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Este psicólogo propone que hay tres factores que influyen sobre el desarrollo moral: el desarrollo
de la inteligencia, las relaciones entre iguales y la progresiva independencia de la coacción de las
normas de los adultos. El primer factor, el desarrollo de la inteligencia, es el más importante, ya que
es el que permite a los otros dos actuar.
Piaget intenta en sus teorías explicar el funcionamiento interno de nuestras estructuras psíquicas y
no se contenta con explicar el aprendizaje únicamente a partir de la influencia exterior. Elaboró en
este sentido una teoría del desarrollo y el funcionamiento de la inteligencia, donde defiende la
existencia de fases o estadios en el desarrollo de la misma. Estos estadios dependerían, por una
parte, de la maduración biológica del individuo y, por otra, de la influencia del medio social que
proveería de las experiencias adecuadas para aprovechar esta maduración.
La teoría de Piaget sobre el desarrollo moral propone también la existencia de estadios en el mismo.
Estos corresponderían a los del desarrollo intelectual a partir de los dos años de edad, ya que antes,
según este autor, no podemos hablar de moral propiamente dicha.
De los dos a los seis años los niños son capaces de representar las cosas y las
acciones por medio del lenguaje, esto les permite recordar sus acciones y relatar
sus intenciones para el futuro. Sin embargo, no pueden aún realizar
Primer estadio:
razonamientos abstractos, por lo que no pueden comprender el significado de
moral de presión
las normas generales. Esto hace que las vean como cosas concretas imposibles
adulta.
de variar que se han de cumplir en su sentido literal. Estas normas son, además,
exteriores a los niños, impuestas por los adultos, por lo tanto la moral se
caracteriza en esta fase de desarrollo por la heteronomía.
De los siete a los once años, los niños adquieren la capacidad de realizar
operaciones mentales con los objetos que tienen delante. No pueden aún hacer
generalizaciones abstractas pero se dan cuenta de la reversibilidad de algunos
Segundo estadio: cambios físicos y de las posibilidades del pensamiento para detectar relaciones
moral de entre las cosas. Las normas dejan de ser vistas como cosas reales que tienen su
solidaridad entre origen en una autoridad absoluta y exterior -los adultos- y comienzan a basarse
iguales. en el respeto mutuo entre los compañeros de juego, los iguales. De aquí surge
la noción de la convencionalidad de las normas o reglas de los juegos, que son
vistas como productos de acuerdos entre los jugadores. Surgen sentimientos
morales como la honestidad -necesaria para que los juegos funcionen- y la
justicia. El respeto a las normas se deriva del respeto al grupo y la necesidad de
un cierto orden en el mismo para el mantenimiento del juego, sin embargo, la
aplicación de estas normas y de los conceptos y sentimientos morales es poco
flexible. Las normas no son ya cosas, pero siguen estando ligadas a las cosas y
situaciones concretas, probablemente porque la capacidad intelectual de los
niños no ha llegado aún al desarrollo del pensamiento abstracto y de la
generalización.
De los doce años en adelante los niños sufren cambios biológicos y psicológicos
radicales. Se produce la maduración sexual, pero también una maduración
biológica general que potencia el desarrollo intelectual y moral. Los niños, en
esta etapa, se convierten en adolescentes y sus estructuras de conocimiento
permiten ya las generalizaciones y la realización de operaciones mentales
abstractas. Los conceptos se integran en sistemas de proposiciones y se aprende
a pasar de lo particular a lo general y de lo general a lo particular.
Tercer estadio:
En esta etapa surgen sentimientos morales personalizados, como la compasión
moral de equidad.
o el altruismo, que exigen la consideración de la situación concreta del otro
como un caso particular de la aplicación de las normas. Gracias a esto, la rigidez
de aplicación de las normas y conceptos morales, propia del estadio anterior,
desaparece, completándose el paso de la presión adulta al control individual de
la propia conducta. El adolescente formula principios morales generales y los
afirma de un modo autónomo frente a las normas exteriores. El respeto a estas
últimas se realiza de un modo personal.
2.- TEORÍA DE LAWRENCE KOHLBERG
Kohlberg comparte con Piaget la creencia en que la moral se desarrolla en cada individuo pasando
por una serie de fases o etapas. Estas etapas son las mismas para todos los seres humanos y se dan
en el mismo orden, creando estructuras que permitirán el paso a etapas posteriores. Sin embargo,
no todas las etapas del desarrollo moral surgen de la maduración biológica como en Piaget, estando
las últimas ligadas a la interacción con el ambiente. El desarrollo biológico e intelectual es, según
esto, una condición necesaria para el desarrollo moral, pero no suficiente. además, según Kohlberg,
no todos los individuos llegan a alcanzar las etapas superiores de este desarrollo.
