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RESUMEN
INTRODUCCIÓN
El objetivo del documento es analizar las teorías sobre ahorro, tasas de interés, inversión
del ahorro, rentabilidad y equilibrio en el mercado del dinero, basado en la teoría de John
Maynard Keynes.
Inicia con el análisis del ahorro que depende de los ingresos, no de las tasas de interés, el
ahorro puede guardarse como valor líquido o invertirse en papeles u otro tipo de inversión, dicha
inversión es llamativa dependiendo de las tasas de interés, que son definidas por el mercado, es
claro que las tasas de interés son inciertas en el futuro, es imposible predecirlas. Termina con el
análisis del equilibrio entre la demanda de la inversión y el ahorro de dinero, fenómeno que no se
da por las tasas de interés, esto significa, que no es la tasa de interés, la que equilibra la demanda
de inversión y los ahorros, sino que la tasa de interés, se fija en el mercado del dinero, es decir,
de la cantidad de dinero y de la preferencia por la liquidez (Plaza, 2012). En este sentido, el
mercado monetario establece la señal del costo de inversión o de los recursos financieros
necesarios para efectuar la inversión, mientras que la eficiencia marginal de capital, que
corresponde al rendimiento de la inversión y el costo de reposición del bien de capital, puede ser
vista como la variable que incentivará a las empresas para llevar a cabo nuevas inversiones en
capital o en ampliación de sus plantas de producción o en nuevos negocios (Barra, 2011).
“La tasa de interés no determina el ahorro de las familias, lo que define el ahorro es el ingreso,
considerando la propensión marginal a consumir, teniendo en cuenta que a un mayor ingreso
habrá un mayor ahorro” (Keynes, La teoría General de la Tasa de Interés, 1936, pág. 146).
Es así, que el ahorro no está definido por la tasa de interés. En la intención de ahorrar, intervienen
otros factores como el ingreso y la propensión marginal a consumir, definida esta, como la
relación funcional, entre un nivel de ingreso dado y el gasto que para el consumo se toma de
dicho nivel de ingreso, teniendo en cuenta que a un mayor ingreso habrá un mayor ahorro, ya sea
para invertir o para atesorar (Keynes, Teorìa General de la Ocupaciòn el Interès y el Dinero,
1936). El consumo depende del nivel de ingreso y de otras circunstancias que se presentan en la
vida real de los individuos tales como: las necesidades subjetivas, la inclinación psicológica a
consumir según suba o baje el ingreso y hábitos de los individuos.
Al interpretar la teoría de Keynes, se aprecia que son diferentes factores que influyen en la
tasa de interés, sobre todo si se tiene en cuenta que la propensión marginal a consumir, la cual
actuando bajo la influencia de los motivos ya enunciados, determina qué proporción del ingreso
se destinará al consumo, y que porción del ingreso no necesariamente se convertirá en una
inversión, porque existirá una ley sicológica que influirá en las personas para decidir, cuánto de
esa porción o residuo permanecerá atesorado para imprevistos y transacciones y qué parte del
residuo, será invertido con la finalidad de obtener una ganancia, la cual estará determinada por la
tasa de interés de la inversión. Esta ganancia generada por la tasa de interés, influye en los
individuos a estar dispuestos a desprenderse de la liquidez (Keynes, Teorìa General de la
Ocupaciòn el Interès y el Dinero, 1936).
El error de las teorías aceptadas sobre la tasa de interés está en que intentan
derivarla de la propensión a consumir es decir, de la decisión que toma un
individuo, sobre qué parte del ingreso consume y qué parte de éste ahorra en forma
de poder adquisitivo, para consumo futuro, dejando de lado la forma en que se
conservará a través del tiempo el poder adquisitivo del recurso (dinero) reservado
ya sea de su ingreso corriente o de ahorros previos (Keynes, 1939. P, 146).
Keynes aclara que, la tasa de interés no se deriva de la decisión que las personas
toman sobre qué cantidad de su ingreso ahorran, es decir, esta decisión no está
condicionada por el nivel de tasa de interés del mercado. La importancia y efecto
fundamental de la tasa de interés, está en la necesidad de conservar el poder adquisitivo del
dinero ahorrado, esto es, que los recursos ahorrados no pierdan la capacidad de compra por
efecto del mercado [oferta y demanda], condición que se logra, si estos recursos se
invierten y generan una utilidad que garantice la conservación del valor del dinero a través
del tiempo.
