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The fake documentary Outlook ethics false truth
Leda Artavia Rojas
Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva. Para el curso Ética para comunicación. Viviana Guerrero
II periodo 2013
Resumen:
El falso documental es un recurso epistemológico para analizar la crisis de la representatividad de nuestra
época, lo que llamamos documental viene a ser una falsedad, y lo llamado falso documental tiene la tarea de
hacernos ver esto, mostrándonos las mentiras lo más realista posible, apropiándose del lenguaje audiovisual
ética que cae sobre los hombres del realizador quien crea una obra audiovisual para engañar y le pone al
espectador el reto de descubrir donde está la verdad.
Palabras clave: Reflexión, ética, documental, audiovisual, realidad.
Abstract:
The mockumentary is an epistemological resource to analyze the crisis of representativeness of our
time, what we call documentary becomes a falsehood, and called mockumentary has the task of
which refers directly to reality. This article approaches the phenomenon from the perspective of ethics
challenge of discovering where the truth is.
Palabras clave: Reflexión, ética, documental, audiovisual, realidad.
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Definiendo el documental.
Para poder definir que es el falso documental necesitamos entender que es lo no falso, osea el
documental “puro” sin esta hibridación con la ficción que se analizará más adelante.
Al hablar cine de no ficción de inmediato se nos viene a la mente, representación de la realidad ,
diferentes dimensiones, la naturaleza misma del texto, la categorización de la industria y la recepción del
espectador (Nichols, 1991) Más que una definición en este caso nos interesa un valor para separarla de la
ficción y es acá donde Vallejo (2007) propone el concepto de “Pacto de veracidad” que lo plantea como el
elemento distintivo entre el documental y el cine de ficción para Vallejo (2007):
El pacto de veracidad consiste en una negociación de la lectura del film que se
produce entre el espectador y el texto fílmico y está mediada por la categorización asignada
por la industria cinematográfica.
La característica que distingue al documental de otro tipo de cine es la forma de lectura del
un filme como no ficción, como opuesto a la ficción, lleva al espectador a proceder de
distinta manera a la hora de tomar decisiones sobre la asignación de un referente”. (Lyant y
Odin, 1984).
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Así como en la ficción hay un contrato de verosimilitud donde el espectador finge para sí mismo la
existencia de ese mundo que se le presenta como real para poder ser absorbido por el relato, aquí el
realizador debe mantener la coherencia dentro de su mismo diégesis, convencer al espectador de que se crea
su propia mentira, porque bien sabemos que lo que se nos muestra ahí es un mundo falso pero aún así
queremos que se nos engañe de la forma más sublime.
A diferencia de lo anterior en el pacto de credibilidad el documental como explica Vallejo “funciona
sino que le asigna un valor de realidad a lo que ocurre ante la cámara.” De esta forma dice Platinga hay una
línea borrosa entre el documental y el la ficción la cual se presenta en forma de un contrato social entre la
industria o productores del texto que lo nombra de esta forma y comunidad discursiva que ve la película y la
acepta de esta modo.
Entonces podríamos afirmar que la existencia de un documental es dependiente de la presencia de un
espectador que lo decodifique como tal, por lo cual la ruptura del pacto se ve mediada también por la
percepción del texto y el conocimiento de la realidad que este tenga. Esta negociación del pacto, y su posible
ruptura, nos dice Vallejo “dependen de una serie de elementos que han sufrido una evolución histórica, y que
tienen que ver por un lado con las convenciones formales del texto (reconstrucciones, uso de imágenes de
ficción para ilustrar, imágenesmetáfora, manejo de cámara)”.
Estos elementos relacionados con la forma del texto son precisamente las herramientas de las que se
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vale el falso documental para sumergir al espectador al igual que en el contrato de veracidad en el relato y que
sus expectativas de estar observando la realidad no se rompan.
Como el espectador de cine documental no puede olvidar que observa un universo real,
no puede dejar de ser consciente de la presencia de la cámara. En el mundo imaginario
historia que construye el documental, las cámaras existen al margen de que aparezcan o no.
De ahí la defensa de Nichols del modo reflexivo del documental que reconoce sus propios
mecanismos de construcción o las críticas de muchos autores al cine observacional por la
ocultación de dichos mecanismos. (Vallejo 2007).
Reflexión sobre la verdad, a través de la falsedad.
en un texto que como vimos se legitima como documental desde diferentes referentes, podemos empezar a
no ficción, lo llamaremos falso documental, el cual se ubica en una línea casi punteada que deja huecos para
viajar de un lado a otro de ambos géneros.
Es importante como apuntan “Nichols y Plantinga, cada cual desde su propia perspectiva, ambos
autores concluirían que uno de los requisitos del documental, el más básico, es que debe decir la verdad.
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consensuado. Plantinga, por su parte, establece los principios éticos que debe regir la caracterización de los
personajes, es decir de las personas de las que se ocupa el documental.” (Catalá, Cerdan, 2007).
