro lado, se ubica una dimensión supraindividual objetiva, que sería
en sentido estricto la buena reputación. Esta dimensión adquiere el sentido de una
expresión objetiva del derecho al honor, como buen nombre, fama o respeto que
recibe de los demás. Como puede observarse, la distinción entre un honor individual
445
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Por este camino se ha llegado a creer que la protección del honor de la persona jurídica
es sólo en su reputación comercial, mas no en su honor, por lo que la vía adecuada
es la civil dentro de los procesos de indemnización, incluso mediante las acciones de
amparo. Precisamente el Tribunal Constitucional se ha pronunciado en varias acciones
de amparo reconociendo la reputación de la persona jurídica de la siguiente manera:
40 STC Exp. N.° 4099-2005-PA, caso GÁLVEZ BERRÍO, fundamento jurídico N.° 7.
41 STC Exp. N.° 0905-2001AA, caso CAJA DE AHORRO Y CRÉDITO DE SAN MARTÍN, fundamento jurídico N.° 7.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
Si nos ubicamos en el terreno del Tribunal Constitucional, surge una pregunta por
responder: ¿cuál sería el ámbito de lesiones pertenecientes al honor, y cuál sería
el conjunto de lesiones pertenecientes a la reputación? A entender del Tribunal
Constitucional serán lesiones al honor las que humillen o degraden a una persona en
su condición de humano, sea de forma individual o como parte de una sociedad. Por
ejemplo, el atribuirle a una persona un defecto intelectual, o el expresarse de ella en
términos absolutamente despectivos referidos a su nombre. Se afectaría en cambio la
reputación (entendida como dimensión objetiva del honor) cuando se desprestigie a
la persona, o se degrade su condición de ser social, lo cual puede suceder al atribuirle
la realización de prácticas reñidas estrictamente con la moral colectiva (alcoholismo,
proxenetismo, entre otras). Sobre la base de este concepto no sería posible ofender a
la persona jurídica, pues no se le puede afectar en una humanidad que no posee. Pero
al margen de ello, como el concepto de persona es construido, sí es posible atribuir
a la persona jurídica un hecho dañe su honor en la sociedad. Variemos el supuesto,
ahora imaginemos que el nombre de la persona jurídica es alterado intencionalmente
haciendo que el mismo tenga similitud con el nombre de un animal, por ejemplo de
una rata. ¿Esta atribución puede ser considerada como una afectación a un derecho al
honor? La respuesta es afirmativa porque se afecta un atributo propio de la persona
como es su nombre y a través de él se está sometiendo a un escarnio a la persona
jurídica que lo detenta. No obstante, bajo la concepción señalada por el Tribunal
Constitucional, este último supuesto no sería posible de tutelar, toda vez que al
exigir el honor de la posibilidad de una autovaloración y una dignidad, ello sólo está
reservado propiamente a las personas naturales.
448
EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
44 Cfr. Jakobs. “La misión de la protección jurídico-penal del honor”, cit., p. 423 y ss. A favor de este
concepto ZACZYK, Rainer. “La ofensa al honor de la persona como lesión punible”, en Aspectos de la
fundamentación liberal en derecho. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2005, p. 48 y ss.
45 Jakobs, Günther. “La misión de la protección jurídico-penal del honor”, cit., p. 434.
46 Jakobs, Günther. “La misión de la protección jurídico-penal del honor”, cit., p. 426.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
47 Jakobs, Günther. “La misión de la protección jurídico-penal del honor”, cit., p. 432.
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EL DERECHO AL NOMBRE Capítulo IV
este nuevo concepto social-funcional del honor, toda persona —física o jurídica— que
pueda emitir una comunicación válida dentro de la sociedad tiene una capacidad de
ser honorable. Justamente, por esta razón el derecho a la protección penal del honor
no distingue quien la porta, si el ser humano o el ente colectivo. Sólo se pone el énfasis
en la condición de persona y, como tal, en las competencias que le asigna el Derecho.
Al ser un derecho social y no personal, el honor no desaparece con el fallecimiento de
la persona natural ni con la extinción de la persona jurídica, pues el mismo trasciende
para seguir posibilitando la interacción social, aunque la persona ya no participe en la
misma directamente.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
INTRODUCCIÓN
El registro de los matrimonios está debidamente regulado por la Ley N.° 26497 y el
Decreto Supremo N.° 015-98-PCM, que reglamenta la Ley Orgánica del RENIEC. Más
adelante haremos un análisis de estas normas y la aplicación de las mismas.
El matrimonio está ligado a la familia, ente social por excelencia, y célula vital de la
sociedad. En esa medida, el Estado igualmente tiene, constitucionalmente, la obligación
de proteger a la familia; por ello, y por el nexo que existe entre el matrimonio y la
familia, desarrollemos brevemente cómo han sido abordadas estas dos instituciones
en las últimas constituciones que hemos tenido.
*
Magíster en Derecho con mención en Derecho Civil, por la Pontificia Universidad Católica. Abogado
y Conciliador Extrajudicial. Cuenta con una amplia experiencia docente, Catedrático de Derecho de
Familia y Derecho de Sucesiones de la Facultad de Derecho de la PUCP. Catedrático de la Maestría
de Derecho de Familia de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón de Jesús. Docente de la
Academia de la Magistratura. Expositor y panelista en diversos eventos académicos.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En la Constitución de 1933 sólo dos artículos, el 51° y 52°, trataron en forma indirecta
el matrimonio y la familia. Así, el numeral 51° decía textualmente: “El matrimonio,
la familia y la maternidad están protegidas por la ley”; mientras que el 52° señalaba
que: “Es deber primordial la defensa de la salud física, mental y moral de la infancia.
El Estado defiende el derecho del niño a la vida del hogar, la educación, la orientación
vocacional y a la amplia asistencia cuando se halle en situación de abandono, de
enfermedad o de desgracia. El Estado encomendará el cumplimiento de lo dispuesto
en este artículo a organismos técnicos especializados”. Estos artículos eran parte del
Título II referido a garantías constitucionales, y más específicamente a las garantías
nacionales y sociales del Estado. Ahora bien, es de notar que no se dedicó un capítulo
separado para la familia, y las normas de esta Constitución, más que considerar la
importancia del fenómeno familiar, terminó señalando algunas garantías de los
miembros de la familia, trátese de la madre o del niño, cierto es que se dijo que la
protección de la ley debería abarcar a la familia y al matrimonio, dejando para que se
desarrollen legislativamente estas garantías.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Esta Constitución de 1979, a la que llamo la constitución social por excelencia, tiene
mucho que ver con las relaciones familiares, en tanto que los preceptos constitucionales
que se incluyen en ella llegaron a modificar sustantivamente la normatividad del
derecho de familia, así, se estableció la igualdad del hombre y la mujer ante la ley,
lo que terminó desapareciendo la figura de la potestad marital muy arraigada con
el Código Civil de 1936 y por qué no, también respecto a la institución de la patria
potestad, en cuanto a la dirimencia en su ejercicio, cuando había disentimiento entre
padre y madre. Por otro lado, se estableció la igualdad de todos los hijos, conquista
esta, que también tuvo repercusiones en el derecho de familia y de sucesiones.
Asimismo, por primera vez, se incorpora a una constitución las uniones de hecho,
que en nuestro país se identifican con el concubinato, cierto es que sólo se le da
reconocimiento patrimonial, al establecer la equiparidad entre la sociedad de bienes
que nace con la unión de hecho y la sociedad de gananciales producto del matrimonio.
También se incorporó como figura constitucional el patrimonio familiar, estableciendo
que sea la ley que regule este patrimonio, inembargable, inalienable y transmisible por
herencia. Se reconoce a las familias, carentes de recursos, el derecho a contar con una
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La Constitución de 1993, como no podía de ser otra manera, mantiene el deber del
Estado de proteger a la familia y ahora en vez de decir que protege el matrimonio atina
a decir que promueve el matrimonio. Asimismo, mantiene la igualdad del hombre y
de la mujer ante la ley, la igualdad de los hijos y también reconoce el concubinato, aun
cuando la redacción de la norma ya no consigna a la ley, como la que establecerá el
tiempo de convivencia para ser reconocido como tal; sin embargo, ya no se consignan
normas para el patrimonio familiar y por cierto han desaparecido de la Constitución
los derechos de las familias carentes de recursos, a contar con una vivienda decorosa,
y a enterrar a sus deudos, considerando que el Estado —como ya se dijo— no puede
ser benefactor y que tales derechos deben ser responsabilidad de la familia con su
esfuerzo y dedicación, pero en la que el Estado debería mantenerse al margen.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
violencia familiar, se incorpora el principio del interés superior del niño y adolescente,
una vez más se incorpora el patrimonio familiar, se establece la corresponsabilidad de
los padres respecto de la educación de sus hijos; asimismo se consigna el derecho de
filiación de los hijos como precepto constitucional. Es de observar en el proyecto las
nuevas conquistas que vendrían para la familia, como unidad de convivencia, y de los
derechos de sus integrantes.
Decíamos que podía ser un error, en tanto que al no darse una idea aproximada
sobre las consideraciones o presupuestos necesarios para que se forme el grupo
familiar, podría dejar de lado, como ha sucedido, a muchas familias de la protección
a la que alude la Constitución; pero también decíamos que podría ser un acierto, al
no encasillar a la familia en un concepto rígido y que puede valer para el presente,
pero que mañana más tarde pueden ser que surjan nuevas formas familiares, que
estarían fuera de los términos del concepto de familia definido en la Constitución, con
lo cual no seríamos inclusivos, sino todo lo contrario. Este tema requiere ser trabajado
desde una óptica multidisciplinaria y no sólo desde la perspectiva del derecho, en la
que el concepto de familia, como comunidad de personas unidas por el vínculo de
matrimonio o filiación, ha sido rebasado, y hoy encontramos nuevas formas familiares
que no se encuadrarían dentro del concepto tradicional de familia.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Desde el instante en que se firma el acta matrimonial surge una serie de deberes y
derechos entre los cónyuges y ellos respecto de los hijos; deberes que se ubican en el
plano personal, pero igualmente tienen incidencia en el plano económico. Los primeros
son conocidos como deberes de asistencia, cohabitación y fidelidad; mientras que los
segundos están referidos a la administración y disposición de los bienes, derechos y
obligaciones que conforman el patrimonio social, salvo que la pareja conyugal haya
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
optado antes del matrimonio por separar patrimonios u opte por este sistema dentro
del matrimonio, lo que supone cambiar del régimen de gananciales al de separación
de patrimonios.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La décimo sexta política de Estado tiene como objetivos fortalecer a la familia, promover
el matrimonio, prevenir, sancionar y erradicar las diversas formas de violencia familiar
y garantizar el bienestar, el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes, en pocas
palabras se pretende que al 2021 (a 200 años de la independencia del Perú) encuentre
a nuestra patria con familias debidamente consolidadas, firmes, estables, unidas,
constituyendo espacios idóneos del desarrollo de las personas.
Las medidas que conducirán a lograr estos objetivos, entre otras, tenemos la
incorporación en el currículo educativo e implementación, en los gobiernos locales, de
programas orientados a la formación y desarrollo de familias estables; la promoción
del matrimonio, legalización de las uniones de hecho porque se piensa, a lo mejor,
que son causas de inestabilidad familiar y ésta a su vez de alta fecundidad femenina,
de hogares con jefes mujeres, con su secuela de niños abandonados, niños de padres
distintos en una madre; se proponen implementación de programas municipales de
preparación matrimonial, una revisión de la normatividad sobre matrimonios masivos
(aun cuando, como sabemos, no existe regulación legal sobre la materia) y reducción
de la onerosidad del matrimonio.
Este plan traza lineamientos de políticas, nos señala que las personas deben
desarrollarse integralmente; debe existir una conciliación familiar y laboral. La
familia debe ser concebida como cultura de paz, se debe aplicar en forma transversal
el enfoque de familia, respetar el derecho a vivir en una familia, la promoción del
matrimonio y lograr familias estables, protagonismo y responsabilidad compartida de
padres y tener como principio que la familia es una institución natural, anterior al
Estado, con derechos propios.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
laboral, en tanto que los trabajadores también son integrantes de una familia y,
entonces, esta pertenencia familiar no puede ser obstáculo para su progreso laboral
y, de ello, deben ser conscientes los empleadores, tanto públicos como privados, y
así lo estamos viendo, cuando a nivel legislativo constatamos la existencia de normas
que garantizan cunas en los centros de trabajo o las licencias otorgadas a los padres,
cuando se produce la adopción de un niño o niña —para procurar una adaptación y
socialización entre el adoptante y adoptado— o la licencia de cuatro días que acaba
de ser aprobada en el Congreso de la República, y promulgada por el Ejecutivo, a favor
de los padres cuando su pareja alumbró una criatura.
En cuanto a la familia como cultura de paz, es indudable la importancia que tiene hoy
la familia para que en su seno se acaten los derechos de los demás, se inculquen los
principios de respeto, estima, consideración, tolerancia; de esta manera estaremos
combatiendo un flagelo que cada vez cobra más víctimas, esto es el fenómeno de la
violencia familiar. En cuanto a la promoción del matrimonio, no estamos de acuerdo si
el Plan prioriza el matrimonio por encima del concubinato, o si por promoverlo, está en
la idea de frenar el concubinato. Éste es un tema que debe ser debatido, en tanto que
el fenómeno concubinario, puede responder a muchas causas, y no necesariamente
como quieren verlo sus detractores, como una suerte de pecado social, sobre todo,
si tenemos en cuenta el número de concubinatos en la población nacional, que
según el último censo, se encuentra con 18,6% de familias que se declaran unidas
extramatrimonialmente.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En cuanto al matrimonio, pareciera ser que es la opción tomada por el Estado para
dar nacimiento a la familia (las medidas tanto del acuerdo nacional, como del plan
de atención a la familia lo prevén así), por considerar que en ella hay certeza de las
relaciones y garantías de ejercicio de derechos respecto a la prole, que deviene de
este matrimonio, lo que no ocurriría con el concubinato que, más bien, trasluciría
inseguridad e incertidumbre en las relaciones, pues al no existir un vínculo que los
obliga a la permanencia, estas relaciones puedan desaparecer en cualquier tiempo
con todo lo que ellos tiene de perjudicial, en particular para la prole.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Sin embargo, queda pendiente si la realidad del concubinato siendo una familia, y
como tal debe ser tratada, entonces surgen las preguntas respecto de los derechos que
deberían reconocérsele, o su desconocimiento de estos derechos nos está llevando
al plano de mantenerla como una situación de hecho, y que por ningún motivo
debe considerársele como una familia formal, y más bien lo que habría que hacer es
regularizarlo vía el matrimonio. Esta última posición no la compartimos y pensamos
que es una opción de vida, que tenemos que respetar, y no debemos imponer el
matrimonio a estas parejas concubinarias porque incluso estaríamos desnaturalizando
el mismo matrimonio, que se basa en la libertad de los contrayentes.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Y la respuesta tiene que ser negativa en tanto que, como es de conocimiento público,
la familia también tiene como fuente de origen la unión de hecho voluntaria y querida
por los concubinos, entonces si la figura del patrimonio familiar se dirige a proteger la
familia, ¿por qué la familia extramatrimonial, en el caso de los concubinos, no puede
ser beneficiaria de dicha institución?, ¿por qué se hace una suerte de discriminación,
no permitiendo que el concubino pueda considerar dentro de los beneficiarios del
patrimonio familiar, a su concubina?
Todas estas preguntas quedan sin respuesta y, en todo caso, a no dudar, una negativa
de la entidad que conoce la solicitud de constitución de patrimonio familiar, respecto
de concubinos, puede ser objeto de control difuso, por parte del magistrado, en tanto
que se estaría negando un derecho que la misma constitución reconoce, como es el
artículo cuarto en donde se establece la obligación del Estado de proteger a la familia,
sin hacer distingo de qué familia es la que deba ser protegida. Y si ello es así, entonces
por qué un órgano inferior a la Constitución se permite negar a los concubinos su
derecho a participar como beneficiarios del patrimonio familiar; creemos que ése
debe ser el temperamento de las instituciones al tratar el patrimonio familiar, es decir,
no hacer distingos entre familias matrimoniales y las que no lo son.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En cuanto a los derechos hereditarios entre los concubinos, es un tema mucho más
polémico, donde el sistema legal positivo ha tomado partido, en tanto que, como
sabemos, entre concubinos no hay herencia; sin embargo, observamos como otras
legislaciones sí recogen este derecho, cuando el concubinato tiene un cierto tiempo
de vida en común (por lo general cinco años). Entonces creemos que el tema no está
totalmente cerrado, sobre todo cuando existe un proyecto de reforma constitucional,
el cual sobre la familia ya tendría un pronunciamiento, respecto de remitir a la ley,
los derechos que tendría el concubinato, al margen de lo que hoy gozan, esto es, la
equiparidad de la sociedad de bienes con el régimen de sociedad de gananciales que
nace con el matrimonio.
Como es de conocimiento público, los concubinos que hayan cumplido con las
exigencias legales (dos años de vida en común y la no existencia de impedimentos
matrimoniales) tienen a su favor el régimen de sociedad de gananciales, que
termina aplicándose a la sociedad de bienes que ellos han formado durante su vida
convivencial, con la consecuencia, justa, de que al término del concubinato se divide
por mitades el patrimonio social entre los concubinos. Ahora bien, si el concubinato
ha terminado por muerte de uno de los concubinos, el sobreviviente gozará de su 50%
sobre los bienes sociales y del otro 50% que le hubiera correspondido al concubino, de
haber estado vivo, se convierte en herencia, a la cual no participa la concubina, pese
a que ha sido su compañera de toda la vida, sino que ese 50% va para los herederos
legales del concubino muerto, dentro de los cuales —como ya se ha referido no está la
concubina— pudiendo darse el caso de que familiares lejanos del concubino terminen
llevándose ese otro 50% del patrimonio social, incluso creando serios problemas a la
concubina, si fuera el caso, de que lo que hay que repartir es el inmueble que sirvió de
casa concubinaria.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
este planteamiento puede resultar siendo perverso; sin embargo, el problema está
planteado y quizá más adelante puedan considerarse estos derechos, en atención a
que estamos ante una institución familiar que lo único que no tiene es la sanción legal.
En cuanto a los alimentos, de acuerdo con el artículo 326° del Código Civil, éstos
sólo son exigibles cuando se ha producido el rompimiento de la unión de hecho por
decisión unilateral de uno de ellos; en otras palabras, sólo se fijará alimentos (sí así lo
decide el concubino abandonado), cuando ya no exista más convivencia, por decisión
inconsulta del concubino, no pudiéndose exigir alimentos cuando aún permanece la
unión de hecho, aun cuando dentro de esta unión, el concubino en posibilidades de
prestar los alimentos no los cumple injustificadamente. Resulta claro, que la norma
comentada no es justa, pues, cuando el concubinato termina por abandono de uno
de ellos, lógico es que de ordinario la concubina abandonada devenga en estado de
necesidad, en tanto que mal que bien cuando vivían juntos allí se alimentaba; pero
como ya no va a ser posible la vida en común, entonces entra a un estado de necesidad.
Figura similar se presenta a propósito de los alimentos entre los ex cónyuges cuando
como consecuencia del divorcio de uno de los cónyuges, el inocente, agraviado
que no tiene recursos, no tiene bienes propios, ni gananciales, no puede satisfacer
sus necesidades alimentarias. En esa circunstancia, el artículo 350° del Código Civil
refiere que subsiste la obligación alimentaria por parte del ex cónyuge culpable,
aún cuando circunscribe el monto de la pensión a la tercera parte de sus ingresos.
Uno se pregunta ¿y cuál es la razón de la prolongación de los alimentos más allá del
matrimonio?, y la respuesta tiene que venir por el lado de ese estado de necesidad
que termina provocándolo el cónyuge culpable del divorcio. Entonces, tratándose de
los concubinos, si uno de ellos decide unilateralmente dar por terminado la unión
de hecho —se entiende injustificadamente— aparece en el concubino un estado de
necesidad que debe ser llenado por el que lo causó; en eso consiste el fundamento
de estos alimentos, que regula el artículo 326°, debiendo precisarse, que no escapa
a nuestro conocimiento, que el numeral citado lo que hace en puridad, cuando se
produce este término de la unión de hecho, es concederle al abandonado una opción
o solicita una indemnización por los daños morales, personales ocasionados por el
concubino abandonante, o solicita alimentos.
Sin embargo, el tema de discusión descansa en los alimentos que deberían existir
legalmente, cuando aún permanece el concubinato, y el obligado a darlos no cumple
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
con ello, tal como lo regula el Código Civil mexicano para el Distrito Federal de México.
Y ello parece ser lo correcto, pues si el concubinato da lugar a una familia, y se asemeja
al matrimonio, entonces los deberes personales que nacen con el matrimonio, como
son la cohabitación, fidelidad y asistencia, también se extienden al concubinato, y es
precisamente en el deber de asistencia donde radican los alimentos entre los cónyuges;
entonces si estamos ante un estado de familia, como lo es el concubinato, ¿por qué no
se puede exigir estos alimentos cuando, viviendo juntos los concubinos, uno de ellos,
generalmente el que los provee, ahora se niegue a hacerlo? Esta pregunta no tiene
respuesta en el Código y en este caso particular si consideramos procedente se exijan
los alimentos, con todas las garantías necesarias, claro está que tendría que existir
prueba sobre la existencia del concubinato.
Este tema nos lleva a pronunciarnos sobre los efectos del matrimonio, los mismos
que para que se den, deben pasar por el registro del matrimonio; entonces, no sólo
es obligatorio inscribir el matrimonio, como estado civil que es, sino que resulta
altamente conveniente su inscripción, como veremos a continuación.
El matrimonio crea una sociedad conyugal, la misma que está integrada por marido
y mujer; sin embargo, y como ya lo hemos dejado establecido, no se trata de una
forma societaria, sino más bien el término sociedad debe entenderse, en tanto que
los consortes suman esfuerzos para posibilitar que el matrimonio cumpla los fines que
le son consustanciales a la institución. Entonces, esta ayuda mutua, esta asistencia
recíproca, esta colaboración se da entre los cónyuges y de allí el término sociedad;
pero, como ya lo hemos señalado, no se trata de una forma societaria. Ahora, si bien
se trata de una sociedad conyugal sin ficha registral pública como tal, bastando para
su acreditación, la partida respectiva, también lo es que es fuente de donde nacen los
derechos y deberes que se dan dentro del matrimonio; por ello, se hace indispensable,
precisamente para poder ejercer estos derechos y demandar estas obligaciones, la
acreditación del matrimonio.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Ahora bien, para que el cónyuge sea considerado heredero, el matrimonio debe
haber existido en el momento en que se abrió la sucesión del causante, esto es, el
vínculo matrimonial subsistía cuando ocurrió el deceso del cónyuge causante; en caso
contrario, ya no habría matrimonio y, por ende, ya no habría herencia, entonces para
poder ejercer todos estos derechos necesariamente deberá acreditarse su estado de
casado, lo que pasa por probar el matrimonio con la partida respectiva.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En lo que se refiere al Reglamento del RENIEC, se describen con precisión los hechos
inscribibles en el artículo 3°; pero donde merece comentario es la sección tercera
referida al matrimonio, como acto inscribible. Sobre el particular, analicemos por
separado estos artículos del reglamento.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
se habrá pensado igualmente en los matrimonios que pueden celebrar los presidentes
de las comunidades nativas y campesinas, como lo prevé el artículo 262° del Código
Civil, creemos que no ha estado en la intención del legislador este supuesto, pues esos
matrimonios hasta donde alcanza nuestra información, no se vienen llevando a cabo
por falta de implementación y condiciones aparentes para su realización, más aún, en
el caso de que se efectuaran estos matrimonios, el plazo establecido por el artículo 44°
del reglamento terminaría siendo insuficiente.
En efecto, nuestros legisladores del Código Civil de 1984 acertaron cuando incluyeron
una norma como la del artículo 262°, en función a responder nuestra realidad donde,
en determinados lugares de la República, no se siente la presencia del Estado y por
ello facultan a los presidentes de las comunidades nativas o campesinas a celebrar
matrimonios civiles; pero por desgracia desde que está vigente este código, no se
conoce que el artículo 262° se haya puesto en práctica porque no se han creado las
condiciones ni se han implementado servicios que posibiliten la celebración de estos
matrimonios.
Señala el mismo artículo del reglamento que en caso no se hubiera dado cumplimiento
al párrafo anterior, esto es la remisión de la copia del acta de matrimonio a la oficina
registral, cualquiera de los contrayentes o ambos podrán solicitar la inscripción de su
matrimonio en el registro, para lo cual deberán presentar copia certificada del acta,
la que deberá ser emitida por el celebrante bajo responsabilidad, sobre el particular y
pecando de ser reiterativo, este párrafo igualmente no podría aplicarse en el caso del
artículo 262° del Código Civil por las razones ya expuestas.
El mismo artículo 44° del reglamento alude al artículo 269° del Código Civil que, como
sabemos, está referido a la prueba del matrimonio, prueba que debe traducirse en la
presentación de la copia certificada de la partida del matrimonio del registro civil; pero
que si se cuenta con ello con errores de orden formal, entonces la posesión constante
de estado de matrimonio conforme a la partida, subsana cualquier defecto puramente
formal de ésta. Sobre el particular, debemos señalar que el supuesto del artículo 44°
del reglamento no encaja para nada con la prueba del matrimonio, sino que alude
a los matrimonios celebrados con posterioridad a la instalación de las jurisdicciones
correspondientes de oficina registral competente. Esto quiere decir que no se trata
de carencia de la partida de matrimonio, o la existencia de la misma con defectos de
forma, sino de matrimonios celebrados cuando no existía oficina registral pero que,
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Los artículos 47° y 48° del reglamento aluden a los matrimonios celebrados por
peruanos en el extranjero; veamos: en cuanto al artículo 47°, describe, en primer
lugar, la potestad del peruano que se casó en el extranjero, de solicitar la inscripción
en cualquiera de las oficinas registrales consulares del país donde se realizó dicho
acto; para ello deberá presentar copia certificada del acta matrimonial traducido en
caso de estar en idioma extranjero. Además se señala que esta inscripción consigna no
sólo los datos generales del acto, sino también la autoridad y el lugar donde se celebró
el matrimonio.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El artículo 48° del reglamento se pone en el supuesto del peruano que habiendo
celebrado matrimonio en el extranjero no inscribió el mismo en la oficina consular y
posteriormente regrese al país y fije su residencia en él, entonces deberá inscribirlo
dentro de los 90 días siguientes de su ingreso definitivo al país, y lo deberá hacer
en la oficina registral competente. Ahora bien, esto no lo dice y debería decirlo el
reglamento, qué pasa cuando se vence el término de los 90 días y no se llegó a registrar
el matrimonio; entonces y de conformidad con las normas del código procesal civil, en
particular los artículos que van del 826° al 829°, deberá seguirse el trámite judicial en
proceso no contencioso, siendo competente el juez de paz letrado donde reside el
interesado.
Es de observar que las normas comentadas de la Ley y el Reglamento del RENIEC son
de carácter administrativo y, por lo tanto, los recursos contra sus resoluciones deberán
seguirse según lo regula la Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
1.-No hay un concepto claro de cuáles son los presupuestos, o base sobre los que debe
descansar una familia, para que sea considerada como tal.
4.- Las políticas públicas, como el Acuerdo Nacional, el Plan Nacional de Atención a la
Familia, no dejan dudas de esta opción matrimonial ante el concubinato. En cuanto
a estas políticas, comprobamos en la realidad que éstas no se vienen cumpliendo a
satisfacción.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
7.- En efecto el matrimonio debe inscribirse en el Registro Civil y en este caso el RENIEC.
8.- El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) tiene su Ley Orgánica
26497, la misma que está reglamentada por el Decreto Supremo N.° 015-98 CM.
9.- Dentro de las normas de la Ley y el Reglamento se dictan disposiciones que tratan
de regular la inscripción no sólo del matrimonio, sino también las resoluciones que
declaren su término, como es el caso del divorcio, muerte de uno de los cónyuges.
Asimismo, respecto a las separaciones legales, que si bien es cierto dejan incólume el
vínculo, no lo es menos, que estas separaciones producen efecto, tanto en lo personal
(se suspende vida en común), como en lo económico al dar por terminado el régimen
de sociedad de gananciales y proceder a la liquidación del mismo. Pero, igualmente se
inscribe la invalidez del matrimonio como consecuencia de la nulidad o anulabilidad
del matrimonio, que también tiene efectos, en tanto que la invalidez de un matrimonio,
surte efectos en el plano personal (patria potestad para el padre o madre que actuó
de buena fe) como en el económico, en tanto que hay que liquidar los bienes que se
adquirieron dentro de ese matrimonio, que posteriormente es declarado inválido.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
el país; sin embargo omite decir qué pasa cuando vencido el término no se ha solicitado
la inscripción en el RENIEC, como es natural en este caso, las normas aplicables serían
de las del Código Procesal Civil.
11.- Los efectos del matrimonio son evidentes, reconociendo entre los más importantes,
no sólo el nacimiento de un estado civil de vida de dos personas, sino que el matrimonio
termina siendo fuente generadora de derechos que pueden demandarse, tales como
alimentos, herencia, indemnizaciones, derechos pensionarios en el caso del cónyuge
fallecido, patrimonio familiar; pero igualmente son fuente generadora de obligaciones
no sólo dentro de los cónyuges, sino igualmente de ellos frente a terceros, tales, como
las deudas sociales que soportan el patrimonio social de una sociedad de gananciales,
la indemnización de uno de los cónyuges con respecto al otro, a propósito de los juicios
de divorcio o invalidación del matrimonio.
12.- Para alcanzar estos efectos del matrimonio, se hace necesario y urgente su
registro, de allí la importancia del RENIEC, como entidad centralizadora de todos los
actos que tenga que ver con el estado civil de las personas naturales y, por ello, se
demanda, en primer lugar, que prioritariamente termine de centralizarse el RENIEC,
esto es, que quede como única entidad registradora de estos actos; en segundo lugar,
que sus procedimientos sean expeditivos y al alcance de todos.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
A. GENERALIDADES
No hay mayor dificultad en admitir que la unión de hecho es más antigua que el mismo
matrimonio y en cierto sentido su predecesora. Actualmente coexisten ambas formas
de unión familiar, señalándose que al lado de la familia que se forma de una unión de
derecho, que es el matrimonio, o debajo de ella si se quiere impregnar de un juicio
de valor a esta distinción, existen las familias que se generan de uniones de hecho sin
que medie entre los progenitores vínculo de matrimonio; pero que se comportan de
modo similar a los casados entre sí, uniones que empero no pueden ser equiparadas,
el matrimonio genera un vínculo formal registrable confiere un título del estado civil
de casados, mientras que la unión concubinaria es un estado fáctico que no modifica
el estado civil de las personas que deciden permanecer solteros, el reconocimiento
de su existencia estará supeditado a la comprobación de ese estado de concubinato.
*
Abogado y Magíster en Derecho Civil y Comercial por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Ex Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte. Profesor Principal de Derecho Civil en
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Notario de Lima.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
propio, que es cuando los concubinos cumplen todos los requisitos —entre ellos el
de la ausencia de impedimento matrimonial— a los concubinatos en sentido amplio
o concubinato impropio o imperfecto, que es cuando la pareja hace vida de casados
aunque falte alguno de los requisitos para calificar la unión como un concubinato
en sentido estricto; así también, a los matrimonios solamente católicos, los que a
partir del Código Civil de 1936 son considerados como simples concubinatos, y a las
uniones practicadas por campesinos indígenas de la Sierra Central y meridional del
país llamadas servinakuy.
No encajan dentro de esta categoría de uniones de hecho, las llamadas uniones libres,
que para nosotros son uniones accidentales o transitorias que se dan cuando el hombre
y la mujer tienen trato carnal sin llegar a conformar una pareja regularmente estable
que registre algún modo de convivencia, aunque en otros países, como España, se
subraya más bien el carácter y denominación de uniones libres en el sentido de resaltar
la libertad de las personas para iniciar esa relación puramente fáctica, la libertad de no
asumir compromisos jurídicos derivados de esa relación y la libertad de poner fin a esa
convivencia, incluso de manera unilateral e injustificada.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
derivar en perjuicio de los concubinos, etc. Una muestra de la legislación de este tinte
lo constituyó el Derecho Canónico, posterior al Concilio de Trento, que consideró
la unión libre totalmente prohibida bajo pena de excomunión, considerando al
concubinato un continuo estado de fornicación.
- ESTABILIDAD. La unión de dos personas de distinto sexo, que viven como marido y
mujer o haciéndose pasar como tales, debe ser una unión permanente y no una unión
temporal, circunstancial o esporádica, como la unión libre o la unión clandestina que
puede darse entre amantes; el artículo 326º del Código Civil ha señalado al respecto
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
- LA SINGULARIDAD. Una segunda nota del concubinato es que la unión estable debe
darse entre un solo hombre y una sola mujer, que es un carácter complementario
al anterior, pues si la unión fuera múltiple o caracterizada por el libertinaje sexual
sencillamente no sería una relación estable similar a la de los casados, que tiene como
substrato una relación monogámica y heterosexual; es por esta singularidad que se
exige una fidelidad recíproca pero no como una obligación jurídica sino como una
obligación moral.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Según el artículo 269º del Código Civil, para reclamar efectos civiles del matrimonio
debe presentarse copia certificada de la partida del Registro de Estado Civil; es decir,
la prueba idónea de un matrimonio es la copia certificada del Acta de Celebración,
que contenga los datos esenciales, tales como el nombre de los contrayentes, la fecha
y lugar de celebración, los testigos, el alcalde o funcionario que interviene, etc., el
que siendo un instrumento público crea una presunción legal de veracidad de su
contenido. La copia certificada debe ser la transcripción íntegra, no son suficientes las
constancias o certificaciones parciales que contengan sólo extractos de ella.
Pero hay otros casos en los que existe la imposibilidad de obtener copia certificada
de una partida de matrimonio, a los que se refiere el artículo 270º del Código Civil; es
decir, existe imposibilidad de producir prueba ordinaria porque ya no existe el Registro
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
del acta correspondiente, se han perdido o han sido destruidos, casos en los cuales se
autoriza excepcionalmente a probar la celebración del matrimonio por cualquier otro
medio de prueba, al que se denomina prueba supletoria o prueba accesoria, siempre
que ella sea homologada por sentencia judicial.
A su vez, el artículo 271º del Código Civil contempla la hipótesis de que celebrado un
matrimonio civil, el Acta de Celebración resulta inutilizada por acto delictivo de los
empleados del municipio, encargados de su custodia, o por terceros, por adulteración,
testado o destrucción y que por tales hechos se haya instruido el respectivo proceso
penal por delito contra la fe pública o por supresión o alteración del estado civil;
casos en los cuales la sentencia que determine la preexistencia del matrimonio tendrá
mérito suficiente para la reinscripción de la partida de matrimonio.
La posesión constante del estado de casados, que subsana cualquier defecto formal
de la partida, constituye, igualmente, uno de los medios de prueba del matrimonio si
los cónyuges hubiesen fallecido o si estando vivos se encontraran imposibilitados de
expresarse o proporcionar información respecto del lugar o del municipio ante el cual
celebraron su matrimonio, ello según el artículo 272º del Código Civil. La posesión
de estado está referida a los apellidos que han usado, al trato que se han dispensado
como esposos y al reconocimiento que han merecido como tales entre sus allegados y
su entorno social. Esta posesión constante del estado de casados permite resolver, en
sentido positivo, que se admita la existencia del matrimonio cuando haya duda acerca
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
de su celebración, regla interpretativa recogida por el artículo 273º del Código Civil,
pues la alternativa de su desconocimiento en caso de duda podría producir efectos
negativos para muchas personas con interés legítimo.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Nada obsta igualmente a que si los ex concubinos son capaces de ejercicio puedan,
de mutuo acuerdo, reconocer la existencia de esa unión concubinaria y efectuar
una liquidación de los bienes de la sociedad patrimonial mediante escritura pública,
instrumento de fecha cierta que tendría eficacia para que se inscriba el cambio en
la titularidad de los bienes adjudicados. Pero la sola declaración del inicio de esta
relación o acuerdo de convivencia, aun cuando ella conste por escritura pública, no
bastaría por sí sola para dar por comprobada la existencia de la unión concubinaria
pues tendrá que acreditarse que ese propósito se llevó a cabo en la realidad, la
prueba definitiva siempre será a posteriori respecto de una posesión de hecho que
se haya mantenido con los requisitos exigidos, aunque es poco probable que quienes
se apartan de los formalismos tengan la previsión de preconstituir la prueba de su
convivencia pensando en un momento ulterior.
El artículo 326º del Código Civil señala que: “… la unión de hecho voluntariamente
realizada y mantenida por varón y mujer libres de impedimento matrimonial para
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a los del matrimonio origina una
sociedad de bienes que se sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto
le fuera aplicable”.
Debe puntualizarse, en cuanto a los efectos de esta unión, que nuestro sistema legal
reconoce el concubinato restringiendo sus efectos a la esfera de lo patrimonial para
que los concubinos no queden desprotegidos; es decir, no para preservar o promover
la unión extraconyugal, sino para que los conflictos derivados de la existencia de esa
unión de hecho tengan una adecuada solución. En ese sentido, reconocerle efectos
personales y patrimoniales implicaría equiparar la unión concubinaria a la matrimonial,
lo que es inaceptable; no puede formarse una unión que tenga el rango y efectos de
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Nosotros sostenemos una posición opuesta, no hay ninguna obligación civil de acudir
con alimentos a la pareja mientras está vigente la unión concubinaria, no hay ninguna
norma legal que la imponga, los concubinos no se deben alimentos durante la vigencia
de la unión, no es exigible judicialmente ese tipo de asistencia, por las siguientes razones:
a) no hay equiparación de la unión concubinaria a la unión matrimonial, se reconoce la
existencia de la unión de hecho confiriéndole efectos limitados circunscritos a la esfera
de lo patrimonial similares al régimen de la sociedad de gananciales y ello no en su
integridad sino en cuanto le fuere aplicable; b) la única fuente obligacional, aparte del
contrato, que es la ley, el artículo 474º del Código Civil establece obligación alimentaria
únicamente entre los cónyuges y parientes consanguíneos y los concubinos no son ni
lo uno ni lo otro; c) el artículo 326º del Código Civil admite, excepcionalmente, que
puede concederse una pensión alimentaria al concubino abandonado únicamente
en caso de ruptura unilateral por decisión del otro, mas no en el supuesto en que
se encuentre vigente dicha unión; d) la obligación moral o natural de contribuir
a los gastos de sostenimiento son solamente eso, no son legalmente exigibles y ha
servido únicamente para sostener la irrepetibilidad de lo aportado para los gastos de
sostenimiento, conforme con el artículo 1275º del Código Civil, que es otra cosa y de
la cual, por vía de una interpretación retorcida, no puede convertirse esa obligación
moral o natural en obligación legal, civil o jurídica.
Sin embargo, con fines de protección de los concubinos que forman una unión de
hecho con apariencia de estado matrimonial, previa acreditación de su existencia, se
les reconoce ciertos efectos en leyes diversas, como el artículo 54º del Texto Único
Ordenado de la Ley de Compensación por Tiempo de Servicios, aprobado por Decreto
Supremo N.° 001-97-TR, mediante el cual, en caso de fallecimiento del trabajador,
el depositario entregará al cónyuge supérstite o “al conviviente”, que acredite su
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
calidad de tal, el 50% del monto total acumulado de la compensación por tiempo de
servicios y sus intereses. Asimismo, el seguro de vida que debe tomar el empleador
a favor de sus trabajadores con más de cuatro años de servicios en beneficio del
cónyuge o del conviviente, según el artículo 1º del Decreto Legislativo N.° 688, Ley de
Consolidación de Beneficios Sociales; en material asistencial, el artículo 3º de la Ley
N.° 26790, sustituido por la Ley N.° 27177, establece que el conviviente es también
derechohabiente del trabajador compañero afiliado al Sistema Nacional de Salud,
por ende con derecho a la cobertura de las prestaciones de prevención, promoción,
recuperación y subsidios para el cuidado de la salud y el bienestar social. En materia
previsional, igualmente la legislación del sistema privado de administración del fondo
de pensiones establece que el conviviente tiene derecho a las pensiones de invalidez y
sobrevivientes y es potencial beneficiario de la pensión de jubilación de su compañero.
La unión de hecho termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión unilateral.
En los dos primeros casos se trata de la terminación de la sociedad de hecho por causas
de orden natural (muerte) o caso fortuito (ausencia); en los dos casos siguientes, por
voluntad bilateral o unilateral de los concubinos que producirá efectos distintos.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
H. CONCUBINATO IMPROPIO
Si la unión de hecho no reúne alguno de los requisitos para ser considerada una
unión concubinaria en sentido estricto (tales como la existencia de impedimentos
matrimoniales, que la unión de hecho no sea notoria, que la permanencia no alcance
al plazo de dos años, etc.) se dice entonces que no se configura un concubinato en
sentido estricto, que el concubinato es impropio o imperfecto, la que devendría en una
forma de unión no lícita o no reconocida por el derecho, pero no por ello desprovista
totalmente de efectos.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
BIBLIOGRAFÍA
• BOSSERT A., Gustavo. Régimen Jurídico del Concubinato. Buenos Aires, Editorial
Astrea, 2006.
• VALENCIA ZEA, Arturo. Derecho Civil. Tomo V: Derecho de Familia. Bogotá, Editorial
Temis S.A., 1970.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Introducción
Hace algunas décadas la definición de “padres” era bastante sencilla. Estaban los padres
“biológicos”, a veces denominados padres “naturales”, y los padres “psicológicos” o
“encargados del cuidado del niño” que eran, por ejemplo, los (padres) que habían
adoptado o criado al niño, que le habían brindado la atención necesaria durante su
infancia.
Sin embargo, hoy es razonable considerar que, respecto del derecho del niño a
conocer a sus padres, la definición de “padres” incluye a los padres genéticos (lo cual
es importante para el niño, aunque sólo sea por razones médicas) y a los padres de
nacimiento; es decir, la madre que da a luz y el padre que reclama la paternidad por la
relación que tiene con la madre en el momento del nacimiento (o cualquiera que sea
la definición social de padre en la cultura de la que se trate —ya que estas definiciones
sociales son importantes para la identidad del niño—). Asimismo, lógicamente, debe
incluirse una tercera categoría, la de los padres “sociológicos” del niño, los que han
* Abogado. Egresado de la Escuela de Graduados de la Pontificia Universidad Católica del Perú por
los estudios concluidos de Maestría en Derecho con mención en Derecho Constitucional. Profesor
de Derecho Civil en las Facultades de Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas,
Universidad de San Martín de Porres, Universidad San Ignacio de Loyola y de la Academia de la
Magistratura. Docente e investigador en materia jurídica, con mención en Derecho Familiar, de
Infancia y de Sucesiones. Ponente en eventos académicos nacionales e internacionales. Autor de
diversas publicaciones en disciplina jurídica.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Todo ello es producto de la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado
internacional de derechos humanos que refleja una nueva perspectiva en torno a la
infancia: considerar al niño como individuo y miembro de una familia y una comunidad,
con derechos y responsabilidades adaptados a la etapa de su desarrollo. A partir de
ello, propugna un sistema de protección integral de la niñez.
Sin embargo, de la revisión de las disposiciones del Código Civil e, inclusive, del Código
de los Niños y Adolescentes, se comprueba la existencia de normas que se sustentan
en el sistema de la situación irregular, modelo de protección de la infancia superado
por la Convención sobre los Derechos del Niño. El caso del Código de los Niños y
Adolescentes es especialmente preocupante, sobre todo por tratarse de la norma de
desarrollo legislativo nacional de los postulados del citado instrumento internacional.
En él se comprueba, por una parte, el desarrollo de los derechos del niño en función
del interés de sus padres y demás encargados de su cuidado; y, se aprecian, por otro
lado, la existencia de reglas que autorizan una mayor penetración de los órganos
jurisdiccionales en la vida familiar usándose como a una supuesta “protección” de los
derechos del niño. Esto advierte la poca consideración que el legislador tiene de los
conceptos y alcances de los principios rectores que informan el sistema de protección
integral de la infancia definido en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Respecto de los derechos del niño de conocer a sus padres y de preservar la identidad
en sus relaciones familiares, resulta lamentable comprobar su falta de regulación
en el Código de los Niños y Adolescentes; todavía se conserva, en el Código Civil de
1984, un régimen legal de filiación por naturaleza formulado antes de la vigencia
de la Convención sobre los Derechos del Niño y de la Constitución de 1993. Es más,
la aludida desconsideración, por parte del legislador, de los principios rectores que
informan el sistema de protección integral de la infancia, definido en la Convención
sobre los Derechos del Niño, se presenta, ahora, como una incomprensión por
desconocimiento del contenido y alcances de los derechos del niño a conocer a sus
padres y a preservar la identidad en sus relaciones familiares. Ello se ve reflejado en
las últimas disposiciones legislativas que han modificado el régimen legal de filiación,
en las que se conservan aún normas que obstaculizan que el ser humano sea tenido
legalmente como hijo de quien biológicamente lo es, dentro de un sistema restrictivo
de investigación de la filiación.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Tal es el caso de la Ley N.° 28457, que estableció un procedimiento especial ante
los juzgados de paz letrados para la pretensión de reclamación de la paternidad
extramatrimonial sólo cuando se invoca el inciso 6 del artículo 402° del Código Civil,
referido a la acreditación del vínculo parental entre el presunto padre y el hijo a través
de la prueba de ADN u otras pruebas genéticas o científicas con igual o mayor grado
de certeza; aquí se precisa que, tal regulación, “no es aplicable respecto del hijo de la
mujer casada cuyo marido no hubiese negado la paternidad”.
Pero, esta última previsión legislativa ¿es acorde con el derecho a la identidad por
naturaleza? Para tal efecto, resulta necesario precisar previamente el marco del
sistema constitucional de filiación en la Constitución de 1993 y el contenido y alcances
de los derechos del niño a conocer a los padres y a preservar su identidad en sus
relaciones familiares en el marco del sistema internacional de derechos humanos
definido en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Se parte de la siguiente premisa: que el derecho a conocer a los padres tiene como fin
el establecimiento de una adecuación entre la verdad biológica y la relación jurídica
de filiación y con ello, la superación del formalismo que históricamente ha rodeado
esta cuestión. La idea clásica reside en la bondad intrínseca de la legitimación, por
cualquier medio, dadas las enormes discriminaciones legales y sociales existentes
contra los hijos habidos fuera del matrimonio. Una vez que el sistema responde a la
unidad de todas las filiaciones, por efecto del principio de igualdad, y que se decanta
a favor de técnicas científicas más avanzadas en la investigación de filiación, el interés
del hijo parece localizarse en el establecimiento de la verdad biológica; pero cuidando
de que el éxito de una acción en este sentido no modifique una realidad sociológica
anterior. Del establecimiento de la verdad biológica se deriva la relación de filiación y el
contenido inherente a la misma. Siendo así, la investigación de la filiación se presenta
como una cuestión prioritaria del hijo en aras del interés en conocer a sus padres.
El artículo 396° del Código Civil de 1984 establece que “el hijo de mujer casada no
puede ser reconocido sino después de que el marido impugne la paternidad y obtenga
sentencia favorable”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La doctrina nacional ha expuesto los fundamentos de esta solución, que los resumimos
de la siguiente manera: a) la acción de impugnación de la paternidad matrimonial
corresponde sólo al marido, en consecuencia, su inactividad procesal implica la
aceptación de tal paternidad que viene impuesta por la ley; b) la presunción de que
las personas casadas cumplen sus deberes conyugales y, por lo tanto, se supone que
el embarazo de una mujer casada es obra de su marido; y, c) el matrimonio es la única
fuente de la que surge la familia y requiere protección, por lo que la defensa de la
tranquilidad de los hogares requiere de ciertas prohibiciones específicas recogidas por
el ordenamiento legal1.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En general, debe apreciarse que todo régimen legal de filiación resulta del juego de
los principios favor veritatis, favor legitimitatis y favor filii, todos los cuales están
previstos en el sistema constitucional de filiación que se trate; de tal manera que en
cada ordenamiento jurídico se organiza un esquema normativo poniendo en juego
las reglas y criterios derivados de la coexistencia de aquellos principios. Un análisis
de conjunto de las normas del régimen legal puede permitir conocer el criterio o el
principio rector que, del sistema constitucional de un determinado país, se ponderó
preferentemente.
Con el Código Civil de 1984 tal situación sólo varió en cuanto al principio de jerarquía
de filiaciones. Éste fue sustituido por el principio de igualdad de categorías de filiación
en virtud del cual se reconocen idénticos derechos y oportunidades a todos los hijos
de un mismo progenitor, hayan nacido dentro o fuera del matrimonio, estuvieran o no
sus padres casados entre sí y pudieran o no el uno casarse con el otro.
¿Cuál fue el sistema constitucional de filiación que el legislador del Código Civil de 1984
tuvo presente al momento de diseñar este régimen legal? La respuesta la encontramos
en la revisión de las disposiciones de la Constitución de 1979. En esta Carta Magna, el
sistema constitucional de filiación se infería de las previsiones siguientes:
Artículo 2°:
“Toda persona tiene derecho
2. A la igualdad ante la ley, sin discriminación alguna por razón de sexo, raza,
religión, opinión e idioma.
5. Al honor y la buena reputación, a la intimidad personal y familiar y a la
propia imagen”.
500
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Artículo 5°:
“El Estado protege el matrimonio y la familia como sociedad natural e
institución fundamental de la Nación”.
Artículo 6°:
“El Estado ampara la paternidad responsable.
Es deber y derecho de los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus
hijos, así como los hijos tienen el deber de respetar y asistir a sus padres.
Todos los hijos tienen iguales derechos. Está prohibida toda mención sobre
el estado civil de los padres y la naturaleza de la filiación de los hijos en los
registros civiles y en cualquier documento de identidad”.
Por cierto, que esto no se contradice con el principio de igualdad de derechos de los
hijos (principio de igualdad de categorías de filiación), pues éste se refiere a los efectos
jurídicos derivados de la filiación ya determinada, ya establecida (artículo 6°).
Vale decir que, bajo el sustento del sistema constitucional de filiación de la Constitución
de 1979, en el régimen legal Código Civil de 1984 se otorgó protección preferente
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Artículo 2°:
“Toda persona tiene derecho
1. A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre
desarrollo y bienestar.
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de
origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión y condición económica o de
cualquier otra índole.
7. Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar así
como a la voz y a la imagen propias”.
Artículo 4°:
“La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente...
También protegen a la familia y promueven el matrimonio”.
Artículo 6°:
“La política nacional de población tiene como objetivo difundir y promover
la paternidad y maternidad responsables”. Reconoce el derecho de las
familias y de las personas a decidir. En tal sentido, el Estado asegura los
programas de educación y la información adecuados y el acceso a los
medios, que no afecten la vida o la salud.
Es deber y derecho de los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus
hijos, así como los hijos tienen el deber de respetar y asistir a sus padres.
Todos los hijos tienen iguales derechos y deberes. Está prohibida toda
mención sobre el estado civil de los padres y la naturaleza de la filiación
de los hijos en los registros civiles y en cualquier documento de identidad”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Artículo 3°
“1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a
que se atenderá será el interés superior del niño.
