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Cómo bajar de peso

sin cambiar lo que comes


(y sin hacer mas ejercicio)

3 secretos
en psicologia de la alimentacion
para transformar tu cuerpo
?
Cómo BAJAR DE PESO
sin cambiar lo que comes ?
3 secretos en psicologia de la alimentacion
para TRANSFORMAR TU METABOLISMO
¡Hola Amiga!

Soy Maria Montemayor, Coach en Psicología de la Alimentación y Nutrición Funcional.

Durante años viví con la creencia tóxica falsa de que mi cuerpo era inaceptable tal y
como era. A los 13 años de edad comencé mi trayecto de dietas, ansiedad,
comilonas, rebote, frustración y depresión que duró aproximadamente 15 años.
Durante todos esos años atribuí mi fracaso en adelgazar a mi “falta de fuerza de
voluntad” y a la creencia de que simplemente no había encontrado la “dieta o la
pastilla perfecta”.

Realmente puedo decir que lo intenté prácticamente todo:

Dietas (la de la Zona, la de Atkins, la de South Beach, la de


North Beach, la de la luna, la del ajo, la del huevo, la del
aguacate, la de la sopa, la de la pipí de la serpiente, la que
quieras.)

Exceso de ejercicio

Contar calorías y porciones

Pastillas naturales

1
Pastillas nada naturales

Acupuntura

Homeopatía

Masajes reductivos

Cremas reductoras

Liposucción

Y no sé cuántas otras técnicas costosas e inefectivas más.

Lo admito: fui una dietante crónica y comedora compulsiva durante 15 años y en


muchos aspectos, fueron años de mucha insatisfacción, frustración, autorechazo y
autoabuso. Solía levantarme en las mañanas sabiendo que pelearía con el closet para
encontrar algo que me quedara cómodo. Generalmente buscaba vestir con faldas o
vestidos para no sentir lo apretado del pantalón.

Parte de mi desilusión consistía en no entender por qué, entre más ganas le echaba
para tratar de bajar de peso y tonificar, más ansiedad, más compulsión, más depresión
y curiosamente, MAS PESO. ¿Por qué? ¿Qué estaba haciendo mal?.

Realmente ya no podía comer menos (ya mi dieta era bastante limitada) y tampoco podía
hacer más ejercicio (llegué a hacer 3 horas de ejercicio diarias).

Después de mucha frustración y búsqueda, descubrí el


motivo de mi “fracaso”.

2
Por fin entendí:

Qué estuve haciendo mal durante tantos años.

Por qué ninguna estrategia para bajar de peso me funcionó.

Y qué tenía que hacer para por fin declararle la paz a mi cuerpo,
dejar de pelarme con la comida y ver cambios sostenibles en mi
cuerpo, pero sin sufrir, sin pasar hambre y sin rebotar.

Cuando por fin comprendí el verdadero motivo de


“mi fracaso”, toda mi vida cambió:

Dejé de hacer dieta y contar calorías.

Comencé a hacer menos ejercicio.

Dejé de pelearme con el espejo.

Comencé a comer chocolate y pastel de zanahoria (mi favorito).

Empecé a escuchar los síntomas de mi cuerpo.

Dejé de comer compulsivamente.

Empecé a meterle más vida a mi vida.

Me quité una carga de encima y por fin me sentí libre.

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En cuestión de un par de meses, logré lo que no había logrado en 15 años: bajé de
peso, sin ansiedad, sin sufrir y sin rebote.

No encontré la dieta ni la pastilla perfecta. Si existiera, la hubiera encontrado hace


muchos años.

Cambié yo. Cambié mi relación con la comida.


Cambié mi relación con la vida.

Aprendí que lo que nos han enseñado los expertos durante décadas (comer menos y
hacer más ejercicio), no nos está funcionando. Si funcionara, ¡ya nos hubiera
funcionado a todos y tendríamos el peso perfecto!

Aprendí que el peso no se comporta como queremos ni como creemos. Tiene su


propia agenda.

Aprendí que mi relación con la comida es un reflejo de mi relación con la vida. Si soy
inflexible en mis hábitos alimenticios, es posible que también sea inflexible en mi
relación de pareja, en mi trabajo, en mis creencias, en mis hábitos. Si suelo controlar mi
peso y todo lo que como, es probable que también suela controlar a la gente que vive
alrededor de mí.

Aprendí que tratar de controlar mi peso en cada etapa de la vida, sería el equivalente a
tratar de controlar el caerle bien a todos todo el tiempo, controlar cómo se comportan
los hijos, o tratar de controlar la economía del país. No sólo es desgastante, ¡es
imposible!

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Aprendí que el sobrepeso, no es tu enemigo. No es más que un mensajero. Es un
síntoma. Algo te está tratando de enseñar o de decir acerca de tu cuerpo o tu vida. El
tratar de eliminarlo a través de dietas o pastillas es como querer atrapar a una ballena
con una pequeña caña de pescar. No sólo es ineficiente, ¡es inútil!

Aprendí que el sobrepeso no es sólo un reto del cuerpo, es también un reto espiritual.
Cuando no pesamos lo que queremos ni nos vemos como deseamos, nos
enfrentamos a toda una serie de retos personales que nos invitan a crecer y a
evolucionar.

Estos retos personales me invitan a:

Entender que yo no tengo el control y que hay muchas cosas


que no dependen de mí. Me enseñan a soltar. El que las cosas
estén fuera de mi control no es motivo para vivir menos ni para
deprimirme.

Aceptar la realidad tal y como es. Quizás logres bajar de peso,


quizás no. Mientras tanto, tienes el cuerpo y el peso que tienes
hoy. Aceptar la realidad no significa darme por vencida, sólo
significa dejar de pelear y aceptar lo que es.

Tener paciencia. Voy a bajar de peso en el momento en el que


mi cuerpo, mente y espíritu estén listos para deshacerse de lo que
ya no necesitan. No cuando yo quiero, no antes, no después.

