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1º Educación Infantil
ÍNDICE:
El término desarrollo alude a los cambios que tienen lugar en las personas a lo largo de su ciclo
vital y que les permiten una progresiva adaptación al medio. El término no se aplica a todos los
cambios sino más bien a los que aparecen de una forma ordenada y persisten durante un
razonable período de tiempo. Estos cambios son relativamente previsibles (secuenciados y
ordenados), permanentes y se producen en diferentes ámbitos, por lo que podemos hablar de
dimensiones del desarrollo: el desarrollo físico, abarca los cambios que se operan en el cuerpo,
el desarrollo psicológico incluye el desarrollo personal (cambios en la personalidad de un
individuo), el desarrollo social (cambios en la forma en que un individuo se relaciona con los
demás), el desarrollo cognitivo (cambios en la manera de pensar, comprender y razonar de una
persona), etc.
Conceptos relacionados:
CRECIMIENTO hace referencia a los cambios cuantitativos relacionados con el aumento
de la masa corporal. El crecimiento indica un cambio de cantidad. Se produce cuando las
células se reproducen y aumentan de tamaño. Este aumento en el tamaño y número de
las células se refleja en el aumento del tamaño y peso del conjunto o de cualquiera de sus
partes. Supone, pues, el aumento de masa corporal.
MADURACIÓN, implica un cambio cualitativo, es decir, un cambio en la complejidad de
una estructura que hace posible que ésta empiece a funcionar o lo haga de una forma
diferente. Se refiere a los cambios morfológicos y de conductas específicas determinadas
biológicamente y sin la ayuda de ningún aprendizaje. Tanto el crecimiento como la
maduración son conceptos biológicos y, en gran medida, están determinados
genéticamente pero pueden verse alterados positiva o negativamente por el entorno
(malnutrición grave, carencia grave de estimulación, etc.). Así, al nacer, muchos de los
sistemas fisiológicos del bebé no funcionan de manera eficaz y sólo podrán hacerlo
cuando maduren, por ejemplo, el control de esfínteres. La maduración del sistema
nervioso va a jugar un papel primordial en el desarrollo ya que va a permitir el aprendizaje
y la adquisición de nuevas conductas.
APRENDIZAJE: modificación en la conducta externa o interna, más o menos perdurable
en el tiempo, que implica una nueva forma de pensar o de actuar sobre el ambiente.
Durante mucho tiempo se ha mantenido una viva polémica entre los que defendían la
predominancia de la herencia en el desarrollo y los que defendían la predominancia del ambiente.
Tras lo infructuoso de la misma, actualmente se acepta que nuestro desarrollo se ve influido y
determinado tanto por aspectos genéticos como ambientales y el problema se sitúa en conocer
cómo se relacionan ambos aspectos y en establecer si hay momentos del desarrollo o contenidos
evolutivos en los que uno u otro aspecto juegan un mayor o menor papel.
Así, siguiendo a Palacios (1990), se considera que el código genético contiene dos tipos de
información distinta: los contenidos “cerrados” y los contenidos “abiertos” (Jacob, 1970). Los
primeros imponen una serie de determinaciones que son definitorias de cada especie animal
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(características morfológicas, calendario madurativo, etc.) y que deben ser ejecutados al pie de la
letra, sin que los cambios sean posibles a no ser por circunstancias excepcionales (radiación,
mutaciones,…) o tras largos procesos filogenéticos; los segundos implican fundamentalmente
unas potencialidades que deberán actualizarse por el contacto del individuo con el medio
ambiente en que se desarrolla.
Así pues, “la parte abierta” del programa genético, es de importancia trascendental: las
posibilidades del lenguaje, de la simbolización y la inteligencia, de la socialización, del
desarrollo de los vínculos emocionales son permitidos por el código genético, pero deben ser
hechas reales por el medio en el que el niño se desarrolla. La ductilidad tiene, sin embargo, sus
límites: incluso cuando el programa sólo confiere al organismo una capacidad, por ejemplo, la de
aprender, le impone restricciones sobre lo que puede aprender, el momento y cómo podrá
aprenderlo; el programa genético confiere a la persona la capacidad del lenguaje, le da el poder
de aprender, de comprender, de hablar cualquier lengua; pero el niño necesita encontrarse en un
medio favorable para que esa potencialidad pueda desarrollarse.
