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EXPEDIENTE Nº : 6474-2018-0-1601-JP-LA-01
DEMANDANTE : VICENTE WALTER TEJADA FERNANDEZ
DEMANDADO : UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
MATERIA : PAGO DE BENEFICIOS SOCIALES
JUEZ : EDITH DEL PILAR FERNANDEZ ROSAS
SECRETARIO : VICTOR DIAZ SANTISTEBAN
VISTOS.- La senñ ora Juez Supernumeraria del Primer Juzgado de Paz Letrado
Laboral Permanente de Trujillo, emite la siguiente sentencia, en primera
instancia:
I. PARTE EXPOSITIVA.-
1. ARGUMENTOS DE LA PARTE DEMANDANTE:
A folios 02-11, subsanada a folio 32, obra el escrito postulatorio de
demanda, en el cual se senñ ala lo siguiente:
1.1. El demandante ingresoó a laborar para la demandada desde enero de
1989 hasta la actualidad, siendo que a la fecha ocupa el cargo de
Docente universitario bajo la modalidad de contratado, inicialmente con
una carga lectiva de maó s de 20 horas semanales, que luego se
incrementoó en el curso de la relacioó n laboral; habiendo laborado sin
interrupcioó n o suspensioó n, con un record de servicios de maó s de 25
anñ os; percibiendo como remuneracioó n la suma de S/3,300.00 soles.
1.2. Precisa que el derecho vacacional demandado es en funcioó n a lo que
dispone la legislacioó n privada-Decreto Legislativo 713.
1.3. En relación a la pretensión de pago de vacaciones y su
indemnización por el no goce efectivo del periodo 14.08.2006 al
13.08.2009 y su indemnización vacacional, refiere que desde el
inicio de su relacioó n laboral, debíóa computarse su record vacacional
como el otorgamiento del descanso anual efectivo que le correspondíóa;
sin embargo, ello no ha ocurrido, pese a que es una trabajadora a plazo
indefinido, ya que su contrato laboral se ha desnaturalizado, por haber
sido contratada para un objeto contractual claramente definido y
porque el dilatado tiempo de vida laboral ha superado el maó ximo legal
permitido; aunado al hecho de haber suscrito los contratos con
posterioridad al inicio de su prestacioó n efectiva de labores.
1.4. En ese sentido, al ostentar la referida condicioó n le correspondíóa gozar
de su descanso vacacional; sin embargo, la demandada le negoó referido
derecho, por lo que corresponde se le pague e indemnice por no haber
gozado oportunamente de su descanso vacacional.
1.5. Finalmente, se solicita el pago de intereses legales y honorarios
profesionales.
2. ARGUMENTOS DE LA PARTE DEMANDADA
A folios 180-193 obra el escrito de contestacioó n de demanda, en el cual se
senñ ala lo siguiente:
2.1. Precisa que el escrito de demanda solo estaó referido a la pretensioó n
expuesta por el demandante, puesto que, en el escrito de demanda se
abunda en fundamentos faó cticos que abarcan del periodo de 1989 hasta
la actualidad, lo que no es materia de pretensioó n alguna, por lo que
devienen en impertinentes, ya que el periodo materia de reclamo
uó nicamente es del 14.08.2006 al 13.08.2009.
2.2. Que, dentro del marco normativo establecido en la Ley Universitaria
vigente, la relacioó n laboral entre la Universidad y el accionante, se
establecioó sobre la base de la celebracioó n de Contratos de Profesor
Universitario a Plazo Determinado para desempenñ ar funciones de
ensenñ anza de caraó cter temporal. Siendo que, resulta necesario que el
demandante se someta a un concurso puó blico, para que el demandante
adquiera la condicioó n de profesor ordinario; pues de lo contrario,
otorgarle la condicioó n de indeterminado a un profesor contratado,
conllevaríóa a crear un reó gimen laboral con mejores condiciones para los
docentes contratados a plazo determinado, que los correspondientes a
los docentes ordinarios que ingresan mediante concurso puó blico de
meritos.
2.3. Que, el accionante ha celebrado contratos de Docente Universitario a
Plazo determinado, no prestando servicios de forma continua e
ininterrumpida, por cuanto existieron periodos en los que no prestoó
labores como docente, abonaó ndose sus remuneraciones y beneficios
sociales por los díóas efectivamente trabajados.
