Está en la página 1de 26

~-----------~

..
_-~_.-.~-----
3(~)~¿) I ¿?
-r
'. C,~.

!/0 '
~,

r':"j
HACSO· Biblioteca
CONOCIMIENTO INDÍGENA
Compiladora Ethel Wara Alderete

la. Edición Ediciones Abya- Yala ÍNDICE


Av. 12 de octubre 14-30 yWilson
Casilla 17-12-719
Tele[: 2562-633/ 2506-267/ 2506-251
Fax: (593 2) 2506-267
Esmail: editorial@abyayala.org
htpp//:www.abayayala.org

rCTER

Lavalle 333

S.S. de Iujuy

Argentina 4600

Tel/Fax: 54-388-4236139 int. 126

e-rnail: icter@dass.ucse.edu.ar
Los pueblos indígenas en el contexto global
Página web: www.icter.com.ar
Ethel (Wara) Alderete . 5

Diagramación: Ediciones Abya . Yala


Diálogo intercultural. La afirmación de las identidades mas allá
Quito-Ecuador
de las fronteras
Stefano Varese . 15
ISBN: 9978-22-.386-X

Impresión: Producciones digitales


Una aproximación filológica para entender las luchas por la
Abya-Yala
autonomía Ayllica
Guillermo Delgado-P. . 53
¡
Impreso en Quito Ecuador, febrero 2005
El ayllu: una alternativa de descolonización
María Eugenia Choque . 59
",,::- ....,

• I ····1
1. ~.
~,.& -
r
u.J...
"A' r.
- . . ' . :..
..... ( La formulación de un programa de investigación en salud por
y para los pueblos indígenas .
l 1
¡~ ~.. (." 11
Ethel (Wara) Alderete " .
.. v t~:...11..:_c6.::200.~L ..._......

71
RE•• t. U025374 e.rrra; <1"56'0
CUT, '1l {,\ L¡- • ...j). • . __ .. Construcción de conocimientos y cuidado de la biodiversidad
Mario Rabey ' . 89
BIBlIOTECA - fLAC~ . • .. : : Ab~:- ~a'o.
r

Un "'-""'..,-~;,}.".,
12 IllIroduccíÓIl

FLACSO - Biblioteca
OMS/OPS
1995 Toward a Coniprehensive Approach to Health Guidelines for Re­
DIALOGO INTERCULTURAL.

search with Indigenous Peoples. 'vVorking Group on Research, 29 LA AFIRMACIÓN DE LAS IDENTIDADES

November - 1 December 1995. Washington DC, Pan American MAS ALLÁ DE LAS FRONTERAS

Health Organization.
Psacharopoulos G, Patrinos HA, eds.
1994 Indigenous people and poverty in l.atin America: An empirical Organización de los Estados Iberoamericanos y el

analysis.. Washington, DC, The World Bank. Colegio de la Frontera Norte"

Williams CH
1995 "Globallanguage divisioris" In: Unwin T ed. Atlas of world
development, London, Wiley.
Stefano Varese **
Universidad de California, Davis

Un prólogo

Utilizo, y aplico a los pueblos indígenas de Latinoamérica, el tér­


mino de origen griego y de tradición judeo-cristiana de "diáspora" en
su sentido literal de dispersión geográfica del pueblo y, por lo tanto, co­
mo concepto que define a pueblos que residen lejos de sus territorios
ancestrales. La noción de diáspora incluye, sin embargo, la connota­
ción de que la residencia en territorios lejanos del propio no es volun­
taria y de alguna manera es resultado de presiones y hasta violencias
ejercidas por pueblos, comunidades o clases distintas a la propia. Así la
sociología ha aplicado el término de diáspora a los millones de afro­
americanos que desde el siglo XXVI fueron forzados por los europeos
al exilio y a su dispersión por todo el con tinente.

Se sabe que procesos paralelos de despoblamiento (holocausto


biológico, violencia armada y sobre explotación laboral), dispersión y
reconcentración demográfica fueron sufridos por los pueblos indíge-

Este ensayo se basa en gran parte sobre una ponencia que presenté en el Coloquio
Nacional sobre Políticas Públicas de Atención al Migrante que se realizó en Oaxaca
los días 7 y 8 de Mayo de 1999 bajo los auspicios del Gobierno del Estado. Colo­
,~ quio Nacional sobre Políticas Públicas de Atención al Migrante. Memoria. Oaxa­
ca, Gobierno Constitucional del Estado, 1999.
** Departrnent of Native American Studies, University of California, Davis, svare­
se@ucdavis.edu.

1
n
14 Stefano Varese
'.oT· ~~ ~t':; (1,"1'~'~ f~·
La aJlrmación de las identidades mas allá de las fronteras 15

nas del continente a lo largo de cinco siglos de colonialismo, post y Ecuador en los Estados Unidos. Europa y Japón, mapuches de Chile en
neo-colonialismo. Sería por lo tanto ingenuo de mi parte proponer que Inglaterra, Europa y Estados Unidos, mayas de Guatemala en varios re­
el fenómeno de la diáspora indígena se manifiesta como rasgo privati­ giones de los Estados Unidos y finalmente millares de otros indígenas de
vo de la modernidad, de la post-modernidad y de la globalización de la Centro América y México pertenecientes a decenas de grupos etno-lin­
economía política. Existen, sin embargo diferencias substanciales entre güísticos indoamericanos. En este trabajo voy a analizar el caso de los in­
el fenómeno diaspórico que produjo la economía capitalista de la colo­ dígenas del Estado de Oaxaca, México, como un ejemplo del impacto so­
nia y del periódo republicano tardío y los masivos desplazamientos po­ cial, polítco, económico y cultural que está teniendo el fenómeno de la
blacionales indígenas que se dan a partir del período que se inicia al fi­ globalización (o mundialización como prefieren denominarla en Europa)
nal de la Segunda Guerra Mundial. en los pueblos indígenas de Latinoamérica. Los indígenas oaxaqueños
que migran de manera masiva y circular a los Estados Unidos desde los
La "Pax Americana" que sustenta la expansion internacional,
años'40 constituyen un caso de estudio excepcional para analizar todo el
transnacional y transfronteriza del capitalismo tardío no sólo produce la
complejo corolario de cambios socio-políticos y culturales que está pro­
globalización del capital y de la tecnología sino que provoca, a pesar su­
duciendo la migración transfronteriza en el marco de la globalización
yo, la movilización y la transnacionalización de la fuerza de trabajo. Co­
muneros indígenas del Perú que durante la colonia eran deplazados por
la "mita" desde sus comunidades hasta las minas de Potosí, o los indíge­ Algunas Premisas
nas mesoamericanos que salían de la meseta central de México para ter­
minar en las minas de Zacatecas o en los presidios de California, consti­ 1­ La migración transnacional de los indígenas oaxaqueños se in­
tuían una premonitoria y relativa excepción en la economía capitalista de erementa y estabiliza partir de la expansión de la globalización a
la época. La mayoría de los pueblos indígenas andinos y mesoamericanos fines de los años setenta.
permanecieron en sus comunidades agrarias rurales vendiendo su fuer­ 2­ En los espacios nacionales la globalización se manifiesta a través
za de trabajo estacionalmente a las haciendas y plantaciones regionales y de reformas constitucionales e institucionales del estado que im­
manteniendo, sin embargo, una residencia comunal permanente y trans­ plican el desmantelamiento progresivo del "estado de bienestar
generacional. La disciplina antropológica hizo de este tipo de comunidad social", la creciente presión hacia la privatización de la infraes­
rural indígena 'estática' su unidad analítica principal hasta transformarla tructura productiva y de las tierras de uso social (comunidades
en paradigma socio-cultural 'esencializado' de la totalidad de los pueblos indígenas y ejidos), la anulación de los créditos agrícolas y la
indios. Es a partir de la década de los '50 que con la creciente expansión desvinculación del estado de los programas de desarrollo rural.
del capital nacional y transnacionallas regiones rurales indígenas sienten 3­ Uno de los resultados esperados de estas reformas del estado y
el impacto de la alteración del mercado laboral e incrementan masiva­ de sus relaciones con los sectores indígenas y campesinos es la
mente la migración campo-ciudad, comunidad-hacienda o agroindus­ mercantilización de la tierra y de los recursos comunales a tra­
tria, comunidad-mercado laboral transnacional. vés de los atractivos de su privatización y venta. A partir de la re­
forma del Art. 27 de la Constitución y de su implementación
Hoy en día el panorama continental de los pueblos indígenas nos económico-política (1992), sin embargo, no se ha dado el espe­
presenta una serie de comunidades diaspáricas o comunidades indias en rado proceso de mercantilización y renta de las tierras indígeno­
el exilio tanto en países limítrofes de su propia nación de origen así como campesinas.
en países muy lejanos. Hay aymaras y quechuas de Bolivia en Argentina y 4­ A las acometidas económicas y político-estructurales, las comu­
Chile, hay quechuas del Perú en los Estados Unidos (pastores de la Sierra nidades indígenas de Oaxaca responden aferrándose aún más a
Central peruana en Wyoming, Utah, Nevada y California), quichuas de la propiedad comunitaria y reafirmando su ciudadanía comunal
16 Stefano Varese La afirmación de las identidades lilas allá de las [renteras 17

indígena fundada en la posesión colectiva de! territorio y el de­ ral" primordial. "Les grupos migran -señala Appadurai (1991:191),1 _,
recho al ejercicio de jurisdicción comunal sobre el mismo. se reagrupan en nuevas localidades, reconstruyen sus historias y recon­
5- El incremento de la migración indígena rural-urbana y transna­ figuran sus 'proyectos' étnicos. El etnos en etnografía toma una calidad
cional es parte de una estrategia de sobrevivencia de la comuni­ resbaladiza, des localizada. Los grupos ya no están apretadamente terri­
dad que no implica el abandono estructural del territorio ni una torializaclos, espacialmente amarrados...". Los procesos simbólicos y
desterritorialización permanente. Las ausencias temporales de concretos de desterritorializacion y re-territorialización parecen vol­
los migran tes transnacionales parecen reforzar el sentido de te­ verse el eje de la dinámica de reproducción cultural de las diasporas ét­
rritorialidad y "ciudadanía comunal-territorial" tanto en lo mi­ nicas y nacionales. Para millones de ciudadanos del mundo, de indíge­
grantes como en los que se quedan. No hay indicios evidentes nas americanos, mexicanos y oaxaqueños el ámbito territorial que sir­
que la migración transnacional esté causando la disolución es­ vió de andamio cultural y cosmológico, de paradigma inmanente al
tructural-territorial de la comunidad. Esta es una hipótesis que que se remitía toda celebración de continuidad social, se ha globaliza­
hace falta investigar y cuantificar. do por efecto de la comunicación, de la migración, del retorno, de la bi­
6- La Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del focalidad y multi-focalidad de vida de los que migran cíclicamente y
Estado de Oaxaca (Decreto No. 266 del 16 de Junio de 1998) es están involucrados existencialmente en uno, dos, múltiples espacios
prueba del éxito de las luchas persistentes de los pueblos indíge­ culturales, viviendo vicarialmente en todos a la espera de vivir plena­
nas por volver a ganar el control de sus territorios y recursos así mente (y finalmente de morir) en el propio espacio de los primordios.
como su plena competencia jurisdiccional. Es importante notar
que esta ley de protección territorial y auto-determinación indí­ El espacio territorial globalizado, sea éste e! de una comunidad
gena fue lograda como resultado de la lucha organizada de las Mixteca, Trique o Zapoteca de la Sierra Madre del sur de México o de
comunidades y pueblos indígenas durante un período en que e! Fresno o de Los Angeles, se está tornando siempre más en un escenario
nivel de migración a los Estados Unidos, y a las zonas urbanas y de flujos, de tránsitos y temporalidades cíclicas cuyo ritmo dependen
agroindustriales de México, estuvo en franco aumento. siempre menos de la naturaleza autóctona y siempre más de las fuerzas
7- Estos hechos parecen indicar que la globalización - y la migra­ inescrutables del mercado. La experiencia de la localidad se vuelve por
ción transnacional como una de sus una consecuencias- en vez lo tanto experiencia de tránsito, de precariedad, de incertidumbre.
de desterritorializar a la ciudadanía indígena la vuelve a radicar
y a territorializarla. La globalización enraiza lo local dándole En la voz del poeta Zapoteco Víctor de la Cruz: "El exilio es difícil
en su comienzo, pero una vez que empieza es aún más difícil que termine;
nuevo sentido a la pertenencia étnico-comunal.
y así los exiliados iremos de pueblo en pueblo en busca de ese lugar que
nos detenga, nos dé raíces, ramas y frutos" (de la Cruz, 1983: 19). Pero ¿por
1. Pueblos indígenas y globalización
qué el exilio? ¿Por qué el destierro? Es la clesterritorialización, el cuestiona­
miento de la estabilidad primordial del propio espacio hi.storico "natural"
Desde mediados de los años '80 los análisis de la post-moderni­
y social causado por los últimos embates del proyecto globalista lo que es­
dad han insistido en señalar que la creciente expansión de la globaliza­
ción como consecuencia "lógica del capitalismo tardío" (Jameson, tá causando el éxodo circular masivo de los campesinos indigenas de Amé­
1984) es acompañada por un relajamiento de la cultura y la política po­ rica y para nuestro caso de Oaxaca? Me parece ingenuo y ahistórico pro­
pular de la territorialidad. Nociones más dúctiles y moldeables del re­ poner que destierro, exilio, deportación económica, migración, "interna­
cionalización" territorial, imperialismo espacial y ecológico y, en una pala­
ferente territorial parecen tomar la primacía en la reproducción cultu­
bra, el desmantelamiento de! cosmos espacial/cultural indígena para so­
ral y en la reconfiguración de identidades étnicas que antes de la diás­