Artículo 7°
“1. El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y
tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y,
en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de
conformidad con su legislación nacional y las obligaciones que hayan
contraído en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta
esfera, sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida”.
Artículo 8°
“1. Los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a
preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones
familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.
2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de
su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia
y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad”.
Estos derechos del niño a conocer a los padres y a preservar la identidad de sus
relaciones familiares constituyen las dos facetas de la identidad filiatoria. Así y desde
el punto de vista estático, la identidad filiatoria está constituida por el dato biológico:
la procreación del hijo (artículo 7° de la Convención); mientras que, desde el punto
de vista dinámico, la identidad filiatoria presupone el arraigo de vínculos paterno-
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Por cierto que, será el interés superior del niño (artículo 3° de la Convención) el criterio
que va a determinar, si ello optimiza los derechos fundamentales de la infancia, cuando
el presupuesto biológico no debe prevalecer en contra de una identidad filiatoria que
no se corresponde o puede no corresponderse con aquél.
Descrito el actual marco del sistema constitucional de filiación, resulta evidente que,
ahora la controversia sobre la paternidad matrimonial o extramatrimonial de un hijo
de mujer casada, exige buscar una solución que pondere razonable y adecuadamente
la presunción de paternidad matrimonial (principio favor legitimitatis) y la evidencia
biológica de la paternidad extramatrimonial (principio favor veritatis), en la que se
refleje como consideración primordial el interés superior del hijo (principio favor filii).
Por cierto que, los argumentos expuestos por la doctrina nacional como sustento de
la previsión del artículo 396° del Código Civil se ven ya superados2. En primer lugar,
es innegable que el niño tiene un legítimo interés moral en conocer quiénes son sus
padres, por estarle ello referido directamente por la Convención sobre los Derechos del
Niño y, toda vez que el ordenamiento jurídico no excluye expresamente la posibilidad
de que otras personas con legítimo interés puedan intentar la acción de impugnación
de la paternidad matrimonial, resulta claro que tal pretensión puede ser ejercitada por
el mismo hijo, sin que ello implique un actuar contrario a ley.
2 Vid. Plácido, Alex. “Filiaciones incompatibles”. En Ensayos de Derecho de Familia. Lima, Editorial
Rodhas, 1997, p. 71 y ss.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
De ello, se deduce que han sido las ideas ilustradas sobre la dignidad, la libertad y
la igualdad las que lo han ido justificando. De este modo el fundamento moral del
derecho a la identidad filiatoria se puede encontrar en la idea de dignidad.
Siendo así, el derecho a conocer a los padres supone ante todo la protección del
individuo frente a acciones contrarias a su dignidad. Por lo tanto, en síntesis, es
3 Vid. Plácido, Alex. “Creditur virgini pregnanti…”, volviendo al ancien droit: A propósito de la
Ley Nº 28457 que regula el proceso de filiación judicial de paternidad extramatrimonial. En
Actualidad Jurídica. Tomo 134, enero del 2005. Lima, Gaceta Jurídica, p. 33 y ss.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
4 El artículo 19° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos señala que: “Todo niño tiene
derecho a las medidas de protección que su condición de menor requieren por parte de su familia,
de la sociedad y del Estado”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Como conclusión lógica de lo anterior se deriva que el derecho a conocer a los padres
ha de protegerse, en primer lugar, frente a las posibles disposiciones legales que lo
hagan ineficaz por desconocer su contenido esencial y, en segundo momento, es
necesario brindarle una protección positivizada —civil, administrativa o penal—, que
garantice este derecho no sólo frente a los eventuales ataques que provengan del
poder público, sino también frente a los provenientes de los particulares.
5 Cfr. Fernández Segado, Francisco. La dogmática de los derechos humanos. Lima, Ediciones Jurídicas,
1994. p. 57. En ese sentido, el Tribunal Constitucional español ha desarrollado la teoría de la doble
naturaleza, subjetiva y objetiva, de los derechos fundamentales: “En primer lugar, los derechos
fundamentales son derechos subjetivos, derechos de los individuos no sólo en cuanto derechos de
los ciudadanos en sentido estricto, sino en cuanto garantizan un status jurídico o la libertad en un
ámbito de la existencia. Pero al propio tiempo, y sin perder esa naturaleza subjetiva, los derechos
son elementos esenciales de un ordenamiento jurídico de la comunidad nacional, en cuanto éste se
configura como marco de una convivencia humana justa y pacífica, plasmada históricamente en el
Estado de Derecho y, más tarde, en el Estado social de Derecho o el Estado social y democrático de
Derecho”. STC 25/1981, de 14 de julio. Fundamento jurídico 5°. Citada por FERNÁNDEZ SEGADO,
op. cit., pp. 59-60.
6 Cfr. Peces-Barba Martínez, Gregorio. Los valores superiores. Madrid, Tecnos, 1984, pp. 624-627.
7 Ibidem, p. 34.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Además, también implica que el derecho a conocer a los padres, al igual que cualquier
otro derecho fundamental, sólo podrá ser desarrollado mediante ley que en todo caso
no afecte su contenido esencial. De ello, se desprende que las limitaciones que el
legislador pueda imponer al ejercicio de este derecho están a su vez limitadas desde
un punto de vista formal y material.
La primera concepción parte del texto positivizado del derecho para estimar que su
protección igual se puede lograr dentro de un sistema restrictivo de la investigación de
la filiación, desde que en el texto del artículo 7°, primer párrafo, de la Convención sobre
los Derechos del Niño se afirma que el mismo se ejercita “en la medida de lo posible”.
De esta manera, se brindaría la debida protección constitucional a este derecho.
Este modo de entender el contenido del derecho a conocer a los padres, restringido
exclusivamente a los supuestos autorizados para iniciar la investigación de la
filiación, de aparente lógica, si bien resulta del texto de la norma, lleva a un concepto
exclusivamente basado en presunciones y, en consecuencia, excesivamente restrictivo
respecto del término utilizado.
En todo caso, si se tiene en cuenta que tal tesis se enmarca en una apreciación textual,
las principales objeciones que se pueden hacer a este planteamiento radican en el
propio método de interpretación utilizado, basado en un criterio exclusivamente
literal, y en el trasvase de procedimientos interpretativos propios del Derecho civil al
ámbito constitucional. Será necesario, por lo tanto, comprobar si la Convención sobre
los Derechos del Niño, la Constitución y la propia teoría de los derechos fundamentales
permiten en última instancia esta interpretación del término “en la medida de lo
posible”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Toda interpretación jurídica requiere que los términos sean interpretados según las
palabras empleadas en el texto8. Sin embargo, en esta concepción se sustituye el
significado literal de los términos por la pretendida finalidad buscada con la inclusión
de la norma. Así, y aun reconociendo la complejidad del término identidad biológica y
su conexión con el principio de dignidad de la persona y de sus derechos inviolables, se
entiende que, tanto por la propia finalidad del precepto como por la específica acogida
que estos derechos encuentran en otros artículos, es necesario darle a la expresión “en
la medida de lo posible” una proyección más limitada. Con ello debe tenerse presente
que, una vez superada la tradicional distinción entre interpretación de la letra de la ley
e interpretación de la voluntad del legislador9, el jurista ha de deducir el significado de
la norma de la propia actividad interpretativa en ningún caso a priori.
Sólo en aquellos supuestos en los que, una vez concluido el proceso interpretativo,
exista una clara y manifiesta contradicción entre la finalidad de la norma y el propio
sentido gramatical de los términos, será posible proceder a restringir o ampliar dicho
significado.
8 Pérez Luño, Antonio. “La interpretación de la Constitución”. En Revista de las Cortes Generales.
1984, p. 91. “En primer término debe acentuarse el carácter lingüístico de cualquier interpretación.
El lenguaje actúa siempre como marco necesario de referencia de la actividad interpretativa... esa
comunicación exige que los interlocutores hablen un mismo lenguaje y conozcan los objetos a que se
refiere dicho lenguaje”.
9 Pérez Luño, Antonio. Op. cit., p. 92.
10 Se señaló, en el debate de la norma de la Convención sobre los Derechos del Niño, sobre el significado
de la frase “en la medida de lo posible”, que es necesario distinguir diferentes situaciones: “en primer
lugar, cuando no se puede identificar a uno de los progenitores (por ejemplo, cuando la madre no
sabe quién es el padre o cuando el niño ha sido abandonado). En estos casos, los Estados Partes
pueden hacer poco, aunque el artículo 2° estipula que la legislación no debe discriminar a esos
niños. En segundo lugar, cuando la madre se niega a identificar al padre (incluidas las circunstancias
extremas como son, por ejemplo, el incesto o la violación). Aunque existiese la posibilidad de exigir
legalmente a la madre que identifique al padre, sería complicado hacer cumplir esta obligación y
podrían surgir conflictos entre los derechos de la madre y los del niño. En tercer lugar, cuando el
Estado decide que el progenitor no debe ser identificado. Por ejemplo, cuando la ley restringe la
investigación de la filiación a determinados supuestos. Aquí se incluyen aspectos controvertidos que
violan innecesariamente el derecho del niño a conocer a sus padres”. FONDO DE LAS NACIONES
UNIDAS PARA LA INFANCIA. Manual de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Preparado por HODGKIN, Rachel y Peter NEWELL. Ginebra, 2001, p. 109.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
introducción de este término se pretendía proteger algo más que la identidad biológica
del individuo. Junto a ello, una interpretación contextual del término, sustentada en la
cercanía entre el reconocimiento del derecho a conocer a los padres, refleja su íntima
relación con el principio de dignidad y con los aspectos esenciales de la persona. Se
puede afirmar, por lo tanto, que el reconocimiento del derecho a conocer a los padres
implica promover su ejercicio dentro de un sistema de libre investigación de la filiación.
Además, cabe destacar la concreta relación entre el derecho a conocer a los padres y
la dignidad de la persona. Si bien es cierto que en todos y cada uno de los derechos
fundamentales se manifiesta un núcleo de existencia humana derivado de la idea de
dignidad, existen determinados derechos fundamentales en los que la misma se hace
más patente, entre los que se encuentra sin duda el derecho a la verdad biológica11.
Al igual que ocurre con el derecho al honor, también procedente de la idea de dignidad
aunque dotado de un ámbito y contenido propio, se protegen aspectos derivados de
la dignidad personal; pero no este valor en sí mismo considerado. La dignidad es un
concepto mucho más amplio que puede y suele aplicarse como adjetivo a plurales
facetas de la existencia humana. En este sentido, la identidad biológica se la concibe
como una sustantivación de la dignidad, porque aquélla va referida a la existencia
humana.
511
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Sin embargo, ello no quiere decir que el derecho a conocer a los padres carezca de un
ámbito y contenido propio. Debe, por lo tanto, descartarse la posible equiparación
entre la dignidad y la identidad biológica. El reconocimiento de la estrecha relación
entre ambas —derivada de su conexión con la persona en sí misma considerada—
permite efectuar la delimitación del derecho a la verdad biológica desde la perspectiva
de la mencionada relación.
Así, si bien la dignidad se configura como un valor, superior a todos los demás, pero
en definitiva un valor que como cualquier otro requiere de una base material, ésta es
proporcionada por los derechos inherentes a la persona, con los que se protegen de
forma positiva los distintos aspectos de la dignidad.
En este sentido, el derecho a conocer a los padres exige, para su cabal ejercicio, un
sistema de libre investigación de la filiación. De acuerdo con ello, identificar la frase
“en la medida de lo posible” con una concepción restringida para la investigación de la
filiación, resulta contraria a la dignidad humana.
Por lo mismo, las acciones de filiación, como manifestaciones concretas del derecho
del niño a conocer a sus padres, participan del mismo carácter imprescriptible e
irrenunciable de este derecho; el cual, para su cabal ejercicio, exige abandonar el
sistema de causales determinadas para ejercitar tales acciones. Ello es así, desde que se
comprueba que la realidad social imperante ha desbordado la previsión legislativa, en
aquellos países en los que rige tal sistema; asimismo, provoca situaciones discriminatorias,
por cuanto sólo pueden ejercer tales pretensiones, quienes se encuentren incursos en
512
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
alguna de las causas legales. Para suprimir tales circunstancias indeseables, el sistema de
causales indeterminadas rige justamente para que todo supuesto de hecho demostrable
fundamente el reclamar o impugnar la filiación matrimonial y no matrimonial.
Siendo así, el cabal ejercicio del derecho del niño a conocer a sus padres supone
que la determinación de la relación jurídica generada por la procreación, no debe
presuponer un emplazamiento familiar referido a la existencia o inexistencia de
matrimonio entre los progenitores; esto es, el estado filial deberá encontrar como
referencia sólo la realidad biológica. No obstante, la frase “en la medida de lo posible”
antepuesta al derecho del niño a conocer a los padres advierte las dificultades que
pueden presentarse en la realidad, como el desconocimiento de la identidad de los
progenitores o el no contar con elementos probatorios que generen convicción;
lo que, de hecho, imposibilita el ejercicio del derecho12. De acuerdo con ello, debe
12 Guzmán Zapater sostiene, refiriéndose al sistema jurídico español, que “parece obvio que en la
Constitución el principio de investigación de la paternidad nace limitado, pues el propio tenor literal
se desprende únicamente que “la ley posibilitará la investigación de la paternidad…”, es decir, que
el legislador regulará los casos y requisitos”. Tal precisión, determina que concluya: “Nos hallamos
frente a un derecho constitucional sujeto a reserva de ley, que desembocó en un derecho de
configuración legal. Sirve a fines constitucionales o al interés social y de orden público subyacente
en las declaraciones de paternidad, al asegurar los derechos de alimentos y sucesorios del hijo cuya
filiación se declare. Y en ese sentido coadyuva en la consecución del derecho al libre desarrollo de
la personalidad y del derecho a un tratamiento no discriminatorio frente a otros hijos”. Agrega que
la infracción del derecho a la investigación de la paternidad “sólo indirectamente es accionable en
amparo: cuando se ha entendido que, impedir o admitir injustificadamente la investigación de la
paternidad, es susceptible de conculcar el derecho a la tutela judicial efectiva (del hijo o de alguno
de los padres/progenitores), el derecho a la intimidad e incluso el honor (del hijo o de alguno de los
progenitores o de la persona a quien se pretende imputar el hijo) e incluso el derecho a la integridad
física. Más allá de esta interpretación, más o menos afianzada en la doctrina constitucional, una
lectura forzada permitiría afirmar que la negación injustificada del derecho a la investigación de la
paternidad (por ejemplo, por un comportamiento obstruccionista en fase de prueba) y cuando el
interesado sea el hijo, quizá podría entrañar una vulneración del principio de igualdad de todos los
hijos ante la ley si se admite que ello comportaría una discriminación arbitraria, siendo el término de
comparación los hijos matrimoniales y aquéllos cuya filiación se halle claramente establecida”. Vid.
Guzmán Zapater, Mónica. El derecho a la investigación de la paternidad. Madrid, Editorial Civitas
S.A., 1996, pp. 45-46.
513
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Sin embargo, cabe subrayar dos puntos adicionales. En primer lugar, el artículo 7°
no hace referencia al “interés superior del niño”. La expresión “en la medida de lo
posible” parece contener una limitación más estricta y menos subjetiva que la del
“interés superior”. Ello podría implicar que el niño tiene derecho a saber quiénes son
sus padres si ello es posible, incluso si se considera que va en contra de su interés.
Pero la naturaleza holística de la Convención sugiere que al niño que pudiera resultar
claramente perjudicado por conocer la identidad de sus padres no se le debería facilitar
dicha información. Esta interpretación se ve respaldada por el hecho que la expresión
“en la medida de lo posible” también se extiende al derecho del niño a ser cuidado
por sus padres, y nadie puede argumentar que en ese contexto la expresión no tiene
en cuenta el “interés superior del niño”. Pero es evidente que al niño sólo se le puede
negar el derecho a saber quiénes son sus padres en su interés superior, cuando las
circunstancias que motivan dicha negativa son las más extremas e inequívocas.
En segundo lugar, los artículos 5° (evolución de facultades del niño) y 12° (respeto a
las opiniones del niño) de la Convención sobre los Derechos del Niño sugieren que
la determinación de lo que es, o no es, el interés superior del niño, en cuanto al
conocimiento de sus orígenes, es un problema que pueda plantearse en diferentes
etapas de su vida. El interés superior de un niño de seis años en relación con este asunto
puede ser muy distinto al interés superior de uno de dieciséis. Estos aspectos deben ser
tomados en cuenta al momento de reclamar o impugnar el vínculo paterno filial con el
propósito de sentar el conocimiento de quien es el padre o la madre.
514
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Resulta necesario, por último, referir que el derecho a la identidad de origen tiene dos
facetas. Una referida a la determinación de la filiación: el derecho a conocer a los padres.
Otra vinculada con el mero conocimiento del origen biológico sin determinar el vínculo
paterno-filial. Ello se aprecia en los casos del adoptado y del nacido mediante técnicas
de fertilización humana asistida13.
13 Así y respecto de la adopción, se sostiene “el derecho a la investigación de la filiación en relación con
la familia originaria del adoptado”. Se precisa que hay que distinguir la acción cuya finalidad es el
establecimiento de un vínculo jurídico de filiación y aquella otra cuyo objetivo es la mera revelación
de la identidad del progenitor; por lo que, este derecho implica “permitir el acceso del adoptado a
la información sobre su filiación biológica, sin necesidad de autorización judicial ni consentimiento
de los progenitores, pues parte de la existencia de un derecho al conocimiento del propio origen
amparado en la Constitución”. Vid. GARRIGA GORINA, Margarita. La adopción y el derecho a conocer
la filiación de origen. Un estudio legislativo y jurisprudencial. Navarra, Aranzadi Editorial, 2000,
pp. 256-257.
Respecto de las técnicas de fecundación humana asistida, se destaca que aquí se excede del ámbito
de la relación jurídica familiar que es la de filiación, “para afectar un derecho fundamental de la
persona, emparentado con el derecho a conocer el propio origen y con su dignidad personal”. El
nacido de estas técnicas “tiene efectivamente derecho (subjetivo) a conocer una realidad que le afecta
muy gravemente y que de otra manera, si le fuera negado aquél, le sería disimulada, ocultada tal
realidad: porque aunque formal y jurídicamente pase por ser hijo de ciertas personas, su procreación
y filiación es distinta de la de otros nacidos”. Se precisa que “negarle aquel derecho a conocer su
realidad equivale a consagrar el engaño, la mentira (ocultación consciente e injustificada de algo muy
importante que le afecta casi exclusivamente a él), cosa que no es sana desde ningún punto de vista
(ético, jurídico, individual o social)”. Vid. RIVERO HERNÁNDEZ, Francisco. “La investigación de la mera
relación biológica en la filiación derivada de fecundación artificial”. En La filiación a finales del siglo
XX. Madrid, 1998, p. 161.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Uno de esos elementos dinámicos es el referido a las relaciones familiares, las que
se instituyen inmediatamente conocidos quiénes son los padres. En consecuencia,
la protección jurídica del derecho a la identidad personal, en su calidad de derecho
humano esencial debe ser integral, para comprender los múltiples y complejos
aspectos de la personalidad de un ser humano.
Por otro lado, “preservar” en el artículo 8° de la Convención sobre los Derechos del Niño
implica tanto la no injerencia en la identidad como la conservación de los documentos
relativos a la genealogía y al registro del nacimiento y de aquellos detalles sobre los
primeros años del niño que no se puede esperar que recuerde.
Por eso, como una faceta del derecho de todo ser humano de conocer su propia historia,
se destaca el derecho a saber quiénes fueron sus padres y, como consecuencia, a ser
criado por ellos y que se establezcan todos los lazos parentales.
14 Fernández Sessarego, Carlos. El derecho a la identidad personal. Buenos Aires, Astrea, 1992, p. 21.
15 Ibidem, p. 22.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Para garantizar todo ello, debe promoverse la determinación de la filiación a partir del
principio de igualdad en la responsabilidad paterna, nazcan los hijos dentro o fuera del
matrimonio; considerando que, desde el momento en que el hijo es engendrado, nace
una filiación biológica y el correspondiente derecho a que en el momento oportuno
sea revelada tal filiación biológica, de modo de poder ostentar una filiación jurídica16.
Pero, una vez establecida la filiación, surgen las relaciones de cuidado y crianza que
corresponde a los padres y, además, las relaciones familiares con los parientes de cada
uno de ellos. Siendo así, el derecho a preservar la identidad en las relaciones familiares
alude directamente al concepto de “posesión constante de estado de hijo”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En estos casos se dice que hay posesión de estado, aun cuando no existe —
obviamente— un estado de familia. Su probanza permite presumir que quienes en
los hechos se han conducido públicamente como si estuviesen emplazados en el
estado de filial, reconocen a través de esa conducta la existencia de los presupuestos
sustanciales del estado de familia a que se refiere17.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Debe ahora recordarse las relaciones entre los derechos del niño de conocer a los
padres y a preservar la identidad de sus relaciones familiares como componentes de
la identidad filiatoria. Así, y desde el punto de vista estático, la identidad filiatoria está
constituida por el dato biológico: la procreación del hijo (artículo 7° de la Convención);
mientras que, desde el punto de vista dinámico, la identidad filiatoria presupone el
arraigo de vínculos paterno-filiales asumidos y recíprocamente aceptados por padres
e hijos en el contexto de las relaciones familiares (artículo 8° de la Convención).
Resulta claro, por lo tanto, que la identidad filiatoria estática, conocimiento de quiénes
son los padres, por lo general coincide con la identidad filiatoria dinámica, la “posesión
constante de estado de hijo” con los padres ya conocidos; vale decir, que las calidades
de progenitores y padres recaen en las mismas personas que procrearon al hijo. Ello es
así, desde que en la filiación por naturaleza se jerarquiza el vínculo biológico18.
Sin embargo, hay supuestos reconocidos en los que ello no ocurre. Tal el caso de la
filiación adoptiva como la derivada de la reproducción humana asistida con elemento
heterólogo. En estos supuestos, el emplazamiento filial no concuerda con la verdad
biológica; por el contrario, en el primero se privilegia vínculo social; mientras que
en el segundo la voluntad procreacional. En estos supuestos, progenitor y padre no
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
coinciden. Por ende, se puede advertir que “la biología no es la única verdad que prima
en la identidad filiatoria, sino que ésta se combina con la cultura, lo social, psicológico.
Aquí es donde se conjugan las facetas estática y dinámica que integran la identidad de
una persona. Y es en este contexto donde se divide el concepto y significado de padre,
contrario al de progenitor biológico”19.
19 Ibidem, p. 836. En idéntico sentido, MIZRAHI, Mauricio L. “Posesión de estado, filiación jurídica y
realidad biológica”. En La Ley. 2004-E, p. 1197.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
No sólo que el ejercicio aislado de cada uno de ellos tiene unos límites
claros sino que, como sucede siempre, suelen entrar habitualmente en
conflicto. El ejercicio de uno implica la lesión de un derecho o una libertad
fundamental de otra persona. Entonces, he ahí la cuestión: ¿cómo dilucidar
cuál de los dos es un ejercicio realmente válido? El conflicto entraría en una
vía de solución cuando sea posible justificar la preferencia de uno de los
bienes jurídicos en disputa, una vez que se han ponderado las circunstancias
concurrentes de cada caso. No hay una “preferencia incondicionada” que
derive directamente de la Constitución, sino un mandato a los jueces para
que valoren todos los aspectos y datos, sean o no fácticos, de cada recurso,
sin proporcionarles puntos de referencia constitucionales21.
20 De Otto Y Pardo, Ignacio. “La regulación del ejercicio de los derechos y libertades. La garantía de su
contenido esencial en el artículo 53.1° de la Constitución”. En Derechos fundamentales y Constitución.
Editado junto con L. Martín-Retortillo, Madrid, Civitas, 1988, p. 111.
21 Martínez De Pison Cavero, José. El derecho a la intimidad en la jurisprudencia constitucional. Madrid,
Civitas, 1993, p. 158.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
22 Caso Grimaldo Saturdino Chong Vásquez. STC 2235-2004-AA del 18 de febrero de 2005. Fundamento
jurídico N.° 6.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
objetivo constitucionalmente legítimo, es decir, que exista una relación de medio a fin
entre la medida limitativa y el objetivo constitucionalmente legítimo que se persigue
alcanzar con aquél”23. Vale decir, supone determinar si la restricción resulta pertinente
o adecuada al fin propuesto.
Igualmente, la limitación propuesta resulta ser necesaria por cuanto una regulación
en la que se prepondere la presunción de paternidad matrimonial (principio favor
legitimitatis) no logra proteger tan eficazmente el conocimiento del origen biológico
(principio favor veritatis) para la determinación de la filiación extramatrimonial del
hijo de mujer casada. No hay, pues, otro modo para determinar el conocimiento del
origen biológico en esos casos.
Por otro lado, el Tribunal Constitucional ha indicado que, de acuerdo con el subprincipio
de proporcionalidad en sentido estricto, “para que una injerencia en los derechos
fundamentales sea legítima, el grado de realización del objetivo de ésta debe ser, por
lo menos, equivalente o proporcional al grado de afectación del derecho fundamental,
23 Ibidem.
24 Caso Grimaldo Saturdino Chong Vásquez. STC 2235-2004-AA del 18 de febrero de 2005. Fundamento
jurídico N.° 6.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
25 Ibidem. De acuerdo con Borowski: “en este examen, ni se introduce una excepción a los principios
ni se declara como inválido alguno de ellos. Mediante la ponderación se establece cuál de los
dos principios, de conformidad con las circunstancias concretas de colisión, posee mayor peso. El
principio con el mayor peso, tiene precedencia. El otro principio, es relegado a un segundo plano en
el caso concreto”. Borowski, Martín. “Las restricciones de los derechos fundamentales”. En Revista
española de Derecho Constitucional, Año 20, Número 59, mayo-agosto del 2000, p. 39.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Cabe recordar que, en la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño debe
preferirse una interpretación a favor del interés superior del menor, por ser éste el
objeto y fin específico del tratado.
28 Bidart Campos expone que: “haya o no haya norma expresa, damos por verdad que hoy todo derecho
constitucional de un estado democrático incluye y contiene un sistema de derechos (alimentado por
una matriz de principios y valores favorables a la persona humana) el derecho a la identidad personal
y al estado civil de familia, que se conecta íntimamente al anterior; el derecho a integrar una familia y
a gozar de su protección, etc.”. Refiriéndose a la Convención sobre los Derechos del Niño, señala que:
“todo el articulado de este último tratado, en el hilván de su dispositivo relativo a la relación entre el
niño y sus padres, presupone con claridad que, para atender prioritariamente al interés superior del
niño, éste debe tener emplazados su filiación y su estado civil de familia, para lo cual —si no concurre
reconocimiento voluntario de la filiación extramatrimonial— se le debe facilitar el acceso al proceso
judicial y a los medios probatorios pertinentes”. Ibidem, p. 240.
29 Así, por ejemplo, la sentencia del 24 de marzo de 1988 expedida por el Décimo Sétimo Juzgado
Civil de Lima (expediente 6790-87) y su confirmatoria, la sentencia de vista del 17 de abril de 1989
expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima (expediente 589-88). En
Plácido, Alex. Filiaciones incompatibles, op cit. pp. 75 a 80.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Sin embargo, existe un precedente jurisprudencial en el que, sobre la base del control
difuso de la constitucionalidad del artículo 396° del Código Civil, se resolvió de manera
diferente. Se trata de la demanda interpuesta por don C.E.C.K. contra doña N.R.V.H. y
don A.M.H.M. sobre la impugnación de paternidad matrimonial, sustentada en que el
demandante es el padre biológico de la niña I.A.H.R., nacida dentro del matrimonio de
los demandados, y no el marido de la madre (Expediente N.º 2003-0839-251801-JF01)30.
En la sentencia del 29 de noviembre de 2004, la Jueza del Primer Juzgado de Familia del
Distrito Judicial del Santa al analizar la constitucionalidad del artículo 396° del Código
Civil, concluye que dicha disposición legal no puede ser interpretada conforme a la
Constitución pues se trata de una norma que, a partir de una presunción de paternidad
que ha quedado destruida por la corroboración del vínculo de paternidad, ya que
no es coincidente con la realidad biológica paterna, “obstaculiza a que dicha menor
sea tenida legalmente como hija de quien biológicamente lo es, puesto que nuestra
norma sustantiva impone que, previamente se debería ejercer la acción contestataria
de impugnación de paternidad por el codemandado don A.M.H.M. como lo disponen
los artículos 396° y 404° del Código Civil”; lo que no ha sucedido, en el presente caso.
30 Copia completa del expediente nos fue proporcionada por la Dra. Yrma Ramírez Castañeda,
Magistrada titular del Primer Juzgado de Familia del Distrito Judicial del Santa, quien desarrolló el
aludido control difuso en la sentencia de primera instancia; aunque, en nuestra opinión, el control
de constitucionalidad debió haberse realizado en el autoadmisorio, conforme al artículo VI del Título
Preliminar del Código Procesal Constitucional.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En primer lugar, se precisó que la validez constitucional de algunas normas legales que
regulan materia propia del Derecho de Familia puede y debe ser juzgada no sólo en
abstracto, sino en concreto; para, después, aludir al precedente del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos que, en su sentencia del 27 de octubre de 1994 recaída en el
caso Kroon y otros con los Países Bajos, declaró que la norma interna que impide al
padre biológico reconocer a su hijo mientras esa paternidad no sea impugnada por el
marido de la madre violaba el derecho a la vida familiar previsto en el artículo 8° de la
Convención Europea de Derechos Humanos.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
verdadera paternidad; por el contrario, si el niño es tratado como hijo por el marido
de la madre, esa legitimación debe ser negada; cuyos argumentos se resumen en la
sentencia, a saber:
En el presente caso, la Dra. Aída Kemelmajer de Carlucci resalta los hechos acreditados
que evidencian la vida familiar entre el marido de la madre con la niña cuya filiación se
reclama. Así, se indica que la niña tiene apenas tres años y está con su madre; y, como
lo reconoce el actor, la madre convive con su marido. Siendo que quien es padre,
según la normativa civil, ama y cuida a la niña, se precisa que “está fuera de toda duda
por los propios dichos del actor que, además de la presunción legal, el marido tiene
a su favor, un verdadero estado de padre, al haber asumido todos y cada uno de los
deberes derivados de esa filiación jurídica”.
Recurriendo al criterio doctrinario según el cual debe advertirse que “al lado de la
biológica existe otra verdad que no podrá ser ignorada: la verdad sociológica, cultural
y social, que también hace a la identidad de la persona humana”, se destaca que la
identidad filiatoria “tiene también una perspectiva dinámica y presupone el arraigo de
vínculos paterno-filiales asumidos y recíprocamente aceptados por padre e hijo”; por
lo que, “en los casos de posesiones de estado consolidado no tiene por qué prevalecer
el elemento biológico afectando una identidad filiatoria que no es su correlato”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Siendo así, la Dra. Aída Kemelmajer de Carlucci concluye que la legitimación que
se pretende, de tener éxito la demanda, desplazaría a esa niña de esa situación de
legitimidad y la trasladaría al ámbito de la extramatrimonialidad perdiendo vínculos
jurídicos no sólo con quien la cuida y quiere como su hija sino a todo su entorno familiar.
Lo contrario constituiría una injerencia vedada al Estado en la intimidad familiar de
una persona en formación, sin priorizarse su interés superior real, no abstracto.
Conclusiones
En la búsqueda de esa solución debe considerarse que los derechos del niño a conocer
a los padres y a preservar la identidad de sus relaciones familiares constituyen las dos
facetas, estática y dinámica, de la identidad filiatoria. Así, y desde el punto de vista
estático, la identidad filiatoria está constituida por el dato biológico: la procreación del
hijo; mientras que, desde el punto de vista dinámico, la identidad filiatoria presupone
el arraigo de vínculos paterno-filiales asumidos y recíprocamente aceptados por
padres e hijos en el contexto de las relaciones familiares.
Por cierto, que la solución que se postule debe reflejar la consideración primordial al
interés superior del niño, desde que éste constituye el criterio que va a determinar, si
ello optimiza los derechos fundamentales de la infancia.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
y el hijo mantiene una “posesión constante de estado” que coincide con tal verdad
biológica. En caso contrario de que tal “posesión de estado” se mantenga con el
marido de la madre, debe subsistir el emplazamiento realizado sobre la presunción de
paternidad matrimonial.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
ANEXOS
DEMANDANTE : C.E.C.K.
DEMANDADO : N.R.V. Y OTRO
MATERIA : IMPUGNACIÓN DE PATERNIDAD
EXP. N.º : 2003-0839-251801-JF01
VISTOS: Dado cuenta con el escrito que antecede. Resulta de autos, que por demanda
de folio nueve a trece, don C.E.C.K. recurre a este juzgado a fin de interponer demanda
de Impugnación de Paternidad, acción que la dirige en contra de doña N.R.V. y de don
A.M.H.M., a efecto de que se declare al recurrente como padre de la menor I.A.H.R. y
se cursen los partes respectivos a la Municipalidad Provincial del Santa. Fundamenta
su demanda en que con fecha treintiuno de diciembre del año mil novecientos
noventisiete nació su menor hija, siendo registrada por don A.M.H.M. el doce de
enero del año mil novecientos noventiocho, no alcanzando el recurrente a registrar a
la menor por encontrarse de viaje por motivos de trabajo, es así que, posteriormente
la demandada le manifiesta que su esposo había registrado a la menor teniendo
conocimiento que la menor no era su hija y que lo hacía por un acto de venganza por
cuanto la demandada en ese entonces se encontraba separada de hecho desde hace
un año antes de concebir a la menor y no hacen vida en común, por lo que le hace la
vida imposible a la codemandada maltratándola física y psicológicamente, optando
ésta por retirarse del hogar conyugal, por lo que el recurrente se ve en la imperiosa
necesidad de iniciar la acción judicial correspondiente ya que considera que no es
dable que su menor hija lleve el apellido de Hurtado cuando lo correcto es Collazos.
Por resolución número uno de folios catorce, se admite a trámite la demanda en vía de
proceso de conocimiento y se corre traslado a los codemandados conforme consta en
autos, y al Ministerio Público, quienes fueron válidamente notificados. Posteriormente
se declara rebelde a los codemandados mediante resolución de folios veintiuno, y se
señala fecha para la audiencia conciliatoria la cual se lleva a cabo conforme obra en
autos del acta de audiencia a folios veintinueve a treinta. Más adelante, se lleva a cabo
la realización de la audiencia de pruebas obrante a folios treintiséis a treintisiete, así
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tratándose de una petición justa para el demandado y, más aún con la única finalidad
de esclarecer la filiación de una menor, ya que considerando que si la menor había
sido reconocida por éste en su condición de esposo como podríamos obligarle a que
pague dichas costas, cuando él sería el perjudicado (moralmente); QUINTO: Que
encontrándose en discusión la filiación biológica de la niña, resulta imperiosa la
necesidad de que ésta se establezca y la justicia resuelva la incertidumbre generada a
fin de que pueda gozar de las garantías que el ordenamiento jurídico le otorga en aras
de su seguridad y protección presente y futura; máxime si en todo proceso, de existir
incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma legal, los jueces
prefieren la primera. Igualmente, se prefiere la norma legal sobre la otra de rango
inferior, y en el presente caso se deben preferir las normas que velan por el derecho
del niño a conocer a sus padres biológicos y dejar de aplicar las normas antes referidas
que se oponen a esta finalidad, considerando la jerarquía de la norma en la
constitucional en el inciso primero, artículo segundo de la Constitución Política del
Perú; así como instrumentos internacionales y especialmente el de la Convención
sobre los Derechos del Niño en su artículo ocho y que se trata de los derechos a la
identidad y demás inherentes a una menor de edad, el juez conjetura la inaplicación
del artículo trescientos noventiséis y cuatrocientos cuatro del Código Civil, artículos
que no hacen viable la defensa y protección de la menor: SEXTO: Más aún si de autos,
está acreditado que la menor I.A.H.R. se encuentra confundida con su identidad ya
que en las pruebas que se le toma en el colegio privado “Niño Jesús de Praga” se
consigna como Collazos y en otras como Hurtado, implicando con ello una inestabilidad
emocional para la menor, la misma que se meritúa en mérito al Principio de la
Adquisición, las pruebas no pertenecen a las partes, sino al proceso y que de no
resolverse el fondo de la presente litis, se estaría perjudicando a dicha menor en forma
irremediable y, como se sabe el juez tiene el deber de resolver el conflicto de intereses
o eliminar su incertidumbre, en busca de la paz social tan ansiada de las partes; ya
que, en el presente caso es pertinente aplicar el artículo ocho de la Convención sobre
los Derechos del Niño, a la cual está adherido nuestro país y a la letra establece: “Los
Estados partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad,
incluido la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la
ley y sin injerencias ilícitas. Cuando un niño sea privado ilegalmente de alguno de los
elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados partes deberán prestar la
asistencia y protección apropiada con miras a restablecer rápidamente su identidad”;
y como quiera que en el presente caso es necesario proteger la identidad y filiación de
la menor I.A.H.R., es decir, a conocer y ser reconocida por sus padres biológicos es de
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Convención sobre los Derechos del Niño, artículo IX del Título Preliminar y artículo 2°
del Código de los Niños y Adolescentes, habiéndose dejado de aplicar los artículos
396° y 404° del Código Civil y de conformidad a lo dispuesto por los artículos 408°
inciso 3 del Código Procesal Civil concordante con el artículo 14° de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y Administrando Justicia a nombre de la Nación, y en disconformidad
con el Dictamen de la Señora Fiscal; FALLO: Declarando FUNDADA la demanda de
folios nueve a trece interpuesta por don C.E.C.K. en contra de doña N.R.V. y don
A.M.H.M. sobre Impugnación de Paternidad y reconocimiento de paternidad, en
consecuencia, SE DECLARA: Que don A.M.H.M. no es padre de la menor I.A.H.R. y
DECLÁRESE como padre a don C.E.C.K. de la menor I.A.H.R., quien deberá llamarse
I.A.H.R., que tiene como padre a don C.E.C.K. con DNI N.º 17905110, domicilio real en
el Jr. Tacna N.º 239 PP. JJ. Florida Baja y de treintiocho años a la fecha de nacimiento
de la menor, con los demás datos que contiene; ELÉVESE EN CONSULTA A LA SALA
CONSTITUCIONAL Y SOCIAL DE LA CORTE SUPREMA. Sin costas ni costos. Consentida
que sea la presente CÚRSESE los partes al Consejo Provincial del Santa para su
anotación correspondiente en la Partida de Nacimiento de la menor I.A.H.R., libro
cuarenticuatro y número folio treinta treintinueve setenticuatro, nacida el día doce de
diciembre de mil novecientos noventisiete. NOTIFÍQUESE a las partes mediante cédula
con conocimiento al Ministerio Público y con arreglo a ley.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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Quinto: Asimismo, el artículo 4040° del citado cuerpo sustantivo, que regula lo
referente a la declaración judicial de paternidad del hijo de madre casada, prevé “si la
madre estaba casada en la época de la concepción, sólo puede admitirse la acción en
caso que el marido hubiera contestado su paternidad y obtenido sentencia favorable”.
Sexto: Que, en el caso sub judice el actor solicita se le declare padre de la menor I.A.H.R.
habida dentro del matrimonio de doña N.R.V. y don A.M.H.M. —los demandados—
argumentando que fue concebida cuando la madre se encontraba separada de su
cónyuge desde un año antes a dicho hecho y que no pudo registrarla oportunamente
por motivos de viaje, impugnando la paternidad de aquel que la ha registrado como
hija en el marco del artículo 361° del Código Civil, que regula la presunción de
paternidad matrimonial, de lo que se desprende que está en discusión la filiación de
la menor precitada.
Séptimo: Que, si bien de conformidad con los dispositivos antes glosados, tratándose
del reconocimiento del hijo o hija extramatrimonial de mujer casada, la acción
sólo resulta procedente cuando el marido lo hubiese negado y obtenido sentencia
favorable; sin embargo, no puede perderse de vista, que el juez debe atender a la
finalidad concreta del proceso que es resolver un conflicto de intereses o eliminar
una incertidumbre jurídica que haga posible lograr la paz social en justicia, según lo
establece el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil.
Octavo: Que si bien no aparece de los presentes actuados que el codemandado don
A.M.H.M. haya iniciado la acción contestatoria de paternidad y que hubiera obtenido
sentencia favorable, sin embargo, se ha sometido a la prueba de ADN con el objeto de
llegar a la verdad de los hechos, habiéndose establecido que no es el padre biológico
de la menor habida dentro del matrimonio con su cónyuge la codemandada, sino que
resulta ser el actor.
Noveno: Que, en mérito del Principio del Interés Superior del Niño antes glosado, el
Estado está en la obligación de preservar la identidad de los niños, y es sólo a través
de los órganos jurisdiccionales establecidos encargados de administrar justicia en el
Estado de Derecho es que se puede llegar a resolver la litis en virtud a las pruebas
aportadas por las partes y a las que el juzgador estime conveniente para dilucidar la
controversia, lo que ya ha sido definido mediante la resolución consultada.
Décimo: Que, en tal virtud, la Juez de Familia al preferir la Norma Constitucional a
la norma legal, no hace más que reconocer el principio de jerarquía normativa que
nuestro Ordenamiento Constitucional estatuye en su artículo 51° concordante con el
artículo 138°, segundo párrafo de la propia Carta Magna y con el artículo 14° del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
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Antecedentes.-
A fs. 3/9, el Sr. C.F.L., por su propio derecho, patrocinado por el abogado Alejandro
Cela, deduce recursos extraordinarios de inconstitucionalidad y casación contra de la
resolución dictada por la Cuarta Cámara Civil de Apelaciones a fs. 61/63 de los autos
n.° 27.746/28.214 caratulados “L.C.F. por la menor A.M.G. C/ A.C.A.G.P.A. p/ Filiación”.-
A fs. 12 se admiten formalmente los recursos deducidos. A fs. 14 se corre traslado al
Ministerio Pupilar quien contesta a fs. 15/17 y solicita se rechacen ambos recursos.-
A fs. 19/20 vta. obra el dictamen del Sr. Procurador General quien, por las razones que
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I. Plataforma fáctica.-
Los hechos relevantes para la resolución de este recurso son, sintéticamente, los
siguientes:
1. A fs. 4/9 de los autos n.° 27.746/1F originarios del Primer Juzgado de Familia,
el Sr. C.F.L. inició demanda por impugnación de filiación matrimonial. Solicitó se
declarase inconstitucional el artículo 259° del Código Civil. Afirmó ser el padre
extramatrimonial de la niña M.G.A nacida el 26/1/2002. Relató haber tenido
relaciones extramatrimoniales con la señora A.C.G.P. de A., fruto de la cual nació la
niña. Que ha tenido conversaciones con el marido de la madre quien, no obstante
conocer que la menor no es hija suya, terminó por peticionarle que abandone la idea
de todo reconocimiento. Fundó largamente la inconstitucionalidad del artículo 259°
del Código Civil en cuanto no legitima al padre biológico para reclamar la impugnación
de la paternidad.-
2. El juez de primera instancia corrió vista al Ministerio Pupilar.-
3. A fs. 10/11 la Asesora de Menores consideró que la prueba aportada era insuficiente
para correr traslado y solicitó se emplazara al peticionante a acompañar otras
evidencias.-
4. A fs. 15/17 el juez de familia no hizo lugar al pedido de declaración de
inconstitucionalidad del artículo 259° del Código Civil, declaró improponible la
demanda porque el actor no tiene legitimación sustancial activa, y ordenó se
procediese al archivo de la causa.-
5. A fs. 18 apeló el actor. A fs. 30/31 la Asesora de Menores solicitó el rechazo del
recurso de apelación. Idéntica actitud procesal asumió la Fiscal de Cámara a fs.
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33/34. A fs. 42/44 la Cuarta Cámara de Apelaciones confirmó el decisorio, con estos
argumentos:
a) Se coincide con la doctrina que el caso se ubica en un campo altamente conflictivo
y controvertido del derecho de familia, en el que se confrontan diferentes intereses,
que se apoyan en valores difícilmente compatibles; por un lado, la auténtica filiación
de una persona, y por el otro la paz familiar.-
b) En el caso, se entiende debe privar el texto del artículo 259°, que contiene una
enumeración taxativa de los habilitados para impugnar la filiación legítima, donde no
está contemplado el padre biológico. Las razones dadas por parte de la doctrina para
negar esta legitimación son convincentes: no se viola el derecho a la identidad del
hijo, que siempre gozará de la facultad de impugnar la paternidad reconocida; por lo
demás, el derecho a la identidad reconoce sus límites, prevaleciendo en ciertos casos
restricciones que favorecen la paz familiar por encima de la protección biológica.-
c) Con el debido respeto que merecen los argumentos expuestos por el actor, en
el caso deben prevalecer los intereses superiores de la niña, resguardados por la
estabilidad de la familia donde está insertada, que por lógica se vería afectada si se
permitiese la irrupción del supuesto padre biológico sin contar con la legitimación que
expresamente prevé el artículo 259°.-
d) La norma es acertada porque deja al hijo la posibilidad de establecer en el tiempo
que él quiera su identidad de origen, cambiando su emplazamiento filiatorio.-
e) Finalmente, se comparte el dictamen de la Fiscalía de Cámara donde se destaca que
se está frente a una persona en crecimiento, y la verdad de la niña se encuentra en la
preservación de los lazos familiares que hasta ahora la han amparado, por lo que cabe
remitirse a los argumentos expuestos en ese dictamen, los que se da por reproducido
brevitatis causae.-
1. Recurso de inconstitucionalidad.-
El recurrente sostiene que la resolución que recurre es definitiva en tanto al rechazar
el planteo de inconstitucionalidad, niega legitimación y pone fin al pleito.-
Afirma que la decisión no respeta la prioridad constitucional. Argumenta del siguiente
modo:
a) La solución viola los artículos 75°, inciso 22 de la Constitución y 8° de la Convención
sobre los Derechos del Niño. Ambas normas reconocen el derecho a la identidad
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2. Recurso de casación.-
El recurrente denuncia errónea interpretación y aplicación del artículo 259° del Código
Civil en tanto esta norma es inconstitucional, al negarle la legitimación para demandar
por contrariar el principio de prioridad constitucional.-
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El artículo 259° dispone que: “La acción de impugnación de la paternidad del marido
podrá ser ejercida por éste y por el hijo. La acción del marido caduca si transcurre un
año desde la inscripción del nacimiento, salvo que pruebe que no tuvo conocimiento
del parto, en cuyo caso el término se computará desde el día en que lo supo.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El recurrente no ignora el texto legal; no afirma que la norma, tal como está
redactada, lo legitima para la acción deducida. Por el contrario, sostiene que la ley
le niega legitimación y, precisamente por eso, reclama al tribunal que la declare
inconstitucional.-
La metodología propuesta (abordar la cuestión desde la visión constitucional) es
correcta. En efecto, el maestro Germán Bidart Campos enseñó que la “legitimación
para demandar es una cuestión constitucional” (ver, entre otros artículos, “Las
realidades biológicas y las normas jurídicas”, ED 157-881; “Una sentencia ágil en busca
de la verdadera filiación del menor”, LL 2002-C-719).-
Analizaré la cuestión desde esa perspectiva, más aclaro que en mi concepto, la validez
constitucional de algunas normas legales que regulan materia propia del Derecho de
Familia puede y debe ser juzgada no sólo en abstracto, sino en concreto. Me explico:
puede ocurrir que un texto infraconstitucional sea visible y manifiestamente contrario
a la Constitución Nacional o Provincial en cualquier circunstancia fáctica; tal lo que
ocurría, por ejemplo, con el artículo 1276° del C.C. antes de la sanción de la Ley N.°
25.781, que discriminaba claramente contra la mujer, cualquier mujer, al establecer que
si el origen de los bienes era dudoso, la administración correspondía al marido; por el
contrario, determinar la contrariedad de la ley con el derecho constitucional y humano
“a la vida familiar”, puede ser juzgada en concreto, conforme a las circunstancias del
caso. Ello es así porque la noción de “vida familiar” configura un típico concepto
jurídico indeterminado, variable según los tiempos, lugares y especiales circunstancias
de vida. Ésta es la visión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (de ahora en
adelante TEDH) cada vez que analiza una denuncia de violación de este tipo. En efecto,
conforme su jurisprudencia la expresión “vida familiar” comprende tanto la familia
legítima cuanto la llamada familia de hecho; “no se limita a las relaciones fundadas
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en el matrimonio sino que puede englobar otros lazos familiares de facto respecto de
personas que cohabitan fuera del matrimonio”. No obstante, dado que la protección
de la vida familiar exige que las relaciones sean preexistentes, reales y suficientemente
próximas o cercanas, el TEDH tolera ciertas diferencias entre la familia matrimonial y
la extramatrimonial, algunas de corte normativo y otras fácticas (ver jurisprudencia
citada por Sarolea, Sylvie, “L’ordre public international et la Convention européenne
des droits de l’homme en matière de filiation”, en Rev. Trim. de Droit Familiar, 1996-
2-151).-
Por lo demás, es menester recordar que según esa prestigiosa Corte, en el ejercicio
de su propio derecho, ningún padre tiene derecho a causar daño a su hijo o a su
desarrollo. En efecto, el artículo 3.1. de la Convención Internacional de los Derechos
del Niño dispone: “En todas las decisiones que conciernen a los niños, provengan de
instituciones públicas o privadas de protección social, de los tribunales, de autoridades
administrativas o de órganos legislativos, el interés superior del niño debe tener
consideración primordial”. (Un excelente resumen de los casos en que la jurisprudencia
de la República Argentina ha aplicado esta pauta se encuentra en Grosman, Cecilia and
Iñigo, Delia, “The overriding interest of the child in legislative policy and in judicial
decisions in Argentina”, en The International Survey of Family Law, 2000, p. 9 y ss).-
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pues el padre (Sr. Zerrouk) y la madre, (Sra. Kroon) habían decidido no casarse y no
se había probado que Zerrouk estuviese a cargo, de ninguna manera, del cuidado y
educación del niño (Samir). O sea, no se había probado que asumiera el papel de
padre social de Samir. La Comisión, que receptó la denuncia, destacó la estabilidad de
la relación, que surgía del hecho no discutido de que Zerrouk era el padre biológico
de Samir y de otros tres niños de esa relación. El TEDH era consciente de que, según
la ley belga, la celebración del matrimonio hubiese permitido al padre adoptar al niño
y de ese modo establecer el vínculo, pero afirmó que la razón por la cual los padres
han decidido no casarse es irrelevante: “una solución que no autoriza al padre crear
un lazo legal con un hijo con el que existe un lazo familiar a no ser que se case con la
madre del niño, es incompatible con la noción de respeto de la vida familiar”. Para el
tribunal, el respeto a la vida familiar exige que la realidad biológica y social prevalezca
sobre una presunción legal que choca frontalmente tanto con los hechos establecidos
como con los deseos de las personas involucradas, sin aprovechar realmente a nadie.
Por lo tanto, concluyó que, “a pesar del margen de discrecionalidad disponible, el país
denunciado no había garantizado a los demandantes el respeto a su vida familiar a la
que tienen derecho en virtud del Convenio” (TEDH, 27/10/1994. Caso Kroon y otros
c/Países Bajos, Rev. General del Derecho, año LIII n.° 632, mayo de 1997, p. 5364.
