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A continuación, planteamos las dos preguntas clave que articulan los contenidos de esta clase.
¿Cuáles serían los principios más significativos que presentan las diversas posturas
pedagógicas?
EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE
La experiencia educativa que se describe a continuación es situada en el 3° año del ciclo básico de la
secundaria del Colegio Secundario. El proceso de enseñanza-aprendizaje corresponde a la semana de
diagnóstico de la asignatura de lengua extranjera inglés.
Desde el inicio de la clase se pretende que los jóvenes utilicen la segunda lengua, no obstante, no se
deja de lado el uso del español por ser nuestra lengua materna. Es así, que al ingresar al curso nos
saludamos utilizando la segunda lengua y se toma asistencia, a lo cual los estudiantes responden
“present” o “here” (en español, acá estoy). Es la única forma lingüística que les presente para esta
situación. Desde el punto de vista de la psicología conductista Skinner señala que la relación estímulo -
respuesta se vuelve esencial y la ejercitación es un proceso indispensable, por ello se crea un hábito de
esta situación. Además, el hecho descripto, tiene similitud con la propuesta de Skinner la “máquina de
enseñar”. Donde se introduce cierto saber, y se oculta otros. Este saber que se ha ocultado resulta como
interrogante por parte de uno de los estudiantes para cerrar un circuito de conocimientos necesarios
que se requiere al tomar asistencia, al referirnos a los estudiantes no solo presentes sino también a los
ausentes.
Este es uno de los momentos que gratifican mi práctica, cuando surgen preguntas sobre cuestiones que
uno deja de explicar en espera a que el estudiante tome la iniciativa de indagar. En este punto,
considero que existe cierto tinte de la corriente humanista. Carl Rogers plantea un modelo no-directivo,
en donde la función del docente es facilitar el aprendizaje. Es decir, que el estudiante debe descubrir.
Rogers considera a la educación como un proceso individual. Por otro lado, se puede relacionar esta
situación, con la corriente pedagógica del constructivismo. Jerome Bruner pone énfasis en el aprendizaje
por descubrimiento, en donde el sujeto interactúa con la realidad categorizando y organizando la
información externa, según sus propias categorías (hechos de la cotidianeidad en el uso de la lengua
materna) crea nuevas categorías, correspondiente un nuevo ítem léxico (“Absent”). Aquí el aprendizaje
es un proceso dinámico de asociación y construcción. Por otro lado, otro de los psicólogos, David
Ausubel, sostiene que la estructura cognitiva previa del estudiante, conocer la situación de toma de
asistencia haciendo uso de la lengua materna, es un factor esencial en el aprendizaje. Este proceso
psicológico superior es producto, según Vygotski, de la interacción entre el medio social y el sujeto.
Según, la corriente pedagógica de la Escuela Nueva, John Dewey y María Montessori comparten en que
el adolescente debe aprender haciendo, como sucede en la situación del aula mencionada.
Continuando la clase, durante las practicas, una de las actividades que se incluyen son aquellas dirigidas
a desarrollar la escritura. Es allí donde noto que, si bien la mayoría cumple con las actividades, dos de los
estudiantes son reticentes a realizar lo abordado. En mi opinión, no lo hacen porque no tienen intención
de aprender, ellos demuestran tener otra forma de adquirir los conocimientos, una forma que sale de
los lineamientos de la educación formal tradicional. No obstante, toman iniciativa por ejemplo al
chequear las actividades y escribir en la pizarra.
Luego, durante la producción, antes de culminar la clase, los estudiantes tienen que aplicar los
contenidos dados. Generalmente las producciones son de carácter comunicativa y oral. En esta etapa de
la clase, los dos estudiantes mencionados con anterioridad, ponen empeño y se ven motivados a
cumplir.
Por ello, a partir de este caso, pude inferir algunas de las necesidades de los dos estudiantes. Concluyo
que, en las futuras prácticas, debo implementar otros recursos didácticos para adaptar los contenidos a
sus necesidades.
A continuación, los invitamos a recorrer la experiencia y a tratar de identificar qué principios la
estructuran, por ejemplo:
Para finalizar, con lo expuesto anteriormente, considero que no se puede concebir que en la
actualidad exista una infraestructura tecnológica deficitaria en gran parte de nuestro sistema
educativo público, que
Los historiadores, se han encargado de las “estrategias de reproducción” es decir en las formas en que
los grupos sociales garantizan su continuidad por ejemplo las estrategias de sucesión, pero también
están las estrategias matrimoniales, el modo en que la gente se casa, es una forma de reproducirse
biológicamente, pero también de reproducir las homogeneidades, y las diferencias sociales. Entonces, el
sistema escolar es absolutamente clave, para comprender a las sociedades modernas.