Amarme. El amar mi cuerpo sólo cuando tiene el peso perfecto


es como amar a mis hijos sólo cuando se portan bien. Yo me
amo, con el peso, con la celulitis, con la ansiedad por comer,
¡incondicionalmente!

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La lección más importante que aprendí es que si
quieres deshacerte del peso, ¡algo tiene que cambiar
en tu vida!
Hoy me dedico a apoyar a miles de mujeres alrededor del mundo a liberarse de las
dietas, a entender sus propios retos con el cuerpo y ofrecer soluciones efectivas,
compasivas y bajas en costo, que realmente funcionan para transformar la relación
que tenemos con el peso y la comida.

Hoy te voy a compartir 3 de los secretos que aplico exitosamente en mi práctica de


coaching que te ayudarán a empezar a transformar la relación que tienes con tu
cuerpo, para que cualquier estrategia que apliques para cambiar tu cuerpo sea
realmente efectiva.

El éxito de mis métodos se basan en la Psicología de la


Alimentación.

En mi opinión, la Psicología de la Alimentación es el eslabón perdido en la salud


nutricional.

En breve nos enseña que:


Hay muchos factores no calóricos (que no tienen nada que ver
con lo que comes) que afectan tu metabolismo y tu habilidad para
quemar calorías.

Para una buena salud, la nutrición es sólo el 50% de la


historia. El otro 50% depende de quién eres como comedor.

6
Tus emociones, pensamientos y creencias tienen un impacto directo
sobre cómo asimilas, digieres y quemas calorías.

Tú puedes comer el plan de alimentación más saludable del planeta,


pero si no te encuentras en el estado óptimo de relajación no vas a
recibir el aporte completo de los nutrientes que comes, y será
MUY DIFICIL que bajes de peso de forma sostenible.

¿Alguna vez te ha pasado que subes de peso inexplicablemente, sin cambiar lo que
comes?

¿O te ha pasado que por más que te cuidas y haces ejercicio, la báscula y el pantalón no
se mueven ni un gramo?

No estás loca, no tienes falta de fuerza de voluntad y no tiene nada que ver con tu dieta.
Recuerda, si las dietas funcionaran, ya nos hubieran funcionado hace mucho tiempo a
todos.

En mi experiencia, uno de los factores más importantes que afectan tu capacidad


termogénica (tu habilidad para quemar grasa y calorías) se debe a cómo tus pensamientos y
emociones activan tu sistema nervioso simpático, y cómo éste te puede programar
para almacenar grasa.

Si has luchado con la báscula toda la vida, el entender cómo esto funciona, cambiará tu
perspectiva sobre la nutrición, tu cuerpo y tu peso, para siempre.

Así es: Al aplicar estas herramientas que te voy a compartir hoy, será mucho más fácil que
bajes de peso, de forma sostenible y para siempre.

¿Cómo lo sé? Porque todo lo que hemos intentado en el pasado, ¡no nos ha funcionado!

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Las estrategias más exitosas que me funcionaron a mí y que han funcionado en miles de
otras mujeres alrededor del mundo para transformar la relación con su cuerpo, su peso y
la comida, las comparto en mi programa online de 30 días EL ARTE DE AMAR TU CUERPO.

Puedes entrar aquí para ver cuándo inicia nuestro próximo programa:

http://bit.ly/elartedeamartucuerpo

En mi programa online de 30 días, EL ARTE DE AMAR TU


CUERPO, te doy consejos muy poderosos que te ayudarán
a:
Aprender cómo lo que estás pensando cuando comes o acerca
de lo que comes, puede ser más importante que la misma comida.

Detectar qué hábitos (que practicas todos los días) te están impidiendo
inconscientemente bajar de peso.

Conocer qué actitudes tienes que cambiar para que tu cuerpo no


almacene grasa innecesariamente.

Aprender qué hábitos necesitas implementar de inmediato para


evitar el famoso REBOTE.

Cambiar la relación con tu cuerpo y con la comida para liberarte


de las dietas, y programar a tu cuerpo para que suelte el peso que
ya no necesita.

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El Arte de Amar tu Cuerpo
Programa Online de 30 días

Herramientas en Psicología
de la Alimentación
visita: mariamontemayor.com

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?
Por qué es posbile BAJAR DE PESO
sin cambiar lo que comes ?
Mi objetivo no es motivarte a que sigas comiendo comida chatarra y que maltrates a tu
cuerpo con alimentos tóxicos.

Por el contrario, mi filosofía se basa en el amor y el respeto hacia el cuerpo y eso implica,
darle alimentos realmente nutritivos, desinflamatorios y curativos, todos los días.

Además, mi enfoque va más allá de la cuestión física, mi enfoque trata de enseñarte que
tus actitudes, pensamientos, creencias y emociones tienen un rol igual de importante
que tus súper alimentos. Muchas personas comen sano, hacen ejercicio, no bajan ni un
gramo y no se explican el por qué. Éste puede ser uno de los motivos.

Considera que el 95% de las personas en una dieta para


bajar de peso lo rebota al año de haberlo bajado.

¡Wow! Claramente, las dietas, las pastillas y los demás métodos que nos han enseñado
no nos están funcionando.

Comer menos, contar calorías y hacer “más ejercicio” ya está pasado de moda y no
resuelve los problemas de salud y obesidad a los que nos enfrentamos.

Entonces, ¿qué nos está faltando?

Es tiempo de entender nuestros retos con el cuerpo, el peso y con la comida, desde una
perspectiva nueva, efectiva e integral.

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Ahora sabemos que hay muchos factores que afectan
nuestra capacidad para asimilar, digerir y quemar
calorías. Una de las más importantes: EL ESTRÉS.

Y por estrés, no me refiero únicamente a que te quedaste sin trabajo, estás enferma en el
hospital o falleció un ser querido.

Me refiero también a:
Que no te gusta lo que ves en el espejo.

Que tienes miedo a engordar.