l
pora se conciben casi siempre al unísono con el propio espacio "natu- metimiento de sus pueblos, sean fenómenos recientes del "nuevo orden
18 Stefano Varese La afirmación de las identidades mas allá de las [renteras 19

mundial': global o neo-imperial. La historia, como se sabe, empezó mucho satélite, videocaseteras, comunicación por "internet", telefax y
antes y con otros nombres, pero con contenidos muy similares. radios en algunas de las las comunidades indígenas del hemisfe­
rio. Hay antenas parabólicas en las sierras de Oaxaca. El caso
2. Nuevas tierras para viejos destierros más notorio y paradigmático es el de los insurgentes zapatistas
(o acerca de la neo-globalización) mayas de la Selva Lacandona cuyas caras enmascaradas aparecie­
ron en todo el mundo el día dos de enero de 1994 gracias a la ca­
El espacio indígena, de hecho, se globalizó en el siglo XVI. Y de dena televisiva CNN y cuyos comunicados poético-libertarios
violencia en violencia nunca más ha visto "el retorno de sus dioses", sal­ llegan en tiempo real a todas las computadoras terminales via
vo en los esporádicos y mal historiados episodios que lograron recupe­ Internet y World Wide Web. Pero hay las anécdotas más modes­
rar breves autonomías locales o margenes más amplios de soberanías tas de la dirigencia indígena mapuche del sur de Chile que se co­
étnicas. La conciencia de la ruptura, de la intrusión, del desmembra­ munica por fax con las oficinas de gobierno en Santiago, o el di­
miento y de la dispersión del cuerpo social y cósmico indígena aparece rigente Quichuaruna de la CONFENIAE en Ecuador que viaja
con toda claridad en las narraciones y anales indígenas del Taki Onqoy, con su computadora "laptop", modem y conección de e-rnail, o
de Inkarri, de Huamán Poma de Ayala, del Inca Garcilaso, de BIas Vale­
los Kayapó de la selva brasileña que usan la videocasetera para
ra, del Chilam Balam, de los Anales de los Kaqchiqueles, y de todas las li­ denunciar ante la comunidad internacional y el gobierno de
teraturas indígenas americanas del siglo XVI en adelente. Brasil los abusos de los invasores de sus tierras.
¿Qué es lo que ha cambiado para los pueblos indígenas de las 2) Un segundo punto distintivo: los pueblos indígenas forman ya
Américas y de Oaxaca en esta fase tardía del capitalismo global? ¿Qué parte del creciente movimiento de la sociedad civil mundial que
hay en estos procesos de desmontaje y reestructuración espacial cultu­ está articulando respuestas "desde abajo" a la globalización im­
ral conducidos por las manos ocultas de la economía política de las cor­ puesta desde arriba.
poraciones transnacionales que no haya sido ya vivido por los indígenas
durante los últimos cinco siglos de sujeción? Formulada de otra mane­ 3) Los eventos de las últimas décadas de este siglo han demostrado
ra la pregunta es: ¿Cuáles son las nuevas condiciones de vida, de cultu­ tanto en Latinoamérica como en otras partes del mundo el fin
ra, de identidad indígena que se dan al otro extremo de la larga y tortuo­ de la ilusión y ficción nacionalitaria integracionista. Estamos
sa pirámide de explotación económica y opresión étnica instaurada por asistiendo a los últimos estertores de un modelo de estado-na­
el colonialismo hace cinco siglos, refinada por siglo y medio de capita­ ción asimilacionista que es incluso obsoleto para el nuevo pro­
lismos nacionales neo-dependientes y finalmente re-articulada a escala yecto del capitalismo global.
mundial por el capitalismo avanzado de las corporaciones globales?
4) El fin del nacionalismo asimilacionista va acompañado de la cri­
Vaya intentar una primera respuesta parcial antes de desarrollar sis del nacionalismo de estado y del resurgimiento de los "nacio­
de manera un tanto descriptiva las características de la neo-globaliza­ nalismos" locales.
ción indígena.
5) La proliferación de nacionalismos étnicos y autonomías regio­
1) Claramente el rasgo distintivo radical de la globalización con­ nales, aún en sus desafortunadas vertientes más fundamentalis­
temporánea constitutiva de la modernidad (y post-modernidad) tas y dogmáticas, ha creado un ambiente político-cultural que
frente a la "internacicnalización" de los períodos previos se en­ favorece los procesos de redefinición de las identidades étnicas
cuentra en el crecimiento inaudito, masivo, omnipresente de la indígenas en términos autónomos y soberanos.
comunicación de masas. Hay antenas parabólicas, conección vía
, 20 Stefano Varese

3. El contexto de la migración
La afirmación de las identidades mas allá de las fronteras 21

Guatemala. Miskito y garifunas de Nicaragua y Honduras. quichua y


f; quechua del Ecuador y Perú, mapuches de Chile.
A partir de la crisis económica de México de principios de los '80
un número creciente de indígenas ha ido engrosando las filas de mi­ La pregunta que cabe hacerse es ¿por qué ha habido un aumento
grantes mexicanos a los Estados Unidos. La población de migran tes masivo de migran tes indígenas a los EU? ¿Cuáles son las "nuevas" cau­
mexicanos indocumentados en los EE.UU. se estimaba en 1.9 millones sas que condicionan esta migración? ¿Qué características tiene la migra­
en 1994, con un promedio de 7,000 a 9,000 pasos fronterizos indocu­ ción indígena frente a la migración mexicana tradicional¿ ?cómo impac­
mentados por día en la frontera México-EE.UU (Barry, et al. 1994,27 ta esta migración tanto al proceso general de migración transnacional
Y 129). como a las comunidades indígenas de envío de los migrantes? Hay ne­
cesidad de reconfigurar nuevas políticas nacionales y bi-laterales en re­
El cálculo de la porción indígena de esta población de migrantes lación a esta migración que tiene características étnicas particulares?
indocumentados es sumamente precario y se basa en estimaciones he­
chas recientemente por un equipo de investigación bajo la coordina­ Me parece que la nueva migración indígena transnaciorial nos
ción de Michael Kearney (Runsten & Kearney 1994; Zabin, Kearney et presenta con grandes desafios para la imaginación sociológica y con
al. 1993). Se estimaba que a mediados de la presente décadahabía en exigencias de soluciones creativas en los campos del desarrollo social y
los campos agrícolas de California entre 20,000 y 30,000 indígenas mix­ económico, en el área de los derechos humanos de tercera generación
tecos trabajando como jornaleros, es decir entre el 5% y el 10% de la yen el ámbito del apoyo solidario a la emergencia de nuevas formas de
fuerza laboral agrícola de California. Para 1998 podemos estimar que a comunidades locales y globales al mismo tiempo y, en consecuencia, a
nivel de todos los EE.UU. puede haber entre 130,000 y 250,000 indíge­ nuevas reformulaciones del concepto y práctica de ciudadanía. La mi­
nas mexicanos trabajando en los campos agrícolas, en las industrias gración transnacional de indígenas mexicanos forma parte del gran fe­
empacadoras, en varios tipos de plantas manufactureras yen los distin­ nómeno finisecular de las "Diasporas Indígenas" de América y de otras
tos tipos de servicios urbanos. Las áreas geográficas de mayor concen­ partes del llamado mu-ndo en desarrollo (el tercer mundo de hace unas
tración de los migrantes indígenas Son la costa oeste de los EE. UU. es­ décadas, o el mundo periférico) que expresa con gran fuerza simbólica
pecialmente los estados de California, Oregon y Washington, parte de uno de los mayores efectos de la "globalización forzada desde arriba"
los estados del suroeste y sur como Arizona y Texas, el estado de Flori­ (R. Falk). Hay razones de reestructuración de la economía global que
da, los estados del sureste como Georgia y las Carolinas, las ciudad de tienden a presentarse como las más importantes para explicar estos fe­
Nueva York y Chicago y en los estados de Illinois, Iowa, Colorado e in­ nómenos, y hay razones fundamentalmente políticas que tienden a ser
cluso Alaska. invisibles en los análisis macroeconómicos favorecidos por las ciencias
sociales neo-liberales. Las primeras razones causan deportación econó­
Solamente en el Estado de California en la actualidad se hablan mica, las segundas deportación y exilio político. La deportación econó­
80 lenguas además del inglés. A estas lenguas "extranjeras" hay que aña­ mica requiere de reformas y reestructuraciones en el campo de la eco­
dir unas docenas de lenguas indígenas de los Estados Unidos y más de nomía y justicia social; la deportación política requiere de profundos
una docena de lenguas indígenas ele México, Guatemala, América Cen­ procesos de democratización en los niveles nacionales, regionales y lo­
tral y Sudamérica. En una prospección ligera que realizamos hace pocos cales. Es obvio, sin embargo, que la injusticia social, la explotación eco­
años (Varese, 1994) detectamos representantes de los siguientes grupos nómica y la pobreza están acompañadas inevitablemente por ausencias
indígenas en California: pure'pechas, chinantecos, rnixtecos, zapotecos, democráticas y carencias fundamentales en mecanismos de participa­
triques, nahuas, otornis, mayas yucatecos, tzeltal, tzotzil, mam de los al­ ción política.
tos de chiapas, de méxico. kankobales, quichés, kak'chiqueles, ixil, de
22 Stefano Varese La afirmación de las identidades mas allá de las fronteras 23

Saskia Sassen, experta en los fenómenos de la globalización, afir­ que entender la historia de la migración de los mexicanos a los EE.UU
ma que la reestructuración global llevada a cabo por las grandes empre­ y la historia reciente de la migración indígena. O como diría Marx: "Pa­
sas transnacionales, los gobiernos de los estados centrales, los organis­ ra entender e! problema de la Historia hay que entender la historia del
mos multilaterales y los tratados de libre comercio (NAFTA, WTO-Or­ problema"
ganización Mundial de Comercio) al acelerar y garantizar la movilidad
del capital y facilitar la intervención extranjera, fomenta también la mo­ Una pintada en una pared de Tijuana declara una verdad socio­
vilidad laboral. "Cuando los sistemas políticos y económicos de las na­ política obvia para la percepción popular y sin embargo mantenida en
ciones se vuelven interconectados, la fuerza de trabajo tiende a fluir ha­ 1
¡
la obscuridad por las clases políticas de ambos lados de la frontera: "Ni
Ilegales ni Criminales: Trabajadores Internacionales" (Barry, 28). La
cia el país donde hay menor estratificación social y estandards de vida
más altos" (Sassen, citada en Barry, 33). "El expansionisrno económico presencia de trabajadores internacionales-mexicanos en las empresas
norteamericanas se remonta a las últimas décadas de! siglo pasado. Du­

(comercio internacional, inversiones, tratos financieros) junto con una


política exterior intervencionista contribuye a establecer el contexto pa­ rante más de 100 años, miles sino millones de trabajadores mexicanos
ra la migración internacional" (Barry, 33). "El rol central jugado por los han entregado los mejores años de su vidas al desarrollo de los Estados
Estados Unidos en la emergencia de una economía global durante los Unidos y a la rentabilidad de las empresas norteamericanas. En 1880
últimos 30 años constituye la razón central de! por qué la gente migra a
los Estados Unidos en números crecientes. Los esfuerzos de los Estados
, las compañías ferrocarrileras Southern Pacific y Santa Fe tenían un
hambre voraz para la mano de obra barata mexicana. Hacia 1910 apro­
Unidos en abrir su propia economía y las de otros países al flujo de ca­
pital, bienes, servicios e información ha creado las condiciones para la
¡ ximadamente 20,000 mexicanos eran reclutados cada año por los agen­
tes de las cornpañias de ferrocarril. Parte de esta población mexicana
movilización de poblaciones para la migración y ha formado los víncu­ estaba constituída por indígenas yaqui, cara, y o'otam que fueron lle­
los entre los Estados Unidos y otros paísese que eventualmente sirven vados hasta el norte de California para la construcción de ferrocarriles.
de puente para la migración" (Sassen en Barry, 33). Indígenas yaqui y o'otarn se asentaron en la zona fronteriza de Arizo­
na. Otras industrias empezaron a contratar mano de obra mexicana
Si el fenómeno de la "globalización desde arriba" explica el au­ utilizando contratistas ilegales y contrabandistas de trabajadores mexi­
mento de la migración desde las periferias a los países centrales, en canos que en pocos años se volvieron e! eje fundamental de la expan­
nuestro caso desde México a los EE.UU., hace falta, sin embargo, enten­ I sión de las agroempresas algodoneras hacia el oeste y el crecimiento de
der los mecanismos que provocan la migración transnacional de secto­ r
las grandes plantaciones de frutales, hortalizas y remolacha para azú­
res específicos de la población de México, los indígenas. Estos, según la car. En menor escala los trabajadores mexicanos contribuyeron al de­
antropología convencional, han sido definidos como pobladores fun­ sarrollo de la industria minera de! cobre en e! suroeste.
damentalmente rurales, vinculados y circunscritos a una comunidad
territorial estable, reacios a los cambios, impermeables a las exigencias Durante la Primera Guerra Mundial los trabajadores mexicanos
de la modernización, en una palabra, cultural e ideológicamente con­ tuvieron un papel central en apoyar a la economía de los Estados Unidos
servadores. De acuerdo a esta visión antropológica estereotipada (esen­ (Barry, 28-29). No hubo gratitud de los Estados Unidos para estas con­
cializada, decimos ahora en antropología...) de la comunidad indígena, tribuciones de! pueblo mexicano, más bien la década de los años '20 pre­
los campesinos comuneros arraigados en su propia comunidad, en su senció las formas más violentas de discriminación y agresión racista en
tierra, con una visión parroquial y timorata de! mundo, no deberían contra de los mexicanos. Mientras los veteranos de la guerra y los secto­
arriesgarse en la pe!igrosa aventura de miles de kilómetros de viajes a res más desposeídos de la población norteamericana atacaba a los mexi­
una tierra extranjera inhóspita e incomprensible. Para explicarse e! fe­ canos en el trabajo, en sus casas, en las calles, los agricultores, las empre­
nómeno de la migración transnacional y de la diáspora indígena hay sas ferrocarrileras, la industria de! acero y automovilística seguía contra­
~.
¡