Que es la desigualdad del sistema escolar. Existe una relación estadística muy fuerte entre el origen
social de los alumnos y los resultados académicos. Las desigualdades en el éxito académico no se
explican a partir de las desigualdades económicas. Sino a través del capital cultural, heredamos de
nuestra familia no solamente los medios materiales, pero también los instrumentos de conocimiento, de
técnicas, maneras de trabajar. Son transmitidas inconscientemente y contribuyen al éxito escolar. Los
sistemas escolares los exige sin brindarlos. Por ejemplo, las técnicas de trabajo, los niños con categorías
intelectuales además de escuchar en la familia un lenguaje cercano al de la escuela y que se exige es el
hecho de que tienen una relación desinteresada, reciben de la familia indicaciones como la forma de
trabajar, forma de organización. Factores decisivos de diferenciación, el sistema escolar brinda muy
poco de esto, porque no tienen tiempo, o por desconocimiento. Muchas veces el docente no tiene
conciencia de que es lo que le falta al alumno. Se exige al no escolarizado.
Pedagogia Conductista
Skinner
Esta corriente enfatizó el conocimiento causal de la conducta como problema central de la educación,
partiendo del supuesto de que la base de la explicación de la conducta humana está en la estimulación
externa. El aprendizaje, entonces, depende de conocer las conductas observables y en diseñar estímulos
de enseñanza apropiados para lograr aquellas que se desean. La relación estímulo-respuesta se vuelve
esencial y la ejercitación es un proceso indispensable. Propone la "máquina de enseñar". Esta máquina
consistía en una caja en la que el profesor introducía una hoja con todos los conceptos que el alumno
tenía que aprender y otra lámina en la que se podía ocultar parte del texto. De la respuesta, correcta o
no de los alumnos, dependía que se pudiera continuar o no con el trabajo. Esta máquina puede pensarse
como un embrión de lo que hoy puede hacerse con algunos programas educativos informáticos.
Humanismo
Carl Rogers
Se propone como una respuesta histórica (a mediados del siglo XX) al reduccionismo psicológico,
filosófico y sociológico del hombre. Propone centrarse en los seres humanos como totalidad dinámica
en relación continua con contextos interpersonales. El concepto central es la consideración del alumno
como un sujeto individual, completamente único y singular, capaz de autodeterminarse. El ser humano
es una totalidad que excede a la suma de las partes y tiende a su autorrealización. El énfasis de la
propuesta de Rogers está en acompañar al alumno a realizar su proyecto de vida, fomentando la
creatividad y los afectos como base de la educación. Rogers plantea el denominado modelo "no-
directivo", centrado en el alumno. La función del docente será flexible, pero definitivamente no-
directiva, debe facilitar el aprendizaje. El marco institucional no debe dirigir al individuo, sino permitirle
dirigirse por sí mismo. No es válido enseñar o imponer normas o valores al alumno. A esto llama Rogers
introyectar. La persona debe descubrir y elegir sus propios valores. La educación es un proceso
primariamente individual.
Escuela Nueva
John Dewey
Maria Montessori
Nace como una reacción a la escuela tradicional y el conductismo a principios del siglo XX. La Escuela
Nueva es una crítica a la pasividad, al enciclopedismo, y al magistrocentrismo. Montessori y Dewey
comparten el postulado central de que el niño y el adolescente deben aprender "haciendo". Es
importante considerar que, para Dewey, la actividad en sí misma no es el objetivo de la educación. La
acción sobre la realidad que se plantea en su propuesta educativa no es "activismo", sino que la acción
solo se vuelve educativa cuando retorna al alumno a través de la reflexión para modificar su conducta.
Toda experiencia es educativa cuando recoge algo de lo que ha pasado antes y modifica de alguna
manera la cualidad de la experiencia subsiguiente. La educación consiste en experiencias que dan
sentido a otras experiencias subsiguientes a través de su reconstrucción o reorganización. Tanto
Montessori como Dewey consideran que la educación es un proceso de vida y no una preparación para
una vida posterior. La "experiencia" es el centro de la educación.
