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Responsabilidad Penal de Las Personas Jurídicas PDF
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I. INTRODUCCION
El contexto globalizado actual y los limites casi inalcanzables de una sociedad que
cada día incrementa sus límites, el poder organizado de un grupo de personas
conformadas mediante la denominación “empresa” con incidencia económica y su
carácter transnacional1, ha llegado a aperturar la problemática jurídico penal de estos
1
Nieto Martín, Adán. “Responsabilidad penal de las personas jurídicas”. Resumen de la monografía “La
responsabilidad penal de las personas jurídicas: un modelo legislativo”. Iustel. Madrid. 2008 pág. 1-2.
Del mismo modo concuerdan con un origen común a la discusión el incremento de la criminalidad a
través de entes colectivos Silvina Bacigalupo “Responsabilidad penal de las personas jurídicas”.
1
entes en el marco del impacto que causan sus acciones con relación a una presunta
utilización con fines criminales. De tal tema nos habla el antiguamente congelado
principio “societas delinquere non potest”, que no es otra cosa que la imposibilidad de
que la persona jurídica pueda cometer ilícitos penales sea porque sus actos no
constituyen “acción” en sentido jurídico penal o porque no pueden ser imputables de
la misma manera. Se ha debatido, entonces, si las personas jurídicas pueden ser
responsables de un delito; pero en la actualidad - como se ha dicho anteriormente -
esta discusión cobra más importancia, por el incremento de la criminalidad económica
dentro de los países industrializados mediante la utilización de personas jurídicas, que
en algunos de los casos son creadas con defectos de origen (fines eminentemente
ilícitos) o que en su marcha han servido para encubrir la realización de conductas
delictivas.
Es necesario precisar también lo que se define por persona jurídica a fin de poder
coadyuvar la exposición del tema. Desde el punto de vista de algunos autores2 se le
entiende desde dos puntos de vista: formalmente como un centro unitario, ideal de
referencia de imputación de deberes y derechos, mediante la abstracción de una
pluralidad de personas a una unidad ideal de referencia normativa; normativamente
se trata únicamente de un centro de imputación de normas con existencia dentro del
marco legal. Existen dos posiciones acerca de la naturaleza jurídica de la persona
colectiva3. En el siglo XIX Savigny sostuvo que la persona jurídica es una ficción
jurídica la que se encuentra dotada de una capacidad “artificial”, dicha contraposición
a lo que consideramos como persona natural llevó a este pensador a considerar que la
precedente solo tenía validez a nivel jurídico negando así el sustrato material, en
contraposición surgió la posición de Gierke con su teoría organicista en donde
Editorial Hammurabi SRL Buenos Aires. Julio 2001 pág. 25-26 y Klaus Tiedemann “Derecho penal y
nuevas formas de criminalidad”. (Traducido por el profesor Manuel Abanto Vásquez) Editorial GRIJLEY.
Segunda edición. Lima 2001 pág. 92.
2
Fernández Sessarego, Carlos. “Derecho de las personas” Exposición de motivos y comentarios al libro
primero de Código Civil peruano. Editorial GRIJLEY. Octava edición. Lima 2001 pág. 181-182
3
Espinoza Espinoza, Juan. “Derecho de las personas”. Editorial Huallaga. Tercera edición. Lima 2001
pág. 411-412.
2
sostenía que dicho ente es un organismo social, es decir existe el reconocimiento de
que las mismas están formadas por personas4.
4
Espinoza Espinoza, Juan. Ob. Cit. Pág. 413.
5
Bacigalupo, Silvina. Ob. Cit. Pág. 38-49
3
ya con las nuevas tendencias que ha desarrollado con motivo de la criminalidad
contemporánea.
6
Tiedemann, Klaus. Ob. Cit. pág. 102 “Si la persona jurídica puede celebrar contratos p. ej. de
compraventa es ella quien está sujeta a obligaciones originadas por esos contratos y es ella quien puede
violar esas obligaciones. Esto quiere decir que la persona jurídica puede actuar de manera
antijurídica”…”Las acciones de las personas naturales que actúen para la empresa deben ser
consideradas como las de la empresa”. Al respecto también escribe Luis Miguel Reyna Alfaro en Revista
Peruana de Derecho de la Empresa pág. 85.
