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Velocidad de la luz

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Velocidad de la luz

Tiempo aproximado del recorrido de la luz entre


el Sol y la Tierra: 8 min 20 s

Valores exactos

metros por segundo 299 792 458

Unidades de Planck 1

Valores aproximados

kilómetros por segundo 000

millas por segundo 186 000

kilómetros por hora 1 080 000 000

Unidad astronómica por día 173

Duración aproximada del tiempo que tarda la luz en recorrer

Distancia: Tiempo:

un metro 3,34 ns
un kilómetro 3,34 μs

desde la órbita geoestacionaria a la Tierra 119 ms

la longitud del Ecuador terrestre 134 ms

desde la Luna a la Tierra 1,28 segundos

desde el Sol a la Tierra (1 ua) 8,32 min

un parsec 3,26 años

desde Alfa Centauri a la Tierra 4,37 años

desde la galaxia más cercana a la Tierra 25 000 años

a través de la Vía Láctea 100 000 años

desde la galaxia de Andrómeda a la Tierra 2 600 000 años

desde la Tierra hasta el borde del universo 46 500 000 000


observable años

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Un haz de láser en el aire viajando a cerca del 99,97% de la rapidez de la luz en el vacío (el índice
de refracción del aire es alrededor de 1,0003).1

La velocidad de la luz en el vacío es una constante universal con el valor 299 792 458
m/s (186 282,397 millas/s),23aunque suele aproximarse a 3·108 m/s. Se simboliza con la
letra c, proveniente del latín celéritās (en español celeridad o rapidez).
El valor de la velocidad de la luz en el vacío fue incluido oficialmente en el Sistema
Internacional de Unidades como constante el 21 de octubre de 1983,4 pasando así
el metro a ser una unidad derivada de esta constante. También se emplea en la definición
del año luz, unidad de longitud equivalente a 9,46·1015 m, ya que la velocidad de la luz
también se puede expresar como 9,46·1015 m/año.
La rapidez a través de un medio que no sea el "vacío" depende de
su permitividad eléctrica, de su permeabilidad magnética, y otras características
electromagnéticas. En medios materiales, esta velocidad es inferior a c y queda codificada
en el índice de refracción. En modificaciones del vacío más sutiles, como espacios
curvos, efecto Casimir, poblaciones térmicas o presencia de campos externos, la velocidad
de la luz depende de la densidad de energía de ese vacío.5

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Índice

 1Descripción
 2Definición del metro
 3Comunicaciones
 4Física
o 4.1Velocidad constante para todos los marcos de referencia
o 4.2Velocidad física y velocidad coordenada de la luz
o 4.3Interacción con materiales transparentes
o 4.4Más rápida que la luz
o 4.5Experimentos para retardar la luz
 5Historia
o 5.1Islam
o 5.2Hinduismo
o 5.3Europa
o 5.4Medición de la velocidad de la luz
 5.4.1Primeros intentos
 5.4.2Primeras mediciones
 5.4.3Medidas directas
o 5.5Relatividad
 6Véase también
 7Referencias
o 7.1Referencias históricas
o 7.2Referencias modernas
 8Enlaces externos