2.4. Respecto al pago de vacaciones anuales, su indemnización y pago de
vacaciones no gozadas, alega que no le corresponde el otorgamiento ni
pago de vacaciones anuales, puesto que no ha cumplido con el record
anual míónimo exigido para el goce de tal concepto, de conformidad con
lo establecido por el Articulo 10 inciso a) y articulo 12, inciso a) del
Decreto Legislativo N° 713; habieó ndosele abonado el pago por concepto
de vacaciones truncas al teó rmino de cada Contrato de Trabajo.
II.PARTE CONSIDERATIVA.
1. Respecto a la admisión de medios probatorios extraordinarios (minuto
26’488’’ al 31’46’’ del audio y video de la Audiencia Única): La Juzgadora,
estima pertinente ordenar la admisión como medios probatorios
extraordinarios, de las documentales de fojas 215-220 (aportados al
proceso por la parte demandada). Respecto a los medios probatorios
extraordinarios, debemos indicar que eó sta categoríóa si bien no se encuentra
expresamente regulada en el artíóculo 21 de la NLPT, la cual regula los
supuestos de procedencia de los medios de prueba extemporaó neos; sin
embargo, la idea de “medios de prueba extraordinarios” se ha gestado y
desarrollado en el ejercicio mismo de la praó ctica judicial, teniendo como
sustento juríódico los principios de veracidad y al del privilegio del fondo sobre
la forma, contenidos, respectivamente, en los artíóculos I y III del Tíótulo
Preliminar de la antedicha norma; pero, ademaó s, para calificar un medio de
prueba como uno extraordinario y diferenciarlo de cualquier otro medio de
prueba comuó n, se ha acunñ ado un impostergable componente de anaó lisis: la
trascendencia para el proceso –como mecanismo eficaz y legitimado de solución
de los conflictos con relevancia jurídica– de la informacioó n contenida en el
medio de prueba. Noó tese que el factor “importancia” se debe analizar en
directa vinculacioó n con el proceso y su justa composicioó n para lo que, en
algunas ocasiones, muy excepcionales –por cierto–, se hace sumamente
necesaria la incorporación de algún medio de prueba que, pese a no
encontrarse dentro de los supuestos del artíóculo 21 de la NLPT, resultan
vitales para lograr la finalidad del proceso: lograr la paz social en justicia,
al margen del interés de cualquiera de las partes. En buena cuenta, un
medio de prueba extraordinario es aquél que, sin encuadrarse dentro de
las causales habilitantes para ser incorporados como prueba
extemporánea procedente, debido a su gravitación para el resultado del
proceso, deben ser admitidos como una prueba de la parte que la ofrece;
lo cual, sucede en el presente caso, respecto de las documentales de fojas 215-
220 (aportados al proceso por la parte demandada), en tanto que, con las
liquidaciones de vacaciones truncas (folios 219-220) la demandada pretende
acreditar los pagos por vacaciones truncas que se le realizaron al demandante;
y, mediante las Planillas de remuneraciones de folios 215-218, lo que se busca
acreditar es la fecha de inicio de la relacioó n laboral, hechos que evidentemente
se encuentran directamente vinculados con lo que es materia de controversia,
lo que ha determinado su admisioó n.
4. Delimitación de la controversia:
En principio, debe senñ alarse que si bien la parte demandada ha senñ alado
que el proceso debe limitarse a la resolucioó n de la pretensioó n principal-esto
es, pago de vacaciones no gozadas e indemnización vacacional por el periodo
del 14.08.2006 al 13.08.2009-, y no a los fundamentos alusivos a la existencia
de una desnaturalizacioó n del contrato laboral del demandante desde el
inicio de la relacioó n laboral, puesto que determinar tal hecho resulta
impertinente; sin embargo, debe tenerse en cuenta que al haberse
planteado tambieó n la naturaleza de vínculo contractual (contrato de
trabajo a plazo indeterminado) como fundamento de hecho de la
demanda -punto 4 de la demanda, folio 04-, merece ser objeto de
pronunciamiento judicial, en tanto resulta ser un punto medular de la
controversia, a fin de determinar si resulta amparable el pago de las
vacaciones no gozadas e indemnizacioó n vacacional, conforme lo solicita la
parte demandante. Al respecto, en el numeral 5.21 del II Pleno Supremo
Laboral, publicado el 04 de Julio del anñ o 2014, como en distintas sentencias
1
Debe tenerse presente, a este respecto, que las pretensiones cuantificables (p.e. pago de beneficios sociales) que
tuvieran una causa petendi que implique el análisis de cuestiones como, por ejemplo, la desnaturalización de un
contrato modal o la desnaturalización de una relación de prestación de servicios, no puede entenderse como una
acumulación de pretensiones cuantificables y no cuantificables, porque la causa petendi no es una pretensión sino
solo el fundamento de aquélla.