I
24 Stejano Varese La afirlllación de las identidades lilas allá de las [tonteras 25
~lACSO - Biblioteca
r
tanda a los mexicanos por salarios de hambre. Una modalidad de resi­ ¡, 28). Para la década de los '70 la conexión de mayor importancia econó­
dencia ilegal sumamente vulnerable para los mexicanos se instituciona­ mica entre las empresas norteamericanas y los trabajadores migran tes
lizaba a partir de una connivencia entre empresarios, el gobierno federal ~
se había fijado en una relación de mutua interdependencia basada en la
y estatal y los sectores más empobrecidos del pueblo nortemaricano. La necesidad estacional de mano de obra agrícola (Barry, 30).
ambiguedad intencional de este arreglo ha sido la constante en las rela­
ciones de los migrantes mexicanos con los Estados Unidos. Los trabaja­ Son los cambios dramáticos que se produjeron con la crisis de la
dores mexicanos son puestos en una situación de permanente vulnerabi­ economía mexicana de los '80 los que alteran la estructura de la migra­
lidad ante las agresiones de los sectores más empobrecidos del país, sin ción de los mexicanos a los Estados Unidos. Los recortes radicales al
ningún tipo de protección legal, en constante temor de ser denunciados presupuesto del estado mexicano, la reducción de los servicios del es­
y deportados. Evidentemente la vulnerabilidad de los mexicanos ante el tado, la fuga de capitales, la reducción de las exportaciones y la suspen­

gobierno y otros sectores sociales beneficia directamente a los empresa­ sión de subsidios y apoyo al campo produjeron el aumento drástico del
rios, mantiene los salarios a niveles de infrasubsistencia, exime al estado desempleo y un masivo éxodo del campo a la ciudad y del centro del
de proveer los servicios básicos y crea un ambien te xenofóbico y racista país hacia la frontera norte en busca de trabajo en las maquilado ras y
que puede ser movilizado políticamente cada vez que convenga a los po­ ¡ en las agroindustrias de Sinaloa y Sonora.
f
líticos de turno. Esta modalidad de "gestión del problema de los migran­
tes mexicanos" se instaura en los años '20, se extiende a través de la gran
depresión económica de Jos '30 y continúa vigente hasta nuestros días en
¡ Dos cambios sustanciales que afectan a la migración transnacio­
nal de los indígenas mexicanos ocurren en este momento:
una relación dialéctica de la política federal y estatal con los ciclos de la
f
f
¡' 1) De manera creciente los migran tes mexicanos no-indígenas a
economía de los Estados Unidos y de California. La única alteración re­
los Estados Unidos salen de centros urbanos o ciudades de provincia
lativa a esta modalidad de política migratoria ocurrió, como se sabe, en­
más que de pequeños poblados de campesinos. La expulsión del cam­
tre los años 1942 y 1964 cuando la escasez de mano de obra debido a la f po a la ciudad provocada por la crisis del '80 produce un impacto so­
Segunda Guerra Mundial empujó al gobierno Norteamericano a imple­ ~
mentar el Emergency Farm Labor Program, el programa de lo Braceros,
r
f
bre los sub-empleados urbanos o rural-urbanos que empiezan a movi­
).
lizarse hacia la frontera norte y los Estados Unidos. Estos migrantes
que en los '50 llegó a tener casi medio millón de braceros trabajando le­ ¡ empiezan a ocupar nichos de trabajo en el sector de los servicios (res­
galmente en las granjas de los EU. El programa obviamente convenía no t taurantes, hoteles, lavado de coches, jardinería, empleo doméstico) o
solo a los empresarios y gobierno norteamericanos sino también al go­
bierno y a la economía mexicana que empezó a beneficiarse sistemática­
t en las industrias del vestido, de los enlatados, y de la construcción.
Aunque la mayoría de estos nuevos migran tes piensa todavía en térmi­
mente de las remesas de dólares al país (Barry, 28-30).
nos de estadías temporales en los Estados Unidos, otros migran ya con
Innovaciones tecnológicas tales como la cosechadora de tomates la idea de quedarse de manera permanente.
y una baja en la demanda de mano de obra para el campo produjo la
2) Este nuevo tipo de migrante con aspiraciones laborales más
cancelación del programa de braceros. En el mismo período, sin embar­
urbanas deja nichos libres en el mercado de trabajo agrícola, especial­
go, la migración de trabajadores mexicanos indocumentados se incre­
mente en los campos de las agroindustrias californianas y de los culti­
mentó 10 que permitió al gobierno de los EE.UU. implementar en 1954
vos de uva y frutales de California, Oregon y Washington. Este es el es­
la llamada "Operation Wetback" (Operación Mojados). En 1953 el INS
pacio que pasan a ocupar los migrantes indígenas especialmente oaxa­
(Servicio de Inmigración y Naturalización) deportó a 900,000 extranje­
queños: mixtecos, triques, zapotecos, chinantecos de la Sierra Norte. A
ros indocumentados, el número bajó a 250,000 en 1955 ya 88.000 en
estos grupos indígenas se añaden casi enseguida nahuas, de Guerrero y
1956. Para 1976 las deportaciones pasaron a más de un millón (Barry
Puebla, y pure'pechas de Michoacan.
26 Stefano Varese 1, La afirmación de las identidades lIJas allá de las fronteros 27
- ·.!~"I:::H:· ,'l).A}:

Una de las condiciones más importantes para que un miembro cialmente en el estado de Oaxaca como "Derecho de Usos y Costum­
de una comunidad campesina indígena pueda migrar los Estados Uni­ bres" por la "Ley de derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas
dos emprendiendo un viaje de miles de kilómetros para llegar a un lu­ del Estado de Oaxaca", promulgada el 19 de Junio, 1998). Tiene además
gar totalmente desconocido y poder conseguir un trabajo que le permi­ deberes para con el resto de la comunidad como participar en el tequio,
ta sobrevivir, es que tenga acceso a una red de relaciones de miembros la "manovuelta" o la "guzun", auspiciar fiestas patronales y ceremonias,
de su propia comunidad, región y/o etnia. Varios estudios de migran­ casarse con miembros de su propia comunidad. Su membrecía ciuda­
tes indican que la red, el "network" basado en la comunidad de origen dana comunal es la que le dá una identidad personal y colectiva pecu­
es condición casi indispensable para una migración exitosa y con re­ liar y privativa que lo asocia y solidariza con otros miembros de la co­
ducción de riesgos. En el caso de las poblaciones indígenas las bases de munidad y posiblemente, en un segundo nivel, con miembros de otras
algunas de estas redes se establecieron ya durante las fases finales del comunidades de la región étnica, antes que con el resto del país.
Programa de Braceros: indígenas zapotecos, mixtecos y pur'epechas
formaron parte de los contingentes de braceros. Las redes comunita­ Inspirada, entre otros, por los estudios del historiador británico
rias, regionales y étnicas desarrollan "comunidades hijas" en los Estados E.P. Thompson y por los clásicos trabajos de economía de K. Polanny,
Unidos que se vinculan con las comunidades de envío lo que permite la antropología ha producido recientemente varios análisis de las for­
bajar los costos de migración, asegurar un lugar de recepción para el mas organizativas comunales campesinas e indígenas que se funda­
nuevo migran te y una ayuda en la búsqueda de trabajo. mentan sobre los principios de la llamada "economía moral". De ma­
nera muy sintética, se trata de los principios organizativos y económi­
Otra característica que los migran tes indígenas comparten con cos de comunidades no totalmente absorbidas por la lógica de la eco­
los migrantes rurales no indígenas es la posición en la estratificación nomía de mercado (léase economía capitalista) que en vez de condu­
social de la comunidad. Los migrantes indígenas, especialmente los de cirse por valores individualistas, por el "valor de cambio" y de privile­
las primeras migraciones, vienen del estrato medio y medio-alto de la giar la lógica de la ganancia y de la acumulación, tienden a regirse, aun­
comunidad: cuentan con los recursos económicos y el apoyo de fami­ que sea de modo contradictorio y no resuelto, por los principios de la
liares y parientes (incluso los préstamos) que les permiten emprender reciprocidad y del "valor de uso". En esta "cultura de comunidad" la
el arriesgado y largo viaje en busca de un trabajo (Wilson, 117-118). ayuda mutua, el sistema de reciprocidad de servicios, el gasto ceremo­
nial dispendioso como mecanismo de "inversión en el fondo de presti­
Las características culturales peculiares del migrante indígena gio social y político" y el mandato moral de contribuir al bienestar co­
mexicano, que por lo tanto lo distinguen del migrante mexícano no-in­ lectivo de la comunidad, juegan aún un papel importante y de control
dígena, se pueden sintetizar de la siguiente manera: social que se disputa la primacía con los valores opuestos propagados
por la "cultura de la economía de mercado". En las comunidades indí­
El migrante indígena pertenece a una comunidad indígena cla­
genas campesinas de México la resistencia y oposición a formas conso­
ramente definida en términos de jurisdicción territorial y política. El
lidadas de diferenciación económico-social no es necesariamente una
migrante indígena tiene una "ciudadanía indígena específica" (es un
función exclusiva de la pobreza y del acceso limitado a bienes y recur­
"benxon" de Yojovi, un zapo teca de la comunidad de Yojovi, de la Sie­
sos, sino una propuesta cultural intencional defendida en mayor o me­
rra Iuárez) con derechos y deberes comunales concretos, imprescripti­
nor grado por los miembros de la colectividad.
bles, obligatorios. Tiene derecho a un pedazo de tierra para asentar su
vivienda y cultivar una milpa aunque en muchos casos ésta es insufi­ En un estudio de la comunidad zapoteca del Valle de Oaxaca,
ciente incluso para la subsistencia familiar. Tiene derecho a participar Teotitlán del Valle, Lynn Stephen (1991) demuestra como esta comuni­
en el sistema de gobierno de su comunidad (ahora reglamentado ofi- dad totalmente involucrada en el mercado capitalista a través de la ma­
28 Stefano Varese

nufactura y venta de tapetes y sarapes, del turismo internacional y de la


migración transnacional, logra sin embargo reorientar los ingresos
monetarios de las unidades familiares hacia las instituciones comuna­
I

t.
La ofinnacián de las identidades mas al/á de las [ron leras 29

discriminados por sus mismos connacionales mexicanos expatriados o


por los mexicano-americanos (Chicanos) y Latinos de larga residencia
legal en los EE.UU. Esta elección consciente y voluntaria de una ciuda­
les de "bienestar social". Lo que el estado moderno mexicano no ha lo­ danía étnico-comunal se expresa en una mayor capacidad organizativa
grado llevar a la comunidad rural zapo teca, el "Estado de Bienestar So­ y una militancia político laboral bastante más constructiva que la de los
cial" como promesa de la modernidad post-revolucionaria y ahora migrantes no indígenas (para este fenómeno ver a Kearney, 1985; Kear­
neo-liberal, es en la actualidad un proyecto intencionalmente articula­ ney & Varese, 1995. El FIOB, Frente Indígena Oaxaqueño Binacional,
do por la comunidad. La redistribución parcial de la riqueza ocurre con tiene un website <http://w'Ww.laneta.apc.org/fiob/> y un teléfono con
mayor frecuencia e intensidad a través de la multiplicación de fiestas en número sao gratis con un mensaje grabado en mixteco y español acla­
las que amplios sectores del pueblo tienen derecho a participar. Reme­ rando los servicios de asistencia a los migrantes que FIOB puede pres­
sas y ganancias son parcialmente redistribuidas en la comunidad en ce­ tar. Otros ejemplos de capacidad organizativa y logros personales de
remonias de re-distribución y circulación, en tequios, sistemas de car­ los mixtecos pueden ser Radio Bilingue de Fresno, CA cuyo fundador
go, obras colectivas en bien de la comunidad. El sistema completo tien­ y dirigente es un mixteco con un título de abogacía de la Universidad
de a reforzar la lealtad étnico/cultural teotiteca, la identidad etnico-co­ de Harvard, o los logros educativos de los mixtecos en el distrito esco­
munitaria, y el enraizamiento territorial a pesar de los factores de atrac­ lar de Madera, CA donde el sistema educativo ha contratado a varios
ción hacia el exterior y los Estados Unidos. En un magnifico ejemplo de mixtecos tri-lingües - mixteco, español, inglés - para que apoyen a la
esta dinámica de reinserción y enraizamiento en la comunidad, Step­ educación de niños y jóvenes mixtecos).
hen describe una Mayordomía en la que las hijas e hijos del Mayordo­
mo vuelven a Teotitlán desde Chicago para participar con su trabajo y 4. Algunas conclusiones y preguntas irresueltas
recursos en la larga y suntuosa fiesta comunal. En un inglés casi perfec­
to una de las hijas del Mayordomo describe su absoluta lealtad a su co­ Las características culturales de los pueblos indígenas de México
munidad y a su cultura zapoteca. Nada deja traslucir la intención de son tales que permiten extrapolar a los migrantes indígenas del con­
emigrar definitivamente y desraizarse de la comunidad de Teotitlán junto de los migrante mexicanos y proponer medidas de políticas lo­
(Film Documental Mayordomía, Lynn Stephen y Julia Barco producto­ cal, regional, estatal, federal y binacional que se refieran con exclusivi­
ras). La etnografía y los análisis contemporáneos de comunidades indí­ dad a este sector de migran tes. A manera de sugerencia y de pensa­
genas de migrantes confirman estas anécdotas (ver Kearney, 1996; Es­
miento en voz alta vaya mencionar algunos puntos que merecen la
teva y Prakash, 1995, 80-S7).
atención tanto de la sociedad política como de la sociedad civil organi­
zada de México. Obviamente el tema es de una complejidad tal que re­
Unos de los resultados más importantes de esta "cultura de co­ quiere de mayores estudios y reflexión compartida con participación
munidad", de este "lenguaje de localidad" y de esta "política del espacio prioritaria de los intelectuales y profesionales indígenas involucrados
comunitario" que caracteriza a los pueblos indígenas de México, es que en estos procesos.
los migran tes transnacionales indígenas tienden a reconstruir su "espa­
cio comunitario" y étnico en el pais receptor. Los mixtecos, zapotecos, En primer lugar me parece importante entender el papel que
chinantecos y triques oaxaqueños en California se identifican y refor­ juega el hogar, la tierra, el territorio y la comunidad de origen en el
mulan a sí mismos como miembros-ciudadanos de sus comunidades proceso de construcción y reconfiguración de la identidad individual' y
de origen, en una segunda instancia se re-descubren como pertenecien­ colectiva del indigena migran te. ¿Cuáles son los vínculos afectivos y ra­
tes a una unidad étnico-lingüística mayor y envolvente (la etnicidad cionales más importantes del migrante indígena transnacional en rela­
ñu-savi o mixteca) y finalmente como "oaxaqueñitos" despreciados y ción a la comunidad de origen? ¿Cuáles son los mecanismos que se
r!"!