También relatado por Lundström, Karin, “Family life and the freedom of movement
of workers in the European Union”, en International Journal of Law, Policy and the
Family, vol. 10, n.° 3, 1996, p. 267; por Sarolea, Sylvie, “L’ordre public international
et la Convention européenne des droits de l’homme en matière de filiation”, en Rev.
Trim. de Droit Familiar, 1996-2-152; y por Vasseur- Lambry, La famille et la convention
européenne des droits de l’homme, Paris, ed. L’Harmattan, 2000, n.° 552, p. 405).-
1. Legitimación de la madre.-
Aunque en este recurso extraordinario se plantea la cuestión de la legitimación del
presunto padre biológico, conviene recordar que, en pronunciamiento dividido,
el Superior Tribunal de la Nación desestimó el planteo de inconstitucionalidad del
artículo 259° del C.C. y, consecuentemente, desconoció legitimación a la madre para
impugnar la paternidad de un hijo matrimonial (C.S., 1/11/99, L.L. 1999-F-670, E.D.
185-451, comentado por Jorge Adolfo Mazzinghi, Derecho de la mujer a impugnar
la paternidad del marido: un fallo elogiable de la Corte, en D.J. 2000-1-543, y en L.L.
2000-B-22, comentado por Andrés Gil Domínguez, ¿Existe una familia basada en la
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Ministerio Pupilar. Los ministros Bossert y Petracchi entendieron que una presentación
del menor adulto al juicio obrante en el expediente implicaba la ratificación de la
demanda interpuesta por el Ministerio Pupilar debido a que en esa pieza procesal él
manifestó su convicción de ser hijo de otro padre y describió los múltiples y graves
problemas que le ocasionaba el mantenimiento de un vínculo jurídico que no se
correspondía con la realidad.-
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(A) El único camino para impugnar una filiación matrimonial está dado por la acción
prevista en el artículo 259° del C.C. que confiere legitimación sólo al marido y al hijo
para desvirtuar la presunción iuris tantum que establece el artículo 243° del mismo
ordenamiento;
(B) La interpretación literal de la norma indica que la enumeración de los legitimados
es taxativa;
(C) La interpretación por la voluntad del legislador permite llegar al mismo resultado,
pues la reforma introducida por la Ley N.° 23.264 del C.C. amplió la legitimación para
ejercer la acción de reclamación de estado al hijo y a los herederos del marido; de
haber querido concederla al pretendido padre, lo hubiera hecho en forma expresa.-
En cambio, el voto en minoría entendió que si la ley hubiese querido restringir las
posibilidades de accionar hubiera recurrido a alguna construcción gramatical que así
lo significara, por lo que del solo hecho de haber enumerado a dos legitimados no
puede inferirse la exclusión de un tercero. Cualquier regla que ciña las posibilidades
de accionar, limita el derecho fundamental como es el de ocurrir ante un tribunal
de justicia, por lo cual la lectura del mencionado artículo debe ser particularmente
cuidadosa en orden a su alcance.-
b) Posteriormente, en 1999, decidió una cuestión vinculada a la anterior pero no
idéntica. En el caso, revocó la sentencia del juez de grado y rechazó la pretensión
deducida por la madre en representación del menor contra un tercero, a quien
reclamaba la filiación extramatrimonial, no obstante que su matrimonio no estaba
disuelto. La Corte recuerda que para que pueda ejercerse la acción de filiación
extramatrimonial es necesario que quien la intenta no la tenga establecida, o bien que
promueva también la destinada a hacer cesar la que tiene; ni la falta de exclusividad
en las relaciones sexuales, ni la ausencia de inscripción del hijo matrimonial con el
apellido del padre constituyen presunciones que destruyan la establecida por el
artículo 243° citado. El voto de adhesión del Dr. Hitters agregó que los fallos de las
instancias anteriores habían contrariado el artículo 252° del C.C., al dejar sin efecto
una filiación anteriormente establecida (la del marido de la actora con respecto
a su hijo) sin haberse ejercido previa o simultáneamente la acción de impugnación
de la paternidad de su esposo; “esté o no consignado en el acta de nacimiento el
nombre del marido, no hay dudas que si la madre estaba casada, salvo que se acredite
fehacientemente la separación personal, se presume que el padre del menor es su
esposo; por ello, no le quedaba a la actora otra alternativa que traer al proceso de
reconocimiento de filiación extramatrimonial al marido, ya que se está en presencia
de un litisconsorcio necesario entre el marido y el tercero demandado (artículo 89°
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Código Procesal)”. El voto del Dr. Negri insistió que el marido de la madre había
resultado permanentemente desplazado, por lo que no era posible resolver la
abrogación judicial de una paternidad, sin escucharlo; no tener padre para un hijo
nacido dentro de un matrimonio es una figura inexistente en el derecho argentino,
por lo que no resulta ajustada a derecho la sentencia que afirma que, por la falta
de filiación anterior, no resulta imprescindible ejercer la acción de impugnación en
forma previa o simultánea contra el marido de la madre; por eso, propugnó declarar la
nulidad de todo lo actuado a partir de la resolución de traslado y rechazar “in limine”
la demanda; entendió que correspondía llamar la atención a los señores jueces de
grado, por no haber actuado debidamente las facultades ordenatorias, permitiendo
la prolongación de un proceso que no estaba en condiciones de ser resuelto, y al
letrado patrocinante del escrito de demanda por su mal desempeño profesional,
agregando que sus trabajos resultaban inoficiosos para la regulación de honorarios.
El Dr. Pettigiani también sostuvo la improponibilidad de la demanda de reclamación
de filiación extramatrimonial e insistió en que la intervención del Ministerio Público
Pupilar no puede limitarse a un mero análisis superficial de las actuaciones que se
someten a su conocimiento (SC, Buenos Aires, 16/3/99, La Ley, Buenos Aires, Año 6,
Número 5, junio de 1999, p. 556; E.D. 182-574, comentado por Jorge Adolfo Mazzinghi:
Filiación extramatrimonial: una acción impropia; y J.A. 2000-II-524).-
2. Con criterio similar, la Cámara Nacional Civil sala K declaró objetivamente
improponible la acción de reconocimiento de filiación que no ha sido precedida
ni acompañada, en los términos del artículo 252° del C.C., de la impugnación de
la paternidad anterior, ya que el juicio no puede sustanciarse válidamente sin la
participación de quien ostenta el estado de padre sin apartamiento de las garantías
constitucionales y la ley de fondo aplicable.
Consecuentemente, revocó, por contrariar la garantía de defensa en juicio,
la resolución que desestimó la defensa de improponibilidad objetiva de
la demanda de filiación extramatrimonial, al no haberse impugnado la
paternidad anterior. (Cám. Nac. Civ., sala K, 10/2/2004, L.L. 2004-B-497).-
3. Por su parte, la Cámara Nacional Civil, sala M, rechazó la acción por impugnación
y reconocimiento de paternidad promovida por un tercero que afirmaba ser padre
extramatrimonial de un menor; argumentó que el único camino para impugnar una
filiación matrimonial está dado por la acción que el artículo 259° del C.C. le confiere
al marido y al hijo a los efectos de desvirtuar, mediante prueba en contrario, la
presunción iuris tantum que establece el artículo 243° del mismo ordenamiento; la
enumeración de los legitimados es taxativa, y esa limitación no afecta la igualdad de
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VIII. Un supuesto diferente al de autos: niño nacido después de los trescientos días
de la separación de hecho de los padres.-
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Jurisprudencia, N.º 11, p. 191, comentado por Ana María Chechile, Impugnación de la
presunción de la paternidad matrimonial. Artículo 243° del C.C.).-
IX. Otro supuesto diferente: la legitimación del hijo menor de edad y la actuación del
ministerio público.-
Como se adelantó, en dos ocasiones, la Corte Federal abrió la vía al hijo a través de la
actuación del Ministerio Público; en un caso, era un menor impúber, en el otro, uno
adulto. De esta forma, el Superior Tribunal de la Nación parece no distinguir donde
sí lo hace un sector de la doctrina nacional (para ese debate y las pertinente citas
doctrinales ver Chechile, Ana María, “La legitimación activa para iniciar la acción de
impugnación de la paternidad matrimonial”, en Rev. Derecho de Familia n.° 20, p. 163;
para la posición negativa ver Cám. Nac. Civ. sala B, 5/9/1988, LL 1989-C-448, con nota
aprobatoria de López del Carril, La legitimación activa. Inexistencia de tutela especial).-
Idéntica actitud han tomado algunos tribunales inferiores de otros lugares del país.
Así, por ejemplo, se ha acogido la acción de impugnación de la paternidad deducida
por el Ministerio Público en un caso en el que padre biológico quería reconocerlo, el
marido de la madre había perdido la acción por vencimiento del plazo de caducidad,
y existía prueba biológica que demostraba que el niño era hijo de quien lo pretendía
(Cam. de Flia 2° nominación Córdoba, 13/8/2001, Rev. Actualidad jurídica. Familia
y minoridad, junio de 2004, año I, vol 2, p. 138, con nota aprobatoria, sin título de
Silvia Cismondi). A un resultado similar llegó otro tribunal cordobés, declarando la
inconstitucionalidad del modo de computar el plazo de caducidad previsto para la
acción del marido, en un supuesto en que existía prueba que indicaba que el niño era
hijo del tercero, éste quería reconocerlo y el hijo tampoco quería permanecer con
vínculos con un padre que lo rechazaba, no obstante lo cual, dada la edad del hijo, el
tribunal lo autorizó a seguir usando el apellido del marido de la madre, que por efecto
de la sentencia había dejado de ser jurídicamente el padre (Trib. Fam., 1° Nominac.,
Córdoba, 23/10/2002, La Ley, Córdoba 2003-649, comentado por Angelina Ferreyra
de De la Rúa, Un fallo que declara la inconstitucionalidad del artículo 259° del C.C. que
efectúa una interesante interpretación del derecho a la identidad, y L.L. 2003-C-299,
con el mismo comentario).-
En la provincia de Mendoza se ha seguido igual criterio; así, un juez de primera instancia
de la 3° Circunscripción judicial del 12/9/2001 legitimó al ministerio pupilar en un caso
en que los niños convivían con su madre y con quien se atribuía la paternidad biológica
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(es decir, la madre se había separado de su esposo) (Rev. Derecho de Familia n.° 20, p.
163, con nota aprobatoria de Chechile, Ana María, La legitimación activa para iniciar
la acción de impugnación de la paternidad matrimonial; parece compartir la tesis,
aunque con reservas, Álvarez, Mariela, Impugnación de la paternidad matrimonial.
Legitimación activa. Representación del hijo menor. Ministerio Público. Artículo 259
C.C. Constitucionalidad, en Rev. Jurisprudencia Santafecina, n.° 54, p. 13).-
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Un sector de la doctrina distingue según cual sea la situación familiar de cada caso
concreto: si el menor goza de posesión de estado respecto a su padre biológico,
corresponde otorgarle legitimación para el esclarecimiento de la verdadera
paternidad; por el contrario, si el niño es tratado como hijo por el marido de la madre,
esa legitimación debe ser negada (Gutiérrez, Delia, “Los tratados sobre derechos
humanos y la acción de desconocimiento de la paternidad legítima”, en Derecho de
Familia n.° 11, p. 75; Grosman, Cecilia, Acción de impugnación de la paternidad del
marido, Buenos Aires, ed. Abaco, 1982, p. 227).-
En apoyo de esta posición, caben los siguientes argumentos:
1. El efecto del acogimiento de la acción de impugnación es que el niño que se dice
hijo del actor no sólo sabrá quién es el padre biológico (derecho a conocer), sino que
se extinguirá la anterior filiación y nacerá una nueva.-
2. Siendo así, el trato de hijo por el marido de la madre, además de construir la
presunción legal, genera el convencimiento de que es beneficioso para el menor que
el derecho proteja esa realidad humana, ya que el carácter matrimonial del hijo se
encuentra amparado no sólo por una ficción legal de paternidad sino por una situación
de hecho que tiene gran peso y beneficio para él.-
3. Todo esto implica que determinar si la falta de legitimación para actuar es
constitucional o inconstitucional requiere un análisis pormenorizado de las
circunstancias del caso entre las cuales cabe tener especialmente en cuenta: (a) Edad
del niño; (b) Conformación del grupo familiar en el que está inserto; (c) Relaciones
familiares fácticas previas.-
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2. Como dice Malaurie, en materia de filiación no existe una sola verdad. Tal como
lo muestran las expresiones del lenguaje vulgar, hay muchas verdades: la afectiva
(“verdadero padre es el que ama”); la biológica (“los lazos sagrados de la sangre”); la
sociológica (que genera la posesión de estado); la de la voluntad individual (“para ser
padre o madre es necesario quererlo”); la del tiempo (“cada nuevo día la paternidad
o la maternidad vivida vivifica y refuerza el vínculo”) (Malaurie, Philippe, “La Cour
Européenne des droits de l’homme et le “droit” de connaître ses origines. L’affaire
Odièvre”, en La semaine juridique, 26/3/2003, n.º 26 p. 546). En esta línea de
pensamiento, en nuestro país, se sostiene que “la relación jurídica de filiación goza
de autonomía propia, ya que en alguna medida se ha desprendido de su corriente
soporte biológico”; en consecuencia, “no siempre ha de operar, ni es conveniente que
así sea en todos los casos, la concordancia entre realidad biológica y vínculo jurídico
filiatorio. Y aquí interviene con un rol esencial el fenómeno contemporáneo de la
interpenetración entre las diferentes ciencias humanas y sociales.
Se trata del entrecruzamiento interdisciplinario que se traduce en una correlación
concreta con los otros ordenamientos extrajurídicos a fin de preservar valores éticos
y sociales en la vida de relación; quiere decir, evitar la comisión de injusticias en la
aplicación práctica del derecho”. “Adviértase que al lado de la biológica existe otra
verdad que no podrá ser ignorada: la verdad sociológica, cultural y social, que también
hace a la identidad de la persona humana. La identidad filiatoria tiene también una
perspectiva dinámica y presupone el arraigo de vínculos paterno-filiales asumidos
y recíprocamente aceptados por padre e hijo. La mentada verdad biográfica debe
merecer amparo y respeto por la justicia. De esta manera sucede que en los casos
de posesiones de estado consolidado no tiene por qué prevalecer el elemento
biológico afectando una identidad filiatoria que no es su correlato” (Mizrahi, Mauricio
Luis, “Posesión de estado, filiación jurídica y realidad biológica”, LL 2004-E-1197). La
cuestión bajo análisis es, pues, hasta dónde es fuerte la verdad biológica no sólo en el
derecho a acceder a ella, sino como pauta para establecer vínculos jurídicos cuando
no existen ilícitos penales atribuidos a quien la ley sindica como padre. En efecto,
cuatro derechos de la persona humana van, generalmente, muy unidos: el derecho a
conocer el origen biológico, el derecho a establecer vínculos jurídicos de filiación entre
quienes están unidos por esos orígenes, el derecho al nombre, y el derecho a probar el
estado de familia. Aunque vinculados, estos derechos deben ser distinguidos. Así por
ejemplo, en la fecundación asistida mal llamada heteróloga con donante anónimo, un
importante sector de la legislación comparada niega al niño la acción de filiación contra
quien proporcionó el material genético, pero le acuerda el derecho a tener acceso a
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la información sobre sus orígenes biológicos a partir del momento en el que adquiere
madurez suficiente; después de la sentencia de adopción plena, la ley argentina no
admite reconocimientos ni acciones de filiación contra la familia de origen (artículo
327° del C.C.), pero no impide conocer quién es la madre o el padre biológico; al
contrario, consagra expresamente el derecho al acceso a esa información (artículo
328° del C.C.). Por otro lado, como se reseñó más arriba, se abre paso una corriente
jurisprudencial que aunque acoge acciones de estado de desplazamiento, permite a
la persona seguir usando el nombre con el que venía siendo conocida. Pues bien, la
tesis intermedia no niega el derecho a conocer la realidad biológica, pero pone una
restricción razonable al derecho a establecer vínculos biológicos cuando la solución
jurídica no tiene justificación en la realidad social.-
3. Responde a los lineamientos básicos de la jurisprudencia de la Corte Europea de
Derechos Humanos antes reseñada, no sólo porque analiza el derecho a la vida familiar
desde la realidad y no desde la pura abstracción sino porque tiene especialmente en
cuenta que el ejercicio del derecho del padre no debe vulnerar el interés superior del
niño.-
4. También responde a los principios que inspiran la jurisprudencia nacional amplia;
en efecto, cuando los jueces argentinos abrieron el camino al padre extramatrimonial
(sea a través de la acción deducida por el Ministerio Público en representación del
menor, cualquiera sea su edad, sea a través de la declaración de inconstitucionalidad
del artículo 259°) existía, a la base, una realidad social consistente en verdaderos
vínculos fácticos generados entre el niño y el padre biológico a los que la Justicia no
podía cerrar los ojos. En cambio, cuando esa realidad social está centrada en la familia
legítima, inclinó la balanza a favor de la interpretación estricta de la norma.-
5. La declaración de inconstitucionalidad de una norma es la última ratio a la que
el operador de la Justicia debe acudir; el cierre del acceso a la justicia, para ser
inconstitucional debe ser, en el caso concreto, de una injusticia palmaria, notoria, que
dañe efectivamente el interés superior del niño.-
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
XV. Conclusiones.-
Por todo lo expuesto, y si mi voto es compartido por mis distinguidos colegas de Sala,
corresponde rechazar los recursos deducidos.- Así voto.-
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Sobre la misma cuestión los Dres. ROMANO y PÉREZ HUALDE, adhieren por sus
fundamentos al voto que antecede.-
Sobre la misma cuestión los Dres. ROMANO y PÉREZ HUALDE, adhieren al voto que
antecede.-
S E N T E N C I A:
Mendoza, 12 de mayo de 2005.-
Y VISTOS:
Por el mérito que resulta del acuerdo precedente, la Sala Primera de la Excma. Suprema
Corte de Justicia fallando en definitiva,
R E S U E L V E:
I.- Rechazar los recursos de Inconstitucionalidad y Casación deducidos a fs. 03/09 de
autos.-
II.- Imponer las costas a cargo del recurrente vencido (artículos 36-I y 148 del C.P.C.).-
III.- Diferir la regulación de honorarios para su oportunidad.-
Notifíquese.//-
FDO.: ROMANO - PÉREZ HUALDE - KEMELMAJER DE CARLUCCI
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Por eso, la identidad ha sido denotada como “el presupuesto de la persona que se refiere
a sus orígenes como ser humano y a su pertenencia abarcando su nombre, filiación,
nacionalidad, idioma, costumbres, cultura propia y demás elementos componentes
de su propio ser”.3 En tal sentido, nos referiremos a ella y a sus proyecciones en el
complejo instituto de la adopción, en torno al cual se cruzan y a veces se enfrentan las
concepciones de la persona humana, de la familia y del cuerpo social.
1) Así, en el derecho romano arcaico ya existía el “ius tria nomina”, derecho a llevar
tres nombres, exclusivamente reservado a los ciudadanos romanos ingenuos, o
sea nacidos libres, lo cual marca la jerarquía que se le otorgaba desde los principios
del Derecho al tema del nombre propio. Esos tres nombres eran:
3 D’antonio, Daniel Hugo. “El Derecho a la identidad y la protección jurídica del menor”, en El Derecho,
165-1297.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
4 Para ampliar este tema: Iglesias, Juan. Derecho Romano. Barcelona, Editorial Ariel, 1958 y varias
ediciones, Libro Primero, capítulo 1, punto 33 “Status civitatis”, y bibliografía allí citada, nota 145.
5 El sacerdote jesuita Van Wing, Jan, autor con otro jesuita C. PENDERS de Le plus ancien dictionnaire
bantu-Het oudste Bantu-woordenboek, Lovaina, 1928, y de otros muchos eruditos estudios
antropológicos sobre los pueblos del África subsahariana, fue de los primeros en advertir este valor
del nombre como constitutivo de la personalidad, de profunda trascendencia en el Derecho. A este
sabio sacerdote le debemos una hermosa alabanza al dominio de la lengua materna por parte de
los niños de las sociedades llamadas “primitivas”, de pura tradición oral, cuando dice: “A quatre ans,
il parle mieux sa belle langue kikongo, qu’un Européen de douze ans ne parle la sienne” (en Études
Bakongo. París, Desclée de Bouwer, 1959).
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
¿Cómo, pues, este recién nacido que no es todavía un ser humano puede
llegar a serlo? Él no tiene poder por sí solo para eso. Le falta, en efecto, la
virtud mística necesaria. Solamente la adquiere en el momento en que se le
da el nombre de un antepasado. Éste, que en cierta forma revive en él, era y
es todavía —pese a estar muerto— miembro del grupo. En otros términos,
la imposición del nombre integra al recién nacido a su grupo, pero de forma
indirecta, sirviendo el antepasado de intermediario6.
6 Lévy-Bruhl, Lucien. El alma primitiva. Barcelona, Ediciones Península, 1974, pp. 180-181. Edición
originaria francesa, Gallimard, París 1927.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
… oigan señores presentes, todos los que aquí están, viejos y viejas: sepan
que nuestro señor ha hecho misericordia, porque a esta moza recién casada,
quiere nuestro señor hacerle misericordia y poner dentro de ella una piedra
preciosa y una pluma rica, porque ya está preñada la mozuela. Parece que
nuestro señor ha puesto dentro de ella una criatura.
Tras ello, los futuros abuelos respondían a los invitados, llamando siempre a la
criatura “piedra preciosa y pluma rica”, y aconsejando a la joven madre a mostrar
gratitud con los dioses y a cuidar mucho a su criatura. Terminaba la ceremonia
familiar la propia embarazada con palabras de una profundidad estremecedora:
7 El chalchihuite o jade verde es una piedra muy apreciada en las culturas mexicas. En el texto tiene el
sentido originario de joya o piedra preciosa y no el de chuchería que hoy se le da popularmente en el
Salvador y Guatemala.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Señores nuestros y padres muy amados, por mi causa han tenido trabajo
en el camino, caídas y tropiezos y muchas ocupaciones que nuestro señor
les ha encargado. Por mi causa han dejado descanso y placer para darme
contento con palabras, consejos y avisos muy preciosos que aquí he oído,
porque vienen de padres y de madres muy amados. No los olvidaremos, yo
y mi marido a los cuales ambos nuestro señor nos ha juntado y atado.
Y lo que han oído, señores, la razón por la que han venido, es verdad. Verdad
han oído, ya que nuestro señor quiere darnos una piedra preciosa y pluma
rica. ¿Por ventura tendrá a bien sacar a luz lo que está comenzado? ¿O por
desgracia perderé este bien y no gozaré de mi criatura? Por cierto esto sé, que
en mí no hay merecimiento para que venga a luz y nazca en el mundo. Aquí
está presente su siervo y criado. Siempre andamos juntos como trabados
de las manos. No sé si lo verá. No sé si lo conocerá. No sé si verá la cara de
lo que de su sangre se ha hecho, que es lo que tengo en el vientre. No sé si
verá a su imagen, que es la criatura que está en mí, o si por ventura nuestro
señor que está en todo lugar, se quiere reír de nosotros deshaciéndole como
agua o dándole alguna enfermedad en su ternura o nacerá antes de tiempo
y nos dejará con el deseo de generación, porque ni nuestro llanto ni nuestra
penitencia merecen otra cosa. Esperemos en nuestro señor. Padres míos y
señores míos muy amados, les deseo todo reposo y todo contento8.
8 Sahagún, Fray Bernardino De. Historia General de las Cosas de Nueva España. Volumen I, Ciudad de
México, Editorial Porrúa.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Todo esto ha cambiado desde fines del siglo XX. En ello mucho ha influido el Código
Civil peruano de 1984, que en su Libro Primero regula los derechos personalísimos
(Título Segundo) y luego dedica títulos específicos a los atributos de la persona.
De esta técnica legislativa dice Espinoza que a las disposiciones sobre el nombre
y el domicilio, el código les “reserva un tratamiento aparte, debido a la especial
importancia que éstos revisten y a la amplia tutela que el código les ofrece”9.
También el más moderno de los grandes códigos civiles de América del Sur, que
es el de Brasil del año 200210 trata, en su Capítulo Segundo “Dos Direitos da
Personalidade” y destina entre ellos sus artículos 16° al 19° a la protección del
nombre. Pero, es sin dudas el Código Civil de Québec, de 1991, el que ha dedicado
a la cuestión normas legislativas más precisas11.
9 Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de las personas. 4.ª edición, Lima, Editorial Palestra, 2004, p. 169.
10 Ley N.° 10406, del 10 de enero de 2002, que entró a regir al año como el actual Código Civil del Brasil.
11 Extensa y minuciosa regulación entre los elementos relativos al Estado de las Personas, del artículo
50° al 74° del Code Civil de Québec, incluyendo el tema de cambio de mención de sexo.
12 Ley N.° 18248, publicada el 24 de junio de 1969, con múltiples modificaciones, entre ellas en el tema
adopción.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
es un mero signo distintivo, sino que evoca a la misma persona, en sus cualidades
morales y sociales”13 y que, por lo tanto, su protección se extiende a toda la
personalidad y a la identidad misma.
El derecho a la identidad tiene hoy en día firme base constitucional y en los tratados
de derechos humanos que crean un plexo de normas superiores que rigen para la
mayoría de los Estados de América.
Como no podía ser de otra manera, se comenzó a explicitar este derecho con
referencia específica a los niños. El 20 de noviembre de 1959, la Declaración Universal
de los Derechos del Niño sostuvo, en su tercer principio: “El niño tiene derecho desde
su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad”, cuando todavía no se enunciaba
tal derecho en la primigenia Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre ni en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ambas de 1948.
Poco tiempo después llegará esta formulación a los tratados generales de derechos
humanos; pero siempre con referencia a los niños, que se convierten así en los
pioneros de la cuestión identidad.
13 Díez-Picazo, Luis y Antonio Gullón, . Sistema de Derecho Civil. 4.ª edición, 1.ª reimpresión, tomo I,
Madrid, Tecnos, 1982, p. 379.
14 Como ejemplo de esta actitud, el despótico decreto napoleónico de 1809 que obligó a los súbditos
hebreos a tomar en tres meses nombre y apellido “franceses”, abandonando los propios de su
milenaria cultura. Medida imitada luego en el Centro de Europa.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Así, el artículo 24° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de diciembre
de 1966, sostiene:
1. Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, origen nacional o social, posición económica
o nacimiento, a las medidas de protección que su condición de menor
requiere, tanto por parte de su familia como de la sociedad y del Estado.
2. Todo niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y deberá
tener un nombre.
3. Todo niño tiene derecho a adquirir una nacionalidad.
Está aquí ya reunido el núcleo fundamental y básico del derecho a la identidad del
niño (nombre, inscripción inmediata después del nacimiento, lo que implica filiación, y
nacionalidad) y esto se encuentra correctamente asociado al deber de protección que
tienen la familia, la sociedad y el Estado, en firme trilogía inescindible.
En su artículo 18°, y bajo el título de Derecho al Nombre, dice: “Toda persona tiene
derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al de uno de ellos. La
ley reglamentará la forma de asegurar este derecho para todos, mediante nombres
supuestos, si fuere necesario”.
La clara formulación remite a las reglamentaciones nacionales, pero exige que nadie
quede sin un nombre y apellido inscriptos, aun en las tristes situaciones de los niños
expósitos15, o de las personas adultas halladas, muchas veces sin uso de razón y sin
conciencia ni conocimiento de sus orígenes. A partir de esta norma, no debe haber
15 Sobre la “Situación jurídica de los niños abandonados” versó justamente la tesis doctoral de D. Roque
Sáenz Peña, aprobada en la Universidad de Buenos Aires antes de ir al Perú para batirse en Tarapacá
en la segunda división a órdenes directas de Andrés Avelino Cáceres y en Arica, al lado del inmortal
Bolognesi, sellando así para siempre la hermandad entre nuestros pueblos.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
“N.N.” en nuestros países, salvo en los casos penales, pues la sola existencia de una
persona viva obliga a que tenga nombre, al menos el de uso, o el impuesto “ad hoc”
por la autoridad competente.
Sigue así Europa, con las dificultades que son de público y notorio, el criterio amplio de
la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores
Migratorios y de sus Familiares, de 1990, que en su artículo 29° establece: “Todos los
hijos de los trabajadores migratorios tendrán derecho a tener un nombre, al registro
de su nacimiento y a tener una nacionalidad”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Es en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 donde el tema de la identidad,
incluyendo la adopción, cobra su máxima expresión jurídica.
Son numerosos los artículos de la Convención que se relacionan de una u otra manera
con el registro de nacimiento, los siguientes son particularmente relevantes. En
ciertos casos, aunque no se lo mencione directamente, como en el del derecho a la
reunificación familiar, la prueba de identidad que brinda el registro de nacimiento es
de importancia decisiva.
Y el no menos firme artículo 8°, conocido como “cláusula argentina” por su origen en
la terrible apropiación de criaturas a fines de la década de los setenta.
579
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
De allí surgen también las importantes obligaciones estatales del extenso e importante
artículo 9°, que fija a la vez la regla general y las excepciones.
1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres
contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial,
las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley
y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el
interés superior del niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos
particulares, por ejemplo, en los casos en que el niño sea objeto de maltrato
o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe
adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño.
2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el párrafo 1 del
presente artículo, se ofrecerá a todas las partes interesadas la oportunidad
de participar en él y de dar a conocer sus opiniones.
3. Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno
o de ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con
ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior
del niño.
4. Cuando esa separación sea resultado de una medida adoptada por un Estado
Parte, como la detención, el encarcelamiento, el exilio, la deportación o
la muerte (incluido el fallecimiento debido a cualquier causa mientras la
persona esté bajo la custodia del Estado) de uno de los padres del niño, o
de ambos, o del niño, el Estado Parte proporcionará, cuando se le pida, a
los padres, al niño o, si procede, a otro familiar, información básica acerca
del paradero del familiar o familiares ausentes, a no ser que ello resultase
perjudicial para el bienestar del niño. Los Estados Partes se cerciorarán,
además, de que la presentación de tal petición no entrañe por sí misma
consecuencias desfavorables para la persona o personas interesadas.
Y también el fuerte compromiso político y jurídico, aun no del todo cumplido en una
década, pese al Protocolo Facultativo del 25 de mayo de 2000, que contiene el artículo
35°: “Los Estados tomarán todas las medidas apropiadas para impedir el secuestro, la
venta o la trata de niños”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Debemos partir del artículo 20° de la Convención, que es una norma fundamental para
entender la obligación de protección especial que establece el artículo 19° del Pacto
de San José de Costa Rica.16
Esta norma determina con toda precisión, a contrario sensu, una verdad fundamental:
la familia es esencial en la vida del niño. Nótese que no se dice lisa y llanamente “el
niño sin familia”, sino “el niño privado de familia”, es decir aquel a quien le falta algo
que debería tener, que es propio de él y no un mero accidente17.
El artículo, sobre el cual se basan todas las medidas de protección, establece como
derecho del niño la protección especial del Estado y las medidas de asistencia, entre
las cuales, y no como la única, aparece la adopción. El párrafo final del artículo 20°,
largamente debatido y hasta objetado por los países centrales, es una norma de oro
en materia de identidad cultural.
16 “Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requieren por
parte de su familia, de la sociedad y del Estado”, en correlato con el citado artículo 24° del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y con el artículo 10.3° del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
17 Privar está dicho en la acepción de “despojar a alguien de algo que poseía” y por privación se entiende
en castellano la “carencia o falta de algo en alguien capaz de tenerlo” y en lógica la inexistencia de una
cualidad propia de la naturaleza del sujeto, y no la simple negación de algo accidental.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Hasta acá se trata del instituto de la adopción en general, como forma de protección
especial dispuesta por autoridad competente, y no mediante acuerdos o contratos
entre adultos, como veremos. El interés superior del niño, y no el de los adultos, es la
estrella de guía. Por eso se dice que la adopción moderna busca dar familia a un niño
que carece de ella y no hijos a adultos que no los tienen. Es especialmente remarcable
el cuidado que la Convención coloca en la situación de vulnerabilidad de la familia de
origen, refiriéndose a los parientes y no sólo a los padres, en una revalorización de la
familia extensa congruente con el artículo 5° del mismo tratado.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Pero a partir del inciso b), y hasta el final del articuló comienza a tratarse con un grado
de mucha mayor de excepcionalidad, la adopción internacional o en otros países,
modalidad que en amplísimo porcentaje de los casos no respeta las condiciones del
artículo 20°, 3 in fine de la misma Convención18.
Estos cuatro incisos, aun cuando aceptan como excepción las adopciones
internacionales, establecen con claridad que solamente pueden ser realizadas en
marco de legalidad con la intervención de autoridades públicas competentes. De
ninguna manera autorizan los acuerdos particulares entre los pretensos adoptantes y
la familia de origen, facilitados por intermediarios que lucran con esas gestiones.
La Convención sobre los Derechos del Niño, por lo tanto, ha establecido el carácter
institucional de la adopción, como una forma de cumplimiento estatal de los deberes
de protección integral de los niños huérfanos o abandonados, y se ha apartado de
18 Por tal motivo varios países formularon reservas y aclaraciones a algunos de estos incisos y la
República Argentina los reservó en su totalidad, aceptando solamente el cuerpo y el inciso a) del
artículo 21° de la Convención sobre los Derechos del Niño, al ratificarla en 1990, que desde 1994 se
encuentran incorporados con ésta y otros tratados de derechos humanos al orden constitucional en
sus condiciones de vigencia.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
19 Cfr. Glendon, Mary Anne. “El crisol olvidado: Influencia latinoamericana la idea de los derechos
humanos universales”. Revista Criterio N.° 2293, Buenos Aires, mayo de 2004.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
¿Cuáles son los orígenes ideológicos del contractualismo en adopción? ¿De dónde
nace en nuestra cultura la idea de que un hijo puede ser “dado en adopción”?
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
gratuito da lo mismo20— entre dos o más adultos para determinar la inserción familiar
del hijo de uno de ellos.
Así como el “pater” podía exponer o matar a su hijo, también podía venderlo por medio
de la arcaica “mancipatio”, como a un esclavo o a un animal de tiro o de labranza. Pero
era tan indestructible la “patria potestas” que en el caso en que el hijo recomprara u
obtuviera de otro modo su libertad o manumisión por el dueño, volvía de inmediato a
estar bajo la potestad de su “pater”.
Para limitar en mínima parte la constante y provechosa venta de los hijos, una norma
de la Ley de las Doce Tablas, restringió por primera vez y de manera muy imperfecta el
poder absoluto de esa misma patria potestad. Estableció que si el “pater” vendía por
tercera vez a su hijo, quien por dos veces había logrado antes su manumisión, el hijo
quedaba liberado de la patria potestad, es decir, emancipado.
Sobre esta norma legal la jurisprudencia del Colegio de los Pontífices creó el
procedimiento de la adopción por sucesivas ficciones de contratos y acciones, tal
como hoy lo están haciendo en materia de guarda una práctica y jurisprudencia
deformantes.
Según esto, el “pater”, de acuerdo con un tercero, vendía por tres veces al hijo con
pacto fiduciario de que el adquirente lo manumitiera, en las dos primeras ventas.
20 “Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad
común, destinada a reglar sus derechos” dice el artículo 1137° del Código Civil Argentino, y con él,
palabras más o menos todos los códigos. Los contratos pueden ser a título oneroso, “cuando las
ventajas que procuran a una u otra de las partes no les es concedida sino por una prestación que
ella le ha hecho” y a título gratuito “cuando aseguran a una u otra de las partes alguna ventaja,
independientemente de toda prestación por su parte” (artículo 1139° del Código Civil).
21 No traduzco “pater” como padre, porque la palabra no corresponde al concepto actual de progenitor
varón. El “pater familia”, siempre varón, puede ser incluso el abuelo, el bisabuelo, el tío, el suegro, etc.,
sin fundamento en la consanguinidad, pues es el jefe omnímodo de la unidad familiar inexpugnable.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El hijo manumitido volvía al poder del “pater” en cada una de estas oportunidades,
pero la tercera venta no era acompañada de un pacto de manumisión, sino de una
“remancipatio” al “pater”, o sea de una reventa del hijo por parte del adquirente a
favor del mismo “pater” vendedor. Así se lograba que el hijo rompiera con la patria
potestad original, porque fue vendido tres veces contra la ley, pero que tampoco
quedara como siervo del adquirente.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Pero poco después el emperador Constantino “puso las cosas en su lugar” a favor del
contractualismo, diciendo: “Si por su extrema pobreza e indigencia hubiere alguien
vendido por causa de alimentos un hijo o una hija recién nacidos, siendo válida
solamente en este caso la venta, tenga el comprador la facultad de obtener el servicio
del mismo”23.
Toda la interesante y riquísima historia de la adopción en los quince siglos que nos
separan de aquella aberrante situación, no es sino la lucha por acabar con el contrato
entre adultos sobre la persona del hijo, y transformar a la adopción en una noble
institución de protección de niños, con garantías de los derechos fundamentales de
todas las partes y pleno reconocimiento de la personalidad jurídica del hijo, actuando
éste por sí o por representación adecuada.
23 Codex, Libro IV, Titulo XLIII, Ley 2. Con crudeza el texto latino dice: “filium filiamve sanguinolentos”.
O sea hijo o hija ensangrentados, recién paridos. En nuestra época, los contractualistas no respetan
siquiera el periodo de puerperio materno y comienzan a verse incluso pactos de compromiso de
entrega de personas por nacer.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Se justifica la entrega del hijo por parte de las familias pobres y llamativamente se da
especial validez a la entrega de un recién nacido (“sanguinolento” decía brutalmente
el texto constantiniano) sin respeto a periodo alguno de puerperio en cuanto a la
expresión de voluntad de la madre.
El siglo XX vio renacer la institución adoptiva —en decadencia durante los siglos
anteriores— con la declamada finalidad de protección de los niños. No fueron ajenas
a este proceso las múltiples guerras internas e internacionales, la violencia, con su
secuela de huérfanos y desplazados, y la creciente conciencia sobre la condición de
sujeto de derecho de los niños. La vinculación de los fenómenos masivos de adopción,
propios de extensas situaciones sociales y no de puntuales casos familiares, y su
vinculación estrecha con grandes calamidades que sufren los pueblos es un tema
a estudiar con detenimiento, y desde fuera del interés de agencias o grupos de
intermediación que favorecen la adopción por convenirles a sus clientes o a su propia
actividad profesional, o por mero prejuicio en contra de la realidad humilde de las
familias de origen.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Pero la Convención sobre los Derechos del Niño produjo un golpe de timón oportuno
y valedero, y toda la evolución de la legislación sobre adopción tuvo su coronamiento
en una cláusula feliz de su artículo 21°, inciso a).
Nada más alejado del contractualismo y del tráfico que esta norma superior. En nada
se menciona el acuerdo entre partes y la preocupación primordial de la Convención
es que exista una autoridad competente, que es siempre judicial en nuestros sistemas
americanos por imperio del artículo 8.1 del Pacto de San José de Costa Rica, que
establece: “Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías, y dentro
24 Mariano Sánchez Roca, político y abogado madrileño, luego exiliado en Cuba y fundador de la
librería y Editorial Lex de La Habana, a quien se deben las mejores ediciones de las obras completas
de José Martí y de Simón Bolívar, en 1946 y 1947. Su texto Dos meses en el Ministerio de Justicia es
un aporte a la historia de ese violento periodo español signado no solamente por la guerra civil sino
por la encarnizada oposición de stalinistas y anarquistas, definida a sangre y fuego en mayo de 1937.
En ese marco político se hacían tiempo para legislar sobre adopción y escucha de los niños.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Esta autoridad judicial debe analizar en el marco del debido proceso la situación del
niño respecto a sus padres, parientes o tutores y que éstos den su consentimiento con
asesoramiento —no sólo jurídico— independiente y efectivo.
Las formas que el contractualismo encontró —como trampas contra la Ley— para
favorecer la apropiación de niños han ido variando, desde la sustitución de identidad
materna por falsos certificados de parto, hasta los falsos reconocimientos paternos,
y desde la escritura pública hasta los contratos privados; pero siempre tienen un
común denominador: el acuerdo previo, contractual, con una madre debilitada en sus
posibilidades de ejercer la crianza del hijo.
Desde lo individual esto constituye una apropiación del niño, pues los pretensos
adoptantes desean y promueven el abandono. No sólo se ofrecen para recibir al
niño en caso de que tristemente el abandono, como la orfandad, se haya dado con
independencia de la participación de ellos.
Desde lo social es, como dije, una forma más de tributo de los vencidos. Aceptarlo es
aceptar la sumisión, la miseria y el desamparo de los sectores populares, que dan en
pago a sus propios hijos, aquellos que los antepasados llamaban con poesía “piedra
preciosa y pluma rica” aun en el vientre materno.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Quienes no aceptamos esto, quienes no nos resignamos ante esta injusticia, deberemos
negar siempre el contrato entre adultos como forma de configurar vínculos de filiación
de los niños y considerar la adopción como un forma excepcional de acrecentar la
identidad del niño, porque se suma a la de origen, la adquirida en un acto de amor y
respetuosa recepción y no de apropiación o de dominio.
Nuestra América, desde sus orígenes y por su futuro, merece y espera una revalorización
de la adopción, no como negación o destrucción de la identidad, sino como plenitud
de ella en el marco de los derechos fundamentales de los niños.
592
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
*
Abogado por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica Argentina,
Medalla de Oro “Premio Doctor Faustino Legón”, Medalla de Oro “Premio Doctor Julio Ojea Quintana”,
Premio B’Nai B’rith Derechos Humanos (1995), Medalla Mello Mattos de la Asociación Brasilera de
Jueces de Menores (1998). Fue representante permanente de la República Argentina en el Consejo
Directivo del Instituto Interamericano del Niño, de la OEA, (1990 - enero 1998). Actualmente, se
desempeña como Defensor Público de Menores e Incapaces de la Capital Federal Argentina.
1 Ha sido fundamental el aporte del jurista Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la Identidad
Personal. Buenos Aires, Editorial Astrea, 1992.
2 Moisset De Espanés, Luis y María Del Pilar Hiruela De Fernández. “Derechos de la personalidad.
Publicación de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba”, reproducida en
Persona, revista electrónica mensual de derechos existenciales, n.° 46, octubre de 2005.
568
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
*
Doctora en derecho por la Universidad Pública de Zaragoza, España; Maestra en Derecho Civil y
Comercial por la Universidad San Martín de Porres. Cuenta con el Diploma de Estudios Avanzados
en Persona y Familia (DEA) y Certificado de Docencia Universitaria por la Universidad Pública de
Zaragoza, España; Abogada por la Universidad de Lima. Coordinadora del Centro de Estudios de la
Familia y el Menor de la Facultad de Derecho de la Universidad San Martín de Porres. Profesora
Investigadora, Profesora en las cátedras de Derecho de Familia y Derecho de Menores de la Facultad
de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres. Conferencista y expositora en eventos
nacionales y extranjeros. Docente de la Academia de la Magistratura.
1 Martínez De Aguirre, Carlos. Las uniones de hecho: Derecho aplicable. Madrid, Editorial La Ley-
Actualidad. Publicado en Actualidad Civil, 1999, p.110.
2 Fernández Arce, César y Emilia Bustamante Oyague. “La unión de hecho en el Código Civil peruano
de 1984: Análisis de su conceptualización jurídica desde la perspectiva exegética y jurisprudencial”,
en Derecho y Sociedad, tomo I, Lima, 2000, p. 224.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El objeto de protección legal del Código Civil de 1984 se ha circunscrito a los efectos
patrimoniales de la extinción de la relación convivencial. Desde la vigencia de este
cuerpo legal, el Estado no ha aprobado normas de carácter civil patrimonial que
protegan los derechos de los convivientes sin impedimento matrimonial. Actualmente
los convivientes no gozan de los derechos fundamentales de la pareja, en el entendido
de que si se le otorga mayores derechos a la unión de hecho, se fomenta la convivencia
en desmedro de la institución del matrimonio.
Con el afán de regularizar las uniones de hecho, los gobiernos locales promueven
los denominados “matrimonios masivos” que no siempre cumplen con todas las
formalidades de ley. Asimismo, en el Congreso de la República se presentó el Proyecto
de Ley N.° 2405/2007-CR, “Ley que promueve la formalización legal de las uniones de
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
hecho a cargo del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social”, el cual fue remitido para
dictamen a la Comisión de Justicia y Derechos Humanos como primera dictaminadora
y como segunda a la Comisión de la Mujer y Desarrollo Social. En el texto sustiturio
de esta última, se propone que los alcaldes dispensarán de la presentación de algunos
documentos cuando sea muy difícil o imposible su obtención. Igualmente se plantea la
exoneración de la publicación de los avisos matrimoniales, siempre que se acredite que
la pareja no tiene ningún impedimento para legalizar su relación. Incluso se propone
la gratuidad de la obtención de los documentos exigidos por cada municipio, incluido
el servicio de ceremonia previo convenio de las municipalidades y el Ministerio de la
Mujer.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
con efectos retroactivos, ya que ambos contrayentes no están facultados por ley
para manifestarlo en el acto de celebración. La aplicación de la retroactividad para
la convivencia sólo está permitida en sede judicial y el periodo convivencial estará
comprendido desde la fecha que señala el reconocimiento judicial de la unión de hecho
hasta el momento en que se produce la separación de hecho. El establecimiento de
la fecha de inicio y de término de la unión de hecho servirá de base para determinar
la clase de bienes (propios o sociales), salvo que se trate de herencias, donaciones o
legados o indemnizaciones por accidentes o por seguros de vida o daños personales
u otros derechos.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Yolanda Vásquez sostiene que al haber adoptado nuestro sistema legal la tesis de la
apariencia de estado matrimonial, se comprueba que hemos descartado la teoría de
la equiparación al estado matrimonial, según la cual la unión de hecho produce los
mismos efectos que el matrimonio7.
7 Vásquez García, Yolanda. Derecho de Familia. Teórico Práctico. Lima, Editorial Huallaga, 1988,
pp. 197-198.
8 Martínez, op. cit., pp. 6-7.
9 Serrano, Eduardo Alonso. Manual de Derecho de Familia. Madrid, Editora EDISOFER, 2002, p. 180.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Para reclamar efectos civiles del matrimonio deberá presentarse copia certificada de
la partida de matrimonio; mientras que para solicitar efectos civiles de la unión de
hecho se requerirá de la copia certificada de la sentencia que declara judicialmente
reconocida la convivencia.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Una limitación que establece el artículo 326° del Código Civil, para la aplicación del
régimen de la sociedad de gananciales es la referida a la compatibilidad de éste con
la unión de hecho; por ello textualmente incorpora esta frase: “en cuanto le fuera
aplicable”. Esto significa que no se aplicarán íntegramente todas las disposiciones de
dicho régimen.
Considerando que el propósito de nuestra legislación fue regular sólo los efectos
patrimoniales de la extinción de la unión de hecho, podemos señalar las facultades
matrimoniales no aplicables de la sociedad de gananciales:
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
10 Acuerdo Plenario de los Vocales Superiores, Trujillo, 11 dic. 2004, Tema: Unión de hecho; ejercicio de
los derechos derivados de esta relación.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El artículo 326° del Código Civil instituye un régimen especial para el conviviente que ha
sido abandonado unilateralmente por su pareja de hecho, disponiendo que cuenta con
dos posibilidades: elije una pensión de alimentos o una indemnización. Observamos
que el derecho a alimentos lo posee solamente el conviviente abandonado, pero ¿cuál
es la razón para que los convivientes, durante su relación convivencial, no tengan
derecho a alimentos?
Cuando la unión de hecho termina por muerte, el conviviente viudo sólo tiene
derecho a la declaración, disolución y liquidación de la sociedad de gananciales; pero
no posee derechos sucesorios. En la legislación sucesoria, los convivientes no se
heredan entre sí ni tienen el carácter de herederos forzosos. Aquí surge la siguiente
pregunta: ¿El conviviente supérstite debería contar con derechos sucesorios como
los tiene el cónyuge? Al fallecimiento del conviviente la pareja tiene una serie de
derechos que están contemplados en leyes especiales como: la prestación por sepelio,
la compensación por tiempo de servicios, la pensión de sobrevivencia del Sistema
Privado de Pensiones y en algunos casos del Sistema Nacional de Pensiones.
11 Sentencia del expediente N.° 98-547, recogida de la base digital 35 000 Jurisprudencias - Diálogo con
la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El inventario debe contar con una relación del activo y pasivo de la sociedad
convivencial, con importes actualizados del valor de los bienes, así como de las deudas
y cargas; además de los conceptos que han sido pagados por un solo conviviente y
requieren reintegro.
12 Sentencia del expediente N.° 381-96, recogida de la base digital 35 000 Jurisprudencias - Diálogo con
la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
dividen por mitad, y no en partes alícuotas con quienes pudieran resultar herederos
legales del cujus13.
Cuando el conviviente sea abandonado por decisión unilateral de su pareja, por los
derechos subjetivos familiares de carácter patrimonial que se derivan de la declaración
judicial de la unión de hecho, el proceso de estado de familia se caracterizará por ser
previo al otorgamiento de los respectivos derechos patrimoniales. Otra característica
que presenta, será su independencia con el proceso judicial en el cual se reclamen los
efectos personales, como el derecho a alimentos o la indemnización, sin embargo en
este último proceso de manera simultánea, se actuarán los medios probatorios que
acreditan la existencia de la unión de hecho.
13 Sentencia del expediente N.° 98-547, recogida de la base digital 35000 Jurisprudencias - Diálogo con
la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Debemos señalar que la posesión de estado de familia contiene varios tipos, entre
los cuales tenemos la “posesión constante de estado convivencial”, la cual servirá
como base de la declaración judicial de la unión de hecho en tanto que la “posesión
constante del estado matrimonial” cumple una función supletoria en dos casos: cuando
la partida de matrimonio adolece de vicios formales, lo que permite la subsanación
de los mismos y le otorga validez al matrimonio y, además, constituye un medio de
prueba del matrimonio de los padres, si éstos hubiesen muerto o se hallasen en la
imposibilidad de expresarse o de proporcionar información.14
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La declaración judicial de la unión de hecho tiene como propósito cautelar los derechos
de cada concubino sobre los bienes adquiridos durante la unión, entendiéndose que
se ha originado una sociedad de bienes sujeta al régimen de sociedad de gananciales,
en cuanto le fuera aplicable18.
¿Se requiere la declaración judicial previa de la unión de hecho para iniciar el juicio
de alimentos o solicitar la indemnización?
El Acuerdo del Pleno Jurisdiccional de la Corte Suprema N.° 8 dispuso que para solicitar
alimentos o indemnización entre convivientes no se requiere la declaración judicial
previa de la unión de hecho; pero ésta debe acreditarse dentro del proceso con el
principio de prueba escrita. Este acuerdo permite garantizar el derecho a alimentos al
conviviente abandonado, sin esperar el reconocimiento judicial de la unión de hecho.
El principio de prueba escrita permitirá que el juez se forme convicción de la existencia
de la unión de hecho por otros medios probatorios.
18 Gaceta Jurídica. Diálogo con la jurisprudencia. Actualidad, análisis y crítica jurisprudencial. Número
38. Lima, noviembre, p. 270.
19 Peralta Andía, Javier Rolando. Derecho de Familia en el Código Civil. 3.a edición, Lima, IDEMSA,
2000, pp. 70-72.
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La Casación N.° 1086-02-Ica reitera una vez más que las partidas de nacimiento de los
hijos no prueban la relación convivencial24.