casatorias, entre ellas, la recaíóda en el expediente nuó mero 7358-2013-
Cusco2 ya se ha establecido que es totalmente factible hacer valer la
desnaturalización de la contratación como pretensión o como
fundamento de hecho.
Así pues, es totalmente factible, que la parte demandante, pueda plantear
como fundamento de hecho, la desnaturalizacioó n de su contrato de trabajo;
toda vez, que tal alegacioó n, no afecta ninguna regla o principio procesal, en
tanto la parte demandada, en ejercicio legíótimo y regular de su derecho de
defensa, debe pronunciarse expresamente respecto de cada uno de los
hechos expuestos en la demanda. Por lo tanto, en modo alguno, puede
senñ alarse que el demandante incurre en una conducta temeraria, al plantear
dentro de sus fundamentos de hecho, la desnaturalizacioó n de los contratos,
tampoco se puede alegar una afectacioó n al derecho de defensa, al debido
proceso ni al principio de congruencia procesal; maó xime si, en virtud a este
uó ltimo, el Juez debe fundar su decisión en los hechos alegados por las
partes, seguó n lo indica el artíóculo VII del Tíótulo Preliminar del Coó digo
Procesal Civil; ello importa que tales hechos (plataforma faó ctica de la
demanda) se tengan que abordar y discernir, sobre todo si guardan
relacioó n con un aspecto sustancial del proceso, como ocurre en este caso,
puesto que la verdadera naturaleza del contrato entre el demandante y la
emplazada, es de suma trascendencia para la dilucidacioó n de la pretensioó n
de pago de vacaciones no gozadas e indemnizacioó n vacacional, pues de ello
depende el determinar si el pago de las vacaciones truncas efectuados por la
demandada al teó rmino de los contratos de naturaleza determinada que eó sta
invoca como vaó lidos, resulta legal; tesis que el accionante rechaza bajo el
argumento de haber estado sujeto a un contrato laboral de naturaleza
indeterminada, de ahíó la importancia de dilucidar este extremo de la
controversia.
Por otro lado, resulta necesario senñ alar que, dado que en el presente caso, se
ha planteado la desnaturalizacioó n como parte de los fundamentos de hecho
de la demanda y no como una pretensioó n; entonces pues, no corresponde
emitir una declaración formal en la parte resolutiva del fallo, sino que,
únicamente se procederá a verificar la veracidad o no de dicho fundamento de
hecho contenido en la demanda. Siendo así, en el caso de autos, solo
procederemos a abordar el tema de la desnaturalización de la
contratación del accionante, pero sin declaración formal en el fallo.
En merito a lo antes determinado, y en virtud a los hechos expuestos por
ambas partes, contenidos en los escritos postulatorios de demanda y
contestacioó n de demanda respectivamente, oralizados en los mismos
teó rminos en la audiencia uó nica por las partes, es materia de controversia el
determinar: a) Si los contratos suscritos entre las partes (contratos de
trabajo a plazo determinado) desde el inicio de la relación laboral, se
encuentran desnaturalizados, por haber estado sometido el accionante
a un contrato laboral de naturaleza indeterminada; y b) determinar si
le corresponde a la parte accionante el pago de las vacaciones que
pretende por periodo del 14.08.2006 al 13.08.2009.
2
La cual refiere que la existencia de un contrato de trabajo de duración indeterminada, cuya verificación es
establecida por el Juez, ya sea por la desnaturalización de un contrato sujeto a modalidad (o de naturaleza civil) o por
aplicación del principio de primacía de realidad, como presupuesto previo al pronunciamiento respecto de un
derecho laboral, no constituye una pretensión autónoma e independiente de la pretensión laboral reclamada, sino
que forma parte de la causa petendi de ésta ultima (numeral 2 del considerando noveno).