30 Stefano Varese La afirmación de las identidades mas allá de las fronteras 31

ejercen en la comunidad para retener la lealtad de los migrantes y para dígena de México en los Estados Unidos pueda reclamar los mis­
reforzar ese sentido de "pertenencia distante" que se manifiesta en la mos derechos preferenciales de los indígenas norteamericanos
voluntad de retorno, en la generosidad económica de los migran tes y (Native Americans) que gozan de soberanía comunal y trato bi­
sus contribuciones al bienestar social de la comunidad? lateral directo con el gobierno federal de los Estados Unidos.

Pienso que el "capital simbólico" de los pueblos indígenas, de ca­ 3- Se requiere de un cambio radical en los planes de desarrollo ru­
da comunidad indígena juega un papel esencial en la reproducción de ral nacional (agropecuario, forestal, piscícola, minero, etc) que
las identidades culturales específicas. El capital simbólico se expresa en involucre plenamente a las comunidades indígenas en todas las
la lengua, en las representaciones culturales, las fiestas y ceremonias, las etapas del proceso y que adjudique inversiones y recursos de de­
formas peculiares de socialización y educación, la comida, la música, el sarrollo a las regiones indígenas. El desarrollo rural, especial­
traje o lo que queda en prendas mínimas distintivas de la comunidad. mente agrícola, ha sido abandonado completamente a su suerte
La topografía simbólica de la propia identidad cultural da sentido a la por el estado mexicano. No hay ninguna razón de fondo para no
raíz, a la nostalgia por la propia tierra y a la esperanza del retorno, aun­ devolver un papel protagónico en el desarrollo nacional a los
que sea provisional. Tierra, comunidad, sentido de pertenencia activa al agricultores indígenas. Con tierras, agua y recursos de infraes­
"capital simbólico" de la propia comunidad étnico/cultural son las áreas tructura y comercialización los millones de familias indígenas de
del mundo indígena que requieren del apoyo sustancial de la sociedad México podrían volver a transformar al país en el granero Me­
política (estado) y del resto de la sociedad civil. (En el campo de la prác­ soamericano. (Los agricultores pequeños y medianos de Chile y
tica política pienso que el estado mexicano, a nivel federal y de lo esta­ Perú están exportando sus productos a los Estados Unidos, los
dos, tiene que desarrollar e implementar una política de atención social, pequeños agricultores maya de Guatemala están exportando
económica, cultural y educativa para la "diáspora" indígena). verduras orgánicas seleccionadas a los Estados Unidos, los cafe­
taleros orgánicos maya de Chiapas -ISMAM- exportan su café a
1- La comunidad indígena con su territorio y su plena jurisdicción Europa, de la misma manera que los cafetaleros Zapotecos del
territorial y autonomía administratitiva (tan to a nivel municipal Istmo-UCIRI- hacen con su café). Un plan nacional de inversión
como en los niveles inferiores) debe de ser reforzada institucio­ y recuperación de la agricultura indígena reduciría drasticarnen­
nal, política, económica y socialmente. Profundas reformas legis­ te la migración interna y transnacional.
lativas a nivel de los Estados del tipo promulgado por el Estado
de Oaxaca tienen que garantizar los derechos comunales y de los 4- Mientras los indígenas sigan migrando masivamente a los Esta­
pueblos indígenas de toda la república Mexicana. Reformas a la dos Unidos es imperativo que los gobiernos estatales yel gobier­
Constitución de la República Mexicana tienen que reflejar la su­ no federal de México establezcan una política coherente y diná­
ma y conjunto de las reformas estatales en relación a los derechos mica de apoyo legal, económico, social y cultural a los migrantes
de las comunidades y pueblos indígenas. indígenas. Se requiere de un sistema nacional de apoyo a los mi­
gran tes indígenas (ya los migran tes en general) que se encargue
2- El país tiene que reconocer e institucionalizar el concepto y prác­ de: a) minimizar los costos de transacción de las remesas; b) es­
tica de ciudadanía múltiple de los pueblos indígenas con dere­ tablecer un fondo nacional del migrante; c) prestar los servicios
chos y deberes específicos y privativos sin perjuicio de los deberes legales necesarios a los migrantes en los EU; d) establecer un sis­
y derechos de la ciudadanía mexicana. En este contexto no es ab­ tema de seguro laboral, médico y social para los migran tes indí­
surdo pensar que, como está sucediendo en la Comunidad Euro­ genas y sus familias; y, e) apoyar y desarrollar un sistema educa­
pea con la doble nacionalidad de los migran tes, un migrante in- tivo indígena para migrantes.
32 Stejano Varese La afirmación de las identidades mas allá de las [renteras 33
el lCSO - Biblioteca

5- El gobierno de México tiene que renegociar con los Estados Uni­ Kearney, Michael.
1996 Reconcept ualizing the Peasantry. Anthropology in Global
dos una política migratoria binacional en la que el principio de
Perspeetive. Boulder: Westview Press.
ciudadanía multiple sea reconocido para los migran tes circulares
Runsten, David y Michael Kearney.
indígenas.
1994 A Survey of Oaxacan Village Network in California Agriculture.
Davis: California Institute for Rural Studies.
Sassen, Saskia.
1992 The Global City. Princeton, Princeton University Press.
Notas
Stephen, Lynn.
1991 Zapotec Womel1. Austin: University of texas Press.
Citado en Smith, Michael Peter, "Can You Imagine? Transnationa! Migration and
the Globalization of Grassroots Politics", Social Text, 39 (Surnrner, 1994, p. 18). Varese, Stefano.
1994 "Presentation: A Hemispheric Approach to Indigenous People
Studies" First nations/Pueblos Originarios, Occasional Papers of
the native American Organized Research Program, University
Bibliografía of California, Davis, N. 1, May.
Wilson, Tarnar Diana.
Appadurai, Arjun.
1993 "Theoretical Approaches to Mexican Wage Labor Migration",
1991 "Global Ethoscapes: Notes and Queries for a Transnational
Latin American Perspectives, 78, Vol 20, N. 3, Summer.
Anthropology." En R.G. Fox (Ed.), Recapturing Anthropology:
Zabin, Carol, Michael Kearney, Anna García, David Runsten, and Caro le Nagengast.
Woking in the Present, Santa Fe, NM, :School of American
1993 Mixtec Migrants in California Agriculture. Davis: California
Research Press.
Institute for Rural Studies.
Barry, Tom, et al..
1994 Crossing the Line. Resource Center Press, Albuquerque, New
Mexico.
De la Cruz, Víctor.
1983 En Torno a las Islas del Mar Océano, Colección Guchachi'
Cayuundda', Oaxaca, México, Publicaciones del Ayuntamiento
Popular de Iuchitán.
Iarneson, Fredric.
1984 "Postrnodernisrn, 01', the Cultural Logic of Late Capitalism."
New Left Review, 146, 53-92
Kearriev, Michael y Stefano Varese.
1995 "Latin Arrier ica's Indigenous peoples Today: Changing
Identities and Forros of Resistance in Global Context." in
Capital, Power, and Inequality in Latin America, Richard Harris
and S. Halebsky, eds. Boulder: Westview Press.
Kearney, Michael.
1988 "Mixtec Political Consciousness: fram Passive to Active
Resistance" in Rural Revolt in Mexico and U.S. Intervention,
Daniel Nugent, ed., San Diego: Center for U.S.-Mexican Studies,
Monograph Series, N. 27, University of California, San Diego.
~ '?~ ,i·~..
.: i ',,~~,

UNA APROXIMACIÓN FILOLÓGICA

PARA ENTENDER LAS LUCHAS

POR LA AUTONOMÍA AYLLICA

El concepto quechua del poder>

Guillermo Delgado-P. (Merrill College)


Universidad de California Santa Cruz

"Es una lástima que se pierda o corrompa,


siendo una lengua tan galana':

Garcilaso de la Vega 1960 {1609}-17}:II, 6

Introducción-Qallarinanpaq

De los quechuismos que afectaron el español del siglo XVI, pues­


to que un nuevo período de contacto lingüístico se sucedió a partir de
1527 en los Andes, escasos son los términos que sobrevivieron y que ex­
plicaron las nociones del ejercicio del poder y la autoridad en esa len­
gua. De ese runasimi-quechua, Domingo de Santo Tomás en su texto
compilado hacia 1580 nos dice: "y nunca esta lengua en los tiempos an­
tigüos fue tan generalmente usada quasi de todos como el día de hoy."
(1580:8). Sin embargo, alegamos que la coexistencia posterior entre len­

" Este trabajo fue presentado al Second European Congress of Latin Americanists ti­
tulado: " Latin America: Crossroad of Cultures and Societies Historical Dimen­
sions for a Global Future" , organizado por la Universidad de Halle en Alemania
(Septiembre 4-6 1998) en el Symposium " Power in the Americas/Poder en las
Américas" , coordinado por Linda L. Grabner (University of Pennsylvania) & Mi­
guel Gamboa (University ofVienna). El autor agradece los comentarios de Norma
Klahn y Iohn Schechter, a el seminario doctoral "Peasants in the Third World" del
que fui alumno bajo la conducción de Richard P. Schaedel, Marzo de 1978, Depar­
tamento de Antropología e Instituto de Estudios Latinoamericanos, Universidad
de Texas en Austin.
,
J
36 Guillermo Delgado-P UI/a aproximacion filosófica para entender las luchas por la autonomia Ayllica 37
~