Keynes (1936), define la tasa de interés como: “recompensa, por desprenderse del
poder líquido en un período determinado. Es la utilidad financiera obtenida sobre
una inversión, esto es, dependiendo de la ganancia generada por las inversiones en
activos financieros, se decide qué cantidad de dinero se mantiene en efectivo”
[p.146]
o lo que es lo mismo;
(𝑉𝐹−𝑉𝑜)
𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 = ∗ 100 (2)
𝑉𝑂
Es la inversa de la proporción que hay entre una suma de dinero invertida [Vo Valor
inicial] y lo que puede obtenerse [VF valor final – Vo Valor inicial], por desprenderse del
control del dinero a cambio de una deuda en un período de tiempo determinado (Keynes, La
teoría General de la Tasa de Interés, 1936, pág. 151).
Lo escrito por Keynes (1936), indica que la tasa de interés no equilibra la demanda de
dinero para la inversión por parte de empresas privadas e inversionistas y los ahorros por
parte de las personas, sino que la tasa de interés se fija en el mercado de dinero, es decir, de
la interacción de la cantidad de dinero y de la preferencia por la liquidez o de la demanda de
Keynes también explica que mantener el dinero ahorrado en forma líquida o en inversión
está en función de la tasa de interés, la cual se ajustará para lograr un equilibrio. Si en el mercado
la tasa de interés es baja, las personas no preferirán realizar inversiones o desprenderse de la
liquidez, fenómeno que dará lugar a una cantidad de dinero disponible que no llega al mercado,
muy superior a la oferta de dinero en la economía del mercado, presionando un alza en las tasas
de interés hasta lograr el equilibrio del mercado. A tasas de interés altas, los individuos invertirán
en activos, disminuyendo así, la oferta de dinero disponible para la inversión, presionando a una
baja en las tasa de interés en el mercado.
Para Keynes, la demanda de dinero depende del nivel de ingreso y de la tasa de interés. La
tasa de interés puede ser vista como el costo de oportunidad de mantener el dinero atesorado,
mientras que el nivel de ingreso indica la demanda de dinero con el propósito de efectuar
transacciones. Siempre es conveniente mantener dinero para gastos personales y de negocios
(Keynes, Teorìa General de la Ocupaciòn el Interès y el Dinero, 1936).
G es el gradiente.
Keynes (1936) dice: “Las personas que creen que la tasa de interés [rendimiento] estará
por encima de las supuestas por el mercado, tienen la opción de comprar deudas, activos
financieros [bonos, acciones] como alternativa y no guardar el dinero en efectivo”
(p.148).
Keynes (1936), define la preferencia por la liquidez, como una función que conecta la
liquidez que desea mantener en su poder las personas y las tasas de interés. Esta tasa interés, será
la que influye en la decisión de las personas, de mantener el dinero ahorrado en efectivo o
invertirlo en activos que generen ganancias. En otras palabras, dependiendo de la ganancia que se
obtiene al invertir en activos financieros, decidiremos cuánto dinero líquido [valor inmediato]
tendremos en nuestro poder.
Esto significa, que siempre existirá una brecha entre el ingreso total y el consumo, y esta
brecha será mayor en la medida que aumente el ingreso total, lo que significa que el ahorro
dependerá no solamente del ingreso total, sino también de la tasa de interés. Es esta la razón por
la cual Keynes (1936) explica, que la demanda de fondos por parte de los inversionistas y la
oferta de dinero como consecuencia de los ahorros, no pueden definir la tasa de interés, pues ésta
se define en el mercado de dinero y que el ingreso es el que define la función del ahorro.
Keynes (1936), establece las diferencias entre inmediato e instantáneo y entre dinero y
deudas (bonos y todo activo financiero que devengue un interés) incluyendo en la categoría
económica de dinero a los depósitos a plazo. La situación expuesta es analizada cuando el
ahorrador directamente realiza las inversiones, es decir no hay intermediación, sólo se deduce la
tasa impositiva por parte del estado.
Keynes, plantea que la eficiencia marginal del capital es la que influye en el volumen de
las inversiones y que la tasa de interés es la que define la cantidad de fondos, para que se lleven a
cabo estas inversiones. Esto significa, que no es la tasa de interés la que equilibra la demanda de
inversión y los ahorros, sino que la tasa de interés, se fija en el mercado del dinero, es decir, ésta
Marshall (Citado por Escartin, s,f) explica: “Por el lado de la oferta, los ahorradores
deben tener un estímulo para ahorrar más, cuanto más alto sea el tipo de interés”. En
consecuencia, a un mayor estímulo para el ahorro, habrá más oferta de dinero para los
inversionistas, entonces, las tasas de interés variarán, dependiendo de la oferta y demanda de
dinero (p.411). A demás, Shumpeter (Citado por Escartin, s,f) interpreta: “El ahorrador tiene que
compensar con la remuneración del interés, el sacrificio que supone dejar un dinero invertido en
activos, el cual se recupera en forma de flujo de rendimientos periódicos o interés” (p.411).