Descripción[editar]
De acuerdo con la física moderna toda radiación electromagnética (incluida la luz visible)
se propaga o mueve con una rapidez constante en el vacío, conocida común —aunque
impropiamente[cita requerida]— como "velocidad de la luz" (magnitud vectorial), en vez de
"rapidez de la luz" (magnitud escalar). Esta es una constante física denotada como c. La
rapidez c es también la rapidez de la propagación de la gravedad en la teoría general de la
relatividad.
Una consecuencia que se obtiene a partir de las leyes del electromagnetismo (tales como
las ecuaciones de Maxwell) es que la rapidez c de la radiación electromagnética no
depende de la rapidez del objeto que emite tal radiación. Así, por ejemplo, la luz emitida
por una fuente de luz que se mueve muy rápidamente, viajaría con la misma rapidez que la
luz proveniente de una fuente estacionaria (aunque el color, la frecuencia, la energía y
el momentum de la luz cambiarán; fenómeno que se conoce como efecto Doppler).
Si se combina esta observación con el principio de relatividad, se concluye que todos los
observadores medirán la rapidez de la luz en el vacío como una misma cantidad, sin
importar el marco de referencia del observador o la rapidez del objeto que emite la luz.
Debido a esto, se puede ver a c como una constante física fundamental. Este hecho,
entonces, puede ser usado como base en la teoría de la relatividad especial. La constante
es la rapidez c, en vez de la luz en sí misma, lo cual es fundamental para la relatividad
especial. De este modo, si la luz es de alguna manera retardada para viajar a una rapidez
menor de c, esto no afectará directamente a la teoría de la relatividad especial.
Observadores que viajan con gran rapidez encontrarán que las distancias y los tiempos se
distorsionan de acuerdo con la transformación de Lorentz. Sin embargo, las
transformaciones distorsionan tiempos y distancias de manera que la rapidez de la luz
permanece constante. Una persona viajando con una rapidez cercana a c también
encontrará que los colores de la luz al frente se tornan azules y atrás se tornan rojos.
Si la información pudiese viajar más rápido que c en un marco de referencia,
la causalidad sería violada: en otros marcos de referencia, la información sería recibida
antes de ser mandada; así, la causa podría ser observada después del efecto. Debido a
la dilatación del tiempo de la relatividad especial, el cociente del tiempo percibido entre un
observador externo y el tiempo percibido por un observador que se mueve cada vez más
cerca de la rapidez de la luz se aproxima a cero. Si algo pudiera moverse más
rápidamente que la luz, este cociente no sería un número real. Tal violación de la
causalidad nunca se ha observado.
Un cono de luz define la ubicación que está en contacto causal y aquellas que no lo están.
Para exponerlo de otro modo, la información se propaga de y hacia un punto de regiones
definidas por un cono de luz. El intervalo AB en el diagrama a la derecha es de "tipo
tiempo" (es decir, hay un marco de referencia en el que los acontecimientos A y B ocurren
en la misma ubicación en el espacio, separados solamente por su ocurrencia en tiempos
diferentes, y si A precede a B en ese marco entonces A precede a B en todos los marcos:
no hay marco de referencia en el cual el evento A y el evento B ocurren simultáneamente).
De este modo, es hipotéticamente posible para la materia (o la información) viajar de A
hacia B, así que puede haber una relación causal (con A la causa y B el efecto).
Por otra parte, el intervalo AC es de "tipo espacio"[cita requerida] (es decir, existe un marco de
referencia donde el evento A y el evento C ocurren simultáneamente). Sin embargo,
también existen marcos en los que A precede a C, o en los que C precede a A. Confinando
una manera de viajar más rápido que la luz, no será posible para ninguna materia (o
información) viajar de A hacia C o de C hacia A. De este modo no hay conexión causal
entre A y C.
En acuerdo con la definición actual, adoptada en 1983, la rapidez de la luz es exactamente
299 792 458 m/s (aproximadamente 3 × 108 metros por segundo, 300 000 km/s o 300 m
por millonésima de s).

El valor de c define la permitividad eléctrica del vacío ( ) en unidades del SIU como:

La permeabilidad magnética del vacío ( ) no es dependiente de c y es definida en


unidades del SIU como:

.
Estas constantes aparecen en las ecuaciones de Maxwell, que describen
el electromagnetismo y están relacionadas por:

Las distancias astronómicas son normalmente medidas en años luz (que es la


distancia que recorre la luz en un año, aproximadamente 9.46 × 1012 km
(9.46 billones de km).
Definición del metro[editar]
Artículo principal: Metro

Históricamente, el metro había sido definido como la diezmillonésima parte de


la longitud del arco de meridiano terrestre comprendido entre el polo norte y el
ecuador a través de París, con referencia a la barra estándar, y con referencia
a una longitud de onda de una frecuencia particular de la luz.
En 1967 la XIII Conferencia General de Pesos y Medidas definió el segundo
del tiempo atómico como la duración de 9 192 631 770  períodos de radiación
correspondiente a la transición entre dos niveles hiperfinos del estado
fundamental del átomo cesio-133, que en la actualidad sigue siendo la
definición del segundo.
En 1983 la Conferencia General de Pesos y Medidas resolvió modificar la
definición del metro como unidad de longitud del Sistema Internacional,
estableciendo su definición a partir de la velocidad de la luz:6
"The metre is the length of the path travelled by light in vacuum during a
time interval of 1/299 792 458 of a second."
(El metro es la longitud del trayecto recorrido por la luz en el vacío durante
un intervalo de tiempo de 1/299 792 458 de un segundo)

En consecuencia, este reajuste efectuado en la definición del metro permite


que la velocidad de la luz tenga un valor exacto de 299 792 458 m/s cuando se
expresa en metros/segundo. Esta modificación aprovecha de forma práctica
una de las bases de la teoría de la relatividad de Einstein, que establece que
la magnitud de la velocidad de la luz en el vacío es independiente del sistema
de referencia utilizado para medirla.
La motivación en el cambio de la definición del metro, así como todos los
cambios en la definición de unidades, fue proveer una definición precisa de la
unidad que pudiese ser fácilmente usada para calibrar homogéneamente
dispositivos en todo el mundo. La barra estándar no era práctica en este
sentido, ya que no podía ser sacada de su cámara o utilizada por dos
científicos al mismo tiempo. También era propensa a cambios significativos en
su longitud debido a variaciones de temperatura, desgaste de los extremos,
oxidación, etc., incompatible con la exactitud necesaria para establecer una de
las unidades básicas del Sistema Internacional de unidades.