1 guas nunca fue gratuita, ni graciosa, y se transformó en un problema única grafomanía) reproduciendo la competitividad lingúística que no
t
¡ real de administración y de exclusión. Esto porque colonizadores y co­ se permeó en los documentos legales mayormente escritos en castella­
, lonizados veían simultáneamente la sutileza a que debían adaptarse las no. Es más, con la intención de plasmar, los foráneos burócratas y sa­
estructuras de pensamiento allegadas con las preexistentes. La posibili­ cerdotes comenzaron una tradición de aprendizaje y performance oral
dad de que se efectivizara la verdadera comunicación o diálogo entre de esta lengua antes que solamente escribirla como es el caso de los lé­
unos y otros, ilustrando esta idea con la semántica de la palabra profun­ xicos y diccionarios.
damente aymara "aruskipt' asasaxipkajañanakasakipunirakispawa" acu­
ñada por el lingüista Juan de Dios Yapita, simplemente se dio parcial­ Sabine Dedenbach ha documentado copiosamente el hecho
mente y con demasiada fractura espacial. Bruce Mannheim (1987) en la que "la forma de traducir conceptos cristianos a las lenguas andinas
lingüística, Iohn Schechter (1992) y Thomas Saloman (1994) en la et­ con el propósito de cristianizar más fácilmente a la población indíge­
nomusicología han documentado los pormenores de la relación cultu­ na, causó que los destinatarios andinos pudieran incorporar concep­
ral quechua-hispana para la segunda mitad del siglo xx. Toda situación tos cristianos en su propio sistema religioso. Por eso es un ejercicio
mediada por la obligación de la intercomunicación entre ambas lenguas provocador leer los textos quechuas ... tratando de comprender estas
tuvo persistente contratiempo. Una sola ideografía se tornó dominante palabras en su significado original". (1997: 195,202). Naturalmente,
(la castellana) subvirtiendo a la previa (runasimi quechua) que prosi­ debemos dejar en suspenso el significado mismo que Dadenbach im­
guió su ininterrumpida presencia, desmerecida por el ojo de una histo­ plica al proponer "el hecho de la incorporación de los conceptos cris­
ria colonizadora. tianos" porque al leer los textos quechuas en su significado original
éstos sugieren un persistir de imaginarios culturales previos tal como
Dividí el presente trabajo en tres partes. En la primera y segun­ demostré en un estudio etnográfico sobre la presencia de las huacas
da parte hago una lectura quechua (y una relectura interdisciplinaria, ancestrales donde los aspectos cristianos están definitivamente au­
en el sentido de buscar aproximaciones desde otras perspectivas a un sentes (Delgado-P., 1992, 1996). Y, como en el caso recientemente de­
tema que pareciera ser estrictamen te etnolingúístico) de los léxicos re­ batido, y atrevido, sobre la autoría de La Crónica por Guaman Poma,
cogidos por los cronistas. En la tercera parte trato de buscar correspon­ los escribidores, pues se sugiere que fueron tres (Domenici y Dome­
dencias utilizando las investigaciones arqueológicas, etnohistóricas y nici 1996, Estenssoro 1996) salpican de quechua todo un documento
las etnográficas con la idea de ilustrar la complejidad diacrónica del que inicialmente es una protoetnografía (como dijo Iohn Murra en
concepto quechua del poder. Estas tres partes descansan sobre una idea una conferencia en la Universidad de Texas en Austin en 1978) pen­
que surgió de una lectura hecha por James Scott (1998) relativa a la le­ sada en quechua pero escrita en un quechuañol-como alega Juan
gibilidad como condición de la manipulación y del manejo del poder. Quintero-dirigida tal 'carta al rey' según la tesis del antropólogo Juan
En este trabajo trato de mostrar que la legibilidad puede manipularse M. Ossio (1972) que circuló ya hace un tiempo atrás. Sin embargo,
en ambos sentidos, tanto por nativos como por conquistadores; utili­ esos documentos escritos en quechua son escasos cuando no esporá­
zando la metáfora quechua del camino, "el yan (camino) es para el que dicos y se han transformado en excepciones (e.g. el manuscrito de
viene como para el que va." Huarochiri) antes que en regla.

Regina Harrison por su parte sugiere que: "los diccionarios y


1. Lecturas y relecturas post-occidentales sobre el quechua y el poder
sermones de los colonizadores demuestran cómo se condujo' la segun­
Es importante subrayar que, a pesar de que el quechua no fue da conquista' a través del lenguaje. Aunque, es evidente en estos mis­
una lengua escrita sino desde la perspectiva de los egos cognoscentes, mos textos que las intenciones colonialistas fueron subvertidas por los
se mantuvo la fuerza de la tradición oral (a menudo victimizada por la quechuahablantes que mantuvieron los valores léxicos originales...Las
38 Guillermo Delgado-P Una aproximacián filosójica para entender las luchas por la autonomía Ayllica 39

estrategias españolas no fueron completamente exitosas". (1995: 24 una de las expresiones del poder es la dirección del esfuerzo social, lue­
GDP, Tomoeda 1996). go las construcciones públicas podrían reflejar el ejercicio del poder en
concreto"! (Moore 1996: 2-3 GDP)
Dada esa situación, y como tesis particular de esta contribución,
debo decir que la persistencia de la oralidad quechua ofrece datos para Naturalmente, la noción quechua del ejercicio del poder parecie­
suplementar y debatir la información relativa a las nociones del poder ra implicar un elemento teleológico que considera alcanzar el bienestar
político de los léxicos y diccionarios escritos. A la manera de Dedenbach de la comunidad ayllica; sugiriendo así la capacidad de autoregularse co­
y Harrison tengo la impresión que las categorías relativas al ejercicio del mo colectividad antes que sólo como individuos aislados. Es importan­
poder, cuando se las lee desde la perspectiva quechua, revelan un mundo te anotar que la autodefinición de "indianidad" o "indigeneidad" hoy en
diferente de aquel restricto y ordenado por la traducción arbitraria. Qui­ día privilegia la colectividad por sobre el de la individualidad, el consen­
siera subrayar que la emergencia de los movimientos etnopolíticos andi­ so, el voto de desconocimiento, y el rechazo de las formas excesivas de
nos de hoy en día regresan a inspirarse en el alto valor regulador del con­ coerción de una autoridad centralizada. (Schaedel y Delgado-P. 1998)
cepto político del poder quechua/quichua que, antes que totalmente je­ Hoy en día existen movimientos indígenas andinos contemporáneos
rárquico, contiene nociones de autoridad que fácilmente se podrían dis­ que, emulando la Hipótesis de Gaia de la autoría de James Lovelock y
tinguir en matices tales como los de tener poder-sobre pero también de Lynn Margulis-que enfatiza que el planeta funciona como un gran orga­
tener poder-de y de tener poder-para, mencionando también que una nismo vivo-se han dado en rescatar la cinética del muju la misma semi­
colectividad dada, antes que sólo un individuo, sanciona ese poder colec­ lla que contendría una explicación de la persistencia cultural-el asemilla­
tivamente, desde la comunidad ayllica. Según Dermis H. Wrong el poder miento-de las sociedades agrarias en los Andes, proposición muy similar
"se define a menudo como la capacidad de controlar o influir a otros." a la de la metáfora ecológica del cuerpo humano que Ioseph Bastien do­
Para Wrong este ejercicio sugiere que: "Existen cinco problemas: prime­ cumentó entre ayllus aymara. Frente a esta complejidad de conceptuali­
ro está el problema de la intencionalidad del poder; segundo, su efectivi­ zaciones respecto el ejercicio del poder trasluce más el desentendimien­
dad; tercero la latencia o disposición; cuarto, la naturaleza de las relacio­ to que la ciega concesión. El Estado nacional caóticamente ha heredado
nes asimétricas o unilaterales del poder; y quinto, la naturaleza de los sobreburocratizados sistemas, demasiado centralizados, que continuan
efectos causados por el poder" (1993:9,11 GDP). Ya Richard N. Adams, desentendiéndose de problemas estructurales que no responden al bie­
quien ha escrito extensamente sobre el tema del poder, nos dice que la ca­ nestar de las naciones originarias.
pacidad de definir el poder tiene como elementos inherentes la concesión
[granting] , la asignación/distribución [allocation] y la delegación [delega­ 2. Léxicos, lexemas y diccionarios: traduttori traditori
tionJ (1977: 388).
En un estudio publicado anteriormente relativo al ejercicio de
Por su parte el arqueólogo [err y D. Moore citando a Swartz su­ poder (Delgado-P 1996) sugerí que los léxicos y términos que se con­
giere una aproximación novedosa al estudiar las construcciones arqui­ signan en los diccionarios quechuas publicados unas décadas después
tectónicas como símbolos de poder. Dice él: "Si el poder. .. envuelve una de la conquista coaccionaron los términos quechuas (lexemas) ade­
asimetría en las relaciones sociales-aunque sea temporalmente-luego cuando, a su manera, los términos relativos al ejercicio o la noción del
parece igualmente claro que el poder descansa sobre la fundación ge­ poder político de las autoridades. Este forcejeo de traducción resultó
mela de la legitimidad y la fuerza, el consenso y la coerción (Swartz et proporcionándonos términos hispanos que reducían, tergiversaban,
al 1966: 14-16). También parece cierto que diferentes entidades socia­ sustituían, generalizaban o asumían nociones unidireccionales en for­
les-desde las bandas cazadoras hasta las burocracias complejas-varian ma arbitraria, proponiendo equivalentes de los términos quechuas que
en su dependencia relativa del consenso y la coerción y, finalmente, si presumiblemente describían roles regulatorios o de autoridad (Tomoe­
40 Guillermo Delgado-P Una aproximación [ilosofica para entender las luchas por la autonomia Ayllica 41
1
11'1

da 1996). Una lectura crítica y cerrada de los términos quechuas, des­ hacienda en la que el markakamayuq se transforma en un 'ma­

I
cartando brevemente las traducciones al castellano ofrecidas por los yordomo' no elegido por la comunidad.
cronistas, revela que las traducciones son, en realidad, aproximaciones 7. pachacalpachaq="mayordomo principal o siervo principal a
que sustituyen, generalizan y se adecuan a los términos hispanos que, cargo de una hacienda (1615, Poma 752). Altamente cuestiona­
supuestamente, describiéndolos, dan cuenta de las categorías nativas ble como posición de responsabilidad puesto que la hacienda no
pero sin generar la equivalencia de los términos relativos a la práctica tiene por qué respetar el sistema decimal que sí organiza el sen­
del poder según la ideografía quechua. Diríamos que existe un elemen­ tido del poder regulador. (Pachaq=cien, GDP)
to de ilegibilidad. 8. piscapachacalpisqapaclJaka=*mayordomo a cargo de 500 indios,
1615 Poma 748 Pisqapachaq=500, no existe insinuación de mayor­
Los términos cuyo listado abajo sancionan los títulos de funcio­ domía. Al documentar este título Guaman Poma hace referencia al
narios malamente significan, empero, sí mandones, regidores y gober­ responsable o coordinador de 500 gentes, pero ignora la persisten­
nadores, lo fueron. Surge también la pregunta: ¿cómo fueron mando­ cia del sistema decimal incaico en la postconquista.
nes, regidores y gobernadores? Entre estos términos y sus traducciones, 9. quipocamayolquipukamayuq=contadores. Según los Libros del
muchas veces forzadas (*), como es el caso del término 'atiy' (=habili­ Cabildo de Quito de 1600 (LCQ, XVI, 113), esta posición pare­
dad) que generalmente se traduce en los diccionarios como' poder', se ciera sugerir una especialidad ya no practicada después de la
!::: encuentran los siguientes: conquista.
,'o
111
10. yanaconaIYanakuna=sirviente. Este término originalmente acu­
l. camachico/kamachikuq=*mandon, regidor, gobernador (Poma ñado para nombrar a sujetos capturados por los incas, parece
528) (Ka es la raíz del verbo ser. Kamaq , el que hace ser' , GDP)
subsistir hasta la eliminación legal de la hacienda.
2. camayo/kamayuq=*mayordomo de hacienda (Poma 887) El tér­
mino describe un puesto post-conquista. Una traclucción más En estos lexemas se puede observar el hecho que las posiciones
aceptable alude a la noción de 'responsabilidad' (karnaq-yuq, es
de autoridad describen funciones que conllevan un caracter impuesto
decir: 'con la responsabilidad de ser', de ninguna manera 'mayor­
(jerárquico) por el que la comunidad se transforma en pasiva ya que es
domo de hacienda')
objeto del nuevo poder de estas autoridades. El significado original
3. curaca/Kuraka=*señor (Libro de Cabildos Quito, XX, 56, 1603­ l quechua insinúa la regulación y se lo ejerce desde el consentimiento de
1610). Este término tiene origen taíno y pareciera coincidir con
la colectividad (mark' a). La traducción hispana implica que se atribu­
el fonema Kuraq=anciano, mayor, como en el inglés' elder'. ye un nuevo significado al quechua, causando la obediencia o temor,
4. inca/Inka " "los hizo ingas de privilegio, mandandoles horadar las
como comunidad humana.
orejas (Vasquez Espinoza 529). Esta práctica que distingue a los
nobles parece desaparecer como indicador simbólico de poder. In­ Cieza de León hace referencia a la aclamación "a grandes voces"
ka, según José María Arguedas significa' modelo originante a to­ y registra un clamor en el que se describe el caracter del poder nobilia­
do ser'. Un fonema correspondiente es ' Enqa' =energía. rio y soberano: Wayna Qhapaq, Inka Sapalla. tukuy llaot' a lIya= Sobe­
5. mamacona/Mamakuna=*señora noble. rano único, Wayna Qhapaq, Rostro de todos los Pueblos (sin embargo
6. marcacamayoq/Markakamayuq=*oficial o mayordomo encarga­ la palabra' uya' también puede ser 'escucha' , 'oyente'). La traducción
do de un pueblo o una hacienda (1615, Poma 456). La hacienda desde el quechua implica la habilidad de escuchar como una noción
ya pertenece al sistema allegado o colonial, un markakamayuq del ejercicio del poder. (1&80, Cap 61:233) Al decir" Tukuy Llaqta Uya"
respondía tanto a la comunidad como al poder regulador que se está haciendo referencia a un reconocimiento simbólico de su po­
beneficia la comunidad cosa que desaparece con el sistema de la der-de escuchar para gobernar, como Huayna Qhapaq. Garcilaso, co­
Una aproximacián filosófica para entenderlas luchas por la autonomia Ayllica 43
42 Guillermo Delgado-P

