Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD”
INMUNOLOGÍA DEL
TRASPLANTE
FISIOPATOLOGÍA
INTEGRANTES:
LIMA - 2019
1
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN..................................................................................................... 3
II. INMUNOLOGÍA DEL RECHAZO: ............................................................................. 4
A. Antígenos del grupo sanguíneo ABO ............................................................................ 4
B. ANTÍGENOS HLA ........................................................................................................... 5
III. ANTÍGENOS MENORES DE HISTOCOMPATIBILIDAD .......................................... 6
IV. ALORRECONOCIMIENTO.................................................................................... 6
V. RECHAZO DE TRANSPLANTE .............................................................................. 7
A. RECHAZO HIPER-AGUDO .............................................................................................. 7
B. RECHAZO AGUDO ......................................................................................................... 8
C. RECHAZO CRÓNICO .................................................................................................... 10
VI. ESTUDIO INMUNOLÓGICO PARA RECEPTOR-DONANTE .................................. 11
VII. ELECCIÓN DE LAS TÉCNICAS ............................................................................. 11
VIII. PRUEBA CRUZADA LINFOCITARIA (O CROSSMATCH O X-MATCH) ................... 13
IX. INDICACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LAS DIFERENTES PRUEBAS EN EL
TRASPLANTE DE VIVO ................................................................................................ 14
X. BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 16
2
I. INTRODUCCIÓN
El concepto de trasplante
de órganos se ha
convertido en una parte
importante de la terapia
médica moderna. Se ha
establecido
experimentalmente que la
piel se puede transferir a
diferentes sitios en la
misma persona con gran
éxito. Esto se conoce
como un autoinjerto, en
donde todas las moléculas
son idénticas dentro del
individuo y el tejido
singénico se reconoce
como propio. Sin embargo,
tejidos transferidos entre
individuos no relacionados
(aloinjerto) no son
fácilmente tolerados, ya
que sus componentes
celulares son reconocidos como antígenos extraños. Las respuestas inmunes se inician
dentro del receptor para eliminar el tejido extraño. Asimismo, tejidos de especies no
relacionadas (xenoinjerto o heteroinjerto) comparten un destino similar y se rechazan
rápidamente a menos que exista un alto grado de inmunosupresión. Las reglas que
gobiernan aceptación y rechazo de injertos, así como las bases inmunológicas de la
aceptación exitosa del injerto están bien definidas.
El principal obstáculo para un trasplante exitoso son las barreras inmunológicas. Estas
se presentan al emparejar al donante con el receptor y son fundamentales para la
posterior supervivencia del injerto o como respuesta que puede conducir al rechazo y la
destrucción del injerto. Además, los medicamentos inmunosupresores necesarios para
prevenir el rechazo de órganos tienen importantes implicancias clínicas para el receptor.
La importancia del sistema inmune varía entre órganos y receptores, lo que parece ser
una jerarquía de inmunogenicidad entre órganos. Así tenemos que los receptores de
trasplantes de intestino, corazón, pulmón y riñón requieren una intensa
inmunosupresión, mientras que en el hígado generalmente requiere menos
inmunosupresión y los episodios de rechazo son relativamente fáciles de tratar.
3
II. INMUNOLOGÍA DEL RECHAZO:
Los antígenos del grupo sanguíneo ABO son glicoproteínas presentes en los eritrocitos
en grandes cantidades, pero también en otros tejidos como el endotelio vascular y
urotelio. La distribución de los grupos sanguíneos en una población varía
geográficamente en todo el mundo. Grupos sanguíneos B y AB son más comunes en el
sur y sureste de Asia que la población general del Reino Unido. Anticuerpos contra
antígenos ABO no propios comienzan a desarrollarse en la infancia, y se cree que
ocurren debido a la exposición ambiental a virus, bacterias y algunos alimentos. Estas
sustancias expresan antígenos que expresan anticuerpos que se cree que reaccionan
de forma cruzada con los antígenos ABO humanos. Los Anticuerpos anti-ABO se
producen naturalmente, como la fijación del complemento (es decir, activar la cascada
del complemento), y son preexistentes en el momento del trasplante (a menos que el
trasplante se realice en un recién nacido).
