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Antecedentes de la planificacion de holanda

Los primeros planes de ordenación nacional o Notas, aprobados tras la Segunda Guerra
Mundial, centran sus esfuerzos en la recuperación socio-económica y modernización del
país13. Las estrategias llevadas a cabo desde la planificación urbana para la recuperación
son: la gestión del crecimiento demográfico, la distribución equilibrada de la actividad en el
territorio y el desarrollo y mejora de la red de transporte. En estos Memorándums las
políticas sociales se consideran prioritarias frente a las políticas económicas, de acuerdo
con el principio: la economía se beneficia del progreso social. En este sentido, el IV
Memorándum supone un cambio de rumbo en los planes nacionales de ordenación puesto
que confía en el fortalecimiento económico como estrategia para el desarrollo social. En
este sentido, la IV Nota14 se plantea como un documento abierto, alejado del carácter
finalista de sus predecesoras, basado en los principios de urbanidad y compacidad.

Los Objetivos de la IV Nota son la promoción del desarrollo económico y la consolidación


internacional de los centros urbanos neerlandeses, en un contexto de integración europea
y tercerización económica15. Las estrategias trazadas para la mejora de la competitividad
del país pasan necesariamente por la incorporación de criterios de calidad ambiental, de
acuerdo con la nueva conciencia ecológica. En este sentido, la IV Nota apuesta por la
densificación urbana selectiva, la renovación y equipamiento de los centros urbanos, la
promoción de los sistemas públicos de transporte, para combatir el creciente uso del
vehículo privado y, finalmente, la integración de la ordenación territorial y la movilidad con
el objetivo de garantizar la proximidad de los centros de residencia, trabajo y recreo.

En este contexto, las grandes capitales del Randstad-Holland cobran protagonismo. La IV


Nota incide en el desarrollo de los centros urbanos tradicionales con el propósito de situarlos
en la vanguardia europea. El documento esboza un nuevo orden jerárquico y funcional para
la red urbana neerlandesa. La categoría de cada uno de los centros dependerá del grado
de conexión, a escala local y global, con las redes económicas, culturales y de transporte.
En definitiva, la IV Nota propone la actualización de la estructura poli céntrica neerlandesa
mediante la promoción de los núcleos urbanos tradicionales, especialmente las capitales
del Randstad-Holland, y los puertos logísticos.
Que la vivienda y la ciudad están íntimamente ligadas la una a la otra es una
cuestión que pocos se plantearán, sin embargo, el cómo de esta ligazón parece ser
un tema que se ha presentado a lo largo de todos los tiempos y que ha mantenido
ocupados tanto a arquitectos como a urbanistas.

Cada propuesta dada, cada solución, ha sido el reflejo de una sociedad y un


momento que queda plasmado en la historia de la ciudad en forma de edificios,
calles y barrios. Sólo basta con pasearse por ella para poder ir leyendo su historia,
los problemas planteados por generaciones anteriores y las respuestas dadas a
problemas surgidos en las generaciones posteriores, ya sea con nuevas formas
urbanas o adaptaciones/revisiones de las existentes.