Por otra parte, como recoge McCall en su concepto de canalización, es un hecho que los seres
humanos somos más semejantes los unos a los otros cuanto más pequeños somos. Así, aún
cuando el calendario de desarrollo psicológico es muy similar entre bebés de culturas muy
diferentes, a medida que nos alejamos de la primera infancia, las diferencias introducidas por el
contexto sociocultural se acrecientan progresivamente. Esto significa que los primeros tramos de
nuestro desarrollo están más cerrados en nuestro código genético que los posteriores, al menos
en los que se refiere a los aspectos madurativos. Esto no significa, por supuesto, que el desarrollo
temprano sea independiente de la estimulación y del papel del medio sino que con un mínimo de
estimulación se garantizan unos mínimos de desarrollo. A pesar de ello, aunque visibles desde el
principio de su existencia, las diferencias entre unos niños y otros, derivados de la diversidad de
la riqueza estimular de su entorno, no dejarán de acentuarse posteriormente.
En conclusión, el desarrollo del ser humano es también el producto de una interacción entre una
dotación hereditaria, que lo define como ser humano en cuanto especie animal, y unas
aportaciones del medio ambiente, que determinan la forma concreta en que se van a realizar
las posibilidades contenidas en esa dotación hereditaria.
En todas las dimensiones del crecimiento y el desarrollo hay una secuencia definida y
previsible. Es ordenada y continua, y cada niño normalmente pasa por cada etapa. Los niños se
arrastran antes de gatear, gatean antes de erguirse y se yerguen antes de caminar. Aspectos
posteriores de la personalidad se basa en los fundamentos iniciales de confianza. El niño
balbucea, luego forma palabras, y por último estructura frases.
Si bien hay un orden fijo y preciso en el desarrollo, éste no progresa al mismo ritmo. Hay
periodos de desarrollo acelerado y otros en que es lento. . El ritmo de crecimiento, muy rápido en
los periodos prenatal y postnatal, se reduce poco a poco durante la infancia temprana. Es
relativamente lento durante la infancia media, pero hay un aumento notable al principio de la
adolescencia seguido de estabilización en los inicios de la edad adulta. Cada niño crece a sus
propio ritmo. Se observan notables diferencias individuales a medida que los niños alcanzan y
superan los hitos del desarrollo. Si bien la secuencia permanece sin cambios, el ritmo varía en
cada niño.
A mayor desarrollo, hay una mayor diversificación de las capacidades del individuo y éstas
son cada vez más complejas.
las características de la mayoría de las personas en los periodos en que aparecen cambios del
desarrollo peculiares.
Según los autores se puede hablar de fases, estadios o períodos, indistintamente; en todos los
casos, se asume que en cada etapa las conductas son cualitativamente diferentes de las de los
demás estadios y que los cambios no tienen lugar simultáneamente ni al mismo ritmo en todos
los aspectos del desarrollo; además, el desarrollo no se produce de forma continua sino que se
dan saltos repentinos, discontinuidades, regresiones, etc.
Los teóricos del ciclo vital consideran las siguientes etapas: Infancia, adolescencia, madurez y
senectud. Dentro de la ETAPA INFANTIL aún podríamos hacer una subdivisión en:
La estructura del cambio, es decir, la forma en que se produce dicho cambio: ¿existen
etapas diferenciadas? si existen, ¿cómo se produce el paso de una a otra?, ¿se producen
los cambios a través de saltos abruptos o, por el contrario, con una cierta continuidad
entre ellos?, etc.
La relación entre aprendizaje y desarrollo
En función de las posiciones adoptadas en estas cuestiones, podemos agrupar las diferentes
teorías sobre el desarrollo en tres grandes modelos: organicista, mecanicista e interaccionista.
Por supuesto, la inclusión de un autor dentro de un determinado modelo no implica que éste
asuma todos los presupuestos teóricos del mismo.
Son teorías que se inspiran en la biología. Según esta concepción, las características de un
individuo se encuentran predeterminadas por su dotación genética. El paso del tiempo, la edad, la
maduración nerviosa van haciendo que estas características, ya poseídas, vayan apareciendo y
expresándose a lo largo del desarrollo.
Este modelo pone el acento en los procesos de cambio generados por la actividad espontánea, el
hombre es considerado como un organismo vivo y activo que construye su conocimiento a partir
de su actividad sobre la realidad.