7
Tiedemann, Klaus. Ob. Cit. Pág. 103 “…no es casualidad que en el mundo anglosajón se haya
comenzado a admitir la responsabilidad penal de las personas jurídicas y de las asociaciones en el
campo de los delitos de omisión y los delitos imprudentes porque aquí no cuenta, o no cuenta
totalmente, la acción física sino lo que importa es la violación de las medidas y expectativas normativas
para imputar un resultado nocivo a una persona natural”
4
mediante el concepto “deficiencia en la organización”, es decir una vulneración al
deber de organizarse correctamente, contrario a sus obligaciones de control y
vigilancia8. A Tiedemann se le critica fundamentalmente porque propone un criterio
de culpabilidad por hecho ajeno. Este responde a dicha crítica señalando que en
realidad la persona jurídica responde por un hecho propio, o sea, por un hecho que
también es suyo, al igual que sucede por ejemplo en el supuesto del coautor o del
autor mediato, a quien se le imputa hechos no realizados por él mismo sino por otro
coautor o por el instrumento. El defecto de la organización de la empresa, es decir, la
omisión de la adopción de medidas de precaución para evitar la comisión de delitos en
el ejercicio de la actividad de la empresa, sería el hecho fundamentador de la
culpabilidad de la propia persona jurídica. Las medidas de precaución que se infringen
son, respectivamente, medidas de deberes de vigilancia, control, y organización, que
obligan a la misma agrupación, como tal, siendo por todo ello que la lesión de tales
deberes es lesión de deberes de organización y, en consecuencia, no son propios de la
persona jurídica. En España dicha postura es seguida por el profesor Adán Nieto,
quien refiere que “…el aspecto más revelador para asentar el grado de culpabilidad de
la empresa es precisamente el nivel jerárquico del infractor. Los deberes de
organización deben ser mayores para asegurar que los directivos respetan la ley que
para los empleados”9.
8
Tiedemann, Klaus. Ob. Cit. Pág. 105-108. La falta de organización como fundamento, según el autor ha
encontrado consenso en la doctrina alemana con OTTO, española ZUGALDIA y suiza con Hurtado Pozo.
“…debe ser de la propia persona jurídica el organizarse correctamente, y no debería como pretende
SHUNEMANN recaer este deber en las personas”. José Hurtado Pozo en “Responsabilidad Penal de la
empresa en el Derecho Penal Suizo” Artículo publicado en página web
http://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/anuario/an_1996_09.pdf
9
Nieto Martín, Adán. Ob. Cit. pág. 13
10
Jakobs, Günther. “Dogmatica de derecho penal y configuración normativa de la sociedad”
recopilación del profesor Jacobo López Barja de Quiroga. Editorial THOMSON-CIVITAS. Primera
edición. Madrid 2004. pág. 131 “La responsabilidad jurídico-penal no se desencadena por un
accionar en el sentido naturalista, sino por la lesión de los deberes que resultan de la
competencia por organización; correspondiéndose con esto, las expectativas de los demás no
van dirigidas a que un Hombre capaz de organizar va a hacer o no, algo determinado, sino a
que una Persona debe comportarse de una determinada manera. Conciso y breve: Nadie
responde en su condición de Hombre, sino todos en la de Personas”.
5
define como “la evitabilidad individual de la producción de un resultado” 11, la
comprobación de si concurre acción no se resuelve desde un punto de vista
exclusivamente naturalístico, lo importante es la determinación valorativa del sujeto
de la imputación. No cabe fundamentar que en la determinación del sujeto el sistema
que ha de formarse deba estar compuesto siempre de los componentes “persona
física” y no de una persona jurídica (estatutos y órganos). Las actuaciones de las
personas jurídicas con arreglo a los estatutos se convierten en acciones propias de la
persona jurídica. Concluye diciendo que tanto para la acción como para la culpabilidad
son idénticas las formas dogmáticas en la persona física y en la jurídica.
