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DERECHO DE CONTRATOS

“Año de la lucha contra la corrupción e impunidad”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA : Teoría General de los contratos

CICLO : VIII

DOCENTE : Percy García Paredes

CURSO : Derecho de contratos

ESTUDIANTE : Rubén Alexander Rodríguez Rojas

2018
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DERECHO DE CONTRATOS

INDICE

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DERECHO DE CONTRATOS

CAPITULO I

TEORÍA GENERAL DE LOS CONTRATOS

1. Perfeccionamiento del contrato

Según el artículo 1352º del Código Civil: “Los contratos se perfeccionan por el consentimiento
de las partes, excepto aquellos que, además, deben observar la forma señalada por la Ley bajo
sanción de nulidad”

El interrogatorio, es el ataque frontal de alguien contra otro distinto, para asegurar -


aunque sea relativo- el triunfo de la verdad en aras de alcanzar la anhelada justicia de
todos los administrados.

EI interrogatorio que realice el abogado defensor -estipulado en el Art. 247 del CPP, y
Art. 284 de CPP- es exclusivo del talento que cada uno se reserva de manera relativa,
hasta cuando tenga la ocasión de exteriorizarlo.

Asimismo, en esta línea de acción interrogativa, no está permitido, bajo ninguna


circunstancia, formular interrogantes que tiendan a ridiculizar al respondiente.

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2. Elementos para un buen interrogatorio

El control. - se realiza directamente al interrogado, para que este, respecto a una pregunta
formulada, no trate de eludir las respuestas; siendo muy común este caso, cuando utilizan
descripciones largas, para confundir al interrogador.

La memoria. - tiene singular importancia para que el interrogador se dé cuenta


inmediatamente, que trata de confundirlo, al escuchar al interrogado una palabrería.

La velocidad. - implica que el interrogador si tiene algo que revisar durante el proceso, lo
hará con una ligereza, antes de que sea sorprendido por el interrogado, que a veces esta
adiestrado para realizar esa acción.

EI uso de la sintaxis debe ser puntual, esto es, que las preguntas formuladas tienen que
ser claras e inequívocas, formuladas por oraciones simples, de tal manera que no pudiesen
ser legalmente objetados por la otra parte.

La oportunidad. - Debe saber, además, cuándo, dónde y cómo termina el interrogatorio;


esto si es posible establecer, de acuerdo a las respuestas recibidas, a la luz de la realidad
objetiva.

3. Reglas
A) Primera regla. - No tiene el atrevimiento de preguntar, incorporando la frase: "No
hay pregunta señor Magistrado". Esto sucede, generalmente, cuando el abogado
tiene poca experiencia, o no tiene ninguna.

 En cualquier proceso hay testigos claves y secundarios, que en su primer momento


no es posible advertir.
 El testigo 1 no solo debe ser conducido por su libre arbitrio, requiere, que se le
guíe por la objetivad. Aquí precisamente sale a relucir, el arte del interrogatorio.
 La pregunta. a. ¿En qué circunstancia se produjo la desfiguración?, ¿vio usted que
el acusado utilizó algún instrumento para inferir la desfiguración?, ¿considera
usted que fue un acto casual o uno premeditado? Incluso, de las respuestas que se

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irán obteniendo hay que procurar hacer las repreguntas necesarias, orientadas a
conseguir la verdad.

B) Segunda regla. - No hacer la pregunta, sino se conoce bien la orientación. Es decir,


usted debe saber en primer orden, de qué tipo de testigo se trata: parentesco,
enemistad, amistad, oportunista, convidado de piedra, amigo de la parte contraria.

EI abogado defensor no debe hacer una pregunta, cuando realmente no sabe


orientar su accionar psicológico del testigo: las apariencias engañan.

C) Tercera regla. - Es poco recomendable utilizar las preguntas, qué, cuándo, dónde,
por qué y cómo. Debido, a que la respuesta tiende a ser -aunque no siempre-,
descriptiva, además que ofrece al testigo la oportunidad de hablar con prolijidad,
orientado a escapar del control de los sujetos procesales, fundamentalmente del
abogado-defensor.

CAPITULO II

MORAL Y ÉTICA FORENSE

El legislador, antes de iniciar en la ardua tarea de legislar, debe disponer de un alto espíritu
humanitario, y haber adquirido conciencia de la realidad socio cultural. Estos dos
requisitos son indispensables e imprescindibles para el desarrollo de la moral y la ética.
EI ser humano, al no estar imbuido en estos principios y valores filosóficos, dejara mucho
que desear en sus actitudes personales y profesionales.

El abogado forense en vano se lisonjea, creyendo poseer el arte de persuadir a la


audiencia, cuando antes no aprendió a conocerlos a cada uno de las personalidades que
las integra. El debió iniciar, averiguando la personalidad de cada uno de los sujetos
procesales. Solo así podrá utilizar un tipo de persuasión que el grupo organizado requiere

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para hacer bien el trabajo. Alguien dijo en una oportunidad, conócete a ti mismo para
conocer a los demás. Ese principio es hoy de singular envergadura en el desempeño de la
profesión.

El conocimiento le da a la persona humana, fuerza, vigor y un sin número de posibilidades


extensivas en todos los ámbitos, disciplinas y especialidades.

Los teólogos señalan, que el creador es el pensador más completo, capaz de superar al ser
humano. Su idea para con la comunidad es sublime y halagadora cuando el actúa dentro
de los cánones de la bondad y el bien.

El legislador, como el orador forense, no es nato en el desconocimiento de la moral y la


ética; sino que probablemente no supieron asimilarlos en su oportunidad, y cuando
querían optar para su aplicación, carecían del argumento necesario: sus ideas quedaron,
posiblemente, flotando en el limbo.

El hombre o los hombres que se debe de conocer, están precisamente al frente del orador
3 forense, haciendo gala de su presencia física. Ellos requieren del orador, que este los
convenza con sus conocimientos filosóficos, y no solo los conmueva con sus habilidades
legales, que se encuentran en los códigos.

El orador forense es el que pretende alcanzar la justicia, practicándola con equidad y


perseverancia para alcanzarla.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 Álvarez, V. (2007). Oratoria Forense. 1erae Edición. Ediciones Jurídicas. Lima,


Perú, 254 págs.

 Águila. G. (2010). El AEIOU del derecho. Modulo Penal. Fondo Editorial


Egacal. Lima, Perú. 177 págs.

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