El matrimonio canónico no tiene efectos civiles, esta situación ocasionó que muchas
personas casadas solamente por este tipo de matrimonio sean consideradas como
uniones de hecho. La protección legal para estas personas fue la presentación de
la partida de matrimonio canónico, como medio probatorio idóneo de la posesión
constante de estado convivencial.
24 Gaceta Jurídica. Diálogo con la jurisprudencia. Actualidad, análisis y crítica jurisprudencial. Número
23, agosto de 2000, pp. 270-273. Acción de Amparo N.° 498-99-AA/TC.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
que dicho documento, aunque no genera efectos civiles en virtud del artículo 2115°
del Código Civil, sí puede acreditar perfectamente la unión de hecho, conservando
mérito probatorio, aunque carezca de efectos civiles25.
Si se trata de una relación familiar, en la que priman los aspectos afectivos, los cuales
no necesariamente se reflejan en documentos, ¿no resulta excesivo el principio de
prueba escrita para declarar el reconocimiento del estado convivencial?
25 Ledesma Narváez, Marianella. Jurisprudencia Actual V. Primera edición, Lima, Gaceta Jurídica, 2002 p. 118.
26 Fernández, op. cit., p. 233.
27 Vega Mere, Yuri. “Consideraciones jurídicas sobre la unión de hecho (De la ceremonia a la vivencia;
de la forma a la sustancia; del silencio a la declaración de derechos y deberes entre convivientes)”. En
Derecho y Sociedad N.° 19. Lima, diciembre, 2002, pp. 35-73.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Para Yuri Vega, el principio de prueba escrita resulta excesivo y hasta contrario al
hecho mismo de la posesión constante de estado. Comenta que el legislador ha tenido
temores o desconfianza por la pérdida de credibilidad de la prueba testimonial en
los últimos tiempos, pero ello no puede condenar a los concubinos a documentar su
relación para que sea admitida por el derecho28.
Nos parece interesante citar la Ley 10/1998 de las Uniones Estables de Pareja de
Cataluña, que permite la acreditación de las uniones de hecho por cualquiera de los
medios probatorios enumerados con carácter general como: instrumentos, confesión,
inspección personal del juez, peritos, testigos y presunciones, sin que estos medios
probatorios tengan carácter de exclusivos ni excluyentes. También se presentará
como prueba que la pareja de hecho se hubiera inscrito en alguno de los Registros
Municipales de Uniones Civiles de Cataluña29.
28 Hernández Ibáñez, Carmen. “Una aproximación a la Ley 10/1998, de 15 de julio, de Uniones Estables
de Pareja de Cataluña”. En Actualidad Civil, Aragón-España, 1999, XXXIII, p. 5.
29 Fernández, op. cit., p. 2.
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Para Carlos Martínez de Aguirre, los datos relevantes en los registros administrativos de
uniones de hecho son la ausencia de impedimentos y la presencia del consentimiento
de los convivientes, expresada en la solicitud conjunta, a partir de la cual la unión
recibe vida propia, perdiendo la convivencia prácticamente toda su importancia
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El presente caso está relacionado con una denuncia presentada ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la Coordinadora General del
Movimiento de Mujeres Dominico Haitianas (MUDHA), fundada en la negación
a las niñas Dilcia Oliven Yean y Violeta Bosico de sus actas de nacimiento que les
permitieran tener una nacionalidad y un nombre; y cuya denegación coartó el
derecho a la educación ya que en la República Dominicana, como en nuestro país,
sin la certificación de nacimiento es imposible asistir a la escuela. Dicha denuncia fue
presentada el 28 de octubre de 1998.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
1 “Violeta Bosico fue admitida en los primeros años a la escuela sin el acta de nacimiento. En 1991, en
el Batey las Charcas, Violeta ingresó a la escuela primaria. En 1994, después de haber interrumpido
sus estudios, se reincorporó a la escuela y empezó a asistir a la Escuela Palavé, hasta el tercer grado.
Entre septiembre y octubre del año 1998, al intentar realizar la matrícula para el cuarto grado, el
Estado no permitió la inscripción de Violeta Bosico en la escuela diurna porque la niña carecía de su
acta de nacimiento. La niña tuvo que inscribirse durante el periodo escolar 1998-1999 en la escuela
de adultos, en la jornada nocturna, la cual es para personas mayores de 18 años. Allí estudió el cuarto
y quinto grados.
El principal objetivo de la escuela nocturna es la alfabetización de adultos y en ella se adopta la
enseñanza de tipo “concentrada”, según la cual se hacen dos grados en un año. Dicho método tiene
un nivel de exigencia menor que el de la escuela diurna. La mayoría de las personas que asisten
a la jornada nocturna tienen edades entre los 20 ó 30 años y excepcionalmente hay estudiantes
adolescentes. Las clases en este horario tienen una duración menor, en general de dos horas y media
por día y no tienen intervalo.
En el año 2001 Violeta Bosico volvió a estudiar en la jornada diurna, completó el sexto grado, y fue
inscrita para el séptimo grado en la escuela diurna.”. Párrafos 109.34, 109.35, 109.36 y 109.37 de la
sentencia de 08 de septiembre de 2005, expedida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en el Caso de las niñas Yean y Bosico versus República Dominicana.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La CIDH transmitió, con fecha 7 de julio de 1999, al Estado Dominicano las partes
pertinentes de la denuncia; posteriormente los representantes legales de las niñas
solicitaron la adopción de medidas cautelares a favor de las niñas Dilcia Yean y Violeta
Bosico, con la finalidad de otorgarles las garantías necesarias y evitar que pudieran ser
expulsadas del territorio dominicano y que Violeta Bosico pudiera continuar asistiendo
normalmente a la escuela y recibiendo la educación que se brinda a los demás niños
de nacionalidad dominicana.
2 Aprobado por la Comisión en su 137° periodo ordinario de sesiones, celebrado del 28 de octubre al
13 de noviembre de 2009.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
3 “Dilcia Yean nació el 15 de abril de 1996 en el “sub centro de salud” localizado en el municipio de
Sabana Grande de Boyá, Provincia de Monte Plata, República Dominicana. Ha crecido en dicho
municipio y en el año 2003 frecuentaba el Colegio Alegría Infantil. Su madre es la señora Leonidas
Oliven Yean, de nacionalidad dominicana. Su padre es de nacionalidad haitiana y no mantiene
comunicación con su hija. Sus abuelos maternos son el señor Dos Oliven, de nacionalidad haitiana,
y la señora Anita Oliven Yean. Dilcia Yean tiene ascendencia haitiana por parte de su padre y de
su abuelo materno.”. Párrafo 109.6, de la sentencia de 08 de septiembre de 2005, expedida por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso de las niñas Yean y Bosico versus República
Dominicana.
4 “Violeta Bosico nació el 13 de marzo de 1985 en la República Dominicana. Su madre es la señora
Tiramen Bosico Cofi, de nacionalidad dominicana. Su padre es Delima Richard, de nacionalidad
haitiana, y no mantiene comunicación con su hija. Sus abuelos maternos son el señor Anol Bosico,
quien es haitiano, y la señora Juliana Cofi. Violeta Bosico tiene ascendencia haitiana por parte de su
padre y de su abuelo materno.
Violeta Bosico vivió con su madre y sus hermanos en el Batey Las Charcas, hasta 1992, cuando se
mudó a vivir con su hermana Teresa Tucent Mena al Batey Verde, también llamado Batey Enriquillo.
En el año 1993 se mudó junto con su hermana al Batey Palavé, el cual se encuentra fuera de Santo
Domingo, y donde actualmente vive. Violeta Bosico ha crecido en la República Dominicana, asistió a
la Escuela de Palavé y en el año 2005 frecuenta la escuela secundaria.”. Párrafos 109.7 y 109.8 de la
sentencia de 08 de septiembre de 2005, expedida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
en el Caso de las niñas Yean y Bosico versus República Dominicana.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
A partir de este momento empieza un conflicto de cuáles son los requisitos que se
deben presentar para que la pretensión de inscripción proceda a favor de las menores
de edad, existiendo una serie de listas de requisitos para la inscripción tardía de
nacimiento en el Registro Civil de la República Dominicana, una Resolución N.° 5/88
emitida por la Junta Central Electoral del 08 de junio de 1998 para la inscripción tardía
de nacimiento de una persona mayor de 13 años de edad; otra Resolución N.° 5/99
emitida el 4 de agosto de 1999 por la Junta Central Electoral, relativa a las declaraciones
tardías de nacimientos inscritas en los registros correspondientes desde el año
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
1965 hasta el año 1992, y que no hayan sido ratificadas por sentencia del Tribunal
competente. Asimismo, con fecha 3 de septiembre de 2001 la Junta Central Electoral y
la Secretaría de Estado de Educación firmaron un Acuerdo de Colaboración mediante
el cual la Junta Central Electoral realizaría operativos en los centros escolares que sean
dependencia de la Secretaría de Educación con la finalidad de facilitar los procesos de
declaraciones tardías de nacimiento a todos los niños dominicanos menores de 13
años de edad que ingresen a los planteles escolares sin el registro de nacimiento. En
dicho acuerdo se estableció que serían necesarios los siguientes cinco requisitos para
la inscripción tardía de nacimiento:
Cabe señalar que en su escrito del 5 de junio de 2003 respecto a las observaciones al
Informe de Fondo N.° 30/03, emitido por la Comisión Interamericana, el Estado de la
República Dominicana indicó los requisitos para la inscripción tardía de nacimiento.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El Estado por su parte señaló que los casos de las niñas Yean y Bosico no eran aislados
y que los recursos internos no se habían agotado; asimismo señaló que los requisitos
para el procedimiento de registro impuestos por la Ley N.° 659 sobre Actos del Estado
Civil del 17 de julio de 1944, no eran discriminatorios y que el acoger la solicitud de las
niñas implicaría la violación de legislación interna.
El Estado consideró que una declaración tardía efectuada fuera de los parámetros de
la Ley N.° 659 sería de una nulidad absoluta; asimismo que los requisitos exigidos por
la Junta Central Electoral son obligatorios para todas las personas que se encuentren
en territorio dominicano y la denegación a la declaración efectuada por el Procurador
Fiscal estuvo basada en que no se habían cumplido los requisitos legales obligatorios
establecidos en el artículo 41° de la Ley N.° 659 el cual señala que el Oficial del Estado
Civil que haya recibido una declaración tardía de nacimiento remitirá inmediatamente
copia certificada del acta al Procurador Fiscal del Distrito Judicial correspondiente,
quien apoderará al Juzgado de Primera Instancia, el cual deberá ratificar o no
mediante sentencia el Acta de declaración tardía. Por todo ello el Estado de República
Dominicana señaló que no se habían agotado los mecanismos de la jurisdicción interna
en el presente caso.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Aquí cabe señalar que si bien el Estado de la República Dominicana hizo los esfuerzos
por otorgar las Actas de Nacimiento a las menores de edad, esto no implicaba
definitivamente que hayan dejado de susbsistir los motivos de la pretensión de los
denunciantes, pues como sabemos una reparación integral conlleva a una restitución
completa de las personas afectadas; es decir, si bien el Estado, dentro del procedimiento
internacional, trató de solucionar amistosamente con la entrega de las Actas de
nacimiento era evidente que ya se habían vulnerado derechos humanos consagrados
en la Convención Americana de Derechos Humanos, por ello los representantes legales
de las menores no aceptaron que con esta satisfacción de haya concretizado el cierre
de una negociación amistosa, por lo que consideraron someter el caso ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.
Una reparación del daño requiere, siempre que sea posible, la plena restitución
(restitutio in integrum), que consiste en el restablecimiento de la situación anterior.
De no ser esto posible, el tribunal internacional debe determinar las medidas que
garanticen los derechos conculcados, eviten nuevas violaciones y reparen las
consecuencias que las infracciones produjeron, así como establecer la indemnización
que compense por los daños ocasionados5.
Los Estados Partes deben un estricto cumplimiento a sus obligaciones adquiridas con
la firma de la Convención Americana y de otros instrumentos de Derecho Internacional
de los Derechos Humanos. En tal sentido, somos conscientes de que toda violación a
una obligación internacional constituida por medio de una acción u omisión, comporta
el deber de repararla íntegramente, en este caso, esencialmente el deber de reparar
a las víctimas el daño tanto moral como material, así como: “(...) el deber jurídico
de prevenir razonablemente, las violaciones de los derechos humanos, de investigar
seriamente con los medios a sus alcance las violaciones que se hayan cometido dentro
624
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Vale precisar que si se hubiera llegado a una solución amistosa conforme a lo dispuesto
en el artículo 48.1 f) de la Convención Americana, la Comisión Interamericana hubiera
elaborado un informe que sería transmitido al peticionario y al Estado de la República
Dominicana, el cual hubiera sido posteriormente publicado. Dicho informe expondría
los hechos del caso y los acuerdos logrados entre las partes, los cuales tienen fuerza
vinculante, una vez haya sido aprobado por la CIDH.
Por otro lado, de no lograrse una solución amistosa, como en el presente caso, la
Comisión Interamericana redactaría un Informe, el que contendría una exposición
de los hechos, materia del proceso internacional; de las acciones emprendidas por
los peticionarios o sus representantes; y las acciones realizadas por los órganos
competentes del Estado involucrado en la presunta transgresión de derechos humanos.
Asimismo, la Comisión puede formular las proposiciones y recomendaciones que
625
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
juzgue adecuadas, acompañadas de las conclusiones a las que arribe dicho organismo
supranacional. Este informe se redacta en mérito a lo establecido en el artículo 50°
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y es conocido también como
“Informe Confidencial”.
No habiendo procedido el proceso de solución amistosa entre las partes, con fecha 06
de marzo de 2003, la Comisión aprobó el Informe N.° 30/03 sobre el fondo del caso
y recomendó al Estado de la República Dominicana que establezcan directrices que
contengan requisitos razonables y no impongan cargas excesivas ni discriminatorias, a
fin de facilitar el registro de los niños domínico-haitianos ante las Oficialías del Registro
Civil; asimismo, recomendó que se establezca un procedimiento que permita obtener
declaraciones tardías de nacimiento de las personas nacidas en el territorio dominicano;
también el crear un mecanismo jurídico que permita presentar a los individuos, en caso
de controversia, sus denuncias directamente ante la instancia judicial, a fin de que sus
quejas sean revisadas por un órgano judicial, independiente e imparcial; además que
dicho mecanismo provea un recurso sencillo, rápido y económico a las personas que
carecen de actas de nacimiento; así como adoptar las medidas necesarias para que
las niñas Dilcia Yean y Violeta Bosico, así como sus madres Leonidas Yean y Tiramen
Bosico Cofi, reciban adecuada y oportuna reparación y el reconocimiento público por
las violaciones de sus derechos humanos contenidos en los artículos 1°, 2°, 3°, 8°, 19°,
20°, 24° y 25° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el artículo
XII de la Declaración Americana de los Derechos y los Deberes del Hombre. Al hacer
esta recomendación, la Comisión reconoció que el Estado había realizado esfuerzos
para remediar la situación; sin embargo aún quedaban algunas medidas pendientes
y, finalmente, la necesidad de adoptar las medidas necesarias para prevenir que estos
hechos vuelvan a repetirse en el futuro.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
7 Puente Égido, J. Casos prácticos de Derecho Internacional Público. Madrid, EDISOFER, 1997, p. 276.
627
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La Comisión solicitó a la Corte que ordenara al Estado otorgue una reparación a favor
de las niñas que comprometa una plena satisfacción por las presuntas violaciones
de derechos ocurridas; asimismo se adopte las medidas legislativas o de otra índole
necesarias para garantizar el respeto a los derechos consagrados en la Convención y
establezca directrices que contengan requisitos razonables para la inscripción tardía
de nacimiento y no impongan cargas excesivas ni discriminatorias, con el objeto de
facilitar los registros de los niños domínico-haitianos. Finalmente, la Comisión requirió
a la Corte que ordenara al Estado de República Dominicana que pague las costas y
gastos razonables generados en la tramitación del caso en la jurisdicción interna y ante
los órganos del sistema interamericano.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
fueron rechazadas por la Comisión y los representantes a fin que se continuara con
la tramitación del presente caso en su etapa de fondo.
Al respecto, se citaron a las partes a Audiencia Pública para escuchar sus alegatos sobre
las excepciones preliminares y eventuales fondo, reparaciones y costas, y escuchar los
testimonios y los peritajes ofrecidos por la Comisión, los representantes y el Estado;
los que la vez presentaron algunos de los documentos requeridos por la Secretaría
como prueba para mejor resolver. Asimismo presentaron Amicus Curiae de diversas
organizaciones e instituciones.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Señalaron que en un sistema de ius soli, dado a que sólo hace falta el hecho de que
un niño haya nacido en el territorio del Estado, la situación legal del progenitor es
irrelevante y los padres sólo han de demostrar la relación con sus hijos mediante
cualquier documento de identidad común, como cédula de identidad o permiso para
manejar.
8 RUDA RUDA, Juan José. “Algunas Reflexiones en materia de Nacionalidad”. En Revista Ius et Veritas,
Lima, Año IX, N.º 17, noviembre de 1998, p. 222.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
de la nacionalidad dominicana; por otro lado consideró el Estado Dominicano que las
presuntas víctimas tenían la posibilidad de optar por la nacionalidad haitiana en razón
del vínculo del ius sanguinis que las une con sus padres, por lo que nunca estuvieron
en peligro de ser apátridas.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La Corte señaló que conforme a lo expuesto se puede concluir que el Estado adoptó
diferentes posturas durante el trámite del caso ante el sistema interamericano de
protección de los derechos humanos, en relación con los requisitos que las niñas
debieron cumplir. Esta situación reflejó que en la República Dominicana no existía un
criterio uniforme para la exigencia y aplicación de los requisitos para la inscripción
tardía de nacimiento de los menores de 13 años de edad. Sin embargo, tal como se
ha comentado el 25 de septiembre de 2001 la República Dominicana entregó las actas
de nacimiento a las niñas Yean y Bosico, y en consecuencia, en esa fecha les otorgó la
nacionalidad dominicana10.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Asimismo, la Corte consideró que el estatus migratorio de una persona no puede ser
condición para el otorgamiento de la nacionalidad por el Estado, ya que su calidad
migratoria no puede constituir, de ninguna forma, una justificación para privarla del
derecho a la nacionalidad ni del goce y ejercicio de sus derechos; el estatus migratorio
de una persona no se trasmite a sus hijos, y la condición del nacimiento en el territorio
del Estado es la única a ser demostrada para la adquisición de la nacionalidad, en lo
que se refiere a personas que no tendrían derecho a otra nacionalidad, si no adquieren
la del Estado en donde nacieron. Asimismo, la Corte consideró que no cabría bajo
ninguna circunstancia que el Estado hubiese aplicado a las niñas Yean y Bosico la
excepción referente a los hijos de una persona en tránsito, ya que las madres de las
presuntas víctimas son dominicanas y las niñas nacieron en la República Dominicana,
esta última siendo la condición establecida en el artículo 11° de la Constitución para el
otorgamiento de la nacionalidad dominicana.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
requisitos, los cuales no eran los exigibles a los niños menores de 13 años de edad, y que
fueron aplicados a las niñas, pese a que al momento de la solicitud Dilcia Yean tenía 10
meses de edad y Violeta Bosico tenía 12 años de edad. La Corte Interamericana señala
que las niñas Yean y Bosico no presentaban condición alguna que las diferenciase de
los demás niños dominicanos menores de 13 años de edad que pudiera justificar el
agravamiento de las exigencias para el registro de su nacimiento. La aplicación a las
presuntas víctimas de los requisitos que no les correspondían como menores de 13
años de edad, fue violatoria de la regulación interna sobre la materia y les impuso una
carga de prueba desproporcionada e indebida13.
La Corte considera que al haber aplicado a las niñas, para obtener la nacionalidad,
otros requisitos distintos a los exigidos para los menores de 13 años de edad, el Estado
actuó de forma arbitraria, sin criterios razonables u objetivos, y de forma contraria al
interés superior del niño, lo que constituyó un tratamiento discriminatorio en perjuicio
de las niñas Dilcia Yean y Violeta Bosico. Esa condición determinó que ellas estuviesen
al margen del ordenamiento jurídico del Estado y fuesen mantenidas como apátridas,
lo que las colocó en una situación de extrema vulnerabilidad, en cuanto al ejercicio y
goce de sus derechos14. Cabe Señalar que las menores de edad estuvieron en situación
de apartidas por más de cuatro años y cuatro meses en violación de los artículos 20°
y 24° de la Convención Americana, en relación del artículo 19° y el artículo 1.1. del
citado instrumento internacional.
635
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Por otro lado, una persona apátrida no tiene personalidad jurídica reconocida, ya
que no ha establecido un vínculo jurídico-político con ningún Estado, por lo que la
nacionalidad es un prerrequisito del reconocimiento de la personalidad jurídica. La
Corte estimó que la falta del reconocimiento de la personalidad jurídica lesiona la
dignidad humana, ya que niega de forma absoluta su condición de sujeto de derechos
y hace al individuo vulnerable frente a la no observancia de sus derechos por el Estado
o por particulares15.
Asimismo, la Corte consideró que la vulnerabilidad a que fueron expuestas las niñas,
como consecuencia de la carencia de nacionalidad y personalidad jurídica, afectó a la
menor Violeta Bosico pues se le impidió estudiar durante el periodo escolar 1998-1999
en la tanda diurna de la Escuela de Palavé. Precisamente por no contar con el acta de
nacimiento, se vio forzada a estudiar durante ese periodo en la escuela nocturna, para
mayores de 18 años.
15 Párrafos 178 y 179 de la sentencia de 08 de septiembre de 2005, expedida por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos en el Caso de las niñas Yean y Bosico versus República Dominicana.
636
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
en relación con el artículo 1.1 de este instrumento, en perjuicio de las niñas Dilcia Yean
y Violeta Bosico. Igualmente, el Estado fue señalado responsable por la violación del
derecho consagrado en el artículo 5° de la Convención, en relación del artículo 1.1 de
dicho tratado, en perjuicio de las señoras Leonidas Oliven Yean y Tiramen Bosico Cofi,
madres de las víctimas y la señora Teresa Tucent Mena, hermana de la niña Violeta
Bosico.
637
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
6. CONCLUSIONES
638
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
6. Toda violación a una obligación internacional constituida por medio de una acción
u omisión, comporta el deber de repararla íntegramente, en este caso, esencialmente
el deber de reparar a las víctimas el daño tanto moral como material, así como el
deber jurídico de prevenir razonablemente, las violaciones de los derechos humanos,
de investigar seriamente con los medios a sus alcance las violaciones que se hayan
cometido dentro del ámbito de su jurisdicción a fin de identificar a los responsables,
de imponerles las sanciones pertinentes y de asegurar a la víctima una adecuada
reparación.
639
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
1.- Presentación
*
Juez Superior Titular integrante de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima.
Profesora Asociada de la Academia de la Magistratura. Docente Universitaria. Abogada egresada
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, egresada de la Maestría en Derecho Internacional
Económico en su alma máter; así como estudios de especialización como el Título de Especialista
Universitario en Argumentación Jurídica, Curso de Postgrado de la Universidad de Alicante (España),
el Diploma del Programa Aula Iberoamericana del Curso de Formación Judicial Especializada “Una
propuesta de Justicia para el siglo XXI: los retos de la integración jurídica y de los procesos civil y
penal en el espacio judicial iberoamericano”, organizado por el Consejo General del Poder Judicial
de España y desarrollado en la Escuela Judicial en Barcelona; el Diploma de Postítulo “Derechos
Humanos y Juicio Justo”, organizado por la Red Interamericana de Formación en Gobernabilidad y
Derechos Humanos, la Organización Universitaria Interamericana, el Colegio de las Américas y la
Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Así como el Diplomado de Alta Dirección y Gerencia
para el Sector Justicia, organizado por la Escuela de Dirección, PAD, de la Universidad de Piura, y el
Diplomado en Derecho de la Magistratura para los Miembros del Poder Judicial del Perú, organizado
por el Departamento de Postgrado y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, entre
otros estudios. Colaboradora de revistas jurídicas especializadas.
642
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Carlos Fernández Sessarego refiere que es tradicional la definición que nos proporcionan
los autores en lo que concierne al nombre. La doctrina es concorde al sostener que el
nombre desempeña la función de servir de “medio de identificación e individualización
de las personas”. Luego, indica que, un sector de la doctrina diferencia claramente
dos funciones del nombre: la de “individualización” y la de “identificación”. Así, Pliner
define el nombre del sujeto como “un signo que lo destaca de los demás, deja de
ser una mera unidad indiferenciada de la especie para convertirse en un individuo
determinado, de quien se puede predicar cualidades o a quien se puede imputar
conductas”. Ésta es la primera de las indicadas funciones, en la medida que es “una
forma de separar los individuos para distinguirlo”. La identificación, en cambio, resulta
ser para el autor un “proceso investigativo o su efecto, mediante el cual se reconoce
si una persona o cosa es la misma que se supone o se busca”. De ahí que, según
Pliner, mediante la individualización se aísla al sujeto con el propósito de distinguirlo;
mientras que por la identificación se “verifica para comprobar”1.
1 Citas de Acuña, Arturo. “Consideraciones sobre el Nombre de las Personas” y de PLINER, Adolfo. “El
Nombre de las Personas”, autores citados por FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. Derecho a la Identidad
Personal. Buenos Aires, Astrea de Alfredo y Ricardo Desalma, 1992, pp. 129-130.
2 Díez-Picazo, Luis y Gullón, Antonio. Sistema de Derecho Civil. Volumen I, Introducción, Derecho de
la Persona, Autonomía Privada. Persona Jurídica. Décima edición. Madrid, Tecnos, 2001, p. 360.
3 De Lama Ayma, Alejandra. La Protección de los Derechos de la Personalidad del Menor de Edad.
Especial referencia al derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen, al derecho al nombre y al
consentimiento informado a tratamientos e intervenciones médicas. Valencia, Tirant lo blanch, 2006.
p. 353.
643
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Precisamente, como reflejo del interés público que posee el nombre, Díez-Picazo y
Gullón enuncian cinco caracteres, a saber: 1° Inalienabilidad, pues el nombre está
fuera del comercio humano, pero es admisible la autorización para que otro lo use
como nombre comercial; 2° Imprescriptibilidad, ya que nadie adquiere un nombre
que no le pertenece por el uso prolongado del mismo, ni nadie lo pierde tampoco
por el desuso; 3° Irrenunciabiliad, esta característica es una consecuencia de la
ausencia de poder de disposición en relación con el nombre; 4° Inmutabilidad, ya
que en principio, el nombre de la persona no cambia, pues lo contrario haría difícil
e insegura su identificación, aunque excepcionalmente conforme a las legislaciones
puede cambiarse o rectificar el nombre, como lo prevé nuestro Código Civil de 1984;
y 5° como último caracter, los autores aludidos señalan el efecto Erga Omnes, esto es
que es oponible frente a todos 4.
El Código Civil de 1984, consagra el derecho de toda persona de llevar un nombre, así
tenemos: “Artículo 19°.- Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre.
Este incluye los apellidos”.
Asimismo, refiere que el indicado artículo 19°, por considerarlo obvio, no consigna
el derecho que asiste a los padres, según sea el caso, a escoger el o los nombres
de pila de sus hijos. Por otra parte, dado el carácter particular de estas cuestiones,
se ha dejado como materia propia de la ley o del reglamento que ha de dictarse,
el determinar cuántos nombres de pila o prenombres pueden ser utilizados por
los padres. Se considera imprescindible regular, a nivel legal o reglamentario, las
limitaciones del derecho que tienen los padres de escoger los nombres de pila o
644
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En cuanto a los alcances de la regulación del nombre en nuestro Código Civil, Gerardo
Eto Cruz7 expresa que el título tercero del Libro I del Código Civil regula el nombre en
14 numerales, excediendo a los 6 artículos que les otorgaba el anterior Código Civil
de 1936. Entre las modificaciones de este título destaca Eto Cruz, los siguientes: a)
Se concibe el nombre como un deber y un derecho de llevarlo (artículo 19°); b) Se
introduce una interesante reforma al normar que al hijo matrimonial le corresponde el
primer apellido del padre y el primero de la madre, para evitar los apellidos compuestos
(artículo 20°); y c) Se regula en forma sistemática el nombre del hijo extramatrimonial
(artículo 21°) y el del adoptado (artículo 22°) que incorrectamente estaba ubicado en
el Libro del Derecho de Familia en el Código Civil de 1936.
Asimismo, Eto Cruz destaca como innovaciones, las siguientes: a) Se regula el nombre
de recién nacidos en padres desconocidos (artículo 23°); b) Se faculta a la mujer
casada a llevar el apellido del marido (artículo 24°); c) Se regula que la prueba del
nombre deriva de la inscripción en los registros del estado civil (artículo 25°); d) Se
establece la nulidad del pacto relativo al nombre de una persona natural, admitiendo
determinadas excepciones (artículo 27°); y e)Introduce, finalmente, la protección
jurídica al seudónimo (artículo 32°).
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
texto original: “Artículo 21°.- Al hijo extramatrimonial le corresponden los apellidos del
progenitor que lo haya reconocido. Si es reconocido por ambos lleva el primer apellido
de los dos. Rige la misma regla en caso de filiación por declaración judicial”.
Modificar los artículos 21° y 392° del Código Civil y 37° del Reglamento de
Inscripciones del RENIEC, a fin de que el hijo/a extramatrimonial pueda ser
inscrito(a) con el apellido del presunto progenitor no lo/la reconoce, con la
sola declaración de la madre o el padre que lo hace y sin que ello suponga
646
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Fue muy importante dicho informe defensorial pues el aludido artículo 21° del Código
Civil, sería modificado tiempo después por el artículo 1° de la Ley N.° 28720, publicada
el 25 de abril del 2006, de modo que su texto actual es como sigue:
10 Tomado de Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de las Personas. Cuarta edición, Lima, Gaceta Jurídica,
mayo del 2004, p. 498.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Por ello, Juan Espinoza concluye que, es en este sentido que se debe interpretar el
primer párrafo del artículo 6° del Código de los Niños y Adolescentes, Ley N.° 27337,
del 07-08-00, el cual prescribe que: “El niño y el adolescente tienen derecho a la
identidad, lo que incluye el derecho a tener un nombre, a adquirir una nacionalidad
y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y llevar sus apellidos. También
tienen derecho al desarrollo integral de su personalidad”11.
Consecuentemente, las normas del Derecho Civil deben observar la vigencia de las
normas internacionales de derechos humanos, como el artículo 18° de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos —Pacto de San José—, que consagra el derecho
de toda persona a un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al de uno de
ellos.
648
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Cuarto.- Que, de otro lado, en cuanto a la inaplicación del artículo 21° del
Código Civil, si bien es verdad que la norma acotada dispone que al hijo
extramatrimonial le corresponden los apellidos del progenitor que lo
haya reconocido, también lo es que debe velarse por el interés del menor,
debiéndose proteger sus derechos de identidad y al nombre, razón por
la que no resulta amparable el pedido de excluir el apellido paterno del
nombre de la menor, máxime cuando el citado apellido no es un atributo
particular del actor porque pueden coexistir apellidos homónimos.
Así, todo niño o adolescente, menor según la tradicional doctrina de la materia, tienen
derecho a llevar un nombre, como reafirmación de su derecho humano a la identidad,
siendo tema diferente el establecer y definir su derecho a la filiación extramatrimonial.
El reconocido jurista Adolfo Pliner expresa que hay propiamente usurpación cuando el
tercero adopta el nombre ajeno como seudónimo, desde que en este supuesto utiliza
la designación para individualizarse, aunque su propósito sea limitar esta forma de
distinguir su personalidad en un campo determinado, como en las letras, en las artes, o
en un área más circunscripta, como cuando un escritor conocido firma sus trabajo con
un seudónimo en un diario o una revista y con su propio nombre sus libros. En nuestro
ordenamiento jurídico es lícito el empleo de estas designaciones accesorias y existe la
más amplia libertad para elegirlas; pero esa libertad de elección no llega a hacer lícita
la usurpación del nombre ajeno, pues, además de las confusiones de personas que
puede ocasionar, es posible que deriven otras consecuencias lesivas para los intereses
morales del titular del nombre usurpado o aun perjuicios económicos. La utilización
de un nombre ajeno como seudónimo equivaldría a imputarle a su portador legítimo
las obras y las ideas, la conducta y la personalidad misma del autor o del artista
que se oculta bajo ese nombre de arte. Esa decir, que se caería en la confusión de
individualidades desnaturalizantes de la función del nombre12.
El artículo 28° del Código Civil de 1984 enuncia la acción de usurpación de nombre
como: “Artículo 28°.- Nadie puede usar nombre que no le corresponde. El que es
12 Pliner, Adolfo. El Nombre de las Personas. Buenos Aires, Astrea, 1989, p. 371.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
perjudicado por la usurpación de su nombre tiene acción para hacerla cesar y obtener
la indemnización que corresponda”.
Del tenor de dicho artículo 28°, se tiene que prescribe que nadie puede usar nombre
que no le corresponde. El nombre es una de las manifestaciones del derecho a la
identidad inherente a la persona. Mediante el nombre se designa e individualiza
socialmente al sujeto de derecho. De ahí que llevar un nombre no sólo constituye un
derecho de la persona sino que es un deber el detentarlo. Este deber, cuyo pretensor
o facultado es la sociedad jurídicamente organizada, fundamenta la regla del presente
artículo en tanto impide que la persona pueda usar nombre que no le corresponde.
Una conducta violatoria de este deber comportaría un estado de confusión contrario
a la naturaleza misma del nombre, en tanto expresión de la identidad social de la
persona13.
650
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Si bien el supuesto general que regula el citado artículo 28° del Código Civil es el uso
inconsulto del nombre de una persona, la práctica judicial ha mostrado evidencia
que la acción de usurpación de nombre ha sido y sigue siendo invocada en los casos
de las inscripciones de nacimiento, en el que se consigna en la aludida partida como
“aparente o presunto padre” de un menor a una persona, sin contar con autorización
para ello. Siendo evidente y notable que se ha hecho uso de la acción de usurpación
de nombre en los casos de inscripción de nacimientos de hijos habidos fuera de
matrimonio civil14. La figura de la usurpación de nombre queda descartada cuando la
inscripción del nacimiento de un menor se produce durante un vigente matrimonio
651
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El problema se presentará en aquellos casos en que los hijos nacen fuera del
matrimonio civil de los progenitores. Hacemos esta puntualización, pues sabemos que
el matrimonio religioso de los padres no conlleva a aplicación de presunción jurídica
alguna en cuanto a la filiación de los hijos.
“Quinto.- Que, el reconocimiento de un hijo es un acto jurídico unilateral, y como tal requiere de una
manifestación de voluntad y en el presente caso el accionante no ha expresado su voluntad en la
partida de nacimiento cuestionada, en el sentido de aceptar la paternidad de la menor Ana María
Huarocc Champi, consiguientemente no ha existido acto jurídico en tal sentido, y el hecho de que
se haya consignado el nombre del actor en la comentada partida de nacimiento constituye un acto
de usurpación de nombre y por ende no puede mantenerse dentro de un instrumento público una
afirmación inexacta, lo que además vulnera la norma de orden público contenida en el mencionado
artículo 21° del Código Civil, por consiguiente, la Sala de revisión ha efectuado una interpretación
errónea de las normas contenidas en los artículos 19, 28 y 392 del Código Sustantivo, así como ha
inaplicado la norma en el artículo 21° del acotado.”. (El subrayado es nuestro).
Por su parte, la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema emitió la Sentencia de Casación N.º 3802-00
ÁNCASH, con fecha 25 de julio del 2001, expresando que:
“Tercero.- Que, en ese sentido, resulta aplicable lo dispuesto en el acotado artículo 392 del Código
Civil, norma que debe ser concordada con lo dispuesto en el artículo 28 del mismo Código, toda
vez que indirectamente se está afectando el nombre del recurrente al consignarse en la partida de
nacimiento como padre de la menor, consecuentemente, debe excluirse el nombre del demandante
en la parte de la partida de nacimiento que figura como padre de la menor; lo cual no impide que la
parte afectada interponga las acciones legales pertinentes para declarar su filiación”. (El subrayado
es nuestro).
Finalmente, en la Sentencia de Casación N.° 2833-2003-Huancavelica, se mencionó que:
“Cuando el artículo 21° del Código Civil señala que al hijo extramatrimonial le corresponden los
apellidos del progenitor que lo haya reconocido se entiende, y así debe interpretarse, que el hijo
debe llevar los apellidos de quien lo haya engendrado, de quien lo haya procreado, no así quien no lo
haya engendrado, no obstante que al inscribirse la partida, se haya hecho figurar a alguien que no lo
haya procreado. En efecto, al hijo extramatrimonial no le corresponden los apellidos de quien no es
su progenitor, de quien no lo ha engendrado. Lo contrario resulta no solo ilegal sino también injusto”.
(El subrayado es nuestro).
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
15 Albadalejo, Manuel. Derecho Civil. I Introducción y Parte General. Decimoctava edición, Madrid,
Edisofer S.L., 2009, p. 447.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Mientras que Juan Espinoza Espinoza refiere que para autorizada doctrina argentina,
la usurpación se da “contra quien usa ilegítimamente un nombre ajeno, y tiene por
objeto obtener una sentencia judicial que prohíba al demandado la continuación
del uso ilícito de la denominación”. Sin embargo, en opinión que comparte Espinoza
Espinoza, otro sector de la doctrina incluye como contenido del petitum, además, el
resarcimiento de daños (Rivera). En cambio, este supuesto debería distinguirse del de
uso ilícito “impropio” del nombre cuando “el signo individualizador es utilizado para
designar un animal, una cosa, un establecimiento, una marca o seña comercial o a un
personaje de ficción” (Pliner). La diferencia estribaría en que en este último caso “no
puede hablarse propiamente de usurpación, desde que el nombre deja de servir para
mentar a una persona física, en función de su específico destino jurídico, sino que se
hace de él un uso impropio, indebido, que puede ser también ilícito y perjudicial para
el titular. La lesión que en este caso se ocasiona al legítimo portador del nombre no
incide ya sobre el valor individualizador de su persona, y no importa, en rigor disputar
al titular su derecho a ese signo, sino que se resuelve generalmente en el menoscabo
de otro bien personal, de aquellos que constituyen cualidades o valores que integran
la personalidad moral del individuo humano: el honor, la dignidad, el decoro, la esfera
de su intimidad, etc. Objetiva y formalmente la lesión recae sobre el nombre, utilizado
de forma abusiva, pero el efecto del hecho es un agravio a la persona que lo porta”
(Pliner)17.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
época de su vida, no tenía buenos hábitos y, por ello, en algunos aspectos, se sentía
aludido directamente. La Cámara Civil argentina, con fallo del 28-11-45, amparó la
pretensión principal; pero no la indemnización. Otro caso es el de un personaje de
fantasía denominado “dragoncito Chips”, que generó la demanda de una persona con
ese apellido (Cámara Nacional Civil, Sala B, 27-10-08) (Rivera)18.
Los casos que emplea la doctrina argentina y que cita Espinoza Espinoza, dentro
del nomen “uso ilícito” “impropio” del nombre son, en verdad, supuestos de lesión
de otros derechos de la persona (daño a la persona), a través del uso indebido del
nombre. Por consiguiente, en el caso que se individualice a un animal (por ejemplo
un perro o un burro) con el nombre de un conocido personaje público, en verdad, se
está lesionando su reputación (honor objetivo), a través del uso indebido del nombre,
en cuyo caso deberá invocar (si se trata de una persona natural-dañante), el artículo
1969° del Código Civil (responsabilidad subjetiva), artículo 17° (pretensión cesatoria, si
se trata de un daño continuado), artículo 5° (que regula el derecho al honor) y artículo
1985° (para determinar los daños y el nexo causal) y no el artículo 28° del Código
Civil20. Daños que deben ser resarcidos pero por otras afectaciones relacionadas con
otros derechos de la persona o de su personalidad. Propiamente hablando, considero
que se definen los alcances de la acción de usurpación de nombre como que está
dirigida a impedir el uso del nombre y apellido de una persona por otra, en el acto
de inscripción de nacimientos. A esta idea arribamos conforme a una interpretación
sistemática de los artículos 21° y 28° del Código Civil.
18 Espinoza Espinoza, Juan. Código Civil Comentado, op. cit., pp. 218-219.
19 Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de las Personas, op. cit., p. 489.
20 Espinoza Espinoza, Juan. Código Civil Comentado, op. cit., p. 219.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
4.- Obligaciones del Registrador de Estado Civil del RENIEC frente al presunto
progenitor: la Resolución Jefatural N.° 522-2007-JNAC/RENIEC
Indicamos antes que nuestro artículo 21° del Código Civil fue modificado por el
artículo 1° de la Ley N.° 28720, publicada el 25 de abril del 2006, en el sentido que
en los casos en que el padre o la madre efectúe separadamente la inscripción del
nacimiento del hijo nacido fuera del vínculo matrimonial podrá revelar el nombre de
la persona con quien lo hubiera tenido. Se puntualiza que en dicho caso, el hijo llevará
el apellido del padre o de la madre que lo inscribió y del presunto progenitor, además
que, en este último caso, no establece vínculo de filiación alguno. Se consigna en la
misma ley que realizada la inscripción, dentro de los treinta (30) días, el registrador,
bajo responsabilidad, pondrá en conocimiento del presunto progenitor tal hecho, de
conformidad con el reglamento.
En aplicación de lo dispuesto por la Ley N.° 28720, la Jefatura del RENIEC, con fecha
14 de junio del 2007, aprobó la Resolución Jefatural N.° 522-2007-JNAC/RENIEC,
mediante la cual se aprueba la Directiva DI-074-GOR/012, “Notificación a Presuntos
Progenitores por Declaración efectuada ante Registrador Civil – Ley N.° 28720”.
Siendo que la inscripción del nacimiento del hijo habido fuera de matrimonio civil es
realizada ante el registrador del RENIEC, ante este funcionario consta la anotación de la
persona que inscribe quien señalará el nombre del “presunto padre” a efectos de que
se asiente en la respectiva partida de nacimiento y estando precisamente que dicha
anotación no conlleva a establecer filiación alguna entre el “presunto progenitor” y el
menor, se debe resaltar la importante función que le compete al registrador del RENIEC
quien, por mandato de la ley, deberá informar de este hecho al aludido “presunto
progenitor”, siempre dentro de los 30 días hábiles de efectuado el asiento registral.
A) Responsabilidad
Las normas establecidas en dicha directiva son de
cumplimiento obligatorio para los registradores del estado
civil, funcionarios y servidores del RENIEC.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
B) Formas de Notificación
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
D) De los Gastos
De modo que, están claramente definidas las obligaciones del registrador del RENIEC,
en cuanto a que, se establece que se debe verificar que la persona que inscriba al
menor cumpla con efectuar la declaración jurada en la que se precisen los datos reales
para la respectiva notificación del consignado como “presunto progenitor”; asimismo
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En ese punto, nos preguntamos: ¿cómo se le puede oponer una Notificación por
Nota, estando a las características esbozadas en el presente artículo, conforme al
cual, la usurpación de nombre en los casos de inscripción de nacimientos se produce
precisamente por las meras declaraciones respecto a quien se le atribuye ser progenitor
del menor por la persona que asienta la partida de nacimiento? Así, las cosas, es obvio
que no se puede presumir que el presunto progenitor tenga conocimiento sobre la
consignación de sus nombres y apellidos en la partida de nacimiento y menos se
puede entender que contra el presunto padre operó la Notificación por Nota. Éste
es un aspecto que merece ser reformulado, a efectos de adecuar a los objetivos de la
directiva.
En tercer término, nos llama poderosamente la atención, los puntos d y e del punto
6.3.4.1 de la directiva, en cuanto se indica:
Y a ello se agrega que, consideramos que se deben precisar los alcances de la toma
de dicho de la Declaración Jurada de la persona que asienta la partida de nacimiento,
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Verónica Polverini*
La diferenciación del Derecho Romano entre los liberi justi (hijos legítimos o justos) y los
spurii1 o vulgo concepti (concebidos del vulgo) ha subsistido en otras categorizaciones
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
más o menos estigmatizantes para el niño; pero siempre bajo el común denominador
de colocarlo en una situación jurídica desventajosa si el acto de su concepción —en el
que no ha participado y por el que no puede asignársele responsabilidad alguna— no
fue realizado en el marco de una unión que cumpla los recaudos impuestos por ley.
La proyección jurídica del nexo biológico o natural aparece más tarde por vía pretoriana,
influida por el pensamiento estoico y después por el cristiano, y pasará de carecer
de toda trascendencia a ser regulada a partir de Constantino y fundamentalmente
con Justiniano4, para convertirse finalmente en un factor predominante en el
establecimiento de las relaciones de filiación.
2 El concepto romano de patria potestad no se ciñe a la autoridad sobre los hijos, pues cada familia
se encontraba sometida al poder de un único pater por línea masculina descendente, aun sobre los
hijos mayores de edad: “Así pues, el que nace de ti y de tu esposa se halla bajo tu potestad. También
el que nace de tu hijo y de su esposa, es decir tu nieto o tu nieta, y de la misma manera tu biznieto
o biznieta, y así los demás. Mas el que nace de tu hija no se halla bajo tu potestad, sino bajo la de su
padre” (Institutas de Justiniano, Libro Primero, Título IX, III).
3 Cfr. Fustel De Coulanges. La cité anticue. Ed varias.
4 Para el paulatino avance de la cognación o parentesco de sangre sobre la agnación o parentesco civil.
Cfr. Biondi, Biondo. Il Diritto Romano Cristiano. Tomo III, Milano, Giuffre Editore, 1954.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Hijo legítimo y por lo tanto in potestas era el nacido luego de los ciento ochenta y dos6
días de celebradas las iustae nuptiae y hasta trescientos días después de cesado el
matrimonio. Esta presunción judicial, basada en datos de Hipócrates, era iuris tantum,
de modo que admitía prueba en contrario cuando por ausencia o enfermedad del
marido hubiese sido imposible la cohabitación.
Si en cambio el pater decidía aceptar al recién nacido como hijo, debía declarar el
nacimiento en un término de treinta días y la filiación se hacía constar en los registros
públicos. La declaración de nacimientos y defunciones data, según la tradición, de la
época del rey de origen etrusco Servio Tullio y se encuentra demostrada a partir de las
leyes Aelia Sentia y Papia Poppaea, de tiempos de Augusto, cuya aplicación exigía la
determinación de edades y nacimientos. Sin embargo, la Historia Augusta, atribuye la
creación del sistema de registros a Marco Aurelio, quizá por haber sido quien extendió
el régimen a los hijos ilegítimos.
5 Paulo (D.2.4.5): Mater… quia semper certa est (la madre siempre es cierta), etiamsi vulgo conceperit;
pater vero is est, quem nuptiae demonstran” (padre es aquel que las nupcias demuestran).
6 D. 38, 16, 3, 12 citando a Ulpiano en el Comentario ad Sabinum.
7 A partir del siglo I d. C. ius exponendi comienza a ser limitado. Un senado consulto Plancianum
impone el reconocimiento del hijo legítimo cuando la mujer divorciada notifica el embarazo dentro
de los treinta días del divorcio y luego Adriano extiende el procedimiento a los hijos nacidos durante
el matrimonio (cfr. LANFRANCHI, citando a DECLAREUIL, “In tema di filiatione”, en Estudi in Memoria
di Emilio Albertario. Tomo II, Milano, Editorial Giuffré, 1952).
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
A partir del siglo II ninguna duda cabe sobre la existencia de registros de nacimientos.
Apuleyo, autor del Asno de Oro —única novela latina hallada completa—, a ellos se
refiere en su Apología al debatir la verdadera edad de su esposa Pudentila, acusado
por los parientes de aquella de haberse casado con una anciana viuda y rica para
aprovechar su fortuna.
Por lo tanto, formar familia proprio iure y tener hijos legítimos fue en el origen del
Derecho Romano un privilegio de las clases altas que podían unirse en justas nupcias
8 Apuleyo. Apología. Traducción de Santiago Segura Munguía, Madrid, Gredos S.A., 2001, pp. 154-155.
9 Ulpiano (V, 3): Connubium est uxoris jure ducendae facultas (el connubium es la facultad de tomar
uxor de acuerdo con el ius).
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
10 Y tampoco los dediticios, es decir, los pueblos vencidos rendidos y entregados a Roma sin condiciones,
por haber resistido hasta el final, lo que marca el carácter resentido y vengativo hacia los verdaderos
patriotas de todo imperio, aun de uno de concepciones tan amplias como el romano.
11 Impedimento que se mantuvo aun en la legislación de Indias y que requería dispensa. Tenía por
objeto evitar que los funcionarios quedaran apresados en las luchas internas de las familias locales.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El término concubinato aparece con la ley Iulia de adulteriis (18 a. C.) que castigó
la unión con mujer casada (adulterium) y también con ingenua o viuda respetable
fuera del matrimonium iustum; pero estableció una excepción a favor de la unión
duradera no matrimonial. La unión concubinaria, que hasta ese momento no había
sido regulada legalmente, desde antiguo fue aceptada por la costumbre para permitir,
en general, la unión de ciudadanos romanos con mujeres indignas de ser tomadas por
esposa, como manumitidas o ingenuas de baja condición social e incluso adúlteras.
Durante la época clásica los hijos nacidos del concubinato, como cualquier hijo
extramatrimonial, eran considerados entre los spurii, cognados de la madre que
carecían de filiación paterna con efectos civiles. Con los emperadores cristianos en el
Bajo Imperio aparece la nueva designación de liberi naturales para los hijos de uniones
lícitas no matrimoniales, distinguiéndolos de los habidos de relaciones prohibidas.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Entre las formas de legitimación en el Derecho Romano tardío existían dos que
marcaban la vinculación de este instituto con lo político. Una de ellas era la decisión
del emperador, que se obtenía contestando a la petición del ciudadano, en la forma
que se llamaba rescripto porque se emitía al dorso de la misma nota recibida. La otra
era por la oblación o entrega del hijo a los oficios públicos, que eran eludidos por
los ciudadanos en la época tardo antigua (oblatio curiae). Veremos mantenerse estas
formas de legitimación en el derecho medieval español.
Otros tantos siglos tendrán que pasar para que aparezcan las acciones de reclamación
de filiación y sesudos debates para que, además de los liberi naturales, los llamados
hijos espurios se hagan oír.
II.- “Alfonso el Sabio”: Los derechureros y los otros (siglos XIII a XIX)
El Corpus Iuris Civilis, máxima obra de recopilación del Derecho Romano realizada por
orden del emperador bizantino Justiniano bajo la dirección de un gran jurista de esos
tiempos12, fue fuente fundamental en el pensamiento jurídico de todo Occidente, que
repitió incansablemente sus preceptos, aun para modificarlos o refutarlos.
El profundo estudio de estas normas en la Universidad de Bolonia, a partir del siglo XI,
mediante el minucioso sistema de glosas, sentó las bases de todas las construcciones
jurídicas de la Europa continental. España no fue —ni podía ser— ajena a estas
influencias, y por lo tanto el Derecho Romano llegó también a sus reinos, de la mano
de una creciente corriente cristianizadora de las normas más duras.