La eficiencia marginal de capital no se fija por la mejor opinión, sino por la valoración
del mercado, tal como lo determina la psicología de masa, también las expectativas respecto al
futuro de las tasas de interés, que depende de la evolución de los negocios (Keynes, Teorìa
General de la Ocupaciòn el Interès y el Dinero, 1936).
La tasa de interés no equilibra la demanda de inversión y los ahorros, sino que se fija en el
mercado de dinero, es decir de la interacción entre la cantidad de dinero y la preferencia por la
liquidez o de la demanda de dinero.
Keynes (1930) aclara, el comportamiento del mercado es muy semejante a la
eficiencia marginal de capital, es decir la relación de rendimiento probable entre
un bien de capital y su precio de oferta o de reposición, la que hay entre el
rendimiento probable de una unidad más de esa clase de capital y el costo de
producirla. De manera más clara, es la tasa de descuento (ingresos descontados),
que logrará igualar en Valor Presente [VP], la serie de anualidades dadas, por los
rendimientos esperados del bien, debida a la venta de la producción durante todo el
tiempo. [P. 150]
Keynes [1936] dice: “La tasa de interés nunca es negativa, por tal razón siempre al
invertir o adquirir una deuda se obtendrá un beneficio económico incrementando
así la liquidez” [p.147].
Si pudiera preverse con certeza las variaciones de las diferentes tasas de interés en
los diferentes periodos de tiempo, se podría deducir el comportamiento de las
inversiones o deudas adquiridas, bien anota Keynes, desafortunadamente este
cálculo es incierto, de ahí las fallas e inconsistencias en las proyecciones
económicas de los países y de los proyectos macro e incluso medianos y pequeños.
[Keynes, 1930, p 148]
Fisher, (citado por Cavazos y Rivas (2009), hace la distinción de dos tipos de tasas de
interés: La real y la monetaria. La tasa de interés real, es el resultado de aplicar al interés
monetario o nominal, una corrección debida a la tasa de variación de precios, es decir la
inflación. El interés real, es el dinero que conserva el poder adquisitivo, tanto en el momento del
préstamo como en el de la devolución (Cavazos&Rivas, 2009).
Según Keynes (1936), los dos primeros tipos de liquidez, no dependen de las tasas de
interés, y es el motivo especulativo el que sí depende del interés, debido a la cantidad de dinero
que retendrán las personas teniendo en cuenta la ganancia que representa realizar inversiones.
Al suponer, dice Keynes, que la curva de preferencia por la liquidez que liga la tasa de
interés con la cantidad de dinero, indica que según baje la tasa de interés, ceteris paribus, habrá
mayor preferencia por la liquidez, porque el costo de oportunidad disminuye, es decir la tasa de
interés disminuye y así las personas preferirán mantener el efectivo, debido al motivo de
transacción, por la necesidad de recursos para negocios y operaciones (Keynes, Teorìa General de
la Ocupaciòn el Interès y el Dinero, 1936).
Una baja en tasas de interés trae como consecuencia un aumento del ingreso nacional, el
ahorro de dinero orientado para transacciones dependerá más o menos en forma proporcional al
aumento del ingreso. Al mismo tiempo disminuirá el costo de la conveniencia que abunde el
efectivo disponible, medido en pérdida de interés. A mayor ingreso se supone mayor ahorro y
viceversa.
Cada baja en la tasa de interés puede aumentar la cantidad de efectivo que las personas
desean conservar, debido a la interpretación de cada quien frente a la futura tasa de interés, si
difieren con el mercado.
𝑴𝒐𝒕𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒖𝒍𝒂𝒄𝒊ó𝒏
= 𝑻𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒊𝒏𝒆𝒓𝒐 − (𝒎𝒐𝒕𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒂𝒖𝒄𝒊ó𝒏 + 𝒎𝒐𝒕𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒊𝒒𝒖𝒊𝒅𝒆𝒛)
Finalmente si el empleo sube, los precios suben, como efecto de la función de la oferta y
por la propensión de los salarios a subir en términos de dinero, el efecto de ese proceso sobre la
preferencia por la liquidez, será aumentar la cantidad necesaria de dinero para mantener una tasa
de interés dada.
