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La frase “Destino Manifiesto” apareció por primera vez en un artículo que escribió el periodista John L.
O’Sullivan, en 1845, en la revista Democratic Review de Nueva York. En su artículo, O’Sullivan explicaba
las razones de la necesaria expansión territorial de los Estados Unidos y apoyaba la anexión de Texas.
Decía: “el cumplimiento de nuestro «destino manifiesto» es extendernos por todo el continente que
nos ha sido asignado por la Providencia para el desarrollo del gran experimento de libertad y
autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para
el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino”.
A través de la doctrina del Destino Manifiesto se propagó la convicción de que la “misión” que Dios
eligió para al pueblo estadounidense era "la de explorar y conquistar nuevas tierras", con el fin de
llevar a todos los rincones de Norteamérica la “luz” de la democracia, la libertad y la civilización. Esto
implicaba la creencia de que la república democrática era la forma de gobierno favorecida por Dios.
Aunque originalmente esta doctrina se oponía al uso de la violencia, desde 1840 se usó para justificar el
intervencionismo en la política de otros países, así como la expansión territorial a través de la guerra,
como sucedió en 1846-48 en el conflicto bélico que concluyó con la anexión de más de la mitad de
territorio mexicano.
Desde su origen como nación, el sueño de Estados Unidos ha sido encontrar la perfección social a
través de un triple compromiso: con la divinidad (cumpliendo con el destino impuesto por Dios), con
la religión (observando una moral intachable) y con la comunidad (defendiendo "su libertad", "su
seguridad" y "su propiedad"). A lo largo de la historia, los políticos estadounidenses han invocado el
favor de Dios en sus discursos y han insistido en la “misión trascendente” que la nación tiene que
cumplir.
La historia de las relaciones exteriores de los Estados Unidos provee infinidad de expresiones y
encauzamientos de la política del “Destino Manifiesto”. Algunos de ellos son:
• Doctrina Monroe (1821) de James Monroe que pretendía, reservar "toda la América para los
americanos", pero solo los del norte, declaró que ninguna nación americana independiente (esto es,
latinoamerica) a la que paso a considerar su "patio trasero" debía volver a ser sometida por Europa
(Inglaterra especificamente) y que los Estados Unidos "intervendrían" si consideraba afectados sus
intereses.
• Doctrina Truman (1946) de Harry Truman, mediante la que Estados Unidos comprometía su poder
militar y su fuerza económica (movilizacion y posicionamiento de tropas y mayor presupuesto militar)
para la defensa de países "bajo su periferia" o considerados estrategicos contra el comunismo
totalitario (entendido como el “Mal”) que amezaba con su "expansion anticapitalista y proletaria" tras
el postconflicto de la segunda guerra mundial.
• La “Nueva Frontera” (1961) , de John F. Kennedy que torno su centro gravitacional en la expansion de
la hegemonia comercial y financiera norteamericana, como medio suavizado de un "control territorial y
politico", a fines practicos "anexion" por via de la llamada “Alianza para el progreso” en todos los
gobiernos y naciones de América Latina primordialmente.
• Doctrina Cebrowski (2001) del almirante Arthur Cebrowski, que expresa un proyecto militarista
del Pentágono a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, orientado por el entonces
secretario de defensa estadounidense Donald Rumsfeld, para sembrar en una primera fase el caos
en el «Medio Oriente ampliado» o «Gran Medio Oriente» y en una segunda fase extendida
hacia los Estados de la «Cuenca del Caribe», patio trasero ya tradicional de EEUU, so pretexto
de la "guerra mundial contra el terrorismo globalizado" y el sometimiento de las
"dictaduras populistas" antinorteamericanas contrarias a la "libertad" y el "progreso" en los
llamados "estados fallidos". En resumen una nueva forma de anexionismo y establecimiento de
su “Destino Manifiesto”.
nos arredra.
JOHN L. O’SULLIVAN