12 Triboniano, abogado exitoso en Constantinopla, fue nombrado por Justiniano en el año 528 para que
preparara, con la colaboración de otros juristas, el Código del Imperio, promulgado en el año 529. En
el año 533 fueron publicados el Digesto, recopilación en 50 libros de opiniones de juristas romanos
clásicos, y las Instituciones, especie de manual para estudiantes de Derecho. Un año después fue
concluido el nuevo Código Justinianeo que compiló las constituciones imperiales desde Adriano hasta
Justiniano. Finalmente, las Novelas reunieron las leyes posteriores al 534 dictadas por Justiniano.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Fruto de ese objetivo de homogeneización del derecho fueron el Fuero Real y las Siete
Partidas. El primero de estos códigos, conocido también como Fuero de las Leyes,
no rigió formalmente como derecho castellano —aunque muchas veces lo hizo en la
práctica—, sino que hacia 1256 fue concedido a distintas villas y ciudades con la clara
intención de fortalecer la Corona frente al feudalismo imperante.
Ese mismo año Alfonso encomendó a una comisión de juristas notables la redacción de
un nuevo código legal ampliado, basado fundamentalmente en el Derecho Romano-
Canónico y en obras anteriores como el Espéculo y el mismo Fuero Real. Su nombre
original era Libro de las Leyes, pero el lenguaje común comenzó a nominar la obra
por las siete secciones en fue dividida. La importancia de esta obra castellana está
dada por su valor científico; pero también por su larga vigencia histórica, hasta el siglo
XIX en España y gran parte de los territorios americanos que hoy conforman estados
nacionales. En buena medida, hemos debatido nuestras primeras leyes patrias y sus
sucesivas reformas hasta la actualidad, sobre los arraigados cimientos de este derecho
romano-hispánico.
a) El Fuero Real
Dividido en cuatro libros, interesan en esta materia algunos títulos de los dos últimos.
La distinción entre hijos según su nacimiento no fue tratada de modo autónomo sino
incidentalmente al regular “de las herencias” (Título VI, Libro Tercero) y “de los que
son rescebidos por fijos” (Título XXI, Libro Cuarto), por lo que en estas disposiciones
centraremos el análisis.
13 La importante labor científica llevada adelante en el reinado de Alfonso X por un conjunto de sabios
de diversas lenguas y religiones se centró en rescatar textos de la Antigüedad y traducirlos del árabe
y el hebreo al latín y el castellano. Decía el rey Alfonso en su General Estoria: “El rey hace un libro no
porque él escriba con sus manos, mas porque compone las razones de él…”. En honor a su labor en
las letras castellanas una estatua con su figura se destaca en la escalinata de entrada de la Biblioteca
Nacional de España.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Aunque también puede ilustrar sobre el tema la lectura de otros pasajes del Cuarto
Libro, como los que tratan “de los adulterios” (Título VII), “de los que yacen con sus
parientas o con sus cuñadas o con mugeres de orden” (Título VIII), “de los que fuerzan
o roban las mugeres” (Título X), y “de las que casan con los siervos, o con los que
fueron siervos” (Título XI), no los abordaremos en este trabajo por exceder su materia
específica.
Comienza diciendo la Ley I del título dedicado a regular las herencias: “Todo ome que
ovier fijos o nietos, o dent ayuso de muger de bendicion, non pueda heredar con ellos
otros fijos ningunos que aya de barragana; mas del quinto de su aver mueble e raiz
puedalos dar lo que quisiere”.
“Et si fijos o nietos, o dent a ayuso non ovier de muger de bendicion, nin otros fijos
que ayan derecho de heredar, pueda facer de todo lo suyo lo que quisiere”. Así, queda
condicionada la posibilidad de libre disposición testamentaria a la inexistencia de
descendientes. ¿Solamente los hijos “de bendición” son herederos forzosos? Por el
modo en que está enunciado el precepto no, pues justamente se refiere a “otros hijos
con derecho a heredar”.
Estos otros hijos derechohabientes no son todos los que haya procreado el causante
y que así lo prueben en juicio, sino los que él libremente ha reconocido o “rescebido”,
en la terminología de las Partidas. El cuarto libro trata bajo el mismo Título XXI referido
al recibimiento de hijos, las instituciones de la adopción (a la que no da este nombre)
y el reconocimiento de hijos naturales, de modo que estas formas de filiación quedan
jurídicamente asimiladas, distinguiéndose de la filiación matrimonial o legítima como
la única que genera vínculo paterno cierto.
Esto hoy choca con el esquema dual de filiación natural y adoptiva en que solemos
clasificar las relaciones paterno-filiales en función de la existencia o no de identidad
genética. En cambio, en la mentalidad antigua el criterio no era biológico, sino
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Sólo el matrimonio generaba una presunción valedera y, por lo tanto, sólo dentro
de él podía establecerse quién era el padre. El debate sobre la procedencia de una
acción judicial en cabeza del hijo que habilitara la producción de otras probanzas para
demostrar el nexo biológico, incluidas acérrimas discusiones sobre la validez de la
prueba de testigos, tendría que esperar unos siglos más. Hasta ese momento fuera de
la unión matrimonial, el vínculo nacía de la pública proclamación del padre, hubiera o
no un lazo sanguíneo.
i) Mandamos que todo ome varon que aya hedat, que non oviere fijos o nietos
legitimos, o dend ayuso, que pueda recebir por fijo a quien quisiere, quier
varon, quier muger, sol que sea tal que pueda heredar: et si despues que
lo oviere recebido, oviere fijos legítimos, tal recibimiento non vala, mas los
fijos legitimos hereden lo suyo, e de su quinto dé al fijo que recibió lo que
quisiere (Libro Cuarto, Título XXI, Ley I).
ii) Quien quisier recebir por su fijo fijo, que aya de muger que non sea de
bendicion, recibalo antel rey o ante omes buenos en tal manera; diga este
es mio fijo, que he de tal muger, e nonbrela, e desde aqui adelantre quiero
que sepades que es mio fijo, e que lo recibo por fijo: e si aquel que lo asi
recibiere por fijo moriere sin manda, tal fijo herede lo suyo, si fijos legitimos
o nietos, o dende ayuso non oviere, e si manda quisiere facer, fagala sin
empiezo de aquel fijo, que asi recibió, e el fijo que asi fue rescebido, aya
onrra de fidalgo, si su padre fuer fidalgo; e esto se entiende de los fijos
naturales (Idem, Ley VII).
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
su situación. Quizá mantener en la ilegitimidad a los hijos de otras uniones fue visto
como el modo de fortalecer y privilegiar la unión matrimonial.
Sin embargo, el modo en que las Partidas describen “como deben los padres criar a sus
hijos” e imponen a aquellos la obligación alimentaria “aunque no quieran” hecha luz
sobre el cambio de mentalidad:
Piedat et debdo natural debe mover á los padres para criar sus fijos,
dándoles et faciéndoles lo que les es meester segunt su poderio, et esto
se deben mover á facer por debdo de natura; ca si las bestias que non han
razonable entendimiento aman naturalmiente criar sus fijos, mucho mas lo
deben facer los homes que han entendimiento et sentido sobre todas las
otras cosas...
… Et la manera en que deben criar los padres á sus fijos et darles lo que les
fuere meester, maguer non quieran, es esta, que les deben dar que coman,
et que beban, et que vistan, et que calcen, et logar do moren et todas las
otras cosas que les fueren meester, sin las quales los homes non pueden
vevir, et esto debe cada uno facer segunt la riqueza et el poder que hobiere,
catando todavia la persona de aquel que lo debe rescebir, en qué manera le
deben esto facer. Et si alguno contra esto ficiere, el judgador de aquel logar
le debe apremiar prendándolo ó dotra guisa, de manera que lo cumpla asi
como sobredicho es.
En este sentido, puede criticarse las Partidas por mantener normas aberrantes, como
las que posibilitaban la venta de los hijos en determinadas circunstancias (“habiendo
tan grant pobreza que se non podiese acorrer de otra cosa”); pero también debe
recordarse la gradual evolución de la patria potestas hacia la paterna pietas.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Hijos legítimos siguen siendo los que nacen de padre y de madre que son casados
“segunt manda santa iglesia” y por lo tanto “son derechureros et fechos segunt ley…
ca son asi como sagrados, pues que son fechos sin malestanza et sin pecado: et sin
todo aquesto son tenudos por mas nobles”.
También se encuentran nombrados entre los legítimos “los fijos que home ha de la
muger que tiene por barragana, si despues deso se casa con ella”. Es decir, las Partidas
conservaron la posibilidad de legitimación de los hijos por subsiguiente matrimonio,
aun para el que se casara con su sierva, lo que significó extender el derecho nupcial
reservado en principio a las mujeres “ingenuas” o libres (Cuarta Partida, Título XIII,
Ley I).
Entre las llamadas honras con las que nacen los legítimos, se enumeran las propias
de sus padres, el poder recibir el orden sagrado y la vocación hereditaria, “lo que non
pueden facer los otros que non son legitimos”. Estos últimos son portadores de un
“daño muy grande” por su condición y en consecuencia “non han las honras de los
padres nin de los abuelos” y como ya se dijo no pueden heredarlos.
El carácter tajante de la norma parece haber vetado por completo los derechos
hereditarios de la prole extramatrimonial. De algún modo, podemos advertir cierta
flexibilización de la ley, no en materia de derechos hereditarios históricamente
mermados a favor de los hijos naturales, sino en el acrecentamiento de las formas de
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
1) Pedido a los emperadores o reyes (Partida Cuarta, Título XV, Ley IV), es decir,
por decisión soberana derivada del antiguo rescriptus principis.
2) Entregando al hijo a servicio de corte del señor (Idem, Ley V), como
reconocimiento a la dedicación del hijo al rey, que personifica el bien común,
y en reemplazo de la oblatio curiae romana.
3) Por vía testamentaria (Idem, Ley VI), cuando el causante, sin hijos legítimos,
así lo hiciera en testamento y esto fuere aprobado por el rey.
Como se ve, la legitimación es posible a pedido del padre ante la autoridad y siempre
que no concurran estos hijos con otros ya legitimados. España tuvo así una actitud
más amplia frente a la extramatrimonialidad que la que Francia mantuvo ante la
“bastardía”. Basten para ellos algunos ejemplos históricos: Guzmán el Bueno, espejo
de leal caballero, era hijo extramatrimonial y en nada menguó esto su honra; San
Fernando III fue hijo putativo de matrimonio anulado y la dinastía de Isabel la Católica
provenía de Enrique II, el bastardo de Trastámara; y nadie podrá nunca opacar la gloria
de don Juan de Austria por su origen extramatrimonial.
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un décimo de los bienes la facultad de disposición libre y gratuita —inter vivos o mortis
causa— si el donante o testador tuviese hijos14.
14 Esta ley histórica, junto con la Ley n.º 14.367 de 1954 en la República Argentina (vigente hasta 1985),
fueron las que instituyeron la legítima hereditaria más alta (9/10) a favor de los hijos en toda la
historia del Derecho.
15 De Cambacérès, Jean-Jacques-Régis, Duque de Parma (1753-1824), jurista y político francés,
revolucionario y segundo cónsul con Napoleón, del cual fue partidario. Fue uno de los autores del
Code Civil del cual redactó el Discours préliminaire.
16 Jacqueminot, Jean-Ignace-Jacques (1754-1813), político revolucionario francés, autor de un primer
proyecto de Código Civil.
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A partir del Code Civil des françaises17, sancionado por ley del 30 de Ventoso del año
XII (21 de marzo de 1804), conservador para los revolucionarios y revolucionario para
los conservadores, se desató el proceso de codificación en los países con tradición en
el derecho continental.
17 Aunque el primer Código Civil de este tipo fue el de Prusia en 1793 publicado por orden de Federico
Guillermo II (Derecho Territorial de los Estados Prusianos), no tuvo el papel histórico del Código Civil
francés, verdadero hito de la codificación, como los serán andando el tiempo el B.G.B. alemán de
1898 y el Código Civil italiano de 1942 y en nuestros días el Code Civil de Québec.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
escogiendo en cuanto les es posible, como padre del hijo, al más virtuoso, al más
opulento y expectable, para tasar el precio del silencio en proporción al escándalo”18.
a) Perú
Reviste interés como documento histórico el proyecto de Código Civil de 1834 del Dr.
D. Manuel Lorenzo Vidaurre19, a la sazón Presidente de la Excelentísima Corte Suprema
de Justicia, que por disposición transitoria de la Constitución jurada debía presentar
en la apertura de cada sesión anual uno de los códigos de legislación, “principiando
por el civil”.
18 Miró Quesada, Antonio. Investigación de la paternidad. Tomo XXV, Lima, Anales Universitarios,
Universidad Mayor San Marcos, 1897.
19 Jurista y escritor de nota, nacido en 1773 y fallecido en 1841. Partidario de Bolívar, fue primero
Presidente de la Corte Superior de Justicia de Trujillo en 1824, y desde 1825 de la Corte Suprema del
Perú. Representó a su patria en el Congreso Anfictiónico de Panamá.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Tras estas fuertes palabras iniciales, el autor explicó la división tripartita en hijos
legítimos, naturales e hijos, lisa y llanamente, “comprendiendo en ellos, á los que se
les dieron otros nombres, mas ó menos despreciativos”, pues
Son señeras sus palabras en esto último: “La acción de estado nunca puede prescribir,
porque la persona nunca puede dejar de ser lo que es. Un hombre puede mudar de
condición, pero nunca de nacimiento. Las condiciones pueden prescribirse, la esencia
del sugeto no, y por consiguiente los privilegios inherentes á ella”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Y bien decía el autor del proyecto de 1834 contra esa injusta privación de un derecho
fundamental como la identidad:
Casi una veintena de años más tarde, en 1852, entraron a regir en el Perú los Códigos
Civil y de Enjuiciamiento en Materia Civil, que no tomaron como fuente directa el
proyecto de 1834 sino el de 1847, elaborado por la Comisión Codificadora, nombrada
por el presidente Ramón Castilla. La ruptura con el modelo napoleónico en muchas
cuestiones significó un avance.
Entre otras normas merecen ser destacadas las que concedieron al hijo ilegítimo la
facultad de promover juicios de alimentos incluso contra el padre adulterino (artículos
242° y 244°, inciso 3 del Código Civil). También es digna de mención, por su contenido
y por las feroces críticas que despertó, una disposición de carácter procesal contraria
al modelo napoleónico y pionera en su tiempo. Nos referimos al artículo 1047° del
Código de Enjuiciamiento en Material Civil: “Los hijos naturales no reconocidos, y los
demás ilegítimos, pueden acreditar su filiación con semiplena probanza, para solo el
efecto de pedir alimentos provisionales, en caso de necesidad”.
Lo que para nosotros puede resultar una obviedad, llegó a ser tildado de escandaloso.
El historiador Carlos Ramos Núñez20 nos recuerda las inquinas que suscitaron los
citados artículos y destaca las aseveraciones que en 1861 hacía Luis Eugenio Albertini
en La Gaceta Judicial, bajo el título “Pesquisas sobre paternidad”. Como si no bastara
considerar a estas normas “dictadas para bastardos y prostitutas”, llamó al derecho
alimentario de los hijos pago de mesadas “a las afortunadas madres de su cuasi prole”,
20 Ramos Núñez, Carlos. Historia del Derecho Civil Peruano, Siglos XIX y XX, Tomo V, Los signos del
cambio, Volumen 2, Las instituciones. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial,
2006.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Frente al derecho alimentario de los hijos ilegítimos, Albertini sostuvo que de este
modo se introduce “en la sociedad el desorden y en todas partes el escándalo, con
tal de alcanzar alimentos para la prole sospechosa de una paternidad enigmática”. No
faltarían quienes salieran al cruce de estas ideas, como el juez civil Juan de los Heros21.
A su vez el artículo 735° conservó el régimen de mejoras, propio del antiguo derecho
castellano y desconocido en el Código de Napoleón: “Los ascendientes pueden
disponer hasta del tercio de sus bienes para mejorar a sus descendientes...”, pero si
ejercen esta facultad “pierden la de disponer del quinto que tenían por el artículo
696°”. Es decir, que el quinto y el tercio no podían ser acumulados a exclusivo favor de
los descendientes.
21 Reconocido magistrado, parte de la bohemia limeña, que fue Juez Civil, Fiscal de la Corte Superior de
Lima, diputado por la provincia de Cañete y en sus últimos años Fiscal de la Corte Suprema. Padre de
Carlos de los Heros, que en 1879 murió “al frente de Antofagasta, combatiendo con los enemigos de
la Patria” y fue “uno de los oficiales más distinguidos…”, como dice el mismo D. Miguel Grau en una
carta de pésame a D. Juan.
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b) Argentina
Respecto de los hijos naturales el artículo 328° del Código Civil de 1871 dispuso iguales
deberes parentales que los que existían para los hijos matrimoniales o legítimos.
Además concurrían a la herencia de los padres en la porción de un cuarto de lo que
correspondía a los hijos legítimos (artículo 3579°). Aun los hijos de la tercera categoría,
cuya filiación no podía ser investigada en ningún caso, tenían derecho a pedir alimentos
si hubieran sido reconocidos voluntariamente (artículo 343°).
Ya la ley de matrimonio civil, a fin del siglo XIX, suprimió la categoría de hijos sacrílegos
y la primera ley de adopción argentina de 1948 permitía legitimar mediante este
instituto a los propios hijos ilegítimos del adoptante, lo que originó un arduo debate
jurisprudencial en la República Argentina.
En 1954 la Ley N.° 14367 abolió las discriminaciones públicas y privadas en materia
de filiación dejando solamente dos categorías de hijos, los nacidos dentro y fuera
del matrimonio, permitiendo la investigación de la paternidad con restricciones
respecto del hijo concebido extramatrimonialmente por mujer casada y extendiendo
22 Jurista y político argentino nacido en 1800 en Amboy, Córdoba, y muerto en Buenos Aires en 1875.
Ministro del Presidente Sarmiento; fue redactor del Código de Comercio de 1858 del Estado de
Buenos Aires y del Código Civil de la República Argentina de 1869, que entró a regir el 1º de enero
de 1871. Para este último se basó en el Esboço para un Código Civil brasilero de Antonio Teixeira de
Freitas.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
a todos los hijos los deberes de la patria potestad. La porción hereditaria de los hijos
extramatrimoniales se amplió a la mitad de lo que correspondía a los matrimoniales,
aumentando la legítima cuando concurrían hijos de ambas categorías.
23 Cfr. Glendon, Mary Anne. “El crisol olvidado: Influencia latinoamericana la idea de los derechos
humanos universales”. En revista Criterio N.° 2293, Buenos Aires, mayo de 2004.
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Tanto la Declaración de los Derechos del Niño de la ONU, como la posterior Convención,
mencionan al prohibir todas las formas de discriminación contra los niños, la motivada
en su nacimiento:
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Así, podemos mencionar entre otras las reformas constitucionales de Costa Rica en
1949 (artículo 53°), Panamá en 1972 (artículo 56°), Honduras en 1982 (artículo 114°),
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El artículo 227° de la Constitución de Brasil dispone que “los hijos habidos o no de una
relación matrimonial, o por adopción, tendrán los mismos derechos y cualificaciones,
prohibiéndose cualquier diferencia discriminatoria relativa a la filiación”. Y la
Constitución uruguaya impone a los padres los mismos deberes respecto de los hijos
nacidos fuera del matrimonio y en él (artículo 42°).
En Paraguay una cláusula constitucional establece que “todos los hijos son iguales
ante la ley” y explícitamente “prohíbe cualquier calificación sobre la filiación en los
documentos personales” (artículo 53°).
Ya en 1979, la República del Perú dispuso, con jerarquía constitucional, que “todos
los hijos tienen iguales derechos y deberes. Está prohibida toda mención sobre el
estado civil de los padres y sobre la naturaleza de la filiación en los registros civiles
y en cualquier otro documento de identidad”. El mismo texto fue conservado en la
reforma constitucional de 1993.
Distan esos preceptos de los que contenía la Constitución Política de la Monarquía
Española, promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, que rigió en el Perú, y que
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
sólo facultaba para ser reyes de las Españas a “los que sean hijos legítimos habidos
en constante y legítimo matrimonio”. En esos tiempos sólo eran ciudadanos “los hijos
legítimos de los extranjeros domiciliados en las Españas, que habiendo nacido en los
dominios españoles, no hayan salido nunca fuera sin licencia del Gobierno…”.
Sin embargo, debe destacarse el valor de una ley peruana anterior al proceso general
de la reforma, la N.° 14.772, de 1963, que prohibió consignar en documentos oficiales,
expedido por el Estado, las municipalidades, las universidades y otras si la filiación era
legítima o ilegítima. También vedó la exigencia por parte de la autoridad escolar de la
presentación de documentos referidos a la filiación o la expulsión de los alumnos por
razón de ilegitimidad.
La ley argentina N.° 23.264 incorporó al articulado del Código Civil una norma de similar
contenido en 1985. El artículo 241°, aún vigente, prescribe que “el Registro del Estado
Civil y Capacidad de las Personas expedirá únicamente certificados de nacimiento que
sean redactados en forma que no resulte de ellos si la persona ha sido o no concebida
durante el matrimonio o ha sido adoptada plenamente”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Pero ningún proceso de inclusión en el amplio campo de los derechos humanos tendrá
asidero si el niño no goza, desde su primer momento de vida, de la garantía de una
inscripción que respete a la vez su identidad y proyecte su personalidad jurídica como
ciudadano.
Es por eso que escribir estas líneas, que rememoran la dura historia de una porfiada
lucha por la igualdad a través de los siglos, en ocasión de recordar una institución
fundamental como el Registro Civil, nos compromete no ya con un acto formal de
identificación sino con la incorporación real y efectiva de todos los niños de nuestra
América al goce de los beneficios de la vida social en tierras benditas en su riqueza y
en pueblos desafiados por la injusta pobreza.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Ideas Preliminares
* Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con estudios de Maestría en Derecho Civil y
Comercial y de Doctorado de Derecho y Ciencia Política en la Escuela de Postgrado de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Docente universitaria en Derecho de Familia y de Sucesiones y
de Legislación de Hidrocarburos. Docente en la Maestría de Derecho de Familia de la Universidad
Femenina del Sagrado Corazón (UNIFÉ). Autora de las obras Enjuiciamiento y Crítica del Ordenamiento
Vigente en Materia de Alimentos y Matrimonio y Familia: Su Tratamiento en el Derecho. Autora de
diversos artículos sobre temas vinculados con el Derecho de Familia, publicados en revistas jurídicas
especializadas. Asesora de la Alta Dirección del Ministerio de Justicia. Representante titular del Poder
Ejecutivo, por el Ministerio de Justicia, ante la Comisión Especial Revisora del Código de los Niños y
Adolescentes, creada por la Ley N.º 28914. Representante alterna del Ministerio de Justicia ante la
Comisión Especial encargada de la Revisión del Texto Único Ordenado de la Ley de Protección frente a
la Violencia Familiar, creada por la Ley N.º 29340. Resolución Ministerial N.º 0187-2009-JUS de fecha
25 de septiembre de 2009. Representante del Ministerio de Justicia ante la Mesa Interinstitucional
sobre Adolescentes en conflicto con la Ley Penal, Resolución Ministerial N.º 713-2006-MIMDES.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Puede decirse que, al prohibir toda mención relativa al estado civil de los padres y
a la naturaleza de la filiación, la norma contenida en el párrafo final del artículo 6°
constitucional protege, asimismo, el derecho a la intimidad personal y familiar, tanto
de los progenitores ciertos y/o presuntos como de las personas cuya condición de
hijos se pretende determinar.
Guarda concordancia con este precepto constitucional el artículo 14° del Código Civil
de 1984 que, regulando tal derecho, dispone que: “La intimidad de la vida personal
y familiar no puede ser puesta de manifiesto sin el asentimiento de la persona o si
ésta ha muerto, sin el de su cónyuge, descendientes, ascendientes o hermanos,
excluyentemente y en este orden”.
En el mismo orden de ideas, merece especial mención el artículo 392° del Código
Civil vigente1 que, al regular el reconocimiento de un hijo efectuado por uno de los
progenitores separadamente del otro, dispuso que quien que practica este acto “… no
puede revelar el nombre de la persona con quien hubiera tenido el hijo…”, con la sola
excepción del hijo simplemente concebido en que, por esta misma circunstancia, el
padre que reconoce debe indicar el nombre de la madre, único modo de establecer la
existencia de la persona de cuya filiación se trata.
1 Este artículo 392°, que constituyó reproducción del texto del artículo 356° del Código Civil de 1936,
fue derogado por la Ley N.° 28720. Esta misma ley ha modificado el artículo 21° del mismo Código:
regulando la inscripción del nacimiento del hijo extramatrimonial, su texto vigente dispone que el
padre o la madre podrá revelar, al efectuar separadamente tal inscripción, el nombre de la persona
con quien lo hubieran tenido, así como que tal hijo llevará el apellido del padre o de la madre que lo
inscribió y el del presunto progenitor, sin establecer vínculo de filiación en este último caso.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
La denominación adoptada por este código para ambas filiaciones —en sustitución
de la terminología empleada por el código anterior, que reguló las filiaciones legítima,
ilegítima y legitimada— responde al propósito de aludir a una situación objetiva, cual
es la existencia e inexistencia, respectivamente, de vínculo matrimonial entre los
progenitores, sin juicio de valor alguno relativo a la situación de los hijos, juicio que
sí se daba en la clasificación consagrada por el Código precedente y que implicaba,
además de la situación subjetiva mencionada, una suerte de discriminación, traducida
en la desigualdad de derechos reconocidos a los hijos legítimos en desmedro de los
hijos ilegítimos, cuando ambos concurrían a la herencia del progenitor común.
696
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En efecto, el artículo 761° de este código declaró el derecho a heredar por partes
iguales de los hijos, “… si todos son legítimos o si todos son ilegítimos…”, precisando
en su artículo 762° para el caso de concurrencia a una herencia de hijos legítimos e
ilegítimos que “… cada uno de estos últimos recibirá la mitad de lo que reciba cada
legítimo”. Finalmente, su artículo 772° distinguió entre la herencia causada por
el padre y por los parientes de éste y aquélla dejada por la madre y los parientes
de ésta, disponiendo que: “Los hijos ilegítimos que heredan son los reconocidos
voluntariamente o por sentencia, respecto del padre y los parientes de éste, y todos,
respecto de la madre y los parientes de ésta.”
Estas normas del Código de 1936 y todas aquellas que de algún modo distinguían
entre hijos legítimos e ilegítimos, a efectos del otorgamiento de derechos, resultaron
inaplicables en atención al principio contenido en el artículo XXII del Título Preliminar
de este código, según el que “Cuando hay incompatibilidad entre una disposición
constitucional y una legal se prefiere la primera.”
En este orden de ideas, interesa hacer referencia al artículo I del Título Preliminar del
Código Civil de 1984 y al artículo 2114° de su Título Final que, en la parte pertinente,
disponen respectivamente que: “La derogación se produce por declaración expresa,
por incompatibilidad entre la nueva ley y la anterior o cuando la materia de ésta es
íntegramente regulada por aquélla” y que “Las disposiciones relativas a los derechos
civiles consagrados en el artículo 2° de la Constitución Política del Perú se aplican a
partir del trece de julio de mil novecientos setentinueve.”
697
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
698
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Además, dicho artículo 1º deja sin efecto el texto original del artículo 21º del mismo
Código; aprueba un nuevo texto para este último; y regula, en esta versión, la
inscripción del nacimiento con un sentido opuesto al tenor del artículo 392º, derogado
expresamente por el artículo 4º de la ley en comentario. No obstante, emplea para
ello fórmula que “evoca” la norma derogada.
Cuando la norma del primer párrafo del artículo 21° antedicho, modificado por
el artículo 1° de la Ley N° 28720, hace referencia al “hijo nacido fuera del vínculo
matrimonial” parecería:
3 Congreso de la República. Proyectos de Ley relativos a la Ley N.º 28720 – Ley que modifica los artículos
21º y 392º del Decreto Legislativo N.º 295 – Código Civil, permitiéndose la inscripción de los hijos
extramatrimoniales con los apellidos de ambos progenitores y con la presencia de uno de los padres:
N.os 1642/2001-CR - 1736/2001-CR - 2412/2001-CR - 2779/2001-CR - 2990/2001-CR - 3347/2001-CR
- 3350/2001-CR - 3387/2001-CR - 3421/2002-CR - 3471/2002-CR - 3609/2002-CR - 4588/2002-CR
- 4880/2002-CR - 5846/2002-CR - 6853/2002 - 7478/2003 - 7575/2002 - 14486/2005-CR.
4 Texto Borrador del Acta correspondiente a la 5.ª Sesión (Matinal) de la Segunda Legislatura Ordinaria
de 2005 del Congreso de la República, realizada el jueves 30 de marzo de 2006.
699
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Esta norma presenta una estructura similar al artículo 392° del Código Civil, derogado
por el artículo 4° de la misma ley, para consagrar normativa, no sólo diferente sino
absolutamente opuesta a la recogida en tal artículo.
Una primera idea resulta del análisis y comentario de este texto: mantienen vigencia
tanto las normas aplicables directamente a la filiación matrimonial como sus
disposiciones antecedentes y concordantes.
Así pues, en virtud de ellas: (a) el marido es padre de todo hijo de mujer casada; (b) el
hijo matrimonial no puede ser reconocido por varón distinto del marido en tanto este
último no niegue, al amparo de los artículos 363º y 364º del Código Civil, la paternidad
que le es atribuida y, asimismo, en tanto no obtenga éxito en el proceso judicial
incoado con tal propósito; (c) este hijo matrimonial lleva el primer apellido de su padre
y de su madre; (d) acreditada la existencia de matrimonio entre ellos, la presencia y
participación de ambos progenitores en el acto de inscripción del nacimiento de la
criatura no es necesaria y/o exigible para efectos de indicar el primer apellido de cada
uno de ellos como los correspondientes a este hijo matrimonial: en otros términos,
basta la presencia de uno de ellos5; (e) la inscripción de su nacimiento otorga a la
5 Reglamento de Inscripciones del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), Decreto
Supremo N.º 015-98-PCM.- “Artículo 35º.- La inscripción del nacimiento hecha por uno o ambos padres,
con la presentación del certificado de matrimonio de éstos, prueba la filiación del inscrito. Queda a salvo
el derecho de impugnación establecido en el Código Civil” - “Artículo 38º.- En caso que la inscripción
del nacimiento del hijo matrimonial la efectúe la madre, el Registrador quedará obligado a inscribir la
paternidad del cónyuge, con la presentación del acta de matrimonio de los padres. Tendrá igual obligación,
si el hijo hubiera nacido dentro de los 300 días siguientes a la disolución del vínculo matrimonial”.
700
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En virtud de las normas contenidas en el artículo 20º y en el primer párrafo del artículo
21º del Código Civil, modificadas ambas por el artículo 1º de la Ley N.° 28720:
(a) el hijo extramatrimonial puede ser reconocido por uno solo de sus progenitores; o
por el padre y la madre separadamente; o por el padre y la madre conjuntamente;
(b) si el que inscribió su nacimiento separadamente hubiera revelado el nombre
del otro progenitor, este hijo llevará el primer apellido de cada uno de ambos
progenitores; en la hipótesis contraria, dicho hijo llevará sólo los dos apellidos de
aquel de sus progenitores biológicos que, al inscribir su nacimiento, no reveló el
nombre del otro;
(c) para llevar el apellido de los dos progenitores, no es necesaria y/o exigible la
presencia y participación de ambos en el acto de inscripción del nacimiento: es
suficiente la presencia y participación de uno de ellos y la revelación, por éste, del
nombre del otro;
(d) aún cuando revele el nombre del progenitor presunto, la inscripción del nacimiento
efectuada por uno solo de los progenitores, no establece vínculo de filiación entre
el hijo y aquel cuyo nombre ha sido indicado como tal. Dicho de otro modo,
con independencia de si se reveló o no el nombre del otro progenitor, este acto
de inscripción “unilateral” o “separado” otorga vínculo de filiación únicamente
respecto del progenitor que realiza el acto de inscripción del nacimiento;
(e) la inscripción de nacimiento, practicada con revelación del nombre del progenitor
no interviniente en dicho acto, produce un efecto único e inmediato: la persona
de cuya inscripción se trata usará el primer apellido de ambos progenitores; sin
embargo no adquiere la condición de hijo/a del progenitor no interviniente;
(f) a efectos de establecer vínculo de filiación respecto de ambos progenitores, es
necesaria y/o exigible, la presencia y participación de éstos en el acto de inscripción
del nacimiento del hijo extramatrimonial;
(g) la madre tiene la potestad de no revelar la identidad del padre; en esta situación,
podrá ella inscribir a su hijo con sus apellidos paterno y materno: así lo dispone el
párrafo final del artículo 21º en comentario.
701
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
6 El único supuesto en el que el padre que reconoce a su hijo en acto unilateral está obligado a indicar el
nombre de la madre, es el caso del hijo simplemente concebido en que, por esta misma circunstancia,
la indicación del nombre de la madre constituye el único modo de establecer la existencia de la
persona de cuya filiación se trata.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Tratándose de norma que integra el Código Civil y con el propósito de guardar unidad
en este cuerpo de leyes, la fórmula del artículo 21° así modificado por la Ley N.° 28720
– “Ley que modifica los artículos 20° y 21° del Código Civil” debió emplear la expresión
“hijo extramatrimonial”.
Cabe señalar que el artículo 1º de esta ley habría reproducido, en el primer párrafo de
dicho artículo 21°, la norma del artículo 348º del Código Civil de 1936 para la que “Son
hijos ilegítimos los nacidos fuera de matrimonio”.
7 Cornejo Chávez, Héctor. Derecho Familiar Peruano. Novena edición, Lima, Gaceta Jurídica Editores
S.R.L., mayo 1998, pp. 95-96.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En su artículo 386º, este código define a los hijos extramatrimoniales como “... los
concebidos y nacidos fuera de matrimonio” en tanto que el primer párrafo del artículo
21º bajo análisis alude a los hijos “… nacidos fuera de vínculo matrimonial…”.
¿Podría esta redacción dar a “entender” que el primer párrafo del artículo 21º,
modificado por el artículo 1º de la Ley N.° 27820, ha “variado” el concepto de
hijos extramatrimoniales del artículo 386º del Código Civil, según el cual lo son los
concebidos y nacidos fuera de matrimonio?
¿Es posible, en consecuencia, afirmar que desde el 26 de abril de 2006 son hijos
extramatrimoniales “los hijos nacidos fuera de vínculo matrimonial” sin que interese
cuando ocurrió la concepción o, con mayor precisión, sin que interese si ella ocurrió
dentro o fuera de tal vínculo?
En interpretación literal del primer párrafo de esta norma podría hacerse referencia a
cuatro hipótesis: (a) la existencia de hijos concebidos dentro de vínculo matrimonial y
nacidos fuera de él; (b) la existencia de hijos concebidos fuera de vínculo matrimonial
y nacidos dentro de él; (c) la existencia de hijos concebidos y nacidos dentro de
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
De aceptarse como válida esta aseveración, ocurriría que serían matrimoniales los hijos
concebidos fuera de vínculo matrimonial y nacidos dentro de él y aquellos concebidos
y nacidos dentro de vínculo matrimonial (segunda y tercera hipótesis). En el mismo
orden de ideas, ostentarían la condición de extramatrimoniales los hijos concebidos
dentro de vínculo matrimonial y nacidos fuera de él y los concebidos y nacidos fuera
de vínculo matrimonial (primera y cuarta hipótesis).
Para el artículo 361º del mismo Código ostentan la condición de hijos matrimoniales
tanto el hijo nacido durante el matrimonio como el hijo nacido dentro de los trescientos
días siguientes a su disolución: en ambos supuestos ellos tienen por padre al marido
de su madre.
705
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Así, la redacción del texto en análisis pone en evidencia que la norma en cuestión no
se orienta al establecimiento de un “nuevo” concepto de filiación.
Debe entenderse, en consecuencia, que la norma del primer párrafo del artículo
21º modificada por el artículo 1º de la Ley N.° 27820 no ha variado el concepto de
“hijos extramatrimoniales” consagrado por el artículo 386º del Código Civil, según el
cual lo son los concebidos y nacidos fuera de matrimonio y que, en consecuencia, la
expresión “hijos nacidos fuera de vínculo matrimonial” únicamente surte efecto para
la inscripción de nacimiento a que se contrae dicho artículo 21º así modificado.
706
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
nacimiento en ejercicio de la facultad conferida por el primer párrafo del artículo 21º
del Código Civil.
Así pues, es la cuarta y última hipótesis anotada en las líneas precedentes la que
interesa para efectos de la determinación del concepto de filiación extramatrimonial:
se trata de los hijos concebidos y nacidos fuera de vínculo matrimonial.
Siendo ésta la situación, aquel hijo concebido dentro del matrimonio de sus padres
y nacido después del matrimonio disuelto por la muerte de su padre (vale decir,
el denominado hijo “póstumo”) es hijo matrimonial, amparado a plenitud por la
presunción “pater is est”.
Ocurre lo mismo con el hijo de mujer divorciada o de mujer cuyo matrimonio ha sido
invalidado (siempre que, en este supuesto, ella hubiere obrado de buena fe), nacido
después de la disolución del vínculo y dentro de los trescientos días siguientes a ella.
707
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El primer párrafo del artículo 21º del Código Civil representa la concreción del derecho
de toda persona a la identidad, consagrado por el numeral 1 del artículo 2º de la
Constitución vigente.
Sin embargo, es menester precisar que, en la hipótesis normada por este primer
párrafo, tal derecho se limita a “permitir” el uso conjunto del primer apellido del
progenitor que inscribe y del primer apellido del “presunto progenitor” pero, en
708
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
modo alguno, otorga filiación respecto de este último ni genera, en consecuencia, los
derechos-deberes derivados del vínculo derivado de aquella.
Este artículo 28º declara: “Nadie puede usar nombre que no le corresponde. El que es
perjudicado por la usurpación de su nombre tiene acción para hacerla cesar y obtener
la indemnización que corresponda”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Así, en aplicación de esta norma del Código sustantivo, la persona perjudicada por la
usurpación de su nombre (consistente en el uso por un tercero de nombre que no le
corresponde) puede incoar acción civil para hacer cesar tal usurpación así como para
obtener la indemnización que corresponda.
La disposición antedicha prescribe que: “En este supuesto, el hijo llevará el apellido del
padre o de la madre que lo inscribió, así como del presunto progenitor…”.
El artículo 3º de la Ley N.° 28720 reitera esta situación cuando, al regular la acción de
usurpación de nombre del artículo 28º del Código Civil, alude al “presunto progenitor”.
Ahora bien, esta condición de “presunto progenitor” ¿origina una “presunción iuris et
de iure” de paternidad o, únicamente, una “presunción iuris tantum”?
La norma del artículo 3º de la Ley N.° 28720 permite aseverar que se trata de una
“presunción iuris tantum”, susceptible de ser destruida por la resolución judicial
710
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
En virtud del artículo 361º, si su nacimiento ocurre dentro de los trescientos días
siguientes a la disolución del matrimonio de sus progenitores, tienen la condición de
“hijo matrimonial”:
• El hijo póstumo, esto es, el hijo nacido después de disuelto el matrimonio por
la muerte de su progenitor.
• El hijo de padres cuyo matrimonio, tal como dispone el artículo 348º del
Código Civil, se ha disuelto por divorcio.
• El hijo de padres cuyo matrimonio contraído de buena fe ha sido invalidado,
al amparo del segundo párrafo del artículo 284° del mismo Código, siempre
que, como en los supuestos anteriores, su nacimiento ocurra dentro de los
trescientos días siguientes a la invalidación de tal matrimonio.
En efecto, de acuerdo con la fórmula consagrada por este primer párrafo del artículo
21º subcomento, estos hijos vendrían a ser extramatrimoniales toda vez que han
“nacido fuera de vínculo matrimonial”, no obstante haber sido concebidos en el
matrimonio de sus progenitores.
En este orden de ideas, resulta pertinente la modificación del primer párrafo del
artículo 21º del Código Civil a fin de que esta norma recoja la fórmula del artículo 386°
del Código Civil, según el que: “Son hijos extramatrimoniales los concebidos y nacidos
fuera del matrimonio”.
La parte final de dicho primer párrafo dispone que, en el supuesto previsto en él, “… el
hijo llevará el apellido del padre o de la madre que lo inscribió, así como del presunto
progenitor…”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Así, el primer párrafo del artículo 21º debe tener el texto siguiente: “El padre o la
madre que efectúe separadamente la inscripción del nacimiento del hijo concebido
y nacido fuera del vínculo matrimonial podrá revelar el nombre de la persona con
quien lo hubiera tenido. En este supuesto, el hijo llevará el apellido del padre o de la
madre que lo inscribió, así como el del presunto progenitor, en el orden indicado en
el artículo 20° del Código Civil. En este último caso, la inscripción del nacimiento no
establece vínculo de filiación con el presunto progenitor”.
En su tercer párrafo, este mismo artículo 21° declara que, cuando la madre no revele
la identidad de la persona con la que hubiera tenido el hijo, podrá inscribirlo con sus
apellidos. Es pertinente considerar que, en el supuesto contemplado en esta norma,
la revelación del nombre de la persona con quien se hubiera tenido el hijo concebido
8 “Artículo 20°.- Apellidos del hijo.- Al hijo le corresponde el primer apellido del padre y el primero de
la madre.”.
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DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
y nacido fuera del vínculo matrimonial constituye facultad tanto del padre como de
la madre. Efectivamente, este artículo inicia del modo que sigue el enunciado de la
norma que contiene: “Cuando el padre o la madre...”.
En este orden de ideas, el tenor de dicho tercer párrafo debe contemplar ambas
hipótesis. En razón de ello, se sugiere la sustitución de este párrafo por el siguiente:
“Cuando el padre o la madre no revele la identidad de la persona con la que hubiera
tenido el hijo podrá inscribirlo con sus apellidos”.
Propósito de las modificaciones propuestas para el artículo 21° del Código Civil.
Las modificaciones propuestas para el artículo 21° del Código Civil tienen por propósito:
713
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
orden indicado en el artículo 20° del Código Civil. En este último caso, la inscripción del
nacimiento no establece vínculo de filiación con el presunto progenitor.
Dentro de los treinta (30) días siguientes a la inscripción del nacimiento, bajo
responsabilidad y de conformidad con el reglamento, el registrador pondrá en
conocimiento del presunto progenitor tal hecho, a fin que haga ejercicio de la acción
de usurpación de nombre, al amparo de lo dispuesto por el artículo 3° de esta ley y de
conformidad a lo establecido en el artículo 28° del Código Civil”.
Modificación propuesta para el artículo 2º de la Ley N.° 28720 – “Ley que modifica los
artículos 20° y 21° del Código Civil”.
Bajo el epígrafe “Declaración de mala fe”, el artículo 2° de la Ley N.° 28720 – Ley que
modifica los artículos 20° y 21° del Código Civil” prescribe: “El progenitor que de mala
fe imputara la paternidad o maternidad de su hijo a persona distinta con la que hubiera
tenido el hijo, será pasible de las responsabilidades y sanciones civiles y penales que
correspondan”.
714
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Constituye supuesto de hecho de la norma la imputación de mala fe, por uno de los
progenitores, de la paternidad o maternidad de su hijo a persona distinta de aquella
con la que hubiera tenido tal hijo.
Sin embargo, como se advierte de su texto, la norma no recoge con precisión tal
hipótesis de hecho.
En aras de su mejor entendimiento, se sugiere el siguiente texto para este artículo 2°:
“El progenitor que de mala fe imputara la paternidad o maternidad de su hijo a
persona distinta de aquella con la que hubiera tenido el hijo, será pasible de las
responsabilidades y sanciones civiles y penales que correspondan”.
715
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
*
Fiscal Adjunto Supremo de la Fiscalía Suprema en lo Civil. Abogada, Magíster en Derecho Civil con
mención en Derecho de Familia por la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFÉ). Autora
del libro Violencia Familiar. Integrante de la Comisión Consultiva de Derecho Civil —Derecho de
Sucesiones— del Ilustre Colegio de Abogados de Lima. Ex Miembro de la Subcomisión de Modificación
del Código de los Niños y Adolescentes del Congreso de la República en representación del Ministerio
Público. Docente de la Maestría en Derecho Civil con mención en Derecho de Familia de la UNIFÉ.
1 En relación al tema por la Casación N.º 870-06 PUNO se señala que “‘(…) el derecho a la igualdad
entre los hijos matrimoniales y extramatrimoniales tiene sus límites, y éstos se encuentran dados por
el reconocimiento de la paternidad que hagan de ellos sus padres; (…) Que, la persona que reclama
alimentos de su “padre” lo hace en virtud a que su derecho alimentario proviene de la condición de
“hijo”; así lo contempla el artículo cuatrocientos setenta y cuatro inciso segundo del Código Civil,
que prescribe que se deben alimentos recíprocamente los ascendientes y descendientes; asimismo, el
artículo trescientos sesenta y uno del mismo Código señala que el hijo nacido durante el matrimonio
o dentro de los trescientos días siguientes a su disolución tiene por padre al marido; y, por su parte, el
artículo trescientos ochenta y siete del acotado cuerpo normativo señala que el reconocimiento y al
sentencia declaratoria de paternidad o de maternidad son los únicos medios de prueba de la filiación
extramatrimonial; (…) Que, en tal virtud, resulta claro que única y exclusivamente puede demandar
alimentos de su “padre” aquel que tiene la calidad de “hijo” de éste, ya sea porque nació dentro
del matrimonio o porque ha sido objeto de reconocimiento u obtenido sentencia judicial que así lo
declare”’.
718
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
de concurrir a la herencia hijos legítimos e hijos ilegítimos, cada uno de estos últimos
recibía la mitad de lo que recibían los primeros.
Ahora bien, la filiación extramatrimonial, acorde con lo establecido por el artículo 387º
del Código Civil, se determina por: 1) el reconocimiento y 2) la sentencia declaratoria
de la paternidad o la maternidad.
2 Puig Brutau, José. Compendio de Derecho Civil. Volumen IV, Barcelona, Bosch Casa Editorial S.A.,
1991, p. 133.
3 Albaladejo García, Manuel. Compendio de Derecho Civil. Barcelona, Bosch Casa Editorial, p. 556.
719
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Resulta Importante anotar que el acto jurídico familiar es una especie del acto
jurídico en general, de tal forma que los elementos consustanciales del último le son
aplicables, no obstante debe tenerse en cuenta que el fin inmediato del acto jurídico
familiar es el derecho de familia. En doctrina, los actos jurídicos familiares pueden
ser clasificados en: personales, patrimoniales, unilaterales, bilaterales, solemnes, no
solemnes, constitutivos y declarativos.
4 Cornejo Chávez, Héctor. Derecho Familiar Peruano. Tomo II, Lima, Gaceta Jurídica, 1988, p. 105.
5 Artículo 399°.- Impugnación del reconocimiento
El reconocimiento puede ser negado por el padre o por la madre que no interviene en él, por el
propio hijo o por sus descendientes si hubiera muerto, y por quienes tengan interés legítimo, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 395°.
Artículo 400°.- Plazo para negar el reconocimiento
El plazo para negar el reconocimiento es de noventa días, a partir de aquel en que se tuvo conocimiento
del acto.
Artículo 401°.- Negación de reconocimiento al cesar incapacidad
El hijo menor o incapaz puede en todo caso negar el reconocimiento hecho en su favor dentro del año
siguiente a su mayoría o a la cesación de su incapacidad.
720
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
c) Es solemne: toda vez que la ley impone la forma de expresarlo; el artículo 390º del
Código Civil establece que puede constar en el registro de nacimientos, en escritura
pública o en testamento.
721
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
722
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
f) Voluntario: por cuanto corresponde a la libre decisión del padre o madre. Puig
Brutau señala que el progenitor puede tener el deber moral de reconocer, pero no
tiene la obligación jurídica de hacerlo.
Antes de la dación de la Ley N.º 28720, se decía que el reconocimiento era, además, un
acto jurídico familiar “individual” por cuanto únicamente relacionaba al reconociente
con el hijo reconocido, mas no al otro padre o madre que no participaba en el acto, lo
que se reflejaba en la imposibilidad de revelar el nombre del otro progenitor, conforme
lo dispuesto por el derogado artículo 392º del Código Civil8. Esta circunstancia es
superada con la modificación del artículo 21º de dicho cuerpo de leyes, que establece
que en caso el padre o la madre efectúe separadamente la inscripción del nacimiento
del hijo extramatrimonial, puede revelar el nombre de la persona con quien lo ha
procreado.
723
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
724
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
Los supuestos que posibilitan a los abuelos proceder al reconocimiento del hijo
extramatrimonial son los siguientes: a) muerte del padre o de la madre; b) incapacidad
absoluta del padre o madre sea por privación de discernimiento o ser sordomudo,
ciegosordo o ciegomudo imposibilitado de expresar su voluntad de manera indubitable;
c) incapacidad relativa del padre o madre por retardo o deterioro mental que le impide
expresar su libre voluntad; d) desaparición del padre o madre; y, e) en caso que el
padre o madre sea menor de catorce años.
Recordemos, que fue con la Ley N.º 27201 que se modificó el artículo 46º del Código
Civil, estableciéndose el cese de la incapacidad del mayor de 14 anos, a partir del
725
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
El artículo 390º del Código Civil prevé como otras formas de reconocimiento el
expresado en escritura pública y por testamento. El artículo 51º del Decreto Legislativo
N.º 1049, Decreto Legislativo del Notariado, define la “escritura pública” como todo
documento matriz incorporado al protocolo notarial, autorizado por el notario, que
contiene uno o más actos jurídicos.
Por otro lado, conforme al artículo 686º del Código Civil por el “testamento” una
persona dispone de sus bienes, total o parcialmente, para después de su muerte, y
ordena su propia sucesión dentro de los límites de la ley y con las formalidades que
ésta señala, siendo válidas las disposiciones de carácter no patrimonial contenidas
aunque el acto se limite a ellas.
Finalmente, debemos recordar que por Ley N.° 28439 se modificó el artículo 171º del
Código de los Niños y Adolescentes incorporándose un último párrafo por el cual se
establece que si durante la audiencia única el demandado acepta la paternidad del
726
DERECHO REGISTRAL Y DERECHO DE FAMILIA Capítulo V
hijo cuyos derechos son sometidos a controversia el juez debe tener por reconocido
al hijo, para lo cual enviará a la municipalidad que corresponda copia certificada de
la pieza judicial respectiva, ordenando la inscripción del reconocimiento en la partida
correspondiente sin perjuicio de la continuación del proceso.
727
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
SUMARIO
1.- Identidad personal.- 2.- Identidad estática e identidad dinámica. 3.- Identidad
sexual. 4.- Sexo estático y sexo dinámico. 5.- La sexualidad. 6.- Elementos que integran
el sexo. 7.- Delimitación conceptual de la adecuación sexual. 8.- Causa u origen
del problema de la transexualidad. 9.- La transexualidad como una realidad social.
10.- La transexualidad en el tiempo. 11.-Transexualidad, isosexualismo y estados
intersexuales. 12.- El transexual. 13.- Drama existencial del transexual. 14.-Búsqueda
de una correspondencia entre la apariencia física y la sexualidad sentida y vivida. 15.-
Indispensable comprobación de la transexualidad. 16.- La liberadora intervención
quirúrgica demoledora-reconstructiva. 17.- Resultados de la intervención quirúrgica.
18.- Argumentos que se aducen a favor y en contra de la adecuación morfológica sexual.