Constructivismo
Jerome Bruner
David Ausubel
Consrtuctivismo social
Lev Vygotski
Este autor desarrolla una teoría llamada "socio-cultural", cuya tesis central postula que los procesos
psicológicos superiores son producto de la interacción entre el medio social y el sujeto. Esta interacción
está mediada por diversas herramientas (o signos) preexistentes en el medio social en el que el sujeto se
desarrolla, y la más importante es el lenguaje. La interacción, que posibilita el desarrollo, se da siempre
en un contexto determinado, es decir, que los trabajos de Vygotski agregan a los elementos genéticos
los condicionantes de la sociedad y la cultura. Un concepto central desarrollado por Vygotski es el de la
ZDP (zona de desarrollo próximo): cada sujeto es capaz de aprender una serie de aspectos desde su nivel
de desarrollo, pero existen otros fuera de su alcance que pueden ser asimilados con ayuda de un adulto
o un sujeto con más conocimientos, si este proporciona el andamiaje apropiado. Este tramo es lo que el
autor llama ZDP.
Pedagogía critica
Paulo Freire
Pierre Bourdieu
Propone una mirada crítica sobre cómo opera la cultura dominante para legitimar ciertas relaciones
sociales. Desde la perspectiva crítica, la educación se interpretará siempre como una práctica social
históricamente situada que sólo puede analizarse a partir de la forma de vida social de la que surgió.
Paulo Freire aborda de manera central la temática de la educación para la liberación. Se plantea la
educación como una práctica política, una práctica para la libertad, que niega al hombre abstracto,
desligado de su mundo y de su historia. Este autor hace una crítica a la educación tradicional a la que
denomina "bancaria" (los alumnos son "vasijas" que deben ser "llenados" por el educador; cuanto más
vayan llenando los recipientes con sus "depósitos" tanto mejor será el educador; la única función del
alumno es la de recibir los "depósitos"). La educación “bancaria” transforma la conciencia del dominado
en hospedaje de la consciencia del dominante. Este estado de cosas es, para Freire, deshumanizante. La
tarea de la educación es la de "concientizar" acerca de la deshumanización y, así, liberar a través de una
pedagogía activa y dialógica.
Howard Gardner
David Perkins
Una de las tesis centrales de esta corriente sostiene que una educación plena se da sólo si cada sujeto
aprende a comprender el mundo. Este proceso es posible si se interiorizan en profundidad las ideas
vertebrales de las disciplinas y a través de este proceso se logra autonomía y creatividad. Los tres
ámbitos centrales que se plantean para estos procesos son el científico, el estético y el moral. Gardner
sostiene que el proceso de comprensión de los temas sustanciales garantiza la transferibilidad del
conocimiento. Este autor combina dos grandes ejes en su propuesta: la educación para la comprensión y
su teoría de las inteligencias múltiples. Esta última se propone como reacción a la idea de "capacidades
innatas". Gardner sostiene que el sujeto presenta sus capacidades cognitivas organizadas
temáticamente y con distintos perfiles, que tienen infinitas combinaciones y rendimientos. Plantea,
además, la existencia de una visión pluralista de la inteligencia, en la que todo sujeto posee múltiples
capacidades y, de igual manera, múltiples formas de enfrentarse a un contexto y resolver problemas.
Esto implica que existen, entonces, diversas y variadas formas de acceso al conocimiento y a las formas
de tratamiento de los conceptos disciplinares. David Perkins, que integra el Proyecto Zero, liderado por
H. Gardner, aporta la propuesta del "aula para pensar" en la que los principios de la enseñanza para la
comprensión se ponen en práctica.
La mente no escolarizada
Cómo piensan los niños y cómo deberían enseñar las escuelas - Howard Gardner
Uno puede, claro está, intentar descartar el lenguaje como un caso especial. Después de todo, somos
criaturas lingüísticas, y quizá tengamos una disposición especial para hablar, al igual que los jilgueros y los
pinzones cantan como parte de su patrimonio como aves. O se puede insistir en la inmensa importancia
del lenguaje en todas las relaciones humanas; quizá esté ahí la solución a la pregunta de por qué todos
los niños dominan con éxito el lenguaje pocos años después de su nacimiento.
Sin embargo, tras examinarlo, el lenguaje resulta ser algo no excepcional entre las capacidades humanas.