Desde este modelo se afirma que los cambios en las conductas son el resultado de los procesos
internos del individuo; éste estructura, organiza y construye los comportamientos que determinan
los cambios. A esta corriente pertenecen autores como Freud, Piaget, Erikson, etc. Consideran el
desarrollo como una secuencia invariable de etapas cualitativamente diferentes que tienden hacia
una meta o estado evolutivo final.
Se considera que el medio ambiente es necesario para el desarrollo de los distintos estadios pero
el desarrollo viene determinado por el distinto grado de evolución presente en el organismo.
Proponen que los cambios evolutivos son cualitativos ya que no se producen en dimensiones
aisladas sino que implican un proceso de reorganización de las estructuras previas para dar lugar
a otras nuevas más complejas. Según este modelo el aprendizaje está condicionado por el nivel
de desarrollo presente en el sujeto.
Las investigaciones relacionadas con este modelo originaron la formulación de cinco principios
del desarrollo:
1. El desarrollo como proceso dinámico; es decir, un proceso que implica cambios basados en la
acción de fuerzas inherentes al organismo.
2. El desarrollo como consecuencia de la individualidad genética.
3. El desarrollo como proceso de especialización creciente, es decir, se subraya la tendencia
creciente de los sistemas del organismo para realizar funciones cada vez más especializadas y la
necesidad de integrar estas funciones en un patrón global de actividades del organismo.
4. El principio de equilibrio que se refiere a la tendencia del organismo a mantener su ambiente
interno en forma constante, a pesar de que cambien las condiciones del ambiente externo. Este
equilibrio está sujeto a modificaciones tales como el aprendizaje y otros factores.
5. El desarrollo como proceso secuencial. Este principio reconoce la existencia de una serie de
etapas secuencialmente ordenadas, por las que tiene que pasar el individuo para dominar ciertas
acciones. Cada etapa sucesiva de desarrollo de adquisición de habilidades, en el progreso del
individuo hacia el dominio de sus acciones, es consecuencia de la etapa que le precedió. El
concepto de orden secuencial se aplicó a una gran variedad de conductas: para describir el
desarrollo psicosexual (Freud, 1938), el desarrollo de la identidad (Erikson, 1950), el desarrollo
intelectual (Piaget, 1952). Según este principio se concluye que no es posible acelerar el
desarrollo; no pueden adquirirse nuevas habilidades hasta que el organismo esté listo para su
adquisición.
Las experiencias recogidas sobre niños criados sin contacto alguno o con un contacto muy
deficitario con el ambiente humano, revelan que estos niños no llegaron a adquirir ni las más
elementales características propiamente humanas, lo cual hace pensar en que el factor ambiente
debe ocupar un puesto importante en la determinación del desarrollo humano.
El hecho de que existan enormes variaciones de desarrollo en individuos que pertenecen a
culturas y ambientes distintos, abogaría por la importancia del factor ambiente, ya que las
variaciones en la dotación genética de una comunidad a otra no son suficientemente grandes
como para ser directamente responsables de tan grandes variaciones de conducta.
Salkind (1981) enumera algunos de los principios que asumen las teorías pertenecientes a este
modelo:
Críticas:
- Está demostrado que ante un mismo estímulo ambiental, los individuos difieren
considerablemente en cuanto a sus respuestas, e incluso un mismo individuo no siempre da la
misma respuesta.
El desarrollo y el aprendizaje no pueden ser reducidos entre sí, existiendo entre ellos una
estrecha relación: el aprendizaje posibilita el desarrollo y éste permite nuevos aprendizajes.
Piaget define la epistemología genética [1] como la disciplina que estudia los
mecanismos y procesos mediante los cuales se pasa de los estados de menor
conocimiento a los estados de conocimiento más avanzados. Le interesa averiguar cómo
los sujetos llegan a conocer con mayor objetividad y exactitud la realidad. Ahora bien,
conocer la realidad implica actuar sobre ella y transformarla. En este sentido, la acción -
manifiesta o interiorizada- se convierte en la base del conocimiento y el sujeto se concibe
como un sujeto activo que selecciona e interpreta la información del medio. En
consecuencia, Piaget asume una visión constructivista del desarrollo del conocimiento,
es decir, considera que el sujeto elabora su conocimiento a partir de su interacción con la
realidad y que, por tanto, la inteligencia es el producto de esos intercambios, de esas
interacciones entre el sujeto y el medio.