19.- Fundamentos que sustentan la adecuación morfológica sexual. 20.- Solución
jurídica del problema de la “transexualidad”. 21.- La doctrina jurídica. 22.- Doctrina y
jurisprudencia italianas. 23.- La doctrina latinoamericana. 24.- La doctrina argentina.
25.- La doctrina española. 26.-Doctrina y jurisprudencia peruanas. 27.- La legislación
comparada. 28.- La jurisprudencia española y francesa. 29.- La jurisprudencia argentina.
29.1.- Un primer acercamiento. 29.2.- El viraje de la jurisprudencia argentina a partir
de 1992. 29.3.- Dos excelentes sentencias de los años 1997 y 2008.
El ser humano, como lo tenemos dicho en otra sede, es un ser libertad “y, precisamente
por serlo, es idéntico a sí mismo. Todos los seres humanos son iguales pero, como está
científicamente comprobado, no hay dos seres humanos idénticos. A lo más, pueden
732
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
ser muy parecidos, como es el caso de los gemelos”1. No hay dos proyectos de vida
idénticos.
1 En éste como en los siguientes párrafos se sigue, en lo fundamental, lo expuesto en nuestro libro
Derecho a la identidad personal, Bueno Aires, Editorial Astrea, 1999 y en los siguientes trabajos:
“Nuevas reflexiones sobre la adecuación sexual y el consiguiente cambio de nombre”, autores
varios, Derecho Civil de nuestro tiempo, Lima, Gaceta Jurídica Editores, 1995; “Apuntes sobre el
derecho a la identidad sexual”, en Jurisprudencia Argentina, N.° 6166, Buenos Aires, noviembre
de 1999 y en Lima, Gaceta Jurídica, Tomo 78-B, Lima, octubre de 1999; “Acción de amparo en un
caso de intersexualidad”, en Jurisprudencia Argentina, N.° 6106, Buenos Aires, 23 de septiembre
de 1998, en Diálogo con la Jurisprudencia, Lima, Año IV, N.° 9, Lima, 1998, en Revista Peruana de
Jurisprudencia, Año IV, N.° 12, Trujillo, febrero del 2002; “Una excelente sentencia dictada en un
caso de intersexualidad”, en Jurisprudencia Argentina, III, Buenos Aires, 1998; “Una justa solución
jurisprudencial al drama humano de la transexualidad”, en Jurisprudencia Argentina, Número Especial
sobre Bioética, Buenos Aires, IV, 8 de noviembre del 2006 y en Gaceta Jurídica, año 12, n.° 100, Lima,
enero del 2007; “Aspectos jurídicos de la adecuación de sexo”, en Revista Jurídica del Perú, n.° 16,
Trujillo, julio-septiembre de 1998; “Adecuación de sexo”, en Enciclopedia de la Responsabilidad Civil,
tomo I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1996; “El derecho a la identidad personal”, en autores varios,
Tendencia actuales del Derecho Privado y el sistema jurídico latinoamericano, Lima, Editorial Cuzco,
1990 y en obra del autor, Nuevas tendencias en el derecho de las persona, Lima, Universidad de Lima,
1992; “Daño a la identidad personal”, en autores varios, La persona y el derecho del fin de siglo, Santa
Fe, Universidad del Litoral, 1996 y en Themis n.° 36, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú,
1997 y “Derecho a la identidad personal. Comentario al artículo 2° de la Constitución peruana de
1993”, en La Constitución comentada por artículo, Lima, Gaceta Jurídica, diciembre del 2005.
2 Mounier, Emmanuel. El personalismo. Buenos Aires, Editorial EUDEBA, 1962, p. 36.
733
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Cada ser humano tiene derecho a ser “él” y no “otro”. Es decir, a ser idéntico a sí
mismo.
La identidad del ser humano, en tanto éste es una “unidad psicosomática constituida
y sustentada en su libertad”, presupone una compleja trama de diferentes elementos,
una multiplicidad de aspectos esencialmente vinculados entre sí, de los cuales unos
son de carácter predominantemente psicosomáticos; mientras que otros son de
índole inmaterial, espiritual. Entre estos últimos encontramos elementos culturales,
religiosos, profesionales, ideológicos, políticos, entre otros. Hallamos así, en cada
persona humana, singulares características somáticas y psicológicas que determinan
su personalidad, su singular “manera de ser”, su característica presencia en el mundo
exterior.
734
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
735
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Por otro lado, cabe aludir a un sexo dinámico, referido a la personalidad misma del
sujeto, a su actitud y comportamiento psicosocial, a sus hábitos y modales, a su
manera de sentir y de vivir. Estos caracteres son generalmente coincidentes con el sexo
biológico. Sin embargo, existen excepciones como son los casos de intersexualidad
(hermafroditismo o pseudohermafroditismo) y aquéllos en los que se advierte una
elocuente disociación entre las dos vertientes de la sexualidad, es decir, entre la
cromosómica o biológica y la psicosocial. Esta última situación es aquélla en la que se
ubica el denominado “transexual”.
5.- La sexualidad
Hasta no hace mucho tiempo, la clasificación de los sexos constituía un absoluto que
no reconocía matices ni admitía incertidumbres. Frente a nuevas evidencias surgidas
de la realidad, la ciencia somete a un sistemático análisis las antiguas certezas sobre el
concepto, la naturaleza y las cualidades del sexo.
5 Preferimos utilizar el término “prenombre” en vez de la expresión “nombre” pues somos del
parecer que este último es un concepto genérico que incluye tanto el prenombre o prenombres y
los apellidos. Por ello, cuando se alude a un cambio de nombre registral, lo que se expresa es una
decisión de modificar solamente el prenombre. No obstante, en el resto del texto emplearemos el
concepto “nombre” para no crear confusión entre los no iniciados.
736
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Los especialistas, dada la complejidad del sexo, suelen discurrir en torno a los
siguientes elementos:
737
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
No obstante esta situación, después de una época, no lejana en la que los tribunales
no admitían las demandas dirigidas a obtener la “adecuación de sexo” o “reasignación
de sexo”, se advierte en la actualidad una evolución, tanto en la doctrina como en la
jurisprudencia comparada, tendente a admitir tal posibilidad y el consiguiente cambio
de prenombre en los registros del estado civil.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
No obstante, como apunta Patti, la ciencia médica moderna admite sólo casos de
hermafroditismo imperfecto o pseudohermafroditismo, el que consiste en la carencia,
en un mismo sujeto, de homogeneidad entre los órganos genitales externos y el sexo
genético, a pesar de lo cual predominan las características correspondientes a uno de
los dos sexos9.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
12.- El transexual
741
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
14 Stanzione, Pasquale. Premessa ad uno studio giuridico del transessualismo, op. cit., p. 24.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Es así que el transexual, no obstante ser una persona normal desde una perspectiva
genética y morfológica, tiene una radical e incontrolada aspiración a pertenecer al
sexo opuesto al de su nacimiento o sexo cromosómico. La presencia de sus genitales
se le presenta como un hecho intolerable, desagradable, por lo que rechaza su
morfología sexual. El transexual aborrece y le repugnan sus atributos genitales. Es tal
la intensidad y persistencia de su vivencia como perteneciente al sexo opuesto al que
biológicamente le asignó la naturaleza que pretende, obsesivamente, su modificación
quirúrgica a fin de “sustituir” sus genitales por los que corresponden a su estado
psicológico, a su identidad dinámica, a su “manera de ser”.
744
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
El transexual se siente prisionero dentro del cuerpo con el cual nació y considera,
por consiguiente, que los atributos genitales que posee son, como está dicho,
745
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Debe reiterarse lo antes dicho en el sentido que, para autorizar judicialmente una
intervención quirúrgica demoledora-reconstructiva de la morfología genital del
transexual, deben haber fracasado todas las terapias a las que fue sometido, e
igualmente luego de exhaustivos y detenidos peritajes psiquiátricos y psicológicos
ejecutados por expertos en la materia que acrediten la calidad de transexual del
recurrente, así como comprueben el fracaso de las terapias en uso. Por lo demás,
el juez debe entrevistar cuidadosamente al transexual para conocer su historia y
comprobar, personalmente, los rasgos de su personalidad, su convicción de someterse
a una intervención quirúrgica, así como para informarle de la irreversibilidad de la
operación que solicita para superar o aliviar su dramática situación.
746
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Por otro lado, sostienen que las intervenciones quirúrgicas atentan contra la integridad
psicosomática por tratarse de una ilícita disposición del propio cuerpo, la que se
traduce en una mutilación legalmente penada.
En cuanto al primer argumento, cabe señalar que se ignora que lo más importante
en el ser humano es actuar de acuerdo con su “proyecto de vida”; mientras que él no
sea contrario a la moral ni al orden público ni agreda a terceros, así como vivir en un
estado de bienestar, de salud integral. Es decir, vivir auténticamente, de conformidad
con su identidad psicosocial. Para ello, al transexual nada o poco le importa cuáles
sean sus cromosomas.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
En lo que respecta al segundo argumento, cabe advertir que una intervención quirúrgica
sustentada en los argumentos axiológicos y jurídicos antes referidos no constituye
una “mutilación”17 sino, más bien, una necesaria operación destinada a restablecer
o aliviar la salud perdida y, en ciertos casos, a salvar la vida. Así se comprendió en
España, donde la Ley Orgánica 3, del 25 de junio de 1983, reformó el artículo 428°
del Código Penal con la finalidad de excluir del delito de lesiones las intervenciones
quirúrgicas tendentes a la alteración somática del sexo.
¿Qué hacer humana, médica y jurídicamente con esta persona a cuyo drama nos
hemos referido en precedencia? Sabemos que las terapias aconsejables en estas
circunstancias no han logrado resolver el dramático y hondo problema del transexual.
No obstante, no se le puede abandonar. Es necesario atender su problema y adoptar
medidas excepcionales para restituirle la salud y el bienestar perdidos y lograr la
afirmación de su identidad sexual. Es un ser humano, como cualquier otro, dotado de
dignidad.
17 Como tampoco es una “mutilación”, por ejemplo, extirpar un órgano del cuerpo humano para evitar
la propagación de un cáncer, o la ablación de una pierna para impedir una gangrena. El derecho a
la salud justifica dichas medidas, las que adopta el propio interesado en cuanto ser libre. En esto
casos se requiere autorización escrita del paciente luego de haber sido informado de sus riesgos y
consecuencias. En el caso de la reasignación sexual la autorización debe ser judicial.
748
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Existen otros autores —entre los que nos encontramos— que consideran que la
sexualidad no es inmutable sino dinámica, ya que el sexo no se reduce tan sólo a una
configuración somática. Al privilegiar el sexo psicológico sobre el biológico, se respeta
lo más importante en el ser humano que es la libertad de vivir su sexualidad tal como
intensa y auténticamente la “siente” el transexual. De ahí que los partidarios de ayudar
al transexual se muestren favorables a las intervenciones quirúrgicas de adecuación
sexual, siempre que hayan fracasado —y esto hay que subrayarlo— todas las terapias
que científicamente puedan intentarse para reafirmar el sexo de origen del transexual.
La intervención quirúrgica es sólo aplicable en un caso límite.
18 Entre los autores que sostienen esta posición puede consultarse el trabajo de Mauricio Luis Mizrahi,
publicado en Buenos Aires, “La Ley”, Actualidad, de los días 16 y 21 de junio del 2005, citado por
Santos Cifuentes en el artículo referido en la nota siguiente.
19 Cifuentes, Santos. Sobre el tema de la transexualidad. Buenos Aires, “La Ley”, 20 de septiembre del
2005.
749
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Por otro lado, dichos autores sostienen, tal como se ha apuntado, que la intervención
quirúrgica no es un atentado contra la integridad psicosomática, sino una terapia
sustentada en razones médicas, de tutela de la salud. La operación, por ello, se
justifica en cuanto tiene el significado de restablecer el bienestar del transexual. Vidal
Martínez señala al respecto que se debe centrar la atención “en el grave conflicto
psico-somático padecido por el transexual”, por lo que “entre las ideas que apuntan
recientemente en nuestra doctrina, en relación con la temática de la transexualidad,
merece destacarse la que contempla que la rectificación de sexo como eventualmente
comprendida en un amplio derecho a la salud”20.
20 Vidal Martínez, Jaime. “¿Se incluye el ‘cambio de sexo’ (transexualidad) en el libre desarrollo de la
personalidad al que se refiere el artículo 10.1 de la Constitución española?”, op. cit., p. 1013.
750
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Los juristas esperan conocer, en un futuro que imaginamos cercano, el origen del
dramático fenómeno de la “transexualidad”. Sospechamos que la respuesta se debería
hallar en el ámbito de la genética, pues no encontramos, dentro de nuestros limitados
alcances intelectuales, otra razón que lo podría explicar a la altura de los conocimientos
científicos de nuestro tiempo. Una razón muy importante para esta sospecha es que
dicho fenómeno no se presenta en el curso de la vida de una persona —como podría
ser el caso de la isosexualidad— sino que se manifiesta a muy temprana edad, en la
niñez, aproximadamente y tal como se ha señalado, entre los dos y los cuatro años de
edad. En estas circunstancias resulta difícil atribuir la transexualidad a una decisiva
influencia del medio ambiente en que crece el niño a tan tierna edad.
751
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
presentan desde cuando era niño, más allá de su voluntad. Tiene derecho a vivir en una
situación de bienestar, dotado de salud integral, la que ha perdido y sólo recuperará
cuando pueda vivir de acuerdo con su “verdad” personal, a su auténtica identidad. El
transexual tiene derecho a ser “él mismo”, a que se le reconozca su auténtica identidad
sexual, más allá de los cromosomas que la naturaleza le otorgó y que, como está dicho,
carecen de “sentido” para su vida.
Al hacerse cargo de esta realidad de la vida social, los juristas y los operadores del
derecho están obligados a resolver, en términos axiológicos, el inocultable problema
de la transexualidad, debiendo encontrar para ello las soluciones formales o
normativas adecuadas. Es así que algunos países ya cuentan con legislación específica
que regula la materia; mientras otros han resuelto el problema a niveles judiciales
y hasta administrativos. Finalmente, más allá de la existencia o no de normas
reguladoras o de antecedentes jurisprudenciales aplicables al fenómeno humano y
social de la transexualidad, el juez es creador de derecho, por lo cual, aun en ausencia
de normas jurídicas positivas, debe resolver el problema humano dentro de los
valores y los principios jurídicos con los que cuenta. Así lo comprendió en su momento
el magistrado doctor Mario Calatayud cuando emitió su voto particular en la causa
resuelta mediante ejecutoria de la Sala “E” de la Cámara Nacional en lo Civil del 31 de
marzo de 1989.
752
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
transexual o si, por el contrario, se debe sentar una nueva acta21. El problema se centra
en la protección de la intimidad del transexual, por un lado, y, por el otro, en el de
poseer certidumbre en cuanto al cambio de identidad de una persona en casos de
transexualidad. Advertimos que un sector mayoritario de la doctrina se pronuncia en
el sentido que la sentencia que admite la reasignación sexual no conlleva la anulación
de la partida de nacimiento del transexual, en el que consta su sexo original, sino tan
sólo el de efectuar una anotación marginal en dicha partida22.
21 El artículo 5° de la Ley italiana 164 de cambio de sexo, del 14 de abril de 1982, establece que las
partidas que se expidan, por el organismo competente, referidas a la persona del transexual sometido
a un procedimiento de reasignación de sexo deben contener tan sólo la indicación de su nuevo sexo
y nombre.
22 Graciela Medina sostiene, al respecto, que no constituye una violación al derecho a la intimidad del
transexual la no modificación de su sexo de origen en el acta de nacimiento. Ello, porque las actas
registran los datos existentes en el momento del nacimiento y no los adquiridos con posterioridad,
así como en razón de que el transexual nunca adquiere totalmente el sexo al cual aspira. No se puede
suprimir el sexo de origen en los Registros del Estado Civil en cuanto existen fundados motivos que
hacen necesario su conocimiento en algunos casos, como, por ejemplo, los policiales, las relaciones
de familia, la seguridad social, la jubilación, entre otros (MEDINA, Graciela. “Parejas homosexuales
y transexuales: su derecho a la seguridad jurídica”, en autores varios, Daños. Buenos Aires, Editorial
Rubinzal-Culzoni, 2000).
23 Cfr. Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la identidad personal, op. cit., p. 432 y ss y Perticone,
Giacomo, “Il transessualismo nelle leggi e nella giurisprudenza”, en Quaderni della Giustizia, 1986-II-
78.
24 Verda Y Beamont, José Ramón. “Algunas reflexiones sobre la reciente resolución de la Dirección
General de los Registros y del Notariado del 31 de enero del 2001, que autoriza el matrimonio de un
transexual con una persona de su mismo sexo cromosómico”, en Folio Real, año II, N.° 5, junio del
2001.
753
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
25 Macioce, Francesco. Tutela civile della persona e identitá personale. Padova, Cedam, 1984.
26 Dogliotti, Máximo. “Violazione e abuso del diritto all´ identitá personale?”, en Giustizia Civile, I,
2826, 1982.
27 Alpa, Guido. “Un questionario sul diritto all´identitá personale”, en autores varios Il diritto all´identitá
personale, Padova, Cedam, 1981.
754
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Una segunda etapa se inicia a partir de la expedición de la Ley N.° 164 del 14 de abril
de 1982. Este dispositivo se dicta ante la “presión de un sector de la opinión pública
y de cierta prensa”. Este hecho motivó que la norma se dictara con apresuramiento,
“evidente precipitación y consiguiente superficialidad”29. Se trata de un dispositivo
breve, escueto, que presenta algunos notorios vacíos. No obstante esta justificada
crítica, más allá de sus imprecisiones la ley, en términos generales, puede calificarse
de muy liberal. Ella autoriza la reasignación de sexo30. Es, a partir de esta ley, que
la jurisprudencia encuentra una base positiva concreta para acoger las demandas
de transexuales y de intersexuales que solicitan una adecuación morfológica de sus
genitales.
A nivel latinoamericano cabe señalar que, a nuestra iniciativa, en una reunión que
organizara el Centro de Investigación Jurídica de la Universidad de Lima, del cual era
Director, que se realizó en Lima en el marco de las “Primeras Jornadas Internacionales
755
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
31 Una referencia sobre las “Bases para una legislación sobre adecuación de sexo en casos de
transexualidad y consiguiente modificación del nombre” puede encontrarse en el libro del autor
Derecho a la identidad personal, op. cit., p. 477 y ss.
756
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
En la Argentina, a partir de los años 90 del siglo XX, un sector mayoritario de la doctrina
se muestra a favor de la adecuación morfológica de los genitales exteriores. Entre
otros, podemos citar los nombres de autores tales como Germán Bidart Campos,
Santos Cifuentes, Eduardo Zannoni, Julio César Rivera y otros. El voto en minoría del
doctor Mario Calatayud en la famosa sentencia de la Cámara Nacional en lo Civil, Sala
E, del 31 de marzo de 1989, que constituyó un singular apoyo a la demanda de un
transexual que deseaba se le reasignara su sexo y se cambiara su prenombre, podría
ser el punto de partida de dicha corriente favorable. Comentaron en su momento
críticamente este fallo Germán Bidart Campos32 y Eduardo Zannoni33.
En la Argentina existe una profusa bibliografía sobre la materia34. Entre los más
destacados trabajos que conocemos podemos citar los elaborados por Santos
Cifuentes. Puede consultarse al respecto la segunda edición de su acreditada obra
Derechos personalísimos. En ella se ocupa, con su acostumbrada lucidez, del drama
existencial del transexual35. Lo hace también en otros trabajos, como en “Soluciones
para el pseudohermafroditismo y la transexualidad”36 y en “El sexo y la identificación
del transexual”37. Recientemente ha publicado el artículo titulado “Sobre el tema
32 Bidart Campos, Germán. “El cambio de identidad civil de los transexuales quirúrgicamente
transformados”, en Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires, 18 de junio de 1990, N.° 5681, p. 27.
33 Zannoni, Eduardo. “El transexualismo desde la perspectiva ético-jurídica”, en Derecho de Familia,
Buenos Aires, 1990-4-142.
34 La referencia a algunos de los trabajos citados han sido tomados del artículo de Santos Cifuentes
titulado Sobre el tema de la transexualidad.
35 Cifuentes, Santos. Los derechos personalísimos. Segunda edición, Buenos Aires, Editorial Astrea,
1995, p. 303 y ss. y p. 606 y ss.
36 Cifuentes, Santos. “Soluciones para el pseudohermafroditismo y la transexualidad”, en Jurisprudencia
Argentina, N.° 5937, II, Buenos Aires, 14 de junio de 1995.
37 Cifuentes, Santos. “El sexo y la identificación del transexual”, en LL Gran Cuyo, Mendoza, 1999.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Julio César Rivera se refiere al tema en el artículo “Ratificación del derecho a la identidad
sexual en un caso de hermafroditismo”41, al comentar la sentencia del Tribunal de
San Nicolás de los Arroyos del once de agosto de 1994. De Graciela Medina y Héctor
D. Fernández podemos consultar su trabajo “Transexualidad: ¿Qué efectos jurídicos
produce el cambio de sexo?”42 y de Graciela Medina el trabajo “Parejas homosexuales
y transexuales: su derecho a la seguridad jurídica. Derecho de adopción y herencia”43,
Adriana Wagmaister M. y Cristina Mourelle de Tamborenea han producido el trabajo
“Derecho a la identidad del transexual”44; mientras que de Graciela Ignacio recordamos
el titulado “Transexualismo, cambio de sexo y derecho a contraer matrimonio”45. De
Arturo Ricardo Yungano recordamos su artículo sobre “Cambio de sexo”46; mientras
que de Matilde Zavala de González su libro Resarcimiento de Daños, volumen 2c Daños
a las personas (integridad espiritual y social), Editorial Hammurabi, Buenos Aires,
199447.
758
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Por su parte, Nora Lloveras y Olga Orlandi asumen la temática en su trabajo “El derecho
a la identidad sexual”48. En muchos otros trabajos dedicados al estudio del derecho a
la identidad personal o relacionados con él se hace también referencia a la materia
que nos ocupa. Es el caso, entre otros, el de Elena I. Highton, “La salud, la vida, la
muerte. Un problema ético-jurídico: el difuso límite entre el daño y el beneficio”49 o
el de Eduardo Zannoni, “El transexualismo desde la perspectiva ético-jurídica”, antes
citado.
48 Lloveras, Nora y Olga Orlandi. “El derecho a la identidad sexual”, en Jurisprudencia Argentina,
Buenos Aires, 2001, IV.
49 Highton, Elena I. “La salud, la vida, la muerte. Un problema ético-jurídico: el difuso límite entre el
daño y el beneficio”, en Revista de Derecho Privado y Comunitario. Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, N.° 1,
1995.
50 Vidal Martínez, Jaime. “¿Se incluye el ‘cambio de sexo’ (transexualidad) en el libre desarrollo de la
personalidad, al que se refiere el artículo 10-1 de la Constitución española?”, en Revista General de
Derecho, op. cit.
51 De Ángel Yagüez, Ricardo. “Transexualidad y cambio de sexo (comentarios a la sentencia de la STS,
Sala 1.ª, del 2 de julio de 1987)”, en La Ley, año VII, N.° 1819, Madrid, del 14 de octubre de 1987.
52 Elosegui Itxaso, María. “Transexualidad, derecho a la vida privada y derecho al matrimonio. El caso
español a la luz de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y Estadounidense”,
en Actualidad Civil, N.° 10, Madrid, semana del 7 al 13 de marzo de 1994.
53 Diez Del Corral Rivas, Jesús. “La transexualidad en el derecho español”, en Actualidad Civil, Madrid,
semana del 6 al 12 de octubre de 1986.
54 Gordillo, Antonio. “Comentario a la sentencia del Tribunal Supremo Español del 2 de julio de 1987”,
en Cuadernos Civitas de Jurisprudencia Civil, Madrid, enero-marzo de 1989.
55 Fosar Benlloch, Enrique. “El reconocimiento de la transexualidad en la sentencia de la Sala 1ª de
lo Civil del Tribunal Supremo del 2 de julio de 1987, y en los dictámenes de la Comisión Europea de
Derechos Humanos: casos Van Ooesterwijk contra Bélgica —1 de marzo de 1979— y Rees contra
Reino Unido —12 de diciembre de 1984—”, en Boletín de Información del Ministerio de Justicia, N.°
1476, Madrid, 15 de diciembre de 1987.
56 De Verda, José Ramón. “Algunas reflexiones sobre una reciente Resolución de la Dirección General de
los Registros y del Notariado del 31 de enero de 2001, que autoriza el matrimonio de un transexual
con una persona de su mismo sexo cromosómico”.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Residiendo en Italia, en los primeros años de la década de los 80 del siglo XX, estuvimos
presentes en los primeros debates doctrinarios en torno al derecho a la identidad
personal asumido por la jurisprudencia italiana. De retorno al Perú, a mediados de
dicha década, presentamos una ponencia sobre el derecho a la identidad personal en
el Congreso Internacional celebrado en Lima en 1988 sobre “Tendencias actuales y
perspectivas del Derecho Privado y el sistema jurídico latinoamericano”. Esta ponencia
fue el embrión del libro que, titulado Derecho a la identidad personal, se publicara en
1992 por la Editorial Astrea en la ciudad de Buenos Aires. En este volumen tratamos
extensamente el tema de la identidad sexual como uno de los importantes elementos
constitutivos de la identidad personal.
Con posterioridad se han publicado otros ensayos y artículos en los que hemos
continuado reflexionando sobre el específico tema de la identidad sexual. Ellos son
Nuevas reflexiones sobre la adecuación sexual y el consiguiente cambio de nombre
Apuntes sobre el derecho a la identidad sexual, Una excelente sentencia dictada en un
caso de intersexualidad, Acción de amparo en un caso de intersexualidad y otros más
que están antes citados en este trabajo, así como en la bibliografía, a la cual remitimos
al lector.
57 Vidal Martínez, Jaime. “¿Se incluye el ‘cambio de sexo’ (transexualidad) en el libre desarrollo de la
personalidad al que se refiere el artículo 10.1 de la Constitución española?”, op. cit., p. 1006.
760
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
No existe en el Perú una ley que regule el asunto de la transexualidad, razón por la
cual los jueces para fundamentar sus pronunciamientos deben recurrir a los derechos
fundamentales de la persona alojados en la Constitución y en el Código Civil.
58 Cfr. Sifuentes, Santos. “El derecho a la identidad y la influencia en Argentina de la obra de Carlos
Fernández Sessarego”, en Persona, Derecho y Libertad. Nuevas perspectivas, escritos en homenaje al
profesor Carlos Fernández Sessarego, Lima, Motvensa, 2009.
59 Nos referimos a la demanda interpuesta en 1983, ante el Décimo Quinto Juzgado en lo Civil de
Lima, en la que el recurrente solicitó un cambio de nombre en su título profesional, sin antes haber
solicitado en un juzgado del país la verificación de la intervención de adecuación de sexo realizada en
180 en el Brasil. Para conocer un comentario a esta sentencia invitamos al lector interesado a revisar
nuestro libro Derecho a la identidad personal, antes citado, en página 457 y ss.
761
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Lo curioso del caso que venimos comentando es que el juez, sin haberse practicado
un peritaje ni entrevistado con el recurrente, afirme, sin indicar cuál es su fuente,
que “de lo actuado (sic) se desprende que el recurrente desde pequeño mostraba
inclinaciones hacia el sexo femenino y que a la fecha obra como tal”. Además, dando
fe al certificado médico presentado por el demandante, agrega que “éste presenta
las características sexuales morfológicas propias de una mujer, con la única limitación
762
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
763
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Como el fallo no fue apelado por el inadvertido Procurador Público, por lo que quedó
consentido, perdiéndose la oportunidad de conocer el criterio de las instancias
superiores.
Son aún escasos los ordenamientos jurídicos positivos que regulan el procedimiento de
adecuación sexual. Así, a título ilustrativo, y hasta donde alcanza nuestro conocimiento,
podemos citar las leyes de Suecia (1972), Alemania (1980), Italia, (1982)60, Holanda
(1985), Turquía, la de algunos Estados de los Estados Unidos, las de determinadas
provincias del Canadá. Existen casos, como los de Austria y Dinamarca, en los que
basta una simple autorización administrativa. En Suiza es suficiente una sentencia
judicial y, en Sudáfrica, una resolución del Ministerio del Interior.
Es del caso señalar que la ley sueca de 1972, a diferencia de la ley alemana de
1980, no prescribe que sea obligatorio que el transexual se someta a una previa
intervención quirúrgica de transformación morfológica de sus genitales. No obstante,
si el demandante aparte de obtener la comprobación de su reasignación sexual desea
someterse a dicha intervención quirúrgica, debe solicitar para ello, adicionalmente, la
respectiva autorización judicial.
764
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
La ley sueca sólo autoriza a los nacionales a solicitar la reasignación de sexo. La ley
alemana, en cambio, extiende esta autorización a no sólo sus nacionales sino también
a los apátridas, a los extranjeros sin patria que residan habitualmente en el territorio
alemán, los que se acojan al asilo o los prófugos. La ley italiana omite pronunciarse al
respecto.
765
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
La sentencia del 2 de julio de 1987, emitida por la Sala 1.ª del Tribunal Supremo, ha
estado rodeada, como sostiene Jaime Vidal Martínez, de “una publicidad infrecuente
en una resolución judicial, como infrecuente fue igualmente, el que la Sala actuara
con trece Magistrados, cuatro de los cuales formularon un voto particular, en el que
todavía uno de ellos habría de introducir matizaciones”61. Esta sentencia, como afirma
el citado autor, ha abierto el camino a otros pronunciamientos emitidos por diversos
Juzgados de Primera Instancia y ha merecido diversos estudios y comentarios.
La sentencia del Tribunal Supremo, del 13 de abril de 1991, es muy ilustrativa en relación
con la nueva actitud asumida por la jurisprudencia española. En ella se distingue,
claramente, el fenómeno de la transexualidad y se admite la reasignación de sexo
correspondiente. Se trata del caso de un varón que, desde la tierna infancia, actuó
siempre y en todo momento como mujer para someterse luego a una intervención
quirúrgica de reasignación sexual y convivir con varones. Durante el proceso judicial,
dos peritos comprobaron y acreditaron el resultado positivo de la operación. En la
sentencia se describe al transexual como una persona poseedora “de un irresistible
sentimiento de pertenencia al sexo contrario, rechazo del propio y deseo obsesivo de
cambiar la morfología genital”.
61 Vidal Martínez, Jaime. “¿Se incluye el ‘cambio de sexo’ (transexualidad) en el libre desarrollo de la
personalidad, al que se refiere el artículo 10-1 de la Constitución española?”, op. cit., p. 987.
62 Rivera, Julio César. “Transexualismo: Europa condena a Francia y la Casación cambia su
jurisprudencia”, en El Derecho, Tomo 151-195, Buenos Aires.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
A propósito del fallo que reseñamos, y tal como lo expresamos en otro lugar de este
trabajo, ningún médico, bajo responsabilidad, debe intervenir quirúrgicamente a un
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sostuvo “que sólo por poseer órganos genitales de apariencia masculina (testículos y
pene) no se es hombre en la globalidad total del concepto, fundamentalmente en el
sentir personal más profundo de un ser que lo único que tuvo de varón en toda su vida
es lo apuntado, evidentemente la mente, el corazón y el alma dictaron siempre otra
cosa, que sumado al entorno social y familiar dictaban siempre que se estaba ante una
mujer como la que más”. Después de la probanza pertinente, se ordenó por el Juzgado
la rectificación del acta de nacimiento en el sentido de modificar el sexo de masculino
a femenino y otorgarle el prenombre solicitado. Se ordenó también el concederle un
nuevo Documento Nacional de Identidad.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Entre las sentencias que hemos revisado, existen dos muy completas en cuanto a los
medios de prueba, a sus fundamentos jurídicos y a su apropiada bibliografía. Ambos
han sido emitidos por un Juzgado de Mar del Plata, el primero en 1997 y, el segundo,
en el 2008.
770
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
El proceso al que nos referimos en el párrafo anterior fue muy bien llevado por el
Juez Pedro Hooft. Le dedicamos un comentario elogioso en un artículo titulado Una
excelente sentencia dictada en un caso de intersexualidad63.
a. El caso
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
b. La prueba actuada
Es así que entre la vasta prueba actuada hallamos un “informe socio ambiental”
en el cual, el perito designado para el efecto, refiere haber mantenido una
entrevista personal con el recurrente, sus familiares y amigos. Son varios y
pertinentes los datos que ofrece sobre la actitud del demandante y de la de
sus familiares, vecinos y amistades sobre sus hábitos y costumbres.
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c. Apreciación judicial
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f). A los fines de un más adecuado resguardo del valor seguridad jurídica,
se dispone, asimismo, que la persona amparista deberá incorporar a la
causa una evaluación psicológica y/o psiquiátrica actualizada dentro de
los seis meses contados desde el momento en que la presente sentencia
quedare firme, todo ello en relación a la futura intervención quirúrgica
proyectada.
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BIBLIOGRAFÍA
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
IDENTIDAD Y POSTMODERNIDAD:
UNA LECTURA CRÍTICA DESDE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO
El artículo 2°, inciso 1 de nuestra Constitución señala que “toda persona tiene derecho
a la vida, a su Identidad, a su integridad moral, psíquica y física a su libre desarrollo y
bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece” y el artículo
19° sostiene también que todos los peruanos tienen derecho “a su identidad étnica
y cultural. El Estado reconoce la pluralidad étnica y cultural de la Nación”. Así pues,
el derecho a la identidad tiene un lugar relevante dentro de nuestro ordenamiento
jurídico; sin embargo, lo que no se dice en la Constitución es qué cosa debemos
entender por identidad o qué es lo que el derecho —o los jueces— deben entender
por tal a fin de poder determinarse en qué casos se podría ver afectado o no este
derecho.
De acuerdo con algunas clásicas definiciones doctrinarias, desde la teoría del derecho
moderno y el Derecho Civil se entiende por identidad el “ser en sí mismo” siendo el
modo en que la persona se muestra dentro su sociedad1; también nuestro destacado
académico Carlos Fernández Sessarego, por su parte, sostiene que la identidad es
*
Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Máster en Teoría Social y
Política por la Universidad de East Anglia (Inglaterra). Cuenta con una amplia experiencia docente,
es profesor Ordinario en el área de Teoría del Derecho del Departamento de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica. Docente en las Maestrías de Derecho Constitucional y Política Jurisdiccional de
la Pontificia Universidad Católica, profesor principal de Razonamiento Jurídico en la Academia de la
Magistratura, en los cursos de Preparación para el Ascenso, Capacitación y Formación de Aspirantes,
profesor de Filosofía Política y Ética en el Doctorado de Filosofía de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, profesor en la Unidad de Postgrado de Derecho de la Universidad de San Martín de
Porres y en la Escuela de Gobierno de la misma casa de estudios, profesor visitante en el Postgrado
de Derecho de la Universidad Católica Santa María en Arequipa, en la Universidad Nacional de Piura y
en la Universidad Privada del Norte (Trujillo). Es autor de diversos artículos en revistas de derecho del
Perú como IUS et Veritas, Derecho – PUCP, Themis, Pensamiento Constitucional, etc., y en la Revista de
Filosofía del Derecho Isonomia (México) y en Foro Interno. Anuario de Teoría Política de la Universidad
Complutense de Madrid y otras publicaciones académicas en Argentina y Chile. Autor de los libros:
Pensando Peligrosamente: el pensamiento reaccionario y los dilemas de la democracia deliberativa y
Deconstruyendo la Legalidad: ensayos de teoría legal y teoría política, ambos publicados por el Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú y en su segunda edición.
1 De Cupis, Adriano. Il diritto della personalità. Tomo II, Milano, 1982, p. 3.
786
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
todo lo que hace que cada cual sea “uno mismo” y no “otro” y que permite que se
conozca a la persona en su “mismisidad” en cuanto a lo que es su esencia humana2.
Sin embargo, mi interés en este texto está más bien en explorar en torno a la
“radicalización” del proyecto existencialista que en algunos casos y paradójicamente
podría percibirse en términos de un creciente nihilismo, es decir, en la negación de los
valores y la indiferencia respecto a los proyectos y fines humanos4. Una situación como
ésta tendrá que traer cambios relevantes en toda la realidad del derecho moderno ya
que también esta etapa nihilista es conocida como “postmoderna” o deconstructiva5,
2 Fernández Sessarego, Carlos. Derecho a la identidad personal. Buenos Aires, Editorial Astrea, 1992.
3 Citado por Fernández Sessarego. Ibid., p. 134. Respecto a estas perspectivas, que son expuestas
por el Dr. Fernández Sessarego, habría que considerar que están claramente influenciadas por las
corrientes existencialistas de la primera mitad del siglo XX (Sastre, Jaspers, Heidegger etc.). Como se
puede desprender de los siguientes párrafos extraídos de su texto Derecho a la identidad personal:
“La filosofía existencial redescubre al hombre como ser libre. Libertad que hace al hombre como
ser libre. Libertad que hace de la persona un ser creativo y responsable itinerante, en continuo
movimiento. La libertad no es algo exterior al hombre, por lo que no se le ofrece como objeto. El ser
humano no es compacto, cerrado sobre sí mismo, acabado como las cosas que están en el mundo,
que aparecen en su circunstancia. La libertad no es un atributo o un predicado perteneciente, de
alguna manera al hombre considerado en su esencia. Ella es el ser mismo del hombre por lo que en
última instancia decir “soy libre” es decir, “soy yo”. Ibid., p. 2.
4 Cfr. Strauss, Leo. “The three waves of modernity”, en An Introduction to Political Philosophy: Ten
Essays by Leo Strauss, ed. GILDEN, Hilail. Detroit, Wayne University Press, 1989. De hecho, el nihilismo
sería “la situación de desorientación que aparece una vez que fallan las referencias tradicionales, o
sea, los ideales y valores que representan la respuesta al ¿Para qué?”. Cfr. VOLPI, Franco. El Nihilismo.
Madrid, Siruela, 2007, p. 14.
5 Al respecto, ver mi texto “Los Estudios de Crítica Legal frente al derecho civil y los contratos”, en
Hernando Nieto, Eduardo. Deconstruyendo la Legalidad: ensayos de teoría legal y teoría política.
Segunda edición, Lima, PUCP, 2002.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
6 El proyecto de la filosofía postmoderna se gestó en los años setenta con los aportes de filósofos como
Derrida, Foucault, Lyotard, quienes partiendo de las bases dejadas por la filosofía de Nietzsche y de
Heidegger empezaron a desmontar todo lo construido durante la etapa racionalista.
7 Ciertamente como se puede encontrar en las argumentaciones liberales contemporáneas, el derecho
a la identidad se extiende a otros derechos, entre ellos la autonomía; sin embargo, el concepto de
autonomía es bastante más complejo de lo que se piensa ya que puede abarcar no solamente el caso
de las satisfacciones de deseos o preferencias personales (que sería lo que se busca defender dentro
del constitucionalismo de hoy) sino también formas de elección racional o inclusive concepciones de
autorrealización que están más cerca de lo comunitario que lo individual. Luego me explayaré sobre
estos puntos. Cfr. HERNANDO NIETO. Eduardo. “Constitución Sustantiva: Autonomía, Perfeccionismo
y Legalidad Neutral”, en Pensamiento Constitucional, N.º 7, 2000.
788
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Por ejemplo, recientes casos, como el del escocés Norrie May-Welby, quien no hace
mucho ha sido reconocido como un sujeto neutro ya que según él, no se sentía augusto
ni con el sexo masculino ni con el femenino8, sería sólo la punta del iceberg de una
transformación radical que podría experimentar el derecho moderno construido bajo
los pilares del racionalismo cartesiano y que ahora no podría contener todos estos
cambios resultado de la tecnología, el avance científico sumados a un individualismo
8 Esto apareció el mes pasado en numerosos diarios y portales electrónicos, “Norrie May-Welby se
ha convertido a sus 48 años en el primer ser humano reconocido oficialmente como de ‘género
neutro’. Ni hombre ni mujer, sino todo lo contrario. La primera pregunta que viene a la mente es:
¿es esto físicamente posible? ¿Y cuáles son las consecuencias que puede acarrear esta decisión?
¿Tendrán en el futuro, por ejemplo, los servicios públicos una tercera puerta para ‘neutros’?
Norrie nació como varón en Escocia, pero emigró con sus padres a Australia cuando tenía 7 años.
A los 28 se sometió a una operación de cambio de sexo para convertirse en mujer, siguiendo los
protocolos médicos y psicológicos habituales. Pero el cambio no le satisfizo. No consiguió terminar
de amoldarse a su nueva identidad femenina.
“Nunca me he sentido completamente hombre o mujer —explica en el diario The Scotsman—
exceptuando un breve periodo durante la primera transición en la que me identifiqué como transexual
porque pensé que había sólo dos opciones de género y la masculina era incorrecta, mientras que la
femenina me hacía sentir mejor”.
Así que abandonó el tratamiento hormonal. A consecuencia de ello, 20 años después su cuerpo tiene
tanto de femenino como de masculino. Y aunque se encuentre perfectamente a gusto así, Norrie se
dio cuenta que sus papeles podían traerle complicaciones.
“Si tengo que enseñar mis documentos de identidad, desde luego que no quiero dar detalles falsos,
porque eso sólo me va a traer problemas cuando las autoridades se den cuenta de que no encajo con
los datos.” –argumenta.
Por lo tanto, solicitó al registro de New South Wales que reconociera su identidad de género
como ‘neutro’. En un principio la institución consideró imposible su petición. Pero desde el 2009
la legislación australiana reconoce la existencia de los casos biológicos en los que ‘el sexo no es
específico’. Y un plantel de expertos médicos dictaminó que el sexo de Norrie May-Welby no puede
ser definido.
“El concepto de hombre o mujer no encaja conmigo. La solución más simple es la de no tener
ninguna identificación sexual —declara—. No hay ningún motivo para seguir insistiendo en que
nuestra identidad legal tenga que incluir una declaración pública sobre algo muy privado, nuestro
sexo”. Citado por http://jonkepa.wordpress.com/2010/03/17/%C2%BFpuede-existir-el-ser-humano-
sin-genero-sexual/
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
radical que buscaría ahora que las leyes se adapten a la voluntad del sujeto y no a la
inversa, como habría sido lo natural en los orígenes del derecho9.
Pero volviendo al caso citado, se habla por ejemplo aquí de un no sexo o un sexo
neutro, lo cual en sí mismo resultaría no sólo confuso sino que también podría dar pie
a múltiples problemas legales; por ejemplo, al establecerse —como ocurre en nuestro
ordenamiento— que el matrimonio sólo corresponde a la unión de un hombre y una
mujer, excluyéndose cualquier otra posibilidad. ¿Entonces habría también que facilitar
nuevas formas de unión entre personas neutras tal y como se viene implementando
en el caso de los homosexuales en diversos países? Sin embargo, no faltarán quienes
sostengan que el caso de May– Welby es solamente anecdótico o insólito, por lo que
no habría que preocuparse demasiado respecto a la necesidad de legislar sobre el
particular. Empero, igual podría haberse dicho años atrás cuando alguien decidió
cambiar de sexo (transexual) a través de una intervención quirúrgica y su apariencia
contrastaba ahora con su documento de identidad, en el que se consignaba su
identidad original (por ejemplo hombre). En esas circunstancias se planteó una serie
de acciones legales destinadas a modificar no solamente el nombre, sino también el
sexo que se señala en el documento de identidad. Evidentemente, estos casos han
ido en aumento igual en nuestro país produciéndose, además, cambios acelerados al
respecto10 y no extrañaría que también a mediano o corto plazo cambios legislativos
drásticos.
790
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Así pues, el modelo liberal prevaleciente se sustenta en la defensa del valor tolerancia
por sobre todas las cosas aunque, a decir verdad, es una tolerancia que resulta sin
fundamentos pues si se parte del carácter subjetivo de todo valor, entonces la tolerancia
no podría justificarse ya que ningún valor podría ser objetivo. Esta contradicción del
liberalismo los conduciría a un callejón sin salida ya que la concepción de liberalismo
que manejan descansaría en realidad en el relativismo14.
Sin embargo, a fin que el discurso liberal no sea contradictorio y que la defensa de
la elección personal y la tolerancia estén justificadas; entonces la “tolerancia” de
conductas, como la de la sexualidad “neutra” o la de la “transexualidad” o la unión
de personas del mismo sexo tendrían que ser sustentadas en algún valor (tolerancia).
11 Forst, Rainer. Context of Justice, Political Philosphy beyond Liberalism and Communistarianism.
Berkeley, University of California Press, 2002, cap. 2.
12 Sandel, Michael. Public Philosophy, Essays on Morality in Politics. Cambridge, Mass, Harvard
University Press, 2006, p. 147.
13 Ibid.
14 Sandel, Michael. Democracy`s Discontent, America in search of a public philosophy. Cambridge
Mass, The Belknap Press Harvard University Press, 1996, pp. 25-54; Justice, What´s the right thing to
do? New York, Farrar, Straus and Giroux, 2009, p. 249.
791
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
¿Cuál sería entonces la base de la tolerancia? Se entiende que existen dos morales
modernas que lo podrían justificar, el utilitarismo y la moral de los derechos Kant15;
sin embargo, ambas resultan siendo fallidas como lo pueden señalar diversos teóricos
perfeccionistas16, republicanos democráticos17 y comunitaristas18, sea porque el
utilitarismo no considera a todos como seres autónomos (algunos son medios para
los fines de otros) sea porque la moral de los derechos se basa en una distinción que
no se puede sostener, vale decir, la distinción entre lo correcto y lo bueno19. Entonces
si no hay justificación para la tolerancia (que sí podría ser justificada en otros modelos
no neutrales ciertamente) resulta difícil aceptar las tesis liberales. Es más, si no
fuesen acertadas las críticas contra la moral de los derechos y la tolerancia estuviese
justificada, entonces también tendría sentido preguntarse ¿por qué sólo la tolerancia
y por qué no otros valores? Sin duda, la discusión sobre los valores será una constante
en los últimos años.
15 Sandel, Michael. Liberalism and its Critics. Oxford, Blackwell Publishers, 1992, introducción.
16 Raz, Joseph. The Morality of Freedom. Oxfod, Oxford Univrsity Press, 1988.
17 Waldron, Jeremmy. Law and Desagreement. Oxford, Oxford University Press, 1999
18 Sandel, Michael. Democracy`s Discontent, America in search of a public philosophy.
19 Esta distinción aparece claramente en un texto emblemático para el liberalismo neutral, como es La
Teoría de la Justicia de RAWLS, John (1971). Aquí se plantea la separación entre lo correcto (right) y lo
bueno (good) y la subordinación del último al primero. Se entiende entonces que el sujeto antecede a
los bienes que elegirá como si estuviese fuera de cualquier contexto o universo valorativo, tal ficción
era necesaria ya que sólo así se podría afirmar el valor de la elección personal pero sin comprometer
ésta con alguna forma de vida buena. Se afirmaba entonces una estructura neutral que permitiese a
cualquiera gozar de su libertad personal.
20 Hernando Nieto, Eduardo. “¿Cómo ver al derecho aquí y ahora?” En Themis, N.º 57, diciembre 2.
21 Nino, Carlos Santiago. La Constitución de la Democracia Deliberativa. Barcelona, Gedisa, 1997, cap. 5
792
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Así pues, las reglas de la democracia, como por ejemplo las que imponen que no puede
haber discriminaciones en virtud de la raza, el sexo, condición económica, etc.; que el
voto de los ciudadanos debe tener igual valor; que las decisiones políticas colectivas
se toman por el procedimiento de la mayoría; que debe haber alternativas reales; que
los representantes se eligen periódicamente; que no se pueden violar los derechos
de la minoría; genera un procedimiento de toma de decisiones similar, según Nino, al
procedimiento que rige el discurso moral.
Así por ejemplo, Nino podría establecer ciertas reglas concernientes a los derechos
humanos, como el afirmar que los derechos humanos son derechos morales que posee
todo ser humano independientemente de contingencias tales como el sexo, la religión
o la nacionalidad y del hecho de que sean o no reconocidos por el gobierno o que la
función de tales derechos es evitar que las personas sean usadas como medios para
satisfacer los objetivos de otras personas, de entidades corporativas o del gobierno,
entre otras, quedando explícitamente señalado que la función de todo Estado liberal
debería ser la de la promoción de los citados derechos (como una obligación moral).
Un discurso como éste, que a diferencia del positivista clásico institucionaliza y moraliza
los derechos individuales22, sin duda que ha servido para facilitar la legalización
favorable a distintas conductas y hechos que antes no se habían ni siquiera pensado
(cambio de sexo por ejemplo), la ampliación del derecho de autonomía y la no
injerencia de otros con respecto a las elecciones personales (neutralidad) por ejemplo
serían considerados como formas de satisfacer los estándares propuestos por esta
moral de los derechos individuales.
22 Recordemos que en el caso del positivismo kelseniano, por ejemplo, la protección de los derechos
era de manera indirecta merced al cumplimiento de las reglas por parte de los funcionarios. Cfr.
Hernando Nieto, Eduardo. ¿Cómo ver al derecho aquí y ahora?, p. 40.
793
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
CONCLUSIÓN
Mientras que las tesis liberales planteaban la distinción entre permitir y promover
junto con la neutralidad y la tolerancia en el campo jurídico pronto las tesis positivistas
que se alineaban en cierto sentido con el liberalismo, pasaron a convertirse en
neoconstitucionalismo y a “comprometerse” con los valores, con lo cual ya no tenía
mucho sentido hablar de la tolerancia, el derecho ahora —como lo sostenía Nino—
debería promover la voluntad individual.
Los liberales dicen que la moral de los derechos individuales se justifica en sí misma;
sin embargo, no sé si esto sea suficiente para poder afirmar que éstos realmente
deben de ser aceptables. Lo que parece más bien es estar ante un razonamiento de
carácter circular26, entiendo que en el mundo antiguo o en contextos no occidentales
“la transexualidad” o la “indeterminación sexual” no fueron mayor problema para
la marcha de sus civilizaciones, que igualmente aportaron mucho en el desarrollo
de nuestro mundo actual. Por ello, no veo por qué los legisladores, los jueces o los
poderes de facto deban tener tanto interés en legitimar estas situaciones o cualquiera
otra “políticamente correcta” sin plantear un análisis más profundo respecto a por
qué deberían legitimarse dichas conductas o por qué es que se tendría que reconocer
cualquier identidad según la voluntad del demandante, amparadas en la vaguedad
de la “tolerancia”. La defensa de la autonomía personal no necesariamente debe
implicar acceder siempre a cualquier pedido o acceder de modo inmediato a cualquier
capricho; por más atractivo que sea formulado, sin tomar en cuenta también la manera
como estos nuevos derechos podrían afectar la marcha de lo que fue considerada una
civilización de progreso y bienestar colectivo.
26 Los derechos individuales son correctos porque se justifican en la razón práctica y la razón práctica es
correcta porque se justifica en los derechos individuales.
