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Clínica y Salud

ISSN: 1130-5274
clin-salud@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España

MARTÍN FERRARI, L.; RIVERA GAIZTARRO, A.; MORANDÉ LAVÍN, G.; SALIDO EISMAN, G.
Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental
Clínica y Salud, vol. 11, núm. 2, 2000, pp. 231-256
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618250004

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Clínica y Salud, 2000, vol. 11 nº. 2 - Págs. 231-256

ARTÍCULOS
Las aportaciones de los grupos de autoayuda
a la salud mental
Contribution of self-aid groups to mental
health
L. MARTÍN FERRARI*
A. RIVERA GAIZTARRO**
G. MORANDÉ LAVÍN***
G. SALIDO EISMAN****

RESUMEN

El movimiento de autoayuda ha cobrado relevancia en las dos últimas déca -


das, sobre todo en la atención dirigida a personas con enfermedades físicas y
psicológicas. La filosofía que encarnan los grupos de autoayuda reconoce,
desarrolla y estimula el poder de las personas para ayudarse a sí mismas a la
vez que ayuda a otras personas para que también lo hagan. El conocimiento
adquirido a través de las experiencias ya vividas y el aprendizaje de otras distin -
tas sirven de reclamo para los futuros miembros de estos grupos. No obstante
algunas de las características particulares a estos grupos como son la asisten -
cia voluntaria, la heterogeniedad en su composición o la ausencia de una única
finalidad suponen unas limitaciones a los beneficios que pudiera deparar a sus
integrantes. Se subraya la complementariedad de los sistemas formales e infor -
males de ayuda.

ABSTRACT

During the last two decades the self-aid movement has become relevant

* Psicólogo Clínico ADANER


** Psicóloga Clínica ADANER
*** Servicio de Psiquiatría - Hospital «Niño Jesús» - Madrid.
**** Presidente de la «Asociación en Defenda de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia»
(ADABER).

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Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

specially concerning phsycically or psychically ill people. The philosophy of


this self-aid groups recognizes, develops and prompts the power everyone
has to help him/herself, also encouraging people to help others. People are
attracted to these groups because of their knowledge obtained throught expe -
rience. Nonetheless, there are a number of limitations, such as the voluntary
attachment, the heteorgeneity of members or the fact that there is more than
one purpose. These shortcomings can lower the benefits for the members.
The complementary character of formal and informal aid systems is highligh -
ted.

PALABRAS CLAVE

Grupos de autoayuda, Anorexia nerviosa, Bulimia.

KEY WORDS

Self-aid Groups, Anorexia Nervosa, Bulimia.

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L. Martín Ferrari, A. Rivera Gaiztarro, G. Morandé Lavín y G. Salido Eisman

INTRODUCCIÓN res y enfermos que ignoran los


recursos a su alcance, se crea un
En las últimas décadas, el núme- lugar de encuentro de familias afec-
ro de Asociaciones de Ayuda Mutua tadas, en el que se da un intercam-
y de Grupos de Autoayuda han bio de experiencias fortalecedoras y
aumentado de forma notable, tanto donde son compartidos los senti-
por las problemáticas que han dado mientos de duda, desconcierto y
origen a su creación como por el culpa, se logra una superación de
número de personas que han parti- ciertos prejuicios y mitos y se
cipado en los grupos y se han fomenta la sensación de utilidad al
beneficiado de los mismos. Y han brindar ayuda a otros a la vez que
sido precisamente los grupos for- se aprende de ellos.
mados por personas con enferme-
dades físicas o mentales, por los La relevancia que han cobrado
familiares de éstos o incluso por en los últimos años las perspectivas
aquellos que se encargan de su cui- sociales y contextuales del indivi-
dado, los que más han aumentado. duo, la proliferación de los modelos
multicomponentes, donde el indivi-
Desde sus orígenes, estas redes duo es visto en su relación con el
de apoyo y ayuda mutua han encar- entorno y viceversa y el hecho de
nado una filosofía que reconoce, que las repercusiones hayan dejado
desarrolla y estimula el poder de las de ser tan unidireccionales para
personas no sólo para ayudarse a empezar a detenerse en los contex-
sí mismos, sino también para ayu- tos interpersonales, han aumentado
dar a otras personas a ayudarse a el interés por las estrategias de
sí mismas (Hess, 1982). Términos intervención social.
como apoyo, autoayuda o ayuda
mutua han sido utilizados indistinta-
mente para referirse a grupos que ORIGENES Y EXPANSIÓN DEL
confían en redes entre pares o MOVIMIENTO DE AUTOAYUDA
iguales como un medio para enfren-
tarse a problemas específicos, El punto de partida del movimien-
satisfacer unas necesidades comu- to de autoayuda surge en los años
nes y obtener los cambios sociales 40, con la fundación de los grupos
o personales deseados. de Alcohólicos Anónimos (AA), y lo
hace con el único propósito de ofre-
A través de la creación y el desa- cer un medio social como principal
rrollo de estructuras como los gru- instrumento de cambio frente a una
pos de autoayuda se impulsa un enfermedad. Desde entonces, per-
servicio de asesoramiento a familia- sonas con diversos problemas o cir-

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Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