[1] Epistemología= estudio crítico del conocimiento científico; Genética= (en Psic.) Estudio del desarrollo, las
transformaciones y etapas que atraviesa el psiquismo del niño en su crecimiento; Por esto la teoría de Piaget es
epistemológica (estudia el conocimiento) pero además es genética (estudia su evolución).
c) La experiencia social
La vida social es una condición necesaria para el desarrollo de la inteligencia, sin
embargo, esta factor junto con los dos anteriores no bastan para explicar el desarrollo;
influyen en tanto que condicionan la actividad del niño pero tienen un papel secundario ya
que el papel fundamental lo juega un cuarto factor, la equilibración.
d) La equilibración o autorregulación
Es un factor interno, pero no genéticamente programado, que organiza y coordina
a los demás factores. La equilibración es un rasgo general del desarrollo biológico: los
organismos tienden a establecer siempre una situación de equilibrio, una relación
adaptada entre su comportamiento y el medio. Según Piaget, las construcciones
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cognitivas son una necesidad interna; si hay unas condiciones mínimas para asegurar un
funcionamiento normal, el niño reproduce mediante su propio funcionamiento las
condiciones que conducen a las construcciones operatorias. Desde el instante que hay
comportamiento, hay no sólo actividad del sujeto sino también actividad de la estructura
cognitiva y exigencia de superación de sus limitaciones. Esta exigencia es la que está en
la base del proceso de equilibración.
estructuras cognitivas de tal forma que a cada momento evolutivo corresponde una forma
peculiar de organizar el conocimiento. Estas formas de organización sólo pueden
deducirse a partir del comportamiento del sujeto.
A partir de esto Piaget propone que el desarrollo se produce por estadios y que a
cada estadio corresponde una determinada estructura cognitiva, cada una de las cuales
resulta de la precedente, la integra y prepara la siguiente.
b) cada estadio se caracteriza por una estructura de conjunto que lo define y, por tanto,
una forma de resolver los problemas y de adaptarse a la realidad.
d) En cada estadio hay que distinguir una fase de preparación -de formación- y otra de
acoplamiento o equilibrio.
Aunque el orden de sucesión de los estadios sea siempre el mismo, puede ocurrir
que nociones que se basan en estructuras operatorias idénticas, pero que versan sobre
contenidos diferentes, no se adquieran simultáneamente. Se sabe , por ejemplo, que los
sujetos adquieren la conservación de colecciones discretas (aceptar que el número de
elementos de dos colecciones sigue siendo el mismo aunque se modifiquen sus
disposiciones) dos años antes, por término medio, que la conservación de longitud. Estos
fenómenos que Piaget denomina “desfases horizontales” indican que las transiciones de
un estadio a otro son más complejas de lo que se podría pensar en una primera
aproximación.
Estadio de las Entre los 11 y los 15/16 años las operaciones se desligan
operaciones progresivamente del plano de la manipulación concreta. Aparece el
formales (de 11/12 razonamiento hipotético-deductivo. En adelante, podrá obtener
años en adelante) conclusiones a partir del manejo de hipótesis sin necesidad de una
observación y manipulación reales.
Implicaciones educativas
Los instintos aparecen en diferentes zonas del cuerpo. Así, en función de la zona
del cuerpo que represente la fuente del placer, se pueden distinguir varias fases o
estadios a lo largo del desarrollo: oral, sádico-anal, fálica, de latencia, y genital. En cada
estadio hay necesidades somáticas y psíquicas diferentes. En las primeras etapas son
instintos parciales, centrados en una zona determinada, pero se van integrando
progresivamente.
Para Freud, la personalidad es cambiante y dinámica y está ligada a la evolución
del instinto. Ahora bien, las personas no pueden dejarse llevar por sus instintos sino que
deben abandonar algunas tendencias naturales para vivir según las normas sociales. Las
instituciones y agentes sociales (padres, escuela, etc), las leyes, la represión,... obligan a
los sujetos a controlar progresivamente esos instintos y esconderlos.
• El Ello
• Es innato y en él reside la energía psíquica o líbido; esta formado por
impulsos inconscientes que buscan satisfacción total e inmediata.