5. En cuanto al régimen aplicable al presente caso: Previo a absolver los
aspectos materia de controversia, resulta importante senñ alar que la
demandada fundamenta, parte de su tesis de defensa o su “teoríóa del caso”, en
el hecho de que el trabajo del docente universitario configura un reó gimen
laboral especial, regido por la Ley Universitaria, en el que no rige el reó gimen
general de contratación laboral privada, sino el artíóculo 44 de la Ley 23733,
seguó n el cual, "los profesores contratados son los que prestan servicios a plazo
determinado y en las condiciones que fija el respectivo contrato" y que según el
artículo 46 de la misma Ley 23733, la admisión a la carrera docente, en
condición de profesor ordinario, se hace por concurso público de méritos y
prueba de capacidad docente o por oposición y de acuerdo a las pautas que
establezca el respectivo Estatuto de cada universidad…" (sic). Sobre el particular,
debemos indicar que ya se ha determinado que el demandante, durante el
periodo materia de demanda, se desempeñó formalmente como Docente
contratado; es decir, se encuentra dentro de la carrera docente, no obstante,
tal situacioó n no releva a la demandada de cumplir con las normas de
contratación del Régimen Laboral Común, por los siguientes
fundamentos:
a. En principio, la Ley número 23733, bajo cuya vigencia ocurrieron los
hechos postulados en el presente proceso, distingue entre carrera y
contrato de trabajo del docente universitario. Las normas de la citada ley
sobre carrera, son aplicables por igual a los docentes de las universidades
puó blicas como privadas, cuya regulacioó n se complementa con sus normas
estatutarias3. Sin embargo, la contratacioó n laboral de los profesores de las
universidades privadas, se rige por las normas del reó gimen laboral privado
(parte in fine del artíóculo 54), a cuyo reó gimen de derechos laborales debe
adicionarse los derechos expresamente reconocidos por la propia Ley
Universitaria, cuando reconoce a los docentes ordinarios, vacaciones
pagadas de 60 díóas al anñ o. En efecto, los artíóculos 43 a 54 de la citada ley,
regulan las clases, requisitos, modalidades, deberes y derechos, entre
otros, de la carrera docente, mientras que el propio artíóculo 54, en su
uó ltimo paó rrafo, establece las reglas aplicables al contrato de trabajo del
docente de una universidad privada, cuando senñ ala: "La legislación laboral
de la actividad privada determina los derechos y beneficios de dichos
profesores". Lo que significa que la citada ley no establece un régimen
laboral especial sino un régimen de carrera administrativa para los
docentes universitarios en general. Es decisivo, no confundir estos dos
planos regulatorios, el de carrera docente y el de reó gimen de derechos
laborales, pues aun cuando la ley bajo anaó lisis alude a ambos, 4 tal
diferenciacioó n es fundamental al momento de interpretarla en el caso en
concreto, considerando que la discusioó n de autos alude a derechos
laborales5 y no de la carrera docente.
b. Ahora bien, si un contrato de trabajo sea escrito u oral tiene su nacimiento
tanto en la relaciones laborales que se generan dentro de la actividad
privada asíó como en el de la actividad puó blica, las categoríóas de contrato a
tiempo determinado e indeterminado tambieó n operan y es ideó ntico en las
relaciones empleador – trabajador tanto en la empresa privada, como en la
empresa puó blica; por tanto la llamada desnaturalización del contrato
de trabajo es perfectamente aplicable en ambos sectores. De allíó que
3
Artículo 54 de la Ley número 23733.
4
Nótese por ejemplo que el derecho laboral de vacaciones pagadas de 60 días, la Ley número 23733 lo concede
exclusivamente a los docentes ordinarios, es decir a los que integran la carrera docente.
5
Pago de vacaciones no gozadas, cuyo contenido laboral y no de carrera docente es indiscutible.