El paso de una etapa a otra se ve en este autor como un proceso de aprendizaje irreversible en el
que se adquieren nuevas estructuras de conocimiento, valoración y acción. Estas estructuras son
solidarias dentro de cada etapa, es decir, actúan conjuntamente y dependen las unas de la puesta
en marcha de las otras. Kohlberg no encuentra razón para que, una vez puestas en funcionamiento,
dejen de actuar, aunque sí acepta que se produzcan fenómenos de desajuste en algunos individuos
que hayan adquirido las estructuras propias de la etapa de un modo deficiente. En este caso los
restos de estructuras de la etapa anterior podrían actuar aún, dando la impresión de un retroceso
en el desarrollo.
Kohlberg extrajo las definiciones concretas de sus etapas del desarrollo moral de la investigación
que realizó con niños y adolescentes de los suburbios de Chicago, a quienes presentó diez
situaciones posibles en las que se daban problemas de elección moral entre dos conductas. El
análisis del contenido de las respuestas, el uso de razonamientos y juicios, la referencia o no a
principios, etc. -se analizaron treinta factores diferentes en todos los sujetos- fue la fuente de la
definición de las etapas. Posteriormente, y para demostrar que estas etapas eran universales,
Kohlberg realizó una investigación semejante con niños de una aldea de Taiwan, traduciendo sus
dilemas morales al chino y adaptándolos un poco a la cultura china.
El desarrollo moral comenzaría con la etapa cero, donde se considera bueno todo aquello que se
quiere y que gusta al individuo por el simple hecho de que se quiere y de que gusta. Una vez
superado este nivel anterior a la moral se produciría el desarrollo según el esquema que
presentamos a continuación.
Nivel III: moral En esta etapa se parte Lo justo consiste en La motivación para
postconvencional o de una perspectiva ser consciente de la hacer lo justo es la
basada en principios. previa a la de la diversidad de valores obligación de respetar
Las decisiones morales sociedad: la de una y opiniones y de su el pacto social para
en este nivel tienen su Etapa 5: derechos persona racional con origen relativo a las cumplir y hacer
origen en el conjunto previos y valores y derechos características cumplir las leyes en
de principios, derechos contrato social anteriores a cualquier propias de cada beneficio propio y de
y valores que pueden (utilidad). pacto o vínculo social. grupo y cada los demás,
ser admitidos por Se integran las individuo. Consiste protegiendo los
todas las personas que diferentes perspectivas también en respetar derechos propios y los
componen la sociedad, individuales mediante las reglas para ajenos. La familia, la
entendiéndose ésta mecanismos formales asegurar la amistad, la confianza
como una asociación de acuerdo, contrato, imparcialidad y el y las obligaciones
destinada a imparcialidad y mantenimiento del laborales se sienten
organizarse de un procedimiento legal. Se contrato social. Se como una parte más
modo justo y toman en suele considerar una de este contrato
beneficioso para todos consideración la excepción por aceptado libremente.
sin excepción. perspectiva moral y la encima del contrato Existe interés en que
jurídica, destacándose social el caso de las leyes y deberes se
sus diferencias y valores y derechos basen en el cálculo
encontrándose difícil como la vida y la racional de la utilidad
conciliarlas. libertad, que se ven general,
como absolutos y proporcionando el
deben, por tanto, mayor bien para el
respetarse en mayor número de
cualquier sociedad, personas.
incluso a pesar de la
opinión mayoritaria.
· Kohlberg realizó sus investigaciones sólo sobre sujetos del sexo masculino.
· Kohlberg usaba dilemas morales hipotéticos, que podrían estar sesgados en su planteamiento
y provocar desviaciones en las respuestas de los sujetos.
· En la escala final del desarrollo moral de Kohlberg las mujeres alcanzaban resultados inferiores
a los hombres.
Ante estas deficiencias, Gilligan realizó un nuevo estudio en el cual los sujetos eran mujeres y los
dilemas que se proponían eran cuestiones reales, como el aborto. El resultado fue el descubrimiento
de un modelo ético diferente al propugnado por Kohlberg. Si éste propugnaba como modelo de
desarrollo moral una ética de la justicia, en los estudios de Gilligan salió a la luz la ética del cuidado.