Como solo hay cuatro grupos sanguíneos ABO diferentes, la identificación de grupos
sanguíneos es un ensayo simple y confiable. La compatibilidad del grupo sanguíneo
ABO no suele ser una barrera significativa para el trasplante clínico. Es de destacar que
el sistema Rhesus no es importante en el trasplante de órganos, ya que los antígenos
4
Rhesus se expresan solo en los glóbulos rojos (no en los tejidos) y la sangre del donante
se extrae del órgano antes de la implantación.
B. ANTÍGENOS HLA
5
de la especie deberían poder presentar el antígeno peptídico y, por lo tanto, desarrollar
una respuesta inmune contra él. Sin embargo, esto significa que es difícil hacer coincidir
los antígenos HLA entre posibles donantes de órganos y receptores. Esta situación
contrasta con la del sistema de antígenos ABO, donde el emparejamiento es
relativamente sencillo.
Los antígenos no HLA también pueden actuar como antígenos de tejido de trasplante.
Estas proteínas no HLA muestran cierto grado de polimorfismo entre individuos. Como
consecuencia, los péptidos derivados de estos antígenos no HLA en injertos alogénicos
pueden presentarse en moléculas HLA de clase I o II y ser reconocidos por el sistema
inmunitario del receptor. Se cree que la importancia clínica de estos antígenos no HLA
es mínima en el trasplante de órganos sólidos, lo que explica por qué también se
conocen como antígenos de histocompatibilidad menor.
IV. ALORRECONOCIMIENTO
Para que el receptor responda a antígenos extraños (no propios) y rechace los tejidos
en los que se expresan, el sistema inmunitario debe poder reconocer, procesar y
presentar estos antígenos, en un proceso que se conoce como alorreconocimiento. Las
células T CD4 receptoras (células T auxiliares) desempeñan un papel central en la
activación y el mantenimiento de la respuesta aloinmune. El reconocimiento de
moléculas de HLA extrañas (no propias) por parte de las células T CD4 receptoras se
produce a través de dos vías principales: las vías directas e indirectas del
reconocimiento al azar. El reconocimiento directo se produce cuando las células T CD4
del receptor se encuentran con las células presentadoras de antígeno (APC) que han
salido del injerto, y el HLA del donante intacto en estas APC es reconocido por el
receptor de células T (TCR). Esta vía de activación del sistema inmunológico es
exclusiva del trasplante. La alorrecognición indirecta se produce cuando las células T
del receptor reconocen péptidos derivados de moléculas HLA no propias del donante
presentadas por moléculas HLA propias en las APC del receptor. La ruta indirecta es
análoga a la ruta fisiológica por la cual las células T normalmente reconocen antígenos
de proteínas extrañas (por ejemplo, de microbios). Se piensa que las interacciones entre
las APC del donante o el receptor y las células T CD4 se producen principalmente en el
tejido linfoide del huésped (por ejemplo, bazo, ganglios linfáticos drenantes). Se cree
que la vía directa es dominante inicialmente después del trasplante, mientras que la vía
indirecta puede ser más importante para promover el rechazo crónico una vez que se
han destruido las APC del donante. El reconocimiento del HLA no propio no es suficiente
para activar una célula auxiliar T CD4; También se requieren señales coestimuladoras
(por ejemplo, mediante la unión entre B7-CD28 y CD40-CD154). Si esta "segunda señal"
también se presenta, la célula auxiliar T CD4 se activa. Esta célula auxiliar T CD4
6
activada produce citoquinas y se divide aún más. La interleucina-2 (IL-2) es la principal
citoquina activadora.
V. RECHAZO DE TRANSPLANTE
A. RECHAZO HIPER-AGUDO
Este tipo de respuesta se genera con solo colocar el órgano con la sangre del receptor,
tiene una evolución muy rápida, y se manifiesta normalmente dentro de las primeras 48
horas. Es secundaria a la unión de anticuerpos preformados presentes en el suero del
receptor con las células endoteliales del tejido, y conlleva a la activación del
complemento y la cascada de coagulación. El resultado final es la trombosis
intravascular, isquemia y necrosis subsiguiente, que suele afectar a amplias zonas del
tejido injertado. Los anticuerpos que originan esta respuesta se pueden clasificar en dos
categorías:
§ Los IgM de baja afinidad, que son específicos para los grupos sanguíneos e
impiden los trasplantes entre tejidos no compatibles para el sistema ABO.