Que comes con culpa.

Que vives constantemente a dieta.

Que haces un exceso de ejercicio.

Que tienes una deficiencia nutricional.

Que tienes un cuerpo intoxicado.

Que tienes una tristeza profunda.

Que estás enojada con la vida.

Que tienes una carencia emocional.

Que tienes una carencia financiera.

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Que te sientes abandonada.

Que juzgas siempre a los demás.

Que tratas de controlar todo en tu vida.

Que tienes una represión sexual o un pasado sexual difícil.

Y mucho más…

Para transformar nuestro cuerpo y nuestro peso, tenemos que dejar de pensar sólo en la
comida y empezar a ver nuestro cuerpo como una extensión de nuestra mente y espíritu.

¿Qué hace el 5% de la población que SI LOGRA MANTENER EL PESO?

Algo cambia en su vida.

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Hazte a ti misma estas preguntas y trata de responderlas
lo más sinceramente posible:
¿Estás peleada con tu cuerpo?

¿Estás enojada con él porque no hace lo que tú quieres?

¿Has tratado de escuchar lo que te está tratando de decir?

¿Amas tu cuerpo tal y cómo es?

Si tuvieras una bola de cristal y tuvieras que adivinar lo que tu


sobrepeso te quiere enseñar, ¿qué adivinarías? No tiene que hacerte
lógica: ¿Qué fue lo primero que te vino a la mente?

Las respuestas a estas preguntas te darán mucha información acerca de la relación con
tu cuerpo. Si las respuestas fueron negativas (si estás peleada con tu cuerpo, estás enojada con
él, no lo escuchas y no lo amas), te garantizo que será prácticamente imposible para ti bajar
de peso.

¿No me crees? ¿Te ha funcionado odiarlo?

Si yo tuviera una bola de cristal y me preguntaras cuándo


vas a poder finalmente bajar de peso, mi respuesta
sería: hasta que aprendas a aceptar y amar tu cuerpo
tal y como es ahora.

¿Irónico no?

13
Mi recomendación: Intenta reconciliarte con tu cuerpo y
amarlo tal y como es ahora.

Lo peor que podría pasar es que no bajes de peso pero habrás ganado amor y auto
respeto. Eso para mí, suena a éxito.

tu cuerpo es
arte, belleza,
es amor y
y es vida
entiéndelo
conócelo
valóralo
cuídalo
ámalo mariamontemayor.com

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3
ESTRATEGIAS EXITOSAS
para bajar de peso
sin cambiar lo que comes
Estrategia 1
ESTRATEGIA 1:

APLICA ESTA TECNICA PARA INHIBIR EL


APETITO, (FUNCIONA MEJOR QUE LAS
P A S T I L L A S p a r a a d e l g a z a r ):
COME MAS DESPACIO

Seguramente ya has escuchado de esta estrategia. Pero probablemente no sabes el


efecto tan poderoso y transformacional que tiene esta simple y sencilla táctica. Lo mejor
de todo: ¡es gratis! Olvídate de las pastillas que inhiben el apetito, que no sólo son
costosas y desregulan tu metabolismo, sino que ¡no funcionan! Las dejas de tomar y
rebotas más del peso que habías bajado.

Alguna vez te ha pasado que comes y comes y comes, y por más que estás llena, ¿no
puedes parar de comer? Quizás creíste que tienes una falta de fuerza de voluntad.

Si sí te ha pasado, esta estrategia va a cambiar por completo tu forma de comer.

No te preocupes, no tienes un problema de fuerza de voluntad y no estás


descompuesta.

Una de las estrategias más poderosas que conozco


para bajar de peso sin cambiar lo que comes consiste
en COMER MÁS DESPACIO.

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¡La forma en la que comes, puede ser incluso más importante qué lo que comes!

No sólo eso, me atrevo a decir que el 50% de las personas que sufren de retos digestivos
como inflamación del estómago, estreñimiento, acidez y reflujo, podrían disminuir sus
síntomas considerablemente, sin medicamentos, ¡si tan sólo comieran más despacio!

¡Wow! ¡Esta información debería de estar en la primera plana de todos los periódicos
alrededor del mundo!

Déjame te explico por qué.

Tu cuerpo tiene un mecanismo brillante de defensa que se activa cuando estás


estresada. El estrés no es más que una respuesta fisiológica del cuerpo a una amenaza,
ya sea real o imaginaria.

Básicamente, cuando estás estresada, tu cuerpo asume que está en estado de


supervivencia o “lucha-huida”.

¿Y qué hace tu cuerpo cuando piensa que estás en una situación de emergencia?

Hace todo lo posible para que sobrevivas.

¡Esto quiere decir que almacenará grasa y no desarrollará músculo!

Cuando te está persiguiendo el león en la selva, tu cuerpo necesita toda su energía para
escapar o luchar (no para adelgazar). Si te encontraras en una isla desierta, tu cuerpo te
ayudaría a sobrevivir, almacenando grasa y guardando energía. La cuestión es que el
cuerpo no distingue entre si estás estresada porque tuviste un día difícil o si estás en la
selva perseguida por el león. Tu cuerpo simplemente detecta que hay una situación de
tensión y reacciona.

Tu cuerpo, naturalmente, y por instinto, pondrá en pausa todas las actividades que no
sean imperantes a tu supervivencia, y dejará activadas sólo las que te ayudan a liberarte
de la amenaza.

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Bajo este estado de estrés, tu cuerpo:

Manda 4 veces menos sangre a tu sistema digestivo, lo cual


resulta en menor metabolismo y menor poder de absorción
de nutrientes.

Disminuye la cantidad de la hormona de tiroides y de


crecimiento, las hormonas más importantes en el sistema
metabólico.

Incrementa las hormonas de cortisol e insulina (las hormonas


famosamente conocidas como “almacena grasa”).

Disminuye la flora intestinal en tu sistema digestivo (lo cual


ocasiona todo un caos en tu salud).