Gilligan planteó que el problema fundamental de los estudios de Kohlberg fue su limitación a sujetos
masculinos, la cual introdujo una desviación de los resultados motivada por la distinta educación
vital y moral que recibimos los hombres y las mujeres en la sociedad. Los hombres nos moveríamos
en lo formal y abstracto, en el respeto a los derechos formales de los demás, en el ámbito individual
y en las reglas. Las mujeres se moverían en lo contextual, en la responsabilidad por los demás, en
las relaciones y en una concepción global y no sólo normativa de la moral.
A partir de esta concepción, Gilligan elaboró un cuadro del desarrollo moral en el ámbito de la ética
del cuidado que corresponde en grandes líneas al cuadro que propuso Kohlberg en el ámbito de la
ética de la justicia. Aunque formalmente los tres niveles de desarrollo que propone Gilligan se
estructuran sobre la dinámica de los de Kohlberg, su contenido es muy diferente. Esto tiene que ver
con las diferencias básicas entre estas éticas: ambas defienden la igualdad, pero la ética de la justicia
pone el acento en la imparcialidad y la universalidad, lo que elimina las diferencias, mientras que la
del cuidado pone el acento en el respeto a la diversidad y en la satisfacción de las necesidades del
otro. Los individuos de la ética de la justicia son formalmente iguales, han de ser tratados de modo
igualitario, los de la ética del cuidado son diferentes e irreductibles y no deben ser dañados.
Desde este punto de vista se entenderá la diferente orientación que la ética del cuidado de Gilligan
da al desarrollo moral:
Primer
Atención al Yo para asegurar la supervivencia: el cuidado de sí misma.
nivel
La teoría sobre el desarrollo moral de William Kay nos propone una visión del desarrollo moral como
la evolución de las actitudes morales. En la infancia, según Kay, predominan las actitudes cautelosas,
que tienden a evitar el daño y los castigos. Al final de la infancia y durante la niñez, estas actitudes
se sustituyen poco a poco por las autoritarias, en su doble aspecto de obediencia ciega e imposición
no razonada. A medida que avanza el individuo por la niñez comienzan a surgir las actitudes sociales,
que integran al individuo en el grupo al que pertenece, para, al final de la misma y durante la
adolescencia, ser sustituidas por las personales. De este modo, si el individuo ha logrado
desarrollarse armónicamente y sin trabas, al llegar a la edad adulta predominarán en él estas
últimas, las propiamente morales. Las actitudes personales más importantes son, según este autor,
la racionalidad, el altruismo, la responsabilidad y la independencia moral -todas ellas nos recuerdan
a las características del sujeto de las últimas etapas del desarrollo moral según Piaget o Kohlberg-.
5.- TEORÍA DEL APRENDIZAJE SOCIAL
La teoría del aprendizaje social intenta ir más allá de la consideración de la conducta humana como
respuesta a estímulos que hacía el conductismo. El aprendizaje de conductas se produce siempre,
según esta teoría, en un marco social. Esto implica que, además de aprender las normas de conducta
por medio de las reacciones que los demás tienen ante sus actos, los niños adquieren los modelos
de comportamiento adecuados por observación, viendo a los otros actuar. Este último medio de
aprendizaje se ha llamado también imitación o modelado, ya que los niños copian el
comportamiento de aquellas personas que, por su aceptación social, lugar importante en su mundo,
etc., se convierten en modelos de conducta apropiada.
Turiel ha encontrado que los niños pequeños razonan sobre asuntos sociales manifestando una
comprensión mucho mayor de la predicha por Piaget y Kohlberg. Por lo menos desde los cuatro
años, los niños son capaces de discriminar entre acontecimientos y normas sociales de diferente
naturaleza y evaluar la importancia de una norma o la gravedad de su transgresión de acuerdo al
ámbito al que pertenecen. En segundo lugar, el pensamiento social infantil no está dominado
exclusivamente por la obediencia a la autoridad y a las reglas; mas bien, los resultados de estos
estudios muestran que los niños pequeños reconocen límites en el poder de al autoridad y juzgan
de forma crítica sus mandatos.
¿Cómo explica Turiel estos resultados? Según el, la experiencia social del niños es, desde muy
pronto, extremadamente rica y variada. Participa en interacciones sociales que difieren
cualitativamente en muchos sentidos y de las que es capaz de extraer consecuencias diversas. Así,
por ejemplo, hay acciones que tienen un efecto directo en el bienestar o la integridad de las
personas, ya sea favoreciéndolas o perjudicándolas. Otras, sin embargo, no tienen consecuencias
intrínsecas pues su significado depende del contexto. Transgredir esas normas tiene consecuencias
distintas que transgredir las que implican un daño a otro o un acto de injusticia (que, por lo general,
va acompañado de la queja por parte de la víctima y de respuestas sociales mas intensas).