6
aplicar la norma penal a las personas jurídicas en cuanto a la aplicación del elemento
de culpabilidad, esto teniendo en cuenta que el elemento volitivo es determinante
para encuadrar el comportamiento ilícito dentro de una conducta dolosa o culposa. El
asunto de la aplicación de la culpabilidad de las personas jurídicas es sin duda alguna
el mayor escollo (jurídico) a superar, se han dado diversas soluciones desde una nueva
conceptualización de los elementos de constitutivos de la culpabilidad hasta la
desaparición de este del elemento de la conducta punible (obviamente para la
aplicación a las personas jurídicas). Al respecto el profesor Gunter Heine ha preferido
construir “una culpabilidad de las organizaciones fundada en la organización
deficiente de la empresa que se origina en la propia empresa de modo independiente
a la culpabilidad individual de quienes actúan a favor de la empresa” tal autor
pretende crear un sistema de responsabilidad paralelo al sistema individual de
responsabilidad. Conforme lo refiere el mismo, la culpabilidad por una organización
deficiente no se sustenta en decisiones individuales sino en lo que denomina “una
deficiencia duradera en la previsión de los riesgos de explotación”. Para los tratadistas
citados se concluye que de una u otra manera todos han buscado una normativización
de los conceptos dogmaticos de acción y culpabilidad a fin de fundamentar la
responsabilidad penal de las personas jurídicas.
14
Bacigalupo, Silvina. Ob. Cit. pág. 388
7
En el contexto peruano rige casi sin discusión el principio societas delinquere non
potest, esto porque las construcciones punitivas del derecho penal peruano tienen una
tendencia claramente a la responsabilidad individual, lo que imposibilita que las
“actuaciones” de una persona jurídica puedan subsumirse dentro del concepto
“acción” recogido en el artículo 11 del Código Penal de 199115, solo pueden ser
imputadas las conductas de los administradores y representantes de estas. En
conclusión se tiene que la problemática planteada anteriormente se posibilita de la
misma forma en el ordenamiento jurídico penal peruano.
15
Código penal peruano 1991 Articulo 11: “Son delitos y faltas las acciones y omisiones dolosas o
culposas penadas por la ley”.
16
Hurtado Pozo, José. Ob. Cit.
17
Código Penal de 1924 articulo 254: “Cuando se tratare de la quiebra de una sociedad anónima o
cooperativa, o de una persona jurídica que ejerza el comercio, todo director, administrador o gerente
de la sociedad o establecimiento fallido o contador o tenedor de libros, que hubiere cooperado a la
ejecución de alguno de los actos a que se refiere los artículos anteriores será reprimido con la pena del
quebrado fraudulento culpable en su caso”.
18
Reyna Alfaro, Luis Miguel. “Panorama actual de la responsabilidad penal de las empresas” artículo
publicado en Revista Peruana de Derecho de la Empresa – Derecho Penal de la Empresa. Nro. 68 Año
XXIV pág. 80-81. Al respecto Juan Bustos Ramírez “Obras completas” Tomo I. Ara Editores. Lima 2004.
Pág. 763 afirma que “Bajo el eufemismo consecuencias se contempla verdaderas penas para las
personas jurídicas que, estarían orientadas a prevenir la actividad delictiva y los efectos de la misma.
Esta orientación preventiva no puede ser entendida desde una perspectiva preventivo-especial, que
sería insostenible, pues resulta imposible pensar en un tratamiento o inocuización de una ficción, sino
desde la perspectiva de la protección de la victima que está siendo objeto de abusos por personas
8
El artículo 105 del Código penal de 1991, recoge una diversa gama de medidas contra
la persona jurídica sea por ejemplo la clausura de sus locales o establecimientos, la
disolución (como una medida de carácter grave), la suspensión de las actividades y la
prohibición de realizar en el futuro actividades de la clase de aquellas en cuyo ejercicio
se haya cometido. Al respecto Percy García Cavero afirma que dada la vaguedad de la
naturaleza jurídica de estas “medidas” no ofrecen un criterio dogmatico al juez a fin de
determinar en qué casos pueden ser aplicables y en qué medida19.
naturales que actúan bajo el amparo de una sociedad o empresas” asimismo Gracia Martin refiere que
“estas medidas aplicables a personas jurídicas puesto que no son ni especies concretas de aquellas, no
tienen naturaleza ni caracteres sancionadores, sino la de medidas preventivas de carácter asegurativo
de la comunidad social frente al peligro de utilización de las personas jurídicas u organización para la
comisión de delitos por las personas físicas que actúan para ellas, peligro puesto de manifiesto por la
previa comisión de un hecho delictivo a través de ella y por la deficiente organización de la misma”
19
García Cavero, Percy. “Las medidas aplicables a las personas jurídicas en el proceso penal peruano”
artículo publicado en Revista de Derecho, Universidad de Piura. Vol. 7-2006. Página Web
http://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/articulos/a_20080521_81.pdf. Al respecto refiere que “Es evidente que
la respuesta a esta interrogante no solo tiene un interés académico, sino fundamentalmente practico,
pues la determinación de los presupuestos materiales y procesales para la imposición de estas medidas
dependerá indudablemente de la naturaleza de la persona jurídica que se le asignen”
20
García Cavero, Percy. Ob. Cit. en la misma línea Ivan Meini Méndez en Código Penal comentado.