Disminuye (y hasta destruye) la función mitocondria.


La mitocondria es la célula que se encarga de producir
energía en tu cuerpo. Al disminuir tu función mitocondria,
produces menos energía, lo cual disminuye tu capacidad
para quemar calorías y por ende, también disminuye tu
metabolismo.

Expulsa los minerales de tu cuerpo a través del sudor y la orina.

Disminuye tu ingesta de oxígeno (menos oxígeno equivale a


menor metabolismo).

Incrementa la inflamación. Cuando nuestros órganos se


inflaman, se genera enfermedad.

Tiende a tomar malas decisiones alimenticias: comemos de


más, más rápido, menos conscientes y muchos más alimentos
calóricos.

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Lo interesante es que cuando tú comes rápido, tu cuerpo entra en este estado de estrés,
donde se activa este mecanismo de supervivencia, ¡aun cuando no hay una verdadera
amenaza!

¡Recuerda que tu cuerpo no detecta la diferencia entre


un estrés real o imaginario!

Siendo así, cuando comes rápido:

Activas la respuesta fisiológica de estrés en donde almacenas


grasa y no desarrollas músculo (aunque comas poquito y
hagas mucho ejercicio).

¡Tu cerebro NO REGISTRA que ya comió! Por lo tanto, te pedirá


que comas más, aun si estás completamente llena.

Tu capacidad para absorber y asimilar nutrientes se disminuye


de un 40 a 60%, ¡aunque sea la comida más nutritiva del
planeta!.

No recibes todo el placer de los alimentos que consumiste, y


como les enseño en el programa online de 30 días El Arte de
Amar tu Cuerpo, esto provocará que disminuya tu metabolismo
y que tiendas a comer compulsivamente.

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Me atrevo a decir que el 80% de las mujeres que creen tener un problema de fuerza de
voluntad a la hora de comer, realmente son comedoras rápidas y su “compulsión”
desaparecería si tan sólo comieran más despacio. No tienen un problema de voluntad.
Solamente que su cerebro no tuvo tiempo para asimilar la comida y todavía “tiene
hambre”, ¡aun cuando el estómago está satisfecho!

* Come rápido y almacenarás grasa

* Come despacio y regularás naturalmente


tu apetito ¡sin pastillas!

En un estudio publicado en el Diario Médico Inglés (British Medical Journal) en octubre del
2008, se observó el comportamiento de 3000 comedores (personas que comen).
Descubrieron que la combinación de comer rápido con comer hasta quedar llenos tenía
un efecto súper adictivo y triplicaba el riesgo de tener sobrepeso.

Definitivamente, esto es motivo suficiente para considerar los efectos negativos de


comer rápido y nos da un motivo importante para considerar nuestra actitud al comer.

Si nos gusta tanto comer, ¿por qué querríamos que la experiencia se terminara tan
rápido?

El comer despacio puede ser todo un arte.

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recomendación 1
para bajar de peso sin cambiar lo que comes:

Tómate una pausa antes de sentarte a comer y date el


regalo del tiempo:
Antes de tomar el primer bocado, toma de 5 a 10 respiraciones
profundas. De esta forma desactivas tu mecanismo de defensa,
y relajas tu sistema nervioso.

Entre cada bocado, baja el tenedor (o la cuchara) a la mesa


mientras masticas la comida.

Respira profundamente entre cada bocado.

Si generalmente tiendes a darle 3 masticadas a la comida,


intenta incrementar a 6 masticadas.

Si generalmente tiendes a comer en 5 minutos, trata de


extenderlo a 7 minutos.

Disfruta los olores de la comida, el sabor, la textura.

Esta práctica toma tiempo. No te desesperes. Si necesitas, ponte un recordatorio en la


mesa o en la puerta del refrigerador para que vayas creando un hábito nuevo.

Te garantizo que comenzarás a notar muchos cambios


en tu digestión, en tus niveles de energía, en tu apetito y
en tu peso.

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21
Estrategia 2
ESTRATEGIA 2:
cambia el lenguaje de tu cerebro

¿Sabías que el cerebro se cree todo lo que le dices? Más increíble aún: sabías que tu
cuerpo hace lo que tu cerebro le dice?

Si tú estuvieras 100% segura de que tu cerebro escucha todo lo que dices (y piensas) y
que el cuerpo sigue instrucciones minuciosamente, ¿qué le estarías repitiendo todos los
días?

La gran mayoría de las personas que quieren bajar de peso y se encuentran a dieta,
creen que sólo deben controlar lo que comen. Generalmente no saben o no están
dispuestas a cambiar la forma en la que funciona su mente.

Cuando no nos gusta nuestro cuerpo, tenemos unos kilos


de más o creemos que debemos de adelgazar, la
conversación que solemos tener con nosotras mismas,
desde que nos levantamos es:

Qué gorda me veo

Me veo fatal

Ya engordé

Qué grandes nalgas

Hoy no debería de comer

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No me queda la ropa

El pastel de anoche ya me subió un kilo.

Esto seguramente me va a engordar

Y muchas otras frases negativas y auto abusivas.

¡Esto puede explicar por qué el 95% de las personas en


una dieta para bajar de peso lo rebota al año de
haberlo bajado!
Porque su mente no pasó por ninguna transformación.

A lo mejor lograron comer menos, pero el lenguaje de su cerebro continuó siendo


negativo y destructivo.

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Para poder ejemplificarte por qué tienes que tener mucho cuidado con lo que piensas y
repites, te voy a compartir este estudio:

En 1983 un grupo de investigadores médicos experimentó con un grupo de pacientes de


cáncer.

Este estudio fue publicado en un libro llamado “The Heart of Healing” (El Corazón-la Raíz-
de la Sanación)

Separaron al grupo en dos:

A un grupo le dieron un tratamiento de quimioterapia.

Al otro grupo le dieron un placebo: una inyección de agua con sal.