cunstancias vitales empiezan a reu- nal, que no son capaces de


nirse y tratar de fomentar la ayuda responder a las necesidades
mutua. Así, por los años 60 y princi- psicosociales de las personas
pios de los 70, tienen lugar el movi- en dificultad con los servicios
miento de mujeres, en pos de la tradicionales.
promoción y la defensa de la autoa-
yuda y en la toma de conciencia de Entre las distintas Asociaciones y
la identidad femenina, el movimien- Grupos de Autoayuda existentes en
to por los derechos de las personas la actualidad nos encontramos con
con discapacidades, y el movimien- diversos colectivos: madres solte-
to gay. Sin embargo, no es hasta ras, mujeres maltratadas, homose-
los años 70 cuando se produce un xuales, enfermos de sida, familiares
mayoritario interés por los sistemas y allegados de enfermos mentales,
de apoyo social y un reconocimien- enfermos mentales con distintas
to de los efectos positivos que tie- patologías (alcoholismo, adicciones,
nen en la salud física y psicológica depresiones, trastornos de alimen-
de sus integrantes. tación, esquizofrenia, etc.) y grupos
de ayuda para personas con enfer-
Algunos de los factores que origi- medades como la diabetes o el cán-
naron el movimiento de autoayuda c e r, siendo el campo de la salud
aún vigentes en la creación de fisica y mental donde más han
muchos grupos, son recogidos por aumentado estos grupos.
Sánchez Vidal (1991), a partir de
trabajos como los de Schure, Slott- A pesar de la larga tradición de
nick y Jeger (1982), Levine y Per- estos grupos de ayuda mutua, el
kins (1987) y Jacobs y Goodman primer grupo de apoyo para perso-
(1989): nas con trastornos de la conducta
alimentaria no se crea hasta 1974.
1) Afiliación social como tenden- Nace en el Reino Unido, bajo el
cia básica motivacional del nombre de Ayuda a la Anorexia y a
comportamiento humano visto través del Dr. Pat Hartley. Durante
desde la perspectiva psicoso- el primer año se forman 33 grupos y
cial; acuden unos 1000 miembros; pos-
teriormente se exportarían a EEUU
2) Desintegración social y ruptu- y Canadá. En 1976 se forma el pri-
ras o cambios en las redes mer grupo para familiares y en
sociales naturales, e 1989, ambos grupos forman parte
de una organización única, la Aso-
3) Insuficiencias y fallos de los ciación de los Trastornos Alimenta-
sistemas de ayuda profesio- rios, (EDA). En esos momentos, la

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emergencia de estos grupos se unas enfermedades, se agrupan


debe en gran parte a las condicio- para ofrecerse mutuamente apoyo
nes de vacío existente entre las emocional y otros tipos de apoyo a
necesidades y los servicios disponi- través de la acción de compartir sus
bles para el tratamiento de estos experiencias personales vividas y
trastornos. A ello se unen una esca- de intercambiar otros recursos”.
sa experiencia profesional, la falta
de comprensión sentida de parte de Entre los aspectos básicos inte-
los profesionales, los cambios grados en el concepto y funciona-
sociales acaecidos en los últimos miento de estos grupos, recogidos
años, en lo que se refiere al papel y por Sánchez Vidal (1991), se
las expectativas de las mujeres en encuentran:
la sociedad occidental, y los benefi-
cios observados en otros grupos de 1. La mutualidad y reciprocidad.
autoayuda.
2. La experiencia común de los
miembros como criterio espe-
ASPECTOS DIFERENCIALES DE cífico de pertenencia al grupo.
LOS GRUPOS DE AUTOAYUDA
3. El compromiso individual de
Los grupos de autoayuda consti- cambio y de estar dispuesto a
tuyen un sistema de apoyo impor- implicarse como igual en el
tante para enfrentarse a situaciones grupo.
estresantes o a enfermedades y
son definidos como el apoyo acce- 4. La autogestión o autogobierno
sible a un individuo en la relación del grupo ya que tanto el pro-
con otros individuos, grupos o grama como la filosofia del
comunidades que viven situaciones grupo son decididos por los
similares. Según Gerald Caplan el propios miembros.
sistema preserva la integridad física
y psicológica de la persona, crea un 5. El control social que ejerce el
sentido de identidad y proporciona grupo sobre sus miembros
un entorno que permite a la perso- como mecanismo que facilita
na que está teniendo “dificultades el cambio actitudinal y con-
con la individualidad .... desarrollar ductual a través del compro-
una conciencia de su propia exis- miso individual con las normas
tencia única y autónoma”. Borkman definidas por ellos.
(1991) por su parte, los define como
“personas que comparten unas 6. Importancia de la acción que
ideas, unas situaciones de vida o se realiza después de las

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Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

sesiones de grupo y que, en reali- 2. La homogeneidad de los


dad es, el aspecto más importante miembros del grupo. En los
del cambio de los miembros del terapéuticos los miembros son
grupo. escogidos cuidadosamente
tras una evaluación minuciosa
7. La información, guía y orienta- de forma que se mantenga un
ción, y en general la percep- equilibrio que garantice la
ción de apoyo social implícita cohesión del grupo. Los gru-
en la dinámica igualitaria y pos de autoayuda, por el con-
recíproca de estos grupos. trario, están constituidos por
personas con una amplia y
Como se puede observar, entre heterogénea variedad de
éstos y los grupos terapéuticos necesidades así como de cir-
existen similitudes como que ambos cunstancias personales,
valoran positivamente la expresión sociales y familiares.
y puesta en común de emociones,
fortalecen el apoyo, subrayan el 3. La dinámica grupal. Mientras
valor de la afiliación y persiguen el que en los grupos terapéuti-
cambio conductual, sin embargo cos se pone el acento en las
difieren en cuatro aspectos funda- relaciones e interacciones
mentales: entre los miembros del grupo,
representando de alguna
1. La asistencia al grupo. Tanto forma un microcosmos social,
en unos grupos como en otros el grupo de autoayuda pone
la asistencia regular al grupo más énfasis en las experien-
es considerada un factor cru- cias pasadas y las circunstan-
cial para el cambio terapéuti- cias vitales actuales, incluso si
co. Sin embargo, mientras que estas reflexiones no contribu-
en los terapéuticos la asisten- yen a la iluminación de los
cia es obligatoria y en muchos procesos interpersonales den-
casos es una condición sine tro del grupo.
qua non para seguir recibien-
do el tratamiento y ser miem- 4. La finalidad del grupo. En un
bro del grupo, durante un caso es la resolución de con-
tiempo establecido inicialmen- flictos individuales identificados
te, en el grupo de autoayuda, por los miembros del grupo,
la asistencia no es obligatoria, mientras que el objetivo
lo que da lugar a una gran
inestabilidad en la composi- por excelencia del grupo de
ción del grupo. autoayuda es proveer a los