Comunicaciones[editar]

Tiempos de retardo de la señal GPS en función de la distancia de los satélites al


observador, lo que permite calcular su posición

La rapidez de la luz es de gran importancia para las telecomunicaciones. Por


ejemplo, dado que el perímetro de la Tierra es de 40 075 km (en la línea
ecuatorial) y c es teóricamente la velocidad más rápida en la que un fragmento
de información puede viajar, el período más corto de tiempo para llegar al otro
extremo del globo terráqueo sería 0.067 s.
En realidad, el tiempo de viaje es un poco más largo, en parte debido a que la
velocidad de la luz es cerca de un 30% menor en una fibra óptica, y raramente
existen trayectorias rectas en las comunicaciones globales; además se
producen retrasos cuando la señal pasa a través de interruptores eléctricos o
generadores de señales. En 2004, el retardo típico de recepción de señales
desde Australia o Japón hacia los EE.UU. era de 0.18 s. Adicionalmente, la
velocidad de la luz afecta al diseño de las comunicaciones inalámbricas.
La velocidad finita de la luz se hizo aparente a todo el mundo en el control de
comunicaciones entre el Control Terrestre de Houston y Neil Armstrong,
cuando este se convirtió en el primer hombre que puso un pie sobre la Luna:
después de cada pregunta, Houston tenía que esperar cerca de 3 s para el
regreso de una respuesta aun cuando los astronautas respondían
inmediatamente.
De manera similar, el control remoto instantáneo de una nave interplanetaria
es imposible debido a que una nave suficientemente alejada de nuestro
planeta podría tardar algunas horas desde que envía información al centro de
control terrestre y recibe las instrucciones.
La velocidad de la luz también puede tener influencia en distancias cortas. En
los superordenadores la velocidad de la luz impone un límite de rapidez a la
que pueden ser enviados los datos entre procesadores. Si un procesador
opera a 1 GHz, la señal solo puede viajar a un máximo de 300 mm en un ciclo
único. Por lo tanto, los procesadores deben ser colocados cerca uno de otro
para minimizar los retrasos de comunicación. Si las frecuencias de un reloj
continúan incrementándose, la rapidez de la luz finalmente se convertirá en un
factor límite para el diseño interno de chips individuales.

Física[editar]
Velocidad constante para todos los marcos de
referencia[editar]
Es importante observar que la velocidad de la luz no es un límite de velocidad
en el sentido convencional. Un observador que persigue un rayo de luz lo
mediría al moverse paralelamente él mismo viajando a la misma velocidad
como si fuese un observador estacionario. Esto se debe a que la velocidad
medida por este observador depende no solo de la diferencia de distancias
recorridas por él y por el rayo, sino también de su tiempo propio que se
ralentiza con la velocidad del observador. La ralentización del tiempo
o dilatación temporal para el observador es tal que siempre percibirá a un rayo
de luz moviéndose a la misma velocidad.
La mayoría de los individuos están acostumbrados a la regla de la adición de
velocidades: si dos coches se acercan desde direcciones opuestas, cada uno
viajando a una velocidad de 50 km/h, se esperaría (con un alto grado de
precisión) que cada coche percibiría al otro en una velocidad combinada de 50
+ 50=100 km/h. Esto sería correcto en todos los casos si pudieramos ignorar
que la medida física del tiempo transcurrido es relativa según el estado de
movimiento del observador.
Sin embargo, a velocidades cercanas a la de la luz, en resultados
experimentales se hace claro que esta regla no se puede aplicar por la
dilatación temporal. Dos naves que se aproximen una a otra, cada una
viajando al 90% de la velocidad de la luz relativas a un tercer observador entre
ellas, no se percibirán mutuamente a un 90% + 90%=180% de la velocidad de
la luz. En su lugar, cada una percibirá a la otra aproximándose a menos de un
99.5% de la velocidad de la luz. Este resultado se da por la fórmula de adición
de la velocidad de Einstein:
donde v y w son las velocidades de las naves observadas por un tercer
observador, y u es la velocidad de cualquiera de las dos naves observada
por la otra.
Contrariamente a la intuición natural, sin importar la velocidad a la que un
observador se mueva relativamente hacia otro observador, ambos
medirán la velocidad de un rayo de luz que se avecina con el mismo valor
constante, la velocidad de la luz.
La ecuación anterior fue derivada por Einstein de su teoría de relatividad
especial, la cual toma el principio de relatividad como premisa principal.
Este principio (originalmente propuesto por Galileo Galilei) requiere que
actúen leyes físicas de la misma manera en todos los marcos de
referencia.
Ya que las ecuaciones de Maxwell otorgan directamente una velocidad de
la luz, debería ser lo mismo para cada observador; una consecuencia que
sonaba obviamente equivocada para los físicos del siglo XIX, quienes
asumían que la velocidad de la luz dada por la teoría de Maxwell es válida
en relación al "éter lumínico".
Pero el experimento de Michelson y Morley, puede que el más famoso y
útil experimento en la historia de la física, no pudo encontrar este éter,
sugiriendo en su lugar que la velocidad de la luz es una constante en
todos los marcos de referencia.
Aunque no se sabe si Einstein conocía los resultados de los experimentos
de Michelson y Morley, él dio por hecho que la velocidad de la luz era
constante, lo entendió como una reafirmación del principio de relatividad
de Galileo, y dedujo las consecuencias, ahora conocidas como la teoría
de la relatividad especial, que incluyen la anterior fórmula auto-intuitiva.
Velocidad física y velocidad coordenada de la luz [editar]
Artículo principal: Velocidad coordenada de la luz