Nadie se sorprendió cuando al 74% del grupo de la quimioterapia se le cayó el pelo.

¡Lo sorprendente fue cuando al 31% del grupo del placebo se le cayó el pelo también!

¡Tal es el poder de la sugestión! El único motivo por el cual se les cayó el cabello a
estos pacientes, fue porque pensaron que así tenía que ser. Asociaron, como
muchos, la quimioterapia con la caída del cabello.

Usando esta teoría del poder de la mente, si somos capaces de hacer que se nos caiga
el pelo, imagínate que pasa cuando pensamos que estamos gordas, que el pastel nos
engorda, que es difícil bajar de peso, o que es muy fácil subir de peso.

Podemos llamar a esto el efecto nocebo, pero a mí me gusta llamarlo el efecto de las
creencias.

El efecto placebo es el que usamos de forma positiva,


mientras que el efecto nocebo es el que usamos de
forma negativa.
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Nuestras creencias y nuestros pensamientos tienen la capacidad de alterar nuestra
bioquímica, independientemente si las creencias son falsas o verdaderas.

En mi opinión, todo estudiante de medicina debería de tomar en cuenta el efecto de la


mente sobre las células, el cuerpo y nuestra capacidad de sanación.

Desafortunadamente, la ciencia no ha dedicado suficientes recursos para este tipo de


estudios, quizás porque no son financieramente rentables.

El poder de la mente no debería de ser menospreciado por debajo de los químicos,


drogas farmacéuticas y el bisturí. Deberíamos de soltar la creencia de que el cuerpo y sus
partes son esencialmente “estúpidas” y que necesitan de intervención externa para su
salud. Si hubiera más apoyo científico al estudio de la mente y el efecto placebo, para
aprender cómo usarlo a nuestro favor, todo médico tendría una herramienta más, sin
efectos secundarios, para sanar a sus pacientes.

Si descubrimos que las personas tienen el poder para


activar su poder de sanación, ¿en dónde quedaría la
industria farmacéutica?

25
Recientemente, Bruce H. Lipton, un biólogo estadounidense experto en células madres,
publicó en uno de sus estudios que las compañías farmacéuticas estudian a los
pacientes que responden positivamente a los placebos (por ejemplo, con pastillas de
azúcar en vez del medicamento real) ¡con el objetivo de eliminarlos de las pruebas
clínicas!

Es desconcertante para la industria farmacéutica que


en la gran mayoría de sus estudios clínicos, las
medicinas “falsas” o placebos, resulten ser igual de
efectivos que la misma medicina química.

Muchos historiadores han constatado a lo largo de la historia médica que una parte del
éxito de los métodos para curar enfermedades se puede deber al efecto placebo.
Durante siglos, los médicos no contaban con métodos efectivos para curar
enfermedades. Sin embargo, un tercio de la población, particularmente susceptible al
poder sanador del efecto placebo, se mejoró con esos tratamientos inefectivos.

Hoy día, cuando llega un doctor vestido con una bata blanca y recomienda
decisivamente un tratamiento, el paciente puede creer que el tratamiento funciona –
por lo tanto, funciona, independientemente si la medicina es real o sólo una pastilla de
azúcar.

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En el 2002, un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, evaluó los
efectos de la cirugía en pacientes con problemas severos de rodilla.

El médico Bruce Moseley, líder del estudio, “sabía” que la cirugía de rodilla ayudaba a sus
pacientes: “todo buen cirujano sabe que no existe el efecto placebo en cirugía”.

Pero él quería descubrir qué parte de la cirugía era la que estaba dando alivio a sus
pacientes. Así que dividió al grupo de personas que participaron en el estudio en 3 partes:

En el primero grupo, reparó el cartílago dañado.

En el segundo grupo, removió tejido que creía podría estar inflamando la rodilla

El tercer grupo recibió cirugía “falsa”.

Cada paciente fue sedado, se le hicieron 3 incisiones estándar, y el doctor simuló los
sonidos y movimientos de un procedimiento de reparación de rodilla. Después de 40
minutos, el doctor cerró las incisiones como si hubiera hecho la cirugía.

A los tres grupos se les dio las mismas recomendaciones post operatorias, las cuales
incluían un programa de ejercicio.

Los resultados fueron escandalosos.

Sí, como esperado, los 2 grupos que recibieron cirugía, mejoraron


considerablemente. ¡Pero el grupo con la cirugía falsa mejoró igual que los otros dos
grupos! El estudio fue televisado y se mostró cómo el grupo con la cirugía falsa
caminaba, jugaba basquetbol y hacía actividades que no podían hacer antes de la
cirugía.

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Otros estudios alrededor del mundo han demostrado que el efecto placebo es poderoso
también para tratar otras enfermedades como Asma y Parkinson.

En el tratamiento para la depresión, los placebos son súper estrellas.

En un reporte del Departamento de Salud y Servicios Humanitarios de los Estados Unidos


se demostró el alcance del efecto placebo.

El estudio dividió a los pacientes en dos grupos:

Al primer grupo con depresión severa se le administró un antidepresivo.

Al segundo grupo con depresión severa se le administró un placebo.

La conclusión del reporte demostró que el 50% de los pacientes tomando


antidepresivos mejoró.

En el grupo de los pacientes que tomó el placebo, ¡mejoró el 32%!

Mejoraron, simplemente porque creían que la medicina debía de funcionar.

Estas cifras son asombrosas e indican el poder que tiene


nuestra mente cuando creemos que algo funciona.

Ahora, debemos de tomar en cuenta que muchos de los pacientes que estaban
tomando el medicamento real comenzaron a sentir los efectos secundarios de la droga.

Por lo tanto, al darse cuenta de que efectivamente estaban tomando el antidepresivo y


no el placebo, comenzaron a CREER que mejorarían.

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Considera lo siguiente:
En los estudios clínicos de los 6 antidepresivos más vendidos en Estados Unidos se
demostró que el medicamento no fue mejor a los efectos que tuvieron los placebos (las
pastillas de azúcar). Es decir, clínicamente, ¡el placebo tuvo prácticamente el mismo
efecto que el antidepresivo!