795
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
INTRODUCCIÓN
En este tópico expondré los siguientes ítems:
El tema sobre cambio de sexo documental estimo que hace referencia, principalmente,
a un conjunto de personas que al haberse practicado una intervención quirúrgica
que les permita variar sus órganos genitales, de un sexo original —consignado en
sus documentos— a un sexo reasignado, experimentan un alto grado de sufrimiento
emocional debido a que no puedan ostentar una identificación documental acorde
con su nueva condición, hecho que les impide realizar toda clase de actos necesarios
para el desarrollo de su personalidad. Por ejemplo, inscripciones conforme a su nuevo
sexo en instituciones educativas, religiosas, políticas, policiales, militares etc. Lo cual
tiene como consecuencia que los seres humanos que han cambiado su sexo en lo
anatómico sean percibidos como seres anormales, monstruos sociales, por lo tanto
sean discriminados, maltratados y rebajados en su condición humana, lo cual es una
evidente afectación al derecho a la igualdad de trato, libertad y bienestar.
Además, del caso presentado, existen aquéllos en los que una persona presenta una
conformación anatómico genital cuya identificación sexual no es clara y por ello fue
*
Profesor Principal de la Academia de la Magistratura en el Programa de Formación de Aspirantes a
Magistrados y en el Programa de Capacitación para el Ascenso. Título de especialista en Argumentación
Jurídica, por la Universidad de Alicante España. Docente especialista en: Introducción al Derecho, Lógica
Jurídica, Filosofía del Derecho, en la Universidad San Martín de Porres, Universidad Mayor de San Marcos
y Universidad San Juan Bautista. Expositor en eventos académicos del Poder Judicial, entre otros.
798
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
inscrita con un sexo y luego desea cambiar dicha inscripción, lo cual considero que
reviste la misma importancia del anterior caso.
Por último, cabe precisar que los hechos que pueden dar lugar a una solicitud de
cambio de sexo documental son variados, lo cual se ira delimitando —de alguna
manera— en el cuerpo del trabajo.
Está demás decirlo que resultaría ingenuo pensar que en el presente artículo se
agotarán todas las posibilidades que ameriten el cambio de sexo en los documentos.
Aprovecho este espacio del trabajo para señalar que el sintagma “cambio de sexo
documental” lo uso para referirme a la variación de designación del sexo en cualquier
documento oficial que sirva para identificar a un ser humano, como por ejemplo una
partida de nacimiento o un documento para sufragar o cualquier otro que otorgue o
autorice el Estado.
MÉTODO A EMPLEARSE
A continuación, estipulo la estructura mínima del cuerpo del artículo, que debe
seguirse para garantizar su corrección:
799
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
4.- Conclusiones.
MARCO CONCEPTUAL
800
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
801
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
todos los demás intereses son medios para satisfacer el citado interés. Esta
tesis parecería estar emparentada con la filosofía utilitarista; pero en realidad
no lo está del todo puesto que el utilitarismo clásico, al estilo de Benthan, en
cierto sentido constituye una teoría moral que puede postular incluso que
el bienestar o placer de la mayoría se sobrepone sobre la minoría. En fin, el
utilitarismo antes citado es prescriptivista, moralista; en cambio la teoría que
pretendo construir es más bien descriptivista de la realidad socio jurídica…
Es decir, pretendo señalar cómo es la sociedad humana —en cuanto a sus
intereses— pero no prescribir reglas morales universales y absolutas sino tan
sólo aconsejar la construcción de ciertas reglas técnicas para que la sociedad
mejore.
Lo más importante que quisiera recalcar es que el término “interés” está vinculado con
la esfera racional del ser humano, por ejemplo al estilo del filosofo Kant; pero por fines
prácticos en este trabajo abusaré de dicho término y lo extenderé no sólo al aspecto
802
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
a) Interés tácito.
b) Interés expreso.
A) Sobre los nombres: Entiendo por nombres, en el contexto del presente trabajo, a
las entidades físicas a través de las cuales la comunicación humana designa objetos;
es decir, un nombre tiene la función de identificar tanto objetos singulares como un
conjunto de objetos. Los nombres propios designan a un objeto y sólo un objeto (es
decir, a un individuo empírico o formal, natural o cultural); y los nombres comunes
designan a una clase o conjunto de objetos, esto es, a una agrupación o reunión de
objetos. Esta reunión de objetos es hecha por la mente humana mediante un proceso
abstracto de clasificación.
803
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
B) Sobre el significado empírico: Los nombres designan dos aspectos: por un lado
designan los entes del mundo abstracto o formal; por ejemplo, los entes matemáticos
o lógicos: número par, número primo etc. Por otro lado, designan los entes del mundo
empírico, es decir, los objetos perceptibles por los sentidos de manera directa o indirecta
(esta última a través de instrumentos materiales o a través de la inducción). Estos
objetos, llamados también observacionales, constituyen el denominado significado
empírico de un nombre cualquiera, sea propio o común. Por ejemplo el nombre propio
“Presidente Alan García Pérez” designa un ser de carne y hueso; por lo tanto el citado
ser de carne y hueso es el significado empírico del mencionado nombre. El nombre
común “montaña” designa a un ser tangible como cualquier elevación de terreno más
allá de una determinada altura; por lo tanto el citado ser tangible (observable por
algún órgano sensorial) es el significado empírico del mencionado nombre.
Debo precisar que el término “nombre” no sólo es usado en sentido oficial, por eso
se puede agregar, por ejemplo, el término “presidente” al nombre oficial Alan García
Pérez para evitar la ambigüedad u homonimia del citado nombre.
804
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
• Los entes u objetos jurídicos, pues son artefactos de la cultura que los
denominaré mentefactos para diferenciarlos de los artefactos empíricos
producidos por la misma cultura, como son las computadoras, mesas,
sillas, etc.
D) Sobre la definición.-
La teoría que manejaré será una compatible con la del lógico estadounidense Irvin
Copi, aplicándola al contexto jurídico, en la siguiente forma:
805
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
HIPÓTESIS DE SOLUCIÓN
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Nota: Esta demostración se efectúa aplicando una serie de pasos que comienzan con
la redacción de una fórmula normativa supuesta, continúa con la interpretación de
la misma y termina con la aplicación del principio de proporcionalidad en sentido
genérico a la fórmula normativa interpretada.
NOTA: Esta fórmula normativa estimo que debe ser reglamentada principalmente con
el objeto de interpretar los términos más relevantes de la misma, así como determinar
vía interpretación su sintaxis.
Consecuencia normativa:
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Del listado expuesto, para lograr una interpretación lógica del mismo debe clasificarse
el listado en condiciones necesarias, suficientes y contribuyentes; si no es posible dicho
reordenamiento, entonces no se habrá podido disminuir el grado de indeterminación
del texto M1.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Cada una de estas tres últimas condiciones configura una condición suficiente, pero no
necesaria para la correspondiente consecuencia normativa.
Consecuencia normativa.-
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
• Los ámbitos espacial y temporal son los que corresponden al lugar y momento
en los que una acción está prohibida o permitida; en el presente caso no están
especificados dichos ámbitos, por lo tanto deberá interpretarse de acuerdo
con las reglas generales de la aplicación de la ley en el tiempo o de acuerdo a
como M1 se reglamente para su aplicación territorial o temporal.
NOTA = La utilidad del análisis lógico interpretativo estriba en el hecho que permite
aliviar la indeterminación u oscuridad de la formulación normativa. Por ejemplo, el
texto M1 no regula el caso de un solicitante “asexuado”, está demás decirlo que este
caso resulta inverosímil en el presente, pero no sabemos qué nos deparará el futuro
respecto de la clonación humana; por lo tanto el caso del “asexuado” cae en laguna
respecto de M1 puesto que dicha condición no se subsume en el sexo masculino,
tampoco en el femenino y tampoco en el neutro (ya que el neutro —para efectos del
presente trabajo— es el que corresponde a la persona que presenta genitales en parte
femeninos y en parte masculinos).
811
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
a) Sexo = condición biológica de macho o hembra que presentan los seres vivos de
reproducción sexuada.
b) Sexo humano = condición biológica de macho o hembra que presentan los humanos
de acuerdo con diversos aspectos de su biología, tales como:
b.1. Sexo cromosómico humano = según la morfología del ADN, éste normalmente
presenta dos conformaciones: XX para la condición femenina y XY para la
masculina.
b.2. Sexo hormonal humano = el sexo cromosómico regula la morfología, fisiología
y la producción de sustancias químicas (llamadas hormonas) especializadas en
la determinación de parte de la morfología sexual humana como la formación
de ciertos órganos genitales y los caracteres sexuales secundarios.
b.3 Sexo genital humano = Los cromosomas y hormonas determinan la formación
de los órganos reproductores, los cuales son llamados órganos genitales
masculinos o femeninos.
812
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
M1 no especifica el tipo de funcionario, por lo tanto ello tendría que ser reglamentado,
pero la norma circunscribe la obligación a las autoridades estatales; por ello M1
presenta una especie de laguna respecto a la autoridad particular que se negara a
realizar la reasignación del sexo en documentos emitidos por particulares.
813
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Entre los principios que se pretenden beneficiar y se pueden afectar se debe escoger
—si es posible— los de mayor relevancia. Para efectos del presente trabajo señalo los
siguientes:
Es conveniente, precisar en este punto, que la teoría de los principios que manejo usa
el término principios especialmente para referirse a las normas que estipulan derechos
814
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Desde el punto de vista que aconsejo, a fin de evitar caer en posturas neo románticas,
un valor es el producto de la estimación y la estimación es una entidad psicológica.
En términos figurativos: el amor por la vida, la libertad, la igualdad etc., en la vía de
los hechos no se pueden imponer, las personas aman lo que aman en el momento
que aman, por lo tanto el amor como la estimación o valoración no pueden ser
considerados una obligación porque no dependen de la voluntad.
Un modo de escapar de la citada falacia sin hacer trampa es con los siguientes
razonamientos, los cuales usan el término deber no en sentido moral sino técnico.
INFERENCIA ALFA
1) Si se quieren lograr los fines más valorados entonces se debe emplear el medio
más útil y menos costoso para lograrlos.
3) Por lo tanto: se debe emplear el medio más adecuado y menos costoso para
lograrlos.
815
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
INFERENCIA BETA
4) Si el medio más útil y menos costoso para lograr los citados fines es configurar
el derecho fundamental a la vida, la libertad y la igualdad entonces se deben
configurar los mencionados derechos.
5) El medio más útil y menos costoso para lograr el respeto a los citados fines es
configurar los mencionados derechos.
ACLARACIONES:
816
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
D) El término configurar como verbo implica —para efectos del presente trabajo—
la acción y el resultado de construir o constituir algo. En el caso de derechos
fundamentales, es el acto voluntario y hasta convencional de construir (en el sentido
de estipular) ciertas entidades que simbolicen intereses básicos de la especie humana
y a la vez representen facultades otorgadas a los seres humanos para que éstos estén
autorizados de reclamar el respecto y satisfacción de dichos intereses básicos.
Por lo tanto, los principios involucran tanto: derechos, valores y fines comunes a la
especie humana como la obligación de respetar y desarrollar dichos derechos, fines y
valores. En consecuencia, los referidos principios están destinados a satisfacer los más
caros intereses humanos.
817
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
TITULAR DEL DERECHO QUE SE PRETENDE BENEFICIAR = Toda persona que presente
una discrepancia entre el sexo que posee según la certificación médica que ostente y
el sexo asignado en su documento de identidad.
TITULAR DEL DERECHO QUE SE PUEDE AFECTAR = toda persona que sufra la amenaza
de daño a sus bienes por parte de aquellos malhechores que para perpetrar sus
crímenes o evadir su persecución varían su identidad recurriendo al cambio de sexo
documental.
OBJETO CONCRETO DEL DERECHO QUE SE PUEDE AFECTAR = la seguridad de los bienes
personales o patrimoniales de todos y cada uno de los miembros de la sociedad.
818
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
NOTA: Debo precisar que este método es el utilizado para controlar la constitucionalidad
de las medidas; es decir —según el método— si la medida pasa los tres test (de
idoneidad, necesidad y ponderación), entonces la medida se declara constitucional;
pero basta que no satisfaga uno de los test para ser declarada inconstitucional.
Este método es propuesto por Robert Alexy y por mi parte lo utilizaré hasta cierto
punto, dándole unos toques personales, por lo tanto la aplicación del principio de
proporcionalidad a la medida M1 es una variante del método de Alexy a la vez que es
una propuesta más.
TEST DE IDONEIDAD
Primer caso = las personas que nacieron con un sexo indefinido por la medicina y
fueron consignadas con un sexo diferente al percibido por ellos mismos años más
tarde, en consecuencia desean la reasignación del sexo en sus documentos.
819
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Segundo caso = las personas que nacieron con un determinado sexo genital,
hormonal y cromosómico y han logrado quirúrgicamente la variación del sexo
genital, con o sin modificación de su dopaje hormonal.
Tercer caso = las personas que por algún motivo de nacimiento o quirúrgico
o fisiológico presentan en parte un sexo y en parte el sexo opuesto, en una
proporción tal que impida darles una determinada asignación de sexo. A éstas se
les denominará, para efectos del trabajo, como sexo neutro.
TEST DE NECESIDAD
820
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
a) M1 es más gravosa que M2 para el derecho D2, puesto que con M2 los criminales no
podrían recurrir al cambio de sexo documental sin dejar constancia de su anterior
asignación de sexo y, por lo tanto, el riesgo que el criminal pase inadvertido es
menor frente a la medida M1, la cual propiciaría en algún grado mayor que M2,
que los criminales varíen su identidad.
c) Según la tabla, cuando una medida pese a ser más gravosa pero más idónea que
cualquier otra, entonces pasa este test.
821
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
822
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
- Considero que de acuerdo con las circunstancias del caso y de acuerdo con las
estimaciones de la sociedad actual, el peso del derecho D1 (derecho al libre
desarrollo y bienestar) es mayor que el derecho D2 (a la seguridad pública),
concretamente, la seguridad sobre nuestros bienes patrimoniales e integridad
física no tuviesen valor alguno, si es que no fuesen un medio para lograr el bienestar
y lograr el libre desarrollo de la personalidad. En otros términos, preguntémonos
¿cómo se sentiría un ser humano cualquiera, teniendo salud física y bienes
patrimoniales si no alcanza el bienestar, es decir, esa especie de felicidad? ¿Cómo
se sentiría un ser humano cualquiera poseyendo cierto grado de seguridad sobre
su integridad física y bienes patrimoniales y carece de la posibilidad de desarrollar
su personalidad de acuerdo con sus intereses para su realización en la profesión,
oficio, pareja, familia, amigos, ciudad y estilo de vida que escoja libremente?,
considero que el daño emocional de esos seres humanos sería cuantioso. Por ello
considero que el derecho D1 al bienestar y libre desarrollo de la personalidad
posee mayor peso de importancia que D2 (el derecho a la seguridad pública).
- Debo precisar que no he considerado pertinente hacer una división entre peso
abstracto y peso concreto, puesto que no me ha sido posible hallar una distinción
clara y tajante entre el uno y el otro. Debo manifestar que el derecho a la seguridad
pública lo considero, en cierta medida, derivado del derecho a la integridad física
y del derecho al patrimonio porque son precisamente estos últimos derechos
los beneficiados con la mayor seguridad pública; por lo tanto D2 es un derecho
distribuible entre los individuos de una determinada comunidad, en tal sentido
estimo que tiene categoría de un derecho fundamental (derivado) y como tal no
se podría —en abstracto— atribuírsele mayor o menor peso que a otros derecho
fundamentales.
Baja afectación de D2. D1 pesa más que D2. Alta satisfacción de D1. Por lo tanto
la medida M1 resulta con validez jurídico material y, en consecuencia, podría
eventualmente ser considerada constitucional.
823
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
EPÍLOGO.-
La finalidad del artículo ha sido, sobre todo, presentar un método iusfilosófico para
abordar el estudio de un problema jurídico social y defender una determinada postura
frente a dicho problema, bajo la convicción que el método propuesto es un medio algo
más seguro que la argumentación netamente persuasiva.
Por un lado, me he tomado la libertad de presentar una técnica de corte analítico para
lograr mayor claridad y realismo en la interpretación del sintagma “Principios sobre
derechos fundamentales”, apartándome de doctrinas de corte iusnaturalista como en
cierta medida presenta Dworking y el denominado Neoconstitucionalismo al sostener
la tesis de la cierta objetividad de los valores relativos a los principios.
824
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
ANEXOS
M1 --------------------------------------------à
Decisión
D1 optimizado
NOTA: Los casos signados con asteriscos son casos difíciles por el cierto empate que
involucran.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
TABLA DE PONDERACIÓN
Grado M1
Grado efectivo Peso de importancia efectivo de aceptación o
de afectación de D1 satisfacción rechazo
de D2 frente a D2 de D1 por de M1 como
por efecto de M1 en las circunstancias efecto de medida con validez
C1 M1 jurídico material
NOTA: Los asteriscos señalan los casos difíciles o dudosos o los de empate, los cuales
son resueltos a través de la discrecionalidad del intérprete.
826
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
BIBLIOGRAFÍA
• ALCHURRÓN, Carlos. “Sobre Derecho y Lógica”, en Isonomía, N.° 13, México D.F.,
2000.
• DWORKIN, Robert. Los Derechos en Serio. Barcelona, Editorial Ariel S.A., 1989.
827
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
• SANTIAGO NINO, Carlos. La Validez del Derecho. Primera edición, Buenos Aires,
Editorial Astrea, 1985.
828
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Roberto Calvo *
Este derecho ha sido definido como “el interés existencial que tiene cada persona
de no ver alterada, desnaturalizada, o negada la proyección externa o social de su
personalidad…”, “Que no se discuta, distorsione, recorte o niegue lo que constituye
el esencial patrimonio cultural del sujeto, integrado por una multiplicidad de
variados aspectos como son, entre otros: la identidad de origen, la identidad familiar,
intelectual, política, religiosa, social y profesional de cada persona…” (“El Derecho a la
Identidad: Un Derecho Inalienable”, “Derecho Familiar, Unidad y Acción para el siglo
XXI”. APFELBAUM, L.; S. BRACCIAFORTE; C. BOYE, 1996).
Es el derecho que permite al ser humano posicionarse como persona, ubicarse como
sujeto de derechos y obligaciones en una determinada comunidad. Es el derecho
*
Director General del Registro de Estado Civil de Uruguay (marzo 2005 - marzo 2010), Segundo
Vicepresidente del Consejo Latinoamericano y del Caribe de Registro Civil, Identificación y
Estadísticas Vitales (2008-2010). Escribano Público por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
de la Universidad de la República. Cuenta con estudios de Postgrado en Márketing en la Facultad de
Ciencias Empresariales de la Universidad de la Empresa y Tecnicatura en Recursos Humanos, por la
Asociación de Dirigentes de Márketing del Uruguay, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de
España. Durante su Gestión se suscribió el Convenio Marco de Cooperación Interinstitucional entre
el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil de la República de Perú y la Dirección General
del Registro de Estado Civil de la República Oriental del Uruguay, en la ciudad de Lima, el 30 de
noviembre del 2007. Expositor en distintos eventos académicos y congresos en Montevideo, Buenos
Aires, Santiago de Chile, Washington (EE.UU.), Madrid y Granada (España), Asunción (Paraguay), Lima
(Perú), México, Bogotá (Colombia) y Santo Domingo (República Dominicana) en temas de Recursos
Humanos, Seguridad Social, Registro Civil y Derecho a la Identidad.
830
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
de todo individuo a ser reconocido por los demás como poseedor de una identidad
propia e inconfundible, es el derecho a ser el ser que auténticamente es.
Se debe destacar que desde épocas tempranas ha existido en el país interés por
registrar los actos y hechos jurídicos que configuran el estado civil. En una primera
etapa, que abarca desde la época colonial hasta la entrada en vigencia del primer
Código Civil, el 1º de enero de 1869, los registros de las personas católicas eran
llevados por los curas párrocos. En un periodo intermedio, entre 1869 y 1879, fecha
de creación del Registro de Estado Civil, existió un sistema mixto, en que las personas
que no eran católicas podían registrar los hechos y actos de estado civil ante los
jueces de paz, quienes llevaban registros de nacimientos y defunciones y procedían a
efectuar los matrimonios de los no católicos. El Registro del Estado Civil fue creado por
el Decreto – Ley 1.430 de fecha 12 de febrero de 1879, con el cometido de registrar
los nacimientos, matrimonios, defunciones y reconocimientos. Esta competencia
831
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
fue asignada a los jueces de paz de toda la Republica, quienes también tenían, y aún
tienen, la función de Oficiales del Estado Civil. El Decreto – Ley nombrado, con algunas
modificaciones posteriores, continúa vigente a la fecha.
Esta norma, además, introduce cambios sustanciales en lo que tiene que ver con
la forma de inscripción y filiación de los hijos extramatrimoniales; consagrando
el derecho a la filiación al establecer su artículo 23° que: “(Derecho a la filiación).-
Todo niño y adolescente tiene derecho a conocer quienes son sus padres.”. La norma
uruguaya amplía y flexibiliza lo expresado por la Convención de los Derechos del Niño
en virtud de que la misma en su artículo 7.1 establece: “el niño… tendrá derecho y en
la medida de lo posible a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos”. El Código
de la Niñez y la Adolescencia le da un carácter absoluto a este derecho al que no se le
reconocen limitaciones.
832
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Como más adelante se verá, la aprobación de la Ley N.° 18.620 constituyó junto al
Código de la Niñez y la Adolescencia (Ley N.° 17.823) otro avance en lo que tiene que
ver con el Derecho a la Identidad de las personas.
833
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Vistos:
I.- Que en el presente caso concurren razones suficientes para que se declare nula la
partida de nacimiento N.° xxx, de fecha dd.mm.año, de la Oficina N.° xx de Xxxxx, y a
la vez, decretar la nueva inscripción.
II.- Que el Sr. Fiscal en lo Civil de xxxx Turno, en su fundado dictamen, no obstante
advertir que la situación denunciada debería tener, como solución legal la del
procedimiento de rectificación de partida (artículo 73° del Decreto-Ley N.° 1.430 y
LJU caso 7252), admite que, tratándose de una falsedad sustancial, derivada de
acontecimientos posteriores imprevisibles, en su opinión esa falsedad autoriza la
declaración de nulidad (artículo 43° del Código Civil y artículo 21° del Decreto – Ley
1.430).
834
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
a los perjuicios que habrá de causar a la niña el conocimiento por ella y terceros de
su modificación sexual. Este juicio de valor determina una razón suficiente para la
extensión de la norma a casos no previstos, aplicando los criterios de “logos de lo
humano” o “lógica razonable” referidos por RECASÉNS SICHES (Tratado General de
Filosofía del Derecho, p. 646). En mérito a estas consideraciones del Sr. Fiscal aconseja
como solución jurídica justa, impuesta por la equidad, la nulidad de la partida de
nacimiento y la nueva inscripción.
III.- Que el sentenciante comparte las fundadas razones esgrimidas por el Sr. Fiscal para
aconsejar la nulidad de la inscripción actual y la pertinencia de una nueva inscripción
que la sustituya. Solamente correspondería anotar que el derecho a la propia identidad
es un derecho inherente a la personalidad (artículo 72° de la Constitución) y sería
atentatorio contra ese principio el mantenimiento de un registro que ya no contempla
la situación real, mutada en su esencia precisamente por aplicación de conocimientos
científicos que buscan el mejor y más adecuado desenvolvimiento de la personalidad.
Por tales fundamentos y disposiciones legales citadas;
Resuelve:
2.- Sentencia definitiva dictada por el Juzgado Letrado de Familia de XXº Turno.
Vistos:
835
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Resultando:
I.- A fs. 5-8 se presenta XX, expresando en síntesis que viene a promover conforme al
artículo 11.1 y 11.3 del Código General del Proceso una acción declarativa mediante el
procedimiento voluntario de Información Ad Perpetuam, a los efectos que se declare
que en la realidad de los hechos, desde siempre XX y ZZ son la misma persona.
La sanción del Código General del Proceso no ha enervado la vigencia del Código
del Procedimiento Civil del procedimiento voluntario de Información Ad Perpetuam,
artículos 1275°-1262° C.P.C, puesto que no ha derogado en forma expresa y aún más,
existen normas del C.G.P., artículo 544.1 que avalan su vigencia. En efecto, el artículo
544.1 del C.G.P. que transcribe, implica que las disposiciones que no se opongan al
C.G.P., permanecen vigentes.
Alude a jurisprudencia.
Con relación al procedimiento de Información Ad Perpetuam la doctrina lo ha
examinado, cita a Lagartilla.
El objeto es una acción declarativa por la que se solicita se declare que la persona que
en la documentación figura como XX desde siempre y en la realidad de los hechos es
ZZ y con este nombre es conocida en su vida de relación.
836
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Desde siempre que tuvo conciencia, sintió que a pesar de haber nacido varón se sentía
niña y actuaba como tal, situación que fue admitida por sus padres, quienes siempre
la llamaron ZZ, así como vecinos, amigos, compañeros, etc.
Las razones por las cuales interrumpió el tratamiento son por salud y enfermedad de
sus padres.
837
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
II.- Por decreto número XXXX del dd/mm/año se da vista al Ministerio Público sobre la
admisibilidad de la acción, quien se expide favorablemente, fs. 9-9 vto.
III.- Por decreto número XXXX del dd/mm/año se convoca a audiencia para el dd/mm/
año, a la que se asiste, procediéndose a diligenciar la prueba testimonial ofrecida, se
le interroga, se concede la palabra a su profesional, se da vista al Ministerio Público
quien dictamina que puede hacerse lugar a la demanda, vista N.° XXXX y XXXX del dd/
mm y dd/mm/año respectivamente, fs. 10, 12, 18, 18 vto., 19 vto.
IV.- Por decreto número XXXX del dd/mm/año se prorroga la audiencia de lectura de
sentencia para el día de hoy, fs. 20.
Considerando:
Se tiene derecho al debido proceso artículo 11 C.G.P. para satisfacer una pretensión
insatisfecha en la realidad, cumpliendo con las condiciones para el ejercicio de la
acción que según la doctrina menciona tres: “… la posibilidad jurídica, el interés y la
legitimación en la causa…”.
838
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
En cuanto al interés, “… significa reconocer que el ejercicio del derecho se realiza para
satisfacer intereses individuales…”.
III.- Del informativo testimonial acercado a audiencia —según testigos contestes que
conocen al actor— se comprueba que XX y ZZ son la misma persona; que desde antes
de la pubertad siente que no obstante encontrarse envuelto en cuerpo de hombre, su
sentir físico, emocional, espiritual lo llevan a ser mujer y tan es así que desde siempre
se viste como mujer, se presenta y es conocido por familiares y amigos como mujer,
fs. 12-15, 16-18.
839
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Y ello por cuanto, de conformidad con el decreto N.° 501/978 del 28/8/1978 que
reglamenta la Ley N.° 14.762, por artículo 7°, se expresa: “… Los documentos hábiles
para la obtención de la cédula de identidad serán los siguientes:
Amparar la demanda en ese aspecto sería forzar la interpretación del texto legal al
que se refiere ut supra, por lo que y como expresa la Sentencia citada, en el caso no
corresponde la “declaración judicial de identidad” prevista para aquellos casos en se
carece de testimonio o certificación de partida de nacimiento.
IV.- Respecto al dictamen del representante del Ministerio Publico —N.° XXXX—
la sentenciante no lo comparte por entender que se infringen las disposiciones
contenidas en los artículos 10°, del Decreto – Ley N.° 14.762, y 7°, Decreto N.° 501/978
del 28/8/1978.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Por los fundamentos expuestos, jurisprudencia y normas citadas; los artículos 688° del
Código Civil; 197°, 198° y concordantes del C.G.P. y lo dictaminado por el Ministerio
Publico, sólo y en cuanto al amparo de la demanda respecto de que XX y ZZ son la
misma persona,
Fallo:
La ley aprobada otorga certezas, como por ejemplo: el trámite judicial a seguir; la no
intervención quirúrgica de reasignación de sexo como condición; la no modificación
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Sin duda alguna, los derechos humanos de las personas transexuales han sido
ignorados, las mismas experimentan discriminación, intolerancia, violencia, etc. Sus
derechos son violados sistemáticamente, como su derecho a la vida, a la integridad
física, a la salud, al trabajo, etc.
Hay que destacar, además, que dentro de esta comunidad también existe diversidad,
en el sentido de que hay quienes se han sometido a la cirugía de reasignación sexual
y otros que por diversas razones no lo han hecho, no siendo condición para el cambio
de nombre al amparo de la nueva ley, la existencia de ningún tipo de tratamiento o
cirugía de reasignación.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
La Ley N.° 18.620 adopta una mirada más cercana en la protección del derecho a la
identidad como un derecho humano, en tanto no sólo lo consagra como tal, sino que
brinda los caminos legales para su protección.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Los niveles de violencia contra las personas cuya identidad de género difiere del sexo
anatómico son altísimos.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Los Estados:
A. Garantizarán que a todas las personas se les confiera capacidad jurídica en asuntos
civiles, sin discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género,
y la oportunidad de ejercer dicha capacidad, incluyendo los derechos, en igualdad
de condiciones, a suscribir contratos y a administrar, poseer, adquirir (incluso a
través de la herencia), controlar y disfrutar bienes de su propiedad, como también
a disponer de éstos.
B. Adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas y de cualquier otra índole
que sean necesarias para respetar plenamente y reconocer legalmente el derecho
de cada persona a la identidad de género que ella defina para sí;
C. Adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas y de cualquier otra índole
que sean necesarias a fin de asegurar que existan procedimientos mediante los
cuales todos los documentos de identidad emitidos por el Estado que indican
el género o el sexo de una persona —incluyendo certificados de nacimiento,
pasaportes, registros electorales y otros— reflejen la identidad de género que la
persona defina para sí;
D. Velarán por que tales procedimientos sean eficientes, justos y no discriminatorios
y que respeten la dignidad y privacidad de la persona interesada;
E. Asegurarán que los cambios a los documentos de identidad sean reconocidos en
todos aquellos contextos en que las leyes o las políticas requieran la identificación
o la desagregación por sexo de las personas;
F. Emprenderán programas focalizados cuyo fin sea brindar apoyo social a todas las
personas que estén experimentando transición o reasignación de género.”
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
NORMAS
DECRETAN:
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Sin perjuicio de los demás medios de prueba que pudiera aportar el interesado, se
tendrá especialmente en cuenta el testimonio de las personas que conocen la forma
de vida cotidiana del solicitante y la de los profesionales que lo han atendido desde el
punto de vista social, mental y físico.
Artículo 5º. (Efectos).-
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Artículo 6º. (Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma
de Discriminación).- La Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda
otra forma de Discriminación (Ley N.° 17.817, de 6 de septiembre de 2004) tendrá
a su cargo brindar asesoramiento y acompañamiento profesional a las personas que
deseen ampararse en esta ley.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
BIBLIOGRAFÍA
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
I. UN BREVE PANORAMA
Nadie puede negar que en los albores del nuevo mileno enfrentamos un futuro en
el que las respuestas ya no son ni serán las mismas porque, a decir verdad, nos han
cambiado la mayoría de las preguntas; “en la ruta del futuro, lo que viene no siempre
se parece a lo que se ve en el espejo retrovisor”, por lo que debemos aprender a
convivir con la desproporción entre las preguntas inteligentes que somos capaces de
formular y las respuestas plausibles que somos capaces de dar1.
*
Abogado. Egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de
Trujillo, con estudios culminados en la Maestría de Derecho Penal y con estudios en la Maestría en
Docencia Universitaria, ambos en la Escuela de Postgrado de la Universidad César Vallejo. Ex Director
de la Escuela de Derecho de la citada casa de estudios. Actualmente catedrático universitario a cargo
del Curso de Derecho Procesal Constitucional y Juez Titular Especializado en lo Civil. Ha obtenido
el primer puesto en la VII Convención Nacional de Derecho y colaborador en diversas revistas
especializadas como Gaceta Constitucional, Diálogo con la Jurisprudencia, Actualidad Jurídica,
Normas Legales, Derecho Penal online – Argentina, Justicia y Derecho, entre otras.
1 Armando Momigliano citado por Aída Kemelmajer de Carlucci en el acto de apertura del X Congreso
Internacional de Derecho de Familia llevado a cabo en la ciudad de Mendoza el 20 de septiembre de
1998.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Es en este marco, en el cual nuestra sociedad actual vive cambios sociales significativos,
ya que nos encontramos con realidades disímiles a décadas anteriores, las que han
hecho redimensionar desde el punto de vista jurídico los contenidos de los derechos
fundamentales de las personas y su modo de garantizar. Así, tenemos la presencia de las
minorías sexuales, que padecen de la denominada disforia de género: transexualidad
—a los que denominan comunidad transexual o Grupo T—, los que sin duda han
logrado, al menos, ser aceptados socialmente y a no ser discriminados o segregados;
empero vienen exigiendo al Estado un respeto pleno al derecho a la identidad sexual
que ostentan y su dignidad, a través del reconocimiento legal del cambio de nombre
por reasignación de sexo; en otras palabras el derecho de tener un lugar al sol. Tales
realidades nos obliga a plantearnos las siguientes interrogantes ¿cuál es la dimensión
del derecho a la identidad de la persona? ¿Qué relación tiene la identidad sexual y
el cambio de nombre?, y si bajo nuestra legislación existente ¿puede ampararse un
cambio de nombre por padecer de transexualismo? Estas inquietudes pretenden ser
abordadas en las líneas siguientes, bajo la óptica de la corriente neoconstitucional,
la que propugna el respeto a la dignidad del ser humano, como principio rector de
nuestra Constitución y sociedad.
Sin duda, afrontar el tema del derecho a la identidad sexual y su relación con el
cambio del prenombre es una tarea bastante difícil, no solamente por ser un tópico
poco explorado por la doctrina nacional, sino por el silencio legislativo existente por
parte de nuestro órgano legislativo; situación que difiere de otros ordenamientos
jurídicos como Uruguay2, México3, España4, Italia5, Reino Unido6, entre otros7, los que
2 El senado Uruguayo, con fecha 13 de octubre del 2009, aprobó la denominada Ley18.620 sobre el
Derecho a la Identidad de Género, que permite el cambio de sexo y nombre. Ver texto completo en
http://www.impo.com.uy/bancodatos/sexonombre.htm
3 Con fecha 13 de enero del 2009 se dieron las modificaciones, adiciones y reformas del Código Civil
Federal (artículos 134° y 135°), en la cual dispuso el cambio de nombre y sexo por transexualidad se
realice ante el Juez de Familia.
4 Mediante la Ley N.° 3/2007, del 15 de marzo, se expide la llamada Ley de identidad de Género, la
que constituye una ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las
personas. Ver texto completo en http://civil.udg.es/normacivil/estatal/persona/pf/l3-07.htm
5 Mediante la Ley N.° 164, del 14 de abril de 1982, norma que exige aplicar el procedimiento rectificación
de la atribución del sexo y nombre por el que los transexuales soliciten su nueva identidad.
6 Mediante la Ley de Reconocimiento de Género en el año 2004.
7 Suecia legisló el 21 de abril de 1972, Alemania el 10 de septiembre de 1980, Italia el 14 de abril de
1982, los Países Bajos el 14 de abril de 1985 y Turquía el 12 de mayo de 1988.
853
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
A ello debe sumarse la escasez de los pronunciamientos por parte del órgano
jurisdiccional sobre este aspecto, pues existe un reducido número de precedentes;
empero son pocos los que contribuyen a esclarecer el tema, ya que una gran mayoría
ha optado por el rechazo in limine, argumentando que la pretensión de cambio de
prenombre por identidad sexual es una pretensión objetivamente improponible, ello
en la medida que la ley no concede la facultad para resolverlo debido a la inacción
legislativa existente8, argumento ortodoxamente positivista que lo único que pretende
es simplemente eludir el tema en sí.
Por otro lado, del número ínfimo de precedentes jurisprudenciales existentes, que han
declarado fundadas las pretensiones de cambio de prenombre por padecer de disforia
de género: transexualismo, adolecen de una argumentación concisa y más bien son
insuficientes, omitiendo afrontar de manera clara la temática, dando respuestas
tibias, no muy claras, con excepción de un reciente pronunciamiento judicial sobre el
cual abordaremos en las líneas siguientes.
Así, entre las sentencias que reconocen y amparan este tipo de pretensiones tenemos:
(i) La sentencia emitida por el Juzgado de Paz Letrado de Monsefú, de la provincia de
Chiclayo, departamento de Lambayeque, que conoció la pretensión de rectificación
de nombre de un individuo llamado José Antonio a Josefa Antonia, argumentando
padecer de transexualidad, el mismo que fue amparado y concedido9; (ii) La sentencia
de vista de fecha 26.10.2006, recaída en el Exp. N.° 803-2005-0, emitida por la Primera
854
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, donde Carlos Humberto A. P. solicita
el cambio de nombre al de Carolina Aidi A. P., así como el cambio de sexo, pretensiones
que son amparadas por parte de dicho colegiado; sin embargo señala que la limitación
a las mismas, lo constituye la prohibición de contraer matrimonio10.
10 Dicha sentencia de vista, se encuentra transcrita en AA. VV. Revista Diálogo con la Jurisprudencia,
N° 100, Año 12, Lima, Editorial Gaceta Jurídica, enero 2007, pp. 87 al 94.
11 Dicha sentencia de vista, se encuentra transcrita en AA. VV. Diálogo con la Jurisprudencia, N.° 139,
Año 15, Lima, Editorial Gaceta Jurídica, abril del 2010, pp. 87 al 94; además, ha sido comentada en
esa misma revista por parte del Dr. Rafael Rodríguez Campos mediante su artículo titulado “El cambio
de nombre en el caso de los transexuales: manifestación del derecho a la identidad personal”, donde
indica: “Por los fundamentos expuestos en la sentencia y el impacto que ésta tendrá en un futuro
en nuestra sociedad en la medida que otros jueces decida asumir la posición del Juez Ramírez, (…)
reflexiones —en referencia a los considerandos de la sentencia— que le permitieron al mencionado
juez emitir una decisión que marca un hito en la jurisprudencia nacional sobre el tema, dejando atrás
todo tipo de prejuicio moral o religioso, que tantas veces ha servido para limitar arbitrariamente el
ejercicio de derechos fundamentales, por parte de los ciudadanos, dejando sentando, de manera
clara y precisa, que nunca más el homosexualismo o lesbianismo puede ser considerando una
enfermedad de la personalidad o un castigo divino, complejos y taras mentales ambos que han sido
utilizados en nuestra sociedad para discriminar y marginar a este grupo mayoritario”.
855
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Es por ello que pretendemos encarar el tema a través del presente artículo, cuyo
objeto es el de reflexionar acerca de la incidencia del derecho fundamental a la
identidad sexual y su relación con el registro del prenombre; ello implica auscultar en
un terreno de arenas movedizas, nada pacífico, en el que existe un clamor social por
abordarlo, para lo cual pretendemos analizar la regulación legal existente, la doctrina
y los fallos emitidos al respecto; claro, está que dicho estudio debe darse dentro del
marco de objetividad y del respeto de la dignidad del ser humano.
12 Así tenemos, entre otros, las siguientes direcciones electrónicas; (i) http://gaymente.com/rio-negro-
reconocimiento-a-la-identidad-sexual-de-tamara-5313; (ii) http://www.orientacionlegalparatodos.
com /?p=460
856
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Consideramos —al igual que Carlos Ghersi— que cada ser humano existe como hombre
o como mujer y vive como una persona de un género; sin embargo, la determinación
sexual se establece por diversos elementos que van desde lo estrictamente genético
y los caracteres exteriores; pasando por lo fisiológico, como las hormonas sexuales y
llegan a lo psicológico, lo social y lo jurídico13.
Sin embargo, nos encontramos que existen personas que buscan su identidad
sexual, en la medida que experimentan disconformidades entre los elementos antes
13 Ver GHERSI, Carlos A. Derechos Fundamentales de la Persona Humana. Buenos Aires, Editorial La Ley,
2004, p. 165.
857
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Volviendo al tema que nos convoca, pasamos a definir a estas minorías sexuales, a
los que denominados “transexuales”, quienes en términos psiquiátricos padecen de
lo que se denomina disforia de género, llamado también transtornos de identidad
sexual, ello en referencia a las personas que experimentan un malestar persistente
por su sexo y provocado por el desazón clínico en las distintas áreas de la vida; pese
a ello resulta necesario aclarar que la transexualidad, así como la homosexualidad,
heterosexualidad o el celibato no pueden ser considerados enfermedades o una
anomalía que debe ser curada o combatida, o un delito; por el contrario, son opciones
sexuales legítimas, cuya decisión corresponde única y exclusivamente al fuero íntimo
y subjetivo de la persona14.
La transexualidad es definida como “un síndrome caracterizado por el hecho que una
persona, que desde el punto de vista del genotipo y fenotipo, es clasificada legalmente
dentro de un determinado sexo; sin embargo tiene conciencia de pertenecer al sexo
opuesto. O mejor dicho de vivir a la manera que lo hacen los sujetos del género
contrario. El transexual tiene un profundo sentimiento de pertenecer al otro sexo, no
obstante ser una persona normal desde una perspectiva genética y morfológica”15.
14 Ver fundamento 23 del voto del magistrado Mesía Ramírez en la STC Exp. N.° 00926-2007; así como
también la STC N.° 02868-2004-AA/TC.
15 Ver PATTI, Salvatore y Michael R. WILL. “Mutamento di sesso e tutella della persona”, Cedam Padua,
p. 12, citado por FERNÁNDO SESSAREGO, Carlos. Nuevas Tendencias en el Derecho de las Personas.
Lima, Editorial de la Universidad de Lima, 1990, p. 212.
858
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
16 Ver www.symposion.com/ijt/soc-01/index.htm
17 Sentencia emitida por la Corte Europea de Derechos Humanos: 2/1985/88/135, Rees vs. The Unitek
Kingdom, párrafo 38, 17/10/86.
18 Es un proceso médico que implica varias intervenciones quirúrgicas y se inicia con el tratamiento
hormonal (proceso de hormonación), que idealmente debe suprimir los caracteres sexuales
secundarios del sexo original e inducir los del sexo opuesto lo más completa y rápidamente posible;
luego del cual se pasa por un tratamiento psicológico y sexológico, terminando con las intervenciones
quirúrgicas, realizadas por especialistas en ginecología, urología y cirugía plástica. Ver RUBIO
ARRIBAS, Javier. “¿El Tercer Género?: La transexualidad”, en AA.VV. Nómadas. Revista Crítica de
Ciencias Sociales y Jurídicas, N.° 17. 2008-1.
859
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Resulta necesario, en este acápite, hacer una diferenciación técnica entre los
denominados transexuales y homosexuales a efectos de no incurrir en errores
terminológicos ya que estos últimos se relacionan sexual y afectivamente con
personas de su mismo sexo; sin embargo, a diferencia de los primeros (transexuales),
se encuentran conformes con el aspecto somático y físico que ostentan, y también con
su aspecto fisiológico. El rasgo igualitario entre ambos es que tienen dignidad y ser
considerados persona humana.
Hasta lo aquí llegado, podemos inferir que un transexual, al igual que un heterosexual:
hombre o mujer, tienen el derecho a que se respete su opción sexual y al respeto de
su dignidad de ser humano; así lo ha entendido el mismo Tribunal Constitucional en
la STC recaída en el Exp. N.° 2868-2004-AA/TC, en el fundamento 23, donde aclara:
19 En igual sentido se expresa BIDARD CAMPOS, German al señalar: “Hay que arrancar firmemente de
un principio axial: el de que la persona humana es un ser con dignidad, también cuando es transexual.
La dignidad personal prevalece sobre la sexualidad: ser persona se antepone a ser varón o a ser
mujer; también a ser transexual”. (“El sexo, la corporeidad, la psiquis y el derecho: ¿Dónde está y cuál
es la verdad?”, en Derecho de Familia. Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia. Buenos
Aires, Abeledo Perrot, N.° 21, pp. 173-175).
860
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
El ser humano, como sujeto individual, único e irrepetible, merece una tutela unitaria
e integral de sus derechos, lo que no impide que el ordenamiento jurídico proteja
distintos intereses o atributos que hacen a esa personalidad como su libertad e
identidad personal, sexual, religiosa, etc.
Es así que entre los derechos esenciales de la persona ocupa un lugar primordial el
derecho a la identidad personal, que está consagrado en el inciso 1) del artículo 2º de
nuestra Constitución Política, la que es definida por el ilustre jurista Carlos Fernández
Sessarego como: “(…) el conjunto de atributos y características, tanto estáticos como
dinámicos, que individualizan a la persona en sociedad. Se trata de todos aquellos
rasgos que hacen posible que cada cual sea “uno mismo” y “no otro”. (…) En síntesis
—aclara el autor— “se puede decir que la identidad es el bagaje de características y
atributos que definen la “verdad personal” en que consiste cada persona”20.
20 Ver AA. VV. La Constitución Comentada. Tomo I, primera edición, Editorial Gaceta Jurídica, 2005, p.
20.
861
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Ambos elementos tienen protección constitucional por ser las formas de manifestación
del derecho de identidad; empero, todos ellos deben estar interrelacionados y no
pueden contradecirse, por lo tanto el derecho debe de protegerlos y garantizar sus
manifestaciones, reconociéndolo en toda su plenitud. Ergo, los datos contenidos en
la partida de nacimiento o Documento Nacional de Identidad (nombre, sexo, etc.)
deben reflejar tal cual es la persona, sin desnaturalizarlo, alterarlo o desfigurarlo;
de lo contrario devendría una manifiesta transgresión al derecho de identidad en su
plenitud.
21 Ver SIVERINO BAVIO, Paula. “El derecho a la identidad personal: manifestaciones y perspectivas”, en
AA. VV. Los derechos fundamentales: Estudios de los derechos constitucionales desde las diversas
especialidades del Derecho. Lima, Editorial Gaceta Gonstitucional, 2010, p. 60.
862
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
otra cosa que no sea registrar ese hecho y ratificarlo. La Ley abusará de su
poder siempre que se comporte como si la persona que tiene adelante no
existe. Negar un documento es, de alguna forma, negar el derecho a la vida.
(El subrayado es nuestro).
Ello implica, claramente, que si el “yo real” cambia durante el desarrollo de la vida, los
datos identificatorios, o través de los cuales se manifiestan, no pueden resistirse a ser
modificados o, mejor dicho, adecuados, a efectos de garantizar su autoconstrucción.
De este modo, podemos colegir que uno de los rasgos distintivos o atributos
estáticos, mediante el cual se materializa el derecho a la identidad: es el “nombre”,
que constituye un derecho básico de la persona, que —como afirma Luis Díez-Picazo
y Antonio Gullón— responde a una necesidad ineludible, tanto desde el punto de
vista de su personalidad como el orden público, mediante el nombre —aclaran dichos
autores— “se distingue su individualidad de las demás en la vida social. Cierto que
el aspecto público es importante, pues es existencia elemental del orden jurídico la
identificación de la persona destinataria de las leyes, pero ello no borra la natural
demanda, emanada de la propia personalidad, de que sea conocida y distinguida de
las demás”22.
22 Ver DÍEZ-PICASO, Luis y Antonio GULLÓN. Sistema de Derecho Civil. Volumen I, novena edición,
Madrid, Editorial Tecnos, 1998, p. 363.
23 Sentencia contenida en la revista Actualidad Jurídica. Tomo 177, Lima, Editorial Gaceta Jurídica,
agosto 2008, p. 93.
863
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Es indudable que una vez que se asigna una cierta denominación a cada individuo,
surge la obligatoriedad de que éste conserve el nombre dado, constituyendo en
consecuencia un derecho y un deber; ya que su eventual modificación podrá generar
confusión e impediría la identificación de la persona. De ahí que el titular de un
nombre tenga también el deber de mantener la designación que le corresponde, así lo
ordena el artículo 19° del Código Civil, que prescribe: “Toda persona tiene el derecho
y el deber de llevar un nombre. Este incluye los apellidos”24.
Reflejo del interés público y la seguridad que posee el nombre, se establece que
tiene, entre otras características, la de ser “inmutable”25, la cual impone el principio
jurídico que el nombre de la persona no puede cambiar, pues de lo contrario haría
difícil e insegura su identificación; es por ello que nuestro sistema jurídico establece
que una vez ocurrido el hecho del nacimiento, debe registrarse éste ante las oficinas
de Registros Civiles instaladas en las dependencias donde ocurrió el hecho del
864
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
No obstante la regla general, que establece que nadie puede cambiar su nombre
ni hacer adiciones, por el carácter inmutable que subyace en ella, ésta tiene sus
excepciones, las que se presentan cuando existen motivos justificados y media una
autorización judicial, publicada e inscrita, según se aprecia de la redacción dada en el
artículo 29° de nuestro Código Civil26. Por ejemplo, se puede decir que una persona
tiene un motivo justificado para realizar cambio de nombre cuando se le ha asignado
uno extravagante o ridículo, que sea móvil para la burla de terceras personas, con
la consiguiente afectación de su tranquilidad y bienestar o cuando una persona es
homónima de un avezado y famoso delincuente o de una persona que ha sufrido
escarnio público, pues tales coincidencias le impedirían realizar normalmente sus
actividades cotidianas, por las continuas discriminaciones o temores de los que sería
víctima.
Asimismo, tenemos que la realidad actual viene incluyendo nuevos motivos justificados
para cambiar o adicionar un nombre (entiéndase prenombre) de un sujeto de
derecho, como puede ser que una persona se nacionalice español y haya cambiando
su prenombre en dicho país, por lo tanto solicita el mismo cambio en el Perú, ya que
no se puede concebir que una misma persona tenga dos nombres distintos en el
mundo. Éstos y otros hechos deberán ser materias de análisis y respuestas por parte
del órgano jurisdiccional, que va a enriquecerse con la jurisprudencia que crea al
respecto, porque actualmente es a través de la vía judicial que se puede modificar el
prenombre.
26 Artículo 29° del Código Civil.- “Nadie puede cambiar su nombre ni hacerse adiciones, salvo por
motivos justificados y mediante autorización judicial, debidamente publicada e inscrita. (…)”.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Este concepto de la dinamicidad del sexo, vista de una manera integral, es compartido
por la doctrina; así tenemos por ejemplo lo señalado por Jairo Cieza Mora, quien en
igual sentido afirma:
27 En su artículo “El cambio de sexo y el derecho a propósito de la reciente sentencia del Tribunal
Constitucional Peruano”, en revista Diálogo con la Jurisprudencia, N.° 100, Año 12, Lima, Editorial
Gaceta Jurídica, enero del 2007, p. 107. Entre otros autores tenemos: NETTER, Frank H. Sistema
Reproductor. Tomo II, 2000, p. 267; LÓPEZ, Félix. “La adquisición del rol y la identidad sexual: función
de la familia”, en Revista Infancia y Aprendizaje, 1984, elaborada por la Universidad de Salamanca,
España, pp. 65-75; QUIÑONES ESCAMEZ, Ana. “Derecho comunitario, derechos fundamentales y
denegación del cambio de sexo y apellidos: ¿Un orden público europeo armonizador? (a propósito
de la SSTJCE, asunto K.B. y García Avello)”, en Revista de Derecho Comunitario Europeo, Año 8,
Número 18, Mayo-Agosto 2004, pp. 519-522; CANO ONCALA, Guadalupe y otros. La Construcción
de la identidad de género en pacientes Transexuales. Gender Identity Construction in Transsecaul
patients, en http//documentación.aen.es/ pdf/revista-aen/2004/revista-89/la-construccion-de-la-
identidad-de-genero-en-pacientes-transexuales. pdf; y FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos en AA.VV. La
Constitución Comentada. Tomo I, Lima, Editorial Gaceta Jurídica, 2005, p. 022.