Debe tenerse presente, especialmente si se consideran sistemas de


referencia no inerciales, que la observación experimental de constancia de
la luz se refiere a la velocidad física de la luz. La diferencia entre ambas
magnitudes ocasionó ciertos malentendidos a los teóricos de principios de
siglo XX. Así Pauli llegó a escribir:
No se puede hablar ya del carácter universal de la constancia de la
velocidad de la luz en el vacío puesto que la velocidad de la luz es
constante solo en los sistemas de referencia de Galileo7

Sin embargo, ese comentario es cierto predicado de la velocidad


coordenada de la luz (cuya definición no involucra los coeficientes
métricos del tensor métrico), sin embargo, una definición adecuada de
velocidad física de la luz involucrando las componentes del tensor métrico
de sistemas de referencia no inerciales lleva a que la velocidad física sí
sea constante.
Interacción con materiales transparentes[editar]
Refracción de la luz.

El índice de refracción de un material indica cuán lenta es la velocidad de


la luz en ese medio comparada con el vacío. La disminución de la
velocidad de la luz en los materiales puede causar el fenómeno
denominado refracción, como se puede observar en un prisma atravesado
por un rayo de luz blanca formando un espectro de colores y produciendo
su dispersión.
Al pasar a través de los materiales, la luz se propaga a una velocidad
menor que c, expresada por el cociente denominado «índice de
refracción» del material.
La rapidez de la luz en el aire es solo levemente menor que c. Medios
más densos, como el agua y el vidrio, pueden disminuir más la rapidez de
la luz, a fracciones como 3/4 y 2/3 de c. Esta disminución de velocidad
también es responsable de doblar la luz (modificando su trayectoria según
un quiebro con un ángulo dado) en una interfase entre dos materiales con
índices diferentes, un fenómeno conocido como refracción. Esto se debe a
que dentro de los medios transparentes, la luz en tanto que onda
electromagnética interacciona con la materia, que a su vez produce
campos de respuesta, y la luz a través del medio es el resultado de la
onda inicial y la respuesta de la materia. Esta onda electromagnética que
se propaga en el material tiene una velocidad de propagación menor que
la luz en el vacío. El índice de refracción "n" de un medio viene dado por la
siguiente expresión, donde "v" es la velocidad de la luz en ese medio
(debido a que, como ya se ha señalado, la velocidad de la luz en un medio
es menor que la velocidad de la luz en el vacío):

Ya que la velocidad de la luz en los materiales depende del índice de


refracción, y el índice de refracción depende de la frecuencia de la luz,
la luz a diferentes frecuencias viaja a diferentes velocidades a través
del mismo material. Esto puede causar distorsión en ondas
electromagnéticas compuestas por múltiples frecuencias; un
fenómeno llamado dispersión.
Los ángulos de incidencia (i) y de refracción (r) entre dos medios, y los
índices de refracción, están relacionados por la Ley de Snell. Los
ángulos se miden con respecto al vector normal a la superficie entre
los medios:
A escala microscópica, considerando la radiación electromagnética
como una partícula, la refracción es causada por una absorción
continua y re-emisión de los fotones que componen la luz a través de
los átomos o moléculas por los que está atravesando. En cierto
sentido, la luz por sí misma viaja solo a través del vacío existente
entre estos átomos, y es obstaculizada por los átomos.
Alternativamente, considerando la radiación electromagnética como
una onda, las cargas de cada átomo (primariamente electrones)
interfieren con los campos eléctricos y electromagnéticos de la
radiación, retardando su progreso.
Más rápida que la luz[editar]
Véase también: Superlumínico