No tengo nada en contra de la medicina farmacéutica, y mucho menos quiero


menospreciar la hermosa labor que los médicos llevan a cabo para salvar vidas, y
mejorar nuestra calidad de vida.

Sólo las invito a cuestionar el sobre uso de las drogas farmacéuticas, ya que en muchas
instancias ha llegado a escalas desproporcionadas, y en más de una ocasión ha
causado más daño que bien. Y por el contrario, me gustaría también darle más crédito al
poder sanador de nuestro cuerpo y nuestra mente.

CUIDA TU CUERPO

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recomendación 2
para bajar de peso sin cambiar lo que comes:
Sí. La realidad es que el poder de tus pensamientos tiene la capacidad de afectar tu
biología, tu bioquímica, tu metabolismo, tu cuerpo. Tu biología se adapta a tus
creencias.

Si tú crees que es difícil bajar de peso, ¿adivina qué? Tienes toda la razón.

Si un día no puedes hacer ejercicio y crees que vas a engordar, ¿adivina qué? Tienes toda
la razón.

Si te comes una dona glaseada y crees que te va a inflamar y a engordar, ¿adivina qué?
Tienes toda la razón.

En mi programa online de 30 días EL ARTE DE AMAR TU CUERPO, te enseño cómo el


comer con culpa y el miedo a engordar tienen un efecto negativo sobre tu peso y tu
habilidad para bajarlo.

No estoy diciendo que hay que comer como si el mundo se fuera acabar, al cabo que
siempre y cuando piense en positivo estaré bien. No tenemos 15 años y no podemos ser
irresponsables. Siempre pondré prioridad en respetar y amar nuestro cuerpo.

Lo único que estoy diciendo es que nuestra actitud


importa. Nuestros pensamientos y creencias son un
factor importante de nuestra fisionomía.

A partir de esta información ¿cuál es la creencia (no importa si es falsa o verdadera) que
crees que le está haciendo más daño a tu metabolismo?

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Algunos ejemplos:
Tengo el metabolismo muy lento

No tengo fuerza de voluntad

Este cuerpo es inaceptable

Con ver el pastel ya engordé

Hasta el agua me engorda

Selecciona UNA de estas creencias y trabaja en


cambiarla por una más positiva acerca de ti misma y tu
cuerpo. Esta nueva creencia debe empoderarte y
regresarte tu energía vital.

Mi recomendación es que no intentes cambiarlas todas al mismo tiempo.

Comprométete en cambiar una por una hasta que las hayas disuelto por completo.

La maravilla de TODAS las creencias es que se pueden cambiar.

Conforme más te conviertas en la mejor versión de ti misma, en esa medida tu cuerpo


se podrá convertir en la mejor versión de sí mismo.

Si tus creencias te empoderan, te regresan tu energía vital y son un reflejo del ser amoroso
y maravilloso que eres, tu cuerpo no tendrá opción más que seguir estas nuevas
instrucciones.

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Estrategia 3
ESTRATEGIA 3:
pon en pausa tus estrategias para
bajar de peso

Antes de que pienses que estoy desvariando con esta estrategia, continúa leyendo. Esta
es una de las estrategias más poderosas que conozco para bajar de peso, por más
irónica que te parezca.

Las estadísticas nos enseñan que 9 de cada 10 mujeres


están insatisfechas con su cuerpo:
80% de las mujeres en América creen que deberían de estar a
dieta.

80% de las niñas de 10 años de edad tienen miedo a ser gordas.

Los estándares arbitrarios de belleza que nos autoimponemos impactan tanto a


hombres como a mujeres. Pero hay algo insidioso en la forma en la que como sociedad,
enseñamos a las mujeres y a las niñas que su valor como seres humanos está ligado a su
atractivo físico.

No es de extrañarnos que la forma en la que abordamos el tema de adelgazar viene


desde un lugar de desesperación y falta de autoestima. En un esfuerzo para ganar la
aprobación de otros, buscamos soluciones “rápidas”, poco efectivas y muy abusivas
para cumplir nuestros objetivos: contar calorías y porciones, extremas y vigorosas rutinas
de ejercicio, dietas restrictivas, pastillas, cirugías. Nuestra motivación no viene desde un
lugar de amor y compasión sino desde la insatisfacción e insuficiencia.

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Con la pandemia de la obesidad, sí, claramente hay muchas de nosotras que realmente
tenemos peso que perder y que debemos de hacer cambios en nuestro régimen
alimenticio. Pero muchas de nosotras queremos bajar de peso por los motivos
equivocados, por razones infundadas y muy dañinas para nuestra salud emocional.

En mi experiencia, me atrevería a decir que un gran


porcentaje de las mujeres queremos bajar de peso
porque tenemos expectativas irrealistas. Nos auto
imponemos números, tallas y formas que no tienen
nada que ver con nuestra realidad, y por ende, nos
frustramos, sufrimos y engordamos.

A veces queremos tener el peso que teníamos hace 15 años o antes de nuestro primer
embarazo. O queremos tener un tipo de cuerpo que no tiene nada que ver con nuestra
constitución física: queremos tener las piernas de Angelina Jolie o los brazos de Jennifer
Aniston.

A veces simplemente el cuerpo cambia y peleamos con la nueva forma simplemente


porque no nos gusta.

A veces, nuestros motivos pueden parecer nobles, pero realmente disfrazan una
insatisfacción profunda.

Cuando hago la pregunta a mis alumnas o a mis clientas: ¿por qué quieres bajar de
peso? Muchas me dirán que es porque quieren tener salud.

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Bajo esta batuta, exploran las mismas estrategias abusivas que describo arriba, lo cual
me lleva a la siguiente pregunta: ¿si realmente nuestro objetivo es ser saludables, no es
contradictorio que nos rechacemos y nos abusemos para llegar a ese objetivo?