7
§ El segundo grupo lo forman los IgG de alta afinidad que reconocen moléculas
de HLA.
B. RECHAZO AGUDO
Esta respuesta se origina desde varios días a varios meses después del trasplante y se
relaciona con la presentación directa de los aloantígenos, es decir existe una producción
de anticuerpos específicos contra los antígenos del donante sin ninguna sensibilización
previa. Estos anticuerpos formados pueden generar lesiones por diversos mecanismos:
citotoxicidad por la activación de la vía clásica del complemento, inflamación y
citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos. En el injerto que se está rechazando
se encuentra un infiltrado linfocitario difuso de células CD4+ y CD8+. También se
encuentran macrófagos y células B, que seguramente estén implicados en la respuesta
efectora. En principio, se pensó que era el resultado de citotoxicidad directa iniciada por
8
las células CD8+, pero las células CD4+ pueden ser imprescindibles para que se
produzca. La mayoría de rechazos agudos se generan por una mala adherencia al
tratamiento con inmunosupresores. Este tipo de rechazo en la clínica es fácilmente
reversible con tratamientos a base de esteroides, y su incidencia ha disminuido
claramente con el desarrollo de los fármacos inmunosupresores.
i. Patrón túbulo-
intersticial: Predomina
una extensa
inflamación intersticial
con infiltración de
tubos (tubulitis).
9
C. RECHAZO CRÓNICO
La dificultad en reconocer este tipo de rechazo y no confundir los signos con una
insuficiencia orgánica es definir qué alteraciones son el resultado del daño inmunológico.
Se encuentran cambios parenquimatosos y vasculares, para algunos autores las
alteraciones vasculares son las más específicas de rechazo crónico: destrucción de la
lámina elástica, presencia de infiltrado inflamatorio en la íntima (edoteliolitis) y
engrosamiento fibroso de la íntima por proliferación de los miofibroblastos. El depósito
de la fracción C4d del complemento en capilares peritubulares implica a los linfocitos B
en la patogenia de este proceso. Es difícil encontrar una asociación directa entre
funciones efectoras linfocitarias y la aparición de estas lesiones. Sí se encuentran
evidencias de un aumento en las reacciones inmunes por la vía indirecta y la presencia
de estas lesiones. Recientemente una revisión sobre rechazo vascular crónico ha
sugerido tres posibles mecanismos: a) respuestas retardadas de hipersensibilidad
mediadas por linfocitos CD4+ que activan macrófagos locales y afectan a células
vasculares endoteliales, b) citólisis directa de células parenquimatosas o vasculares
mediada por linfocitos CD8+ y c) aloanticuerpos que uniéndose a las células
endoteliales activan localmente la cascada del complemento. Este tipo de rechazo es,
en la actualidad, muy difícilmente tratable y la causa del mayor número de pérdidas de
trasplantes de larga evolución en todos los órganos. Los pacientes con rechazo crónico
presentan una insuficiencia renal progresiva que se manifiesta con un aumento de la
creatinina sérica a lo largo de 4-6 meses.
10
VI. ESTUDIO INMUNOLÓGICO PARA RECEPTOR-
DONANTE
El estudio inmunológico de la pareja donante-receptor pretende cuantificar y minimizar
la probabilidad de pérdida del injerto a corto y largo plazo. El riesgo de pérdida del injerto
puede pronosticarse pretrasplante y postrasplante mediante el uso de diversas
determinaciones inmunológicas.
El resultado de estas determinaciones permite no sólo evitar los trasplantes de muy alto
riesgo sino también ofrecer el tipo de tratamiento inmunosupresor adecuado a cada nivel
de riesgo.
La clásica prueba cruzada linfocitaria por citotoxicidad o crossmatch-CDC tiene un alto
valor pronóstico positivo (VPP) sobre la pérdida del injerto (80%) y su positividad
clásicamente contraindica el trasplante renal. Otras pruebas poseen un valor pronóstico
menos rotundo y su positividad indica aumentos en el riesgo de pérdida del injerto que
oscilan entre el 10 y el 30% al año.
