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Contrario a lo que muchos podrían pensar, los videojuegos tienen muchos beneficios para el

funcionamiento del cerebro. Así lo dicen diversos estudios clínicos y académicos que han investigado
sobre los efectos que tienen los videojuegos sobre el cerebro humano. Recopilamos algunos de
estos estudios y te contamos qué virtudes nos ofrece jugar videojuegos.

Mejora la capacidad de resolver problemas


El cerebro de quien juega unos 20 minutos diarios tiene mejores capacidades para trazar estrategias
complejas frente a un problema. Los jugadores tienden a identificar que un mismo problema puede
tener múltiples soluciones. Los ‘gamers’ son capaces de partir de un set de pistas y desplegar
mejores habilidades probabilísticas frente a un obstáculo, de acuerdo con un artículo de Media
Psichology Blog.

Otro estudio, llevado a cabo por la doctora Daphne Bavelier en la Universidad de Rochester en
Estados Unidos, sacó una conclusión similar. Esta investigación, compartida por Acer (que vende
varios dispositivos para gamers), demostró que los videojuegos mejoran nuestra efectividad en
actividades cotidianas como ‘multitasking’ en el trabajo o el estudio, conducir, leer letras pequeñas,
lograr identificar conocidos en una multitud y navegar en una ciudad grande.

Mejora la cognición
Los juegos son una forma de estimular el cerebro a través de experiencias como escenarios de otro
mundo, guerras en el espacio exterior, ciudades alternativas y seres con habilidades sobrenaturales.
Este tipo de experiencias en los videojuegos estimulan el hipocampo. Y a largo plazo esta
estimulación ayuda a evitar pérdidas cognitivas generadas con la edad o enfermedades
degenerativas, según un estudio de la North Carolina State University.

Aumenta la capacidad de memoria


Similar al estudio anterior, según otras evidencias, los ‘gamers’ suelen tener mejor memoria. De
acuerdo con un estudio de la Universidad de California, los juegos en 3D estimulan más el
hipocampo, en comparación con los juegos bidimensionales.

En la investigación, los participantes jugaron juegos tradicionales en su versión convencional y en


versión 3D. Quienes usaron la versión tridimensional mostraron mejorías en sus habilidades de
memoria en comparación con los que jugaron en formato 2D.

Ayuda a los niños que tienen dislexia


Un estudio de 2013 investigó los efectos de videojuegos como ‘Rayman Raving Rabbids’ sobre niños
con dislexia. Los investigadores concluyeron que estos juegos tienen igual o mejores resultados que
los tratamientos tradicionales para mejorar la lectura. Entonces, los videojuegos resultan ser igual de
‘buenos’ que las terapias convencionales, solo que estos últimos suelen consumir más tiempo y no
son tan divertidos para los niños.

Tetris ayuda a controlar los traumas


Una investigación del año pasado reveló que el popular juego Tetris puede ser útil en el tratamiento
de traumas de accidentes de tránsito. Los pacientes estudiados jugaron Tetris por 20 minutos
durante unas semanas. Otro grupo de pacientes no jugó este videojuego, sino que realizó otras
actividades como rompecabezas.

Los jugadores de Tetris reportaron muchos menos episodios relacionados con el trauma mental de
su accidente, que aquellos que hicieron otras actividades, según reportó al respecto Science Alert.
Los videojuegos incrementan el tamaño del cerebro
En esta misma línea de investigaciones, un estudio de 2014 encontró que jugar Super Mario 64
puede causar un incremento del tamaño del cerebro en ciertas regiones del mismo.
Específicamente, se trata de las áreas encargadas de la orientación espacial, formación de memorias,
planeación de estrategias y habilidades motoras finas.

Imagen: Pixabay.

SUSANA ANGULO12.10.17 @ 11:19 AM


Luces y sombras de los videojuegos: intentemos poner claridad
¿Los videojuegos son buenos o malos para los niños? Su utilización
y las posibles consecuencias negativas en el comportamiento y en el
desarrollo cognitivo de niños y adolescentes representan un tema de vivo
debate que implica a varias figuras profesionales, como pediatras y
psicólogos. ¿Las neurociencias pueden ayudarnos a entender mejor esto?