Es sencillamente el ejemplo más espectacular de uno de los enigmas del aprendizaje humano: la facilidad
con la que los seres humanos más jóvenes aprenden a llevar a cabo determinados comportamientos que
los estudiosos aún no han llegado a comprender. Durante los primeros años de vida, los niños de todo el
mundo dominan una asombrosa serie de competencias con poca tutela formal. Llegan a ser competentes
para cantar canciones, montar en bicicleta, bailar, estar al tanto de docenas de objetos en casa, en la
carretera, o por el campo. Además, aunque de un modo menos visible, desarrollan sólidas teorías acerca
de cómo funcionan el mundo y sus propias mentes. Son capaces de anticipar qué manipulaciones harán
que una máquina no funcione adecuadamente; pueden, propulsar y coger pelotas lanzadas en
condiciones diversas; son capaces de engañar a alguien en un juego, del mismo modo que pueden
reconocer si alguien intenta hacerles una mala pasada jugando. Desarrollan un sentido penetrante acerca
de lo que es verdad y falsedad, bueno y malo, bello y feo –sentidos que no siempre concuerdan con los
criterios comunes, pero en los que demuestran ser notablemente prácticos y vigorosos.
Aprendizaje intuitivo y aprendizaje escolar
Nos enfrentamos con otro enigma. Los niños pequeños que muy pronto dominan los sistemas de
símbolos, como el lenguaje y las formas artísticas, como la música, los mismos niños que desarrollan
teorías complejas del universo o intrincadas teorías acerca de la mente, suelen experimentar las mayores
dificultades cuando empiezan a ir a la escuela. No parece que hablar y entender el lenguaje sea
problemático, pero leer y escribir puede plantear serios desafíos; el cálculo y los juegos numéricos son
divertidos, pero aprender las operaciones matemáticas puede resultar engorroso, y las metas superiores
de las matemáticas pueden resultar temibles. De todos modos, el aprendizaje natural, universal o
intuitivo, que tiene lugar en casa o en los entornos inmediatos durante los primeros años de la vida, parece
ser de un orden completamente diferente en relación con el aprendizaje escolar que ahora es necesario
en todo el mundo alfabetizado.
Es acertada la idea de que resulta fácil apropiarse de un idioma en la etapa de la niñez, es decir que no se
requiere estudios profundos de gramática, semántica, léxico, etcétera. Está demostrado a partir de
estudios, que no solo aprenden con facilidad su lengua materna, sino que además pueden adquirir otro
lenguaje al que se encuentran expuestos en su cotidianeidad.
“Durante los primeros años de vida, los niños de todo el mundo dominan una asombrosa serie de
competencias con poca tutela formal…”
Sin embargo, cuando los niños ingresan al sistema escolar, el aprendizaje intuitivo que desarrollan durante
la primera infancia en la familia aparenta ser diferente en relación con el aprendizaje escolar. Si bien, mi
experiencia directa en la docencia no se dirige a los niños en su primera etapa de desarrollo dentro de la
institución escolar, puedo afirmar que sucede algo similar con el grupo de adolescentes con el que trabajo.
En muchos casos el capital cultural de cada familia en gran medida es diferente al de la institución escolar,
lo que evidentemente influye en el desarrollo del aprendizaje escolar. Por ejemplo, con mucha pena debo
mencionar que en el lugar que trabajo actualmente hay estudiantes, que cursan el tercer año del ciclo
básico de la secundaria, que no realizan una producción de lectura y escritura adecuada al nivel, sin
mencionar la falta de comprensión de textos y reconocimiento de la importancia de la ortografía.
La falta de comprensión
Hasta ahora, este enigma no es extraño y se ha comentado repetidas veces. De hecho, se podría llegar a
afirmar que las escuelas se instituyeron precisamente para inculcar esas habilidades y concepciones que,
aunque deseables, no se aprenden de un modo fácil y natural como lo son las capacidades antes
mencionadas. Así pues, la mayoría de los numerosos libros y artículos recientes acerca de la “crisis
educativa” insisten en las dificultades con que se encuentran los estudiantes para dominar el programa
abierto de la escuela.
Una descripción como ésta acerca de los puntos débiles de la escuela puede resultar exacta hasta
donde llega, pero en mi opinión no va lo suficientemente lejos. En este libro sostengo que incluso
si la escuela parece ser un éxito, incluso si obtiene los resultados para los que ha sido diseñada,
normalmente no consigue lograr sus objetivos más importantes.