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miembros apoyo, validación e infor- forma que se dote de significado al


mación. No intentan analizar la psi- grupo y a las relaciones que pro-
codinámica individual ni intentan duzca o lo que es lo mismo dar un
cambiar significativamente el fun- sentido al hecho de reunirse, unos
cionamiento de la personalidad motivos iniciales para acudir o
como ocurre en los terapéuticos, lo asistir a él y una participación
que no excluye que la asistencia y acorde con los objetivos que sus
la participación en el grupo tengan miembros se planteen. Levy (1979)
efectos en la autocomprensión y en categoriza del siguiente modo los
el desarrollo de nuevas actitudes y grupos: los que pretenden el con-
comportamientos. trol comportamental (sobrellevar o
manejar conductas problemáticas),
Estas diferencias subrayan la com- los que están orientados a la
plementariedad de los grupos, con supervivencia (p.ej. los preocupa-
respecto a cualquier modalidad tera- dos por cuestiones de discrimina-
péutica existente, reconocida amplia- ción) y aquellos que tratan de faci-
mente en la literatura (Enright, But- litar el crecimiento y la autorealiza-
terfield y Berkowitz, 1985; Enright y ción. La definición que se haga del
Tootell, 1986). Aunque estar en trata- sentido del grupo será el punto de
miento no es condición indispensable arranque y los objetivos plantea-
para acudir al grupo, los monitores dos, lo que se habrá de evaluar a
resaltan la importancia del mismo. La lo largo del proceso grupal. To d o
asistencia es voluntaria y no registra- ello se verá reflejado en la asisten-
da y la composición del grupo por lo cia, el compromiso de los partici-
tanto varía de sesión a sesión. En pantes y las relaciones a las que
contraste con los principios de la dé lugar entre sus miembros y el
terapia de grupo, los miembros de nivel de satisfación con el grupo.
los grupos de ayuda mutua son ani-
mados a desarrollar relaciones entre La mayoría de la literatura existen-
ellos entre sesiones. te sobre grupos de autoayuda para
personas con trastornos de la
conducta alimentaria sugiere algu-
OBJETIVOS Y FUNCIONES DE nos objetivos (Meehan, Wilkes y
LOS GRUPOS Howard, 1984; Roback, 1984; Rubel,
1984; Enright et al.,1985; Kinoy,
Antes de crearse un grupo de 1985):
autoayuda relativamente sólido, los
miembros deben definir los propó- - Ayudar a sus miembros a salir
sitos del grupo y los aspectos que del aislamiento que están vivien-
van a ser objeto de atención, de do y ayudarles a reconocer el

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Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

impacto negativo que tiene en sus mientos especializados e indivi-


relaciones interpersonales; duales resultan demasiado
- Proporcionarle una atmósfera en caros o se encuentran lejos de
la que puedan experimentar, iden- la residencia habitual.
tificar, expresar y validar sus senti-
mientos acerca de lo que les Asi pues entre los objetivos de
pasa, los intentos llevados a cabo estos grupos deben incluirse no solo
para su mejoría y en la que tenga la reducción de síntomas, sino tam-
lugar la motivación al cambio; bién el incremento de la autoestima,
- Fomentar dentro del grupo un la integración social, la honestidad,
espíritu de adecuada empatía, la aceptación y el amor a uno mismo
reconocimiento positivo y auten- y la consecución de habilidades
ticidad, de forma que pueda sociales más eficaces. Según diver-
mejorar su autoestima y apren- sos autores (Caplan, 1974; Kinoy,
dan a ser más flexibles en sus 1985; Hartley, 1988) los grupos
expectativas de ellos mismos y deben promover el manejo emocio-
de los otros; nal, ofrecer una guía en la resolución
- Ayudar a los miembros a com- de problemas y proporcionar feed-
prender la importancia de parti- back al individuo con respecto a su
cipar con el otro en objetivos comportamiento.
comunes y en la reciprocidad de
la ayuda; En cuanto a las funciones de
- Facilitar el reconocimiento de los estos grupos, Levine y Perkins
diversos síntomas y signos pre- (1987) señalan:
sentes en las personas con un
trastorno de la conducta alimen- - Promueven el sentimiento psico -
taria, la naturaleza multicausal de lógico de comunidad. Al estar
los trastornos, y las vías de trata- sentado frente a otras personas
miento de los mismos. que están pasando por circuns-
- Enfatizar que comportamientos tancias similares a ella o que
como la dieta restrictiva, el atra- tienen características comunes
cón, los vómitos y/o la actividad disminuye la percepción de fra-
fisica excesiva son destructivas caso, de aislamiento, de no
y perpetuantes en sí mismas. comprensión y la autoevalua-
- Proporcionar alguna forma de ción negativa.
apoyo terapéutico a personas - Proporciona una ideología que
que no han encontrado benefi- da significado a las circunstan -
cios en los tratamientos a los cias particulares de la vida diaria
que han acudido (ver Garner, que no se ajustan a la norma
1985) o para los que, los trata- ideal. Posibilitan un sentido de

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identidad personal normalizado y a) un contexto grupal no clínico;


reducen los sentimientos de incerti-
dumbre, temor, rechazo y ambigüe- b) una estructura grupal igualita-
dad generados a partir de cómo ria compuesta por personas
sienten que les trata la sociedad. que están experimentando
situaciones vitales similares;
- Proporcionan una oportunidad
para la autorevelación y la críti -
c) un sentido de pertenencia al
ca mutua. El clima de igualdad y
grupo no restringido al tiempo
solidaridad creado en el grupo
de las sesiones;
ayuda a los participantes a com-
partir sus sentimientos y expe-
d) la interacción grupal directa-
riencias animándoles a hablar y mente cara a cara entre los
reconocer sentimientos de fra- miembros y no dirigida a un
caso, culpa, temor... relacionado líder o conductor grupal;
con las experiencias que tienen
en común. e) coherencia entre la ideología y
- Proporciona modelos de con - sistema de creencias de los
ducta. Las actitudes y conductas miembros del grupo y la orien-
positivas que los participantes tación del plan de acción del
expresan a lo largo de las sesio- mismo, y
nes de los grupos de apoyo
sirve de modelo a los demás f) autorresponsabilización por
miembros del grupo. parte de sus miembros en el
- Enseña estrategias efectivas cuidado personal y en las
para afrontar las situaciones coti - acciones y decisiones que
dianas. El contexto grupal facilita toman para responder a las
experimentar nuevas reacciones, situaciones de la vida.
apoyando a los miembros ante
cualquier fracaso y mostrando
alegría y refuerzo ante los éxitos
de sus miembros, aunque estos DESARROLLO DEL
sean pequeños. ACOMPAÑAMIENTO DE LOS
- Proporciona una red de relacio - PROFESIONALES
nes sociales.
Algunas de las condiciones que Como recogen Ta y l o r, Falke,
harían posible la consecución de las Shoptaw y Lichtman (1986), los gru-
mismas, según Katz y Hermalin pos de apoyo dirigidos por profesio-
(1987) son: nales y los grupos de autoayuda
podrían considerarse no como dos

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Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

clases de grupos sino como fases en más que nunca es cuando fomenta
el desarrollo de los grupos basados la interacción de los distintos miem-
en el apoyo social. De esta forma, bros y favorece la consecución de
tras el grupo de apoyo se trataría de las necesidades mencionadas en
cumplir el paradigma de la autoayu- otros puntos de este trabajo. El
da tomado desde los sistemas profe- modelado de las intervenciones por
sionales, al cambiar el objeto de parte del profesional resulta funda-
intervención: de “persona en necesi- mental. Los miembros comienzan a
dad de ayuda” a “persona que puede desarrollar niveles altos de apoyo
ayudar”, reconvirtiendo la experiencia mutuo, cohesión y compromiso gra-
personal de sufrimiento o rehabilita- cias a la asistencial regular al grupo,
ción en un potencial de ayuda para sí la participación activa y la autoreve-
misma y para otros. lación.