Sombras…
En realidad, la literatura científica proporciona datos contradictorios. Por
un lado, el uso de los videojuegos se ha relacionado con a aparición de
comportamientos agresivos en niños y en adolescentes. Por otro
lado, la Asociación Americana de Psicología subraya que los datos
actualmente disponibles son, en realidad, aún insuficientes a la
hora de demostrar una correlación clara entre videojuegos y
comportamientos violentos o incluso criminales por parte de los menores.
Lo que sí es cierto, en cambio, es que un uso excesivo de videojuegos o
instrumentos electrónicos puede provocar auténticas formas de
dependencia, con posibles comportamientos de “abstinencia” si el niño es
privado del videojuego.

…y luces
Al mismo tiempo, muchas investigaciones subrayan que el uso del
videojuego, y sobre todo de los juegos de acción, puede mejorar las
capacidades de atención y elaboración visual, la memoria de trabajo
espacial y visual, con posibles beneficios en condiciones particulares como
la dislexia. Además, los videojuegos pueden favorecer la actividad social,
promoviendo el desarrollo de contactos con los niños de la misma edad.
Teniendo en cuenta estos posibles beneficios, es importante que la
investigación científica nos permita en el futuro comprender mejor los
efectos de los videojuegos en el desarrollo del niño, sobre todo desde el
punto de vista cognitivo.

Las normas de los padres


En líneas generales, todas las investigaciones más recientes sugieren que el
impacto del uso de los videojuegos en el desarrollo cognitivo está
relacionado con la edad del niño, con la cantidad de tiempo dedicado, con
el contenido del juego y con el contexto social. Por tanto, aunque no hay
que demonizar los videojuegos, es aconsejable proponerlos con
prudencia: no antes de los seis años de edad, durante no más de 30-60
minutos al día, y siempre bajo el control directo de los padres.
Por Stefano Vicari, artículo publicado en la revista multimedia Scuola di
Salute
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Los videojuegos, ¿son malos para los niños? Los expertos consideran
que no tanto
BY DAVID LAZARUSBUSINESS COLUMNIST
NOV. 13, 2017