• Se rige por el principio del placer: satisfacer inmediatamente las
necesidades y evitar el dolor y la tensión que generan. Es una estructura
muy básica e incivilizada.
• El Yo
• Se origina a partir del ello conforme el niño crece y a medida que establece
contacto con el mundo exterior. Su misión tiene un doble sentido. Por un
lado, controlar (reprimir) los impulsos básicos del ello para ajustarse a las
situaciones reales y, por otro, elaborar mecanismos de defensa ante las
situaciones de tensión, por ejemplo, cuando un niño vuelve a chupar el
pulgar, pedir frecuentemente que le abracen o le cojan en brazos,... ante la
llegada de un hermanito, lo que se está produciendo es un mecanismo de
defensa denominado regresión y que consiste en que bajo una situación de
stress, se vuelven a emplear tácticas que eran útiles para reducir la
ansiedad en etapas tempranas de la vida.
• El yo se rige por el principio de realidad: buscar la satisfacción utilizando los
medios que resultan apropiados en el ambiente en que se mueve el sujeto;
supone, por tanto, una forma racional de satisfacer las necesidades
instintivass y se relaciona con el pensamiento, el lenguaje, la percepción y el
aprendizaje. En esta estructura se observan procesos psicológicos
conscientes y preconscientes. En sus últimos escritos, Freud también
asigna al yo una función inconsciente: la de los mecanismos de defensa que
impiden la frustración del sujeto, reduciendo la tensión provocada por los
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impulsos no satisfechos.
• El Super-yo
• Esta estructura aparece en último lugar. Se desarrolla a partir del yo por la
influencia que ejercen padres, profesores, etc. Es el yo-ideal y supone la
interiorización de un conjunto de normas y valores y la incorporación de
pautas culturales a la estructura de la personalidad. Según Freud, el Super-
Yo también es una estructura inconsciente.
• Fase anal
• Comprende el primer y tercer año (de 1 a 3 años), el niño encuentra placer
en las sensaciones de retención y expulsión de las heces. Los niños de esta
edad ven sus heces como algo propio y asociado a una estimulación
placentera.
• En esta etapa, los padres comienzan a instruir al niño para que haga sus
necesidades en el lugar correcto y desaprueban o castigan su
comportamiento cuando no lo hace así. Si la presión de los padres es
excesiva puede provocar la aparición de sentimientos de culpa y miedo.
• Los conflictos no resueltos en esta etapa pueden dar lugar a personalidades
adultas con cierta compulsión por el orden y la limpieza. Por otra parte, el
valor que el niño concede a sus heces y a su retención significa que
comienza a valorar las cosas propias y una fijación en este sentido podría
generar un interés exagerado por poseer o coleccionar.
• En esta etapa aparece el yo. Las demandas paternas de higiene suponen
un primer paso para introducir al niño en las costumbres sociales y su
aceptación implica equilibrar los propios deseos y las exigencias de la
realidad. Conflicto de la fase: autoridad-rebeldía.
• Fase fálica
• Entre los 3 y los 7 años, los niños centran su interés en los genitales y
obtienen placer manipulándolos. Muestran curiosidad por sus funciones y
por las diferencias anatómicas entre los sexos.
• En esta etapa, comienzan a desear al progenitor del sexo opuesto y ven
como a un rival al progenitor del mismo sexo. Este conflicto (complejo de
Edipo) da lugar a sentimientos ambivalentes en el niño que se resuelven de
manera diferente en el niño y la niña.
• Los niños ven al padre como una amenaza ya que posee un pene mayor
que el suyo y, además, es más fuerte, lo que despierta el temor al castigo
mediante la castración. La resolución del conflicto pasa por rechazar los
instintos sexuales hacia la madre y la identificación con el padre.
• En las niñas, la internalización de las normas éticas no viene dada por el
temor a la castración; la represión de los instintos sería menor ya que no
temen perder sus genitales y de ahí derivaría que las mujeres desarrollan un
superyo más débil y, por tanto, menor sentido de la moralidad y de la
justicia.
• La resolución incorrecta de conflictos provocará la aparición de trastornos
neuróticos.
• En este momento del desarrollo están presentes las tres estructuras de la
personalidad: el ello, el yo y el superyo.