Para referirnos al paso de grupo Tercera fase. La coordinación no


de apoyo dirigido por profesionales a solo recae en el profesional sino que
grupo de autoayuda, tendremos en ha de contar con el compromiso per-
cuenta algunos de los estadios des- sonal de cada uno de los miembros.
critos por Coplon y Strull (1983) y las Para ello resulta imprescindible
fases sugeridas por Cristina Villalba recordar los dos principios básicos
(1996): de la autoayuda: la existencia de un
problema compartido y la confianza
Primera fase. Denominado esta- en la ayuda de semejantes. Ser
dio de preafiliación por los primeros. miembro oficial del grupo implica
En esta fase el grupo va a requerir el una convicción común de que las
rol activo del profesional tanto infor- personas no se encuentran solas ni
mativo como formativo. Se dará a han perdido la esperanza, sino que
conocer a los miembros del grupo son capaces, con algún apego, de
las bases teóricas y los principios adoptar cambios positivos en ellos
fundamentales de la autoayuda, la mismos, su comportamiento y su
estructura de las sesiones y las nor- entorno. En este punto de la historia
mas básicas para el buen funciona- del grupo se empiezan a desarrollar
miento del grupo. niveles más altos de cohesión y con-
fianza.
Segunda fase. En este estadio los
miembros empiezan a preocuparse Cuarta fase. Durante este estadio
por las cuestiones de poder y con- los miembros prestan una mayor
trol, por lo que pueden desarrollarse atención hacia sí mismos que hacia
sentimientos de ambivalencia hacia el grupo, y la participación del profe-
el profesional. El profesional ahora sional consiste en facilitar el paso a

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constituirse en grupo de autoayuda. Las normas básicas para el buen


Qué miembros formarían parte del funcionamiento de los grupos reco-
mismo, quiénes serían los monitores gen la confidencialidad, el compro-
y la supervisión a llevar a cabo con miso de no hablar fuera del grupo
los mismos serían los puntos a acla- sobre lo que allí se expresa ni dar
rar. Aunque una duración de seis los nombres de las personas que
meses hasta llegar a esta última están en el grupo a otras personas
fase puede servir de referencia, ésta ajenas a éste; regular las entradas y
podrá variar en función del número salidas de las personas del grupo;
de miembros que hayan asistido con hacer una coordinación rotatoria por
regularidad al mismo y la homoge- la que pasen todos los asistentes de
neidad del grupo. forma que todos tengan oportunidad
para hablar, y recordar que la partici-
pación ha de ser voluntaria.
FORMACIÓN Y DESARROLLO
DEL GRUPO b) Dinámica de grupo

a) Condiciones grupales. Desde un enfoque guestáltico y


siguiendo a Cá y Wainer (1994) se
Las condiciones necesarias para sugieren algunas pautas útiles para
la implementación de una filosofía la dinámica del grupo:
de ayuda mutua con un grupo de
personas que se reúnen por diver- 1) Instar a que los participantes
sos motivos aunque por situaciones compartan su historia o circuns-
muy similares son, por un lado, la tancias desde la experiencia del
presencia de un clima de acepta- “aqui y ahora” aunque sea un
ción, respeto mutuo, comprensión y recuerdo o un hecho pasado.
paciencia y por otro una actitud Es más importante para la per-
receptiva de apoyo al inicio. Al inicio sona en cuestión y para el
serán recibidos de los monitores grupo la comprensión actual de
para luego ser el resto del grupo la experiencia más que un rela-
quien lo preste a los nuevos y entre to detallado de los hechos que
ellos a medida que transcurran las a veces puede ser demasiado
sesiones y aumente su implicación. racional y llegar a aburrir.
En este sentido los monitores deben
saber que la mayoría de las perso- 2) Es importante que las frases
nas que acuden a estos grupos lo que se digan se personali-
hacen con una fuerte necesidad de cen. La formulación imperso-
empatía, educación y empuje. nal tiende a exteriorizar y a
desvincular a la persona de

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Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

sus actos y emociones. Las sesiones pueden tener una


duración de sesenta minutos o de
3) Ayudar a los participantes a noventa y una frecuencia semanal o
que conviertan los adjetivos y quincenal, dependiendo del número
sustantivos en verbos. Por de personas que formen el grupo y
ejemplo es mejor aprender a los recursos disponibles. Realizar
decir “a veces me entristezco, sesiones de noventa minutos, de fre-
o a veces me alegro” que afir- cuencia semanal y formados por un
mar “soy una persona triste o número de entre diez o doce miem-
soy una persona alegre”. bros sería lo más idóneo para grupos
de personas con trastornos de la con-
4) No forzar a los participantes a ducta alimentaria. A lo largo de la
decir algo que no quieren sesión se darán tres procesos distin-
decir y por tanto respetar el tos: uno de revelación que es cuando
proceso de cada persona a la se comparten las experiencias perso-
hora de comunicar lo que le nales vividas durante la semana, otro
pasa y cómo lo vive. No olvi- de escucha y feedback entre los inte-
dar que el apoyo emocional y grantes del grupo y por último un
la confianza en el grupo se resumen de lo acontecido en la
crea, entre otras cosas, con la sesión, procurando terminar con algu-
escucha atenta, el respeto, la na noticia positiva. Al final de la
ausencia de una actitud crítica sesión se podría entregar documen-
y preocupada y de juicios de tación que hubiera solicitado el grupo
valor ante lo que se expresa y les hubiera facilitado el profesional
en el grupo. que supervisa el grupo con los moni-
tores. Durante las dos primeras fases
5) Proporcionar ayuda recurrien- de la sesión, los monitores deberán
do a los propios medios que invitar a los participantes a la interiori-
poseen los participantes del zación, la no teorización de las cues-
grupo. Ninguna persona del tiones que se traten, la escucha res-
grupo ha de erigirse en “tera- petuosa y la participación sin actitud
peuta” o “consejero” de otros de imposición de criterios a los
puesto que se trata de que demás miembros del grupo.
cada miembro del grupo
aprenda a autoabastecerse al d) Los monitores
implementar un cambio y no
aumentar su dependencia. Es conveniente que sean al
menos dos, para un grupo de las
c) Estructura de las sesiones características antes mencionadas.
Uno se haría cargo de la coordina-