En muchas otras ocasiones nuestra motivación para bajar de peso está activada por
nuestro perfeccionismo.

En mi opinión, el perfeccionismo es una forma de auto


abuso.
Cuando caemos víctimas de este virus cultural tóxico que nos dice que no somos
perfectas como somos, nunca lo que hagamos será suficiente.

“Bajé 2 kilos pero quiero otros 4 más”.

“Bajé una talla pero no me siento cómoda”.

“Ahora necesito bajar la grasa del abdomen, o de las piernas,


o de los brazos, o de la papada o de donde sea.”

Esta obsesión por querer más y nunca estar satisfechas con lo que tenemos, nos roba de
nuestro poder personal y nos aleja de nuestro verdadero objetivo: ser felices.

Aquí viene lo interesante. Nuestra obsesión por tener el cuerpo perfecto es tan estresante
que no sólo nos roba de nuestro poder personal, sino que también activa nuestro
mecanismo de defensa de lucha – huida (nuestro sistema nervioso simpático).

Y ¿qué sucede cuando este sistema se activa? Hará todo lo posible por ayudarte a
sobrevivir: ¡almacenar grasa y no desarrollar músculo!

¿Recuerdas que tu cerebro no distingue entre un estrés real y un estrés imaginario?

35
!
irónicamente, tu obsesión por querer
adelgazar es la que te puede estar
programando para almacenar grasa!
Una de las consecuencias principales de esta activación de tu mecanismo de
supervivencia, además de almacenar grasa, es la desregulación de muchas hormonas
importantes para tu metabolismo, entre ellas, la leptina y la grelina.

La leptina y la grelina son las hormonas del apetito.

La leptina es la hormona que suprime la ingesta de alimentos y la que podría inducir a


una pérdida de peso.

La grelina, por el contrario, es la hormona que juega un papel en activar tu apetito para
ingerir alimentos.

Curiosamente, cuando estás bajo estrés crónico, (como cuando constantemente sufres
porque no bajas de peso, o cuando siempre estás tratando de controlar tu apetito, o
porque te disgusta mucho lo que ves en el espejo), ¡estas dos hormonas no funcionan
apropiadamente!

Tenderás a comer mucho más, y no porque no tienes fuerza de


voluntad, sino porque simplemente a nivel químico, estas hormonas
están en caos y no responden como deberían.
Algunos estudios demuestran que conforme más estrés crónico tenemos en nuestra vida,
producimos más grelina, lo cual puede resultar en mayor ingesta de alimentos, y mayor
peso corporal.

36
El estrés y la obsesión por querer cambiar nuestro cuerpo
a toda costa, son dos de los factores que yo considero
más importantes que contribuyen a la inhabilidad para
adelgazar.

Cuando creemos que las cosas deben de ser diferentes a lo que realmente son,
SUFRIMOS. Nos peleamos con la realidad.

Querer que la realidad sea diferente de lo que es, es igual que intentar enseñar a ladrar a
un gato.

Puedes intentarlo una y otra vez y al final, el gato te mirará y volverá a decir: «Miau».

Lo mismo sucede con el cuerpo. Le damos de latigazos, lo sometemos a cirugías, le


damos pastillas, le quitamos el apetito y al final del día, el cuerpo sigue teniendo el peso y
la forma que tiene.

Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es desesperante.

La felicidad no viene de la mano con la talla 4. Te conviertes en talla 4 y no se


desaparecen mágicamente tus problemas, ni tu insatisfacción, ni tu falta de confianza.
Simplemente cambiaste de número de pantalón.

No tengo nada en contra del querer bajar de peso y el deseo de verse bien, excepto
cuando este objetivo es motivado por la falta de amor propio, cuando se lleva a cabo a
través de métodos abusivos, cuando nos lleva a poner nuestra vida en pausa y nos roba
de nuestra energía vital.

37
recomendación 3
para bajar de peso sin cambiar lo que comes:

Durante años has tratado de bajar de peso y seguramente, al igual que yo, has intentado
prácticamente todos los métodos en el mercado. Posiblemente nada te ha funcionado.
Así que, ¿por qué no darte la oportunidad de hacer algo completamente diferente?

Si no te funciona, siempre puedes regresar a tus estrategias antiguas.

Durante un mes, vas a poner en pausa tu estrategia para


bajar de peso:

Vas a tirar todas tus dietas a la basura (ya te las sabes de


memoria de todas formas).

Vas a deshacerte de todas las revistas que incitan una imagen


corporal negativa (como las fotos de las modelos escuálidas
con cuerpos inalcanzables).

Vas a deshacerte de tu báscula.

Vas a dejar de decirte que estás gorda y que tienes que


adelgazar.

Vas a ponerte a dieta de pensamientos negativos y abusivos.

Vas a limitar el contacto con las amistades que te hacen sentir


mal acerca de tu cuerpo y que te provocan ganas de ponerte
a dieta.

38
Vas a dejar de buscar en internet la siguiente dieta perfecta.

Vas a dejar de pensar en qué te engorda y vas a empezar a


pensar en qué te nutre.

Vas a cambiar la creencia de que no eres perfecta como eres,


por la creencia de que en este momento tu cuerpo tiene el peso
que tiene que tener, para tu crecimiento y aprendizaje.

Vas a preguntarle a tu cuerpo, cuál es el mensaje que tu


sobrepeso te está tratando de transmitir.

En conclusión, ¡te vas a relajar para que desactives tu


sistema de lucha – huida!

Al desactivar este sistema, tus hormonas del apetito estarán naturalmente reguladas, tu
digestión funcionará de forma más óptima, tu sistema inmunológico se reparará con
mayor facilidad, y tu cuerpo no tendrá que almacenar grasa que no necesita.