Una evidencia experimental reciente demuestra que es posible para


la velocidad de grupo de la luz exceder c. Un experimento hizo que la
velocidad de grupo de rayos láser viajara distancias extremadamente
cortas a través de átomos de cesio a 300 veces c. Sin embargo, no es
posible usar esta técnica para transferir información más rápido que c:
la rapidez de la transferencia de información depende de la velocidad
frontal (la rapidez en la cual el primer incremento de un pulso sobre
cero la mueve adelante) y el producto de la velocidad agrupada y
la velocidad frontal es igual al cuadrado de la velocidad normal de la
luz en el material.
El exceder la velocidad de grupo de la luz de esta manera, es
comparable a exceder la velocidad del sonido emplazando personas
en una línea espaciada equidistantemente, y pidiéndoles a todos que
griten una palabra uno tras otro con intervalos cortos, cada uno
midiendo el tiempo al mirar su propio reloj para que no tengan que
esperar a escuchar el grito de la persona previa.
La rapidez de la luz también puede parecer superada en cierto
fenómeno que incluye ondas evanescentes, tales como túneles
cuánticos. Los experimentos indican que la velocidad de fase de
ondas evanescentes pueden exceder a c; sin embargo, parecería que
ni la velocidad agrupada ni la velocidad frontal exceden c, así, de
nuevo, no es posible que la información sea transmitida más rápido
que c.
En algunas interpretaciones de la mecánica cuántica, los efectos
cuánticos pueden ser retransmitidos a velocidades mayores que c (de
hecho, la acción a distancia se ha percibido largamente como un
problema con la mecánica cuántica: ver paradoja EPR). Por ejemplo,
los estados cuánticos de dos partículas pueden estar enlazados, de
manera que el estado de una partícula condicione el estado de otra
partícula (expresándolo de otra manera, uno debe tener un espín de
+½ y el otro de -½). Hasta que las partículas son observadas, estas
existen en una superposición de dos estados cuánticos (+½, –½) y (–
½, +½). Si las partículas son separadas y una de ellas es observada
para determinar su estado cuántico, entonces el estado cuántico de la
segunda partícula se determina automáticamente. Si, en algunas
interpretaciones de mecánica cuántica, se presume que la información
acerca del estado cuántico es local para una partícula, entonces se
debe concluir que la segunda partícula toma su estado cuántico
instantáneamente, tan pronto como la primera observación se lleva a
cabo. Sin embargo, es imposible controlar qué estado cuántico tomará
la primera partícula cuando sea observada, así que ninguna
información puede ser transmitida de esta manera. Las leyes de la
Física también parecen prevenir que la información sea transmitida a
través de maneras más astutas, y esto ha llevado a la formulación de
reglas tales como el teorema de no clonación.
El llamado movimiento superluminar también es visto en ciertos
objetos astronómicos, tales como los jet de Galaxia activa, galaxias
activas y cuásares. Sin embargo, estos jets no se mueven realmente a
velocidades excedentes a la de la luz: el movimiento aparente
superluminar es una proyección del efecto causado por objetos
moviéndose cerca de la velocidad de la luz en un ángulo pequeño del
horizonte de visión.
Aunque puede sonar paradójico, es posible que las ondas
expansivas se hayan formado con la radiación electromagnética, ya
que una partícula cargada que viaja a través de un medio insolado,
interrumpe el campo electromagnético local en el medio. Los
electrones en los átomos del medio son desplazados
y polarizados por el campo de la partícula cargada, y los fotones que
son emitidos como electrones se restauran a sí mismos para
mantener el equilibrio después de que la interrupción ha pasado (en
un conductor, la interrupción puede ser restaurada sin emitir un fotón).
En circunstancias normales, estos fotones interfieren destructivamente
unos con otros y no se detecta radiación. Sin embargo, si la
interrupción viaja más rápida que los mismos fotones, los fotones
interferirán constructivamente e intensificarán la radiación observada.
El resultado (análogo a una explosión sónica) es conocido
como radiación Cherenkov.
La habilidad de comunicarse o viajar más rápido que la luz es un tema
popular en la ciencia ficción. Se han propuesto partículas que viajan
más rápido que la luz, taquiones, doblados[cita requerida] por la física de
partículas, aunque nunca se han observado.
Algunos físicos (entre ellos João Magueijo y John Moffat) han
propuesto que en el pasado la luz viajaba mucho más rápido que a la
velocidad actual. Esta teoría se conoce como velocidad de la luz
variable, y sus proponentes afirman que este fenómeno tiene la
habilidad de explicar mejor muchos enigmas cosmológicos que su
teoría rival, el modelo inflacionario del universo. Sin embargo, esta
teoría no ha ganado suficiente aceptación.
En septiembre de 2011, en las instalaciones del CERN en Ginebra,
del laboratorio subterráneo de Gran Sasso (Italia), se observaron
unos neutrinos que aparentemente superaban la velocidad de la luz,
llegando (60.7 ± 6.9 (stat.) ± 7.4 (sys.)) nanosegundos antes (que
corresponde a unos 18 metros en una distancia total de 732
kilómetros).8 Desde el primer momento, la comunidad científica se
mostró escéptica ante la noticia, ya que varios años antes, el proyecto
Milos de la Fermilab de Chicago había obtenido resultados parecidos
que fueron descartados porque el margen de error era demasiado
alto.9 Y, efectivamente, en este caso también resultó ser un error de
medición.1011 En febrero de 2012, los científicos del CERN anunciaron
que las mediciones habían sido erróneas debido a una conexión
defectuosa.12
Experimentos para retardar la luz[editar]
Fenómenos refractivos tales como el arco iris tienden a retardar la
velocidad de la luz en un medio (como el agua, por ejemplo). En cierto
sentido, cualquier luz que viaja a través de un medio diferente del
vacío viaja a una velocidad menor que c como resultado de la
refracción. Sin embargo, ciertos materiales tienen un índice de
refracción excepcionalmente alto: en particular, la densidad
óptica del condensado de Bose-Einstein puede ser muy alta.
En 1999, un equipo de científicos encabezados por Lene Hau pudo
disminuir la velocidad de un rayo de luz a cerca de 17 m/s, y
en 2001 pudieron detener momentáneamente un rayo de luz.13
En 2003, Mijaíl Lukin, junto con científicos de la Universidad Harvard y
el Instituto de Física Lébedev (de Moscú), tuvieron éxito en detener
completamente la luz al dirigirla a una masa de gas rubidio caliente,
cuyos átomos, en palabras de Lukin, se comportaron como
«pequeños espejos» debido a los patrones de interferencia en dos
rayos de control.14

