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Teatro Espontáneo

Todas tenemos algo que


decir.

Mención de Didáctica
Psicología de grupos
Marcela Inzunza/ Yani Núñez
Estudiante: Elizabeth Beltrán Riquelme
viernes 12 de Julio, 2019.
Es innegable el hecho que cada día la sociedad abre más su mirada, así por ejemplo lo ha
demostrado en los últimos tiempos el feminismo, dejando al descubierto muchas de las
injusticias existentes dirigidas a la mujer, el cómo las culturas bajo un patriarcado casi
inquebrantable a oprimido las necesidades, las opiniones, el cuerpo y la mente de todas
nosotras. Es por esto que, bajo la mirada de una nueva cultura y una nueva educación, como
facilitadoras buscamos una oportunidad para compartir ideas, pensamientos y necesidades,
pero cabe destacar que no es a las nuevas generaciones que nacen y están creciendo en las
nuevas ideas, sino a las han vivido en la máquina del cotidiano durante muchos años.

Así, bajo el objetivo de que estas mujeres mayores comenzarán a compartir sus necesidades,
y que saliesen del cotidiano, se les invita a participar y vivir la experiencia del Teatro
Espontáneo y como menciona Aguiar (2009) en relación a este:

La segunda característica es la producción colectiva, que diferencia el teatro


espontáneo de las otras formas de teatro, como de todas las modalidades de arte individual.
Todo el proceso implica la participación de un sinnúmero de actores, que precisan estar
sintonizados, abiertos, sensibles y dispuestos, entregados. Así, no podemos pensar en
desarrollar sólo habilidades teatrales centradas en una persona, ya sea la del director, la del
actor, la del músico, la del iluminador, la del productor, o quien quiera que sea. La
construcción es conjunta, el desarrollo también. (5)

Por esto era importante usar el Teatro Espontáneo como metodología para trabajar con las
mujeres, pues este como se menciona anteriormente ayuda a la colectividad y a la
comunicación, durante el taller no era lo más importante tener como fin un objeto artístico
sino por el contrario el teatro se usó como medio para el verdadero fin, que fue que cada una
encontrase su espacio de confianza para comunicar hacia el exterior su sentir, fuese este
tristeza, alegrías, rabias, recuerdos y muchos más. Como facilitadoras también este era un
medio, un apoyo para comunicarnos entre nosotras, es decir, no solo debíamos lograr la
colectividad entre las mujeres, sino también en quienes facilitábamos el taller, dando
importancia a la observación del grupo completo, las participantes, las profesoras y nosotras
como estudiantes/facilitadoras. Durante el proceso fue interesante observar como clase a
clase se generaba más confianza entre ellas, como cada vez los recuerdos, las experiencias u
opiniones que compartían eran más íntimos e importantes para ellas, y también entregaban
la energía y confianza al total del grupo. Es decir, durante el proceso se lograban ver los
objetivos que tiene el propio Teatro Espontáneo o Teatro Espontáneo Comunitario como
menciona Flores (2010):

Es un recurso metodológico sustentado en el juego, la escenificación improvisada, la


creación colectiva y la expresión corporal. Una propuesta para compartir sensaciones,
sentimientos, ideas, sueños, imágenes: mundos internos que transitan con nosotros la vida
cotidiana. Una excusa para generar el encuentro entre las personas. Una alternativa para
desarrollar la creatividad como factor de salud social. Una vía para posibilitar la
participación comunitaria activa y potenciar su empoderamiento. (p.2)

Sin embargo, durante el transcurso de esta experiencia también hubo ciertos factores que
dificultaba el desarrollo del taller y por ende el cumplimiento de los objetivos, algunos de
estos tenían directa relación con la rol como facilitadoras, ya fuese desde la dificultad para
planificar una clase, mantener la atención en las necesidades y peticiones de cada
participante, hasta tener que sostener la clase en medio de una dificultad de una de las
facilitadoras, y pero aquí también nuevamente se abre el espacio para mencionar la
colectividad que genera el Teatro Espontáneo pues, ante esta situación todas asumieron parte
del rol y lograron resolver de manera segura y calmada.

También, mencionar que, como proceso de aprendizaje, fue muy importante la comunicación
entre nosotras, el aporte en cada planificación, el aporte en cada clase, la escucha, el
ayudarnos, el repartirnos tareas para así lograr con más facilidad los objetivos de la
experiencia. A nivel personal, pude darme cuanta de mis dificultades, mi falta de seguridad
al momento de dar indicaciones, sin embargo, pude notar también la facilidad muchas veces
para observar al grupo.

Por último, es importante reconocer que esta experiencia teniendo como base el Teatro
Espontáneo, y como muchos teóricos mencionan, se relacionó más de una vez con el
psicodrama y sociodrama, teniendo en cuenta también la delgada línea que diferencia a
ambos, pues en más de una ocasión alguna de las participantes mencionaba y compartía algo
propio, personal, como desatar sus nudos, el sentirse libre con los juegos, pero a pesar de ser
algo intimo también podía verse que el grupo entero se llenaba de aquello, las mujeres
adultas, las profesoras y nosotras como estudiantes, todas podíamos compartir el mismo
sentir desde diferentes experiencias, personalidades, gustos u opiniones.

Bibliografía:

- Aguiar, Moyses, (2011). Transcrea. Campo Grupal Nº 130.


https://transformacreando.blogspot.com/2015/11/homenaje-moyser-aguiar-creador-
del.html
- Flores, Mario. (2010). Teatro Espontáneo Comunitario. Un recurso metodológico
para el desarrollo de las personas, grupos y comunidades. Cuba.

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