• Fase de latencia
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• Fase genital
• de los 12 años en adelante. Las zonas relacionadas con el placer siguen
siendo el pene y la vagina pero ahora la satisfacción incluye el orgasmo
sexual. Los adolescentes se orientan hacia el sexo opuesto y dado que la
sociedad no permite a los adolescentes las relaciones sexuales completas,
utilizarán mecanismos de defensa, por ej. la sublimación, para hacer menos
imperiosas sus necesidades.
El conductisrno surgió en gran parte como reacción a los métodos de estudio introspeccionista
que dominaron la psicología en el momento de su constitución como disciplina científica a finales
del siglo XIX. En 1913, Watson publica el Manifiesto conductista en el que aboga por una
psicología objetiva, antimentalista y centrada en la conducta observable. Las conclusiones
elaboradas por los conductistas a partir de las investigaciones con animales -y puesto que
rechazaban la existencia de diferencias radicales entre los humanos y los animales- se han
utilizado en la explicación de los comportamientos humanos.
El padre del conductismo, J.B. Watson (1878-1958), destaca por su radical postura a favor
de la influencia del ambiente. Aunque no niega la existencia de algunos rasgos heredados
concede a la herencia un papel muy reducido y casi insignificante en el desarrollo humano. Para
Watson, las mentes de los recién nacidos son como pizarras en blanco en las cuales se van
almacenando asociaciones aprendidas entre estímulos y respuestas (E-R). Este aprendizaje
asociativo constituiría la base de todo el desarrollo posterior. Su extrema confianza en la
influencia del ambiente como modelador de la conducta le llevó a lanzar su ya famoso reto:
“Dadme una docena de niños sanos y bien formados, así como mi propio mundo específico para
educarles en él, y garantizo que podré coger uno al azar y hacer de él el tipo de especialista que
tenga a bien elegir: doctor, abogado, artista, comerciante y ¿por qué no? mendigo y ladrón” .
• Procesos de aprendizaje
Para los conductistas, los comportamientos de los niños cambian porque ha tenido lugar
un aprendizaje a partir de las experiencias que les brinda el medio. Cuando hablamos de
aprendizaje nos referimos a una modificación en la conducta, más o menos perdurable en el
tiempo, que implica una nueva forma de pensar o de actuar sobre el ambiente. Este aprendizaje
puede producirse por condicionamiento -clásico o instrumental- o por observación.
El condicionamiento clásico
concluyó que una conducta tenderá a repetirse cuando tiene consecuencias positivas para el
sujeto y a no repetirse cuando las consecuencias para el sujeto son negativas. En base a este
principio, Skinner denomino refuerzos a aquellos estímulos que hacían mas probable la
aparición en el futuro de una respuesta y castigos a aquellos que hacían menos probable su
aparición.
Antes de terminar este apartado conviene que reflexionemos un poco acerca de los
efectos negativos del castigo. El castigo, tanto si consiste en la presentación de consecuencias
aversivas como en la retirada de reforzadores, conlleva la aparición de respuestas agresivas y de
ansiedad que deterioran la relación entre educador y niño, con la consiguiente pérdida de valor de
la interacción educativa. Por otra parte, el castigo produce ansiedad y ésta interfiere en la
capacidad de aprendizaje. Además, los efectos de la ansiedad producida por el castigo son
duraderos, dejan huella en la persona más allá de los momentos en que se produce el castigo y,
por tanto, pueden interferir negativamente en situaciones de aprendizaje posteriores. Por último,
indicar que el educador tiene como objetivo ayudar a los niños a construir comportamientos y
respuestas nuevas y el castigo es, en este sentido, una herramienta de escaso o nulo interés.
Procedimientos
Presentación Retirada
EXTINCIÓN
No hay (Debilita respuesta)
consecuencias
Generalización y discriminación
Por el contrario, la discriminación es el proceso por el que se aprende a dar una respuesta
en presencia de determinados estímulos (y no de otros) de manera que éstos se acaban
convirtiendo en signos o señales específicas que regulan el comportamiento en cuestión. Para
que se consiga esta conexión funcional entre los estímulos y la respuesta a conseguir, es
necesario reforzar sistemáticamente la respuesta ante el estímulo en cuestión y no reforzarla ante
otros.
