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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO
DERECHO DE CONTRATOS

PROFESOR
Dra. ANICETO NORABUENA, ÚRSULA

CICLO
VIII

TEMA
RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL

ALUMNO

TAHUA CELESTINO, FRANK

HUARAZ- ANCASH
2019

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1. RECURSOS IMPUGNATORIOS EN EL PROCESO

Recursos impugnatorios Conceptos básicos Según AGUIRRE M. (2007), Los recursos -


señala Levene (h)- son, los remedios legales, los que son capaces y posibles de
reclamación por las personas que han sido afectadas por una decisión judicial; después
que las autoridades judiciales han invocado su parecer y su punto de vista, creyendo
positivo, pero no lo es para la persona que presenta el recurso. En la doctrina, la
impugnación está considerada como una institución
-y esta se hace extensiva en la legislación-, y haciendo uso de ella, el sujeto procesal,
cualquiera que fuese, incluyendo el Ministerio Publico,31 tiene el derecho de manifestar
su discordancia con la resolución judicial emitida, esa disconformidad lo conduce a la
presentación del recurso.

2. EL INTERROGATORIO EN LA AUDIENCIA

Si alguien se atreve a estar por encima del abogado litigante, es precisamente su habilidad,
la que debe mantener siempre para utilizarla en la repregunta, que a cada instante se
presenta -como si fuese el arma más efectiva de su mortífero arsenal- , en el lugar que se
encuentra. Llegar a ser un experto de esta lid, es realmente en la práctica, una pericia:
alcanzable para muchos e imposible para otros.
El interrogatorio solo se da en la audiencia, claro que no, pero a partir de esa acción,
respondemos a esa inquietud ardua, que no deja de ser importante en el primer orden. Y
este, en su evolución, se pregunta arduamente, ¿Que es el interrogatorio? A esta vivaz
pregunta, no siempre se está en condiciones de poderle responder. Sin embargo,
intentando llegar a dar respuesta, se dice, que el interrogatorio, es el ataque frontal de
alguien contra otro distinto, para asegurar

El interrogatorio es el sable desenvainado, el arma más devastadora y certera que invento


el ser social, similar, y quizá peor que las armas nucleares. Cuando el litigante asiste a
una audiencia tiene la firmeza de quedar bien, solo le quepa algo importante, poner el
índice derecho en el gatillo del arma y esperar el momento para dar en el blanco.

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EI control se realiza directamente al interrogado, para que este, respecto a una pregunta
formulada, no trate de eludir las respuestas; siendo muy común este caso, cuando utilizan
descripciones largas, para confundir al interrogador.

La memoria tiene singular importancia para que el interrogador se dé cuenta


inmediatamente, que trata de confundirlo, al escuchar al interrogado una palabrería.
Aquel no debe permitir, debiendo sus ojos estar fijamente penetrados en este último. A
las preguntas del interrogador, caerán respuestas relevantes, siempre que este sujeto
procesal tenga amplio conocimiento de la materia que interroga.

La velocidad implica, que el interrogador si tiene algo que revisar durante el proceso, lo
hará con una ligereza, antes de que sea sorprendida por el interrogado, que a veces esta
adiestrado para realizar esa acción.

El interrogador presentará una actitud determinada, orientada por su convicción y la


circunstancia; variará la voz, y hará énfasis, cuando así lo amerite la respuesta recibida
del interrogado. Debe saber además, cuándo, dónde y cómo termina el interrogatorio; esto
si es posible establecer, de acuerdo a las respuestas recibidas, a la luz de la realidad
objetiva.

El interrogatorio varía en razón del expediente o la causa; la importancia del mismo, así
como el grado de colaboración que se espera de la otra parte o del mismo patrocinado.
Sin embargo, queda establecida que la pregunta de mayor calidad, de la que se esperan
respuestas idóneas e inteligentes, es precisamente aquella que todavía no se formuló.

La respuesta interrogativa en base a la causa, incrementara su fuerza y su vigor, si la


adherimos a algunas reglas y procedimientos contundentes. Las primeras son las
siguientes:

2.1 Primera regla


No tiene el atrevimiento de preguntar, incorporando la frase: "No hay pregunta señor
Magistrado". Esto sucede, generalmente, cuando el abogado tiene poca experiencia,
o no tiene ninguna. Se oculta en el no tener ninguna pregunta que hacer, cuando en
verdad si la hay. En este caso, es recomendable, que el mismo abogado defensor,

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adquiera valor y confianza en sí mismo, no esperar todavía, que alguien impulse en
él.