Historia[editar]
Historia de la medida de c (en km/s)

<1638 Galileo, señales con linternas no concluyente1516 17

<1667 Accademia del Cimento, señales con linternas no concluyente1817

1675 Rømer y Huygens, lunas de Júpiter 220 000 1920

1729 James Bradley, aberración de la luz 301 000 21

1849 Hippolyte Fizeau, rueda dentada 315 000 21

1862 Léon Foucault, espejo en rotación 298 000 ±500 21

1907 Rosa y Dorsey, constantes electromagnéticas 299 710 ±30 2223

1926 Albert A. Michelson, espejo en rotación 299 796 ±4 24

1950 Essen y Gordon-Smith, cavidad resonante 299 792,5 ±3,0 25

1958 K.D. Froome, radio interferometría 299 792,50 ±0,10 26

1972 Evenson y otros, interferometría láser 299 792,4562 ±0.0011 27

1983 17º CGPM, definición del metro 299 792,458 (exacta) 6

Hasta tiempos relativamente recientes, la velocidad de la luz fue un


tema sujeto a grandes conjeturas. Empédocles creía que la luz era
algo en movimiento, y que por lo tanto en su viaje tenía que transcurrir
algún tiempo.
Por el contrario, Aristóteles creía que «la luz está sujeta a la presencia
de algo, pero no es el movimiento». Además, si la luz tiene una
velocidad finita, esta tenía que ser inmensa. Aristóteles afirmó: «La
tensión sobre nuestro poder de creencias es demasiado grande para
creer esto».[cita requerida]
Una de las teorías antiguas de la visión es que la luz es emitida por el
ojo, en lugar de ser generada por una fuente y reflejada en el ojo. En
esta teoría, Herón de Alejandría adelantó el argumento de que la
velocidad de la luz debería ser infinita, ya que cuando uno abre los
ojos objetos distantes como las estrellas aparecen inmediatamente.
Islam[editar]
Los filósofos islámicos Avicena y Alhacén creían que la luz tenía una
velocidad finita, aunque en este punto otros filósofos convinieron con
Aristóteles.[cita requerida]
Hinduismo[editar]
La escuela Ayran de filosofía en la antigua India también mantuvo que
la velocidad de la luz era finita.[cita requerida]
Europa[editar]
Johannes Kepler creía que la velocidad de la luz era finita ya que el
espacio vacío no representa un obstáculo para ella. Francis
Bacon argumentó que la velocidad de la luz no es necesariamente
finita, ya que algo puede viajar tan rápido como para ser percibido.
René Descartes argumentó que si la velocidad de la luz era finita,
el Sol, la Tierra y la Luna estarían perceptiblemente fuera de
alineación durante un eclipse lunar. Debido a que tal desalineación no
se ha observado, Descartes concluyó que la velocidad de la luz es
infinita. De hecho, Descartes estaba convencido de que si la velocidad
de la luz era finita, todo su sistema de filosofía sería refutado. 28
Medición de la velocidad de la luz[editar]
La historia de la medición de la velocidad de la luz comienza en
el siglo XVII en los albores de la revolución científica. Un estudio
histórico relativo a las mediciones de la velocidad de la luz señala una
docena de métodos diferentes para determinar el valor de "c".29 La
mayor parte de los primeros experimentos para intentar medir la
velocidad de la luz fracasaron debido a su alto valor, y tan solo se
pudieron obtener medidas indirectas a partir de fenómenos
astronómicos. En el siglo XIX se pudieron realizar los primeros
experimentos directos de medición de la velocidad de la luz
confirmando su naturaleza electromagnética y las ecuaciones de
Maxwell.
Primeros intentos[editar]
En 1629 Isaac Beeckman, un amigo de René Descartes, propuso un
experimento en el que se pudiese observar el fogonazo de
un cañón reflejándose en un espejo ubicado a una milla (1.6 km) del
primero. En 1638, Galileo propuso un experimento para medir la
velocidad de la luz al observar la percepción del retraso entre el lapso
de destapar una linterna a lo lejos. René Descartes criticó este
experimento como algo superfluo, dado el hecho de que la
observación de eclipses, los cuales tenían más poder para detectar
una rapidez finita, dio un resultado negativo. En 1667, este
experimento se llevó a cabo por la Accademia del Cimento de
Florencia, con las linternas separadas una milla entre sí, sin
observarse ningún retraso. Robert Hooke explicó los resultados
negativos tal como Galileo había hecho: precisando que tales
observaciones no establecerían la velocidad infinita de la luz, sino tan
solo que dicha velocidad debía ser muy grande.
Primeras mediciones[editar]
En 1676 Ole Rømer realizó la primera estimación cuantitativa de la
velocidad de la luz estudiando el movimiento del
satélite Ío de Júpiter con un telescopio. Es posible medir el tiempo de
la revolución de Ío debido a sus movimientos de entrada y salida en la
sombra arrojada por Júpiter en intervalos regulares. Rømer observó
que Ío gira alrededor de Júpiter cada 42.5 h cuando la Tierra esta más
cerca de Júpiter. También observó que, cuando la Tierra y Júpiter se
mueven separándose, la salida de Ío fuera de la proyección de la
sombra comenzaba progresivamente más tarde de lo predicho. Las
observaciones detalladas mostraban que estas señales de salida
necesitaban más tiempo en llegar a la Tierra, ya que la Tierra y Júpiter
se separaban cada vez más. De este modo el tiempo extra utilizado
por la luz para llegar a la Tierra podía utilizarse para deducir la rapidez
de esta. Seis meses después, las entradas de Ío en la proyección de
la sombra se adelantaban, ya que la Tierra y Júpiter se acercaban uno
a otro. Con base a estas observaciones, Rømer estimó que la luz
tardaría 22 min en cruzar el diámetro de la órbita de la Tierra (es decir,
el doble de la unidad astronómica); las estimaciones modernas se
acercan más a la cifra de 16 min y 40 s.
Alrededor de la misma época, la unidad astronómica (radio de la
órbita de la Tierra alrededor del Sol) se estimaba en cerca de
140 millones de km. Este dato y la estimación del tiempo de Rømer
fueron combinados por Christian Huygens, quien consideró que la
velocidad de la luz era cercana a 1000 diámetros de la Tierra por
minuto, es decir, unos 220 000 km/s, muy por debajo del valor
actualmente aceptado, pero mucho más rápido que cualquier otro
fenómeno físico entonces conocido.
Isaac Newton también aceptó el concepto de velocidad finita. En su
libro Opticks expone el valor más preciso de 16 minutos para que la
luz recorra el diámetro de la órbita terrestre,[cita requerida] valor que al
parecer dedujo por sí mismo (se desconoce si fue a partir de los datos
de Rømer o de alguna otra manera).
El mismo efecto fue subsecuentemente observado por Rømer en un
punto en rotación con la superficie de Júpiter. Observaciones
posteriores también mostraron el mismo efecto con las otras tres
lunas Galileanas, en las que era más difícil de observar al estar estos
satélites más alejados de Júpiter y proyectar sombras menores sobre
el planeta.
Aunque por medio de estas observaciones la velocidad finita de la luz
no fue establecida para la satisfacción de todos (notablemente Jean-
Dominique Cassini), después de las observaciones de James
Bradley (1728), la hipótesis de velocidad infinita se consideró
totalmente desacreditada. Bradley dedujo que la luz de las estrellas
que llega sobre la Tierra parecería provenir en un ángulo leve, que
podría ser calculado al comparar la velocidad de la Tierra en su órbita
con la velocidad de la luz. Se observó esta llamada aberración de la
luz, estimándose en 1/200 de un grado.
Bradley calculó la velocidad de la luz en alrededor de 298 000 km/s.
Esta aproximación es solamente un poco menor que el valor
actualmente aceptado. El efecto de aberración fue estudiado
extensivamente en los siglos posteriores, notablemente por Friedrich
Georg Wilhelm Struve y Magnus Nyren.
Medidas directas[editar]
Diagrama del aparato de Fizeau-Foucault.