mo Cieza de León, por su parte, recogió los llamados renombres de co­ que se puede afirmar es que las evidencias recogidas dan testimonio de
una cultura antijerárquica y antiautoritaria en vias de consolidar por
ronación entre los que están:
primera vez (con la experiencia estatal inca) las fundaciones básicas del
l. Ancha [atun Apu=Muy Gran Señor poder en términos de jerarquía (1988, 1991). Por su parte, William H.
2. Intipchurc- Hijo del sol Isbell criticando la aproximación metodológica de Stanish (1992) que
3. Sapa Inca=Solo Señor sugiere la paridad e igualdad de la sociedad andina expresada en la or­
4. Qhapaq=Rico ganización social y las relaciones de poder en el sistema del ayni andi­
5. Waqcha Kuyaq=bienhechor, amoroso de los pobres no, dice que: "Me parece que Stanish afirma que las culturas andinas
están basadas en el ayni recíproco pero las élites modernas manipulan­
Varios de estos términos se han preservado en la memoria y sur­ y las elites pasadas manipularon-el ayni en minka asimétrica, acumu­
gen ya sólo en forma onomástica, anualmente, en las representaciones lando riqueza, creando estamentos y estableciendo las reglas de autori­
de la Danza de los Incas (Schaedel1954, Beyersdorff 1998), teatro na­ dad curacal. Esto [el ayni recíproco] no es una inferencia basada en da­
tivo de inclinación quiliástica que rememora la Conquista y que augu­ tos arqueológicos." (1995: 8 GDP).
ra el retorno del Inca, el remembramiento del ayllu, de la nación origi­
Volviendo a los ejemplos registrados en los léxicos, y tomando
naria. Sin embargo, el significado atribuido a los títulos nobiliarios que
en cuenta la tesis de Schaedel y la de Isbell, estos lexemas que men­
traduzcan el ejercicio del poder están restrictos y naturalmente obsole­
tos. La mención de estos títulos tiene generalmente inmediata referen­ cionamos a manera de ejemplos infieren solamente el caracter admi­
nistrativo/regulatorio y sólo esporádicamente implican el ejercicio
cia con los estudios sobre el caracter imperial del Estado incaico. Exten­
del poder-de, del poder para, del poder-sobre. Es curioso que en su
diendo la sugerencia de William H. Isbell no se entrevé que éstos lexe­
mas provean evidencia 'aynica.' El 'ayni' aún hoy en día mediatiza la re­ estudio sobre La Estructura Política del Imperio de los Incas, Ramiro
Condarco Morales (1981) subrayara el caracter del poder imperial
ciprocidad de las relaciones humana-telúricas, aspecto manipulable del
entre los determinantes (religión, moral, derecho) de esa conforma­
modo incaico de ejercer el poder.
ción aunque así el concepto del poder mismo está sobreconcentrado
A pesar de que los españoles acordaron legitimizar un quechua en la noción real y en la jerarquía extremadamente divinizada, razón
general llamado lengua general para poder administrar (por ejemplo, que explicaría, siglos más tarde, el nivel de subalternidad creciente de
los jesuitas fundaron una escuela de quechua en Santiago del Estero), la cultura quechua y su inclinación quiliástica a debatir, con esas no­
las nociones relativas al ejercicio del poder quedaron subsumidas a ca­ ciones, el autoritarismo criollo de la nación-estado. Claramente, el
tegorías muy poco distinguibles o legibles. Una estricta lectura quechua sentimiento quiliástico explicaría tanto las limitaciones (el caso del
de esos términos difiere del contenido expresado por los traductores Perú) como también la potencialidad de las demandas autárquicas y
que los escribieron y cuestiona la unilateralidad de términos que, des­ auto-determinativas (el caso de Bolivia, Colombia y Ecuador) de los
de el quechua, refieren a formas ibéricas de ordenar la cosmología del movimien tos indígenas.
poder. Es de notar que varios antropólogos han tratado de ver en el Es­
El carácter de la nobleza inca, y la formación de las panacas o
tado inca una sistema igualitario y hasta benevolente, aunque jerárqui­
núcleos de parentesco, no podría explicar por sí sola el ejercicio del po­
co. Sin embargo, a medida que las investigaciones avanzan la imagen
der. Las investigaciones de Catherine J. Iulien sobre la reconstrucción
benevolente desaparece para dar paso a una sociedad que se encuentra
de la administración decimal utilizando la lectura e interpretación de
en transición, de lo regulatorio-consensual no-coercitivo hacia lo jerár­
los quipus señala que "los incas no solamente reorientaron a las orga­
quico, como afirma la tesis de Richard P. Schaedel. "Fuera de los esque­
nizaciones políticas preexistentes para satisfacer sus propias necesida­
mas de complementaridad binaria o dual, tripartita o cuadripartita, lo
./:;

44 Guillermo Delgado-P Una upro.cimacionfílosofica para entender las luchas por la al/rol/omia Ayllica 45

des, sino que las reorganizaron para crear una equivalencia estructural frente a la sistemática discriminación que experimentan como socie­
de autoridad local en otro lugar y en el proceso fueron los autores de dades étnicas.
una nueva configuración territorial en los Andes" (Julien 1988: 257,
260 GDP). A lo largo de la historia andina de resistencia el surgimien­ Es importante subrayar que el sistema decimal, presumible­
to de líderes que se atribuyen títulos nobiliarios y/o simbólicos para mente el secreto del funcionamiento inca, subsiste hoy de varias ma­
~,

justificar su legitimidad ante las comunidades han sido casi constantes. neras. En mi trabajo etnográfico entre los mineros del estaño en el
Por ejemplo, los katari, los amaru, los recurrentes inkarris de las mito­ Norte de Potosí confirmé que las cuadrillas de mineros, muchos pro­
lógicas' sublevaciones' indígenas. venientes de los ayllus locales, reproducían el sistema decimal, con
cabecillas que ellos mismos llamaban: chunkayniyuq, chunkasapa,
La búsqueda de tal legitimidad tiene que ver, presumiblemente, chunkalo, términos sinónimos del número diez chunka que hacen
con la garantía para reproducir, bajo las condiciones que Iulien sugie­ alusión a que un líder de cuadrilla era responsable por diez mineros.
re, el caracter regula torio del sistema de poder que tiene que ver con la Igualmente, las "toro-huacas" ,piedras de mineral cuyas formaciones
irrigación, el uso de la tierra y la reproducción de la misma comunidad. caprichosas acumuladas alrededor del Tio-Supay-fálico dios de las
Siguiendo con el inquérito de [ulien: "Cuatro siglos después, y más de minas, representaban el número de carros de mineral extractados por
un siglo de cuestionamiento etnohistórico, todavía no tenemos una las cuadrillas de mineros. Diez carros de mineral estaban representa­
idea que explique cómo organizaron los incas su imperio" (ibid). Suge­ dos por una piedra mineral de casiterita, veinte de cuarzo, treinta de
~l
il~1
riría yo que un interrogante válido para responder a esta pregunta tie­ granito, y así sucesivamente. Los mineros siempre buscaban "toro­
ne que ver con la ideografía lingüística del ejercicio del poder. Una po­ huacas" para hacer las anotaciones respectivas. Alrededor del Tío-Su­
sibilidad es continuar la investigación más cercana de los enunciados pay de la mina, el dios-dueño de interior-mina, existen "toro-huacas"
emitidos en la misma lengua. O tra podría seguir algunas estrategias ar­ que constituyen una historia anual del trabajo minero (Delgado-P.,
queológicas como sugiere Ierry D. Moore cuando observa las construc­ 1987). ¿Quién era capaz de leer estos sistemas? Naturalmente, los
ciones públicas que podrían- reflejar el espacio desde donde se ejerce, mismos mineros. La noción de autoridad, en estas circunstancias, re­
o mejor, se organiza el poder en concreto (1996: 2-3). produce un sistema heredado de carácter regulatorio, sancionado por
la cuadrilla de mineros, que se podría trazar a las sugerencias de la in­
Vale la pena, en este acápite, invitar una vez más la reflexión de vestigación de Iulien (1988:260-261).
James C. Scott cuando dice que: "La legibilidad es una condición de
la manipulación. Cualquier intervención del Estado en la sociedad re­ Iohn Earls en su seminal artículo sobre las nociones del poder
quiere ... la invención de unidades que sean visibles... Las unidades quechua nos recuerda que: "El reconocimiento de la jerarquía va más
manipulables deben estar organizadas de tal manera que se puedan allá de la atribución de jefatura de los Wamanis [Cerros Tutelares]. En
identificar, observar, anotar, contar, agregar y controlar. El grado de la mayoría de las comunidades quechuas existe un grupo de autorida­
conocimiento que se requiere tendría que ser conmensurable a la pro­ des políticas llamados 'warayuq' que están generalmente divididos en
fundidad de la intervención. En otras palabras uno podría decir que cuatro estamentos-alguaciles, regidores, campos y alcalde-vara. Estos
a mayor manipulación mayor legibilidad para afectarla" (1998: 183, parecen ser posiciones de autoridad indígenas precolombinas suscepti­
GDP) Me parece que la reflexión de Scott ayuda, al menos cuando blemente 'legalizadas' por las ordenanzas del Virrey Toledo en 1571,
queremos entender el mismo significado del poder en los momentos cuando se les dio a varios de estos puestos nativos títulos en español"
posteriores a la conquista, pero también nos explica el por qué de los (1969: 68 GDP). Nótese, empero, que las traducciones que Earls asocia
grandes temas andinos que se han dado en llamar 'continuidades' con los varayuq están en español pues la raíz 'vara' tiene un sufijo que­
cognoscitivas y que ilustran la situación de supervivencia cultural chua ' yuq' ==con. Otro estudio que revela el ejercicio del poder con vie­
46 Guillermo Delgado-P Una aproximación filosófica para entender las luchas por la autonomía Ayllica 47

jas articulaciones netamente andinas y regulatorias es la investigación "Los Cañaris constituyeron una confederación relativamente fuerte de
conducida por David Guillet cuando ilustra el manejo del agua en Yan­ señoríos en lo que es hoy el sur del Ecuador y se transformaron en ac­
que (Peru). "A pesar de la creación de comisiones de irrigación unidas tores principales al traicionar el imperio. Los pueblos andinos compe­
al Ministerio de Agricultura persisten formas tradicionales de organi­ tían por nuevas formas de poder emanadas de la administración espa­
zación de la irrigación en mayor o menor grado. Yanque representa el ñola." (Ibid, GDP).
mejor de estos casos aproximándose cercanamente a la organización de
Aquí, claramente, tiene relación el problema de la legibilidad al
la irrigación del Cusca Incaico." (1994: 175).
que hace alusión James c. Scott, la legibilidad es-en efecto-una condi­
ción de la manipulación.
3. La complejidad diacrónica del concepto quechua del poder
Iohn Earls, en cambio, ilustrando el despotismo gamonal de Ca­
Haciendo hincapié en la sugerencia de Catherine J. [ulien, esa de
jamarca hacia 1963 dice que:
tratar de entender a fondo el modo de funcionamiento de la sociedad
inca, esta vez a través de las nociones del poder, compilé una serie de ceEn el año 1963 los reporteros de la Revista Caretas obtuvieron secre­
ideas relativas al tema que consideran las contribuciones de la arqueo­ tamente fotografías de un hacendado en el Departamento de Cajamar­
logía y la etnohistoria. Surgen las siguientes preguntas: ¿cómo conquis­ ca que está siendo transportado en un trono sobre una plataforma que
taban los incas? ¿Cómo transmitían sus nociones relativas al poder po­ llevan sus yanaconas (o siervos] en la misma forma en que eran lleva­
lítico? ¿Qué evidencias existen hoy de esas prácticas? ¿Cómo fueron he­ dos el Inca y sus autoridades en épocas precolombinas y en la misma
redadas estas prácticas culturales? forma en que se lleva a los santos hoy en día." (Earls 1969: 70, GDP).

Según Terry N. D' altroy Ciertamente, este tipo de aberración parece ser más una defor­
mación despótica que trataba de reformular una jerarquía oprimente y
"El colapso del control inca dejó un parcial vacío de poder en la sierra racista en el Perú. La cita, no obstante, dice mucho, como explicación
el mismo que no fue inmediatamente tomado por los conquistadores ... para hoy, sobre la ausencia de un movimiento indio andino en el Perú
Una vez reducida la resistencia armada y, al fragüar el poder colonial,
que tenga el poder de convocatoria y que no distorsione las demandas
las disputas entre élites fueron evidentes en las Cortes y los documen­
restitutivas corno lo hicieron los recientes movimientos de Sendero o
tos administrativos. La conquista española añadió así nuevos reclamos
por status y recursos y creó nuevas reglas de adjudicación. Luego, las Tupac Amaru.
disputas faccionalistas entre grupos nativos sometieron a los pueblos
Sin embargo, es importante anotar que no todo el sistema espa­
indígenas y algunas veces a individuos al sistema jurídico español en la
ñol permea con su presencia absoluta el espacio andino. Es decir, no
sociedad colonial" (D' altroy 1994: 186 GDP).
todo es completamente legible y por tanto, no todo es completamente
Un ejemplo por demás controvertido es el caso de los Cañaris manipulable. Emergen diversas formas de resistencia a través de un es­
que para sobrevivir en circunstancias de presión por ambas partes, in­ quema de 'desestructuración' (Wachtel) que salva el aparato funcional
cas y españolas, deciden aliarse con los españoles. De acuerdo a los da­ regulatorio de las comunidades. Rapppaport y Cumming enfatizan la
tos consignados por Evan C. Engwall, constitución del poderío europeo a través de la utilización de diversas
formas de escolaridad en comunidades indígenas, específicamente la
"las huacas cañari fueron llevadas a Cusca sugiriendo con esto una po­ escolaridad visual y la escrita que sustituyeron a la tradición oral de­
sible temprana incorporación de los Cañaris al imperio. Una gran ma­
terminando nuevas formas, contenidos y modos de transmisión del
nera efectiva de someter a las sociedades bajo el control del estado in­
pensamiento histórico (1994:89 GDP). Por necesidad, subrayan tam­
ca fue a través de la amenaza de relocalizarlosa la fuerza a menudo muy
bién los autores, cómo las mismas autoridades nativas de Cumbal
lejos de sus lugares de origen" (1995: 347 GDP).
48 Guillermo Delgado-P Una aproximación filosófica para entender las luchas por la autonomia Ayllica 49