12:58 AM
El 47% de los hombres y el 39% de las mujeres afirmaron que a menudo o a veces
juegan videojuegos.
Pregunte a cualquier padre cómo se siente sobre los videojuegos de sus hijos y
seguramente escuchará intranquilidad acerca de las muchas horas transcurridas en
un mundo virtual, y la posibilidad de un comportamiento antisocial, o incluso
violento. Pero, ¿estas preocupaciones son válidas?
Mi hijo adolescente es un gran jugador, y me he preguntado mucho cuán proactivo
debería ser para monitorear una actividad que, claramente, le apasiona. La
investigación sobre el tema abunda y varía, desde aquellos que sostienen que los
juegos son una parte benigna del estilo de vida de los jóvenes, hasta quienes lo ven
como una puerta de entrada a la próxima tragedia de Columbine.
La industria de videojuegos en los Estados Unidos generó más de $30 mil millones
en ingresos el año pasado, según datos de la Entertainment Software Association y
NPD Group. Dos tercios de los hogares del país tienen al menos un miembro que
juega tres o más horas a la semana.
En un seminario reciente sobre videojuegos realizado en UC Irvine, Constance
Steinkuehler, profesora de informática en la universidad y presidenta de Higher
Education Video Game Alliance, enfatizó que la mayoría de los investigadores
adoptan la idea de que “jugar es bueno”. También reconoció que los videojuegos,
al igual que los teléfonos inteligentes, las redes sociales y otras tecnologías
modernas, pueden tener propiedades adictivas.
Hablé con Steinkuehler esta semana y me dijo que “hay mucha confusión y mucho
miedo” entre los padres sobre cómo deben responder a un interés que está
consumiendo la cotidianidad de sus hijos. “Las vidas de nuestros hijos están
estructuradas de manera muy diferente a la nuestra”, expuso. “Muchos niños pasan
más tiempo con los juegos que con las tareas escolares”.
Sí, los juegos pueden ser adictivos en algunos casos, consideró. Pero por otro lado,
no hay evidencia significativa de que conduzcan a un comportamiento aborrecible
o violento. Los niños están tan estresados como los adultos, observó Steinkuhler.
Sus vidas están muy estructuradas y, a menudo, se los presiona para tener éxito.
“El juego es una manera de desahogarse”, prosiguió. “Es una forma de ocio. Y el
único medio que convierte el tiempo de pantalla en tiempo de actividad”.
Al principio, intentamos abordar el interés emergente de nuestro hijo por los
videojuegos condicionándolo a usar juegos y sistemas con un componente
educativo. LeapFrog fue nuestra plataforma de elección.
Pero él rápidamente superó todo lo ofrecido allí, por lo cual pasamos a la consola
Wii de Nintendo, que ofrecía juegos más familiares y un componente físico gracias
a sus controles basados en movimientos. Mi hijo y yo jugamos al ping-pong virtual
y al golf Frisbee, y volamos en aviones digitales por la isla Wii Resort.
Eventualmente, junto con mi esposa notamos que él programaba citas para jugar en
las casas de amigos que tenían Xbox y juegos cargados de adrenalina, al estilo
matar-o-morir, como “Call of Duty”. Así que compramos una consola Xbox para
que jugaran también en casa.
Ahora, nuestro hijo ya no juega con consolas. Lo hace en línea, a través de una
computadora portátil, mediante la cual se une a amigos y extraños de todo el
mundo, en partidos veloces de “League of Legends” y “Brawlhalla”.
También juega en torneos online. Habla de unirse a un equipo, ser patrocinado o
incluso de ser un profesional del tema (los mejores jugadores pueden ganar hasta
seis cifras).
En las noches de la semana escolar, juega quizás unas horas después de terminar su
tarea. Los fines de semana, puede hacerlo durante cinco, seis, siete horas.
Es una conducta muy social. Él usa auriculares y micrófono, y bromea todo el
tiempo con sus compañeros de equipo. Así que soy reacio a decir que sólo porque
ésta no es la forma en la que yo jugaba a Dungeons and Dragons cuando tenía su
edad -cara a cara con los demás, todos sentados alrededor de una mesa- no es un
comportamiento saludable.
¿Pero, no es un poco nocivo?
“Los padres siempre deben estar atentos al comportamiento obsesivo”, aseveró
Scot Osterweil, director creativo del Education Arcade de MIT, un programa que
promueve el juego en entornos educativos. “Y demasiado tiempo frente a una
pantalla en general es malo, para todos nosotros”.
Sin embargo, se mostró de acuerdo con Steinkuehler en que no hay mucha
evidencia que respalde las teorías de que los videojuegos, particularmente aquellos
violentos, fomentan tendencias antisociales o agresivas en los jóvenes.
Osterweil observó que los delitos violentos en los Estados Unidos disminuyeron en
las tres décadas de existencia de los videojuegos. En 1991 hubo casi 25,000
asesinatos en los Estados Unidos, un récord histórico. El año pasado se registraron
17.250. “Si hubiera una correlación entre los videojuegos y la violencia,
deberíamos verlo”, expuso.
Los padres, señaló, necesitan mirar más allá del simple hecho de que su hijo
disfruta de los juegos virtuales. ¿Qué niño corre más riesgo de un comportamiento
antisocial -preguntó Osterweil- el que pasa seis horas jugando estos juegos con sus
amigos, o el que está seis horas solo en la habitación practicando el violín? “En la
mayoría de los videojuegos, se desafía a los chicos a hacer cosas difíciles para
dominar el mecanismo”, consideró. “Eso no es malo y podría estar desarrollando
habilidades que se extenderán más allá del juego”.
Mi esposa y yo fomentamos la moderación en los juegos de nuestro hijo, aunque
no siempre tenemos éxito. Estamos atentos a las señales de problemas, pero
también queremos darle libertad, y que aprenda de sus propios logros y errores.
Magy Seif El-Nasr, directora del Programa de Diseño de Juegos de la Universidad
Northeastern, afirmó que los padres deberían esforzarse por aprender sobre los
juegos que usan sus hijos, y unirse a ellos en un partido o dos.
“Convertirla en una actividad de unión”, dijo. “Eso permite pasar tiempo con los
hijos y hablar con ellos”.
Se trata de un buen consejo, pero no es fácil. Intenté jugar a “Call of Duty” y
rápidamente comprobé que no tengo habilidades para navegar por el terreno virtual
y luchar contra otros. Ahora me limito a ver a mi hijo jugar y discutir las
estrategias que emplea. Sigo presionándolo para que lea más, y trato de hallar
libros que atrapen su imaginación (gracias, Ernest Cline, por “Ready Player One”).
También le pido a mi hijo que deje la computadora de vez en cuando y juegue al
ajedrez conmigo (algo en lo cual soy bastante bueno). Es un jugador agresivo, con
una gran mente para el pensamiento espacial y táctico, capacidades que sin duda
trabajarán a su favor en los próximos años.
No es difícil entender de dónde obtiene esas habilidades.
Él me gana casi todo el tiempo.
Traducción: Valeria Agis

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