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ción de las intervenciones y la inte- su presencia en los grupos, facilitan


racción entre los miembros y el otro la continuidad, consistencia y estabi-
se encargaría de recoger el desarro- lidad de los mismos, sirven de mode-
llo de la sesión por escrito, recordar lo de afrontamiento ante las situacio-
el tiempo transcurrido al monitor nes y dificultades compartidas y
principal y hacer un resumen de la desencadenadas en el grupo y pro-
sesión al final de la misma, incluida porcionan información que puede
la noticia positiva. La atención del ayudar a aliviar y aclarar dudas acer-
monitor principal ha de estar comple- ca de la enfermedad.
tamente centrada en las experien-
cias referidas por los miembros y la Algunas de las estrategias facilita-
expresión de las mismas, y ayudar- doras son:
les a su vez, a centrar la atención en
distintos elementos de su experien- 1) ayudar a los integrantes a
cia, en lugar de en su foco de con- identificar y expresar sus nece-
ciencia habitual, posibilitando una sidades;
nueva reorganización de la experien-
cia y la construcción de una nueva 2) transferir gradualmente la res-
visión de sí mismos en las situacio- ponsabilidad de estas necesi-
nes sociales, familiares o académi- dades desde el “experto” facili-
cas ocurridas a lo largo de la sema- tador a otros miembros del
na. Para ello, el monitor ha de saber grupo;
que el cambio en la conciencia es la
3) desarrollar discrepancias entre
clave para un cambio en la acción y
la conducta presente y objeti-
que la asignación diferente de la
atención es la clave para el cambio
vos más amplios, y entre auto-
de conciencia.
concepto y conducta;
El monitor debe ofrecer seguridad, 4) expresar empatía y aceptación
estar armonizado y adecuarse a las a través de una escucha refle-
posibilidades evolutivas de los com- xiva selectiva, y
pañeros, reconocer el miedo y la
ansiedad implicados en el riesgo a 5) apoyar la autoeficacia, la espe-
cambiar y el dolor inherente a la ranza y el optimismo;
lucha por superar las dificultades. Al
reconocer el miedo al cambio puede 6) fomentar la autorresponsabiliza-
ayudar a las personas a sentirse más ción de los miembros del grupo
seguras, a confiar más en sí mismas en sus procesos de cambio;
y a ampliar así sus habilidades para
cambiar y crecer. Los monitores, con 7) ayudarles a tomar conciencia

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Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

de los recursos y déficits individua- etiquetas; hacer declaraciones mora-


les; les, criticar, predicar o juzgar; formu-
lar cuestiones en cadena; decirle al
8) incrementar la calidad de otro que él tiene un problema o pres-
apoyo emocional e instrumen- cribir una solución o un cierto curso
tal, y de acción.

9) aumentar las redes sociales de En un estudio llevado a cabo por


los participantes a través de la Meissen, Mason y Gleason (1991),
periodicidad de los encuentros los roles apropiados para los monito-
y la continuidad en la asisten- res que dirigen los grupos de apoyo,
cia al grupo. identificados por los participantes,
fueron de consultor, facilitador, inicia-
Algunas de las recomendaciones d o r, investigador, fuente de los
hechas por Treasure y Ward, (1997) miembros, miembro y terapeuta del
para favorecer la motivación de grupo. Hartman (1987) ha descrito al
estos pacientes son: permitirles pre- facilitador con los roles de:
sentar argumentos para el cambio;
partir de las preocupaciones elicita- - Consultor: imparte información
das por ellos; enfatizar la elección sobre los trastornos de la ali-
personal y la responsabilidad para mentación, provee material
decidir las conductas futuras; usar el informativo y asume la respon-
reflejo empático selectivamente; sabilidad.
reflejar los sentimientos, las preocu- - Protector: interviene en casos
paciones y los estados motivaciona- de crisis, asume la responsabili-
les de los miembros; posibilitar la dad de terminar la sesión del
reflexión parafraseando, resumiendo grupo a su hora e interviene en
y confirmando las afirmaciones el caso de que se den interac-
hechas por las personas más que ciones perjudiciales.
haciendo preguntas; ofrecer conse- - Punto de enlace: con otras orga-
jos y feedback cuando sea apropia- nizaciones, informando sobre
do y usar la reestructuración positiva los especialistas a los que se
de las manifestaciones de los puede acudir y proporcionando
pacientes para mejorar la autoestima información sobre el tratamien-
y la eficacia. Por otra parte desacon- to.
seja que asuma un papel autoritario - Modelo: desde su actitud respe-
o de experto en las reuniones; orde- tuosa, genuina y con su habili-
nar, dirigir, avisar o amenazar; pasar dad para expresarse abierta y
la mayor parte de la sesión hablan- asertivamente hacia los partici-
do; entrar en debates sobre posibles pantes y ante la enfermedad.