li
(Pasto, Colombia) comienzan a utilizar el aparato jurídico hispano en ¡ "Hace saber a todo el elemento indígena de Bolivia que desde este mo­
propia defensa muchas veces abandonando táctica y temporalmente mento estamos en revolución con caracter permanente hasta conseguir
el triunfo total para derrocar al actual gobierno. Tomando en cuenta
las nociones indígenas del poder (Op cit. 91,94), y en otras tratan de
todos los vejámenes sufridos hasta el momento hago un llamado a to­
validar las reglas escritas para reclamar o transmitir su previa autori­
das las fuerzas conscientes de la juventud. Unidos triunfaremos aima­
dad, incluyendo las mujeres como Doña Gregaria Chimachanag de ras y quechuas, sin distinción de clases sociales, ni sectas de ninguna
Jongovito y Mocondino y la cacica de Guachucal Doña Micae!a Pue­ índole." (1977: 395).
nambas indicadas en la investigación de Rappaport y Cumming (Op
cit. 97). Evidentemente, aquí la tortilla se vuelve. Ahora la legibilidad la Mamani Alvarez inició junto a otros preclaros líderes indígenas
buscan los indígenas como una condición de la manipulación aunque las transformaciones más radicales de la historia de Bolivia al conseguir
en defensa propia. la eliminación formal del servicio personal gratuito del llamado ' pon­
gueaje' en las casas privadas de hacendados y oligarcas y al luchar por
Saltando siglos, las nociones indígenas del poder regresan recu­ los objetivos de la revolución nacional de transformación que signifi­
perando las dimensiones que Condarco Morales llamó "determinantes caron radicales cambios en comparación a otras sociedades andinas de
jurídico morales" en las que las autoridades indígenas revalidan hoy las entonces.
'1
r~."
posiciones administrativas en un preorden rotativo correspondiente al
:1 paso del sol entre los solsticios de verano e invierno (Rappaport y El poder de Mamani Alvarez emana de haber sido un callawaya,
ti""
'(n' Cumming 1994: 93), o revalidan los símbolos del poder sancionados un herbalista y curandero y el haber constituido, junto a otros india­
por los Incas tales como la herencia de tejidos qumpi (tejido fino), nistas, el Primer Congreso Indigena del 10-15 de Mayo de 1945. En es­
aquillas (kero de plata) que en sus poseedores reconocía a las autorida­ ta ocasión miles de delegados indígenas se juntaron en La Paz resultan­
des del sistema (Op cit. 94). do una acción bien coordinada. Para el propósito de este trabajo deseo
subrayar el hecho que estos delegados reconstituyen sistemas de comu­
En otros lugares de los Andes, estos símbolos aún contienen esa nicación, símbolos andinos de! ejercicio del poder y habiendo sido ca­
noción de autoridad enfatizada en fa economía moral que pasa de ge­ paces de obligar al Estado boliviano, bajo la presidencia de Gualberto
neración en generación y que juega un rol estrictamente regulador y Villarroel, a emitir una ley para terminar con la servidumbre y e! siste­
ordenador de la comunidad, naturalmente no-legible. Langer en su re­ ma de pongueaje y de establecer leyes de relación entre indígenas y pa­
ferencia a Yamparaez y Tomina (Bolivia) sugiere que: trones. En esta ocasión regresa una noción indígena de! ejercicio del
"En varias de las haciendas sobrevivieron tradiciones comunales ante­ poder. Es el caso de la restauración del aparataje simbólico asociado
riores a la conquista española, si bien en forma alterada. En varios pue­ con los roles de regulación, por ejemplo e! waqrap" uku (anunciador),
blos andinos fue conservada la estructura organizativa junto con su je­ el pututu (para llamar a la faena), la vara o wara (del varayuq), los pon­
rarquía de funcionarios como los jilakatas [=el más anciano o sabedor] chos cuyos listones y colores revelan la autoridad-de-pareja del que lo
o alcaldes que realizaban varias de las mismas funciones similares a sus usa, los ch' urus (spondylus) utilizados a manera de collar por las espo­
contrapartes en las comunidades [más autónomas] (1990:254 GDP). sas de las autoridades, la tullqa (el sombrero hecho de plumas de kun­
tur), la q" awa, poncho que cubre la parte superior de los hombros, los
James V. Kohl ha recogido elocuentemente un panfleto distribui­ tejidos de vicuña (recuérdese por ejemplo cómo Víctor Hugo Cárde­
do por "el comandante civil de las fuerzas del campesinado" Antonio nas, primer y único vicepresidente aymara en Bolivia utilizaba una
Mamani Alvarez publicado en 1949, en los albores de la Revolución Bo­ chalina de vicuña como símbolo de su autoridad), y cómo la vara o wa­
liviana de 1952 en el que, utilizando un título militar con e! que se sus­ ra (del varayuq) ha sido impuesto como símbolo de poder entre los al­
cribe: caIdes no-indígenas de las municipalidades andinas.
50 Guillermo Delgado-P Una aproximación filosófica para entender las luchas por la autonomía Ayllica 51

En otras areas (cabeceras de valle de lea y Tarvita en Chuquisa­ mani Alvarez (KohI1977) surgen ligados a la experiencia de reconstitu­
ca, Bolivia) tal como documentó Juan Felix Arias (1994), "Cabecillas", ción étnica. Es importante añadir un dato histórico, pues en la Conven­
"Poderantes" o "Apoderados Espiritualistas" quechuas reconstituyen, a ción Nacional de 1938, bajo la administración de Germán Busch existe
manera de una panaca religiosa, los derechos "inmemoriales" que les un aireado debate constitucional respecto a la propiedad de la tierra
corresponden rechazando los títulos agrarios que parcelan el territorio, que toca cercanamente la eliminación del latifundismo (Gallego
las escuelas q' aras y el sistema de identificación nacional desde más o 1992:61-67) y que repercutiría diez años más tarde en 1948. En los años

menos 1930. Bajo el nombre de Hermanos Espirituales estos quechuas 80, según Arias, Atiliano Peñaranda, Agapito Ponce Mamani y Francis­

son parte de un Movimiento Alcaldista que emergió después de la Gue­ co Rivera continuaron el trabajo de repetir la historia india como "her­

rra del Chaco (1932-1935) y que tiene relaciones indirectas con el ma­ manos espirituales". Según él, "los apoderados-espiritualistas son el ne­

nifiesto circulado por" el comandante de las fuerzas del campesinado xo que conecta la tradición con el presente, la memoria larga y la me­

Antonio Mamani Alvarez" en 1949. Las metas planteadas son de re­ moria corta en las luchas campesinas e indias de hoy." (Arias 1994: 178)

constitución cultural y reinvindicación jurídica porque reimponen la


Ley de Indios, rechazo del mundo q' ara y sus leyes. Sirve de lugar cen­ Estos ejemplos hablan de la manipulación transculturizada de

tral un "templo" construido de manera rústica-tradicional, con una los símbolos del poder en ambas direcciones, no solamente de cómo las

mesa hecha de barro, entechado andino de paja y puerta con eje de ro­ autoridades indígenas buscan la legitimidad de su poder cooptando los

tación de madera sin clavos. En ella, los líderes repiten 'la historia india' documentos hispanos, sino también incrustando sus propios símbolos
~
"

y emana del 'edificio' -a la manera de la tesis del arqueólogo Moore ci­ entre aquellos de los no-indígenas, controlando, de muchas maneras, ')o

tado líneas arriba-el "poder" que poseen en el area de Pampahuasi, Ma­ la legibilidad. También es importante subrayar que los qelqeris, (nom­
rapampa, Cantar Gallo, Mosoq Llajta, [arquitayuq y Guitarrani (Chu­ bre despectivo con el que se conoce a los abogados o leguleyos) en la
quisaca, Bolivia). visión indígena del Norte de Potosí (Bolivia) no son sino manipulado­ 1
res de lo escrito, de lo legible e ilegible. El mismo término qelqeri, no­ ¿
Todos estos ejemplos son lúcidos aspectos de lo que no es legible ción derivada del registrado por Gonzáles Olguin [1608J (1989: 301)
.~

"'l
para el mundo q' ara, "allegados-sin-nada" a tierras andinas, 'wayrapa­ como quellcani conlleva la carga negativa registrando el hecho de la
rnushqas, los traídos por el viento, los waqch'akuna, orfandad sin histo­ posibilidad de la manipulación de la legibilidad a favor del poderoso,
rias de parentesco, origen de la palabra gaucho (Argentina) y guacho del escribiente. María Eugenia Choque, estudiando documentos ayrna­
(Chile). El Movimiento Alcaldista y su brazo heredero los Hermanos ras, ha encontrado cómo la escritura de los leguleyos invisibilizó a las
Espirituales (Julián Ugarte, Agapito Ponce, Celestino Peralta, Matilde mujeres que ejercían poder político junto a sus esposos en los ayllus del
Calque de Iachakollu, Anacleta Ventura, [ulian Barrientos) se ligan his­ altiplano (comunicación personal, 1998).
tóricamente con la constitución de los fundadores del Partido Indio
(Fausto Reynaga), nucleo importante que engendró el MITKA, Movi­ En Uncía (Potosí, Bolivia), durante la fiesta de carnaval, un con­
miento Indio Tupac Katari (Constantino Lima) y de otros líderes tanto junto de danzarines llevan el nombre de doctorcitos, abogados qelque­
del movimiento de los Artesanos Libertarios de inspiración anarquista ris ataviados de sombreros ingleses de hongo (bow/ers), lentes, pajari­
(Rivera-Lehrn) de los años 30, así como también de previos movimien­ tas, bastones y polainas, trajeados de blanco y negro, cuya danza de
tos de reconstitución étnica liderizados por Santos Marka Tula (THOA, pompa sugiere el hedonismo sibarítico, la buena vida y la poca ver­
Rivera) y la organizaciones del Primer Congreso de Indígenas de Habla güenza. Unos personajes menores en esta representación teatral y calle­
quechua (Agosto de 1942) y el Primer Congreso Indígena de La Paz jera llevan simbólicos libros fuera de proporción, hechos de cajas de
(Mayo de 1945). Nombres como los de Francisco Chipana Ramos, Luís cartón, con los que golpean a los litigantes (generalmente indígenas)
Ramos Quevedo, Santos Marca Tula, Dionisia Miranda, Antonio Ma- una clara enunciación simbólica de lo que un personaje de Scorza, Ga­
rabombo, el Invisible, dice: "la leyes para los indios".
52 Guillermo Delgado-P Una aproximación filosófica para entender las luchas por la auionomia /vvtlica 53

Conclusión/Tukunata Tratándose del quechua, no obstante, se mantienen puntos esen­


ciales de referencia cultural, especialmente, cuando esos referentes tie­
El objeto de este trabajo fue el de hacer un escrutinio de las no­ nen que ver con la forma en que se organiza tiempo y espacio en las co­
ciones quechuas del poder desde la filología. Siguiendo unas reflexio­ munidades indígenas de origen quechua. Es posible que el rescate de
nes de James C. Scott respecto a la legibilidad como requisito de la ma­ estas tradiciones, que parecen privilegiar el bienestar de la comunidad
nipulación, presumiblemente por parte del poder político del Estado, por sobre la de individuos anónimos, continúen inspirando a las gran­
quise afirmar el hecho que, en el momento en que se genera un nuevo des movilizaciones indígena campesinas que nos hablan de sus deman­
horizonte como consecuencia del encontronazo España/Andes, la legi­ das por la autonomía y por el derecho a acentuar sus diferencias iden­
bilidad, que supone tener el poder conquistador de una sociedad colo­ tatarias que no han logrado ser eliminadas a pesar del intenso esfuerzo
nizada, no fue sino parcial. Wachtel ya hace algún tiempo atrás descri­ modernizador y que el globalismo neoliberal, una vez más, trata de ho­
bió este hecho como una 'desestructuración' y no como una destruc­ mogeneizar proponiendo una tabula rasa.
ción. Utilizando léxicos, diccionarios, y nociones del concepto quechua
del poder recogidos en trabajos de campo, y aprovechando la estrategia Pocas son las regiones geográficas del mundo que, como los An­
de una lectura postmoderna al incluir las narrativas de la arqueología y des, pueden proporcionarnos estudios que nos permiten obtener una
la etnohistoria, quisiera concluir diciendo que la consolidación del po­ mirada de ojo de pez. Leyendo los estudios arqueológicos y los etriohis­
i
~'",