Si la producción aumenta, los precios suben y el efecto sobre la preferencia por la liquidez
será aumentar la cantidad necesaria de dinero, para mantener la tasa de interés dada. El
incentivo de la economía de una nación estaría en el incremento del ahorro. Krugman, Wells
[2007, p. 320]. El ahorro y la inversión siempre son iguales, se trate de una economía abierta o de
𝑃𝐼𝐵 = 𝐶 + 𝐼 + 𝐺 + 𝑋 + 𝐼𝑀 (5)
En una economía cerrada no hay exportaciones ni importaciones
𝑃𝐼𝐵 = 𝐶 + 𝐼 + 𝐺 (6)
Al despejar a I se tiene
𝐼 = 𝑃𝐼𝐵 − 𝐶 − 𝐺 (7)
En una economía cerrada la inversión proviene del ahorro interno. El ahorro privado es igual a la
renta disponible.
𝑆(𝑃𝑟𝑖𝑣𝑎𝑑𝑜) = 𝑃𝐼𝐵 + 𝑇𝑅 − 𝑇 − 𝐶 (8)
𝑆)𝑃ú𝑏𝑙𝑖𝑐𝑜) = 𝑇 − 𝑇𝑅 − 𝐺 (9)
El ahorro total es la suma del ahorro privado más el ahorro público
𝑁𝑆 = 𝑆(𝑃𝑟𝑖𝑣𝑎𝑑𝑜) + 𝑆(𝑃ú𝑏𝑙𝑖𝑐𝑜) (10)
Reemplazando se tiene:
𝑁𝑆 = (𝑃𝐼𝐵 + 𝑇𝑅 − 𝑇 − 𝐶) + (𝑇 − 𝑇𝑅 − 𝐺) (11)
𝑃𝑁𝑆 = 𝑃𝐼𝐵 − 𝐶 − 𝐺 (12)
Por consiguiente
𝑁𝑆 = 𝐼 identidad ahorro – inversión (13)
En una economía abierta la identidad:
𝐼𝑛𝑣𝑒𝑟𝑠𝑖ó𝑛 = 𝐴ℎ𝑜𝑟𝑟𝑜 𝑁𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑙 + 𝐹𝑙𝑢𝑗𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑎𝑝𝑖𝑡𝑎𝑙𝑒𝑠 (14)
En el mercado de préstamos hay múltiples tipos de tasas de interés, porque hay muchos
tipos de préstamos, según el plazo, el destino, el prestatario, tasa de interés real y nominal. Una
empresa decidirá pedir prestado dinero si la tasa de rendimiento es al menos igual al tipo de
interés. (Krugman, 2013, pág. 320)
CONCLUSIONES
El ahorro no está definido por la tasa de interés. La tasa de interés no es la recompensa
por tomar la decisión de ahorrar. El ahorro lo define el nivel de ingresos y la propensión a
consumir.
Son tres factores sicológicos: Preferencia por la liquidez del público, expectativas de
ganancia o eficiencia marginal del capital, y la propensión marginal del consumo, que
pueden neutralizar los siguientes cambios en las variables económicas:
a) Expansión monetaria.
Referencias Bibliográficas
Barra, A. (2011). La teoría de la preferencia por la liquidez y la tasa de interés. Buenas tareas,
1-14.
Cavazos, G., Rivas, S. (2009). Relación entre la inflación y tasas de interés en México y Estados
Unidos. México. Problemas del desarrollo, 52-55.
Deleplace, G. (2017). La Teoría Macroeconomica de Jhon Maynard Keynes. Borradores de
Economía, Universidad de Antioquia.
Escartin, A. (s.f). Historia del Pensamiento Económico. Marshall y la Escuela de Cambridge.
Tema 26. Recuperado. http://personal.us.es/escartin/Marshall.pdf
Keynes, J. M. (1936). La teoría General de la Tasa de Interés. En J. M. Keynes, Teoría Genaral
de la Ocupación, el Interés y el Dinero (págs. 145 - 151). Buenos Aires: Fondo de Cultura
Económica de Argentina.
Keynes,J.M. (1936). Teorìa General de la Ocupaciòn el Interès y el Dinero. Buenos Aires:
Fondo de Cultura Económica de Argentina.
Krugman,W. (2013). Fundamentos de econmía. Madrid: Reverté.
Mankiw, G. (2002). Principios de Economía. Quinta edición. P 584. ED Cenage Learning.
Plaza, A. (2012). La teoría de la tasa de interés y la preferencia por la liquidez. International
BMA Spain, 1-18.