resulta erróneo sostener que los contratos de los docentes de las
Universidades Privadas no se desnaturalizan, porque no les son aplicables
las normas del reó gimen general de contratacioó n laboral, dado que, tanto la
doctrina como la jurisprudencia constitucional han establecido la
exigencia de causalidad de la contratacioó n modal; asíó tenemos, la
sentencia del Tribunal Constitucional recaíóda en el expediente 10777-
2006-PA/TC, de fecha 07 de Noviembre de 2007, en los seguidos por Víóctor
Hugo Calvo Duraó n y otros, contra la SUNAT, sobre accioó n de amparo,
proceso constitucional, en el cual ha dejado sentado que el principio de
causalidad de la contratacioó n modal y su exigencia conforma la proteccioó n
del derecho constitucional al trabajo, asíó se ha senñ alado: “(…) Por lo tanto,
como ha sido reseñado en los fundamentos precedentes, se puede observar
que nuestro ordenamiento jurídico, en afirmación del principio protector
o tuitivo que inspira al Derecho del Trabajo, ostenta una preferencia
por la relación laboral a plazo indeterminado, la cual tiene base
constitucional. En consecuencia, si bien el legislador ha establecido en el
TUO de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral (LPCL),
determinadas modalidades de contratación laboral, no es menos cierto
que aquéllas han surgido con la finalidad de dar cobertura a
circunstancias especiales que se pueden presentar, tales como
necesidades del mercado o mayor producción de la empresa, o por la
naturaleza temporal o accidental del servicio que se va a prestar, o de
la obra que se ha de ejecutar, excepto los contratos de trabajo intermitentes
o de temporada que, por su naturaleza, puedan ser permanentes (artículo
53º de la LPCL). 8. En consecuencia, en atención a circunstancias dictadas
por el nuevo contexto socioeconómico y que exigen una mayor flexibilidad en
la relación laboral, éstas deben ser aplicadas con criterios de
interpretación restrictiva, pues la contratación laboral por excelencia
es aquella de duración indefinida, y si bien legalmente se han
habilitado modalidades de contratación distintas, no es menos cierto
que dicha contratación es viable en la medida que las circunstancias
así lo ameriten y se justifique de acuerdo a cánones de razonabilidad y
proporcionalidad.(...) En el mismo sentido se ha pronunciado el Tribunal
Constitucional, en los expedientes nuó mero 02632-2008-PA/TC, 2978-
2007-PA/TC, 01793-2008-PA/TC, entre otros.
c. En el presente caso, siendo la demandada una entidad universitaria
privada, y no habiendo probado que el ingreso del demandante fue
mediante concurso, sino que se efectuoó mediante contratos modales,
contratos que se aplican a los trabajadores de las entidades privadas y
puó blicas (en este uó ltimo caso, siempre que haya ley autoritativa), por tanto,
es erróneo sostener que los contratos de los docentes de las
Universidades Privadas no se desnaturalizan, puesto que contrariamente a
lo sostenido por la demandada, síó le son aplicables las normas del reó gimen
general de contratacioó n laboral; resultando arbitrario pretender, como lo
intenta la demandada, no respetar las reglas generales de contratacioó n
modal, en abierta contravencioó n al ordenamiento constitucional y legal,
basando su actuar uó nicamente en que el artíóculo 44 de la Ley Universitaria,
que define al Profesor Contratado como aquel que “presta servicios a
plazo determinado y en las condiciones que fija el respectivo
contrato”, pues esta norma debe ser interpretada en concordancia con las
reglas especíóficas de contratacioó n modal o a plazo fijo, maó s si de la lectura
del artíóculo 54 de la Ley 23733, parte in fine, prescribe, la legislación
laboral de la actividad privada determina los derechos y beneficios de los
profesores, pero atribuyeó ndose a esta clase de trabajadores los demaó s
derechos establecidos en el referido capíótulo V de la Ley nuó mero 23733,
con las excepciones expresamente senñ aladas en el referido artíóculo 54,
resultando que, el contrato docente es un contrato especial de trabajo, y la
especialidad de la labor obedece a criterios de priorizacioó n de tal o cual
sector de la produccioó n, y que se ajustan a las esferas de las relaciones
econoó micas y sociales, cuyas singulares caracteríósticas asíó lo ameritan.