')'
der español fue incompleta en razón de la renovación de las nociones tóricos siempre es posible colindar en lo que podemos llamar una an­
ro regulatorias andinas subsistentes. tropología andina. En ella, las lenguas que se consideran' minoritarias'
l.),....,
,,'"
como el quechua y el aymara aún pueden decir otras cosas ausentes del
Apuntando a las sugerencias de Arias, Dedenbach Salazar­ weltanschauung hispano, como por ejemplo en relación al poder polí­
Saenz, Harrisori, Rappaport y Cumming, y extractando historias des­ tico. Dice Prada Alcoreza: " Los pueblos nativos demandan territorios
de la oralidad sabemos ahora que las nociones quechuas del poder tu­ propios para constituir su territorialidad, para restituir su propia his­
vieron éxito al mantener una convicción cultural que era capaz de re­ toria espacial, que es como recuperar su inscripción consanguínea en
novarse. En términos de la legibilidad (Scott) podría uno afirmar que la tierra." (1996: 82).
para el mundo hispano de esa época, el quechua fue ilegible como el
castellano lo fue para los quechuas. Un ejemplo elemental de este im­
passe se da en simples detalles filológicos. El quechua tiene una sola
tercera persona singular pay (TPS) que no distingue género: pay mu­ Nota:
jer, pay hombre, pay vicuña. El quechua también tiene un ñuqancheq­
=nosotros inclusivo y un ñuqayku=nosotros exclusivo, un nosotros­ Las traducciones del inglés y del quechua al español son del autor.
sin -ellos. Sin embargo, a pesar de esa ilegibilidad, existe una transac­
1. "My basic argument can be summarized in fonr statements: 1) buildings as cultu­
ción de lexemas y lenguas entendidas cada una a su modo. Los sacer­ ral constructs are imbued with symbols; 2) public buildings often contain public
dotes aprenden quechua para evangelizar, pero las conversiones, téc­ symbols; 3) the nature of the symbols informed prehistoric societies about the ba­
nicamente hablando, no crean sino confusiones cognoscitivas que se sis of social order; and 4) it is possible for archaeologists to make limited, but sig­
han dado por aceptar cual transculturaciopes, resultados nuevos del nificant, inferences about the composition of the social group and basis of social
order from analyses of prehistoric architecture." (Moore 1996: 15
emerger de corrientes culturales que se tornaron más complejas a tra­
2. "As an archaeologist educated during the heated exchanges of the New Archaeo­
vés del tiempo, observación que nos devuelve al carácter dinámico de logy, I arn well aware that current intellectual paradigms limit what we ask of the
la cultura. pasto It also seems to me that while some explanatory principles have cross-cultu­
ral validity, I am most interested in understanding that unique paths that prehis­
54 Guillermo Delgado-P Una aproximación filosófica para entender las luchas por la autonomía Ayllica 55

~lACSO - Biblioteca
toric societies have taken and in comparing those distinct social routes to highlight D' Altroy, Terence N.
the diversity of human experience...as an archaeologist 1 do not engage in a dialo­ 1994 "Factions and Political Development in the Central Andes." IN:
gue with a site; 1 ha ve a one-sided corlVersation. And for that reason, 1 am extre­ Brumfiel, Elizabeth and John W. Fox (eds) Facticnal
mely uncomfor table with the metaphor of the archaeologist as interpreter simply Competition and Political Development in the New WorId.
because there is no" other" to tell me 1 am wrong." (Moore 1996: 17). Cambridge: CUP, 171-187
Dedenbach S-S., Sabine
1997 "La terminología cristiana en textos quechuas de instrucción
religiosa en el siglo XVI." En: Mary H. Preuss (ed) Messages and
Bibliografía Meanings. Lancaster, California: Labyrinthos, 195-209
Delgado- E, Guillermo
Adarns, Richard N. 1987 Artieulations of Group Identity and Class Formatton among
1977 "Power in Human Societies: A Synthesis" En: Richard N. Adams Bolivian Tin Miners. Ann Arbor, Michigan: Dissertation Series,
y Raymond Fogelson (eds). The Anthropology of Power. 430p.
Ethnographic Studies from Asia, Oceania and the New World. 1992 "Kuntur Shrine of the Southern Andes". [ournal of Latin
New York: Academic Press, 387 -410. American Lote, Vol 18 (1-2): 189-209
Arias, Juan Félix 1994 "El concepto quechua del poder." Lienzo, Revista de la
1994 Historia de una Esperanza. Los Apoderados Espiritualistas de Universidad de Lima, vol 15: 163-188
Chuquisaca 1936-1964. La Paz: Aruwiyiri/THOA 1996 "P" iña Urqu, Iarnp' atu y la Boca de Katari. La adoración de los
Beyersdorff, Margot litos andinos." En: Schmelz, Bernd y N. Ross Crumrine (eds).
1998 Historia y Drama Ritual en los Andes Bolivianos (siglos xv-xx). La Estudios sobre el sincretismo en América Central y en los Andes.
Paz: Plural/Universidad Mayor de San Andrés. Bonn: Estudios Americanistas, Bonner Amerikanistische
Caillavet, C Studien: Holos, 217 -245
1985 "La Adaptación de la Dominación Incaica a las Sociedades Dornenici, Viviano y Davide Dornenici
Autóctonas de la Frontera Septentrional del Imperio: 1996 "Talking Knotes of the Inka," Archaeology, Vol 49 (6),50-56
(Territorio Otavalo-Ecuador)" Revista Andina Vol 3: 403-423 Earls, [ohn
Cieza de Leon, Pedro de 1969 "The Organization of Power in quechua Mythology." [ournal of
1880 Segunda Parte de la Crónica del Peru. Madrid: Manuel Ginés the Steward Anthropological Society. Vol 1 (1): 63-82
Hernández. Engwall, Evan C.
Condarco Morales, Ramiro 1995 "Turbulcnt Relations Recat: The Mythohistory of the Cañaris
1981 "Estructura política del Imperio de los Incas". Cuadernos de Hoy and the Inca Empire" [ournal of the Steward Anthropological
(La Paz), Vol 1 (2): 43-63 Society. Vol 23 (1-2): 345-361
Conrad, Geoffrey W. Estenssoro, Juan Carlos
1992 "Inca Imperialism. The Great simplification and the Accident of 1996 ¿Historia de un fraude o fraude histórico? Semana, (La Paz),
Empire". IN: Arthur A. Demarest and Geoffrey W. Conrad (eds) domingo 16 de marzo, 8-10
Ideology and Pre-Columbian Civilizations. Santa Fe, NM: School Gallego, Ferran
of American Research, 159-174
1992 Ejército, Nacionalismo y Reformismo en América Latina. La
Crandon, Libbet
gestión de Germán Busch en Bolivia. Barcelona: PPU,
1991 Prom the Fat of Our Souls. Social Change, Political Process, and Garcilaso de la Vega
Medical Pluralism in Bolivia. Berkeley: UCP [1609] 1943 Comentarios Reales de los Incas. Buenos Aires: Emece [1,
24] (1:57)
56 Guillermo Delg ado-P Una aproximacián filosófica para entender las luchas por la autonomía Ay/lica 57

! !.­

Gonzales Holguín, Diego Mannheim, Bruce


[1608] 1989 Vocabulario de la Lengua General de todo el Perú llamada 1987 "A Serniotic of Andean Dreaming". En: Barbara Tedlock (ed).
lengua qquichua o del Inca. Lima: Universidad Nacional Mayor Dreaming. Anthropological and Psycho logica1 lnterpretations.
de San Marcos NewYork: Cambridge Univ Press, 132-153
Guillet, David Moore, Ierry D.
1994 "Canal 1rrigation and the State: The 1969 Water Law and 1996 Architeeture and Power in the Aneient Andes. The Archaeology of
Irrigation Systems of the Colea Valley of Southwestern Peru." Public Buildings. Cambridge: UCP
IN: William P. Mitchel! and David Guillet (eds.) Irrigation at Moreno Yañez, Segundo E.
High Altitudes: The Social Organization ofWater Control Systems 1988 "Formaciones políticas tribales y señorios étnicos". En: Enrique
in the Andes. Vol 12: 167-188 Ayala Mora (ed) Nueva Historia del Ecuador, Vol 2. Quito:
Harrison, Regina Grijalbo, 9-134
1995 The Language and Rhetoru: of Conversion in the Viceroyalty of Muna, [ohn V.
Peru. Poetics Today. Vol 16 (1), Spring, 1-28 1986 "The Expansión of the Inka State: Arrnies, War and Rebellions"
Isbell, William H. IN: Iohn V. Muna, Nathan Wachtel and [acques Revel (eds)
1997 Mummies and Mortuary Monuments. A Postprocessual Prehistory Anthropological History of Andean Polities. Cambridge: CUP, 49- 58
of Central Andean Social Organization. Austin: UTP Pease, Franklin
'J Isbell, William H. 1990 Inka y Kuraka: Relaciones de poder y representación histórica.
~I 1995 "Constructing the Andean Past or ' As You Like It'" [ournal of the University of Maryland, Depart of Spanish and Portuguese.
l.' Steward Anthropological Society. Vol 23 (1-2): 1-12 Working paper number 8
'r"
Prada Alcoreza, Raúl
Iulien, Catharine J. 1996 Territorialidad. Laz Paz: Qul!anaIIDRlUMSA
1988 How Inca Decimal Administration Worked. Ethnohistory 35 (3): Rappaport, Ioanne. and Thomas B.F. Cummins
357-379 1994 "Literacy and Power in Colonial Latin América." IN: Bond G.,
Kohl, James V And A. Gilliam (eds) Social Construction of the Past:
1977 "Antonio Mamani Alvarez: A Cal! to Bolivian Indians" [ournal of Representation as Power. London, NY: Routledge, 89-109
Peasant Studies, Vol IV (4) Iuly, 394-397 Salornon, Frank
Kolata, Alan L. 1986 Native Lords of Quito in the age of the Incas: The Political
1996 Valley of the Spirits. A Journey into the Lost Realm of the Aymara. Economy ofNorth Andean Chiefdoms. Cambridge: CUP
New York: Iohn Wiley .Schaedel, Richard P.
Langer, Erick D. 1956 La representación de la muerte del Inca Atahuallpa en la fiesta de
1990 "Bandolerismo Andino y Organización Comunal Campesina, la Virgen de la puerta en Otuzco. Escena/ENAE Vol 4 (8)
1882-1930." En: Carlos Aguirre y Charles Walker (eds), 1988 Andean World View: Hierarchy or Reciprocity, regulation or con­
Bandoleros, Abigeos y Montoneros. Criminalidad y Violencia en el trol? Current Anthropology. 29 (5:): 768-775
Peru, siglo XVIII-XX. Lima: IAA,251-275 _ _ _, (traducción de Guillermo. Delgado-P.)
Lehrn, Zulema A., Silvia Rivera Cusicanqui 1991 "Interrelaciones y percepciones cósmicas andinas: ¿regulatorias o de
1988 Los Artesanos Libertarios y la Etica del Trabajo. La Paz: control?" Revista Histórica, Vol XV (1) julio,.63-91
Gramma/THOA Schaedel, Richard P. y Guillermo Delgado-P.
Libro de Cabildos de Quito, 1603-1610 1998 "Anthropological Ameridments to a Definition of Earth's
1935 Libro de Cabildos de la ciudad de Quito. Transcripción de José Indigenous Peasantries: An Americas Case." Paperpresented at the
Mojica Silva. Lima: Lee, Bertram L y Juan Bromley. Indigenous Intellectual Sovereignties Conjerence: A Hemispheric
Convocation. Davis: University of California, April, 17pags.
58 Guillermo Delgado-P

Schechter, lohn EL AYLLUUNA ALTERNATIVA

1992 "Latín America/Ecuador". En: Titan, Jeff Todd (ed). Worlds of


Music. An Introduction to the World' s People Music. New York: DE DESCOLONIZACIÓN*

Schirmer Books, 376-428


Scott, James C.
1998 Seeing Like a State. How Certain Schemes to Improve the Human
Condition Have Failed. New Haven: Yale
María Eugenia Choque
Taller de Historia Oral Andina,
Saloman, Thomas
La Paz Bolivia
1994 "Coplas de Todos Santos in Cochabamba: Language, Music, and
Peformance in Bolivian quechua Song Dueling." [ournal of
American Folklore, Vol 107 (425): 378-414
Stanish, C.
1992 Ancient Andean Political Economy. Austin: UTP
Tomoeda, Hiroyasu Presentación
1996 "El Discurso Indígena en las Crónicas." Nuevo Texto Crítico, Vol
18 (Año IX), 65-73 Este artículo ilustra la noción de etnogénesis inmediatamente
Urton, Gary relacionada con la noción de identidad étnica. Presumiblemente, el na­
1993 "Contesting the Past in the Peruvian Andes." IN: A Bacquelin cionalismo revolucionario boliviano-ahora agotado y anacrónico-eli­
and A. Molinie (ed) Mémoire de la Tradttion, Nanterre: Soceité d'
minó del imaginario histórico la noción de género y etnicidad como
ethnologie, 107-144
componente mayor de esa sociedad. Frente a las fuerzas homogeneíza­
Urton, Gary and Primitivo Nina Llanos
1997 The Social Life of Numbers. A quechua Ontology ofNumbers and
doras del globalismo de comienzos de milenio, el trabajo del Taller de
Philosophy ofArithmetic. Austin: UTP Historia Oral Andina (THOA) se muestra como una experiencia via­
Zuidema, R. Tom ble de reconstitución de la memoria y de una cultura por demás resis­
19890. "La cuadratura del círculo en el antig,o Perú. En Manuel Burga tente. Evidente muestra de ese intento es su trabajo llamado a recons­
(ed) Reyes y Guerreros: Ensayos de cultura andina. Lima: fom­ tituir el sistema 'oyllico' entre sus comunidades inspiradas en la noción
ciencias, 273-305 de autosuficiencia biocultural. El artículo esta organizado en cuatro
partes a la manera de un tawantinsuyu. (GD-P. Enero de 2001)

Antecedentes

La experiencia del Taller de Historia Oral Andina, grupo de tra­


bajo indígena, conformado por profesionales aymaras de las distintas
provincias del departamento de La Paz, como Ingavi, Pacajes, Los An­
des, Muñecas, tiene su origen en las aulas universitarias, primero como

* Este trabajo recibio el apoyo agradecido de IRCA, Indigcnous Reserch Center of


the Americas, de la Universidad de California Davis de la que la autora fue becaria,
en particular de Ines Hernández y Stefano Varese".

También podría gustarte