Las pruebas de esta alarmante afirmación provienen de un nutrido número de investigaciones
educativas por ahora abrumadoras que se han recogido durante las últimas décadas. Estas
investigaciones prueban que incluso los estudiantes que han sido bien entrenados y muestran todos
signos de éxito –la constante asistencia a buenas escuelas, altos niveles y calificaciones en los exámenes,
corroborados por sus 5 maestros– de un modo característico no manifiestan una comprensión
adecuada de las materias y de los conceptos con los que han estado trabajando.
Quizás el caso más sorprendente sea la física. Investigadores de la Johns Hopkins, del MIT y de otras
universidades que gozan de buena consideración han podido demostrar el hecho de que los estudiantes
que reciben las calificaciones de honor en los cursos superiores de física son frecuentemente
incapaces de resolver los problemas y las preguntas básicos que se plantean de un modo un poco
diferente de aquel en el que han sido formados y examinados. En un ejemplo clásico, se pidió a los
estudiantes de grados superiores que indicaran las fuerzas que actúan en una moneda que ha sido
lanzada al aire y ha alcanzado el punto medio de su trayectoria ascendente. La respuesta correcta es
que una vez la moneda está en el aire, sólo está presente la fuerza gravitatoria que la atrae hacia la tierra.
Sin embargo el setenta por ciento de los estudiantes de grado superior que hablan terminado el curso de
física mecánica dieron la misma respuesta ingenua que los estudiantes no formados: mencionaron dos
fuerzas, una hacia abajo, que representaba la gravedad, y una fuerza ascendente resultante de “la fuerza
original ascendente de la mano”. Esta respuesta refleja la opinión intuitiva o de sentido común pero
errónea de que un objeto no puede moverse a menos que una fuerza activa le haya sido transmitida de
algún modo a partir de una fuente original de movimiento (en este caso, la mano o el brazo de quien lanza
la moneda) y que una fuerza así debe irse consumiendo gradualmente.
Los estudiantes con formación científica no muestran un punto flojo sólo en lo que se refiere al
lanzamiento de una moneda. Al preguntarles acerca de las fases de la luna, la razón de que haya
estaciones, las trayectorias de objetos que son lanzados a través del espacio, o acerca de los movimientos
de sus propios cuerpos, los estudiantes no consiguen mostrar aquellas formas de comprensión que la
enseñanza de la ciencia se supone que produce. En efecto, en docenas de estudios de este tipo,
adultos jóvenes formados científicamente siguen mostrando los mismos conceptos y comprensiones
erróneas que podemos encontrar en los niños de educación primaria –los mismos niños cuya intuitiva
facilidad para el lenguaje, la música o la conducción de una bicicleta nos producía asombro.
La evidencia en el venerable tema de la física quizá sea el “arma aún humeante” pero, tal como
pruebo en los últimos capítulos, la misma situación se ha dado esencialmente en todo el ámbito escolar
en el cual se han llevado a cabo investigaciones. En matemáticas, los estudiantes de grado superior no
consiguen resolver problemas de álgebra cuando se expresan en unos términos que difieren de los
esperados. En biología, las suposiciones más básicas de la teoría evolutiva escapan a la comprensión de
estudiantes, por lo demás, capaces, que insisten en que el proceso de evolución está guiado por un
esfuerzo hacia la perfección.
Los estudiantes de grado superior que han estudiado economía aducen explicaciones de las fuerzas
del mercado que son esencialmente idénticas a las aportadas por estudiantes de grado superior
que nunca han cursado economía. Prejuicios y estereotipos igualmente graves impregnan el segmento
de la formación humanística del currículo, desde causas de la primera guerra mundial pueden discutir con
detalle las complejas causas de la primera guerra mundial cambian en redondo de opinión y explican los
acontecimientos actuales, igualmente complejos, en términos de “buenos y malos” (este hábito de
pensamiento no es ajeno a los dirigentes políticos aficionados a representar las situaciones
internacionales más complejas al modo de un guión de Hollywood). Quienes han estudiado las
complejidades de la poesía moderna, aprendiendo a apreciar a T. S. Eliot y Ezra Pound, demuestran poca
capacidad para distinguir las obras maestras de tonterías más propias de aficionados si se les oculta la
identidad del autor.