244 CLÍNICA Y SALUD


L. Martín Ferrari, A. Rivera Gaiztarro, G. Morandé Lavín y G. Salido Eisman

fracaso e inadecuación cuando


el número de miembros se
PROBLEMAS PRÁCTICOS Y reduzca. Con frecuencia, la
POTENCIALES pobre asistencia simplemente
refleja la naturaleza de la autoa-
Por las características de los gru- yuda y la naturaleza de los tras-
pos de autoayuda arriba menciona- tornos de la conducta alimenta-
das, cabe tener en cuenta la posibili- ria –su naturaleza privada y la
dad de algunos problemas en la negación de la enfermedad
dirección y coordinación del grupo y (Crisp, 1967).
la consideración de diversos recur- - Los grupos pueden carecer de
sos para la continuidad, estabilidad y cohesión dado que muchos
beneficios del grupo: miembros acuden tan solo algu-
nas sesiones para luego no vol-
- Tanto los miembros del grupo ver más, afectando al tamaño y
como los líderes deben ser cla- a la composición del grupo de
ros acerca de lo que el grupo sesión a sesión. Incluso, la
puede ofrecer, de forma que las cohesión alta puede en sí
expectativas no realistas, pue- misma crear problemas, ya que
dan ser disipadas. Por ejemplo, los recién llegados pueden sen-
el grupo de autoayuda no puede tirse alienados por el grupo.
necesariamente cambiar la - No es fácil encontrar el equilibrio
sociedad ni la dinámica familiar. entre formalidad e informalidad,
- Los miembros pueden llegar a es decir entre crear una estruc-
ser excesivamente dependien- tura formal mínima para el buen
tes del grupo. Debe existir un funcionamiento del grupo y el
fino equilibrio entre apoyo y clima de confianza y flexibilidad
dependencia. precisos.
- Un pobre liderazgo puede cau- - Algunos participantes pueden
sar problemas. En la medida utilizar el grupo como una ayuda
que el integrante halle dificulta- transitoria, abandonándolo más
des en ciertas áreas o relacio- tarde, una vez vean cubiertas las
nes, se reflejará en cómo él o necesidades con las que acudie-
ella se comporte en el grupo. ron. Por ejemplo, algunos dicen
- La pobre asistencia al grupo haber acudido tan solo para
dado el frecuente movimiento de saber que había más personas
los miembros y la asistencia pasando por lo mismo.
voluntaria e irregular de éstos.
Los líderes de grupo pueden - También puede pasar que, por
experimentar sentimientos de algún tema no previsto, algunos

CLÍNICA Y SALUD 245


Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

abandonen el grupo antes de lo pre- dera que uno de los mecanismos


visto. más poderosos de los grupos es que
- Si el grupo está formado por aquellas personas que ayudan son
quince o veinte personas, lo las que obtienen más ayuda, al obte-
más adecuado es el diálogo ner un incremento en la competencia
directo. Si el grupo es más gran- interpersonal dado el impacto que
de, hay que utilizar otros cana- tenga en la vida de otra persona.
les como por ejemplo reuniones
por subgrupos. Es mejor no En estos grupos tienen lugar una
hacer grandes reuniones o reciprocidad de apoyo entre sus
asambleas, ya que la mayor miembros y una auténtica formación
parte de los asistentes pueden por la acción, pues cada participante
cohibirse y no participar. tiene la oportunidad de aprender
- Es necesario contar con lideres enseñando, de ayudarse ayudando,
de grupo (enfermos que hayan de participar, de ser dueños de su
mejorado sustanciablemente su propia vida experimentando solucio-
situación clínica o/y profesionales nes innovadoras para afrontar los
de la salud mental), que tengan problemas que les aquejan y hacer
experiencia en grupos de autoa- oir su voz (De Zayas, 1995). Dicha
yuda para personas con trastor- reciprocidad tiene como objetivo
nos de la conducta alimentaria; prioritario el mantenimiento o la cre-
contar con una estructura apro- ación de relaciones sociales signifi-
piada para las reuniones y dispo- cativas con repercusiones tanto den-
ner de recursos económicos, tro como fuera de las sesiones.
sociales y humanos suficientes.
Katz (1993), enumera algunas
aportaciones hechas por estos gru-
BENEFICIOS DE LOS GRUPOS pos a sus miembros: ofrecen apoyo,
DE AUTOAYUDA establecen expectativas y normas
de conducta, proporcionan feedback
Los beneficios reportados por los a sus miembros, ayudan a redefinir
sistemas de apoyo social se basan cognitivamente los problemas de
en los diversos componentes implíci- sus miembros y ofrecen la solidari-
tos en las teorías interpersonales de dad de sus iguales, ayudan en la
Cooley, Mead o Sullivan. Las interac- integración del individuo y a cambiar
ciones o intercambios –emocionales su autoconcepto, proporcionan senti-
o afectivos, instrumentales e informa- mientos de pertenencia a un grupo,
tivos-, representan la dimensión establece límites, extiende el poder
comportamental de los grupos de del individuo, capacita a sus miem-
autoayuda. Riessman (1965) consi- bros a compartir y ocupa tiempo.

246 CLÍNICA Y SALUD


L. Martín Ferrari, A. Rivera Gaiztarro, G. Morandé Lavín y G. Salido Eisman

La ayuda mutua, al contrario que das desde los servicios profesionales


otras formas más tradicionales de que fomentan la dependencia y la
ayuda, facilita el desarrollo de la pasividad.
autonomía personal, permite satisfa-
cer necesidades humanas básicas
como las necesidades de seguridad, EVALUACIÓN DE LA
afecto, sentido de pertenencia y EFECTIVIDAD DE LOS GRUPOS
autoestima y promueve la acción
social (Gracia, 1996). Se sustituyen Los estudios empíricos acerca de
los sentimientos de soledad, sufri- esta eficacia cuentan con una breve
miento, retraimiento y de rechazo historia y resultan todavía relativa-
por los de comprensión y aceptación mente escasos. Entre las razones se
de otros iguales y se cubre la nece- encuentra el conjunto de problemas
sidad de actualización personal o que los investigadores deben enfren-
autorealización. tar en el diseño. Las organizaciones
de autoayuda no se encuentran bajo
En opinión de Katz, a diferencia de el control de los investigadores y los
los servicios profesionales, las expe- métodos tradicionales para la eva-
riencias de grupo se encuentran más luación son en general inadecuados
cercanas a la vida cotidiana con su para la evaluación de los grupos de
continuo dar y tomar, su preocupación autoayuda, dado que las característi-
con el presente, en lugar de excavar cas de los mismos plantean retos
en el pasado, y con su potencial para únicos, como por ejemplo:
proporcionar relaciones personales
más libres y espontáneas; la necesi- - El cambio constante de miem-
dad de formar parte de una comuni- bros dada la asistencia volunta-
dad y la importancia de la actividad ria a los mismos, aunque sea
personal, la autoconfianza y el auto- recomendada a regularidad por
control. Como han señalado Wollert, parte de los coordinadores;
Levy y Knight (1982), lo que resulta - La autoselección de los que
esencial para el cambio es la satisfac- acuden y participan en los gru-
ción de importantes necesidades per- pos después de varios meses;
sonales y sociales, la necesidad de - La ausencia de un período pre-
consejo constructivos, la comunica- determinado de participación en
ción empática, la aceptación, la auto- el grupo;
expresión, la comprensión, y el desa-
rrollo del sentido de responsabilidad - La ausencia en numerosas oca-
personal, esperanza, control y senti- siones de un programa determi-
mientos de valía personal. Necesida- nado;
des en muchas ocasiones descuida- - El cambio de actividades, o