d. La demandada funda su defensa en normas que si bien estaó n contenidas en
el capíótulo V de la Ley Universitaria, las mismas que no aluden al
régimen laboral del docente de una Universidad Privada, sino a normas
que sirven de base para la formacioó n de la carrera docente universitaria,
aplicable a Universidades Puó blicas y Privadas. Asíó, el artíóculo 44, prescribe:
“Los profesores universitarios son: Ordinarios, Extraordinarios y
Contratados. Los Profesores Ordinarios son de las categorías siguientes:
Principales, Asociados y Auxiliares. Los Profesores Extraordinarios son:
Eméritos, Honorarios, Investigadores y Visitantes. Los Profesores
Contratados son los que prestan servicios a plazo determinado y en las
condiciones que fija el respectivo contrato. Los Jefes de Práctica, Ayudantes
de Cátedra o de Laboratorio y demás formas análogas de colaboración a la
labor de profesor, realizan una actividad preliminar a la carrera docente. El
tiempo en que se ejerce la función de Jefe de Práctica se computa, para el
que obtenga la categoría de Profesor Auxiliar, como tiempo de servicio de la
docencia.”, resultando claro que la norma cuando se refiere a los profesores
contratados, lo hace indistintamente, sean docentes de la actividad privada
o puó blica; en tal sentido, no es correcta la posicioó n de la demandada de no
dar cumplimiento a las reglas generales de contratacioó n modal, soó lo
porque el artíóculo 44 de la Ley Universitaria define al Profesor Contratado
como aquel que “presta servicios a plazo determinado y en las
condiciones que fija el respectivo contrato”, siendo que tal
interpretacioó n - como se reitera - resulta arbitraria, porque no tiene en
cuenta que la Ley Universitaria es una norma marco aplicable a los
profesores, tanto de las universidades puó blicas como privadas, en clara y
necesaria concordancia a las reglas especíóficas de contratacioó n modal o a
plazo fijo establecidas en ambos regíómenes generales de contratacioó n,
tanto el puó blico como el privado, en abierta contravencioó n al
ordenamiento constitucional y legal.
e. Es de precisar que el artíóculo 44 de la Ley nuó mero 23733, prescribe que
los profesores contratados son los que prestan servicios a plazo
determinado y en las condiciones que fija el respectivo contrato, el
mismo que no debe ser interpretado que estaó excluyendo la aplicacioó n del
Reó gimen Laboral Privado, porque si el artíóculo 47 de la citada Ley, atribuye
a los profesores contratados, el derecho a concursar para los efectos de su
admisioó n a la carrera docente, entonces lo normado en el artíóculo 44 se
refiere a las prerrogativas que se convengan en el contrato a efecto de
seguir una carrera docente. Del mismo modo, cuando el artículo 46 de la
misma Ley 23733, prescribe que la ADMISION a la carrera docente, en
condición de profesor ordinario, se hace por concurso público de
méritos y prueba de capacidad docente o por oposición y de acuerdo a
las pautas que establezca el respectivo estatuto de cada universidad,
nuevamente estaó regulando un aspecto de la carrera docente, indicando
los requisitos para acceder a la condicioó n de profesor ordinario –cuyas
categoríóas son principal, asociado y auxiliar, seguó n el artíóculo 43; pero de
ninguna manera esta norma puede dar lugar a interpretar la exclusioó n de
las normas generales de contratacioó n modal, al no haber disposicioó n
expresa que asíó lo establezca.
f. Asíó pues, cuando el artíóculo 47 de la citada Ley, prescribe que "los
profesores contratados lo son por el plazo maó ximo de tres anñ os, al teó rmino
de este plazo tiene derecho a concursar para los efectos a la admisioó n a la
carrera docente, en condicioó n de profesores ordinarios..." y cuando
prescribe que el plazo de 3 anñ os puede ser renovado por uno igual, no hace
sino ratificar que estas reglas procuran preparar las condiciones para el
ingreso de los profesores contratados a la carrera del docente universitario,
tanto de la universidad puó blica como privada; es relevante el hecho de que
norma legal haya establecido un plazo maó ximo de contratacioó n, pero, ello
no significa que las universidades contraten a los docentes en forma
indefinida. Ademaó s, es de precisar que el capítulo V de la Ley 23733, no
define un régimen laboral especial, sino la carrera del docente
universitario, tanto de las universidades puó blicas como privadas; porque
de una interpretacioó n literal, y teleoloó gica del artíóculo 54º de la Ley
Universitaria, es de aplicacioó n a la contratacioó n laboral de las
universidades privadas, la legislacioó n laboral de la actividad privada, al que
expresamente remite el artíóculo 54 de la indicada Ley, norma que ademaó s
autoriza a las universidades privadas, complementar sus regulaciones
laborales a traveó s de sus correspondientes Estatutos, tal como reza el
artíóculo 54 de la Ley 23733, “LOS PROFESORES DE LAS UNIVERSIDADES