Desde la perspectiva de Nichols y Plantinga (2007) parece no haber espacio para el subgénero del
falso documental, ya que en él no se dice la verdad de lo que se nos presenta en frente de la cámara, pero el
mismo Nichols (1997:97) abre este espacio, al crear dentro de su clasificación lo que él llama el documental
reflexivo en el cual “el acceso realista al mundo, la capacidad para ofrecer pruebas persuasivas, la posibilidad
de la argumentación irrefutable, el nexo inquebrantable entre la imagen indicativa y aquello que representa” se
convierten en el tema de la película.
Desde esta perspectiva reflexividad del texto, el falso documental se convierte en un instrumento
epistemológico, ya que la “verdad” que se nos presenta no es la que esta frente a la cámara sino detrás de la
cámara y expone al espectador a un cuestionamiento que va más allá de verificar el mundo representado como
real, nos dice Nichols (1997) “se trata de un conocimiento hipersituado que se pregunta sobre “la naturaleza
del mundo, la estructura y función del lenguaje, la autenticidad del sonido y la imagen documentales, las
dificultades de verificación y el estatus de evidencia empírica en la cultura occidental” ( Citado en García,
2006 ).
Lo falso se convierte en una búsqueda de la realidad son textos que se preocupan más por el“como”
, la que se inicia con lo que él llama “ la era de la simulación” que se abre a la “ liquidación de todos lo
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y el engaño está donde cuando no se nos dice que el simulacro existe y se pretende mostrar la “verdad” donde
no hay ninguna, a través de símbolos manipulados, creados, legitimados, pactos de veracidad.
Lo real se diluye, queda borroso, escondido tras un magma semiótico. Se trata “de
una suplantación de lo real por los signos de lo real, es decir, de una operación de disuasión
de todo proceso real por su doble operativo” (Baudrillard, 1984: 11). Esta imposibilidad de lo
real ataca la línea de flotación del documental y su pretensión primitiva de enseñar el mundo tal
y como es mediante la imagen recogida por la cámara. Ahí se ubica el banderín de enganche
con la falsificación audiovisual que “denuncia la hipocresía latente tras la supuesta sinceridad
del realismo” documental (citado en Weinrichter,1998: 119). (García, 2006).
Ante la resignificación del lenguaje que le dan realizadores de gran renombre como Welles y su
Fraude (1975),Peter Greenaway en Vertical Features Remake (1978) y The Falls(1980); Woody Allen
con Zelig (1983) y partes de Toma el dinero y corre (1969) o Acordes y desacuerdos (1999); el iraní Abbas
Kiarostami en Close up (1991); u Oliver Stone mediante la inclusión de fragmentos recreados de cine
amateur en su JFK, caso abierto (1991). La realidad se reinventa, queda en manos del realizador recrear esa
verdad que sostenga las cláusulas del contrato de veracidad, que se firma con el espectador, ya que el hecho
de que es falso suele plantearse al final de la puesta en escena o de una forma evolutiva durante el desarrollo
de la narrativa,“el director concibe una realidad verosímil y después busca los ropajes adecuados para que
resulte aceptable”.(García 2006).
El reto retórico que tiene los fabricantes del falso documental está en contar una mentira como si fuera
la “verdad”, pero este engaño debe ser descubierto en algún momento por el espectador, si esto no sucede
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en ningún momento, el ejercicio reflexivo que lo justifica se convierte en un conflicto ético, en un fraude,
pierde su valor epistemológico para convertirse en un ejercicio lúdico. ( Hight, 2001)
Los ropajes que encubren la mentira.
El falso documental se apropia de los elementos del lenguaje que legitiman al género documental para
encubrir la mentira en la que sumerge al espectador, son rasgos propios que se convierten en herramientas
para decir que seestáa narrando una realidad. A continuación se repasan y explican estas herramientas
expuestas por García (2006):
● Herramientas no documentales: guión cerrado y actores profesionales:
Los documentales se caracterizan por un guión abierto donde los personajes, que no son actores sino sujetos
sociales reales en un mundo real, toman decisiones y viven circunstancia que están fuera del control del
herramientas para crear una historia con un principio, un desarrollo y un final, como si sucede en la estructura
básica de la ficción.
● Imitación de métodos estilísticos: El uso de recursos como la cámara en mano, el sonido directo,
de busto, el uso de un narrados omnisciente son solo algunas de los elementos que ha acumulando el
género documental para legitimarse de los cuales se apropia el falso documental con el mismo
objetivo.
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Los falsos documentales también fingen la naturalidad de diversos aspectos narrativos
del documental como, por ejemplo, el conocimiento a través de un narrador omnisciente (los
subjetividad más limitada que en la ficción (la sorpresa ante las revelaciones de violación en
No Lies), el suspense (Aro Tolbukhin, Holocausto Caníbal) o la argumentación acerca del
mundo mediante la exposición de pruebas (aplicable a casi todos los falsos documentales:
propio texto y la propia realización (las declaraciones a cámara de David Holzman o las
o, recreando el peculiar estilo interactivo de Michael Moore, Dadetown). (García 2006)
● Voz en off: Es un referente latente en el espectador al pensar en el documental a pesar de que no
todos los usen. Una voz omnisciente que remite a objetividad y conocimiento puede bien utilizada
puede persuadir al espectador de que aquello que está observando es “verdad”.
imagen para resemantizarla de acuerdo con el nuevo discurso falsificador.