CLÍNICA Y SALUD 247


Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

- Los distintos niveles de partici- cos, donde la terapia se encuentra


pación en el programa, etc. definida con claridad y existen reglas
prescritas para la participación en la
Por otra parte, como señala terapia. Una persona puede ser un
Lavoie (1990), los criterios de éxito miembro activo de un grupo de auto-
utilizados pueden ser distintos a los ayuda pero su participación ser irre-
propios criterios del grupo. La asig- gular, o incluso que algunos miem-
nación por azar a las condiciones de bros reciban distintos recursos de
intervención y de control resulta ayuda.
prácticamente imposible y particular-
mente difícil obtener un grupo de Chesler (1991) propone un mode-
comparación adecuado (Cameron, lo donde los miembros participan en
Hayward y Mamatis, 1992). el diseño, implementación y utiliza-
ción de la investigación, y la propia
En esta misma línea, Lieberman investigación se encuentra dirigida
(1989) llama la atención sobre tres no sólo a la generación del conoci-
aspectos relevantes en la evaluación miento, sino también a la generación
de estos grupos: qué evaluar, cuándo del cambio y el logro de las metas
evaluar y a quién evaluar, teniendo grupales (ver Meissen y Wa r r e n ,
en cuenta que las definiciones de 1994). De hecho, entre aquellos que
enfermedad y ausencia de enferme- ven estas organizaciones como
dad utilizadas por los grupos de auto- agrupaciones de apoyo socialmente
ayuda difieren en numerosos casos normativas más que como un trata-
de las categorías tradicionales de miento (Kurtz y Powell, 1987), los
salud mental empleadas en la evalua- efectos típicamente estudiados son
ción. En segundo lugar, y a diferencia cambios en las redes de amistades,
de las aproximaciones terapéuticas identidad, historias personales e
que asumen que las personas aban- incremento en el apoyo social.
donarán el proceso terapéutico una
vez experimenten mejoría, los grupos En lo que se refiere a la investiga-
de autoayuda estimulan el compromi- ción empírica sobre resultados en los
so a largo plazo, donde no pueden grupos de autoayuda para los trastor-
identificarse fácilmente puntos de nos de la conducta alimentaria, ésta
salida claros. De hecho, la pertenen- es tristemente escasa (Estroff, 1982)
cia a un grupo es una forma de devol- y la pregunta a hacerse es ¿Qué
ver la ayuda a otros con un status medida de resultados es apropiada?.
similar y sirve para asegurar la conti- Los estudios de Slade (1983), Block y
nuidad de la organización. Y en tercer Llewelyn (1987), y Franko (1987) se
lugar, los patrones de participación centran en las visiones y satisfacción
difieren de otros modelos terapéuti- de los propios miembros con respec-

248 CLÍNICA Y SALUD


L. Martín Ferrari, A. Rivera Gaiztarro, G. Morandé Lavín y G. Salido Eisman

to al grupo. Sin embargo, aunque información especializada; saber


éste es un resultado válido, es subje- defender los propios intereses acti-
tivo y puede no estar correlacionado vamente y aprender a utilizar los ser-
con otros posibles, o incluso que los vicios profesionales adecuadamente
síntomas estén empeorando progre- (Trojan, 1989; Humphreys y Rappa-
sivamente. La recomendación que se port, 1994; Hartley, 1995).
hace es obtener una visión multivaria-
da de resultados, combinando medi- En el trabajo de Hartley, los gru-
das sintomáticas, de satisfacción y pos son definidos como “muy útiles”
cognitivas. por el 55% de los participantes, reci-
biendo una valoración mejor que
Entre los beneficios deparados cualquier otro tipo de intervención,
por los grupos, los asistentes seña- incluida la terapia de grupo. El autor
lan cambios positivos en el modo de concluye diciendo que la dirección a
enfrentarse al problema; haber adoptar en un futuro es crear un
(re)aprendido a vivir, mejorado la modelo asistencial integrador que
competencia personal y social y las combine ayuda profesional, grupos
relaciones interpersonales; adquirido de apoyo dirigidos por profesionales

Tabla 1
Aportaciones de los Grupos de Autoayuda a sus participantes (Trojan, 1989).

CLÍNICA Y SALUD 249


Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

y grupos de autoayuda tradicionales. lia, previa a, y más frecuentemente


Las características del clima social que de fuentes formales tales como
como por ejemplo el apoyo recibido los servicios de salud mental (Gou-
y el orden o la organización parecen rash, 1978; Veroff, Kulka y Douvan,
ser buenos predictores de la eficacia 1981; Wills y De Paulo, 1991). La
del grupo, evaluado por la estima- búsqueda de los sistemas formales
ción de los beneficios y la satisfac- depende en gran parte de las creen-
ción de los miembros (Perkins, Lafu- cias acerca de la etiología del pro-
ze y Van Dusen, 1994). blema y aparece asociada a la insa-
tisfacción con las fuentes informales
En cuanto a la investigación des- tales como familia y amigos.
criptiva se deberían considerar las
características de los grupos, sus En cuanto a la participación y
métodos, sus miembros y los líderes colaboración de los profesionales en
de grupo. El investigador podría impli- los grupos de autoayuda para perso-
car al grupo en su propia evaluación, nas con estos trastornos, Pat Hartley
de forma que fuera parte de la autoa- (1988) afirma que la implicación del
yuda, eso si teniendo en cuenta la profesional es crucial para la eficacia
posible maximización de los resulta- máxima del grupo siempre y cuando
dos acerca de los beneficios reporta- se preserve la autonomía de los
dos. En los estudios antes referidos, miembros del mismo y la filosofía de
los participantes experimentaban los autoayuda, o lo que es lo mismo, sin
grupos como útiles, proporcionando desvirtuar el control y la responsabi-
un complemento significativo a los lidad de los miembros del grupo.
métodos ortodoxos de tratamiento, Como señalan Cameron et al.
referían altos niveles de satisfación (1992) es importante cierta distancia
de los miembros, y encontraban y autonomía de las organizaciones
apoyo, utilidad y ayuda para la per- profesionales para el adecuado fun-
manencia en la terapia individual. cionamiento de los grupos de autoa-
yuda, así como para lograr el éxito
en la colaboración entre estos dos
COEXISTENCIA DE LOS sistemas de ayuda.
SISTEMAS FORMALES E
INFORMALES DE AYUDA Chutis (1983) señala diversos roles
a desempeñar dentro de una relación
La literatura sobre grupos de auto- satisfactoria con los grupos de autoa-
ayuda indica que las personas con yuda por parte de los profesionales:
problemas psicológicos buscan
ayuda de fuentes informales, tales 1. Organizador en la comunidad:
como amigos y miembros de la fami- estableciendo metas, publici-