866
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Es así que concebido el sexo como una unidad biosicosocial, ésta forma parte de
la identidad de la persona, dejando en claro que de existir contradicciones entre
el sexo cromosómico, psicológico, físico y social (disforia de género), es la persona
quien decide libre y voluntariamente a qué sexo pertenecer, es lo que se denomina el
derecho de autodeterminación sexual, y lo que tiene que hacer el Estado y la sociedad
es respetar dicha decisión y reconocerlo a través del denominado sexo legal.
28 Invocamos el caso emblemático argentino debido a la similitud del sistema jurídico de dicho país,
donde también no existen normas que regulen el cambio de nombres y sexo de homosexuales,
transexuales o hermafroditas.
867
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Como ya se ha detallado líneas arriba, existe una norma expresa en nuestro sistema
jurídico que regula el cambio de nombre: artículo 29° del Código Civil; norma que
establece que el juez podrá disponer el cambio del nombre, siempre y cuando exista un
motivo justificado para ello. Por lo tanto, debe ser materia de análisis si el padecimiento
de la disforia de género - transexualidad, en la medida que exista una disconformidad
868
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
con el sexo registral (partida de nacimiento) con el psicológico, físico y social que
mantiene; constituye o no una causa permitida para aceptar el cambio de prenombre,
teniendo en cuenta que no existe norma que regule el fenómeno de la transexualidad.
La discrecionalidad que se otorga al órgano jurisdiccional, ante estos casos, debe darse
dentro de los parámetros impuestos por nuestra Constitución Política ya que el caso
concreto está referido directamente a los derechos fundamentales de identidad y de
desarrollo personal; máxime si bajo el concepto de Estado Constitucional de Derecho
la norma constitucional tiene una aplicación inmediata sobre los hechos30.
Sin perjuicio de lo hasta aquí expuesto, consideramos ilustrativo afirmar que hoy
en día se ha logrado un avance respecto al conocimiento de la sexualidad humana,
dejando de lado aquellas vetustas concepciones reduccionistas que catalogaban
a la homosexualidad o lesbianismos como enfermedades de la personalidad; por
el contrario, y pese tal vez a la intolerancia social o moral de algunos, se reconoce
actualmente como parte de la identidad personal en general y con la identidad sexual
en particular, por lo tanto el Estado y la sociedad no pueden dejar de desconocerlos
y ampararlos ya que, de lo contrario, negaríamos nuestra condición de sociedad
pluralista y democrática31.
Ello conlleva a determinar, bajo nuestra óptica neoconstitucional, y como ya se ha
desarrollado, que el reconocimiento de la dignidad del transexual se debe dar
mediante el reconocimiento de su “verdad personal”, otorgándole la oportunidad de
ser un ser libre y permitirle un desarrollo personal más óptico: el de ser realmente un
30 Al respecto Germán Bidart Campos afirma respecto a la sexualidad y los cambios de sexo y
nombre: “Los silencios legislativos, la insuficiencia de normas infraconstitucionales existentes
o las contradicción entre diversas normas o reglas vigentes, no obstan a la solución justa de un
caso particular debidamente planteado y evaluado interdisciplinariamente, con miras, a lograr
la adecuación de la verdadera identidad psicosocial del ser humano con su identidad jurídica, con
una lectura desde el ‘prima constitucional’ y a partir de todas las normas, valores y principios que
integran el denominado ‘bloque de constitucionalidad’”. Citado por FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos.
“Una justa solución jurisprudencial al drama humano de la transexualidad”, en revista Diálogo con la
Jurisprudencia, N.° 100, Año 12, Lima, Editorial Gaceta Jurídica, enero 2007, p. 57.
31 “(…) En la medida que se respete las diferencias entre los hombres —como en el caso de los ricos,
los pobres, y la clase media, los niños, los adultos y las personas pertenecientes a la tercera edad y
finalmente los heterosexuales y homosexuales— se puede hablar de reconocimiento y defensa de
los derechos humanos o de la violación y desconocimiento de los mismos”. Ver PEREZ CONTRERAS,
María de Montserrat. Derechos de los homosexuales. México, editado por la Cámara de Diputados
LVII. Legislatura y Universidad Nacional Autónoma de México, 2000, p. 53.
869
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
De ello se colige que la respuesta que debe dar el Estado, en el ámbito jurisdiccional,
es permitirle el cambio de sexo y de nombre, como una medida amplia, completa y
sobre todo razonable, la cual se sustenta en la aplicación inmediata del derecho a la
identidad personal, desarrollo personal y dignidad, reconocido en nuestra Constitución
Política; máxime si como se advirtió líneas arriba, el nombre o asignación normativa
debe coincidir con la identidad sexual de la persona; ya que la identidad personal es
una sola.
870
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
871
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Ello demuestra la afectación psicológica por la que atravesaba este ciudadano, que
no le permitía realizarse como persona humana, en todo su ámbito. Por otro lado, se
hace referencia, en dicha sentencia, que se ha probado, que el accionante es aceptado
socialmente como persona de sexo femenino debido a su propia apariencia fisiológica,
que así lo demuestra, ya que incluso se ha sometido a tratamientos quirúrgicos de
reasignación sexual de hombre a mujer, tal como es la prótesis mamaria en el año 2000
y la vaginoplastía cutánea peneana, realizada en el año 2001; seguida del tratamiento
hormonal antes indicado. Ello implica —según refiere la sentencia— que el accionante
ostenta psicológica, física y socialmente el sexo femenino, que no concuerda con el sexo
cromosómico y registral consignado en la partida de nacimiento, y mucho menos con
el nombre asignado al momento de nacer, siendo viable el cambio del prenombre de
Jorge Luis a Pamela Estela, por ser la adecuación del nombre una forma de manifestar
su verdadera identidad del peticionante.
872
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Paralelamente a ello, en el ámbito juridicial, son los jueces civiles, quienes también son
jueces constitucionales, los llamados a permitir dichas pretensiones de adecuación de
nombres, a través de su reconocimiento legal; ello en aras de garantizar la vigencia
“directa” de la Constitución y los derechos fundamentales que subyacen en ella y, en
específico, en lo que respecta al derecho a la identidad sexual.
Para finalizar, invocamos lo señalado por Roshell Terrenavo, activista del grupo T o
comunidad Transexual en México, al referirse a la lucha en el ámbito jurídico del cambio
de nombre, indicando que los transexuales ya no quieren sentirse en desventaja con
el resto de la humanidad, más allá del nombre se trata de una condición de vida que
necesitan para ser felices33, felicidad que debe ser brindada por la Sociedad y el Estado
mismo.
33 Ver: www.voltairenet.org.article164088-html
873
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Introducción
El presente artículo está referido a las técnicas de procreación asistida, las que a la
fecha están muy difundidas en nuestro país, haciéndose hincapié en lo relacionado al
anonimato de los cedentes de gametos, situación que al no estar regulada, presenta
serios problemas en la determinación de la identidad de los niños y niñas nacidos
mediante dichos procedimientos.
*
Abogada, con estudios concluidos de los doctorados de Letras y Ciencias Humanas y Derecho y
Ciencia Política en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estudios concluidos, igualmente, de
la Maestría de Historia de la Filosofía de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Cuenta con casi ocho años de experiencia en la Magistratura,
actualmente se desempeña como Juez Provisional del Décimo Segundo Juzgado Penal. Docente del
Curso de Derecho Genético en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, docente del Curso de Teoría del Proceso en la Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega, docente del curso de Derecho de las
Personas en la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Particular Alas Peruanas y en
la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión -
Huacho. Miembro del Comité Institucional de Ética en Investigación del Instituto Nacional de Salud
Mental “Honorio Delgado - Hideyo Noguchi” y Miembro Adjunta del Consejo Nacional de Bioética.
876
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Así, con la aplicación a nivel mundial de nuevas técnicas de reproducción asistida han
surgido nuevas y esperanzadoras soluciones y al mismo tiempo cuestionamientos
de índole ético-legal. Surge entonces la interrogante de hasta qué punto es posible
controlar (sin afectar) el desarrollo de la tecnología reproductiva, el avance de la
Medicina y al mismo tiempo respetar los derechos legítimos de las personas. Sin duda,
la respuesta a esta interrogante no es sencilla y es ahí donde la Ciencia Médica, el
Derecho y la reflexión filosófica deben encontrar puntos que generen las condiciones
de un progreso científico orientado a mejorar la calidad de vida de las personas,
solucionar sus problemas de salud y no afectar los derechos fundamentales de la vida
y el ser humano.
Por otro lado, la legislación debe, además, adecuar el ordenamiento civil a las nuevas
situaciones que se presenten con el uso de las técnicas de procreación asistida,
procurando la solución de conflictos que se generen con el empleo de las técnicas
como, por ejemplo, lo referente a los niños nacidos mucho tiempo después de
fallecidos uno de los padres (hijos super póstumos), o la filiación de niños nacidos con
el empleo de gametos de cedentes anónimos, como es el caso que nos ocupa.
877
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Si bien las primeras experiencias datan de inicios del siglo pasado, es recién en 1978
en que por primera vez se logra el nacimiento de un bebé producto de la fecundación
de un óvulo fuera del cuerpo materno1. Desde esa fecha a la actualidad dichas técnicas
se han desarrollado a tal extremo que existe una serie de variantes de las mismas, la
que permiten hacer con mayor frecuencia a realizar estos procedimientos con una
tasa de éxitos elevados y en parejas a las que alguna vez se les informó que no podrían
tener descendencia.
a) Inseminación Artificial
Es una técnica que consiste en introducir el semen del varón previamente recolectado2
en el tracto reproductor de su pareja o cónyuge, sin que medie una relación sexual.
Este procedimiento permite lograr un embarazo cuando el semen del varón presenta
alguna deficiencia, ya sea en movilidad o en cantidad.
1 En julio de 1978 nació en Inglaterra Louise Brown, el primer bebé probeta nacida en el mundo. A
la fecha son miles los niños nacidos mediante las técnicas de procreación asistida, no sólo a nivel
mundial sino también nacional, pues en nuestro país hace muchos años se realizan con éxito estas
técnicas. Recientemente se informó que Louise Brown había tenido un hijo por medios naturales y sin
intervención de la técnica.
2 El semen se obtiene generalmente por medio de masturbación, lo cual genera controversias entre
los sectores conservadores al considerarse esta práctica como inmoral. Para otros es materia
de discusión el hecho que se recurra a la intervención de un tercero a la pareja como cedente de
espermatozoides. Sin embargo, un tema que nos preocupa es el relativo al funcionamiento de los
bancos de semen, pues en el caso específico de nuestro país no existe ningún tipo de regulación
al respecto, no sabiéndose a ciencia cierta el tiempo que está el semen almacenado o si alguno
de los cedentes ha fallecido. El semen obtenido es almacenado en depósitos de nitrógeno líquido,
anotándose las características del cedente para facilitar así la elección de las parejas que recurren a
ellos.
878
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
b) Fecundación Extrauterina
Al igual que en la inseminación artificial, los especialistas consideran que existen dos
tipos de fecundación extrauterina: se habla de fecundación extrauterina homóloga
cuando los gametos provienen de la pareja que recurre a dicha técnica y será
heteróloga cuando interviene un tercero que cede sus gametos.
879
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
En el caso de parejas que no son casadas, debemos remitirnos al artículo 387° del Código
Civil, que establece que el reconocimiento y la sentencia declaratoria de la paternidad
o la maternidad son los únicos medios de prueba de la filiación extramatrimonial.
880
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Así, si existe consentimiento por parte de la pareja que recurran a las técnicas de
gametos de terceros, no existiría ningún problema de índole legal, aunque la realidad
biológica no se plasme en el acta de nacimiento del niño o niña nacida por técnicas con
gametos de terceros, pues si la pareja de esposos conviene en hacerlo no se generaría
inconveniente alguno.
Sin embargo, se han presentado casos de personas que luego de dar su consentimiento
se han retractado. Al respecto, somos de la opinión que una vez que la pareja ha dado
consentimiento para que utilicen las técnicas con gametos de terceros, no cabe la
posibilidad de que alguno de ellos cambie de opinión, pues la filiación de un niño no
puede estar condicionada a los cambios de pareceres de los padres.
Sobre este punto consideramos que en caso que no exista consentimiento de ambos
miembros de la pareja para utilizar gametos de un cedente anónimo, uno de ellos
a título personal no podría recurrir a dichas técnicas y pretender que su hijo sea
considerado un hijo matrimonial, pues la decisión de ser padres es de ambos y no de
sólo uno de ellos.
En el caso de una pareja casada, si bien teóricamente dándose los supuestos que
señala el artículo 361° del Código Civil, el niño nacido por las técnicas con el uso de
gametos de terceros podría ser considerado un hijo matrimonial, el esposo puede
contestar la paternidad conforme a las reglas señaladas en el artículo 363°, inciso 5)
del mismo Código, que indica que el marido que no se crea padre del hijo de su mujer
puede negarlo cuando se demuestre a través de la prueba de ADN u otras pruebas de
validez científica con igual o mayor grado de certeza que no existe vínculo parental.
881
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
3 Casación N.° 5003-2007-Lima del 06 de mayo de 2008 sobre Impugnación de la maternidad. En dicho
proceso doña Mónica Celendina Oblitas Chicoma, en representación de su menor hijo, impugnó
el reconocimiento de maternidad efectuado por doña María Alicia Alfaro Dávila respecto de su
menor hija, indicando que ésta no es la madre biológica de la menor por haber sido inseminada
artificialmente con el óvulo de una mujer distinta utilizando los espermatozoides del esposo de la
demandante, don Custodio Olsen Quispe Condori, sin que éste haya prestado su consentimiento.
El recurso de Casación fue declarado procedente por la causal de contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, específicamente los artículos VI del Título Preliminar y
399 del Código Civil.
4 www.jus.mendoza.gov.ar/informacion/novedades/AIDA_KEMELMAJER.htm
5 www.bioeticas.net/leg/001.htm
882
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Asimismo, dicha ley en el artículo 6° de indica que la mujer que desee utilizar las
técnicas de reproducción asistida, de ser casada, deberá contar con el consentimiento
del marido. En cuanto a la filiación de los niños nacidos por las técnicas, se indica
que ni el marido ni la mujer, cuando hayan prestado su consentimiento, previa y
expresamente, a determinada fecundación con contribución de donante o donantes,
podrán impugnar la filiación matrimonial del hijo nacido por consecuencia de tal
fecundación.
- El niño o niña nacido por TERAS con utilización de gametos de terceros llevará
los apellidos de la persona o personas que lo reconocieron.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
De más está decir que esta situación sería superada si existiese una ley especial sobre
técnicas de procreación asistida, pues al no existir una en nuestro país, no se podrá
tener una respuesta oportuna a las nuevas situaciones generas por la difundida
utilización de las mismas, las que, como he señalado, ya han llegado a los tribunales
peruanos.
Conclusiones
1.- Un niño o niña nacido con la utilización de gametos de cedentes anónimos tiene
derecho a conocer su origen biológico de las personas que cedieron los gametos,
pero no la identidad de los mismos; dicha información les será entregada cuando
sea necesario para preservar su salud.
2.- En cedente anónimo de gametos tiene derecho a que su identidad sea mantenida
en reserva, pues tácitamente ha manifestado su voluntad de no ser reconocido
como padre o madre del niño o niña nacido con sus gametos.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
3.- Cuando una pareja recurre a un procedimiento de TERAS con el uso de gametos
de terceros, deberá firmar un formulario en el que se comprometa a no impugnar
la paternidad o maternidad del niño por nacer.
4.- Es necesario que en el Perú se legisle sobre las técnicas de procreación asistida
para poder dar respuesta oportuna a las nuevas situaciones que se presenten.
885
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
1. INTRODUCCIÓN
1 Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto I+D <<La gestión pública del pluralismo
religioso>>, financiado por el Ministerio de Educación (SEJ2005-06642). También ha contado con la
ayuda del proyecto de investigación financiado por la Comunidad de Madrid <<La libertad religiosa
en España y derecho comparado y su incidencia en la Comunidad de Madrid>> (S2007/HUM-0403) y
las Ayudas a grupos de investigación Complutense (GR74/07).
*
Doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid con calificación del sobresaliente
cum laude. En la actualidad, cuenta con 10 años de experiencia docente en el área de Derecho
Canónico y Derecho Eclesiástico, Profesora Titular Interina del Departamento de Derecho Eclesiástico
en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, profesora colaboradora en
la Facultad de Derecho de la Universidad Villanueva de Madrid; es miembro de diversos Proyectos
de Investigación y Desarrollo para el Ministerio de Educación y la Consejería de Educación de la
Comunidad de Madrid. Ha realizado estancias de investigación en la Facoltà di Diritto Canonico
Della Pontificia Università della Santa Croce di Rome y en el Instituto Martín de Azpilcueta, de la
Universidad de Navarra. Dirige el trabajo de doctorado DEA, dentro del programa “Matrimonio y
Familia en la Jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humano” de la UCM. Ostenta el Título
de “Estudio Rotal” del Tribunal de la Rota Española y ha ejercido la profesión de Procuradora de los
Tribunales Eclesiásticos de Madrid (1997-2002).
2 El término esterilidad indica la imposibilidad de efectuarse la fecundación; mientras que el de
infertilidad expresa la imposibilidad de tener hijos vivos, pero siendo posible la fecundación y por lo
tanto el desarrollo de un embrión o feto.
888
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
suponen una fertilización entracorpórea3. Pero aparecen otras variantes que incluyen
elementos técnicos de ambas cada vez más sofisticados y se introducen otros nuevos4.
Los procesos reproductivos de carácter artificial, por lo tanto, se han ido perfeccionando,
de modo que la utilización de gametos de donantes, la transferencia de embriones al
útero de una mujer que cede su seno, la crioconservación de las células sexuales y los
embriones en bancos, la inyección del espermatozoide directamente en el interior del
óvulo, etc., ofrecen un porcentaje creciente de embarazos a partir de la práctica de la
reproducción asistida5.
Por otro lado, a nadie se le escapa que no es moralmente ilícita una técnica por el
hecho de ser artificial, ya que no todo lo científico es inmoral. Del mismo modo,
3 Proponemos para una exposición desde el punto de vista médico de la técnica de fecundación in
vitro: V.V.A.A. (equipo médico de la Unidad de Reproducción Humana de la Clínica “Dexeus” de
Barcelona), “Fertilización ‘in vitro’”, en V.V.A.A. Innovaciones científicas en la reproducción humana.
Aspectos biológicos, psicosociales, antropológicos, éticos y jurídicos. Valladolid, 1987, pp. 177-182.
Con respecto a la inseminación artificial, vid. OCHOA MARIETA C. “La inseminación artificial y la
transferencia intratubárica de gametos (TIG)”, en op. cit., pp. 183-200.
4 La ICSI es una técnica de microinyección espermática, variante de la fecundación in vitro. VANRELL
DÍAZ la describe esquemáticamente de la siguiente forma: Se toma un ovocito con una pipeta, bajo
control microscópico. Esta pipeta fijadora del ovocito permite mantener inmóvil el ovocito porque al
estar en un medio de cultivo, se mueve. No es fácil aspirar el espermatozoide con una pipeta de cristal
de calibre microscópico. A continuación se introduce en el ovocito mediante micromanipuladores y
se deposita el espermatozoide en su interior. Pasadas 17 horas obtendremos un cigoto. Cfr. VANRELL
DÍAZ, J. A. “Reproducción humana asistida: aspectos médicos y jurídicos”, en V.V.A.A. Bioética y
Justicia (Actas del Seminario conjunto sobre Bioética y Justicia celebrado en Madrid del 6 al 8 de
octubre de 1999). Madrid, 2000, pp. 391-392.
5 Para datos sobre nacimientos de niños concebidos in vitro, vid. VEGA GUTIÉRREZ, Mª. L.; J. VEGA
GUTIÉRREZ y M. MARTÍNEZ BAZA. Reproducción asistida en la Comunidad europea, Legislación y
aspectos bioéticos. Valladolid, 1993, p. 26.
889
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Bajo esta perspectiva, los avances tecnológicos referidos tienen consecuencias que
no le son indiferentes al Derecho de familia. Por un lado, las técnicas de reproducción
asistida provocan la ruptura entre sexualidad y procreación, pues en todas hay un
elemento común: la concepción del hijo no se produce como consecuencia de la
realización del acto sexual entre sus padres. De otra parte, se produce igualmente
una escisión entre el orden biológico y el orden jurídico, ya que cuando para la técnica
en cuestión se emplean gametos de un tercero extraño a la pareja que la solicita, la
paternidad legal es atribuida a persona distinta a la que ostenta la paternidad genética.
De este modo, veremos cuáles son los principales conflictos jurídicos en el ámbito de
las relaciones paternofiliales que la práctica de la reproducción artificial ha originado
y las soluciones adoptadas por los distintos tribunales.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que en la actualidad no existe un común
acuerdo ético-jurídico acerca de algunas de las cuestiones más vitales, de donde
surgen conflictos que inciden en aquella esfera del hombre que denominamos “los
derechos fundamentales”.
6 Vid. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Instrucción Donum Vital sobre el respeto de la vida
humana naciente y la dignidad de la procreación, 22 de febrero de 1987, II, AAS 80 -1988-, PP. 70-102.
7 La fecundación artificial heteróloga es contraria a la unidad del matrimonio, a la dignidad de los esposos,
a la vocación propia de los padres y al derecho de los hijos a ser concebidos y traídos al mundo en el
matrimonio y por el matrimonio… Estas razones determinan un juicio moral negativo de la fecundación
artificial heteróloga… La Iglesia es contraria desde el punto de vista moral a la fecundación homóloga
<<in vitro>>; ésta es en sí misma ilícita y contraria a la dignidad de la procreación y de la unión conyugal,
aun cuando se pusieran todos los medios para evitar la muerte del embrión humano. (CONGREGACIÓN
PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Instrucción Donum Vitae…, II, A), 2;B), op. cit.).
890
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
o catéter15. Esta fase debe ser programada con el objeto de que el óvulo pueda ser
fecundado durante el ciclo en que tiene lugar la expulsión del folículo.
15 El semen puede ser depositado en distintas partes del aparato genital femenino, según las
indicaciones para la persona particular. Así, si puó inseminare ponendolo nella vagina stessa nei casi
cui l´ostacolo é tutt´affatto esterno: si puó fare qualche cosa di piú e dipositare lo sperma nel canale
cervicale; il canale cervicale ha però un´ampiezza non sufficiente, può non accogliere bene lo sperma,
dato che la sua cavità è casi virtuale, ed allora è meglio ancora predere lo sperma e depositarlo in
cavità uterina. Nella cavità uterina c´è posibilita di mettere agevolmente, e senza suscitare contrarioni
da parte dell´utero, un mezzo centimetro cubo del liquido seminale; una maggiore quantità, di due
o tre centimitri cubici, potrebbe ottenere l´effetto contrario, ossia stimolare l´utero della donna
all´spulsione di un corpo estraneo, cioè questa quantità excesiva di liquido espermatico iniettato in
cavità uterina. Cfr. LAURICELLA, E. “Introduzione medica al problema della fecondazione artificiale”,
en Iustitia, 1959, pp. 32-33.
16 La técnica ha ido perfeccionándose a lo largo de los años, de tal forma que cuando Louise cumplía
10 años, ya habían nacido en el mundo unos 10 000 niños más, cuya concepción aconteció de forma
similar y, actualmente, han nacido más de 25 000… Los éxitos de la técnica se evalúan globalmente en
torno al 20 por 100, aunque la eficacia guarda relación con la calidad del equipo médico que la realiza
(en algunos casos se han citado porcentajes de éxito de hasta el 30 por 100). Cfr. GAFO, J. 10 palabras
claves en bioética. Pamplona, 1994, pp. 172-173.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Los procesos de fecundación in vitro resultan técnicamente más complejos17. Hay una
fase, previa a las descritas en la inseminación artificial, que consiste en la extracción de
ovocitos, para lo cual habitualmente se realiza anteriormente una sobreestimulación
ovárica administrando distintos fármacos a la mujer —ovulación inducida—, que
permita obtener un número mayor de ovocitos. Se recogen los óvulos y se extraen
fuera del útero materno mediante una intervención quirúrgica que requiere la
hospitalización de la mujer, tras lo cual se mantienen en un medio de cultivo hasta su
maduración.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Esta última fase se lleva a cabo colocando los embriones en un medio de transferencia
que se carga en un catéter, al que puede acoplarse una jeringa de insulina para
introducirse en el interior del útero. La mujer permanece en reposo total durante
una hora y en reposo relativo al menos veinticuatro después de la inyección de los
embriones, momento en el que ya puede ser dada de alta.
895
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Cabe la posibilidad de que esta injerencia a la que nos referimos se produzca con
carácter exclusivo con referencia a la gestación del hijo, esto es, la maternidad
sustitutiva simple, como ocurriría en el supuesto en que para procrear un hijo
propio sólo se precisase la cesión de un útero. En estos casos se fecundarían in vitro
gametos procedentes de ambos miembros de la relación conyugal y los embriones se
transferirían al seno de una tercera mujer.
24 En caso de ser la esposa la que padece la enfermedad, se puede recurrir a la donación de óvulos.
Cuando el defecto consiste en la ausencia de producción de óvulos, el embrión obtenido mediante
esta técnica a partir del óvulo donado puede ser implantado en su seno. En otros casos, el útero
de la esposa se encontrará afectado, de forma que no será hábil para la gestación y se requerirá la
intervención de una tercera, ya sea la donante misma u otra distinta. Vid. FLORIANA GERMANÀ, C. y
G. LEONE. “Sulle nuove tecnologie della riproduzione umana”, en Il Diritto di famiglia e delle persone,
vols. 3-4, 1987, p. 1178.
896
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
A pesar de que la propia ley especifica su ámbito de aplicación, cabe que se recurra a
estas técnicas con un objetivo diferente. Así ocurrió en el caso de una mujer que con
cinco hijos varones deseaba tener una hija por temor a la soledad en su ancianidad.
Aconsejada por su psicoanalista, quien le había diagnosticado una neurosis con rasgos
obsesivos-compulsivos plantea la pretensión ante los tribunales, para que dictasen
resolución judicial que le permitiese utilizar la reproducción asistida para la selección
del sexo del hijo y así obtener una niña.
Mediante Auto de 2 de agosto de 1990 el Juez de Primera Instancia del Juzgado núm.
2 de Mataró, autoriza la solicitud de la demandante para concebir un ser humano de
sexo femenino, previa inseminación artificial con semen del marido y previa selección
de los espermatozoides.
25 Artículo 1. Ley 14/2006, del 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción asistida, en BOE núm. 126,
de 27 de mayo de 2006.
26 El texto íntegro del recurso del Ministerio Fiscal, así como del Auto de la Audiencia y del Tribunal
Supremo pueden verse en Cuadernos Jurídicos, 3, 1994, núm. 22, pp. 52-70.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Con relación al ámbito personal de la ley, el artículo 6° se ocupa de los “Usuarios de las
técnicas”, señalando que puede ser receptora de las técnicas de reproducción asistida
toda mujer mayor de 18 años y con plena capacidad de obrar, con independencia de
su orientación sexual30.
898
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
No cabe duda de que a partir de la práctica de una técnica homóloga resultan menos
problemas que a partir de las técnicas heterólogas. Cuando la técnica es homóloga con
gametos de personas unidas en matrimonio, la filiación del hijo es matrimonial, siendo
de aplicación los artículos 116°-119° contenidos en el Código Civil para la regulación
de la filiación matrimonial31. El problema aparecería si por error se utiliza semen de un
tercero, en cuyo caso el hijo se inscribiría como matrimonial, pero podría usarse una
impugnación por inexactitud, debiendo constatarse el plazo de inexactitud desde que
se conozca el error, a pesar de la dicción de los artículos 136° y 137° del Código Civil32.
En esta situación Vidal Martínez acierta a ver un posible perjuicio para el niño:
31 Artículo 7°. “Filiación de los hijos nacidos mediante técnicas de reproducción asistida”. 1. La filiación
de los nacidos con las técnicas de reproducción asistida se regulará por las Leyes Civiles, a salvo de
las especificaciones establecidas en los tres siguientes artículos. 2. En ningún caso la inscripción en el
Registro Civil reflejará datos de los que se pueda inferir el carácter de la generación.
32 Según FÁBREGA, B. C. Biología y filiación. Aproximación al estudio jurídico de las pruebas biológicas
de paternidad y de las técnicas de reproducción asistida. Granada, 1999, p. 129.
33 Artículo 8.2, Ley 14/2006.
34 VIDAL MARTÍNEZ, J. “Las técnicas de reproducción asistida en el derecho español”, en V.V.A.A.
Derechos reproductivos y técnicas de reproducción asistida. Granada, 1998, p. 109.
899
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
En caso de que se lleve a cabo la fecundación artificial con esperma del marido tras
la muerte del mismo, prevé el artículo 9° que no existe filiación legal entre éste y el
hijo si el esperma del marido no se encontraba dentro del útero de la mujer en el
momento del fallecimiento. Sólo si el marido consintió mediante escritura pública o
testamento la utilización de su material reproductor para la práctica de la técnica,
siempre que se lleve a cabo en un plazo máximo de doce meses desde el fallecimiento,
producirá la generación del hijo los efectos legales propios de la filiación matrimonial.
El apartado 3 del mismo artículo extiende esta posibilidad al varón no unido por
vínculo matrimonial.
Si bien la ley española se remite al Código Civil para la regulación de la filiación, prevé
disposiciones específicas para algunos supuestos. Así, el artículo 8.1 señala para el
caso de técnicas heterólogas que ni el marido ni la mujer, cuando hayan prestado su
consentimiento, previa y expresamente, a determinada fecundación con contribución
de donante o donantes, podrán impugnar la filiación matrimonial del hijo nacido por
consecuencia de tal fecundación.
900
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Sin consentimiento del varón no habría filiación paterna, la filiación del hijo sería
sólo materna y tampoco podría, en estos casos, determinarse legalmente la filiación
con respecto a la persona que aportó el material reproductor empleado para la
fecundación.
Cuando es una mujer sola la que se somete a una técnica de reproducción asistida,
la filiación será no matrimonial y el hijo no tendrá padre legal. No hay acción de
reclamación de filiación paterna, ni por parte de la mujer ni por el propio padre
biológico.
36 La revelación de la identidad del donante en los supuestos en que proceda conforme al artículo 5.5.
de esta Ley no implica en ningún caso determinación legal de la filiación. Artículo 8.2. Ley 14/2006.
37 Éste es el caso de una pareja de lesbianas españolas de las cuales una de ellas ha dado a luz a un niño
y a una niña mellizos, tras someterse a una inseminación artificial con esperma de donante anónimo.
Cfr. diario El País, 16 de junio de 2001.
38 LOMBARDI VALLAURI, L. “Filiazione artificiale e principio famiglia”, en Persona y Derecho. Vol. especial
“Estudios en homenaje al Profesor Javier Hervada”, 41, 1999, N.° 2, p. 340.
39 Este problema no existirá en caso de que se haga posible una técnica de clonación que permita a
las parejas de hombres homosexuales tener hijos a partir del material genético de ambos, según
manifiesta el presidente de la Organización Europea de Bioética. Cfr. diario El País, 16 de septiembre
del 2000.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Un matrimonio había decidido someterse a esta técnica por incapacidad para concebir
un hijo de modo natural, de forma que tras la fecundación in vitro de nueve óvulos de
la esposa con esperma del marido, dos son transferidos al útero de la mujer y los siete
restantes permanecen crioconservados.
El Tribunal de Tennesse entiende que no existe ningún interés estatal superior que
justifique una decisión sobre los embriones en contra del parecer conjunto de ambos
progenitores. Considera que se viola el derecho constitucional del marido a decidir no
ser padre por cuanto no hay un embarazo en curso. De esta forma, ordena el reenvío de
la causa al Tribunal de primera instancia para que rectifique su decisión y confiera igual
poder de decisión a ambas partes del matrimonio sobre los embriones congelados.
40 Dice Martínez Calcerrada al respecto: en opinión personal, ha de reiterarse que ante el préstamo
uterino, en principio debe mantenerse la atribución de la maternidad a favor de la esposa, y ello con
independencia de que si la prestamista reivindica al hijo no haya más remedio que concedérselo… ese
hijo si ostentase la maternidad formal tendrá derecho al acreditamiento de su generación biológica
con independencia de la atribución de aquella maternidad. Cfr. MARTÍNEZ CALCERRADA, L. Derecho
tecnológico…, op. cit., pp. 103-104.
41 Boletín Oficial de las Comunidades Europeas, núm. C96, de 17 de abril de 1989.
902
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Cambia este criterio la sentencia núm. 2315, de 16 de marzo de 199943, resolutoria del
recurso de casación instado por la mujer, con base en el consentimiento emitido por
Anselmi para la práctica de la inseminación con esperma de donante desconocido. La
Corte de Casación señala que el marido no tiene derecho a la acción de desconocimiento
de paternidad en caso de reproducción artificial heteróloga cuando consintió acerca de
la misma. Aclara la Corte que la inseminación no puede entrar dentro de los supuestos
contemplados por el artículo 235° del Código Civil, pensado para los casos en que la
mujer diese a luz un hijo como consecuencia de una relación carnal adulterina.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Menores. Sin embargo, la Corte Superior Civil de Londres decidió entregar la niña a la
pareja contratante hasta que se resolviera la adopción44.
904
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Desde la operación hasta que le puedan implantar los embriones obtenidos a partir
de sus óvulos y el esperma de “J” tendrán que pasar dos años. En estos dos años se
separan y él notifica a la clínica su decisión de que los embriones sean destruidos.
La clínica, a su vez, informa a la interesada de la obligación legal que tiene el centro
de destruir efectivamente los embriones. Según la ley británica de 1990 acerca de
la fecundación humana y embriología, cualquiera de los donantes puede revocar su
consentimiento a la continuidad del procedimiento, mientras los embriones aún no
hayan sido transferidos al útero46.
Afirman estos dos jueces que los intereses de la parte que revoca su consentimiento y
desea que sean destruidos los embriones han de prevalecer si así lo prevé la legislación
46 Además, en virtud del artículo 8.2 del anexo 3 de la ley (“Queda prohibido conservar un embrión
concebido in vitro, excepto si cada una de las personas cuyos gametos han servido para concebir el
embrión es el autor de un consentimiento efectivo en la conservación de dicho embrión y si éste se
conserva conforme al consentimiento).
905
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
interna, excepto si la otra parte: a) no tiene otro medio de tener un hijo biológico, b)
no tiene ya hijos, c) no tiene intención de hacer intervenir en el proceso a una madre
portadora (esta cuestión es considerada de orden público).
Por otro lado, la Corte Suprema del Estado de California se enfrentó a un caso
extremadamente complicado que decidió mediante sentencia de 27 de agosto de
199747. Un matrimonio incapaz para tener hijos pero deseando descendencia con el
objeto de que ésta salvase su relación de crisis en que se encontraba, decide recurrir a
la fecundación artificial mediante óvulo y esperma, ambos de donantes desconocidos.
Contratan, además, a una mujer casada, Pamela Snell, para que geste y de a luz a la
niña quien después se llamará Jaycee.
Y en cuanto a los Buzzanca, el juez Monarch ordena que cese la obligación por parte
de John de mantener a la niña, basándose en el dato cierto de no ser éste el padre
genético de Joycee, así como tampoco la ha reconocido ni adoptado como hija.
Finalmente, la Corte dispone que sea considerada madre presunta con base en el
artículo 1.611.d) del Código de Familia y le concede la guarda y custodia de la niña, a
quien declara legalmente huérfana. Ordena a su vez que los gastos relativos al caso
sean pagados por el responsable financiero del Condado de Orange.
Este último caso nos presenta una muestra de la dimensión de la controversia que
puede surgir en materia de reproducción artificial, no existiendo regulación jurídica
906
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
que ofrezca soluciones para todos los supuestos conflictivos que en la práctica pueden
acontecer.
Con relación a las causas de la objeción, desde una consideración amplia del derecho a
la misma, abarcaría los aspectos culturales, teológico-filosóficos, estéticos, ideológicos
y morales conexos al acto de fe49. En este sentido, Martínez Torrón advertía una
ampliación en las motivaciones de la objeción de conciencia, partiendo de la creencia
estrictamente religiosa y extendiéndose su fundamento a convicciones de distinta
índole, tales que ocuparan en la vida del individuo un papel semejante al que Dios
ocupa en el creyente de una determinada religión50.
48 Vid. BERTOLINO, R. L´obiezione di conciencia negli ordinamenti giuridici contemporanei. Torino, 1967,
pp. 8-9.
49 Vid. VILADRICH, P. J. “Ateísmo y libertad religiosa en la Constitución española de 1978”, en Revista de
Derecho Público, vol. IX-1, 1983, pp. 83-84;
50 Vid. MARTÍNEZ TORRÓN, J. “La objeción de conciencia en la jurisprudencia del Tribunal Supremo
norteamericano”, en Anuario de Derecho Eclesiástico del Estado, 1985, pp. 408-411.
51 Vid. NAVARRO-VALLS R. y J. MARTÍNEZ TORRON. Las objeciones de conciencia en el Derecho español
y comparado. Madrid, 1997, p. 4.
907
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Por otro lado, dentro del objeto de esta ley se incluye la clonación realizada con un fin
distinto al reproductivo (al prohibir la reproductiva en el artículo 1.3). La clonación como
tal es una técnica de reproducción de vida humana, que consiste en la reproducción in
vitro de un embrión humano idéntico a otro. La diferencia está en que en la clonación
denominada reproductiva este embrión clonado se implanta en el útero de una
mujer permitiéndole continuar su desarrollo hasta el nacimiento, mientras que en la
clonación con fines terapéuticos al embrión sólo se le dejará evolucionar hasta que
llega a la etapa de blastocisto (100 células aproximadamente) pero no se implanta
en un útero sino que se utiliza para aislar y tomar células troncales que contiene para
52 Vid. GONZÁLEZ MORENO, B. “La regulación legal de las opciones de conciencia y la LOLR”, en V.V.A.A.,
NAVARRO-VALLS, R.; J. MANTECÓN SANCHO y J. MARTÍNEZ TORRÓN (Coords.). La libertad religiosa y
su regulación legal. La Ley Orgánica de Libertad Religiosa. Madrid, 2009, pp. 232-236.
53 Como se deduce del artículo 2 de la ley.
908
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
investigaciones o usos clínicos. Con ello se viola lo dispuesto en el Código Penal54 que
prohíbe fecundar óvulos con finalidad distinta de la procreación y la creación de seres
humanos idénticos por clonación u otros procedimientos55.
54 También contraviene lo acordado en el Convenio Europeo sobre los derechos humanos y la biomedicina
adoptado en Oviedo en 1997: Art. 18.2. Se prohíbe la constitución de embriones humanos con fines
de investigación. Art. 1 Protocolo adicional al Convenio sobre los derechos humanos y la biomedicina
por el que se prohíbe la clonación de seres humanos: Se prohíbe toda intervención que tenga por
finalidad crear un ser humano genéticamente idéntico a otro ser humano vivo o muerto.
55 Acerca de la técnica de la clonación, puede verse GARCÍA GÓMEZ, A. “De la clonación de investigación
a la clonación terapéutica”, en V.V.A.A. El destino de los embriones congelados. Madrid, 2003, pp.
181-197.
56 Con la transferencia de un embrión sólo las posibilidades de embarazo son de 9%, con 2 de 20% y con
3 de 37%. Los embriones “sobrantes” se mantienen crioconservados en nitrógeno líquido: en el año
2000 había 35 000 embriones congelados en España en los bancos creados a tal efecto y tres años
más tarde la cifra había aumentado hasta 100 000-200 000. Vid. VANRELL DÍAZ, J. A. Reproducción
humana asistida…, op. cit., pp. 387-402.
57 Artículo 3°. Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción asistida, en BOE núm. 126,
de 27 de mayo de 2006.
58 Los conflictos que se les plantea a los profesionales sanitarios son los riesgos a que se les somete
a los embriones, entre ellos, perder la vida durante la congelación y descongelación y el problema
de su destino. Moreno Botella aludía a los riesgos de esta práctica: con esta práctica el grado de
artificialidad aumenta, al aumentar también las posibilidades de modificar la genética de los seres
vivos también in vitro y hasta el momento de su transferencia al útero. Se trata de una técnica un tanto
peligrosa si se realiza sin ningún tipo de control y con resultados nefastos. Cfr. MORENO BOTELLA, G.
“Algunos aspectos en torno a las nuevas técnicas de reproducción asistida”, en Anuario de Derecho
Eclesiástico del Estado, vol. VII, 1991, p. 83.
909
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
Estos aspectos expuestos son materia propicia para la objeción de conciencia, por lo
que se han promulgado en distintos países algunas leyes o proyectos de leyes en las
que se mezclan el Derecho, la Conciencia y la Bioética60. En España, un borrador de
Proposición de Ley de Objeción de Conciencia en Materia Científica (Departamento
Confederal de Medio Ambiente) atribuye el derecho de objeción de conciencia a toda
59 Una síntesis del pensamiento de este autor, puede verse en LEJEUNE, J. ¿Qué es el embrión humano?
Madrid, 1993.
60 Italia permite al personal sanitario declinar su participación “por fundados o declarados motivos”
en programas de investigación elaborados por organismos a los que pertenecen (ley regional de
Lombardía de 20 de junio de 1975 y ley regional de Piamonte de 9 de enero de 1987); Inglaterra
protege la libertad de conciencia del personal científico en el campo de la biogenética (apartado
34 de la mencionada ley de 1990 sobre reproducción humana y embriología); Austria, en su
ley de reforma universitaria concede análoga tutela a los investigadores y estudiantes en el caso
de experimentaciones cuyos métodos o contenidos puedan crear problemas de conciencia; en el
Parlamento francés acaba de presentarse también una proposición de ley de objeción de conciencia
en materia científica.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
El Tribunal Supremo parece interpretar este precepto en otro sentido en los casos
más recientes sobre objeción de conciencia, bien a la inscripción de matrimonios
61 Acerca de estos datos legislativos, puede verse NAVARRO-VALLS, R. “La objeción de conciencia”, en
V.V.A.A. Bioética y justicia, op. cit., pp. 313-315.
62 El derecho de objeción de conciencia se inserta en el precepto que regula el derecho de libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión: 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento,
de conciencia y de religión. Este derecho implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones,
así como la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en
público o en privado, a través del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos. 2. Se
reconoce el derecho a la objeción de conciencia de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su
ejercicio. Art. II-70, Parte II “Carta de Derechos Fundamentales de la Unión” del Tratado de la Unión
Europea, sin modificar por el Tratado de Lisboa.
911
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
entre personas del mismo sexo (RJ\2009\, de 11 de mayo), bien a la Educación para
la Ciudadanía, deduciendo del artículo 10.2 de la Carta que se requiere una expresa
regulación legal para ejercitar el derecho de objeción de conciencia, siendo inadmisible
el reconocimiento de tal derecho en ausencia de ley63.
63 Vid. RUANO ESPINA, L. “Las sentencias del Tribunal Supremo de 11 de febrero de 2009 sobre objeción
de conciencia a EPC”, en Revista Española de Derecho Canónico, vol. 66, N.° 166, pp. 228-229.
64 Cfr. DE LA HERA, A. “Sobre la naturaleza jurídica de la objeción de conciencia”, en V.V.A.A. (IBAN, I. C.
Coord.). Libertad y derecho fundamental de libertad religiosa. Madrid, 1989, p. 151.
65 Vid. GUERZONI, L. “L´obiezione di conscienza tra politica, diritto e legislazione”, en V.V.A.A. L´obiezione
di conscienza tra tutela della libertà e disgregazione dello statuto democratico. Milán, 1991, pp. 179-
197; GEMMA, G. “Brevi note critiche contro l´obiezione di coscienza”, en Ibidem, pp. 320, 333; cit. por
NAVARRO-VALLS R. y J. MARTÍNEZ-TORRÓN. Las objeciones de conciencia en el derecho español…, op.
cit. p. 7.
66 Es en tal sentido en el que valoro la incidencia de la objeción de conciencia en el mundo contemporáneo
como una ruptura del poder hegemónico del Estado sobre el Derecho, que, privado de sus raíces
morales, se había convertido en la expresión positiva de la voluntad del poder, un fenómeno tanto más
grave cuanto se ha infiltrado en las democracias actuales a través precisamente de la secularización,
que deja a la sociedad desvertebrada y fácil en consecuencia, para ser vertebrada por el poder al
margen de la moral; Cfr. DE LA HERA, A. Sobre la naturaleza jurídica…, op. cit., p. 160.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
67 L´obiezione vera presenta una contrapartita positiva al rifiuto dei valori tradotti dalla norma giuridica.
Al modello di vita sociale asunto dalla maggioranza, l´obiettore intende sostituirne un altro e additare
una via diversa per realizzare una più pacifica convivenza umana… L´obiettore oppone alla norma
giuridica rifiutata un bene diverso per la società; lungi dall´essere asociale, egli è in atteggiamento di
effettiva solidarietà con gli altri consociati. Cfr. BERTOLINO, R. en V.V.A.A. La objeción de conciencia en
el Derecho Español e Italiano. Murcia, 1990, pp. 43-44
68 Lo que es claro es que la objeción de conciencia plantea, en toda su radicalidad, el problema del
choque entre norma y conciencia individual. Lo cual ya indica que la actitud de un ordenamiento hacia
las verdaderas objeciones de conciencia revela, en gran medida, su grado de sensibilidad hacia los
derechos humanos, rescatándolos de la dictadura de las mayorías y colocándolos más allá del debate
político. Cfr. NAVARRO-VALLS, R. Del poder y de la gloria. Madrid, 2004, p. 317.
69 Para una exposición de la contradictoria doctrina acerca del derecho y el ejercicio de la objeción
de conciencia en la jurisprudencia, puede verse RODRÍGUEZ CHACÓN, R. El factor religioso ante el
Tribunal Constitucional. Madrid, 1992, pp. 104-107.
70 A este respecto, apunta Motilla que las Declaraciones de Derechos Humanos constitutivas del nuevo
Derecho Natural positivizado en las Constituciones configuran la libertad de conciencia como una
de las libertades públicas, de modo que la garantía del Estado frente a la libertad de conciencia se
resuelve, en la mayoría de los casos, en una actitud omisiva, deteniéndose ante lo que pertenece a
la intimidad del hombre. Bien respetando la expresión de las ideas —libertad de expresión—. Bien
admitiendo la posibilidad de actuar según conciencia aunque ello signifique la violación de un deber
jurídico —objeción de conciencia—. Cfr. MOTILLA, A. “Consideraciones en torno a la objeción de
conciencia en el Derecho español”, en Ius Canonicum, XXXIII, N.° 65, 1993, p. 142.
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LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL DERECHO REGISTRAL Capítulo VI
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CONSIDERACIONES FINALES
917
reconocimiento, realizado sobre la base de una concepción ontológica del ser humano
constituye el fundamento para que el individuo pueda desenvolverse plenamente
dentro del proceso de interacción social, implicando, a su vez, la obligación —
tanto del Estado como de los particulares— de respetar esta subjetividad jurídica.
Para el ejercicio de este derecho, la emisión de los documentos que acreditan la
identidad de las personas tiene una particular trascendencia, “toda vez que (…)
permite el ejercicio de otros derechos fundamentales inherentes al individuo…”2.
Este derecho de relevancia especial para las personas constituye la razón misma
del RENIEC, organismo que ha desarrollado —y continúa haciéndolo— diversas
acciones orientadas a la efectiva protección del derecho a la identidad de todos
los peruanos.
2 Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el EXP. N.° 02432-2007-PHC/TC, fundamento N.° 12.
918
registros, no es un desafío exclusivo del ámbito nacional, sino que es común a
las diversas instituciones que, en cada país, deben cumplir con garantizar a las
personas el acceso al registro, más allá de las diferencias que existan en sus formas
y contextos.
En efecto, aunque se presentan en casi todos los países sin importar su régimen
político, los Registros del Estado Civil reflejan, en sus diversas formas concretas,
características propias insoslayables. De hecho, la manera como un país organiza
su registro civil delata no sólo una opción de tipo operativo sino una concepción
global sobre el rol y la misión del mismo. Las diferencias, por eso, están lejos de ser
deleznables. Si se comparan, entonces, las diversas manifestaciones nacionales
de los registros civiles se encontrará, al lado de algunos elementos comunes de
forma o fondo que traslucen la identidad de sus objetivos, rasgos que acusarán,
en mayor o menor medida, algo que resulta, en nuestros días, una verdad de
perogrullo: la pluralidad de contextos políticos y legales en los que nacen, viven y
mueren las personas. La inscripción de nacimientos en China, por ejemplo, diferirá
de la inscripción de nacimientos en el Perú: la forma institucional del registro,
sus procedimientos, el nivel jerárquico de las normas que aplica, los tipos de
documentos que expide, las materias inscribibles, etc.; pueden ser a tal punto
distintos que llegue a dudarse de que se trata de una misma experiencia. Por eso
es necesario acercarse con cautela al estudio de esta conjugación de similitudes
y diferencias que emerge cuando se comparan los diversos regímenes jurídico-
registrales, sobre todo si se trata de ordenamientos que no pertenecen a la misma
tradición jurídica.
919
en un país determinado, casarse en otro, morir en otro, rigiéndose cada vez
por ordenamientos jurídicos distintos y registrando lo acontecido en registros
nacionales (o locales) diferentes, sin que por ello los demás ordenamientos, que
acogieran posteriormente a estas personas, puedan desconocer, sin causa, lo
ocurrido fuera de su jurisdicción.
Pero, más allá de los convenios que se celebran, con el fin de dar cierta consistencia
a nivel supranacional a los registros de las personas, son importantes los esfuerzos
que hace cada país a nivel interno para mejorar el servicio que brinda a sus
ciudadanos. Estos esfuerzos no pueden ser aislados; por el contrario, requieren un
intercambio constante de experiencias.
920
El CLARCIEV y los registros civiles en Latinoamérica
Así como el RENIEC en el Perú, las instituciones a cargo de los Registros del Estado
Civil en la región han generado un espacio en el que convergen sus objetivos, al
constituirse en el año 2005 una institución supranacional conformada por los
organismos encargados en cada país de la administración de este tipo de registros.
“El CLARCIEV surge en el año 2005 como un organismo que agrupa a instituciones
de registro civil de América Latina, con el objetivo de brindar un espacio para el
intercambio de experiencias en registro e identificación de personas, y promover
el apoyo entre las instituciones registrales para su fortalecimiento.
921
la comunicación entre registros, promoviendo el intercambio de experiencias
continuamente así como facilitando la transferencia de conocimiento”3.
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
República Dominicana, Uruguay, Venezuela.
3 www.clarciev.org
922
competencia” y que podrá “establecer colaboración con terceros Estados con
objeto de fomentar la cooperación entre éstos y los Estados miembros”.
4 www.ciec1.org
923
la jurisprudencia constitucional de nuestro país, que se basa en una tendencia
regional y podría afirmarse que hasta mundial, que el ejercicio de tales derechos
está vinculado directamente con el reconocimiento de la personalidad jurídica,
objetivo para el cual los Registros del Estado Civil y de Identificación cumplen un
rol esencial.
924
O
ENIEC
REGISTRO NACIONAL DE IDENTIFICACIÓN Y ESTADO CIVIL
Dirección:
Av. Bolivia N° 144, Centro Cívico, Lima
Central Telefónica: 315 2700 - 315 4000