Tomo I. Gaceta Jurídica Lima pág. 989-990. Un ejemplo característico de esta relación es la figura
prevista en el artículo 232 del Código Penal que regula la posición monopólica u oligopólica en el
mercado, condición que solo la puede reunir la persona jurídica pero quien abusa de ello en el plano
material es el representante de la misma.
9
entre a dominio del ámbito de actuación de una persona jurídica en la que se
incardina el riesgo que configura el delito especial. En este sentido se asume al
administrador que asume el cargo de hecho o careciendo de nombramiento.
Lo que interesa es que se domine el riesgo que configura el delito especial
correspondiente.
2) Actuar como órgano de representación o como socio representante: Se exige
además que el órgano de representación o socio representante actúe como tal.
3) La realización del tipo penal: Esto quiere decir que el delito especial debe poder
serle imputado objetiva y subjetivamente al representante de la persona
jurídica.
Con fecha trece de noviembre de dos mil nueve formula el acuerdo plenario número
007-2009/CJ-116 mediante el cual se intenta resolver los problemas suscitados de
aplicación del artículo 105 del Código Penal peruano, esto es, la aplicación de las
consecuencias accesorias a las persona jurídicas, en razón a que las mismas no son
aplicadas jurisprudencialmente. Tales inconvenientes han surgido en tanto en la ley
material no ha desarrollado suficientemente los presupuestos básicos.
21
Urquizo Olaechea, José. “Código Penal” Tomo II. IDEMSA. Lima 2010. pág. 247-260.
10
Ausencia de normas procesales.
11
garantías. Así pues, en especial los referidos a la garantía de defensa procesal -que
comprende el derecho de conocimiento de los cargos, de asistencia letrada, de
defensa material o autodefensa, de no autoincriminación y al silencio, de prueba, de
alegación, y de impugnación- y de tutela jurisdiccional –en especial, el derecho a una
resolución fundada y congruente basada en el derecho objetivo y derecho a los
recursos legalmente previstos-. Asimismo, se adoptan –en cuanto resulten aplicables-
los siguientes criterios operativos sobre personas jurídicas inspirados en el Código
Procesal Penal de 2004:
12
La persona jurídica deberá ser emplazada con el auto de enjuiciamiento, pero
su inasistencia no impide la continuación del juicio oral. El juez o Sala Penal
competente, de ser el caso, impondrá la consecuencia accesoria que resulte
pertinente al caso con la debida fundamentación o la absolverá de los cargos.
Rige en estos casos el principio acusatorio y el principio de congruencia
procesal o correlación.
Al respecto del acuerdo plenario se considera que con el mismo si bien no se asume
una responsabilidad penal de las personas jurídicas, si se da una orientación a la
aplicación de las consecuencias accesorias, lo que en general resulta un primer paso
para asimilar el principio societas delinquere potest conforme se ha expuesto
anteriormente.
VII. CONCLUSIONES
13
BIBLIOGRAFIA
Bustos Ramírez, Juan. “Obras completas” Tomo I. Ara Editores. Lima 2004.
Espino Pérez, Julio. “Código Penal de 1924”. Editorial Alfonso Cueva Sevillano. Sexta
edición. Lima 1982
García Cavero, Percy. “Las medidas aplicables a las personas jurídicas en el proceso
penal peruano” artículo publicado en Revista de Derecho, Universidad de Piura. Vol. 7-
2006. Página Web http://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/articulos/a_20080521_81.pdf
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Jakobs, Günther. “Dogmatica de derecho penal y configuración normativa de la
sociedad” recopilación del profesor Jacobo López Barja de Quiroga. Editorial
THOMSON-CIVITAS. Primera edición. Madrid 2004.
Meini Méndez, Iván. “Código Penal comentado”. Tomo I. Gaceta Jurídica Lima 2004.
Urquizo Olaechea, José. “Código Penal”. Tomo II. Editorial IDEMSA. Lima 2010.
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