Quizá se podría responder que estos resultados preocupantes son sencillamente una critica más
del sistema educativo norteamericano, que ha recibido ciertamente (y quizá sea merecida) su parte de
crítica en los últimos años. Y de hecho la mayoría de las investigaciones se han llevado a cabo con
el modélico estudiante universitario de segundo grado. Sin embargo las mismas formas de
conceptualización erróneas y la falta de comprensión que aparecen en un ámbito escolar norteamericano,
parecen repetirse también en los ámbitos escolares de todo el mundo.
En algunos casos, a veces la falta de comprensión se da no solo por la manera en que el docente plantea
una consigna, sino también por la mala voluntad por parte de los estudiantes. Por ejemplo, hay quienes
sin leer el task de una actividad, y con el solo hecho de ver que la consigna está escrita en otro idioma, en
inglés, afirman no entender y por tal motivo no realizan el esfuerzo de interpretar lo que está escrito. Sin
embargo, creo que es necesario que comprendamos que en determinadas ocasiones es necesario
provocar que el estudiante logre entender, utilizando diferentes metodologías. Además, me parece que
hay situaciones que van más allá de interpretar una consigna, es así que hay que brindarle las técnicas y
herramientas al estudiante para saber interpretar consignas, por ejemplo, que es necesario dos o tres
lecturas de la consigna, realizar esfuerzo y analizar lo que está escrito, utilizar diccionarios, entre otras
técnicas.
¿Qué ocurre aquí? ¿Por qué los estudiantes no dominan aquello que debieran haber aprendido? Soy
de la opinión de que, hasta una fecha reciente, aquellos de nosotros que estamos comprometidos
en la educación no hemos apreciado la resistencia que ofrecen las concepciones, los estereotipos y los
“guiones” iniciales que los estudiantes ponen en su aprendizaje escolar ni tampoco la dificultad
que hay para remodelarlos o erradicarlos. No hemos conseguido comprender que en casi todo
estudiante hay una mentalidad de cinco años no escolarizada que lucha por salir y expresarse.
Tampoco nos hemos dado cuenta del desafío que supone transmitir nuevas materias de modo que sus
implicaciones sean percibidas por niños que durante mucho tiempo han conceptualizado materias de este
tipo de un modo fundamentalmente diferente, y profundamente inalterable. A principios del presente
siglo, la obra de Freud y de otros psicoanalistas aportó pruebas en el sentido de que la vida emocional
de los primeros años de vida del niño afecta los sentimientos y el comportamiento de la mayoría de
los adultos. Actualmente la investigación científica que trabaja sobre la cognición demuestra el
sorprendente poder y la persistencia de las concepciones del mundo del niño pequeño.
Examinemos unos ejemplos que provienen de dos ámbitos diferentes. Las estaciones cambiantes del
año mudan en función del ángulo de inclinación de la Tierra sobre su eje en relación con el plano
que describe su órbita alrededor del sol. Pero una explicación así tiene poco sentido para alguien que no
se puede desprender de la creencia fuertemente arraigada de que la temperatura está estrictamente
en función de la distancia a la fuente de calor. En el ámbito de la literatura, el recurso a la poesía moderna
reside en el poder de sus imágenes, sus temáticas a menudo inquietantes y el modo en que el poeta juega
con las características formales tradicionales. Sin embargo este recurso continuará siendo oscuro para
alguien que aún siente, muy hondo, que toda poesía digna de ese nombre tiene que rimar, que tener una
métrica regular y retratar escenas encantadoras y personajes ejemplares. Aquí no nos ocupamos de
los fallos intencionados de la educación sino, más bien, de los que son involuntarios. Involuntarios,
quizá, pero no inadvertidos. Una conversación con mi hija, por entonces estudiante de segundo año de
universidad, hizo que me diera cuenta realmente de que algunos de nosotros somos como mínimo
débilmente conscientes de la fragilidad del conocimiento. Un día Kerith me llamó por teléfono,
completamente afligida. Me expresó su preocupación: “Papá, no comprendo la física”. Siempre ansioso
por asumir el papel de padre paciente y comprensivo, le respondí con mi tono más progresista:
“Cariño, realmente me merece mucho respeto que estudies física en la universidad. Yo nunca habría
tenido el valor de hacerlo. No me preocupa la calificación que obtengas; esto no es lo importante. Lo que
sí me importa es que comprendas la materia. Entonces, ¿por qué no vas a ver a tu profesor y miras si te
puede ayudar?”. “No lo captas, papá”, respondió Kerith con resolución. “Nunca la he comprendido.”
