De un tiempo a esta parte, los microrrelatos se han asentado como una
modalidad narrativa divertida, sugerente y creativa que puede plasmarse en redes sociales de microblogging como Twitter o en plataformas personales de publicación. En Literaturbia queremos proporcionarte un montón de buenas ideas para que puedas desarrollar tus propias creaciones.
En primer lugar, ¿ya sabes lo qué es un microrrelato? Este formato se trata de
una modalidad narrativa que exige del lector la máxima concisión de ideas en el menor espacio posible. Es decir, que debe cumplir los principios básicos de la narratividad de una manera extremadamente concentrada. Despojado de casi todo adorno dada su brevedad, el microrrelato pone a prueba las rutinas del lectura y la imaginación, convirtiéndose en un pequeño laboratorio de experimentación con el lenguaje. Suele presentar los siguientes rasgos:
Brevedad máxima: Las técnica de la elipsis está presente en todo microrrelato
para conseguir una historia con potencial. Secuencia narrativa incompleta: Los microrrelatos no siguen el esquema tradicional del relato dividido en planteamiento, nudo y desenlace. En la gran mayoría de los microrrelatos hay una única línea temporal, un único espacio y un único personaje -aunque a veces podemos hallarnos frente a dos o tres-. Es extraño que se empleen formatos como los diálogos. Lenguaje preciso y habitualmente cargado de intencionalidad, admitiendo el registro poético, irónico, la parodia o la Desenlaces abruptos, impredecibles y abiertos a múltiples interpretaciones. La sorpresa es un elemento clave de los microrrelatos. Tendencia a plantear mundos ficcionales no solucionados, con un alto grado de indefinición. Presencia de la intertextualidad para aportar sentido a la historia. Condensación del tiempo narrativo. En muchos casos se prescinde de técnicas como el diálogo, la pausa o la descripción. Las posibilidades alrededor del relato -aunque no estén presentes en las líneas de texto-, influyen poderosamente en su significación. Así, el subtexto es especialmente relevante en los formatos narrativos.
¿Cuáles son los orígenes de los microrrelatos?
Si nos remontamos décadas, siglos e incluso milenios atrás, los formatos narrativos breves, tanto escritos como orales, han aparecido en múltiples culturas y épocas: instrucciones sumerias y egipcias, fábulas grecolatinas, adivinanzas populares, parábolas bíblicas, sugerentes epitafios o graffitis urbanos. En el mundo occidental, además de las citadas fábulas, encontramos ejemplos de escritura fragmentaria como epigramas y aforismos antiguos, o bestiarios medievales, y en las culturas al margen de Occidente destacan los textos sobre los sarcófagos de los faraones y los haikus o poemas breves japoneses. En cuanto a los orígenes estrictamente literarios, los críticos del mundo castellanoparlante ubican las raíces directas a la micronarratividad en el modernismo hispanoamericano y las vanguardias. Herramientas actuales como la blogosfera, la proliferación de concursos literarios en la red o el uso literario de Twitter han fomentado que sea de los formatos más atractivos para usuarios y escritores.
No pares de jugar
Escribir jugando es una de las mejores maneras de obtener buenas ideas y
exprimir tu mente en la búsqueda de los mejores microrrelatos. Fíjate en algunos ejemplos famosos como «Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí» (Augusto Monterroso) o «Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello» (Gabriel Jimenez Emán) o «Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.» (Ana María Shua). Lo primero que debes hacer es fijarte una extensión máxima, que habitualmente oscila entre las 100 y las 200 palabras, aunque algunos prefieren prefijarla en el número de líneas.
Sigue cualquiera de los siguientes 7 juegos para escribir microrrelatos:
1. La caja mágica: Introduce en una caja de cartón o estuche un elevado número de
palabras escritas en pequeños papeles. Para realizar tu microrrelato, mete la mano en ella y escoge dos al azar para incluirlas en tu pequeña trama de la manera que te parezca más adecuada. Cuanto más insólitas o polisémicas sean las palabras de tu caja mágica, más complicado y divertido será tu proceso de creación. 2. Los saltos temporales: Dado que te verás obligado a utilizar la elipsis como recurso, lo ideal es que tu microrrelato comience en un momento intermedio. Sitúa a tu personaje en medio de un juicio, de un hospital, de una cama vacía, de una cárcel, de un púlpito o de una catástrofe natural e intriga a tu lector para que intente averiguar cómo ha llegado a su situación presente. 3. Las canciones magnéticas: Utiliza una canción como punto de partida para crear tu microrrelato. Para ello, crea tu propia lista con géneros y artistas musicales variados en plataformas como Youtube o Spotify y aleatoriamente pulsa el play. Inspírate en lo que suena, utiliza incluso elementos de la propia letra y déjate llevar para comenzar a escribir un microrrelato sorprendente. 4. Las listas de personajes: Como hemos señalado, habitualmente los microrrelatos sólo cuentan con un personaje, por lo que su originalidad -aunque su descripción sea lógicamente omitida- es fundamental. Por eso, lo más importante son los roles, trabajos y conflictos asociados al protagonista de tu historia. Elabora una lista con todo lo que se te ocurra: un médico que experimenta con víctimas terminales, una monja con doble vida que se prostituye, una excursionista convertida a un culto satánico o un director de instituto condenado a pena de muerte pueden ser buenas ideas para comenzar. 5. Las situaciones límite: Por su carácter breve, los microrrelatos comprenden un escenario y una única línea de tiempo. Si extremas la condición o condiciones a las que está sometido tu protagonista, el interés que este puede llegar a suscitar en tu receptor será mayor. Las situaciones límite, ya sean extravagantes, desproporcionadas, cómicas o desesperantes te resultarán armas muy jugosas para crear historias brillantes. Escribe varias, numéralas y tira un dado para comenzar a jugar.
¿A qué estás esperando? Ponte manos a la obra y empieza a crear microrrelatos
mágicos y suculentos. ¡Puedes dejar un comentario y enseñarnos el resultado de tus experimentos!