Si se pregunta el auto impulso, el abogado defensor está madurando ampliamente en


el ámbito psicológico; posiblemente está en condiciones de poder interrogar a
cualquier testigo que se le presenta en el proceso, mayor razón si este lo beneficie en
el desarrollo de su trabajo forense. En cualquier proceso hay testigos claves y
secundarios, que en su primer momento no es posible advertir. Se requiere,
básicamente, meditar en el objetivo que se ha de pretender alcanzar, no solo para
ganar un juicio, sino también para aprehender las actitudes de los posibles testigos.

El testigo3 3 no solo debe ser conducido por su libre arbitrio, requiere, que se le guíe
por la objetivad. Aquí precisamente sale a relucir, el arte del interrogatorio, que va
en forma paralela a un caso o una causa concreta, v;g.: desfiguración física, a partir
de una mutilación de alguna parte del cuerpo. EI testigo en la celebración de la
audiencia sostuvo que efectivamente vio a dos personas entablar una reyerta, y en
ese evento se produjo la desfiguración de uno de ellos.

2.2 Segunda regla


No hacer la pregunta, sino se conoce bien la orientación. Es decir, usted debe saber
en primer orden, de qué tipo de testigo se trata: parentesco, enemistad, amistad,
oportunista, convidado de piedra, amigo de la parte contraria. EI abogado defensor
no debe hacer una pregunta, cuando realmente no sabe orientar su accionar
psicológico del testigo: las apariencias engañan.

2.3 Tercera regla


Es poco recomendable utilizar las preguntas, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo.
Debido, a que la respuesta tiende a ser -aunque no siempre-, descriptiva, además que
ofrece al testigo la oportunidad de hablar con prolijidad, orientado a escapar del
control de los sujetos procesales, fundamentalmente del abogado defensor.

En la mayoría de los casos -si no es en todos- el abogado defensor busca que el


testigo, responda a su necesidad e inquietud, para que lee favorezca a su causa. Si
está en lo correcto aplaude, de lo contrario lo rechaza. Pues, a medida que usted le

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interrogue de manera correcta, simultáneamente lo está orientando a que se encamine
a precisar el compendio del evento, desde el ámbito de la objetividad. Siempre es
bueno tener las palabras que pudiese mencionar el testigo, ya que no siempre les son
favorables.

Obviamente, como el proceso estuvo avanzado, la aparición de supuestas evidencias,


pusieron en jaque a las autoridades juzgadoras y acusadores. Es decir, se produjo el
contrainterrogatorio. El abogado defensor del occiso, puso toda su atención a tan
delicado problema, el de la conversación donde amenaza de matar. Una y otra insistió
al testigo, haberse equivocado de fecha, que no coincidía con la información que él
poseía. El testigo insistió, en que difícilmente podría equivocarse, y mantuvo su
posición. El abogado -como es de su oficio-, siguió insistiendo en que podría tratarse
de un error de fecha. La Vocalía Colegiada, al no obtener otra alternativa, sostuvo
con gallardía ¡Basta de continuar con el interrogatorio!

El abogado -audaz e inteligente-, con un documento en la mano se acercó al testigo


y con voz enérgica sostuvo. Sea usted sincero, hable la verdad, ya que el Día del
Periodista, Rosendo estuvo fuera de esta ciudad, esto lo compruebo con este
documento (y lo enseña), acto seguido, el juzgador, al observar apabullado al testigo,
se entera del documento, disponiendo inmediatamente anular el testimonio
decepcionado, no solo en forma extemporánea, sino también

3. EL ARTE DEL INTERROGATORIO

En la redactoria como en la oratoria forense, no sola interesa el estilo y la táctica, que es


relevante e importante; pero no es suficiente, requiere de talento estratégico del orador, y
a partir de alii, la práctica del interrogatorio. El orador forense antes de ingresar a la Sala,
o la Oficina del juzgado u otros recintos afines, necesita disponer de un plazo estratégico,
para conocer del método interrogatorio, que lo utilizara para formular a las partes, a los
testigos y a los peritos, en cuanto fuesen necesarios.

EI desarrollo del plan estratégico del interrogatorio, consiste en disponer de preguntas


generales relacionadas con el caso o la causa del proceso judicial en giro y de
interrogantes para cada uno de los sujetos procesales. A los peritos se les puede preguntar

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y/o repreguntar, temas, aspectos, casos concretos, oscilantes entre lo necesario y lo
indispensable, cercanos a las cuestiones hipotéticas y no conjeturales.

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