Sin pretender cargar estas palabras de una importancia cósmica, he llegado a sentir que el comentario de
Kerith cristaliza el fenómeno que intento dilucidar en estas páginas. En las escuelas –incluyendo
las “buenas” escuelas– de todo el mundo, hemos llegado a aceptar ciertos resultados como señales
de conocimiento o comprensión. Si contestan de un cierto modo a las preguntas planteadas en una prueba
en la que las respuestas son de múltiple elección, o si resuelven un conjunto de problemas de una
manera especificada, les será acreditado su conocimiento. Nadie plantea nunca la pregunta “¿pero
Realmente lo comprende?”, porque ello infringiría un acuerdo no escrito: este particular contexto de
instrucción aceptará una determinada clase de resultados como adecuados. La distancia que media
entre afirmar que la comprensión alcanzada es apta y la comprensión auténtica sigue siendo muy
grande; sólo se repara en ella a veces (como en el caso de Kerith), e incluso entonces lo que se
debe hacer con ella dista mucho de estar claro.
Ahora bien, porque algunos estudiantes no dominan aquello que debieran haber aprendido tiene que ver,
de acuerdo con lo que expresa Howard Gardner, con que aceptamos ciertos resultados como señales de
comprensión. En mi experiencia, en los exámenes de estudiantes previos y regulares intento salir del
examen estándar, incluyendo por ejemplo dos instancias, escrita y oral. Por ejemplo, en el oral una de las
opciones que tienen es el juego de roles, en donde una actividad de pares demuestra el desarrollo de susu
habilidades. De esta manera, busco distintas posibilidades que puedan adecuarse a los diferentes tipos
de inteligencias. A mi parecer, ponernos en el lugar del estudiante nos brinda las posibilidades de pensar
en distintas herramientas a implementar.
Al hablar aquí de “comprensión auténtica”, no albergo intención metafísica alguna. Aquello que
Kerith decía, y lo que una amplia bibliografía de investigación documenta, es que incluso un grado
ordinario de comprensión no está habitualmente presente en muchos de los estudiantes, quizá en
la mayoría. Es razonable esperar que un estudiante de grado superior sea capaz de aplicar en un contexto
nuevo una ley de la física, o una prueba de geometría, o el concepto en historia del que ha dado muestras
de tener un “dominio aceptable” en el aula. Si, al modificar ligeramente las circunstancias en que
se realizan las pruebas, la solicitada y deseada competencia ya no puede demostrarse, entonces la
simple comprensión –en cualquier sentido razonable del término– no se ha logrado. Este estado
de cosas se ha reconocido pocas veces públicamente, pero incluso los estudiantes que resuelven con
éxito sus estudios sienten que el conocimiento que aparentan tener es, en el mejor de los casos, frágil.
Quizá este desasosiego contribuye a la sensación de que ellos –o incluso el sistema educativo entero– son
en cierto sentido fraudulentos.
Tomadas en conjunto, estas limitaciones imponen graves restricciones sobre aquello que los
estudiantes pueden aprender en los marcos educativos y al modo en el que pueden lograr la comprensión.
Sin
embargo, las limitaciones a menudo abrigan también oportunidades, y del ingenio educador
depende el
aprovechamiento de las limitaciones, así como la búsqueda del modo de superarlas
Sin embargo, noto que faltan conceptos centrales de Gardener vinculados a ella y qUizás
desarrollaste carencias que tienen qe ver con otros aspectos, no abordados por el autor.
Intentá revisar en especial los tres personajes que menciona, sus limitaciones y
realizaciones; los tres vacíos y los siete tipo de inteligencias y vincularlos con tu práctica.
El fin último de alcanzar dicha comprensión es, según el autor, postura a la cual
adhiero, eliminar los vacíos entre estos tres personajes, aprendiz intuitivo y escolar y
principalmente entre el aprendiz escolar y el experto disciplinar para convertirse en
plenamente humanos y explotar y comprender al máximo nuestras capacidades.
Buenas profe,
Después de realizar otra lectura más profunda del material, resolví modificar algunas cuestiones
y ampliar otras. Le adjunto el documento.