La elección del tipo e intensidad del tratamiento inmunosupresor más adecuado deberá
hacerse evaluando conjuntamente los datos actuales y la historia de alorrespuesta del
paciente.
El éxito de los trasplantes depende de evitar la alorrespuesta del receptor frente a las
diferencias en los antígenos mayores de histocompatibilidad del órgano trasplantado,
principalmente del sistema HLA. La alorrespuesta será más intensa cuanto mayor sea
la diferencia entre donante y receptor.
11
a. Aloanticuerpos por citotoxicidad dependiente de complemento (PRA-CDC)
La técnica se basa en el efecto citolítico del complemento sobre los linfocitos en cuya
superficie tiene lugar una reacción antígeno (de la células) con un anticuerpo (sérico).
Esta reacción se realiza con un panel de células de diferentes donantes (30-60)
portadores de antígenos HLA distintos.
Esta técnica detecta la presencia en suero de anticuerpos citotóxicos de clase IgG1,
IgG3 e IgM.
La asignación de especificidad se realiza por correlación matemática entre la presencia
de un determinado antígeno en los linfocitos y las reacciones positivas y negativas del
suero. La asignación de especificidad es especialmente fiable si se ha repetido en varias
ocasiones con suero de fechas distintas. En los receptores con múltiples aloanticuerpos
la definición de los alelos aceptables por técnicas de citotoxicidad es imprecisa dado
que cada célula expresa 6 alelos.
12
decenas (50-100) de microesferas que poseen el mismo alelo, por lo que el resultado
es más fiable que el estudio de uno o dos pocillos de una placa de ELISA.
Los métodos de fase sólida tienen la ventaja que no detectan anticuerpos contra
antígenos no HLA. Sin embargo, existe la posibilidad teórica de que en el proceso de
obtención y unión a la fase sólida las moléculas HLA puedan sufrir cambios
conformacionales que interfieran con la unión a algunos aloanticuerpos o que den lugar
a reacciones inespecíficas.
ü Basada en la técnica CDC, hace reaccionar el suero del receptor con los
linfocitos del donante en presencia de complemento.
ü La positividad de la reacción se visualiza con ayuda de un colorante vital, que
penetra a través de la membrana celular si ha sido permeabilizada por el
complemento. Detecta anticuerpos de clase IgG1, IgG3 e IgM.
ü Se puede realizar a partir de linfocitos totales o de subpoblaciones celulares. Si
se separan las subpoblaciones de linfocitos T y B es posible diferenciar los
anticuerpos ant i-HLA-I de los anti-HLA-II.
Se puede realizar un tratamiento con DTT (que destruye las IgM) para diferenciar
anticuerpos linfocitotóxicos de tipo IgM (generalmente autoanticuerpos) de los de tipo
IgG. Para conocer de forma aproximada la «cantidad» de aloanticuerpos anti-HLA en
el receptor se pueden detectar la citotoxicidad.
ü del suero a diferentes diluciones (desde 1/1 a 1/512). Este análisis tiene interés en caso de pretender
desensibilizar al receptor.
13
IX. INDICACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LAS
DIFERENTES PRUEBAS EN EL TRASPLANTE DE VIVO
14
También debe realizarse 15 días después de cada evento sensibilizante (transfusión,
pérdida de injerto o después de un embarazo).
Este estudio secuencial permite conocer anticuerpos identificados en el pasado que
pueden no ser detectables en el momento del trasplante, pero que pueden haber
generado linfocitos memoria, fácilmente reactivables, por lo que habrá que adaptar la
inmunosupresión a esta circunstancia.
Mediante la prueba PRA-CDC se obtienen tres tipos de información:
15
X. BIBLIOGRAFÍA
2. Pascual J, Barrios C, Téllez E, Mir M, Puig JM, Crespo M. Rechazo humoral crónico
del injerto renal. Nefrología. 1 de octubre de 2011;2(5):105-11.
5. Actor JK. Chapter 11 - Transplantation Immunology. En: Actor JK, editor. Introductory
Immunology (Second Edition) [Internet]. Academic Press; 2019 [citado 30 de junio
de 2019]. p. 133-42. Disponible en:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780128165720000115
16