● Recreación de texturas: El desgaste de la imagen, da la idea de un material con un peso histórico,
además de remitir a otros productos documentales a los que podemos acceder fácilmente en nuestra
memoria por la peculiaridad visual de la imagen.
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● Entrevistas: las entrevistas dan fe de una realidad que va más allá de lo que se puede inventar el
esos hechos, presentados en forma de entrevista.
● Presentación a cargo del propio director: El propio falsificador esta siendo parte de su simulacro,
realidad de los hechos observador a través de la cámara como por ejemplo “Rob Reiner presenta su
trabajo sobre un grupo de heavy metal, Orson Welles guía a los espectadores a través del mundo de
Botes y Peter Jackson) explican las grandezas del primer cineasta neozelandés”.(García 2006)
● Intertextualidad: Se trata de inventar, textos, entrevistas, documentos, pero esta invención debe
estar tejida por finos hilos que atraviesen la realidad, no se pude construir sobre bases falsas, al igual
para el creador del texto como para el espectador, ya que es aquí donde se pueden esconder las
claves que descubren el engaño.
Referencias, autores y citas de obras inexistentes. De este modo, los falsos
documentales buscan legitimidad en las opiniones de expertos o en las referencias a
otras obras: falsos títulos e imágenes de películas de principios de siglo en Die
Gebrüder Skladanowsky, supuestos críticos musicales hablando de las bondades del
Spinal Tap o Emmet Ray, referencias constantes a un inventado documental sobre
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Howard Hughes, astronautas en el rodaje del 2001 de Kubrick, fantasiosas leyendas
recogidas en el bosque de Blair.(García 2006)
● Legitimación del origen: Por último se debe buscar la forma de justificar el hecho de la exclusividad
de la información presentada y porque no había sido divulgada antes. Esto tiene más relación con el
de Blair debe ser justificado y dejar claro al espectador las posibilidades reales de que este material
exista.
Al analizar estas herramientas típicamente usadas por los falsificadores, surge la pregunta de si estos
mecanismos están justificados, son artimañas para engañar al fin y al cabo, el conflicto ético cae en los
“la verdad sólo puede asegurarse, en última instancia, por la ética y honestidad del realizador”.
La ética de lo falso
Es interesante como la construcción de una red de mentiras cuya finalidad a simple vista parece ser el
engañar a un público ingenuo y poner a prueba la capacidad creativa de los creadores de estos textos, deja
de ser antiético en el momento en que se permite al espectador ser cómplice del engaño.
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El indagar en eso que esta en la apariencia de lo real, se convierte en el objetivo real del falso
documental. Los problemas éticos que presenta el documental, han sido analizados por diferentes teóricos
entre ellos Nichols quien propone que debería un código de ética que rija a los documentalistas, este código
de ética imaginario, más que resolver problemas intenta justificar manipulación de la realidad y su
reproducción no como copia sino como interpretación del mundo.
Según la teoría del simulacro de Baudrillard, este es el destino y la condición de la
actual sociedad simulacro. En ella domina una mera apariencia de verdad que, además,
esconde que solamente es una apariencia y, así, desvía la atención de la única “realidad” o
es el que oculta la verdad. Es la verdad la que oculta que no hay verdad. El simulacro es
verdad; más radicalmente: cuando se dice que hay verdad, y no simulacro. ( Mayos, 2010).
El falso documental viene a ser esa ruptura, es el bastón que nos guía la búsqueda del simulacro,
ambos sujetos el creador de la mentira como el espectador se les da la oportunidad de redimir sus pecados a
través de este género. El realizador dando acceso a la reflexión a través de su obra y el receptor reflexionando
acerca de lo absurdo de firmar un pacto por estrategias del lenguaje sin interiorizar en el contenido real del
mensaje. “La realidad se inventa y todas las imágenes, en principio, se hacen pasar por reales.” (Vallejo
2006).
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Desde la perspectiva de realizadora se debe ser consciente de la responsabilidad que se asume al
convertir un recurso filosófico en un producto de entretenimiento y no perder el rumbo afanandose en
engaño, que atenta contra la ética del profesional. ( Hoyos, 2009).
condición de ficciones: Los realizadores de fakes tratarán de conjurar el engaño audiovisual
aplicándoles su mismo procedimiento: reactivar la conciencia crítica ante la imagen mediante
otro falseamiento más, evidente e identificable para miradas instruidas; de ahí la importancia
que se le otorga al receptor y a sus competencias interpretativas en este subgénero. (Vallejo
2006).
Bibliografía
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