250 CLÍNICA Y SALUD


L. Martín Ferrari, A. Rivera Gaiztarro, G. Morandé Lavín y G. Salido Eisman

dad, y logrando la legitimidad del ra no juiciosa; alguna experiencia


grupo en la comunidad. con la dinámica de grupos, y una
apertura a varios estilos de vida y
2. Asistencia técnica: en el desa- modos hacia la recuperación (Ianni-
rrollo de las relaciones con la cello y Tootell, 1985; Kinoy, 1985;
prensa, elaboración de boleti- Enright y Tootell, 1986).
nes, hojas informativas, contac-
tos con otros grupos cívicos. Contar con los profesionales como
facilitadores de grupo conlleva algu-
3. Fuente de legitimización de los nas ventajas:
grupos a través de la transfe-
rencia de tecnología (educa- 1) Su conocimiento incrementa la
ción, formación y supervisión), probabilidad de que las discu-
el asesoramiento y el desarro- siones del grupo contrarresta-
llo de nuevos grupos. rán y no reforzarán los mitos
acerca de la nutrición, el peso
4. Conectando a los grupos con corporal, el autocontrol y los
la comunidad profesional. trastornos de alimentación.

5. Co-líder de grupo: participando 2) Los profesionales están mejor


en las reuniones, proporcio- preparados para identificar y
nando liderazgo, apoyando y remitir a personas cuyas condi-
facilitando información. ciones psicológicas o estado
físico amenaze la atmósfera de
6. Asesor en aspectos de salud apoyo del grupo.
mental: ofreciendo información
acerca de recursos, procesos 3) Los facilitadores deben ser
de grupo, liderazgo y habilida- capaces de dirigir las peticio-
des de ayuda que pueden estar nes de información, feedback y
fuera del alcance del grupo. apoyo a otros miembros tanto
como sea posible, enfatizando
Entre las cualidades más impor- el valor del conocimiento y la
tantes que han de presentar los pro- experiencia de cada uno
fesionales dedicados a los grupos de (Enright et al., 1985)
apoyo se encuentran las siguientes:
madurez; adquirir el compromiso 4) Además los facilitadores pue-
para ayudar a las personas con tras- den proporcionar estabilidad y
tornos de la conducta alimentaria; un continuidad. Uno de los objeti-
conocimiento sólido acerca de éstos vos del grupo de apoyo es
y los servicios locales; capacidad y
disposición para escuchar de mane- ayudar a estas personas a com-

CLÍNICA Y SALUD 251


Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

prender y participar efectivamente grupos de autoayuda. El conoci-


en un tratamiento multidimensional. miento experiencial compartido por
sus miembros en muchas ocasiones
En cualquier caso la integración de complementará el conocimiento téc-
las fuentes formales representadas nico proveniente de los sistemas for-
por los profesionales de la salud males de ayuda.
mental y los sistemas informales de
apoyo consistiría en acercar dos cul- Para la formación y consolidación
turas diferentes, una que busca la fia- de un grupo de ayuda mutua forma-
bilidad que proporcionan algunas do por personas con trastornos de la
reglas formales y procedimientos ruti- conducta alimentaria, la participación
narios y la otra enfatizando la privaci- del profesional de la salud mental va
dad de reglas implícitas y la actividad a ser crucial.
espontánea. Como aseguran Fro-
land, Pancoast, Chapman y Kimboko Su presencia sin embargo ha de
(1981), la combinación de ambas ser acorde con uno de los requisitos
fuentes no resulta un proceso fácil y básicos de estos grupos y es que la
puede que no sea deseable o posible responsabilidad del grupo recaiga en
en numerosas circunstancias. Las los miembros del mismo. En ese
normas de intercambio, la concepción sentido los roles del profesional van
de los problemas y sus soluciones y a ser los de consultor, protector en
las cuestiones de autoridad y respon- momentos que la interacción sea
sabilidad de ambos tipos de ayuda perjudicial, punto de enlace con
son considerablemente diferentes y otras organizaciones, profesionales
potencialmente conflictivas. y tratamientos, y modelo desde una
actitud respetuosa, genuina y aserti-
No obstante, la búsqueda de fór- va hacia los participantes y ante la
mulas para lograr una mejor colabo- enfermedad.
ración y articulación entre estas dos
fuentes de ayuda es sin duda una El sentido que se le dé al grupo y
valiosa línea de trabajo cuyo objetivo el significado del que se le dote
es lograr servicios más comprehen- influirá inevitablemente tanto en las
sivos. relaciones y los intercambios que
vayan a tener lugar como en los
CONCLUSIONES beneficios del mismo. La recomen-
dación hecha por varios autores es
La confianza en la ayuda mutua que los objetivos a plantearse por
que puedan prestarse personas que los miembros del grupo de autoayu-
han vivido situaciones similares da de personas con un trastorno de
resulta la base de la creación de los la conducta alimentaria no debe limi-

252 CLÍNICA Y SALUD


L. Martín Ferrari, A. Rivera Gaiztarro, G. Morandé Lavín y G. Salido Eisman

tarse a la reducción o el manejo de aunque el objetivo final ha de ser


las conductas problemáticas sino constituir grupos de autoayuda que
que debe completarse con otros enfermos con una asistencia y par-
más relacionados con la autoestima, ticipación regular en los mismos,
las habilidades sociales y el bienes- hayan experimentado una notable
tar físico y psicológico en general. mejoría como para poder coordinar
grupos de estas características.
La participación del profesional
va a ser necesaria para obtener la
eficacia máxima de los grupos,

CLÍNICA Y SALUD 253


Las aportaciones de los grupos de autoayuda a la salud mental

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