PRIVADAS RIGEN SUS CONTRATOS DE TRABAJO POR LAS NORMAS DEL
REÚ GIMEN LABORAL DE LA ACTIVIDAD PRIVADA, POR SUS ESTATUTOS Y
POR LAS NORMAS LABORALES DEL CAPITULO V DE LA LEY
UNIVERSITARIA, CON EXCEPCIOÚ N DEL ARTIÚCULO 52 INCISOS “E” Y “G” Y
53”; conclusioó n a la que se arriba ademaó s, luego de realizar una
interpretacioó n sistemática de la norma materia de anaó lisis, puesto que el
principal objeto regulatorio del capítulo V de la Ley Universitaria, es
proveer y garantizar, tanto a los profesores de las universidades
privadas como públicas, de una carrera docente; interpretacioó n que
encuentra respaldo en las muó ltiples sentencias constitucionales emitidas
por nuestro maó ximo inteó rprete de la Constitucioó n (veó ase el expediente
nuó mero 3572-2005-PA/TC), quien ha senñ alado en reiteradas
oportunidades la aplicacioó n del Texto UÚ nico Ordenado del Decreto
Legislativo Nuó mero 728, normado por el Decreto Supremo Nuó mero 003-
97-TR, a los docentes de las universidades privadas; por lo que siendo ello
asíó, la demandada, estaó obligada a respetar las reglas generales de
contratacioó n, en el caso en especíófico a las reglas de la contratacioó n modal
contenidas en los artíóculos 72 y 73 el Decreto Supremo Nuó mero 003-97-
TR.
g. Asimismo, se debe tener en cuenta la Casación número 2394 – 2012 – LA
LIBERTAD, sentencia en la que la Corte Casatoria ha zanjado la aplicacioó n
de las normas del reó gimen privado al contrato de trabajo de los docentes
de las universidades particulares; al establecer en el deó cimo tercer
considerando lo siguiente “(…); sin embargo, esta disposición de que “(…)
La legislación laboral de la actividad privada determina los derechos y
beneficios de dichos profesores.”, debe ser entendida como aquella remisión a
la norma general para aquellos “derechos y beneficios” que no encuentran
sustento directo en la ley de la materia, Ley Universitaria, la misma que por
ser norma especial tiene preferencia en cuanto a su aplicación. Así, es
factible – por ejemplo- la aplicación de las normas del régimen laboral
privado al caso de la estabilidad en el empleo con el consecuente derecho a
la indemnización por despido arbitrario y reglas sobre desnaturalización
aplicadas al caso de los docentes universitarios.” (lo subrayado es
nuestro); de lo que se interpreta que, al no existir norma legal especial
que regule el contrato de trabajo del trabajador docente en las
Universidades Privadas, los contratos de trabajo que se suscriban en las
universidades privadas, se rigen por las leyes del contrato de la actividad
privada, y siendo que en el reó gimen de la actividad privada, estaó prevista la
desnaturalizacioó n de los contratos modales; entonces tal categoríóa resulta
aplicable al caso sub anaó lisis.
h. Abundando argumentos, los artíóculos 46 y 47 de la Ley Universitaria, en
los que basa su tesis defensiva la demandada, deben ser entendidos en el
marco de lo previsto por el artíóculo 54° de la citada Ley, pues eó ste indica
con absoluta claridad la viabilidad en la aplicacioó n de las normas del
reó gimen laboral privado tambieó n para el caso de los docentes
universitarios; y ello no podríóa ser de otro modo, en tanto, la
interpretacioó n que se debe realizar de los tres artíóculos en mencioó n tiene
como paraó metro para su validez el texto constitucional donde estaó
recogido el cataó logo de derechos que ostenta una persona, y que tiene
como pilar fundamental la dignidad humana, la que ademaó s ha sido
elevada a “fin supremo de la sociedad y el Estado”, interpretacioó n a la que se
ha arribado en virtud de los principios interpretativos de “fuerza
normativa de la Constitución” y el de “interpretación conforme a la
Constitución”; merced ademaó s, luego de recurrir a los principios
constitucionales que dan luz a todas las normas de nuestro ordenamiento
juríódico nacional, en especial al “principio de igualdad” que contiene una
prohibicioó n clara de no discriminar, que es precisamente lo que pretende
la emplazada al excluir a los docentes universitarios del aó mbito de
aplicacioó n de las normas sobre desnaturalizacioó n prevista para los
trabajadores del reó gimen laboral privado, sin justificación alguna; maó s si
de un anaó lisis detenido del capíótulo V de la Ley 23733 se determina que
lo que, en rigor establece el artíóculo 54, parte in fine, es la pertenencia de
los docentes de las Universidades Privadas al reó gimen laboral de la
actividad privada, puesto que el referido artíóculo establece claramente que
es la legislación laboral de la actividad privada la que determina los
derechos y beneficios de dichos profesores, atribuyeó ndole ademaó s a esta
clase de trabajadores los demaó s derechos establecidos en el referido
capíótulo V de la Ley número 23733, con las excepciones expresamente
senñ aladas en el referido artíóculo 54.