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Conclusión

Hay muchas estrategias y herramientas novedosas para bajar de peso. Definitivamente


es muy importante la calidad de los alimentos que ingerimos, qué tan desintoxicado está
nuestro cuerpo, qué tan buena es nuestra digestión, qué tan bien están funcionando
nuestras hormonas, qué tan desinflamados estamos, etc.

Sin embargo, olvidamos algo sumamente vital en


nuestra vida, la parte mental y emocional.

Claramente algo nos ha estado faltando. Nunca antes habíamos tenido tanto acceso a
información y tecnología, y sin embargo, estamos experimentado una de las peores
crisis de obesidad y enfermedades crónicas en la historia de la humanidad.

Es tiempo de abordar la nutrición, la salud y el cuerpo, desde un punto de vista


completamente diferente. Necesitamos un enfoque que nos apoye como comedores.

Tenemos que empezar a amarnos en el proceso de nutrirnos adecuadamente para


estar en nuestro peso saludable, y aprender a ser compasivas con nuestro cuerpo y
metabolismo.

Solemos tener la tóxica creencia falsa de que finalmente seremos felices cuando
tengamos ese cuerpo o peso perfecto. Creemos que en ese momento se abrirá el cielo
y cambiará nuestra vida para siempre: mágicamente llegará la confianza, el amor, la
admiración, la seguridad, la libertad, la salud y el bienestar.

No podemos estar más equivocadas.

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Esta, mis queridas amigas, es una simple excusa que nos
ponemos para continuar siendo las víctimas del universo
y de las circunstancias, y no hacernos responsables de
nuestras vidas y nuestra felicidad.

Yo te propongo:
Primero sé feliz

Primero ten confianza

Primero ámate

Primero deja de poner tu vida en pausa

Y luego, naturalmente, tu peso llegará a lo que tiene que ser. Aprenderás a cuidar de ti, a
cuidar tu vida, y a cuidar tu cuerpo. Tendrás las herramientas indispensables para iniciar el
cuidado integral de quien tú eres.

¿Quieres conocer más de todo esto?

¿Te gustaría tener a la mano un plan completo con las herramientas más poderosas en
Psicología de la Alimentación para transformar tu peso, tu cuerpo y tu metabolismo?

Te ofrezco el programa online de 30 días EL ARTE DE AMAR TU CUERPO. Un Programa que


he desarrollado desde mi experiencia personal y con mi preparación profesional. Si te
interesa conocer fechas y costos :

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aprende por que:
te está engordando el estrés.
el miedo a engordar, ¡engorda!.
es necesario agregar placer en tu
alimentación para un metabolismo
sano.
la frustración por no bajar de peso
impide que adelgaces.
tus emociones y pensamientos
impactan tu metabolismo.
entre muchos más.

El Arte de Amar tu Cuerpo


Programa Online de 30 días

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TESTIMONIOS
¿Qué dice la gente del programa?

TESTIMONIO 1
Hola Maria!

Hace tiempo tomé tu curso EL ARTE DE AMAR TU CUERPO y la verdad ¡quiero agradecerte
mucho!

Hoy como sin culpa, disfruto mi alimentación sin preocuparme por mi peso; además, en
un mes he bajado 4 kilos y me siento feliz! No tengo estrés del peso!

Mil gracias por tu curso.

Fernanda Garibay

TESTIMONIO 2

¡Gracias María porque gracias a EL ARTE DE AMAR TU CUERPO, en estos 10 días he


aprendido más que en los últimos 18 o 20 años!

Norma Jaime de la Rosa

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TESTIMONIO 3

¡Quiero decirte que has sobrepasado por mucho mis expectativas de lo grandioso, fuerte
y maravilloso que es el programa El Arte de Amar tu Cuerpo!

Si alguien antes de ti me dijera que amar mi cuerpo, sería una experiencia, así de
hermosa, divertida, agradable, sencilla y dulce, me hubiera reído, al no creerles.

¡Pero tienes un don para explicar las cosas, parece que te tuviera aquí, explicándome las
cosas paso a paso!

¡Me has hecho reír, me he picado, y bueno escribo y releo y entiendo!

¡Me he ido tomando el tiempo de entender, disfrutar, analizar y hacer parte de mi la


información!

Cada día desde que amanece hasta que duermo, tengo presentes mis cápsulas, mis
audios y mi práctica de amar mi cuerpo.

Sin más, ¡te agradezco desde el alma!

Margarita Monroy

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TESTIMONIO 4

Me gustaría compartirles un poco de mi testimonio. He tomado el curso de “El Arte de


Amar tu Cuerpo” y puedo decirles que ha sido una de las mejores inversiones de mi vida.
He visto algunos comentarios sobre chicas que dicen cosas como “ahora resulta que
para saber más hay que pagar”… y la verdad es que sí!! Las cosas cuestan porque
alguien invirtió su tiempo y dinero en aprender, desarrollar, aplicar, experimentar,
investigar, fracasar, volver a experimentar hasta descubrir lo que hoy se nos transmite.
Pero les puedo decir que lo que se invierte en el curso (si se toma con conciencia, ganas y
con mente y corazón abiertos para recibir todo lo bueno) ¡no es nada a comparación de
todo lo que se gana!

Gracias María porque tu programa me ayudó a reforzar lo que yo ya sabía… soy una gran
mujer, guerrera, única e inigualable!!!!... pero que por distintas situaciones de la vida
vamos olvidando, hasta que ya no sabemos dónde guardamos esos pensamientos, y no
sabemos por dónde empezar a buscar para volverlos a encontrar. Siento que ahora me
será prácticamente imposible perderlos otra vez, al contrario, me siento tan fuerte y plena
que creo que puedo ayudar a todas las mujeres maravillosas que están a mi alrededor.

Definitivamente recomendaría este programa, de hecho, ya lo hice!!!!! Que Dios te


bendiga =D

Miriam Rodríguez Olvera

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¿Te animas?
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Registro aquí: http://bit.ly/elartedeamartucuerpo

Si quieres más información acerca de mis programas


me puedes escribir a: maria@mariamontemayor.com

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