Desarrollos posteriores
A partir de los años 50 el conductismo entra en crisis debido, entre otras cosas, a la
aparición de fenómenos que no podía explicar desde sus presupuestos teóricos. Ante esta
situación algunos conductistas optaron por mantenerse en sus posiciones (capitaneados por
Skinner) y otros por buscar soluciones intermedias con planteamientos cognitivos, como p. ej.
Albert Bandura y su Teoría del Aprendizaje Social (o teoría cognitivo-social) elaborada a lo
largo de los años 60 y 70. Su marco de referencia no coincide con una visión del aprendizaje
como un modo condicionado de adquisición de respuestas sino como una adquisición de
conocimiento a través de los procesos cognitivos de la información, por lo que el antiguo
esquema conductista E-R se transforma en E-O-R.
explicativos de tipo cognoscitivo y motivacional. De este modo, este autor considera que hay
cuatro clases de procesos que intervienen en el aprendizaje por observación: Los procesos
atencionales, los retentivos, los de reproducción motora y los motivacionales.
El desarrollo de las capacidades cognitivas que intervienen en los cuatro procesos que
componen el aprendizaje por observación determina la progresiva aptitud para este tipo de
aprendizaje. Inicialmente, la imitación es inmediata y a medida que el niño va adquiriendo la
capacidad de simbolizar las conductas observadas se va posibilitando la imitación demorada. Es
decir, la capacidad para representar mentalmente el modelo es lo que determina el paso de la
imitación instantánea a la imitación diferida.
conocimientos. Sus principios han dado lugar a la enseñanza programada y las Técnicas de
Modificación de Conducta.
Para Vygotsky el ser humano es activo, social e histórico y del mismo modo
que la sociedad evoluciona porque los hombres asimilan lo que sus antecesores han
adquirido, el niño se desarrolla a partir de lo que otros sujetos más capaces o el adulto le
proporcionan. En consecuencia, el conocimiento tiene siempre un origen social y es
construido por el sujeto en su interacción con el medio.
Entre los factores que intervienen en el desarrollo hay que considerar la actividad
del sujeto -considerada como actividad "social"-, el contexto social, el lenguaje y el
aprendizaje. Veamos cómo se relacionan estos factores.
"El momento más significativo en el curso del desarrollo intelectual, que hace
nacer formas puramente humanas de inteligencia práctica y abstracta, tiene lugar
cuando el lenguaje y la actividad práctica, dos líneas de desarrollo que
previamente eran independientes, convergen" (Vygotsky, 1978)
Los niños, por tanto, son primero capaces de realizar conductas en interrelación
con el adulto o con otros niños más competentes y más tarde serán capaces, tras
haberlas internalizado, de realizarlas sin ayuda, individualmente. Para Vygotsky, por
tanto, el desarrollo de las funciones psicológicas superiores se da primero en el plano
social para pasar, después, al plano personal. En esta línea enuncia la ley de la doble
formación de los procesos psicológicos, según la cual todo proceso psicológico superior
aparece dos veces en dos planos diferentes. Primero aparece en el ámbito interpersonal,
social o externo y pasa luego al plano intrapersonal, individual o interno.
De esta distancia entre lo que el niño es capaz de hacer solo y aquello que es
capaz de hacer con la ayuda de alguien surge el concepto de zona de desarrollo próximo.
"La zona de desarrollo próximo no es otra cosa que la distancia entre el nivel
real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente
un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la
resolución de un problema bajo la guía del adulto o en colaboración con otro
compañero más capaz" (Vygotsky, 1978)
"El rasgo esencial del aprendizaje es que engendra el área del desarrollo potencial
o sea, que hace nacer, estimula y activa en el niño un grupo de procesos internos
de desarrollo dentro del marco de las interrelaciones con otros, que a continuación
son absorbidas por el curso interno de desarrollo y se convierten en adquisiciones
internas del niño" (Vygotsky, 1934, 115).
Entre los mecanismos cognitivos a los que el niño puede recurrir para poder
asimilar lo que se le transmite tiene gran interés la capacidad de imitación. Vygotski
advierte que durante la infancia no es posible imitar cualquier conducta, sino sólo
aquéllas que caben en la "zona del desarrollo potencial".