i. EN CONCLUSIÓN: La carrera del docente universitario no es un
régimen especial de trabajo, lo que la Ley nuó mero 23733 regula es un
reó gimen de carrera administrativa docente, aplicable por igual a las
universidades puó blicas como privadas, pero no un reó gimen especial de
trabajo. Un reó gimen especial de trabajo se caracteriza porque posee un
plexo autoó nomo de derechos y categoríóas especiales de naturaleza
laboral, como sucede por ejemplo con el reó gimen especial de construccioó n
civil, con normas propias en su mayoríóa. La carrera administrativa es
diferente, pues su finalidad es garantizar la eficacia de un servicio puó blico.
Los docentes universitarios no tienen un reó gimen laboral especial porque
la Ley Universitaria no instituye un plexo autoó nomo de derechos laborales
(como ocurre en construccioó n civil), sino lo que instituye es un reó gimen de
carrera administrativa para los docentes ordinarios. Pero este reó gimen de
carrera no puede ni debe ser motivo para justificar la exclusioó n de los
docentes contratados de los derechos laborales generales de que goza todo
trabajador del reó gimen laboral privado, al que expresamente se remite el
artíóculo 54 de la Ley Universitaria. Por tal razoó n, es claro que es
plenamente factible la desnaturalizacioó n del contrato de trabajo de un
docente contratado, ya que dicha desnaturalizacioó n de ninguna manera
puede significar que acceda a la carrera docente, como docente ordinario;
esto en razoó n a que la desnaturalizacioó n afecta la naturaleza del contrato
de trabajo (de modal a plazo indeterminado), pero lo concerniente al
contrato de trabajo es distinto a la carrera docente, a la cual solo se accede
por concurso puó blico.
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Se precisa que si bien la liquidacioó n de remuneraciones de folio 154, no es legible; sin embargo, en audiencia uó nica
(minuto 01h07’33’’ en adelante), se establecioó que el monto cancelado fue de S/764.49.
8. Sobre las pretensiones accesorias:
8.1. Intereses legales: A la suma liquidada se habraó n de adicionar los
intereses legales a liquidarse en ejecucioó n de sentencia, seguó n lo previsto en el
Decreto Ley nuó mero 25920.
8.2. En relación a los Honorarios Profesionales. Para su determinacioó n se
deberaó tener en cuenta: i) la complejidad del proceso (mediana-inferior); ii) el
número de pretensiones reclamadas (singular); iii) la existencia de un
constante asesoramiento jurídico durante las diferentes etapas del proceso
incluyendo la audiencia (UÚ nica); iv) la duración del traó mite total del proceso
(con una proyeccioó n míónima de un anñ o, en sede de instancia, teniendo en
cuenta su fecha de inicio y la fijacioó n de las vistas de la causa en el superior en
grado); v) las instancias que naturalmente transitan las causas seguidas contra
la parte demandada (dos, en casi todos los casos); vi) el nivel de éxito obtenido
(total, en atencioó n al petitorio); vii) la formulacioó n del escrito de demanda que,
en este caso resulta claro y conciso en cuanto a los hechos postulados, con
una adecuada suficiencia argumental; viii) la performance del abogado
defensor de la parte accionante; y, ix) el regular manejo de las teó cnicas de
litigacioó n oral (orden, claridad, discurso dinaó mico, conocimiento de la teoríóa
del caso, aportacioó n de conclusiones en su alegato final, míónima recurrencia a
la lectura de su postulatorio, elocuencia y fluidez en las alegaciones orales,
participacioó n trascendente en el debate probatorio, entre otros). Por todos
estos aspectos, esta Juzgadora fija los Honorarios Profesionales en una
suma ascendente a S/1,200.00 soles.