Turiel defiende que el niño, lejos de mantener una única orientación hacia todas esas experiencias,
las interpreta y organiza en tres dominios conceptuales diferenciados: el personal, el socio-
organizativo (o convencional) y el moral, cada uno regido por sus propios principios. El primer
dominio es, como su nombre indica, jurisdicción de cada persona, es el ámbito en el que uno tiene
derecho a elegir o decidir. Desde pequeños, los niños muestran tanto inclinaciones positivas hacia
las personas y hacia las normas, así como conductas de oposición y resistencia a algunos aspectos
de las normas culturales que revelan su necesidad de preservar su propia autonomía en ciertas
decisiones. Así empiezan a construir desde pronto el dominio o jurisdicción de lo personal.
Los dominios convencional y moral remiten a un sistema de regulación de las interacciones sociales
entre las personas, pero difieren en la naturaleza de las relaciones propias de cada uno. Las
convenciones son uniformidades de conducta que sirven para coordinar la vida social pero que son
susceptibles de ser alteradas. Así pues, lo que define el ámbito de las convenciones son las propias
normas consensuadas por un grupo social y, por eso, su variabilidad puede ser muy grande de un
contexto social a otro o de una época a otra. Por el contrario, el ámbito de la moralidad no se define
por el consenso del grupo social: las normas morales priven actos que violan el bienestar, la
integridad y los derechos de las personas y, por ello, no son alterables de un contexto a otro ni
tampoco como resultado de un acuerdo.
Los estudios llevados a cabo por Turiel y colaboradores muestran que los niños empiezan a construir
muy pronto estos dominios de juicio social, evaluando de modo diferente los acontecimientos y
normas morales frente a los de naturaleza socio-convencional. Los progresos mas significativos,
según Turiel, se producen dentro de cada dominio de conocimiento y en la creciente capacidad para
coordinarlos. En otras palabras, si el niño debe evaluar un acontecimiento en el que entran en
conflicto aspectos morales u no morales no es improbable que se centre en un solo aspecto
descuidando otros, y juzgue que la solución de esa historia es, por ejemplo, obedecer al padre. Sin
embargo, esto no significa que el niño no sea capaz de hacer consideraciones morales (como la
injusticia de la decisión del padre) y distinguirlas de otras razones (pragmáticas, como evitar el
castigo; de autoridad, como obedecer; o incluso razones basadas en el afecto, como “lo hace porque
quiere a su padre”). De hecho, cuando se plantean situaciones en las que no hay conflictos entre
componentes morales y no morales, los pequeños son capaces de juzgar las acciones de acuerdo
con el ámbito al que pertenecen. Lo que progresa con la edad, pues, es la capacidad para considerar
los distintos aspectos de una situación y resolver los conflictos que se producen entre éstos.
La teoría psicológica freudiana empieza con el mundo lleno de objetos. Entre ellos hay uno especial,
el cuerpo, que es especial ya que actúa para sobrevivir y reproducirse y está guiado a estos fines por
sus necesidades.
Una parte del cuerpo lo constituye el sistema nervioso. En el nacimiento, este sistema es poco más
o menos como el de cualquier animal, o más bien el "Ello".
El sistema nervioso como Ello traduce las necesidades del cuerpo a fuerzas motivacionales llamas
pulsiones que Freud tambien llamó deseos, que es un proceso primario.
El Ello preserva el principio de placer, que se entiende como una demanda de atender de forma
inmediata a las necesidades.
Por otro lado, existe una pequeña porción de la mente, el consciente, que está agarrado a la realidad
a través de los sentidos.
Alrededor de esta consciencia, algo que era "cosa" se va convirtiendo en Yo en el primer año de vida
del niño. El Yo se apoya en la realidad a través de su consciencia, buscando objetos para satisfacer
los deseos del Ello.
El Yo, a diferencia del Ello, funciona de acuerdo con el principio de realidad, el cual estipula que se
"satisfaga una necesidad tan pronto haya un objeto disponible". Representa la realidad y hasta
cierto punto la razón.
No obstante, aunque el Yo se las ingenia para mantener contento al Ello, se encuentra con
obstáculos del mundo externo. Sin embargo, el Yo guarda celosamente todas estas ayudas y
obstáculos. Este registro de cosas a evitar y estrategias para conseguir es lo que se convertirá en
el Superyo.
Esta instancia no se completa hasta los 7 años de edad y en algunas personas nunca se estructurará.
Hay dos aspectos del Superyo: Uno es la consciencia, constituida por la internalización de los
castigos y advertencias y el otro es el llamado Ideal del Yo, el cual deriva de las recompensas y
modelos positivos presentados al niño.