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Proyecto Bolivariano
Sede Monagas
Marzo de 2018
“No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.” La afirmación
corresponde a una cita apócrifa atribuida a Voltaire (François-Marie Arouet). Y es ilustrativa del
espíritu que marco el periodo histórico en que se circunscribió, todo el movimiento cultural,
Dicha corriente de pensamiento enfatizó el poder del raciocinio, de las ciencias, el ataque contra
continuaron de cierto modo los ideales humanistas que lo precedieron, si bien más orgullosos y
radicales, aborrecían a la masa, -la plebe-, de hecho, su obra máxima la Enciclopedia, se editó
Nombres como, Voltaire, Rousseau, D’Alembert, Diderot, Montesquieu, Locke, etc. Estuvieron
entre sus más conocidos representantes, quienes fueron más ensayistas y literatos audaces, que
verdaderos filósofos como Berkeley, Holbach, Hume o Kant; a los cuales no se les debe
Si bien es cierto que, en cuanto atañe a la formación del Estado moderno, los primeros tuvieron
especial y determinante influencia. El Estado tal cual se entendió desde finales del siglo XV, con
omnímodo del sistema feudal de control y opresión socio-económico; cuyo baluarte era la unión
férrea entre los nobles y el clero. Puede fácilmente explicarse como una adaptación y reacomodo
Fuerzas que acomodaticiamente asimilaron y usaron, parte del arsenal filosófico- enciclopédico
del movimiento ilustrado y a sus principales exponentes; como arietes legitimadores del nuevo
Estado, que pretendía ser nacional, lo que en el siglo XVI significaba tres cosas: primera, no
reconocer ninguna autoridad superior, ni siquiera nominal, prescindiendo así de los Imperios, que
Y tercera, que el poder del Estado moderno, -en sus comienzos absolutista y monárquico- estaba
el Rey o monarca de todo el poder político, social, militar y económico sobre sus súbditos, su
Más sin embargo es menester, ver la forma específica en que el pensamiento de algunos
Voltaire, por ejemplo, sostenía que la vida en común exige una convención, un «pacto social»
para preservar el interés de cada uno. Y que el instinto y la razón del hombre le llevan a respetar
y promover dicho pacto. En cuyo caso el propósito de la moral se resume a enseñarnos los
Pero, así como expreso tales conceptos, predicadores del acuerdo social, refiriéndose a los
Estados y gobiernos vertió criticas radicales como esta. Voltaire (1764), afirma al Estado como:
Por otra parte, el razonamiento de John Locke en lo referente a la separación de los poderes del
Estado, de acuerdo con Newberger (2006) tuvo su génesis en las: “fuertes tendencias empiristas
inclinado a leer una obra de grandiosa metafísica como la Ética de Spinoza, que entre otros
aspectos era una profunda exposición de las ideas de Spinoza, y muy especialmente un meditado
argumento para bien de los racionalistas sobre tolerancia política y religiosa y la necesidad de la
la separación del poder legislativo y el ejecutivo. Sosteniendo la autoridad del Estado en los
Además, Locke veía la creación de la sociedad civil y/o política, como producto de un contrato
social, que podía dividirse en dos fases, la primera, el contrato de unión: que no es más que la
unidad de las partes para conformar una sociedad → creación de la sociedad civil. Y la segunda,