Haciendo un repaso de algunas formas urbanas claramente unidas al tema de la


vivienda de la mano de un país como Holanda, donde “hacer ciudad y vivienda” son
una misma cosa, vemos como han ido evolucionando estos conceptos el último
siglo:
Todo se inicia con una ley de 1901 que exigía a las ciudades la presentación de
planes urbanos concretos para su ampliación. Fué entonces cuando comenzaron a
surgir desarrollos urbanísticos en los que la relación entre vivienda y ciudad iba a
formar la base de su planteamiento. Como en la gran mayoría de las ciudades de
finales del siglo XIX y principios del XX, estas ampliaciones fueron necesarias para
dar respuesta a la necesidad de vivienda dentro de la clase obrera.
Berlage propuso su famosa ampliación en Amsterdam: Plan Zuid (Plan Sur), que se
comenzaría a construir en 1917, donde la composición de los espacios urbanos
jugaba un papel muy importante así como las viviendas que, por su distribución y
planteamiento de fachada, servirían para “educar” a sus habitantes en el uso de la
misma. Esta educación se basaba en la disposición de los ambientes de la vivienda
y la ubicación de las ventanas entre otras cosas, dirigiendo de esta manera el
comportamiento de sus habitantes.
A comienzo de los años ´30 el sistema urbano de Berlage, ese continuo de espacios
públicos, dejaría paso a un nuevo tipo de ampliación: el AUP. Cor van Eesteren y
su equipo de trabajo desarrollarían el plan AUP, también en Amsterdam, sirviendo
sus planos como punto de discusión sobre la “ciudad funcional” durante la cuarta
reunión del CIAM. Van Eesteren era en ese momento el presidente del CIAM.
Más tarde, en los años ´50 se impondría la estructuración barrial en forma de “sello”,
una composición urbana que se repite a lo largo del proyecto y que tenía su origen
en la teoría sociológica del americano Clarence Perry quien definía la Unidad Barrial
(Neighbourhood Unit). En estos sellos se agrupaban bloques de apartamentos y
viviendas bajas en torno a espacios o jardines comunitarios, la vivienda reflejaba a
su vez la composición ideal de la sociedad de ese momento: viviendas para familias
pequeñas, familias numerosas, unifamiliares y ancianos.
También surgieron barrios, e incluso ciudades, basadas en conceptos totalmente
opuestos: si el Bijlmer, barrio a las afueras de Amsterdam, fué realizado en torno al
pensamiento de Le Corbusier con grandes bloques de viviendas situados en un
parque continuo surcado por caminos peatonales a ras del suelo y calles
elevadas; Almere respondía a esta “falta de consideración” por el habitante. Almere
nacía como ciudad polinuclear a comienzos de los ´70 y tomaría como ejemplo la
New Town Peterborough junto a Londres. En Almere cada nucleo disponía de una
serie de servicios básicos para abastecer a sus habitantes y el nucleo central
contaba con aquellos que cubrían las necesidades a nivel urbano.
Cuando el automovil ya formaba parte del paisaje diario y urbano holanés, a
mediados de los ´60, surgió el llamado “woonerf”, en el que las relaciones humanas
formarían el elemento central, siendo la calle el lugar de encuentro y pasando a ser
la circulación del automovil algo secundario.

El woonerf daría a su vez pié al desarrollo del “bloemkoolwijk” (barrio coliflor) en los
´70, siendo Aldo van Eyck el responsable de la base de su concepto. La medida
humana formaba su punto de partida: el plan urbanístico se pensó a partir de la
vivienda, desarrollándose el barrio y la ciudad a su alrededor. “La ciudad como la
casa, la casa como la ciudad” diría Van Eyck.
Los ´90 dieron lugar otros conceptos de hacer ciudad y no ciudad. Entre los
proyectos de ciudad nos encontramos con el llamado “tradicionalismo actual”, con
el que el británico Krier realizó algunos barrios en Amsterdam y bajo el que el
holandés Sjoerd Soeters realizaría algunos proyectos como puedan ser el Java
Eiland o Kastel Lelyënhuyze. También aparecieron proyectos con los que se jugaba
con las densidades de vivienda y los espacios públicos, como el barrio diseñado
por West 8: Borneo-Sporenburg.
Al hablar de la “no ciudad” nos referimos a las zonas VINEX, suburbios a las afueras
de la ciudad implementados de forma centralista por el estado. Con ello se pretendía
dar respuesta a las necesidades del consumidor dentro de una gran variedad de
vivienda, la realidad fué otra: monotonía, falta de servicios, largas carabanas para
salir y entrar en ellos. Actualmente se está revisando el concepto aunque todavía
no se puede hablar de una crítica fundamentada.
Esto ha sido un repaso rápido de cien años de historia urbanística holandesa que
refleja gran parte de las ideas y teorías de la sociedad de cada época. La pregunta
que nos resta es a qué dará pié este nuevo siglo si le echamos un vistazo a los
temas que han ido surgiendo en la última década.

Estamos hablando de temas tan diversos como globales, entre otros la


sostenibilidad/sustentabilidad a nivel de edificio, barrial o incluso urbano; la vivienda
y el entorno multicultural, fruto de la mezcla de culturas e inmigraciones con la que
ya cuenta cualquier ciudad importante o no tan importante así como la revisión de
los barrios de posguerra -que contenían un alto porcentage de vivienda social- que
se está realizando en este momento y que acarrea tanto nuevas soluciones como
nuevas problemáticas.

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