La segunda medida acertada de la velocidad de la luz, primera


mediante un aparato terrestre, fue realizada por Hippolyte
Fizeau en 1849. El experimento de Fizeau era conceptualmente
similar a aquellos propuestos por Beeckman y Galileo. Un rayo de luz
se dirigía a un espejo a cientos de metros de distancia. En su trayecto
desde la fuente hacia el espejo, el rayo pasaba a través de un
engranaje rotatorio. A cierto nivel de rotación, el rayo pasaría a través
de un orificio en su camino de salida y en otro en su camino de
regreso. Pero en niveles ligeramente menores, el rayo se proyectaría
en uno de los dientes y no pasaría a través de la rueda. Conociendo
la distancia hasta el espejo, el número de dientes del engranaje y el
índice de rotación, se podría calcular la velocidad de la luz. Fizeau
reportó la velocidad de la luz como 313 000 km/s. El método de
Fizeau fue refinado más tarde por Marie Alfred Cornu (1872) y Joseph
Perrotin (1900), pero fue el físico francés Léon Foucault quien más
profundizó en la mejora del método de Fizeau al reemplazar el
engranaje por un espejo rotatorio. El valor estimado por Foucault,
publicado en 1862, fue de 298 000 km/s. El método de Foucault
también fue usado por Simon Newcomb y Albert Michelson, quien
comenzó su larga carrera replicando y mejorando este método.
En 1926, Michelson utilizó espejos rotatorios para medir el tiempo que
tardaba la luz en hacer un viaje de ida y vuelta entre la montaña
Wilson y la montaña San Antonio en California. De las mediciones
cada vez más exactas, resultó una velocidad de 299 796 km/s.