Implicaciones educativas
- El aprendizaje escolar ha de ser congruente con el nivel de desarrollo del niño para
lo que el maestro debe determinar la "zona del desarrollo próximo" en la que se
encuentra el niño y formular en relación a ese nivel los objetivos que se propone
lograr en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
conducta cada vez más complejos e imbricados los unos en los otros.
Veamos ahora con más detenimiento qué papel juega el medio -conjunto de
circunstancias en que se desarrollan las existencias individuales- a lo largo del proceso
evolutivo. Para Wallon, el medio es tanto material como humano, social y cultural, y las
relaciones entre el niño y el medio no se producen en una sola dirección; no es sólo el
niño el que resulta afectado y modificado por el medio; el entorno que rodea al niño es
afectado y modificado por él en la misma medida, pues en él el niño proyecta sus
movimientos, sus intenciones, su inteligencia y sus afectos, su actividad.
Su modelo del desarrollo propone la sucesión de una serie de estadios, cada uno
de los cuales está caracterizado por una actividad o “tarea evolutiva” que es
preponderante. Esto significa que en cada uno de esos estadios el niño mantiene con el
medio cierto tipo de relaciones que en ese momento evolutivo son dominantes y
privilegiadas. Estas preponderancias se presentan de forma alternante y se dirigen
unas veces a la construcción del yo (actividad centrípeta) y otras a la construcción del
mundo externo (actividad centrífuga). Es importante señalar que lo que el concepto de
preponderancia implica es que determinadas actividades son dominantes, no que sean
exclusivas.
Las crisis evolutivas aparecen cuando las nuevas posibilidades abiertas por la
maduración o las nuevas exigencias planteadas por el medio reclaman del sujeto nuevas
formas de conducta; produciéndose un conflicto entre lo viejo y lo nuevo, entre lo ya
establecido y lo por adquirir; la elaboración y resolución del conflicto más la
profundización en la respuesta a las nuevas exigencias y posibilidades darán contenido al
nuevo estadio.
Estadio El niño empieza a ejercitar sus esquemas de acción sobre el entorno físico
sensoriomotor que le rodea, a manipular las cosas y experimentar con ellas. El efecto que
(de 10/12 meses la acción del niño provoca sobre los objetos modifica la acción misma para
a 3 años aprox.) conseguir mejor el efecto pretendido o para provocar otros nuevos; es el
proceso que Baldwin bautizo con el nombre de “reacción circular”. La
adquisición de la marcha facilita la exploración del entorno y acaba
volcando al niño sobre el mundo circundante -actividad centrífuga- y
acrecentando la “inteligencia de las situaciones” que va adquiriendo
progresivamente. Por fin, el aprendizaje del lenguaje y la adquisición de la
Estadio del Tiene una importancia decisiva para la estructuración de la personalidad
personalismo individual. El estadio se inicia con la crisis de oposición de los tres años;
(de 3 a 6 años) el niño se vuelve negativista, pretende hacer prevalecer sus deseos por
encima de todo, se opone a las órdenes,... Estas acciones son
interpretadas por Wallon como consecuencia del deseo de fortificar un yo
recién descubierto; el niño que hasta ahora había vivido confundido con su
medio se descubre ahora como sujeto distinto y diferenciado y se sirve de
la oposición y el negativismo para marcar ante los demás y ante sí mismo
esa distintividad y diferenciación.
El oposicionismo genera pronto una contradicción que habrá de superar. La
necesidad del afecto y la aprobación de los demás es constante en este
estadio. Pero la cabezonería y negativismo del niño le acarrean
manifestaciones de desagrado y amenazas de retirada de cariño por parte
de quienes le rodean. Ante esto, el niño tiene que adoptar nuevas
estrategias más adecuadas para sus fines y lo hace en torno a los 4 años,
considerados como la “edad de la gracia”: para asegurarse el afecto y la
aprobación, el niño intenta seducir al otro, atraer su atención y conseguir su
aplauso haciendo ostentación de sus habilidades y sus recursos. La edad
de la gracia es también la del narcisismo, pero la de un narcisismo usado
como instrumento de captación del afecto de los demás.
Cuando esto no funciona, recurre a la imitación: comportándose como el
padre, por ej., tendrá garantizada la aprobación de éste.
La forma en que reaccionan los que rodean al niño ante los vaivenes de su
comportamiento tiene una gran importancia para la estructuración de la
personalidad infantil.
C.L.-05 Pax. 34