Ondas electromagnéticas estacionarias en una cavidad de resonancia.

Otra forma de obtener la velocidad de la luz es medir

independientemente la frecuencia y la longitud de onda de


una onda electromagnética en el vacío. El valor de c puede entonces

ser calculado mediante el uso de la relación . Una opción es


medir la frecuencia de resonancia en una cavidad de resonancia. Si
se conocen con precisión sus dimensiones, estas pueden ser
utilizadas para determinar la longitud de onda de un haz de luz. En
1946, Louis Essen y AC Gordon-Smith utilizaron este método (las
dimensiones de la cavidad de resonancia se establecieron con una
precisión de alrededor de ± 0,8 micras utilizando medidores calibrados
por interferometría), obteniendo un resultado de 299 792 ±9
kilómetros/s, sustancialmente más preciso que los valores calculados
usando técnicas ópticas. En 1950, las mediciones repetidas
establecieron un resultado de 299 792,5 ±3,0 kilómetros/s.

Determinación interferométrica de longitud. Izquierda: interferencia


constructiva; Derecha: Interferencia destructiva.

La interferometría es otro método para encontrar la longitud de onda


de la radiación electromagnética para determinar la velocidad de la
luz. Un haz de luz coherente (por ejemplo, un láser), con una

frecuencia conocida , se divide siguiendo dos recorridos distintos


y luego se recombina. Mediante el ajuste de la longitud del camino
recorrido mientras se observa el patrón de interferencia, midiendo
cuidadosamente el cambio en la longitud de la trayectoria, se puede

determinar la longitud de onda de la luz .


La velocidad de la luz se calcula como en el caso anterior, utilizando

la ecuación .
Antes de la llegada de la tecnología láser, se utilizaron fuentes
coherentes de radio para las mediciones de interferometría de la
velocidad de la luz. Sin embargo el método interferométrico se vuelve
menos preciso con longitudes de onda reducidas, y los experimentos
fueron por tanto limitados a la precisión de la longitud de onda larga (~
0,4 cm ) de las ondas de radio. La precisión puede ser mejorada
mediante el uso de luz con una longitud de onda más corta, pero a
continuación, se hace difícil medir directamente su frecuencia. Una
forma de evitar este problema es comenzar con una señal de baja
frecuencia (cuyo valor se puede medir con precisión), y a partir de
esta señal sintetizar progresivamente señales de frecuencias
superiores, cuya frecuencia puede entonces relacionarse con la señal
original. La frecuencia de un láser se puede fijar con notable precisión,
y su longitud de onda se puede determinar entonces utilizando
interferometría. Esta técnica la desarrolló un grupo del National
Bureau of Standards (NBS) (que más tarde se convirtió en el NIST).
Se utilizó en 1972 para medir la velocidad de la luz en el vacío con
una incertidumbre fraccionaria de 3,5 × 10-9.
Relatividad[editar]
Con base en el trabajo de James Clerk Maxwell, se sabe que la
velocidad de la radiación electromagnética es una constante definida
por las propiedades electromagnéticas del vacío (constante
dieléctrica y permeabilidad).
En 1887, los físicos Albert Michelson y Edward Morley realizaron el
influyente experimento Michelson-Morley para medir la velocidad de la
luz relativa al movimiento de la Tierra. La meta era medir la velocidad
de la Tierra a través del éter, el medio que se pensaba en ese
entonces necesario para la transmisión de la luz. Tal como se muestra
en el diagrama del interferómetro de Michelson, se utilizó un espejo
con media cara plateada para dividir un rayo de luz monocromática en
dos rayos que viajaban en ángulos rectos uno respecto del otro.
Después de abandonar la división, cada rayo era reflejado de ida y
vuelta entre los espejos en varias ocasiones (el mismo número para
cada rayo para dar una longitud de trayectoria larga pero igual; el
experimento Michelson-Morley actual usa más espejos) entonces una
vez recombinados producen un patrón de interferencia constructiva y
destructiva.
Cualquier cambio menor en la velocidad de la luz en cada brazo del
interferómetro cambiaría la cantidad de tiempo utilizada en su tránsito,
que sería observado como un cambio en el patrón de interferencia.
Durante los ensayos realizados, el experimento dio un resultado nulo.
Ernst Mach estuvo entre los primeros físicos que sugirieron que el
resultado del experimento era una refutación a la teoría del éter. El
desarrollo en física teórica había comenzado a proveer una teoría
alternativa, la contracción de Lorentz, que explicaba el resultado
nulo del experimento.
Es incierto si Einstein conocía los resultados de los experimentos de
Michelson y Morley, pero su resultado nulo contribuyó en gran medida
a la aceptación de su teoría de relatividad. La teoría de Einstein no
requirió un elemento etérico sino que era completamente consistente
con el resultado nulo del experimento: el éter no existe y la velocidad
de la luz es la misma en cada dirección. La velocidad constante de la
luz es uno de los postulados fundamentales (junto con el principio de
causalidad y la equivalencia de los marcos de inercia) de la relatividad
especial.

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